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Quisiera que este corto artículo pueda tener un propósito doble. El primero es el de animar
a los padres creyentes a que cumplan los deberes dados a nosotros por medio de la Palabra
de Dios de instruir a nuestros hijos en los caminos del Señor por medio de predicarles el
evangelio desde su más tierna edad –ellos también necesitan ser salvados. El segundo, es
responder a la pregunta ¿Por qué los Bautistas Reformados no bautizamos a nuestros
hijos? Y le he pedido al Señor que me ayude a hacerlo de una forma mansa, humilde y bíblica.
Sin lugar a dudas que, para cualquier padre cristiano, la salvación de sus hijos e hijas es
un asunto de suma importancia. Es tanta la importancia espiritual para nosotros, que nuestras
débiles oraciones están acompañadas de muchas lágrimas al Señor para que Él conceda la
salvación a ellos y los haga parte de Su familia celestial y eterna. Hacemos esto porque
entendemos que la salvación es del Señor (Jonás 2:9)
Primeramente debemos establecer cuáles son estos dos grupos. Para esto quisiera que
vayamos a la Escritura:
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte,
así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. (Rom 5:12)
Este versículo nos habla de Adán, su caída y los efectos universales de su caída. Quisiera
citar el comentario del Puritano-Presbiteriano Matthew Henry para que nos explique este
versículo y sus implicaciones en toda la humanidad:
Adán peca, su naturaleza se vuelve culpable y corrupta y así pasa a sus hijos. Así todos
pecamos en él. La muerte es por el pecado, porque la muerte es la paga del pecado.
Entonces entró toda esa miseria que es la suerte debida al pecado: la muerte temporal,
espiritual, y eterna. Si Adán no hubiera pecado no hubiera muerto, pero la sentencia de
muerte fue dictada como sobre un criminal; pasó a todos los hombres como una
enfermedad infecciosa de la que nadie escapa. Como prueba de nuestra unión con
Adán, y de nuestra parte en aquella primera transgresión, observa que el pecado
prevaleció en el mundo por mucho tiempo antes que se diera la ley de Moisés.
(Subrayado y negritas añadidos)
Este comentario es muy valioso, porque nos enseña que 1) todos los seres humanos
pecamos con Adán; 2) por ese pecado entra a la humanidad la muerte eterna (espiritual) de la
que nadie se escapa (es decir, a todos les llega); y, 3) estamos unidos con Adán y hemos
participado en su pecado.
Ahora debemos preguntarnos: ¿Desde cuándo estamos unidos con Adán? Aquí
solamente hay dos posibles respuestas: 1) desde nuestro nacimiento; o, 2) desde que
cometimos nuestro primer pecado.
Perdón si le parezco muy simplista en la manera en que presento este caso, pero quisiera
precisamente eso: explicar de una manera sencilla, clara y comprensible lo que nosotros, los
Bautistas Reformados, creemos y practicamos con referencia a nuestros hijos.
También hay otro versículo que me gustaría presentar, y en este vemos a dos
protagonistas:
Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la
resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en
Cristo todos serán vivificados. (1Co 15:21, 22)
Aquí vemos claramente los dos grupos del que hablé al principio. Ahora se nos habla de
Adán –en quien todos mueren; y de Cristo –en quien todos serán vivificados. Aunque el
sentido de la Escritura no requiere de mucha exégesis y hermenéutica para comprender su
interpretación, quisiera citar nuevamente un comentario del Puritano-Presbiteriano Matthew
Henry:
A todos los que por fe se unen a Cristo, por su resurrección se les asegura la propia.
Como por el pecado del primer Adán todos los hombres se hicieron mortales, porque
todos obtuvieron su misma naturaleza pecaminosa, así, por medio de la resurrección
de Cristo todos los que son hechos partícipes del Espíritu, y de la naturaleza espiritual,
reviviremos y viviremos por siempre. (Subrayado y negritas añadidos)
Es decir, mientras un ser humano “no esté unido por la fe a Cristo”; entonces permanece
“unido con Adán” en su pecado, con la misma naturaleza pecaminosa y la misma condenación
espiritual. (Favor notar que Matthew Henry habla de una “unidad por nacimiento con Adán”
al comentar sobre nuestro pasaje anterior de Rom 5:12; y en este comentario último habla de
una “unidad por fe en Cristo”)
La Teología del Pacto Bautista Reformada, reconoce esto y observa que la Biblia divide
a la humanidad en dos grupos: 1) los que están unidos con Adán; y, 2) los que están unidos
con Cristo; donde Adán y Cristo son las Cabezas Federales de dos pactos diferentes: Adán es
la Cabeza Federal del Pacto de Obras en el Edén; y Cristo es la Cabeza Federal del Pacto de
Gracia prometido después de la caída (Gn 3:15) y concluido en la cruz del Calvario.
Adán es representante de todos los seres humanos; Cristo es el representante de los
electos.
Ahora, con esta introducción breve y muy concisa de la Teología del Pacto Bautista
Reformada, podemos hacernos nuevamente la pregunta: ¿Nacen los hijos de los creyentes
unidos en Adán, o nacen unidos en Cristo?
Nosotros creemos que la Biblia nos enseña que los hijos de toda la humanidad, sean estos
hijos de creyentes o incrédulos, sean de la raza que sean, sean de la nacionalidad que sean,
sean del color que sean; todos nacemos en unión con Adán – separados de Cristo; es decir,
nacemos bajo la ira de Dios.
Pablo –teniendo en él la circuncisión– lo explica de ese mismo modo: “… y éramos por
naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás” (Ef 2:3)
Esa palabra “por naturaleza” es muy importante para esta breve exposición. En otros
pasajes de las Escrituras ha sido traducido como “por nacimiento” (por naturaleza = por
nacimiento) Parafraseando sería: “y éramos por nacimiento hijos de ira, lo mismo que los
demás”
Juan Calvino comenta de este versículo –Efesios 2:3– en los siguientes términos:
“Y éramos por naturaleza hijos de ira” Todos los hombres sin excepción, sean judíos o
gentiles (Ga 2:15,16) son aquí pronunciados como culpables; hasta que ellos sean
redimidos por Cristo; así que, fuera de Cristo, no hay justicia, ni salvación, y, en
resumen, no hay excelencia. (Subrayado y negritas añadidos)
Artículo original:
La Responsabilidad de los Bautistas Reformados con sus Hijos
http://guillermodelama-bautistareformado.blogspot.pe/2016/10/la-responsabilidad-de-los-
bautistas.html
FEDERALISMO
1689
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