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Trabajo de La Donum Veritatis
Trabajo de La Donum Veritatis
“DONUM VERITATIS”
ÍNDICE
1. CONTEXTUALIZACIÓN E INTRODUCCIÓN.................................................................. 3
5. MAGISTERIO Y TEOLOGÍA.......................................................................................... 6
6. CONCLUSIÓN .............................................................................................................. 8
BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................... 10
1. CONTEXTUALIZACIÓN E INTRODUCCIÓN
A lo largo de este punto se nos expone como es Dios, que es movido por un amor sin
medida, el que se acerca al hombre y le acompaña en su caminar, introduciéndolo en la
verdad y alcanzando este acto su plenitud en la muerte del Hijo en la cruz, que vence la
muerte, y que se actualiza por el Espíritu “hacia la verdad plena” (Jn 16,13).
Posteriormente se nos habla de la fuerza unificante de la verdad, que une a los hombres
en su camino hacia Dios y a la vez los hace libres, y de cómo, según nos apunta el
Concilio Vaticano II.2 El pueblo de Dios responde a esta llamada a través de una vida de
fe de la totalidad de los fieles que ha de ser reavivada por medio de la reflexión.
1
Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción Donum Veritatis, nº 1. [En línea]. Librería Editrice
Vaticana: Roma, 1990-03-24.
<http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19900524_theo
logian-vocation_sp.html#top>. [Consulta: 30 dic. 2018]
2
Cf. Constit. dogm. Dei Verbum, nº 5.
En este apartado se nos explica la vocación del teólogo como una de las diferentes
vocaciones que el Espíritu suscita en la Iglesia, y como esta, junto con el Magisterio,
tiene la función de lograr una comprensión cada vez mayor de la Palabra de Dios.3
El teólogo no debe olvidar nunca que es miembro del pueblo de Dios y que sus
investigaciones teológicas deben enmarcarse dentro de la fe de su Iglesia, por lo que en
su esencia se encuentran la discusión imparcial y objetiva, el diálogo fraterno, la
apertura y la disposición de cambio de cara a las propias opiniones.5
Ante estas afirmaciones, la instrucción solo puede concluir este apartado afirmando que
la libertad de investigación del teólogo:
“se inscribe dentro de un saber racional cuyo objeto ha sido dado por la
revelación, transmitida e interpretada en la Iglesia bajo la autoridad del
Magisterio y acogida por la fe.” (nº 12)
A la vez que afirma que desatender a dichos datos sería lo mismo que dejar de hacer
teología.
3
Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción Donum Veritatis, nº 6...
4
Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción Donum Veritatis, nº 9...
5
San Juan Pablo II, Discurso a los teólogos en Altötting, 18-11-1980: ASS 73 (1981) 104: L´Osservatore
Romano, edición española, 30-11-1980, pág. 10.
Este apartado nos introduce en como Dios dio a su Iglesia, por el don del Espíritu Santo,
la participación de su infalibilidad.6 Los pastores de la Iglesia, como sucesores de los
apóstoles, deben guardar, exponer y difundir la palabra de Dios, a la que sirven.7
El Magisterio afirma la Alianza instaurada por Dios en Cristo con su pueblo, y por tanto
solo es comprensible en el marco de la doctrina cristiana al ser algo que nace de la
economía de la fe en favor de todo el pueblo de Dios.
6
Cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración Mysterium Ecclesiae, nº 2: AAS65 (1973) 398
s.: L’Osservatore Romano, edición española, 15 de julio de 1973, pág. 9.
7
Cf. Constit. dogm. Dei Verbum, nº 10.
8
Cf. San Pablo VI, Encicl. Humanae vitae, nº 4: AAS 60 (1968) 483.
9
Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción Donum Veritatis, nº 17...
5. MAGISTERIO Y TEOLOGÍA
En este último apartado, la instrucción nos expone primero como las relaciones entre el
Magisterio y la teología se basan en su fin común que es conservar al pueblo de Dios en
la Verdad, de manera especial cuando la colaboración entre ambos se en el mandato al
teólogo de enseñar, presentar y explicar la doctrina de la fe.
Ente el Magisterio y el teólogo pueden surgir tensiones, pero deben primar la “unitas
veritatis” y la “unitas caritatis”. El teólogo ha de cuidar el no presentar sus opiniones
como conclusiones indiscutibles y en caso de dificultades no podrá faltar una actitud
fundamental de disponibilidad a acoger lealmente la enseñanza del Magisterio.11 Frente
a una actitud de conflicto persistente, debe estar dispuesto a examinar el problema en
profundidad, que puede ser una invitación a sufrir en silencio y oración.
Este subapartado con el que se cierra la instrucción nos pone de frente aquellas
ocasiones de actitudes de oposición organizadas sistemáticamente llamadas “disenso”,
entre cuyos factores se encuentran el liberalismo filosófico, una opinión pública
artificialmente orientada y sus conformismos, y la pluralidad de culturas y de lenguas.
El disenso tiene diversos aspectos, el más radical pretende un gran cambio en la Iglesia
y su justificación se apoya principalmente en argumentos de orden hermenéutico y del
10
Cf. Constit. dogm. Lumen gentium, nº 25; C.I.C., c. 752.
11
Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción Donum Veritatis, nº 26-29...
El disenso no se justifica por la libertad del acto de fe. El derecho a la libertad religiosa
constituye el fundamento del respeto a los derechos humanos y, por tanto, no se puede
apelar a ellos para oponerse al Magisterio, que en ocasiones se ve obligado a tomar
medidas onerosas, contra aquel teólogo en antítesis con el “sentire cum Ecclesia”.
Por último, tampoco puede ser excusa el argumento del deber de seguir la propia
conciencia, pues la recta conciencia del teólogo supone la fe en la palabra de Dios, pero
también el amor a la Iglesia y el respeto al Magisterio.
12
Cf. San Juan Pablo II, Encicl. Redemptor hominis, nº 19: AAS 71 (1979) 308: L’Osservatore Romano,
edición española, 18 de marzo de 1979, pág. 12; Discurso a los fieles de Managua, 4 de marzo de 1983,
n. 7: AAS 75 (1983) 723: L’Osservatore Romano, edición española, 13 de marzo de 1983, pág. 14.
13
Cf. Constit. dogm. Lumen gentium, nº 12.
14
Cf. San Pablo VI, Exort. apost. Paterna cum benevolentia, nº 4: AAS 67 (1975) 15: L’Osservatore
Romano, edición española, 22 de diciembre de 1974, pág. 3.
15
Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción Donum Veritatis, nº 39...
6. CONCLUSIÓN
Como conclusión el documento nos propone meditar la figura de la Virgen María como
imagen perfecta de la Iglesia y como aquella cuya adhesión a la fe fue inmediata
guardando y meditando la palabra de Dios en su corazón. Debe ser ella quien guíe y
muestre el camino a los teólogos de la Iglesia.
Por último, el documento invita a los obispos a mantener relaciones de confianza con
los teólogos, para “poder estar cada vez más al servicio de la Palabra y al servicio del
pueblo de Dios.”
A lo largo de los siglos la teología ha ido explorando los diversos caminos para llegar a
Dios, en algunas ocasiones con más acierto que en otras, pero siempre siendo un factor
importante para la sociedad del momento. Hoy en día no podemos obviar el hecho de
que la teología ha perdido buena parte de su influencia social y su papel protagonista
dentro de buena parte de los ámbitos eclesiales.
Y este error no hace más que agravarse cuando de los que hablamos son los sacerdotes o
aquellos que se forman para tan sagrado ministerio pues, como bien apunta el
documento según lo que ya exponía San Gregorio Magno en su Regla Pastoral, “no se
puede poner a guiar al rebaño a aquel que no conoce el camino.”
Esto solo se podrá lograr si todos los miembros que formamos la Iglesia trabajamos
unidos, en espíritu de servicio y humildad, dejando a un lado nuestras diferencias y
dejándonos, como dice la instrucción, guiar por la jerarquía eclesial representada en el
Sumo Pontífice y en los Obispos, que en su figura representan la sucesión apostólica y
la catolicidad de la Iglesia que el Señor le concedió en su fundación.
Seamos pues, piedras vivas del edificio que constituye la Iglesia y caminemos juntos
hacia la Verdad, para poder gozar algún día del descanso de Dios y poder ver con su
mirada de amor misericordioso. Y no solo eso, sino que seamos verdaderos apóstoles
que acerquen a muchos hasta Él. Seamos Iglesia viva y seamos Iglesia en salida,
siempre apoyados en la teología y siempre en camino hacia Dios.
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
En este apartado expongo la bibliografía general del trabajo, tanto los textos y páginas
web que he utilizado para la realización del mismo como textos y páginas web para
poder ampliar las investigaciones procedentes de los temas tratados durante el mismo.
Fontana S., “El teólogo según la Instrucción “Donum veritatis”. Una relectura útil
para la Doctrina Social de la Iglesia.”, Osservatotio Internazionale Cardinale Van
Thuân, 2017. [En línea].
San Juan Pablo II, Discurso a los fieles de Managua, 4 de marzo de 1983: AAS 75
(1983): L’Osservatore Romano, edición española, 13 de marzo de 1983.
San Juan Pablo II, Discurso a los teólogos en Altötting, 18-11-1980: ASS 73 (1981):
L´Osservatore Romano, edición española, 30-11-1980.
San Juan Pablo II, Encíclica Redemptor hominis: AAS 71 (1979): L’Osservatore
Romano, edición española, 18 de marzo de 1979.