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El abordar el tema del arte y su relación con el cuerpo utilizando como objeto de
estudio la película El libro de cabecera (The Pillow Book, 1996) significa, para
este país es “fundamentalmente diferente, en sus medios y sus fines, del arte
naturaleza como algo esencialmente ajeno […], el artista japonés, influenciado por
las enseñanzas del budismo y del sintoísmo […] empieza por asumir al hombre y a
investigador escribe que “el artista japonés busca alcanzar no una copia del
mundo natural por medios artificiales (palabra o pintura) sino las más elevadas
misma” (1994, sin página). Ejemplos de lo anterior serían el arte de los árboles
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Texto publicado originalmente en la columna La Eterna Incomprendida, del portal Lado B (Puebla, México),
el 15 de octubre de 2013; y con base en ensayo realizado para el Posgrado en Políticas Culturales y Gestión
Cultural de la Universidad Autónoma Metropolitana, UAM-Unidad Iztapalapa (México, Distrito Federal). Liga al
texto: http://bit.ly/1gBdXiD
Entrando al objeto de estudio de esta reflexión, observamos que desde la
primera secuencia de El libro de cabecera, el uso del cuerpo humano como medio
para escribir -en sustitución del papel, producto de materia vegetal- se asume
como algo natural, normal. Esta tradición del cuerpo-libro se pone por primera vez
traductor inglés Jerome –el actor Ewan McGregor- que escriba sobre su brazo. El
segunda, el estereotipo del “hombre americano” (sic) –gordo, que habla en exceso
minuto 73).
convencer (y vengarse) de un editor (el actor Yoshi Oida), la acción artística que
destaca, desde un punto de vista occidental al menos, tiene que ver con la pintura
consideras hasta “poéticas”, pero al ojo no-oriental lo impacta más este lienzo
distinto, poco común, que es un cuerpo humano vivo cubierto por pintura. La
culminación de todo lo anterior está dada por el desenlace del personaje de
Jerome, cuya piel cubierta por caligrafía es literalmente transformada en hojas tras
audiencia occidental al cuerpo como medio del arte, cabe destacar que la
naturalidad con que se asume el uso de la piel como medio para la caligrafía
blanco y negro con color, y toques de color dentro de las tomas en blanco y negro,
motivos caligráficos sobre los mismos y/o sobre las paredes y superficies
alrededor.
pensar por instantes que el acto de pintar sobre la piel no fuera lo suficientemente
como arte. Así, Greenaway y su híper-estilización hacen las veces de actores que
artística, lo cual contrasta con el modelo de arte occidental donde, hasta hace
poco, al cuerpo se le veía tan solo como inspiración para retratos y esculturas. Fue
hasta el siglo XX que expresiones del arte contemporáneo como el performance
cuerpo no solo como objeto pasivo sino también como agente activo de la acción
El concebir al cuerpo como herramienta principal del artista es, sin duda,
una forma de democratizar el arte pues todo ser humano es poseedor de uno. La
acceso que el artista tiene del material necesario para su labor –óleos, mármol,
tinta, piedra litográfica, una cámara, etcétera. Sin embargo, al tener el material
una acción artística. He aquí, entonces, que el modelo actual del arte se empieza
a tambalear: si todos pueden ser artistas, la división entre los maestros que
cuerpo como medio, el tatuaje, más allá de que en el pasado no era considerado
como arte bajo la óptica occidental, en muchos casos era visto como marginal,
propio de prisioneros o marineros (Varios Autores, sf). Hoy, además de una mayor
aceptación de esta práctica ancestral, que fue descubierta en el siglo XVIII por los
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Recordemos que si bien en el teatro hay cuerpos que representan una historia, para los griegos una
representación escénica no era arte sino una expresión político-religiosa (Shiner, 2004).
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Uno de los mejores ejemplos del cuerpo como herramienta del artista lo ofrece desde hace décadas Marina
Abramović (Serbia, 1946). De entre sus distintas piezas, la más elocuente a este respecto es la que presentó
del 14 de marzo al 31 de mayo de 2010 en el MoMA de Nueva York, titulada Marina Abramović: The Artist is
Present.
europeos en Nueva Zelandia, ha sido incorporada a piezas de artistas
lograda de diversas maneras, una de ellas gracias a la presencia cada vez más
Sea como fuere, en el mundo occidental es cada vez más común el asumir
Referencias
Bibliográficas
Audiovisuales
- The Pillow Book (1996). Peter Greenaway, director y guionista. Basado en el libro
de Sei Shonagon. Kees Kasander, productor. Países Bajos-RU-Francia-
Luxemburgo.
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Dos ejemplos a este respecto en la obra de Siera son Línea de 250 cms. tatuada sobre 6 personas
remuneradas y Línea de 160 cms. tatuada sobre 4 personas. El registro en video de ambas piezas está
disponible en su canal de canal de You Tube: http://bit.ly/1vC9TWk