Ferreiro Emilia: La representación del lenguaje y el proceso de
alfabetización”
La escritura puede ser conceptualizada de dos maneras. La
escritura puede ser considerada como una representación del lenguaje o como un código de transcripción gráfico de las unidades sonoras. Si un sistema x es una representación de cierta realidad R reúne dos condiciones contradictorias: a- x posee algunas propiedades de y relaciones propias de r. b- x excluye algunas de las propiedades y relaciones propias de r. El vínculo entre x y r puede ser de tipo analógico o totalmente arbitrario.. La construcción de un sistema de representación x adecuada a r es un problema completamente diferente de la construcción de sistemas de representación alternativos construidos a partir de un x original. Reservamos la expresión codificar para la construcción de dichos sistemas alternativos. La transcripción de las letras del alfabeto en código telegráfico, la transcripción de los dígitos en código binario computacional, la producción de códigos secretos, para uso militar, son todos ejemplos de construcción de códigos de transcripción alternativos que se basan en una representación ya constituida (el sistema alfabético para el lenguaje o el sistema ideográfico para los números). La diferencia esencial es: En el uso de la codificación ya están predeterminados tanto los elementos como las relaciones. Por el contrario en el caso de la creación de una representación ni los elementos ni las relaciones están predeterminadas. Por ejemplo, en la transcripción de la escritura de código Morse todas las configuraciones gráficas que caracterizan a las letras se convierten en secuencias de puntos y rayas, pero a cada letra del primer sistema le corresponde una configuración diferente de puntos y rayas, en correspondencia biunívoca. No aparecen letras nuevas ni se omiten distinciones anteriores. En cambio, la construcción de una primera forma de representación adecuada suele ser un largo proceso histórico, hasta lograr una forma final de uso colectivo. La invención de la escritura fue un proceso histórico de construcción de un sistema de representación, y no un proceso de codificación. Las escrituras de tipo alfabético Parecerían poder caracterizarse como sistemas de representación cuya intención primera es representar las diferencias, entre los significantes. En cambio, las escrituras de tipo ideográfico parecerían poder caracterizarse como sistemas de representación cuya intención primera es representar de manera equilibrada la naturaleza bifásica del signo lingüístico. . La distinción entre sistema de codificación y de representación, no es meramente terminológica. Si se concibe a la escritura como un código de transcripción que convierte las unidades sonoras en unidades gráficas, se pone en primer plano la iscriminación perceptiva en las modalidades involucradas (visual y auditiva). El lenguaje es reducido a una serie de sonidos , al disociar el significante sonoro del significado destruimos el signo lingüístico. El supuesto detrás de estas prácticas es casi transparente: si no hay dificultades para discriminar entre dos formas visuales próximas, ni entre dos formas auditivas próximas, ni tampoco para dibujarlas, no debería haber dificultad para aprender a leer ya que se trata de una simple transcripción de lo sonoro a un código visual. Pero si se concibe al aprendizaje de la lengua escrita como la comprensión del modo de construcción de un sistema de representación el problema se plantea en términos completamente diferentes. Comprender la naturaleza de ese sistema de representación, significa comprender por qué algunos elementos del lenguaje oral no son retenidos en la representación. Si la escritura se concibe como un código de transcripción, su aprendizaje se concibe como la adquisición de una técnica; si la escritura se concibe como un sistema de representación, su aprendizaje se convierte en la apropiación de un nuevo objeto de conocimiento, o sea en un aprendizaje conceptual. Las conceptualizaciones de los niños acerca del sistema de escritura Cuando un niño escribe tal como él cree que debería escribirse cierto conjunto de palabras, nos está ofreciendo un valiosísimo documento, que necesita ser interpretado para poder ser valorado. Aprender a leerlas requiere una definida actitud teórica. Las primeras escrituras infantiles aparecen, desde el punto de vista figural, cómo líneas onduladas o quebradas, continuas o fragmentadas o bien como una serie de elementos discretos repetidos. La apariencia figural, no es garantía de escritura, a menos de conocer las condiciones de producción.El modo tradicional de considerar las escrituras infantiles consiste en atender solamente a los aspectos figurales de dichas producciones ignorando, los aspectos constructivos. Los aspectos figurales, tienen que ver con la calidad del trazado, la distribución espacial de las formas, la orientación predominante de izquierda a derecha de arriba hacia abajo la orientación de los caracteres individuales inversiones rotaciones. Los aspectos constructivos, tienen que ver con lo que se quiso representar y los medios utilizados para crear diferenciaciones entre las representaciones. Desde el punto de vista constructivo las estructuras infantiles siguen una sorprendentemente regular línea de evolución, a través de diversos medios culturales de diversas situaciones educativas y de las lenguas. Tres son las grandes periodos que pueden distinguirse, dentro de los cuales caben múltiples subdivisiones: 1-Distinción, entre el modo de representación icónico y él no icónico. 2-La construcción de formas de diferenciación control progresivo de las variaciones sobre los ejes cualitativo y cuantitativo. 3-La fonetización de la escritura (que se inicia con el período silábico y culmina en el período alfabético). En el primer periodo, se logran las dos distinciones básicas que sustentarán las construcciones subsiguientes. La diferenciación entre las marcas gráficas figurativas y la no figurativas, por una parte y la constitución de la escritura en calidad de objeto sustituto por la otra. La distinción entre “dibujar” y “escribir” es de fundamental importancia, al dibujar se está en el dominio de lo Icónico, las formas de los grafismos importan porque, representan la forma de los objetos. Al escribir, está fuera de lo icónico: las formas de los grafismos no reproducen la forma de los objetos, ni su ordenamiento espacial reproduce el contorno de los mismos.Por eso tanto la arbitrariedad de las formas utilizadas como el ordenamiento lineal de las mismas son las primeras características manifiestas de la escritura preescolar. Los niños no dedican sus esfuerzos intelectuales a inventar letras nuevas: la forma de las letras, las reciben de la sociedad y las adoptan, tal cual. Los niños dedican un gran esfuerzo intelectual a construir formas de diferenciación entre las escrituras. Esos criterios de diferenciación son primeramente intra- relacionales y consisten en el establecimiento de las propiedades que un texto escrito debe poseer para poder ser interpretable.Esos criterios intra relacionales se expresan sobre el eje cuantitativo como la cantidad mínima de letras, generalmente tres, que una escritura debe tener para que diga algo sobre el eje cualitativo se expresan como la necesaria variación interna para que una serie de grafías pueden ser interpretadas. El siguiente paso, se caracteriza por la búsqueda de diferenciaciones objetivas entre las escrituras producidas precisamente para decir “cosas diferentes”. Comienza entonces una difícil y muy elaborada búsqueda de modos de diferenciación, que resultan ser inter- relacionales. Pero se trata ahora, de crear modos sistemáticos de diferenciación entre una escritura y la siguiente. Los niños, exploran entonces criterios que le permiten a veces, variaciones sobre el eje cuantitativo (variar la cantidad de letras de una escritura a otra para obtener escrituras diferentes), y a veces sobre el eje cualitativo ( variar el repertorio de letras que se utiliza de una escritura a otra; variar la posición de las mismas letras y modificar la cantidad). En estos dos primeros periodos lo escrito no está regulado por diferencias o semejanzas entre los significantes sonoros es la atención a las propiedades, sonoras del significante lo que marca el ingreso al tercer gran periodo de esta evolución.El niño comienza por descubrir que las partes de la escritura, sus letras pueden corresponder a otras tantas partes de la palabra escrita su sílaba sobre el eje cuantitativo esto se expresa en el descubrimiento de que la cantidad de letras con la que se va a escribir una palabra puede ponerse en correspondencia con la cantidad de partes que se reconocen en la emisión oral, esas partes de la palabra son inicialmente su sílabas, así se inicia el período silábico que evoluciona hasta llegar a una exigencia rigurosa, una sílaba por letra sin omitir sílabas sin repetir letras esta hipótesis silábica es de la mayor importancia por dos razones: permite tener un criterio general para regular las variaciones de la cantidad de letras que deben escribirse y centro de atención del niño sobre las variaciones Sonoras entre las palabras sin embargo la hipótesis silábica crea sus propias condiciones de contradicción contradicción entre el control silábico y la cantidad mínima de letras que una escritura debe poseer para ser interpretable pero además contradicción entre la interpretación silábica y las escrituras producidas por los adultos que siempre tendrán más letras de las que la hipótesis silábica permite anticipar. El período silábico-alfabético, marca la transición entre los esquemas previos en vías de ser abandonados y los esquemas futuros en vía de estar construidos. Cuando el niño descubre que la sílaba no puede ser considerada como la unidad, sino que ella es, a su vez reanalizable en elementos menores, ingresa en el último paso de la comprensión del sistema socialmente establecido. Descubre nuevos problemas por el lado cuantitativo que si bien, no basta, con una letra por sílaba, tampoco puede establecerse en una regularidad duplicando la cantidad de letras por sílabas (ya que hay sílabas que se escriben con una dos tres o más letras) por el lado cualitativo enfrentar los problemas ortográficos (la identidad del sonido no garantiza identidad de letras y la entidad de letras de sonidos). Las conceptualizaciones sobre la lengua escrita que subyacen a la práctica docente Hay prácticas que llevan al niño a la convicción de que el conocimiento es algo que otros poseen y que sólo se puede obtener de la boca de esos otros sin ser nunca participe en la construcción del conocimiento y prácticas que llevan a pensar que lo que hay que conocer esta dado de una vez por todas como un conjunto cerrado sagrado e inmutable de cosas transmisibles, pero no modificables. Hay prácticas que llevan a que el sujeto quede fuera del “conocimiento” como espectador pasivo receptor mecánico sin encontrar nunca respuestas, a los “porque” y a los “para que”,que ya ni siquiera se atreve a formular en voz alta ninguna práctica pedagógica es neutra, todas están apoyadas en cierto modo de concebir el proceso de aprendizaje y el objeto de aprendizaje. Son probablemente esas prácticas más que los métodos en sí las que tienen efectos más perdurables a largo plazo en el dominio de la lengua escrita como en todos los otros. Según cómo se plantea la relación entre el sujeto y el objeto de conocimiento y según cómo se caracterice a ambos, ciertas prácticas aparecerán como “normales” o como “aberrantes” es aquí donde la reflexión psicopedagógica necesita apoyarse sobre una reflexión epistemológica. Han aparecido tres dificultades principales, en primer lugar una la visión que del sistema de escritura tiene un adulto ya alfabetizado; otra, la confusión entre escribir y dibujar letras; finalmente; la reducción del conocimiento del lector al conocimiento de letras y su valor sonoro convencional. No hay manera de recuperar por introspección la edición del sistema escritura que tuvimos cuando éramos analfabetos. Por otra parte la confusión entre escribir y dibujar letras es relativamente difícil de esclarecer, por qué se sustenta en una edición del proceso de aprendizaje según la cual la copia la repetición de los modelos presentados son los procedimientos principales para obtener buenos resultados. Una vez esclarecidas estas dificultades conceptuales iniciales es posible analizar la práctica docente en términos diferentes de los metodológicos. a- Existe una polémica tradicional acerca del orden en que deben introducirse las actividades de lectura y las de escritura. Si se piensa que la enseñanza de la lengua escrita tiene por objetivo el aprendizaje de un código de transcripción es posible disociar la enseñanza de la lectura y de la escritura en tanto aprendizaje de dos técnicas diferentes, aunque complementarias esta distinción carece totalmente de sentido cuando sabemos que para un niño de lo que se trata es de comprender la estructura del sistema escritura y que para tratar de comprender nuestro sistema efectúa tanto actividades de interpretación como de producción. b-En las decisiones metodológicas ocupa un lugar importante la manera de presentar las letras individuales. La lengua escrita es un objeto de uso social con asistencia social, en el mundo circundante están todas las letras no en un orden preestablecido, sino con la frecuencia que cada una de ellas tiene en la escritura de la lengua. El niño vé más letras fuera que dentro de la escuela el niño puede tratar de interpretar los textos que puede ver fuera y dentro de la escuela el niño recibe información dentro pero también fuera de la escuela y esa información extraescolar se parece a la información lingüística general que utilizó cuando aprendió hablar, en tanto que la información escolar es muy a menudo información descontextualizada. Fue Ana teberosky la primera que se atrevió hacer una experiencia pedagógica sobre la base de lo que son tres ideas simples pero fundamentales dejar entrar y salir a buscar la información extraescolar disponible con todas las consecuencias que entraña el maestro los más el único que sabe leer escribir en el salón de clase todos pueden leer y escribir cada quien a su nivel los niños que aún no están alfabetizados pueden contribuir provechosamente la propia alfabetización y a la de sus compañeros cuando la discusión a propósito de la representación escrita lenguaje se convierte en una práctica escolar. Conclusiones: Tenemos una imagen empobrecida de la lengua escrita. Es preciso reintroducir en la consideración de la alfabetización de la escritura como sistema de representación del lenguaje, tenemos una imagen empobrece al niño que aprende detrás de eso hay un sujeto cognoscente alguien que piensa que construye interpretaciones que actúa sobre lo real para hacer los usó un nuevo método no resolver los problemas. Hay que realizar las prácticas Introducción a la lengua escrita tratando de ver los supuestos que subyacen a ellas y hasta qué punto funcionan como filtro de transformación selectiva informante de cualquier propuesta innovadora.