Está en la página 1de 8

INVESTIGACION Y EXPERIENCIAS DIDACTICAS


TRES PARADJGMAS BASICOS
EN LA ENSENANZA DE LAS CIENCIAS
DANIEL GIL PEREZ

SUMMARY
In this paper we put forward a form of science teaching as investigation, which tries to integrate coherently the
most relevant contributions of the educational research. It also criticises two other paradigms which guide the
usual science teaching practice. •

INTRODUCCION Nuestro trabajo estã centrado, precisamente, en una


Los intentos de renovaciOn de la ensenanza de las cien- clarificaciOn del proceso de producci6n de conocimien-
cias que se han producido en las áltimas decadas giran tos cientificos y de las implicaciones que se derivan Ca-
—como muestra la abundantisima literatura ra a una ensenanza acorde con dicho proceso. Trata-
acumulada— en torno al binomio adquisiciOn signifi- remos asi de mostrar que dicha ensenanza integraria
cativa de conocimientos/ familiarizaciOn con Ia meto- coherentemente las aportaciones mas significativas de
dologia cientifica. La importancia relativa que se da la investigaciOn educativa, articulandose en un verda-
a cada uno de estos objetos y, sobre todo, la forma dero paradigma te6rico. Y trataremos tambien de po-
en que se propone su consecuciOn, es to que viene a ner de relieve las caracteristicas y limitaciones de otros
diferenciar las distintas orientaciones. dos paradigmas que orientan la practica docente
habitual.
En este trabajo trataremos de mostrar la existencia de S
Comenzaremos, pues, por poner de relieve algunos as-
tres grandes concepciones, de tres paradigmas, que es-
pectos esenciales del trabajo cientifico:
tan orientando explicita o implicitamente gran parte de r•
la investigaciOn, la practica educativa y los proyectos e;
de renovaciOn que desde los anos 60 han proliferado
en respuesta a una ensenanza de las ciencias casi ex-
1. CARACTERISTICAS ESENCIALES DEL
clusivamente centrada en los contenidos (Bybee 1977).
TRABAJO CIENTIFICO

U nos proyectos guiados inicialmente por una idea cla- Como es lOgico, no vamos a intentar una exposiciOn, r
ve y que, de forma intuitiva, el profesorado ha consi- ni siquiera superficial, de la naturaleza del trabajo den- r
derado justa: aproximar contenidos y metodos, real- tine°, ni tampoco referirnos a los debates y discrepan-
zando el papel educativo de estos illtimos. De acuedo cias profundas que se dan en su andlisis. Resaltaremos
con ello, las revistas se vieron inundadas por articulos tan solo algunos aspectos esenciales en los que se da
sobre Ia oaplicaciOn del Mátodo Cientifico» o sobre la una amplia coincidencia entre epistemOlogos de muy
«Ensenanza por Descubrimiento». Pero se trata de pro- distintas orientaciones y que podemos resumir asi:
puestas en las que se da una gran confusion, incurrien-
1. En primer lugar hemos de referirnos al rechazo de
dose en visiones simplistas, muy alejadas de la forma
en que realmente se producen los conocimientos cien- la idea misma de «Metodo Cientifico», con mayuscu-
tificos (Rachelson 1977) y carentes de suficiente fun- las, conjunto de reglas perfectamente definidas a apli-
damentaciOn te6rica (Novak 1982). De hecho, las con- car mecanicamente... (Hempel 1976) (Bunge 1972) (Co-
hen y Nagel 1973) (Popper 1962) (Piaget 1969)...
tinuas referencias e invocaciones al «Mêtodo Cientifi-
co» resultan demasiado ambigilas e imprecisas (Keis-
lar y Shulman 1966) y se traducen en propuestas muy
2. En segundo lugar hay que resaltar el rechazo gene-
ralizado de to que Piaget denomina «el mito del ori-
I
d
diferentes. Resulta pues necesario, para poder enten- gen sensorial de los conocimientos cientificos» (Piaget
der y enjuiciar dichas propuestas, proceder a una mi- 1971), es decir, el rechazo de un empirismo que conci-
nima clarificaciOn de que entender por metodologia be los conocimientos como resultado de la inferencia


cientifica. inductiva a partir de «datos puros». Por el contrario,
26 ENSENANZA DE LAS CIENCIAS. 1983, pp. 26-33
INVESTl(;ACION Y E X P E R I E N C I A S DI D/\C

\e insisre, toda la investigación y la misma busqueda 2. HACIA UNA ENSEÑANZA DE LAS


dc datos viene marcada por paradigmas teóricos -es CIENCIAS ACORDE CON EL PROCESO DE
decir, por visiones coherentes, aniciiladas- que orien- PRODUCCION CIENTIFICA: PRINCIPALES
tan dicha investigación. ASPECTOS DEL NUEVO PARADIGMA
Es preciso insistir en la importancia de los paradigmas
conceptuales, de las teorías, como origen y termino del Partiendo de las características esenciales del trabajo
irabajo científico, en un proceso complejo que inclu- científico que hemos puesto de relieve, de forma so-
ye eventuales rupturas -cambios revolucionarios- del mera, en el apartado anterios, vamos a considerar al-
paradigma vigente en un determinado dominio y sur- gunas de las principales aportaciones de la investiga-
.gimiente de nuevos paradigmas teóricos (Khun 1971) ción educativa con objeto de ver en qué medida apo-
(Althousser 1977). yan una enseiianza de las ciencias acorde con la pro-
pia metodología científica. Mostraremos así que la im-
Y es necesaria esta insistencia porque, pese al acuerdo portancia de los paradigmas conceptuales como origen
básico que existe al respecto entre los epistemólogos, y termino de una investigación tiene su equiva!ente, en
en el profesorado de ciencias persiste, por el contra- la ensefianza, en la importancia de la estructura cog-
rio, una visión marcada por un empirismo extremo, noscitiva del alumno. Mostraremos también la necesi-
sorprendentemente generalizada (Giordan 1978). dad del pensamiento divergente completado por el tra-
3 . En tercer lugar hay que resaltar el papel jugado en tamiento riguroso de sus implicaciones y abordaremos,
la investigación por el pensamiento divergente que se por ultimo, el papel del trabajo colectivo de los alum-
concreta en aspectos fundamentales -y erroneamen- nos, cubriendo así lo que hemos presentado como tra-
te relegados en los planteamientos empiristas- como zos característicos de la metodología científica.
son la emisión (invención) de hipótesis o el propio di-
sello de experimentos. En realidad, si bien la obtención
de evidencia experimental en condiciones definidas y 2.1. La estructura cognoscitiva d e los alumnos
controladas ocupa un lugar central en la investigación c o m o p u n t o d e partida
científica, es preciso relativizar dicho papel que sólo
Quizas haya sido el problema de la existencia de gra-
cobra seniido con relación a la hipótesis a contrastar ves errores conceptuales, dificiles de erradicar, el que
v a los disellos concebidos a tal efecto. En palabras de
haya obligado a prestar una particular atención a las
c. Hempel (1976), ((al conocimiento científico no se ideas con que los alumnos llegan a la clase y a la for-
llega aplicando un procedimiento inductivo de inferen-
ma en que los nuevos conocimientos se integran -o
cia a datos recogidos con anterioridad, sino más bien
no- en la estructura cognoscitiva preexistente. En efec-
mediante el llamado método de las hipótesis a titulo to. el estudio de los errores conceptuales sa ha conver-
de intentos de respuesta a un problema en estudio y tido en una de las lineas de investigación que mayor
sometiendo luego estas a la contrastación empírica)). atención está recibiendo en la enseiianza de las cien-
Unas hipótesis que, a su vez, nos remiten al paradig- cias (Leboutet y Barrell 1976) (Viennot 1978) (Helm
ma conceptual de partida y que de nuevo evidencian
1980) (Elton 1980) (Nussbaum 1981) (Carrascosa y Gil
el error de los planteamientos empirisras. 1982.a), habiendose establecido que su origen está li-
gddo a la existencia de ideas previas, o, mejor dicho,
3 . Por ultimo es preciso comprender el caracter social, de toda una estructura cognoscitiva, fruto de la activi-
colectivo, del desarrollo científico, lo que se evidencia dad anterior de los alumnos, lo que ha llevado a ha-
no sólo en el hecho de que el punto de partida -el pa- blar de la ((prehistoria))del aprendizaje (Vigotsky 1973)
radigma teórico vigente- es la cristalización de las apor- y a plantear el rastreo del origen psicológico de las no-
iriciones de generaciones de investigadores, sino tam- ciones hasta sus estadios precientíficos (Piaget 1971).
bién en que la investigación responde cada vez más a
estructuras institucionalizadas (Khun 197 1 ) (Berna1 No puede pues plantearse la ensefianza como si el alum-
1967) en las que la labor de los individuos es orientada no partiera de cero, sin tener en cuenta sus representa-
por las lineas de investigación establecidas, por el tra- ciones, de una gran tenacidad, que no se dejan abolir
bajo del equipo del que forman parte, careciendo prac- facilmente por una ensefianza sistemática (Astolfi,
ticamente de sentido, la idea de investigación comple- 1978). Por el contrario, es preciso tener en cuenta que
tamente autónoma. a menudo «se conoce contra un concimiento anterior,
destruyendo conocimientos mal hechos)) (Bachelard
Insistimos en que estos son aspectos esenciales en tor- 1938).
no a los cuales existe amplia coincidencia y que hemos
resaltado con objecto de mostrar hasta qué punto to- Por otra parte, las investigaciones realizadas por Pia-
da una serie de aportaciones de la investigaci6n edu- get y colaboradores en el Instituto de Epistemología
cativa, a las que nos referimos a continuación, pueden Genética (Piaget 1970) han mostrado el paralelismo en-
interpretarse como apoyo a una enseiianza de las cien- tre evolución histórica de una ciencia y la adquisición
cias basada en la puesta de los alumnos en situación de las ideas correspondientes en el niiio. Así, por ejem-
de producir conocimientos. plo, estos estudios han dejado patente cdmo las expe-
ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS
I N V E S T I G A C I O N Y E X P E R I E N C I A S UIDAC'TICAS

riencias cotidianas sobre el movimiento de los cuerpos metodologia -es decir, de emitir hipótesis, de disehar
generan una visión del comportamiento mecánico de experimentos, de realizarlos y analizar con rigor sus
la" materia muy proxima a la física aristotélico- resultados- se convierte así en una necesidad tanto pa-
escolistica. De acuerdo con ello, la introducción de los ra la superación de los ((errores conceptuales)), es de-
alumnos a la mechnica newtoniana debena ser contem- cir, para hacer posibles los profundos cambios concep-
plada como verdadero cambio conceptual (Nussbaum tuales que ello implica, como para entender, en gene-
y Novick 1980) (Gilbert, Michael, Watts y Osborne ral, los resultados del trabajo cientlco. En particular,
1982): no se trata simplemente de salir al paso de algu- la emisión de hipótesis juega un papel insustituible en
nos ((errores))conceptuales, sino de provocar un cam- la explicación de las ideas que constituyen el paradig-
bio que, a nivel de los alumnos, presenta las caracte- ma inicial de los alumnos. Una explicación absoluta-
rísticas y !as dificultades de una revoluci6n científica mente necesaria para que los alumnos puedan confron-
(Carrascosa, Gil y Gonzalez 1982). tar dichas ideas con los resultados obtenidos al apli-
Esta importancia de la estructura cognoscitiva de los carlas en situaciones que actuan como verdaderos con-
alumnos es resaltada también -desde un enfoque li- flictos cognoscitivos, provocando la modificación de
gado a la adquisición significativa de conocimientos- la estructura cognoscitiva, analogamente a como la ha
por D.P. Ausubel(1978) quien llega a afirmar: ((Si yo ocurrido en la historia de las ciencias con los cambios
tuviera que reducir toda la psicología educativa a un de paradigma (Hewson 1981) (Aguilar, Carracosa, Gil
solo principio enumeraria este: averigüese lo que el y Martinez 1982).
alumno ya-sabe y enseaese consecuentemente>).- Este complejo proceso de modificación de esquemas
Se dibuja asi con toda claridad el paralelismo entre los conceptuales no puede reducirse, por supuesto. a sim-
paradigmas teóricos y su desarrollo - incluidos los pe- ples exposiciones o clarificaciones del profesor y la emi-
riodos de crisis o cambios de paradigmas- y la estruc- sión/contrastación de hipótesis aparece como el abor-
tura cognoscitiva de los alumnos y su desarrollo - de metodológico necesario, tanto para mostrar las ideas
incluidas las reestructuraciones profundas, los cambios iniciales de los alumnos como para favorecer una mo-
dificación real de su estructura cognoscitiva, es decir,
conceptuales-, lo que supone un primer e importante
para favorecer el aprendizaje significativo, a traves de
apoyo al paradigma didáctico que proponemos en es-
una reconstrucción o ((redescubrimiento)),por medio
te trabajo, de una ensefianza de las ciencias concorde
con las características de la investigación científica. de actividades adecuadas, de aquellos conocimientos
que se trata de enseilar (Piaget 1969). Este tratamien-
to conjunto de las ideas básicas de la ciencia y sus mé-
2.2. U n a actividad coherente con la metodología todos ha sido recomendado también por organismos
científica como la National Science Teachers Association (NSTA,
El paralelismo mostrado por los estudios de epistemo- 1964) o por quienes, desde el ((Developmental Learning
logia genética entre la evolución histórica de una cien- Paradigm)) consideran la inteligencia como la ((la ha-
cia y la adquisición de las correspondientes ideas por bilidad para resolver problemas a traves del uso de es-
el niilo, presenta nuevas implicaciones a las que vamos trategias de razonamientos)) (Lawson 1979) superan-
a referirnos brevemente: do una visión empirista y reduccionista de los méto-
dos de la ciencia al trabajo del laboratorio y. a menu-
El hecho de que nuestro alumnos tengan una visión del do, a la simple manipulación.
coniportarniento mechnico de la materia similar al
aristotélico-escolástico no puede ser fruto del azar, si-
rio responder a unas mismas causas. Conviene notar 2.3. Papel del trabajo colectivo y orientado de los
a este respecto que las concepciones aristotélicas sólo alumnos
fueron desplazadas, tras largos siglos de vigencia, gra- Y a hemos seaalado el caracter de actividad social, co-
cias a un cambio metodolbgico superador de la tenden- lectiva y orientada del desarrollo científico. E n este
cia usual a sacar conclusiones precipitadas, a generali- apartado trataremos de mostrar en qué medida la en-
zar de manera acritica en base a experiencias limita- seiianza de las ciencias precisa de la actividad de los
das, una tendencia no sólo perfectamente perceptible alumnos y, más concretamente, de una actividad co-
en ese edificio aristotélico -no en vano calificado co- lectiva que no quede reducida a la asimilaci6n del dis-
mo ((13. fisica del sentido común)) (Gil 1981)- sino pre- curso profesoral ni a la simple interacción alum-
sente con mayor razón e igualmente dificil de contra- no/profesor.
restar en el nino y el adolescente (Piaget 1971) (Ausu-
be1 1978). Y si el edificio aristotklico sólo fué derriba- Es obligado aqui referirse a los trabajos en torno al pa-
do -con todas las dificultades que conlleva un cambio pel de la actividad y de la interacción social en el dcsa-
de paradigma- gracias a una nueva metodología que rrollo intelectual realizados por Piaget, decidido defen-
auna el pensamiento divergente con el rigor que supo- sor, en base a los resultados de sus investigaciones, del
ne el experimento en condiciones controladas, etc, es trabajo por equipos (Piaget 1969). Por supuesto, la im-
lógico supones que igual ocurrirá con nuestros alum- portancia de la actividad en el desarrollo intelectual es
nos. Poner a los lumnos en situación de aplicar esta deudora de muchas.otras contribuciones que han con-
28 ENSENANZA DE LAS CIENCIAS
1l
;1

INVESTIGACION Y E X P E R I E N C I A S D I D A C T I C A S
i1
-

ducido, eii la ensefianza, al ((Developmental Learning trategia y no a un errabundo ensayo y error ni a la apli-
Parridigmn (Lawson 1979). Y en la literatura pedagó- cación de recetas. Estamos por ello de acuerdo con
gica se prodigan las investigaciones sobre el trabajo en Ausubel en que el aprendizaje por descubrimiento se-
grupos. Un panorama de dichas investigaciones es pre- rá efectivo sólo en la medida en que la situación de
sentado por Ausubel (1978) quien une a una amplia bi- aprendizaje este muy estructurada, simplificada y pro-
bliografia el analisis contrastado de los resultados ob- gramada expertamente. En este sentido son del mayor
tenidos por los distintos autores. Y aunque Ausubel no interes las aportaciones realizadas desde una óptica muy
se pronuncia de forma general sobre las ventajas del diferente, del ((Hierarchical Learning Paradigm)) (Jo-
trabajo en grupos, reconoce que ((la discusión es el me- nes y Rusell 1979) (Gagné 1970) que pone el acento en
todo más eficaz y realmente el Único factible de pro- la importancia de la secuencia con que se introducen
mover ei desenvolvimiento intelectual con respecto a los conceptos y se proponen las actividades.
los aspectos menos bien establecidos y más controver-
tidos de la materia de estudio)). Y conviene notar que
toda nueva tarea tiene para los alumnos la caracterís- 3 . CONTRA LAS ENSEÑANZAS POR
tica de ((poco establecida)) y ((controvertida)). En par- DESCUBRIMIENTO AUTONOMO Y POR
ticular ya hemos hecho referencia a la necesidad de TRANSMISION VERBAL
plantear la ensefianza como cambio conceptual alií don- Hasta aqui hemos intentado mostrar cómo las aporta-
de los alumnos tienen ya una visión con la que es pre- ciones más significativas de la investigación educativa .
ciso romper. Y un tal cambio conceptual exige confron- pueden integrarse en un paradigma de ensefianza de las
tación, discusión detenida de las distintas alternativas ciencias concorde básicamente con la naturaleza
(Nussbaum y Novick 1980) (Carrascosa, Gil y Gonza- misma del trabajo científico y que podemos designar
lez, 1982). En definitiva, a menos que sólo se pretenda como ensefianza por descubrimiento dirigido. A con-
hacer repetir a los alumnos tareas ya mostradas (resuel- tinuación analizaremos brevemente otros dos grandes
tas) por el profesos o el texto, el trabajo el grupo apa- paradigmas de ensefianza de las ciencias mostrando sus
rece como un útil indispensable, ((el único factible)) se- insuficiencias.
gun Ausubel.
Estas conclusiones generales son coherentes con las in- 3.1. C o n t r a la enseñanza por descubrimiento
vetinaciones centradas en la ensefianza de las ciencias inductivo v a u t ó n o m o
(5o;son 1976) (Abrahan 1976) y pcrmiten concluir que,
efectivamente, la ensefianza de las ciencias, en la me- Recordemos de nuevo que, como sefialábamos en la
dida en que supone -como la misma investigación- una introducción, la idea de ensefianza por descubrimien-
exploración activa de alternativas, se ve favorecida por to ha dominado los intentos de renovación de ensefian-
la formación de pequefios grupos (Mayfield 1976). za de las ciencias a lo largo de más de treinta afios, en
respuesta a una situación marcada por la atención casi
Por otra parte es preciso insistir en que trabajo en gru- exclusiva a los contenidos, la falta casi total de traba-
pos conlleva un papel orientador sobre cada alumno, jo experimental y el papel preponderante del profesor,
superador de los errores personales (Barnbund 1959) la asimilación de cuyo discurso es la única ((actividad))
y que es un aspecto esencial, coherente con la natura- propuesta a los alumnos. Quizás por ello -y de acuer-
leza social, colectiva y orientada del trabajo cientifi- do con toda la corriente de ((pedagogía moderna)) que
co. Por supuesto el profesor juega un papel relevante se remonta a las filosofías educativas de Rousseau y
en esta labor orientadora. sin que ello suponga alejar Froebel- se va a hacer gran incapie en la actividad
a los alumnos de lo que es un tratamiento científico autónoma de los alumnos, llegando a rechazarse,
en el que, insistimos, dicha orientación se da a traves como sefiala Ausubel (1978) cualquier tipo de guia o
de las existencia de equipos de investigadores con li- dirección en el aprendizaje. No es dificil estar de acuer-
neas de trabajo definidas y expertos que impulsan y do con el en contra de una ensefianza totalmente autó-
controlan la labor de quienes se inician, etc, etc. noma que concibe el desarrollo de los nifios como un
proceso de maduración espontánea. Sin entrar aqui en
De acuerdo con ello la guia del profesor está presente una crítica general al ((no-directivismo)) en la que
en la programación misma de las actividades a propo- hemos insistido reiteradamente en otros trabajos (Se-
ner a los grupos de alumnos; unas actividades que per- minario de Pedagogia 1975) y centrándonos en la
mitan rehacer, en cierta medida el proceso histórico de ensefianza de las ciencias, baste recordar lo expuesto
forma coherente con la metodología científica y evi- sobre el caracter social y dirigido del trabajo científico.
ten tanto una adquisición dispersa como la realizacibn
de tareas de la que los alumnos no vean claramente el Un segundo error -ligado sin duda al anterior- de
hilo conductor, lo que las convertiría en recetas sin sig- la ensefianza por descubrimiento autónomo es el plan-
nificado a priori. Y este entender lo que va a hacerse teamiento empirista que preside la totalidad de las pro-
y su conexión con lo que ya se ha realizado, es esencial puestas. Como sefiala Ausubel ((los mktodos de
en una tarea con aspiración científica en que, por su- descubrimiento aplicados a la ensefianza se basan a me-
puesto, la actividad ha de responder a una cierta es- nudo en la ingenua premisa de que la solución autó-
ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS
INC'ES~.'ICACION Y E X P E R I E N C I A S D I D A C T I C A S i
noms de problemas ocurre necesariamente con funda- sentado y criticado dista mucho de poseer las caracte- e
mento t:ri cl razonamiento inductivo a partir de datos risticas básicas de una investigación cientifica.
empiricos Se deforma así la naturaleza de la investi-
).

gación ciri'tífica ( K yle 1980) (Giordan 1978) (Lebou-


tet 1973) convirtiendo los trabajos prácticos en meras 3.2. C o n t r a la enseñanza p o r transmisión de co-
manipiilaciones (Colmez, Delacote y Richards 1978) en nocimientos ya elaborados
las que t'altan absolutamente --como hemos mostrado La critica, muy justificada, de la enseiianza pro des- e
en otrc. 111g;ir(Gil y Payá 1982)- aspectos esenciales cubriiento inductivo y autónomo ha venido acompa-
como la eniisibn de hipótesis o el disefio de experimen- nada por una deferisa del ((aprendizaje por recepción)),
tos (Enyeiir , Baker y Vanharlingen 1980), aspectos que o, dicho de otro modo, de la enseiianza por transmi-
ni siquies;; aparecen entre los objetivos de los trabajos
prhcticos I5wain 1974) (Gunning y Johnstone 1976)
sión verbal, que, dicho sea de paso, en paises como el
nuestro es absolutamente dominante. Así, para Ausu-
1
(Bound, I'ilurn, Kennedy y Torley 1980). Por otra par- be1 (1978), el rechazo de la ensefianza por transmisión
te, esta o~-ientaciónempirista no sólo afecta a los tra- verbal ha sido el resultado de la insatisfacción creada 0
bajos p:-ácticos, sino a la misma resolución de proble- por una situación cuyas deficiencias fueron exagera-
mas como indica Selvaratman (1974) o como nosotros das, y considera necesario resaitar el papel que la guia
mismos liemos puesto en evidencia (Gil y Martinez del profesor puede jugar como facilitadora de un apren-
1982.a) dizaje significativo en vez de las adquisiciones disaer-
sas que proporciona el descubrirnien.to incidental. Por
Por último, y coherentemente con el planteamiento in- supuesto estamos de acuerdo con Ausubel en el papel
ductivo y autónomo que se pretende dar al aprendiza- positivo de la guia. Y ello partiendo de la naturaleza
je, se produce una falta de atención a los contenidos, misma de la investigación científica: ciialquier investi-
en la creencia de que la elección de la materia de estu- gador conoce bien el papel que juegan sus compaiie-
dio carece de importancia, o bien que la ejecución de ros más experimentados, las discusiones de posibles
algunos experimentos inconexos proporcionaran al lineas de trabajo, etc, que en ningún caso permite
alumno, incidentalmente, lo fundamental de dicha hablar de trabajo autónomo o de descubrimiento inci-
maieria (Ausubel 1978). Pero ello supone, insistimos, dental. Lo que ya no parece tan claro es que dicha
ignorar el papel esencial que los paradigmas concep- (<guia>> deba consistir en proporcionar los conocimien-
tuales juegan en todo el proceso de investigación cien- tos ya elaborados para su aprendizaje por recepción.
tifica, ignorar que, como puntualiza Host (1978). En efecto, si bien es cierto que la verdadera asimila-
cada disciplina está caracterizada por una estructura ción de conceptos exige un proceso activo de (crelacibn,
que define las necesarias relaciones entre los concep- diferenciación y reconciliaciór? integradora con los con-
tos. De aquí que una busqueda a tientas a partir de ceptos pertinentes que ya existan)>(Ausubel 1978) y que
comienzos cualesquiera -como preconiza la enserian- ((cuanto más activo sea este proceso, tanto más signi-
za por descubrimiento autónomo- corre el rieso de ficativos y iitiles serán los conceptos asimilados)), no
no proporcionar mhs que un conjunto de adquisicio- esta nada claro que una ensefianza por transmisión ver-
nes dispersas. bal favorezca dicha actividad. Ello exigiría. si más no.
Como vemos. los supuestos teóricos de este paradig- tener en cuenta las necesidades de riempo propio para
ma que podemos denominar ((ensefianza por descubri- que los alumnos puedan lrabajar los conceptos hasta
miento autónomo, inductivo e incidental)) entran en ligarlos a su estructura cognoscitiva. Y habna que plan-
contradicción tanto con las aportaciones de la investi- tear las actividades que favorezcan dicho trabajo de re-
gación educativa como con la naturaleza de la meto- lación, diferenciación.. .. e introducir los mecanismos
dología científica en que dice inspirarse. de retroalimentación para constatar hasta que punto
los alumnos han asimilado y se puede seguir adelante,
Pero jcuaies han sido los resultados alcanzados, con- etc, etc. En definitiva. hacer activo el proceso de asi-
cretamente en los EE.UU., donde se ha aplicado mas milación en la clase supondría modificar su estructu-
extensamente? En palabras de Ausubel (1978) ((como ra, romper el discurso profesoral con más trabajo de
los ter:ni-los 'laboratorio' y 'mktodo científico' se vol- los alumnos y más tiempo propio para estos. Y ello sin
vieron sacrosantos en las preparatorias y universida- plantearnos hasta que punto pueden resultar significa-
des norteamericanas, los estudiantes fueron obligados tivos unos conocimientos que no respondan a proble-
a remel:::ir los aspectos exteriormente conspicuos pero mas que los alumnos hayan tenido ocasión, al menos,
inheren. rmente triviales del mktodo científico (...). En de plantearse previamente. Mas grave nos parece, sin
realidac! con este procedimiento, aprendieron poco de embargo, la defensa de la ensefianza por transmisión
la matei i i y menos aún del mktodo científico)). Se tra- verbal en base a criterios de falta de capacidad de la
ta de un 1 conclusión sin duda muy negativa pero que, mayoría de los alumnos para descubrir autónomamente
tal como i emos tratado de clarificar, no pone en cues- todo lo que deben saber (Ausubel 1978). Una vez mas
tión una ensefianza de la ciencia coherente con la me- hemos de insistir en que -sin negar el papel de las
todología cientifica -una verdadera ensefianza por individualidades- el trabajo científico tiene un indis-
descubrimiento-, puesto que lo que aquí se ha pre- cutible caracter colectivo y que no se trata. pues, de
ENSERANZA DE LAS CIENCIAS
INVESTIGACION Y EXPERIENCIAS DlDACTlCAS

generar autónomamente y mucho menos individual- La preocupación por este fracaso generalizado ha mo-
mente los conocimientos, sino de insertar a los alum- tivado una atención prioritaria a la resolución de pro-
nos en un proceso de busqueda orientada -como lo blemas, como prueban las recomendaciones de los
está toda investigación- que les permita adquirir co- organismos educativos (NSTA 1971) o la abundante
nocimientos realmente significativos, derivados de pro- bibliografía existente.
blemas planteados desde un esquema conceptual
coherente. En nuestra opinión, ((el problema de los problemas))
sólo puede encontrar solución con un replanteamien-
En definitiva, si bien la crítica de Ausubel al aprendi- to de su didhctica que tenga en cuenta el carácter de
zaje que el denomina ((por descubrimiento)) -a lo que investigación, es decir, de tarea para la que de entrada
nosotros consideramos necesario afiadir los calificati- no existe solución evidente, que se les debe dar. (Ka-
vos de ((inductivo y autónomo)>- parece justa y bien pitza 1977) (Gil y Martínez 1982.a.) (Hudgins 1966) (Ri-
fundamentada, el simple retorno a la ensefianza por che 1978) (Davis 1966) (Burton 1977). Pero ello supo-
transmisión verbal -liberada de algunos errores-, tal ne precisamente romper con el esquema de aprendiza-
como se propone desde el ureception Learning Para- je por recepción y tener en cuenta las exigencias pro-
digm» (Miller 1980) (Novak 1979) o ((Verbal Style)) pias de la metodología cientifica, sin renunciar por ello
(Houston 1975), plantea serias dudas. En cualquier ca- a un aprendizaje significativo, es decir, a la inserción
so, como el mismo Ausubel reconoce, la actividad de de las adquisiciones en esquemas coherentes. Este es,
los alumnos durante la asimilación de conceptos es me- pensamos, el verdadero reto, que obliga a la supera-
nos rica que durante la formación de conceptos. Y ello ción de una ensefianza tanto por «descubrimiento>)in-
incluso en lo que se refiere a aspectos considerados co- ductivo y autónomo como por transmisión verbal.
mo ocasión privilegiada para la iniciativa de los alum-
nos como son los trabajos prácticos o la resolución de CONCLUSION
problemas. En efecto, en una ensefianza por transmi-
sión verbal de conocimientos ya elaborados, los A lo largo de este breve estudio hemos tratado de mos-
trabajos prácticos sólo pueden jugar un papel de ilus- trar la necesidad -y la posibilidad- de un nuevo pa-
tración -a menudo realizada por el propio profesor radigma de ensefianza de las ciencias que integrara las
como experiencia de cátedra-, de comprobación de aportaciones más significativas de la investigación edu-
lo que se ha expuesto (Belousov 1973). En cualquier cativa. Dicho paradigma consistiría básicamente en una
caso y más aún, si cabe, que en la ensefianza por ensefianza de las ciencias acorde con la propia meto-
descubrimiento inductivo y autónomo, los trabajos dología cientifica. Una metodología que a menudo ha
prácticos de limitan a manipulaciones (Giordan 1978) sido mal entendida por los docentes que han asumido
/ W hite 1979) (Charen 1970) siguiendo recetas porme- visiones muy simplistas, marcadas por un positivismo
norizadas en las que falta la mínima posibilidad de extremo. Ha sido necesario, pues, proceder a clarifi-
emitir hipótesis (Rachelson 1977), de disefiar experi- car las caraqerísticas del trabajo científico, dar una vi-
mentos (MacDuffie 1973) o incluso de analizar los sión correcta del mismo y considerar a la luz de dicha
resultados (Tamir 1977) (Pickering y Golstein 1977) (Gil visión, los principales aspectos del paradigma
y Payá 1982.a.) propuesto.
A continuación hemos analizado criticamente los pa-
Los resultados no pueden ser más lógicos: los radigma~que orientan la práctica docente habitual;
alumnos reconocen obtener poco beneficio de los ex- concretamente. la ensefianza ((por transmisión de co-
perimentos realizados cuando los montajes están nocimientos ya elaborados)) y la ensefianza por ((des-
completamente dispuestos o la experiencia completa- cubrimiento inductivo y autónomo».
mente preparada (Leboutet 1973) (Bonet et Al 1982).
El paradigma de ensefianza de las ciencias como inves-
En lo que se refiere a la resolución de problemas, la tigación, o dicho de otro modo, de una ensefianza
situación es en todo comparable (Gilbert 1980) (Lar- ((acorde con el proceso de producción de conocimien-
kin y Reig 1979). De hecho, no se ensefia a resolver pro- t o s científicos>>que aquí hemos esbozado, exige toda-
blemas sino a comprender y memorizar soluciones ex- vía investigaciones concretas de contrastacibn y preci-
plicadas por el profesor como ejercicios de aplicación sión en sus distintos aspectos. Actualmente procede-
de la teoría (Gil y Martlnez, 1982.a.) Y es quizás aquí mos a algunas de estas investigaciones, relativas a la
donde el fracaso de la ensefianza por transmisión ver- introducción de conceptos y errores conceptuales (Ca-
bal resulta más evidente, puesto que el grado de trans- rrascosa y Gil 1982 a y b), familiarización con la me-
ferencia es mínimo y los alumnos se limitan a ((reco- todología científica (Gil y Payá 1982 a y b) (Gené y Gil
nocer)) problemas ya resueltos o a abandonar.(Mettes a y b) y la resolución de problemas (Gil y Martínez 1982
et Al 1980). - .- a Y b).

e
S ENSEÑANZADE LAS CIENCIAS
INVESTIGACION Y E X P E R I E N C I A S lIIl>ACTlCAS

AURAHAM. M.R. 1976. ((The Effects of Grouping o n Verval In- EL.TON. L. 1980. ~ T h Physics
e Curriculum -A Suitable Case for
teraction iluring Science Inquiriesu (J of Res in Sci Teach 13 pp Treatment?)) (Phys Educ 15 p. 129).
127-35).
ENYEART, BAKER y VANGERLINGEN, 1980. «Correlation o f
AGUILAR R., CARRASCOSA J.. GIL D. y MARTINEZ J. 1982. Inductive and Deductive logical Reasoning to Collegc Physics
((Papel de las hip6tesis en la ensefianza de la Física>>(Primeras Achivement)) (J. Res. Sci. Tcach. 17 pp. 263-267).
Jornadas de Investigaci6n en la Didiíctica de la Fisica y la Qui-
G A G N É , R.M. 1970 aLas condiciones del aprendizajen (Aguilar.
mica. Valencia 1982).
Madrid).
AI.THOUSSER L. 1975. ((Curso de filosofía para científicos))(Laia.
GENÉ, A. y GIL. D. 1982.a. «Els treballs prhctics de Biologia i el
Barcelona).
mktode cientffic. l. Anilisi Crftio) (Primeres Jornades de Inves-
.ASTOLFI J . P . 1978. ((Les representations des Enfants en Siiuaiion iigaci6 Didictica. Llcida).
de Classe» (Rev. Fran. de Pkd. 45, pp 126-28).
GIL. D. 1981. ((Evolucib de la idea de materia)) (ICE Universidad
AULT R.L. 1973. ((Problem-Solving Strategies of Reflective, Im- de Valencia).
pulsive Fast-Accuraie and ~low-ÁccurateChildren)) (Child De- GIL, D. 1982. ((La investigaci6n en el aula de Fisica y Química))
vel. 44 pp 259-66).
(Anaya. Madrid).
AUSUBEL D.P. 1978. ((Psicologia Eduaiva. Un punto de vista cong- GIL. D. y MARTINEZ-TORREGROSA, J. 1982.a. ((La resoluci6n
noscitivo>) (Trillas, Mkxico).
de problemas de Física: un andlisis crítico>)(las. Jornadas de In-
BACHELARD G. ((La formation de I'Esprit Scientifiquen (Vrin, vestigaci6n y Renovaci6n d e la F. y Q. en el BUP Y COU.
Paris. 1938). Valencia).
BARBUND D.C. 1959. ((A comparative Siudy of Individual, Ma- GIL, D. y M.-TORREGROSA, 1982.b. ((Un modelo de resoluci6n
jority and Ciroiip Judgment)) ( J . ABnorm Soc Psychol 5 8 pp de problemas acorde con la mctodologfa cientlfica)) (Primeras
55 -60). jornadas de Investigacibn y Renovaci6n de la F. y Q. en el BUP
y COU. Valencia).
HECCHI E. 1981. «Per una Fondacione Teorica della Kiccrca Edu-
cativa)~(Scuola e Citti I I pp. 498-500). GIL. D. y PAYA J. 1982.a. «Los trabajos priícticos en la ensenan-
za de la Fisica. l. Un andlisis crítico.)> (las. Jornadas de Invest.
UELOUSOV V.A. 1973 ((Techniques for Conducting an Enperiment
de F. y Q. en BUP. Valencia).
in Physics)) (Soviet Education Nov-Dec. 1973. pp. 116-121).
GIL. D. y PAYA. J. 1982.b ((Los trabajos practicas en la ensenan-
BERNAL J . D . 1967. <(HistoriaSocial de la Ciencia» (Peninsula,
za de la Flsica. 11. Un modelo coherente con la metodologia cien-
Barcelona).
tifica.,) (Jornadas l. de la F. y Q. Valencia).
RONET A,. Q L ' I N W S L.S., SOTO J . y VILLAK E. 1982. «A new GILBERT, G.L. 1980. ~ H o w
d o I get the answer?)) ( J . Chem Educ.
laboratory Course for Physics Studenis)) (Phys Educ 17 pp 4445). 57 pp. 79-81).
BOL'ND. DL'MM, KENNEDY y TORLEY 1980. ((The aims of GILBERT J.K.. MICHAEL D.. W A n S y OSBORNE R.J. 1982.
Science Laboratory Courses: A Survey of Siudents. Graduales ~ S t u d e n t s Conception
' of Ideas in Mechanics» (Phys. Educ. 17
and Practica1 Scientists» (Eur J . Sci Educ, 2 pp. 415428). pp. 62-66).
BLINGE M . 1972. «La investigaci6n cientifican (Ariel 1972). GIORDAN, A. 1978. <(Observations-Experimentation: Mais com-
BLIRTON L. 1977. ((The Three Ms)) (Math Ed for Teaching 3 pp ment les eleves apprennent-ils? (Rev. Fran. de PM. 44 pp. 66-73).
1 3-20). GUNNING. D.J. y JOHNSTONE. A.H. 1976. (tPractical work in
BY BEE R.W. 1977. «The New Transformation of Science Eduction)) the Scottish O-Graden (Educ. in Chem jan 1976 pp. 12-14 y 16).
(Sci Educ 61 pp 85-97). HELM. H. 1980. «Misconceptions in Physics amongst South Afri-
CARRASCOSA J. y GIL D. 1982.a. ((Los errores conceptuales en can Students)~(Phys,Educ. 15 pp. 92-97 y 105).
la cnsenanza de la Física. l. Un estudio de su persistencia» ( l a s .
Jornadas de Investigaci6n y Renovacidn de la F y Q en el BUP HEMPEL. C.G. 1976. ((Filosofla de la ciencia natural» (Alianza,
y COU. Valencia 1982. Madrid).
C.!\ U KASCOSA, J. y GIL. D. 1982.b. ((Los erores conceptuales en HEWSON. P. W . 1981. « A concepiual Change Approach to Lear-
la ensenanra de la Fisica. 11. Una propuesta para su tratamien- ning Science)) (Eur.J. Sci. Educ. 3 pp. 383-396).
to¡> (Primeras Jornadas de Investigaci6n y Renovacibn de la Fi- HOST, V. 1978. (<Proc&luresd'apprcntissage spontanks dans la for-
sica y Quimica en el BUP y COU. Valencia. mation du scientifique)) (Rev. Fran. de Ptd. 45 pp. 103-10).
CARKASCOSA. J . GIL. D. y GONZALEZ, A. 1982. «Por un re- HOUSTON. J . 1975. ((The Effects of Verbal Style in Physics Tea-
planteamiento de la noci6n d e error conceptual» (Primeras Jor- chingn (Phys. Educ. 10 pp. 38-41).
nadas de Investigaci6n y Renovaci6n de la Fisica y Química en
el BUP y COU. Valencia 1982). HUDGINS. B.B. 1966. «Corno ensefiar a resolver problemas en el
aula)) (Paidos. Buenos Aires).
CHAREN, G. 1970. ((Do laboratoy Methods Stimulate Critical Thin- JOHNSON, R.T. 1976. <tTheRelationship bctwecn Cooperation and
kingu (Sci. Educ. 54 pp. 267-271). lnquiry in Scicnce Classroorn)>(J. of Res in Sci. Teach. 13 pp.
55-63).
C O H E N M.R. y NAGEL. E. 1973. (tlntroduccibn a la 16gica y el
mttodo científico» (Arnorrortu). JONES H.L. y RUSELL, J.M. 1979 ~HierarchicalLearning Para-
digrn» (J. of Res. in Sci. Tcach. 16 pp. 489-99).
COLMEZ. DELACOTE y RICHARDS, 1978. ~ S t a t u tde I'obser-
vation et de I'activitt experirncntale chez I'eleve)) (Rev. Fran. de KAPITZA. P.L. 1977. (<Lelivre du Problernc de Physique)) (CE-
P t d . 45 pp. 55-65). DlC, PARIS).
DAVIS, G. 1966. ((Current Status of Rescarch and Theory in Hu- KEISLAR. E.R. y SHULMAN. L.S. 1966. tcLearning by Discovery:
man Problem Solving» (Psycho Bul 66 pp. 36-54). a critica1 Appraisal)) (Chicago. Rand McNally).

ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS


lNVESTIGAClON Y EXPERIENCIAS DIDACTICAS

KL'HN. T H . S. 197 1 . ((La estructura de las revoluciones cientificas>, o f Pupils' Misconceptions: an Exercise with Siiident Teachers))
(Fondo de C'iiliura EconOmica). (Europ J . Sci. Educ. 3 pp. 159-169).
KY LE W.C. Jr. 1980. 'fThe distinction becween Inquiry and Scien- NUSSBAUM. J. y NOVICK. S . 1980. <(Brainstormingin [he Class-
0 tific Inquiry and Why High School Siudents Shuld be Cognizant roorn lo lnvent a Model: a Case Study)) (Jerusalem: Israel Science
at ihe Distinction>).( J . of Res. in Sci. Teach. 17 pp. 123-130). Teaching Cenire. The Hebraw University).
LARKIN. J.H. y REIF, F. 1979. ((Understanding and Teaching PIAGET. J. 1969. ((Psicologia y Pedagogia)) (Ariel, Barcelona).
Problcm-Solving in Physics)) (Eur. J. Sci. Educ. 1 pp. 191-203). PIAGET. J . 1970. {(La epistemologia genética)) (A. Redondo,
LAWSON. A.E. I97,9. ((The developrnerital Learning Paradigm)) (J. Barcelona).
Res in Sci Teach. 16 pp. 501-1 5). PIAGET, J. 1971. ((Psicologia y Episiemologia~~
(Aricl. Barcelona).
LEBOUTET. L. 1973. (< L'cnseignement de la Physique,) ( P . U . F . .
e Paris).
PlCKERlNG y GOLSTEIN. 1977. ((The Educational Efficiency of
Lab. Reports)). ( J . Chem Educ. 54 pp. 315-317).
LEBOUTET. L. y BARRELL.. 1976. ((Concepts of ~ e c h a n i n c s P O P P E R . K.R. 1962. ((La 16gica de la lnvesiigaci6n Científica))
Among Young People)). (Phys Educ. I I pp. 462-65). (Tecnos).
MACDUFFIE. D.E. 1973. ((Learning Through Practica1 Work)) RACHELSON. S. 1977. « A Question of Balance: A Wholistic View
(Educ. in Chcm. May 1973. pp. 87-88 y 93). of Scientific Inquiryu (Sci. Educ. 61 pp. 109-17).
MAYFIELD, J.M. 1976. ((Factor Affecting Rationality in the Dis- R1CHE.N. 1978. ((Trame pour Rediger un Exercie de Physique)) (Rw.
@ cussion of a Problern by Small Groups of Secondary School Stu- Fran. de Péd. 45 pp. 183-199).
dentsu (Sci. Ediic. 60 pp. 170-83). SELVARATMAN. M . 1974. «Use of Problems in Chernistry Cour-
MET'TES. c'.'T.C. ci Al. 1980. <<Thcachingand Learning Problcm \es>)(Edu. in Chcm. nov. 1974 pp. ?(II-200.
Solving in Science. Pari l.: A general Siraiegy>)( J . of Chem. SEMINARIO DE PEDAGOGIA. 1975. ((Por una reforma demo-
E ~ u c .57 pp. 882-RUS). crática de la ensefianza(( (Avance. Barcelona).
MILLER. R.L. 1980. ((Ausubelian i'sychology - Help for Lcarning SWAIN. R. L. 1974. ~(PracticalObjectives - A Review)) (Educ. in
Difficulties>~(Phys. Educ. 15 pp. 186-90). Chem.. sep 1974. pp. 152-54 y 156).

N.S.T.A. 1964. Curriculum Commiteer pp. 17-18 TAhllR. P. 1977. ~ I H O Hare


. [he laboratoy used?>>( J . Res. Sci Tcach.
14 pp. 311-16).
N . S . T . A . 1971. Corniniiree on Curriculum Siudies.
VIENN0.T. L . 1897. ( < L eKaissonnemeiii Sponiant; en L)ynarnique
NOVAK. .I.U. 1979 q(The Keception Learning Paradigm~)(Res. Sci. Elerneiitaire~~.
( R e \ . Franc. de Pkd. 45 pp. 16-21).
'Teach. 16 pp. 4811.
VIGOTSKY. L.S. 1973. (<Aprendizajey desarrollo iniclrctiial en la
NOVAK. J.U. 1982. '[Teoria y Práctica d e la Educaci6n)) (Alianza edad escolar)). Publicado en (<Psicologia y Pcdagogia*~.Akal).
Universidad).
a NVSSBAUM. J . 198 l . ((Towards [he Diagnosis by Science Teachers
H'HITE, K.T. 1979. (~Relevanceof Practica1 Work 1 0 Coniprehen-
sion of Physicsn. (Phys. Educ. 14 pp. 384-87).

ENSENANZA DE LAS CIENCIAS

También podría gustarte