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Narrador:

En el año 1908 en la provincia de Mvezo, Johannesburgo en


Sudáfrica, nace Nelson Rolihlahla Mandela, quien con el tiempo se
convertiría en uno de los líderes más influyentes del mundo
moderno y de la política africana.

Llegaría con el tiempo a ser uno de los presos políticos más


notables, tanto así que después de su excarcelación 27 años
después asumiría el poder como presidente de Sudáfrica
eliminando el apartheid y cambiando el estilo de vida de toda una
nación.

Presentador:

Desde este lugar Mandela logro unir a todo un pueblo e impulsar el


desarrollo económico y social de toda una nación, fue capaz de
lograr una tarea que para muchos era considerada imposible.

Narrador:

Mandela estudió Derecho en la Universidad de Fort Hare y


la Universidad de Witwatersrand. Cuando residía
en Johannesburgo, se involucró en la política anticolonialista, por lo
que se unió a las filas del Congreso Nacional Africano, y luego
fundó su Liga Juvenil. Tras la llegada al poder del Partido
Nacional en 1948, ganó protagonismo durante la Campaña del
Desafío de 1952 y fue elegido presidente regional del Congreso
Nacional Africano en la provincia de Transvaal. Presidió el
Congreso Popular de 1955. En su ejercicio como abogado, fue
varias veces arrestado por actividades sediciosas y, como parte de
la directiva del CNA, fue procesado en el Juicio por Traición desde
1956 hasta 1961. Influenciado por el marxismo, entró en secreto
al Partido Comunista Sudafricano (SACP) y fue parte de su comité
central. Pese a que estaba a favor de las protestas no violentas, en
asociación con la SACP fundó y comandó la
organización guerrillera/Umkhonto we Sizwe (MK) o «La Lanza de
la Nación» en 1961. En 1962 fue arrestado y acusado de
conspiración para derrocar al gobierno, por lo que fue sentenciado a
prisión perpetua durante el Proceso de Rivonia.

Presentador:

El apartheid que significa «separación» en africano fue un sistema


de segregación racial en Sudáfrica, este sistema de segregación
racial consistía en la creación de lugares separados, tanto
habitacionales como de estudio o de recreo, para los diferentes
grupos raciales, en el poder exclusivo de la raza blanca para ejercer
el voto y en la prohibición de matrimonios o incluso relaciones
sexuales entre blancos y negros. Esto fue una de las cosas a las
cuales Mandela se opuso siempre en su trayectoria como activista y
como político.

El propósito del apartheid era conservar el poder para la minoría


blanca quienes eran apenas el 21 % de la población, fue gracias a
la victoria del Partido Nacional en 1948 que este sistema fue
instaurado generando una segregación racial en un país de una
mayoría de habitantes negras pero con un poder administrado por
los blancos.

Narrador:

Prisionero durante 27 años (1963-1990) en penosas condiciones, el


gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera
puesto en libertad. Nelson Mandela se convirtió en un símbolo de la
lucha contra el apartheid dentro y fuera del país, en una figura
legendaria que representaba el sufrimiento y la falta de libertad de
todos los negros sudafricanos.

En 1984 el gobierno intentó acabar con tan incómodo mito,


ofreciéndole la libertad si aceptaba establecerse en uno de
los bantustanes a los que el régimen había concedido una ficción de
independencia; Mandela rechazó el ofrecimiento. Durante aquellos
años su esposa Winnie simbolizó la continuidad de la lucha,
alcanzando importantes posiciones en el Congreso Nacional
Africano. El ferviente activismo de Winnie no estuvo exento de
escándalos; años después, ya en los 90, se vería envuelta en un
polémico juicio en el que fue acusada de asesinato, si bien salió
absuelta.

Finalmente, Frederik De Klerk, presidente de la República por el


Partido Nacional, hubo de ceder ante la evidencia y abrir el camino
para desmontar la segregación racial. En febrero de 1990 legalizó el
Congreso Nacional Africano y liberó a Mandela, que se convirtió en
su principal interlocutor para negociar el desmantelamiento
del apartheid y la transición a una democracia multirracial; pese a la
complejidad del proceso, ambos supieron culminar exitosamente las
negociaciones. Mandela y De Klerk compartieron el Premio Nobel
de la Paz en 1993.

Presentador:

Mandela fue uno de los hombres más admirados del mundo. Lideró
la lucha por sustituir el régimen del apartheid por una democracia
multirracial en Sudáfrica. Aun desde la cárcel fue muy influyente el
pensamiento libertario de igualdad en Sudáfrica y el mundo entero.
Una vez libre, Mandela visitó muchos países y se reunió con líderes
mundiales mientras preparaba su candidatura para conquistar la
presidencia de Sudáfrica por la vía democrática. En su trayecto por
el mundo sumo el apoyo de diversos líderes quienes le admiraban
por su carácter pacifista y su temple a lograr una de las empresas
más arriesgadas y considerada por muchos imposible en Sudáfrica.

Las primeras elecciones democráticas en Sudáfrica se celebraron


en 1994. Los sudafricanos negros formaron largas colas para emitir
su voto por primera vez, en las que después de una larga lucha
contra el dominio de la minoría blanca en Sudáfrica, Nelson
Mandela se convirtió en el primer presidente negro de ese país.

Narrador:

Las elecciones de 1994 convirtieron a Mandela en el primer


presidente negro de Sudáfrica (1994-1999); desde ese cargo puso
en marcha una política de reconciliación nacional, manteniendo a
De Klerk como vicepresidente y tratando de atraer hacia la
participación democrática al díscolo partido Inkhata de mayoría
zulú. Una película del cineasta estadounidense Clint
Eastwood, Invictus (2009), reflejaría con bastante fidelidad el
Mandela de aquellos años; su apoyo a una selección nacional
formada por blancos durante la Copa Mundial de Rugby de 1995,
celebrada en Sudáfrica, muestra su empeño en integrar la minoría
blanca y la mayoría negra sirviéndose de aquel acontecimiento
deportivo y su firme voluntad de construir una nación para todos los
sudafricanos, sin distinción de raza.

Mandela inició el Plan de Reconstrucción y Desarrollo, que destinó


grandes cantidades de dinero a mejorar el nivel de vida de los
sudafricanos negros en cuestiones como la educación, la vivienda,
la sanidad o el empleo, e impulsó asimismo la redacción de una
nueva constitución para el país, que fue finalmente aprobada por el
parlamento en 1996. Un año después cedió la dirección del
Congreso Nacional Africano a Thabo Mbeki, destinado a convertirse
en su sucesor en la presidencia. En 1998, dos años después de
haberse divorciado de Winnie, contrajo matrimonio con Graça
Machel, viuda del antiguo presidente de Mozambique, Samora
Machel.

Junto con el arzobispo Desmond Tutu, que presidía la Comisión de


la Verdad y la Reconciliación, Nelson Mandela presentó en junio de
1998 el informe con las conclusiones de la Comisión. La talla del
dirigente africano quedó patente una vez más cuando, frente al
parecer del Congreso Nacional Africano, avaló las conclusiones del
informe, que señalaban no solamente los abusos y crímenes del
régimen segregacionista, sino también los cometidos por los
diversos grupos de los movimientos de liberación, incluido el
Congreso Nacional Africano. Tres meses antes de finalizar su
mandato, Mandela anunció que no pensaba presentarse a la
reelección. Le sucedió en la presidencia Thabo Mbeki, vencedor en
las elecciones de junio de 1999.

Presentador:

La influencia de Nelson Mandela estaba presentes en todos los


ámbitos de la vida moderna, fue un gran apoyo en la candidatura de
sudafrica como sede del Mundial de Futbol de 2010.

Este acontecimiento deportivo sirvió para mostrar la nueva cara de


sudafrica al mundo, su desarrollo como sociedad y su cultura se
pusieron de manifiesto durante la celebración de la copa del mundo.

Narrador:
Apartado de la vida política desde ese año, recibió múltiples
reconocimientos, si bien sus problemas de salud hicieron cada vez
más esporádicas sus apariciones públicas. Pese a su retirada, el
fervor que Mandela despertaba en sus compatriotas siguió vivo: en
2010 estuvo presente en las ceremonias del Mundial de Fútbol de
Sudáfrica, y recibió el caluroso apoyo de la multitud; en julio de
2013, estando el líder gravemente enfermo, la población
sudafricana se lanzó a las calles para celebrar su 95º aniversario.
Elevado a la categoría de uno de los personajes más carismáticos e
influyentes del siglo XX, su figura ha entrado en la historia como
encarnación de la lucha por la libertad y la justicia y como símbolo
de toda una nación.

Al momento de su fallecimiento, el 5 de diciembre de 2013 a los


95 años, Nelson Mandela era considerado el «padre de la nación»
sudafricana, así como el «padre fundador de la democracia», y el
«emancipador de la nación, su salvador, su George Washington y
su Abraham Lincoln». El biógrafo de Mandela, Anthony Sampson,
declaró que aún en vida el mito se había desarrollado alrededor de
su persona, y era «tan fuerte, que desvanecía la realidad», lo que le
convirtió en una especie de «santo secular». La presidencia de
Mandela, transcurrida una década, ha sido considerada como «los
años dorados de la esperanza y la armonía social». Fuera de las
fronteras sudafricanas se ganó el respeto mundial por su activismo
en contra del apartheid, y por fomentar la reconciliación entre las
diferentes razas, por lo que se le ha valorado como una «autoridad
moral» que tenía mucho «afán por la verdad».

A lo largo de su vida fue también blanco de críticas. Margaret


Thatcher describió al CNA como una «típica organización terrorista»
en 1987, lo que llamó la atención de la opinión internacional, pese a
que después instó a Botha para que liberase a Mandela

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