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Explicar el sentido ontológico de la tesis de Nietzsche sólo como

experiencia estética. Se puede justificar el mundo expuesta en el


ensayo del nacimiento de la tragedia.
La tragedia para los griegos en la antigüedad no nació para la diversión o para
pasar el rato, sino como parte de un culto de gran importancia en la polis. No era
un recurso, ni tampoco un entretenimiento para una élite de personas aburridas,
sino que era un gran acto para toda la ciudad en fiesta. La tragedia, es creada
para reproducir de manera burlesca hechos de la vida. La tragedia se ocupaba del
destino y la catarsis, la idea del destino se hablaba en la tragedia antigua en
contraposición con la moderna. Se piensa que la tragedia antigua se había
esforzado exclusivamente en enseñar que nadie puede escapar de su destino. En
la excusa del destino no entra para nada la culpabilidad de los protagonistas
correspondientes, y es un error de peor gusto atribuir el desenlace trágico a
cualquier culpa.

Para Aristóteles1 «la tragedia, en consecuencia, es la imitación de una acción


elevada y también por tener magnitud, completa en sí misma; enriquecida por el
lenguaje, con adornos artísticos adecuados para las diversas partes de la obra,
presentado en forma dramática, no como narración, sino como incidentes que
excitan piedad y temor, mediante los cuales realizan las catarsis de tales
emociones »

Para Nietzsche el nacimiento de la tragedia expuesta en el ensayo de autocrítica


que fue escrito en agosto de 1886, es decir, catorce años después de que se
publicase por primera vez el libro. Éste sale al público el 2 de enero de 1872. En
1886 Nietzsche mostrará con cierta disconformidad con respecto a su lectura de
los griegos. Evidentemente se trata de una relectura crítica en la que él mismo se
acusa de haber sido demasiado joven y romántico; también se había apartado ya
de la filosofía de Schopenhauer, y había roto con Richard Wagner, porque según
éste, le «echaron a perder» su obra. Rompió con su madre, con su hermana y
con la mayoría de sus amigos. Su vida había sufrido grandes cambios desde que
escribió el libro, y su filosofía, o más bien su forma de exponerla, era muy
diferente.

¿Por qué Nietzsche se había apartado de la filosofía de Schopenhauer? En el


nacimiento de la tragedia lo dionisíaco y lo apolíneo reproducen el esquema
general de Schopenhauer del mundo como voluntad y representación, en el marco

1
Poética, 6,1
de un estudio del mundo griego. A través de las figuras de Dionisos2 y Apolo3,
Nietzsche logra explicar esos dos aspectos del espíritu y de la cultura griega que
se encontraban en constante oposición; y esta visión de un mundo constituido por
la lucha y la antítesis entre estos dos “instintos” representados por tales
divinidades, nos recrea la oposición que Schopenhauer señalaba entre el mundo
regido por el principio de razón suficiente y por el principio de individuación4 y el
mundo de la voluntad, irracional e irrepresentable.

Nietzsche ve en el planteo de Schopenhauer todavía una concepción del arte


que piensa a través de la antítesis de lo subjetivo y lo objetivo, mientras que para
él el sujeto está redimido de su voluntad individual en el arte y este es un medio «a
través del cual el único sujeto verdaderamente existente festeja su redención en la
apariencia»5. El Uno Primordial6 debe pensarse como una especie de artista
primordial creador y nuestra existencia no es más que una proyección artística de
aquel. El arte y la experiencia dionisíaca permiten entonces un sustraerse de
nuestra subjetividad y un confundirse con el Uno que nos hace parte de la
creación: gracias a esta redención se fusiona con el Uno Primordial, o con aquel
artista primordial que lo embriaga y «ahora él es a la vez sujeto y objeto, a la vez
poeta, actor y espectador»7 porque en esta embriaguez dionisíaca «lo subjetivo
desaparece hasta llegar al completo olvido de sí»8.

La copia del esquema metafísico de Schopenhauer atestigua la decadencia en la


que sucumbe el Nacimiento de la tragedia. El mundo como voluntad y
representación y la primera obra nietzscheana no son conscientes del carácter
interpretativo que toda perspectiva teórica supone. Una de las máximas del
pensamiento nietzscheano de madurez: no se puede “explicar” el mundo sino sólo
interpretarlo.

Nietzsche encuentra, por tanto, que la única justificación posible de nuestra


existencia y del mundo es estética. Justificación que Nietzsche descubre en la
tragedia griega donde la música, que tiene carácter dionisíaco, logra convivir con
lo simbólico de lo apolíneo en un «milagroso acto metafísico de la «voluntad»
helénica»9.

2
Representa lo impulsivo, lo excesivo, y los desbordante
3
Representa la serenidad, la claridad, la racionalidad.
4
Aquello que rige y permite al mundo fenoménico aparecer como tal.
5
Nacimiento de la tragedia pag 68
6
Es la palabra que acuña Nietzsche para designar lo Uno de todas las cosas, el origen y fundamentos de ella,
el Ser del ente.
7
Nacimiento de la tragedia pag 69
8
Nacimiento de la tragedia pag 45
9
Nacimiento de la tragedia pag 42
El nacimiento de la tragedia «en varias ocasiones reaparece la agresiva tesis de
que sólo como fenómeno estético está justificada la existencia del mundo»10. Lo
primero que debe quedar claro es que el término estético no puede ser entendido
como lo «bello» en el sentido de lo agradable, armonioso, bien proporcionado etc.
Debe ser comprendido en un sentido más amplio. Es decir, lo sombrío, lo terrible,
lo desagradable, lo malvado, también son considerados «bello». Sabiendo esto, se
pone al descubierto la clave para entender la justificación estética del mundo; ya
que cuando el mundo es entendido como un espectáculo, es decir, como un
mundo de apariencias, de fenómenos estéticos, debe ser aceptado, en su
totalidad, es decir, sin dejar de lado sus aspectos terribles, oscuros y sombríos,
como algo necesario, cuyo sentido no puede encontrarse en las humanas
representaciones morales que los separa o divide, sino que debe hallarse en la
totalidad de sus formas. Esta concepción del mundo se entiende el mundo
apolíneo de las apariencias como fenómeno estético. Esta concepción estética, es
la única capaz de justificar eternamente el mundo tal como son dados, es decir,
con su bien y con su mal.

Por lo tanto, esta tesis se opuso tajantemente a la tesis moral del mundo alabada
por la moral cristiana: «no existe antítesis más grande de la interpretación y
justificación puramente estéticas del mundo, tal como en este libro se enseña, que
la doctrina cristiana, la cual es y quiere ser sólo moral, y con su veracidad de Dios
por ejemplo, relega el arte, todo arte, al reino de la mentira»11. Frente al
cristianismo que pone a Dios y a su bondad en el origen, y oculta el acto mismo de
creación de los valores. El Nacimiento de la tragedia puso al arte como
justificación última del mundo. Es decir, que sólo un pensamiento estético que
resalte la actividad creadora del hombre puede justificar nuestra existencia en el
mundo. La moral cristiana desde sus conceptos y, principalmente, en sus efectos
ha atentado contra la vida. Ha llevado a una vida llena de miserias y ha
vanagloriado un mundo post mortem. Con otros términos, a través de un
pesimismo de la vida, la moral ha desacreditado el mundo terrenal en el que
vivimos. No así la interpretación estética que nos brinda, con palabras del mismo
joven Nietzsche, «el consuelo metafísico -que, como yo insinúo ya aquí, deja en
nosotros toda verdadera tragedia- de que en el fondo de las cosas, y pese a toda
la mudanza de las apariencias, la vida es indestructiblemente poderosa y
placentera».12 La interpretación estética salva a la vida porque no la niega sino
que, todo lo contrario, la afirma como tal e integra al sufrimiento.

10
Nacimiento de la tragedia. Ensayo de autocrítica. pag 32
11
Nacimiento de la tragedia. Ensayo de autocrítica pag 33
12
Nacimiento de la tragedia pag 79
En conclusión: Que el mundo se justifiquen sólo como fenómeno estético quiere
decir: que lo terrible del mundo no puede ser comprendido ni justificado desde una
mirada estrecha, subjetiva y humana es decir, moral. Es preciso mediante el poder
dionisíaco, salir fuera de los límites de la individualidad, ser capaces de ver por
encima de esos límites, fusionarse con el Ser primordial, en cuya experiencia el
espectáculo total del mundo queda eternamente justificado, esta fusión puede
acontecer, como ya se ha visto, de varias maneras, y en ella consiste la esencia
de la experiencia dionisíaca. En cuanto al hombre es llevado de la mano de
Dionisos a la experiencia primordial de lo Uno, se deja de lado la creencia de que
el sentido de la Vida puede ser el de «mejorarnos y formarnos»13 es decir, en un
sentido moral. La sabiduría dionisíaca es el presupuesto de una efectiva
comprensión de la justificación estética del mundo, pero es también un fruto de la
experiencia que funda esta justificación.

Este mundo de apariencias del que habla Nietzsche y Schopenhauer, es vacía y


sin identidad, es una de las afirmaciones tomada de la filosofía hinduista y
budista. El budismo también afirma que la realidad existente es relativa. La
pluralidad que vemos es una creación de nuestra mente necesaria para
orientarnos en lo que no tiene acotaciones y de esa manera poder resolver
nuestras necesidades favorables. La propuesta del budismo es llegar a
comprender que lo que vemos no tiene existencia en sí mismo sino que es una
construcción de los sentidos y de la mente al servicio de la necesidad, del yo. La
realidad que damos por real es sólo como un sueño, una ilusión. Al llegar a ver
que todas las formas provienen de la propia mente desaparece la posibilidad de
aferrarse a nada pues se ha comprendido que todo es creación de la mente de
quien se interpreta como sujeto. Desde esta perspectiva se puede decir que hay
formas pero todas son el vacío y nada más que el vacío, y que el vacío es todas
las formas. Se le llama vacío porque está vacío de toda posible objetivación,
representación, individuación.

Creo, que si todas las personas percibieran el mundo como lo hizo Nietzsche y
Schopenhauer, sufrirían menos, pues notarían que todo fenómeno es
impermanente. Lo que significa, que estos fenómenos no formarían en ellos apego
ni aversión y los llevaría a una felicidad temporaria.

13
Nacimiento de la tragedia pag 69
BIBLIOGRAFIA
1. ARTHUR SCHOPENHAUER. EL MUNDO COMO VOLUNTAD Y
REPRESENTACIÓN. 1819

2. FRIEDRICH NIETZSCHE. El NACIMIENTO DE LA TRAGEDIA.1872

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