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I.

- INTRODUCCION:

La administración judicial es una institución prevista por nuestro ordenamiento jurídico como

medio de garantía y/o control y protección de los derechos patrimoniales de las partes en un

determinado procedimiento para procurar la plena efectividad de la tutela jurídica que en el

mismo se deduce. Si bien tradicionalmente se suele identificar como un medio o mecanismo para

facilitar la realización judicial de créditos en los procesos civiles, la administración judicial sirve

a más amplios objetivos ya que puede tener aplicación en todas las jurisdicciones civil, social,

contencioso administrativo, penal por causa del ejercicio de ciertas acciones que se amparen en

derecho, y conforme a la previsión legal.

Administración judicial es una figura prevista por el ordenamiento jurídico. En algunos casos se

utiliza para garantizar el control y la protección de los derechos patrimoniales de un acreedor, en

el caso de que se haya solicitado para asegurar la devolución de un crédito, o como garantía de

muchos acreedores (privados y públicos) en caso de insolvencia familiar empresarial bien sea

una suspensión de pagos o una quiebra todas estas figuras conocidas en España como concurso

de acreedores en cuyo caso se denomina administración concursal.

La administración judicial no sólo está relacionada con la ejecución de créditos sino que es un

instrumento de auxilio judicial en todas las jurisdicciones civil, penal, social, administrativa, etc.

y resulta de suma utilidad cuando la ejecución embargo, subasta judicial, etc. no resulta el cauce

más indicado para garantizar el cobro o resulta antieconómica. En algunos casos, es el propio

deudor el que puede escoger como mejor alternativa, a la enajenación de sus bienes, el embargo

integro de su empresa, hasta la total satisfacción del crédito, y evitar el cierre del negocio.
II.- CUERPO

La administración judicial se configura como un mandato expreso que acuerda y ordena la

autoridad judicial, caracterizándose por su contenido específico, su eminente temporalidad y las

particularidades del ejercicio del cargo.

El Administrador Judicial es, por tanto, el encargado por decisión judicial de administrar el

patrimonio de otro o de ejercer funciones de asistencia o vigilancia en la gestión de tales bienes.

La sentencia del TS de 31 de marzo de 1986 define al Administrador Judicial como “un auxiliar

del Juez y actúa, como los demás auxiliares del órgano ejecutivo, con potestad delegada del

ejecutor”, aunque esté en una posición más próxima al acreedor que lo ha designado.

Como característica, la doctrina establece para la figura del Administrador Judicial en el sentido

de que el designado es libre de aceptar el cargo. Así mismo la facultad del acreedor en la

designación es potestativa y se deja a su elección la posibilidad de proponer la entrada en el

procedimiento de un Administrador Judicial el administrador judicial puede renunciar a su cargo,

una vez nombrado, cuando concurre justa causa. Por el contrario, también existe la posibilidad

de destitución en cualquier momento del procedimiento por causas tales como la mala gestión o

por incumplimiento de sus deberes.

El procedimiento de constitución de la administración judicial se inicia mediante solicitud a

través de la cual el Juez determinará si se cumplen los requisitos para establecerla y, en caso

afirmativo, nombrará al Administrador Judicial quien deberá aceptar el cargo personándose ante

el Juzgado, o excusarse no aceptando. Si acepta, se inicia su actividad como tal poniendo en

marcha los mecanismos necesarios para el cumplimiento del mandato, empezando por prestar la
fianza que la actual legislación exige para asegurar el resarcimiento en caso de una gestión

fraudulenta o negligente, no como requisito para la constitución de la Administración Judicial.

El administrador Judicial debe procurar y fundar su actividad en obtener la mayor rentabilidad

posible, procurando, como se ha dicho, que el patrimonio administrado genere beneficios.

En cuanto a las partes, tienen derecho a recibir información de todas las actuaciones del

Administrador, de forma que todos sus actos se harán públicos a estas a efecto de que se puedan

deducir cuantas reclamaciones sean oportunas, siempre que se planteen debidamente

fundamentadas se trata de otorgar a las partes la posibilidad de vigilar y controlar las operaciones

realizadas tal como se ha expuesto y, a modo de conclusión, el administrador Judicial debe

entenderse como auxiliar del Juez en el mandato de representación.

2.1.- TEORICO

El administrador judicial de los bienes impediría realizar cabalmente sus actos de gestión. Por

tanto, un socio no puede solicitar, bajo los alcances de la norma en comentario, la designación de

administrador judicial de bienes sociales, por no ser copropietario de los bienes de la sociedad.

Los bienes de la sociedad están destinados a la realización de la actividad económica que

constituye el objeto social, para lo cual son organizados por los órganos de administración de la

sociedad, los que solo pueden ser nombrados o removidos conforme a las reglas de la Ley

General de sociedad. La administración judicial es un mecanismo previsto por nuestro

ordenamiento jurídico para la protección a los derechos patrimoniales de los incapaces, sin tutor

ni curador, en casos de ausencia y de copropiedad. El administrador actúa bajo el mandato

judicial y su función es la de administrar determinados bienes ajenos pese a la falta de


regulación, sería recomendable designar a un profesional con título universitario y con habilidad

reconocida para la gestión de patrimonios.

La administración judicial de bienes es una institución en el Perú que sirve como medio de

garantía, control y protección de los derechos patrimoniales que tienen algunas personas sobre

ciertos bienes, ya sea para evitar que estos sean dañados o se pierdan, o porque el propietario se

encuentra privado de algún tipo de capacidad de disposición sobre los mismos.

Ahora bien, por lo general, cuando se habla de este tema, se piensa que la administración judicial

de bienes solo se aplica en los casos en que se desea preservar el patrimonio de un deudor para

poder ejecutarlo si es que este no cumple con sus obligaciones. Sin embargo, es posible invocar

la administración judicial de bienes en muchos tipos de procesos, tanto civiles, penales y de

familia e incluso en el ámbito contencioso administrativo en nuestro estudio, podemos asesorarte

sobre esta institución jurídica; ya sea porque tengas alguna duda acerca de los mismos, porque

sientas que tus propiedades se encuentran en riesgo de ser retenidas o te encuentres litigando por

las mismas.

2.1.1.- PARTE GENERAL

CONCEPTO

Como es el embargo de empresas, se mantiene al personal encargado de la administración

existente en la misma, y éstos deben informar y dar cumplida cuenta de lo realizado al

Administrador Judicial nombrado. También puede ocurrir que se dé la necesidad de asumir

funciones gerenciales, en cuyo caso deberán ser puntualizadas en el Auto de nombramiento

no debe olvidarse que la función puede incluir la de Administrador Interventor Judicial, en tal

caso, este se limitará al control riguroso de la marcha económico financiera, obligándose a dar
completa cuenta periódicamente al juzgado. Por ello, la responsabilidad del Administrador

Judicial se inicia, como en todo mandato, desde el nombramiento y aceptación, y su alcance es el

de la actuación como tal. El Administrador Judicial es, por tanto, el encargado por decisión

judicial de administrar el patrimonio de otro o de ejercer funciones de asistencia o vigilancia en

la gestión de tales bienes la sentencia del TS de 31 de marzo de 1986 define al Administrador

Judicial como “un auxiliar del Juez y actúa, como los demás auxiliares del órgano ejecutivo, con

potestad delegada del ejecutor, aunque esté en una posición más próxima al acreedor que lo ha

designado Como bien señala su nombre, la administración de bienes es judicial por lo que el

llamado a nombrar a un administrador judicial es el Juez a pedido de parte, quien le otorgara

diferentes prerrogativas sobre los bienes a su cuidado, advirtiéndole que solo es un mero tenedor,

no pudiendo disponer de ellos como si fuese el propietario mucho más interesante es el supuesto

de nombramiento de administrador judicial como modalidad de embargo quizá convenga partir

de la premisa de que el embargo es una medida cautelar tendiente a asegurar al aparente acreedor

que el aparente deudor no distraiga de tal forma su patrimonio garantía genérica del acreedor que

cuando llegue el momento de la ejecución no se tengan ya bienes en su patrimonio que puedan

responder por sus deudas. O sea que la medida cautelar embargo está prevista para asegurar la

posibilidad de satisfacción de derechos de crédito.

Ahora bien el embargo puede recaer tanto en bienes existentes como en bienes futuros.

Y entre los «futuros» se encuentran los frutos que pueda generar un bien. Cuando estemos ante

un bien fructífero, sea que se haya embargado el bien y sus frutos o que se hayan embargado sólo

los frutos del bien, el art. 669 CPC señala que en tales casos el embargo implica la designación

de un administrador quien se encargará de «recaudar» los frutos por ejemplo, cobrar las rentas de

arrendamiento.
El otro supuesto en el que cabe la designación de un administrador se presenta cuando el

embargo no recae sobre bienes existentes sino en relación a los «ingresos» derivados de la

actividad económica (art. 661 CPC), llevada a cabo por empresarios individuales o colectivos o

en general por cualquier ente incluso sin fines de lucro en aptitud de producir «riqueza». Ello

implica que de este modo se pueden embargar los ingresos tanto de un pequeño empresario como

de una gran sociedad anónima.

Partiendo de la premisa de que los bienes muebles de una fábrica o comercio no son secuestrable

rectius, embargables si es que afectan el proceso de producción o de comercio (art. 651), o sea si

su embargo impide el despliegue ordinario de la actividad económica, nuestra ley permite que sí

que se le embarguen los ingresos. En estos supuestos, el embargo se actúa a través de la

denominada intervención, la que a su vez tiene dos modalidades: recaudación y administración

Ahora bien, este interventor-administrador gerencia la empresa embargada, con sujeción a su

objeto social art. 671, inc. 1 CPC, pero no en interés de la empresa embargada, sino en el interés

del acreedor embargante. No se trata de sustituir, de ser el caso, a los órganos directivos y

ejecutivos por estar realizando una mala gestión en lesión del empresario mismo, sino de

gerencia la empresa en el interés del acreedor embargante.

En conclusión podemos decir que la intervención-administración, como modalidad de actuación

de un embargo, puede ser pedida por un aparente acreedor sólo tras una improductiva

intervención-recaudación, la misma que una vez dispuesta sólo podrá actuarse cuando quede

firme consentido o ejecutoriado la resolución que dispuso la conversión.


EVOLUCION HISTORICA
a el inciso 7 del artículo 423 del CC, sin embargo, ante la ausencia d
e estos,procede la administración judicial de los bienes de sus hijos

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