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ES DE DIOS QUE YO CUMPLA CON LA NORMAS SANITARIAS.

LA CUARENTENA ES DE DIOS?

“Para sus necesidades deberán ustedes tener un lugar fuera del


campamento. En su equipo deberán llevar siempre una estaca, para
que cuando tengan que hacer sus necesidades, hagan un hoyo con la
estaca y luego, cuando hayan terminado, tapen con tierra el
excremento. […] el campamento de ustedes debe ser un lugar santo”
(Deuteronomio 23:12-14)

Leyes sanitarias

Cuando salieres a campaña contra tus enemigos, te guardarás
de toda cosa mala.
10 
Si hubiere en medio de ti alguno que no fuere limpio, por razón
de alguna impureza acontecida de noche, saldrá fuera del
campamento, y no entrará en él.
11 
Pero al caer la noche se lavará con agua, y cuando se hubiere
puesto el sol, podrá entrar en el campamento.
12 
Tendrás un lugar fuera del campamento adonde salgas;
13 
tendrás también entre tus armas una estaca; y cuando
estuvieres allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás
tu excremento;
14 
porque Jehová tu Dios anda en medio de tu campamento, para
librarte y para entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto, tu
campamento ha de ser santo, para que él no vea en ti cosa
inmunda, y se vuelva de en pos de ti.

Esta es una de las medidas sanitarias que, a través de Moisés, Dios


mandó al pueblo de Israel. Deberían disponer siempre de una estaca,
y cuando tuvieran necesidad, utilizarla  para enterrar los excrementos
en un hoyo. Dios les dio estas indicaciones para que el campamento
fuera un lugar santo, un término que en la Biblia denota el concepto de
limpieza.

¿Qué importancia tiene este mandato emitido hace más de 3.500


años? Mucha, su aplicación evitó que muchos israelitas enfermaran y
murieran debido a enfermedades infecciosas transmitidas por
insectos. Incluso hoy en día, enfermedades tales como: el cólera, la
tifoidea y la diarrea están provocando la muerte de miles de personas,
especialmente niños; muertes que podrían haberse evitado aplicando
la sencilla medida escrita en Deuteronomio.

Otras leyes dirigidas al pueblo de Israel, como el poner en cuarentena


a los enfermos (Levítico 13:4), o la limpieza ceremonial (Levítico
11:39, 40; Números 19:19), también podían evitar enfermedades
infecciosas. 

Hoy sabemos que todo este tipo de enfermedades son causadas por
la transmisión de gérmenes, microorganismos invisibles que no
comenzaron a descubrirse científicamente sino hasta el siglo XVII d.
C. por Leeuwenhoek. Pero aún así, tuvieron que transcurrir dos siglos
para que este descubrimiento fuera reconocido y aceptado por la
comunidad científica, ya que “la idea de que organismos diminutos
fueran capaces de matar a otros inmensamente mayores le parecía
ridícula a mucha gente.”

Obviamente, más 3.000 años atrás, nadie podía imaginar la existencia


de estos microorganismos. Es significativo que Moisés, quien escribió
estos mandatos, ‘fue enseñado en toda la sabiduría de los egipcios’
(Hechos 7:22) Cabe preguntar: ¿qué tipo de “medicina” utilizaban los
egipcios en aquel tiempo? Según el papiro de Ebers, era algo normal
los tratamientos que incluían excrementos de animales y humanos
para la cura de diversas dolencias; ingredientes que se aplicaban
externamente e incluso ingiriéndolos. Estas “prácticas terapéuticas”
eran comunes en los tiempos de Moisés; y en vista de esto, es muy
revelador que en ese contexto cultural, Moisés transmitiera unas
medidas higiénicas y sanitarias inéditas para aquellos tiempos, y que
tenían como principio la existencia de microorganismos totalmente
invisibles para el ojo humano.
No menos importante es comprobar que la Biblia está totalmente
exenta de técnicas supersticiosas, anticientíficas y hasta nocivas; y sin
embargo muy comunes en los tiempos bíblicos. Teniendo en cuenta,
las numerosas páginas de la Biblia y el largo período de su escritura,
esto sería altamente improbable para un libro de autoría humana. Es
demasiado evidente que esta información no se originaba de Moisés,
ni de ningún hombre, sino sólo de la “ciencia de Dios” (Romanos
11:33)

!!Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de


Dios! !!Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!

DANIEL 12:4

Hace unos 3.500 años, poco después de que la nación de Israel


entrara en la Tierra Prometida, Dios les dijo a los israelitas que los
protegería de las terribles enfermedades que habían visto en Egipto
(Deuteronomio 7:15). Una manera de protegerlos fue dándoles
normas detalladas sobre higiene y prevención de enfermedades.
Veamos algunas:

 Las leyes de la nación decían que había que bañarse y lavar la


ropa (Levítico 15:4-27).

 En cuanto al excremento humano, Dios dijo: “Debes tener


disponible un lugar privado fuera del campamento, y tendrás que
salir allá. Y debes tener disponible una estaca junto con tus
útiles, y tiene que suceder que cuando te agaches fuera,
entonces tienes que cavar un hoyo con ella y volverte y cubrir tu
excremento” (Deuteronomio 23:12, 13).

 Si se sospechaba que alguien tenía una enfermedad contagiosa,


se le ponía en cuarentena, es decir, se le aislaba durante un
tiempo. Cuando se recuperaba de la enfermedad, tenía que
lavar su ropa y bañarse en agua para que se le considerara
“limpio” y pudiera regresar al campamento (Levítico 14:8, 9).

 También se ponía en cuarentena a cualquiera que tocara un


cadáver (Levítico 5:2, 3; Números 19:16).
Las leyes de la nación de Israel reflejaban normas de higiene y
conceptos médicos que estaban muy adelantados a su tiempo.

En otras naciones seguían usando normas de higiene antiguas e


inservibles. Por ejemplo:

 La gente tiraba los desechos a la calle. El agua sucia, la comida


podrida y otros desperdicios creaban condiciones poco
higiénicas que contribuían a que hubiera más enfermedades y
murieran más niños.

 Los médicos de la antigüedad sabían muy poco o nada de los


microorganismos y gérmenes que causan las enfermedades.
Los egipcios usaban “remedios” preparados con sangre de
lagarto, excremento de pelícano, ratones muertos, orina y pan
con moho. El excremento de humanos y animales se usaba
comúnmente en los tratamientos médicos.

 Los egipcios de la antigüedad se enfermaban debido a los


parásitos que había en las aguas contaminadas del río Nilo y de
sus canales de riego. Además, muchos niños morían de diarrea
y enfermedades parecidas causadas por alimentos en mal
estado.

En cambio, gracias a que seguían las normas de la Ley de Dios, los


israelitas eran personas más sanas

. “Antiguamente se le dio al pueblo hebreo un conocimiento insólito


mediante su profeta Moisés. Rudolph Virchow, el ‘padre de la
patología moderna,’ dijo: ‘Moisés fue el más grande higienista que
haya visto el mundo. Dependiendo del conocimiento revelado, y sin
poseer equipo científico alguno, Moisés enseñó en sus aspectos
esenciales casi todo principio de higiene que se practica hoy día. Entre
ellos encontramos la prevención de enfermedades, la desinfección por
fuego y agua, el control de epidemias por medio de informar y aislar
las enfermedades contagiosas o a sus portadores, seguida de una
completa desinfección de todos los artículos posiblemente
contaminados. Se requería la limpieza personal y se requería la
eliminación de los excrementos de manera que el campamento judío
estuviera tan limpio como una ciudad moderna. Aunque se proveía
ejercicio, se guardaba contra el exceso de trabajo por frecuentes
períodos forzosos de descanso y relajación.” -Owen S. Parret, M.D.,
Enfermedades de animales de consumo, p. 7.

“Los hebreos eran el pueblo más limpio en tiempos antiguos, y aun


hoy día sus antiguas normas son inmejorables. Los baños rituales se
ordenaban por muchas razones, y cada israelita se daba un baño por
lo menos una vez a la semana, porque se le requería limpiarse el día
anterior al sábado… Se requería lavarse después de tocar un cadáver,
de animal o humano.” -Charles D. Willis, “Moisés y la medicina,” en
Signs of the Times, abril 17 de 1951, pág. 6.

“Moisés ordenó que toda persona infectada de una enfermedad


transmisible fuera aislada. Ciertamente la ciencia médica moderna no
puede mejorar esta regla. No solamente se ponía al paciente en
cuarentena, sino también a los que habían tenido contacto con él.” -Id.

2. Un estudio cuidadoso de los escritos de Moisés revela conceptos


médicos y principios de salud que estaban mucho más avanzados que
los que prevalecían en sus días. Un ejemplo típico de esto es su
“moderno” entendimiento de la función del sistema circulatorio. Se
escribió:

* “La vida de la carne, está en la sangre.” Lev. 17:11 (J).

Le tomó a la ciencia miles de años descubrir que la sangre es el


vehículo de la vida. Han pasado tres siglos desde que el Dr. William
Harvey (1578-1657), médico británico, tuvo éxito en trazar el sistema
circulatorio en el organismo humano. Este descubrimiento se
considera un importante hito en la ciencia médica, sin embargo el
mismo principio estaba incorporado en el texto anterior de los escritos
de Moisés ¡desde hace 3,000 años!

Moisés y la cuarentena

3. Que Moisés estuvo en contacto con una sabiduría infinita es


evidente por su apego a otros datos médicos “modernos.” Prominente
entre éstos es su aplicación (en el siglo 15 A.E.C.) del principio de
cuarentena para pacientes que padecían de enfermedades
contagiosas. Moisés dedicó dos capítulos enteros (13 y 14) en su libro
de Levítico a un manejo médico de la lepra –el azote del Oriente.
Estos capítulos contienen instrucción precisa y detallada sobre la
manera de aislar por cuarentena a un paciente leproso. También dicen
cómo inmunizar la vivienda y la ropa de la víctima contra posible
reinfección y cuándo determinar que el paciente está curado. Toda
esta instrucción médica y sanitaria fue escrita por Moisés sobre 3,000
años atrás en un tiempo cuando se sostenían los puntos de vista más
extraños y estaban en boga las nociones más supersticiosas sobre a
las enfermedades y su curación. Le tomó a la ciencia médica moderna
tres milenios o más ponerse al día con Moisés en relación a estos
principios. El científico francés Louis Pasteur (1822 -1895), “el padre
de la bacteriología.” fue el primero en descubrir algunos de los
secretos de la vida de los gérmenes. Este descubrimiento revolucionó
las terapias médicas modernas. Basado en esto, se adoptó el principio
de la cuarentena.

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