Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El proyecto, indicó Vega, que forma parte de las actividades del Componente
Sicosocial de la Escuela de Farmacia, tiene como objetivo “fomentar la
reflexión crítica entre estudiantes, docentes y público invitado al discutir y
dar a conocer temas de prioridad en la salud pública del país, presentar
impacto y alternativas para lidiar con estos asuntos y problemas”.
Efectos dañinos
En su presentación, la profesora Vega indicó que según el National Institute
of Drug Abuse, los medicamentos estimulantes actúan “aumentando los
niveles de dopamina y noradrenalina en el cerebro”.
“Es una situación que está muy minimizada. Muchos de los estudiantes que
usan estimulantes son de alto rendimiento y tienen la presión de salir bien en
sus exámenes, así que los utilizan porque lo ven como una fácil solución para
mantenerse estudiando por mucho tiempo”, advirtió. Y para lograrlo, dijo
que utilizan medicamentos estimulantes así como otros tipos de anfetaminas
y hasta sustancias ilícitas. “A los pacientes que se les receta los ayuda
(porque tienen un problema de déficit de atención o hiperactividad). Pero
cuando lo usas porque quieres estudiar por nueve horas, o trabajas durante
el día y tienes que estudiar de noche, se corre un riesgo de salud grande”,
advirtió Santiago, quien cree que cuando los estudiantes salen bien en sus
clases, esto les refuerza que pueden seguir usando ese mecanismo.
Cabe resaltar que las dosis recetadas por los médicos a pacientes que
necesitan estos medicamentos son bajas al principio y se aumentan
gradualmente hasta lograr un efecto terapéutico, se indica en la página del
National Institute on Drug Abuse. Pero destacan que cuando se toman en
dosis o por vías no recetadas, los estimulantes pueden aumentar la
dopamina en el cerebro de manera rápida y altamente amplificada, como lo
hacen la mayoría de las demás drogas de abuso, trastornando la
comunicación normal entre las células del cerebro, produciendo euforia e
incrementando el riesgo de adicción.
Por eso, a juicio del psicólogo Billy Santiago, la mejor opción para los
estudiantes es programarse adecuadamente para que puedan estudiar sin la
necesidad de utilizar estimulantes porque hacerlo es “como venderle el alma
al diablo”.
“Va a tener una gratificación inicial pero a largo plazo va a tener problemas
de salud serios”, alertó Santiago, quien resaltó que son estudiantes que viven
dentro de la cultura de que tienen que salir bien “sí o sí” y que esto los
empuja a usar estos mecanismos.