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PRINCIPIO DE VALORACIÓN DE LA PRUEBA

Realizado por: JUAN GABRIEL ARISMENDY BUILES


Facilitador: Dr. JUAN GUILLERMO TISNÉS AGUILAR
Modulo: Principio probatorio penal. Posgrado de derecho probatorio penal
Facultad de derecho. Universidad de Medellín

Después de haber decretados las pruebas dentro de la etapas enjuiciamiento1,


conforme a sus principios y practicadas la pruebas en el juicio oral, corresponde al
juez después de los alegatos, emitir el sentido del fallo, sentido que será absolutorio
o condenatorio, y para decidir el juzgador tendrá presente los principios probatorios
penales de la valoración de la prueba, que son aquellos que se utiliza para para
motivar la decisión, principios de la valoración en conjunto de la prueba, el conocimiento
para condenar2 regulados en los artículo 380 y 381 del código de procedimiento
penal respectivamente, y el principio de la sana critica, el cual no está regulado en la
código procesal , pero esto significa que esté ausente al momento de la valoración de
la prueba, al respecto el Tribunal superior de Medellín sala penal radicado
050016000206200958948 magistrado ponente Nelson Saray botero, manifiesta “El
sistema de la sana crítica no está ausente en la Ley 906 de 20043. Doctrina y
jurisprudencia4 consideran que es un método válido y aceptado en la Ley 906 de 2004
para el análisis individual y en conjunto de las pruebas. La jurisprudencia, como criterio
auxiliar de la administración de Justicia, coincide pacíficamente que aunque no se
mencione expresamente la sana crítica en la Ley 906 de 2004, la misma es aplicable
por sus bondades y se ajusta a la Carta Fundamental, además, porque se impone la
apreciación lógica y razonable y motivada de la decisión judicial para facilitar así la
controversia a través de los recursos legales”, y referente al tema Corte Suprema de
Justicia, Sala de Casación Penal, radicado 21068 Magistrado Ponente, Herman Galán
Castellanos manifestó “…La sana crítica impone al funcionario judicial valorar la prueba
contrastándola con los restantes medios, y teniendo en cuenta la naturaleza del objeto
percibido, el estado de sanidad de los sentidos con los que se tuvo la percepción, las
circunstancias de lugar, tiempo y modo en que se percibió y las singularidades que
puedan incidir en el alcance de la prueba examinada. El examen probatorio, individual

1 Corte Suprema De Justicia, Sala De Casación Penal. Sentencia radicado 27608 de 2007 M. P. Dr. Sigifredo
Espinosa Pérez
2http://biblioteca.ucn.edu.co/repositorio/Especializaciones/EspDerechoProbatorio/PrincipiosProbatoriosPenales/U3-

1Propositos.html
3 Corte Suprema de Justicia, Sala Penal. Providencias: Rad. 24.233 de 24-11-05, Rad. 24.468 de 30-03-06, Rad.

30.964 de 19-02-09, Rad. 30.727 de 17-03-09


4 Corte Suprema de Justicia, Sala Penal. Providencias Rad. 24.611 de 14-02-06, Rad. 31.013 de 26-03-09, Rad.

29.270 de 10-06-08, Rad. 31.307 de 01-04-09 y Rad. 31.975 de 16-09-09


y de conjunto, además de los criterios señalados, acude a los supuestos lógicos, no
contrarios con la ciencia, la técnica ni con las reglas de la experiencia, para inferir la
solución jurídica que la situación examinada amerita. En consecuencia, el
razonamiento para determinar en un proceso penal si un hecho dado ocurrió o no
(facticidad), y, en la primer eventualidad, las posibilidades en que se ejecutó, solo
puede apoyarse en premisas argumentativas que apliquen las reglas de la sana crítica,
en los términos que vienen de explicarse, no a través de la personal o subjetiva forma
de ver cada sujeto la realidad procesal examinada”, como nuestro sistema penal
existe libertad probatoria, al momento del sentido del fallo, la valoración de apruebas
en su conjunto y la sana critica encuentra estrictos límites irrebasables e infranqueables
en los principios de la lógica, las reglas del a experiencia y los postulados científicos5,
acerca de las reglas de la experiencia la corte suprema de justicia manifestó se
configuran “a través de la observación e identificación de un proceder generalizado y
repetitivo frente a circunstancias similares en un contexto temporo – espacial
determinado. Por ello, tienen pretensiones de universalidad, que sólo se exceptúan
frente a condiciones especiales que introduzcan cambios en sus variables con virtud
para desencadenar respuestas diversas a las normalmente esperadas y predecibles 6”
en igual sentido la corte “[Las máximas empíricas] de ninguna manera se construyen
sobre la base de la propia experiencia que acerca de las situaciones particulares vividas
hayan observado los operadores de la norma, las partes o quienes intervengan en el
juicio. Se trata de ideas, abstracciones o teorías relativas a la cotidianidad, la cultura y
el comportamiento humano que deben ser analizadas a la luz del contexto vital en que
se producen los hechos, de suerte que son las mismas circunstancias fácticas las que
pueden desvirtuar la generalidad o universalidad de determinados enunciados
hipotéticos, o que permitan concluir que no se ajustan al caso concreto, pero los
segundos no son susceptibles de elaborarse a partir de las primeras7”. En reiterada y
pacífica línea jurisprudencial, la Sala ha definido las reglas empíricas como máximas con
pretensiones de generalidad o universalidad que, en términos lógicos, deben ajustarse a la
fórmula “siempre o casi siempre que ocurre A, entonces sucede B”8.

Referente a la fundamentación de la racionalidad científica, es importante resaltar la lógica


deductiva y lógica inductiva, donde la primera la deducción abarca la estructura conceptual
y la segunda, la inducción lleva a la justificación en términos de verificación, constatación o
corroboración que, en asocio a una actitud critica contribuyen a superar lo arbitrario y la
subjetividad; donde la lógica pasa por su principios de no contradicción donde nada puede
ser A y no ser – A, una contradicción da lugar a una inconsistencia o incoherencia, el

5 Sentencia con radicado 32405 del 11 de diciembre de2009, M.P. Augusto J. Ibáñez
6 Corte Suprema de Justicia, Sala Penal. Sentencia Rad. 34.547 de 27 abril de 2011, M.P. María del Rosario
González de Lemos
7 Auto de 2 de marzo de 2011, radicación 35621

8Sentencia de 21 de noviembre de 2002, radicación 16472. En el mismo sentido, fallo de 25 de agosto de 2004,

radicación 21829, entre muchos otros.


principio de identidad A es A, si un enunciado es verdadero, entonces es verdadero y el
principio de tercero excluido todo es A o no – A, en dos enunciados contradictorios, si el uno
verdadero el otro es verdaderamente falso9

Los principios de valoración en conjunto de la pruebas y sana crítica y el


conocimiento para condenar adquieren su importancia al momento de emitir
sentido del fallo, en nuestro sistema penal acusatorio donde las pruebas practicadas
en juicio oral, y el principios de inmediación es de vital importancia, así como el de
contradicción, ya que el testimonio rendido en juicio público, donde las partes pueden
contrainterrogar, al testigo sobre el conocimiento de los hechos relativos a la conducta
punible, si esta si existió y si el acusado si es responsable de los mismos , en esa
etapa estos testimonios pueden tener contradicciones con lo expuesto inicial en la
entrevistas o con lo manifestado en el mismo juicio oral y público, lo cual puede afectar
su credibilidad, lo cuales se dé suma relevancia al maneto de la valoración; y acerca
de la credibilidad la Corte Suprema de Justicia ha enseñado: “En punto de la
credibilidad que se ha de conferir a un testimonio cuando el sujeto que lo rinde incurre
en contradicciones consigo mismo o con otros medios de prueba, la Sala ha sido
enfática en señalar que ante inconsistencias irrelevantes o marginales entre varios
relatos y coincidencia plena en lo principal, no es posible magnificar aquéllas para
restarle crédito al dicho del deponente si no que por el contrario, es posible conceder
mérito persuasorio a la prueba”10. En otra oportunidad expresó la alta Corporación
judicial: “[…] con lo cual se aparta del criterio que en forma reiterada esta Sala ha
pregonado, según el cual en la labor de ponderación de la prueba lo que resulta
realmente determinante para su descalificación, es que de ella puedan predicarse
discordancias esenciales y no meramente nimias o accesorias […]” 11. La perfecta
coincidencia de testigos es sospechosa12 y, se repite, las leves contradicciones de los
testigos es normal13. Las declaraciones lineales son sospechosas14. La Corte Suprema
de Justicia, Sala Penal, en Auto de 25 agosto de 2010, Rad. 33.000, M.P. Yesid
Ramírez Bastidas, expone: “Las contradicciones sobre aspectos accesorios no
destruyen la credibilidad del testimonio aunque si la aminoran sin que ello traduzca
ruptura de la verosimilitud, pero al recaer sobre contenidos secundarios terminan siendo

9http://www.google.com.co/url?sa=t&rct=j&q=ejrlb%20prueba%20judicial%20analisis%20y%20valoracion&source=we

b&cd=1&ved=0CCwQFjAA&url=http%3A%2F%2Fwww.ejrlb.net%2F378_presentacion_prueba_judicial_310712.pptx
&ei=qBsEUYCOK4ao8gT60IDQBw&usg=AFQjCNFxVcJDgM2RU7SPHtwDbv3YjwXAw&bvm=bv.41524429,d.eWU&
cad=rja

10 Corte Suprema de Justicia. Sala Penal. Sentencia Rad. 33.558 de 07-07-10, M.P. Augusto J. Ibáñez Guzmán
11 Corte Suprema de Justicia. Sala Penal. Sentencia Rad. 25.503 de 27-07-06, M.P.. Marina Pulido de Barón
12 Corte Suprema de Justicia, Sala Penal. Sentencia Rad. 30.305 de 05-11-08 M. P. Augusto j. Ibáñez guzmán

13 Corte Suprema de Justicia, Sala Penal. Sentencia Rad. 23.142 de 02-07-08 M. P.: Dr. Julio Enrique Socha

Salamanca
14 Corte Suprema de Justicia, Sala Penal. Sentencia Rad. 32.792 de 25-05-11 M.P dr. Javier Zapata Ortiz
un desacuerdo aparente, esto es, no real y por ende superable o conciliable que habrá
de ser valorado con ponderación y razonabilidad adoptando una especie de
hermenéutica de favorabilidad apreciativa al interior de las expresiones fácticas
dispares en lo no esencial. “Lo que destruye el valor y la credibilidad de los testimonios
vistos en su unidad o con relación a otros es la verdadera contradicción sobre aspectos
esenciales relevantes y esa depreciación será mayor cuando sea menos explicable la
contradicción, divergencias de esa naturaleza que para el evento objeto de examen no
se advierten. “Es cierto que uno de los presupuestos para la eficacia probatoria del
testimonio es su claridad, precisión y conformidad, es decir, que no comporten
contradicciones internas en sus expresiones, ni externas en relación a otros medios de
convicción”.

Si bien nuestro código procedimiento penal, hay libertad probatoria se resalta la


prueba testimonial ya que en mucho eventos, el juzgado solo cuenta con esta prueba
para tomar su decisión, eventos como los relacionado con los delitos sexuales,
donde estén implicados menores de edad , delitos que se cuenta con el testimonio
del menor y del acusado , En este aspecto, especial consideración hará la Corte en cuanto
a la calidad de reglas o máximas empíricas de las expresiones “cuando el menor es víctima
de atropellos sexuales, su dicho adquiere especial confiabilidad” o “el dicho del menor, por la
naturaleza del acto y el impacto que genera en su memoria, adquiere gran credibilidad
cuando es la víctima de abusos sexuales”15 en el mismo sentido la corte: “Ya se ha
determinado que en casos traumáticos como aquellos que comportan la agresión
sexual, el menor tiende a decir la verdad, dado el impacto que lo sucedido le genera.
Precisamente, lo que se debe entender superado es esa especie de desestimación
previa que se hacía de lo declarado por los menores, sólo en razón a su minoría de
edad. Pero ello no significa que sus afirmaciones, en el lado contrario, deban asumirse
como verdades incontrastables o indubitables16” Lo anterior no implicaba la consagración
como tesis del enunciado contrario, del tipo “a los niños que alegan ser víctimas de delitos
sexuales siempre hay que creerles”, ni nada por el estilo. Sólo basta con leer con cuidado los
fundamentos del precedente jurisprudencial: “[…] no es acertado imponer una veda o tarifa
probatoria que margine de toda credibilidad el testimonio de los menores, así como el de
ninguna otra persona por su mera condición, como suele ocurrir con los testimonios rendidos
por los ancianos y algunos discapacitados mentales, con fundamento en que o bien no se
han desarrollado (en el caso de los niños o personas con problemas mentales) o han perdido
algunas facultades sico-perceptivas (como ocurre con los ancianos). Sin embargo, tales
limitaciones per se no se ofrecen suficientes para restarles total credibilidad cuando se
advierte que han efectuado un relato objetivo de los acontecimientos. ”[…] De modo que

15 Corte suprema de justicia radicación 23076 de 26 de enero de 2006, Sentencia del 13 de febrero de 2008, rad. núm.
28742; en el mismo sentido, sentencia de 26 de enero de 2006, radicación 23706, sentencia del 30 de marzo de
2006, rad. Núm. 24468; ib. Auto del 28511 del 28 de nov. de 2007; auto del 26 de septiembre de 2007, rad. Núm.
27946; auto del 26 de septiembre de 2007, rad. Núm. 28274,
16 Corte Suprema de Justicia, Sala Penal. Sentencia Rad. 35.080 de 11-05-11, M.P. Sigifredo Espinosa Pérez
como cualquier otra prueba de carácter testimonial, la declaración del menor, que es el tema
que incumbe para los fines de esta decisión, está sujeta en su valoración a los postulados de
la sana crítica y a su confrontación con los demás elementos probatorios del proceso, sin
que se encuentre razón válida para no otorgar crédito a sus aportes objetivos bajo el pretexto
de una supuesta inferioridad mental. ”[…] Así las cosas, razonable es colegir, de acuerdo con
los antecedentes jurisprudenciales sobre la materia, que el testimonio del menor no pierde
credibilidad sólo porque no goce de la totalidad de sus facultades de discernimiento,
básicamente porque cuando se asume su valoración no se trata de conocer sus juicios frente
a los acontecimientos, para lo cual sí sería imprescindible que contara a plenitud con las
facultades cognitivas, sino de determinar cuán objetiva es la narración que realiza, tarea para
la cual basta con verificar que no existan limitaciones acentuadas en su capacidad sico-
perceptiva distintas a las de su mera condición, o que carece del mínimo raciocinio que le
impide efectuar un relato medianamente inteligible; pero, superado este examen, su dicho
debe ser sometido al mismo rigor que se efectúa respecto de cualquier otro testimonio y al
tamiz de los principios de la sana crítica”17. . En el fallo de 23 de febrero de 2011 radicación
34568, sostuvo la Corte lo siguiente:”Aquí no se reniega de esos lineamientos sino se
reafirman. Y se enfatiza que la Corte, de la misma forma que ha rechazado la tesis de
considerar falsos los testimonios de los menores de edad por ser fácilmente sugestionables o
carecer de pleno discernimiento, en ningún momento ha expresado que deba creérseles en
todos los casos, sólo por su condición de posibles víctimas de un abuso sexual. Como
testigos que son, deben examinarse sus dichos de conformidad con los criterios de
apreciación del testimonio previstos en el artículo 404 del Código de Procedimiento Penal de
2004, sin parcialidad ni prejuicio de ningún tipo y sin marginar de la evaluación los demás
medios de convicción, de cuyo ejercicio finalmente surgirá el mérito que les corresponda”. Y
en el auto de 11 de mayo de este año radicado 35080 lo reiteró de esta manera: “[…] cuando
se trata, la víctima, de un menor de edad, lo dicho por él resulta no sólo valioso sino
suficiente para determinar tan importantes aristas probatorias, como quiera que ya han sido
superadas, por su evidente contrariedad con la realidad, esas postulaciones injustas que
atribuían al infante alguna suerte de incapacidad para retener en su mente lo ocurrido,
narrarlo adecuadamente y con fidelidad o superar una cierta tendencia fantasiosa destacada
por algunos estudiosos de la materia. ”Ya se ha determinado que en casos traumáticos como
aquellos que comportan agresión sexual, el menor tiende a decir la verdad, dado el impacto
que lo sucedido le genera. ”No soslaya la Corte, desde luego, que los menores pueden
mentir, como sucede con cualquier testigo, aun adulto, o que lo narrado por ellos es factible
que se aleje de la realidad, la maquille, oculte o tergiverse, sea por ignotos intereses
personales o por manipulación, las más de las veces parental. ”Precisamente, lo que se debe
entender superado es esa especie de desestimación previa que se hacía de lo declarado por
los menores, sólo en razón a su minoría de edad. Pero ello no significa que sus afirmaciones,
en el lado contrario, deban asumirse como verdades incontrastables o indubitables. ”No.
Dentro de las características particulares que irradia el testigo, la evaluación de lo dicho por

17Cortesuprema de justicia radicación 23076 de 26 de enero de 2006 M.P. Magistrado Ponente: Julio Enrique Socha
Salamanca
él, menor de edad o no, ha de remitir a criterios objetivos, particularmente los consignados en
el artículo 404 de la Ley 906 de 2004 […] ”Desde luego, a esos conceptos intrínsecos del
testimonio y quién lo rinde, deben agregarse, para la verificación de su trascendencia y
efectos del objeto central del proceso, aquellos referidos a cómo los demás elementos
suasorios apoyan o contradicen lo referido, habida cuenta de que el sistema de sana crítica
del cual se halla imbuida nuestra sistemática penal obliga el examen conjunto y de contexto
de todos los medios de prueba arrimados legalmente al debate”.

Al momento del sentido del fallo, el juzgador tiene discrecionalidad para tomar, la decisión,
decisión que no puede ser arbitraria, y tampoco basada en su conocimiento personal de los
hechos o de su experiencia, sino al contario la motivación de esta debe estar cimentada en
la valoración conjunta de las pruebas, la sana critica, las máximas de la experiencia, los
postulados científicos, estos límites a la facultad discrecional del juez, esta cimentados, en un
debido proceso penal, ya que quien es juzgado tiene el derecho a contradecir si las lo
motivación que el juzgador en el determinado caso, sobre paso el límite de estas principios
probatorios de valoración, ya que como se anoto anteriormente tanto la sana critica y las
máximas de la experiencia transciende a un contexto cultural, del lugar, del tiempo y no al
subjetivismos de quien toma dicha decisión.

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