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NTRODUCCIÓN
Santa María de
Roncesvalles,
antiguo hospital
de peregrinos y
enclave de
profundas
resonancias
épicas es, con
toda seguridad,
uno de los lugares más emblemáticos del Occidente europeo, en cuyas dilatadas fronteras se
consideró siempre el hito más relevante y entrañable de la ruta compostelana.
En Orreaga-Roncesvalles sitúa la tradición la más dolorosa de las derrotas del ejército franco;
allí lloraría Carlomagno la muerte del mejor caballero de Francia y de sus doce pares, dando
origen a un relato mil veces contado y cantado hasta los confines de la cristiandad.
Paso natural del Pirineo desde los tiempos más remotos, en Orreaga-Roncesvalles se instaló y
creció un centro asistencial y alberguería que acogía a los peregrinos tras el duro ascenso de la
cordillera y reconducía sus pasos hacia la meta final, ya casi perceptible en sus corazones, de la
todavía lejana tumba del apóstol.
Crónlech de Sorogain.
Si los romanos, expertos ingenieros y especialistas en el trazado de una completa red vial por toda
Europa, eligieron esta comarca para el paso de la calzada que iba desde las Galias a la parte
occidental de la península, la famosa vía "Burdeos-Astorga", sería porque se trataba de un lugar de
paso anterior. De ello dan prueba los indicios arqueológicos que han quedado en la zona y que
hablan de la entrada de oleadas de población en los tiempos prehistóricos.
El poblamiento del territorio puede remontarse hasta el final del Paleolítico, es decir, hacia el año
10.000 a. de C., en que se cuenta con restos de materiales en zonas cercanas y de fisonomía parecida:
la parte más septentrional del Baztán o la Baja Navarra.
Para la época de Bronce y de Hierro los cazadores seminómadas se fueron sedentarizando y tuvieron
una presencia más directa en el área de Orreaga-Roncesvalles y los territorios cercanos. En este
contexto se pueden explicar la cantidad de restos megalíticos que se encuentran repartidos por la
zona. El megalitismo se refiere a la presencia de monumentos funerarios o rituales de piedra
esparcidos en plena naturaleza, llamados dólmenes. Los de la zona de Orreaga-Roncesvalles
pertenecen a un sub-sector dentro del sector dolménico septentrional de la Península, que recibe el
nombre de "Urepel-Ibañeta-Orbaiceta".
Además de los
grupos que
permanecían de
manera más o
menos estable en la
zona, hay que tener
en cuenta también
la influencia de
nuevos
contingentes que,
gracias a la
facilidad de paso
Dolmen de Soroluce.
pirenaico, fueron
llegando al área de
Orreaga-
Roncesvalles. Las llamadas "invasiones celtas" tuvieron una de sus vías de penetración esenciales
por esta parte del pirineo. Estos celtas trajeron nuevas formas urbanas y conceptos de organización
social que, aunque no se han conservado como poblados, dejaron algunos "crónlechs", (monumentos
de tipo megalítico relacionados con ritos funerarios en los que las piedras se colocan en círculo
rodeando el enterramiento), de los cuales es posible ver algunos ejemplos en las laderas meridionales
de Urkulu.
Con este entramado humano, más complejo y organizado de lo que en ocasiones se ha considerado,
entró en contacto el mundo romano a principios de nuestra era. Fue Roma, quien atendiendo a sus
necesidades de transporte y a su habitual política de desarrollo de la redes viarias, tendió sobre las
viejas rutas pirenaicas una calzada de piedra. Muy cerca de Orreaga-Roncesvalles, en el término del
vecino pueblo de Espinal, se han encontrado los restos de la ciudad más septentrional de los
vascones romanizados, Iturissa, y sobre el vértice de la vía romana, vigila los puertos una curiosa
torre-trofeo romana que corona el "Summo Pyreneo".
La vía pirenaica se va consolidando lentamente y sus caminos son testigo del paso de legiones romanas,
viajeros variados, invasiones bárbaras, huestes visigodas, tropas musulmanas camino de la derrota de
Poitiers, embajadas cristianas en uno y otro sentido, y el más ilustre ejército de la Francia altomedieval: lo
mejor de la caballería y el séquito más deslumbrante que cruzó los Pirineos con Carlomagno en el 778.
SIGLO VIII
La Batalla de Roncesvalles (año 778)
Aunque la zona de Roncesvalles ha sido siempre una
importante vía de comunicación, cobró especial fama con
la campaña de Carlomagno en España. En el curso de su
retirada, tras haber perdido la batalla de Zaragoza, el
héroe Roldán, junto con la retaguardia del ejército franco,
fue derrotado en la profunda hondonada de Luzaide-
Valcarlos.
SIGLO IX
Comienza la peregrinación
Aunque a principios del siglo IX empieza a desarrollarse el
culto a Santiago y la veneración de sus restos, no se sabe
exactamente cuándo dan comienzo las peregrinaciones.
De todos modos, no sería hasta principios del siglo X, una
vez que triunfó y se consolidó la monarquía cristiana,
cuando el tránsito de peregrinos se haría más seguro.
SIGLO XII
Un nuevo hospital para los peregrinos
En 1127 el obispo de Pamplona, el prelado Sancho de la
Rosa, decidió crear una cofradía de clérigos y laicos que
se encargara del cuidado de los peregrinos en las
cercanías de Orreaga-Roncesvalles. Circunstancias
políticas contribuyeron a que lo que en principio se
pensaba que fuera un pequeño hospital, se desarrollara
como un centro de atención de mucha mayor entidad.
SIGLO XIII
El apogeo de Roncesvalles
El siglo XIII constituye una época de gran relevancia para
Navarra y en consecuencia también para Orreaga-
Roncesvalles, que sufrió un importante proceso de
crecimiento y expansión. Este proceso floreciente se ve
plasmado en la consolidación como Cabildo independiente
y pujante y la ampliación de sus dominios y derechos
eclesiásticos que continuarán en el siglo XIV
SIGLO XIV
Roncesvalles, protagonismo de la vida política
El anterior proceso de crecimiento había dotado a la
Colegiata de un respaldo económico indudable y para
finales del siglo XIII sus estatutos hablaban ya de unas 60
personas establecidas allí. Tan buena era la situación de
Orreaga-Roncesvalles, que estaba en disposición incluso
de prestar dinero a la Corona. A partir de ese momento,
cesa el incremento de patrimonio y todos os esfuerzos se
centran en gestionar lo que ya se tiene.
SIGLOS XVI - XVIII
La gran reforma
Los difíciles momentos del siglo anterior dan paso a una
centuria de vitalidad bajo la dirección del Prior Francisco
de Navarra: El Prior, asesorado por otro ilustre miembro
del mundo cultural de su época, Martín de Azpilcueta,
decide poner fin a la desorganización económica y
hospitalaria
SIGLO XIX
La difícil supervivencia
La Revolución de 1789 dio al traste con la monarquía y
con el conjunto de principios en los que se habían basado
los regímenes europeos durante los últimos siglos. En la
subsiguiente cadena de acontecimientos bélicos, Orreaga-
Roncesvalles y los valles cercanos iban a sufrir con
intensidad los avatares de las numerosas guerras.
SIGLOS XX - XXI
Del resurgimiento a la actualidad
Los difíciles momentos del siglo anterior dan paso a una
centuria de vitalidad bajo la dirección del Prior Francisco
de Navarra: El Prior, asesorado por otro ilustre miembro
del mundo cultural de su época, Martín de Azpilcueta,
decide poner fin a la desorganización económica y
hospitalaria.
Patrimonio
Urbanismo
LA MÚSICA DE RONCESVALLES
La especial relación de la Colegiata con la música data de antiguo. Así lo atestiguan, por
ejemplo, los dos cantorales y el evangeliario del sXIII que forman parte del Tesoro
expuesto en el museo. De menor belleza, aunque de inmensa importancia documental y
artística, la mayor parte de la colección musical de Roncesvalles se conserva en el
archivo en forma de cuadernos, papeles sueltos y pergaminos manuscritos. A los que se
suman 38 cantorales de polifonía y gregoriano guardados en la biblioteca. Un total de
884 composiciones, en su mayoría de arte sacro compuesto entre los siglos XVI y
XVIII.
Pero la música suena todavía con fuerza en Roncesvalles, tanto en la liturgia como en
los numerosos actos culturales y religiosos celebrados durante el año, de los que
actuaciones y conciertos son protagonistas en las noches de verano.
Real Colegiata de
Nuestra Señora de
Roncesvalles
Introducción
Historia
El nombre vasco primitivo de la zona era
Errozabal, que los francos transformarian en
(Errozabal, Ronzabal, Roncesvals y
Roncesvaux). Roncesvaux (valle de espinos)
al castellanizarse quedaría en Roncesvalles.
A su vez el nombre vasco de Errozabal sería
transformado en el también vasco Orreaga
(lugar de enebros) que es traducción del
frances Roncesvaux.
El actual complejo de Roncesvalles recibió un impulso definitivo de la mano
de los Reyes de Navarra García V Ramirez (1134-1150), Sancho VI el
Sabio (1150-1194) y Sancho VII el Fuerte (1194-1234). Este último
construiria la Real Iglesia Colegial de Roncesvalles (La Colegiata).
También encontramos una imagen gótica del siglo XIV, una talla de San
Miguel del siglo XVI y algunos relieves e imagenes que formaban parte del
retablo Mayor de la Colegiata, realizado entre 1618 y 1624, y que hoy ha
desaparecido.
La Itzandegia (en euskera
"lugar de bueyes") edificio de
estilo gótico (siglo XIII), en su
origen bien pudo tratarse de un
hospital para peregrinos, aunque
en la actualidad y después de una
laboriosa restauración en 1993 ha
sido acondicionado como
Albergue de Peregrinos. Se trata
de un edificio de nave única de
32 x 12 metros, de seis tramos y
cinco arcos apuntados que
sostienen la techumbre y apoyan
en los muros, los cuales a su vez descargan en diez contrafuertes al
exterior, cinco por cada lado. Aunque el edificio tiene una planta se
especula con que originalmente el edificio debía de contar con dos. La
iluminación la recibe a traves de seis pequeñas aspileras abiertas en el
muro.
El Molino de finales del siglo XVIII, tenia como fin abastecer de harina a la
población, hoy es Oficina de Turismo.
Monumento a la batalla de
Roncesvalles Situado en el
centro de la explanada que forma
el conjunto, fue levantado en
1978 para commemorar la Batalla
de Roncesvalles ocurrida el 15-
08-778. Es un pedrusco calizo de
varias toneladas de peso. Sobre
ella dos placas de bronce
rememoran los hechos de
Roncesvalles. En una placa
vemos la representación del
duelo de Roldán y Ferragut,
replica del capitel que podemos encontrar en el Palacio de los Reyes de
Navarra en Estella, la otra placa lleva una inscripción que dice: "vascones
in summi montis vertice surgentes" Batalla de Roncesvalles. XII
Centenario. 778 - 15 de agosto - 1978.
La Cruz de
Peregrinos también conocida
como la Cruz Vieja. Se trata
de una cruz florenzada (forma
de flor de lis) con rosetones
radiales esculpidos en cada
brazo. En el centro la figura de
Cristo en la cruz y al pie en
una pequeña hornacina la
Virgen sedente. Sobre el
basamento un relieve de
Sancho el Fuerte y su esposa
Clemencia. Es una cruz gótica
del siglo XIV sobre un pedestal que a su vez se levanta sobre tres gradas y
en cuyo pie se puede leer: Esta obra fizo facer donna Pia de Yaurrieta ....
Anno Domini MCCCXXI.
Fue colocada en este lugar en 1880 por el prior don Francisco Polite, a
unos centenares de metros del conjunto histórico.
Características
La actual Colegiata fue fundada por el rey Sancho VII el Fuerte, por lo que
ostenta la categoria de Real que antecede a su nombre. Fue consagrada en
el año 1219 sin la presencia del rey, a pesar de haberla costeado
integramente de su tesoro particular.
En
una de las pandas del claustro se abre la Sala Capitular, y desde el siglo
XVII en que dejó de cumplir tal función, conocida como Capilla de San
Agustin y más conocida todavía porque en ella se encuentra el sepulcro
del rey de Navarra, Sancho VII el Fuerte. La losa que lo cubre es la original
del siglo XIII y llama poderosamente la atención el gran tamaño del
sepulcro y es que es conocida y asi lo atestiguan las averiguaciones
realizadas sobre los huesos del rey que el mismo media 2,25 metros de
altura. En el testero de la capilla y cerrada por una verja encontramos
un altar y a sus pies sobre un almohadon rojo encontramos unos trozos de
cadena que son según la tradición, las cadenas que portaban los esclavos
del rey musulman Miramamolin que protegian al mismo en la Batalla de las
Navas de Tolosa (1212), y de la cual Sancho el Fuerte, fue personaje
importante, hasta el punto que tales cadenas han pasado a formar parte
del escudo de la Comunidad Foral. En esta pequeña capilla está el sepulcro
del prior Garcia Ibañez.
La Capilla de San Agustin, fue mandada construir por el prior Juan Garcia
Ibañez de Viguria (1330-1340), es de planta cuadrada y se cubre con
bóveda de crucería estrellada. Desde el suelo hasta la clave tiene una
altura de 25 metros. Fue restaurada en el siglo XX por Fermin Ansoleaga.
Otra de las anecdotas de este sepulcro es que la punta de la nariz del rey
tiene distinto color, lo que llama poderosamente la atención, y es que se
trata de un añadido, ya que con el tiempo y los avatares de los siglos tal
apendice habia desaparecido.
En
las
Curiosidades Históricas
Pere de Añorbe suministró las especias y drogas que el citado judío precisó
para el embalsamamiento: se emplearon mirra, alóe, cicotrin, gali et
musquet, muscacerin, nueces de ciprés, linaloes, alun de roca, resina,
goma arábiga y otras sustancias.
Ficha técnica