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Moral medica.

El término "ética" procede de la palabra griega "étos", que significa costumbres o conducta, y
tiene etimológicamente un significado equivalente al término "moral" que deriva del latín mos,
moris. Aunque ambas palabras tienen el mismo significado, a la moral se le suele atribuir una
connotación religiosa, mientras a la ética se le aplica un sentido más civil o secular.

El término "deontología" viene del griego deon, deontos, que significa deber, obligación, y a
veces se ha utilizado como sinónimo de ética y moral.

La idea de una ética médica existe desde los tiempos precristianos en que el griego Hipócrates,
nacido en el año 460 antes de Cristo, habló de los deberes éticos de los médicos y los plasmó
en lo que se conoce como el juramento hipocrático. Es un juramento en que los médicos se
comprometen a actuar ética y honestamente con sus pacientes. A Hipócrates se le considera
padre de la medicina ya que fue el primero en hacer ver que las enfermedades tenían causas
naturales no causadas por dioses o espíritus malignos.

Este texto tiene su origen en la antigua Grecia y es la primera forma de ética en el campo de la
medicina . Se calcula que se escribió entre los siglos V y III a.C.

Su nombre se debe al médico griego Hipócrates (460-370 d.C.), considerado el padre de la


medicina occidental. La tradición dice que escribió el texto para enseñar a sus discípulos a
comprometerse con la profesión.

Hipócrates fundó su propia escuela de medicina, que destacaba por su profesionalidad y


disciplina. Según su método, había que anotar todos los descubrimientos y métodos de
manera objetiva para poder adquirir conocimiento y compartirlo con otros médicos.

De aquella época son también los Tratados Hipocráticos, una recopilación de textos de más de
mil páginas sobre cuestiones médicas. Sin embargo, los expertos consideran que estos escritos
fueron redactados por los discípulos de Hipócrates y no por el propio médico.

Por último, la enseñanza hipocrática descansa en verdadera deontología médica, expresada en


los tratados Sobre la medicina antigua, Sobre la honestidad, Sobre el médico, los Preceptos y
sobre todo en el célebre Juramento Hipocrático, que comienza así:

«Juro por Apolo, médico, por Esculapio, por Higía y Panacea, por todos los dioses y todas las
diosas, poniéndoles por testigos, que cumplir de acuerdo con mis fuerzas y mi capacidad, el
juramento y el siguiente compromiso. (…) Dirigiré el régimen de los enfermos en su propio
beneficio, de acuerdo con mis fuerzas y mi juicio, y me abstendré de todo mal y de toda
injusticia. No daré veneno a nadie, aunque se me solicite, y no tomaré la iniciativa en tal
sugerencia; del mismo modo, no voy a dar a cualquier mujer un pesario abortivo. Basaré mi
vida y ejerceré mi arte en la inocencia y la pureza…»

Los médicos hipocráticos tratar a todos los pacientes, tanto a las personas libres como a los
esclavos, tanto los ricos como los pobres, tanto los hombres como las mujeres, los ciudadanos
como los extranjeros. «Donde está el amor por los hombres, está también el amor por el arte»,
declara uno de los aforismos de Hipócrates.
El dogmatismo.

Dogmatismo se refiere, de un modo general, a la tendencia de asumir ciertos principios o


doctrinas de un modo absoluto y tajante, sin admitir cuestionamientos.

La palabra dogmatismo es un sustantivo masculino que proviene del latín dogmatismus, y se


compone de "dogma", 'principio', 'pensamiento', y el sufijo -ismo, que indica que se trata de
una doctrina, sistema, escuela o movimiento.

La Medicina y su peor enemigo: el dogmatismo o "talibanismo" médico

Y es que, partiendo de la base de que la Medicina es y será siempre una ciencia inexacta con
todo lo que esto conlleva de inseguridad, incertidumbre y responsabilidad, la salida mas fácil y
la puerta mas cercana a la angustia del médico como ser humano vulnerable, es la del
dogmatismo, esto es: la transformación ilusoria de su profesión en una ciencia exacta, todo
ello merced a protocolos, guías o los últimos estudios publicados.

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