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Daniel Cobo

1. Busca información sobre procesos infecciosos e inflamatorios de las vías


urinarias. Recuerda añadir las características morfológicas de los gérmenes
encontrados con mayor frecuencia en los extendidos (bacterias, hongos, virus,
tricomonas).
Las infecciones del tracto urinario son algunas de las infecciones bacterianas más comunes y
afectan a 150 millones de personas en todo el mundo. Son una causa importante de morbilidad
en bebés varones, hombres mayores y mujeres de todas las edades. De entre las secuelas más
graves que pueden aparecer son: pielonefritis con sepsis, daño renal en niños pequeños, parto
prematuro y complicaciones causadas por el uso frecuente de antimicrobianos, al igual que una
alta resistencia a los antibióticos y colitis por Clostridium difficile.

Las infecciones de urinarias se pueden clasificar como sencillas y complicadas. Las no


complicadas suelen afectar a personas que por lo demás están sanas y no tienen anomalias
estructurales o neurológicas del tracto urinario. En las no complicadas encontramos las
infecciones de vías inferiores (cistitis) y las de las vías superiores. Las complicadas son las que
vienen asociadas con factores que afectan negativamente al tracto urinario o las defensas del
huésped: obstrucción urinaria, la retención urinaria causada por enfermedad neurológica,
inmunosupresión, insuficiencia renal, trasplante renal, embarazo y la presencia de cuerpos
extraños como cálculos, catéteres permanentes u otros dispositivos de drenaje. Las infecciones
urinarias son causadas por bacterias gran positivo y negativo y por algunos hongos. El
microorganismo causante de la mayoría de las infecciones complicadas y no complicadas es la
E.coli uropatogénica. En las no complicadas también podemos encontrar como causantes:
Klebsiella pneumoniae, Enterococcus faecalis , estreptococo del grupo B, Proteus
mirabilis , Pseudomonas aeruginosa , Staphylococcus aureus y Candida spp y Staphylococcus
saprophyticus. Y en las complicadas: Enterococcus spp., K. pneumoniae, Candida spp., S.
aureus, P. mirabilis , P. aeruginosa y estreptococo del grupo B.

Los microorganismos pueden introducirse en el tracto urinario de muchas maneras, pero la más
común es mediante el ascenso de estos por la uretra (uretritis) hasta la vejiga (cistitis), por lo
que además de infectar la vejiga causan un daño a la uretra. Muchas de las infecciones son
causadas por microorganismos que provienen nuestro propio cuerpo o de otra persona. Un gran
porcentaje de las infecciones bacterianas provienen de bacterias fecales (E. coli) y estas, sobre
todo en mujeres, entran en contacto con la uretra y suben hasta la vejiga y también pueden
subir desde los uréteres hasta los riñones, provocando una pielonefritis.

Como ya he dicho, estos microorganismos tienen que entrar en contacto con la uretra. En el
caso de las mujeres, las bacterias fecales lo tienen mucho más fácil para introducirse en la uretra
y por eso es uno de los causantes de esta infección más común. Además, el sexo sin protección
también es uno de los factores de riesgo, permitiendo que haya un intercambio de los
microorganismos entre las dos partes, y además si se practica sexo anal sin protección
aumentaría mucho más el porcentaje de infección.

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Una vez que los microorganismos han entrado en la uretra y el cuerpo las detecta se inicia una
respuesta inmune. La mucosa de la uretra será la que estará más afectada por estos procesos
infamatorios ya que es el conducto por el cual los microorganismos subirán además será donde
estos microrganismos se adhieran lo que provocará que muchas células inflamatorias ataquen
esa zona para eliminarlos. Durante la infección muchas células del sistema inmune se dirigen al
foco de la infección e intentan eliminarla. Dependiendo del causante serán más o menos
efectivos unos procesos o células, si es una infección bacteriana serán más efectivos los
neutrófilos. El daño tisular que característicamente sucede en la mucosa es debido, sobre todo,
a diferentes sustancias que se secretan, una de estas son las citoquinas. Si solo interviniesen
estos elementos en la respuesta se generaría mucho daño y es por eso por lo que también lo
hacen los linfocitos los cuales se encargarán de secretar otras sustancias (los linfocitos T
citotóxicos) y de activar a los linfocitos B para que estos puedan generar anticuerpos que acaben
con la infección.

Algunas bacterias pueden evadir el sistema inmune mediante diferentes mecanismos:


invadiendo las células huésped o generando cambios morfológicos que generan una resistencia
hacia los neutrófilos. Estas bacterias que han esquivado al sistema inmune pueden multiplicarse
y formar biopelículas, además de sintetizar y secretar toxinas y proteasas que dañan al huésped,
liberan nutrientes esenciales que promueven la supervivencia bacteriana y la ascensión por los
riñones. Y esta infección al riñón se producen más toxinas y daño al tejido. Si estas infecciones
se siguen sin tratar pueden progresar y podría pasar el epitelio tubular y de ahí a la sangre
generando septicemia.

No complicadas (K. pneumoniae y S. saprophyticus) tienen la capacidad de unirse directamente


al epitelio de la vejiga, que está compuesto por células paraguas, intermedias y basales. Se unen
a las uroplaquinas, principales componentes proteicos de membrana apical de las células
paraguas con la función de formar estructuras cristalinas que protege la mucosa de la orina (por
lo tanto, el epitelio además de verse afectado por las bacterias también lo están por la orina). Y
en el caso de las complicadas, cuando las bacterias se unen al catéter urinario, un cálculo renal
o uno vesical, o cuando quedan retenidas en el tracto por una obstrucción física.

Como ya he dicho antes la mayoría de las infecciones bacterianas son de bacterias entéricas,
pero más específicamente de E. coli, es una bacteria gran negativo (sin pared bacteriana) y con
forma de bacillo. En el caso de las infecciones urinarias el hongo más común es la candida y esta
se puede caracterizar por la presencia de pseudohifas sin tabicar. En el caso de los virus
observaríamos infiltrados perivasculares leves ocasionales que comprenden varias células
plasmáticas y linfocitos en la submucosa de la vejiga. Y en el caso de las tricomonas estas
presentan una forma ovalada, se puede ver el núcleo un poco excéntrico, muy grande una línea
central que recorre todo el cuerpo y flagelos.

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Ilustración 1: Patogenia del sistema urinario

Ilustración 3: Trichomonas
vaginalis
Ilustración 2: E. coli

2. Busca información sobre los cálculos renales, los más frecuentes y cómo se
verían a nivel citológico. ¿Hay cambios reactivos a nivel celular?
Los cálculos renales son depósitos de sustancias solidas (minerales) que normalmente
circularían en la orina pero que por diversos factores estos se depositan en el tracto urinario.
Las principales razones por las que estos depositan son porque la orina se sobresatura, debido
a que hay demasiada concentración de sólidos disueltos en ella, hace que parte del contenido
disuelto precipite y si estos son demasiado grandes se pueden quedarse en el conducto. Una vez
ahí empieza la cristalización, es el proceso por el cual se forma un núcleo cristalino (nucleación).
Este núcleo favorece que más sales comiencen a agregarse, lo que da como resultado que el
cristal crezca, lo que puede acabar con la obstrucción total del conducto. Esta obstrucción total,

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dependiendo de la zona en la que se localice, puede ser más peligroso, ya que si está taponando
el uréter hará que mucha menos orina llegue a la vejiga, ya que solo hay 2 uréteres, pero si pasa
en una nefrona, al haber muchas, no afectará tanto.

Aunque no se sabe con certeza el por qué, hay varias teorías que intentan explicar su aparición.
Además de la fisicoquímica (la sobresaturación de la orina) otra que tiene mucho peso es la
anatómica, esta explica que la formación de los cristales es debido a que hay zonas que pueden
dificultar o alterar el tránsito de la orina lo que favorecería la sobresaturación de la orina y, por
lo tanto, la formación de los cálculos. Y, además, hay otros factores que también la favorecen:
infecciones urinarias, edad, sexo, raza, dieta, estilo de vida…

Una vez los cristales se empiezan a acumular una serie de sustancias, que dependen del tipo de
cristal y del estado en el que se encuentren, favorecen la nucleación, agregación y crecimiento
cristalino.

Los cálculos renales más comunes son: los de calcio, de ácido úrico, cistina y estruvita. Los
cálculos de calcio son los más frecuentes y son causados por una sobresaturación del calcio en
la orina. Este aumento de calcio viene dado por enfermedades de la tiroides, enfermedades
renales y la ingestión de alimentos ricos en calcio. Los de ácido úrico están formados por
compuestos nitrogenados, el ácido úrico es un desecho de la degradación de proteína, por lo
tanto, ingerir demasiados alimentos ricos en nitrógenos, como la carne, es un factor de riesgo
para la aparición de este tipo de piedras. Las de estruvita surgen debido a una infección, más
exactamente por bacterias productoras de ureasa, esta enzima hidroliza la urea lo que da como
resultado amonio y CO2. Esto produce un aumento del bicarbonato y como resultado alcaliniza
el pH, lo que favorece la aparición de estos cálculos. Y por último las piedras formadas de cistina,
estas piedras solo aparecen en pacientes con un trastorno genético, la cistinuria. Esta se
caracteriza por un defecto a la hora de transportar aminoácidos, entre ellos la cistina. Esto
provoca que grandes cantidades de cistina acaben en la orina lo que la saturan y, por ende,
acabe formando cristales.

Si hacemos una citología de las vías urinarias que han sido afectadas por cálculos renales
podemos ver que 1 de cada 2 personas suelen tener cambios citológicos. Podemos ver grupos
de células de menor o mayor tamaño (entre 5 y 150 células por grupo), estos agregados tienen
una forma redondeada, se pueden ver gránulos de cromatina muy prominentes. También
podemos encontrarnos láminas de células transicionales de hasta 20 células de grosor con un
borde liso y otro irregular y unos pocos grupos con bordes rugosos formados por bandas
nucleadas o citoplasmáticas, aunque las células transicionales más comunes son las que
presentan los bordes lisos.

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Ilustración 4: Muestra de tejido de la


Ilustración 5: Célula multinucleada a causa
pelvis renal con metaplasia en las
células escamosas causadas por la de una litiasis
litiasis

Ilustración 6: Grupo de células


transicionales con los bordes lisos

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