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TecNM campus Tehuacán

Depto. Ciencias Económico -Administrativas

HISTORIA DEL
PENSAMIENTO
ECONÓMICO
STEPHANY JUAREZ RAMIREZ 19360011

Docente: Dr. José Alberto Sánchez Balderas

TITULO DEL ENSAYO:


AUTOR (ES) donde se basa el trabajo

RESUMEN

Palabras clave (mínimo tres palabras)


Introducción
La búsqueda por economías alternativas y la necesaria reconstitución de la
teoría económica desde perspectivas críticas al capitalismo y afirmativas de la vida y
del bien común, puede encontrar claves importantes en la relectura de Marx, aunque
sin dejar de reconocer, como debería ser obvio, que los descubrimientos de Marx
deben también ser revisados críticamente y ampliados o corregidos en lo que
corresponda. Hacemos algunas sugerencias al respecto. Pará empezar, podemos citar
una primera definición de la economía por parte de Marx, que se asemeja mucho a la
definición del Estado hecha por Hegel

La economía· política y fue adoptado como libro básico por los estudiosos de
economía a fines del siglo XIX. La obra consta de una breve introducción y cinco libros:
en el primero examina la división del trabajo y la teoría del valor de la distribución; en el
segundo, la gran importancia de la acumulación de capital, estableciendo los
fundamentos de la macroeconomía clásica; en el tercero describe el desarrollo de la
economía europea; en el cuarto examina las doctrinas económicas y sociales de la
época, y en el último libro estudia las finanzas de los gobiernos. Smith expuso ideas
básicas sobre la organización del trabajo, su división, el concepto de valor económico,
los precios, la distribución de la riqueza, el capital, el interés y otros temas. La
aportación de Smith consistió en analizar el modo en que los mercados organizaban la
vida económica y conseguían un rápido crecimiento económico. Mostró que un sistema
de precios y de mercados es capaz de coordinar a los individuos y a las empresas sin la
presencia de una dirección central.

La producción, en su relación con el consumo, se rige por leyes propias; estas


determinan en última instancia la supervivencia de los valores que constituyen las
relaciones sociales de producción. El marco de libertad en la selección de los valores y,
por consiguiente, de las relaciones de producción hay que buscarlo en las leyes
internas que rigen la producción y reproducción de la vida material. Pero la producción
tiene su fin ideal en el consumo y no en los valores, por lo tanto, la dialéctica
producción-consumo se impone a la dialéctica valores-contenido material de la vida.

Pero lo anterior no lleva todavía a Marx a una ruptura radical con la ideología
liberal-iluminista. Esto sólo ocurre cuando insiste en que la relación producción-
consumo se rebela contra cualquier sistema de valores que pretenda independizarse de
ella. Sólo —es la tesis de Marx— si los valores pierden su independencia y se integran
en la regulación consciente de la relación producción-consumo, la sociedad toma
conciencia de sí misma. Marx habla en este caso de la producción de las relaciones de
producción, su definición última de la sociedad comunista.

Entonces, un sistema de valores que exista independientemente de la dialéctica


producción-consumo sólo puede tener una coincidencia temporal con la dialéctica
producción-consumo (equilibrio de las necesidades humanas). Desarrollándose ésta, el
sistema de valores y las relaciones sociales de producción implícitas tarde o temprano
caducan. Además, su solución en la coordinación del trabajo social origina
necesariamente un sistema monetario y de propiedad privada, y en último término, una
dicotomía de clases. En otras palabras, carente de una coordinación «consciente» de la
división del trabajo (a priori y voluntaria), la sociedad es cooptada por grupos
minoritarios con un poder decisivo sobre los medios de producción, que por lo común
se usa como poder de explotación. En conjunto, estos grupos constituyen la clase
dominante de una sociedad, producto directo del sistema de valores, pues éste origina
las relaciones sociales de producción. Esta clase dominante está sustentada por el
sistema de valores dominantes de la sociedad y por los mecanismos de control social.
Expresión máxima de esta posición de la clase dominante es el Estado que puede usar
la fuerza para asegurar la estabilidad del sistema de valores existente. Este Estado, por
su parte, depende de la clase dominante porque la coordinación producción-consumo
es condición básica para la supervivencia del sistema de valores integrado por él.

Este esquema de Marx contrapone al «equilibrio de valores» y a los


mecanismos de control que lo aseguran otro equilibrio: el «equilibrio material consumo-
producción», verdadera estructura de la sociedad. Al primer tipo de equilibrio que hoy
domina toda la ciencia sociológica funcionalista lo podemos denominar «equilibrio
unidimensional»; al segundo tipo, «equilibrio bidimensional». La teoría económica
neoclásica sustituye - o pretende sustituir-, el equilibrio formal de los valores por
simples condiciones formales de consistencia de un sistema de mercado. De hecho, lo
que los neoclásicos denominan “condiciones de equilibrio”, son en realidad condiciones
de consistencia formal de un sistema de ecuaciones. El equilibrio bidimensional nace
entonces de la coordinación del trabajo social; constituye, al mismo tiempo, el objeto
científico de la economía política y el esqueleto de una teoría de toda la sociedad. Para
argumentar su tesis, Marx tuvo que analizar estos dos planos. Por una parte, seguir los
pasos de la economía política clásica para demostrar que la coordinación de la división
del trabajo, bajo un régimen de propiedad privada, lleva continuamente al desequilibrio,
destruye así las relaciones sociales y el sistema de valores que sustentan este modo de
producción. Es su teoría de la plusvalía. Por otra parte, demostrar los vínculos de la
tarea de coordinar la división del trabajo con el surgimiento de la clase dominante y de
sistemas de valores con sus relaciones sociales de producción implícitas. Es su teoría
de las clases.

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