Vulnerabilidad al abuso de medicamentos en estudiantes universitarios
En el año 2006, el Observatorio Argentino de Drogas-Secretaria de Programación para la
Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (OAD- Sedronar) en su “Estudio acerca del consumo de sustancias psicoactivas en estudiantes universitarios del interior del país”, presenta datos que indican que el porcentaje de consumo de psicofármacos es mayor en estudiantes universitarios en comparación con la población en general. Se registró una mayor prevalencia de consumo de medicamentos sin receta en una franja etaria de entre 26 y 34 para todas las sustancias. Excepto para los tranquilizantes, el consumo de psicofármacos sin receta es mayor en los varones que en las mujeres. Por otro lado, en la misma investigación se destaca que el 82% aproximadamente de los universitarios refieren que las exigencias de sus carreras son “Muchas o Bastantes”. Estos datos epidemiológicos remiten a las elaboraciones de algunos autores que señalan que las prácticas sanitarias durante el siglo XX han tenido como característica la administración masiva de medicamentos. En relación con esto, Arizaga, Quiña, Pista ni & Ruiz (2007) plantean que “la revolución farmacológica” consistió en la transformación de los modos de uso y fines terapéuticos de los medicamentos psicotrópicos. La consecuencia de esta revolución tuvo un gran impacto tanto en la disciplina de la medicina psiquiátrica como en la sociedad. De este modo, el consumo de fármacos y sus variaciones se dieron paralelamente con la evolución de los espacios de producción de estos medicamentos. Actualmente las concepciones acerca de la salud y la enfermedad, la condición de sujeto contemporáneo y el tratamiento que se le da a aquellos síntomas que amenazan el logro de una performance social adecuada, se han puesto en discusión. Esto es debido a un aumento en el uso de medicamentos, no restringido a sujetos diagnosticados con una patología mental. Este incremento en el consumo podría deberse a que el contexto de autorregulación empuja al sujeto a acentuar los controles sobre sí mismo, a fin de ser competente en las diferentes esferas de la vida cotidiana. El autocontrol coloca al sujeto en situaciones de inhibición, vulnerabilidad, excitación, depresión y ansiedad que tienden a ser resueltas químicamente a través de productos tranquilizantes y estimulantes. Los medicamentos cumplen la función de luchar contra los síntomas más invalidantes en la sociedad actual (Arizaga et al., 2007). Diversos autores han señalado el rol que los fenómenos cognitivos, tales como las creencias y las expectativas, tienen en el desarrollo de conductas adaptativas a las exigencias de la vida cotidiana (Beck, Wright, Newman & Liese, 1993)