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7 Ejemplos del por qué Dios permite algunas enfermedades

¿Alguna vez te has enfermado? ¿Estás enfermo? ¿Sabes por qué?

¿Crees que hay alguna buena razón, un buen propósito en medio de tu


enfermedad?

El propósito de este mensaje, es que conozcamos algunas razones por las cuales
Dios permitió algunas enfermedades a personas en la Biblia.

Científicamente hoy está descubierto la causa o la razón del por qué la mayoría de
las enfermedades, pero algunas enfermedades todavía siguen siendo extrañas
aún para la ciencia.

Para aquellos que las padecen, las enfermedades normalmente resultan en algo
que trae dolor, tristeza, desanimo, desconsuelo, depresión, aflicción y
desesperanza.

Aparte de lo que considera el mundo como causante de las enfermedades,


tenemos lo que dice la Palabra de Dios.

La Biblia nos enseña que las enfermedades también pueden aparecer debido a la
esclavitud de corrupción a la cual se encuentra sujeto nuestro cuerpo; en otras
palabras, este cuerpo día tras día tiende a envejecerse, tiende a deteriorarse y
tiende a dañarse.

Leamos Romanos 8:21-23

Porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos
de Dios.
8:22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;
8:23 y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también
gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.

La Biblia también enseña que las enfermedades aparecen debido al pecado; para
esto leeré el siguiente texto que enseña que al pecar, nuestro cuerpo también
lleva las consecuencias.

1 Corintios 6:18
Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica,
contra su propio cuerpo peca.

Personalmente creo, que el pecado y específicamente el de la fornicación, termina


siendo una de las principales razones por la cual aparecen tantas enfermedades.
Hay muchos que no lo creen, pero debo mencionar que hay enfermedades que
pueden aparecer debido a espíritus malignos; según lo enseña la Palabra de Dios
en Lucas 13:10-12 dice:

13:10 Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo;


13:11 y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en
ninguna manera se podía enderezar.
13:12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad.

Este pasaje ratifica que muchas enfermedades también pueden aparecer debido a
espíritus malignos.

Ahora bien, así como Dios no puede ser tentado por el mal ni él tienta a nadie;
también debemos decir que las enfermedades no salen de Dios, pero si se apoya
en ellas para hablarnos, enseñarnos, corregirnos, manifestar su inmenso poder y
acercarnos a Él. Lo cual lo veremos a través de los siguientes 7 ejemplos Bíblicos.

El ejemplo número 1 lo encontramos en Juan 11:1-4 dice:


11:1 Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana.
11:2 (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus
cabellos.)
11:3 Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.
11:4 Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea
glorificado por ella.

No es que Dios no nos ame, él nos ama y amaba Lázaro; pero le permitió una
enfermedad, para luego mostrar su gran poder y para glorificarse a través de ella.
Este puede ser tu caso.

Ejemplo número 2. Para ello leamos Juan 9:1-3 dice:

9:1 Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.


9:2 Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?
9:3 Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.

Este hombre no había nacido ciego por causa de sus pecados y tampoco por
causa de los pecados generacionales; sino que era una enfermedad permitida por
Dios para que en él se evidenciaran las grandes cosas que Dios puede hacer.
Este puede ser tu caso.

Ejemplo número 3. Para ello vamos a leer en el Evangelio de Lucas 8:43-44 dice:

8:43 Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo
cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada,
8:44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre.
Dios permite enfermedades para acercarnos a él, como lo hizo con esta mujer;
justo en el momento cuando ella había gastado todo lo que tenía y no había
esperanza en ella, volteó su mirada a Jesucristo el Hijo de Dios, se acercó, le tocó
y recibió su milagro.
Este puede ser tu caso.

Ejemplo número 4. Leamos Lucas 1:19-20 dice:

1:19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte
estas buenas nuevas.
1:20 Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis
palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.

La enfermedad del sacerdote Zacarías, fue una enfermedad permitida por Dios por
no creer en las palabras del ángel Gabriel, quien le decía que a pesar de la
esterilidad de su esposa Elizabeth iban a tener un hijo al cual llamaría Juan.

Una enfermedad permitida por Dios por causa de la incredulidad y para corrección
y amonestación.
Este puede ser tu caso.

Ejemplo número 5. Leamos en 2 Corintios 12:7-9 y luego leeremos también


Gálatas 4:13 dice:

12:7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi
carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;
12:8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.
12:9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me
gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

La interpretación más acertada acerca de qué era en sí el aguijón del apóstol


Pablo en su carne o en su cuerpo es que era una enfermedad.
¿Cuál fue la razón por la cual Dios le permitió este aguijón en su carne?

El texto es muy claro. El apóstol Pablo había recibido revelaciones Divinas, lo cual
podía producir en él una tendencia a enorgullecerse o a envanecerse. ¿Qué hace
Dios?

Le permitió este aguijón para que no se exaltase desmedidamente. En muchas


ocasiones, Dios puede permitir alguna enfermedad para que nosotros siempre
permanezcamos con los pies puestos sobre la tierra; es decir, para que siempre
reconozcamos que dependemos de Dios y para que debido a las cosas que Dios
nos ha dado no nos vayamos a enorgullecer y a caer en vanagloria.
Este puede ser tu caso.
Gálatas 4:13 dice:

4:13 Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio;

Fue a causa de una enfermedad que el apóstol Pablo llegó a Galacia y predicó el
Evangelio allí y muchos terminaron creyendo.

Ejemplo número 6. Leamos en el libro de Job 2:4-10

2:2 Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De rodear la tierra, y de andar
por ella.
2:3 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón
perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me
incitaste contra él para que lo arruinara sin causa?
2:4 Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida.
2:5 Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma
presencia.
2:6 Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.
2:7 Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie
hasta la coronilla de la cabeza.
2:8 Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza.
2:9 Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.
2:10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el
bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.

Al permitirle Dios una terrible enfermedad a Job, lo hizo con los siguientes
propósitos:

Primero: Confirmar su integridad delante del enemigo.

Segundo: Probar a los que le rodeaban, incluyendo sus amigos y familia.

Tercero: Promover a Job a un mayor conocimiento de Dios a través de la


experiencia vivida.
Este puede ser tu caso.

Ejemplo número 7. Leamos 2 Corintios 11:29 dice:

11:29 ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno?

Las enfermedades también son permitidas por Dios, no solamente teniendo en


cuenta a la persona directamente involucrada; sino también con el propósito de
acercar familias, estimular nuestro amor por los demás, mostrar compasión por los
demás y llevarnos a tal punto en que no pensemos solamente en nosotros, sino
también en aquel que sufre a nuestro lado.

No te aferres sólo a lo negativo, y no permitas que el dolor, la tristeza, la aflicción y


la desesperanza que produce la enfermedad que padeces te nublen los ojos de la
fe, para no permitirte ver que Dios permitió esa enfermedad; pero Dios la permitió,
no para matarte, no para destruirte, sino con un propósito.

Te he dejado siete ejemplos para que los examines y trates de hallar una similitud
en tu caso.

Recuerda que Dios es el que tiene la última palabra

Dios te bendiga

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