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Tema 2.

Los instrumentos de cuerda: organología, morfología, características acústicas,


principios físicos de la producción del sonido. Principales dificultades técnicas. Resolución
de los problemas de equilibrio derivados de las diferencias acústicas con el piano.

Índice:
Tema 2: Los instrumentos de cuerda
2.1. Organología………………………………………………………………………………………………………..……1
2.1.a. Clasificación………………………………………………………………………………………………………....1
2.1.b. Historia…………………………………………………………………………………………………………………1
2.1.c. Aspectos técnicos de la producción del sonido……………………………………………………..2

2.2. Morfología………………………………………………………………………………………………………………3
2.2.a. Partes…………………………………………………………………………………………………………………..3
2.2.b. Materiales…………………………………………………………………………………………………………...4
2.2.c. Dimensiones…………………………………………………………………………………………………………4

2.3. Características acústicas………………………………………………………………………………………….5


2.3.a. Sonoridad de cada uno de los instrumentos…………………………………………………………5

2.4. Principios físicos de la producción del sonido………………………………………………………….6

2.5. Principales dificultades técnicas……………………………………………………………………………….7


2.5.1. Diferencias de cada uno de los instrumentos…………………………………………………………8

2.6. Resolución de los problemas de equilibrio de las diferencias acústicas con el piano..8

Bibliografía……………………………………………………………………………………………………………………..9
Los instrumentos de cuerda

En la orquesta de formación clásica, los instrumentos de cuerda que la integran constituyen


la mayoría. Estos instrumentos son: el violín, la viola, el violonchelo y el contrabajo. A
continuación, se explicarán los puntos solicitados en el tema.

2.1. Organología
La organología trata diferentes aspectos de los instrumentos: la clasificación, su historia y
los aspectos técnicos de la producción del sonido.

2.1.a. Clasificación
Los instrumentos de cuerda son de suma importancia dentro de la música. En ellos puede
establecerse una clasificación por el modo de producirse el sonido:

• Cuerdas pulsadas con los dedos (laúd, guitarra, mandolina – con mástil- y lira, arpa
-sin mástil) o por un mecanismo de teclado (espineta, virginal);
• Cuerdas percutidas con la mano (timpanón, cimbalón) o por un mecanismo de
teclado (clavicordio, clavicémbalo de martillos, piano);
• Cuerdas frotadas por un arco (violín, viola, violonchelo, contrabajo).

2.1.b. Historia
Los instrumentos de arco que producen el sonido por fricción aparecieron en dos grandes
familias: las antiguas violas que desembocaron en la moderna familia de los violines. Parece
ser que la viola del siglo XV surgió de la “giga” medieval, siendo así la madre de todo este
grupo.
La familia de las antiguas violas tuvo su apogeo especialmente en los siglos XVI y XVII,
desapareciendo prácticamente a mediados del siglo XVIII. Fueron muy usuales en los siglos
XVII y XVIII las violas de gamba y la viola pomposa y de braccio. Sobre la base de estos dos
tipos principales (los que el ejecutante sostenía con las piernas o con los brazos), se
formaron los instrumentos.
La familia de los violines, formada por el violín, la viola, el violonchelo y el contrabajo,
comienza a suplantar a la de las violas a mediados del siglo XVII; su sonido es más brillante
y menos aterciopelado que el de las violas.
Estos instrumentos aparecen como instrumentos evolucionados a partir de modelos de las
violas alrededor de 1700. Países como Francia e Italia contaron con constructores como las
familias Amati, Guarnieri y Stradivarius que los perfeccionaron. La necesidad de llenar con
instrumentos de cuerdas la extensión sonora completa, del grave al agudo, dio origen a un
gran número de variedades, sintetizándose finalmente en los cuatro miembros de la
orquesta moderna.
Desde el Barroco, en la literatura musical clásica existen muchas obras originales para estos
instrumentos. En el Imperio austrohúngaro con Haendel, J.S. Bach, en Francia con Rameau,
los contrapuntistas ingleses como Byrd, Gibbens, Morlay, y sobre todo en Italia con Vivaldi
y Telemann, estos instrumentos de arco elevaron la categoría de solista. Además, fueron la
base y contribuyeron a su florecimiento a la futura música de cámara.

2.1.c. Aspectos técnicos de la producción del sonido


Los instrumentos de cuerdas frotadas producen su sonido utilizando las dos extremidades
superiores del cuerpo de manera diferenciada. Como antiguamente, se dividen en dos
grupos: los que sostienen el instrumento con el brazo y los que sostienen el instrumento
con las piernas:
Violín y viola: los instrumentistas sostienen con el brazo izquierdo el instrumento apoyado
sobre el hombro,
Violonchelo y contrabajo: el instrumentista sostiene el instrumento entre sus piernas en el
caso del primero, pero en el contrabajo se apoya el instrumento en el suelo y se agarra con
la mano izquierda.
Cada instrumento de la familia de los violines presenta unas características idiomáticas
propias derivadas de sus condiciones de emisión sonora (tamaño) pero los aspectos
técnicos de la producción del sonido son básicamente los mismos.
Estos instrumentos requieren la utilización de los dedos de la mano izquierda para dar las
notas y su afinación apoyándolos sobre las cuerdas en el mástil mientras que la mano
derecha se encarga de sostener y pasar el arco por las mimas a la altura del puente.
El arco es el encargado de producir el sonido: la intensidad (con mayor o menor presión
sobre la cuerda), el fraseo y la articulación (mantener o soltar la fricción).
A parte de esto, las cuerdas pueden ser punteadas por los dedos de la mano derecha
provocando el pizzicato; este efecto es muy utilizado por los compositores y otorga variedad
a la sonoridad de esta familia.
Además, los armónicos de estos instrumentos se consiguen presionando con el dedo sólo
levemente la cuerda al final del mástil y cerca del puente.
Un recurso muy frecuente es el vibrato. Este recurso se consigue con un movimiento del
dedo sobre la cuerda pulsada por el mismo, obteniendo una sonoridad más expresiva.
Otra característica es que una misma nota según dónde se toque, en las posiciones de los
dedos sobre las distintas cuerdas, produce timbres diversos: el mismo la4 en la cuerda al
aire al ser realizado en otras cuerdas cambia de timbre.
Los instrumentos de la familia del violín también pueden tocar bicordios: se presionan dos
cuerdas a la vez y se tocan con un mismo arco.
El arco es una herramienta capaz de realizar variedad de movimientos al pasarlo por las
cuerdas: el trémolo se obtiene con un desplazamiento ágil de avance y retroceso, la presión
que se ejerce produce los cambios dinámicos, su golpe sobre la punta o sobre el talón
provoca variedad de timbre, etc.
También, estos instrumentos poseen la sordina que se utiliza para cambiar la sonoridad.
Este objeto pequeño de madera se coloca cerca del puente y oscurece y aterciopela el
sonido.
El rasguido de las cuerdas, como en las guitarras, es otro recurso utilizado por los
compositores.
Además, estos instrumentos cuentan con el uso del glissando que consiste en arrastrar el
dedo por la cuerda mientras suena cambiando la afinación de forma ascendente o
descendente.
Por último, otras maneras de obtener efectos son golpear al mango del arco, etc.

2.2. Morfología
En la orquesta clásica, los instrumentos de cuerdas frotadas por un arco son cuatro y se
diferencian por el tamaño, registro y sonoridad. En orden del más agudo y pequeño al más
grande y grave son: violín, viola, violonchelo y contrabajo.

2.2.a. Partes
Estos instrumentos se componen un cuerpo y un arco.
El cuerpo es una caja de madera, tabla armónica o de resonancia y el mango que la une al
clavijero. Sobre la caja se disponen las cuatro cuerdas colocadas desde el cordal en el
extremo inferior de la caja y pasando por el puente, el mástil (sobre el mango) y ajustándose
en las clavijas (que forman el clavijero). El clavijero acaba con volutas (adornos del mismo
material). Además, posee aros, efes, oídos, bastidor y cejilla. Las efes son orificios en forma
de letra f o s y están dispuestas en loas lados de la parte superior de la tapa armónica.
Separado de este cuerpo del instrumento está el arco. Esta varilla de madera posee cuatro
partes principales: la misma varilla, la nuez, el tornillo y las cerdas (hechas de crines de
caballo). Antes de tocar las cerdas se pasan por una resina especial llamada “colofonia” para
aumentar la adherencia del arco a las cuerdas.
El tornillo nace en el siglo XVIII. Se trata de una pieza generalmente metálica que se enrosca
dentro del talón de la varilla a la nuez. Su función es modificar la tensión de las cuerdas.

2.2.b. Materiales
Los materiales que se emplean para la fabricación a mano de estos instrumentos y el
procedimiento a seguir para su construcción han permanecido prácticamente inalterables
desde los tiempos de Antonio Stradivarius (1644-1737, Cremona-Italia) y sus
contemporáneos hasta nuestros días. Están formados por unas 70 piezas de madera
diferentes, encoladas y encajadas. La madera es de arce para los arcos, de peral o platanero
para el fondo, pino para el interior de los aros y abeto para la tapa. El barniz del instrumento
se coloca cuidando especialmente su buena calidad. Las cuerdas pueden ser de acero, de
tripa entorchadas o de materiales sintéticos. El talón del arco generalmente es de ébano,
marfil o nácar.

2.2.c. Dimensiones/tipos
El violín es el más pequeño de la familia y sus cuerdas están afinadas de la siguiente manera:
sol3, re4, la4 y mi5. En el mercado hay de cuatro tamaños: el entero (que lo utilizan los
adultos), el ¾ (para niños de entre 8 y 12 años), el ½ (para niños de 7 a 10 años de edad) y
el ¼ (para pequeños de 5 a 9 años). Hay incluso más pequeños: 1/8 (de 4 a 6 años), 1/16 (de
3 a 5 años), 1/16 y 1/32.
La viola es de dimensiones algo mayores que el violín. Está afinada una quinta más baja que
este: tiene como cuerdas superiores las tres más graves del violín y posee otra inferior
afinada en do, por lo que resulta afinada exactamente una octava superior con el posterior
instrumento de la familia. La medida se da en pulgadas en lugar de fracciones. Hay variedad
de tamaños para los adultos según el largo del brazo: 12” (53-55 cm.), 13” (55-59 cm.), 14”
(59-63 cm.), 15” (63-65 cm.), 15 ½ (65-67 cm.) y 16” (67”).
El violonchelo consta de cuatro cuerdas afinadas do2, sol2, re3 y la 3. Reúne la extensión de
registro de las voces masculinas de tenor, barítono y bajo. La medida europea promedio
con la edad promedia es la siguiente: 1/10 (3 a 4 años), 1/8 (4 a 5 años), 1/4 (5 a 6 años),1/2
(6 a 8 años), ¾ (8 a 10 años) y 4/4 de 10 años en adelante y adultos.
Por último, el contrabajo es el más grande y grave de la familia. Sus cuerdas están afinadas
así: mi1, la1, re2 y sol 2. Suena la octava más baja de la nota que está escrita. Su extensión
total abarca dos octavas y una 13ra. menor. Las largas dimensiones del mástil, obliga a
afinar las cuerdas en cuartas. La medida promedio es ¾, y aunque hay contrabajos de 7/8 y
4/4, no son tan comunes.

2.3. Características acústicas


Los instrumentos de cuerdas frotadas producen su sonido merced a la vibración de sus
cuerdas al ser rozadas por las cerdas del arco.
Desde el punto de vista musical, la emisión de los sonidos de estos instrumentos se
caracteriza por los siguientes rasgos: las cuerdas vibran por el roce del arco pudiendo
extenderse esta vibración todo el tiempo que se desee realizarlo, logrando un ligado
continuo; el sonido puede ser modificado luego de producido (glissando sobre la cuerda
pulsada, reguladores de intensidad crescendo y decrescendo), produce diversidad de
duración y articulación (muy breve con el pellizcado o pizzicato, no ligado, ligado), tiene
capacidades melódicas y polifónicas (gracias a la ejecución de bicordios y de cuerdas
rasgadas) y posee variedades tímbricas: posibilidad de realizar armónicos (presionando muy
por encima la cuerda al final del mástil según la afinación que se quiera obtener), colocación
de la sordina, cambios de registros de las notas, etc.
Desde el punto de vista material, las efes permiten la comunicación de con el exterior del
aire que vibra dentro de la caja del instrumento, cuando este se hace sonar. La caja de
resonancia o la tapa armónica es la encargada de amplificar el sonido y vibra cuando las
cuerdas vibran gracia al puente que transmite estas vibraciones.

2.3.a. Sonoridad de cada uno de los instrumentos


Cada uno de los instrumentos de cuerdas frotadas tiene unas características tímbricas
únicas que los diferencian de los demás miembros de la familia y unas posibilidades
mecánicas propias resultado de su tamaño y forma de ejecución.
El sonido del violín es agudo y penetrante, brillante y a la vez dulce. Se le atribuyen pasajes
de velocidad por la rapidez de desplazamiento de los dedos en distancias pequeñas además
que las cuerdas son finas y la presión que se requiere ejercer sobre ellas es poca. Los sonidos
graves del violín son expresivos y con amplitud.
La sonoridad de la viola es de menor potencia en relación con los demás instrumentos de
la familia, pero su fuerza expresiva es más llena y poderosa. Sus cuerdas graves otorgan a
los pasajes melódicos sonoridades aterciopeladas y sus cuerdas agudas resultan más
emotivas, agradables y profundas que las partes melódicas del violín.
El violonchelo es uno de los instrumentos de esta cuerda que reúne los más variados
matices. Los agudos en la cuerda prima se prestan a cantar con más fuerza expresiva,
nobleza e intensidad que ningún otro. La región central tiene un volumen lleno frente a un
bajo profundo. Puede llegar a regiones agudas capaces de prolongarse casi sin límites
mediante los sonidos armónicos. Debido a la mayor lentitud de la vibración de las notas del
registro grave en particular, no es un instrumento que se le atribuya agilidad y velocidad,
aunque desde el siglo pasado los intérpretes han desarrollado virtuosismo en él.

2.4. Principios físicos de la producción del sonido


Los modos de vibración de las cuerdas son varios, pero sólo se considerarán los más
importantes para este tema: vibración longitudinal y vibración transversal. Las vibraciones
serán longitudinales cuando la dirección de propagación sea paralela a la cuerda y
transversales cuando la dirección de propagación sea perpendicular a la misma. Las
vibraciones de las cuerdas se producen por ondas estacionarias. En ellas las vibraciones de
todos los puntos de la cuerda están en concordancia o en oposición de fase, como resultado
de la superposición de ondas de la misma dirección y sentidos opuestos. Esto se debe a que
la vibración se refleja alternativamente en uno y otro extremo (fijos) de la cuerda. Se llaman
nodos los puntos de amplitud nula y vientres los puntos máximos de la onda. Los puntos de
fijación serán siempre los nodos.

Cuando las cuerdas vibran en toda su longitud, con un vientre en el centro y nodos en sus
extremos, producen el llamado sonido fundamental. La altura o frecuencia de los sonidos
que vibran transversalmente y en toda su longitud fue deducida por las observaciones del
filósofo griego Pitágoras formulando la ley conocida por su nombre.

“La frecuencia del sonido emitido por una cuerda musical es inversamente proporcional a
su longitud”.
L longitud Longitud vibrante Nombre

DO 5 ---
] 5/6 L

MI B 5 3ra. m.
] 4/5 L

MI 5 3ra. M.
] 3/4 L

FA 5 4ta. J.
] 2/3 L

SOL 5 5ta. J.
] 1/2 L

DO 6 8va. J.
Dos cuerdas sometidas a idéntica tensión, de igual densidad y espesor, cuyas longitudes
sean 2 L y L, producirán sonidos de frecuencias n y 2 n, respectivamente. La cuerda más
corta producirá el sonido más agudo, en este caso la octava de la más grave.

f: n
L

2.5. Principales dificultades técnicas


Las habilidades que tienen que desarrollar los instrumentistas de cuerdas frotadas
consisten fundamentalmente en manejar el instrumento en sus dos partes diferenciadas: la
afinación de las notas con la pulsación de los dedos en la mano izquierda y el movimiento
del arco con la mano derecha. La destreza de estas combinaciones junto con la diversidad
de parámetros como la velocidad, saltos, cambios, presión, etc. suponen dificultades
comunes a los cuatro instrumentos que conforman la familia del violín.
A continuación, expondré las complicaciones generales que tienen que enfrentar los
ejecutantes de cuerdas frotadas:
-Posición del cuerpo: aplicado según el instrumento;
-Afinación de las notas;
-Posición de la extremidad izquierda: mano girada o torcida según el instrumento, pulgar
debajo y codo relajado según ésta;
-Mecanismo: articulación de los dedos, apertura interdigital, desplazamiento longitudinal
sobre el mástil, rapidez y rítmica, aplicación de dobles cuerdas, uso del vibrato, del glissando
y de los armónicos;
-Posición de la extremidad derecha para sostener el arco y alturas del codo según la cuerda
que frote;
-Mecanismo de golpes de arco: flexibilidad, peso, velocidades, combinación de diferentes
golpes (martellé, legato, bariolage, etc.), aplicación de dinámica y matices, uso de diferentes
efectos (ponticello, sul tasto, col.legno, con la punta, con el talón)

2.5.1. Diferencias de cada uno de los instrumentos


El violín supone mayor precisión en la afinación por ser distancias pequeñas.
La viola implica una mayor apertura interdigital porque los intervalos son más grandes y su
manejo es más pesado que en el violín. El tamaño es más grande y por lo tanto es más
trabajoso sostenerlo en el hombro.
El violonchelo necesita más fuerza de los dedos de la mano izquierda para presionar las
cuerdas porque son más grandes y más fuertes.
El contrabajo es el más difícil técnicamente tanto por la fuerza, las grandes posiciones para
las distancias interválicas, la incomodidad de sostener un instrumento enorme.

2.6. Resolución de los problemas de equilibrio de las diferencias acústicas con el piano
Para el pianista, los dedos son los artesanos y la muñeca es la artista; para el violinista, la
mano izquierda es la artesana y el arco es el artista.
La fusión sonora del piano con los instrumentos de arco es bastante difícil porque ambos
instrumentos poseen maneras diferentes de producir los sonidos de las cuerdas. La principal
preocupación del pianista debe ser la homogeneidad en el tipo de ataque y un equilibrio de
intensidad que siempre guarde relación con el otro instrumento. Esta tarea debe realizarse
durante toda la interpretación mediante una actitud receptiva absoluta tanto del oído como
de los gestos y la vista. Mediante una escucha atenta se debe buscar el empaste sonoro,
tímbrico y dinámico, que haga que un instrumento se mezcle con el otro.
La principal diferencia que deben superar los instrumentos de cuerdas frotadas con el de
cuerdas percutidas es la emisión de un sonido ligado, con vibrato y resonancia. El clavicordio
y el clavicémbalo lograban esto último gracias a su propio mecanismo de producción
sonora. En cambio, en el piano se ha de tocar con un toque no demasiado directo
(aprovechando el doble escape para percutir la cuerda con menos rudeza), y a veces
sostener las teclas de una manera un poco exagerada legatissimo para poder conseguir ese
parecido con los arcos. El pedal de resonancia del piano es una herramienta que debe usarse
prácticamente en todo momento, cambiándolo convenientemente por supuesto para que
no se mezclen armonías y líneas melódicas. Así mismo, el toque non legato y el staccato
debe ser cuidados tanto en su emisión como en su duración para intentar emular este tipo
de ataques con el instrumento de cuerda.
Referido al volumen, el piano de cola pose una tapa en su caja armónica que puede
colocarse abierta en dos posiciones (algunos tienen 3) o dejarse cerrada. El pianista ha de
disponer esta tapa en función de la sonoridad del instrumentista y el instrumento con que
se toque para que ambos suenen igualitariamente. El control de esto es mediante la
audición y el diálogo con el otro instrumentista para que resulte cómodo a ambos. Uno de
los factores determinantes es la sala donde se ensaya o interpreta un recital y la propia
sonoridad del piano.
Ambos instrumentistas deben amoldarse al conjunto y producirlo en función del dúo, el tipo
de obra, el papel del instrumento con respecto al otro (a veces uno acompaña y el otro
actúa de solista y otras es música de cámara en igualdad de roles).
La característica de los instrumentos de arco de modificar el sonido luego de producido es
una diferencia que el pianista ha de tener muy en cuenta a la hora de interpretar con ellos.
Los reguladores de intensidad crescendo y diminuendo tan naturales con el arco, deben ser
tratados con cuidado en el piano: la pulsación de las teclas, el registro en el que se
encuentra (los armónicos que intervienen), la escritura (polifónica, monódica o
contrapuntística) y el uso del pedal.
El pedal de resonancia en el piano es un elemento conciliador en la música a dúo: envuelve
la sonoridad del conjunto y la armoniza. Un buen manejo del pedal derecho colabora a
unificar las diferencias de ataque y fraseo del piano con las cuerdas frotadas.
La sordina es un efecto común en estos instrumentos, pero en ellos la tímbrica produce muy
diferentes cambios. En el piano la modificación es sutil porque el macillo golpea dos de las
tres cuerdas y la cuerda que queda sin golpear vibra por simpatía provocando un sonido
más suave y a la vez de un color más apagado. En cambio, en el violín, la sordina modifica
sustancialmente el timbre del instrumento, por ello los compositores lo utilizan bastante
poco y sólo en sitios muy concretos de cambios de sonoridad bien contrastantes.
Bibliografía
Fichero musical. Ediciones Daimon. Manuel Tamayo
El arte del violín. Javier Claudio. Ediciones musicales Mega, 1999.
El piano. Jeremy Siepmann. Guías musicales Acento – EMI, 1996. Traducción de Jaime
Suñén.
Estética aplicada a la música. José Forns. Editorial José Forns, 1948, Doctor Letamendi, 1.
Madrid, España.

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