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Bíblica
Curso 2017-2018
Tema 1 ¿Cómo leer la Biblia?
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Bibliografía sobre la historia del pueblo de Israel y su interpretación: M. NOTH, Historia de Israel,
Barcelona 1966; J. BRIGHT, La historia de Israel, Bilbao 131993; H. RINGGREN, La religion d'Israel, París
1966; R. de VAUX, Historia antigua de Israel, 2 vol., Madrid 1975; Instituciones del Antiguo Testamento,
Barcelona 1964; J. S. CROATTO, Historia de salvación. La experiencia religiosa del pueblo de Dios, Estella
(Navarra) 1995; S. HERRMANN, Historia de Israel, Salamanca 1985; H. CAZELLES, Historia política de
Israel desde los orígenes a Alejandro Magno, Madrid 1984; En busca de Moisés, Estella (Navarra) 1981; M:
COLLIN, Abrahán, Estella (Navarra) 1987; Estudios Bíblicos 52 (1994) nn. 1-2: “La nueva crítica del
Pentateuco”; J. GONZÁLEZ ECHEGARAY, El Creciente fértil y la Biblia, Estella (Navarra) 1991;
Arqueología y evangelios, Estella (Navarra) 21999; R. MICHAUD, Los Patriarcas. Historia y teología,
Estella 1983; AAVV, “Arqueología bíblica” en Reseña Bíblica (1998) Estella; “El Pentateuco”, en Reseña
Bíblica (1996) Estella; F. CASTEL, Historia de Israel y de Judá desde los orígenes al siglo II después de
Cristo, Estella 1984; E. SCHÜRER, Historia del pueblo judío en tiempos de Jesús, edición dirigida y revisada
por G. Vermes, F. Millar y M. Black, 2 vol., Madrid 1985; A. PAUL, El mundo judío en tiempos de Jesús.
Historia política, Madrid 1984; G. W. AHLSTRÖM, The History of Ancient Palestine from the Palaeolithic
Period to Alexander's Conquest, (Journal for the Study of the Old Testament, Supplement Series 146),
Sheffield 1993; N. K. GOTTWALD, The Tribes of Yahweh. A Sociology of the Religion of Liberated Israel
(1250-1050) bc.), Londres 1980; H. HAYES y J. M. MILLER, Israelite and Judean History, Londres 1977;
W. KELLER, Y la Biblia tenía razón, Barcelona 1960. Muy importantes las tres obres de N. P. LEMCHE,
Ancient Israel. A new History of Israelite Society, (The Biblical Seminar, 5), Sheffield 1988; Early Israel.
Antropological and Historical Studies on the Israelite Society before the Monarchy, (Supplements to Vetus
Testamentum XXXVII), Leiden 1985; The Canaanites and Their Land. The tradition of the Canaanites,
(Journal for the Study of the Old Testament, Supplement Series 110), Sheffield 1991; J. A. SOGGIN, Nueva
historia de Israel. De los orígenes a Bar Kochba, Bilbao 1997; J. GUILLÉN TORRALBA, Los Patriarcas.
Historia y leyenda, Madrid 1987; F. FERNÁNDEZ RAMOS, “La Biblia en su conjunto”, en Colligite, 87
(1976), 243-267; F. GARCÍA LÓPEZ, “Dios en la Biblia 1. Antiguo Testamento”, en Diccionario teológico:
El Dios Cristiano, editado por X. PIKAZA y N. SILANES, Salamanca 1992; también se puede consultar: A.
GONZÁLEZ LAMADRID, Las tradiciones históricas de Israel, Estella (Navarra) 1993; N. LOHFINK, Las
tradiciones del Pentateuco en la época del exilio, (Cuadernos bíblicos nº 97), Estella (Navarra) 1999; J.
MAIER, Entre los dos testamentos. Historia y religión en la época del segundo templo, Salamanca 1996; J.
KONINGS, La Biblia, su historia y su lectura. Una introducción, Estella (Navarra) 1995; W. F. ALBRIGHT,
Arqueología de Palestina, Barcelona 1962; J. BRIEND (ed.), Israel y Judá en los textos del Próximo Oriente
Antiguo, Estella (Navarra) 1982; D. NOËL, Los orígenes de Israel, Estella 1999. Para la historia del Próximo
Oriente baste señalar algunas obras básicas: P. GARULLA; V. NIKIPROWETSKY, El Próximo Oriente
Asiático. Los imperios mesopotámicos. Israel, Barcelona 1978; F. DAUMAS, La civilisation de l'Egypte
ancienne pharaonique, París 1971 (obra clásica de un gran egiptólogo); J. M. BLÁZQUEZ, Historia del
Oriente Antiguo, Madrid 1992; M. LIVERANI, El Antiguo Oriente. Historia, sociedad y economía, Madrid
1995; J. SANMARTÍN / J. M. SERRANO, Historia antigua del Próximo Oriente. Mesopotamia y Egipto,
Madrid 1998.; J. L. SICRE, “Los orígenes de Israel. Cinco respuestas a un enigma histórico”: Estudios
Bíblicos 46 (1988) 421-456. (Cf. más bibliografía en anexo).
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Tema 1 ¿Cómo leer la Biblia?
TEMA 1
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Dice H. W. Robinson que “el AT es primordialmente un libro de historia, en el que se han incorporado
otros géneros literarios”. “La historia constituye el tema principal de la literatura del AT”. Sin embargo, no
podemos entender la historia bíblica en el sentido ciceroniano clásico de memoria del pasado.
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En realidad, ninguna historia es neutral. Están ya superadas las tesis del historicismo liberal alemán del siglo
XIX que tenía la pretensión de poder reproducir la historia en estado bruto y libre de toda interpretación. Se
trata de un ideal no sólo irrealizable, sino incluso contrario a las leyes del conocimiento humano. Los hechos,
para que sean inteligibles y accesibles, deben ser expresados con palabras, y toda verbalización es ya una
interpretación. No existe más historia que la interpretada y narrada. En la Biblia hay historia pero, como
veremos más adelante, interpretada desde la fe.
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Tema 1 ¿Cómo leer la Biblia?
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Tema 1 ¿Cómo leer la Biblia?
Dios sale al encuentro del hombre para responder a sus interrogantes más
profundos y para abrirle nuevas posibilidades que él ni siquiera podría pensar o
sospechar. La Biblia es el libro de la esperanza. Su lectura produce siempre
una apertura hacia el futuro. Pero esa mirada al futuro tiene también, a su vez,
su justificación en la experiencia vivida en el pasado. Lo que Dios hizo en el
pasado se convierte en garantía de lo que hará en el futuro. ¿Cómo lo ocurrido
y experimentado en el pasado puede convertirse en norma de lo que ocurrirá en
el futuro? ¿Cómo un individuo, un grupo o un pueblo puede anticipar las
vivencias de otros individuos, de otros grupos o de otros pueblos?
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Tema 1 ¿Cómo leer la Biblia?
Leer la Biblia exige entrar en el mundo del texto y atraer hacia uno mismo
ese mundo. Se trata de caminar hacia el texto bíblico para comprenderlo en
si mismo. Caminar hacia el texto supone realizar un gran esfuerzo para
situarnos dentro del ambiente histórico-cultural en que nació. Sólo así lo
comprenderemos debidamente. Significa, por lo tanto, renunciar a nuestros
prejuicios y categorías para no prejuzgar de antemano lo que el texto quiere
decirnos. Si, en lugar de partir del texto, partimos de nosotros y de nuestros
conceptos y categorías estamos desfigurando el sentido mismo del texto; en
lugar de leer lo que Dios nos expone a través del texto bíblico, nos estamos
leyendo a nosotros mismos en él o, a lo sumo, expresamos nuestras ideas y
sentimientos con palabras bíblicas.
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Tema 1 ¿Cómo leer la Biblia?
historia. Es la creación o invención de una historia particular para explicar un fenómeno cuyas causas se
desconocen. Por ejemplo: Gen 32,32-33.
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Etimología: Para explicar nombres de personas o lugares. La etimología busca el origen de los vocablos.
En la Biblia se usan a veces etimologías populares, no científicas, pero altamente significativas, como por
ejemplo: el nombre de Israel (Gen 35,10).
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Cf. Konings, J., La Biblia, su historia y su lectura. Una introducción, Estella (Navarra) 1995, 27.
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Es como dos personas: tienen unos rasgos esenciales en común, pero son diferentes en todo.
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Sincronía (del griego sun (juntamente, junto, a la vez) y cronoj (tiempo): considera y estudia la realidad en
un momento dado de su existencia histórica. Diacronía (del griego dia (a través de) y cronoj): estudia los
fenómenos que ocurren a lo largo del tiempo; considera la realidad en su largo proceso histórico.
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El que construye una máquina conoce mejor sus posibilidades que el simple usuario de la misma.
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Tema 1 ¿Cómo leer la Biblia?
Otro dato a tener muy en cuenta es que, cuando nos acercamos a la Biblia, nos
encontramos con un texto ya fijo y establecido, en estado adulto. Pero este
texto no nació ya adulto. Los textos bíblicos pasaron por una fase o etapa
constituyente. Durante dicha fase constitutiva el texto básico sufrió
modificaciones, adiciones, glosas explicativas, correcciones, acentuaciones
diversas, interpretaciones distintas, etc. Desde que se produjo el hecho hasta
que fue puesto por escrito15, desde que habló un profeta hasta que su profecía
fue consignada de forma definitiva en un libro..., los hechos, las palabras y las
mismas personas protagonistas de los acontecimientos vivieron en la tradición
oral16. Y según fueran los lugares, los tiempos y las circunstancias, esta
tradición oral acentuaba determinadas acciones y silenciaba otras, destacaba
unos matices y olvidaba otros que en otro momento no interesaban17.
15
Ejemplo: desde que los hebreos salieron de Egipto hasta que se escribió la historia de Israel; desde la
muerte de Jesús hasta que fueron escritos los evangelios...
16
Cf. Croatto, J. S., Historia de la Salvación. La Experiencia religiosa del pueblo de Dios, Estella (Navarra)
1995, 27-8.
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Pensemos, por ejemplo, en los cuatro evangelios que son la presentación desde distintos ángulos de un
mismo acontecimiento: el hecho de Jesús.
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Cf. Briend, J., El Pentateuco, Cuadernos Bíblicos nº 13, Estella (Navarra), 1976.
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Tema 1 ¿Cómo leer la Biblia?
Hoy día nadie podría escribir de esta forma sobre el Pentateuco; tanto ha
cambiado el panorama de la exégesis científica en solo veinte años. Los
estudios actuales están sometiendo a revisión y crítica todo lo concerniente al
estudio de estas fuentes o documentos. Pocos autores, al presente, se atreven a
exponer claramente sus teorías, más o menos novedosas, sobre la formación de
los primeros libros de la Biblia. Nada se ve libre de discusión en este gran
edificio de hipótesis al que los exegetas se acostumbraron y en el que vivieron
a gusto durante más de un siglo. Pienso que, con el tiempo, se llegará a un
nuevo consenso, pasadas las turbulencias que se advierten ahora en el mapa
meteorológico de la exégesis. Supongo que dicho consenso seguirá
conteniendo muchos de los elementos del antiguo, aunque de forma claramente
mejorada. Pero, en el momento presente, en los congresos científicos
internacionales o en las publicaciones especializadas, se tiene la impresión de
un caos de hipótesis o de una cantera en la que sólo se comienzan a cortar los
primeros sillares. Y se hace para construir un edificio nuevo y completo.
Algunos presentan los planos de una teoría del Pentateuco completamente
nueva. Incluso la Historia deuteronomista de Martin Noth lucha por
sobrevivir. Además, cada vez más textos del Antiguo Testamento ven
cambiada su datación, siempre hacia época más tardía. ¿Qué ha ocurrido?
¿Es que los arqueólogos han sacado a la luz nuevos textos que muestran
de manera convincente que los análisis antiguos eran falsos?
Curiosamente, esos nuevos textos que se han añadido, como los de Qumrán,
apenas han contribuido al huracán que se abate sobre la crítica del Pentateuco.
Tampoco el mayor conocimiento que ahora tenemos de las culturas antiguas de
Mesopotamia, Egipto y Siria ha contribuido a clarificar sobremanera las cosas.
Lo único que ha pasado es que han estallado de nuevo las controversias del
siglo anterior. Los datos son los mismos. Los métodos y los modelos son
también los mismos. Entonces, ¿qué ha ocurrido? Hasta después de la Segunda
Guerra Mundial la exégesis científica del Antiguo Testamento era
esencialmente una realidad germano-anglo-francesa y, principalmente,
protestante. Pero pronto se hicieron presentes también estudiosos católicos y
judíos. Además, países católicos como Francia e Italia intentaron delimitar una
nueva exégesis bíblica universitaria distinta de la exégesis bíblica eclesiástica.
También, en Estados Unidos, se han creado “departamentos” bíblicos y nuevos
programas de estudios bíblicos. Además, geográficamente, la exégesis bíblica
ya no sólo se practica en algunos países de Europa y América del Norte;
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Un intento de presentar esta nueva situación aparece reflejado en la obra de Norbert Lohfink, Las
tradiciones del Pentateuco en la época del exilio, Cuadernos bíblicos nº 97, Estella (Navarra) 1999. Para
mayor información es necesario consultar dos obras aparecidas en la colección “Le monde de la Bible” que
reúnen una historia detallada de las últimas investigaciones sobre las tradiciones del Pentateuco y las posturas
de los distintos especialistas: Albert de Pury, Le Pentateuque en question. Les origenes et la composition des
cinq premiers livres de la Bible à la lumière des recherches récentes, París 1989; Albert de Pury, Thomas
Römer, Jean-Daniel Macchi, Israël construit son histoire. L’historiographie deutéromiste á la lumière des
recherches actuelles, París 1996. Estas dos últimas obras no han sido traducidas al castellano. Sin embargo, la
investigación sobre el Pentateuco aparece bien resumida en la obra de R. N. Whybray, El Pentateuco. Estudio
metodológico, Bilbao 1997. También se puede ver: J. L. Sicre, ‘La investigación sobre la historia
deuteronomista. Desde Martin Noth a nuestros días’, en Estudios bíblicos 54 (1996) 361-415. Y, sobre todo,
aconsejo la lectura de la obra de Félix García López, La Torá. Escritos sobre el Pentateuco, Verbo Divino,
Estella (Navarra), 2012.
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Un dato a tener muy en cuenta es que los análisis histórico-críticos de estas distintas tradiciones hacen
olvidar a menudo que ninguna de ellas es el texto actual. La obra que poseemos es una estructura literaria
nueva, que establece de por sí su nivel de lectura. La identificación de las tradiciones sirve para una pre-
lectura, muy orientadora, pero no da la clave hermenéutica del texto, que es postexílico.
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Los ejemplos que hemos mencionado nos confirman lo que hemos dicho sobre
la relación existente entre hecho e interpretación. La Biblia nos ofrece, pues,
una historia interpretada, o una interpretación historificada. Por ejemplo,
los libros de Job, Ester, Judit o Tobías son ilustraciones bien palpables de la
providencia divina; leerlos como historia sería hacerles una grave injuria. Son
más que historia. Muchas fiestas e instituciones existentes en Israel (como la
fiesta de la pascua, por ejemplo) no son de su propia cosecha. Eran ritos,
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Lo mismo podríamos decir de la esterilidad de las mujeres de los patriarcas, o de las plagas de Egipto. Esta
multiplicidad de hechos es aplicable igualmente el Nuevo Testamento (Mc 10,46ss; Mt 20,29ss).
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6. FUENTES
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La historiografía es el arte de escribir la historia. El estudio bibliográfico y crítico de los escritos sobre
historia y sus fuentes y de los autores que han tratado de estas materias.
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Un resumen muy interesante sobre la geografía y la arqueología bíblicas, con abundante bibliografía, lo
encontramos en: J. González Echegaray, 'Geografía y arqueología bíblicas ', en: AAVV, La Biblia en su
entorno, (obra en colaboración coordinada por J. M., Sánchez Caro), Estella (Navarra) 1992, pp. 23-117. Y
también en esta misma obra actualizada: Carbajosa, Ignacio; González Echegaray, Joaquín; Varo, Francisco,
La Biblia en su entorno, IEB 1, Verbo Divino, Estella 2013.
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libros 1 y 2Mac se ocupan, cada uno a su manera, de la historia de los siglos III
y II a.C. De los libros del Nuevo Testamento, únicamente los evangelios
proporcionan algunos elementos aprovechables para una reconstrucción
histórica. De ahí que para este período las fuentes extrabíblicas24 sean
imprescindibles. Paralelamente a las fuentes literarias25 conocidas ya desde
antiguo, los descubrimientos arqueológicos de los últimos tiempos han
proporcionado una gran cantidad de materiales fundamentales para la historia
del período citado. Las monedas y las inscripciones encontradas aportan a la
interpretación histórica una ayuda indirecta para comprender los desarrollos
económicos y sociales de la época.
Por lo que toca a las fuentes bíblicas hay que hacer varias observaciones.
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Una descripción detallada de todas estas fuentes extrabíblicas se encuentra en: E. SCHÜRER, Historia del
pueblo judío en tiempos de Jesús, edición dirigida y revisada por G. Vermes, F. Millar y M. Black, 2 vol.,
Madrid 1985, pp. 39-166. La fuente extrabíblica más importante es sin duda la obra del historiador Flavio
Josefo. En su De Bello Judaico nos describe la gran guerra contra Roma (libros III-VII), ocupándose
igualmente de la prehistoria de la rebelión (libros I-II) desde Antioco IV hasta la muerte de Herodes. En su
Antiquitates Iudaicae presenta un panorama de la historia del pueblo judío desde la creación hasta el año 65
d.C., dedicando los libros XII-XX al período que nos concierne. Josefo utiliza citas de numerosos
historiadores, como Nicolás de Damasco. Otros historiadores, griegos y latinos, a tener en cuenta para la
historia de Palestina en este período son Polibio, Diodoro Sículo, Estrabón, Tito Livio, Plutarco, Tácito,
Suetonio, Apiano y Dión Casio. Junto a las obras de los historiadores son interesantes las obras de la literatura
apócrifa. Las más importantes se hallan traducidas al castellano en: A. Diez Macho (ed.), Apócrifos del
Antiguo Testamento, Vols. I-V, Madrid 1983-86. Otra de las fuentes literarias extrabíblicas la constituye la
literatura rabínica. Tanto en los targumes como en la Misná, en la Tosefta, en los midrases y en el Talmud de
Babilonia y de Jerusalén, se encuentran referencias a la historia de este período.
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El historiador judío Flavio Josefo e historiadores griegos y latinos como Polibio, Diodoro Sículo, Estrabón,
Tito Livio, Plutarco, Tácito, Suetonio, Apiano y Dión Casio…
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Entre los manuscritos más importantes citamos: Los papiros de Wadi ed-Daliyeh, se 375-335 a. C., que
aclaran la situación de Samaría en el siglo IV y confirman la destrucción de la ciudad por las tropas de
Alejandro; los papiros del archivo de Zenón que reflejan la situación económica y administrativa de Palestina
en el siglo III a. C.; los manuscritos de Qumrán; los documentos de Murabba'at y de Nahal Hever que ilustran
el período de la revuelta de Bar Kokba (123-135 d. C.) y contienen incluso cartas autógrafas del líder.
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La fiabilidad de los datos de Flavio Josefo está cuestionada a causa de la disparidad de fuentes utilizadas
por él mismo, e incluso, por la libertad y arbitrariedad con que emplea esas fuentes, la utilización de
documentos falsos, los errores cronológicos que introduce y, sobre todo, el carácter claramente tendencioso y
apologético de sus escritos. Por lo que respecta a la literatura rabínica, además del problema de datación de
esta literatura, las interpretaciones y la pluralidad de versiones de una misma tradición hacen a veces muy
difícil su empleo. Además es una literatura también unilateral, selectiva y tendenciosa a la hora de hablar de
hechos, grupos y personas cuando éstas no pertenecen al grupo fariseo en el que nació esta literatura. Y sobre
los últimos documentos descubiertos, como los de Qumrán, hay muchos que todavía no son bien conocidos,
incluso muchos de ellos aún no se han estudiado y podrían aportar nuevos datos que podrían modificar
sensiblemente la interpretación dada a los ya conocidos.
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Tema 1 ¿Cómo leer la Biblia?
Puesto que no existe un “único texto bíblico” y las variantes son a veces
importantes, la primera labor del historiador consiste en determinar el texto
más correcto del que pueda partir en su trabajo de investigación. Una segunda
fase es la crítica literaria del texto. Hay que examinar su composición, su
estructura, sus relaciones con otros textos y la función que desempeña dentro
del conjunto, etc. Además, como ya hemos indicado, es preciso tener en cuenta
algunas características propias de los textos bíblicos.
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A lo largo del curso, presentaremos la historia de Israel en el orden cronológico y lineal en el que el lector
no versado en las ciencias bíblicas se imagina que sucedieron los acontecimientos. Pero, en rigor, no se puede
empezar a hacer una historia si no se cuenta con un mínimo de datos aprovechables desde el punto de vista
histórico. Por ello, para ser rigurosos, deberíamos empezar a presentar la historia de Israel a partir de la
instalación y de la presencia de las tribus israelitas en Canaán. En los períodos anteriores, cuanto más se
retrocede en el tiempo, tanto más se oscurece la visibilidad histórica hasta llegar a una nebulosa en la llamada
época patriarcal, que estudiaremos en un próximo capítulo. El último período de la historia del pueblo bíblico
que trataremos coincide con el nacimiento del cristianismo y la formación del Nuevo Testamento. Somos
conscientes de que el hilo conductor de la construcción histórica de este período no puede ser solamente la
perspectiva cristiana, que transforma la historia en historia de salvación, debemos tener en cuenta que el
centro del devenir histórico se hallará, como en los períodos precedentes, en el pueblo judío en general. En
nuestra exposición nos limitaremos a presentar los resultados aceptados por la mayoría de los autores.
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