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Calor, bloqueo, angustia, malestar...

El miedo puede presentarse de


diferentes formas y desencadenarse por estímulos muy variados. Sin
embargo, ya sea miedo a volar, miedo a conducir o miedo a hablar en
público, el miedo es miedo. Una emoción necesaria pero que es esencial
aprender a regular.

Qué es el miedo
El miedo es una emoción primaria, básica y universal. Eso significa que
está presente en el repertorio emocional de todas y cada una de nosotras.
Entonces, ¿por algo será? ¡Evidentemente! El miedo es un mecanismo de
defensa ante situaciones que suponen un peligro.

Si te preguntas por qué tienes miedo debes saber que esta emoción tiene una
clara función de supervivencia. Te guía hacia la reacción más apropiada
cuando existe algo que supone un riesgo para ti. En gran parte, gracias al
miedo han sobrevivido nuestros antepasados. Por ejemplo, cuando el miedo
les ayudaba a correr ante un depredador. Actualmente, el miedo es el
responsable de que no te pongas a caminar por la autopista o de que no te
sientes en la barandilla del balcón de un décimo piso.

Este miedo que se desencadena por un peligro real y presente se denomina


miedo funcional, ya que nos está ayudando. Por otro lado, encontramos el
miedo disfuncional, ese miedo que no te está ayudando. Por ejemplo, el
miedo a volar no te está ayudando porque implica que gastes más tiempo en
desplazamientos o el miedo a lo nuevo tampoco te facilita la vida ya que te
impide aprovechar oportunidades y vivir nuevas experiencias.
Por qué tengo miedo: causas
de los miedos e inseguridades
La reacción de miedo aparece ante la percepción de una amenaza. Es
decir, cuando nos encontramos en una situación en la que hay un peligro que
puede tener consecuencias negativas para nosotros. Por ejemplo, puede
causarte miedo quedarte sin trabajo ya que implica efectos negativos en tu
economía, tu bienestar y tu calidad de vida.

El miedo no se debe solo a la situación, sino a lo que implica para cada uno.
Por ejemplo, si tienes la seguridad de que, en caso de perder un trabajo,
podrías encontrar otro fácilmente con las mismas condiciones, la amenaza
desaparecería y con ella el miedo.

Por tanto, las causas de la reacción de miedo son ambas:

● La situación de peligro.
● La falta de recursos para afrontarla.
La tanto la amenaza que implica la situación como la falta de recursos para
afrontarla puede ser real o puede ser una percepción. La segunda opción
es más frecuente y se debe a las siguientes características personales:

● Autoconcepto sesgado: una imagen distorsionada de uno mismo.


● Autoestima negativa o inestable: una mala valoración de uno mismo
o que dicha valoración va cambiando según acontecimientos externos.
● Falta de confianza: ausencia de seguridad y esperanza.
● Pesimismo: tendencia a observar la realidad desde una perspectiva
negativa.

Cómo superar los miedos e


inseguridades personales
Las estrategias psicológicas utilizadas en terapia para superar los miedos son
la siguientes:

1. Trabaja tu autoconcepto
Para vencer los miedos e inseguridades, el primer paso es el
autoconocimiento. Conócete: obsérvate y reflexiona sobre tus
características, tus capacidades, tus habilidades, tus logros, tus puntos
fuertes y tus puntos débiles. Para ello puedes realizar el ejercicio de
describirte de la forma más objetiva posible. También puedes pedir a
personas de confianza que te describan en una carta y luego comparar la
información.

2. Entrena tu positividad

¿Cómo superar los miedos y las preocupaciones? Todos vemos la realidad a


través de un filtro. Puede que tu filtro sea la negatividad y que enfocarte solo
en las posibles consecuencias negativas esté inflando tu miedo.

3. Trabaja tu autoestima

Mientras el autoconcepto es el conjunto de características que vemos en


nosotros mismos, la autoestima es la valoración que hacemos de estas
características. Una buena autoestima es una autoestima positiva, es decir,
valorarte bien a ti mismo, y una autoestima estable, es decir, que los
sucesos puntuales no cambien esta valoración.

El miedo se relaciona con la autoesitma de la siguiente manera. Por ejemplo,


puede que tengas miedo ante un examen porque piensas que tus
calificaciones determinan tu valía. Es decir, puede que pienses que
suspender un examen dice que no eres suficientemente inteligente, bueno,
talentoso o válido. Eso es porque la autoestima es inestable, no está anclada
a tu persona, si no a cualidades o habilidades relativas. Por ello, tambalea
ante un acontecimiento. Fortaleciendo la autoestima parte de estos miedos
desaparecen. Se puede mejorar entrenando la aceptación de uno mismo y
la autocompasión.
4. Reconoce el miedo

¿Cómo superar los miedos y la ansiedad? El primer paso para superar los
miedos, fobias, la ansiedad, las preocupaciones o inseguridades personales
es reconocerlo y aceptarlo. Gastar energía es ocultar tus miedos es
improductivo. Cierto es que mostrar tus miedos pone de relieve tu
vulnerabilidad, pero recuerda que ser humano es ser imperfecto y
vulnerable.

5. Habla de ello

Tras reconocerlo, habla de ello con naturalidad y normalidad. Compartiendo


tus miedos puede que otras personas también se abran y compartan contigo
los suyos. Poder relacionarte sin máscaras y poder compartir aquello que te
preocupa te aportará tranquilidad y seguridad, además de los beneficios del
apoyo de estas personas.

6. Frena el miedo al miedo

Es frecuente observar que aquello más temido es la propia reacción de miedo


en lugar de el estímulo inicial. Por ejemplo, una persona que tiene miedo a
hablar en público, que más que miedo a afrontar la situación de la exposición
ante la audiencia, tiene miedo a sus propios síntomas de miedo:
palpitaciones, sudoración, temblores, bloqueos, rubor facial, tartamuedo,
sensación de hormigueo, mareo, dificultad para respirar, sofoco, etcétera.

Si es tu caso, debes saber que esta es la reacción normal del organismo ante
un peligro. Esta respuesta fisiológica tiene el objetivo de activar tus músculos,
ofrecerte energía y potenciar tus capacidades para que puedas hacer frente a
un peligro. Simplemente se trata de tu cuerpo ayudándote a sobrevivir.

7. Visualiza
Visualizar es imaginar una situación, es un pensamiento que involucra los
sentidos: visión, audición, olfato, gusto, u sensaciones kinestésicas
(movimiento, posición y tacto). La visualización funciona porque el cerebro no
sabe diferenciar lo que es real y lo que es imaginario. Así, tiene una reacción
química parecida ante una situación y ante imaginar la misma. Con la
visualización se activan las mismas zonas cerebrales que cuando se
realiza la acción. Por ello, se considera una buena forma de ensayar una
conducta. Sería útil, por ejemplo, para afrontar el miedo a conducir.

Practicar la visualización consiste en imaginar la situación con gran cantidad


de detalles que involucren la percepción de todos los sentidos, emociones y
sensaciones. Se recomienda utilizar conjuntamente con la relajación para
regular la activación fisiológica ante las imágenes mentales.

8. Aprende técnicas de relajación

Las técnicas de relajación tienen como objetivo disminuir la activación


fisiológica que produce el estrés, la ansiedad o el miedo. La stecnicas de
relajacion funcionan ya que consiguen activar el sistema nervioso
parasimpático e inhibir parcialmente el funcionamiento excesivo del sistema
simpático. Consiguiendo así evocar una respuesta de relajación o haciendo
incompatible la respuesta de ansiedad.

9. Exponte al estímulo temido

¿Cómo superar miedos y fobias? La técnica por excelencia para superar los
miedos irracionales es la exposición. Esta técnica conductual se sustenta en
el principio de la habituación, que consiste en la disminución de la intensidad
de la respuesta ante la repetición continuada de un estímulo inofensivo. Es
decir, si afrontas de forma regular una situación que no es perjudicial, tu
reacción emocional cada vez será menor. La exposición puede ser de
diferentes formas:
● Exposición en vivo: que consiste en la exposición al estímulo temido
en la realidad.
● Exposición en imaginación: significa exponerse a través de
imaginarse la situación que produce el miedo.
● Exposición mediante realidad virtual o realidad aumentada: la
exposición a través de las herramientas tecnológicas de realidad
virtual o aumentada.

La exposición debe ser gradual, acompañada de la práctica de la relajación y


mejor si está guiada por un profesional.

10. Convive con el miedo

Si te preguntas "como dejar de tener", debes saber que el miedo nunca


desaparecerá totalmente. Tal como dice la frase: el miedo no se quita, no es
una mancha. Es una emoción y, como las demás, debe ser gestionada y
regulada. Los pasos para gestionar una emoción son:

1. Percibirla: ser consciente de ella


2. Identificarla: ponerle nombre
3. Sentirla: notarla y no luchar para evitarla
4. Escucharla: las emociones nos aportan información que puede servir
de guía. Puedes preguntarte: por qué estoy sintiendo miedo ahora o
qué es lo que está provocando esta reacción.
5. Dejarla ir: una vez la emoción ya te ha aportado la información
suficiente y has decidido en consecuencia, puedes dejarla ir.

Tomado de psicologia-online.com

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