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ARS SUBTILIOR
Nombre que recibe el estilo musical de gran refinamiento surgido a finales del siglo
XIV, centrado principalmente en las cortes seculares de Francia del sur, Aragón y
Chipre. Este término fue introducido en el vocabulario musicológico por Ursula
Günther (1963) y deriva de las referencias que en el Tractatus de diversis figuris de
Philippus de Caserta(?) se hacen a compositores dejaban atrás el estilo del motete del
ARS NOVA "post modum subtiliorem comparantes" y desarrollaron un "Artem magis
subtiliter" como se ejemplifica en el motete "Apta Caro". De forma similar Egidius de
Murino se refirió a la composición "...per viam subtilitatis" en su Tractatus cantus
mensurabilis.
2. Hay una extensión más florida en los trabajos de Matheus de Sancto Johanne,
Goscalch, Hasprois y Olivier. Aparte de la creciente independencia contrapuntística del
contratenor, sus trabajos son notables por una admirable cohesión tonal y motívica."Ma
doulce amour" de Hasprois (después de las 1428) ilustra el eslabón subyacente entre el
Ars Subtilior temprano y las Chansons subsecuentes del siglo XV.
BIBLIOGRAPHY
U. Günther: `Das Ende der Ars Nova', Mf, xvi (1963), 105
J. Hirshberg: The Music of the Late Fourteenth Century: a Study in Musical Style (díss.,
U. of Pennsylvanía, 1971)
U. Günther: `Zitate in französischen Liedsdtzen der Ars nova und An subtilior', MD,
xxvi (1972), 85
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Joan I, que reinó entre 1387 y 1396, era amante de la lectura, la música y la caza,
materias que captaban un porcentaje tan elevado de su atención, que, en muchos
momentos, relegaba a un segundo término las cuestiones de estado propias de un
monarca. Muy a menudo se veía afectado por un sentimiento de culpa que no le impidió
de contratar lo mejor de lo mejor del gremio musical, que se encontraba en Francia,
Flandes y Holanda. No existió juglar o ministril que no pasara por sus dominios sin
recibir del rey la invitación de tocar o cantar para su placer personal.
Pedro IV, su padre, que antes que él, también había cultivado las mismas aficiones,
contrató al menos veinticinco ministriles en un periodo de veintiséis años y un número
mucho más elevado de juglares que actuaron de paso por su corte. Su mujer, Leonor de
Sicilia. madre del rey que nos ocupa. fue más discreta y sólo contrató diez en un periodo
de veinte años. Juan I los ganó a los dos: al menos sesenta intérpretes tocaron sus
instrumentos para él. Entre todos tres, llegaron a realizar como mínimo noventa y cinco
contratos a músicos que tocaban arpas, rotas, violas, chirimías, cornamusas, trompetas,
trompas, timbales. laúdes, flautas, rabeles, bombardas...
La música que gustaba a Juan I era fundamentalmente francesa. Las miradas del rey se
dirigían casi siempre al país vecino -sus tres esposas serían francesas- que a la vez era
uno de los lugares de Europa dónde la composición musical evolucionaba con más
rapidez.
El papel de los instrumentistas en la interpretación de la música polifónica vocal de la
Edad Media ha estado siempre objeto de controversia. Todos los tratadistas coinciden
en un punto: los instrumentos siempre doblaban las diferentes partes vocales. Cada
músico doblaba aquel cantante que, por su tesitura de voz, conviniera al instrumento
que tocaba. Hace falta destacar que no se consideraban adecuados los mismos
instrumentos para acompañar la música religiosa que para la profana.
Fernando Quiroga
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¿QUIÉN ERAN LOS FUMEURS?
Fumeuse speculacion;
El contexto de esta pregunta es la música del Ars Subtilior del fin del siglo XIV en
Francia. Varias canciones de ese repertorio incluyen referencias a fumeurs & fumeux
que nosotros traduciríamos hoy como «fumadores» & «fumando.» Sin embargo, en el
momento, la connotación de estas palabras era diferente y la respuesta a la pregunta
¿inhalaron los fumeurs intencionalmente el humo? es difícil.
Hay un par de cuestiones a tener en cuenta. Primero, se debe hablar de "fumar" cuando
se sabe que no sé hacia en ese momento. No hay documentos de ningún tipo donde se
haga referencia a fumar como una actividad social en Europa hasta después de Colón.
Cuando el tabaco fue introducido, causó un impacto real. Por otra parte las drogas
usadas en el Viejo Mundo durante largo tiempo como el hashish y el opio eran comidas
originalmente. Por tanto uno podría concluir que los citados fumeurs no eran fumadores
tal como nosotros lo entendemos.
Sin embargo, uno se pregunta ¿aun cuando la inmensa mayoría de las personas del
momento en Francia nunca había «fumando» (es decir, inhalado humo
intencionadamente), a quién se hace referencia con la palabra fumeurs? Ésa es una
pregunta natural, ya que los historiadores no pueden decir con certeza lo que cada
persona viva hizo o no hizo, sobre todo en su vida privada. De hecho, fumar no
presentaba ningún problema tecnológico, ya que simplemente se requiere algo que
quemar y una manera de encender el fuego. Los arqueólogos han descubierto rastros de
drogas quemadas en objetos en forma de pipa del Viejo Mundo.
Para que podamos entender el sentido debemos mirar esta cuestión desde una óptica
diferente. ¿Simplemente qué significaba entonces fumeux? Para empezar a contestar esa
pregunta, debe notarse que este periodo surgió un quinto humor añadido al grupo
tradicional de cuatro establecido por los griegos (sanguíneo, flemático, colérico y
melancólico). Y ese humor era «fumeur». Desde esta óptica debemos entender fumeux
de forma completamente metafórica. Bien, quizás no. Después de todo, se suponía que
los humores debían estar equilibrados en el cuerpo y por tanto podrían necesitar ser
aumentados o disminuidos (a base de sanguijuelas), y no olvidemos que originalmente
se creía que los humores eran substancias reales (como una especie de bilis). Que el
humo fuera considerado como un humor, seguramente podía inspirar o podría estar
inspirado por algún tipo de actividad relacionada con «fumar».
Parece que la definición de este «humor» fue más extendida de lo que previamente se
había imaginado, y de hecho fumeux se traduciría mejor como «humeando», donde un
exceso de ese humor causa el abandono de éste del cuerpo de una forma particular
(hablando emocionalmente). Las canciones de fumeur pueden entenderse de esta
manera, aunque en algunos casos se insinúen dobles significados metafóricos que se
balancean en el aire. Las armonías exóticas de estas canciones también han sugerido a
muchos oyentes el uso de droga.
Quizás más significativamente, los textos de estas canciones están todos relacionados
con el poeta Eustache Deschamps (1346-1406) quién dejó obra suficiente como para
llenar 11 volúmenes modernos. Deschamps también és conocido por haber escrito el
texto de la ballade de Andrieu "Arms, Amours, dames, chevalerie" con motivo de la
muerte de Guillaume de Machaut en 1377, por ejemplo. El uso que Deschamps hace de
los términos fumeur y fumeux está al parecer dentro de una vena satírica, y nos hace
recordar la tradición que los dobles significados ha tenido en las canciones en general.
De hecho, esta parte del enigma nos permite entender las canciones donde la expresión
«fumando» seguía sin sentido.
Todd M. McComb
Traducción Joan Vives
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