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John Paul Jackson

Bajas Innecesarias
de la
Guerra Espiritual

STREAMS PUBLICATIONS
Fort Worth, Texas
1999
A los cientos de intercesores
que tuvieron el coraje de compartir sus historias,
que su fervor por la oración crezca y potencie el glorioso Reino de
Dios para que gobierne la tierra como el agua que cubre el mar.
¡Nada sucede sin ustedes! Porque ustedes toman los deseos de
Dios y le preguntan a Él que cumpla Su voluntad en la tierra como
en el Cielo. Porque proviene de Él, es para Él y a través de Él que
todas las cosas existen.

A mi amada esposa Diane,


quien me ha acompañado mientras buscaba en el Señor las cosas
relacionadas con este tema. Su apoyo incondicional ha probado la
verdad de la divina compasión detrás del razonamiento de Dios en
la creación de hombre y la mujer. No sería completo sin ella.

En memoria de John Wimber,


ex pastor de la Comunidad Cristiana de la Viña en Anaheim,
California, y fundador del movimiento internacional de La Viña,
quien reconoció la mano de Dios en mi vida, le encantaba
escuchar la revelación de Dios y me animó a escribir este libro.
Años atrás, me sugirió que esperara a que estuviera “más cercano
a los 50 y con más experiencia” para escribirlo.
Apegándome a su sabiduría, esperé.

2
PRÓLOGO
Por JOHN SANDFORD

Lo considero un privilegio y un honor el escribir el prólogo del libro de John Paul


Jackson, “Bajas Innecesarias de la Guerra Espiritual”. No lo digo meramente porque
estimo mucho a John Paul, pero porque creo que este es una pieza rara en estos días tan
prolíficos de escribir libros—por ser un mandato de Dios, inspirado por el Espíritu Santo
y desesperadamente requerido por el Cuerpo de Cristo. Muchos poseen uno o el otro,
pero pocos poseen las tres.

Como dice Paul en el prefacio, enfrentarse en guerra espiritual se ha hecho cada vez más
popular. Muchos están saltando en respuesta al llamado de Dios, dispuestos a servir como
soldados. Esto es bueno. Si yo pensara que este libro fuese un ataque a la guerra espiritual
o hacia aquellos que están involucrados en ella, no podría escribir este respaldo, mucho
menos un prólogo. Yo mismo estoy muy involucrado en guerra espiritual y muchos de
los más conocidos por ello, son mis amigos.

Históricamente, cuando los que estábamos en el movimiento Carismático descubrimos


que los demonios eran reales, nos apresuramos a la refriega sin experiencia y de muchas
maneras, ignorantes e ingenuos. Fuimos metiendo la pata, aprendimos en el camino—y la
causa de Cristo sufrió muchas víctimas. Ha sido lo mismo en casi todas las áreas en que
el Espíritu Santo ha ido redescubriendo para nosotros Sus antiguos caminos en que
caminar (Isaías 58:12)— por ejemplo: el hablar en lenguas, la entrega de palabras
proféticas o el movimiento de Fe. El péndulo se mueve hacia celo, vergüenzas y
arrepentimientos, y luego hacia el extremo contrario en reacción—rechazo, evitarse el
uno del otro, duras críticas, y volver a las antiguas trincheras que quizás no funcionaban,
pero que por lo menos nos daban una sensación de seguridad al ser familiar. Nos
sentimos en control nuevamente. Después de varios péndulos, al fin encontramos el
equilibrio y la sabiduría, y aprendimos a servir como corresponde, eventualmente e
incluso reposadamente, tranquilo en lo que ya no es amenazadamente nuevo.

Supongo no hay muchas posibilidades de evitar ese tipo de historia en un área


recientemente redescubierta, como tampoco debiera haber una. Perlas son un símbolo de
sabiduría porque algo irritante ingresa la caparazón de una ostra y éste tiene que trabajar
para tejer una protección alrededor de ello. Quizás no haya otra mejor forma de adquirir
sabiduría que por “la escuela de los porrazos”. Nuestro amado Padre celestial sabía esto y
desde antes de la creación, Su propósito fue que el precio de nuestra libertad fuera el de
meter la pata, pecar y aprender. Él sabía que el costo de criar hijos e hijas hasta una
madurez suficiente como para tener una relación adulta con Él, persona a Persona,
tendría que ser por Su propio sufrimiento mediante la muerte de Su único Hijo en la cruz.

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Por lo tanto, no debiera haber vergüenza o condenación alguna puesta sobre nosotros
cuando nos tropezamos en campos nuevos, balanceándonos de la revulsión y de vuelta
otra vez, hasta encontrar el equilibrio y la sabiduría.

Siendo que el movimiento Carismático ha crecido y madurado bastante rápidamente en


los últimos años, es probable que hayamos entrado en guerra espiritual con menos de las
comunes y estúpidas equivocaciones grandes movimientos de péndulo. He sido testigo ya
de una notable madurez para un movimiento relativamente joven. Pero también he visto
algunos errores, pecados y sus consecuentes sufrimientos.

Por lo tanto, ha habido un número de víctimas innecesarias. Innecesaria significa “sin


riesgos y daños inútiles si estuviéramos operando en la plenitud de la experiencia y
sabiduría arduamente ganada”, no innecesaria en el sentido de “¡Qué vergüenza!
Deberías ser más cuidadoso”. John Paul ha escrito este libro para ayudar a inclinar el
péndulo hacia las esferas más seguras de la sabiduría. El Espíritu Santo ha puesto en su
corazón un gran amor y preocupación por todos nosotros involucrados en guerra
espiritual y puesto sobre él una pesada carga de oración e intercesión por toda el área, que
no falle en cumplir los propósitos por los que Dios nos ha llamado a ser Su ejército para
este tiempo tan crítico.

Es para ese fin que yo creo que Dios ha puesto un mandato para que John Paul corra el
riesgo de escribir un libro que contiene muchas sugerencias de correcciones en la manera
en que creemos y actuamos en guerra espiritual. Nuestra naturaleza carnal siendo lo que
es, rechaza e instrucciones son pocas veces populares. Pero estamos confiando que los
riesgos de los malos entendidos—y rechazos porque algunos si entienden pero no quieren
escuchar—serán minimizados por la gracia de Dios y el mayor nivel de madurez en el
Cuerpo de Dios.

Proverbios 9:8-9 dice si rechazas un hombre sabio, el te amará por eso, y si le das
instrucción a un hombre sabio, será aún más sabio por eso. Creemos que hay, ahora,
madurez en el Cuerpo y un hambre de consejería e instrucción, para que podamos
conducir la guerra sin víctimas innecesarias.

El elemento distintivo en este caso es que en muchos otros campos, podríamos meter la
pata y madurar por prueba y error sin mucho peligro. Aprendiendo hacer exorcismos sí
involucró cierto riesgo y algunos cristianos fueron heridos, pero fueron menores
comparados con los riesgos y heridas que pueden ocurrir en guerra espiritual. Eso es lo
que hace que este libro sea tan a tiempo y crucial. Mientras más tiempo toma para que
reciba instrucción y gane sabiduría, más personas pueden ser potencialmente heridas.

Lectores encontrarán en estas páginas advertencias, definiciones, clarificaciones,


enseñanzas en como conducir guerra espiritual con un mínimo de riesgo y sugerencias
prácticas para mantener una sanidad personal y libertad del pecado mientras está
involucrado en la guerra. Cualquiera de éstos por si solo vale la pena el esfuerzo de leer.
Las claves del entendimiento presentados aquí pueden salvar de tu propia vida mucho

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daño o incluso la muerte, como quizás también tus parientes, amistades y la comunidad
de la iglesia.

Yo creo que este libro debe ser leído por cualquiera que entraría el ejército del Señor por
las batallas que están acá y los que vendrán, mientras el clímax de la historia de acerca
cada vez más.

JOHN A. SANDFORD
Fundador
Elijah House Ministries

CONTENIDOS
Agradecimientos ..................................................................................................................6
Prefacio................................................................................................................................7

1. UNA NUBE NEGRA ....................................................................................................8


2. UNA TRAMPA MORTAL .........................................................................................10
3. EL ERROR DE INJURIAR........................................................................................15
4. PARÁMETROS DE AUTORIDAD...........................................................................25
5. GUERRA EN EL SEGUNDO CIELO.......................................................................31
6. GUERRA TERRENAL ...............................................................................................34
7. MALDICIONES TERRENALES ..............................................................................40
8. AVANZANDO EL REINO DE DIOS.......................................................................49
9. SABIDURÍA PARA ENFRENTAR EL ENEMIGO ................................................57
10. LINEAMIENTOS PRÁCTICOS PARA LA GUERRA ESPIRITUAL ...............64
11. ORACIONES DE LOS SANTOS.............................................................................70

Notas ..................................................................................................................................74
Lecturas Recomendadas ........................................................................................................

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AGRADECIMIENTOS
Mientras vamos conformando el telar (caminamos por el tortuoso camino) de nuestras
vidas, Dios nos pone en contacto con muchas personas que ayudan a determinar su
belleza final. Sin los hilos de muchas vidas que se enhebran alrededor y a través nuestro,
el telar sería amorfo y deshilachado. No habría belleza, contraste, dirección ni tonalidad.
Pero lo peor de todo es que no habría nadie a quien amar o quien nos ame.

En eternidad, cuando contemplemos el telar que Dios diseñó, nos sorprenderemos el hilo
que quien cruzó el nuestro y cambió nuestras vidas. Al revés, aquellos quienes tocaron
nuestras vidas también fueron cambiados y su cambio a la vez cambió a otros.

Eventualmente, nuestro telar es compuesto por aquellos que incluso indirectamente


tocaron nuestras vidas, aunque sea a generaciones de distancia. Sin embargo, Dios ve que
su herencia está tejida en nuestro telar, para su gran deleite.

A veces, cuando somos primero atravesados por el impacto de una persona en nosotros,
el cambio apenas se percibe. Muchas veces, años transcurren antes de que el cambio se
haga evidente. Tristemente, para entonces, es posible que nos hayamos olvidado de la
esencia de ese momento e incluso el nombre de la persona de quien provino el cambio.

Agradecimientos, entonces, pueden ser un débil intento de tratar de recuperar los


momentos iniciales que nos guiaron a tejer esta pieza en particular del telar. Sería un
intento en vano el tratar de reconocer a todos aquellos que nos han ayudado a entretejer
las páginas de este libro. Eso sí quiero decir que solo el Señor, en su infinita sabiduría,
podría tejer juntos cualquiera de nuestros telares para conformar un hermoso telar del
Reino.

Me gustaría dar gracias a aquellos que tienen una mayor cercanía en llevar a buen
término este momento:
A Carolyn Blunk quien tomó mis torpes intentos, notas y grabaciones, y las
transformó en un manuscrito. Estoy anonadado. Mi gratitud también va a para Michael
Giobbe, y Don y Sandy Rice por su asistencia en investigación, a Ed Tuttle por sus
diseños increíbles, y amigos quienes revisaron y criticaron el manuscrito.

A Keith Luker quien tiene la paciencia de Job, estoy agradecido por tu resistencia
y aguante. Al equipo de Streams que continúa trabajando incesantemente para
implementar la visión que Dios me ha dado. Estoy humillado por sus corazones serviles.
Mi agradecimiento de corazón también va a para aquellos intercesores de todo el país
quienes oraron mientras el libro estaba siendo escrita.

Y finalmente a John Sandford, quien ha sido una fuente invaluable de sabiduría,


entendimiento, reproche y coraje a través de los años, y quien se ha parado y me cubierto
con sus alas proféticas cuando más las necesitaba. Estoy eternamente agradecido. Gracias
por tu amistad.

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PREFACIO
Un sinnúmero de cristianos está redescubriendo la guerra espiritual. Los libreros están
repletos de bestsellers sobre batallando las fuerzas espirituales en las regiones
espirituales. Seminarios sobre las dimensiones cósmicas de la guerra espiritual están
proliferando alrededor del planeta.

Sin embargo, guerra espiritual continúa siendo uno de los temas más controvertidos en la
Iglesia de hoy. Algunos creen que cristianos no deberían lidiar con espíritus demoníacos
en los cielos. Otros, creen que todos deberían atar principados demoníacos y poderes en
el Cielo como en la tierra. Todavía otros piensan que solo un grupo selecto—intercesores
de alto rango—son ungidos para atar espíritus demoníacos que gobiernan áreas
geográficas del mundo.

Varios años atrás, hice mío muchas de las enseñanzas populares sobre guerra espiritual.
Así como mis pares, creía que la guerra espiritual cambiaría el destino de ciudades y
naciones. Todavía creo eso.

Más recientemente, sin embargo, he adoptado una perspectiva más conservadora respecta
a guerra espiritual—una que me permite distinguir entre guerra espirituales la ámbito
terrenal de guerra espiritual en el ámbito del segundo Cielo. Yo creo que si no
entendemos los parámetros de nuestra autoridad delegada y alguna guía práctica en como
enfrentar la guerra espiritual, hay una fuerte probabilidad de que te transformes en una
víctima de esa guerra.

He escrito este libro para compartir algunos conocimientos que me han sido revelados y
ofrecer un palabra de discernimiento. Lo hago humildemente, porque no quiero con esto
implicar que tengo todas las respuestas relacionadas con guerra espiritual. No las tengo.
Pero sí intentaré explicar porqué he tomado una perspectiva diferente, con la esperanza
que usted evite el dolor innecesario que ha acaecido sobre numerosos intercesores a
través de los años.

“Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban


por ser caminos de muerte” (Proverbios 16:25)

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CAPÍTULO I: UNA NUBE NEGRA

Escuchaba atentamente como se desencadenaba la historia al otro extremo del teléfono.


Quien llamaba estaba desesperado. Sujetando el teléfono a mi oreja con el hombro,
comencé a tomar notas con lápiz en un pedazo de papel mientras el pastor de una iglesia
grande y de rápido crecimiento explicaba su problema.

En el último año cinco mujeres en su iglesia habían perdido sus bebés y ahora parecía que
tres más iban a perder sus embarazos. ”¿Qué rayos está pasando?” me preguntaba. “¿Hay
una maldición sobre mí o mi iglesia?” Después de haber hablado un rato le prometí que
oraría y buscaría unas respuestas en Dios.

Como parte del liderazgo pastoral de una iglesia grande en Anaheim, California, no era
raro que recibiera llamadas de líderes de todas partes del mundo. A menudo Dios me
daba palabras de conocimiento y de revelación de opresión demoníaca y varios enigmas
espirituales para desentrabar situaciones problemáticas.

Mientras estaba en una conferencia en la costa Este de EE.UU. unos días después, una
mujer se me acercó pidiendo oración. Con lágrimas en los ojos me explicó que estaba
embarazada y recientemente estaba presentando síntomas de pérdida. Los tres embarazos
anteriores los había perdido prematuramente. Si bien tenía 42 años, ella no creía que su
inhabilidad de tener hijos se debía a su edad. Su hija, que también estaba embarazada,
también estaba mostrando señales de pérdida. Se mordió el labio tratando de controlar sus
emociones, pero sus lágrimas corrían por sus mejillas. Escuchándola clamar por ayuda,
descansé mi mano sobre su cabeza y comencé a orar por ella y su familia.

Mientras la multitud se agolpaba hacia delante por oración, un pastor se abrió paso hacia
adelante con una mujer a su lado. Cuando nuestros ojos hicieron contacto me suplicó que
orara por una de sus líderes. “Ella lidera la intercesión en nuestra iglesia” dijo él en forma
protectora. “Satanás ha estado realmente atacándola. Ha perdido dos embarazos”.

Quedé intrigado preguntándome si existía alguna conexión con la historia de la mujer


anterior. Al orar por esta mujer, le pregunté a Dios por una revelación más clara sobre la
nube negra que aparentemente estaría colgando sobre tantas intercesoras. Incapaz de
dilucidar el problema en ese momento, sabía que Dios aclararía el misterio.

Poco tiempo después de haber vuelto a la Costa Oeste un pastor llama a mi oficina. Muy
preocupado, me explica que su hijo de 16 años se había arrancado de la casa. “Mi hijo
siempre ha sido de Dios” dijo calladamente, “hasta el año pasado. Se tiñó el pelo morado,
se hizo piercing en las orejas, se rapó un lado de su cabeza y se llenó de tatuajes el
cuerpo. No entiendo que pasó”.

Muy perplejo, el pastor parecía estar al final de la cuerda. Le dije que lamentaba lo de su
hijo y prometí orar por él. Intercambiamos teléfonos y acordamos mantenernos en
contacto.

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Otro pastor muy conmovido me llamó. Su hija se había enfermado gravemente y de
forma misteriosa. Su condición empeoró diariamente hasta que terminó en la cama y tuvo
que retirarse de la Universidad. Tuvo que someterse al cuidado de un Doctor al ser
diagnosticada con síndrome de fatiga crónica y fibromialgia.

Las siguientes semanas y meses, llamadas similares a éstas continuaron llegando.


Algunas de líderes de iglesia cuyas esposas los habían abandonado. Otros llamaban para
describir enfermedades y operaciones repentinas; un intercesor desarrolló cáncer y una
joven pareja perdieron su hijo recién nacido. Cada situación parecía llegar con poco aviso
y producía resultados desastrosos.

Perplejo por estas historias sobrecogedoras, estaba con mi espíritu muy revuelto. A solas
con Dios, comencé de preguntarle por revelación. Aunque había estado orando por mayor
revelación respecto de batalla espiritual, no estaba al tanto de alguna conexión. Poco
sabía que estas circunstancias tenían una hebra común que las unía en un tapiz de
tragedia, corazones quebrantados y de dolor innecesario.

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CAPÍTULO II: UNA TRAMPA MORTAL

A través de la Biblia, Dios ha usado los sueños para guiar, dar dirección y aviso.
Aquellos que obedecieron estos mensajes fueron librados de hambruna, enfermedad y
muerte. Aún hoy, Dios nos visita por medio de sueños y nos ofrece soluciones a lo que
hemos estado buscando. Tal como Dios le habló a Daniel en un sueño, Dios usó un sueño
para cambiar mi entendimiento de guerra espiritual para siempre y de prevenir algunas de
las dolorosas tragedias que han plagado a tantos cristianos.

Viviendo en Anaheim, California, había estado pidiéndole a Dios sobre guerra espiritual.
Una noche, Dios me habló en un sueño. Durante el sueño, miraba el desenlace de este
drama como si yo estuviera suspendido del cielo.

Tirando hachas a la Luna


Era de noche, el cielo estaba azul-negro excepto por la inmensa y luminosa luna que
llenaba el horizonte. En la oscuridad remota, varias siluetas de figuras se veían contra la
luna. Cada figura estaba parada sobre una plataforma circular y predicaban a un pequeño
grupo de personas.

Con gran emoción, estos líderes señalaban hacia la luna y gritaban que los siguiesen.
Gradualmente, la plataforma de cada uno de los líderes se alzaba mientras más crecían las
multitudes. Algunas plataformas se alzaban sobre las multitudes a alturas precarias
mientras otras estaban levemente alzadas sobre el piso.

Parecidos a cowboys, los líderes se paraban en las plataformas con cartucheras amarradas
a sus caderas, pero en vez de tener pistolas tenían hachas. Al comenzar a predicar los
líderes, las personas se reunían alrededor de ellos. Luego, cada líder agarraba su hacha, la
alzaba, la movía de lado a lado y finalmente la tiraba a la luna. Pero el hacha nunca
tocaba la luna, simplemente caía en la oscuridad más allá.

Después de un tiempo los líderes se cansaban. Eventualmente cada uno se acostó en su


plataforma y se durmió. Entonces, varias figuras se descolgaron sigilosamente de la
superficie lunar, treparon por los palos que sujetaban las plataformas, se acercaron a los
líderes y comenzaron a golpearlos con extrema violencia.

Debido a que las plataformas eran tan grandes y altas, nadie se había percatado de la
devastación que se avecinaba. Pronto, gritos estremecedores provinieron de los líderes-
gritos para sus familias, sus hijos, sus iglesias y sus ministerios.
“Alguien que me ayude, me estoy muriendo”, pedía uno. Fue horroroso verlo y
escucharlo. Entonces, el sueño se perdió en la oscuridad. En la quietud que quedó, Dios
me habló:
“Atacar principados y poderes sobre un área geográfica puede ser tan
infructuoso como tirarle hachas a la luna. Y puede dejarte abierto a ataques
imprevistos e imperceptibles.”

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Las palabras de Dios hicieron eco en mi mente. Estos líderes no previeron el contraataque
de los principados. Creían que estaban haciendo algo grande para el Señor pero no
lograron comprender la naturaleza de la autoridad del enemigo para responder con
ferocidad.

La Soberanía de Dios como Juez


Entonces, escuché la voz de Dios declarar dos pasajes de la Escritura:
En aquel día el Señor castigará a Leviatán, la serpiente huidiza, a Leviatán, la
serpiente tortuosa. Con su espada violenta, grande y poderosa, matará al Dragón
que está en el mar. (Isaías 27:1)

En este pasaje, Leviatán es una metáfora de Satanás. Como tal, es referido como una
serpiente que está huyendo, refiriéndose a Dios rechazando la autoridad de Satanás.
Satanás también es mostrado como una serpiente tortuosa, chueca, que se refiere a la
habilidad que tiene Satanás de dar vuelta las cosas, de llamar las cosas buenas malas y las
malas buenas.

Además, Dios se reserva la venganza para Sí mismo (Hebreos 10:30). Dios y solo Dios
puede castigar a Satanás. Viene un día en el futuro cuando Dios va a destruir a Satanás,
quien fue creado por Dios. Hasta entonces, Dios permite que Satanás exista. Dios tiene el
más completo dominio sobre Su creación y se reserva el juicio de los lugares celestiales
para Sí mismo.

Como ha dicho el autor Judson Cornwall “No es nuestra misión destruir a Satanás,
porque Dios no ha terminado con él todavía”.1
Entonces El Señor me habló del libro de Job:
“Puedes pescar a Leviatán con un anzuelo o atarle la lengua con una cuerda?
¿Puedes ponerle un cordel en la nariz, o perforarle la quijada con un gancho?
¿Acaso amablemente va a pedirte o suplicarte que le tengas compasión?
¿Acaso va a comprometerse a ser tu esclavo de por vida?
¿Podrás jugar con él como juegas con los pájaros o atarlo para que tus niñas se
entretengan?
¿Podrán los mercaderes ofrecerlo como mercancía o cortarlo en pedazos para
venderlo?
¿Puedes atravesarle la piel con lanzas, o la cabeza con arpones?
Si llegas a ponerle la mano encima jamás te olvidarás de esa batalla y no querrás
repetir esa experiencia!
Vana es la pretensión de llegar a someterlo; basta con verlo para desmayarse.
No hay quien se atreva siquiera a provocarlo; ¿quien pues podría hacerle frente?
¿Y quién tiene alguna cuenta que cobrarme? ¡Mío es todo cuanto hay bajo los
cielos!” (Job 41:1-11, cursivas del autor)

La advertencia de Dios hizo eco en mi espíritu: “¿Quién eres tu para tantear a Satanás?
¿Quién eres tú para imaginar que puedes capturar a Satanás? ¿Quién eres tú para hacer de
Satanás tu siervo? ¿O domar a Satanás como si fuese un animal? ¿O matarlo tirándole

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arpones (o hachas)? Intentar tales cosas es ser muy presuntuoso, tener imaginación vana
y falsa esperanza.”

Acuérdate, una vez, incluso Satanás usó autoridad que Dios le había dado en forma
errónea. Esta terminó en desobediencia, rebelión y juicio.

El Sonido de la Furia
Cuando desperté del sueño mi corazón palpitaba rápidamente. Sentándome en la cama,
pataleé para sacarme las sábanas que estaban enredadas alrededor de mis pies y las
deslicé hacia un lado de la cama. Tratando de no despertar mi esposa, caminé hacia el
baño donde refresqué mi cara con agua fría. Lentamente, por mi mente comenzaron a
pasar imágenes de intercesores que habían perdido hijos, intercesores que estaban
inmovilizados por la fibromialgia, líderes que batallaban con la depresión como también
de quebrantos físicos y emocionales, pastores cuyas familias e iglesias estaban hechos
trizas por divisiones, enfermedades e incluso muertes prematuras. Sus caras fueron
transpuestas con las imágenes del sueño y los terribles sonidos de sus holocaustos hacían
eco en mi espíritu.

Mientras caminaba hacia el living, prendí la luz. No pudiendo sentarme tranquilamente,


comencé a pasearme por el piso intercediendo por aquellos cuyas vidas habían sido
destrozadas. Fue una pesadilla horrorosa, pero con mayor claridad veía como el enemigo
había puesto una insospechada trampa mortal a los bien intencionados dentro del Cuerpo
de Cristo.

Enterrando el hacha
Al amanecer ya tenía mapeado un plan de acción. Cuando llegué a mi oficina más tarde
esa mañana, encontré los teléfonos y comencé a llamar a los pastores líderes.
Primero hablé con el pastor que tenía tres mujeres embarazadas en su iglesia a punto de
perder sus hijos. “¿Que están haciendo diferente este año en su iglesia?” le pregunté con
curiosidad: “Nada, excepto que hemos aumentado el nivel de involucramiento en guerra
espiritual” respondió ponderadamente. Aventurándome aún más lejos, le pregunté que
tipo de guerra. El explicó que estaban confrontando directamente y atando principados
demoníacos de pornografía y aborto que estaban pululando sobre su ciudad.

Compartiendo el sueño de advertencia que Dios me había dado la noche anterior, le dije
que en la lucha contra principados sin la suficiente instrucción de cómo hacerlo y de los
contraataques de Satanás, él se había dejado a sí mismo y a su iglesia abierta a ataques
imprevistos e imperceptibles.

“Si te detienes y te arrepientes” profeticé, “las tres mujeres que están ahora encinta
completarán sus embarazos. Sus hijos vivirán y no morirán”. El día en que la iglesia se
arrepintió fue el día en que las tres mujeres dejaron de sangrar. Meses después, las tres
mujeres dieron luz a hermosos y sanos bebés.

Una historia similar salió del pastor con el hijo de 16 años que se había arrancado de la
casa. Durante el año anterior su iglesia se había entablado en una guerra espiritual,

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intentando ligar espíritus territoriales sobre la ciudad. Al explicarle las Escrituras en Job e
Isaías, sentí la presencia de Dios que me envolvía.

Le profeticé, “Si Dios no te ha llamado a este tipo de guerra espiritual, estás en un


comportamiento presuntuoso. En esencia, eso es rebelión. Tu hijo está manifestando esa
rebelión”. Él y su iglesia se detuvieron y su hijo estaba de vuelta en casa al cabo de la
semana.

Cuando llamé la mujer de 42 años y su hija, ambas quienes estaban embarazadas, supe
que ambas habían estado batallando en las regiones celestiales. Mientras discutimos
ciertos aspectos de la guerra espiritual, compartí con ella lo que Dios me había mostrado
en sueño y en las Escrituras. Profeticé que si paraban y se arrepentían por su
comportamiento presuntuoso de estar atando principados sobre su ciudad, ambos bebés
vivirían. Dios las sanó y continuaron sus embarazos hasta el final.

Finalmente hablé con el pastor cuya hija tenía el síndrome de fatiga crónica y
fibromialgia. Le dije, “Me gustaría revisar un par de temas contigo”. Cuando estuvo de
acuerdo le pregunté si su hija había estado involucrada en guerra espiritual que ataba
espíritus malignos de alto rango.

Sorprendido por la pregunta, rápidamente contestó que sí y agregó una explicación, “En
una visión, mi hija había visto un principado demoníaco sentado en el domo del edificio
administrativo de la Universidad. Ella comenzó a ir en contra de el”. Su hija comenzó a
desarrollar fatiga extrema, depresión y desorientación en tres o cuatro días de haber
comenzado su intento de derribar el espíritu. Le expliqué el remedio, pero después supe
que su hija NO se arrepintió de haber intentado atar el principado demoníaco sobre su
universidad. Desafortunadamente, ella permanece debilitada por su enfermedad hasta
hoy.

La sabiduría de la Restricción
Al pasar de los años, esta revelación sobre guerra espiritual ha ayudado a muchos
individuos, familias, iglesias y líderes. Se ha hecho aparente que muchas de estas “bajas”
no eran simplemente parte del costo de la guerra, más bien, fueron costos innecesarios de
la guerra, peleado muchas veces sin sabiduría.

Como con muchos de ustedes, ha habido estaciones en que me he sentido invencible,


especialmente cuando había terminado un ayuno o noche de oración. Estaba armado y
peligroso. Pero descubrí con dolor que adoptando la mentalidad de héroe puede
animarme a hacer cosas que en un principio parecen heroicos, pero luego demuestran ser
tontas. Sin sabiduría y restricción, puedo fácilmente atacar las puertas del enemigo de una
forma que no logra los propósitos de Dios ni mis metas, sino que causa daño emocional y
físico a mí y otros cercanos a mí.

Imaginen la tragedia de ver un soldado masacrado al salir de la trinchera gritando “Tu


agarraste a Pedro, yo te agarraré a ti”. Mientras se abalanza sobre la metralleta enemiga
es cortado por la balacera. Estaba peleando una batalla que estaba destinado a perder,

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porque estaba falto de recursos armados, de maniobra y conocimiento. Esto NO fue un
hecho heroico.

De la misma forma, en nuestro afán de avanzar el Reino de Dios, muchas veces nos falta
sabiduría en plantearnos la guerra espiritual. Algunas batallas son necesarias, tales como
aquellas cuando somos atacados y debemos defendernos, o cuando Dios nos llama a
atacar demonios que están oprimiendo personas. Ya hay muchas bajas que no se pueden
evitar. Pero condonar y continuar nuevas bajas innecesarias debido a la guerra espiritual
sin cuidados, revela una falta de sabiduría estratégica. Debemos mostrar mayor
perspicacia, humildad y restricciones al batallar para someter la tierra y avanzar el Reino
de Dios.

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CAPÍTULO III: EL ERROR DE INJURIAR

Todo éxito trae consigo semillas para su propio fracaso. Si bien ha habido éxitos
extraordinarios atribuidos a la guerra espiritual, mucho del fruto, yo creo, ha venido no
porque la guerra espiritual fue llevada a cabo correctamente, sino más bien a un clamor
aumentado y unificado del cuerpo de Cristo por oración y ayuno.

En forma similar, Mary Baker Eddy, quien fundó Ciencia Cristiana, operó con algunas
enseñanzas correctas que honraban a Dios. Su ministerio fue acompañado por milagros.
Sin embargo, esto no validó su ministerio ni sus errores. Mucho de lo que enseñó fue la
herejía del Gnosticismo docético.2

Tal como los milagros no validaron su ministerio, tampoco debieran nuestros éxitos
aparentes convencernos que nuestros intentos en guerra espiritual son sabios o siquiera
sancionados por Dios. Cuando nuestras acciones aumentan en sabiduría y justicia, Dios
escucha nuestro clamor y remueve principados y poderes que gobiernan un área.
Entonces, hace llover Sus bendiciones sobre Su iglesia. Si cristianos hubiesen
demostrado una focalización y unificación similar hacia la intercesión en el pasado, estoy
convencido que mucho de los frutos que estamos viendo en estos días hubieran aparecido
mucho antes.

En nuestros intentos de entrar en guerra espiritual, necesitamos ser prudentes y sabios.


Planteando nuestras oraciones directamente a Dios sobre principados demoníacos,
justifica Su mandato de llevar a cabo las acciones necesarias para remover esos
principados.

Normalmente, estamos escondidos en Cristo Jesús (Colosenses 3:3), pero al entrar en


cualquier nivel de guerra espiritual nos expone a la vista de lo demoníaco- como si
hubiésemos sacado nuestras cabezas por un hoyo en la pared. Simplemente orando a
Dios, pidiéndole que se encargue de lo demoníaco, es una dimensión de guerra espiritual.

La Batalla es del Señor


Pidiéndole a Dios que gane la batalla por nosotros es la forma más sabia de entrar en
guerra espiritual, pero ni siquiera eso va a prevenir el contraataque demoníaco. Por
ejemplo, el apóstol Pablo reconoció que debido a sus grandes revelaciones que le fueron
dados para destruir las obras del enemigo, el fue expuesto y fue dado un tormento
demoníaco para atacarlo (2 Corintios 12:7). Dios permitió la respuesta demoníaca por el
enemigo. Por lo tanto, necesitamos aprender a cómo hacer guerra espiritual sabiamente
(lo que va a ser discutido en forma más completa en el capítulo 10).

Más que nunca estoy convencido que la forma en que manejamos la guerra espiritual
puede determinar si es que nos exponemos nosotros y otros a algún mal. Usando
discernimiento sobre guerra espiritual es una clave principal en evitar campos de batalla
con mucha bajas y encontrarnos envueltos en el fuego cruzado del enemigo.

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En su libro, La Verdad Sobre Ángeles, Terry Law escribe:
Sin darme cuenta, muchos de los que están involucrados en “bajar” espíritus,
están realmente pagando tributo a ángeles malignos.3

Durante los años tempranos del movimiento carismático, muchos cristianos descubrieron
que Satanás y sus demonios no eran un mito, sino que eran de verdad. La tendencia era
adoptar una mentalidad “todo o nada”. De repente habían demonios detrás de cada
arbusto o sobre el hombro de todos! Cristianos empezaron a considerar casi todos los
problemas como demoníacos, tratando de echar fuera demonios de todos y todas las
cosas.

Muchos sobre-enfatizaron el poder y dominio de Satanás y por ende cayeron en una


forma de pensar muy similar, reminiscente a la herejía de Maniquea, que veía a Satanás
como par de Dios y la vida solo como una batalla entre las fuerzas de luz y de oscuridad.
Sin embargo, la iglesia lo catalogó como herejía. Satanás no está a la par y opuesto de
Dios. Más aún, la vida no es una simple batalla entre las fuerzas de la luz y de la
oscuridad. Vida es un Padre celestial bueno, criando hijos e hijas para relacionarse con Él
por una eternidad. Existe una guerra, pero es solo un pequeño detalle en el gran esquema
de la historia.

Cuando le ponemos demasiada atención a los espíritus malignos, terminamos


rindiéndoles homenaje a la fuerza del poder demoníaco en vez del poder de Jesús. Esto
no quiere decir que no debiéramos entrar en ninguna forma de guerra espiritual. Es solo
para advertir que la tentación es de quedar tan absorto en todo aquello que Satanás y sus
huestes sutilmente reciben mayor atención que Dios. Satanás perdería todas las batallas si
fuese necesario para robarle la atención que pertenece a Dios. Cada vez que gastamos
más tiempo en cualquier otra cosa o persona que no sea Dios, nuestras prioridades están
fuera de orden y Satanás recibe más atención. Por lo tanto, Satanás logra su propósito.

En su libro, Es la guerra de Dios, Judson Cornwall describe como había caído en la


trampa. Parado en el púlpito, reprendía el diablo para que las personas pudieran alabar.
Más tarde, el Señor le dijo a Judson que le gustaría que fuera mencionado más Él que
Satanás. Perplejo, Judson le preguntó a que se refería. Dios le respondió diciéndole a
Judson que estaba exaltando demonios al reconocer sus presencias, llamándolos por
nombre y diciéndoles que es lo que debieran hacer.

Me rompió el corazón el darme cuenta que había estado, sin quererlo, liderando
mi congregación a la exaltación de demonios. Cuando le pregunté al Señor que
debiera hacer, me dijo dulcemente que liderara la congregación en alabarlo a Él, y
que Él se encargaría de la actividad demoníaca entre nosotros.5

Estas lecciones son importantes para aquellos de nosotros que entran en guerra espiritual.
Cuando nuestro sistema de creencia es teológica y espiritualmente sólida y seguimos la
guía bíblica, podemos entrar en guerra espiritual con el mínimo de peligro. Sin embargo,
muchas iglesias hoy están sufriendo innecesarias bajas porque no han seguido estas
recomendaciones.

16
La autora Leanne Payne, en su libro Listening Prayer, describe sus encuentros con
intercesores que atan principados demoníacos y poderes sobre ciudades. Más aún, ella
llama esto una práctica de oración extremadamente peligrosa.

Considerándose intercesores extraordinarios y los “únicos” haciendo guerra


espiritual, lo que realmente estaban haciendo era invitar la presencia de demonios.
Habían atraído la atención de poderes oscuros hacia el Cuerpo de Cristo en ese
lugar, al orarle a ellos y, mediante su soberbia, a verse como ellos mismos los que
los “ataban”. Lo que en verdad ocurrió fue que se convirtieron en canales por las
que un “principado y poder” (un espíritu que domina esa ciudad) descendiera en
medio nuestro…
Obviamente, entramos en un conflicto espiritual de proporciones inusuales, uno
que nunca debió haber sucedido. Esta gente, pensando que eran intercesores,
simplemente habían tenido éxito en informar a los poderes de la oscuridad en,
sobre y alrededor de esa ciudad, que nosotros veníamos! Al escuchar como
relataban orgullosamente sus espeluznantes peleas con los poderes oscuros, me di
cuenta que ellos llevan este “don” a cada lugar que van. La forma en que oran les
asegura que las personas con que van a estar interactuando van a tener
enfrentamientos dramáticos y terribles con poderes malignos, y que algunos de
ellos van a caer en seria decepción demoníaca. Este es un error muy serio.6

Leanne Payne cree que aquellos que atan principados demoníacos en los lugares
celestiales se están alejando del modelo de Jesús en la Escritura. Ella escribe que Jesús se
focalizó sobre el Dios Padre y por tanto nos enseñó a orar a Dios en vez de dirigirse a los
poderes demoníacos en los lugares celestiales. Ella nos anima a fijar nuestros ojos en
Jesús y hablarle a Él. Es Jesús quien va a liberar Su pueblo de las trampas del enemigo.
Debemos recordar que la batalla es del Señor, como David dijo cuando derribó a Goliat
(1 Samuel 17:47).

Nada nuevo bajo el Sol


Recientemente, enseñanzas sobre guerra espiritual han tomado el concepto de tomar
autoridad y atar espíritus sobre áreas geográficas alrededor del mundo. Podemos creer,
pensar que esto es una nueva arma usada en contra del enemigo. Sin embargo, tales
enseñanzas han estado circulando desde la iglesia primitiva.

Lo que ya ha acontecido volverá a acontecer; lo que ya se ha hecho se volverá a


hacer ¡y no hay nada nuevo bajo el sol! (Eclesiastés 1:9)

Lo que ahora existe, ya existía; y lo que ha de existir, existe ya. Dios hace que la
historia se repita. (Eclesiastés 3:15)

El corazón sabio sabe cuándo y cómo acatarlas. En realidad, para todo lo que se
hace hay un cuándo y un cómo, aunque el hombre tenga en su contra un gran
problema. (Eclesiastés 8:5b-6)

17
El apóstol Pedro y Judas alertaron a la iglesia primitiva de no involucrarse
equivocadamente en guerra espiritual, especialmente injuriando a Satanás.

Y a los ángeles que no mantuvieron su posición de autoridad, sino que


abandonaron su propia morada, los tiene permanentemente encarcelados en
oscuridad para el juicio del gran Día. 7 Y así también Sodoma y Gomorra y las
ciudades vecinas son puestas como escarmiento, al sufrir el castigo de un fuego
eterno, por haber pactado, como aquellos, inmoralidad sexual y vicios contra la
naturaleza. 8 De la misma manera estos individuos, llevados por sus delirios,
contaminan su cuerpo, desprecian la autoridad y maldicen a los seres celestiales. 9
Ni siquiera el arcángel Miguel, cuando argumentaba con el diablo disputándole el
cuerpo de Moisés, se atrevió a pronunciar contra él un juicio de maldición, sino
que dijo: “¡Que el Señor te reprenda! “ (Judas 6-9, cursivas del autor)

Hablando con Desprecio


En nuestros intentos de hacer guerra espiritual, ¿somos culpables de insultar o injuriar
seres celestiales? Injuriar, por definición, involucra el abuso verbal, el gritonear o
reprender, discutir ruidosamente y reprender airadamente.

En el pasaje arriba de Judas, éste estaba diciendo que si emitimos opiniones denigrantes y
acusamos seres espirituales en forma pesada –ya sea buena o mala- nos habremos
apartado de la manera cortés de Jesús y de haber llegado a ser como el enemigo con
quien estamos lidiando.

Cortesía es el sello del Reino de Dios. Descortesía es el sello de Satanás. Cuando Jesús
estaba en contienda con el enemigo, hablaba firmemente pero con un respeto absoluto.
Jesús no le insultó cuando respondía a las tentaciones de Satanás como tampoco le habló
en forma descortés o sin respeto. En vez, Jesús simplemente citó de las Escrituras para
reprender al diablo.

Como ex-ángel de alto rango, eminencia y poder, Satanás no es de ser tratado con
deshonor. Dios creó a Satanás con un ávido intelecto e increíble autoridad, y le dio una
posición cercana al trono (Ezequiel 28). Aunque Satanás se hizo malo y Dios le removió
la autoridad mediante nuestro exaltado Señor Jesucristo, Él no le removió sus dones.
Todos los dones de Dios son irrevocables (Romanos 11:29). Por ejemplo, muchos grupos
de Rock hoy en día son formados por miembros de iglesia que cantaban en el coro y
lideraban la alabanza.

Reconociendo los dones creados de Satanás, el arcángel Miguel, quien también poseía un
alto rango y autoridad, peleó solo adhiriéndose a la naturaleza cortés de Dios. Si Miguel
no presumió en injuriar a Satanás, ¿no le parece una idiotez que lo hagamos nosotros?

Sensación Falsa de Poder


Muchos cristianos han ingresado al ministerio de liberación o guerra espiritual
suponiendo que injuriando a Satanás de alguna forma les asegura más poder. Lo que
realmente ocurre es al hacerlo, nos derrota a todos. Cada vez que lanzamos insultos

18
abusivos o mostramos nuestra rabia hacia el enemigo, violamos el orden creado por Dios
e invitamos contraataques destructivos.

Cuando Satanás cayó, llevó consigo seres celestiales (Apocalipsis 12:9). Por lo tanto,
parece ser lógico pensar que los que cayeron con él también eran de alto rango. Por
ejemplo, la mayoría de los seguidores de Satanás que se rebelaron eran quizás ángeles
cercanos a él y bajo su autoridad. Lo más probable es que eran sus pares o de menor
rango, e igual que Satanás, quizás cayeron de sus altas posiciones por el mismo pecado
de soberbia (Isaías 14:11-14; 1 Timoteo 3:6).

Cuando esos dignatarios celestiales cayeron al segundo Cielo, Satanás naturalmente les
hubiera asignado posiciones de autoridad comparables a las que tenían antes en el tercer
Cielo.8 De igual forma habrán mantenido los dones que tenían de acuerdo a sus
posiciones. Dios no les hubiera quitado los dones que él les regaló y así violar Su ley.
Sólo les revocó el derecho de relacionarse con otros en el tercer Cielo.

Necesitamos ser cuidadosos si pensamos que el Espíritu Santo nos ha llamado a


enfrentarnos con esos poderosos seres espirituales. Como seguidores de Él, debemos
mantener la naturaleza de Jesús en todo lo que hacemos. Más aún, debemos estar atentos
a la posibilidad y probabilidad que estos seres demoníacos poseen dones que nos pueden
sobrepasar en inteligencia y habilidad.

Una Promesa Futura


Aunque la Escritura nos dice que Jesús nos levantó y nos sentó junto a él en las regiones
celestiales en Cristo Jesús (Efesios 2:6), la plenitud de nuestra posición celestial se hará
manifiesta en el tiempo venidero. Ahora, no estamos sentados en plenitud en las regiones
celestiales. Pero en el tiempo venidero, tenemos la promesa que nos sentaremos con Dios
y que en ese tiempo, juzgaremos a los ángeles. Hasta ese entonces, hemos sido hechos un
poco menos que los ángeles (Hebreos 2:6-7). En consecuencia, no debemos darles
órdenes a los ángeles ni a ningún otro dignatario celestial. De otra manera estamos
ejerciendo una seudo-autoridad, atrayendo de esta forma contraataques demoníacos
innecesarios para los cuales estaremos mal equipados para sostener.

Dios nos Liberará


Otra advertencia en relación a maldecir o insultar principados y poderes de alto rango en
el segundo Cielo, se encuentra en la segunda carta de Pedro:

Todo esto demuestra que el Señor sabe librar de la prueba a los que viven como
Dios quiere, y reservar a los impíos para castigarlos en el día del juicio. Esto les
espera sobre todo a los que siguen los corrompidos deseos de la naturaleza
humana y desprecian la autoridad del Señor. ¡Atrevidos y arrogantes que son! No
tienen reparo en insultar a los seres celestiales, mientras que los ángeles, a pesar
de superarlos en fuerza y en poder, no pronuncian contra tales seres ninguna
acusación insultante en la presencia del Señor. (2 Pedro 2:9-11, cursivas del
autor)

19
Satanás ha caído de su posición originalmente creada como el querubín ungido de Dios
quien tenía gran autoridad y responsabilidad de proteger y defender la montaña santa de
Dios (Ezequiel 28:14). Es un enemigo derrotado, pero retiene la dignidad de su posición
anterior hasta que la eternidad sea inaugurada. Entonces, Dios lo atará y echará al lago de
fuego. Por mientras, incluso los arcángeles de Dios responden cuidadosamente a Satanás.

Entonces me mostró a Josué, el sumo sacerdote, que estaba de pie ante el ángel
del Señor, ya Satanás que estaba a su mano derecha como parte acusadora. El
ángel del Señor le dijo a Satanás: “¡Que te reprenda el Señor que ha escogido a
Jerusalén! ¡Que el Señor te reprenda Satanás! ¿Acaso no es este hombre un tizón
rescatado del fuego?” Josué estaba vestido con ropas sucias en presencia del
ángel. Así que el ángel les dijo a los que estaban allí, dispuestos a servirle:
“¡Quítenle las ropas sucias!” Y a Josué le dijo: “Como puedes ver, ya te he
liberado de tu culpa, y ahora voy a vestirte con ropas espléndidas”. (Zacarías 3:1-
4)

Es esencial ver a Satanás como un regidor poderoso y malvado, tratándolo con respeto al
no insultarle a él ni a sus fuerzas malignas. Mediante este tipo de respeto, dejamos intacto
el protocolo divino de Dios (procedimiento correcto). Podemos llamar al Señor para
reprender a Satanás, pero hacer más, regañar en contra de Satanás, trae como
consecuencia una penalidad fuerte: sufrimiento innecesario, destrucción o incluso una
muerte prematura.

Como he mencionado, no tienes que derrocar al enemigo haciéndote como él. Tampoco
lo puedes derrocar hablándole en forma acusativa o enojada. Debido a que este es un
punto importante, déjenme replantearlo: el sello del Reino de Dios es la cortesía y el
respeto; el sello del reino de Satanás es rudeza, descaro e impertinencia.

Ignorancia no es dicha, viene con un castigo muy fuerte. Ignorancia puede abrir puertas
espirituales por las que Satanás tiene la oportunidad de atacarnos. Ya estamos advertidos
que somos destruidos por ignorancia. A veces conocimiento incompleto puede incluso ser
mortal.

El Peligro de la Soberbia
Cuando asaltamos espíritus de aborto, pornografía, falsas religiones o incluso religiosidad
sobre una ciudad o área geográfica, podemos ser tentados a batallar en nuestras fuerzas y
entendimiento. Acordémonos de lo que Dios le dijo a Zorobabel:

“No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu” dice el Señor
Todopoderoso. (Zacarías 4:6b, cursivas del autor)

Mientras suena impresionante discernir los nombres de principados demoníacos, tal


práctica fácilmente puede guiarnos a mostrar nuestro orgullo en la demostración de
nuestras virtudes espirituales.

20
A veces creemos que el Evangelio puede ahora avanzar por la ciudad porque hemos atado
principados en los lugares altos. Pero, ¿qué tal si hubiese otros factores que estuvieran
participando en esta ecuación espiritual e hiciese que apareciera como victoria aparente?
Tales factores pueden funcionar como un “palo blanco”, una maniobra del enemigo para
hacernos pensar que estamos ganando cuando en verdad lo que está haciendo es
metiéndonos más en su trampa.

Nuestro orgullo de una victoria aparente puede enceguecernos. Cuando las victorias
comienzan a ocurrir podemos “creernos el cuento” y enorgullecernos de nuestras propias
habilidades. De hecho, la Escritura nos dice que el conocimiento nos puede envanecer (1
Corintios 8:1).

Todo esto es parte de las tácticas de Satanás. De hecho, una de las formas en que Satanás
contraataca es que nos hace orgullosos de que somos “grandes guerreros para Dios”.
Nuestra soberbia interna y callada abre la puerta para que él pueda ensuciar y finalmente
frustrar todo lo que hemos comenzado a hacer. Por esta práctica, le damos acceso a
nosotros mismos y a quienes nos rodean y, de esa forma, terminamos como bajas
innecesarias de guerra.

Cuando comenzamos a desarrollar estrategias orgullosamente, podemos caer fácilmente


en la herejía del Gnosticismo, un término derivado de la palabra griega gnosis que
significa conocimiento.9 Gnosticismo enseña sutil y peligrosamente que el conocimiento
te salva.

Siendo que puede ser ventajoso desarrollar ciertas estrategias, sobre enfatizarlas puede
dejarnos pensando que podemos ascender a los cielos mediante la adquisición del
conocimiento.

En mapeo espiritual, los guerreros siguen la pista de la historia y de lugares de


actividades demoníacas en edificios, ciudades, regiones, estados o naciones. Esto les
informa donde focalizar las oraciones de arrepentimiento y liberación. En guerra
espiritual, como en muchas otras áreas, investigar es bueno y muchas veces necesario.
Información obtenida de mapeos espirituales y de libros como el de John Dawson, Taking
our cities for God (Tomando Nuestras Ciudades para Dios) pueden ser muy provechosos
en ayudarnos a desarrollar fuertes oraciones de identificación de arrepentimiento. Estas
son fuentes poderosas que Dios apoya, pero el conocimiento es solo una parte de la
estrategia.

Cuando entablamos una guerra espiritual, podemos estar en peligro por nuestro propio
conocimiento y por el enemigo, si no sabemos tomar nuestra postura en la Cruz y morir
al orgullo que puede surgir por nuestro conocimiento. Operando en conocimiento, tal
como el operar en la carne, puede ser peligroso cuando nos enfrentemos con un enemigo
poderoso. Como en todas las cosas, podemos involucrarnos demasiado en conocimiento y
estrategias de guerra espiritual. Pero, como intercesores tenemos que preguntarnos hasta
cuando.

21
Operar en nuestro propio entendimiento es extremadamente peligroso en guerra
espiritual. Al hacerlo, podemos estar operando en nuestro propio poder del alma y por
tanto, estaríamos condenados a la tragedia y sufrimiento, y operando dentro de los límites
de nuestra humanidad. En tales tiempos, podemos tener una falsa sensación de presencia,
poder y conocimiento ilimitado, cuando en realidad este dunamis de Dios ha comenzado
a escapársenos por entre los dedos, como tratando de recoger arena con las manos.

Asignando Culpabilidades
Como intercesores, sin darnos cuenta podemos asignarle la culpa a Satanás por los
problemas de nuestra ciudad, en vez de responsabilizarnos por la oscuridad que nosotros
hemos causado en nuestra tierra. Al hacerlo, imitamos a nuestro padre ancestral Adán,
quien culpó a Dios y a Eva por haberle causado pecar.

La mujer quien me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí.


(Génesis 3:12).

Culpando a otros solo causa que neguemos nuestra responsabilidad y apuntar nuestros
dedos a alguien o algo ajeno a nosotros. Esencialmente, esto describe una mentalidad de
víctima, pero la triste y dolorosa verdad es que nosotros somos el problema. Tenemos un
corazón que es maligno y muchas veces opta por el pecado en vez de rectitud!

Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios,
la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias (Mateo
15:19).

Somos nuestros peores enemigos. Satanás no es el primero ni el mayor de los problemas.


Dios se encargó de Satanás dos milenios atrás, cuando Jesús lo derrotó y recuperó la
autoridad en la tierra. Dios nos ha prometido la victoria.

¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
(1 Corintios 15:57).

No debemos ventilar nuestra rabia, mostrarle la mano empuñada, patalear e insultar a


Satanás. La Biblia nos anima a humillarnos, arrepentirnos y pedirle a Dios remover los
principados que maldicen nuestra tierra.

Cuando no estamos humillados y arrepentidos, somos incapaces de remover principados


demoníacos por nuestros comandos. Solo Dios tiene la autoridad de asignar o quitar
principados en los cielos y Él elije hacerlo de acuerdo a nuestras respuestas.

Cuando cambiamos nuestros corazones y nuestras acciones, Dios nos oye desde el Cielo
y sana nuestra tierra (2 Crónicas 7:14). Desde el principio del tiempo, la humanidad
nunca ha sanado la tierra excepto por la expresión de arrepentimiento.

22
Desde los lugares altos de India
En 1998, mientras estaba en Bombay, India, ministrando una conferencia para líderes, me
topé con un pastor hosco y desanimado junto a su esposa. En un principio, esta joven
pareja estaba llena de esperanza de crecimiento para su iglesia e impacto regional, y
llenos de grandes expectativas. Luego se involucraron en guerra espiritual.

Viviendo en el sur de India en un cerro con vista al campo que la rodeaba, se veían los
numerosos antiguos templos hindúes y trataron de conquistar los lugares altos en el
mundo espiritual. Tratando de contender con los espíritus de pobreza, de muerte y
reencarnación entre otros, ellos le comandaron a Satanás soltar su atadura sobre el pueblo
Indio.

Poco tiempo después de que comenzaran a asaltar los poderes de oscuridad una vecina de
avanzada edad murió. Aunque la señora profesaba la cristiandad, persistía en adhesión a
una mezcla de rituales hindúes.

Una mañana, al pasar el pastor por la casa, sintió el olor de carne humana podrida que
llenaba el húmedo y caluroso aire tropical. Pronto descubrió el cuerpo en avanzado
estado de descomposición tirado en el largo pasto cercano a su casa.

Esa noche, la señora del pastor vio una aparición – un espíritu maligno que se asemejaba
a su vecina finada – entrar a su cuarto. El fantasma lanzó una bufanda negra que flotó por
el aire como una hoja y cayó sobre la cama de la pareja.

Al día siguiente, el joven pastor tuvo un ataque al corazón y casi se murió. Estuvo
batallando entre la vida y la muerte durante dos semanas, y sufrió dos ataques más al
corazón. Su esposa también se enfermó y estuvo en peligro de muerte. Delirante de
fiebre, fue internada al hospital con un serio desorden intestinal.

Luego de ser liberados del hospital, un jardinero que trabajaba en su casa les dijo con
desprecio y ridiculizándolos: “Nada va a vivir aquí. Ustedes están fuera de su autoridad.
Están enfrentando algo que es más grande y más poderoso que ustedes.”

Con un temor creciente, la joven pareja empezó a ver todo alrededor de ellos morirse –
sus amados animalitos, animales de crianza, plantas, flores y frutales. Casi de la noche a
la mañana la atmósfera alrededor de su casa se transformó en misterioso y siniestro –
altamente cargada con actividad demoníaca.

Una mañana, mientras se iban de su casa fueron impresionados al ver que las lanzas que
adornaban su puerta de entrada, hechas en fierro forjado, habían sido doblados y ahora
parecían serpientes cobra con cabezas dobladas en posición de ataque.

Cuando yo los conocí seis meses después que hayan comenzado esta guerra en los cielos,
parecían sin vida. Les animé a dejar este tipo de guerra. Mediante oración, discerní que
las calamidades podían arraigarse en sus vidas porque habían perdido autoridad espiritual

23
al entender erróneamente y violar los principios de Dios que gobiernan el universo
espiritual.

También les pedí que trajeran un pañuelo blanco a la sesión de la tarde para contra-actuar
la visión de la bufanda blanca. Esa noche, pastores de distintas partes de la India
impusieron sus manos sobre el pañuelo y lo ungieron con aceite. El Espíritu Santo me
sugirió que la esposa del pastor se parara en su cuarto, exactamente donde la aparición se
había parado y lanzar, de la misma forma, el pañuelo hacia la cama diciendo: “Yo
rechazo todo lo maligno que ha recaído en esta casa como resultado de la maldición de
esta mujer. Nos arrepentimos de violar el orden creado por Dios mediante la guerra
espiritual errada”.

Después que el pastor y su esposa se arrepintieron y revirtieron la maldición, su salud


comenzó a mejorar. Más aún, el doctor del pastor pronunció su corazón como nuevo. No
se encontró vestigio de lesiones en la musculara del corazón.

Un mes más tarde recibí noticias que todo estaba bien y que plantas y animales habían
comenzado a vivir alrededor de su casa nuevamente. Plantas, pollos, perros y gatos
crecían. Aún más sorprendente, la mañana siguiente de haber revertido la maldición, las
lanzas de fierro forjado que asemejaban cabezas de cobra en su portón de entrada, se
habían enderezado milagrosamente! Y el jardinero desapareció!

24
CAPÍTULO IV: PARÁMETROS DE AUTORIDAD

Involucrándose correctamente en guerra espiritual se reduce a una simple cuestión de


autoridad. Autoridad o la palabra griega exousia, se refieren al derecho de usar poder,
tomar acción, emitir mandatos y de responder en obediencia.

Antes de operar en autoridad, primero tenemos que entender de quien es la autoridad bajo
la cual estamos operando. Segundo, debemos reconocer y someternos a la autoridad sobre
nosotros. Tercero, necesitamos conocer los parámetros de autoridad. Cuarto, necesitamos
determinar las reglas de juego (como pelear) de forma que no perdamos nuestra
autoridad.

Teniendo la autoridad de Dios y usando Su poder es maravilloso, pero es muy fácil usar
mal esa autoridad. Algunos años atrás cuando John Sandford estaba visitando una amiga
en Boston, El Señor le abrió sus ojos. El vio como lloraban los árboles. Cuando le
preguntó a su amiga porqué le dijo que cuando habían venido los huracanes, subiendo por
la costa Este de EE.UU. amenazando llegar con su destrucción hasta Nueva Inglaterra,
habían orado con presunción. “No le preguntamos a Dios si debíamos orar” confesó ella.
“Tomamos nuestra autoridad y emitimos mandatos al huracán que no entrara a tierra. El
Huracán no ingresó, pero no nos dimos cuenta que traían las muy necesitadas lluvias.
Hemos tenido una sequía por siete años”.

Líneas de Autoridad
De la misma manera hemos sido confiados con una increíble autoridad, pero debemos
usarlo correctamente. No debemos presumir anticipadamente qué hacer y luego
preguntarle a Dios, esperando que Él bendiga nuestras acciones. Necesitamos protegernos
contra la impaciencia y no forzar a que Dios actúe.

Jesús nos mostró la forma correcta de cómo usar la autoridad. Hizo nada en Su propia
autoridad, sino solo lo que el Padre le dijera que hiciere.

… el Hijo no puede hacer nada por Su propia cuenta, sino solamente lo que ve
que Su Padre hace, porque cualquier cosa que hace el Padre, la hace también el
Hijo. (Juan 5:19, cursivas del autor)

En la línea de Fuego
En la película Navy Seals, había un joven oficial naval que recibió órdenes de su
comandante en jefe de realizar una operación de infiltración/exfiltración. A pesar que el
oficial era talentoso, constantemente estaba poniendo en peligro las misiones al tomar
riesgos innecesarios. En una misión, todo estaba funcionando a la perfección hasta que el
joven oficial salió de su cobertura disparando sobre el enemigo, a pesar de que tenía
órdenes previas de no hacerlo. Consecuentemente, puso en peligro la misión y las
personas que estaban con él. Como resultado, un compañero resultó muerto en una
escaramuza mortal.

25
Una pérdida de juicio similar es ilustrada en la película Saving Private Ryan, en que Tom
Hanks actúa de capitán de infantería que es ordenado encontrar a Ryan y ser su escolta de
vuelta a seguridad. En una escena, el carácter de Hanks tiene una pérdida que será de
juicio. Su juicio es nublado no por gratificación de ego o por adrenalina, sino por fatiga
de batalla. Ordena su unidad entablar una pelea innecesaria que tenía poco que ver con su
misión. Tienen éxito, pero a un gran costo – pierden valiosos miembros de su unidad.
De la misma forma, podemos desarticular una maniobra de guerra espiritual. Cada vez
que actuamos en nuestro propio proceso mental en aislación del resto del Cuerpo de
Cristo, el enemigo entra y barre con todo lo que hay por el lado que dejamos abierto.

Un buen soldado aprende a cuando tomar una oportunidad para batallar y cuando dejarlo
pasar. Subyacente a esta enseñanza es un concepto muy simple y uno que es inculcado en
el entrenamiento de los nuevos reclutas del Fuerte Benning de Georgia:
Tu trabajo no es ser un héroe en el campo de batalla. Tu primera prioridad es la de
sobrevivir. Tu segunda prioridad es la sobrevivencia continuada de tu persona y
los que te acompañan. Tu tercera prioridad es cumplir la intención de tu
comandante o el de asegurar tu misión.10

Como dijo el General Patton a sus tropas en 1945 cuando estaba el mando del Tercer
Ejército: “nadie nunca ganó una guerra muriendo por su país. Lo ganó haciendo que el
enemigo entregara su vida por su país”.11

Autoridad Delegada
Para adquirir una comprensión más plena de autoridad, podemos ver el libro de Génesis
cuando al hombre le fue dado primero autoridad. En el principio, Dios les dio autoridad a
Adán y Eva a someter todo lo que se moviera sobre la faz de la tierra. Adán tenía un
mandato de someter la tierra.

Dios comisionó a Adán nombrar los animales. Eso era significativo porque nombrar el
animal significaba asignarle al animal su carácter, propósito y destino. En otras palabras,
nombrar algo significaba el destino de lo que ese ser creado iba a vivir y en que se iba a
transformar. El principio de Dios es el mismo, ya sea nombrando animales o humanos.
Más aún, nombrando algo le da autoridad sobre esta. Por ejemplo, Dios dio el nombre a
Adán porque tenía autoridad sobre Adán. Adán dio el nombre a los animales porque le
fue dado autoridad sobre las creaturas. Adán nombró a Eva porque le fue dado autoridad
sobre ella y como esposa, Eva compartió la autoridad de Adán. Esto es cierto aún hoy en
que los padres nombran a sus hijos porque ellos tienen autoridad sobre ellos.

Adán tenía dominio sobre la tierra, aire y mar. Cuando Dios le dijo a Adán que cuidara el
jardín y sometiera la tierra, le entregó a Adán todo sobre la tierra. En otras palabras, Dios
estableció líneas de autoridad en la tierra con la misma estructura de autoridad que le dio
a Adán. Esta es la base de nuestra autoridad en guerra espiritual.

Cuando Adán estaba con hambre, simplemente ordenaba la tierra le produjera comida. Y
lo hacía. Adán y Eva no conocían el hambre, enfermedad o muerte. Su Jardín de Edén fue

26
un paraíso más allá de nuestra imaginación desde donde someterían la tierra. Sin
embargo, fallaron.

La serpiente, que también había sido nombrado por Adán, planeó establecer su dominio
sobre toda la creación – intentando de esa forma exaltarse más alto que Dios (Isaías 14:
13-14). El propósito de la serpiente no fue simplemente atacar a Adán o a Eva.
Simplemente ellos tenían lo que él quería – autoridad sobre la tierra.

Diseñando un engaño ingenioso, la serpiente torció las palabras de Dios, sugiriendo que
Adán y Eva comieran fruta del árbol que Dios había prohibido. Si comían de él, Satanás
les dijo que serían como Dios. Sin embargo, cuando Adán comió la fruta no se hizo como
Dios. En vez de eso, perdió su autoridad dada por Dios para someter la tierra, usurpada
por la serpiente que lo engañó.

Mediante la desobediencia, Adán sucumbió a los planes de Satanás. Al colocar las


palabras de Satanás sobre las de Dios, Adán era ahora un simple empleado en el Reino de
Satanás. Más aún, Adán había sometido a toda la tierra a la corrupción satánica.

Un Mundo en Caos
Por miles de años la serpiente tuvo autoridad sobre la tierra. Usó su autoridad para
destruir la obra de Dios. Todo lo que la serpiente tocaba comenzaba a morir y
desintegrarse. El hombre comenzó a morir espiritualmente en el pecado y por lo tanto,
todo en la tierra se impregnó con y sufrió de ese pecado. La tierra comenzó a
desintegrarse.

La tierra yace profanada, pisoteada por sus habitantes, porque han desobedecido
las leyes, han violado los estatutos, han quebrantado el pacto eterno. Por eso una
maldición consume la tierra, y los culpables son los habitantes. (Isaías 24:5-6a,
cursivas del autor)

La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue
sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del
que así lo dispuso. (Romanos 8:19-20, cursivas del autor)

Eventualmente, todo lo que el hombre tocó se infectó con la misma mancha que amenazó
traer caos de la creación de Dios. La tierra comenzó a apartarse del orden creativo de
Dios. Los continentes comenzaron a separarse.

Éber tuvo dos hijos: el primero se llamó Péleg, porque en su tiempo se dividió la
tierra… (Génesis 10:25, cursivas del autor)

Las placas geológicas bajo la superficie de la tierra comenzaron a moverse unas contra
otras y terremotos sacudieron la tierra. Comenzó a hacer erupción el magma y nacieron
los volcanes. Plagas y pestilencia fueron liberados por toda la tierra. De todas y múltiples
formas la tierra comenzó una guerra contra sí misma.

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Comenzó un efecto dominó en la creación, el sistema solar y galaxias lejanas. El caos
prosiguió. Toda la creación comenzó a gemir, pongan fin a esta miseria. Pongan fin al
caos en la tierra (Romanos 8:19-21).

En la plenitud del tiempo, aquel quien creó los cielos y la tierra, Jesucristo, dejó su trono
celestial e ingresó en Su creación.

Cuando Jesús comenzó su ministerio terrenal para destruir las obras del diablo, ayunó por
40 días (Lucas 4:2). Al final de ese tiempo, Satanás, quien había tomado la autoridad
sobre la tierra de Adán, se lo ofreció de vuelta a Jesús por un precio – Jesús debe
arrodillarse y alabar a Satanás.

Sobre estos reinos y todo su esplendor – le dijo--, te daré la autoridad, porque a mí


me ha sido entregada, y puedo dársela a quien yo quiera. Así que, si me adoras,
todo será tuyo. Jesús le contestó: Escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele
solamente a Él”. (Lucas 4:6-8)

Cuando Jesús le citó Lucas 4:8 a Satanás, tenía un sentido mucho más profundo porque
en realidad le estaba diciendo “Tú (Satanás) adorarás al Señor tu Dios y solamente a Él tu
servirás”. Jesús le estaba recordando que aunque tuviera autoridad en la tierra, Dios tenía
autoridad sobre Satanás. Jesús también estaba haciendo notar que había venido a quitarle
legalmente la autoridad que Satanás había adquirido de mala manera. Más aún, Jesús le
estaba recordando a Satanás que aunque tenía autoridad temporal sobre la tierra, Dios
tenía autoridad suprema sobre Satanás y sobre todo el cosmos.

El año pasado en Inglaterra, cuando estaba compartiendo este mensaje en particular,


ocurrió un fenómeno muy inusual. Usando varios micrófonos para hacer la ilustración de
mi enseñanza, había puesto un pañuelo morado en uno de ellos para representar la
autoridad que Dios le había dado a Adán. En otro micrófono había puesto un pañuelo
negro que representaba la serpiente.

Para demostrar como Satanás le quitó la autoridad de Adán, coloqué el pañuelo morado
sobre el negro. Luego relaté la historia de Jesús siendo tentado por Satanás. Para
dramatizar lo que hizo Jesús dijo, señalé con el dedo al micrófono y dije “Tú, Satanás,
adorarás al Señor tu Dios y sólo a Él tu servirás”. De repente, el micrófono comenzó a
doblarse sin que nadie lo tocara. Más de 3 mil personas en el salón exclamaron y luego
gritaron mientras el micrófono representando a Satanás se inclinaba hacia el piso.

Autoridad Revocada de Satanás


Después de su muerte, Jesús descendió al infierno (1 Pedro 3:19). Allí, Jesús le arrancó
toda autoridad de Satanás y la autoridad de gobernar la tierra retornó a Jesús. Sabemos lo
que pasó por lo que Jesús dijo a sus discípulos justo antes de que ascendiera al Padre:

Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: “Se me ha dado toda autoridad en el
cielo y en la tierra.” (Mateo 28:18, cursivas del autor)

28
En otras palabras, Jesús tiene autoridad legal en los cielos y la tierra. Nunca había
perdido autoridad en los cielos, pero Jesús recuperó la autoridad en la tierra. Cuando
Adán pecó, nada cambió en las regiones celestiales. El dominio y reinado de Dios nunca
ha estado amenazado. Sin embargo, Jesús prevaleció como el León de la tribu de Judá, la
raíz de David (Apocalipsis 5:5) y restauró a la humanidad la autoridad de someter la
tierra.

Cuando Adán pecó en el Jardín de Edén, autoridad que Dios le había dado a la
humanidad fue entregado a Satanás. Como dice Ezequiel 18:4 “el alma que peca morirá.”
La ley de siembra y cosecha requiere la muerte por el pecado. Al ofrecer voluntariamente
su propia vida -- a través de su crucifixión, entierro y resurrección—Jesús, el Creador
que vino como hombre, ahora podía reclamar legalmente lo que había sido tomado de la
humanidad.

El pecado de desobediencia de Adán resultó en muerte, pero el acto de obediencia de


Jesús resultó en vida. Es por eso que el apóstol Pablo llamó a Jesús el último Adán. Jesús
hizo lo que el primer Adán no hizo – retener la autoridad de someter la tierra (Romanos
5:14 -15; 1 Corintios 15:45-49).

Jesús retornó el mandato original a la Iglesia para someter la tierra – no al Cielo – y tener
dominio sobre todo lo que se mueve sobre la faz de la tierra, inclusive las fuerzas
demoníacas que actuarían en contra del Reino de Dios y de nuestro sometimiento de la
tierra. Jesús nos ha delegado una limitada autoridad del Reino hasta que la eternidad sea
inaugurada. Entonces, regiremos y reinaremos en los cielos con Él.

Aunque la humanidad abdicó su autoridad al enemigo, Dios le dio una segunda


oportunidad – siempre lo hace, porque es pleno de amor, misericordia y perdón. Dios
siempre ha creído en nosotros para cumplir Su propósito creado. Su amor por nosotros
soporta por nosotros lo que nosotros no podemos soportar. Su amor cree en nosotros
cuando hemos perdido la habilidad de creer en nosotros mismos. Su amor nos da la
esperanza cuando hemos perdido toda esperanza. Su amor soporta todo lo que hacemos
(1 Corintios 13:7).

Porqué tenemos problemas aún


Si se nos ha dado la autoridad para someter la tierra, ¿por qué tenemos aún problemas?
Primero, porque Satanás quiere de vuelta la autoridad del hombre. No tuvo miedo de
rebelarse contra Dios en un principio, ¿crees que tiene miedo ahora? Absolutamente no.
Satanás tiene hoy poder porque Dios se lo dio. Dios no retira los dones que da, lo que
verifica Su integridad a Su palabra escrita (Romanos 11:29). Satanás, aunque caído, aún
tiene los dones que le fueron otorgados originalmente por Dios en su creación.

Segundo, aunque Dios nos ha devuelto la tierra para que la sometamos, aún no lo hemos
logrado. Nos ha sido comisionado el someterlo como la levadura en un barril de masa
(Mateo 13:33). El Reino de Dios es como la levadura para toda la tierra. El primer fruto
de la destrucción de esa oscuridad –y el esparcimiento de la luz—fue provisto en el
Calvario.

29
Así es que, Satanás tiene poder, pero no tiene la autoridad de parar lo que Dios ha
mandado que la Iglesia hiciese. Satanás retiene el poder de la decepción y seducción de
hacernos pensar que él tiene autoridad, pero no lo tiene. Somos llamados a ejercitar
nuestro poder y autoridad dados por Dios para destruir las obras del diablo en nuestra
esfera terrenal de autoridad.

Miremos a dos regiones celestiales que incluyen los Cielos segundo y tercero. También
miraremos a una región de este mundo que yo llamo terrenal. Como creyentes que hemos
sido encomendados con la tarea de avanzar el Reino de Dios en la tierra, yo creo que
Dios nos ha dado autoridad para operar en solo una de esas regiones.

30
CAPÍTULO V: GUERRA EN EL SEGUNDO CIELO

En la vasta expansión del universo co-existen una multiplicidad de regiones celestiales


por sobre la región terrenal. El tercer Cielo, también conocido como “el cielo de los
cielos” de acuerdo a Nehemías 9:6, es donde se encuentra el trono de Dios y todos los
seres espirituales benevolentes como son los arcángeles y ángeles, como también los
serafines y querubines que rodean el trono y protegen su radiante gloria.

Otra región celestial a la que yo llamo el segundo Cielo, es el puesto de mando de


Satanás y sus dignatarios espirituales diabólicos que incluye los principados, poderes,
regidores de la oscuridad y huestes espirituales de maldad.

De acuerdo a la Escritura, Jesucristo creó tronos, dominios, principados y poderes.


Sentado muy por sobre de ellos, Jesús tiene dominio sobre todos ellos.

…porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra,
visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades, todo ha sido
creado por medio de él y para él. (Colosenses 1:16, cursivas del autor)

…que Dios ejerció en Cristo cuando resucitó de entre los muertos y lo sentó a su
derecha en las regiones celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad,
poder y dominio, y de cualquier otro nombre que se invoque, no solo en este
mundo sino también en el venidero. (Efesios 1:20-21)

…quien subió al cielo y tomó su lugar a la derecha de Dios, y a quién están


sometidos los ángeles, las autoridades y los poderes. (1 Pedro 3:22, cursivas del
autor)

Un Ejército Celestial
Dios creó innumerables seres espíritus que normalmente son invisibles para nosotros, a
no ser que Dios nos abra los ojos – como lo hizo con Eliseo y su sirviente cuando los
ejércitos de Siria rodearon su casa (2 Reyes 6:17).

Ángeles, traducidos como mensajeros en el Griego y Hebreo, son comisionados para


llevar mensajes de Dios, ministrar a las personas o administrar la justicia de Dios.
Ángeles pueden llevar instrucciones especiales de Dios y tener tareas específicas que
cumplir como sanidad, fortalecer o animarnos.

Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos. Con sus
propias manos te levantarán para que no tropieces con piedra alguna. (Salmo
91:11-12)

¿No son todos los ángeles espíritus dedicados al servicio divino, enviados para
ayudar a los que han de heredar la salvación? (Hebreos 1:14)

31
El ángel del Señor acampa en torno a los que le temen: a su lado está para
librarlos. (Salmo 34:7)

Ángeles tienen cuerpos de luz que pueden ser vistos o sentidos. Son fuertes, poderosos,
inteligentes, gloriosos seres sobrenaturales. Por ejemplo, un ángel liberó a Pedro de la
prisión (Hechos 12:5-11). Otro ángel mató a 185 mil asirios (2 Reyes 19:35). Y todavía
otro removió la gran roca que cubría la entrada a la tumba de Jesús (Mateo 28:2).

El tercer Cielo tiene una estructura jerárquica muy estructurada. Ángeles y otros seres
celestiales tienen varias funciones, posiciones y distinciones. Algunos ángeles ministran a
los humanos en la tierra, mientras que otros están en la presencia inmediata de Dios
(Lucas 1:19). A pesar de sus posiciones de eminencia, toda la jerarquía angelical opera en
la estructura de autoridad de Dios.

De entre la jerarquía celestial hay tres líderes fuertes y poderosos: Miguel que es
identificado como el arcángel y es uno de los príncipes en jefe (Daniel 10:13), Gabriel
quien está de pié en la presencia de Dios y es un mensajero especial de Dios, y Satanás
quien antes era un querubín ungido que caminaba en medio de la piedras ardientes de
Dios, pero quien se rebeló y ahora dirige una hueste de ángeles oscuros.

Muchos académicos creen que Isaías 14 describe una imagen verbal de Satanás:
¡Cómo has caído del cielo, lucero de la mañana! Tú, que sometías a las naciones,
has caído por tierra. Decías en tu corazón; ‘Subiré hasta los cielos. ¡Levantaré mi
trono por encima de las estrellas de Dios! Gobernaré desde el extremo norte, en el
monte de los dioses. Subiré a la cresta de las más altas nubes, seré semejante al
Altísimo. (Isaías 14:12-14)

Debido a que lideró una rebelión, Satanás y sus seguidores fueron echados fuera del
tercer Cielo al segundo Cielo y a la tierra.

Se desató entonces una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron al


dragón; éste y sus ángeles, a su vez, les hicieron frente, pero no pudieron vencer,
y ya no hubo lugar para ellos en el cielo. Así fue expulsado el gran dragón,
aquella serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, y que engaña al mundo
entero. Junto con sus ángeles, fue arrojado a la tierra. (Apocalipsis 12:7-9,
cursivas del autor)

Aunque tiene una libertad limitada en la tierra, Satanás reina sobre su reino demoníaco.
La Escritura describe a Satanás como el dios de este mundo que nubla las mentes de las
personas a la verdad de Dios (2 Corintios 4:4).

Desde el segundo Cielo, Satanás dirige la orquesta de rebelión y anarquía alrededor del
mundo. Su misión personal primario es impedir la obra de Dios y ganar el control de la
tierra nuevamente.

32
Entonces, el nombre Satanás significa adversario12. La actividad de Satanás siempre está
dirigida en contra de Dios y Su pueblo. Una de las principales formas en que Satanás se
opone a Dios es imitando falsamente la autoridad de Dios. El es el maestro de la
decepción.

El método de Satanás siempre es de distraer y entrampar. Quiere alejar nuestra atención


de Dios. Promueve la falsa adoración y produce fraudulentas maravillas sobrenaturales.
Acechando busca devorar hombre y mujeres (1 Pedro 5:8).

Satanás trata de tentar los creyentes con deseos malignos y debilitar la Iglesia. A través
de sus fuerzas demoníacas, siembra dudas, esparce acusaciones y promueve divisiones en
el Cuerpo de Cristo. Oprime cristianos y causa enfermedades incurables y todo tipo de
injusticias.

Satanás astutamente crea artilugios de rebelión y busca el avance de la oscuridad


mediante la corrupción moral, perversión sexual y todo tipo de comportamiento maligno.
Engaña naciones, influye en gobiernos del mundo, economías globales, políticas
internacionales, entretenimiento global, educación, los medios de comunicación e incluso
la televisión. También trabaja a través de sistemas sociales que oprimen a los pobres y
débiles.

Debido a que Satanás imita fraudulentamente todo los que Dios crea, Satanás asignó
principados en el segundo Cielo para que reinen y adquieran dominio sobre naciones.
Estos principados en el segundo Cielo tienen gran poder, presencia e importancia por
medio de la jerarquía que era de ellos antes de su caída.

Habiendo sido principados en el tercer Cielo y ahora solo en el segundo, retienen su


distinción de posición a pesar de la pérdida de gracia y dignidad. Más aún, estos
principados del segundo Cielo ganan dominio al continuar con las traiciones, falta de ley,
violencia, orgullo y engaño en la tierra.

33
CAPÍTULO 6: GUERRA TERRENAL

Cuando Dios separó los cielos de la tierra, Él hizo el arco del cielo y dividió las aguas.
Apareció la tierra firme y los mares fueron formados. Llamó a las plantas, árboles y
vegetación de todo tipo. Estableció las estaciones. Todo lo que se movía sobre la faz de la
tierra –aves, animales y criaturas del mar- fue formado. Entonces, Dios hizo al hombre a
Su imagen y semejanza.

Todo dentro de esta biosfera sostenedora de vida, que la Biblia llama terrenal (1 Corintios
15:40), fue puesto bajo el dominio del hombre. Toda criatura sobre la faz de la tierra,
condiciones atmosféricas rodeando el globo terráqueo, como también los espíritus
demoníacos operando en esta esfera terrenal fueron incluidos bajo el dominio humano.

Mientras demonios de alto rango operan en el segundo Cielo, demonios de menor rango
se infiltran en este hábitat terrenal. Son gobernados por los principados de altos rangos en
el segundo Cielo que son lo que el apóstol Pablo enlista como autoridades, poderes,
poderes terrenales de oscuridad, y poderes espirituales de maldad en las regiones
celestiales (Efesios 6:12).

Demonios de menor rango en la esfera terrenal funcionan como la infantería del reino de
Satanás. Estos demonios terrenales son espíritus sin cuerpos que son capaces de ingresar
en y salir de humanos (Mateo 12: 43-45). Mientras mejor sean para esconder su
presencia, más fuertes se hacen y más atrincherados están. Su meta es permanecer en la
persona hasta que logran sobreponer la influencia de la persona, la persona ha cumplido
tareas dañinas inspiradas por el demonio, hiriendo y destruyendo a otros, o la persona
está muerta.

En el libro, A Comprehensive Guide to Deliverance and Inner Healing (Una Guía


Comprensiva a la Liberación y Sanidad Interior) John y Mark Sandford escribieron:
Demonios buscan ingresar personas por muchas razones, pero quizás la razón más
importante es que buscan destruir el templo de Dios. Pero otra razón es que es un
deleite estar encapsulado por carne. Acuérdese que Jesús dijo que cuando un
demonio sale de un hombre, vaga por aquí y allá “buscando descanso”. (Mateo
12:43)13

Como merodeadores, demonios pueden ir y venir o tomar residencia permanente en


personas, edificios y objetos, pero parece que prefieren habitar en huéspedes humanos.

El autor Gary Kinnaman notó en su libro, Angels Dark and Light (Ángeles Oscuros y de
Luz):
…Parece que ellos (los demonios) son capaces de influenciar una persona, objeto,
lugar por un largo periodo de tiempo…Los demonios entonces, pueden ser
encontrados habitando edificios u otros locales específicos; asociándose con
objetos materiales o poseyendo animales; siendo opresión para familias quizás por
generaciones; poseyendo personas al entrar en sus cuerpos, algo llamado

34
comúnmente como “demonización”; o ejerciendo una influencia infernal sobre
naciones, regiones, territorios geográficos y ciudades.14

Buscando invadir y conquistar, demonios tienen poderes milagrosos y siempre están


buscando engañar la humanidad por falsas guías y falsas profecías. Su objetivo es distraer
y dañar los humanos. Por lo tanto, mienten, causan discordia y división, tientan,
engañan, esclavizan, atormentan, y empujan al hombre y la mujer hacia el mal. También
pueden causar ceguera, enfermedad mental, pensamientos de suicidio, defectos físicos y
deformidades y otras enfermedades.

Dios permite que Satanás y todas sus huestes demoníacas continúen haciendo el mal en la
tierra por varias razones:
1.- Para mantener la humildad en nuestras vidas (2 Corintios 12:7)
2.- Desarrollar fe y justicia en nuestras vidas (Santiago 1:12; 1 Pedro 1: 7-13, 5:8-9; 2
Pedro 1:4-9; Judas 10-24)
3.- Para que tengamos pruebas donde podamos ser recompensados una vez que los
sobrepasemos (1 Juan 2:13, 4:1-6; Apocalipsis 2:7, 11, 17, 26-28, 3:5, 12, 21)
4.- Mostrarnos como pelear (Jueces 3:2)
5.- Afligirnos para que nos podamos arrepentir (Job 33:14-30; 1 Corintios 5:1-6)
6.- Para demostrar el poder de Dios sobre el poder satánico (Marcos 1:21-27, 16:17-20;
Hechos 13:6-10; Efesios 3:10)

Para el presente, dos poderes poderosos operan en esta arena terrenal – el poder de Dios y
el poder de Satanás. A través de la Biblia hay referencias repetidas veces de una
contienda entre el reino de Dios y el reino de Satanás:

Durante veintiún días el príncipe de Persia se me opuso, así que acudió en mi


ayuda Miguel, uno de los príncipes de primer rango. Y me quedé allí, con los
reyes de Persia (Daniel 10:13)

Que broten de su garganta alabanzas a Dios, y haya en sus manos una espada de
dos filos para que tomen venganza de las naciones y castiguen a los pueblos; para
que sujeten a sus reyes con cadenas, a sus nobles con grilletes de hierro para que
cumpla en ellos la sentencia escrita… (Salmo 149:6-9)

La Encarnación de Jesús

Cuando Jesús dejó Su trono celestial y tomó forma en la carne, el poder del cielo fue
manifestado en la tierra para destruir las obras de Satanás. Jesús la pudo haber cumplido
desde su trono en el Cielo simplemente con el mandato que así sea. Pero, Jesús en vez
vino a este mundo e ingresó a nuestra arena terrenal para devolverle la autoridad a la
humanidad.

…El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo (1
Juan 3:8)

35
Al principio de su ministerio, Jesús anunció Su propósito en venir a la tierra:

El Espíritu de Dios está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas
nuevas a los pobres. Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos y dar
vista a los ciegos, aponer en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor
de Señor. (Lucas 4:18-19)

Jesús sanó a los enfermos, limpió a los leprosos, levantó a los muertos y liberó a personas
de demonios. En hacer esto, el modeló la guerra espiritual terrenal.

Como Jesús lidió con los demonios y por tanto realizó guerra espiritual es la forma más
original y notable de todo Su ministerio. Judíos viviendo en Israel durante el tiempo de
Jesús han reconocido la realidad de demonios y ya practicaban algunas formas de
exorcismo. Pero la medida de autoridad con la cual Jesús expulsó demonios nunca había
sido vista. Era impresionante. Vino con poder y con resultados dramáticos como también
reales. Jesús lo describió como el choque entre dos reinos espirituales.

Cuando Jesús expulsó demonios, hubo manifestaciones físicas poderosas. Demonios


tiraron a personas al suelo delante de Él gritando y proclamando Su autoridad celestial
(Marcos 3:11). Algunos causaron convulsiones en humanos antes de que se fueran
(Marcos 9:20, 26).

La mayoría de los que Jesús liberó fueron judíos religiosos. No eran personajes grotescos
que practicaban brujería o idolatría. Tampoco eran criminales o personas tildadas como
locos. Simplemente eran el pueblo de Dios a quienes el maligno había afligido y
atormentado.

La gente se maravillaba de la autoridad de Jesús sobre los demonios:


Todos se quedaron tan asustados que se preguntaban unos a otros…Les da
ordenes incluso a los espíritus malignos y le obedecen… Así que recorrió toda
Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando demonios (Marcos 1:27, 39;
cursiva del autor)

En otra ocasión Jesús expulsaba de un hombre a un demonio que lo había dejado


mudo. Cuando salió el demonio, el mudo habló y la gente se quedó asombrada
(Lucas 11:14; cursiva del autor)

Liberación, junto con sanidad, continuó por todo el ministerio de Jesús en la tierra. Vio a
libertar a los cautivos y liberar a aquellos esclavizados por poderes demoníacos.

Victoria sobre Principados


Al triunfar sobre poderes y autoridades espirituales al final de su ministerio aquí en la
tierra, Jesús peleó la última batalla:

…y anular la deuda que teníamos pendiente por los requisitos de la ley, Él anuló
esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz. Desarmó a los poderes y a

36
las potestades, y por medio Cristo los humilló en público al exhibirlos en su
desfile triunfal. (Colosenses 2:14-15, cursivas del autor)

Jesús ahora se sienta en el trono en el Cielo e intercede por parte de Su Iglesia. Durante
su espera por el establecimiento del Reino venidero, donde Satanás y sus huestes serán
atados por una eternidad, Jesús manifiesta la maravillosa paciencia de nuestro Padre
Celestial.

…después de ofrecer por los pecados un solo sacrificio para siempre, se sentó a la
derecha de Dios, en espera de que sus enemigos sean puestos por estrado de sus
pies. (Hebreos 10:12-13, cursivas del autor)

Mandándonos al mundo a predicar el evangelio, Jesús nos comisionó a expulsar


demonios, sanar los enfermos, limpiar los leprosos y levantar los muertos – todas
actividades de guerra en la esfera terrenal.

Ciertamente les aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago también él
las hará, y aún las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre. (Juan 14:12, cursivas
del autor)

Cuando Él ascendió al Padre, Jesús le fue conferido todo poder sobre el enemigo – en el
Cielo y en la tierra. Potenciado de esta forma, Jesús transfirió la jurisdicción de la guerra
terrenal al Cuerpo de Cristo. Por lo tanto, al pedir en Su nombre, tenemos poder a nuestra
disposición para avanzar el Reino de Dios.

Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: “El reino de los cielos está
cerca.” Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a
los que tienen lepra, expulsen a los demonios. (Mateo 10:7-8)

Por lo tanto, hemos recibido autoridad para saquear agresivamente el reino de Satanás.
Jesús nos ha dado poder divino para llevar a cabo Su ministerio y construir Su Reino.

Vivir victoriosamente nuestras batalles con Satanás y su reino demoníaco se logra según
el grado de nuestra sumisión al Señorío de Cristo. Mientras más sometemos todas las
áreas de nuestra vida a Jesús, mayores serán las victorias que veremos. Es el ceder a Su
Señorío y permanecer fiel a Su Señorío que trae consigo no solo grandes victorias pero
también de forma consistente. El que nos haya sido dado autoridad espiritual requiere que
nos sometamos humildemente a la autoridad de Dios.

Como seguidores de Él, se nos ha dado autoridad para hacer toda forma de guerra terrenal
mencionada en Su Palabra. Si un principado demoníaco deja su arena celestial y se
manifiesta en un plano terrenal, teneos la autoridad para rechazarla en el nombre de
Jesús. Sin embargo, si intentamos hacer nuestra victoria sobre el enemigo más sofisticada
al ascender al segundo Cielo para tener nuestra contienda contra principados que
gobiernan sobre áreas geográficas, entonces nos desviamos del modelo demostrado por el
ministerio de Jesús.

37
Guiados al Matadero
El enemigo ha atraído a muchos hacia las arenas del combate espiritual para los cuales
Dios no los ha capacitado. Muchos han descubierto que han quedado vulnerables e
ignorantes en relación al enemigo quien está listo para abalanzarse sobre ellos(as).
Algunos han sido perseguidos e incluso han sido presa fácil del malvado.

Un cebo que Satanás usa es la falsa expectativa de la victoria. Creyentes animados se


lanzan al terreno que parece seguro pero que más tarde prueba ser arena movediza. Al
ser rodeados por el terreno quedan paralizados por el terror.

Ahora, más que nunca, necesitamos permanecer sobrios, vigilantes y alertas, mientras el
engañador, Satanás, distrae a muchos de las riberas de la verdad hacia las profundidades
de la decepción.

Claramente Jesús nos potenció para que enseñásemos y demostrásemos todo lo que Él
hizo en la tierra (Mateo 28:20). Nos enseñó a amar nuestros enemigos y a orar por
aquellos que nos persiguen. Nos enseñó a usar oraciones de arrepentimiento y el modelar
Su justicia para destruir las obras del maligno. No hemos de pelear contra “sangre y
carne”, sino contra principados espirituales y poderes que controlan las vidas de hombres
y mujeres, y los sistemas mundanales contra cuales lidiamos todos.

Más aún, somos advertidos por Jesús a no juzgar por la carne sino por el Espíritu. Son
espíritus malignos que hacen que hombres hagan cosas diabólicas y tomen decisiones
diabólicas. Nosotros hemos de expulsar espíritus de seres humanos, no en la esfera
celestial.

A Carlos Annacondia de Argentina se le apareció un principado en su pieza. El tenía


autoridad para rechazar el principado porque ingresó a nuestra arena terrenal, la esfera
donde Jesús nos potenció para extender el gobierno y reinado de Su Reino.

Cuando principados u otros seres demoníacos del segundo Cielo invaden nuestra región
terrenal, tenemos el poder de rechazarlos. Sin embargo, no tenemos la unción ni la
autoridad de guerrear en las regiones celestiales. Solo hemos sido comisionados a
dominar la tierra.

Revelando Lógica Falsa


Hoy por hoy, hay cierto debate respecto de si creyentes están autorizados a entablar
batallas en los cielos. Consideren estos supuestos:

Premisa 1: Los pares de Satanás, en el diseño original de Dios, eran todos de la jerarquía
del tercer Cielo. Dos de sus pares eran los arcángeles Miguel y Gabriel.

Premisa 2: Satanás imita la estructura de autoridad de Dios. Por lo tanto, la estructura de


autoridad de la oscuridad imita a la del cielo. Si esto no fuera así, eso otorgaría a Satanás
el origen del diseño, o en otras palabras, lo haría el creador. Sin embargo, Satanás crea

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nada. Debido a que sólo hay un Creador, Dios, entonces Satanás tan solo puede copiar,
imitar o piratear el diseño y la estructura original de Dios.

Premisa 3: La jerarquía de Dios está imitada en el reino de Satanás. Por lo tanto, por
cada principado, poder, fuerza y dominio en el Reino de Dios, va a haber un principado,
poder, fuerza y dominio duplicado en el sistema de Satanás.

Premisa 4: Por lo tanto, por cada principado, poder, fuerza y dominio en el tercer Cielo
que bendice áreas geográficas, va a haber las mismas falsas autoridades en el segundo
Cielo que maldice áreas geográficas.

Premisa 5: Solo Dios tiene el poder de mando en Sus regiones celestiales. Por lo tanto,
nosotros quienes por ahora nos mantenemos un poquito por debajo de los ángeles no
deberíamos presumir tener el poder de mando sobre aquellos seres espirituales que son de
mayor jerarquía en el orden de la creación. Esto incluye a todas las huestes celestiales de
Dios –Miguel, Gabriel o incluso cualquier ángel menor. Acuérdese, Gabriel enmudeció a
Zacarías, el sumo sacerdote, porque habló en forma presuntuosa y simplemente cuestionó
al ángel (Lucas 1:11-20). Si no podemos siquiera cuestionar a ángeles, ¿porqué pensamos
que podemos hablar presuntuosamente y darle órdenes a seres celestiales?

Premisa 6: Por lo tanto, presumir que tenemos autoridad para presentarnos frente a las
huestes de Satanás en el segundo Cielo – excepto cuando dejan su puesto asignado a ellos
y transgreden a la arena terrenal—es equivalente a suponer que podemos dirigirnos a la
jerarquía del tercer Cielo de Dios. Ese tipo de pensar nos permitiría darle órdenes a
Gabriel y a Miguel o cualquier otro ángel que hicieran lo que les pidiéramos.

Premisa 7: Siendo que la Escritura es clara en afirmar que los ángeles toman órdenes
solo de Dios, tampoco responderán a nuestras órdenes la contraparte en el segundo Cielo
(es decir, principados, etc.). Las consecuencias de tal acción pueden ser graves.

39
CAPÍTULO 7: MALDICIONES TERRENALES

Desde el principio del tiempo, Dios ha permitido que existan principados y autoridades
en la tierra. Huestes celestiales en el tercer Cielo existen por la voluntad soberana de Dios
y hacen manifiesto los decretos divinos de Dios. Traen Su bendición a la humanidad.

Principados en el segundo Cielo son designados por Satanás y funcionan por su voluntad.
Al manifestar sus decretos, traen maldiciones a la humanidad.

Hoy les doy a elegir entre la bendición y la maldición: bendición, si obedecen los
mandamientos que yo, el Señor su Dios, hoy les mando obedecer; maldición, si
desobedecen los mandamientos del Señor su Dios y se apartan del camino que
hoy les mando seguir y se van tras dioses extraños que jamás han conocido.
(Deuteronomio 11:26-28)

Dios envía maldiciones sobre una nación cuando la humanidad falla en abrazar justicia y
en vez de eso realiza actos malignos. Sequía y pestilencia hace estragos en la tierra;
ejércitos de otras naciones atacan y saquean.

“Yo les retuve la lluvia cuando aún faltaban tres meses para la cosecha. En una
ciudad hacía llover pero en otra no; una parcela recibía lluvia, mientras que otra
no, y se secó. Vagando de ciudad en ciudad, iba la gente en busca de agua, pero
no calmaba su sed. Con todo, ustedes no se volvieron a mí” afirma el Señor.
(Amós 4:7-11)

Esta no era la perfecta voluntad de Dios. Con lamento y paciencia de gran perseverancia,
Dios permite que la humanidad coseche las consecuencias de acciones malignas, con la
esperanza que cambiemos y nos arrepintamos. Cuando nos arrepentimos del mal y nos
tornamos hacia la justicia, Dios se contenta en retener el desastre anunciado y envía sus
bendiciones.

Bendiciones y maldiciones provienen del tipo de principado que Dios ha colocado o


permitido que existiera. Cuando la humanidad cambia sus acciones, Dios altera el tipo de
dignatario que gobierna.

En un momento puedo hablar de arrancar, derribar y destruir a una nación o a un


reino; pero si la nación de la cual hablé se arrepiente de su maldad, también yo me
arrepentiré del castigo que había pensado infligirles. En otro momento puedo
hablar de construir plantar a una nación o aun reino. Pero si esa nación hace lo
malo ante mis ojos y no me obedece, me arrepentiré del bien que había pensado
hacerles. (Jeremías 18:7-10)

¿Cómo es que Dios eleva, demuele y destruye una nación? A menudo Él permite que
fuerzas del enemigo lo tomen cautivo. También lo hace mediante la hambruna, sequía,
guerra o incluso permitiendo un decaimiento y calamidad nacional.

40
Dios, a veces, puede ablandar la severidad o cambiar el curso del juicio si la nación se
arrepiente y cambia sus acciones. De tal forma, Dios trae Sus bendiciones o permite que
maldiciones aflijan la tierra, dependiendo de la respuesta de la gente viviendo en la
nación.

El Derecho a Existir

La Escritura nunca indica que si peleas contra un principado del segundo Cielo, Dios lo
removerá, como tampoco si te envuelves en guerra espiritual y luchas contra un
principado del segundo Cielo como intecesor(a), podrás removerlo. Si Dios ha permitido
que un principado tenga jurisdicción territorial sobre una región, entonces solo Dios
puede remover ese principado. Asaltar un principado que gobierna una región geográfica
es entrar en guerra contra una autoridad celestial que Dios ha permitido que tenga
derechos de jurisdicción sobre ese territorio.

Arrepentimiento es la Clave

Esto no significa que tenemos nada que hacer. Arrepentimiento es el arma más poderosa
que tenemos en esta guerra. Permite que Dios nos gane la guerra por nosotros.

La Biblia aconseja a los cristianos que se humillen, oren, se arrepientan y cambien sus
acciones. Acciones humildes son las que mueven la mano de Dios. Entonces Él remueve
las maldiciones sobre las regiones celestiales.

…si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su


mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré
su tierra. (2 Crónicas 7:14, cursivas del autor)

Sabiduría de Dios se caracteriza, consistentemente por humildad. Cuando nos


humillamos ante Dios, Él se acerca para escuchar nuestras oraciones. Cuando nos
volvemos al Señor, Él –no nosotros—remueve el principado que aflige la tierra.

Maldiciones territoriales provienen de una falta de arrepentimiento. Sin embargo, cuando


actuamos en humildad, poniéndonos de acuerdo con Dios y arrepintiéndonos de nuestras
acciones, Dios remueve la aflicción. Él, en obediencia a Sus propias leyes espirituales, se
impone a remover la maldición. De la misma forma, si la suficiente cantidad de personas
se arrepienten corporativamente por una nación por haber deseado el aborto, inmoralidad
o cualquier otro tipo de acciones pecaminosas y le piden a Dios que remueva el pecado,
entonces Él va a sanar y sacará de encima la maldición del caso.

Arrepentimiento de Identificación

En arrepentimiento y gran humildad, el profeta Daniel, quien estaba lleno de una


extraordinaria sabiduría y justicia, tomó la función sacerdotal de intercesión como
mediador entre Dios y el hombre. Al hacerlo, se identificó con las personas de su nación
y ofrecía oraciones por ellos:

41
…Señor, Dios grande y terrible, que cumples tu pacto de fidelidad con los que te
aman y obedecen tus mandamientos; Hemos pecado y hecho lo malo; hemos sido
malvados y rebeldes; nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus leyes.
(Daniel 9:4-5)

Cuando Daniel escribió esto, Israel estaba esclavizado por el Imperio Babilónico. Un rey
salvaje los gobernaba. Maldad abundaba – orgías sexuales, abortos e incluso sacrificios
de niños eran comunes. Sin embargo, Daniel no oró en contra el principado del aborto,
sacrificio de infantes ni de cualquier otro principado en el reino gobernado por el
demonio. Tampoco ató los espíritus territoriales sobre la nación. En vez de eso, Daniel
dirigió sus oraciones a Dios. Su humildad y arrepentimiento justificó a Dios que enviara
Sus ángeles Gabriel y Miguel a pelear en los cielos de parte de Daniel. Dios, nuevamente
demostró que Él domina los cielos.

Por otra parte, si atando los principados celestiales hubiese sido esencial para la victoria,
Daniel se hubiera dado cuenta de la necesidad. Él hubiera peleado el enemigo en las
regiones celestiales. Pero no lo hizo. En vez de eso, Daniel se humilló, oró y le pidió a
Dios que perdonara su nación. Con gran perspicacia, Daniel reconoció que el
arrepentimiento era la clave para terminar con la cautividad en Babilonia.

En oración de arrepentimiento, Daniel se identificó con las personas que cometieron tales
ofensas. Como líder nacional de gran autoridad gubernamental, Daniel se arrepintió por
los pecados de otros como si fuesen los suyos. Sus acciones demostraron que él
reconoció que solo Dios podría remover la maldición – si solo el pueblo en al tierra
cambiaran sus corazones y se arrepintieran de sus formas tercas, rebeldes y pecaminosas.

Entonces, principados territoriales pueden ser removidos de dos formas: primero, por un
arrepentimiento corporativo suficientemente grande; segundo, cuando aquellos en
autoridad responden en oración por su ciudad o región o nación, Dios actuará. Esto es
consistente a través de toda la Escritura y continua aún así hoy día. Por lo tanto, Dios
continúa siguiendo el protocolo que Él estableció tiempo atrás.

Acción Ejecutiva

Cuando las autoridades y los líderes designados por Dios se humillan, oran y se
arrepienten de los pecados de su nación, gran poder es liberado/desatado. Cuando el rey
Salomón oró y dedicó el templo, cayó fuego del Cielo y la gloria de Dios llenó el templo
(2Cronicas 6:12 – 7:1). Cuando el rey de Nínive se arrepintió, se vistió de luto y se cubrió
de ceniza, la nación también se arrepintió y fue liberada (Jonás 3:7-10).

Cuando los justos prosperan, el pueblo se alegra; cuando los impíos gobiernan, el
pueblo gime. (Proverbios 29: 2)

Dos pastores con jurisdicción regional fueron dados una visión del Señor seis meses antes
que The Washington Post lanzara su investigación de la administración del ex presidente

42
Nixon. Dios le reveló a estos pastores la tremenda contaminación y maldad que ocurría
en la Casa Blanca. En respuesta, le preguntaron a Dios que hacer con la revelación.
Sorpresivamente, Dios les pidió “que oraran cuatro oraciones de arrepentimiento cada día
durante seis meses”. Obedecieron, y al término de seis meses uno de los consejeros de
Nixon hizo un comentario en una conferencia de prensa que inició la investigación de
Watergate que expuso la deshonestidad y criminalidad a nivel nacional.

A que se refiere la Escritura cuando dice que oremos por aquellos en autoridad, para que
tengamos paz y tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna (1 Timoteo 2:1-3). En
respuesta a esa pregunta, Dios le abrió los ojos a un amigo mío quien estaba viajando
junta a su esposa por varios estados en su automóvil. Al cruzar el límite de un estado a
otro dirigido por un gobernador no creyente e inmoral, fue como si hubiesen pasado de
un día asoleado a una nube oscura. Una sensación de opresión les cubrió. Al poco tiempo
después, ingresaron a un estado dirigido por un gobernador justo y lleno del Espíritu
Santo. Fue como si hubiesen entrado en un campo lleno de luz. La opresión se levantó y
se llenaron de gozo. Más tarde, la esposa se había quedado dormida y el camino los llevó
de vuelta al estado anterior. Inmediatamente se despertó con nauseas y dijo “Hemos
vuelto a entrar en ese estado oscuro ¿no es verdad?” Por lo tanto, las acciones de líderes
civiles sobre regiones geográficas tienen grandes consecuencias para aquellos que viven
dentro de sus límites.

La Intercesión de Daniel

Cuando Daniel oró (Daniel 9), Dios se movió sobre el corazón del rey Darío de Persia, un
rey malvado. El ángel Gabriel le dijo a Daniel:

Cuando Darío el Medo estaba en el primer año de su reinado, también le brindé


mi apoyo y mi ayuda. (Daniel 11:1)

Como resultado de las oraciones de Daniel y el fortalecimiento del rey Darío, Dios movió
el corazón de este monarca pagano para comenzar a reconstruir el templo en Jerusalén.
Esto comenzó durante el segundo año del reinado de rey Darío (Esra 4:24).

Mediante el arrepentimiento ofrecido por un líder con autoridad civil, las fortalezas de
cautiverio y supresión fueron rotas. El Reino de Dios obtuvo “un pié adentro” que
eventualmente triunfaría sobre toda la tierra.

Es muy importante notar que en su oración Daniel no atacó las fortalezas o principados;
simplemente miró hacia Dios e hizo sus peticiones por medio de oración y suplicaciones
en favor de la nación.

Hemos pecado y hecho lo malo; hemos sido malvados y rebeldes; nos hemos
apartado de tus mandamientos y de tus leyes…no hemos obedecido ni seguido tus
leyes, las cuales nos diste por medio de tus siervos los profetas. (Daniel 9: 5,10)

43
Más aún, no creo que Daniel sabía que Dios iba a enviar a Gabriel y Miguel a derrotar los
principados sobre Babilonia. Daniel simplemente vio la necesidad de arrepentirse sin
saber como terminaría el asunto. Debemos tener una actitud similar de obediencia a Dios
independientemente de cómo Él decida responder. Nunca sabemos como ni cuando Dios
va a responder nuestras oraciones.

Dios responde con Relámpagos

Varios años atrás, un comisario de un condado lleno del Espíritu Santo asistió una
reunión de oración en su iglesia. Estaba preocupado sobre una película que se iba dar la
tarde siguiente en el auto-cine local. Para atraer una buena cantidad de gente durante la
temporada de verano, el cine había planeado mostrar la película El Exorcista.

El comisario se paró frente a la congregación y dijo, “Como pastor civil del pueblo de
Dios en este condado, yo no creo que Dios quiere que Su pueblo sea expuesta a lo
demoníaco a través de esta película. ¿Se unirían a mí en arrepentimiento e intercesión por
nuestra ciudad? “

Al aproximarse el atardecer del próximo día, una larga fila de autos esperaba
pacientemente para que abriera la boletería. De repente, se desató una tormenta y un rayo
cayó de las nubes, impactó la pantalla gigante y la demolió. ¡El auto-cine no abrió sus
puertas todo el verano! Dios actuó en respuesta a las oraciones de arrepentimiento guiado
por el hombre que Él había puesto allí en autoridad sobre la región.

La Autoridad de Abraham para Revertir la Maldición

En Génesis 20, Abraham dijo una media mentira a Abimélec, rey de Guerar, diciendo que
Sara era su hermana. De hecho, Sara era su media hermana, pero no mencionó el hecho
de que también era su esposa. Entonces, Abimélec tomó a Sara como esposa, pero antes
de que se consumara el matrimonio Dios le habló en un sueño a este rey pagano.
Dios le dijo a Abimélec, “De hecho eres un hombre muerto porque la mujer que has
tomado es la mujer de Abraham”.

El rey le respondió a Dios, “¿Destruirías a una nación a pesar aunque sea inocente?”
Aunque no era Hebreo, Abimélec sabía que sus acciones como líder traería repercusiones
devastadoras a su reino. Dios mostró Su misericordia y le dijo a Abimélec que Abraham,
que era un líder entre los Hebreos y un profeta, tenía autoridad par revertir la maldición.
Abraham oró por Abimélec y Dios sanó el pueblo viviendo en el reino de Guerar.

Tomando por Fuerza

Una definición de pecado es “cuando intentamos tomar por fuerza lo que Dios hubiera
dado por gracia”. De esta forma, insistimos en una gratificación instantánea o prematura,
lo que es lo mismo que tratar de dar a luz un bebé en dos meses en vez de nueve, dando
como resultado una pérdida.

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En forma similar, Jacobo quitó a la fuerza la bendición que Dios hubiera dado por gracia
(Génesis 27). La salvación por obras es otra forma de intentar tomar por fuerza lo que
Dios daría por gracia.

De la misma forma, cuando atacamos principados y resistimos maldiciones territoriales


antes del necesario arrepentimiento por aquellos en autoridad o por entidades
corporativas “permitiendo así que Dios actúe por gracia” (p106), pecamos por
presunción. En esencia, estamos tratando de tomar a la fuerza lo que Dios nos hubiera
dado gratuitamente por gracia.

Movido por la Impaciencia

En Éxodo 23, después de que Dios le había dicho a Moisés como sacaría a los habitantes
de la Tierra Prometida y realizar grandes actos, Él dio sus razones para una aparente
demora en remover al enemigo:

Sin embargo, no los desalojaré en un solo año, no sea que, al quedarse desolada la
tierra, aumente el número de animales salvajes y te ataquen. Los desalojaré poco
a poco, hasta que seas lo bastante fuerte para tomar posesión de la tierra. (Éxodo
23:29-30, cursivas del autor)

Este pasaje habla de la sabiduría de los tiempos de Dios, de la madurez necesaria y del
aumento numérico. ¿Qué dice esto de batalla espiritual? Dice que si es dejado solo a
nuestro entendimiento, quizás trataríamos de limpiar la tierra completamente antes de que
sea sabio hacerlo. Otros espíritus, que son mucho más malignos, pueden reemplazar los
que echemos fuera. Quizás debemos considerar la advertencia “…aumente el número de
animales salvajes [demonios y principados] y te ataquen”.

La impaciencia puede hacernos avanzar sin pausar y esperar en Dios. Al tomar las cosas
en nuestras propias manos, nos podemos transformar en un Saúl quien actuaba
apresuradamente. (1 Samuel 13: 7-14)

Quizás queramos considerar la advertencia en Proverbios 20:21 de que “un herencia de


fácil comienzo no tendrá un final feliz”. Muchas veces queremos cosas antes de que
estemos preparados para manejar las consecuencias.

Ganar una batalla espiritual requiere oraciones fervientes y efectivas. Como he dicho
antes, la Escritura nos llama a orar por aquellos que nos rodean y por aquellos en
autoridad sobre nosotros. Nuestras oraciones debieran cubrir el mundo como también
nuestra ciudad y nación. Debemos orar siempre, sin cesar. Nuestras oraciones debieran
tener como modelo las de Jesús y reflejar la naturaleza de Jesús.

Intercediendo por Nuestras Comunidades


Nuestro objetivo primario es adorar a Dios y ofrecerle a Él gratitud y alabanza. Poner en
práctica la presencia de Jesús, buscamos tener comunión con Dios. Buscamos

45
abandonarnos y someter nuestra voluntad a Dios. Cuando lo hacemos, el Señor nos da Su
mente de como interceder.

Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué


pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden
expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la
intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la
voluntad de Dios. (Romanos 8:26-27)

Un Plano Celestial
Jesús le enseñó a Sus discípulos como orar. Él no criticó todas las oraciones en público,
pero si condenó aquellos que atrajeran la atención. También desanimó aquellas oraciones
vanas, repetitivas y sin significado que estaban llenas de piedad religiosa.

En contraste, Jesús se focalizó en la intimidad con Dios, estableciendo entonces la


oración como una forma de adoración y comunión. Y Él dijo que le pidiéramos a Dios el
establecimiento de Su Reino en la tierra.

Ustedes deben orar así: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu
nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo…líbranos
del maligno. (Mateo 6: 9-13)

Cuando Jesús animó sus discípulos a que pidieran a Dios Padre, Él estaba reconociendo
la autoridad y protección de Dios en nuestras vidas – a librarnos del maligno. Cuando
oramos, estamos suplicando a que Dios actúe por nosotros. Al pedirle a Dios por la
llegada de Su Reino en la tierra así como es en el Cielo, estamos reconociendo que la
voluntad de Dios ya se está ejecutando/cumpliendo en el Cielo.

Al hablar de Su voluntad cumpliéndose en el Cielo, no me refiero a que es la


voluntad/deseo de Dios que Satanás nos ataque. O creo que Dios ha establecido un orden
judicial divino y hay consecuencias por toda acción. Auque no es Su deseo que los
principados demoníacos gobiernen sobre la tierra, es parte de Su voluntad el permitirle a
la humanidad el libre albedrío. Por lo tanto, tomamos decisiones que al final terminan
siendo bendiciones o maldiciones.

Atacar los principados en el segundo Cielo es intentar responder nuestras propias


oraciones como si Dios no las respondería por nosotros—tratando muy pronto y sin
sabiduría de tomar a la fuerza lo que Dios daría por gracia.

Cuando el apóstol Pablo detectó a Satanás resistiendo la voluntad de Dios y el avance de


Su Reino, le pidió a los cristianos que oraran para que el tuviera la fortaleza de predicar la
Palabra de Dios seguido de signos y maravillas. De esta manera las obras de Satanás
serían destruidas. Dios actuó a favor de Pablo. Él hará lo mismo por nosotros si le
pedimos.

46
Necesitamos hacer notar que Pablo no se dirigió a ningún poder de segundo Cielo de sus
días. Sí reconoció su existencia, pero siempre optó por pedirle a Dios por fortaleza para
sobrellevarlas en vez de echárselas encima solo. ¿No deberíamos hacer nosotros lo
mismo?

A través de la Escritura somos animados por la habilidad de vivir vidas santas y a la


manera de Dios, lo que permite que Dios avance Su Reino y apurar Su retorno.

Ya que todo será destruido de esa manera, ¿no deberían vivir ustedes como Dios
manda, siguiendo una conducta intachable y esperando ansiosamente la venida
del día de Dios? Ese día los cielos serán destruidos por el fuego, y los elementos
se derretirán con el calor de las llamas. (2 Pedro 3:11-12, cursivas del autor)

Aquellos que comprometen sus vidas a la santidad serán dados autoridad espiritual sobre
las naciones (Apocalipsis 2:26b). Poder espiritual está directamente relacionado con el
nivel de justicia/rectitud en que vivimos.

Nuestras oraciones, que ascienden ante Dios como un incienso, adelantan se retorno y
avanzan justicia sobre la faz de la tierra. Intercesión es un utensilio poderoso en la
batalla.

Liberación de Berlín

En el bestseller de Anne Gram Lotz, The Vision of His Glory (La Visión de Su Gloria),
ella escribió en forma elocuente sobre la función de la intercesión después de la Segunda
Guerra Mundial. Cristianos alrededor del mundo comenzaron a orar por la iglesia detrás
de la Cortina de Hierro.

Historias de hostigamiento, persecución, pobreza, abuso de derechos humanos y


depresión se filtraron por entre la cortina y por sobre el muro. El pueblo de Dios
oró para que Él interviniera y liberara a Europa del Este de la tiranía del ateísmo y
la opresión. A veces, gatillado por eventos mundiales, las oraciones de creyentes
de todo el mundo se intensificaron. Y en noviembre de 1989, cayó el Muro de
Berlín y se vino abajo la Cortina de Hierro. No había una explicación lógica por
esta dramática serie de eventos excepto que “los incensarios repletos que son las
oraciones de los santos” se habían llenado. Me pregunto de quién fue la última
oración que entró antes de que Dios dijera “Tengo todo lo que necesito para
cumplir mi propósito”.15

John Sandford también escribe en su libro “La sanidad de las Naciones”(The Healing of
the Nations), sobre el rol de la intercesión en revertir las maldiciones territoriales en
Europa del Este:

Herr Buecker le enseñó a los alemanes del Este a como unirse con los alemanes
de Oeste, en oraciones de arrepentimiento y de intercesión. Un día, los alemanes
de Este comenzaron a ira a una iglesia en Leipzig, orando fervientemente en

47
intercesión por su país. Esto era a gran riesgo porque la Stasi (Policía Secreta)
estaba mirando y grabando. Miles de personas se reunían en la iglesia y por toda
la ciudad. Herr Buecker después informó que por error había llegado un decreto
¡para abrir la puerta! Cuando los oficiales llegaron a descubrir lo que estaba
pasando era muy tarde para parar el péndulo de la historia – ¡se había columpiado
hacia la libertad! El Muro de Berlín fue derrumbado. La más grande revolución
sin sangre de la historia moderna fue seguida por la caída del poder del
Comunismo, la Unión Soviética se disolvió y – milagro de milagros— ¡Alemania
fue reunificada! Ese es el poder de la oración de intercesión y guerra espiritual
para las naciones del mundo.16

48
CAPÍTULO 8: AVANZANDO EL REINO DE DIOS

Por miles de años ha existido una conexión cercana entre la oración, avanzando el Reino
de Dios y destruyendo las obras del enemigo. La oración es indispensable para el avance
del Reino de Dios. La Iglesia nació en una atmósfera de oración (Hechos 2) y floreció/se
multiplicó a pesar de un gran ataque espiritual del enemigo.

Una autoridad espiritual increíble se ha desatado en la tierra para destruir las obras del
enemigo y avanzar el Reino de Dios. Aunque estoy convencido que no nos ha sido dado
la autoridad para tener dominio sobre ninguna de las regiones celestiales, eso no significa
que no necesitamos tener gran pasión en oración como tampoco significa que no tenemos
un entendimiento de que estamos en una guerra.

Dios siempre ha ejercido autoridad en los cielos y continúa ejercitándola hoy. Es el


Cuadrilátero de Dios. Como Soberano del Universo, Dios ha determinado que las puertas
del infierno no prevalecerán contra lo que Él quiere establecer en la tierra.

Dios nos promete protección divina.

…contendré con los que contiendan conmigo, y yo mismo salvaré a tus hijos.
(Isaías 49:25b)

Pero el Señor es fiel, y Él los fortalecerá y los protegerá del maligno (2


Tesalonicenses 3:3).

Principados demoníacos pueden retenernos como lo hicieron con Daniel (Daniel 10:13).
Pero, son los pecados y el pecado de personas que causan que nuestras iglesias lleguen a
estancarse y ser espiritualmente impotentes.

Si una iglesia está llena de pecado sin arrepentimiento, la madurez espiritual es acortada.
Milagros y conversiones ocurren casi nunca aunque los corazones de algunos parecen
limpios y la Palabra es predicada en forma certera. Pero, cuando cambiamos nuestros
corazones a través del arrepentimiento, ayudado por el discernimiento de espíritus,
palabras de conocimiento, profecías y revelaciones, Dios puede revelar a los individuos
obstáculos territoriales y estimular el arrepentimiento corporativo. ¿No es este una
estrategia divina para llevar a la tierra a la gloria de Dios?

Claves de Autoridad
En Mateo Jesús dice lo siguiente:

Te daré las llaves del Reino de los Cielos; todo lo que ates en la tierra quedará
atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.
(Mateo 16:19, cursivas del autor)

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Llaves abren puertas de poder y autoridad. Algunos teólogos creen que la palabra llave es
una metáfora para la persona del Señor Jesucristo (Apocalipsis 1:18). Otros creen que
representa la función del Espíritu Santo.

Debemos hacer notar que Jesús descendió para obtener las llaves para darlos a nosotros.
Si las llaves para tomar los cielos estuvieran en lugares celestiales, ¿porqué no ascendió
primero Jesús a buscarlas (Efesios 4:8-9)? En cambio, Él descendió al infierno para
reclamar llaves que pertenecían en la tierra y habían sido llevadas allí por Satanás. Las
llaves del Reino son terrenales, no celestiales. Debemos pelear por la tierra, en la tierra.

En el libro de Apocalipsis, Jesús posee las llaves de Hades y la muerte. Por Su Señorío
sobre la vida y la muerte Jesús tomó cautivo el poder y la autoridad de Satanás en la
tierra.
[Yo Soy] el que vive Estuve muerto, pero ahora vivo por los siglos de los siglos,
y tengo las llaves de la muerte y del infierno. (Apocalipsis 1:18, cursivas del
autor)

Como el Mesías prometido de la tribu de Judá, Jesús tiene la llave de David.

Sobre sus hombros pondré la llave de la casa de David. (Isaías 22:22, cursivas del
autor)

Escribe el ángel de la iglesia de Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el


que tiene la llave de David, el que abre y nadie puede abrir. (Apocalipsis 3:7,
cursivas del autor)

Durante los tiempos bíblicos existía una práctica entre el pueblo Hebreo. El padre o
cabeza del hogar llevaba las llaves atadas con una soga alrededor de su cintura, las que
abrían los cuartos de almacenaje dentro de la casa. Antes de su muerte, él llamaría a su
hijo mayor y en un acto final, el padre pondría las llaves sobre los hombros de su hijo, lo
que significaba el traspaso de autoridad del padre al hijo.

Lo que Jesús fue a buscar cuando descendió, Él se lo dio a Sus discípulos. Ellos lo
traspasaron a nosotros al cumplir con la Gran Comisión. Como seguidores de Jesús,
poseyendo las llaves significa que hemos sido dado Su autoridad en la tierra. Nunca se
nos ha dado la llave del Cielo, solo llaves a esta esfera terrenal.

Jesús es el poder detrás de las llaves. Si él es ignorado, pasado por alto o negado,
entonces ni las bendiciones del cielo ni de las de esta tierra pueden ser desatadas para
nosotros. Al traspasarnos las llaves a nosotros, Jesús ha liberado autoridad para atar o
desatar en la tierra como vemos que el Padre ya está haciendo en el Cielo.

Atando y Desatando

Algunas personas creen que el pasaje en Mateo 16 sugiere que si tu atas en la tierra, atado
después en los cielos, pero en realidad, lo opuesto es correcto.

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Estudios lingüísticos revelan que el verbo en Mateo 16: 18-19 es en el tiempo futuro
perfecto pasivo perifrástico. Esto simplemente significa que la forma literal que este
verso debiera leerse es: “todo lo que ates en la tierra ya habrá estado atado en el cielo:
todo lo que desates en la tierra ya habrá estado desatado en el cielo”. Muchas
publicaciones de la Biblia incluye esto como una nota en los márgenes.

Por lo tanto, para ser más exacto, atando o desatando ocurre primero en el cielo y luego
manifestado en la tierra. Dios ata en el Cielo lo que permite que nosotros podamos atar
aquí en la tierra. Dios desata en el Cielo, así nosotros desatamos en la tierra. Este
entendimiento también es en paralelo con el ejemplo de oración de Jesús en Mateo 6—
“en la tierra como en el Cielo”. Dios ata o desata en el Cielo dependiendo de la acciones
del hombre.

Atar significa prohibir o impedir. Desatar significa permitir o dar libertad17. Observamos
lo que Dios Padre está haciendo y luego atamos o desatamos lo que ya ha sido atado o
desatado.

Sin embargo, en el contexto de Mateo 16 y luego en Mateo 18, atando y desatando son
términos usados para describir disciplina en la iglesia – excomulgando o reconciliando un
pecador. Por lo tanto, no podemos usar estos pasajes para apoyar la idea de atar poderes
celestiales.

Es claro en Mateo 18 que siguiendo el protocolo establecido por Dios nos permite
caminar en autoridad sobre la esfera terrenal demoníaca. Sin embargo, no hay un
precedente en la Escritura para decir “Te ato Satanás”. Ni siquiera Jesús le habló a
Satanás de esa forma. Atando a Satanás es algo todavía por ser cumplido por Jesús en el
fin:
Vi además a un ángel que bajaba del cielo con la llave del abismo y una gran
cadena en la mano. Sujetó al dragón, a aquella serpiente antigua que es el diablo y
Satanás, y lo encadenó por mil años. Lo arrojó al abismo, lo encerró y tapó la
salida para que no engañara más a las naciones, hasta que se cumplieran los mil
años. Después ha de ser soltado por algún tiempo. (Apocalipsis 20:1-3, cursivas
del autor)

En la Escritura tenemos un ejemplo muy claro de cómo lidiar con demonios cuando se
manifiestan. Los echamos fuera. Rompiendo con el poder del diablo es mejor cumplido
cuando hacemos las obras de Jesús.

Hemos de luchar principados y poderes del segundo Cielo de la misma forma en que
Jesús y sus acompañantes lo hicieron. Jesús mismo dijo que Él solo hacía lo que Él veía
su Padre haciendo. Por lo tanto, si Jesús vio a Dios sanar a alguien en el Cielo – quizás en
una visión mientras estaba orando—entonces el poder era desatado en la tierra para poder
cumplir con lo que Él ya había visto en el Cielo.

51
Aunque el pueblo de Dios vive bajo principados demoníacos de religión, perversidad
sexual y otros poderes oscuros, y legiones de espíritus se extendían sobre todo el Imperio
Romano, Jesús nunca se dirigió a ellos en el segundo Cielo. Jesús solo se urgió a ellos
terrenalmente, ministrando a hombres, a mujeres y niños, liberándolos.

Piénsenlo, de todas las ocasiones que Jesús le enseñó a Sus discípulos, no hay ni una
ilustración en la que Jesús o Sus discípulos ataran seres celestiales en las regiones
celestiales. Pero, hay cientos de ejemplos de espíritus malignos siendo atados en
individuos. Este es la guerra terrenal.

Principados sobre Israel


Si nos detenemos para considerarlo, nos daríamos cuenta que principados operaron sobre
Israel durante los tiempos de Jesús. Roma y el resto del mundo conocido eran dirigidos
por principados de oscuridad. Jesús nunca los atacó, ¿porqué? Siendo enteramente
hombre y enteramente Dios, Jesús demostró la respuesta del hombre al reino de Satanás.
El hombre debía ejercer autoridad en la tierra para vencer el enemigo, dejando a Dios los
principados en el segundo cielo.

Incluso cuando los principados y poderes trataron de ahogar a Jesús y sus discípulos en el
Mar de Galilea, Jesús no le habló a los principados ni a los poderes. Él rechazó al viento
y le habló al mar (Marcos 4: 35-41). La autoridad de Jesús sobre la tierra era más grande
que la autoridad de Satanás. Entonces, no tenía porqué dirigirse a los principados. La
tierra respondió a una autoridad mayor que la del comando demoníaco.

Jesús Nunca Perdió Autoridad Celestial


El principio que Jesús le comunicó a sus seguidores justo antes de que ascendiera al
Padre es de importancia vital a la perpetuación y el avance del Reino de Dios:

Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: -- Se me ha dado toda autoridad en el


cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones,
bautizándolos en le nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que
estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo. (Mateo 18-20, cursivas del
autor)

Parafraseando, Jesús dijo que había recuperado toda autoridad terrenal. Todo lo que la
humanidad necesitaba para someter la tierra y había sido perdido en la Caída, Jesús la
restauró para nosotros. Ahora, hemos de hacer todo los que Jesús nos enseñó a hacer y de
enseñarle a otros a como hacerlo. El poder del Reino de Dios nos acompañará hasta que
Él vuelva.

Recuerden, Jesús no estaba diciendo que había retirado autoridad celestial porque, como
dije anteriormente, nunca lo había perdido. Simplemente estaba afirmando que Él ahora
tiene autoridad en la tierra como en el Cielo. Lo que Jesús no hizo fue tan vitalmente
importante como lo que si hizo.

52
No Focalizar Su Atención en los Gigantes
Cuando viajo a varias ciudades alrededor del mundo, la gente me pregunta
frecuentemente si tengo el discernimiento de principados y poderes sobre sus ciudades.
Al tratar de hacer crecer su iglesia o lanzar una iniciativa evangelística, quieren hacer lo
posible por eliminar los asaltos del enemigo.

Para su sorpresa, les digo que no me preocupo de los principados y poderes en los cielos.
El asombro en sus caras revela lo que han estado pensando y haciendo. En vez, les
pregunto si saben lo que Dios va a hacer en su ciudad. Entonces, suavemente les digo
que mi foco de atención es en Dios y en lo que él está haciendo y planeando hacer. No
focalizo mi atención en Satanás y sus hordas.

Cuando los doce espías volvieron a Moisés después de espiar la Tierra Prometida, diez
focalizaron su atención en los gigantes (Números 13). Dos espías, Josué y Caleb,
focalizaron su atención en tomar la tierra y dieron un informe favorable (Números 14:6-
9). Josué y Caleb dijeron “Si el Señor se agrada de nosotros, nos hará entrar en ella. No
se atemoricen de los gigantes en la tierra. El Señor está con nosotros!” Nuestra pregunta
debiera ser ¿”Está el Señor con nosotros?” Si lo está, entonces los gigantes deberían tener
temor de nosotros.

Tantas veces nos focalizamos en gigantes celestiales en vez de concentrar nuestros


esfuerzos en tomar la tierra y obtener vino nuevo, su leche y miel. Frecuentemente
escucho personas decir “La razón de porqué no podemos entrar es porque están los
gigantes. Primero debemos derribarlos”. Yo creo que quizás la principal razón del porqué
no estamos entrando a poseer la tierra es porque estamos más interesados en los gigantes
que la desesperación de probar el sabor de la miel de nuestra herencia.

Busca el Corazón de Dios


Todo lo que hago es buscar la forma de conocer el corazón de Dios, de conocer que
revelaciones o milagros Él quiere realizar. Entonces, trato de participar con Él en hacer
avanzar el Reino de Dios.

Perder tiempo en discernir y mapear los nombres de principados demoníacos que


supervisan ciudades y naciones solo sirve para distraerme. No estoy diciendo que esto no
tiene valor, solo que me distrae de mi foco de atención en Dios y Su gran diseño.

Al pasar de los años he descubierto una simple verdad: te diriges a todo aquello que
focalizas tu atención. Si estás conduciendo tu auto en una curva y focalizas tu atención en
una muralla al manejar, lo más probable es que termines estrellando la muralla. Pero si
dejas de mirar la muralla y miras hacia delante, evitarás estrellar tu auto. Todo aquello en
que fijes tu atención terminará por consumirte. Es verdad en lo natural y en lo espiritual.

De la misma manera, cundo entro en una ciudad, le pregunto a Dios que me revele Sus
propósitos y planes para esa iglesia, ciudad o región. Si por alguna razón discierno
fortalezas demoníacas, entonces sé que Dios va a traer libertad a algunas personas que
están siendo hostigadas por esos espíritus demoníacos. Sin embargo, no ato esos seres

53
celestiales en las esferas celestiales. Si buscamos a Dios, oramos y nos humillamos,
entonces Dios traerá libertad y liberación. Más aún, normalmente se ven señales y
prodigios increíbles después de predicar la Palabra de Dios.

Rehúso focalizar mi atención en el maligno. En vez de eso, escojo focalizar mi atención


en Dios y en lo que Él está haciendo.

John Sandford también ha compartido sobre la necesidad de focalizar la atención en los


propósitos de Dios y no en los planes de enemigo:
Años atrás, cuando Paula y yo podíamos ver, por el Espíritu Santo, opresiones
demoníacas que merodeaban por el lugar de la conferencia o la región,
pensábamos:”Oh no, va a ser difícil ministrar aquí”. Entonces era así porque ese
era el nivel de nuestra fe. Estábamos celebrando la fuerza de la carne y del
principado demoníaco en vez de Jesús. El Señor dijo: “John y Paula, ustedes
llevan dentro de sí una ambiente/atmósfera
superadora/vencedora/avasalladora.(p124) Yo vivo en ustedes y soy más fuerte
que cualquier cosa en el mundo. Focalicen su atención en mí y sirvan a otros. Yo
les cambiaré la atmósfera por ustedes. “Dios nos dio instrucción de leer Salmo
84:5-7. Desde ese momento en adelante, cada vez que veíamos fuerzas opresivas
sobre una iglesia o una región, orábamos, poníamos nuestra fe en Su poder, y
servíamos olvidándonos de esas fuerzas malignas. El ministerio se hizo mucho
más fácil con el tiempo y los milagros comenzaron a suceder. Dios no nos dijo
que nos aseguráramos de echar fuera los poderes de la oscuridad en las regiones
celestiales para que pudiéramos ministrar libremente. Solo nos recordó que por Su
poder en y alrededor nuestro, transformaríamos valles secos en manantiales e
iríamos de fuerza en fuerza. El ministrar ha sido un gozo desde entonces.18

¿Cuál es tu foco de atención? ¿Discernir poderes oscuros? ¿Luchar con principados


demoníacos sobre tu ciudad? Tal concentración a menudo tiende a aumentar la guerra,
trae depresión y genera una actividad demoníaca al darle al enemigo una plataforma
sobre la que puede actuar.

Dios nunca nos instruye a estar preocupados por o asaltar principados demoníacos en el
segundo Cielo que afecten áreas geográficas.

El Aspecto del Amor


La Escritura nos anima a focalizar nuestra atención en Jesús, quien es completamente
amoroso, verdadero, noble, justo, puro, virtuoso y digno de alabanza. Tiene un buen
currículo. A través de Jesús podemos tomar la tierra ¡a pesar de los gigantes! Más aún,
Jesús nos ha hecho reyes y sacerdotes para servir a Dios eternamente (Apocalipsis 1:6).

Jesús nos ha delegado autoridad divina para extender y administrar el reinado de Dios en
toda la tierra. Esto involucra confrontar poderes oscuros, trayendo liberación y
aumentando nuestra expectación de ver las obras milagrosas de Dios.

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Hacemos esto como un reino de sacerdotes, abrazando un espíritu de adoración dirigido
hacia Dios. La adoración es fundamental, basal par el avance del Reino de Dios. Es
entregarle una atención focalizada a Dios y requiere que fijemos nuestros ojos en Jesús
(Hebreos 12:2). Es Satanás quien desea robarnos nuestra atención lejos de Jesús.

Francamente, he determinado focalizar mi atención en buscar primero el Reino de Dios y


Su justicia, humillarme y orar. También focalizo mi atención en necesidad de vivir una
vida santa para Dios y buscar la paz.
La Palabra de Dios habla de humillarnos ante nuestro Creador y los unos a los otros. Si lo
hacemos, la Escritura nos promete que todas estas cosas nos serán dadas. El tomar una
postura de humillación y arrepentimiento va a alterar la atmósfera que nos rodea. Dios
habita con quienes son contritos y humildes (Isaías 57:15; 66:2). Necesitamos buscar Su
rostro. Él gobernará el cosmos. Dios permite que principados angelicales existan sobre
regiones geográficas como una bendición y permite que principados demoníacos existan
sobre regiones geográficas como una maldición.

Como dijo tan bien Graham Cooke, supervisor de una gran red de iglesias en Inglaterra,
“La verdadera guerra espiritual no es atar y desatar el enemigo, sino conocer la majestad
y supremacía de Dios”.19

Es cierto, Satanás y su reino demoníaco seguirán resistiendo y golpeando agresivamente


el Reino de Dios en la tierra, y vamos a tener que unirnos para la lucha. Pero nuestro
Comandante, el Señor de las Huestes, ya ha dibujado las líneas de batalla y establecido
las reglas del encuentro. Aventurarse más allá de nuestra esfera protegida nos deja
vulnerables a ataques maliciosos.

Cuando abandonamos nuestra esfera de autoridad que Dios nos ha dado y nos
enfrentamos en una guerra de segundo Cielo, nos desviamos a una esfera mortal donde
no tenemos protección ni autoridad, una esfera en donde Dios nunca pretendió que
estuvieran sus hijos.

Los Hijos de Esceva


Casi dos mil años atrás, los siete hijos de Esceva violaron este principio fundamental de
operar sin la autoridad de Dios:

Algunos judíos que andaban expulsando espíritus malignos intentaron invocar


sobre los endemoniados el nombre del Señor Jesús. Decían: “¡En el nombre de
Jesús, a quien Pablo predica, les ordeno que salgan!” Esto lo hacían siete hijos de
un tal Esceva, que era uno de los jefes de los sacerdotes judíos. Un día el espíritu
maligno les replicó:”Conozco a Jesús, y sé quién es Pablo, pero ustedes ¿quiénes
son?” Y abalanzándose sobre ellos, el hombre que tenía el espíritu maligno los
dominó a todos. Los maltrató con tanta violencia que huyeron de la casa desnudos
y heridos. (Hechos 19:13-16)

Siendo presumidos, estos hombres intentaron echar fuera demonios sin haber recibido la
autoridad de Dios. Consecuentemente, los demonios subyugaron, sobrepasaron e hirieron

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a los hombres, quienes corrieron por sus vidas. Quizás, deberíamos tomar este ejemplo
más en serio como una advertencia al Cuerpo de Cristo.

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CAPÍTULO 9: SABIDURÍA PARA ENFRENTAR EL ENEMIGO

Antes de la creación, se llevó a cabo una guerra espiritual colosal. Desde los cielos,
Satanás planificó guerra contra Dios y Su pueblo, para derrocar gobiernos y esparcir
epidemias de proporciones globales.

En la tierra, los malignos favoritos de Satanás han erosionado sistemas calóricos,


despertado la lujuria y avaricia cada vez más profunda en los corazones de hombres y
mujeres, y han matado con perversidad al pobre y el oprimido. Operan con perspicacia y
en secreto. Muchas veces sin darse cuenta, personas permiten el acceso al diablo y
quedan entrampadas en un estilo de vida de decepción y destrucción.

Es una lucha de proporciones épicas de ganar o perder, que el Reino de Dios


eventualmente transformará en buena, debilidades a fortalezas, desiertos en jardines
(2Corintios 12:4; Isaías 51:3). Mientras dure la tormenta de fuego en la tierra, cristianos
tienen el mandato de luchar la esfera de oscuridad y avanzar el Reino de Dios.

Pero la siguiente pregunta permanece: ¿Cómo lucharemos contra un enemigo poderoso,


ingenioso e invisible? Necesitamos conocer nuestro enemigo. No debemos mantenernos
ignorantes de los cosas de sus artimañas (2 Corintios 2:11).

Resistiendo al Maligno
También debemos evitar que caigamos. Necesitamos edificarnos en la fe, orar en el
Espíritu y mantener ferviente nuestra pasión por Dios (Colosenses 3:5-17). Y debemos
estar fortalecidos en el Señor.

Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor. Pónganse toda la armadura
de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. Porque nuestra
lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra potestades que
dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las
regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que
cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza. Manténganse
firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de justicia, y
calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz. Además de todo
esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas
encendidas del maligno. Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu,
que es la Palabra de Dios. Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y
ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos. Oren
también por mí para que, cuando hable, Dios nos dé las palabras para dar a
conocer con valor el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas.
Oren para que lo proclame valerosamente, como debo hacerlo. (Efesios 6:10-20,
cursivas del autor)

¿Cómo nos mantenemos fuertes y resistir los ataques del enemigo? Debemos hacerle
frente a las artimañas del enemigo.

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Para hacerle frente significa tomar una posición defensiva firme y perseverar. En
combate, es una postura defensiva agresiva adoptada por alguien para evitar recibir
golpes de un enemigo que está tratando de tomar posición en su tierra, así como lo hizo
Eleazar cuando peleó por David sobre un pedazo de tierra llena de cebada. La gente de
Eleazar se posicionó en el centro del campo y lo defendieron hasta que el Señor hizo su
gran victoria (1 Crónicas 11:14-15).

Así es que cuando el enemigo está posicionado para pelear, hemos de resistir sus
tentaciones y artimañas, y permanecer en firme devoción a Jesús. Resistir también
significa cuidar la tierra que ya hemos tomado de manera que el enemigo no vuelva a
tener acceso a nuestro territorio.

Mantenerse firme significa perdurar o perseverar en conflictos por un largo periodo de


tiempo o de gran escala. Cuando se está bajo el ataque de las fuerzas del enemigo,
continuamente estamos desviando ataques. Es una guerra si tregua, el enemigo está
siempre atacando. Como cristiano, tu puedes mantenerte firme de los ataques del
enemigo porque sabes que es Dios quien te lidera en la victoria triunfadora.

No Seas Engañado
En esta pelea no luchamos contra sangre y carne aunque nos enfrentamos con personas
que son de sangre y carne. Hombres y mujeres no son nuestro problema. Luchamos, en
vez, contra fuerzas demoníacas que capturan mentes y controlan las acciones de
individuos. Estos emisarios malignos crean potestades o fortalezas en las ideologías, los
valores y acciones de gente alrededor del mundo.

Los versos en Efesios 6 describen los poderes espirituales que no se ven y que operan a
través de personas con quienes con enfrentamos a diario. El apóstol Pablo, al escribir
sobre como podemos resistir los ataques de Satanás, nos anima a no confundirnos y no
enojarnos con la sangre y carne, son en vez que liberemos la batalla en contra de los
espíritus malignos que pueden estar conduciendo la persona. Esto es como debemos
ejercer la autoridad que fuimos dados sobre los principados y poderes demoníacos.

La Escritura nos implora que no peleemos contra personas, sino en vez, estando llenos
del Espíritu Santo, batallamos los espíritus demoníacos que operan a través de personas.
Entendiendo esto, estamos capacitados para amar y orar por otros con gran compasión,
porque entendemos que es el enemigo el que está hostigándolos. En esencia, a esto es lo
que Pablo se refería cuando dijo que batallamos contra principados y poderes celestiales.

Protegiéndonos
Este pasaje en Efesios también nos manda que apaguemos los dardos encendidos del
maligno desviándolos, protegiéndonos con el escudo de la fe. Necesitamos proteger
nuestras mentes contra el temor y falta de fe. Usando el escudo de la fe implica poseer
una actitud de fe que sea constante e inamovible. Necesitamos aferrarnos a la Palabra de
Dios, especialmente sus promesas, de manera de sobreponernos al adversario.

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Dos Tipos de Espadas
La palabra espada en la Escritura, tanto en griego como en hebreo, se refiere a uno de dos
tipos de espadas. La espada corta, que es el largo del antebrazo, es usado solo en combate
mano-a-mano. Se intenta mutilar e inmovilizar al enemigo, luego matarlo.

A través de la Escritura, espadas usadas por humanos fueron siempre la espada corta. El
uso de esta espada en la Escritura implica armarse con la Palabra de Dios para cortar los
pensamientos y decepciones del enemigo que operan a través de las personas. También
implica que el enemigo está a poca distancia, sugiriendo una lucha terrenal. La palabra
griega para espada corta es la usada en el pasaje de Efesios 6 y Hebreos 4:12. La espada
es empleada para penetrar las defensas demoníacas de las personas, punzar sus
conciencias y liberarlos de sus torturadores al impedir tareas demoníacas en contra de
ellos.

El segundo tipo de espada, una espada larga, en mencionada en Génesis 3:24 y en


Apocalipsis 19:15. Esta espada es del largo del cuerpo. Siendo un arma de primer golpe
devastador, esta espada es usada en lucha de más larga distancia. En la Escritura, solo
Jesús y Sus ángeles esgrimieron la espada de cuerpo completo. Implica que el enemigo
está a una gran distancia, sugiriendo guerra de segundo Cielo que Dios hace por nosotros.
Una vez más vemos una película clara de los límites que Dios nos ha dado.

Algunos dirán, “No estoy tratando de ascender a los cielos, solo quiero disparar un cañón
efectivo de aquí hacia allá”. Pero no vemos que Jesús modele cañones efectivos o
ascendentes.

El Filo Cortante
Efesios 6 dice que la espada del espíritu es la “palabra de Dios”, que es la palabra griega
para rhema. Una palabra rhema es una expresión de Dios que tiene un poder cortante. Es
claramente identificado con nuestra espada corta. La palabra rhema, entonces, nos asiste
en defendernos de los ataques del enemigo y en la correcta división de aspectos
espirituales de aspectos asmáticos (2 Timoteo 2:15; Hebreos 4:12).

Guerra Prolongada
A través de todo Efesios 6, el apóstol Pablo comunicó la necesidad de estar preparado
para conflictos espirituales prolongados y de ser conocedor de cómo enfrentarse a fuerzas
hostiles en forma efectiva cuando se manifiestan a través de otros. Este pasaje es sobre
una pelea en donde el enemigo está muy cerca, cara-a-cara y posicionado
territorialmente, en la cual usamos la espada corta en combate mano-a-mano para
resistirlo.

A primera vista parecería que Pablo, en Efesios 6, está apoyando la guerra en el segundo
Cielo, pero al examinar mas detenidamente junto con el hecho que Jesús nunca demostró
guerra de segundo Cielo, debemos volver a leer ese pasaje de la Escritura. Pablo tuvo una
revelación de Jesús, entonces, él cumpliría con las enseñanzas de Jesús.

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En Efesios 6, Pablo está realmente enseñando como mantener una postura defensiva
cuando uno es atacado por principados y poderes en el área terrenal.

Fortalezas que Entrampan


Como el padre de mentiras (Juan 8:44), Satanás teja astutamente un telar de mentiras,
distorsión y desinformación que afecta nuestras percepciones y nuestro sistema de
creencias. Insidiosamente, inyecta veneno en nuestras mentes, creando dudas y temor.
Tal como en un juego de ajedrez, si Satanás puede hacer que nos focalicemos en el
objetivo o maniobra equivocada, especialmente una que aparentemente nos causaría daño
y nos debilitaría, entonces él ha ganado la batalla. En el mejor de los casos, nuestro poder
es disminuido y en el peor, morimos.

Pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo.


Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino
para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta
contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se
someta a Cristo (2 Corintios 10:3-5).

Debido a que Satanás ataca nuestras mentes, se nos dice que debemos hacer bajar cada
fortaleza y derribar imaginaciones vanas, cautivando cada pensamiento para Cristo. Si
Satanás puede controlar nuestras mentes, entonces tiene dominio sobre nuestro
comportamiento. Por lo tanto, la Escritura nos insta a renovar nuestras mentes y resistir el
enemigo:

No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación


de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable
y perfecta. (Romanos 12:2, cursivas del autor)

Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. (Santiago 4:7,
cursivas del autor)

Fortalezas de la Mente
La Biblia habla de fortalezas mentales. Fortalezas mentales individuales son formas de
pensar que son habituales. Cuando construimos una forma de pensar habitual o
practicada, se transforma en una fortaleza en nuestras mentes. Tales fortalezas tienen que
ser reconocidas, arrepentidas y consideradas como muertas en la Cruz.

De la misma manera, también ustedes considérense muertos al pecado, pero vivos


para Dios en Cristo Jesús. (Romanos 6:11)

Tenemos que practicar el llenar nuestras mentes con formas virtuosas de pensar. Nuestras
mentes son como las computadoras. Tenemos que reprogramarlos (Filipenses 4:8-9:
Romanos 12:2) y entrar en una guerra espiritual contra nuestras propias fortalezas
mentales.

60
También vivimos en un mundo corporativo. Fortalezas mentales corporativas son
maneras de pensar habituales y practicadas que delinean nuestra mentalidad de la
sociedad. Ellos también tienen una vida propia. Estas fortalezas mentales corporativas
tienen una estructura formada en el intelecto compartido de la humanidad. Estas pueden
ser expresadas como tradiciones, filosofías o marcos mentales.
Es por eso que el apóstol Pablo dijo que no seamos llevados cautivo por filosofías o
tradiciones de hombres (Colosenses 2:8). Filosofía-- las creencias, actitudes y los
conceptos generales de un grupo de personas – tiene el poder de guiar las acciones de
personas. “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él” (Proverbios 23:7; RV).

Para ilustrar este punto, ustedes pueden conocer algún matrimonio que no están
llevándose muy bien. Antes de lo que imagina quizás consideren el divorcio. ¿Por qué?
Principados han tejido una fortaleza mental corporativa de divorcio sobre las mentes de
esta pareja. Por lo tanto, la pareja ya no puede pensar claramente sobre sus hijos o sus
votos o su obediencia a Dios. Terminan auto consumidos por la fortaleza que ahora
controla sus almas.

Percepciones veladas
La función de una fortaleza mental corporativa es de llevarte cautivo al colocar un velo
sobre tus ojos. Una fortaleza mental corporativa opera para hacerte ciego, tal como
Satanás ha enceguecido las mentes de no creyentes para impedir que logren ver la luz
del evangelio y la gloria de Cristo Jesús (2 Corintios 4:4). Entonces, la función de una
fortaleza mental corporativa es de crear en ti una visión unidireccional (como en un túnel)
u oscurecer y contradecir la Palabra de Dios al distorsionar la verdad y la historia.

Otra función de fortalezas mentales corporativas es de infiltrarse en tu mente con


palabras que resuenan (buzzword). Esas palabras son palabras o frases que suenan
importantes pero que ofrecen poco significado, pero que suenan lógicos. Están diseñados
para terminar una discusión o causar que uno ceda al marco mental de la cultura. Aquí
hay algunas de ellas que están de moda que quizás hayan escuchado: “Sólo tengo una
vida para vivir”. “Mi Dios quiere que sea feliz”. “¿No es Dios un dios de amor?”. “La
gracia de Dios lo cubrirá”.

Tanto las fortalezas individuales como las corporativas son creadas por demonios que
están bajo las órdenes de principados y gobernantes de la oscuridad.

Suponga que está ministrando una pareja pero nada parece penetrar la muralla que usted
siente que está allí. Ellos no pueden escucharte porque la fortaleza que opera en ellos ha
enceguecido sus mentes. Es por eso que la guerra espiritual en contra de una fortaleza es
necesaria de manera que esa pareja pueda volver a sus sentidos.

Cuando está orando por una persona que está con un demonio, estás peleando con un
demonio que es gobernado por un principado. La batalla no es una batalla celestial sino
una bien terrenal.

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Cuando estás peleando una guerra en contra de una fortaleza, estás buscando crear un
espacio de tiempo para que la persona pueda venir a sus sentidos. Sin embargo, no hay
garantía que si el tiempo es creado, la persona vaya a venir o no a sus sentidos. La gente
tiene que tomar decisiones libremente y arrepentirse de su pensamiento errante de manera
de ser libres.

Armados con Arrepentimiento


Yo creo que si personas en una ciudad se reunieran corporativamente para arrepentirse y
de buscar a Dios para remover un principado, Dios entonces pondría un movimiento
hechos divinos que sanarían las personas y la tierra. Si existen principados sobre ciudades
y áreas geográficas, pero la sabiduría nos anima a buscar las oraciones dirigidas a Dios y
pedirle a Él que nos libere del maligno.

Varios años atrás, algunos intercesores recibieron una visión de un principado llamado el
“espíritu del imperio”. Este principado podía ser discernido en pastores que habían
construido sus imperios espirituales, o en hombres de negocios que construyeron
imperios financieros e ignoraron sus familias. Muchos intercesores comenzaron a
contender con este espíritu. Fueron advertidos por un líder profético de Dios que se
hiciera primero una lista de hombres y pastores del área para ayudar a guiarles en el
proceso de arrepentimiento. Pero los intercesores no siguieron la instrucción. Un año más
tarde el grupo, que tenía una maravillosa reputación por ser muy unidos, agradables y
gozosos, empezaron a lidiar con juegos de poder dentro del grupo. Comenzaron a mirarse
en menos unos a otros y tener resentimientos entre sí. Sin saberlo, ahora tenían en medio
de ellos mismos el mismo espíritu contra la cual estaban luchando! El espíritu del imperio
los había enceguecido a su propio orgullo y autosuficiencia y, por ende, a la construcción
de sus propios imperios.

Nuestro Arsenal Espiritual


John Sandford escribió en su libro “A Comprehensive Guide to Deliverance and Inner
Healing” (Un guía comprensiva para la liberación y sanidad interior):

Nuestras armas – que incluye la espada del Espíritu, el amor de Dios, la sangre de
Cristo, el escudo de la fe, y oración y arrepentimiento—son mucho más poderosos
que cualquier cosa que pueda tener el enemigo. Podemos destruir toda fortaleza
que podamos encontrar, porque batallamos no con nuestra fuerza sino con las
armas de Dios, eternas e invisibles. 20

Yo estoy de acuerdo con John. Si alguien me maldice, calumnia o ataca, no lo veo como
un ataque humano. Lo veo como un ataque espiritual – uno en que espíritus demoníacos
han creado fortalezas en la mente de la persona. Estas fortalezas son instigadoras de
comportamientos dañinos dirigidos a mí. Entendiendo esto me ayuda a buscar
discernimiento respecto de que motiva a la persona. También me anima a no responderle
a la persona. En vez, soy capaz de bendecir la persona, por medio del Espíritu Santo.

62
Cuidado con el Orgullo
En una manera similar, Jesús le dio autoridad a sus discípulos sobre demonios que afligen
personas. Les dijo que anunciaran la venida del Reino de Dios y echar fuera demonios de
personas, no del cielo.

Descubriendo los resultados de su nueva jurisdicción sobre espíritus demoníacos en la


tierra, causó que sus setenta seguidores se regocijaran. Pero Jesús les advirtió sobre
hacerse orgulloso sobre esta autoridad:

Cuando los setenta y dos regresaron, dijeron contentos: “Señor, hasta los
demonios se nos someten a tu nombre.” Yo veía a Satanás caer del cielo como un
rayo, respondió él. Sí. Les he dado autoridad a ustedes para pisotear serpientes y
escorpiones y vencer todo el poder del enemigo; nada les podrá hacer daño. Sin
embargo, no se alegren de que puedan someter a los espíritus, sino alégrense de
que sus nombres están escritos en el cielo. (Lucas 10:17-20)

En este pasaje, Jesús ilustra límites espirituales. Jesús también estaba comunicando que
cuando les había dado autoridad en la tierra, Él ahora tenía autoridad tanto en el cielo
como en la tierra y lo usó para remover a Satanás. Otra vez, Jesús demostró
específicamente que nuestra autoridad es sobre la esfera demoníaca terrenal. Tenemos
poder para pisotear serpientes y escorpiones o cualquier poder que se manifieste aquí
sobre la tierra. Los ejemplos que Jesús usó en este pasaje eran de esferas terrenales de
autoridad y usó criaturas terrenales (serpientes y escorpiones) para ilustrar su punto.

Sin duda, viendo demonios gritar y salir de personas indujo una gran alegría y ánimo en
los discípulos. Pero Jesús les advirtió a no regocijarse sobre el hecho que demonios se
sometían a ellos, sino a que se alegren que sus nombres estén escritos en el Libro de la
Vida del Cordero. Jesús sabía que estaban siendo tentados a ser confiados en sí mismos y
llenos de orgullo en su recién adquirida nueva unción. Como es el caso de cualquiera
unción, debemos vestirnos con humildad, debido a que Dios resiste al orgulloso (1 Pedro
5:5). Dios odia el orgullo. Eso es lo que llevó a Satanás a su caída. Siendo engañado por
el orgullo puede causar que nosotros celebremos nuestra propia importancia.

63
CAPÍTULO 10: LINEAMIENTOS PRÁCTICOS PARA LA GUERRA
ESPIRITUAL
Si te encuentras en guerra espiritual extendida y prolongada, hay un número de
prerrequisitos que deben ocurrir.

Primero, obtén una guía muy clara del Espíritu Santo. Pregúntale si debieras entrar en
guerra espiritual. ¿Es esto algo que Dios quiere que hagas o estás simplemente
respondiendo automáticamente a una necesidad que no has discernido aún? ¿Tiendes a
ser un rescatador? ¿Tienes una necesidad automática de rescatar? Dios es el único
rescatador. Si tratas de tomar su lugar, tanto tú como la persona que estás tratando de
rescatar se van a ahogar.

Segundo, guerra espiritual sobre áreas geográficas o iglesias es ganada por ejércitos, o
por héroes individuales. No seas un llanero solitario. Incorpora a otros para que se te
unan en arrepentimiento, ayuno y oración. Tomó multitudes de personas actuando con
injusticia para crear la fortaleza que está ahora siendo manipulando por el principado. Va
a tomar un buen número de personas respondiendo en justicia para revertir la jurisdicción
legal de Satanás.

Tercero, sé diligente en mantener una vigilia de oración y persevera en intercesión con


Dios. Es fácil llegar a desanimarse cuando oramos por oras personas. Los resultados
parecen ser lentos en venir, pero Jesús nos urge a ser persistentes, a permanecer enana
actitud de oración y de no perder el corazón (Lucas 18:1-8).

Al comenzar a entablar la guerra espiritual, aquí hay algunos lineamientos adicionales


que te podrían ser de utilidad:

1. Escóndete en Dios
Cuando nos entablamos en guerra espiritual en cualquier nivel, nos exponemos a la vista
de los poderes de la oscuridad. Normalmente estamos escondidos en Cristo Jesús
(Colosenses 3:3). El Salmo 91 nos dice que Dios nos ha dado Sus ángeles para que
tengan la labor de cuidarnos en todos nuestros caminos. Sin embargo, cuando estamos
pidiéndole a Dios que se deshaga de un principado, nos hacemos conocidos a la red de
inteligencia de la oscuridad. Hemos abierto una puerta y podemos atraer poderes
demoníacos que lanzan un contraataque contra nosotros. Entonces, necesitamos saber
como hacer oraciones que nos mantengan escondidos.

Oraciones escondidas son aquellas que permiten mantenernos en una posición “invisible”
en oración. Los bombarderos “stealth” de la Fuerza Aérea norteamericana nos proveen de
una buena analogía. Mientras oramos por protección y nos escondemos en Jesús, Él
desvía el “radar” del enemigo y nos mantenemos sin ser vistos. Necesitamos orar para
oscurecer todos los accesos que tiene el enemigo hacia nosotros. Cuando esto se combina
con arrepentimiento, tales oraciones esconden del enemigo nuestras fallas y falencias, y
coloca una nube protectora alrededor nuestro de tal manera que el enemigo no puede
penetrar legalmente y causarnos algún daño.

64
Todos los días yo oro: “Señor, he sido expuesto. Escóndeme, a mi esposa, mis hijos y
parientes de manera que Satanás no pueda atacar mediante algún artilugio o una
persona.”

Sin embargo, diciendo oraciones escondidas cuando hemos sido presuntivos y no hemos
luchado según los mandatos de Dios o dentro de Su estructura de autoridad, puede no ser
un método muy efectivo porque la presunción nos quita de la sombra protectora del
paraguas de Dios.

2. Espera los Contraataques


En guerra espiritual el enemigo va a montar contraataques. Espera que el enemigo lance
un ataque por cada puerta abierta que el encuentre en nuestras vidas. Debemos evitar y
soportar los ataques con que responde el enemigo.

Jesús dijo que si vas a ver las fallas en otra persona, primero saca el tronco de tu propio
ojo antes de sacar la astilla del ojo de tu hermano. Esto provee protección porque si tu
oras cualquier cosa sobre otra persona, Satanás va a contraatacar golpeándote en la
misma área.

En los contraataques, la primera línea de defensa es hacer lo que Jesús dijo – carga tu
cruz (Mateo 11:38). Si estás orando por una fortaleza de lujuria sobre un amigo(a),
entonces debes ir al Señor y extraer cualquier lujuria que pueda haber en tu propia vida.
Si te entablas en guerra espiritual por lujuria operando en una persona y comienzas a
sentir lujuria tu mismo(a), pueda que necesites limpieza en esa área también.

Ministrar a otros en guerra espiritual es por lo tanto una tremenda bendición. Nos empuja
a ver nuestros propios pecados y morir más prontamente a nosotros mismos. Tornar a
bien lo que el enemigo ha querido usar en tu contra mediante el uso del contraataque
enemigo para descubrir en ti mismo lo que aún necesita ser crucificado en la cruz. La
Escritura nos dice que sabiduría es una protección para la persona que la posee
(Proverbios 3:21-23).

Sabiendo que te vas a enfrentar a un contraataque debería ser parte de tu preparación,


para que no seas enceguecido por el enemigo. Permanece atento(a) y alerta de manera
que cuando llegue el contraataque tu estés lista para enfrentarla. Dándose cuenta que
vienen contraataques te permite estar preparado a reconocer pensamientos o acciones que
normalmente no pensarías, como ataques del enemigo. Por ejemplo, cuando alguien te
insulta no vas a estar tan inclinado a tomarlo en forma personal.

Pregúntale a Dios que te revele las áreas que aún no han muerto en tu vida. Mientras más
de éstas traigas a la luz de Cristo, esa práctica será tu mejor defensa de los contraataques.

Si Dios te llama a ser un guerrero en una situación determinada, entonces Él sabe que tu
necesitas enfrentar el mismo tema en tu propia vida (2 Corintios 1:26). Si tu fuiste
llamado a hacer guerra espiritual, puede ser porque eres débil, no porque eres fuerte. La
mejor forma de lidiar con el contraataque del enemigo es por acuerdos “Señor, está en

65
mi. Llévalo a su muerte en la cruz”. Hay seguridad en la en la cruz de Jesús. No hay
seguridad alguna en la negación.

3. Reúne a Otros a tu Alrededor


Guerra espiritual es de ser conducido por ejércitos, no por héroes solitarios expuestos.
Requiere oraciones y arrepentimientos corporativos para desalojar a principados sobre
áreas como ciudades, estados y naciones. Intercesores tipo “llanero solitario” ponen en
peligro a sí mismos y a sus grupos. Un ejército debe arrepentirse por los pecados de sus
padres que permitieron que los ataques llegasen legalmente. Por ejemplo, suponga que el
Seño me dice que hay un principado sobre Dallas cuyo nombre es avaricia. Si yo ataco
este principado, estoy en presunción. Soy como el sargento que está tratando de tomar la
colina que el general no me dijo que tomara. Al hacer esto, expongo al cuerpo mayor de
tropas -- el flanco— al ataque del enemigo. Si voy a hacer ese tipo de guerra espiritual el
Dallas, entonces necesito hablar con todos los pastores y grupos de oración del área para
que estén atentos del nombre del principado y pedir que nos juntemos todos en
arrepentimiento por avaricia.

Arrepentimiento de nuestros pecados y de nuestros antepasados es el arma más poderoso


que tenemos en guerra espiritual. Remueve el terreno legal que Satanás ha adquirido.
Dios puede revelar principados sobre ciudades, pero hay una forma correcta de pelear
contra ellas. La forma correcta es pedirle a Dios que los remueva y arrepintiéndose de
aquello que permitió el gobierno del espíritu demoníaco.

Si no hay arrepentimiento que reemplace el vacío dejado por el demonio, este tiene
permiso para retornar. Y cuando lo haga, va a buscar para ver si la persona o área es
ocupada por el Señor. Si no lo están, él y otros siete espíritus peores volverán, y la ciudad
o región estará peor que como estaba en un principio (Mateo 12:43-46).

Cuando te estás enfrentando con potestades mentales corporativas sobre ciudades o


regiones, se necesitan ejércitos de intercesores. Mediante el arrepentimiento, necesitas
pedir por un amor corporativo, una unidad corporativa, un lazo de paz corporativo, un
espíritu de generosidad corporativo que llene la gente en la ciudad o región. Entonces,
Dios es justificado en remover los gobernantes malignos ubicados allí por Satanás.

4. Consigue Confirmaciones
La guía debe ser recibida claramente y revisada cuidadosamente por los sabios dentro del
Cuerpo. Necesita haber confirmación, no vaya a ser cosa que entremos corriendo en
lugares donde los ángeles no se atreven a pisar y, de esa forma, actuamos
presuntuosamente.

Sean cautelosos de recibir señales confirmatorias de tus amigos. Probablemente te


agradan demasiado como para no estar de acuerdo contigo. Señales confirmatorias
debieran venir de una fuente independiente que está bien establecido en el Señor. Satanás
puede enviarte un ángel oscuro para darte señales confirmatorias.

66
Hubo un tiempo en que pensaba que el Espíritu Santo me estaba convenciendo a orar de
cierta forma para que pudiera derrotar al enemigo. Comencé a dar órdenes y atar
principados sobre áreas geográficas. Con gran pasión, ordenaba que estos poderes sean
rotos. Poco tiempo después de haber comenzado esto, Satanás detuvo su ataque en mi
vida, lo que me convenció que tenía el poder y que lo que estaba haciendo estaba
funcionando. Más tarde, cuando el Señor me dio el sueño de los Machetes a la Luna
(página 30). Vi que era un engaño y que Satanás estaba en verdad llevando más
profundamente a su trampa. Había tragado el anzuelo yo pensando que lo estaba
enganchando a él.

Satanás puede matonearnos a pelear con él. Sus tácticas son llamadas artimañas – trucos
engañadoras o juguetonas (Efesios 6:11). Él puede hacer retroceder su ataque para
convencerte que estás en el camino correcto, cuando no lo estás. Puede hacer señales y
maravillas. Satanás está dispuesto a perder unas pocas batallas con tal de ganar una
guerra.

Apostadores de salones de pool usan la misma táctica. Pierden el primer juego o dos y
luego te ruegan que juegues de nuevo para darles una o más oportunidades de recuperar
sus pérdidas. El jugador novato accede, esperando aumentar sus ganancias, cuando de
hecho está a las puertas de una gran pérdida financiera.

Muchas personas han entrado en guerra espiritual y han tenido algunos éxitos que los
convencieron que sus métodos eran los correctos. Luego, el enemigo atacó con
ferocidad.

5. Diga Oraciones de Limpieza


Cuando nos enfrentamos a la guerra espiritual podemos terminar manchados y rodeados
de demonios. Esto es especialmente cierto si estás orando por alguien que tiene una
fortaleza mental de un espíritu de lujuria. Si tienes una naturaleza de llevar cargas de
otros, puedes estar identificándote con una persona como un intercesor. La lujuria de la
persona puede alojase en ti, echar raíces y eventualmente mancharte. De cualquier
encuentro espiritual es posible que se te “pegue” un espíritu maligno que trabaja en otros.

Por lo tanto, debemos pronunciar oraciones de limpieza en forma diaria. Debemos


preguntarle a Dios que lave y limpie de nosotros toda mancha que hemos recibido, sea
humano o demoníaco. Leyendo la Biblia de manera de ser lavados por el agua de la
Palabra, es una gran forma de ser lavados (Efesios 5:26).

6. Repara tu Armadura
Los ataques de Satanás pueden dañar e incluso invalidar tu ministerio. Puedes esperar
cualquier área de tu vida que no está santificada, sea golpeada con un dardo encendido
del enemigo. En un sentido, puedes regocijarte porque a través de eso Dios puede
revelarte lo que no ha sido traído a Él. Si quieres saber lo que no ha sido resuelto en tu
vida, simplemente ministra a alguna otra persona. Dios te mostrará.

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Quizás quieras preguntarle a Dios te revele cualquier área en tu vida que es un tremendo
hoyo – cualquier motivo posible escondido – en relación a otros. Muchas veces no vemos
nuestras flaquezas.

Dale a otras el derecho de examinar tu vida y hablarte la verdad (Efesios 4:15). La mejor
preparación par al guerra espiritual es someterte a un grupo y dejar que el grupo
comience a examinarte para encontrar las áreas que están escondidas. En esto, no
queremos transformarnos en ombligo-céntricos, pero queremos darle una oportunidad al
Señor a revelar en nosotros lo que necesita ser expuesto, para nuestra propia protección y
santificación (Romanos 15:14; 1 Corintios 1:25; Efesios 4:2).

Antes de que Jesús comenzara su ministerio, ingresó en cuarenta días de ayuno y oración.
Yo creo que un aspecto de la oración y ayuno de Jesús fue para preguntarle a Dios le
revelara cualquier área en la cual pudiera ser tentado antes de comenzar su ministerio.

Poniéndose la armadura de Dios es una forma poética de decir “escojo examinar


cualquier aspecto en mi vida que es impuro”.

7. Siempre Muestra Cortesía


No ganamos la batalla transformándonos en ser como el enemigo. Debemos seguir el
ejemplo de Miguel y la advertencia de Judas 9 de no insultar.

En liberar a una persona endemoniada, no debemos decirle al diablo “pié plano”,


“serpiente resbaladiza” o algún otro nombre odioso. La maraca del Reino de Jesús es la
cortesía. No ganarás batallas contra Satanás usando sus tácticas.

Recuerden en la Guerra de la Galaxias, Luke Skywalker, quien soñaba en ser Jedi, tuvo
una discusión con su padre quien había abrazado el lado oscuro de su ira y se había
transformado en Darth Vadar. En una pelea de espadas, el endiablado gobernante el
imperio animó a que Luke soltara su ira, porque si Luke peleara con ira y veneno,
entonces Luke hubiera escogido el lado oscuro.

En forma similar, he visto a tantos intercesores que inadvertidamente han menospreciado


la creación de Dios por la forma en que apasionadamente atacan dignatarios celestiales.

8. Ofrece tus Estrategias a Dios


Conocimiento y estrategias pueden ser útiles. Pero conocimiento puede transformarse en
un “Ismael” si no lo pones en el altar. El procurar el conocimiento puede causar que erres
en Gnosticismo – elevando la función de conocimiento en pos de victorias en la guerra
espiritual. Puedes estar buscando conocimiento en vez de estar buscando a Jesús. Más
aún, puedes estar dependiendo de tu estrategia en vez de la estrategia del Espíritu Santo.

9. Escoge tus Batallas


Espíritus como de la homosexualidad, aborto y divorcio son demasiado grandes y
antiguos para que los derrotemos solos. Tampoco Dios nos llama a atacarlos. Pero si
hemos sido llamados a pelear en contra de estas cosas en relación a individuos y grupos.

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Si tu percibes una fortaleza de homosexualidad que ciega y controla una persona por
quien has sido llamado a interceder, y si Dios lo ha dicho así, puedes atar esa fortaleza
sobre la mente de esa persona. Sin embargo, no eches fuera una fortaleza. Una fortaleza
mental individual o corporativa es de la carne. Tú no echas fuera la carne. Llevas la carne
a la Cruz por arrepentimiento.

En tal caso, estás peleando por un espacio de tiempo en que una persona puede recobrar
sus sentidos. Acuérdate del hijo pródigo que había caído bajo la fortaleza de vida
desenfrenada. Su padre estaba orando y la Escritura nos dice que el hijo recapacitó y
volvió a su casa (Lucas 15:17). Su mente correcta le fue devuelta.

Tú sabrás cuando tus oraciones han tenido efecto. El individuo comenzará a ver y pensar
más claramente. La persona ya no bloqueará y torcerá lo que es dicho. La persona
comenzará a entender y dirá algunas de las cosas que él o ella rechazan. Es así, que el
reino de la negación en la vida de la persona estará roto.

10. Vive un Vida Balanceada


Si guerra espiritual es lo único que haces, es inevitable que se transformará en tu
identidad y eventualmente un ídolo en tu vida. Asegúrate de balancear tus actividades.
Sale a caminar, haz ejercicio. Aventúrate en la naturaleza. Alterna tus actividades. Juega
juegos. Duerme mucho. Come bien. No perderás poder espiritual. En vez, recargarás tus
baterías y te encontrarás con renovados bríos para volar con el Señor.

En forma regular, déjate un tiempo para adorar y comunión. Mantén un sábado personal.
Mantente en la presencia del Señor y permanece en la belleza de Su santidad. Cultiva una
estructura mental de quietud mental y descanso, desarrollando así una mayor intimidad
con Dios. Celebra comunión con Él.

11. Cultiva el Arte de Escuchar


Debido a que es tan importante, repito, dale a otros(as) autoridad para que puedan hablar
a tu vida y advertirte cuando comienzas a manifestar el espíritu contra el cual estás
luchando. Escucha sus correcciones y retos.

No te aísles de tu familia y amigos. Dale a tu esposo(a) y amigos(a) el derecho de


desafiarte y examinarte. Cuando te señalan tus debilidades, escúchalos. La Escritura dice
que aquellos que odian la reprensión morirán y aquellos que la escuchan son sabios
(Proverbios 9:8-9; 10:17; 12:1).

Está atenta a recibir corrección, especialmente de creyentes jóvenes (Salmo 8:2). Muchas
veces, Dios usará la persona menos indicada – incluso tus enemigos—para corregirte.
Incluso puede hablarte a través de un burro para curar una locura guerrera (Números
22:22-35).

69
CAPÍTULO 11: ORACIONES DE LOS SANTOS

El Señor Jesucristo encuentra su mayor gloria en la intercesión, una forma de oración


desinteresada que involucra la demostración de amor por otros. Aún ahora, Él se siente a
la diestra de Dios intercediendo por nosotros (Romanos 8:34). Al igual que Melquisedec,
la Biblia dice que Jesús vive para hacer intercesión por nosotros (Hebreos 7:25). Jesús
además dijo “Mi casa será casa de oración” (Lucas 19:46).

Como amigos, somos invitados a unirnos a Él mientras abre la puerta y nos permite el
acceso a la corte del Cielo. Tenemos el honor y el privilegio de presentar nuestras
oraciones por otros ante el Creador del universo.

Nos son prometidos maravillosos resultados. Jesús dijo que si permanecemos en Él y sus
palabras permanecen en nosotros, podemos pedirle lo que lo que queramos y se nos
concederá, para que nuestro gozo sea completo (Juan 15:7; 16:24).

Exhortación a la intercesión
“Toquen la trompeta en Sión, proclamen el ayuno, convoquen a una asamblea
solemne. Congreguen al pueblo, purifiquen la asamblea; junten a los ancianos del
pueblo, reúnan a los pequeños y a los niños de pecho. Que salga de su alcoba el
recién casado, y la recién casada de su cámara nupcial. Lloren, sacerdotes,
ministros del Señor, entre el pórtico y el altar; y digan: “Compadécete, Señor, de
tu pueblo. No entregues tu propiedad al oprobio, para que las naciones no se
burlen de ella. ¿Por qué habrán de decir entre los pueblos: “Dónde está su Dios”?
Entonces el Señor mostró amor por su tierra y perdonó a su pueblo (Joel 2:15-18).

Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a
Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos (Hebreos 7:25).

Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir


misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más lo
necesitemos (Hebreos 4:16).

El privilegio de la Intercesión
Oración de intercesión es la forma ordenada por Dios de permitirnos el privilegio de co-
laborar con él (Hebreos 4:16). Gracias y misericordia nos son dados como nuestra
porción privilegiada (Isaías 30: 18-23).

El Propósito de la Intercesión
Oración fue hecha para ser el poder por la cual la Iglesia habría de manifestar el Reino de
Dios en la tierra (Jeremías 33:3). Tantas veces la falta de oración es la razón nos falta
poder sobre nuestra nación (Isaías 43:22). Jesús nos ha dado el arma de oración de
manera que seamos potenciados para demostrar las obras de Su Reino en la tierra.
Oración abre las puertas para que Dios manifieste milagros, sanidad, liberaciones,
restauración señales y prodigios (Lucas 11:13).

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Cuando oramos, nuestra primera oración debiera ser para una mayor liberación del
Espíritu Santo sobre la Iglesia a nivel mundial. La liberación del Espíritu Santo de parte
de Dios está conectado inseparablemente de nuestra petición por ella (Isaías 32:11-15).

Jesús retó a su discípulos para que oraran siempre con persistencia (Lucas 18:1). Durante
sus días en la tierra, Él ofreció oraciones con fuertes gritos y lágrimas (Hebreos 5:7) y
con gran ardor (Lucas 22:44).

Por esta razón hemos de levantarnos mutuamente, reunirnos entrenar y trabajar en equipo
mientras más podamos para que podamos ser recordatorios de Dios (Isaías 62:1-2, 6-7).
Solo la oración intensa, perseverante se sobrepone a lo mundanal y la injusticia, tanto
dentro como fuera de la iglesia. Más aún, involucra lo siguiente:
Orando fervientemente – Santiago 5:16
Orando persistentemente – Lucas 11:8
Orando con pureza – Salmo 24:3-4
Orando con fidelidad – Lucas 18:8

Necesitamos poder apostólico para que la Palabra pueda penetrar los corazones de los
que escuchan (Hechos 2:37; Hebreos 4:12), prender el fuego que consume los corazones
de los que escuchan (Zacarías 12:6) y destrozar los corazones de los que escuchan
(Jeremías 23:29).

Ungüento de Sanidad para los Ojos


Si tienes dones de oración de intercesión y discernimiento de espíritus, ten cuidado de
focalizarte en Dios y no en Satanás y su reino. Ora por tus comunidades. Pídele a Dios
que cambie los corazones de hombres y mujeres que viven en la tierra. Pídele a Dios que
aumente los hechos de justicia en tus ciudades y que envíe el espíritu de convicción de
pecado, de justicia y de juicio.

Si tú puedes discernir espíritus que se posan sobre ciudades, considera reunir a otros a
que se te unan en expresar hechos de justicia y rectitud que demuestren el espíritu
opuesto. Por ejemplo, si tu disciernes que un principado de orgullo existe en tu área,
humíllate y pídele a Dios que rompa el poder de orgullo en tu vida. Entonces, pídeles a
otros que se te unan. Es Dios quien transforma los principados de maldiciones en
bendiciones del Cielo.

Si te has enfrentado en guerra espiritual de segundo Cielo y has experimentados ataques


feroces del enemigo, quizás quieras arrepentirte de haber violado la estructura de
autoridad de Dios. Pídele a Dios que rompa el ataque demoníaco y que te dé mayor
entendimiento en las esferas de autoridad espiritual. Humildemente, pídele a Dios que
sane tus heridas y que te proteja para que no caigas presa de las diversiones y estrategias
del enemigo que quiere seguir lastimándote, a tu familia o tu iglesia.

Viniendo a Dios como niños y pidiéndole humildemente su misericordia, va a traer


sanidad. Dios desea ser nuestro Padre y enseñarnos Sus caminos. Desea sanarnos, para

71
que la Palabra de Dios se esparza a nuestros corazones y nuestras vidas. Esto tendrá como
resultado que Jesús sea exaltado.

Sugerencia de Oraciones
Mientras Jesús te llama más profundamente a la intercesión, he aquí algunas sugerencias
que pueden ser de ayuda. Muchos de estas han evolucionado de mi propia vida
devocional. Las ofrezco como semilla para una mayor contemplación y oración.

En Devociones Personales
1. Ora por que tus dones proféticos y de intercesión reflejen el testimonio de Jesús
(Apocalipsis 19:10).
2. Ora para que seas lleno del espíritu de sabiduría y revelación en el conocimiento
de Dios (Efesios 1:17).
3. Ora para que tus ojos de entendimiento sean iluminados y que conozcas la
esperanza de tu llamado en Jesús (Efesios 1:18).
4. Ora pro que tu corazón no se endurezca, para que tu mente y tu entendimiento no
sean oscurecidos (Efesios 4:18); y que tus emociones so sean endurecidas por
percepciones oscuras o por tomar la gloria de Dios como habitual (Marcos 6:52);
ni tu alma se seque por el continuo y voluntarioso acto del pecado (Hebreos 3:15).
5. Ora por que tengas una relación continua con Dios Padre y Jesucristo mediante la
bendición del Espíritu Santo (Filipenses 2:1).
6. Ora en el espíritu a menudo (Romanos 8:26-27; 1Corintios 14:18-19; Efesios
6:18; Judas 20).

Durante Intercesión Corporativa


1. Cuando oramos corporativamente, no debemos entrar en mucho detalle de
nuestras vidas o nuestras familias. Hable a Dios, en vez de explicarles a los otros
lo que quieres decir. Recuerde de recordarle a Dios de Sus promesas hechas en la
Escritura (Isaías 62:6-7) y de demostrar la plenitud de tu fe y confianza en Dios.
2. Haz un compromiso. Considera el dedicarte a un curso de acción de largo plazo y
de cumplir con la exhortación de Jesús de interceder día y noche por la liberación
de su Espíritu (Lucas 18:7-8).

Al Orar por Iglesias


Debemos focalizarnos en nuestras peticiones a Dios y resistir nuestra orgullosa
“predicación a la gente” en nuestras oraciones. Una mayor liberación del Espíritu Santo
va a arreglar los detalles de obediencia personal en la vida de los creyentes (Juan 16:8;
Hechos 9:31; Romanos 14:17). Intercede por la liberación de convicción de pecados,
juicio, rectitud, paz, comodidad y un mayor temor de Dios.

1. Para los tiempos de alabanza, ora:


• Que la presencia de Dios se manifieste poderosamente.
• Que la gloria de Dios llene literalmente el lugar.
• Que Dios dé manifestaciones de ministración angelical (Hebreos 1:14).
• Por manifestaciones únicas y poderosas del Espíritu Santo durante la
alabanza.

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• Que el espíritu profético de Dios descanse sobre los líderes de alabanza y
músicos.
• Por sabiduría clara y la habilidad de fluir con el liderazgo del Espíritu
Santo.
• Que la gente sea convertida de su ateísmo, sanados de sus enfermedades,
bautizados por el Espíritu Santo y liberados de espíritus demoníacos.

2. Para los tiempos de enseñanza y predicación, ora:


• Que la convicción recaiga en la Palabra para que ministre salvación a los
no creyentes y mayor revelación al Cuerpo de Cristo.
• Que la unción del Espíritu Santo caiga poderosamente durante la
predicación de la Palabra.
• Que haya liberación de pecado, de demonios y de enfermedades durante el
tempo de predicación.

3. Para los tiempos de ministración, ora:


• Por la manifestación de los dones del Espíritu Santo.
• Que el Espíritu Santo sane poderosamente, anime y refresque todos los
creyentes.

4. En general, quizás quieras orar por lo siguiente:


• Por la unción de la convicción de pecado caiga en la reunión, resultando
en evangelismo para los perdidos y los no creyentes.
• Por personas salvadas en forma radical, sanaciones y liberaciones entre los
miembros del Cuerpo de Cristo para que todos podamos caminar en mayor
pureza y con una devoción en comunión hacia Dios.
• Por un espíritu generoso de dar que sea evidenciado entre los creyentes a
apoyar mayores extensiones a los pobres y diversas otras oportunidades de
misiones.
• Por prosperidad para poder bendecir a los que están sin trabajo o por
nuevas oportunidades de trabajo.

Conclusiones
Nuestra mayor pasión y prioridad debería ser intercesión—las ansias de nuestra alma por
Dios. Cuando la oración es el foco de atención supremo de nuestros corazones,
encontramos tesoros escondidos de intimidad con Dios. Nuestros espíritus interiores son
transformados y un mayor poder de avivamiento es liberado a través nuestro que puede,
potencialmente, atraer a millones al Reino de Dios.

Por lo tanto, sigan pidiendo, sigan buscando y continúen tocando la puerta (Mateo 7:7).
Dios está esperando escuchar las oraciones de los santos y de soltar el excelente poder de
Su magnífico nombre en la tierra como en el Cielo.

73
NOTAS
1. Judson Cornwall, It’s Gods War: A Biblical View of Spiritual Warfare (La Guerra
es de Dios: Una Perspectiva Bíblica de la Guerra Espiritual)(Hagerstown, MD:
McDougal Publishing, 1998), 21. Usado con permiso.

2. Docestismo, que proviene del verbo griego “parecer” es un tipo de herejía tipo
Gnóstico que ve a Jesucristo como un fantasma divino, no un hombre verdadero.
Como tal, creían que Jesús solo parecía sufrir por los pecados del hombre siendo
que los fantasmas son incapaces de morir. Algunos enseñaban que un espíritu de
Cristo cayó sobre el hombre Jesús en el bautizo y lo dejó en la crucifixión. Para
más referencias, ver Bruce Shelley, Church History in Plain Language (La
Historia de la Iglesia en un Lenguaje Simple)(Nashville: Word Publishing, 1995),
50; FF Bruce, The Spread Flame: The Rise and Progress of Christianity from its
beginnings to the Conversion of the English (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans
Publishing Company, 1970), 245.

3. Terry Law, The Truth about Angels (La Verdad Sobre los Ángeles) (Lake Mary,
Fla: Creation House, 1994), 167. Usado con permiso.

4. Los Maniqueanos, una religión de Persia, veían el universo como un eterno


conflicto entre los poderes del bien y del mal. Así como los Gnósticos, enseñaban
que Jesús no tenía cuerpo material y que murió realmente. Su propósito era el de
enseñarle a los hombres como salirse del reino de oscuridad y entrar al reino de
luz. Rechazaban todo aquello que sugería los verdaderos sufrimientos de Cristo en
la Escritura y eliminaron el Antiguo Testamento por completo. También veían al
hombre como una combinación del bien y del mal, y su tarea es de liberar lo
bueno dentro de él de lo malo, mediante la oración y abstinencia de riquezas,
lujuria, vino, carnes, y lujos entre otras cosas. Para más detalles, ver el libro de
Bruce Shelley Church History in Plain Language, 125-126.

5. Judson Cornwall, It’s Gods War: A Biblical View of Spiritual Warfare (La Guerra
es de Dios: Una Perspectiva Bíblica de la Guerra Espiritual)(Hagerstown, MD:
McDougal Publishing, 1998), 52. Usado con permiso.

6. Leanne Payne, Listening Prayer (Escuchando Oración)(Grand Rapids: Baker


House, 1994) 67. Usado con permiso.

7. Merriam-Webster’s Collegiate Dictionary, 10th Edition. (Spingfield, Mass.:


Merriam-Webster, Incorporated, 1998), 1003, 1046.

74
8. Algunos líderes rabínicos creían en la existencia de siete cielos. Muchos
académicos creen que la Biblia habla de tres cielos. La Escritura habla del tercer
cielo que es el lugar donde se encuentra el trono de Dios (2 Corintios 12:2). La
Escritura también dice que Jesús “pasó por los cielos” (Hebreos 4:14). Nehemías
hace referencia del tercer cielo como el cielo de los cielos (Nehemías 9:6).
Muchos creen que el puesto de comando de Satanás está en el cielo intermedio o
segundo Cielo. Pueden leer más de esto en JD Douglas et al., The New Bible
Dictionary (El Nuevo Diccionario Bíblico)(Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans
Publishing Company, 1975), 510 y en el libro de Terry Law, The Truth about
Angels (La Verdad Sobre los Ángeles), 112.

9. Gnosticismo, que apareció en los primeros siglos del cristianismo, era


ampliamente predominante en el mundo Mediterráneo y creía en el concepto del
conocimiento como un fin en sí (es decir, conocimiento es poder). Cuando esta
enseñanza se combinó con las enseñanzas cristianas, tuvo gran aceptación. Pero,
minimiza la muerte histórica y resurrección de Jesucristo. Al hacerlo, elévale
conocimiento por sobre la obra terminada de Jesucristo. Quizás quieran leer el
libro de JD Douglas et al., The New Bible Dictionary (El Nuevo Diccionario
Bíblico)(Grand Rapids: Wm.B. Eerdmans Publishing Company, 1975), 473;
Kenneth S. Latourette, A History of Christianity, vol 1 (Una Historia del
Cristianismo)(San Francisco: HarperCollins Publishers, 1975); Vladimir Lossky,
The Mystical Theology of the Eastern Church (La Telogía Mística de la Iglesia
Oriental)(Greenwood, SC: The Attic Press, Inc. 1973); Geoffrey W Bromiley et
al., The International Standard Bible Encyclopedia, vol 2 (La Enciclopedia de la
Biblia Internacional Estándar)(Grand Rapids. W. B. Eerdmans Publishing
Company, 1982), 484-490.

10. De un recuento no publicado de un soldado que atendía la Escuela de Infantería


en Fort Benning, Georgia, en Octubre 1988.

11. Dictionary of Contemporary Quotations (Diccionario de Citas Contemporáneas),


3 ed. Editada por John Gordon Burke y Ned Kehde (N.p.: John Gordon Burke
Publisher, 1994), 95.

12. W.E. Vine, Merrill F Unger y William White, An Expository Dictionary of


Biblical Words (Un Diccionario Expositivo de Palabras Bíblicas)(Nashville:
Thomas Nelson Publishers, 1984), 992; JD Douglas et al., The New Bible
Dictionary (El Nuevo Diccionario Bíblico)(Grand Rapids: Wm.B. Eerdmans
Publishing Company, 1975), 1145.

13. John Sandford y Mark Sandford, A Comprehensive Guide to Deliverance and


Inner Healing, (Una Guía Comprensiva para Liberación y Sanidad
Interior)(Grand Rapids: Chosen Books, a Division of Baker Books House
Company, 1992), 44. Usado con permiso.

75
14. Gary Kinnaman, Angels Dark and Light (Ángeles Oscuros y de Luz)(Ann Arbor,
Mich: Servant Publications, 1994), 148. Usado con permiso.

15. Anne Graham Lotz, The Vision of His Glory (La Vision de Su Gloria)(Nashville:
Word Publishing, 1997), 130-131. Usado con permiso.

16. Del manuscrito del próximo libro John Sandford, The Healing of the Nations (La
Sanidad de las Naciones). Usado con permiso.

17. The New Bible Dictionary (El Nuevo Diccionario Bíblico)(Grand Rapids: Wm.B.
Eerdmans Publishing Company, 1975), 153.

18. Testimonio de John Sandford, 26 de Febrero de 1999.

19. Tomado de The Secret Place (El Lugar Secreto), un mensaje dado por Graham
Cooke en Toronto Airport Christian Fellowship, el 2 de Junio de 1996.

20. John Sandford y Mark Sandford, A Comprehensive Guide to Deliverance and


Inner Healing, (Una Guía Comprensiva para Liberación y Sanidad
Interior)(Grand Rapids: Chosen Books, a Division of Baker Books House
Company, 1992), 276. Usado con permiso.

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