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Así sedujeron a México Madoff y Stanford

Conoce la historia de codicia e inocencia de cómo miles de mexicanos adinerados fueron


defraudados; la promesa de ganancias altas sin pagar impuestos bajo un esquema
confidencial, el modus operandi.

La historia es la misma por donde quiera que uno mire: a unos mexicanos adinerados les
ganó la promesa de buenas ganancias sin impuestos en Nueva York o Antigua, todo bajo
confidencialidad. Para Bernard Madoff y Allen Stanford, México fue un territorio fértil
gracias al mito de que invertir en el extranjero era más seguro.
Pero no.

Los inversionistas que recuperarán la mayor parte de su dinero son quienes invirtieron con
Stanford solamente en México. Nadie sabe cuántos cayeron víctimas de estos dos fraudes;
quizá fueron 6,000 mexicanos, según los cálculos de algunos abogados. Pero los relatos se
repiten: se trata de una historia de inocencia y codicia, y las pérdidas podrían sumar varios
cientos y hasta miles de millones de dólares.“La verdad es que yo nunca analizaba mucho
los estados de cuenta y, hasta por seguridad, los que llegaban a casa los quemaba”, dice una
defraudada por el Fondo Optimal de Madoff –quien pidió el anonimato– que perdió unos
40,000 dólares.

“La operación la manejé siempre desde Houston y la tenía fuera por seguridad. No confío
en ningún banco en México”.Las fortunas de familias mexicanas se fueron a morir en
Houston. Algunas se fueron con Madoff vía el Fondo Optimal de Banco Santander, y otras
pasaron por Texas en ruta a su muerte en la isla de Antigua.

Nunca podremos saber cuánto perdió el país ya que en muchos casos las víctimas no
suscribirán las pugnas legales por miedo a ser identificadas y por lo tanto tener que explicar
el origen de su dinero. Otros no querrán llamar la atención de las autoridades fiscales y
otros buscarán pasar desapercibidos por razones de seguridad.

“Mientras todos ganan 12% nadie se queja, nadie se pone a preguntar cómo le hacen”, dice
Andrés Borrego, director general de Credit Suisse en México. Muchos quizá están
deseando haber hecho más preguntas, pues si se hubieran fijado más profundamente, los
signos ya estaban ahí.

¿Cómo lo hicieron?
Bernard Madoff y Sir Allen Stanford son dos personajes que difieren mucho entre sí. Uno
es un cosmopolita miembro de la élite judía neoyorquina y el otro, un locuaz texano que
una vez enfureció a los jugadores de la selección inglesa de cricket al galantear con sus
esposas en un torneo que él patrocinó en el Caribe, con 20 mdd al equipo ganador.Pero
tienen algo en común: ambos convencieron a miles de inversionistas de que tenían una
estrategia secreta para invertir y lograr ganancias por encima del promedio año tras año.
Desde que Charles Ponzi convenció a miles de trabajadores estadounidenses de que había
descubierto un método infalible para hacer dinero en 1918, los inversionistas han caído
presa de defraudadores así. No hay nada nuevo más allá del tamaño de las pérdidas. Si bien
Madoff usó dinero nuevo para pagarle a inversionistas antiguos, Stanford aún no lo aclara.
Lo que sí es cierto es que Ponzi mintió en lo referente a las inversiones seguras y líquidas.
Entre los engañados estaban HSBC, PricewaterhouseCoopers y el banco Santander. En
realidad ellos debían haber tenido más cuidado, pero no hicieron preguntas básicas sobre la
manera en que se invertía y rastreaba el dinero; con esto, recibieron una lección que puede
prevenir futuros desastres similares. O tal vez no. A todo el mundo le gusta creer que va por
el carril de alta velocidad ganándole al mercado. Además, para los mexicanos existe el
bono adicional de que el dinero está en dólares y lejos del alcance de Hacienda o de
cualquier devaluación.

Hasta ahora, las investigaciones sólo han encontrado 1,000 mdd en las cuentas de Madoff,
que básicamente irán a parar a manos de los abogados y contadores. Stanford no dice nada,
ni siquiera al FBI. Todavía nadie sabe qué fue de los 8,000 mdd en activos que se suponía
que tenían sus bancos.

“De las pocas cosas rescatables que yo veo de esta crisis es eso, el escrutinio que
desgraciadamente por las malas experiencias vividas va a ser diferente”, dice Alejandro
Ostos, socio del Bufete Ostos Abogados, que tiene muchos clientes afectados por estos
fraudes.Las diferentes personalidades de los dos hombres se hacen más evidentes por la
manera como encontraron clientes nuevos. Y en el caso de México, esto llevó a un perfil
distinto de clientes.

Buscando clientes
mexicanos
Bernie Madoff, visitante
asiduo de los clubes
campestres de Palm Beach –
en donde tenía una mansión
de 11 mdd– y de las fiestas
de gala de beneficencia en
Nueva York, ponía muchas
trabas para que la gente
invirtiera con él. Fue
presidente del Nasdaq y
estaba en el negocio de las
inversiones desde 1960, sus
clientes obtienen de manera
consistente ganancias más altas de las habituales. En algunos círculos, invertir con él se
convirtió en un símbolo de estatus.

“La gente llegaba y le decía, ‘quiero invertir contigo’, y él decía, ‘bueno, déjame revisar tu
perfil, voy a ver si me conviene, voy a ver si puedo tomarte’. Era un tipo muy hábil”,
cuenta Ostos.En consecuencia, Madoff atraía a mexicanos muy ricos, algunos lo conocieron
en Florida, pero la mayoría, incluyendo a muchas familias de Monterrey, supieron de él a
través del banco Santander y su Fondo Optimal.

Todos pensaban que


obtenían increíbles
ganancias pero en realidad
estaban pagando su pent-
house en Manhattan y su
yate en la Riviera Francesa.
Pero Allen Stanford nunca le
dijo no a nadie. Incluso
aceptó el dinero de Amado
Carrillo Fuentes, “El Señor
de los Cielos”, y entregó
cerca de 3 mdd al gobierno
de EU cuando éste murió,
según un reporte de ABC
News.Su estrategia para
conseguir clientes mexicanos era muy sencilla; pagaba muy bien para contratar ejecutivos
de otras instituciones que traerían con ellos su cartera de clientes. Y les montaba oficinas
impresionantes en Polanco.

“Stanford comienza a fusilarse gente de otras entidades. ¿Por qué? Porque traen cartera, sus
clientes, les ofrecía sueldos altísimos… les duplicaba el sueldo”, dice Enrique Arias,
director de Registro y Análisis Financiero en la Condusef, el órgano de gobierno que
defiende a los usuarios en el sector financiero y quien conoce personalmente a algunos
vendedores.

La Comisión Bursátil y de Valores de EU (SEC) descubrió en su investigación sobre las


compañías de Stanford que los vendedores recibían una comisión de 1% por la venta de
certificados de depósito y hasta 1% anual siempre y cuando los inversionistas dejaran su
dinero en la firma. Las recompensas eran más del doble de lo acostumbrado en la industria

En 2007, Stanford pagó 291 mdd por gastos de gestión y comisiones, cerca de 80 mdd más
de lo que pagó en 2006. “Su mercadotecnia era muy hábil, como el obelisco sobre Reforma,
frente al Hard Rock Café, también tenían muy buenos ejecutivos. A los mejores clientes los
llevaban a Houston y Antigua en jets privados”, cuenta Mark Slevin, un ejecutivo de
deVere and Partners, una firma de asesoría financiera en la Ciudad de México.

Slevin trataba de mantener a sus clientes fuera del alcance de Stanford. “Ellos ofrecían algo
muy atractivo”, tanto que era difícil de creer”, dice Slevin. “Éste es un negocio de alto
riesgo, así que si no hay éxito, algunos hacen trampa”.

Aparte de su mercadotecnia, Stanford y Madoff hacían ofertas difíciles de superar. Madoff


ofrecía a algunos clientes un retorno anual de 46%, dice la SEC. El retorno a la cartera de
Stanford International Bank, la entidad en Antigua, era 11% en 2006, 11.4% en 2007 y
6.0% en 2008. En esos años, el S&P tuvo rendimientos de 12.8%, 3.8 y -38.4%.
Es probable que Stanford intentara deslumbrar a sus clientes con tecnicismos. Los folletos
de la empresa están repletos de términos financieros con los que pretendía envolver a sus
clientes en una falsa idea de seguridad. Sin embargo, no revelaban detalles concretos.

The Eagle, la revista interna de la compañía (véase extracto pág. 52), ilustra todo esto. Un
párrafo en un artículo dice: “Si bien el modelo de inversión de Stanford emplea una
combinación compleja de modelos cuantitativos y cualitativos de selección … El
inversionista sofisticado podrá comprender rápidamente la mecánica de este enfoque de
inversión que en su naturaleza es sencillo”. Sin embargo, no hay ni una sola explicación en
sus 58 páginas a todo color.

Aun así, dedica dos páginas al nombramiento de Allen Stanford como caballero, lo cual da
la falsa impresión de que la reina de Inglaterra le confirió tal honor. En realidad, quien lo
hizo fue el gobierno de Antigua, pues era un benefactor generoso y probablemente el mayor
propietario privado en la isla. Incluso le prestó al gobierno 85 mdd, que nunca cobró. La
revista se dedica a hablar de conceptos huecos como “Hay que evitar la volatilidad de los
mercados”, algo que ninguna compañía financiera ha mencionado en años recientes.

La oferta final al cliente promete ganancias regulares de entre 6 y 12% dependiendo de la


tolerancia al riesgo. Esta promesa de ganancias casi garantizadas es lo que engancha a un
cliente en un mundo lleno de incertidumbre. “Tú ves que en Stanford hay gente mucho
menos sofisticada que en Madoff porque para Madoff ya tenías que ser cliente de cierto
nivel en Santander para que te llegaran a ofrecer”, dice Ostos, el abogado.

Standford tenía oficinas en México que ofrecían inversiones en el mercado local. Pero su
propósito principal era llevarlos a Houston o a Antigua mediante indicaciones veladas de
que las ganancias serían mucho mejores. Esto resultó ser una trampa para moscas. Y el
hecho de que uno de sus fondos invirtiera con Madoff demuestra lo sofisticada que era la
estrategia.

 Señales de alerta
Lo más triste es que mucho de esto pudo haberse evitado. Las señales de alerta estaban allí,
en ambos casos, desde hacía años. Las autoridades de EU ya habían multado a Stanford y el
gobierno británico cerró uno de sus bancos en el Caribe, en la isla de Montserrat. Madoff
también fue investigado por realizar actividades comerciales ilegales.

Con una visión de 20-20 resulta fácil ver las señales ahora, pero algunos las vieron antes.
Harry Markopoulos, un respetado analista de la industria, envió un reporte a la SEC, en
1999, en el que alegaba que no era posible que Madoff obtuviera legalmente las ganancias
que ofrecía. En 2005 presentó un documento de 21 páginas, al que Expansión tuvo acceso,
en el que explicaba por qué pensaba que “Madoff era la estratagema de Ponzi más grande
del mundo”.

Muchas otras personas de la industria tenían sospechas también, pero Madoff tenía buena
relación con los funcionarios del sistema financiero, como había sido presidente del Nasdaq
y nadie quería alborotar las aguas.
La SEC ha sido muy criticada por su inactividad, y más por aquellos a los que sí denunció,
como es el caso del empresario mexicano Ricardo Salinas Pliego, quien pagó 7.5 mdd en
2006 por cargos en su contra, y a quien se le prohibió ser ejecutivo o director de cualquier
empresa pública en EU.

“Cuando me comenzaron a investigar a mí, al mismo momento empezaron a investigarlo, a


Madoff, y ¿qué pasó?, ¿qué le pasó a la SEC?, ¿dónde estaban? O ¿qué vieron?”, dice
Salinas Pliego desde su oficina en México.

Aksia, una compañía estadounidense que realiza investigaciones y asesorías para fondos de
inversión, también observó a Madoff y aconsejaba no invertir allí porque las cifras no
coincidían. Aksia descubrió que aunque Madoff aseguraba que invertía en opciones del
Índice 100 de S&P, el mercado era demasiado pequeño para los 13,000 mdd que decía
tener en este mercado.

Es más, Aksia rastreó a los auditores de Madoff y descubrió que eran sólo tres personas en
un pequeño local en un centro de oficinas en las afueras de Nueva York. Y uno de ellos
tenía 78 años y vivía en Florida. Esto no era difícil de encontrar si se miraba un poco más
allá de la superficie. Y por si fuera poco, Madoff dijo a algunos clientes que había invertido
en un fondo que había cerrado tres años antes.

Ver a través de Stanford era aún más fácil. Tenía todo un historial de problemas con las
autoridades financieras y sus declaraciones sobre su estrategia de inversión no tenían
ningún sentido. “A mediados de 2007, yo tenía clientes mexicanos que preguntaban por
Stanford porque habían oído hablar de sus ganancias. Nuestros investigadores decían que
bajo ninguna circunstancia recomendáramos la inversión”, dice Slevin. “La calidad de la
protección no era buena y las ganancias no eran verosímiles”. Pero no todos siguieron su
consejo y movieron su dinero a Antigua. “Tras la noticia, mi teléfono no paraba de sonar”.

El hombre que derrumbó a Stanford era un bloggero solitario de Florida, quien después del
caso Madoff se fue a cazar a un segundo. Primero se fijó en el índice de crecimiento en los
depósitos, 34% en un año, y concluyó que es muy difícil que una compañía mantenga
rendimientos tan altos. Cuando los depósitos crecen a ese ritmo, es difícil encontrar
oportunidades. Sólo 75 personas trabajaban para el banco y manejaban más de 8,000 mdd.
La última señal fue la firma auditora, una oficina local de Antigua que manejaba un hombre
de 72 años. Bueno, sí, también había un granjero texano de 85 años en esa dirección.

Con este blog, que rápido se difundió por todo el mundo en la red, Alex Dalmady acabó
con la fiesta en el Caribe.

¿Y ahora qué?
]Los inversionistas están vueltos locos viendo qué pueden hacer, llamando a sus abogados y
lloriqueando por la falta de supervisión gubernamental. Algunos de los mexicanos que
invirtieron con Madoff pueden recuperar algo de su dinero, pero no todo el que ellos
pensaban que tenían, ni por parte de Madoff, sino por parte del banco que invirtió por ellos.
El panorama para los inversionistas de Stanford tampoco es alentador. Un juez nombró a
Ralph Janvey para hacerse cargo del imperio de Stanford, el cual incluye 75 compañías,
entre ellas, restaurantes, campos de golf, cinco jets privados y un yate. Algunos de sus
bienes están en Venezuela, Colombia y en las islas Vírgenes, y pueden pasar años antes de
aclarar cuáles son. De todos modos, los únicos que seguramente obtendrán alguna ganancia
serán los abogados.

Los asesores han respondido lo mejor que pueden. Un afectado que pidió el anonimato
cuenta cómo conoció al hombre que ofreció su asesoría cuando se dio a conocer la noticia.
“Me citó el 28 de enero a las 13:00 en el Starbucks de Polanco, frente al hotel Nikko (DF),
y me dijo que tenía un rally de 50 entrevistas con sus clientes mexicanos afectados y que
tenía su agenda con una cita cada 30 minutos”, dice. “Lo vi apurado, nervioso y repetía que
tenía una agenda muy apretada”. Él había invertido 40,000 dólares.

“Si te ofrecen algo en un paraíso fiscal, estás tomando riesgos innecesarios para evitarte el
pago de impuestos, pero ahora has perdido más”, dice Arias, de Condusef.

Abogados de EU han estado llegando para ofrecer un caso en contra de Madoff por una
cifra inicial de 1,000 hasta 5,000 dólares, dependiendo de la cantidad que se hubiera
invertido. Con esto se paga a alguien para que haga el papeleo, ya que, con el tiempo, el
escenario más probable, según los abogados, es el de un caso de demanda colectiva. Los
abogados se quedarían con 20 o 30% de lo que quede. Un juicio de este tipo normalmente
tarda entre dos y cinco años.

Una mejor solución para muchos es demandar al banco Santander, que con su Fondo
Optimal fue la mayor fuente de clientes mexicanos para Madoff. Cremades & Calvo Sotelo,
una firma de abogados de Madrid, armó un grupo global de 34 despachos en 21 países para
iniciar una demanda colectiva.

El periódico Reforma también publicó una serie de anuncios de unos abogados de Miami
que desde allí detectaron el aroma de la oportunidad. En los anuncios se publicaba un
número telefónico y se invitaba a los defraudados a reunirse en hoteles de lujo, como el
Four Seasons. Expansión intentó localizarlos sin éxito.

Santander, que declinó hacer comentarios para este artículo, no es como se cree el malo de
la película. La institución ha ofrecido compensaciones a sus clientes, como paquetes de
acciones convertibles equivalentes al valor de su inversión inicial más un cupón adicional
de 2% anual. Desafortunadamente, alguien que haya invertido hace 10 años con Madoff
habría pensado que el valor de su inversión era cinco veces mayor, por lo que muchos
clientes rechazaron la oferta de Santander. Quienes aceptaron los paquetes accionarios no
podían tocarlos durante 10 años.

Por otro lado, Santander podría demandar a HSBC y PricewaterhouseCoopers, firmas a las
que contrató para supervisar el fondo. Incluso, había una oficina con 70 personas en Suiza
para asegurarse de que todo funcionara con precisión.
Es normal que algunos clientes huyan de la publicidad que un juicio pudiera generar. Un
abogado texano del caso Stanford ya solicitó al juez que no se divulguen los nombres de
sus clientes por temor a los secuestros en América Latina. Los otros inversionistas pueden
estar en la misma situación. “Incluso puede haber mexicanos que invirtieron con Madoff
que no han levantado la mano para decir, porque su dinero quién sabe de dónde venía”,
advierte Ostos.

Surgirán más detalles mientras los inversionistas esperan las resoluciones. Mientras tanto,
aquel cliente que perdió 40,000 dólares de sus ahorros, y que no es rico en comparación con
otros defraudados, cedió y terminó aceptando la oferta de Santander.

Tendrá que esperar una década para recuperar algo de su dinero, quizá 40% de su inversión
inicial en términos reales. De esta forma murieron sus sueños de seguridad financiera,
como los de otros miles. Su buena educación acaba cuando recuerda el primer email oficial
de su corredor: “Me tiró los huevos al suelo”.

EL CISNE NEGRO Y LA CRISIS PREVISIBLE


Hasta que se descubrieron los cisnes negros en Australia, todo el mundo asumía
que los cisnes eran blancos. Nassim Nicholas Taleb utiliza este ejemplo para
demostrar que no sabemos todo, aunque con frecuencia podamos llegar a
pensarlo.

1. Los bancos y los fondos de cobertura nos convencieron de que eventos  raros e
improbables eran más raros de lo que podríamos pensar. Pero son de lo más
común, y esto destruyó los sofisticados modelos matemáticos que se suponía
hacían que el mercado hipotecario de EU fuera a prueba de fuego.

2. Los eventos extremos también suceden, y tienen serias consecuencias como


las del 11 de septiembre de 2001.

3. Sócrates tenía razón: sabemos menos de lo que pensamos, así es que


tenemos que ser más cuidadosos.

4. ¿Por qué la gente confía en los expertos si una y otra vez la experiencia los
contradice?

5. Una vez que pasó el evento lo examinamos con lupa y explicamos las razones,
cuando en realidad nadie entiende la complejidad del mundo moderno.

El propio autor de El cisne negro, que tenía una carrera exitosa en diversos
bancos, dice que la crisis actual era totalmente predecible pero como no creíamos
que los eventos extremos podían suceder caminamos directamente hacia ella.

IMPERMEABLES

Después de Bernie Madoff parecía que no iban a darse más casos de fraude… hasta que
explotó Stanford. Aquí algunos tips (si invierte en Estados Unidos) para que los ahorros no
se esfumen bajo ninguna pirámide italiana:
• Los ahorradores casi siempre recibirán un trato preferencial por parte del gobierno de EU
en caso de una quiebra o salvamento de un banco. Por lo tanto, asegúrese de que su dinero
está bien depositado (como en una cuenta de cheques o de ahorros).
• Esté seguro de que su cuenta está protegida por el Federal Deposit Insurance Corporation
(FDIC). Trate de maximizar sus cuentas de ahorro o de cheques con una protección del
FDIC. Mientras más beneficiarios tenga, el pago del seguro será mayor. (Hasta 250,000
dólares por beneficiario y hasta cinco de éstos.)

• Asegúrese de que su cuenta está protegida (algunas cuentas o instrumentos no lo están.)


Pero también tome en cuenta que el FDIC podría tener problemas de liquidez en caso de
una crisis bancaria de gran envergadura, por lo cual podría tomarle varios años el pago a los
ahorradores.

• Cuentas múltiples con el mismo nombre o beneficiario directo podrían no recibir una
protección completa por parte del FDIC. Por ejemplo, si invierte 250,000 en Citibank y
otros 250,000 en Chase (directa o indirectamente, por medio de una de sus empresas) y
estas dos compañías quiebran, sólo recibiría protección por 250,000 dólares.

• Tenga cuidado con los depósitos estructurados, porque pueden poner en riesgo su capital,
por ser depósitos que tienen derivados.

Otras consideraciones:
1. Los bancos pequeños serán considerados como no estratégicos y pueden recibir poco o
nulo apoyo del gobierno de EU si se caen.

2. Es posible que tenga pérdidas debido a las deudas del banco y algunos credit default
swap (como el CDS, un contrato de seguro, en donde a cambio de pagar una prima, el
tenedor de un crédito puede asegurarse ante el riesgo de impago de un crédito que haya
concedido). Los CDS serían rasurados en caso de un salvamento del gobierno.

3. Podría sufrir pérdidas enormes, y hasta totales por deudas subordinadas de su banco,
puesto que serían recortadas en caso de un salvamento del gobierno, o si de plano no hay
ningún tipo de ayuda.

Las claves del mayor fraude de la historia


Publicado el 16-12-08 , por D. Badía / S. Pérez

Bernard Madoff, de 70 años de edad, ha sido el artífice de uno de los mayores fraudes de la
historia, que supone una nueva traba para que el inversor recupere la confianza en medio de
una de las peores crisis de todos los tiempos.

En 1960 creó una sociedad, llamada Bernard Madoff Investment Securities, y durante
principios de los noventa sirvió como presidente del consejo de Administración de Nasdaq,
categoría que ha podido influir para que las clases más apoderadas, principalmente de
Nueva York y Florida, le confiaran su fortuna.

Las primeras informaciones apuntan a cientos de miles de inversores afectados,


principalmente institucionales, con unas pérdidas totales de 50.000 millones de dólares
(unos 37.500 millones de euros), de los que más de 3.000 millones de euros se concentran
en manos españolas.

Pero, ¿cómo es posible que Madoff operara durante tantos años sin que nadie se diera
cuenta? Hasta que avance la investigación judicial, todavía quedan muchas preguntas sin
resolver. Lo cierto es que, por ahora, ha conseguido burlar la inteligencia de gestores de
fondos de primera fila, de los principales bancos del mundo, de sus propios auditores y,
principalmente, del organismo regulador de los mercados financieros de la primera
potencial mundial, el Securities Exchange Securities (SEC).

Según las primeras estimaciones, más de veinte firmas, entre las que se encuentran los
españoles Santander y BBVA, han reconocido ya su exposición de forma directa a través de
sus propios fondos o productos estructurados elaborados por los departamentos de tesorería
del banco, o indirecta, mediante la inversión en hedge fund o fondos de gestión alternativa
con exposición a Madoff.

La estrategia de inversión que presuntamente utilizaba Madoff se denomina split strike


conversion, que consistía en comprar acciones de grandes compañías (las más líquidas) y
opciones de compra y venta de los mismos títulos, lo que permitía ganar tanto en mercados
alcistas como bajistas. No es diferente a la que aplica buena parte de la banca de inversión,
pero la diferencia fundamental reside en las rentabilidades que ofrecía Madoff.

El interés gancho rondaba el 8% y el 12% anual garantizado, independientemente de la


evolución de la bolsa. De hecho, el retorno medio entre 1993 y 2007, periodo durante el
que sólo registró pérdidas durante cinco meses, fue del 8%.

Estafa piramidal
Esta estrategia aparentemente conservadora y esta rentabilidad gancho le sirvieron para que
de boca en boca sus productos fueran cobrando fama entre las grandes fortunas. Madoff era
miembro de los clubes de golf más exclusivos de Estados Unidos, que, en realidad,
funcionaban como canal de potenciales clientes.

Entre la víctimas de mayor renombre al otro lado del Atlántico se encuentran Fred Wilpon,
propietario de los Mets de Nueva York, Norman Braman, antiguo dueño del equipo de
fútbol americano, Philadelphia Eagles, o el presidente de GMAC, participada en un 51%
por Cerberus y un 49% por el consorcio automovilístico General Motors, Ezra Merkin.

Pero, en realidad, en vez de utilizar esa técnica de inversión, levantó una gigantesca
pirámide financiera. Su sociedad, Madoff Investment Securities, actuaba de intermediario o
gestor financiero, recibía nuevos fondos, con los que en vez de reinvertirlos, pagaba a los
inversores iniciales esas rentabilidades de entre el 8% y el 12%.

Pero, en medio de la crisis actual, esos fondos dejaron de llegar y los antiguos inversores
reclamaban la devolución de sus aportaciones, momento en el que se destapa el fraude y se
descubre el enorme agujero patrimonial con el que cuenta Madoff.
Desde su oficina, sita en el mismísimo corazón de Manhattan de Nueva York, el fraude se
ha hecho sentir a más de 5.700 kilómetros de distancia, en Madrid. El colombiano Andrés
Piedrahita ha sido uno de los nexos principales entre Madoff y los afectados españoles.

A través de la firma de la que es propietario, Fairfield Greenwich Group, que cuenta con
una oficina de representación en la capital de España, consiguió engatusar a los más ricos,
dispuestos a entrar con elevadas cantidades de dinero o mediante apalancamiento en los
fondos de Madoff, a cambio de una jugosa rentabilidad con un producto sin riesgo aparente.

Fairfield ha declarado que tiene 14.100 millones de dólares bajo gestión, de los que 7.500
millones se inviertieron en vehículos vinculados al gestor de origen judío. En España, la
firma de asesoramiento dirigida por Piedrahita comunicó ayer que la exposición de los
clientes en España a la estafa habría afectado a una inversión de 65 millones de euros.

Pese a que el impacto en España se prevé superior al de los productos estructurados ligados
a Lehman Brothers, rondando los 3.000 millones de euros, tal y como adelantó
EXPANSIÓN el pasado sábado, el porcentaje que realmente se encuentra en manos de
inversores españoles podría ser reducido.

Santander, por ejemplo, que es el banco más afectado en España, ha declarado una
exposición de 2.330 millones de euros, de los que 2.010 millones corresponden a inversores
institucionales y clientes de banca privada internacional, mientras que los 320 millones
restantes forman parte de las carteras de inversión de clientes de banca privada del grupo en
España. Ayer, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez,
quiso calmar los ánimos al confesar que ve ridículo el impacto que pueda tener el caso
Madoff sobre el sistema.

Avisos que pasaron por alto


No obstante, lo que está claro es que el escándalo Madoff deja en entredicho el actual
sistema regulatorio de Estados Unidos y podría ofrecer más argumentos para aquellos
legisladores que defienden un endurecimiento de las normas financieras. Pese a que la SEC,
el equivalente a la CNMV en EEUU, abrió a Madoff una investigación en 1992, le exoneró
de cualquier irregularidad.

Los elevados rendimientos que fue ofreciendo el astuto estafador durante varios ejercicios
consecutivos empezaron a levantar sospechas en el sector. Las firmas de asesores Acorn
Partners y Aksia recomendaron a sus clientes que no le confiaran su dinero, mientras que la
revista financiera Barrons puso en duda estas jugosas rentabilidades que ofrecía en un
artículo publicado en 2001.

Por otro lado, supone un duro golpe para la banca privada, ya muy tocada tras la quiebra de
Lehman Brothers, y para el sector de los hedge fund. El contagio del fraude hace prever que
aumenten las salidas de inversores y la caída de patrimonios de los hedge. En los últimos
cinco meses, estos fondos han sufrido una caída de patrimonio del 20%, desde casi dos
billones de dólares a nivel mundial hasta millón y medio, y los mayores reembolsos de su
historia, de más de 100.000 millones de dólares entre julio y noviembre.
En España, podría retrasar el asentamiento de estos productos en las carteras de los
inversores y los expertos creen, además, que esta crisis se llevará por delante muhcos
fondos libres y sólo quedarán los mejores.

Los inversores españoles no parece que vayan a salir muy perjudicados, pero junto con el
impacto que tenga la estafa sobre el sector de los hedge fund o fondos de fondos hedge, la
banca también podría sufrir pérdida de credibilidad.

El ministro de Economía, Pedro Solbes, cifró ayer en 38 millones de euros el impacto de la


estafa en fondos de pensiones y aseguradoras en España, y al menos 28 fondos españoles
pertenecientes a 15 gestoras (ver pág.21) se han visto afectados. Solbes cree que aunque se
habla de cantidades no importantes, sí afectarán a la credibilidad del sistema financiero.

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