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Ministerio Oidores & Hacedores

Por el pastor: Jaiver Caro

Límites para evitar el adulterio y la fornicación.

Dios te bendiga grandemente.

Proverbios capítulo 6 versículos 27-29 dice:


¿Tomará el hombre fuego en su seno
Sin que sus vestidos ardan?
¿Andará el hombre sobre brasas
sin que sus pies se quemen?
Así es el que se llega a la mujer de su prójimo;
No quedará impune ninguno que la tocare.

Dios diseñó el matrimonio para unir a dos personas en una sola, Él quiere que
crezcan juntos y que nadie los separe.

Las personas que buscan satisfacer sus necesidades fuera del diseño de Dios,
pecan contra Él y lo más probable es que arruinen sus relaciones.

Dios constituyó el matrimonio entre un hombre y una mujer y es nuestro deber


mantenerlo de esa manera, un hombre y una mujer. Pero aparte de Dios, todo
matrimonio o relación conyugal también cuenta con evidentes enemigos quienes a
toda costa procurarán destruir la pareja, su felicidad, su estabilidad y atentarán
contra el diseño de Dios.

Debemos recordar que las tentaciones siempre vendrán y Satanás siempre juega
sucio: él espera hasta que estemos cansados, deprimidos, con situaciones no
resueltas y discutidos con nuestra pareja y en ese preciso momento, aparece la
tentación; pero recuerda que siempre habrá una salida, sólo resta que nosotros
nos decidamos por ese camino.

Para nadie es un secreto que en el mundo en que vivimos, a lo malo le llaman


bueno y a lo bueno le llaman malo. Quien es fiel a su pareja, comúnmente es
considerado como anticuado y pasado de moda. Este mundo rebaja sus principios
morales, dejando desprotegida la familia.

Sin duda alguna, nuestro peor enemigo reside en nosotros mismos, nuestra propia
naturaleza pecaminosa, que siempre procura arrastrarnos hacia lo malo ya que no
le importa nuestro bienestar sino la satisfacción de sus propios deseos.

Romanos capítulo 8 versículos 5-8 dice:


Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son
del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y
paz.
Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se
sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.

La intención de este mensaje, es que aprendamos a ser prudentes y cuidadosos


para que podamos ver los peligros y saber cuáles son los límites que debemos
poner para evitar fallar a Dios y fallar a nuestra pareja.

La Biblia dice:
Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
1 Corintios 10:12, lo que constituye un llamado serio a que consideremos todo
aquello que puede llevarnos a ser infiel a nuestra pareja o a que la infidelidad
destruya nuestra relación conyugal.

A continuación, hablaremos de algunas cosas que ponen en riesgo nuestra


relación y nuestra integridad.

Lo primero de lo que debemos cuidarnos, es de las aventuras emocionales.

Una aventura emocional, ocurre cuando una persona casada o comprometida


comparte la intimidad y el apego emocional con una persona distinta a su
cónyuge.

Estar emocionalmente cercano a otra persona que no sea tu cónyuge puede


enfriar tu relación, además, la intimidad emocional a menudo progresa hasta la
intimidad física trayendo destrucción.

Muchos dirán que estoy exagerando, pero las aventuras emocionales suelen
crecer hasta que llegan a destruir matrimonios y familias enteras.

Compartir intimidad, ya sea física o emocional, con alguien que no sea tu pareja
es pecado y una violación a la confianza.

Tener amistades fuera del matrimonio es algo bueno, pero depender de ellas para
satisfacer necesidades emocionales puede resultar en tentaciones peligrosas,
especialmente cuando la pareja pasa tiempo separada el uno del otro.

Muchas veces una inocente amistad, termina en una aventura emocional.

La Biblia no prohíbe relaciones cercanas entre hombres y mujeres, pero si hay


algunos principios que debemos tener en cuenta si tenemos una relación
conyugal.

Debido a que las tentaciones son más propensas a surgir cuando hay problemas
entre la pareja, se debe ser cautelosos a la hora de tener amistades cercanas con
personas del sexo opuesto.

Si el mejor amigo del hombre es una mujer que no es su esposa, es probable que
el comparta los problemas con ella; esto puede conducir a un apego emocional
nada saludable. Lo mismo pasa con una mujer que tiene como mejor amigo a un
hombre que no es un compañero sentimental.

Cuando sentimos que nuestro cónyuge no está pendiente de nuestras


necesidades, fácilmente podemos sentir que nos enamoramos de alguien que nos
da la atención que anhelamos.

Debemos tener cuidado, ya que una simple amistad se nos puede salir de las
manos y en alguno de los dos puede comenzar a aparecer sentimientos y una
profunda atracción y puede terminar en lo que no te imaginabas.

Ten cuidado, ya que el corazón es engañoso y te puede hacer sentir que si


comienzas una nueva relación va a ser mejor que la que ya tienes; aunque esto
sea lo que sientes, debes recordar que no es la realidad; por lo tanto, no lo creas.

Si estás disfrutando de elogios de alguien que no es tu pareja, si te encuentras


anhelando ver a esa persona, si estás cambiando tu forma de vestir para que te
vea, si te encuentras pensando mucho en esa persona cuando no están juntos, si
estás buscando formas para encontrarte con ella, si estás comparando sus
fortalezas con las debilidades de tu pareja, ten cuidado, ya que estás en peligro.

A demás de todo esto, ten también cuidado de los siguientes síntomas:

Si comienzas a experimentar sentimientos de atracción hacia otra persona que no


es tu pareja ¡ten cuidado!

Si ya has inventado excusas para visitar a esa persona ¡ten cuidado!

Si has incrementado el contacto con esa persona en lugares cotidianos ¡ten


cuidado!

Si has comenzado a intercambiar detalles con esa persona ¡ten cuidado!

Si has comenzado a ponerte a ti mismo en situaciones donde esa persona estará


involucrada ¡ten cuidado!

Si te estás permitiendo estar en lugares donde esa persona estará con frecuencia
¡ten cuidado!

Si has comenzado a pasar tiempo a diario, semanal o por teléfono más de lo


normal con esa persona ¡ten cuidado!

Si cosas como estas o alguna de estas estás viviendo, debes poner límites, y si no
estás enfrentando nada de esto, aun así, establece límites en tu relación o en ti
mismo.

Un límite, es una demarcación de una propiedad a la cual no se ingresa sin previa


autorización.

Deben existir límites en la vida emocional y aunque estos límites no pueden


apreciarse a manera visible, sin embargo, cuando son violentados nos percatamos
de que alguien los ha cruzado y terminamos en una situación incómoda y hasta
pecaminosa.

Te preguntarás: ¿por qué límites?

Los límites nos definen y nos protegen.


Nos definen, porque nos muestran lo que somos y lo que no somos, lo que amo y
lo que no, lo que quiero y lo que no quiero.

Los límites muestran nuestros valores morales y nuestras preferencias.

Los límites nos protegen.


Si no tuviéramos límites claros, con frecuencia nos expondríamos a cosas que
pueden influenciarnos para mal.

Nuestros límites nos protegen y le dicen a la gente lo que sí y lo que no vamos a


tolerar.

Proverbios capítulo 27:12 dice:


El avisado ve el mal y se esconde;
Mas los simples pasan y llevan el daño.

Lo siguiente, son límites, guardas o barreras para evitar la infidelidad, el adulterio y


la fornicación.

La pareja debe compartir los problemas, los sentimientos, las necesidades y juntos
determinar los límites de lo que se puede compartir fuera de la relación o
matrimonio.

Toda relación con otra persona fuera de nuestra pareja, debe tener límites para
asegurarnos de que no resulte siendo dañina para nuestra relación.

No pases mucho tiempo a solas con alguien del sexo opuesto al tuyo,
especialmente si esa persona logra interesarte.

El tiempo que pasas con otra persona, no debe ser mayor al tiempo que pasas
con tu pareja.

No compartas detalles íntimos de tu vida con nadie antes de compartirlo con tu


pareja.

Se transparente. Has todo como si tu pareja estuviera presente.

Dedica tiempo a la oración y al estudio de la Palabra de Dios y orando pide a Dios


que te de sabiduría todo.

Mantén pensamientos puros. No contemples fantasías en tu mente con otra


persona, ya que lo que no quieres que crezca, no se debe alimentar.

Planifica pasar tiempo con tu cónyuge cada día, cada semana o mensualmente y
usa esos momentos para acercarte a tu pareja emocionalmente.

Cuando nuestra pareja nos ignora y no subestima, debemos comunicarle nuestras


luchas y así evitar tener que buscar consuelo en otras partes.

Debemos evitar situaciones comprometedoras y peligrosas y lo más sabio sería


limitarse a visitar en condición de pareja con otra persona si nosotros estamos
comprometidos en fidelidad con alguien más.

Nunca te reúnas en total privacidad con alguien del sexo opuesto.

Establece una política de no secretos en tu relación y habla frecuentemente con tu


pareja.

No compartas tus problemas conyugales con un compañero de trabajo o un amigo


del sexo opuesto.

Procura estar siempre dispuesto a correr de cualquier situación que represente


una tentación.

Disfruta tu pareja.

Considera tu vida como libre de esclavitud del pecado para no estar sujeto a
ningún tipo de infidelidad.

La Biblia dice 1 Pedro capítulo 2 versículo 16 dice:


Como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo
malo, sino como siervos de Dios.

Cultiva amistades con personas del mismo sexo, ya que, si la entablas con alguien
del sexo opuesto, en dicha cercanía emocional, es inevitable que una de las
partes involucre el corazón, dañando así el objetivo inicial de que la relación se
quedara en una hermosa amistad.

Deja claro que deseas una amistad y no alguien que te pretenda.


Involucrar a tu pareja en las amistades que tengas.

Huye, no comiences a justificar lo que estás haciendo; Dios conoce nuestras


debilidades y por eso nos ha recomendado huir.

Frente a las tentaciones extramatrimoniales o con personas diferentes a nuestra


pareja, debemos huir de ellas y no tratar de luchar en contra de ellas, ya que tratar
de luchar con la tentación puede ser especialmente difícil cuando se trata de
asuntos del corazón o de lujuria de la carne.

La Biblia dice en 2 Timoteo capítulo 2 versículo 22 lo siguiente:


Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz,
con los que de corazón limpio invocan al Señor.

Es más fácil huir de la tentación, que quedarse a luchar en contra de ella.

Huye, pero no huyas al vacío, corre al Señor en busca de protección.


Proverbios 18 versículo 10 dice:
Torre fuerte es el nombre de Jehová;
A él correrá el justo, y será levantado.

El último Consejo te lo daré utilizando un texto bíblico muy puntual para ello. La
Biblia dice en 1 Corintios capítulo 7 versículo 5 lo siguiente:
No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento,
para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que
no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.

En otras palabras:
Ninguno de los dos debe decirle al otro que no desea tener relaciones sexuales.
Sin embargo, pueden ponerse de acuerdo los dos y dejar de tener relaciones por
un tiempo, para dedicarse a orar. Pero después deben volver a tener relaciones;
no vaya a ser que, al no poder controlar sus deseos, Satanás los haga caer en
una trampa.

Toda relación tiene tiempos buenos y tiempos difíciles, pero si inviertes en tu


relación, puede mejorar aquello en lo que todavía tienen dificultad.

Nunca olvides cada uno de estos consejos, ponlos como límites, ellos te pueden
ayudar a identificar áreas débiles y evitar la tentación de caer en aventuras
emocionales e infidelidades y cualquier tipo de fornicación.

Dios te bendiga grandemente.

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