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Abordaje integral del

dolor en la rehabilitación
del paciente con:

Cerebral
de la evidencia a
la práctica clínica

Coordinadores
C. Colomer Font
X. Miguéns Vázquez
Abordaje integral del
dolor en la rehabilitación
del paciente con

Daño
Cerebral
Adquirido
de la evidencia
a la práctica clínica

Coordinadores
C. Colomer Font
X. Miguéns Vázquez

1
Este libro ha contado con la financiación de IPSEN Autores
PHARMA, S.A. El patrocinador no ha influido en
su elaboración ni en sus contenidos.

Carolina Colomer Font


Directora clínica del Servicio de Neuro-Rehabilitación.
Hospitales Nisa

Marta Gutiérrez González


Servicio de Farmacia.
Edita:
Hospital Universitario Lucus Augusti.
Lugo

©2014 de los autores Gracia Martínez Crespo


©2014 EDICIONES MAYO, S.A.
Servicio de Neuro-Rehabilitación.
Aribau, 185-187 / 08021 Barcelona
Condado de Treviño, 9, local / 28033 Madrid Hospital Nisa Sevilla Aljarafe.
Castilleja de la Cuesta
ISBN: xxxxxxx (Sevilla)
Dirección artística: Emili Sagóls
Depósito legal: B-xxxxx-14 Xoán Miguéns Vázquez
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de los medicamentos indicados en este libro. En cada
uno de los casos, el usuario tiene que comprobar
su precisión consultando otra literatura médica.

w w w. e d i c i o n e s m a y o . e s

2 3
Índice Prólogo

Capítulo 1 El daño cerebral adquirido (DCA) es una denomina-


Generalidades y peculiaridades del manejo ción que en la actualidad agrupa diferentes tipos de
del dolor en el paciente con daño cerebral adquirido lesiones adquiridas, muy frecuentemente de origen
traumático o vascular, que tienen como común deno-
Capítulo 2 minador que casi siempre generan un elevado porcen-
Calcificaciones heterotópicas taje de discapacidad en las personas afectadas. Son
tras daño cerebral adquirido procesos en los que nuestra especialidad desempeña
un papel esencial, tanto en el diagnóstico como en la
Capítulo 3 valoración y tratamiento de estas discapacidades, sea
Fracturas osteoporóticas consecutivas en sus diversas fases evolutivas o en las secuelas.
a hemiosteoporosis neurogénica El proceso rehabilitador en estos pacientes presenta
características específicas en función de la etiología
Capítulo 4 del DCA y de la evolución del proceso. Actualmente
Hombro doloroso del hemipléjico disponemos de un amplio bagaje terapéutico que nos
permite avanzar en la mejoría funcional de estos pa-
Capítulo 5 cientes, con programas multidisciplinares que pue-
Tratamiento de la espasticidad dolorosa den ser personalizados y muy a la medida de cada
persona.
Capítulo 6 El objetivo de esta obra es proporcionar información
Dolor neuropático localizado. Infiltración concreta sobre los aspectos y procesos de mayor inte-
rés en los pacientes con DCA, el manejo del dolor de
Capítulo 7 origen musculoesquelético y del dolor neuropático pe-
Dolor central post-ictus riférico o central, los estados de vigilia sin respuesta,
el abordaje de las calcificaciones heterotópicas y de
Capítulo 8 las fracturas por fragilidad o el tratamiento de la es-
Polineuropatía del paciente crítico pasticidad. También se abordan cuestiones médico-
legales que en la práctica diaria asistencial tienen una
Capítulo 9 gran importancia, y sobre las que a menudo carece-
Dolor en el paciente con alteración mos de información actualizada.
de la conciencia: síndrome de vigilia sin respuesta El libro, en mi opinión, ofrece una actualización
y estado de mínima conciencia muy completa de los aspectos más relevantes en el
manejo de estos pacientes.
Capítulo 10 Deseo felicitar a los autores por el excelente trabajo
Aspectos médico-legales relativos que han realizado, así como por el enfoque altamente
a la disponibilidad de medicamentos operativo que han adoptado, lo que sin duda converti-
en situaciones especiales. rá este libro en una obra de referencia en este tema y
Nueva terminología en «uso compasivo» de gran utilidad para todos nosotros.

Dra. M.ª Carmen García-Ameijeiras


Diciembre de 2013

4 5
Capítulo 1

Generalidades y
Dolor
peculiaridades del
manejo del dolor en Atrofia Disminución
el paciente con daño de los tejidos de la movilidad

cerebral adquirido Deterioro


funcional
X. Miguéns Vázquez, C. Colomer Font
por desuso

Tal vez el «consejo» de mayor utilidad para un correc-


to abordaje del dolor en el paciente con daño cerebral
Figura 1.1. Inercia del dolor según Cibeira2
adquirido (DCA) sea el de humildad. Debemos tener
presente que los mecanismos fisiopatológicos siguen,
aún hoy, sin estar completamente esclarecidos. A pe- bles complicaciones que permitan una anticipación y
sar de los avances en el conocimiento de la fisiopato- un diagnóstico precoz, proporcionan una aproxima-
logía del dolor, a menudo la forma de proceder en su ción más eficaz.
tratamiento es cuasi empírica. Resulta paradigmático La actuación debe ser multifactorial; hay que procu-
que, en la actualidad, la pregabalina sea el único fár- rar controlar todas aquellas condiciones desencade-
maco oral con indicación en la ficha técnica para el nantes, favorecedoras o agravantes del dolor en el pa-
tratamiento del dolor neuropático central. No obstan- ciente con DCA. Éste plantea siempre una cierta com-
te, se emplean con éxito muchas otras opciones far- plejidad, derivada de situaciones específicas relacio-
macológicas basándose en la bibliografía disponible. nadas con su proceso central que serán abordadas de
El hecho de que los pacientes con DCA estén habi- forma precisa a lo largo de este manual.
tualmente a cargo de los servicios de rehabilitación le- Un elemento de utilidad lo constituye la implica-
gitima la incorporación de los especialistas en rehabili- ción del paciente en su tratamiento; para lograr esta
tación en las unidades del dolor, por su implicación en implicación hay que ofrecer una información realista
el dolor musculoesquelético y su especialización en el y establecer un pacto o acuerdo terapéutico sobre la
dolor asociado a DCA. La perspectiva del rehabilitador, base de objetivos reales potenciales.
además de funcional, implica la incorporación de op- Hay que ofrecer un abordaje multidisciplinar, que
ciones de tratamiento que aúnen técnicas de medicina permita romper con el círculo vicioso de la inercia del
física clásica con modalidades tecnológicamente más dolor planteado por Cibeira (figura 1.1)2, y en el que
modernas1. no deben faltar en ningún caso técnicas específicas
Con todo, un enfoque lo más científico posible debe de medicina física y rehabilitación3. La prescripción de
aunar, en un correcto equilibrio, técnicas con un dife- electroanalgesia requiere sopesar adecuadamente la
rente grado de invasividad, tratamiento plurifarmacoló- relación riesgo-beneficio, así como sus contraindica-
gico y técnicas no farmacológicas, con intención pre- ciones.
ferentemente neuromoduladora respecto a neurolesiva. En esta línea, Romero et al.4, de forma análoga a la
Un aspecto imprescindible es la individualización célebre escalera analgésica de la OMS, proponen una
en el abordaje de cada caso, desde la anamnesis has- escalera analgésica específica para el abordaje del do-
ta el diagnóstico de presunción, pasando por la explo- lor neuropático (figura 1.2). Con independencia de su
ración concienzuda y pormenorizada. Las actuaciones fundamentación, proceder de forma protocolizada re-
posturales preventivas, así como la atención a posi- sulta útil.

6 7
Capítulo 2
4.º escalón
Técnicas
analgésicas Calcificaciones
3. escalón
heterotópicas
er

Antiepilépticos
2.º escalón
±
Antidepresivos
tras daño cerebral
Antiepilépticos
±
±
Opioides
adquirido
1. escalón Antidepresivos
er
potentes
± (morfina) C. Colomer Font
Antiepilépticos Opioides
± débiles (AINE ante
Antidepresivos (tramadol) dolor mixto) Introducción: concepto y relevancia
(AINE ante Las calcificaciones heterotópicas u osificaciones para-
dolor mixto) (AINE ante
dolor mixto) articulares (OPA) se definen como formaciones de
hueso lamelar ectópico en el seno de tejidos blandos,
Figura 1.2. Escalera analgésica del dolor neuropático.
es decir, como la aparición de estructura ósea en lu-
Tomada de Romero et al.4 gares donde normalmente no hay hueso5-7. La diferen-
cia con la tendinitis calcárea (por ejemplo, en el hom-
A menudo la coexistencia de fármacos con acción bro) es que en ésta se trata de un depósito de calcio,
central requiere necesariamente una manera de pro- no de hueso maduro7.
ceder basada en la prudencia: se comienza con dosis La etiología es desconocida. Se distinguen tres gran-
bajas que se van incrementando de forma lenta y pro- des grupos según la causa: OPA postraumáticas (frac-
gresiva (start low and go slow), en la búsqueda de un turas, luxaciones, cirugía, quemaduras), OPA de origen
equilibrio entre eficacia y efectos secundarios que genético (fibrodisplasia osificante progresiva, enferme-
puedan interferir en el proceso de recuperación fun- dad de Albright, etc.) y OPA neurógenas (OPAn), sobre
cional del paciente. todo tras lesión medular (LM) y traumatismo craneoen-
Merecen especial consideración las técnicas inter- cefálico (TCE)5,6. Se ha buscado relación con algunos
vencionistas que posibilitan un abordaje específico marcadores, encontrándose cierta asociación con HLA-
con objetivos definidos. La infiltración de toxina botu- B187.
línica adquiere un protagonismo especial en el trata- La incidencia de las OPAn oscila entre el 11 y el
miento del dolor asociado a la espasticidad, presente 77%; no obstante, se considera que adquieren rele-
de forma ubicua en el DCA. vancia clínica en el 11-35% de los pacientes5. Tam-
En cualquier caso, la tan aclamada premisa de que bién se han descrito tras ictus, Guillain-Barré, polio-
no hay dos pacientes iguales adquiere especial rele- melitis y otras patologías neurológicas, pero con una
vancia en el abordaje de los pacientes con DCA. O incidencia mucho menor.
El dolor y la rigidez condicionan potencialmente la
recuperación. Las OPA pueden impedir la participa-
ción del paciente en un programa de rehabilitación y,
al restringir la movilidad, pueden aumentar el grado
de discapacidad y disminuir las habilidades funciona-
les. Por tanto, las OPA pueden tener repercusiones
importantes, que en muchos casos implican una mer-
ma en la calidad de vida y una pérdida de la indepen-
dencia5,6,8,9.

8 9
Fisiopatología y factores de riesgo
La fisiopatología de las OPA continúa siendo descono- Inflamación tejidos
cida. Se han descrito tres condiciones necesarias para blandos
que se formen: células precursoras osteogénicas,
agentes inductores y un entorno permisivo7,9,10. Al PG
igual que sucede en la osteogénesis normotópica, las Células
OPA pasan por estadios predecibles de maduración10. Osteoblastos
mesenquimales
En el caso de las calcificaciones neurógenas, se cree
que la lesión del sistema nervioso central activa facto-
res, como la proteínas morfogenéticas óseas y la prosta-
glandina E2, que inducen a las células mesenquimales
osteoformadoras a diferenciarse en osteoblastos. Los os- Fosfatasa alcalina Tropocolágeno
teoblastos forman el hueso heterotópico por medio de la
producción de tropocolágeno y de la fosfatasa alcali-
na6,11. Histológicamente, una OPA no se puede diferen-
ciar del callo de consolidación de una fractura, y la ima- Pirofosfato Colágeno Proteínas
gen radiológica es similar a la del hueso de remodela-
ción10. En la figura 2.1 resumimos la cascada de acon-
tecimientos que se producen en la formación de las Precipitación
OPAn. Matriz ósea
calcio
Los factores de riesgo más relevantes para el
desarrollo de calcificaciones son6,7,9,11-13: puntuación
en la escala Glasgow, duración del coma (más de 2 Mineralización de matriz ósea
semanas), fractura de huesos largos, lesión axónica
difusa, espasticidad, inmovilización prolongada, hi-
poxia tisular, hipercalcemia, ventilación mecánica, in-
fección sistémica, LM completa y disautonomía. Hueso ectópico
Diagnóstico
Clínica
La presentación clínica de las OPA puede ser bastante Figura 2.1. Formación de osificaciones paraarticulares neurógenas.
florida, aunque poco específica y de aparición tardía. Modificada de Cullen et al.5
Se suele manifestar como una articulación hinchada,
edematosa, caliente, dolorosa y con cierta rigidez. Esta
presentación clínica obliga al diagnóstico diferencial evidencia las lesiones hasta pasadas 6 semanas desde
con trombosis venosa profunda, artritis séptica, trau- que empieza a formarse la OPA10. La tomografía axial
matismo o fractura5. La articulación más frecuente- computarizada (TAC) y la resonancia magnética nu-
mente afectada en el caso de la OPAn es la cadera, lue- clear (RMN) permiten obtener imágenes en estadios
go los codos y los hombros, y más raramente las rodi- más precoces, pero son más costosas. Se emplean so-
llas5,6. En pacientes con TCE, en relación con la espas- bre todo antes de la cirugía, para determinar la densi-
ticidad de aductores, la localización más habitual es el dad mineral ósea y las lesiones intraarticulares, así
cuadrante inferomedial de la cadera10. como para evaluar la proximidad de la OPA a estructu-
ras neurovasculares8.
Radiografía, tomografía y resonancia En 1973, Brooker et al. desarrollaron una clasifica-
La radiografía (Rx) simple es una técnica sencilla pe- ción, que todavía se emplea, basada en la extensión
ro poco sensible en las fases tempranas, ya que no de la OPA postartroplastia de cadera en la imagen de

10 11
Tabla 2.1. Clasificación de Brooker et al.6 Gammagrafía ósea
Clase Descripción Tradicionalmente se ha considerado la herramienta de
imagen más sensible para la detección temprana de las
I Islotes óseos en tejidos blandos alrededor de la cadera OPA y para valorar su madurez7,10. No obstante, es
II Esquirlas óseas en la pelvis o el extremo proximal del una técnica costosa, de alta sensibilidad pero baja es-
fémur que dejan un espacio >1 cm entre superficies pecificidad, y con un tiempo de realización compara-
óseas enfrentadas tivamente más largo.
III Esquirlas óseas en la pelvis o el extremo proximal del
fémur con un espacio <1 cm entre superficies óseas Prevención y tratamiento
enfrentadas Existen muchos más estudios sobre la profilaxis y el
IV Anquilosis radiográfica de la cadera tratamiento de las OPA traumáticas (sobre todo tras
cirugía de cadera) que sobre las OPA neurógenas13;
dentro de éstas, están más estudiadas las calcificacio-
Rx simple (tabla 2.1)6. Mavrogenis et al.13 han valida- nes tras LM que aquellas asociadas al daño cerebral.
do otra clasificación específica para OPA neurógenas De hecho, muchas actuaciones terapéuticas en la OPA
(LM y daño cerebral [DC]) de cadera a partir de imá- tras daño cerebral se infieren de los resultados obtenidos
genes de TAC (tabla 2.2). en poblaciones con calcificaciones postraumáticas.
Actualmente los tratamientos conservadores combi-
Ecografía nados se emplean con cierta eficacia en la profilaxis,
La ecografía ha demostrado ser una técnica muy sen- siempre que se inicien de una forma muy precoz. La
sible en el estudio de alteraciones musculoesqueléti- extirpación quirúrgica (seguida de técnicas conserva-
cas tras daño cerebral adquirido (DCA)14. Es capaz de doras) es el tratamiento que cabe considerar una vez
detectar las OPA de forma más precoz que las Rx, y la OPA está ya formada11,12. En la tabla 2.2 se resume
tiene las ventajas de que se puede emplear en la ha- la eficacia de distintos tratamientos post-TCE y post-
bitación del paciente encamado, puede repetirse, no LM.
irradia y su coste económico es menor14. Se considera Habitualmente la formación de la OPA comienza a
de alta sensibilidad y especificidad7. Es una herra- las 2-3 semanas de la lesión (aunque se han citado
mienta idónea para la detección temprana y el segui-
miento.
Tabla 2.2. Clasificación de Mavrogenis et al.
Laboratorio para osificaciones paraarticulares neurógenas
La determinación de la fosfatasa alcalina (FA) en san- Tipo Descripción
gre puede ser útil como marcador precoz de actividad, I OPAn en la cara anterior de la cadera o el extremo
aunque no es específico y también se eleva en caso de a) LM proximal del fémur, con o sin anquilosis
fracturas y alteraciones hepáticas, por ejemplo. Los b) DC
niveles pueden triplicar los valores normales 4 sema- II OPAn en la cara posterior de la cadera o el extremo
nas después de la lesión (más precoz que la Rx) y al- a) LM proximal del fémur, con o sin anquilosis
canzar concentraciones máximas alrededor de la b) DC
semana 127. Sin embargo, la normalización de la FA III OPAn en la cara anterior y medial de la cadera o
en sangre no siempre se correlaciona con la madurez a) LM el extremo proximal del fémur, con o sin anquilosis
de la OPA y los niveles pico tampoco se correlacionan b) DC
con la actividad osteogénica máxima10. IV OPAn alrededor de la cadera (circunferencial),
La excreción de prostaglandina E2 en orina de 24 a) LM con o sin anquilosis
horas se considera un marcador óseo fiable para la b) DC
detección precoz y para evaluar la eficacia del trata- DC: daño cerebral; LM: lesión medular; OPAn: osificaciones paraarticulares
miento7. neurógenas. Traducida y adaptada de Mavrogenis et al.13.

12 13
casos de aparición al cabo de varios meses y hasta de ellas. A pesar de haberse evidenciado su eficacia en la
un año del TCE)5. Este inicio tan precoz implica que prevención primaria y secundaria de OPA, su uso en
la prevención debería iniciarse ya en la unidad de cui- pacientes politraumatizados está limitado porque difi-
dados intensivos8. culta la consolidación ósea de las fracturas10. Su me-
canismo de acción se basa en la inhibición de la pre-
Fisioterapia, ejercicios cipitación de fosfato cálcico, el enlentecimiento de la
de movilización y magnetoterapia agregación de los cristales de hidroxiapatita y la inhi-
Los ejercicios de movilización articular en el trata- bición de la transformación de fosfato cálcico en hi-
miento de las OPA todavía son motivo de controversia. droxiapatita7.
Estudios previos en pacientes y animales han sugerido
que la movilización brusca, sobre todo tras un periodo Radioterapia
de inmovilización, contribuye a la aparición de OPA7,9. Se han publicado estudios que han evidenciado la efi-
Hoy en día la tendencia es recomendar una fisiotera- cacia del tratamiento con distintas dosis de radiación
pia suave, basada en ejercicios de movilización pasiva en la prevención y tratamiento de OPA tras cirugía de
y estiramientos, siempre en el rango de no dolor5,9. cadera7. Se cree que su mecanismo de acción es a
Se ha sugerido que el uso profiláctico de campos través de la inhibición de la diferenciación de células
electromagnéticos pulsátiles de baja intensidad es útil mesenquimales en osteoblastos10. Los trabajos dispo-
en pacientes post-LM11. nibles sobre la radioterapia en la OPAn son muy esca-
sos, por lo que no se suele emplear.
Movilización forzada bajo anestesia
Existe evidencia limitada de que la movilización forza- Tratamiento quirúrgico
da con anestesia general aumenta el rango de movili- La extirpación quirúrgica de las calcificaciones se
dad en pacientes con OPA neurógenas5. plantea como el único tratamiento efectivo. Está indi-
cada en casos de limitación física severa, dolor in-
Antiinflamatorios no esteroideos coercible, atrapamientos vasculonerviosos, dificultad
Existe una cierta evidencia (nivel 1) de que los antiin- para la higiene, restricciones funcionales y otras com-
flamatorios no esteroideos (AINE) son útiles en la pro- plicaciones graves. En el caso de las OPAn, el estudio
filaxis de la OPA tras LM9,11, así como en la prevención de Genêt et al.6 revela que la mayor parte de los casos
primaria de ésta tras DCA. El AINE considerado de re- que requieren cirugía son los que aparecen tras un
ferencia es la indometacina, habitualmente en dosis TCE, siendo la localización más común la cadera y en
de 75 mg/día. El momento óptimo para iniciar la tera- segundo lugar el codo (posiblemente relacionado con
pia es a los 2 meses de la lesión, y el tratamiento de- la compresión del nervio ulnar). Frente a las OPA post-
be prolongarse durante al menos 6 semanas10. Su efi- LM, las calcificaciones tras daño cerebral parece que
cacia se basa sobre todo en la inhibición de la diferen- tienden a recidivar en mayor medida13.
ciación de las células mesenquimales en células os- Hasta hace poco, el tratamiento quirúrgico sólo se
teogénicas, y en la supresión de la remodelación ósea contemplaba a partir de los 12-18 meses desde el ini-
al inhibir las prostaglandinas7. cio de la OPA, con el objetivo de asegurar un tejido
óseo maduro que disminuyese el riesgo de recurrencia
Bisfosfonatos posquirúrgica. No obstante, estudios recientes de-
El bisfosfonato más estudiado es el etidronato, que se muestran que la extirpación temprana de osificacio-
administra en dosis de 10-20 mg/kg/día durante va- nes inmaduras no aumenta el riesgo de recurrencia, y
rios meses. Aubut et al.11 indican que existe una evi- además es un valor pronóstico significativo de mejores
dencia de nivel 2 de que el etidronato disminuye la in- resultados analíticos y funcionales5,6,8. De hecho, un
cidencia de OPA tras un TCE grave y que puede frenar estudio de Genêt et al. de 20098 concluye que la in-
la progresión de las calcificaciones tras LM si se admi- tervención tardía podría asociarse a la formación de
nistra antes de que haya evidencia radiológica de anquilosis, lo que maximiza el desarrollo de patología

14 15
Tabla 2.3. Eficacia de los tratamientos Capítulo 3
para osificaciones paraarticulares neurógenas
en lesión medular y daño cerebral adquirido
Tratamiento Lesión Daño cerebral
Fracturas
medular adquirido osteoporóticas
AINE + consecutivas a
Bisfosfonatos
QX
+

+
+
hemiosteoporosis
RT +/– neurogénica
QX + etidronato +
QX + indometacina + X. Miguéns Vázquez
QX + indometacina + etidronato +
Corrientes electromagnéticas +
El propósito de este capítulo es analizar la pérdida de
masa ósea tras el ictus, su impacto, consecuencias
Fisioterapia/MPA + clínicas, diagnóstico y abordaje.
QX + RT + MP +
QX + MP + Conceptos previos
AINE: antiinflamatorios no esteroideos; MP: movilización pasiva; • Osteoporosis: situación resultante de alteraciones en
MPA: movilización pasiva asistida; QX: extirpación quirúrgica; el metabolismo del hueso que ocasionan un incremen-
RT: radioterapia. Traducida y adaptada de Aubut et al.11. to del riesgo de fractura ante traumatismo de baja
energía. Ha sido relacionada con cambios en la estruc-
tura ósea debidos al descenso en la densidad mineral
intraarticular y de osteoporosis, así como el riesgo de ósea (DMO) y alteraciones de la microarquitectura.
complicaciones durante y después de la cirugía. Por • Osteoporosis neurogénica: pérdida de masa ósea en las
otra parte, en relación con lo que conocemos sobre regiones corporales afectadas por paresia o parálisis
neuroplasticidad, una limitación severa y prolongada causada por enfermedades neurológicas15.
del rango articular causa hipotrofia de las áreas corti- • Hemiosteoporosis: pérdida de masa ósea en el hemi-
cales motoras, y puede retrasar la recuperación. Así cuerpo afectado por el ictus16. Su denominación,
pues, la cirugía se puede proponer en el momento en muy gráfica, describe el patrón de pérdida de masa
que la OPA resulte problemática, con independencia ósea, y expresa un tipo peculiar de osteoporosis neu-
del tiempo de evolución6. No se recomienda la extir- rogénica. Adquiere enorme trascendencia por la ele-
pación quirúrgica aislada, sino que habitualmente és- vada incidencia y prevalencia del ictus, por su rápida
ta va seguida de tratamientos conservadores. Los pro- instauración y por afectar a un grupo poblacional en
tocolos utilizados se han descrito en distintos estu- una franja de edad susceptible de padecer osteoporo-
dios11,12 (tabla 2.3). O sis primaria previa.

Hemiosteoporosis: patogenia multifactorial.


Riesgo de caída y riesgo de fractura
La pérdida de masa ósea consecutiva a la inmovilidad
es un hecho conocido y aceptado, al igual que ocurre
con la osteoporosis primaria en ambos sexos (posmeno-
páusica y senil). Esto podría inducir, de forma errónea,
a considerar la pérdida de masa ósea en el paciente he-
mipléjico como consecuencia de su edad y déficit mo-
tor. Ambos factores participan en una patogenia multi-

16 17
Tabla 3.1. Prevalencia de osteoporosis Tabla 3.2. Principales factores
en las principales entidades agrupadas implicados en la pérdida de masa ósea
bajo el término «osteoporosis neurogénica»19 y la fractura osteoporótica
Proceso Frecuencia (%) A. Factores no modificables
Lesión medular espinal 90 • Edad
Parálisis cerebral 84 • Historia familiar (de primer grado) de fractura de cadera
osteoporótica
Ictus 71 • Menopausia precoz
Poliomielitis 69 • Enfermedades reumatológicas: artritis reumatoide
Esclerosis múltiple 54 B. Factores modificables
• Consumo de alcohol y tabaco
• Elevado consumo de café
factorial17, agravando el punto de partida (si existiera • Dieta con baja ingesta de calcio
osteoporosis previa al ictus) y/o agravando la pérdida de • Déficit de vitamina D
masa ósea (en los pacientes con menor funcionalidad). • Baja exposición solar
No obstante, parece demostrada la implicación del sis- • Consumo excesivo de vitamina A
• Sedentarismo o inmovilismo
tema nervioso en la regulación del metabolismo óseo, • Institucionalización
avalada por experimentación in vitro18 y por cifras de • Índice de masa corporal bajo
prevalencia in vivo19 (tabla 3.1). • Riesgo de caída elevado
La pérdida de DMO se instaura precozmente tras el C. Factores médico-quirúrgicos
ictus, ya en la primera semana, evoluciona de forma
rápidamente progresiva hasta el tercer o cuarto mes y • Enfermedades reumatológicas: artritis reumatoide
se prolonga con menor celeridad hasta concluir el pri- • Endocrinopatías: disfunción tiroidea, diabetes mellitus,
hiperparatiroidismo, Cushing, hipogonadismo
mer año tras la lesión20. • Enfermedades intestinales: malabsorción, enfermedad
Si bien es cierto que las fracturas vertebrales espon- celiaca, cirrosis biliar primaria, enfermedad inflamatoria
táneas ocurren y son paradigmáticas de una pérdida intestinal, cirugía gástrica
notable de masa ósea evidente, también lo es que se • Enfermedades neoplásicas
fracturarán con mayor frecuencia aquellos pacientes • Fármacos: corticoides, anticoagulantes, litio
con un mayor número de caídas. Por este motivo, la
evaluación del riesgo de caída es un parámetro impor-
tante y estrechamente relacionado con el riesgo de En cuanto a la edad, el grupo de 50-54 años represen-
fractura. ta la franja de mayor riesgo22; esto probablemente esté
Forster y Young21 señalan que el 73% de los pacien- relacionado con el mayor deseo de recuperación funcio-
tes sufren al menos una caída en los primeros 6 meses nal de estos pacientes, que propicia que asuman mayo-
post-ictus. Este elevado riesgo de caída coincide en el res riesgos de caída en su deseo de adquirir un mejor
tiempo con el momento de mayor pérdida de masa ósea patrón de marcha17.
y con el periodo de tratamiento en que las posibilida-
des de recuperación son mayores, de modo que una Abordaje diagnóstico
fractura en el proceso rehabilitador constituye una in- Ante todo paciente con ictus, y de forma paralela a su
terferencia no deseable17. Una fractura de cadera en un evolución diagnóstico-terapéutica, deben ser evalua-
paciente hemipléjico implica un incremento en la mor- dos al ingreso el riesgo previo de caída y la situación
bimortalidad y, al mismo tiempo, resta oportunidades previa respecto a su salud mineral ósea.
de recuperación. En la anamnesis es conveniente recopilar los si-
Se ha estimado que el riesgo de fractura en un pa- guientes datos:
ciente con ictus es de hasta 12 veces el de la población • Antecedentes familiares y personales relacionados
no afectada22. Este riesgo es independiente del sexo23. (tabla 3.2 A-C).

18 19
• Situación basal previa: diagnóstico previo de osteo- Tabla 3.3. Principales factores
porosis, valores de la absorciometría de rayos X con implicados en el riesgo de caída
energía dual (DEXA) previos, fracturas previas y tra- • Edad
tamiento si lo hubiera. • Sexo femenino
• Número de caídas en los últimos 12 meses y sus • Polifarmacia (4 o más fármacos)
consecuencias, si las hubiera. • Analgésicos opioides, anticonvulsivos, psicotrópicos
• Estimar el riesgo previo de fractura mediante herra- • Trastornos del equilibrio
• Debilidad muscular
mienta FRAX/NOGG, asumiendo sus condicionantes. • Historia previa de caídas (3 o más en los últimos 12 meses)
• Déficit de vitamina D (<30 μg/mL)
Resulta de utilidad incluir entre los estudios habitua- • Dificultad para realizar transferencias
les practicados al ingreso los siguientes: • Visión deficiente
• Analítica de sangre: solicitar función tiroidea, hepá- • Entorno domiciliario poco adecuado
tica y renal, calcemia y niveles de vitamina D y hor-
mona paratiroidea (PTH).
• Analítica de orina: recogida de 24 horas para la cal- • Valorar el nivel funcional del paciente y su situación
ciuria. sociofamiliar al alta, el entorno y la accesibilidad a
• Radiología lateral simple de columna dorsal y lumbar. la farmacia, así como factores que puedan incidir en
• Considerar DEXA. el cumplimiento del tratamiento.
• Informar al paciente de la necesidad de realizar mo-
Con toda esta información podremos conocer la situa- dificaciones en su entorno inmediato para minimizar
ción previa del paciente, estimar su punto actual de el riesgo de caída.
partida y establecer el diagnóstico de fracturas verte- • Si el estado del paciente lo permite, valoración of-
brales desapercibidas subclínicas, de avitaminosis D talmológica previa al alta.
y de hiperparatiroidismo secundario, así como excluir • Informar adecuadamente al paciente sobre la impor-
las principales causas de osteoporosis secundaria. tancia del tratamiento para la salud ósea y sobre las
posibles consecuencias de su abandono.
Consideraciones y peculiaridades • Contactar con atención primaria para recabar infor-
en la osteoporosis post-ictus mación y garantizar un adecuado seguimiento.
• Si existe un diagnóstico previo de osteoporosis esta- • Las revisiones periódicas frecuentes durante el pri-
blecida, debe valorarse la continuidad del trata- mer año afianzan la adherencia y refuerzan su im-
miento instaurado y su compatibilidad con la nueva portancia.
situación del paciente. • Respecto al tratamiento, en la actualidad no existe
• Revisar la suplementación pautada y considerar la ningún fármaco con una indicación específica para
calcemia y el riesgo cardiovascular. Pueden ser de la osteoporosis neurogénica; sin embargo, se han
utilidad las presentaciones con dosis plenas de vita- publicado series de casos que muestran resultados
mina D y reducidas de calcio. satisfactorios del tratamiento con bisfosfonatos24. O
• Considerar la normalización de los niveles de vitami-
na D y su repercusión en los niveles de PTH.
• Prestar especial atención a si la función vesical está
comprometida en relación con vejiga neurógena.
Considerar estudios específicos.
• Analizar las comorbilidades y la polifarmacia. Hay
numerosos medicamentos que predisponen y/o faci-
litan el desarrollo de pérdida de masa ósea (tabla
3.2 C), o bien están relacionados con un aumento
en el riesgo de caída (tabla 3.3).

20 21
Capítulo 4
tes al HDH se han citado, entre otras, el dolor talámi-
co, el síndrome de dolor regional complejo (SDRC), la
Hombro doloroso espasticidad, la tendinitis del manguito de rotadores,
las roturas tendinosas, la subluxación, las lesiones de
del hemipléjico nervios periféricos, la bursitis, la capsulitis y las lesio-
nes degenerativas previas. Podemos agruparlas en dos
C. Colomer Font, X. Miguéns Vázquez grandes bloques: dolor de causa central (dolor por es-
pasticidad, dolor talámico, SDRC, etc.) y dolor de cau-
sa musculoesquelética no central (capsulitis adhesiva,
Introducción subluxaciones, lesiones del manguito de rotadores,
Prevalencia y relevancia etc.). Daremos algunas pinceladas sobre cada una de
El hombro doloroso del hemipléjico (HDH) es una de ellas en los siguientes apartados.
las complicaciones médicas más frecuentes tras un Para la valoración clínica, las maniobras clásicas de
ictus. Los datos de incidencia y prevalencia que ofre- afectación del espacio subacromial, tendinitis bicipi-
ce la bibliografía son muy variables, debido probable- tal, inestabilidad articular o rigidez articular nos ayu-
mente a que muchos estudios sólo consideran a la po- darán siempre que tengamos en cuenta:
blación atendida en unidades de rehabilitación espe- • El componente parético, que enmascararía una de-
cífica, a que no se especifica el tipo o la intensidad bilidad o insuficiencia tendinosa en caso de rotura,
del dolor y a otras diferencias metodológicas25. En una por ejemplo.
revisión de 200225 se ofrecían cifras de prevalencia • Las alteraciones del tono, sobre todo la espastici-
muy distintas, de entre el 5 y el 84%. Estudios re- dad.
cientes señalan prevalencias cercanas al 70%26. El • Los trastornos de sensibilidad y los problemas aten-
momento de aparición del dolor también es variable: cionales, en especial la negligencia unilateral.
aunque es más habitual a los 2-3 meses de la le- • Las alteraciones cognitivo-conductuales severas,
sión27, en ocasiones se presenta de forma precoz, en que pueden condicionar la consistencia de la res-
las 2 primeras semanas. puesta ante el dolor.
La relevancia de identificar y abordar adecuada- • Los trastornos del lenguaje severos (afasia, disfasia,
mente el HDH radica, además de en mejorar la sinto- disartria).
matología, en la correlación establecida entre el dolor
del hombro y diversas condiciones perniciosas25,26,28-30: Papel de las alteraciones del tono
• Disminución de la funcionalidad global (afectación (flacidez y espasticidad)
del equilibrio, marcha, transferencias y actividades Tras un ictus, la articulación del hombro es especial-
de la vida diaria). mente vulnerable a lesiones dolorosas en relación con
• Disminución en el uso funcional del miembro afec- los cambios biomecánicos secundarios a la debilidad
tado. motora y las alteraciones del tono (la flacidez y poste-
• Mayor índice de depresión y trastornos del ánimo. rior espasticidad). Tanto la fase flácida como la espás-
• Aumento del tiempo de hospitalización y de rehabi- tica se han relacionado con el HDH25.
litación. La flacidez del miembro superior suele afectar a la
• Mayor dificultad para acceder a técnicas específicas musculatura que, en condiciones normales, controla
para la rehabilitación del miembro superior. la rotación escapular y humeral en la elevación del
• Menor calidad de vida. miembro, lo que condiciona un fallo de este mecanis-
mo protector del impingement y un mayor riesgo de le-
Etiología y fisiopatología sión tendinosa con la movilización. La flacidez proximal
La etiología del dolor de hombro es multifactorial y también se ha relacionado con subluxación humeral y
muchas veces resulta complicado hacer un diagnósti- lesiones por tracción de nervios periféricos, incluidos el
co diferencial28,29,31. Como posibles causas subyacen- axilar, el supraescapular y el plexo braquial.

22 23
Por su parte, la espasticidad, que puede aparecer entre Principios básicos y herramientas
las primeras 24 horas y los siguientes 12-18 meses, fa- terapéuticas empleadas en rehabilitación
vorece las contracturas en rotación interna que acrecien- Principios básicos que proponemos
tan el impingement y limitan la rotación escapular pro- para el abordaje terapéutico
tectora, por hipertonía del latissimus dorsi, del elevador • Mantener las recomendaciones posturales preventi-
de la escápula y del romboides. La subluxación puede vas.
disminuir al aparecer la espasticidad, o puede que no se • Iniciar los tratamientos lo antes posible.
modifique si se han lesionado los tendones del manguito • Diagnosticar cuidadosamente la causa o las causas
de los rotadores. La espasticidad de los músculos rotado- que subyacen al HDH.
res también puede ocasionar dolor por la tracción del pe- • Incluir siempre fisioterapia y terapia ocupacional es-
riostio en las inserciones musculares (sobre todo del sub- pecializadas.
escapular), así como favorecer la capsulitis adhesiva, las • Tener en cuenta la especial susceptibilidad de esta
retracciones musculares y la aparición del SDRC25. población a los efectos secundarios de determina-
dos fármacos, y emplear éstos con precaución, titu-
Predictores y factores relacionados con la presencia lando con cuidado las dosis y/o utilizando alternati-
e intensidad del hombro doloroso del hemipléjico vas más modernas con menores efectos adversos.
• Lateralidad hemisférica de la lesión. No existe con- • Considerar la presencia frecuente de comorbilidad en
senso25. En general, puede afirmarse que no se ha los pacientes con daño cerebral, tanto de cara a los
demostrado una correlación entre el HDH y el he- efectos secundarios farmacológicos (por ejemplo, hi-
misferio lesionado, pero cuando se obtiene una rela- pertensión arterial y diabetes) como a la hora de filiar
ción estadística suele ser con las lesiones en el he- el dolor (fracturas, artrosis, lesiones crónicas del
misferio derecho32, con o sin negligencia. manguito, plexopatías...).
• Negligencia. Se postula que existe una mayor preva- • Al tratarse de pacientes habitualmente polimedica-
lencia de HDH, en relación con una ausencia de la dos, hay que prestar especial atención a las interac-
conducta de autoprotección del brazo afectado25. ciones farmacológicas, y por otra parte procurar
• Severidad de la paresia. Casi todos los autores están aprovechar distintos efectos de algunos de los fár-
de acuerdo en que la incidencia de HDH se correla- macos recomendados, como antidepresivos y fárma-
ciona con una mayor severidad de la paresia32. No cos anticomiciales (FAE), que pueden tener a la vez
obstante, algunos investigadores consideran que no efectos como analgésicos o como relajantes muscu-
es la severidad de la paresia per se, sino factores aso- lares.
ciados a ésta, como la espasticidad o la lesión de te-
jidos blandos, los que realmente determinan una ma- Herramientas empleadas habitualmente
yor incidencia de HDH25. • Analgésicos y antiinflamatorios orales:
• Limitación a la rotación externa. Muchos estudios – Antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y analgé-
han determinado una relación entre la severidad del sicos sencillos (naproxeno, aceclofenaco, COXIB,
dolor y la limitación a la rotación externa del hom- paracetamol, Nolotil®...). Se recomienda la valora-
bro25,33. Esta limitación puede ser secundaria a la ción cuidadosa en la administración de AINE para
espasticidad, a la contractura o retracción de partes pacientes con hipertensión arterial grave y otros fac-
blandas, a la rigidez articular... tores de riesgo vascular, comunes en la población
• Espasticidad. Mientras que algunos estudios no es- con ictus. Cabe citar aquí las conclusiones de una
tablecen una relación clara entre HDH y espastici- revisión reciente sobre los efectos vasculares y gas-
dad, otros relacionan claramente la presencia de do- trointestinales de los AINE en la población gene-
lor con la existencia de espasticidad de la muscula- ral34: «Los riesgos vasculares del tratamiento con di-
tura proximal del miembro superior25. clofenaco (y posiblemente, con ibuprofeno) en dosis
• Diabetes, edad comprendida entre los 65 y 75 años, altas son comparables a los de los COXIB, mientras
y estancia en el domicilio32. que el naproxeno se asocia a un menor riesgo vas-

24 25
cular que otros AINE». No obstante, el 17 de junio po de tratamiento frente a otro, la necesidad de ejer-
de 2013 la Agencia Española de Medicamentos y cicio es indiscutible3. En líneas generales, cabe insis-
Productos Sanitarios (AEMPS), basándose en las re- tir en las movilizaciones pasivas en un rango no dolo-
comendaciones del Comité Europeo para la Evalua- roso, en la posibilidad de lesionar el manguito de ro-
ción de Riesgos en Farmacovigilancia35, publicó una tadores con movilizaciones bruscas, y en la prohibi-
nota de restricción de uso en la que aconsejaba no ción absoluta del uso de poleas29.
utilizar diclofenaco en pacientes con patología car- Ortesis y posturas mantenidas para combatir la rigi-
diovascular grave, cardiopatía isquémica, enfermedad dez, baños alternantes en caso de edema y fenóme-
arterial periférica o enfermedad cerebrovascular. nos vasomotores, terapias orientadas a la tarea, tras-
Tras esta publicación, el naproxeno continúa siendo lado de la atención visual y propioceptiva al miembro
la mejor opción de tratamiento entre los AINE. afectado.
– En caso de que el paciente tome anticoagulantes • Terapia ocupacional y terapias «cognitivas».
orales, es preferible el paracetamol (en una dosis • Ortesis y férulas.
inferior a 2 g/día) a los AINE. La codeína y el trama- • Electroterapia: electroestimulación transcutánea de
dol no interaccionan de forma significativa con los nervios (TENS) analgésica, sobre todo a altas fre-
anticoagulantes orales. Si el paciente precisa un AINE, cuencias5, electroestimulación o electroestimula-
se recomienda el naproxeno. La nabumetona, am- ción muscular funcional25,29,37.
pliamente utilizada en el pasado, ha perdido prota- • Infiltración intraarticular o subacromial con corticoi-
gonismo frente a alternativas más recientes. El em- des y anestésico local (véase el apartado correspon-
pleo de COXIB (celecoxib, rofecoxib) requiere un diente).
control del INR y un ajuste del anticoagulante36. • Bloqueo del nervio supraescapular (véase el aparta-
– Corticoides. Algunos estudios avalan la eficacia de do correspondiente).
dosis pequeñas de corticoides en el HDH, sin espe- • Acupuntura. Una revisión sistemática reciente38 so-
cificar la etiología del dolor29. bre el papel de la acupuntura en el HDH concluye
– Opiáceos, preferentemente débiles o menores. Por que, aunque hacen falta más estudios aleatorizados
la marcada susceptibilidad de estos pacientes a los y comparativos, existe evidencia que sugiere que la
efectos secundarios sobre el sistema nervioso cen- acupuntura asociada a terapia física puede resultar
tral (somnolencia, alucinaciones), se recomienda eficaz en el tratamiento del HDH.
emplear estos fármacos sólo en caso muy necesario,
titular muy despacio las dosis y emplear moléculas En los siguientes apartados especificaremos el papel
con menos efectos secundarios centrales. concreto que desempeñan algunas de estas técnicas.
• Fármacos empleados en dolor neuropático y/o como
coadyuvantes en el dolor nociceptivo: FAE, antide- Síndrome subacromial
presivos, bisfosfonatos... Bajo el término de «síndrome subacromial» incluimos
• Analgésicos tópicos, como la lidocaína en parches o la inflamación tendinosa y de bursas secundaria al
la capsaicina al 0,075%. compromiso del espacio subacromial, y las lesiones y
• Toxina botulínica intraarticular (véase el apartado rupturas tendinosas relacionadas.
correspondiente). La lesión de los músculos del manguito de los rota-
• Toxina botulínica intramuscular (véase el apartado dores afecta a su función decoaptadora. Durante la
correspondiente). abducción y flexión, el trapecio y el serrato anterior
• Punción seca y terapia específica para el abordaje controlan la rotación escapular que permite que la
del síndrome miofascial, si se asocia. glenoides se coloque en posición firme respecto a la
• Cinesiterapia y ejercicios terapéuticos específicos: cabeza humeral. Los músculos subescapular e infra-
flexibilización, potenciación, recentraje articular, ejer- espinoso controlan la rotación humeral para evitar el
cicios decoaptadores, terapia Bobath, FNP... Aunque impingement durante la flexión anterior y la abduc-
no ha sido posible constatar la superioridad de un ti- ción. El fallo en estos mecanismos ocasionará un

26 27
compromiso de espacio que atrapará fundamental- La movilización pasiva temprana de la articulación
mente el tendón del supraespinoso y el vientre largo glenohumeral forma parte del abordaje terapéutico de
del bíceps25. Episodios repetidos de compromiso me- los pacientes con ictus. Es importante remarcar que
cánico pueden resultar en un círculo vicioso de dolor, estas movilizaciones tiene que realizarlas personal ex-
inflamación y riesgo de que progrese el deterioro del perto. Deben manejar adecuadamente la rotación es-
manguito por compresión y/o isquemia. capular y humeral para prevenir el impingement, y
Hay que tener en cuenta que, en el caso de daño realizar un recorrido articular en un rango máximo de
cerebral vascular, la mayor parte de los ictus suceden unos 100º de flexión, 90º de abducción, 70º de rota-
a partir de la sexta década de la vida. A esta edad se ción interna y 30º en rotación externa25. Aunque no lo
han producido de forma natural una serie de cambios relacionan directamente con el síndrome subacromial,
degenerativos en los componentes articulares y en la Ada et al.40 sugieren en un estudio que el posiciona-
postura global que condicionan una disminución del miento en rotación externa máxima durante 30 minu-
rango articular del hombro sin dolor, así como lesiones tos al día en fase aguda previene la contractura en ro-
tendinosas que con anterioridad podían haber resulta- tación interna y la disminución del rango en rotación
do asintomáticas. La gradación clásica de Neer39 des- externa, relacionado con la aparición de dolor.
cribe de forma paradigmática la sucesión de episodios
que conducen a la degeneración y rotura del aparato Cinesiterapia asistida o activa
miotendinoso que conforma el manguito de los rota- En función del nivel de control motor del miembro, la
dores. En el estudio de Pompa et al.30 se emplearon extendida pauta de cinesiterapia depresora de la ca-
ecografía y resonancia magnética (RM) para estudiar beza humeral representa a menudo un desafío en el
hombros hemiparéticos, y no se hallaron diferencias paciente con ictus.
en las lesiones tendinosas entre los grupos de pacien-
tes hemiparéticos con y sin dolor de hombro. Convie- Electroterapia analgésica, ultrasonidos y microondas
ne tener esto en cuenta a la hora de evaluar el HDH, Las técnicas de electrotermoterapia, empleadas a me-
y sobre todo en el momento de las movilizaciones y la nudo en la población general, presentan restricciones
manipulación en general. en su uso en el paciente con ictus. La presencia de
crisis convulsivas contraindica el empleo de electrote-
Tratamiento del síndrome subacromial rapia, y la aplicación de alta frecuencia en modo con-
en el contexto de hombro doloroso del hemipléjico: tinuo está igualmente contraindicada en presencia de
aspectos específicos en el daño cerebral dolor neuropático.
Posicionamiento adecuado y manipulación
cuidadosa del miembro superior Medicación oral y tópica
Un adecuado posicionamiento del brazo parético se Se aplican los mismos criterios de prescripción de
considera imprescindible para aliviar el compromiso analgesia que en la población general con síndrome
subacromial, prevenir lesiones tendinosas o de nervios subacromial, teniendo en cuenta las peculiaridades in-
periféricos, contribuir a evitar la subluxación y preve- dividuales y las derivadas del daño cerebral.
nir la posible contractura en la rotación interna27,40.
De hecho, el manejo cuidadoso y el adecuado posicio- Infiltración intraarticular o bloqueo del nervio supraescapular
namiento se mencionan entre las técnicas para preve- Véase el apartado específico al respecto en este libro.
nir la aparición de HDH en general29. Aunque no exis-
te un consenso claro sobre la posición más correcta en Capsulitis adhesiva
términos específicos, se considera apropiado posicio- La hemiparesia se ha asociado a la aparición de cap-
nar el hombro ligeramente anteriorizado, con el grado sulitis adhesiva del hombro, y ha sido establecida la
de abducción y rotación externa que se tolere sin do- relación de ésta con la severidad de la paresia, el bajo
lor, la muñeca neutra o un poco supinada y los dedos nivel de alerta, el impingement y la subluxación hu-
en extensión. meral25. Estudios que emplearon la artrografía31 y la

28 29
RM30 como técnicas diagnósticas han determinado in- constituyen alternativas eficaces. El empleo de corti-
cidencias muy elevadas de capsulitis adhesiva en pa- coides parenterales y prednisolona oral genera eleva-
cientes hemiparéticos con dolor. En ambos estudios, ciones de las glucemias. La alternativa oral, en una
la causa más común del HDH era la capsulitis adhesi- pauta de 4-30 mg/día durante 3-6 semanas, puede
va, siendo lo más habitual que se asociase a otras al- ser beneficiosa a corto plazo. La terapia con láser, los
teraciones. En el estudio de Lo et al.31, el 50% de la ultrasonidos y la crioterapia posmovilización son
muestra sufría capsulitis adhesiva, seguida de sublu- técnicas que se emplean a menudo. La evidencia so-
xación humeral, con un 44% (figura 4.1). Se ha des- bre su eficacia es deficiente, debido a la escasez de
crito una mayor frecuencia de afectación en pacientes estudios al respecto.
diabéticos, pero su aparición es posible en cualquier
proceso que propicie una reducción de la movilización Subluxación glenohumeral
del hombro. En algunos estudios se postula una pato- A pesar de que se ha estudiado en numerosos traba-
genia de mecanismo inmunitario. jos, todavía no está clara la relación entre subluxación
En el abordaje de la capsulitis adhesiva del hombro y dolor25,27,41. Probablemente, las principales dificulta-
cobra especial relevancia el mantenimiento de la mo- des para establecer esa correlación se deban a la es-
vilidad de la articulación, para lo cual resulta impres- casa uniformidad en el concepto de subluxación y en
cindible un adecuado control del dolor. La infiltración la forma de cuantificarla, así como al escaso tamaño
intraarticular y el bloqueo del nervio supraescapular muestral de la mayor parte de los estudios.
Es posible que la relación entre la subluxación de
hombro y el HDH tenga que ver con sus repercusiones
clínicas más o menos directas:
• Tracción dolorosa de la cápsula y los ligamentos25,41.
• Lesiones del manguito de rotadores, el bíceps y los
ligamentos glenohumerales, y de los nervios perifé-
ricos (supraescapular y axilar sobre todo)42.
• Síndrome de dolor regional complejo o síndrome
hombro-mano41,43.

Diagnóstico de subluxación
glenohumeral en la hemiplejía
La detección relativamente precoz puede realizarse de
forma muy sencilla mediante estudios radiográficos y
mediciones clínicas.
Idiopático DMR + subluxación + HC
Estudios radiográficos
Hombro congelado DMR + SHM
Las radiografías (Rx) simples pueden resultar un méto-
HC + DMR Subluxación
do válido para estudiar la subluxación de hombro25,33,
HC + subluxación Subluxación + SHM
en proyección anteroposterior, plano escapular (a 45º)
Desgarro del SHM
u oblicuas (30º). La proyección anteroposterior es la
manguito de los rotadores más sencilla de realizar, y se considera útil siempre que
DMR + subluxación el paciente esté erguido25 y con el brazo sin apoyo. Se
puede determinar que el húmero está desplazado com-
parando con la Rx del hombro contralateral. Se ha des-
Figura 4.1. Etiología del dolor en el hombro doloroso del hemipléjico.
DMR: desgarro del manguito de los rotadores; HC: hombro congelado; crito el uso de distintas referencias anatómicas sobre las
SHM: síndrome hombro-mano. Tomada de Lo et al.31. ©2013, con Rx para cuantificar el grado de desplazamiento33, pero
permiso de Elsevier describirlas aquí excede el propósito de este trabajo.

30 31
Mediciones clínicas Cabestrillos o slings
Básicamente hay tres métodos para valorar la subluxa- Los cabestrillos se prescriben sobre todo para el con-
ción25,40: trol de la flacidez y el abordaje de la subluxación du-
• Palpación del espacio glenohumeral: cuantificando rante la bipedestación y/o la marcha. El objetivo es el
según el número de traveses de dedo, o en grados control del desplazamiento mientras están colocados.
0-1-2, según se considere inexistente, mínima o La reticencia a emplearlos en estos pacientes se basa
sustancial. en que25,29:
• Distancia entre el acromion y la cabeza humeral o el • Muchas veces resultan ineficaces (no previenen la
epicóndilo lateral del húmero mediante cinta métrica. subluxación, ni la reducen cuando se colocan, o bien
• Empleo de dispositivo de termoplástico en forma de no la corrigen una vez retirados).
L con una regla acoplada y un marcador. • Predisponen a las contracturas en rotación interna y
potencian el tono flexor.
La detección de la subluxación es muy sencilla y ac- • Disminuyen la movilidad y el input sensitivo.
cesible; se considera que la palpación y una Rx ante- • Impiden el braceo.
roposterior son suficientes para valorar el desplaza- • Alteran el esquema o la imagen corporal.
miento de la cabeza humeral25.
A grandes rasgos, podemos clasificar los cabestrillos
Tratamiento de la subluxación glenohumeral según su forma de sujeción en los siguientes tipos:
en el contexto del hombro doloroso del hemipléjico • Soportes de antebrazo con codo flexionado; pueden
Aunque la relación estadística directa entre subluxa- tener una sola cincha (por ejemplo, cabestrillo tipo
ción y dolor no esté clara, es lógico intentar controlar Harris) o dos cinchas bilaterales (por ejemplo, ca-
la mala alineación glenohumeral teniendo en cuenta la bestrillo Cavalier).
predisposición a lesiones de partes blandas o nervio- • Soportes de axila (por ejemplo, tipo Bobath).
sas que puede provocar. • Soportes mediante brazalete humeral (por ejemplo,
tipo Roylan).
Posicionamiento
Los apoyos en el reposabrazos de las sillas de ruedas Los inconvenientes citados se relacionan principal-
o las bandejas pueden ser una buena forma de man- mente con los cabestrillos del primer tipo, que sujetan
tener el húmero alineado con la cavidad glenoidea y el brazo con el codo flexionado y el hombro en rota-
contrarrestar la tendencia a la aducción y rotación in- ción interna. Por otra parte, este tipo de cabestrillos
terna43, siempre evitando la sobrecorrección que pue- (soporte de antebrazo) se toleran mejor que otros, y en
de producirse a raíz de un posicionamiento inadecua- algunos trabajos parece que son los que condicionan
do del tronco. una mayor reducción de la subluxación43.
Los cabestrillos tipo brazalete humeral permiten el
Bandas adhesivas (strapping) braceo, y algún estudio muestra que corrigen mejor la
Las bandas adhesivas permiten una sujeción continua asimetría global (vertical y horizontal) que otros cabes-
y la movilización del hombro con el dispositivo coloca- trillos46. A veces el problema radica en la mala toleran-
do, frente a la imposibilidad de hacerlo con los cabes- cia por parte del paciente, por excesiva compresión.
trillos. Se emplean para la prevención y el tratamiento Los soportes de axila fueron diseñados para pacien-
del HDH, y se postula un efecto reductor de la sub- tes con una marcada espasticidad en aducción. Su
luxación. Aunque algunos estudios observan un retra- uso en la subluxación cada vez es más limitado, ya
so en la aparición del dolor mediante la colocación de que se ha visto que son poco eficaces en la reducción
bandas adhesivas y una reducción del desplazamiento vertical, y se han relacionado con un excesivo despla-
de la cabeza humeral44,45, no presentan uniformidad zamiento lateral del húmero47.
en cuanto a las características de las muestras ni en En resumen: se ha propuesto el empleo de cabestri-
cuanto a la técnica de colocación de dichas bandas. llos de soporte de antebrazo con codo flexionado en

32 33
pacientes con una paresia severa, y el brazalete hu- diado, éste es el único estudio que conocemos cuyo
meral en casos de mayor funcionalidad del brazo25. objetivo principal es valorar la subluxación.

Electroestimulación muscular funcional Lesiones nerviosas y neuropáticas


Se ha aplicado la electroestimulación muscular para Las lesiones nerviosas del tronco superior del plexo
mantener el trofismo y el tono muscular, con resulta- braquial se han descrito como causa y también como
dos alentadores en el tratamiento de la subluxación consecuencia de la subluxación humeral. Se han re-
del hombro parético. También se ha descrito su efica- lacionado también con traumatismos en la manipula-
cia: en la disminución del dolor29, en una menor inci- ción o microtraumatismos repetidos del hombro paré-
dencia de SDRC, un mayor rango articular, la recupe- tico25.
ración funcional a través de la estimulación cortical y Se ha sugerido que la subluxación inferior puede
en la adquisición de un mayor control motor25. provocar la lesión del nervio axilar, así como que el
Si bien su eficacia en el abordaje de la subluxación HDH puede estar ocasionado por el atrapamiento del
ha quedado constatada significativamente en pacien- nervio supraescapular41. Aunque esto último no se ha
tes agudos, los resultados en pacientes crónicos son podido corroborar de forma sólida, el papel del nervio
desiguales (sin que exista consenso en el concepto de supraescapular en la inervación sensitiva de todo el
pacientes «crónicos»)3,43. Ante la posibilidad de que hombro puede justificar la eficacia de los bloqueos te-
la sobredistensión capsular u otros factores dificulten rapéuticos de dicho nervio en algunos casos.
mucho la reducción de la subluxación una vez esta- La pauta analgésica debe estar orientada hacia el
blecida, distintos grupos de estudio han evaluado el control de un dolor de características neuropáticas.
papel de la electroestimulación en la prevención de la Mitigar en la medida de lo posible la atrofia de los
subluxación antes de que se establezca. En una revi- músculos supraespinoso e infraespinoso consecutiva
sión de Foongchomcheay et al., se concluye que hay al cuadro constituye un segundo objetivo terapéutico.
suficiente evidencia para afirmar que la electroestimu-
lación temprana puede ayudar a prevenir la instaura- Síndrome hombro-mano:
ción de la subluxación en pacientes hemipléjicos, y síndrome de dolor regional complejo I
que en fases más tardías es útil para el tratamiento Introducción: concepto y fisiopatología
del dolor44. El síndrome de dolor regional complejo tipo I (SDRC-I)
Los músculos principales que se suelen estimular del miembro superior tras un ictus corresponde a lo
son el vientre posterior del deltoides y el supraespino- que habitualmente se denomina «síndrome hombro-
so, y ocasionalmente el trapecio superior. En líneas mano» (SHM). Se engloba dentro del concepto de do-
generales se emplean corrientes de impulso rectangu- lor neuropático. La incidencia tras ictus registrada en
lar, a baja frecuencia (35-50 Hz) y a una intensidad la bibliografía varía ampliamente, desde el 1,5 hasta
que permita la elevación del húmero con ligera exten- el 70%49, lo que constituye un fiel reflejo de la falta
sión y abducción. La ratio de descarga se va aumen- de uniformidad en los criterios diagnósticos y la eleva-
tando de 1:1 a 1:5 a lo largo de unas 6 semanas de da frecuencia con la que aparecen signos considera-
tratamiento. La duración de las sesiones va aumen- dos típicos del SDRC-I en pacientes hemiparéticos sin
tando desde 1,5 horas al día hasta 6 horas diarias48. SHM. Es importante realizar un diagnóstico y trata-
A título anecdótico por el momento, resulta intere- miento precoces, puesto que se trata de una entidad
sante el estudio piloto de Dohle et al.41, que muestra clínica que puede limitar de forma considerable la re-
la eficacia de un programa de ejercicios apoyados en habilitación y condicionar la funcionalidad del miem-
un sistema robótico para reducir la subluxación gleno- bro superior afectado50.
humeral en 18 pacientes hemipléjicos crónicos. Mien- No se conocen bien ni la etiología ni la fisiopatolo-
tras que el efecto de las terapias robóticas sobre el gía del SHM. A fin de facilitar el reconocimiento del
control motor, la funcionalidad, el rango articular y el to- cuadro, señalamos algunos de los factores que se han
no del miembro superior ha sido ampliamente estu- relacionado con la aparición del SHM49-51:

34 35
• Mayor severidad del déficit motor y peor nivel de re- Tabla 4.1. Criterios clínicos y diagnóstico
cuperación. diferencial del síndrome hombro-mano (SHM)
• Subluxación glenohumeral. Diagnóstico del SHM: los dos criterios A + un criterio B
• Trastornos sensitivos. al menos
• Síndrome de negligencia unilateral. Criterios A
• Déficits campimétricos. • Hinchazón de los dedos (en comparación con el lado sano)
• Espasticidad proximal en el miembro superior. • Dolor de hombro en reposo o con la movilización en rango
• Rotura del manguito de los rotadores. fisiológico
• Limitación del rango de movimiento articular, sobre Criterios B
todo de la rotación externa. • Dolor de dedos en reposo o con la movilización en rango
fisiológico
Respecto a la fisiopatología, cada vez existe más evi- • Dolor/molestias con la palpación de la cara volar de las
dencia de que el SHM es consecuencia de alteraciones articulaciones metacarpofalángicas
• Eritema dorsal en la palma o los dedos
a distintos niveles del sistema nervioso, incluidos los
sistemas somatosensoriales, sensoriomotor y simpático, Diagnóstico diferencial
mediadas todas ellas por el sistema nervioso central53. Hay que excluir las siguientes entidades:
Entre las alteraciones detectadas figuran un componen- • Dolor talámico
te inflamatorio exagerado (inflamación neurogénica), • Capsulitis adhesiva o periartritis escapulohumeral
una sensibilización periférica mediada por canales del • Espasticidad/espasmos musculares
• Epilepsia
sodio y el calcio, y un aumento de la excitabilidad me- • Osificaciones paraarticulares
dular49. Desde el punto de vista cerebral, existe consen- • Osteoporosis
so sobre el papel relevante de las alteraciones en la lo- • Fractura
calización, la activación y el tamaño de la corteza sen- • Dolor psicógeno
soriomotora cerebral que representa la parte afectada Tomada de Kondo et al.53. ©2013, con permiso de Elsevier.
en casos de SDRC-I52. Cabe mencionar que Acerra et
al.52 señalaron las similitudes en cuanto a implicación Association for the Study of Pain (IASP), ampliamen-
cortical de entidades como el ictus, el SDRC y el dolor te utilizados, son poco específicos en el caso del SHM
por miembro fantasma, y sugirieron una eficacia similar tras un ictus. Para identificar con más precisión a los
con los mismos abordajes terapéuticos. pacientes hemiparéticos con SHM, recogemos la
adaptación de dos clasificaciones distintas: Kondo et
Diagnóstico del síndrome hombro-mano al.53 (tabla 4.1) emplean unos criterios específicos pa-
Diagnóstico clínico ra el SHM e incluyen patologías que deben ser exclui-
El diagnóstico del SDRC es fundamentalmente clíni- das ante dolor de miembro superior tras ictus; por su
co. En pacientes con ictus resulta más complicado parte, Geurts et al.51 (tabla 4.2) emplean unos crite-
porque muchos de los signos propios del SHM coinci- rios adaptados de Davies y otros de Tepperman para
den con los de la hemiparesia. Los síntomas y signos determinar un SHM «definitivo, probable, posible o
más típicos son el dolor de características neuropáti- ausente».
cas (y a veces también nociceptivas), el edema, la al- En cuanto a la distinción entre el SHM y el dolor de
teración de la sensibilidad, la distrofia cutánea, la fal- hombro por otras causas, puede ser útil tener en cuen-
ta de destreza, los movimientos involuntarios y el sín- ta lo siguiente:
drome de no-uso, entre otros. Al igual que en el SDRC • Tras un ictus, el SHM suele aparecer al cabo de 2-3
en general, tras un ictus también se habla de tres es- meses de la lesión; muy raramente lo hace a partir
tadios evolutivos del SHM: fase 1 (aguda-hiperémica), de los 5 meses. El hombro doloroso relacionado con
fase 2 (distrófica-isquémica) y fase 3 (atrófica). la debilidad y las alteraciones del tono en la hemi-
Existen varias clasificaciones y tablas de criterios paresia acostumbra a ser más precoz, y en general
para filiar el SDRC. Los criterios de la International se manifiesta a lo largo de las primeras 8 semanas.

36 37
Tabla 4.2. Criterios del síndrome • La electromiografía-electroneurografía en pacientes
hombro-mano (SHM) post-ictus hemiparéticos parece tener cierto valor predictivo,
Localización Signos y síntomas habiéndose encontrado una correlación significativa
Hombro Pérdida de rango articular, sobre todo entre la aparición de actividad espontánea y el desa-
abducción y rotación externa. Dolor con la rrollo de SHM en el 65% de los pacientes hemipa-
movilización o en reposo réticos49.
Codo Generalmente sin signos ni síntomas • La densitometría ósea puede evidenciar una dismi-
Muñeca Dolor con la extensión y limitación/rigidez. nución de la densidad mineral ósea en sujetos con
Dolor con la palpación. Edema dorsal SHM, que parece correlacionarse con la severidad
del ictus y del SHM49.
Mano Edema y dolor con la palpación/flexión de
articulaciones metacarpofalángicas (mtc-f) • Otras técnicas instrumentales empleadas en el dolor
neuropático en general son el electrodiagnóstico, los
Dedos Dolor y/o rigidez con la flexión (mtc-f) e potenciales evocados somatosensoriales, la biopsia
interfalángicas (if). Edema fusiforme. Piel
brillante sin arrugas ni pliegues. Cambios en cutánea, las pruebas de neuroimagen (TAC, RM) o
faneras. Labilidad vasomotora y sudomotora neuroimagen funcional (tomografía por emisión de
positrones, RM funcional) y los test para el sistema
Probabilidad de SHM según los signos y síntomas
nervioso autónomo54.
SHM definitivo Todos los signos descritos
SHM probable Todos los signos descritos en la muñeca y la Tratamiento del síndrome hombro-mano
mano Profilaxis
SHM posible Dolor y edema en la mano y la muñeca La prevención de la aparición del SHM es difícil, por-
SHM ausente Edema aislado de mano y muñeca que se trata de un fenómeno multifactorial. Las reco-
Traducida y adaptada de Geurts et al.51
mendaciones básicas van encaminadas a evitar o mi-
nimizar el riesgo de lesiones microscópicas de partes
blandas del miembro superior49,50,53:
• El dolor ante la compresión de las articulaciones • Evitar la flexibilización pasiva de los dedos y la mu-
metacarpofalángicas es mucho más intenso y carac- ñeca por parte del propio paciente.
terístico en el SHM. • Movilización pasiva de cada articulación aislada,
• El edema distal de la mano aislado es mucho más manteniendo las articulaciones proximales en posi-
frecuente que el SHM, y se relaciona sobre todo con ción neutra (salvo en el caso de la extensión de de-
la inmovilidad y con la posición en declive. El ede- dos que se practica con la muñeca en flexión).
ma que puede aparecer en fases iniciales del SHM, • Incentivar la movilización activa del miembro, pero
que no es un linfedema, responde peor a la eleva- limitando el rango del hombro a 90º de abducción y
ción del miembro y al drenaje. Algunos autores pos- flexión.
tulan una situación intermedia entre ambas condi- • Rotaciones pasivas de hombro siempre en aducción.
ciones, que sería el «síndrome de mano-muñeca», • Procurar el recentraje articular del húmero. Manejo
del tipo SDRC pero sin la implicación del hombro51. en rangos de no dolor.
• Empleo de ortesis coaptadoras, electroestimulación
Exploraciones complementarias y otras medidas correctoras de la subluxación de
• La radiografía puede revelar el clásico patrón de os- hombro49. Un estudio comparativo reciente ha mos-
teoporosis moteada (40% aproximadamente), más trado la utilidad de una ortesis coaptadora para evi-
habitual a las 4-8 semanas de iniciarse el cuadro. tar el desarrollo del SHM en miembros superiores
• La gammagrafía ósea con tecnecio 99 se considera paréticos con subluxación caudal de hombro55.
de sensibilidad y especificidad variable. • La calcitonina (elcatonina, 20 UI por vía intramus-
• La analítica de sangre permite descartar procesos cular, una vez a la semana durante varias semanas)
reumáticos o inflamatorios. ha demostrado ser significativamente útil como pro-

38 39
Tabla 4.3. Tratamientos recomendados Tabla 4.3. Tratamientos recomendados
en el síndrome hombro-mano (SHM), en el síndrome hombro-mano (SHM),
el síndrome de dolor regional complejo el síndrome de dolor regional complejo
(SDRC) y el dolor neuropático (DN) (SDRC) y el dolor neuropático (DN)
en general en general (continuación)
Terapia Dirigida a Comentario Terapia Dirigida a Comentario
Tratamientos locales intraarticulares o intramusculares
Fármacos orales (o parenterales)
Toxina botulínica tipo A DN29 Se considera una herramienta
Bisfosfonatos SDRC Hay estudios comparativos con SDRC terapéutica de segunda o tercera
• Alendronato tipo I43,44 placebo con resultados tipo I24
línea en el SDRC. En el DC puede
• Pamidronato positivos, sobre todo en ser útil además como agente
• Clodronato administración intravenosa antiespástico
(oral y/o intravenoso)... Infiltración intraarticular o SDRC
Corticoides SDRC Existe cierta controversia. subacromial de corticoides tipo I24
• Prednisolona tipo I43 Se recomiendan: Tratamientos tópicos
• Metilprednisolona SHM45 • Tratamientos cortos y pauta Crema DMSO SDRC Asociada a fisioterapia u otros
• Triamcinolona SHM26 descendente (dimetilsulfóxido) tipo I44 tratamientos, ha mostrado
• En casos con importante cierta eficacia
componente inflamatorio
Crema de capsaicina DN44 Tratamiento al menos durante
Calcitonina SHM26 Controversia sobre su eficacia al 0,075% 6 semanas
(intramuscular) en el SDRC y el SHM Parches de lidocaína DN44 Escasos efectos secundarios
Anticonvulsivos (FAE) SDRC43 Gabapentina: primera elección al 5% Tratamiento adecuado: 2
• Gabapentina DN44,46 en el DN poslesión medular. semanas
• Pregabalina Eficaz en el SDRC tipos I y II, y Crema Emla® DN44 Indicada en el DN, como
• Lacosamida la neuralgia post-herpética y neuralgia post-herpética y
• Carbamazepina... diabética cicatrices dolorosas
Lacosamida: estudios
preliminares no comparativos Bloqueos simpáticos y simpatectomías
muestran resultados Bloqueo simpático SDRC Mucha controversia: escasos
prometedores intravenoso regional con: tipo I44 estudios comparativos que
guanetidina, bretilio, demuestren una eficacia real
AINE SDRC24 La IASP los recomienda en ketanserina, fentolamina, generalizada
• Ketorolaco fases iniciales, aunque refiere lidocaína y otros
• Piroxicam... probable poca eficacia
Simpatectomía quirúrgica SDRC No se ha demostrado su eficacia
Antidepresivos (AD) DN44 Mejor tolerancia, dosificación e o química tipo I44 en estudios comparativos
• Tricíclicos (ADT): SDRC24 interacciones de los ISRS Otros tratamientos invasivos
amitriptilina, frente a los ADT, pero más
nortriptilina, evidencia de la eficacia Neuroestimulación DN29 En casos graves de resistencia
doxepina… analgésica de los ADT. Bombas intratecales de a otros tratamientos
• ISRS: fluoxetina, La duloxetina ha sido validada baclofeno, ziconotida u
sertralina... como eficaz en la neuropatía opiáceos
• ISRS + NA: duloxetina, diabética, pero no se considera Tratamiento no farmacológico
venlafaxina... de primera línea
Fisioterapia Consenso Se desaconseja:
Terapia ocupacional general en • Drenaje linfático (no es un
Opiáceos DN44 Se ha validado su eficacia en que es la
• Tramadol el DN, pero se consideran de linfedema)
piedra
• Oxicodona segunda o tercera línea, detrás angular de un • TENS
• Fentanilo de los FAE y los AD. En el SDRC tratamiento • Uso diurno de ortesis en la
• Buprenorfina no hay estudios comparativos integrado en fase aguda
el SHM24
Baclofeno DN44 Se cita como fármaco de Terapia en espejo SHM4,47 En pacientes con ictus (SHM)
tercera línea. En caso de DC Imaginería motora SDRC se postula una mayor eficacia
puede ser útil como agente tipo I4,47 de la terapia en espejo que de
antiespástico la imaginería motora

40 41
filaxis del SHM en un estudio de Matayoshi et al.56. Tabla 4.4. Orientación sobre
Recientemente, la AEMPS ha procedido a la sus- las dosis de corticoides y anestésicos
pensión de comercialización de los preparados de locales más empleados
calcitonina nasal. Volumen total de Dosis de corticoides Dosis de anestésico
fármaco según el
tipo de infiltración
Tratamientos propuestos mL Betametasona Triamcinolona Mepivacaína Lidocaína
No existe evidencia consistente sobre un abordaje te- (mg) (mg)
rapéutico claramente eficaz para el SHM; de hecho, ni Glenohumeral 1-3 6-12 40-80 300 mg 200 mg
siquiera se dispone de protocolos consensuados por la Efecto: Efecto:
Articulación 0,5- 1,5-6 10-40
mayor parte de la comunidad científica para el SDRC acromioclavi- 1 de 2-5 min de 2 min
en general. En la tabla 4.3 se recogen los tratamien- cular a 1-2 h a1h
tos que se recomiendan en la bibliografía publicada Subacromial 1-2 6-10 40-60
en el abordaje del SHM específicamente, del SDRC y Bloqueo del 5-10
del dolor neuropático en general. nervio
supraescapular
Tratamiento del hombro doloroso del
hemipléjico mediante infiltraciones: corticoides,
anestésicos locales y toxina botulínica ticas y/o artrosis de dicha articulación, que en ocasio-
Infiltración con corticoides: glenohumeral, nas provoca compromiso del espacio subacromial.
subacromial y acromioclavicular La infiltración de la articulación glenohumeral está
Aunque muchos autores consideran que las infiltracio- indicada en líneas generales en las artropatías inflama-
nes con corticoides son eficaces en el tratamiento del torias no infecciosas, la artrosis y las capsulitis adhe-
HDH y se emplean de forma habitual, todavía encon- sivas58. Esta última indicación resulta relevante, dada
tramos cierta controversia en la bibliografía28,57. Una la alta incidencia de capsulitis adhesiva que algunos
de las premisas básicas para que la infiltración sea autores afirman que existe entre los pacientes hemi-
eficaz es que el origen del dolor sea principalmente de pléjicos con dolor de hombro28.
origen musculoesquelético inflamatorio, no central. Recomendamos probar el empleo de estas técnicas
De hecho, los autores de una extensa revisión25 des- ante una sospecha clínica clara de que el HDH está
aconsejan directamente su empleo en ausencia de ocasionado total o principalmente por afectaciones
una evidencia clara del origen del dolor. mecánico-inflamatorias como las indicadas. Las vías
En la tabla 4.4 se señalan algunas indicaciones de abordaje y otros aspectos técnicos están descritos
orientativas sobre el volumen total de fármaco según en numerosos manuales específicos58, y las recomen-
el tipo de infiltración, y la dosis máxima de los corti- daciones básicas son las mismas que en la infiltración
coides de depósito y anestésicos locales más emplea- con corticoides en la población general.
dos.
La infiltración del espacio subacromial es una téc- Bloqueo del nervio supraescapular
nica muy sencilla y eficaz para mejorar el dolor en el El motivo de efectuar un bloqueo del nervio supraes-
síndrome subacromial28,58. En el caso concreto del capular (BNSE) radica en que este nervio es el res-
HDH, cabe destacar el estudio comparativo de Rah et ponsable de la inervación sensitiva, propioceptiva y
al.59, que demuestra la eficacia, al menos durante 8 simpática del 70% de la articulación glenohumeral,
semanas, de la infiltración de triamcinolona en el es- y proporciona inervación sensitiva a la articulación
pacio subacromial de pacientes con HDH en los que acromioclavicular y sus ligamentos, a la bursa suba-
previamente se había demostrado mediante ecografía cromial y al periostio de la zona58. Las indicaciones de
una afectación del manguito de los rotadores. esta técnica en la población general son amplias; in-
La infiltración intraarticular acromioclavicular se cluyen, entre otras, el síndrome subacromial, la artri-
realiza sobre todo en pacientes con secuelas traumá- tis reumatoide, la artrosis glenohumeral y acromiocla-

42 43
vicular, la capsulitis adhesiva, la neuropatía/neuritis nica en el músculo subescapular63 y el pectoral64. Se
del supraescapular, el dolor tras la cirugía o la artros- seleccionan estos músculos porque, junto con el latis-
copia de hombro, el SDRC y el dolor tras fractura26,58. simus dorsi y el teres major, se consideran los respon-
Cualquiera de las circunstancias mencionadas puede sables de la típica contractura espástica y a menudo
subyacer al HDH. Un estudio reciente60 ha constatado dolorosa en aducción y rotación interna del hombro
resultados significativamente superiores en analgesia hemiparético. El trabajo de Lim et al.57 ha comparado
en un grupo de pacientes hemiparéticos tratados me- la eficacia analgésica y sobre el rango articular entre la
diante BNSE respecto al grupo que recibió placebo. infiltración intramuscular de toxina (músculos infraes-
Otro estudio aleatorizado y controlado28 ha comparado pinoso, pectoral y subescapular) y la infiltración intra-
la eficacia del BNSE con la infiltración de corticoides articular de corticoides. En la muestra estudiada se
en la articulación glenohumeral en una población de demostró una mayor eficacia de la toxina en el control
sujetos hemiparéticos con hombro doloroso de carac- del dolor y el rango articular, y unos efectos más pro-
terísticas no neuropáticas, y ha evidenciado que am- longados en el tiempo.
bas técnicas son eficaces en cuanto a analgesia y ran- Aunque se trata en general de estudios con mues-
go articular, sin observar diferencias significativas en- tras pequeñas, consideramos que la infiltración con
tre ellas. Teniendo en cuenta la controversia que a ve- toxina botulínica de músculos seleccionados se pre-
ces suscitan las infiltraciones intraarticulares con cor- senta como una herramienta terapéutica potencial-
ticoides, y ante unos resultados de eficacia similares, mente útil y segura para tratar el HDH, tanto por su
los autores sugieren priorizar el BNSE frente a los cor- efecto antiespástico como por su capacidad analgési-
ticoides intraarticulares en pacientes hemipléjicos ca intrínseca.
con dolor de hombro de etiología no específicamente
filiada. Infiltración intraarticular con toxina botulínica
Se emplean anestésicos locales para el bloqueo, y La infiltración de toxina botulínica A en el espacio in-
de forma opcional corticoides de depósito asociados. traarticular del hombro es una opción terapéutica so-
Se considera una técnica sencilla y segura25. En rela- bre la que disponemos de algún estudio con resulta-
ción con los posibles riesgos que podrían estar au- dos prometedores. En el espacio articular, se postula
mentados en los pacientes hemiparéticos, quizá valga que inhibe la liberación de agentes inflamatorios y
la pena mencionar la posibilidad de neumotórax si se neuropéptidos, y en animales se ha visto que disminu-
angula demasiado ventralmente la aguja, que puede ye la fibrosis articular a través de la inhibición de fi-
ser relativamente más fácil que en la población gene- broblastos65. Debido a su efecto analgésico y fibrinolí-
ral debido a la posible hipotrofia muscular y dificultad tico, se postula que podría resultar eficaz en las
para localizar mediante palpación las referencias ana- artralgias crónicas, la inflamación y en la capsulitis
tómicas. adhesiva del hombro. Un estudio reciente65 ha eviden-
ciado beneficios significativos en la remisión del dolor
Infiltración muscular con toxina botulínica y la mejora del rango articular del hombro en pacien-
Dado que la espasticidad parece desempeñar un pa- tes con capsulitis adhesiva tras infiltración intraarticular
pel importante en la patogenia del dolor de hombro, la con toxina botulínica A. Los resultados son compara-
intervención terapéutica dirigida a reducir la espasti- bles a los del grupo infiltrado con triamcinolona res-
cidad en fases tempranas puede ser un factor impor- pecto a la capacidad analgésica, y con mayores ga-
tante para disminuir el dolor25. La toxina botulínica ha nancias en cuanto a rango articular. Este factor puede
demostrado eficacia analgésica per se, tanto en el do- resultar relevante en el HDH, por la elevada frecuen-
lor nociceptivo61 como en el neuropático62, además de cia de capsulitis adhesiva, y en caso de considerarse
su efectividad en la disminución de la espasticidad. contraindicados los corticoides. En cuanto a la patolo-
En cuanto al HDH, estudios previos controlados con gía degenerativa y/o inflamatoria, en un estudio com-
placebo han mostrado una reducción significativa del parativo y aleatorizado Singh et al.66 constataron una
dolor de hombro tras la infiltración con toxina botulí- mejoría clínicamente significativa en dolor y calidad

44 45
Capítulo 5
de vida al mes de infiltrar toxina botulínica A en el es-
pacio glenohumeral.
Basándose en estos resultados y otros similares, la Tratamiento
toxina botulínica A intraarticular ha sido empleada pa-
ra el tratamiento del HDH en el estudio de Castiglione de la espasticidad
et al.67, por ejemplo, en el que se establece una sóli-
da correlación entre la infiltración intraarticular y la
dolorosa
disminución del dolor.
Una revisión Cochrane de 201168 concluyó que las X. Miguéns Vázquez, M. Vázquez Guimaraens
infiltraciones (sin especificar la localización) con toxi-
na botulínica mejoran el dolor y la funcionalidad del El abordaje de la espasticidad a menudo constituye
hombro en pacientes con dolor crónico de hombro se- un reto paradójico3 para el clínico, que debe buscar un
cundario a hemiparesia o artritis. O adecuado equilibrio en su tratamiento incidiendo en
los aspectos negativos y preservando en la medida de
lo posible los efectos positivos de la hipertonía espás-
tica. La espasticidad como expresión de un síndrome
de motoneurona superior representa una constante en
el paciente con DCA. En determinadas ocasiones su
aparición posibilita una opción de mayor ganancia
funcional, en aquellos casos en los que su patrón e in-
tensidad permiten rentabilizar el aumento de tono en
los grupos musculares afectados. En general, la hiper-
tonía espástica es un problema sobre el que debe ac-
tuarse idealmente de forma precoz, y con un enfoque
multidisciplinar3,69.
Sus efectos negativos pueden ser directos, por la pro-
pia afectación de la musculatura, o indirectos, por las
consecuencias del aumento mantenido del tono mus-
cular en las articulaciones. La espasticidad se acompa-
ña de alteraciones de las propiedades de los tejidos
blandos (elasticidad, viscosidad y plasticidad) que fa-
vorecen la instauración de fibrosis muscular, retraccio-
nes, deformidades y disconfort70. Los pacientes que su-
fren espasticidad presentan contracturas de grupos
musculares, deformidades articulares, dificultades para
la manipulación y deambulación, e intenso dolor71.
El éxito del tratamiento se vincula a la consecución
de objetivos concisos y realistas, que deben aunar un
doble propósito: la mejora funcional y el control del
dolor3. Para lograr un tratamiento eficaz, con frecuen-
cia es preciso emplear varias medidas terapéuticas:
medicamentos por vía general y fármacos que actúen
de forma local, así como tratamiento rehabilitador y/o
cirugía para los casos más evolucionados72,73.
Disponemos de un variado arsenal terapéutico para
el tratamiento por vía general; estos fármacos pueden

46 47
utilizarse solos o combinados con analgésicos, en fun- • Gabapentina. Aunque su mecanismo de acción no
ción de las necesidades analgésicas del paciente. está claro, se ha empleado en varias ocasiones como
agente antiespástico74. La dosis eficaz para el trata-
Fármacos antiespásticos orales miento de la espasticidad son 400 mg 3 veces al
• Benzodiacepinas. El diazepam es el primer fármaco día, pero puede aumentarse hasta un máximo de
utilizado, y actúa sobre el sistema nervioso central. 3.600 mg al día.
Al principio la dosis es de 2 mg, 2 veces al día, y
posteriormente, de 5 a 60 mg al día. Los efectos se- Llegados a este punto, queremos recordarle al lector
cundarios más frecuentes son reducción de la coor- los principios expuestos en el capítulo 1 de este ma-
dinación, alteración de la memoria o la concentra- nual, haciendo especial hincapié en el start low and
ción, ataxia y debilidad. go slow, a fin de alcanzar eficacia sin efectos adversos
• Tizanidina. La dosis de inicio es de 2 mg y la dosis de consideración, así como en la necesidad de indivi-
máxima 36 mg al día. Puede producir debilidad, se- dualizar el tratamiento.
dación, hipotensión, mareos, vómitos y toxicidad he- El tratamiento por vía local incluye la infiltración
pática. con fenol y con toxina botulínica. La infiltración con
• Baclofeno. Por vía oral, su pauta en dosis creciente, fenol tiene un efecto irreversible, lo que constituye su
con incrementos mediados por la aparición de efectos mayor bondad y a la vez su mayor defecto. La infiltra-
secundarios, puede oscilar desde una dosis de inicio ción con toxina botulínica tiene un efecto transitorio;
de 5 mg hasta una dosis de 80 mg. Puede causar está más ampliamente difundida que la anterior y
sedación, debilidad, fatiga, parestesias y náuseas. constituye el tratamiento local más utilizado75.
Su retirada debe ser paulatina, con pauta «en espe-
jo» a la indicada en su inicio. En los casos en que Utilización de la toxina botulínica
los efectos secundarios son notorios, es posible re- con intención antiespástica y analgésica
currir a la administración intratecal mediante bom- El efecto de la toxina botulínica se debe a la inhibi-
ba de infusión, lo que permite alcanzar eficacia con ción de la liberación de acetilcolina en la unión
dosis muy pequeñas y con menos efectos secunda- neuromuscular, que provoca una denervación quí-
rios. Constituye una opción costosa, que requiere mica con carácter temporal. Proporciona una dismi-
manejo tanto en su implantación como en su poste- nución eficaz del tono y una mejoría funcional en
rior control transcutáneo. los grupos de músculos inyectados76. También se ha
• Cannabinoides. Han sido comercializados dos prin- descrito como mecanismo de acción adicional el
cipios activos para el tratamiento de la espasticidad efecto directo en la neurona presináptica, conse-
dolorosa en pacientes con esclerosis múltiple: el cuencia de la recaptación del fármaco y su posterior
delta-9-tetrahidrocannabinol y el cannabidiol; se transporte retrógrado, así como la participación de
presentan conjuntamente en un preparado para ad- la glía77.
ministración nasal. En España se han comercializado las siguientes va-
riedades de toxina botulínica tipo A:
Fármacos utilizados en la espasticidad • Onabotulinum toxin A (Botox® de Allergan).
sin indicación específica en la ficha técnica • Abobotulinum toxin A (Dysport® de Ipsen Pharma).
• Dantroleno. La dosis que se emplea es de 25 mg, 2 • Incobotulinum toxin A (Xeomin® de Merz).
veces al día, pero se puede aumentar hasta 400 mg
al día. Los efectos secundarios son debilidad, pares- En la tabla 5.1 se señalan las indicaciones aprobadas
tesias, trastornos gastrointestinales y toxicidad he- y recogidas en la ficha técnica para cada toxina. Ade-
pática. más de estas indicaciones, existe abundante biblio-
• Clonidina. Se administra en dosis de 0,1 mg, 2 veces grafía sobre la eficacia de la inyección de toxina en
al día. Los efectos secundarios más comunes son bra- otras múltiples patologías78,79, algunas de las cuales
dicardia, letargo, síncope, hipotensión y depresión. se recogen en la tabla 5.2.

48 49
Tabla 5.1. Indicaciones aprobadas en ficha Tabla 5.1. Indicaciones aprobadas en ficha
técnica para las diferentes toxinas80-82 técnica para las diferentes toxinas80-82
Onabotulinum Abobotulinum Incobotulinum (continuación)
toxin A (Botox®) toxin A (Dysport®) toxin A (Xeomin®) Onabotulinum Abobotulinum Incobotulinum
Blefaroespasmo, Blefaroespasmo, Blefaroespasmo toxin A (Botox®) toxin A (Dysport®) toxin A (Xeomin®)
espasmo hemifacial y espasmo hemifacial • Vejiga hiperactiva
distonías focales asociadas idiopática con síntomas
de incontinencia urinaria,
Distonía cervical (tortícolis Tortícolis epasmódica Tortícolis epasmódica urgencia y frecuencia
espasmódica) en pacientes adultos
Espasticidad focal de la Espasticidad del Espasticidad del que no han respondido
muñeca y de la mano brazo y de la pierna miembro superior adecuadamente o
secundaria a un ictus en en pacientes que han secundaria a un que son intolerantes
el adulto sufrido un accidente ictus, manifestada a los medicamentos
vascular cerebral con un patrón clínico anticolinérgicos
(ictus) de flexión de muñeca • Incontinencia urinaria en
y puño cerrado adultos con hiperactividad
Espasticidad focal Espasticidad asociada neurogénica del detrusor
asociada a la deformidad a la deformidad debida a vejiga neurógena
dinámica del pie equino dinámica del pie por lesión medular
producida por espasticidad  equino en niños con subcervical estable o
en pacientes pediátricos parálisis cerebral, esclerosis múltiple
ambulantes con parálisis de dos años o más de Alivio de los síntomas en
cerebral, de dos o más edad, no encamados los adultos que cumplen los
años de edad criterios de migraña crónica
Hiperhidrosis primaria (cefaleas en ≥15 días al
de la axila severa y mes, de los que al menos
persistente, que interfiere 8 corresponden  a migraña),
en las actividades de en los pacientes que no han
la vida cotidiana y es respondido adecuadamente
resistente a tratamiento o que son intolerantes a los
tópico medicamentos profilácticos
de la migraña
Si bien las tres toxinas se encuentran indicadas en
la espasticidad, es conveniente hacer las siguientes • Incobotulinum toxin A (Xeomin®) no dispone de in-
puntualizaciones, de acuerdo con las fichas técnicas dicación en niños (tabla 5.1).
disponibles en la fecha de redacción de este manual:
• Las tres toxinas disponen de uso aprobado en la es- Somos conscientes de que en la práctica clínica habi-
pasticidad del miembro superior consecutiva a ictus tual es frecuente su utilización indistintamente, pero
con las puntualizaciones que se reflejan en ficha el lector debe conocer tanto las indicaciones aproba-
técnica (tabla 5.1). das como el adecuado proceder para la utilización de
• Sólo abobotulinum toxin A (Dysport®) cuenta con in- fármacos fuera de ficha técnica conforme a la lex ar-
dicación en el tratamiento de la espasticidad del tis. El uso fuera de indicación tiene carácter excepcio-
miembro inferior tras ictus (tabla 5.1). nal, debe reservarse para situaciones concretas en las
• Onabotulinum toxin A (Botox®) y abobotulinum toxin que no exista alternativa terapéutica y debe seguir el
A (Dysport®) están aprobadas para el tratamiento del procedimiento reflejado en el capítulo 10 de este ma-
pie equino espástico en niños mayores de 2 años nual, cuya lectura recomendamos. Al respecto, con-
(tabla 5.1). viene recordar la necesidad de firmar el consentimien-

50 51
Tabla 5.2. Otras indicaciones dosis. Para el tratamiento de la espasticidad por pará-
fuera de ficha técnica78,79 lisis cerebral infantil, la dosificación se establece en
• Hiperhidrosis palmar función del peso: 10-30 U/kg en el caso de abobotu-
• Dolor miofascial linum toxin A (Dysport®) dividida entre ambas piernas
• Epicondilitis y 4-6 U/kg en el de onabotulinum toxin A (Botox®). En
• Fascitis plantar cualquier caso, conviene comprobar que no se sobre-
• Síndrome de Frey pasa la dosis máxima indicada en la ficha técnica de
• Gonartrosis (intraarticular) cada toxina, que es: 30 U/kg o 1.000 U de abobotuli-
• Hombro doloroso del hemipléjico (intraarticular)
• Distonías num toxin A (Dysport®), lo que sea inferior, o las 200
• Parálisis facial U de onabotulinum toxin A (Botox®). Para el trata-
• Dolor neuropático localizado miento de la espasticidad del miembro superior en
adultos, la dosis recomendada para Botox® es de 200
to informado que recoja por escrito todos los aspectos a 240 U; para Xeomin® la dosis máxima es de 400 U,
relativos al fármaco y a la técnica, en especial lo rela- y para Dysport® la dosis máxima es de 1.000 U en ca-
cionado con los riesgos y los efectos secundarios. Es- da sesión. Para el tratamiento de la espasticidad del
tos últimos son escasos (incidencia del 6%), habitual- miembro inferior en adultos, la dosis máxima para
mente leves y transitorios, gracias a la reversibilidad Dysport® es de 1.500 U. La dosis parenteral mortal de
del efecto farmacológico83. toxina botulínica tipo A en seres humanos se calcula
En cuanto al manejo, destacamos la presencia de al- que es mucho más alta (unas 3.000 U de Botox®)84.
búmina entre los excipientes, un dato que considerar Los diferentes patrones espásticos y los principales
para evitar reacciones alérgicas en individuos sensi- aspectos en los que incidir son, a nuestro juicio, los si-
bles. Respecto a su reconstitución, ha de emplearse guientes:
suero fisiológico ClNa al 0,9%, evitando agitar el reci- • En el miembro superior el patrón más característico
piente; también debe tenerse en cuenta la necesidad sería el de decorticación-triple flexión, que posiciona
de su administración inmediata una vez reconstituido el miembro en aducción de hombro, flexión de codo,
el fármaco, que es viable durante 24 horas tras la re- pronación de antebrazo y muñeca, así como flexión
constitución siempre y cuando se conserve en la nevera de carpo, metacarpofalángicas e interfalángicas. La
a 2-8 ºC. Antes de su preparación (es decir, cuando se característica mano en garra puede asociar inclusión
trata de principio activo no reconstituido), los viales de- o alojamiento del pulgar. En la articulación del hom-
ben guardarse en la nevera a 2-8 ºC, excepto incobotuli- bro, es fundamental infiltrar el subescapular además
num toxin A (Xeomin®), que puede mantenerse a tempe- del pectoral mayor. En el brazo y el antebrazo, no de-
ratura ambiente siempre que ésta no exceda los 25 ºC. be obviarse la infiltración del braquial anterior. El tra-
La toxina residual puede ser inactivada mediante tamiento del pulgar tiene una repercusión en la cade-
solución de hipoclorito; la eliminación de los viales y na cinética espástica, por lo que su abordaje puede
materiales utilizados debe realizarse de forma segura, posibilitar una mejoría proximal.
siguiendo las indicaciones del fabricante. • En el miembro inferior, de proximal a distal, la actua-
Respecto a su dosificación, resultan de utilidad las ción a nivel de la cadera nos lleva a considerar la in-
tablas donde se indican los intervalos de dosis eficaz filtración de la musculatura aductora, psoas y recto
para cada músculo, accesibles y difundidas por la in- anterior en función del predominio de aducción o fle-
dustria y que recopilan la información contenida en fi- xo de cadera. En patrones de flexión de rodilla, debe-
cha técnica, de obligada consulta. Es importante se- rá ser infiltrada la musculatura isquiotibial y gemelar.
ñalar que las toxinas no son intercambiables entre sí, El pie equino varo aducto, el pie en garra y el pie es-
ya que no son equivalentes; las ratios publicadas para triatal expresan a nivel distal no sólo las consecuen-
la conversión de las otras variedades de toxinas a la cias de la espasticidad en la marcha, sino también su
abobotulinum toxin A (Dysport®) deben considerarse repercusión en el dolor. A modo de ejemplo, la actua-
orientativas, y puede ser necesario hacer un ajuste de ción sobre el extensor largo del primer dedo en el pie

52 53
Capítulo 6
estriatal permite una mejora en la funcionalidad de la
marcha, una disminución del dolor asociado al espas-
mo muscular mantenido, y la prevención de deformi- Dolor neuropático
dades óseas y articulares ocasionadas por la exten-
sión mantenida y el roce con el calzado. localizado. Infiltración
El tratamiento rehabilitador incluye movilizaciones, X. Miguéns Vázquez
estiramientos, posturas inhibitorias y antiespásticas,
electroestimulación, termoterapia, hidroterapia y colo-
cación de ortesis85. Aunque resulta inexcusable, una En este capítulo, de corta extensión, se comentan as-
reciente revisión de la Cochrane señala la existencia pectos relativos al tratamiento del dolor neuropático
de pruebas de bajo nivel a favor de la utilización de localizado con fármacos de actuación local, de acción
programas de tratamiento multimodales tras la infil- tópica o infiltración. Previamente señalaremos algu-
tración de toxina, al tiempo que refleja la necesidad nos conceptos fundamentales.
de llevar a cabo nuevos estudios con diseños adecua- El dolor neuropático fue definido por la Internatio-
dos86. Sólo cuando, a pesar de estas medidas conser- nal Association for the Study of Pain (IASP) como el
vadoras, persisten graves deformidades, se recurre a dolor iniciado o causado por una lesión primaria o una
la cirugía: disfunción en el sistema nervioso88; posteriormente,
• Las intervenciones ortopédicas mejoran las contrac- Treede et al.89 puntualizaron que sería aquel dolor que
turas musculares, favorecen el alargamiento de los se alcanza como consecuencia de una lesión o enfer-
tendones acortados, protegen las deformidades medad que afecta al sistema somatosensorial.
óseas y pueden reducir la fuerza de un grupo mus- El dolor neuropático localizado (DNL) es una enfer-
cular espástico. medad crónica en la que uno o más nervios están da-
• La mielotomía y la cordectomía pueden disminuir la ñados y desarrollan una actividad anómala y exagera-
espasticidad, pero también pueden provocar altera- da, independiente del estímulo o desproporcionada
ciones de la función del intestino y de la vejiga, y respecto a éste. Se manifiesta con variados síntomas
del control de la temperatura, además de debilidad dolorosos sobre un área limitada del cuerpo. De he-
y dolor. cho, la mayoría de las situaciones de dolor neuropáti-
• La resección selectiva de las raíces del nervio espi- co, como la neuralgia post-herpética, el dolor neuro-
nal posterior desde L2 a S1 ocasiona una reducción pático posquirúrgico, la neuropatía diabética y la lum-
de la espasticidad en las extremidades inferiores, si balgia con componente neuropático, se manifiestan
bien la sensibilidad y la función motora del tronco y de forma localizada en un área más pequeña que un
de las extremidades superiores pueden verse altera- folio de tamaño A489. El DNL fue definido por un con-
das87. senso de expertos como «originado por una lesión o
enfermedad del sistema somatosensorial, que afecta
La utilización de toxina tipo B, rimabotulinum toxin B un área corporal pequeña (igual o menor a un papel
(Neurobloc® de Eisai), es sumamente infrecuente y no tamaño carta) y que en razón de la delimitación ame-
se abordará en este manual. O rita, en primera instancia, un manejo con analgésicos
tópicos específicos»90.
Las opciones terapéuticas disponibles fundamental-
mente se basan en fármacos tópicos, con capsaicina
(en sus diferentes concentraciones) o lidocaína como
principios activos. En ambos casos su utilización sería
fuera de indicación, sobre la base de la bibliografía
disponible. (Al respecto, remitimos nuevamente al
lector al capítulo 10 de este manual.) No obstante,

54 55
bién la opción de un tratamiento oral de base o coad-
Paciente con dolor neuropático
yuvante.
No
Sí La aplicación intradérmico-subcutánea de toxina
botulínica en el dolor de características neuropáticas
ha sido utilizada con anterioridad, y se han comunica-
do casos aislados98. Su eficacia se mantiene por perio-
¿Se trata de dolor neuropático localizado? No
Sí dos variables, de forma análoga a otras indicaciones
del fármaco. En un ensayo clínico realizado en 29 pa-
cientes con dolor neuropático sometidos a tratamiento
con toxina botulínica, Ranoux et al.78 constataron la
Sí ¿Piel indemne? No eficacia del fármaco para el control del dolor espontá-
neo, la alodinia y el frío doloroso, con preservación de
la sensibilidad y sin alterar el umbral de percepción.
En resumen, en aquellos casos de DNL que afecten
Tratamientos Considerar Tratamiento a pacientes con DCA (por ejemplo, neuralgias periféri-
tópicos la asociación farmacológico oral cas, síndrome de dolor regional complejo, etc.), se
dispone de alternativas de tratamiento local para las
que existen referencias bibliográficas suficientes que
avalan su utilidad y seguridad. O
Figura 6.1. Diagrama de flujo para el abordaje del dolor neuropático
localizado

conviene saber que una búsqueda bibliográfica tiene


una doble rentabilidad: por un lado, nos ofrece infor-
mación acerca de nuevas alternativas y, por otro, nos
permite documentar el empleo del fármaco fuera de
indicación.
La Biblioteca Cochrane, en una revisión reciente so-
bre la eficacia de la capsaicina tópica al 8%91 en las
indicaciones estudiadas, señala que el fármaco ofrece
un beneficio adicional al control del dolor en los ítems
calidad de vida, fatiga y depresión, factores comunes
en pacientes con DCA. Otra revisión de la Cochrane
sobre la utilización de capsaicina en dosis bajas con-
cluye que no existe evidencia de su eficacia en el
DNL92.
Respecto a la aplicación de lidocaína tópica, la Co-
chrane ha retirado la única revisión realizada hasta la
fecha, e informa de su próxima publicación en el año
201493. No obstante, varios estudios avalan su utiliza-
ción en diversos procesos fuera de ficha técnica94,95,
por ejemplo la meralgia parestésica, la neuralgia inter-
costal y la cicatriz hiperalgésica.
La figura 6.1 refleja de forma gráfica un diagrama
de flujo basado en las publicaciones de Finnerup et
al.96 y Hans et al.97. En este protocolo se señala tam-

56 57
Capítulo 7
mayor parte de los pacientes con DCPI tienen alterada
la sensibilidad térmica y dolorosa, mientras que la al-
Dolor central post-ictus teración de la sensibilidad vibratoria y táctil ocurre
con menos frecuencia)100,102,103. Pueden afectarse las
vías talamocorticales o corticosubcorticales.
G. Martínez Crespo
Clínica
Introducción El diagnóstico es de exclusión, ya que no hay sínto-
El dolor central post-ictus (DCPI) es un síndrome de mas patognomónicos de este síndrome. No existe un
dolor neuropático debido a lesiones en el sistema ner- patrón típico, sino grandes variaciones entre los dis-
vioso central que afectan a las vías de la nocicep- tintos pacientes. Muchos de ellos presentan varios ti-
ción99. Se asocia a alteraciones sensoriales (en parti- pos de dolor al mismo tiempo, que pueden localizarse
cular de la sensibilidad térmica). Clásicamente descri- en la misma área o bien en diferentes zonas102.
to tras lesiones vasculares en el tálamo99,100, la lesión
causante del dolor central puede estar localizada en Características del dolor
cualquier nivel del neuroeje, desde el asta dorsal hasta El dolor es definido como punzante, quemante, lace-
la corteza cerebral. La mayoría de los casos de DCPI rante, palpitante y cortante. Hay tres componentes de
se producen tras lesiones supratentoriales101. La le- dolor en el DCPI: el dolor espontáneo constante, el do-
sión en el lado derecho predomina en los pacientes lor espontáneo intermitente y el dolor provocado. El
con DCPI en los niveles cortical y talámico102. La pre- primero está presente casi siempre. El dolor espontá-
valencia varía del 8 al 42%, según los diferentes es- neo intermitente (15%) es de intensidad aguda y su
tudios100,101. duración varía de unos segundos a unos minutos; es
El DCPI es una complicación infradiagnosticada, a frecuente un dolor diario con intervalos variables sin
pesar de que reduce la calidad de vida en los pacien- dolor que puede durar unas pocas horas como máxi-
tes que han sufrido un ictus, interfiere en el sueño y mo. Un tercer componente es el dolor provocado
compromete el proceso de rehabilitación100,102. (65%): hiperalgesia, hiperpatía, hiperestesias y/o alo-
El tiempo desde la lesión hasta el inicio del cuadro dinia101. La hiperalgesia y la hiperpatía son importan-
es variable: puede desarrollarse inmediatamente des- tes componentes del DCPI2. Un mismo paciente pude
pués del ictus o incluso años después102, aunque en la experimentar uno o más de estos componentes. El do-
mayoría de los pacientes comienza al cabo de 3-6 me- lor espontáneo suele ser de localización más distal, y
ses de producirse la lesión100,101. el dolor provocado más proximal101.
La intensidad del dolor tiende a fluctuar; puede au-
Fisiopatología mentar por estímulos como el estrés o el frío, y aliviar-
Existe poca evidencia sobre la asociación entre el me- se con el descanso102.
canismo de dolor, la localización y patología de la le-
sión, las manifestaciones clínicas y la respuesta al tra- Localización del dolor
tamiento102. Se han propuesto varias hipótesis para Puede localizarse en toda el área de afectación sensi-
explicar el DCPI: desequilibrio central, desinhibición tiva o en una zona de esta área involucrada en el
termosensorial central, sensibilización cerebral que ictus101,102. La distribución del dolor teniendo en
conduce a hiperactividad o hiperexcitabilidad de las cuenta su frecuencia es: miembro superior, miembro
neuronas espinales y supraespinales, o la teoría de la inferior, tronco y cara. El patrón más común es el de
ilusión termal101. afectación de hemicuerpo100.
El proceso patológico que causa DCPI puede involu-
crar las vías espinotalámicas102, incluyendo las pro- Diagnóstico
yecciones espinotrigeminotalámicas, como indican las Establecer el diagnóstico definitivo del DCPI es difícil,
anomalías en la sensibilidad dolorosa y térmica (la debido principalmente a la variabilidad clínica, la fre-

58 59
Capítulo 8
cuente concurrencia de diferentes tipos de dolor y la
falta de unos criterios diagnósticos claros102, y puede
complicarse aún más por los problemas del lenguaje y Polineuropatía
cognitivos que pueden producirse tras el ictus. El
diagnóstico debe estar basado en las características del paciente crítico
del dolor, la exploración de la sensibilidad y los ante-
cedentes del paciente. Las pruebas complementarias G. Martínez Crespo
como la tomografía axial computarizada o la resonan-
cia magnética cerebral sólo muestran las lesiones de
la enfermedad causal. Introducción
La polineuropatía del paciente crítico (PPC) es una
Tratamiento degeneración axónica primaria de fibras motoras y
No existe un tratamiento estandarizado eficaz en to- sensitivas que se acompaña de degeneración de las fi-
dos los casos, por lo que esto supone un reto para el bras musculares como resultado de la denervación
clínico. aguda que sufren. Generalmente, la PPC coexiste con
El tratamiento farmacológico es el empleado habi- la miopatía del paciente crítico, por lo que muchos
tualmente en el dolor neuropático en general. Respec- autores la denominan polineuromiopatía del paciente
to al tratamiento no farmacológico, tanto la neuroesti- crítico104.
mulación, la estimulación profunda del cerebro, la es- La incidencia de la PPC es variable; oscila entre el
timulación de la corteza cerebral o la estimulación 50 y el 80%, dependiendo fundamentalmente de los
magnética transcraneal se reservan para los casos de criterios diagnósticos utilizados104, el momento del
dolor intenso resistente al tratamiento farmacológico. diagnóstico durante la fase aguda o los factores de
En todos los casos el abordaje terapéutico debe incluir riesgo a los que se expone esta población105.
un programa de rehabilitación sensoriomotora, que Afecta a pacientes críticos, sobre todo a los que
constituye la piedra angular del enfoque funcional del presentan síndrome de respuesta inflamatoria sis-
paciente. O témica (SRIS) y sepsis grave104 (un 70% de ellos de-
sarrollarán PPC)105. Si el cuadro se complica con un
síndrome de disfunción multiorgánica, la incidencia
puede elevarse hasta el 100%. Alrededor del 60% de
los pacientes con disnea padecen esta enfermedad.
En los pacientes que precisan el aporte de ventilación
mecánica de 4-7 días, la incidencia de PPC es del
25-33%105.
La PPC prolonga la necesidad de ventilación mecá-
nica y compromete la rehabilitación. Se asocia a un
aumento de la estancia en la UCI y hospitalaria, y ele-
va la mortalidad105,106. Es la principal causa de morbi-
lidad en pacientes que sobreviven a la fase aguda de
la enfermedad crítica, y conlleva un proceso de reha-
bilitación prolongado105.

Fisiopatología
Las causas de PPC no se conocen bien. Son factores
de riesgo fundamentales para el desarrollo de PPC la
severidad y duración del SRIS, la sepsis y el fallo mul-
tiorgánico105. Otros factores asociados descritos son la

60 61
hiperglucemia, la inmovilidad, el sexo femenino, el lajantes musculares, así como por la encefalopatía
empleo de nutrición parenteral y la disminución de la que acompaña a muchos de estos procesos104.
albúmina sérica105,106. También se han asociado el fa- El diagnóstico se confirma mediante un estudio
llo renal, la terapia de recambio renal, la duración pro- neurofisiológico (electromiografía y estudios de con-
longada de la estancia hospitalaria, el apoyo con vaso- ducción nerviosa)105,106. Los resultados muestran de-
presores y catecolaminas y el fallo neurológico cen- generación axónica primaria de fibras motoras y sensi-
tral105. La implicación del uso de corticoides y agentes tivas con conservación de la velocidad de conducción,
bloqueadores neuromusculares es controvertida105. latencia distal normal y caída del potencial de res-
La PPC representa la respuesta del sistema nervioso puesta motora104. Estos estudios pueden excluir otras
periférico a la enfermedad crítica, pero a menudo posibles causas neuromusculares de debilidad105. La
también se ve afectado el sistema nervioso central, biopsia rara vez es necesaria.
manifestándose como una encefalopatía difusa que
ocurre muy precozmente en el proceso105. Tratamiento
Actualmente no existe un tratamiento efectivo para la
Clínica PPC104,110. La prevención de los factores de riesgo y el
Los pacientes con PPC presentan105,107: tratamiento de la enfermedad de base es fundamen-
• Paresia fláccida de predominio distal (con mayor tal105,106.
predilección por las extremidades inferiores, aunque Los corticoides y los agentes bloqueadores neuro-
en los casos más graves puede observarse cuadriple- musculares, si están indicados, deben emplearse en
jía) y habitualmente simétrica. las dosis mínimas y durante el menor tiempo posi-
• Dificultad para la desconexión del respirador (por ble105. Los programas de rehabilitación precoz son
afectación del nervio frénico, del diafragma, de los esenciales para evitar complicaciones y conseguir la
músculos intercostales y de la musculatura respira- máxima capacidad funcional posible106.
toria accesoria). Recientemente, dos ensayos clínicos han mostrado
• Aunque la musculatura facial no suele estar afecta- que la terapia intensiva con insulina reduce de forma
da, en algún caso puede producirse oftalmoplejía. significativa la incidencia electrofisiológica de PPC y
• Los reflejos profundos en general se encuentran dis- la necesidad de ventilación mecánica prolongada en
minuidos o ausentes. En algunos pacientes la res- pacientes ingresados en la UCI105,106.
puesta es normal, e incluso pueden estar exaltados, En los casos de polineuropatía leve, la recuperación
probablemente en relación con la existencia de pa- es favorable en unas semanas. En los casos más gra-
tología concomitante de primera neurona. ves, el pronóstico funcional no es bueno; en casi la to-
• Atrofia importante de las masas musculares que talidad de los pacientes evaluados, a los 2 años per-
acompaña a la polineuropatía, con una pérdida sig- siste una importante limitación en la movilidad y afec-
nificativa de la masa corporal como consecuencia de tación de la calidad de vida104. O
la inmovilización.
• Alteración de la sensibilidad algésica, térmica y vi-
bratoria de manera distal.

Diagnóstico
El diagnóstico se ve dificultado por el estado general
del paciente, de quien muchas veces no es posible
obtener una colaboración adecuada para poder reali-
zar una exploración física satisfactoria107. Además,
durante la fase aguda de la enfermedad crítica las ma-
nifestaciones de disfunción neuromuscular pueden
enmascararse por la administración de sedantes y re-

62 63
Capítulo 9 Tabla 9.1. Criterios diagnósticos
para la correcta filiación de los diferentes
Dolor en el paciente estados de alteración de la conciencia109
Coma Estado Estado de
con alteración vegetativo mínima
de la conciencia: Arousal Ausente Presente
conciencia
Presente
síndrome de vigilia Awareness No No Parcial
sin respuesta Función motora Refleja Estereotipada
Retirada al dolor
Ocasional
Localizada
y estado de mínima Dolor No No Parcial
conciencia Función
respiratoria
No Sí Sí

Función visual No Sobresaltos Fijación


C. Colomer Font No fijación Seguimiento
Conceptos y terminología No seguimiento
Los criterios clínicos y la terminología empleada para Función Ausente Puede orientarse Puede realizar
filiar la pérdida o alteración de la conciencia tras un auditiva órdenes simples
daño cerebral han ido variando a lo largo del tiempo. Comunicación Ausente Puede emitir Puede realizar
A partir de la década de los ochenta, se introducen sonidos órdenes simples
dos conceptos clave: el arousal (nivel de alerta o «es- Emoción Ausente Ausencia de Sonrisa/llanto
tar consciente») y el awareness (contenido de la con- sonrisa/llanto apropiado
ciencia o «ser consciente» de nosotros mismos y del reflejo
entorno). Desde el punto de vista clínico podemos en-
contrar tres situaciones de alteración de la concien-
cia: coma, estado vegetativo y estado de mínima res- son adecuados, y se propone emplear el término EV o
puesta. SVSR sin adjetivos, añadiendo la etiología y la fecha
En 1995, el Aspen Neurobehavioral Conference del episodio que causó el cuadro clínico108,109.
Workgroup propuso sustituir el término «estado de mí-
nima respuesta» por el de «estado de mínima con- Criterios clínicos y diagnóstico
ciencia» (EMC), con el objeto de realzar la voluntarie- de los estados alterados de conciencia
dad de las respuestas emitidas. Recientemente, la Las principales características de cada estado altera-
European Task Force on Disorders of Consciousness do de la conciencia se resumen en la tabla 9.1 (crite-
ha propuesto el término «síndrome de vigilia sin res- rios diagnósticos de la Academia Americana de Neu-
puesta» (SVSR) para reemplazar el de «estado vegeta- rología).
tivo» (EV). Con ello se pretende hacer referencia a la El diagnóstico diferencial a veces es complejo y no
presencia de apertura ocular, a que deben evaluarse siempre existe consenso, por lo que resulta muy com-
una serie de signos clínicos que conforman un cuadro plicado realizar estudios epidemiológicos. Se trata de
clínico específico, y a la ausencia de respuestas a la un diagnóstico eminentemente clínico, basado en el
orden. En 1994 la Multi-Society Task Force publicó empleo de escalas específicas por parte de personal
un documento que hablaba de «EV persistente» si es- entrenado. La guía FEDACE109 indica que la valora-
te estado se prolongaba más de 1 mes y de «EV per- ción debe incluir la Coma Recovery Scale-Revised110 y
manente» si se prolongaba más de 3 meses (etiología que esta prueba debe pasarse al menos tres veces en
no traumática) o 1 año (traumatismo craneoencefáli- momentos distintos antes de emitir un resultado defi-
co). Hoy en día se considera que estos adjetivos no nitivo.

64 65
¿Sienten dolor los pacientes
con síndrome de vigilia sin respuesta
o estado de mínima conciencia?
Detectar el dolor y las emociones en los pacientes con
alteraciones del nivel de conciencia supone un reto
clínico y ético para los profesionales. En los pacientes
con limitaciones severas en la comunicación, como
sucede en el SVSR o el EMC, en vez del término «do- Cerebro sano EMC
lor» suele emplearse el concepto de «nocicepción»,
definido como «un episodio potencial o realmente le-
sivo para los tejidos transducido y codificado por noci-
ceptores». La nocicepción abarca respuestas postura-
les inconscientes, reflejos motores, autonómicos y en-
docrinos, sin conllevar necesariamente la experiencia
del sufrimiento. De acuerdo con la IASP, la incapaci-
dad para comunicar no descarta la posibilidad de que
un individuo esté experimentando dolor y necesite tra- SVSR
tamiento analgésico111.
Mediante técnicas de neuroimagen y electrofisioló- Figura 9.1. Ilustración comparativa del comportamiento en estudios de
gicas pueden detectarse señales subclínicas que indi- imagen funcional entre cerebro sano, SVSR y EMC.
can la capacidad de sentir dolor en pacientes sin po-
sibilidad comunicativa, y cuya presencia o ausencia
puede condicionar decisiones acerca de los tratamien- daria, parietal posterior, insular y corteza cingulada
tos. En voluntarios sanos, estas técnicas han demos- anterior, comparable a lo que ocurre en sujetos sa-
trado que el dolor no se localiza en un «centro del do- nos. La activación observada abarca áreas y circui-
lor» aislado en el cerebro, sino que se trata de un cir- tos implicados tanto en el procesamiento nocicepti-
cuito neural interconectado (pain neuromatrix). A vo como en la experiencia afectiva relacionada con
grandes rasgos, distinguimos entre la red sensorial la- el dolor. Así pues, la conectividad entre áreas prima-
teral, de procesamiento nociceptivo de dolor, y un sis- rias y asociativas sugiere la existencia de un proce-
tema medial o red afectiva, que procesa los aspectos samiento neural integrado y probablemente la pre-
emocionales del dolor. En sujetos con alteraciones de sencia de dolor consciente en pacientes que se ha-
la conciencia, los estudios con neuroimagen funcional llan en EMC.
(tomografía por emisión de positrones y resonancia
magnética funcional, sobre todo) muestran resultados En definitiva, los estudios con neuroimagen y los da-
claramente diferenciados ante estímulos nociceptivos tos clínicos parecen indicar que la percepción clínica
según se trate de un paciente con SVSR o en EMC111-113 del dolor es muy distinta en unos y otros pacientes:
(figura 9.1): los sujetos con SVSR probablemente no perciban do-
• En el SVSR se obtiene respuesta limitada en la cor- lor, mientras que todo indica que los pacientes en
teza somatosensorial primaria, el tálamo o el tron- EMC sí perciben las sensaciones dolorosas.
co del encéfalo, pero se trata de una actividad di- El Coma Science Group ofrece una excelente reco-
sociada de cortezas asociativas de orden superior pilación de trabajos al respecto en su página web
que se consideran necesarias para tener concien- (http://www.coma.ulg.ac.be/press.html). Responden
cia. de forma clara, basándose en sus investigaciones y
• En el EMC se evocan respuestas cerebrales interco- otros trabajos, a respuestas concretas relativas a la
nectadas, no sólo en la corteza primaria o el tálamo, percepción del dolor y las emociones en sujetos con
sino también en la corteza somatosensorial secun- alteraciones del nivel de conciencia.

66 67
Tabla 9.2. Aspectos valorados en la NCS-R Al desglosar por subescalas, los autores observaron
y puntuación asignada que en el apartado de respuesta visual no se encontra-
Puntuación asignada ba diferencia entre las respuestas ante estímulos no-
Reacción ante 0 1 2 3 ciceptivos y no nociceptivos, por lo que propusieron
estímulo retirarla para aumentar la sensibilidad de la escala; de
nociceptivo este modo establecieron la Nociception Coma Scale-
Respuesta No Postura Retirada en Localiza el Revised (NCS-R). Una aproximación a la valoración ci-
motora reacciona anómala flexión estímulo tada se refleja en la tabla 9.2. El rango de puntuación
Respuesta No Gemidos, Vocaliza Verbaliza en este caso es de 0 a 9 y el punto de corte para de-
verbal reacciona gruñidos terminar que existe dolor se sitúa en 4.
Expresión No Expresión de Realiza Llanto
facial reacciona sobresalto muecas Tratamiento del dolor en pacientes
con alteraciones del nivel de conciencia
Valoración del dolor en pacientes De acuerdo con lo expuesto hasta aquí, proponemos
con alteración del nivel de conciencia emplear la escala clínica NCS o la NCS-R, con sus co-
Desde el punto de vista asistencial, la evaluación es rrespondientes puntos de corte, para determinar la
eminentemente clínica. Se han validado distintas es- presencia de dolor y su intensidad relativa en el mo-
calas para detectar el grado de nocicepción en pa- mento de la valoración.
cientes no comunicativos, como recién nacidos e indi- En caso de que concluyamos que el paciente está
viduos con demencia, que se apoyan en observaciones sufriendo dolor, una cuidadosa exploración nos permi-
comportamentales y suelen tener en cuenta las expre- tirá orientar el origen y/o las características de ese ma-
siones faciales, la verbalización/vocalización, los mo- lestar para elegir un tipo de tratamiento analgésico u
vimientos corporales o los cambios en el estado emo- otro, teniendo en cuenta las circunstancias clínicas
cional. Basándose en este tipo de escalas, Schnakers igual que en otros pacientes con daño cerebral adqui-
et al.114 desarrollaron y validaron la Nociception Coma rido. De cara a establecer un tratamiento específico,
Scale (NCS), destinada a valorar conductas ligadas a cabe mencionar la probabilidad de que el dolor se
los estímulos nociceptivos en sujetos con SVSR o en asocie a espasticidad, rigidez, calcificaciones paraar-
EMC (tabla 9.2). Además de ofrecer una buena vali- ticulares y otras entidades propias de la situación clí-
dez interobservador y una buena validez concurrente nica de base. En una interesante revisión, diversos au-
con escalas existentes en sujetos no comunicativos, la tores mencionan un caso clínico donde se constató
NCS muestra diferencias significativas en función del que la puntuación de la NCS-R pasaba de 6 a 0 tras
nivel de conciencia, lo que sugiere que tiene una ele- administrar tramadol oral113. O
vada sensibilidad para diferenciar patrones de com-
portamiento en sujetos con SVSR y EMC. El rango de
puntuación es de 0 a 12, y el punto de corte se sitúa
en 7, para determinar la presencia de dolor y conside-
rar la necesidad de tratamiento específico111.
Posteriormente, Chatelle et al.115 publicaron un in-
teresante estudio multicéntrico para asegurar que las
respuestas que presentan los pacientes son específi-
cas para estímulos nociceptivos. Este trabajo eviden-
ció que la puntuación total de la NCS ante estímulos
nociceptivos es significativamente diferente a la obte-
nida ante estímulos no nociceptivos o en situación ba-
sal, concluyendo que la NCS es sensible para valorar
las respuestas a estímulos específicamente dolorosos.

68 69
Capítulo 10
utilización del término por la frecuente administración
de medicamentos en las denominadas «situaciones es-
Aspectos peciales».
En la actualidad, debe emplearse la terminología
médico-legales que especificamos a continuación, acorde con la le-
relativos a gislación en vigor.

la disponibilidad Situaciones clínicas comprometidas


de medicamentos en La normativa europea a este respecto, el Reglamento
CE n.º 726/2004, relativo al empleo de medicamen-
situaciones especiales. tos en situaciones especiales117, establece esta aplica-
ción en situaciones clínicas comprometidas, enten-
Nueva terminología diéndose como tales las tres siguientes:
en «uso compasivo» • Enfermedades crónicas.
• Enfermedades gravemente debilitantes.
• Enfermedades que ponen en peligro la vida del pa-
X. Miguéns Vázquez, M. Gutiérrez González ciente.

La finalidad de este capítulo es recopilar la informa- Siempre y cuando no puedan ser tratadas satisfactoria-
ción médico-legal necesaria para un adecuado proce- mente con un medicamento autorizado y comercializa-
der, acorde con la legislación vigente, en la utilización do, lo que motiva la limitación al ámbito hospitalario
de medicamentos fuera de indicación; este tipo de de la prescripción, dispensación y aplicación de medi-
uso farmacológico se ha visto notablemente simplifi- camentos bajo «uso compasivo».
cado, ya que en la actualidad no requiere autorización
específica de la Agencia Española de Medicamentos y Autorizaciones temporales de utilización
Productos Sanitarios (AEMPS). Con la entrada en vigor del Real Decreto 1.015/2009,
que regula la disponibilidad de medicamentos en situa-
Uso compasivo ciones especiales118, se introduce, en este ámbito, el
El marco legal actualmente en vigor mana de lo esta- concepto de «autorizaciones temporales de utilización»,
blecido en la Ley 29/2006, de garantías y uso racional que facilita el acceso de pacientes en situaciones clíni-
de medicamentos y productos sanitarios116, que esta- cas comprometidas sin necesidad de autorización indi-
blece (Artículo 24.3) las garantías de disponibilidad de vidualizada de la AEMPS. Esta novedad en el ámbito de
medicamentos en situaciones específicas y autorizacio- la responsabilidad del médico prescriptor es reconocida
nes especiales, donde se posibilita la prescripción y como dentro de la esfera de la práctica clínica y preten-
aplicación de medicamentos no autorizados a pacien- de subsanar la lentitud en la tramitación para la aproba-
tes no incluidos en un ensayo clínico con el objetivo de ción e inclusión en ficha técnica de nuevas indicaciones
atender necesidades especiales de tratamientos en si- u otras circunstancias que no lo favorezcan.
tuaciones clínicas de pacientes concretos, lo que co-
múnmente es conocido como «uso compasivo». Nuevos conceptos
La legislación actual específica difiere terminológica- En el citado Real Decreto 1.015/2009, se diferencian
mente de la utilización común genérica de uso compa- y definen tres modalidades en la disponibilidad de
sivo, reservando esta denominación para medicamen- medicamentos en situaciones especiales:
tos no autorizados en la investigación, situación clara- • Uso compasivo de medicamentos en investigación:
mente contraria a lo recopilado en el párrafo anterior. utilización de medicamentos antes de su autoriza-
Esta contraposición terminológica se debe a lo regu- ción en España en pacientes en situaciones clínicas
lado en anteriores textos legales y a la extensión en la comprometidas y que no puedan ser tratados satis-

70 71
factoriamente con un medicamento autorizado siem-
pre y cuando el medicamento en cuestión se encuen- Paciente en situación clínica comprometida:
tre en una de las siguientes situaciones: • Enfermedad crónica, o
– Sometido a ensayos clínicos. • Enfermedad gravemente debilitante, o
– Sujeto a solicitud de autorización de comercialización. • Enfermedad que amenaza la vida
• Uso de medicamentos en condiciones diferentes de Sin respuesta a tratamiento bajo indicaciones autorizadas
las autorizadas: es decir, utilización de fármaco auto-
rizado fuera de indicación según ficha técnica. Esta
situación es la más habitual en la práctica clínica. Reflejar en la historia clínica una motivación justificada
• Acceso a medicamentos no autorizados en España: de la necesidad de usar el fármaco fuera de indicación
utilización de fármacos autorizados en otros países
pero no en España, cuando no cumplan la definición
de uso compasivo de medicamentos en investiga-
ción (como se explica en el punto 1). Informar adecuadamente al paciente y obtener
el consentimiento informado
Uso de medicamentos en condiciones
diferentes de las autorizadas
Este uso, comúnmente denominado «fuera de indica-
ción» o «fuera de ficha técnica», es sin duda la moda- Ajustarse al protocolo de dispensación del centro sanitario
lidad más común en la práctica clínica dentro de la
aplicación de medicamentos en situaciones especiales.
Aunque habitualmente nos referimos a esta modali-
dad como uso compasivo, este término no es correcto, Notificar las reacciones adversas, si las hubiere
y debe reservarse para medicamentos no autorizados
y/o en investigación, como señalábamos en el punto 1
del apartado anterior. Figura 10.1. Algoritmo para el procedimiento de administración
La normativa vigente, el Real Decreto 1.015/2009, de medicamentos fuera de indicación en ficha técnica
dedica su Capítulo III (Arts. 13 a 16) a esta modali-
dad, y establece requisitos, actuaciones y obligacio- • Ajustarse a las restricciones que hayan sido estable-
nes de los implicados. cidas en su centro sanitario recogidas en el protoco-
Obligaciones del médico responsable del tratamien- lo terapéutico asistencial, de las que deberá ser in-
to (figura 10.1): formado por el propio centro.
• Justificar convenientemente en la historia clínica la • Notificar reacciones adversas, de acuerdo con lo
necesidad de uso del medicamento, que se ajustará previsto en el Real Decreto FV577/2013120.
a autorización temporal de utilización en situación
clínica comprometida, esto es, por espacio limitado Obligaciones del titular de la autorización de comer-
y para solventar una enfermedad crónica, gravemen- cialización del medicamento:
te debilitante o que amenace la vida del paciente • La industria farmacéutica no podrá en ningún caso
cuando no haya alternativa de tratamiento eficaz en- realizar actividad alguna que, de forma directa (pro-
tre la farmacopea autorizada para la indicación. moción) o indirecta, pudiera estimular su uso fuera
• Informar al paciente, en términos comprensibles, de de las indicaciones autorizadas.
la naturaleza del tratamiento, sus posibles riesgos y • Notificar las reacciones adversas, de acuerdo con lo
sus beneficios esperados, y obtener además cons- previsto en el Real Decreto FV577/2013.
tancia de dicha información mediante la firma del • Notificar a la AEMPS cualquier información relativa
correspondiente consentimiento, de acuerdo con la al medicamento que pudiera tener repercusión en
Ley 41/2002119. las recomendaciones de uso.

72 73
ter traumatic neurological injury. J Bone Joint Surg Br. 2009; 91(11): 1.493-
Responsabilidad civil profesional 1.498.
y otros aspectos médico-legales 9. Sakellariou VI, Grigoriou E, Mavrogenis AF, Soucacos PN, Papagelopoulos PJ.
Respecto a la cobertura de responsabilidad del médico, Heterotopic ossification following traumatic brain injury and spinal cord in-
jury: insight into the etiology and pathophysiology. J Musculoskel Neuronal
el Real Decreto 1.015/2009 nos remite a la Ley Interact. 2012; 12(4): 230-240.
44/2003, de ordenación de las profesiones sanita- 10. Sullivan MP, Torres SJ, Mehta S, Ahn J. Heterotopic ossification after cen-
rias121, donde se establece la necesidad de suscripción tral nervous system trauma: a current review. Bone Joint Res. 2013; 2(3):
de un seguro de responsabilidad civil para la práctica 51-57.
de la medicina. El Real Decreto 1.015/2009 reconoce 11. Aubut JA, Mehta S, Cullen N, Teasell RW. A comparison of heterotopic os-
sification treatment within the traumatic brain and spinal cord injured
nuevamente que la prescripción de medicamentos en population: an evidence based systematic review. NeuroRehabilitation.
situaciones diferentes a las autorizadas se encuentra 2011; 28(2): 151-160.
dentro de la esfera de la práctica clínica, y no requiere 12. Jayasundara JA, Punchihewa GL, De Alwis DS, Renuka MD. Short-term
por tanto una cobertura de responsabilidad específica. outcome after resection of neurogenic heterotopic ossification around the
En dicha Ley se recoge también la cobertura por parte hips and elbow following encephalitis. Singapore Med J. 2012; 53(5): e97-
de las instituciones sanitarias de la red pública. e100.
13. Mavrogenis AF, Guerra G, Staals EL, Bianchi G, Ruggieri P. A classifica-
Finalmente, conviene recordar que todas nuestras tion method for neurogenic heterotopic ossification of the hip. J Orthop Trau-
actuaciones deben respetar la Ley de Protección de matol. 2012; 13(2): 69-78.
Datos122. 14. Falsetti P, Acciai C, Carpinteri F, Palilla R, Lenzi L. Bedside ultrasono-
En resumen, en la actualidad el empleo de medica- graphy of musculoskeletal complications in brain injured patients. J Ultra-
mentos fuera de indicación se enmarca dentro de la sound. 2010; 13(3): 134-141.
práctica clínica habitual, y es reconocida legalmente 15. Qin W, Bauman WA, Cardozo CP. Evolving concepts in neurogenic osteo-
porosis. Curr Osteoporos Rep. 2010; 8(4): 212-218.
como tal. Su utilización no requiere mayor tramitación 16. Levendoglu F, Ugurlu H, Gürbilek M, Akkurt E, Karagözoglu E. Increased
que la especificada en el protocolo elaborado por el bone resorption in the proximal femur in patients with hemiplegia. Am J
centro en el que desarrollemos nuestra práctica (gene- Phys Med Rehabil. 2004; 83(11): 835-841.
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