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Materia: DESARROLLANDO UNA SEXUALIDAD SALUDABLE

Docente: Eunice y Pablo Gutiérrez


Alumno: Gabriela López
Libro: EL ACTO MATRIMONIAL
Capitulo: 13. La dimensión Ausente
Páginas leídas: 17
Reflexión sobre el libro:
El hombre es un ser integral formado por cuatro partes, teniendo una de estas
ausente; bajo este preambulo llegamos al principal causa de la desarmonia en el
matrimonio.
La parte fisica es aquella función corporal propia de nuestra naturaleza, parte
vital en la vida amorosa
La parte emocional es aquella que incorpora al corazón, ya que de el procede la
vida o la muerte, de el procede todas nuestras emociones buenas y malas. Las
emociones negativas afectan a la parte fisica en la vida amorosa.
La parte mental es la mas compleja en las personas, considerando que el ser
humano es la computadora mas complicada del mundo, influenciada por gustos y
disgustos, manias y todo lo que guarda nuestra mente. La incopatibilidad en la relación
muchas veces se asume la culpa a la parte fisica o emocional, cuando en realidad es
afectada por la parte mental
La parte espiritual es la menos contemplada y menos comprendida, siendo la
mas importante y la parte ausente en la vida amorosa y matrimonial; según un antiguo
filosofo; estamos creados con un vacio en el corazon del tamaño de Dios, por ende
puede ser llenado unicamente por Dios. Las personas por nuetsra naturaleza humana
tratamos de sustituir y llenar ese vacio talves con otra persona o con cosas del mundo,
sin enterder que ese vacio unicamente puede ser llenado por el creador.
Conllevandonos indudablemente a entender que con Dios tenemos esa felicidad
tan anhelada que sobrepasa todo entendimiento manteniendo en equilibrio las 4 partes
con las que Dios nos creo; para lograr ese equilibrio es necesario conocer y aplicar las 5
llaves de la felicidad.
La primera lleva nos enseña a comprender cuan grande es su amor, de la manera
que el nos amo para entregarlo todo incluso a su hijo unigénito y primogénito; nos
enseña a disfrutar de su amor y su amistad en la intimidad, a adorarle en espíritu y
verdad.
La segunda llave nos muestra la voluntad propia que Dios nos dio, es decir la
potestad de elegir en tener una vida espiritual o no, en adrar a Dios y buscar de el o no,
en construir una vida de felicidad duradera y eterna o una felicidad temporal con las
cosas del mundo. En esta notamos que el hombre fue separado de Dios por el pecado, es
decir su egoísmo apartó al hombre de Dios y del cumplimiento de su voluntad en
nuestras vidas.
La tercera llave nos recuerda que al Padre llegamos a través del hijo, es decir que
es Jesucristo en camino y el puente que vuelve a unir al hombre pecador con Dios santo,
ya que fue Jesucristo quien murió en una cruz cargando todos nuestros pecados y
errores.
La cuarta llave nos muestra los pasos para acercarnos a Dios y recuperar la
relación con el, la reconciliación entre el pecador y el Padre se da primero mediante el
arrepentimiento de corazón, Luego creyendo que Dios perdona y nos permite descansar
en su promesa de misericordia y por último recibir a Cristo en nuestro corazón, abrirle
la puerta y cenar con él.
Recibir a Cristo en nuestro corazón mediante la oración y el arrepentimiento
quita lo negativo, borra el pecado y nos permite disfrutar de su paz, perdón, gozo y el
incalculable amor de Dios Padre, le damos el control de nuestra vida y llenamos esa
parte ausente que tenemos.
La quinta llave nos lleva a darle a Dios el control de nuestra vida, a permitirle
que sea él tomando las decisiones que diariamente tomamos, a convertirnos en hijos
felices con una vida equilibrada y guiada por el Espíritu Santo y no por el ego o la
voluntad humana.
Concluimos que un matrimonio feliz y estable es aquel en el que la parte
espiritual no esté ausente, en la que se haya tomado las cinco llaves, sin lugar a duda
será el mejor lugar para convivir, para amar y formar un hogar en la fe cristiana.

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