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La desconstrucción 1 del cristianismo*

Jean-Luc Nanq
Traducción: Javier de la Higuera
y José Carlos Bernal Pastor

Como epígrafe a toda declaración, esta palabra de U Anrir'ri1!o de


Nictlschc: "Los teólogos ~ todo lo que tiene sangre de tc1ílogo en la\
1enas: toda nuestra filosofía." E, igualmente, con su amhi1 akncia. estas
palabras de H¿lldcrltn: "¡Cmto, dependo demasiado de ti'"
Mi cuestión será mu~ simple, incluso ingenua como quilás con1 !Cilt:
al punto de partida de un planteamiento fenomenológico: <·.En qué~ hasta
qué punto dependemos del cristianismo'), ¿exactamente, cómo somos. a
lo largo de toda nuestra tradici(Jn, dominado\ por él? Es esta una cuestión
que, lo sé muy bien, puede parecer superflua, porque tiene una respuesta

Nuta de los traductore;: El presente texto está lomado de Jean-l.uc Nanc). "l.a
déconstruct!OII Ju christianisme". Les t'tudes Plulosoplw.¡ues ..¡ ( 199X). pp. )(),\
519. Traducimos "desconstrucclt>n" en vc1. de "deconstrucción" por la d1fcrencia
en el mati1. de las significaci<lnc; de los prefijos españoles "des-") "de ". 1:1 pri mcr<'
proviene de la confluencia de los prefiJOS latinos "de" ) "n". mientras que el
segundo procede sólo del prefiJO lat1no "de". Como consecuencia. el pnmcr"
incorpora el campo scmánt1co del segundo) añade aii<Jdc además mat1ccs que ,·st:tn
auscntn en L'stc. "!),,,_"\"de-" cnmpartcn denotaciones de pr11ac¡tin e lllll'I'SI<-,n
del si~ni11cado. pero micntra; que "de-" indica también disociación<' separacitin.
"des" apunta m;ís rotundamente "funa de", 1 si "de" anuncia ongcn n proLTden,·ia.
"de;" alude a exceso o demasía: por últ1mo. 1 esto es algo que nos Jldi'L'L'L'
ahsnlutamcntc dccisiltl. stilo "des·" dcnnta en ocaSiones alúmaci(>n. i\1 dL'Cidlrn•"
pnr "des-") nn ¡H1r "de-" estamns pues proponiendo una intcrprctacll-,n que h:tl'L'
recaer la fueua s¡gnif1cati1a de "dcsconstruccitín" en i<Js indiL'aCI<'tlL's
correspondientes que el prefiJo elegido añade al concepto "conqrul'L'I<'>n ·.estamos
queriendo decir que todas ellas han de tenerse en cuenta para la correcta 1ntcil~c11L Id
del térm1n,,, ('1ertamcntc es una euntitin Jc matic,·s. JlL'i'•' 1a sah,·nlt" !.t
trasccnJem·1a que pose,· la mati;aci,in L'll ¡,,que C<Hll'IL'rlll' a J," ""ll'CJ'''''
filoscificos. 1 ccínw en nomhrc de esta trasccndL'Ill'IJ las inHnclnnc_s CtlllL'CPitt:tks
de la filo;ofía nn tienen rcparns en distanciarse de la tcrmlnol<l~la rL'l'<'&lda pnr i,t
autnridaJ ltn~uístiea que clab,>r:t lns d1CCil'nar1ns de hahla L<~llllln.
I-_\Jl<"lci,in grabada. transmla. 1 preparada por Lmmanuck Slllcr. 'v'1nccnl ('hd,tb
\ l'ierre Rodngn. a los que les agrade1.cn haber cumplidn con urg1·nc1a csLt t:trL·,¡
ingr<Jta \ delicada. Todo consena aquí la huella de c1crta 1mpro1 ISaCI<Ín. 1 de un
estado mu) provisional del trab:qn. S,ilo se han <~1iad1do con postcriomlad lus d'"
Ltll1111m púrrafns_
ir' ,111 ~ 1 11( 'J d 11 i y
i .1 d( '-1 ldh!l\l 1 li,ll d' 1 ( fh!i,JIII\íl11

L'l 1ucntc: nosotros 1ahemo1 que nuestra trad!crón es cnstiana. que nUL'\lra
prohahlcmcnte mr modo de ser fenomenólogo!, que lo CIIStlanu 11 el
pr<'L·edcncla C'- crrst1ana. Sin ernhargo. es una c·ueslitÍn que me parece
crrstranrsmo. es la t'o\rt 11111/1/a que ha~ que pen'iar. lntcntcrn(<\ 11
que permanece oscura ¡1orque en el fondo nunL·a L'S abordada de 1rente. directamente a ello pmpunrendo dos preceptm.
Dr.:hu esto. acahu de percatarme de que \1ichel Henr~ se enfrenta tamh1én H prrmcro St enuncrzn;í as¡: "Sólo puede ser actual un l'll\tr,tnl'dlJ(•
en ntc nwn1ento a la mrsma CUL'strtín:: qu1tüs ha~ a puL's aqurc·rertu rasg1> que contemple la posJhilrdad pre'iente de su ncgacrón". huna tra:,c dL
11 crcrta necc-,rdad de ép<ll'~l.
Lurgi Pare~ 'Son. un f¡Jósoto 1tal1ano que fue maestro de l mhnt1' f-e,,
l\1r mr parte. rn,Jitaré que la cucq¡,ÍrL ",·.J-:\actaml'nte en que~ cómu Esta frase cst<í Citada por hntle l'oulat en su lrbro r 'ere (){)\{('/tr¡;{/('1/1/('
somos cmtranus·l" cunti<ín que :\rctzsche hahr~a respundrdo a su nwdu. libro de un cmt1ano cat(IJ¡cu. que nu es 1 ndadcramente un lrbm de
~a no es de las que nm plantec?mos. Ciertamente ha hahrdn debatl's suhrc
filosofia, pero que ~o encuentro C\trcmadamente precros11 como
el tema"¿ Hay o nu una filosufía cnstrana· 1". debates que se hundrdo en testimonro. y del que lo e~cnc1al se reúne precrsarnente en esta crta.
las arenas a las que estaban destinados por su mrsma formulac¡ón, pcru El segundo precepto n conelat11 o del pnmero. Parod1ando la pr1mc¡;¡
encambro hay que constatar que algo de esta enorme. rnas11 a, rcfercncra fórmula, lo enuncraré asi: "Sólo puede ser actual un ateísmo que conternpil'
crrstrana ha s1do sistemüticamente ocultado en tanto que rejáen1iu la realrdad de su procedencra mstrana". Ba1o estos dos preceptos. en espera
e.lplí<'ifa en ~ por la frlmofía (algo que no Slllarnente forma parte de
esta cuestión: ¡"()ué ha~ pues en el fondo de nuestra tradicrón, es decrr. en
nuestra tradición, ~ino que puede realmente decrrse que es de lu que el fondn de nosotros·) O bren. 1 ()ue nos es trasmrtido por nuestra propra
nuestra tradicrón estü arialme!lfe co!llfiruida desde que ha) cristianismo). tradrc1ón desde el fondo de este fondo de e1 idencras cristianas que es tan
Ahora bien, la cuestión está ahí: ¿,Cómo. desde que hay cristianismo. e1 idente que, JUstamente. no la miramos con atencrón')
toda nuestra tradicrón, comprendrda en ella la anterior a este cristianismo, Lo que 1oy a proponer aquí, no tendrá el carácter de una exposicrcín
se ha 1 isto retomada y relanzada?
sistemütrca enteramente construida y acabada. Adopto deliberadamente
La cuestión estü ahí. Srn embargo, en la tradición fenornenológrca 1en el riesgo de presentar una refle.xrón que aún estü en curso. que busca >u
esta tradicrón e¡emplarmente. pero no sólo en ella), se impone y es e1 rdente camino~ que sólo podrü conducrr a una conclusión pragmatrca ~
desde Husserl y Heidegger, la referencia griega y no ciertamente la pr01isional. En un prrmer trempo, destacaré los presupuestos de la
referencra cristiana. Bajo la refercncra gnega hemos podido descubm. en cuestrón. para considerar bre1emente. a continuacrcín, tres -solamente
Heidegger. la presencia latente, oculta. reprimida, de una refercncra¡udía': tres- aspectos. tres instancras del crrst1anrsmo: la fe. el pecado y el Dros
rne parece que entre estas dos refercnc1as. o corno nexo de ambas. estaría 1 i1 o. Solo serán. tras una especre de larga aprox1macrcín metodológica.
qur1ás justamente la referenciJ, si hay que llamarla así, cristiana. En otros tres elementos tomados de una larga lrsta prograrnütrca que habría que
términos, podríamos preguntarnos sr lo ··Judío-griego" de que habla Dernda recorrer para e'iperar lleg~r a un resultado.
al frn de Violen<'ia r mera[ilim (este "_1udío-gnego" del que él circe que es
nuestra hrstoriaJ es In cnstiano. Podríamos preguntarnos también por qué
dcs1 iamos sistemáticamente nuestra mirada de lo crrstiano. por qué se nm
1 anlos OJOS srempre haera lo "Judío-gr1ego" como si no iflllliéramo.\ mrrar
Recomencemos por el título: "DesconstrucCilín del cnstranisrno". b
de frente lo cmtrano. Digamus. pues IC/1111 gmno 111/i.1. ese sería para 1111 un título que podría parecer pro1ocador o seductor (es decrr. bien
\n aclualnwnle \1tchel Hcnr¡. ("c'r moi ¡,, r''"'' 1'-•ur 1111<' rlu!nlc'rluc Ju entendido. ~eductor por pro1 ocadorJ. Pero yo no busco nrnguna
chmriani'lll<'.l'am. ~cuil. I'J'Jh 1 }'" ' " " /,¡ radaJ lraJ. de L11 1n I'ctra 1 ,¡/¡r,·ntc·. pr,n ocacrón y por· consrgurcnte nrnguna seduccrón 1en ida de la
Sctlamanca. Sí~ueme. 20011
prm ocacrón. Por otra parte,'' tal título debiese parecer pr01 ocador. drcha
('fr. Marli'nc /aradn. La d1·rre imren<< 1<' !f,·¡de~~l'f el l'háita~c lié'hmit¡uc. Parí'
Scutl. 199() pro1 ocacrón sólo seria apenas el ensuer1o de una rrnag1nacron un poco
]¡) lt'"ll-l_tl( N,llll V L.J dl'\r onqrur r 1r~Hl dl'l r 11\lldlll\íllO 11

obsoleta. pues a decir 1erdad. hoy, tratándose del cnstianismo todo es de sentido y del reparto común del sentido. Esto lo sabemos todos, seamos
ob1 1o. Nad1e puede 1mag1nar tener hoy ante él un filósofo de estilo cristianos o no cristianos. De una manera más general, la suerte del
1oltenano que 1enga a combatir el cnstian1smo con tono acerbo -y s1n cristianismo es qu1zás la suerte del sentido en general, a saber, lo que se
duda no con el meJor estilo nietzscheano ... -. Entonces, al leer ha llamado en los últimos años, extenormente, "el f1n de las ideologías".
"Desconstrucción del cnstian1smo". habrá que pensar más bien que este El "fin de las ideologías", es como mínimo el fin del sentido prometido u
título no era pro1 ocador ~ que el perfume 1agamente sulfuroso de tal el fin de la promesa de sent1do como mira, fin~ cumplimiento. En efecto.
título estaba destinado a resol\ crse. s1 no en olor de santidad. al menos esto es sin duda el f1n de la autosobrepasamiento del cnstian1smo. Dt:sdc
en buenos propós1tos. Porque. después de todo, el cmtian1smo puede ese momento, se nos C\ige con la mayor necesidad lo que hemos de llamar
pasar por todas la~ operac1ones: nosotros estamos ahora en un clima, no la ''desconstrucmín del mstianismo". Antes de 1olver sobre este concepto.
solamente de aggiornamento. s1no de post-al\giornamento: un clima en querría reformular estos datos de partida de una manera dilercntc
que el cristianismo parece poder prestarse a todo, solamente con tal que planteando un triple axioma.
se descuente de él una parte de Integrismo puramente reacc10nano en el I/ El cristianismo es inseparable de Occidente: no es un acc1dente
que el cristianismo mismo no se reconoce. cualqu1era que le haya sobrevenido (sea para su bien, o sea para su mal).
Me mantendré pues a distancia tanto de lo que sería prO\ocación y no le es tampoco trascendente. Es coextens¡vo con Occ1dente como
crítica, como de lo que sería un paso más en la acomodación y en el Occidente, es dec1r, con cierto proceso de occidentalidad consistente
aggiornamento. Lo haré por una razón muy simple: no puede tratarse justamente en una forma de autoreabsorción y de autosobrepasamiento.
hoy. me parece. ni de atacar ni de defender al cristia111smo, es decir, ni Este primer ax1oma supone, como por lo demás una buena parte de lo
de perderlo ni de salvarlo. Tales proyectos simple y llanamente son que yo avanzo aquí, mi más amplio acuerdo con la obra de Maree!
extemporáneos), precisamente, las razones profundas, historiales, que Gauchet, Le désenclwntement dumonde, en particular con la parte relativa
les hacen ser C\temporáneos son las que tenemos que ser capaces de al cristianismo, titulada "'La religión de la salida de la religión".
analizar. Gro1so modo, di gamos que son extemporáneos porque e1 21 La descristianización de Occidente no es una cuestión baladí, pero
cnstianismo mismo, el cristianismo como tal está superado, porque él cuanto más ocurre) más visible se hace, a través del favor que se concede
mismo y por sí mismo está en estado de sobrepasamiento. Este estado de a las igles1as petrificadas y a las teologías exangües. se advierte que lo
attfo.\obrepa.lallliento, le es. quizás. muy profundamente propio. es. que nos sujeta todavía en muchos aspectos a Occidente son las nervaduras
quizás. su tradición más profunda, lo que. evidentemente. no sucede sin mismas del cristianismo. Nietzsche había dicho muy bien que la sombra
ambigüedad. Este sobrepasamiento. este autosobrepasamiento. es lo que de Buda permanece miles de años delante de la caverna en que Buda está
debe esencialmente ser cuestionado. muerto: nosotros estamos en esta somhra, y justamente esta sombra es
Sobrepasamiento. autosobrepasam1ento, no s1gnifica que el cristianismo lo que tenernos que dilucidar. Nosotros estamos en las nen aduras del
~a no esté 1i1o. Sin duda, todada lo está~ por mucho tiempo, pero en el cristianismo: nos SUJetan, ¿pero cómo'J Este segundo a\ioma plantea pues
fondo, aunque esté 111 o. ha depdo de sen 1r de sustento -al menos como que todo nuestro pensamiento es de un extremo al otro crist1ano. De un
estructura organizadora de una e\pericncJa que sería enteramente distinta e.xtremo al otro} todo, es decir, todos nosotros, todos nosotros hasta el
de una C\periencJa indi1 idual fragmentada 1i.por otra parte. en tal caso. lím1te. No obstante, disponerse a sacar a la luz cómo somos tocla1 ía
sería aún una e\periencia?)-. Ha dejado de su.Wntar en el orden del \Ciilido, cristianos sin, quizás, ser piadosos, no puede enunciarse en los términos
si es verdad que nunca hay sentido para uno solo. Si el sentido es del de Nietzsche ("cómo somos todavía piadosos"): preguntarse "cómo somos
orden de lo "común", entonces, sin duda, el cristianismo ha dejado de todada cristianos" nos lleva completamente al límite, a la C\tremJdad
sustentar, sin duda ha pasado desde .1í mi11110 a otro estatuto. a otro rég1men última del cristianismo.
i(',lll-itH "Jdll(\
l ,l tJ+.-,¡ 'Ji1<.,)flll 1 trJil d1·l ( ll\!ld!l!\lilr

\ Occtclente mtsmo. la occtdcntaltclad. es lo ~ue se cumple desapego Interno profundo, sería el efecto del dc1 en1r moderno de una
desnudando una nen adura mu~ parttcular del senttclo: su nen adura de sociedad ractonaluada. secu\anzada, matenaltzada. Se dtce e'tu. pcru
a\~lin modo 1acía o en carne 111 eL la ele\ senttdo como senttclo ani\\aclo no se sahe en absoluto por lfllt esta soctedad hahría IIL:~ado a \t:r lo que
que se entrega allímtte del sentido o ele la posthiltdad de senttdo. Desde cs .... stno por~ue se hahría des1 tado del cmttantsmo. lo que srí\u rcp1tt
entr,nccs. dc:-con:-tnm el cr¡q¡anismo e-; acompat1ar a Occtdente ha-,ta el proh\ema ya ~uc se ha puesto lo defintdo en la dcftntctÓIL
e q e 1ím1te. hasta e q e pas r1 en que a ()e e 1dente ~ a só 1o 1e que el a Planteemo~ por constgutente. muy s1mple ptro muy tmnementc. que
clesprender\e de sí para conttnuar stendo toda\ ía Occtdente. o para ser todo análtsts que pretende sct1alar una dell·ial'irín del mundo modtnw
aún algo de 'í nmmo más allá de sí mtsmo. En este paso. es necesano con rnpecro a la referencia cmttana oh tda o dentq.ra que el mundo
que se desprenda de sí mtsmo. es pues el mtsmo gesto desprenderse ele moderno es él 1111smo el cle1 entr del cnstiantsmo. Esta dcnc~actón es
Occtdente ~ desprenderse del cmtiantsmo. Stn emhargo. en este paso-~ gra1 e )a ~ue 1 tenc a prohthir al mundo moderno que con11encc a
es c\lo lo que engendra propia ) necesanamente. creo. un gesto de comprenderse a SI!Tll'.lllO, en la medtda en que el mundo llamado modernu
desconstrucctón-. en este paso no se trata de rechazar una tradictón. de sin duda se ha alfado, y no por azar. sobre una denegación Interna de su
depr caer una 1 te¡ a piel. sino prectsamente de afrontar lo que 1iene a referencia cmt1ana. Basta, por e¡emplo. reflexionar mu) ráptdamcntt:
Occtdcnte y al cnstiantsmo de más lejos que ellos mismos. lo que desde en el acontecimiento ~anttano para darse cuenta de que éste es susceptible
el fondo de nu~:stra tradiCI<ín nos\ 1ene como más arcaico (en el sentido de ser leído de dos maneras: como una especte de denegactón o. SI se
de una arché. y no de un comtenw histórico, hicn entendido) que el qu1ere. de repres1ón de la referencia cristiana.) al mismo tiempo, como
cristianismo mismo. Dicho de otro modo. la cuestión es saber si. una reconducción plena y entera de la referencia cristiana. No ha) que
1ohiéndonos hacta nuestra procedencia cmtiana. podemos designar olvtdar. en efecto. que la frase del prefacio de la Crítica, ''He dehido
desde el seno del cristianismo una procedencia del cristianismo más suprimtr el saber para de¡ar sitio a la creencta". abre a una creencia en
profunda que el cnstianismo nmmo. una procedencia que podría hacer los límites de la razón. Se oh ida demastado que éste es el objeti1o de
surgir otra posthilidad -con toda la amhigüedad. que por el momento Kant. ) que de lo que se trata en 1erdad con la moderntdad es
asumo enteramente. entre un gesto de Aufliehtlltf!. dtaléctica hegeltana y completamente distinto de un des\ ío o de un ahandono. La 1crdad es
otro gesto que no sería de superación dialéctica-. Sea lo que sea de esta enteramente de otro orden -s1n ser. s1n embargo, ele orden 1n1crso. Si lo
amhigüedad, s1 se acepta identificar Occtdentc y cristianismo. se acepta illlerso consiste en clectr que la descomposicicíntnterna del cristianismo
tamhién la consecuencia. de que sólo se saldrá de ahí por una posihiltdad ha lihrado a la soctedad occidental a su errancia moderna-. Se hahrá
que remplaza completamente la posihilidad cristtana sin ser su reconocido en esta tests im ersa el 1iejo modelo de la acusactrín católtca
reconducción dehilitada y s1n ser tampoco su reconducción dialéctica. lanzada a la Reforma y al Angl1cantsmo. el de la auto-acusawín Interna
At1adamos que tncluso no sahemo~. qutzás toda1 ía. qué es Yerdaderamente del cristianismo que se pterde a sí nmmo y con él todo el resto. Esa es.
la superación dialéctica hcgeltana. que no sahemos, quizás. qué es la de una manera general. la "teSIS integrista" en el interior de cada una de
ncgati1 tdad: para aprenderlo hay que hundtrse en su corazón. y este las familias cristianas y entre estas fami11as cnstianas. De una manera
corazón corre el tremendo riesgo de ser. s1 oso dectrlo. un corazón más general toda\ ía. se puede dec1r que el confltcto entre un "integrtsmo"
cnsttano. y lo que hace poco la iglesia católtca 1\amaha el "moderntsmo" es el
Planteados estos a\ tomas. se podría ahora recomenzar desde esto: se conflicto específico al cual Occidente somete a las reltgtones (la SU) a en
dtce hastantc a menudo que la degradación más o menos pronunciada ele\ todo caso)) según el cual él ha constituido o estructurado su reltgión. El
cnstianismo. su pérdtda de audiencia. su acusada desapanctcín como conflicto entre una integndad reltgiosa j su d1so\uctón por aclaptactón a
referencia común ~ como índtcc regulador e\plíctto, al igual que su un mundo que. a la 1 ez. sale ) se desprende de ella, la rechaza o la
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1,l d('\( IHhtrur ( H.Hl del r n\liJill'-,flJI) li
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den1ega. este conf11cto interno con forma de esquizofrenia o de división simplemente un primer índice e\ocando la génesis compleja, dilcrcnc1ada
consigo carece de relación con los conflictos entre los dogmas o entre y conflictiva del cristianismo. La realidad histórica de esta génem es
las creencias opuestas. Este conflicto Interno al cmtian1smo (y que hoy demas1ado fácil y ráprdamente encubierta por lo que llamaré
de\ 1ene hoy 1nterno al JUdaísmo y al islam. aunque de una manera "pro:ección de la Na\ idad", es decir. por un nacimiento puro~ s1mplc
diferente) no tiene nada que\ er con el confl1cto entre el cnstiarllSmo y del cristianismo que. un buen día. ad\ 1ene y lo cambia todo. Ahora bien
el JUdaísmo. s1 se trata ahí de un conflicto. o con aquellos que ~.:\lsten muy curiosamente. toda nuestra trad1ción. por poco cmtiana que se
entre todas las grandes rel1g1ones. En el Interior del cnslianismo se quiera. mantiene siempre algo de la "pro:ecc1ón de la Na\ 1dad": en un
produce en efecto un tipo de conflicto específico que es probablemente momento dado "eso" tiene lugar: uno se rencucntra enseguida en estado
el conflicto entre una integridad y su desintegración. En este conflicto cristiano. S1n embargo. ¿cómo ha sido posible'1 No nos preguntamus
específico hay que buscar el pnmer esbozo de una propiedad nuclear del bastante cómo y por qué la Antigüedad ha producido el cnstianismo: no
cristiarmmo y de la posibilidad de su devemr: ¡,No será el cmtianismo cómo le ha llegado el día de Navidad, sino cómo lo lw l'llelto posible.
en sí mismo y por sí mismo una integridad dividida' 1 ¿No será el Sin comprometerme en análisis históricos y teóricos extremadamente
mo\ imiento rn1smo de su distensión. de su apertura y de su disolución'1 complejos, apuntaré simplemente la dificultad señalando que el
Solamente si la respuesta a estas cuestiones es positiva. puede tener cristianismo es este muy curioso acontecimiento de nuestra historia que
un sentido el gesto de la desconstrucción, pues la desconstrucción puede impone por su propia lectura. y en su propia tradición, el doble esquema
entonces rntentar alcanzar. en el seno del movimiento de distensión de sí de una sohrevenida ahsoluta (que he llamado "Na\ idad") y, al mismo
de la integr1dad, el corazón de este movimiento de apertura. Mi tiempo, de una superación dialéctica o, si no puede llamársele así, de
interrogación está guiada por este motivo de la esencia del cristianismo una integracián de toda la herencia anterior, ya que el cristianismo se
como apertura: apertura de sí y sí como apertura -bajo todas las formas concibe a sí mismo como reanudación y relevo del judaísmo. del
de apertura. con todas sus resonancias: apertura como distensión. como helenismo y de la romanidad. Cuando se considera la historia del
separación. pero también lo ''Abierto" de Heidegger (lo que, desde la cristianismo se descubren en ella al menos tres etapas: un cristianismo
apertura de Heidegger. dirige un clima de pensamiento contemporáneo)-. judío (el cristianismo es primero una religión judía. por no decir una
¿Qué sucede con la apertura del cristianismo o con el cristianismo como secta). un cristianismo griego y un cristianismo romano: tres etapas cuyo
apertura?. ¿qué. y esta es en el fondo la verdadera cuestión. con tllt conjunto corresponde a la constitucrón de una integridad dogmático-
trascendental absoluto de la apertura tal que no deja de hacer retroceder eclesiástica y a la tensión interna de una identidad que sólo se concibe
o de disolver todos los horizontes? refiriéndose a lo que ella niega sobrepasándolo. La identidad cristiana
Esta es nuestra situación: más horizontes. Desde todas partes se es pues de entrada una constitución por autosobrepasamiento: de la Ley
reclaman horizontes en el mundo moderno. pero ¿,cómo recobrar lo que antigua en la Ley nue\ a, dellogos en el Verbo, de la ciritas en la cirita1
llamaré la "horizontalidad"? ¡,Cómo recobrar el carácter de horizonte Dei. etc. El crrstianismo comparte sin duda con todas las demás religiones
cuando estamos sobre un fondo que no es justamente un fondo de el esquema de la constitución de una ortodoxia por fijación de herejías.
horizonte(s). sobre un fondo sin fondo de apertura 1ndefinida'l Tal es la producción de cismas, etc .. pero el esquema propio del cristianismo es
cuestión a la cual el cristianismo. en el fondo, me parece que conduce. diferente en que es el de una ortodoxia que se concibe ella misma como
De esta apertura indefinida -no de esta propiedad acc1dental de el movim1ento. virtualmente infinito. por el cual una fe se descubre
apertura. sino de esta apertura como propiedad esencial. de esta apertura refiriéndose a lo que la precede, a lo que ella renueva y aclara. Esta fe
corno ipseidad cristiana. así, de esta distensión de sí. de esta relación sólo es lo que es re\ elándose a sí misma progresivamente como
consigo como salida indefinida de sí- tomaré. por el momento. integración de lo que la ha precedido y que ella lleva más adelante. Hay
¡J, c,1 1 ,• :·~t r ll· r 1 •11 (Jr·: ( r r<..t ·,¡ r, ¡c,\il· 1
]r, ¡l' ,111-l lJI ~._. rlll ( \

en cstu algu ún1cu: la~~ crntwna e.r ella 1111.\lllll la e.\(lf'rtencia de .\11 la prc~enc1a. La consecuencia del paso de J)¡or; en el hrlmlnr· r 1,
hirroria. la c\pcrlencla de un plan segu1do por DI U'> para la CJCCUCilÍn rk prCSCilCI:!-parus]a de [)¡or; al hombre es total. pero CSta Crli1Slélll'lhld ,k]
la sail aCilÍn. Ha; pues. pm una parte. rernontándonu> a la r:tÍL ¡udí:t. una paso a la presencia c'> precisamente lo que se llama el renfld(l 1, ~~-r
hislUlia. un plan scgu1do : um:ntado. mientras que por utra pJrtc. del comu el cr1sl1armrnu está en el elemento del scnt1do. en el dnhlr -c!!llr!,,
iadu del llhll llll!Cntu cmt1anu. esta e_¡ccucllÍn de la >ail aclrJJl dc1 1r.:nc signiiiCaL'Illllal \ direccional de la palabra f-_1 crrstra1mrnr' ¡;, !'-•r
ella nmrna ¡ndisuclahlc de la h1sllllla humana. dn 1enc la h1storra humana ncclcnl·1a la crllllUilCilÍil tk lm dus sentidlh: es el sent1du cumr' lc'ii':,rr~
comu tal. la 1-J¡st<mc~. Desde el punto de 11sta de la urtudo\la catól1ca. o direl·l·l,ln hacra el adr erllmlcntu Jcl sentido Cl'Tllll conten1dr' 1',,
estuque a1 anlllllll es un Cl•mcntano, es unJ tes1s teológ1ca catól1cL que COnSI)!UielllC. r;¡; trata mell<lS de la CUeSlillll del I,CilliUO del LTI\li;llliSillr'
r:l plan de la >all ac1ón sea ¡ndiSOCiahle de la hhtur¡a humana es una tesiS que de 1~1 del criStianismo n11srnn como dimcnslríntkl -;cnt1dr1. urmenslllll
del \'at1cano l. IJl' ahí se s1gue ljUC la d1mens1Ón de la historia en general. de un sent1dil que. tal es el punto a anal11ar. es 11 /a ve; la apertur~l rki
en tanlll que dimensión lll'Cidental, es tundarncntalrncnll: cn,tlalla. ~que sent1d'': el sent1dn como apertura. lJel pasu a la preserlC!a. nu dcp de
la 1 ía : la 11da de la rl'l elac1ón rw sr1n sulamcnte, para el cmtra1mrnu. conf1rrnarse que la prescrll'la reconduce SIL'mpre el paso. o que el p.l'''
el modo: el pruccdirnlento de acceso a un m1ster10 espccíticu, como en lln a >lcmpre ama: or apertura al cora1.ón del sentido. U punto nrrc1nr'
toda cspec1e de IIJIC!acltlll ~ de cun1 crs1ón, s1nu que son la andadura de esta tcns1rín se alcanta cuando lo ahsoluto de la parusla. lo ahsolutrl
rn1sma del homo 1·/aror, del "humbre 11a_¡cro", del homhre en carmno cu;o de la prescnc1~L tcrrnrna por cuntund1rse ron la ¡nfln¡tud del paso: el
1iaJc no es solamente un pa~o s1no que constituye en sí la marcha) la sent1do mrsmo cstü entonces an!ll~!do o. es lo JlliSrnll. agotado. es 11'1/fldo
progresrón de la re\ clac1lÍn nmrna. Desde ese momento, la h1stona COIII(IIeto 1'11 ei illll' rano llill' 11'1/fldo. h lo que terrmna por llamarse "la
comprendida corno distorsiÓn, apertura (con rctenmín ~ protenmínl, la muerte de Dio~:·. segun una formula que no es por a1.ar de procedcncra
h1stona como apertura del su1cto corno tal -que sólo es SUJClo como sujeto crist1ana (la fórmula es de Lutero!. pues enuncra el dest1n1l nmrno del
hi>lórico, siendo di,tens!Ón cons1go m1smo- es el elemento rnatnc1al que cnst¡anlsmo. ('on otros térrn~nos_ mas pró\rrnos de ~ietzsche. el
el cristianismo rn1srno saca progresi1arncnte a la luz como .1u \erdad, cristranrsmo se cumple en el nrhil1smu ~ corno n1hil1r;mo. lo que qurc1c
porque, en efecto, él no ad\ ¡ene de un solo golpe, ex ahmrto. Esta 1crdad dec1r p1cc¡sarnente que el nihilismo no es nada más que la incandescencia
matrrc1al. esta histom1dad esencial puesta) "pensada" en la fe cmtiana f1nal del sentido. que es el sent1dn haqa su exceso. El cnst¡armrno nn es
como tal. esta h1stonc1dad. digámoslo, de la fe (no Slílo la hislonc¡dad pues en ahsoluto la negac¡ón e1 1dcnte. agres11 a, crítica. o la dnesperan1a
de la te en tanto que acto de adhe~1ón. s1no la del conten1do rn1srno de la del scnt1du: es la protcncr¡ín hac1a el r;cntido. el sentido del sentrdo. a~ud•'
lci. es lo que terrnrna por separar rigurusa. ¡mplacahlernentc. al haqa la ntrenwiad. orillando con su tilt1ma lu1: agot<índnsc en esta
crist1armmtl rn1srno del elemento de la religión en general. para hacer de última 1ncandescenc1a. r,s el sentido que no ordena y que ~a rw se ernpk<~
él decll\amentc. según la fórmula de \1arccl Gauchct. "la rel1gión de la en nada o en nada m:ís que en sr rn1srno: el sentido que 1ale ahsolutarncntc
>al1da de la rel¡g¡ón"+. para sí. el sent1do puro. es dec1r. el fin rn ciado para sí. indel!nld:l 1
.-\,í. tcnd1do entre el ankccdente 11rtualrncnte 1nf1nito en el que no defrn1tr1amente. Tal es la 1dea completa de la rc1elac1un cmlran:l.
cesa de dcsc1frar lus s1gnos de su prop1a antenondad : un pon erm f·qa rdea nunca ha s1do la de la re1clacrón de algo o de algu1cn f-n
¡nfinllll en el que proyecta el ad1cnlm1ento linal de su aconteclmlentll este sent1rlo. n ciertamente el Stlbrcpasarnrcnto. el relc1 o. la sal1da Jllrila
en marcha. el cmllctnlsmu l'SlcÍ constilUlll amente tcnd1do entre el paso: fuera dcl1uda1smo. pues la ltka de la re1 elación cmtrana es que :1 1111ck
cuentas nadan rel'elado. nada sallo el f1n de la re1 elac1cín rn¡r;ma. n~11Li
\rlhrc L"ll' lllrl\ilrl. >e' rr'dli<l dcl'iuar.pcrr> Jl<llrl harc ayuí. Llll~l \dll<ll'll\11 hc~r·l¡ana.
sino que la rn elacrcin quiere dcc1r que el sentrdo se de" el a pur:1mcntc
p11ryuc en rkl'l\ll'l rn:-.!ianr,mn '-'L' caral'lcnta hren cnrnn la dc..,gracrd de la cnncicncJa. como scnt1do. en persona. pero en una persona tal que todo el 'l'iltrdr> dr:
r·rr el \l'IJ!rdrr hr·.~r·lr~rllrr r'll qur· "dn~rar·r~r .. qurnr· dnrr dr\l\'11\IIILI rk Lr r'lllll'lr'lll'ia

1
11', l\'.111-lllí ~,llli V l d dc"t (Ji1<.,lru( ( 11•!1 dt 1, rr<...tr,1r1r'-:r; 1 ]'1

esta persona cons1ste en re1 clarse. El sentido se rnela y no re1ela nada, desensamblar. dar JUego al ensamblajt: para deJar JUgar entre J.~, ptC!a'
o re~ el a su propia Infinitud. Sin embargo, no re1 elar nada no es una de este ensamblaje una posibilidad de la cual procede pcru que. en Llllll!
prllpostctón negat11 a, es más bien la proposición hegeliana según la cual que ensamblaJe, encubre.
lu re~ ciado es propiamente que Dios es lo re1 elabk: lo que es rc1 cladu M1 htpótes¡s es que el gesto de la desconstrucctón. en tantu que _,:e,¡,,
n lu rn elabk. lo Abierto cumo tal. Es exactamente en este punto ;ílgtdu que no es n1 crítico. ni perpetuador,) en tanto que gesto que lotillhillid
dl1nLk el cmliantsrno se qutt:bra ~ se rt:l rla él mismo corno lu que una relación con la historia~ con la tradición que no se puede enc,1nlr~ti
\¡l'[¡schc ha llamado nihilismo. ni en Husserl, ni en Hegel. ni en Kant, sólo es posible prect,,tmentc en el
hl tctntu qut: no tomemos toda la medtda de esta Situación que hJce intenor del msttarl!Smo. Incluso SI no se formula npresarnenlé dc\JL·
que nuestra procedencia cnsliana, como procedencia occidental, sea la este intcnor. En efecto, sólo desde el1ntenorde lo que es en sí cunstttutdll
Jll'lJCedcncta que nm consagra a la re1 elación de lo rn clabk. o al sentido por~ a partir de la distensión de una apertura, pucdt.: haber un 'ent1dl1
como sentido puro absoluto e Infinito, quedaremos prisionero~ de algo que ha) que buscar y desensamblar.
que no habrá sido elaborado a la medida de esta histona o de este destino. Se trata pues de no coger en bloque el ensamblaJe cmt1ano para
lodu se sostiene pues en este punto: pensar la Infinitud del sentido, pensar negarlo o para confirmarlo. ~a que esto sería situarse fuera de él o a 'u
1a 1erdad como 1nfi nito del sentido. Aún más, pensar el sentido como lado. Ahora bien, este es el gesto que hacemos demasiado a rncnudll ~
apertura absoluta del sentido) al sentido, pero al sentido de algún modo demasiado rápido los filósofos: desde hace tiempo está claro que no somos
1acío, 1acío de todo contenido, de toda figura, de toda determinación. cristianos, y por eso guardamos en relawín con el cmtianismo una
Dtgamos, sin JUgar) JUgando con las palabras, que es "'la cruz del distancia que basta para abordarlo en 11/a\a. De golpe, aparece como un
cristianismo". )a que es e.xactamente en este punto donde este último se bloque autónomo frente al cual pueden adoptarse toda clase de actitudes.
constituye). simultáneamente, se deshace. Así pues, por fijarnos en esto. pero del que se ignorará siempre el punto de ensamblaJe. Sin embargl1,
con1 iene ensayar desconstruir el cnstianismo. en el punto de su ensamblaje o. corno diría Heidegger, en la systasis del
Precisemos con una palabra qué quiere decir la operación de sistema, hay quizás algo que sacar a la luz y que deJar JUgar como tal.
"desconstrucctón". Desconstruir pertenece de ahora en adelante a una algo que el criStianismo no habría aún liberado. ¿Cuál podria ser la
tradición, a 111/l.'.ltm tradición moderna ) estoy totalmente dispuesto a posibilidad, la potencia o la C\igencta, como se quiera, puesta en JUCg\)
admitir que la operación de desconstrucción forma parte de la tradimín por tal desensambla¡c? Esta posibilidad no sería, )a no ~cr1a el
t.:n la misma medida que el resto) que, consiguientemente. está atra1 esada cmtianismo mismo; ya no sería Occidente mismo. sino aquello a palttr
de un C\trcmo a otro por el criStianismo. Además, la "desconstrucctón" de donde Occidente y el cnstianismo son posibles. Algo que, hasta ahora.
tiene de particular. s1 se 1ueh e a tener a la 1ista su origen en el texto de Occidente no ha aprehendido más que en la ambtlalcncia del surgimiento
Se in toul le ir en el que aparece la palabra, que ella es el último estado de del cristianismo.
la tradición -su último estado en tanto que retrasmtsión, a nosotros) por Desconstrucción del cristianismo querría decir finalmente: opcracton
nosutros. de toda la tradición a fin de 1oher a ponerla totalmente en de desensamblaJe con 1 istas al ongen o con 1 1stas al sentido de la
JUe~o-. \oh na poner en juego la tradición según la desconstruccicín. desconstrucctón -sentido que no pertenece a la desconstruccton. que la
según la De.1truArion (término que Heidegger ha tenido que asegurar hace posible pero no le pertenece, como una casilla 1acía que hace
contra la !cntiirung, es decir. contra la "'destrucción", ~ que él ha funciOnar la estructura (siendo la cuestión cómo rellenar la L·asilla 1 acta
caractcnzado como Ahhau. "desmontaJe" l. no significa ni destruir para sin 1oil era 1crter en ella la 1ntegral idad de la 1ntcgndad del cmttani ~m u
rdundar, n1 perpetuar -dos hipótesis que Implicarían un sistema dado que se intenta desmontar)-.
como tal e Intacto como tal-. Desconstru1r significa desmontar, En un sentido, como anunciaba, el criStianismo es ~.:n si !llJsnw.
:('.l'l l111 N ll'rr \ 1 ,¡ d1''d IJihlrtH r Ir ;JI d1·l 1 r :"ll<~!il',ii.r,

e\Cllc!almc:ntc. el mm llllJCnto de su prop1a dislensl,~ln. pues representa S1 el cristianismo es e~enc1alrncnte kcngmát1co o clangélic''· la
la con-,tltUCIIÍn de un q11eto en apertura) en distcns1rín de sí Es nece'i<tr!O cuestión e~ precisamente Intentar llc1ar la rn1rada al cora/t.lll dl'l anunLII·
L'lltnnL'C' l'lllientemcntc dec1r que la descon>trucci\Ín. que no e-; pos1 hlc como tal. en el corazón 111 lente e1 angél1co del cr!Sii:lnl'>111u. ¡ur~t
,¡¡w l''lr mcd1o de esta distensión. es criStiana. Es cnst1ana porque el franquear el umbral en el que i\¡etzschc se ha quedado. \¡etL-,che c11
crr,tlan¡snw L'\. or¡g¡nalmente. dnconstructor. pmque se refine de electo, es toda1 ía de aquellos que separan el grano huenu de la Ctlai!.t
l'lltiada a \ll pmp1o ,m gen como a un ¡ucgn. a un 1ntcn al,l. una pul'lctcr,ín. de a4uellos que separanunnucleo puro ele ongcn d.: su desarrollo ulttrllll
liiJ,t :tpcrtura en el ungen. Más h1en. la cucstllÍil es, a rn1 entender. recoger corno núcleo puro. C\1111>
S1n emhargr1. lo sabemos h1cn. en otro sent1dn. el cmt1an1smo es el núcleo e1 angélico, aquellu que constituye 1erdadcramente la pos!hliidad
cn1 és nacto. la denegaCI(ín. el rechazo ele una de,construcc1ón y de q¡ de todo el resto. Esto elche conducm10s a no a1slar. según un gesto h1en
prop1a dnconstrucc!ÓIL prcc¡<;amcnte porque en el lugar de la estructura conocido que se podría llamar un "ruusseaurmmu del cmtJarl!smo", un
del ungen 1ntruducc. desde el ongcn. otra cosa: el anuncio del fin. !.a buen cmt¡an¡srno pnmltJIO. para deplorar ensegu1cla su tra1crcírL
t'ITrt!dllru de origen del r"riltiaiiiiiiiO es el 11111/llt'io del jin. Tal e> la forma D1cho esto, demos un pasu más: penetrar en el corazón. en el
clctcnmnada que adopta la distensión de la cual )O hablaba: el cnst1armrno mo1 1m1ento esencial del cmtlan1smo kerigmát1co o e1 angélico. entra¡
es escnc1alrncnte en el anuncio del fin. Más exactamente. el mstian1smo en su estructura ele anuncio, no de he hacerse tampoco con el ún1co rccurscl
L'' en el l1n como anunc1o. como fin anunc1ado. como Evangelio, como ele los El angel10s, t11mandu partido contra su desarrollo dogmátiC<'
<'111/~~clion. "buena nuna". El mensaje es el corazón del cmtianismo. ulterior. Al contrano. es en el desarrollo dogmático donde es neccsanu
Ll anunc1o cmtiano es pues enteramente otra cosa que la profecía en recoger la 1cna propra impresa en este dogma por la estructura
L'l sent1du 1 ulgar (y no JUdío) de adivinación o ele prn is1ón. El anuncio fundamental dei anuncio y de la apertura del sentido. En el edificio
m-,tlano del f1n no es en absoluto la pre1 rs1ón, no es rncluso. en c1erto dogmát1co cristiano nos las tenemos que 1er con una construcción
-.cnt1do. la promesa. Bien entendido. la promesa es una categoría cristiana. teológica. es dec1r, también ) en primer lugar con una construcmín n
pcrn por el momento. para ser claro y para dar 1 iveza a la cuestión. sólo con una elaboraciónjilosójica. Filosófica, no en el sentido ele que hahrb
rctcn~o la palabra anuncio. El cristianismo, pues. no es el anuncio como una filosofía cnstiana situada _¡unto a otras filosofías, sino en el sent1d,í
prcd!spm!cJón. de una manera o de otra, del fin: en él es el fin mismo lo ele que la estructura ong1nal del kengma cnstiano se ha elaborado en
que 1alc en el anunc1o y como anuncio, porque el fin que es anunc1ado una relac1ón histónca precrsa con toda una histona filosófica. Es pues
l'S s1empre un jin infinito. Esto es lo que con'ilitu)e 1erdadcramente al en el desmontaje de los constituyentes filosofJcos del dogma cmtiarw ,,
cmt1anismo, lo que constituye, d1cen los teólogos. el ''ken~ma" del de la teología cristiana donde se trata ele pembir los filosofcmas del
-:rl-.tlanismo. es decir, la esencia. el esquema de lo que es proclamado. el anuncio. Ahí es donde ha) que pei"Cibir el anunc1o rmsmo. el kerigma
nqucma del anuncio. ;.Qué es el cristiarmmo·¡ Es el hangel1o. ,Qué e> mismo como filosofernas, ocumo \ 1nrendo a ser cada 1e7 más. en e!
el r.1 angelio' 1 Es lo que se anunc1a. y esto no son los te\tos. ¡,Qué se curso de nuestra histona y de nuestra tradiCIÓn. los filosofemas que
:111Linc1a 1 t\ada. Maree! Ciauchet ha estado atento. como lo había estado constituyen de ahora en adelante las ncn aduras de nuestro pcnsanl!Cnto
\¡ctz,che. a la lnsigrllficancla ele los cuatro hangelios: casi nada. \o S1n InSIStir largamente en este punto. recordaré lo s¡guiL'lltc a
se medita bastante el hecho de que esta cas1 nada de escritura supera propós1to de los constituyentes filosóficos de la teología mst;ana
1udos los hihlia antenores. el hecho de que la csmtura pr11pramcnte sabemos b1en que el corazón de la teología cmt1ana está c1 ¡dcntcmcntc
e' r 1't 1a n :1 ( en sa de nada .. ) es un a es cr 1t ur a q ue e (1 ns 1ste en t ra lar constituido por la cmtolog1a. que el corazón de la CII,tt1log¡a n le~
ntrcmadamentc ráp1Jo la palabra de anunc1o. en dec1r que "eso anurlCia" doctnna de la encarnación, y que el corazón de la doctr1na de la
1 que algu1cn ha 1111do de tal manera que ha anunciado. cncarnac1ón es la doctrrna de la homoou.1il1, ele la consustancialidad. de
Ir ',Jil 1 ¡¡r '\J,)Il( V 1d d(•l.,( ()[]<.,\fU( ( I(Jil dl'i ( ¡¡-,(ld/li',IIJr,

la ¡cJentJdacl o comunidad de ser) de sustancia entre el Padre y el HIJO. esp1ntual. el 1erdadero cnstJano) responderá que todo eso descoJhlL'e la
He aquí. con el cmtianismo. lo que es completamente inédito. Para dimensión Singular Irreductible de la fe y del acto de fe en tanto quL
desmarcarse del rcg1stro de la ontología filosófica (Oillia, ltomoiá1i1. dimensiÓn imposible de reducir por un discurso.
ctc.l. el te6logo dirá que II0/1/00IIIÚI sólo es una palabra que con1 1cnc En c1crto modo, me s1ento obl1gado a cornen1ar el análisis préguntandn:
util11ar al 'iefiJCJll de una intención de fe. que no se dehe cle¡ar reducir el ·(· hav. otra cate~oría dJslinta a la cate~oría mst1ana de la fe} \o el uc!li de
~ ~

sentid\) de la noCJ(ín a un pensamiento de esenc1a o de sustancia.) que la fe que cada f1el puede pronunc1ar en su corauín y yue y u no he de nam1n~u.
cnmu1mlad del Padre ~ del HIJO es ele una naturaleza distinta de e>ta sino la wtegoria de la fe 1pues es sobre ella sobre la que se puede aplic;¡¡
\lngular llomoou1ia que yuiere dec1r filosóficamente comunJclacl ele el gcslo de dcsconstruccJÓn). Con el ma)or respeto para con el actu de te
l'SL'ncia ll de naturalua. Bastará devoil eral teólogo la sigu1ente pregunta: considerado como acto yuc actúa en la 1ntim1dad de un SUJeto. no puedu
Jk quL; otra naturaleza o esencia es pues la 1erdadcra comunidad del deJar de considerar yuc la call'guría cnst1ana de fe es antes de nada.
Padre~ del H1¡o, si no es de esenc1a esencial o de esencia natural'1 precisamente. la categoria de 1111 acto, la de un acto de) en la 1ntim1dad.
De hecho. supon1endo que el sentido entendido por la fe. es decir el Esto es lo yue ha) yue e.\amJnar sabiendo que una cosa es exarn1nar esta
\entido anunciado. esperado y pretendido por la fe, sea infinito. no es menos categoría en tanto que categoría de un acto ínt1mo del SUJeto,) yue sería
cJcrto que. a partir de la o11sia tomada en un contexto histórico-filosófico otra cosa criticar este acto corno taL s1 tiene lugar y ahí donde tiene lugar.
determinado es como este alejamiento infinito puede ser pensado: el en un lugar al que n identernente mi discurso no puede dirig1rse.
cnstianisrno no puede establecer y pensar el alejamiento infinito de la o11sia i,EI acto de fe. corno acto. no es por excelencia lo que se anunc1a.
sJrw a partir de la o11sia. Dicho de otro modo, la paro11sia de la l1omoousia, es decir ayuello cuyo acto rn1smo. aquello cuya enteleyu1a es un
mu) lejos ele representar una diferencia de naturaleza entre la teología y la a n un e i o y no un a mostra e i ó n ·) ¿Qué es 1a fe'! La fe e o n s 1s te
filosofía. representa de hecho la apertura infinita del sentido ele la 0111ia precisamente en refenrse a Dios o al nombre de Dios, en tanto yue
pensada como presencia. pamsía de ella misma. Partiendo ele este punto Dios y su amor no están ahí presentes, mostrados, en tanto yue no
se puede encadenar todo el orden ele razones de la ontología teológica hasta están presentes en el modo ck la mostracJÓJL Por eso la fe no es la
la cuestión heideggeriana de la diferencia óntico-ontológica y del sentido creencia. pues no es una adhcSJCín s1n pruebas. Los más grande~
del ser. tanto tiempo al menos como tarde el gesto clesconstructor en quebrar anális1s espJrJtuales y teológJcos de la fe cmtiana muestran que la le
el sentido de este sentido. Esto quiere decir que desde la o11sia se puede ir es más hien, si nos atenernos a dec1rlo en términos de adhes1ón. la
ha5ta el C\trcmo del encadenamiento filosófico de los conceptos de la adltesión a sí misma de una mira sin nada má.1. Diré. en un lengua¡e
ontología. y que la apertura misma se encuentra por todos los lados fenomenológJco, la adhesión a sí de una mira sin correlato de ob¡cto
operati1 a. como referencia anterior a la posibilidad de esos conceptos, más o s1n otro cumplimiento de sentido yue la mira m1srna. Se podría qu1za<.
all;í ele la sisternaticidad filosófica conceptual a la que el teólogo pretendía decir que la fe es la intencJOnaiJdad pura. o yue es el fenómeno de la
opnnerse. intencional1dad como fenómeno autosufic1ente. como "fenóme1w
saturado" en el sentido de Jcan-Luc Mar1on. Entiendo yue Manon. a!
11 hablar de "fenómenos saturados". no hahla de un fenómeno tal C\llllll
la fe. s1no más hiende fenómenos que se ofrecerían como la te o que
F\amJncmos ahora las categorías cristianas que he anunciado, entraJ1arían la fe: de¡o sin embargo abierta la cuestión de sahcr '-l 1<~
Intentando retomarlas a partir de los pnncipios metodológicos expuestos. fe no sería uno de tales "fenómenos saturados".
('onsJclercmos antes de nada la categoría de la fe. ya que a lo yue La fe. en tllcio caso. no es la adhes1ón s1n pruebas o el salto por cnc1111<t
acaba ele ~cr dicho de la 0111ia. el teólogo (o más e\actamente el hombre de la prueba. Es el acto del fiel yue, en tanto yue tal, es la all:staCJlÍn. por
'1 li'clll 1111 N.I!H \ i ,llJI'-(11[:-..frLI 'difl IJ¡ l1 rl'-11.1111\1111,

1 1~!1"te de una cunctcncta inttma. de 4ue ella se npone, ~ >e clt:¡a nponn Jle1arrnc a ella. s1 lo e'ilo) quiera Dtos gu~ndarme en tila". Lct te consto,k
a la au,encta de akstactCÍtL ~~la au'\cncta de paru-,ía. Ln la holl/1!1!111111 la aquí en la recepción de la gracia de la te.
te '" cumprlnJc a sí mtsma npunta a la au,cncta de parusía de l<t - O hten, por el contrartll, el momento de la palabra ) del scnt1d1'
IJni!Juoll'iiL st 1wno serta la te, St la te cnqtana e,, pues. la categmia de comunttariu arttculado pre1 alece. l~n c,te casu, toda d11 I\IÓn, t''d<>
un al'tu de 1~1 tnttmtdad 4ue se taita a si mtsma. 4uc se ncapa a ella desagrcgactun dt: la ecllllllllltbd n tamhtén d11 I>ltin ~ de>agre~acton dL'
nmma. ent1li1CCS la fe crt-,ttana se dtsttngue prectsa ~ ahsulutamente ck 1a fe e n t ~~ ntu q ue a tn t~~e 1'1 n e tliTJ un1 t MI a, ae t, 1 eo mpa rt do por 1,¡ 1

toda crecnct~t. huna calt:~tlría 1111 ~cllt'fl\ 4ue no e\. comtl ia creencta. comuiudad ~ qUL' :,e dtsucl1 e con ciJa. :\hura bten, nta disolucinn de la
una taita de .... una carcncta de .. 4ue no e-.tá en espera de .. stnu que es fe con la l't.Hllllllillad representa quttás la "crut" de la ht:,trma del
por st nmma ftdeltdad, conttanla ~ apertura de la lm"htltdctd de aquellt' cristtanismo, SI el ~eri~ma ~la gracta son por principio para la humantdad
en lo que ella cunfta. entera, O Si t:l r,l angel!ll) J;¡ gracia SOn (!ilf!l todo\.
tsto que dtgo con1 endría también perfectamente a nuestra del tntmín lomadJ sc~ün este duhle esquema, la fe se reduce pues stempre a !ct
moderna de le~ ftdeltdad amor11sa: es nactamente esto, para nmotros, la adhesión a lo Inftnitn del senttdo, sea lo Infinito del senttdo disuelto en
f¡deltdad en el amor. st n 1crdad que concebt mos la ftdeltdad sustnuda la atestacton s¡n atestaCión de la Intimtdad, sea lo 1nfiruto del sent1dt1
a la stmplc obscn ancta de la le~ conyugal o de un precepto moral i' difund1éndo~e fuera de tuda comunidad d1scerntble hasta los límites de
ctico ntertor a la tnstitUCIÓn conyug<JI. Quwís, Incluso es lo que la humanidad. Desde el punto de 1 tsta de la comunidad criStiana,
entendernos mas prufundamente como amor, st el amor se refiere antn interpretar el acto de te corno una adhesión subjetila) existencial es.
que nada a la lideltdad y st tw e'i lo que sobrepasa su propia Insufictencia, por ccmstguiente, cqui1ocarse totalmente. En cambio, es 1erdad que la
sino aquello que, por el contrario. repo1a en lo que le aparece comP fe es el ser-en-acto de un sentido Inlintto Inaproptable ~ que deviene
tnsuficiCilCiiL lo que reposa en el más allá de sí para ser lo que tiene que progresl\amente, en tanto que fJdeltdad, f¡dcltdad a nada, fidelidad a
ser. es decir. para ser tideltdad. Por esto. el 1erdadero correlato dt; la fe nadie,jidelidad a la fidelidad fllilfl/11, t\osotros 1en1mos a ser una cultura
., '- '

mst1ana no es unub¡cw, stno una palabra: la fe consiste en,'reposa'r en la de la fideltdad pura: fieles con la segundad, 110 solamente de deber, s11w
'
palabra de Dtos. Toda1 ía aquL nuestra fe amurosa es comptétamente también de querer ser fieks. i,l-te!t:s a que 1 Al senttdo, : así, fieb a
CriStiana porque, en tanto que fideltdad, reposa en la palabra del otro, en nada más 4ue al gesto mismo de fidelidad .
la palabra que dtcc "te amo" o tncluso que no lo d1ce. Al mismo tiempo. Segunda categoría: el pecado. El pecado, porque no se puede concebt r
esta fe en acto que el teologo llama jide, 111111 credirur, esta "fe por la el cristianismo Sin el pecado, porque por el pecado el cmtiantsmo, de la
cual es creído", actualtza. en tanto que pmtestón de fe del fiel, la fe manera más 1Istbk ~ más e\terna, ha domtnado -algunos dirían que ha
como contenido. la júle1 if/11' credirur, el senttdo de la palabra de Dios sometido, que ha so¡u1gado- lienzos entero-; de nuestra historia~ nuestra
D1cho de otro modo. el 1erdadcro acto. la ente!t:quta de la jide1 i{lli' cultura. Scnalcmos s1n embargo que, s1 hablar de te criStiana no tiene
crcdirur e-; la fidcs 111111 credirur: el acto actualtza el -;entidn. Do, nada de Incongruente, hablar ho) de pecado parece bastante desusado en
po:;¡ h1l idades ~e presentan entonces: la medtda en que nuestro cnstiantsmo ~a 110 es tanto un cnstianismo del
() bien rl mtlmento del acto Ct\fllO tal pre1 alece. ~ el senttdn se pecado. como un cmtiantsmo del amor) de la esperanta. Pero esto mismo
contunde con él. Se dtrá entonces que el sentido de la fe e' tan íntimo. es )a un stgnu. ,,Qué es un criStianismo 1trtualmcnte stn pecado' 1 S1n
tan pm ado. que es tnacce'iiblc al su¡ctu. f::l su¡cttl de la te es, en cqc
c,\Su, aqu,;l qliL' cuniía enteramente su fe a la gracia de Ditl'i, cumo !il Fncucntrlí. fl''r L'_l<'rn¡•l•1. l->c~stanl'' dc'l.""hlc que ,tl~nten '"rn'' ·\lc~lli H.tdt\lti. en \lt
lihrn Ltn 1'''''' nt,ltan•í '''hr,· le~ éite<l tCfr :\ Hadt•'U. f.','r/;i,¡;~t ["'" 111r /,¡
atestt~uan estas palabras que se atribU)Cn a Juana de Arco en respuesta el
con\,"i<'llr'<' du \f,i/. París, llaitcr, 199.\\. pon~a en el C\ll'a/IÍn de su pcnsamicnln
la cue<;titín "i)\:nsats estar en grac¡a')": "SI no lo esto) qutcra D1os una cal\'.~oria de lideltdad 1acía. A Hadtou no parece sospechar que ha¡P esta
fidl'itd:td '" pu,·Je hacn rnurgtr ¡, f;dn
2() 1<',111-1 "' N,uH v Lt dr'o..,{ on..,trtH < JrHl del r nqldlll\lllil

duda. ya no un cmtianismo. ¡Cómo ocurre entonces que el cmtianismo es la egoidad o el egoísmo. que es el sí remitiéndose a sí. Por constgutentt:.
pueda. desde el interior. ltberarse. desembarazarse del pecado'1 Sé bien el pecado. en cierto modo. es el cierre, ~ la santidad, la apertura. La
que. desde hace tiempo. no han faltado buenos cristtanos que abomtnan santidad no es (por otra parte. es eso que el cristiantsmo piensa com\1
de la desapartción del pecado.~ que Rloy ~ Bernatws e\laban de acuerd11 superación de la Ley antigua en la Ley nue1alla obsenancta de la Le~.
en abomtnar de la desapariwín del pecado ~· cun él. del dtablo: pero. sino la apertura a lo que es remttido a la fe. la apertura al anuncto. a la
preci~amente. esra dnapari<'irin e.1 tlllil <'llnll/11/il<'irin. ;.Como se palabra del otro.
caractniza. en efecto. el pecado cmtiano' 1 El pecado crtsttatw presenta La 1erdad de nuestra condiC\lín pecadora no conduce ftnalmentc a la
una diferencia en relación con la falta. análoga a la de la fe con rclactlín expiación de una falta, stno a la redención: a la redención de aquél que
a la creencta. La falta es una trasgrestón. un tncumpltmtento que entratía se ha sometido a la escla1 itud (se redime al escla1 o) de la tentactcín.
un castigo y C\ entual mente una n pi amín. El pecado no es en prt nct pto Habría que examinar largamente la categoría de la tentactón, ~
un acto determinado (la imagen de la confestón ~de la recitactón de los preguntarse qué es fundamentalmente. La tentación es esencialmente la
artículos ha deformado completamente nuestra pcrcepctón del pecado). tentación de sí. es el sí como tentación, como tentador, como tentador de
El pecado no es en princtpio un acto. es una condición,) una condictón sí. No se trata. de ningún modo. de la expiación de una falta, sino de la
original. Sólo por el pecado ortginal se obtiene el esquema completo del redención o de la sahación, y la salvación no puede venir del sí mismo
plan di1·ino: creación. pecado, redención. Fuera de este plan di1 tno no sino de su apertura. La sah ación viene al sí como su apertura y, como
tienen sentido, ni el amor de Dios, ni la encarnación, nt la liomoou.\ia, ni tal, viene como la gracia de su Creador. Ahora bien. ¿Qué hace Dios por
la historia de los hombres. El pecado es pues, antes de nada. una condición la salvación'l Por la sah·ación, Dios absuelve al hombre la deuda que
original. y una condición original de historicidad, de desarrollo: porque éste último se ha endosado con el pecado, deuda que no es más que la
el pecado es condición generadora. iniciador de la historia de la salvación deuda del sí mismo. Aquello que el hombre se ha apropiado y de lo cual
y de la sailación como historia, no es un acto determinado. aún menos es deudor con respecto a Dios, es este sí que él ha vuelto sobre sí mismo.
una falta. Esto debe ser remitido a Dios y no a sí. El pecado es un endeudamiento
Al ser el pecado una condición, lo que cuenta ante todo en el de la exi.111'ncia co1110 tal.
cristianismo es el hombre pecador. La condición original es que el hombre Dicho de otro modo, mientras que Heidegger tiende a separar la
es pecador, así el pecador cuenta más que el pecado mismo -por otra Sclwldir;keit existencial de la categoría de falta o de la de deuda (en el
parte. por esto. quien es 1erdaderamente perdonado. es el pecador-. El sentido óntico del término). yo me pregunto más bien si esta Scllllldigkeit
pecador. en tanto que es perdonado. no es borrado. no se apartan de él no realizaría la esencia del pecado como endeudamiento de la existencia
simplemente las manchas del pecado. El pecador perdonado es regenerado -endeudamiento de la existencia quiere decir, a la 1ez, que la e\tstencia
y entra de nue1o en la historia de la sahactón. El hombre pecador es misma está en deuda y que está en deuda justamente de sí misma, del sí,
desde entonces menos el que infringe la Le~ que el que 1 uehe hacta sí el de la ipsetdad de la existencia-.
sentido que estaba onentado hac1a el otro o hacta Dios. Es así comn eran El Dios-viro, en fin, es lo que mantiene el ensamblaje de todos los
interpretadas cristianamente las palabras de la Serpiente: "Seréis como demás elementos. Dios que no es ni representado ni representable. stno
dioses". Este retorno del sentido sobre sí hace ¡ustamente emerger el 1í. vivo, el Hi¡o, "imagen 1isible del Dios invisible". dice Orígenes. es su
el sí mtsmo, el sí en tanto que referido a sí. nn dt<;tendido ~ no abterto al presencia misma. El Hijo es la visibiltdad de lo 111\ isible. no en el sentido
otro. Tal es. no solamente el índice de la condición pecadora. sino la de un dios que aparecería. sino en el sentido de un anuncio de la presencta.
condición pecadora misma. No se terminaría de recorrer todos los textos Es, en esre anuncio, en este dirigirse al hombre, en esta llamada, donde
por los cuales la tradición occtdentalno ha depdo de señalar que el mal se produce la 1isión. Ahora bien, lo interperlado es así la persona mtsma:
--
it-,111 1 LJ( ~,[ll( \

la 1 IUa ucl Dios-\ 11 o es propiamente autoateCCIÓn. ella presenta la


per'<'lla a \1 m¡,ma en la Ulmensión 1nfln1ta de sí llllsma a sí Jnl~ma. Este
,tlllllll'IO plirl' e-; la Interlocución como sentiuo 1nfin1to de la per-,ona pura
,, tk id 11da pura. f:l [)¡os-1110 es pue\ cl que se nponc como 11da de la
~t¡'r''PIJl'l\lii-UL'\aprllf'I<ICilÍn que llna m~ís all:i ue sí llliSJna. IPUO 110'
C\>nducc ,t\1. de nuc1 (l. a la apertura en tant'l quc e<;tructura r111sma del
scnt1do f:-_, lo Abierro como ral. lo Ab1erto del anuncw. del pro~ectn. tk
la hi't''lla 1 de la fe. que. por el \)lOs 111 o, se re1ela en el cor<wín del
cr¡<;t¡anlslll\l.
Si es la apertura. lo Abierto en tanto que honzonte uel SCIItiUO ~en tanto
que des~amín del honwnte. que ensambla desensambla la construccJ<Ín
cmllalla !que deshace la honzontaliuad uel sentidO para hacerla p11 otar en
~~ Diálogos
1111a 1ertJcaliuad: el 1nstante presente. como una brecha Infinita l. di~amos.
para concluir muy prOIISiona\rnente este t~·aba¡o que queda Inacabado. que
en esta !des lconstruccJón se p1erue, pero también surge, el hor1zonte corno
cuestión. el hori:.onte corno nombre prop1o de la finitud.
Lo Ab1erto lo .. lo libre"'. como lo llamaba también Holder!Jn) es en
efecto esencialmente ambiguo 1esta es toda la ambigüedad autoucstructora
o autodcsconstructora del cristianrsmo). En su absolutez. abre sobre sí
nmrno y no abre 1111Ís que sobre sí mismo. 1nfin1tarnente: así es como el
cmtian1smo .11' hace n1hil1smo. y no ha dejado de entrañar el n1hiltsmo.
la muerte de Dios. Pero así. se plantea la cuestión: ;.Qué sería una apertura
que no se abismase en su propio hiato'1. ;.Qué es un sent1do infin1to que
s1n embargo prouuce sentido. una \erdad \ acía que tiene sin embargo el
peso de la 1erdad"?. ¡Cómo trazar con un nuc1o ímpetu una apertura
delimitada. una jigura. pues. que Sin embargo no sea una captac1ón
f1gurat11 a del sent1do !que no sea D1osl'1
Se trataría de pensar el lím1te teste es el sentido gnego de /wri:(i
l1m1tar. acotar). la trara s1ngular que .. anilla"' nactamente una
e\IStencJa. perl' que la anilla según el ~rato compl1cado de una apertura.
que no se 1 ueil e sobre sí (Siendo .. sí·· este no-retorno mismo l. o según
la 1nscr¡¡món de un sent1do que n1nguna religión. n1nguna crccrlCia.
n1n~tín saber tampoco-~ con se~undad. n1nguna sen idumbre. ni nin~tín
ascetismo- puede saturar ni asegurar. que n1n~una Iglesia puede
pretender reunir y bendecir. Para esto. nonos queda n1 culto. n1 oración.
s1no el c¡erTICIO cstncto y sncro, sobrio) sin embargo tan ~ozoso, de
1,, que \L' 1\an¡,¡ el pcn\arnicnto. ~

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