Está en la página 1de 6

Novena de Navidad

Oración para
todos los días
Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste
en tu hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas
de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y reme- dio. Yo en
nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo
humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que
nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas
nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal
desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y
more eterna- mente. Amén.
Se reza tres veces Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

Día 1
Reforcemos nuestros valores para que la Navidad sea lo que debe ser: una fiesta
dedicada a LA RECONCILIACIÓN. Dedicada al perdón generoso y comprensivo
que aprenderemos de un Dios compasivo.
Con el perdón del Espíritu Santo podemos reconciliarnos con Dios y con nuestros
hermanos y caminar en una nueva vida. Vivir la Navidad es borrar las ofensas si
alguien nos ha ofendido, y pedir perdón si hemos ofendido a otros. Así, del perdón
nace la armonía y construimos esa paz que los ángeles anuncian en Belén.

Día 2
El segundo día está dedicado a la COMPRENSIÓN. La comprensión es una
marca distintiva de todo verdadero amor.
Podemos decir que la encarnación de un Dios que se hizo hombre puede leerse
en clave de este gran valor llamado comprensión. Es un Dios que se pone en
nuestro lugar, que rompe las distancias y comparte nuestras angustias y nuestras
alegrías. Es gracias a este amor comprensivo de un Dios Padre que somos hijos
de Dios y hermanos entre nosotros. Dios, como afirma San Juan, nos muestra la
grandeza de su amor y nos llama a vivir como sus hijos. Si realmente actuamos
como hijos de Dios, no imitamos a Caín, sino que "damos la vida por nuestros
hermanos".
Con un amor comprensivo somos capaces de ver las razones de los demás y de
ser tolerantes con sus defectos fallas. Necesitamos aprender a ponernos en el
lugar de los demás.
Día 3
El tercer día está dedicado al RESPETO.
Una cualidad del amor que nos mueve a aceptar a los demás tal y como son.
Gracias al respeto, valoramos la gran dignidad de toda persona humana hecha a
imagen y semejanza de Dios, aunque se equivoque. El respeto es una fuente de
armonía porque nos anima a valorar las diferencias, como hace un pintor con los
colores o un músico con las notas o los ritmos. Un amor respetuoso nos impide
juzgar a los demás, manipularlos o querer moldearlos a nuestra medida.

Día 4
El cuarto día está dedicado a la SINCERIDAD.
Una cualidad sin la cual el amor no puede subsistir, ya que no hay amor donde
hay mentira. Amar es caminar en la verdad, sin máscaras, sin el peso de la
hipocresía y con la fuerza de la integridad. Sólo en la verdad somos libres, como
anunció Jesucristo. Sólo sobre la roca firme de la verdad puede sostenerse una
relación en las crisis y en los problemas. Con la sinceridad nos ganamos la
confianza y con la confianza llegamos a la comprensión y a la unidad. El amor nos
enseña a no actuar como los egoístas y orgullosos
Si la Navidad nos acerca a la verdad es una buena Navidad, es una fiesta en la
que acogemos a Jesús como la luz verdadera que viene a este mundo. La luz
verdadera que nos saca de las tinieblas nos mueve a aceptar a Dios como el
camino, la verdad y la vida. Que nuestro amor esté siempre iluminado por la
verdad, para que también se vea favorecida por la confianza.

Día 5
El quinto día está dedicado al DIÁLOGO.
Toda la Biblia es un diálogo amoroso de Dios con los hombres. Un diálogo que
alcanza su plenitud cuando el Verbo de Dios, que es su Hijo, se encarna, se hace
hombre, como narra San Juan en el primer capítulo de su Evangelio.
Un diálogo sereno que surge de un amor sincero y de un alma en paz es el mejor
regalo que podemos darnos. Así evitamos que nuestro hogar se convierta en un
lugar vacío de afecto donde donde estamos dispersos como extraños bajo el
mismo techo. Dios da a todos el don de comunicarse sin ofender, sin juzgar, sin
altivez, pero con aprecio que genera la acogida y la aceptación mutua.

Día 6
El sexto día para valorar la SENCILLEZ.
Sencillez que es la virtud de las grandes almas y de las personas nobles.
Sencillez que fue el adorno de María de Nazaret como ella misma lo proclama en
su himno de Magnificat. "Mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador, porque ha
mirado la humildad de su sierva" Lucas 1:47 - 48.
La Navidad es un buen momento para desterrar la soberbia y tomar conciencia de
los muchos males que conducen al orgullo. Ninguna virtud nos acerca a los
demás que la sencillez y ningún defecto nos aleja más que la arrogancia. El amor
sólo reina en los corazones humildes, capaces de reconocer sus limitaciones y de
perdonar su altivez. Es gracias a la humildad que actuamos con delicadeza, sin
creernos más que nadie, imitando la sencillez de un Dios que "se despojó de sí
mismo y tomó la forma de esclavo" Filipenses 2:6-11.
Crecer en la sencillez es un regalo maravilloso para nuestras relaciones.
Recordemos que en esta pequeñez está la verdadera grandeza, y que el orgullo
mata el amor.

Día 7
Séptimo día para crecer en GENEROSIDAD.
Es la capacidad de dar con desinterés donde el amor gana la carrera al egoísmo.
Es en la entrega generosa de nosotros mismos donde se muestra la profundidad
de un amor que no se agota en las palabras. Y eso es lo que celebramos en
Navidad: el gesto inigualable de un Dios que se entrega. Esto es lo que San Pablo
subraya: "... pues ya conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, que
siendo rico se hizo pobre por vosotros, para que os enriquecierais con su
pobreza". Es un pasaje bíblico en el que el apóstol invita a los corintios a
compartir sus bienes con los necesitados. 2Cor 8, 7-15.
Sabemos amar cuando sabemos compartir, sabemos amar cuando damos lo
mejor de nosotros mismos en lugar de sólo dar cosas. Tomemos la mejor
decisión: dar amor, cariño, ternura y perdón; dar tiempo y dar alegría y esperanza.
Estos son los regalos más valiosos y que no cuestan dinero.

Día 8
Octavo día para asegurar la FE.
Una fe que es firme cuando nace de una relación amistosa con el Señor. Una fe
que es auténtica si se confirma con buenas obras, para que la religión no sea sólo
de oraciones, ritos y tradiciones. Tenemos que cultivar la fe con la Biblia, la
oración y la práctica religiosa porque la fe es nuestro mejor apoyo en la crisis.
Necesitamos una gran fe en nosotros mismos, en Dios y en los demás. Una fe sin
vacilaciones, como quería Jesús: Marcos 11, 23. Una fe que ilumina el amor con
la fuerza de la confianza, pues "el amor lo cree todo". 1Cor 13, 7. La fe es la
fuerza de la vida y sin ella estamos a la deriva.
Día 9
Noveno día para revivir la ESPERANZA y el AMOR.
El amor y la esperanza siempre van de la mano de la fe. Por eso, en su himno al
amor, San Pablo nos muestra que el amor cree y espera sin límites (1 Cor 13, 7).
Una fe viva, un amor sin límites y una esperanza firme son el incienso, el oro y la
mirra que nos dan el ánimo para vivir y el valor para no caer.
Es gracias al amor, que soñamos con altos ideales y es gracias a la esperanza
que los alcanzamos. El amor y la esperanza son las alas que nos elevan a la
grandeza, a pesar de los obstáculos.
Si amamos a Dios, nos amamos a nosotros mismos y amamos a los demás,
podemos conseguir lo que San Pedro sugiere en su primera carta: "Estad siempre
dispuestos a dar razones de vuestra esperanza. Con dulzura respeto y con buena
conciencia". 3, 15 - 16.

Gozos
Dulce Jesús mío, mi niño adorado ¡Oh, raíz sagrada de José que en lo
¡Ven a nuestras almas! alto
¡Ven no tardes tanto! presenta al orbe tu fragante nardo!
Dulcísimo Niño que has sido llamado
¡Oh, Sapiencia suma del Dios Lirio de los valles, Bella flor del
soberano, campo.
que a infantil alcance te rebajas Ven a nuestras almas, ven no tardes
sacro! tanto
¡Oh, Divino Niño, ven para
enseñarnos ¡Llave de David que abre al
la prudencia que hace verdaderos desterrado
sabios! las cerradas puertas de regio
Ven a nuestras almas, ven no tardes palacio!
tanto ¡Sácanos. Oh Niño con tu blanca
mano,
¡Oh, Adonai potente de la cárcel triste que labró el
que Moisés hablando, pecado!
de Israel al pueblo diste los Ven a nuestras almas, ven no tardes
mandatos! tanto
¡Ah, ven prontamente para
rescatarnos, ¡Oh, lumbre de Oriente, sol de
y que un niño débil muestre fuerte el eternos rayos,
brazo! que entre las tinieblas tu esplendor
Ven a nuestras almas, ven no tardes veamos!
tanto  Niño tan precioso, dicha del
cristiano, tanto
luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Ven a nuestras almas, ven no tardes ¡Del débil auxilio, del doliente
tanto amparo,
consuelo del triste, luz del
¡Espejo sin mancha, santo de los desterrado!
santos, ¡Vida de mi vida, mi dueño adorado,
sin igual imagen del Dios soberano! mi constante amigo, mi divino
¡Borra nuestras culpas, salva al hermano!
desterrado Ven a nuestras almas, ven no tardes
y en forma de niño, da al mísero tanto
amparo!
Ven a nuestras almas, ven no tardes ¡Ven ante mis ojos, de ti
tanto  enamorados!
¡Bese ya tus plantas! ¡Bese ya tus
¡Rey de las naciones, Emmanuel manos!
preclaro, ¡Prosternado en tierra, te tiendo los
De Israel anhelo Pastor del rebaño! brazos,
¡Niño que apacientas con suave y aún más que mis frases, te dice mi
cayado llanto!
ya la oveja arisca, ya el cordero Ven a nuestras almas, ven no tardes
manso! tanto
Ven a nuestras almas, ven no tardes
tanto 12. ¡Ven Salvador nuestro por quien
suspiramos
¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto Ven a nuestras almas,
bienhechor rocío como riego santo! Ven, no tardes tanto!
¡Ven hermoso Niño, ven Dios
humanado!
¡Luce, Dios estrella! ¡Brota, flor del
campo!
Ven a nuestras almas, ven no tardes
tanto

¡Ven, que ya María previene sus


brazos,
do su niño vean, en tiempo
cercanos!
¡Ven, que ya José, con anhelo sacro,
se dispone a hacerse de tu amor
sagrario!
Ven a nuestras almas, ven no tardes

También podría gustarte