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Fenomenología
Fenomenología
Existen dos premisas en la fenomenología (J. Morse y L. Richards 2002). La primera se refiere
a que las percepciones de la persona evidencian para ella la existencia del mundo, no como lo
piensa, sino como lo vive; así, el mundo vivido, la experiencia vivida, constituyen elementos
cruciales de la fenomenología. La segunda señala que la existencia humana es significante e
interesante, en el sentido de que siempre estamos conscientes de algo, por lo que la
existencia implica que las personas están en su mundo y sólo pueden ser comprendidas
dentro de sus propios contextos. De esta forma, los comportamientos humanos se
contextualizan por las relaciones con los objetos, con las personas, con los sucesos y con las
situaciones.
John Cresswell (1998) considera que los investigadores realizan análisis fenomenológicos si su
trabajo cumple las siguientes características generales:
Durante los años veinte del siglo pasado, se diseminó por Australia, Francia, Hungría,
Holanda, Polonia y Estados Unidos en las áreas de la comunicación, la educación, la música
y la religión. En los años treinta se estableció en Checoslovaquia, Italia, Corea, y Yugoslavia
en los campos de la arquitectura, la licenciatura y el teatro.
En los años sesenta y setenta tuvo su auge en Canadá, China e India en la danza, la
geografía, las leyes y la psicología. Finalmente, en los años ochenta y noventa Gran
Bretaña la cultivó en estudios de ecología, etnología, medicina y enfermería.
Para la realización de este proceso, Amedeo Giorgi (1997) propone cinco pasos
específicos: obtener los datos verbales; leer estos datos; agruparlos; organizarlos y
expresarlos desde una perspectiva disciplinaria; sintetizar y resumir los datos para
presentarlos ante un auditorio científico.
El estudio fenomenológico termina con una mejor comprensión del investigador y del
lector sobre la esencia y la estructura invariable de la experiencia, reconociendo que existe
un significado de ésta (Cresswell 1998). Ello implica que todas las experiencias tienen una
estructura básica subyacente. Cuando el lector del estudio lo termina, debe tener la
sensación de que ha entendido lo que para otra persona significa vivir en una situación
determinada.