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Dualismo y Monismo en la concepción

filosófica de médicos: posibles implicancias


terapéuticas.
Autores: Dr. Sergio Strejilevich1, Dr. Daniel Flichtentrei2, Lic. Mariana Urtueta3, Dra. María Prats4, Dr. Ricardo
Mastandueno5
1
Programa de Trastorno Bipolares, Instituto de Neurociencias, Universidad Favaloro Insitituto de Neurología Cognitiva (INECO). 2,4,5 Investigaciones IntraMed (www.intramed.
net). 3 Programa de TRastornos Bipolares-Buenos Aires.

lismo” considera que el ser humano es una única rea-


Introducción
lidad con base material, negando la existencia de la
La idea filosófica más arraigada en todas las culturas
mente como una entidad distinta del cerebro-cuerpo
humanas es el dualismo psicofísico o psiconeural. Es
considerando a los fenómenos psíquicos, incluidas
la tesis que afirma que las mentes (espíritus, almas)
la conciencia y las experiencias afectivas como una
son entes que responden a otras leyes distintas de
propiedad emergente del sistema nervioso central. El
las naturales, las cuales rigen por diferencia a aque-
monismo entiende que la mente-conciencia debe ser
llas entidades carentes de alma. Para el dualismo, las
explicada y ajustarse en sus capacidades a las mis-
mentes o almas “ocupan” los cuerpos y pueden exis-
mas leyes que explican el resto de la vida orgánica. El
tir independientemente de éstos, precepto que a su
monismo es tanto una consecuencia como uno de los
vez le da sustento a la idea religiosa de la posibilidad
fundamentos del pensamiento científico. Si bien esta
de una trascendencia de la mente-alma más allá de la
base filosófica ha adquirido mayor vigor en la medida
“vida física-orgánica”. Se acepta que los orígenes del
en que la ciencia viene refutando las bases experien-
dualismo en nuestra cultura se remontan a los de la
ciales y teóricas del dualismo, actualmente sigue sien-
filosofía griega (Platón) y ha sido incorporado a la ma-
do una concepción filosófica restringida a un número
yoría de las religiones. Más tarde, Descartes consolidó
minoritario de personas.
el dualismo en términos epistemológicos a través de
la dicotomía mente/ cuerpo al asignar lo concerniente A pesar de la trascendencia y de la universalidad que
al cuerpo a la ciencia y lo relativo al alma a la teología tiene esta discusión filosófica, solo recientemente es-
y a la filosofía. Aunque las personas pueden cambiar tá siendo objeto de la investigación científica relegán-
su punto de vista filosófico a lo largo de sus vidas, el dose en cambio a la filosofía. La falta de investigación
dualismo es considerado como un precepto filosófico se hace aún más importante respecto de cuáles son
de “sentido común” y universal. Incluso se ha propues- las posibles implicancias que un basamento dualista
to que podría ser una consecuencia de adquisiciones o monista podrían determinar en las conductas socia-
evolutivas del cerebro humano en relación a la cogni- les e individuales, el juzgamiento ético y la toma de de-
ción social (Bloom,2004, 2007), lo que explicaría su cisiones. Una investigación reciente encontró que la
preeminencia aún en tribus aisladas culturalmente de posición respecto de la dicotomía dualismo-monismo
occidente y presentarse en forma rudimentaria en ni- podría influenciar la salud de las personas. Forstmann
ños (Lillard, 1996; Kuhlmeier y cols., 2004). y cols (2012) encontraron en una serie de experimen-
tos que las personas que se definían como “dualistas”
El monismo tendían a tener conductas de cuidado de su salud
más negligentes que aquellas que se definían como
Por el contrario, el monismo psiconeural o “materia-

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monistas. En línea con este descubrimiento, desde eran administradas sin poner en discusión a las diver-
hace más de 30 años se han implementado interven- sas variantes del dualismo. En la mayoría de los ca-
ciones psicológicas destinadas al manejo de enferme- sos el recurso argumentativo consistía en atribuirles
dades psiquiátricas crónicas como la esquizofrenia y un carácter mágico o espiritual a dichos tratamientos
el trastorno bipolar que, a través de aportar una pers- o en “explicarlos” como un puente entre el mundo fí-
pectiva médica-monista de estos padecimientos, han sico y el mundo espiritual, conservando así en armo-
demostrado ser enormemente eficaces en generar un nía sus concepciones (Schultes y Hofmann, 2000). En
mejor control de estas enfermedades (Sttafors & Co- contraste con ello, a partir de la segunda mitad del
lom, 2013). siglo XX se produjo una fuerte aceleración en el de-
sarrollo de tratamientos médicos surgidos de las re-
Teniendo en cuenta estos antecedentes, resulta es- cientemente desarrolladas neurociencias clínicas.
pecialmente importante explorar cuáles son las posi- Psicofármacos que tratan enfermedades como la de-
bles implicancias de estas posiciones filosóficas en los presión y el Parkinson, psicoterapias específicas pa-
profesionales de la medicina. En este colectivo profe- ra el tratamiento de la ansiedad o las disfunciones
sional sus fundamentos filosóficos no solo afectan o del habla, neurocirugías hasta hace poco tiempo ini-
dan sentido a sus vidas personales sino que también maginables, son solo algunas de las terapéuticas que
afectan las de sus pacientes al configurar el modo en mejoraron significativamente la vida de millones de
que entienden a las enfermedades y a las tecnologías personas afectadas por enfermedades neuropsiquiá-
que administran. Como en otros órdenes de la vida, tricas pero que, al mismo tiempo, por su propia efec-
el ejercicio de la medicina supone una serie de con- tividad, comenzaron a exponer cotidianamente y en
cepciones previas –conscientes o implícitas- que pro- la práctica, el paradigma filosófico bajo el cual fueron
ceden de la cultura y que configuran las modalidades creadas. Como consecuencia, cada vez con mayor fre-
de apropiación del conocimiento científico. La práctica cuencia, médicos y pacientes deben tomar decisio-
de la medicina pone en escena aquellas concepciones nes críticas en situaciones en donde la medicina nos
que organizan lo real mediante categorías, postulados, confronta con condiciones de vida, muerte y subjeti-
creencias y valores. Tal como afirma el profesor Mario vidad que hasta hace pocos años eran solo posibles
Bunge (2012): “Aunque un médico pretenda que la fi- en la teoría o en la imaginación pero que en la actua-
losofía le aburre, de hecho filosofa todo el día. En efec- lidad constituyen escenarios clínicos cotidianos en los
to, cuando razona bien practica la lógica; cuando da que se toman decisiones que ponen en juego estas
por descontado que los pacientes, enfermeras y far- dos disímiles bases filosóficas. Posiblemente el ejem-
macias existen fuera de su conciencia, practica el rea- plo más conocido de estos dilemas es el momento en
lismo ingenuo; cuando supone que también los genes que se debe decidir sobre el futuro de una persona a
y los virus son reales aun cuando no se los perciba, la cual se le ha diagnosticado “muerte cerebral” pe-
adopta el realismo científico; cuando rechaza la hipó- ro que mantiene un funcionamiento mínimo de otros
tesis de que las enfermedades son de índole y origen órganos gracias al soporte vital. Sin embargo, es en
espirituales, suscribe una concepción naturalista del otras situaciones incluso más frecuentes, en donde
mundo; y cuando presta su ayuda aun sin tener la se- esta tensión se expresa con mayor complejidad. Por
guridad de cobrar, practica una filosofía moral huma- ejemplo: una persona que sufre un tumor cerebral en
nista. En resumen, el médico filosofa aun sin saberlo”. la región orbito-frontal que es extirpable mediante una
cirugía que salvará potencialmente su vida. Sin em-
Conocer el modo en que los profesionales de la me-
bargo, la operación sacrificará una porción significati-
dicina se posicionan frente al dualismo-monismo es
va de estas regiones cerebrales por la cual, la persona
una necesidad aún más urgente en la actualidad ya
que emerja de esta operación, definitivamente ya no
que en medicina este debate ha dejado el terreno es-
será la misma. Su personalidad, sus intereses e inclu-
peculativo para desarrollarse en situaciones clínicas
so su perfil moral serán transformados, en mayor o
concretas. La creciente aplicación cotidiana de cono-
menor medida, por la remodelación arquitectónica del
cimientos y tecnologías terapéuticas sustentadas en
cerebro que ocasionará la cirugía. Más aún, por la zo-
concepciones monistas discute al dualismo tanto a ni-
na del lóbulo frontal donde se encuentra el tumor, es
vel teórico como a nivel subjetivo-experiencial. Si bien
posible que la persona en cuestión no pueda poste-
desde los orígenes de la medicina se contó con tera-
riormente ser consciente de su propia transformación
pias con efectos psicotrópicos que generaban modi-
más allá de que sus familiares y amigos puedan perci-
ficaciones a nivel psicológico-subjetivo, las mismas
birla claramente. El hecho es que recibirán, de manos

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del neurocirujano, a otra persona. nía del dualismo continúa impregnando a la medicina.

Otro ejemplo similar, pero críticamente diferente, po- Posiblemente el mejor ejemplo de esta situación se
dría ser el de una persona que sufre de trastorno bipo- puede encontrar en la persistencia de la división de
lar, enfermedad que ha puesto en riesgo y perjudicado las neurociencias clínicas entre psiquiatría, neurolo-
severamente no solo su propia vida sino también la de gía y psicología. Esta división, surgida a finales del si-
sus seres queridos. Únicamente con la indicación sos- glo XIX, entiende que las enfermedades que implican
tenida de antipsicóticos atípicos se ha logrado preve- al sistema nervioso central, deben ser comprendidas
nir sus violentos episodios maníacos. El problema es como fenómenos de carácter epistémico independien-
que estos fármacos le producen detrimentos cogniti- te en un espectro que va desde las alteraciones en
vos obstaculizando su creatividad, habilidad de la cual el movimiento (claro territorio de la neurología) hasta
no solo depende su trabajo sino también su posición las alteraciones de la conducta o los “sentimientos”
social en el mundo. Además estos fármacos le produ- (territorio de la psicología) quedando para la psiquia-
cen apatía, obligándolo a vivir en un mundo desencan- tría un incómodo lugar intermedio. Reiteradamente se
tado. Los familiares no dudan de que ese sacrificio es ha criticado la persistencia de esta división, no solo
infinitamente menor que el costo que determinan sus por su incongruencia teórica actual, sino por los gra-
graves episodios, sin embargo esta persona diaria- ves problemas clínico-terapéuticos que acarrea (pa-
mente debe poner, literalmente, en sus manos la de- ra un revisión de este tema ver: Miresco y Kirmayer,
cisión de ingerir un medicamento que por un lado le 2006; White y Zeeman, 2012). Sin embargo, la misma
impide ser aquel que era y pretende seguir siendo pe- se sostiene en la actualidad en base a concepciones
ro que, por el otro, lo aleja de los violentos episodios heredadas, Intereses académicos, comerciales y cor-
que vienen destruyendo su vida y la de sus seres que- porativos desarrollados a su alrededor, pero también
ridos. porque permite sostener un discurso dualista.

En cada una de estas situaciones, independientemen- A pesar de la trascendencia del tema y de las con-
te de la posición que puedan adoptar cada uno de los cretas implicancias sanitarias que podría determinar,
sujetos involucrados, a la hora de cuidar de la salud, la prácticamente no existen datos respecto de la posi-
guía y el acompañamiento del clínico será aún más im- ción filosófica de los profesionales de la medicina y del
portante que el tratamiento administrado (Cummings modo en que la misma afectaría su desempeño.
& Mega, 2003).
Un trabajo relativamente reciente relevó las posicio-
Como se ha señalado, a pesar de que las neurocien- nes respecto del dualismo-monismo entre dos mues-
cias han generado un cuerpo de conocimiento sufi- tras, una constituida por estudiantes de diversas
ciente como para refutar todos los postulados de la carreras de la Universidad de Edimburgo y otra por di-
hipótesis dualista, la asunción del monismo-materia- versos profesionales asistentes a reuniones científicas
lismo como norma filosófica es aún minoritaria y que- sobre el tema conciencia en la Universidad de Liege.
da circunscripta a ciertos ambientes. Hacia principios Mientras en la primera muestra el 70% de los estu-
del siglo XX se realizó una encuesta entre científicos diantes encuestados optó por opciones dualistas y po-
en donde se encontró que el 40% de estos creían en siciones religiosas, hicieron lo propio menos del 50%
Dios y en la trascendencia luego de la muerte (Leuba, de los profesionales (Demertzi y cols., 2009). Final-
1916). Ochenta años después esta encuesta fue repe- mente, en una encuesta entre estudiantes de diver-
tida encontrando que esta tendencia persistía ya que sas disciplinas los mismos opinaron en virtud de su
un tercio de los encuestados seguían sosteniendo es- experiencia que las posiciones tomadas respecto de
tas posiciones (Larson y Witham, 1997), aunque vale este problema podían determinar la elección de méto-
la pena destacar que este porcentaje se reducía consi- dos de investigación y tratamientos en los profesiona-
derablemente si se tomaban en cuenta las respuestas les de la salud Fahremberg y Cheetham, 2000)
de aquellos científicos considerados líderes en su campo.
El objetivo de este trabajo es explorar las posiciones
Si bien se podría esperar que los profesionales de la respecto del dualismo-monismo en una gran muestra
medicina, cotidianamente expuestos a los resultados de profesionales de la salud.
prácticos y experienciales de ambos enfoques filosófi-
cos, podrían sustentar en mayor medida una posición Del mismo modo, se explorara el modo en que estas
materialista, es posible especular con que la hegemo- posiciones filosóficas podrían determinar la práctica

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de dichos profesionales. Las hipótesis de este trabajo
son que los profesionales de la medicina sustentan en
su mayoría una base filosófica dualista y que esta con-
cepción influye en su práctica médica.

Metodología
Este es un trabajo piloto, observacional, en el que se
utilizó una encuesta autoadministrada distribuida por
internet desde Intramed (www.intramed.net), un sitio
web destinado a la difusión e intercambio académico
entre profesionales de la salud de habla hispana con
más de 700.000 profesionales registrados y más de
1.000.000 millón de visitas mensuales.

Población: todos los usuarios del sitio fueron invi-


tados a participar de la encuesta siendo la única li-
mitación estar previamente registrado como tal. La
encuesta estuvo disponible durante 65 días, en el pe- El 19% informó ejercer su especialidad desde 5 años o
ríodo comprendido entre el 3 de abril y el 6 de junio menos, el 16% desde 6 a 10 años, el 23% desde 11 a
de 2013. Intramed no requiere de ningún tipo de cer- 20 años y el 43% desde hace más de 20 años.
tificación documental para permitir la inscripción en el
mismo, por lo que una persona podría potencialmente En el primer ítem de la encuesta se le solicitó a los
falsear sus credenciales. participantes que utilizasen una escala subjetiva tipo
Likert para expresar su acuerdo o desacuerdo respec-
Instrumento: Si bien se realizó una revisión de ante- to del siguiente enunciado: “La conciencia, así como
cedentes no se encontró un instrumento validado a los nuestra identidad subjetiva, nuestras emociones y
fines de este trabajo. Por esta razón se decidió confec- deseos pueden ser explicadas por el funcionamiento
cionar el instrumento auto-aplicado finalmente utiliza- de nuestro sistema nervioso”, representando el 1 un
do en este trabajo (ver anexo 1: http://www.intramed. completo desacuerdo y el 5 un completo acuerdo. Res-
net/sitios/encuesta_dualismo/index.htm). pondieron a este ítem 8760 profesionales con un valor
promedio de 2.94 ± 1,6. El 19.5% de los encuestados
Resultados marcó 1 indicando un completo desacuerdo mientras
Respondieron a esta encuesta 9924 profesionales que un 21.5% indicó 5 señalando un completo acuer-
de la salud (43% hombres; edad 46.5 ± 12.9 rango do con dicho enunciado.
20-88 años). La nacionalidad de los profesionales en-
cuestados y sus especialidades se encuentran expre-
sadas en la tabla 1 y en el gráfico 1.

Tabla 1: Especialidades reportadas por los encuestados

Especialidad Porcentaje
Médicos generalistas 13.5 %
Clínica Médica / Internistas 11 %
Pediatría 10 %
Psiquiatría 6%
La siguiente consigna utilizó el mismo tipo de regis-
Toco-ginecología 5%
tro pero utilizando una consigna conceptualmente
Cirugía 4%
opuesta a la primera: “Somos más que un organis-
Enfermería 4% mo complejo. Nuestra experiencia consciente, nuestra
Cardiología 4% identidad subjetiva, nuestras emociones y deseos es-
Psicólogos 2,5% capan a las leyes de la naturaleza y deben ser explica-
Otros 40 % das por otros medios.” Se encontró un valor promedio

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de respuesta en la escala de 1 al 5 de 3.02 ± 1,7 ha- contestó afirmativamente, 25% negativamente y 15%
biendo respondido con valor 1 (completo desacuerdo) optó por NS/NC.
el 13% y con valor 5 (completo acuerdo) el 28% de los
encuestados. Se compararon las respuestas a esta pregunta entre
aquellos que habían contestado afirmativamente o ne-
A los fines de verificar el nivel de coherencia entre es- gativamente acerca de su creencia en Dios. Mientras
tos dos enunciados se analizó la correlación entre am- que el 70,4% de los que expresaron ser “creyentes”
bos (coeficiente de correlación de Spearman= -0,127; contestaron afirmativamente a la pregunta sobre exis-
p < 0,001). tencia luego de la muerte, solo el 10,6% de los “ateos”
contestó de la misma manera (Pearson X2= 2466,3;
A los fines de posteriores comparaciones se dividió df=4; P < 0,001).
la muestra de acuerdo al modo en que se respondió
a la primera consigna, denominándose “dualistas” a Se contrastó el porcentaje de “ateos” y “creyentes”
aquellos que la contestaron en completo desacuerdo respecto de aquellos que habían contestado taxati-
y “monistas” a aquellos que la contestaron en comple- vamente el enunciado “monista” sin que se encontra-
to acuerdo. ran diferencias significativas. De hecho, el 80% de las
personas que habían contestado en completo acuer-
Ante la pregunta: “¿Usted cree en Dios? (independien- do con el enunciado monista refirió creer en Dios. Sin
temente de la manera en que lo haga)” 82% de los embargo al contrastarse la creencia en algún tipo de
participantes contestó afirmativamente (a fines de existencia posterior a la muerte entre aquellos deno-
posteriores comparaciones se los denominará “cre- minados como monistas o dualistas se encontró que
yentes”), 13% negativamente (a fines de posteriores un porcentaje mayor de dualistas afirmaron positiva-
comparaciones se los denominará “ateos”) y un 5% mente (62 % vs. 54.6%; X2= 27.78, df=2; p < 0.001).
por la opción “no sabe / no contesta”.
Se les planteó a los participantes una situación hipo-
Se interrogó a los participantes acerca de si pensaban tética (ficción heurística) en la cual, al estar sufrien-
que la religiosidad podría influir en su práctica médica do una insuficiencia aguda en el hígado, corazón o el
(¿“Considera que su religiosidad influye en su práctica sistema nervioso central, debían aceptar o rechazar
médica?”), incluyéndose para el análisis las respues- recibir un trasplante de un donante compatible (ver
tas de aquellos que habían respondido positivamente consignas en encuesta anexa).
acerca de la creencia en Dios. Los participantes de-
bían elegir en una escala de 5 puntos que oscilaba en- Los resultados están expresados en el gráfico 1. Como
tre 1= “Nada” 5= “Mucho” encontrándose un puntaje se observa, si bien la amplia mayoría respondió afir-
promedio de 2,45 ± 1,9, habiendo respondido 28.4% mativamente respecto de recibir un trasplante de hí-
con un puntaje de 1 (“Nada”) y 24% con un puntaje gado o de corazón, la duda predominó respecto de un
de 5 (“Mucho”). hipotético trasplante de cerebro.

También se les preguntó si creían en alguna existen-


cia posterior a la muerte (“¿Usted cree que existe algu-
na forma de existencia luego de la muerte?”). El 60% Gráfico1: Actitudes frente a la necesidad de recibir un órga-
no trasplantado

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Se interrogó a los participantes respecto de que órga- sufrido un ligero daño en su corazón”, el 1,3%: “Este pa-
no del cuerpo consideraban como más crítico a la hora ciente ha sufrido un ligero daño en su sistema reproduc-
de valorar un daño en el mismo (“Como médico, ¿cuál tor” y el 2%: “Este paciente ha sufrido un ligero daño en
de estas afirmaciones, si se refiriesen a su propia sa- su hígado” (Gráfico 2).
lud o la de un ser querido, le producirían a usted una
mayor preocupación?”). El 88,7% optó por la opción Grafico2: Como médico ¿Cuál de estas afirmaciones, si se re-
que señalaba: “Este paciente ha sufrido un ligero da- firiesen a su propia salud o la de un ser querido, le producirían
ño en su cerebro”, el 8% la opción: “Este paciente ha a usted una mayor preocupación?

Adicionalmente, se les solicitó a los participantes que (desacuerdo completamente) a 5 (acuerdo completa-
calificaran su nivel de acuerdo respecto de un grupo mente). Los resultados están expresados en la tabla 2.
de consignas referidas al origen etiopatológico de di-
ferentes enfermedades en una escala que partía de 0 Opiniones respecto a etiopatología de enfermedades

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Se dividió la muestra entre los profesionales con espe- las especialidades a fin de realizar los contrastes que
cialidades relacionadas con el sistema nervioso cen- están expresados en el gráfico 3.
tral (neurólogos, psiquiatras y psicólogos) y el resto de

sional. Por otro lado, del modo en que se respondió


Discusión
a las situaciones clínicas planteadas, se puede inferir
En nuestro conocimiento, este es el primer trabajo
que las mencionadas ambivalencias pudo haber influi-
que exploró en una amplia muestra de médicos la po-
do en el modo en que se interpretaron las mismas. Ca-
sición respecto del problema monismo-dualismo, por
si todos los profesionales entendieron que el SNC era
los que sus resultados deben considerarse como pro-
el órgano, que de sufrir un daño, les generaría mayor
venientes de un estudio piloto. Como resultado gene-
preocupación. Sin embargo, a la hora de emitir una
ral de esta investigación se puede destacar que entre
opinión sobre el origen etiopatológico de algunas en-
los profesionales de la medicina que han participa-
fermedades, se observaron situaciones contrastan-
do han predominado las respuestas ambivalentes o
tes. Por un lado se encontró un franco desacuerdo
contradictorias respecto de su posición filosófica fren-
respecto del posible origen “psicológico” de una en-
te al problema del dualismo/monismo. Contradicien-
fermedad del SNC que afecta el movimiento como es
do parcialmente la primera hipótesis de este trabajo,
el Parkinson, pero en cambio prevalecieron las ambi-
menos de un tercio de los encuestados optó por op-
valencias a la hora de acordar con la base genética
ciones concluyentemente dualistas al determinar su
de una enfermedad como el trastorno bipolar en don-
preferencia respecto de estas dos posiciones filosó-
de se considera que más del 70% de su etiopatogenia
ficas, optando la mayoría por opciones intermedias.
es consecuencia de factores genéticos. (Glahn y cols,
Consecuentemente, aunque las dos consignas antité-
2010). De hecho solo el 24% de los encuestados res-
ticas respecto de una posición dualista o monista pre-
pondió en completo acuerdo frente a esta hipótesis y
sentaron, debido al gran tamaño de la muestra, una
un 10% en completo desacuerdo.
significativa correlación negativa, la misma presentó
una muy baja consistencia. Del mismo modo, aunque Estas contradicciones se explicitaron aún más en el
más del 80% de los encuestados reportaron creer en ejercicio en donde se les solicitó aceptar o rechazar
la existencia de un ser superior así como más de la mi- diferentes trasplantes de órganos. Mientras casi el
tad en alguna forma de existencia luego de la muerte, 100% de los encuestados respondió aceptar, en caso
estos porcentajes parecen ser menores a los encon- de de requerirlo, un corazón o un hígado donado para
trados en la población general (Greeley y Hout, 1999) ser trasplantado, las dudas prevalecieron cuando se
aunque mayores que las encontradas entre científicos planteó el hipotético caso de un trasplante de cerebro,
(Larson y Whitham, 1997) y estudiantes europeos (De- casi la mitad de los encuestados directamente no su-
mertzi y cols, 2009). po qué contestar (NS/NC). Aunque en la actualidad es
técnicamente imposible realizar un trasplante de cere-
Los resultados de este trabajo muestran a su vez que
bro, no hay duda que de existir este procedimiento, la
las contradicciones y ambivalencias respecto de esta
hipotética persona que “recibiese un cerebro trasplan-
posiciones filosóficas podría afectar la práctica clíni-
tado” en realidad estaría donando su cuerpo a aque-
ca de los profesionales de la salud. Por un lado, más
lla persona que hubiese donado ese órgano. No hace
del 70% de aquellos que reportaron creer en Dios in-
falta en la actualidad realizar un experimento de esa
formó que esta creencia afectaba su práctica profe-

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magnitud para poder afirmar que la identidad históri- ramente nos indica a todos que un objeto sólido y del
ca, ética y subjetiva de las personas estaría alojada tamaño de un avión de pasajeros no debería desafiar
en el cerebro del “donante” que tomaría entonces ese la ley de gravedad. Sin embargo, sí es razonable pedir
nuevo cuerpo como suyo. El 19% de los encuestados que las personas que comandan esos artefactos es-
rechazó recibir un cerebro donado pero el 36% reportó tén de acuerdo y crean en las leyes de la física y de la
que aceptaría el mismo, lo que muestra el franco des- aerodinámica (que son las que explican porque vuela
concierto frente a esta pregunta. un avión) a la hora de iniciar el viaje. Por lo menos las
agencias que regulan estos servicios se aseguran de
Los resultados de este trabajo sustentan que actual- que esto sea así y lo juzgan imprescindible. Sin embar-
mente existe en la medicina lo que podríamos deno- go, a diferencia de lo que sucede en la aviación, en la
minar un “doble estándar”: mientras cotidianamente medicina esta coherencia no solo no es exigida, sino
-y cada vez en mayor medida- se utilizan tratamien- que tampoco es objeto de estudio o de monitoreo. Los
tos cuyo descubrimiento y desarrollo están sustenta- resultados de esta encuesta indican que esto podría
dos en una comprensión monista del comportamiento determinar potencialmente algunas consecuencias.
humano, estas herramientas son aplicadas por profe-
sionales que mayoritariamente parecen presentar una Volviendo a los ejemplos de la introducción y siguien-
posición ambivalente o confusión respecto del para- do los resultados de esta encuesta, ante un pacien-
digma filosófico que los determina. Por otro lado, es- te que se encuentre en situación de muerte cerebral,
ta inconsistencia filosófica entre los profesionales sus allegados tendrán una chance del 20% de discutir
de la medicina podría determinar problemas clínicos sus expectativas con un profesional que crea que “sin
concretos. Volviendo a los ejemplos clínicos de la in- cerebro no hay sujeto” pero también un 20% de chan-
troducción, la experiencia indica que el abanico de de- ces de tener que discutir este delicado asunto con otro
cisiones que podrían tomar los sujetos involucrados que sostenga que “hay existencia humana más allá de
ante estas situaciones suele ser diverso independien- la integridad de este órgano”. Sin embargo, el 60% de-
temente de que esto implique o no un mayor sufrimien- berá hacerlo con un profesional que en realidad tiene
to. Por ejemplo, ante una persona que se encuentra dudas al respecto. Todos estos profesionales pueden
en estado vegetativo, en algunos casos la familia abo- potencialmente administrar correctamente la tecnolo-
gará por conseguir que su familiar deje de recibir asis- gía que permite sostener la vida en ese punto de la
tencia usando un concepto materialista (“en definitiva existencia, pero cada uno de ellos tendrá una percep-
él (es decir: su cerebro) ha muerto”), pero otras perso- ción completamente diferente frente a los interrogan-
nas optarán por criterios más espiritualistas luchan- tes que surjan de esta situación.
do para que a su familiar la asistencia vital no le sea
interrumpida al interpretar que esa persona “aún es- Del mismo modo, un neurocirujano monista preverá
tá allí” más allá de que la evidencia científica les de- y luego ligará al procedimiento los cambios de perso-
muestre que la actividad de su cerebro ha cesado (lo nalidad y del perfil ético-moral que pueda haber sufri-
que implica que “él, es algo diferente a su cerebro”). do el paciente luego de la neurocirugía de sus lóbulos
frontales pero otro, que sostenga un punto de vista
Si bien, como se señaló, la posición de las personan dualista, tenderá a atribuir a la transmutación sufrida
afectadas puede ser objeto de intervenciones psico- a elementos psicológicos u a otras explicaciones. Para
educativas que les permitan lidiar de mejor manera los familiares y para la propia persona, este contraste
con estos problemas, no es posible ni adecuado juzgar de enfoques determinará enormes diferencias en el ti-
las diferentes posiciones que ellos asuman. En cam- po y calidad del acompañamiento que reciban frente a
bio, sí resulta una aspiración razonable encontrar en la insólita situación que deberán afrontar.
los profesionales que los asisten una posición ético-fi-
losófica que resulte coherente con el conocimiento y Esta encuesta debe considerarse como un estudio pi-
las tecnologías que utilizan. Aplicando una analogía: loto, pero sus resultados muestran claramente la ne-
no es un obstáculo primordial que el pasajero de un cesidad de aumentar la investigación acerca de este
avión crea que la aeronave vuela gracias a al efec- problema. Nuevos trabajos deberían incluir grupos
to de una fuerza imaginaria -tipo “alfombra mágica”- o control y utilizar situaciones experimentales para in-
que no tenga idea alguna de por qué esa máquina se dagar con mayor precisión en los problemas expues-
eleva, para que pueda llegar a destino con razonable tos en este trabajo. De confirmarse las implicancias
seguridad y confort . De hecho el sentido común cla- clínicas de este problema, el paso siguiente debería
ser explorar las diferentes formas de abordarlo. Una

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pregunta lógica resultante sería si los profesionales de lograr avances concretos en el campo de la medicina.
la medicina deben o no tener necesariamente un pen- Contamos con evidencia indirecta que permite pen-
samiento monista. Los resultados de este trabajo no sar que posiblemente no sea necesario realizar una
permiten contestar a esta pregunta por lo que futu- “evangelización inversa” o una “cruzada ateo-monis-
ros trabajos deberían abordar este problema específi- ta” entre los médicos para poder lograr en ellos mo-
co. Sin embargo, como se ha señalado, la experiencia dificaciones filosóficas acotadas pero suficientes para
clínica indica que cuando el efector de una tecnología lograr un mejor desempeño en la aplicación de su dis-
médica esta consustanciado con las bases epistemo- ciplina. Como hemos señalado, las intervenciones psi-
lógicas-filosóficas que la sustentan, el resultado tien- coeducativas en psiquiatría han demostrado que es
de a ser mejor tanto en términos de efectividad como posible entrenar a las personas afectadas por en-
en el impacto subjetivo que la misma produce. fermedades como el trastorno bipolar y modificar el
marco epistemológico con el que afrontan su padeci-
Un ejemplo concreto de esto puede encontrarse en los miento. Las personas que realizan estos tratamien-
materiales de información para personas afectadas tos no tienen que “convertirse” en sujetos monistas y
por enfermedades neuropsiquiátricas así como en los ateos para obtener claras y significativas ventajas en
programas psicoeducativos. Los mismos suelen estar el manejo de su enfermedad. Suelen adoptar conver-
escritos desde una perspectiva que podríamos descri- siones pragmáticas que les permiten abordar los pro-
bir como un “monismo-práctico”. Sin obligar al lector a blemas concretos de su enfermedad sin que por esto
una gran discusión sobre sus paradigmas subjetivos, tengan que cambiar radicalmente su cosmovisión. Es
suelen explicar en términos biológicos las alteracio- posible que puedan realizarse intervenciones simila-
nes conductuales que la persona padece como conse- res entre los profesionales de la medicina entrenán-
cuencia de la enfermedad. Una creciente cantidad de dolos en aquellos paradigmas con los que es más
datos confirma que esta estrategia determina una me- conveniente afrontar su práctica independientemente
jor adherencia al tratamiento y en el desarrollo de con- de que esto modifique enteramente el sistema con el
ductas de afrontamiento que redundan en un mejor cual interpretan su existencia como totalidad.
control de la enfermedad (Colom y cols., 2006).
En resumen, los resultados de este trabajo reali-
A pesar de que hay una creciente opinión entre cien- zado en una muestra amplia de profesionales de la
tíficos y filósofos contemporáneos respecto de se- medicina, muestran que presentan una posición pre-
ña- lar que esta tensión entre una civilización regida dominantemente ambivalente frente al problema dua-
por avances tecnológicos de base científica y una po- lismo/monismo. Por otra parte, este trabajo muestra
bla- ción que aún sustenta mayoritariamente una ba- indirectamente que la posición filosófica adoptada po-
se filosófica “mágica-dualista” podría ser el origen de dría impactar en el modo de entender y de abordar
muchos de los actuales conflictos sociales (Dawkins, los problemas clínicos concretos. Las dudas encon-
2006), es evidente que el la posición filosófica de los tradas en las consignas teóricas se vieron también
médicos es considerada como un problema diferen- reflejadas a la hora de resolver problemas prácticos.
te o de un alcance más amplio que otros temas teó- Las posturas filosóficas de los profesionales de la me-
ricos de la medicina. Nadie discutiría que un cirujano dicina deben ser consideradas como una materia de
debe necesariamente “creer” en la existencia de los investigación por el potencial impacto que pudieran te-
microorganismos (y como consecuencia higienizar- se ner sobre la salud de las personas a quienes asisten.
correctamente y mantener las conductas de asepsia)
para poder ejercer su profesión, del mismo modo que
no se dudaría en sancionarlo si no realizara las con-
ductas de asepsia por “no creer en la existencia los
microorganismos”. Pero muy diferente sería este pro-
blema si en cambio se le exigiese a un médico que
Dr. Sergio Strjilevich
profese un pensamiento monista o incluso no religioso
sstreji@gmail.com
para poder practicar su profesión. Seguramente, entre
otros argumentos, se alegaría que se estaría avanzan-
do con esto sobre la libertad de credos.

Sin embargo, es posible que no sea necesario abordar


este problema de manera tan categórica para poder

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