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PROGRAMA EDUCATIVO:
NEGOCIOS INTERNACIONALES
UNIDAD DE APRENDIZAJE:
DOCENTE:
ESTUDIANTES:
GRADO Y GRUPO:
7°C
ACTIVIDAD INTEGRADORA:
UNIDAD 1
Índice
Unidad 1....................................................................................................................3
REFERENCIAS.......................................................................................................13
Unidad 1
1.1 Conceptualización de la IED
La Inversión Extranjera Directa (IED) es aquella que tiene como propósito crear un
vínculo duradero con fines económicos y empresariales de largo plazo, por parte
de un inversionista extranjero en el país receptor. Este tipo de inversión permite
aumentar la generación de empleo, incrementar el desarrollo y la captación de
divisas, estimular la competencia, incentivar la transferencia de nuevas
tecnologías e impulsar las exportaciones.
Se considera IED:
Entonces, la Inversión Extranjera Directa (IED) se define como una operación que
involucra una relación de largo plazo en la cual una persona física o jurídica
residente de una economía (inversor directo) tiene el objetivo de obtener una
participación duradera en una empresa o entidad residente de otra economía.
(CEPAL, 2021).
Tradicionalmente, los flujos de IED han sido emitidos y recibidos por economías
situadas en el Norte global. En el año 2000, en estos países se originó cerca del
90% de la IED mundial y recibieron el 70% de la misma. Sin embargo, la crisis
económica y financiera que se inició en 2007 ha marcado una nueva tendencia en
las corrientes de IED, con un aumento importante de la cuota de participación de
las economías periféricas, como emisores y también como receptores mundiales
de IED. Concretamente, los países de América Latina y Caribe realizaron
inversiones en el extranjero en 2010 por valor de 43.000 millones de dólares, un
récord histórico para la región, lo que demuestra el creciente poder de las
empresas translatinas. A su vez, la llegada de IED a la región muestra una
tendencia de marcado crecimiento, así en 2010 aumentó un 40% con respecto al
año anterior y en el año 2011 lo hizo en un 31% más. En lo que se refiere a la
participación por sectores productivos en la IED, en la década de los ochenta y
noventa predominó la inversión en el sector servicios.
Sin embargo, según los autores Bohrisch A., y Wolfgang K. (s. f.), la historia de las
inversiones extranjeras en México comienza en 1876, cuando Porfirio Díaz asume
la Presidencia después de una época de inestabilidad política y económica
durante la cual había afluido al país, en forma limitada, capital predominantemente
europeo. La posición del inversionista extranjero en la época de Díaz se
diferenciaba de la de los períodos anteriores en que el capital extranjero era
colocado conscientemente al servicio de la política económica, y debía rendir un
aporte decisivo al crecimiento económico del país. Esta política, fomentada por
una serie de preferencias, tuvo como resultado un incremento rápido de la
importación de capitales. Las inversiones norteamericanas se elevaron de 1897 a
1911 de Dls. 200 millones a 1 100 millones, las británicas de cerca de Dls. 164
millones en 1880 a más de 300 millones en 1911, y las francesas, en el período de
1902 a 1911, de Dls. 100 a 400 millones.
Uno de los aspectos que determinan el efecto que tiene la IED sobre el empleo en
los países receptores es la modalidad de acceso a los tejidos productivos locales.
La incorporación de capital extranjero se produce a través de:
Por lo tanto, concluimos que según Martin K. (2018), la IED ha sido fundamental
para facilitar el crecimiento y la transformación económica en los países en
desarrollo, incluidos los de la OECO, que han atraído grandes flujos de inversión
en las tres últimas décadas. De hecho, la IED ha pasado a ser la principal fuente
de financiación externa para las economías en desarrollo; es un vehículo esencial
para la transferencia de tecnología de los países desarrollados a los países en
desarrollo, estimula la inversión de capital local y facilita las mejoras de la dotación
de capital humano y las instituciones de los países receptores.
La IED puede tomar la forma de inversiones Green Field (proyectos desde cero),
fusiones y adquisiciones (FyA), ampliación de capital para la expansión de
operaciones comerciales e inversión para reestructuración financiera y es un tipo
de inversión que se considera menos volátil que otro tipo de inversiones, por
ejemplo, la inversión de cartera, creando relaciones de largo plazo entre países. Si
bien la IED puede ser realizada por individuos, en su mayor parte se materializa a
través de empresas multinacionales (EMN) las cuales poseen una casa matriz en
su país de origen y filiales localizadas en otros países. Los inversionistas
extranjeros tienen como objetivo maximizar el retorno de su inversión en el
mediano-largo plazo, por lo que las garantías que les puedan ofrecer los Estados
receptores […]. (Cardemil M., 2021).
Entre los 10 países que más inversión han recibido se cuentan los tres PED más
grandes, dos ciudades-puerto, y cinco PD. En algunos países, como Irlanda y
Países Bajos, el importante flujo de inversiones se debe a al atractivo de sus
respectivas políticas tributarias. De los 10 países desde donde se originaron las
principales inversiones, hay ocho que son PD, encabezados por los EE.UU., un
PED (China) y una ciudad-puerto.
El análisis por sector muestra que se mantienen las tendencias mundiales de los
últimos años: la IED en servicios representó el 64% del total, en la industria el 27%
y en recursos naturales el 7%; esta distribución se observa tanto en los PD como
en los PED, habiendo dos excepciones: África y AL. En esta última región los
servicios representaron el 42%, la industria el 31% y los recursos naturales el
22%, entendible por la riqueza y explotación de las materias primas.
Desde otra óptica, se observa que, tanto en los PD como en los PED, los fondos
invertidos se originan por partes iguales en la reinversión de utilidades y en el
aporte de nuevo capital, siendo los préstamos una fracción muy menor (no más de
4%).