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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MPPP LA EDUCACION UNIVERSITARIA CIENCIA Y TECNOLOGIA UNIVERSIDAD


BOLIVARIANA DE VENEZUELA
PIU UBV 2020-2 CARACAS.

La localización de Venezuela en el contexto Latinoamericano y mundial.

Oriana Corina Sánchez González


C.I.28.148.364
La perspectiva del sistema-mundo, también conocida como economía-mundo, o teoría,
enfoque o aproximación analítica de los sistemas-mundo es un desarrollo de la
crítica postmarxista que intenta explicar el funcionamiento de las relaciones sociales,
políticas y económicas a lo largo de la historia en el planeta Tierra. Es
una teoría historiográfica, geopolítica y geoeconómica con gran vigencia y aplicación en
las relaciones internacionales.

La dependencia por la consolidación del sistema-mundo consolida el empobrecimiento y el


retraso de los países pobres producido por la posición periférica que estas naciones tienen
en la división del trabajo internacional. El desarrollo del sistema-mundo capitalista instaura
una inamovible distinción entre naciones del centro y las naciones de la periferia.

En los debates políticos y en diversos campos de las ciencias sociales, han sido notorias
las dificultades para formular alternativas teóricas y políticas a la primacía total del
mercado, cuya defensa más coherente ha sido formulada por el neoliberalismo. Estas
dificultades se deben, en una importante medida, al hecho de que el neoliberalismo es
debatido y confrontado como una teoría económica, cuando en realidad debe ser
comprendido como el discurso hegemónico de un modelo civilizatorio, esto es, como una
extraordinaria síntesis de los supuestos y valores básicos de la sociedad liberal moderna
en torno al ser humano, la riqueza, la naturaleza, la historia, el progreso, el conocimiento y
la buena vida. Las alternativas a las propuestas neoliberales y al modelo de vida que
representan, no pueden buscarse en otros modelos o teorías en el campo de la economía
ya que la economía misma como disciplina científica asume, en lo fundamental, la
cosmovisión liberal.

La expresión más potente de la eficacia del pensamiento científico moderno


(especialmente en sus expresiones tecnocráticas y neoliberales hoy hegemónicas) es lo
que puede ser descrito literalmente como la naturalización de las relaciones sociales, la
noción de acuerdo a la cual las características de la sociedad llamada moderna son la
expresión de las tendencias espontáneas, naturales del desarrollo histórico de la
sociedad. La sociedad liberal industrial se constituye -desde esta perspectiva- no sólo en
el orden social deseable, sino en el único posible. Esta es la concepción según la cual
nos encontramos hoy en un punto de llegada, sociedad sin ideologías, modelo civilizatorio
único, globalizado, universal, que hace innecesaria la política, en la medida en que ya no
hay alternativas posibles a ese modo de vida.

Esta fuerza hegemónica del pensamiento neoliberal, su capacidad de presentar su propia


narrativa histórica como el conocimiento objetivo, científico y universal y a su visión de la
sociedad moderna como la forma más avanzada -pero igualmente normal- de la
experiencia humana, está sustentada en condiciones históricas culturales específicas. El
neoliberalismo es un excepcional extracto, purificado y por ello despojado de tensiones y
contradicciones, de tendencias y opciones civilizatorias que tienen una larga historia en la
sociedad occidental. Esto le da la capacidad de constituirse en el sentido común de la
sociedad moderna. La eficacia hegemónica actual de esta síntesis se sustenta en las
tectónicas transformaciones en las relaciones de poder que se han producido en el
mundo en las últimas décadas. La desaparición o derrota de las principales oposiciones
políticas que ha enfrentado históricamente la sociedad liberal (el socialismo real, y las
organizaciones y luchas populares anti-capitalistas en todas partes del mundo), así como
la riqueza y el poderío militar sin rival de las sociedades industriales del Norte,
contribuyen a la imagen de la sociedad liberal de mercado como la única opción posible,
como el fin de la Historia. Sin embargo, la naturalización de la sociedad liberal como la
forma más avanzada y normal de existencia humana no es una construcción reciente que
pueda atribuirse al pensamiento neoliberal, ni a la actual coyuntura geopolítica, sino que
por el contrario tiene una larga historia en el pensamiento social occidental de los últimos
siglos. La búsqueda de alternativas a la conformación profundamente excluyente y
desigual del mundo moderno exige un esfuerzo de deconstrucción del carácter universal
y natural de la sociedad capitalista-liberal. Esto requiere el cuestionamiento de las
pretensiones de objetividad y neutralidad de los principales instrumentos de
naturalización y legitimación de este orden social: el conjunto de saberes que conocemos
globalmente como ciencias sociales.

Cuáles son los 5 países con mayor consumo mundial de bienes y servicios.
Para crear esta lista se pueden elegir varios caminos, como por ejemplo, comparar el
Producto Interno Bruto (PIB), que es básicamente la suma de todos los bienes y servicios
que produce una economía en un año.
Simplemente por tamaño, está claro que las mayores economías del mundo son Estados
Unidos y China, según los datos del Banco Mundial.
Ahora bien, si dividimos esa riqueza por el número de habitantes (que es el PIB per cápita),
los más ricos son Luxemburgo, Suiza y Macao.
En ese contexto, los países más ricos son Qatar, Macao y Luxemburgo, seguidos por
Singapur, Brunei y Kuwait.
La lista la completan Emiratos Árabes Unidos, Noruega, Irlanda y Suiza.

Con grandes reservas de petróleo y gas natural, la monarquía absoluta de Qatar (que tiene
frontera con Arabia Saudita y las aguas del Golfo Pérsico) ha liderado sostenidamente en
los últimos años el ranking de riqueza.
Los países más desiguales del mundo, según las cifras del Banco Mundial, son  Sudáfrica,
Haití y Honduras.
Luego siguen Colombia, Brasil, Panamá, Chile y Ruanda, Costa Rica y México.
Efectivamente América Latina y el Caribe es la región más desigual del mundo, seguida
por África Subsahariana.

Originalmente el término «tercer mundo» se asignó en 1952 por el francés Alfred Sauvy a
los países que no se encontraban alineados con ninguno de los dos bloques en la guerra
fría entre EEUU y la URSS.

Dentro de aquella primera definición los países del primer mundo eran los EEUU y sus
aliados, mientras que los del segundo mundo eran los del bloque que apoyaban a la
URSS. Posteriormente ese agrupó a los países del tercer mundo que no se hallaban bajo
ninguno de los bloques antes mencionados.

En la actualidad se dice que un país pertenece al tercer mundo cuando su política


económica se encuentra en desarrollo o subdesarrollada.

Venezuela, Belice, Colombia, Haití, Zaire, Somalia, Ecuador, Nigeria, Panamá, El


Salvador, Perú, Costa Rica, Gabón, Nicaragua, Uruguay, Cuba, Arabia Saudita, Siria,
Paraguay, Burkina Faso, Etiopia, Mongolia, Argelia, Irak, República Dominicana, Irán.

El segundo mundo es un concepto que se utiliza para referirse a los países socialistas, en


oposición al sistema económico-ideológico del Primer mundo. Estos estados se
diferenciaban del primer mundo por su rechazo a la cultura liberal y al capitalismo abierto y
también se diferenciaban del tercer mundo por su nivel educacional, el tamaño del Estado
y el mayor poder relativo.1
Actualmente el término está en desuso, pero se consideran países de segundo mundo a
los países con economías emergentes como Rusia, China, India y Brasil. También a
aquellos que son llamados "países en vías de desarrollo"
como México, Sudáfrica y Argentina, Perú, entre otros
Ambas posturas tienen elementos inciertos que siguen polemizando la discusión acerca de
lo que entendemos por segundo mundo. Básicamente las críticas tienen dos puntos clave:

 La imposibilidad de unificar criterios homogéneos para armar las categorías de


exclusión correspondientes.
 El desarme ideológico que impide hacer un continuo en las listas de clasificación.
Sin embargo, si tomamos como referencia las categorías de agencias de clasificación
económica como AC Nielsen, podemos constatar que la lista de países emergentes está
constituida en un 90 % por Europa del Este y algunos países árabes. El 10 % restante
corresponde a países del Asia Pacífico que no sean satélites de flujo de capital. Por lo
tanto, hay una relación considerable entre el antiguo segundo mundo y el actual, según el
mapa de mercados emergentes. La única excepción son algunos países de Iberoamérica,
que han mejorado desde la guerra fría hasta la actualidad, ya sea en nivel industrial,
cultural o económico. Brasil, Chile, Panamá, Mexico, Argentina, y Uruguay son los más
destacados en esta región.

La Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (ALBA) es una propuesta de


integración inédita en la región y surge como respuesta al intento de crear un Área de Libre
Comercio de las Américas (ALCA). El ALBA pone énfasis en la lucha contra la pobreza y la
exclusión social y, por lo tanto, expresa según el proponente, los intereses de los pueblos
latinoamericanos.

El ALBA se fundamenta en la creación de mecanismos para crear ventajas cooperativas


entre las naciones, que les permitan compensar las asimetrías existentes entre los países
del hemisferio. Esta propuesta le otorga prioridad a la integración latinoamericana y a la
negociación en bloques subregionales, abriendo nuevos espacios de consulta para
profundizar el conocimiento de las posiciones de la región e identificar espacios de interés
común que permitan constituir alianzas estratégicas y presentar posiciones comunes en el
proceso de negociación.

El ALBA también es una propuesta para construir consensos, para repensar los acuerdos
de integración de la región en función de alcanzar un desarrollo endógeno nacional y
regional que erradique la pobreza, corrija las desigualdades sociales y asegure una
creciente calidad de vida para los pueblos. La propuesta del ALBA se suma a lo que se
puede considerar el despertar de una conciencia que se expresa en la emergencia de un
nuevo liderazgo político, económico, social y militar en algunos países de América Latina y
el Caribe

La Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (ALBA) es una propuesta inédita
de integración subcontinental, promovida por el gobierno del presidente venezolano Hugo
Chávez Frías, cuyos principios se orientan a la reafirmación socioeconómica de esta
región, en franca contradicción con el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Este trabajo aborda primordialmente el origen y naturaleza de este esquema de
integración, sus propuestas, alcances y objetivos preponderantes, los cuales tienden hacia
la elaboración de una contrapropuesta para la integración latinoamericana y caribeña,
concluyendo sobre el carácter principalmente político-ideológico de la señalada propuesta
y su posición ante la nueva realidad política del subcontinente, pero también sobre la
inviabilidad actual de ésta y cualquier otra iniciativa integracionista mientras los pueblos de
América Latina no sean capaces de consolidarlas superando verdaderamente sus
desequilibrios y construyendo una conciencia ciudadana en favor de la integración.

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