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INTERVENCIONES SANITARIAS PARA LA

HIPERCOLESTEROLEMIA
Resumen: La actuación de Enfermería es clave en el manejo de la
hipercolesterolemia, tanto en la identificación, como en el seguimiento, control y
dieta de los pacientes. Siendo esta última imprescindible para prevenir la
aparición de enfermedades cardiovasculares en pacientes con las cifras de
colesterol altas

Introducción: Existe una gran relación entre el metabolismo lipídico y el


desarrollo de la lesión ateroesclerótica y el infarto de miocardio, siendo estos
una de las causas más importantes de muerte en los países industrializados.

La hiperlipidemia es una modificación patológica de los lípidos, cuya etiología


responde a mutaciones aisladas o a otros factores genéticos menos definidos,
o bien es secundaria a otras patologías.

Los ácidos grasos son los componentes de la alimentación que modifican de


forma consistente las concentraciones de lípidos plasmáticos.

Clasificación:

 Hipercolesterolemia familiar monogénica: producida por un defecto a


nivel del receptor LDL. El paciente presenta niveles de LDL-C muy
elevados. La herencia es autosómica dominante y afecta tanto a
homocigotos (se manifiesta a partir de los seis años de edad) como a
heterocigotos (a partir de los treinta años). Se asocia a ateroesclerosis
precoz, arco corneal precoz y xantomas.
 Hipercolesterolemia familiar poligénica: no existe defecto en el receptor
LDL. Es la forma más frecuente de hipercolesterolemia primaria. Se
aumentan los niveles de LDL- C.
 Hiperlipoprotemia familiar combinada: la herencia es autosómica
dominante. Se debe a un aumento de la síntesis de apo – ß, que se
traduce en un aumento de LDL y VLDL. Se caracteriza por la elevación
del colesterol y/o los triglicéridos.

Recomendaciones generales en la
hipercolesterolemia:
 Dieta variada y equilibrada, con abundantes cereales, verduras, frutas,
hortalizas y legumbres.
 Reducir el sobrepeso con una dieta baja en calorías.
 Disminuir el consumo de carnes rojas y huevos (máximo dos o tres a la
semana).
 Frecuencia recomendada de carnes: carnes rojas, dos días/semana;
pollo, pavo o conejo, tres días/ semana. La cantidad máxima en el día
debe ser 200 gramos.
 Tomar lácteos semidesnatados o desnatados. Evitar derivados de la
leche entera (helado, mantequilla, quesos grasos…)
 Evitar aceites de coco y palma presentes en bollería, fritos y
precocinados, consumiendo el aceite de oliva.
 Consumir con frecuencia pescado azul.
 No fumar.
 Realizar ejercicio físico de forma regular.
 Cocinar con poco aceite.
 Evitar el exceso de sal.
 Evitar el consumo de alcohol. Dos o tres vasos en varones y la mitad en
mujeres.
 Reducir el estrés.

Recomendaciones energéticas: van en relación con cada paciente,


dependiendo de su actividad física y peso.

El colesterol de la dieta va exclusivamente en alimentos grasos de origen


animal, y tiene dos fuentes de procedencia; la exógena, procedente de los
alimentos, y la endógena, por rutas biosintéticas del organismo.

 Lípidos: consumo total de grasas en torno al 30% de las calorías de la


dieta.

o Ácidos grasos saturados: sus fuentes principales son los


alimentos de origen animal. Actúan disminuyendo la síntesis y la
actividad de los receptores LDL. Modulan la cascada de la
trombogénesis, aumentando la hipercoagulabilidad. Su aporte
deberá ser menor del 10% del valor energético de la dieta.
o Ácidos grasos poliinsaturados: reducen la concentración de
colesterol plasmático y de triglicéridos. Su aporte recomendado es
del 7%. Existen dos series diferentes;

 AG poliinsaturados ω-3. Su fuente principal son el pescado


azul y los aceites de mamíferos marinos. Reducen la
viscosidad sanguínea y la agregabilidad plaquetaria, y
aumentan la fibrinólisis. Se asocian a una menor incidencia de
enfermedades cardiovasculares y de muerte súbita, y a una
mejoría en en control de la tensión arterial. Disminuyen los
VLDL y el LDL – C, y aumentan levemente el HDL – C.
 AG poliinsaturados ω-6, Se encuentran en aceites de
semillas y frutos secos. Su consumo reduce las
concentraciones de colesterol sérico. No debe consumirse en
exceso debido a la posibilidad de reducir el HDL-C. Su efecto
es cardioprotector en cantidades normales.
 Ácidos grasos monoinsaturados. Tienen efecto
hipocolesterolemiante, y puede mantener o incrementar las
concentraciones de colesterol ligado a los HDL. Actúan sobre la
formación de placas de ateroma y sobre los procesos de
coagulación. Se asocia a una menor incidencia de enfermedades
cardiovasculares. El aporte recomendado es del 15-20%.
 Hidratos de carbono: El aporte dietético debe ser entre el 55 y el
60% del total, y se recomiendan los hidratos de carbono complejos.

Un exceso de hidratos de carbono de absorción rápida, produce una elevación


de triglicéridos por aumento de las VLDL y reduce las concentraciones de HDL-
C, que no deben superar el 10% del total.

 Proteínas: Tienen poca influencia sobre el perfil lipídico, por lo que


deben mantenerse los niveles de la dieta equilibrada
 Fibra: la fibra soluble puede disminuir las cifras de colesterol total y la
fracción ligada a las LDL, sin modificar el resto de las lipoproteínas. La
fibra insoluble parece no influir sobre el perfil lipídico. Su actuación la
realiza al aumentar la excreción de colesterol y ácidos biliares.
 Alcohol: un consumo moderado de alcohol se asocia al aumento de
HDL – C. Determinadas bebidas como el vino tinto, debido a sustancias
antioxidantes, podrían proteger a las LDL del daño oxidativo. Por otro
lado, el consumo excesivo de alcohol es una de las causas más
frecuentes de dislipidemia secundaria, debido a la estimulación hepática
de los triglicéridos. El alcohol tiene el llamado efecto “J”: consumos
reducidos parecen ser protectores, mientras que consumos elevados son
perjudiciales.
 Antioxidantes: Regulan la oxidación de las lipoproteínas. Estos
antioxidantes son ingeridos al tomar en la alimentación frutas y verduras,
ya que la suplementación farmacológica no ha mostrado eficacia. El
complejo vitamínico ACE junto con el Zn y el Se han demostrado esta
capacidad.

Factores que influyen en la concentración de


HDL-C:
 El consumo de tabaco disminuye las HDL-C.
 La actividad física regular aumenta las HDL-C.
 Las mujeres tienen cifras más altas de HDL-C que los hombres.
 La vitamina C puede aumentar las HDL-C.
 El consumo moderado de alcohol aumenta las HDL-C.

Alimentos permitidos (consumo diario):


 Hortalizas, verduras y legumbres.
 Harina, pan, cereales y arroz (integrales), patatas, galletas integrales.
 Carne de pollo y pavo sin piel.
 Pescado blanco y azul.
 Aceite de oliva.
 Leche, yogur y quesos desnatados, clara de huevo.
 Frutas naturales y en almíbar.
 Mermelada, miel, azúcar, repostería casera con leche desnatada.
 Agua mineral, zumos naturales, infusiones, café, té y vino (con
moderación).

Alimentos de consumo limitado (dos/tres veces


en semana):
 Pasta con huevo y cereales con azúcar.
 Ternera, buey, vaca, cerdo, conejo, perdiz, codorniz…
 Bacalao salado.
 Leche, yogur y quesos semidesnatados. Huevo entero.
 Aceites de semillas y margarina vegetal.
 Aceitunas, aguacate, patatas fritas, nueces, almendras, castañas,
avellanas y cacahuetes.
 Bebidas y refrescos con o sin azúcar.

Alimentos desaconsejados (consumo


excepcional):
 Embutidos, hamburguesas, salchichas, patés, vísceras.
 Mariscos, salazones, ahumados, pescado frito.
 Leche y derivados enteros.
 Bollería industrial.
 Bebidas alcohólicas destiladas.
 Pastillas de caldo, sopas de sobre y precocinados.

Conclusión: La hipercolesterolemia es uno de los mayores factores de riesgo


en relación con la cardiopatía isquémica. La enfermera de Atención Primaria
debe educar al paciente y llevar el control del mismo, para un correcto manejo
de su enfermedad, siendo uno de los pilares fundamentales el llevar a cabo
una dieta adecuada.

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