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Biografia de Juan Crisóstomo Falcón

Juan Crisóstomo Falcón nació en Tabe, Jadacaquive,


Península de Paraguaná, actual Estado Falcón, el 27 de enero de 1820. En el
Colegio Nacional de Coro hizo sus estudios iniciales, completando el curso de
Filosofía.

Su actividad militar comienza en 1848, cuando ocurre el llamado fusilamiento


del Congreso. Falcón actúa en defensa del Presidente Monagas y contra Páez,
que se ha lanzado en favor de la Constitución. En 1853 está en Coro como
Comandante de la Plaza y en 1857 pasa a Barquisimeto con las mismas
funciones.

Pero la entrada definitiva de Falcón en la historia nacional parte desde el


momento en que estalla la llamada Revolución Federal, en 1859. Ezequiel
Zamora está en Coro y Falcón en Martinica, desde donde se embarca para
invadir por Palmasola en julio de ese mismo año. De allí, después de una
emotiva proclama, siguió para Yaracuy y comenzó una serie de triunfos que
iban inflamando a toda Venezuela en este fuego Federal.

Aunque el verdadero eje, alma de la revolución era Zamora, a la muerte de


éste, en la batalla de San Carlos, Falcón quedó como Jefe absoluto. Derrotado
en la batalla de Coplé, tuvo que emigrar a Colombia y de allí siguió a las
Antillas en busca de recursos. Hizo nuevos intentos hasta que en 1863 se firmó
el Convenio de Coche, luego del cual fue electo Falcón Presidente Provisional
de la República; a menos de un mes de haber llegado al poder, dictó un
decreto de garantías y convocó a elecciones. El mismo resultó electo
Presidente Constitucional; pero el odio a las intrigas le obligó a abandonar el
mando en 1868.

Falcón visitó Estados Unidos y Europa, enriqueciendo su cultura. No quiso


volver a participar en la política venezolana. Cuando triunfó la revolución
acaudillada por Guzmán Blanco en 1870, Falcón había decidido regresar a la
patria, pero al hacer escala en Martinica, por agravarse sus males, hubo de
terminar allí su noble existencia, el 29 de abril de 1870, el mismo día en que
Guzmán Blanco entraba triunfalmente en Caracas.

El congreso le había dado el título de Mariscal de la República. Por disposición


de Guzmán Blanco, los restos mortales de Falcón fueron repatriados en 1874,
y llevados al Panteón Nacional.

EL GOBIERNO DE FALCON

A raíz de la Guerra Federal subieron al poder los caudillos militares triunfantes.


Como consecuencia del tratado de Coche, el Jefe Supremo de la Federación,
General Juan Crisóstomo Falcón, fue nombrado Presidente Provisional y luego
elegido Presidente Constitucional para el período 1865-69. Durante su gobierno
se instaló la Asamblea Constituyente que promulgó la Constitución Federal de
1864. La nueva constitución estableció el sistema federal de autonomía de las
provincias y dio a la República la denominación de Estados Unidos de
Venezuela. Sin embargo, la autonomía consagrada en la constitución sólo
sirvió para "convertir cada región de la República en feudo de los caudillos
triunfantes"; y el poder nacional para entronizar tiranos y facilitar el
enriquecimiento personal de los gobernantes a expensas de los dineros
públicos. En realidad, los principios que habían servido de base al partido
liberal y a la guerra federal, fueron traicionados en la manipulación de los
tratados y arreglos entre caudillos, a través de los cuales llegó al poder un
nuevo grupo oligárquico que siguió escamoteando al pueblo los derechos y
reivindicaciones por los cuales luchaba.

Durante el gobierno de Falcón se acentuó el desorden en la administración


pública. Para cubrir el déficit el nuevo gobierno autorizó la contratación de un
empréstito de un millón y medio de libras esterlinas, poniendo en garantía los
derechos de importación que se produjeran por las aduanas de La Guaira,
Puerto Cabello, Maracaibo y Ciudad Bolívar. El encargado de la negociación
fue el General Antonio Guzmán Blanco, segundo en la jerarquía federal.
Después de la manipulación del contrato, que dejó cuantiosa suma a Guzmán,
el gobierno recibió apenas unos dos millones de pesos y un compromiso de 20
millones para ser cancelados en 25 años con los escasos recursos de la
República.

Falcón manejó los fondos públicos con desparpajo, dice Antonio Arraiz. Solía
librar vales contra la tesorería para dar gratificaciones a sus amigos y
partidarios y dádivas y subsidios a muchas personas que los pedían.

A los últimos expedía esos vales en cualquier pedazo de papel. El parasitismo


y la mendicidad a costa del Estado se acentuaron con la Federación y se
convirtieron en nuevos vicios de la política venezolana". El aprovechamiento de
los dineros públicos para beneficio personal se hizo con el mayor descaro.
Gran la parte del dinero proveniente del empréstito fue a parar a manos de los
caudillos triunfantes, en calidad de indemnización y sueldos atrasados. Falcón
recibió 150.000 pesos por este concepto; y en la misma forma recibieron su
parte, cada uno de los generales, coroneles, comandantes y demás oficiales y
tropas.

"Algunas de las recompensas decretadas son las siguientes al Mariscal le


adjudicaron 48.000 pesos por razón de sus sueldos como Presidente
Provisional de la Federación, en el lapso transcurrido entre su desembarco en
Palmasola su entrada a Caracas, más 100.000 adicionales para indemnizarle
de las pérdidas sufridas en sus propiedades por causa de la guerra; al General
Sotillo: 40.000; los Generales José González y José Desiderio Trías, sendas
cantidades de 25.000, siendo oportuno recordar que Trías fue muy favorecido
por los Monagas, que le otorgaron concesiones de baldíos; a don Napoleón
Sebastián Arteaga le correspondieron 20.000. Además, a los Generales en
jefe, de División y de Brigada, a los coroneles, comandantes, capitanes,
tenientes, subtenientes, sargentos y soldados se asignaron recompensas
metálicas decrecientes desde 8.000 a los primeros hasta 100 pesos a los
últimos."

Los dineros del empréstito, administrados en forma alegre, no podían evitar el


deterioro de la situación del gobierno. Se aumentaron los derechos de
importación y de exportación; se crearon empréstitos entre los comerciantes. El
desfalco en las aduanas y el contrabando, alcanzaron niveles escandalosos. La
situación fiscal llegó a tales extremos que en 1867 el ministro de Hacienda
renunció porque no había dinero en la Tesorería y el año siguiente el Congreso
se disolvió porque no había fondos con que pagarle.

LA REVOLUCION AZUL

Esta situación económica y el desbarajuste administrativo, provocaron un


descontento general contra el gobierno, de Falcón. A fines de 1867 estalló en
oriente la revolución "Reconquistadora", que tomó como divisa el color azul
intermedio de la bandera, a diferencia del amarillo de los liberales y del rojo de
los conservadores, con lo cual querían dar a entender que se proponían una
especie de conciliación entre unos y otros. Esta revolución y el gobierno que de
ella surgió, se conocen en la historia de Venezuela, como "gobierno y
revolución azul". Pero los revolucionarios salían ahora de las propias filas de
los federales, descontentos por el exclusivismo que según ellos era la norma
de la política del gobierno de Falcón.

"La cuestión hoy, más que nunca -decían- es sólo de hombres. Los causantes
de esta situación son los hombres del poder que formando un círculo estrecho
y exclusivista, han hollado todas las leyes y desatendido cuantos medios de
conciliación y progreso aconsejan la sana política y los principios liberales."

En marzo de 1868, el General José Tadeo Monagas se puso al frente del


movimiento. Un mes después, Falcón renunció a la Presidencia e hizo que el
Congreso eligiera para sucederle al General Manuel Ezequiel Bruzual. El 24 de
junio las tropas revolucionarias llegaron a Caracas y después de tres días de
combates, ocuparon la ciudad. Se formó un gobierno provisional presidido por
Guillermo Tell Villegas, y el 26 de junio, Monagas entró triunfalmente en ella.

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