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04 - Ferrer - Ahorro Interno y Capital Extranjero - Mayo
04 - Ferrer - Ahorro Interno y Capital Extranjero - Mayo
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Artículo publicado en el diario BAE
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Profesor Titular de Estructura Económica Argentina. UBA.
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de un país periférico en la división internacional del trabajo articulada por las
economías hegemónicas del orden global. Así se formó el modelo primario exportador
instalado desde finales del siglo XIX, que se desplomó con la crisis mundial de la
década de 1930. Desde entonces hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, la
desorganización del sistema internacional impulso en el país el “desarrollo hacia
adentro”, asentado en la sustitución de importaciones. Pero el nuevo sistema era
inviable si no ampliaba los fundamentos de su autoabastecimiento y ampliaba la
capacidad de pagos externos vía la ampliación de las exportaciones agropecuarias y,
necesariamente, de manufacturas diversas.
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ingreso y, en definitiva, la estructura productiva del país y la forma de inserción en el
orden mundial globalizado. Para tales fines y crear confianza en los tomadores
extranjeros de decisiones, es preciso renunciar al manejo de los instrumentos de la
política económica, como sucedió, en efecto, bajo el régimen de convertibilidad.
Pero queda en pie el integrante: ¿cuan esenciales son para el desarrollo, por una
parte, el ahorro interno y, por la otra, el capital extranjero?. En los tiempos de Frondizi,
los jóvenes economistas que colaboramos con él durante su desempeño como
Presidente del Comité Nacional de la UCR y, luego de divido el partido, como
candidato presidencial de la UCRI, cultivábamos las ideas del estructuralismo
latinoamericano, cuyo referente principal eran los trabajos de la CEPAL. Ese grupo me
acompañó en mi gestión en el Ministerio de Economía y Hacienda de la Provincia de
Buenos Aires, en el Gobierno de Oscar Alende.
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Yo insistí con mi idea de la esencialidad del ahorro interno, lo cual no excluye la
participación complementaria del aporte externo. Para ese entonces, un cuarto de
siglo después del Gobierno de Frondizi, la tesis aparecía ratificada por el éxito de los
países emergentes de Asia. Japón, Corea y Taiwan primero y, más tarde, China e
India. En los mismos, las extraordinarias tasas de acumulación de capital se fundan
esencialmente en el ahorro interno con una significativa presencia, pero marginal, de
inversión extranjera, subordinada al protagonismo de los intereses locales y a la
incorporación de tecnología y el acceso a los mercados internacionales.
Actualmente, salvo para las visiones neoliberales más recalcitrantes, el dilema está
resuelto. Los países se construyen desde adentro hacia fuera y no a la inversa, el
ahorro interno es la fuente fundamental de la acumulación, la inversión extranjera,
para ser útil, debe ser complementaria y no sustitutiva de la inversión nacional y, en el
orden mundial globalizado, solo son exitosos los países capaces de asumir la
conducción de su propio destino. Transcurridos los años, resulta que lo fundamental
es la estrategia de desarrollo y, en tal sentido, la política del Gobierno de Frondizi fue
una respuesta acertada a las circunstancias de su tiempo.
Mayo, 2008.