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ESTUDIANTE:

GUTARRA SÁNCHEZ KEVIN ANTHONY –


17020031

INFORME SOBRE LAS RESOLUCIONES DEL TRIBUNAL


DE CONTRATACIONES Y DIRECTIVAS EN MATERIA DE
ARBITRAJE

SUMARIO
NOTA INTRODUCTORIA

1.1.- Cuestiones generales de arbitraje

1.2.-El arbitraje en contrataciones con el estado

1.3.- Sobre las resoluciones del tribunal de contrataciones y directivas de la osce en materia
de arbitraje con el estado

1.3.1.- Sentencia del tribunal constitucional (exp. n.° 00142-2011-pa/tc)

1.3.2.- Control constitucional de las decisiones arbitrales en el marco de las


contrataciones con el estado

1.3.3.- Resolución n° 12 - 2020-osce/dar

1.3.4.- Directiva n° 011-2020-osce/cd “servicios arbitrales del osce”- resolución n°


178-2020-osce/pre

1.4.- Análisis de los artículos 225 y 230 referidos al arbitraje en el decreto supremo n° 377-
2019-ef que modifica el reglamento de la ley n° 30225.

1.5.- El reinicio de la ejecución del contrato de servicios afectado por la declaratoria de


emergencia a consecuencia del Covid 19

1.6.- Las juntas de resolución de disputas y sus implicancias en la reactivación de obras


públicas

1.7.- Sobre el comunicado sobre la obligatoriedad de la presentación de la declaración jurada


de intereses de los árbitros en el sector público

1.8.- Comentarios a la directiva n° 006-2020- Osce/cd

1.9.- Infracción sancionable por el consejo de ética

ANEXOS
CONCLUSIONES
NOTA INTRODUCTORIA

El orden público actúa en el arbitraje no sólo como límite sino también como garantía que
favorece, verifica y consolida la confianza de los Estados en el arbitraje. Bebe de las diversas
acepciones que conforman su caracterización general tomando de cada una de ellas la forma
que precisa para actuar en cada ámbito material en particular. Sin dejar de lado que la
consideración del orden público en el arbitraje internacional privado implica un
entrecruzamiento necesario entre el Derecho público y el Derecho privado.

En nuestro país, el sistema de contratación estatal se encuentra regulado en el artículo 76° de


nuestra Constitución Política, en ella se establece una exigencia a la Administración Pública
que sus contratos acerca de bienes, obras y servicios sean realizados a través de los
procedimientos administrativos de licitación o concurso público, con la finalidad de
garantizar la correcta utilización de recursos públicos y permitir la libre concurrencia de los
postores. Asimismo se establece una exigencia legal en el caso en el que surja una
controversia durante la fase de ejecución contractual, pues ésta deberá ser sometida a un
mecanismo alternativo de resolución de conflictos, sea la conciliación, el arbitraje o la junta
de resolución de disputas.

1.1. CUESTIONES GENERALES DE ARBITRAJE

Para HERNÁNDEZ RODRIGUEZ1, el arbitraje es un sistema de resolución de


conflictos no jurisdiccional, en virtud del cual las partes voluntariamente someten a la
decisión de árbitros, las controversias surgidas o que puedan surgir en el ámbito de una
determinada relación jurídica contractual o extracontractual que las une, presente o futura,
quedando vinculadas por la decisión de aquellos plasmada en un laudo arbitral que goza de
los efectos de la cosa juzgada.
CASTILLO y VÁSQUEZ sostienen que ninguna definición que no parta de la
premisa que el arbitraje es una sustracción legalmente autorizada a la jurisdicción estatal es
una definición incompleta2.

1
CASTILLO FREYRE, Mario y VÁSQUEZ KUNZE, Ricardo. Arbitraje. El juicio Privado: La verdadera reforma de
la Justicia, Lima, Palestra-Cátedra Garrigues-Estudio Mario Castillo Freyre, 2007. p. 57.
2
GÓMEZ COLOMER, Juan. Derecho Jurisdiccional. V. II, Barcelona, Bosch, 1995. p. 843
1.2.-El Arbitraje en contrataciones con el Estado

En el arbitraje de derecho los árbitros deben resolver las controversias aplicando el


ordenamiento jurídico, al igual que un juez. Por el contrario, en el arbitraje de conciencia, los
árbitros no están sometidos a reglas en particular, ya que fallan de acuerdo a su leal saber y
entender. Si bien existen varias razones por las cuales las partes pueden preferir un arbitraje
de conciencia a uno de derecho, también existe el temor de que este tipo de arbitraje sea
arbitrario, caprichoso o, cuando menos, demasiado subjetivo. En efecto, existe el temor de
que mediante un arbitraje de conciencia se pueda contravenir lo establecido por la ley.
Ciertamente no resulta lógico ni deseable socialmente que los particulares resuelvan sus
problemas contra la ley. Por ello, toda vez que el arbitraje es un medio de solución de
conflictos, dicha solución no debería pasar por pisotear la ley.

Fernando de Trazegnies3 advirtió sobre la presencia del círculo vicioso en que incurre
generalmente la doctrina. En efecto, el referido autor sostiene que caemos ante un perfecto
razonamiento circular cuando se dice que el arbitraje de conciencia funciona conforme al leal
saber y entender del árbitro, y, a su vez, el leal saber y entender es guiado por la equidad;
pero cuando preguntamos sobre lo que es la equidad, nos encontramos con la extraña
respuesta de que es lo que según el leal saber y entender de los árbitros, éstos consideran
equitativo.

Ahora bien, en materia de Contratación Pública, todas las legislaciones de nuestro país han
contemplado al arbitraje de derecho como aquél que se aplicará para la solución de
controversias. Ello, de seguro, porque el legislador ha querido y quiere evitar que —
precisamente— el arbitraje sobre esta materia sea arbitrario o subjetivo. Así, por ejemplo, si
bien la Ley n.º 26850, antigua Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado, no
establecía expresamente que se trataba de un arbitraje de derecho, su Reglamento, el Decreto
Supremo n.º 013-2001-PCM, sí lo hacía, al señalar lo siguiente:

Artículo 186.- «Aplicación del Arbitraje El arbitraje será de aplicación obligatoria en


la solución de controversias surgidas después de la suscripción o cumplimiento de la
formalidad de perfeccionamiento de los contratos derivados de los procesos de
3
DE TRAZEGNIES GRANDA, Fernando. «Arbitraje de Derecho y arbitraje de conciencia». En Ius et Veritas.
Revista editada por alumnos de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima,
1996, n.° 12, p. 116
selección hasta el consentimiento de su liquidación. […] […] El arbitraje regulado en
el presente Subcapítulo, en todos los casos, será de derecho». (El subrayado es
nuestro).

Por su parte, la siguiente Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado, Decreto


Supremo n.º 083-2004-PCM, establecía:

Artículo 53.- «Solución de controversias […] Las controversias que surjan entre las
partes, desde la suscripción del contrato, sobre su ejecución, interpretación,
resolución, inexistencia, ineficacia o invalidez, se resolverán mediante conciliación
y/o arbitraje […] El arbitraje será de derecho […]». (El subrayado es nuestro).

Por último, el segundo párrafo del artículo 52 de la actual Ley de Contrataciones y


Adquisiciones del Estado establece lo siguiente:

Artículo 52.- «Solución de controversias […] El arbitraje será de derecho, a ser


resuelto por árbitro único o tribunal arbitral mediante la aplicación del presente
Decreto Legislativo y su Reglamento, así como de las normas de derecho público y
las de derecho privado; manteniendo obligatoriamente este orden de preferencia en la
aplicación del derecho». (El subrayado es nuestro).

Conforme a lo establecido por el inciso 1 del artículo 22 de la Ley de Arbitraje, «en el


arbitraje nacional que deba decidirse en derecho, se requiere ser abogado, salvo acuerdo en
contrario», con lo cual sólo los abogados podrían arbitrar las referidas controversias. La
salvedad establecida por el citado inciso 1 no estaría pactada por las partes, sino por la propia
del Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado, cuyo artículo 52 contempla la
posibilidad de que los árbitros designados por las partes (en un tribunal colegiado) puedan ser
de otras profesiones distintas a la abogacía.

1.3.- Sobre las Resoluciones del Tribunal de Contrataciones en materia de Arbitraje con
el Estado

En el desarrollo administrativo el Tribunal de Contrataciones del Estado (en adelante TCE),


ha señalado que la finalidad de la normativa de contrataciones públicas no es otra que las
Entidades adquieran bienes, servicios y obras en las mejores condiciones posibles, dentro de
un escenario adecuado que garantice tanto la concurrencia entre potencialidades proveedores
como la debida transparencia en el uso de los recursos públicos. Bajo esa premisa, las
exigencias de orden formal y sustancial que la normativa prevea o cuya aplicación surja a
partir de su interpretación deben obedecer a la necesidad de asegurar el escenario más idóneo
en el que, dentro de un contexto de libre competencia, se equilibre el óptimo uso de los
recursos públicos y se garantice el pleno ejercicio del derecho de las personas naturales y
jurídicas para participar como proveedores del Estado4

El TCE ha referido: “De las normas glosadas, se puede inferir que las disposiciones de las
bases deben encontrarse acorde con los principios que inspiran el régimen de contratación
estatal, por lo que no basta aceptar aquellas que han sido recogidas expresamente en las
bases, por el simple hecho de formar parte de estas, sin analizar de manera alguna, con
ocasión de un cuestionamiento concreto, su naturaleza, razonabilidad y relevancia en el
proceso de selección, aspectos que no pueden ser obviados, por cuanto dichos principios
sirven de criterio interpretativo para resolver las cuestiones que puedan suscitarse en la
aplicación de la Ley y el Reglamento, como parámetros para la actuación de los funcionarios
y dependencias responsables.5

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL (EXP. N.° 00142-2011-PA/TC)

Casos posteriores de cuestionamiento a decisiones arbitrales no se volverían a presentar


durante un periodo relativamente largo. Es recién en el año 2005 que el Pleno del Tribunal
Constitucional, utilizaría un proceso en el que colateralmente se discutía un arbitraje, para
teorizar nuevamente sobre el tema, esta vez de un modo mucho más detallado. Se trata de la
sentencia recaída en el proceso de habeas corpus promovido por Felipe Cantuarias Salaverry
contra el Fiscal de la Trigésimo Octava Fiscalía Provincial Penal de Lima (STC 6167-2005-
PHC/TC). En esta Ejecutoria y al margen de las consideraciones teóricas en ella desarrolladas
y que abogan decididamente por el control constitucional de las decisiones arbitrales, se
sentarán los siguientes criterios: a) El control judicial es siempre a posteriori y se ejerce a
través de los recursos de apelación y anulación de laudo previstos en la Ley General de
Arbitraje (Nº 26572); b) El control constitucional se sujeta a lo establecido en el Código

4
Resolución del 14 de Enero del 2015, {Expediente Número 323-2014-TC-S4}
5
Resolución del 14 de Septiembre del 2005 {Expediente Número 934-2005.TC-SU}
Procesal Constitucional, precisándose que tratándose de materias de competencia del fuero
arbitral, de conformidad con el artículo 5°, numeral 4, del citado Código, no proceden los
procesos constitucionales cuando no se hayan agotado las vías previas; en ese sentido, si lo
que se cuestiona es un laudo arbitral que verse sobre derechos de carácter disponible, de
manera previa a la interposición de un proceso constitucional, el presunto agraviado deberá
haber agotado los recursos que la Ley General de Arbitraje prevé para impugnar dicho laudo;
y c) En este contexto, el control constitucional jurisdiccional se desenvuelve a posteriori,
cuando se vulnera el derecho a la tutela procesal efectiva o se advierte un incumplimiento,
por parte de los propios árbitros, de la aplicación de la jurisprudencia constitucional o los
precedentes de observancia obligatoria, que los vinculan en atención a los artículos VI, in
fine, y VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, respectivamente.

De acuerdo con el Artículo 138º de la Constitución Política del Perú: “La potestad de


administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el Poder Judicial a través de sus
órganos jerárquicos con arreglo a la Constitución y a las leyes”. A su turno el artículo 139º
inciso 1) de la misma norma fundamental, prevé como un principio a la par que un derecho
ante la función jurisdiccional, “La unidad y exclusividad de la función jurisdiccional”,
quedando claramente establecido que “No existe ni puede establecerse jurisdicción alguna
independiente, con excepción de la militar y arbitral”.

CONTROL CONSTITUCIONAL DE LAS DECISIONES ARBITRALES EN EL MARCO


DE LAS CONTRATACIONES CON EL ESTADO

El arbitraje se presenta como un mecanismo orientado a la consecución de la verdad legal,


pretendiendo despojarse de los trámites, muchas veces engorrosos y formalistas, de la justicia
tradicional. Entonces, históricamente en sus orígenes, el arbitraje se justificó en su carácter de
proceso expedito y efectivo.

El principio de unidad y la exclusividad de la función jurisdiccional reconocido en el artículo


139°, inciso 1 de la Constitución, prescribe que: “No existe ni puede establecerse jurisdicción
alguna independiente, con excepción de la arbitral y la militar. No hay proceso judicial por
comisión o delegación”. Se observa así que nuestro ordenamiento constitucional consagra la
naturaleza excepcional de la jurisdicción arbitral, lo que determina que el justiciable tenga la
facultad de recurrir ante el órgano jurisdiccional del Estado para demandar justicia, pero
también ante una jurisdicción privada.

Sin embargo, la naturaleza de jurisdicción independiente del arbitraje, no significa que


establezca el ejercicio de sus atribuciones con inobservancia de los principios
constitucionales que informan la actividad de todo órgano que administra justicia, tales como
el de independencia e imparcialidad de la función jurisdiccional, así como los principios y
derechos de la función jurisdiccional. En particular, en tanto jurisdicción, no se encuentra
exceptuada de observar directamente todas aquellas garantías que componen el derecho al
debido proceso.

RESOLUCION N° 12 - 2020-OSCE/DAR

El incumplimiento o cumplimiento defectuoso del deber de revelacion quiebra la


necesaria confianza que forzosamente ha de inspirar la relacion partes/arbitro en un
proceso arbitral.

Que, debemos senator que el marco normative vinculado al arbitraje de donde deriva la
presente recusacion corresponde a la Ley de Contrataciones del Estado, aprobada mediante
Decreto Legislativo A/- 1017 modificada por la Ley N° 29873 (en adelante, la "Ley"); su
Reglamento, aprobado mediante Decreto Supremo Ng 184-2008-EF modificado por Decreto
Supremo N° 138-2012-EF (en adelante, el "Reglamento"), el Decreto Legislativo que Norma
el Arbitraje, aprobado mediante Decreto Legislativo Ng 1071 (en adelante, "Ley de
Arbitraje"),y, el Codigo de Etica para el Arbitraje en Contrataciones del Estado, aprobado
mediante resolución N° 028-2016-OSCE/PRE2 (en adelante el "Código de ética"); Que, los
aspectos relevantes de la recusación son los siguientes:

Respecto así la recusación planteada por el Contratista resulta extemporánea por haberse
formulado en exceso al plazo establecido en el numeral 1) del articulo 226° del Reglamento.
Si el hecho de que el señor Enrique Varsi Rospigliosi no haya informado sobre su
participación conjunta con su co -arbitro Enrique Palacios Pareja en un proceso arbitral
seguido entre el ConsorcioJzeam y la empresa Petro peru -Exp. 439-2016-CCL evidencia el
incumplimiento de su deber de revelacion. Si el senor Enrique Palacios Pareja cumplió de
manera amplia, oportuna y rigurosa con revelar su participación como árbitro en cuatro (4)
procesos arbitrales donde una de las partes es la Entidad y un (1) proceso arbitral donde una
de las partes sería una institucion adscrita al Ministerio de Transportes y Comunicaciones.

Directiva N° 011-2020-OSCE/CD “Servicios Arbitrales del OSCE”- RESOLUCIÓN N°


178-2020-OSCE/PRE

Formalizar la derogación de las siguientes directivas, a partir de la entrada en vigencia de la


directiva aprobada en la presente Resolución:

• Directiva N° 018-2017-OSCE/CD, “Procedimiento de designación residual de árbitros a


cargo del OSCE”, aprobada por Resolución Nº 299-2017-OSCE/PRE.

• Directiva N° 019-2012-OSCE “Procedimiento de designación residual de árbitros al amparo


de la normativa de contrataciones del Estado”, aprobada por Resolución N° 294-2012-
OSCE/PRE y su modificatoria.

• Directiva 14-2017-OSCE/CD “Procedimiento de recusación de árbitros para arbitrajes ad


hoc y arbitrajes administrados por el SNA-OSCE”, aprobada por Resolución Nº 020-2017-
OSCE/CD.

• Directiva 16-2017-OSCE/CD “Procedimiento para la instalación de árbitro único o Tribunal


arbitral Ad Hoc”, aprobada por Resolución N° 298-2017-OSCE/PRE.

Salvo que las partes se hayan sometido a un arbitraje institucional, una vez que los árbitros
hayan aceptado sus cargos, cualquiera de las partes debe solicitar al OSCE la instalación del
árbitro único o del tribunal arbitral, dentro de los veinte (20) días siguientes de conocida la
aceptación de estos, según corresponda. Para tales efectos, las instalaciones se pueden
realizar en la Oficinas Desconcentradas de OSCE.

Dentro del plazo de diez (10) días de realizada la instalación del árbitro único o tribunal
arbitral, se trate de un arbitraje ad hoc o institucional, las Entidades, bajo responsabilidad del
Titular de la Entidad o de quien este haya delegado tal función, deben registrar en el SEACE
los nombres y apellidos completos del árbitro único o de los árbitros que conforman el
tribunal arbitral y del secretario arbitral, así como de aquellos que eventualmente sustituyan a
estos.
Base Legal: Artículo 194 del Reglamento de la Ley de Contrataciones del Estado. Al
respecto, también puede revisar la Directiva Nº 016-2017-OSCE/CD "Procedimiento para la
instalación de Árbitro Único o Tribunal.

El árbitro único o tribunal arbitral constituido para resolver una controversia derivada de un
contrato regido por la Ley de Contrataciones del Estado resulta, en principio y salvo el
supuesto de excepción previsto en el numeral 45.7 del artículo 45° de dicha Ley, competente
para conocer las demás controversias, susceptibles de ser sometidas a arbitraje, que surjan de
la ejecución del mismo contrato.

Siendo ello así, cuando exista un arbitraje en curso y surja una nueva controversia derivada
del mismo contrato, cualquiera de las partes debe solicitar al(os) árbitro(s) la acumulación de
las pretensiones a dicho arbitraje, dentro del plazo de caducidad previsto en el numeral 45.2
del artículo 45° de la Ley (30 días hábiles).

El árbitro único o el tribunal arbitral acumulan las nuevas pretensiones que se sometan a su
conocimiento, siempre que estas sean solicitadas antes de la conclusión de la etapa
probatoria. Excepcionalmente, el árbitro único o el tribunal arbitral, mediante resolución
fundamentada, puede denegar la acumulación solicitada tomando en cuenta la naturaleza de
las nuevas pretensiones, el estado del proceso arbitral y demás circunstancias que estime
pertinentes.

En los casos en que se haya denegado la acumulación de pretensiones, la parte interesada


puede iniciar otro arbitraje dentro del plazo de quince (15) días hábiles de notificada la
denegatoria de la acumulación, siendo éste también un plazo de caducidad. Base Legal:
Numeral 45.7 de la Ley N° 30225 modificada por Decreto Legislativo N° 1341.

El laudo arbitral es la decisión definitiva emitida por los árbitros respecto de todo o parte de
la disputa sometida a su conocimiento, sea que se refiera al fondo de la controversia, a la
competencia de los árbitros o a temas de procedimientos.

El laudo arbitral es inapelable, definitivo y obligatorio para las partes desde el momento de su
notificación, debiéndose notificar a las partes en forma personal y a través del Sistema
Electrónico de Contrataciones del Estado (SEACE) para su eficacia. La notificación se tiene
por efectuada desde ocurrido el último acto. Contra dicho laudo solo cabe interponer recurso
de anulación de acuerdo a lo establecido en el Decreto Legislativo 1071, Decreto Legislativo
que norma el arbitraje o norma que lo sustituya. Base Legal: Numeral 45.8 de la Ley N°
30225 modificada por Decreto Legislativo N° 1341.

El OSCE establece los lineamientos y procedimientos para obtener y mantener el registro y


acreditación de las instituciones arbitrales en materia de contrataciones del Estado, así como
sus facultades para efectuar las acciones de supervisión y monitoreo. El OSCE publica el
listado de las instituciones arbitrales registradas y acreditadas.

Para efectos del registro y acreditación, las instituciones arbitrales deberán contar con un
Reglamento de Arbitraje, un Código de Ética, una Tabla de honorarios y gastos arbitrales,
una nómina de árbitros, un portal web institucional, entre otros aspectos conforme a lo que
disponga el OSCE.

La Institución Arbitral puede perder su registro y acreditación, temporal o definitivamente,


como producto de la supervisión y monitoreo realizados por el OSCE. Los supuestos y
procedimiento de pérdida de acreditación son establecidos por el OSCE.

Base Legal: Artículo 204 del Reglamento de la Ley de Contrataciones del Estado,
modificado con D. S N° 056-2017-EF. Al respecto, puede revisar la Directiva N° 019-2016-
OSCE/CD "Directiva de Acreditación de Instituciones Arbitrales por el OSCE", que
entrará en vigencia en la oportunidad señalada en el Comunicado que emita el OSCE.

La finalidad de la Junta de Resolución de Disputas es que las partes logren prevenir y/o
resolver eficientemente las controversias, que surjan desde el inicio del plazo de ejecución de
la obra hasta la recepción total de la misma.

Las partes pueden pactar hasta antes del inicio de la ejecución de la obra, una cláusula de
solución de disputas a cargo de una Junta de Resolución de Disputas en aquellos contratos de
ejecución de obra cuyos montos sean superiores a cinco millones de Soles (S/ 5 000 000,00),
siendo sus decisiones vinculantes para las partes.

Base Legal: Artículo 205 del Reglamento de la Ley de Contrataciones del Estado, modificado
con D. S N° 056-2017-EF. Al respecto, puede revisar la Directiva N° 020-2016-OSCE/CD
"Junta de Resolución de Disputas"
ANÁLISIS DE LOS ARTÍCULOS 225 Y 230 REFERIDOS AL ARBITRAJE EN EL
DECRETO SUPREMO N° 377-2019-EF QUE MODIFICA EL REGLAMENTO DE
LA LEY N° 30225.

La primera modificación que se aprecia en el reglamento se encuentra en el artículo 225


numeral 3, en donde se señala que “Las partes pueden recurrir al arbitraje ad hoc cuando las
controversias deriven de procedimientos de selección cuyo valor estimado o valor referencial,
según sea el caso, sea menor o igual a cinco millones y 00/100 Soles (S/ 5 000 000,00).
Anteriormente el referido numeral mencionaba “que las partes podían recurrir a arbitrajes ad
hoc cuando las controversias derivadas de contratos cuyo monto contractual original sea
menor o igual a cinco millones”. Esta modificación se entiende como un cambio en los
requisitos para un arbitraje ad hoc. Pues en primer lugar, se podría llevar a arbitraje ad hoc las
controversias generadas en el proceso de selección y no las derivadas del contrato, es decir
desde antes que se otorgue la buena pro y se firme el contrato. En segundo lugar, ya no se
hace referencia al monto contractual original sino al valor estimado o referencial. Esta
modificación parecería estar impidiendo de manera indirecta el arbitraje ad hoc, ya que
usualmente el monto contractual original suele ser menor al valor estimado o referencial y el
límite es de 5 millones de soles.

La segunda modificación realizada se encuentra en artículo 230 en el numeral 4. La norma


señala que “para desempeñarse como árbitro, conforme a lo previsto en el numeral 242.1 del
artículo 242, se requiere estar inscrito en el Registro Nacional de Árbitros (RNAOSCE). El
procedimiento de inscripción de árbitro en el RNA-OSCE es de evaluación previa con
aplicación del silencio administrativo negativo y tiene un plazo de treinta (30) días hábiles.
Los plazos y procedimientos para la designación y aceptación de árbitros en arbitrajes ad hoc
se establecen en la directiva aprobada por el OSCE”. Antes de la modificación era requisito
estar inscrito en el RNA para arbitrajes ad hoc pues el mismo numeral mencionaba que “la
existencia del registro nacional de árbitros no exime a las instituciones arbitrales de la
obligación de elaborar sus propias nóminas de árbitros para arbitrajes en contratación
pública”. Esto quiere decir que ahora será necesario para todos tipo de arbitraje (ad hoc o
institucional) estar inscrito en el registro nacional de árbitros. Ricardo Gandolfo Cortes4
menciona en su artículo de Ediciones Propuesta que esto es un error, pues lo que se busca es
que más personal altamente calificado pueda participar en la resolución de controversias y lo
que se está logrando es que personas que no tengan interés alguno en pertenecer a algún
registro desistan de entrar en el arbitraje estatal.

EL REINICIO DE LA EJECUCION DEL CONTRATO DE SERVICIOS AFECTADO


POR LA DECLARATORIA DE EMERGENCIA A CONSECUENCIA DEL COVID 19

En este contexto es importante recordar que con fecha 25/03/2020, el Organismo Supervisor
de Contrataciones del Estado, emitió el Comunicado Nº 005-2020 denominado: “Sobre la
ejecución de contratos, en el marco de las normas que establecen medidas excepcionales para
contener la propagación del COVID-19”, mediante el cual se indicó que era derecho del
contratista solicitar la ampliación del contrato, debiendo seguir para tal efecto el
procedimiento regulado en la Ley de Contrataciones del Estado y su Reglamento.

En los contratos de prestación de servicios es viable que los contratistas soliciten


ampliaciones de plazo por la paralización producida por la declaratoria de emergencia de
nuestro país, debiendo seguir para ello, el trámite y procedimiento señalados en la Normativa
de Contratación Pública.

De conformidad con lo señalado en la Normativa de Contrataciones, las ampliaciones de


plazo dan lugar al reconocimiento de gastos generales debidamente acreditados.

Es procedente la modificación al contrato de servicios, debido a las nuevas exigencias


realizadas al contratista, en aras de cautelar el cumplimiento del principio de equidad,
consagrado en la Ley de Contrataciones del Estado, según el cual las prestaciones y derechos
de las partes deben guardar una razonable relación de equivalencia y proporcionalidad.

LAS JUNTAS DE RESOLUCIÓN DE DISPUTAS Y SUS IMPLICANCIAS EN LA


REACTIVACIÓN DE OBRAS PÚBLICAS
En el marco de la ejecución de obras, la norma peruana nos permite acceder a la justicia a
través de la Junta de Resolución de Disputas, por su parte la Ley de Contrataciones del
Estado, en su artículo 3º1 nos señala el ámbito de aplicación en las Contrataciones públicas;
por su parte, el código civil en su título ix, capitulo iii, nos da a conocer los lineamientos
sobre la prestación de servicios en contrato de obras, esto en el marco de las obras privadas,
por lo que a potestad de las partes, a la existencia de una controversia en ejecución
contractual, se podrán someter a la resolución de controversia ante la Junta de Resolución de
Disputas.2 Es un medio alternativo de solución de conflictos con muchas ventajas para
aquellos contratos de ejecución de obras de gran envergadura; identificando previamente los
conflictos y solucionándolos en el mismo lugar donde se ejecuta la obra. Tiene una naturaleza
eminentemente técnica y brinda soluciones rápidas. Este medio de Solución de Controversia,
se estableció en nuestro país a partir de la vigencia de la Ley Nº 30225 y su Reglamento; y su
aplicación mediante Nº 20-2016-OSCE/CD, generando criticas favorables y desfavorables.

De todo lo expuesto, surge la pregunta: ¿Quiénes podrían ser adjudicadores en nuestro


querido Perú?; por ello, el artículo 245 del Decreto Supremo N° 344-2018-EF-Reglamento de
la Ley de Contrataciones del Estado, señala que cuando la Junta de Resolución de Disputas
esté integrada por un (1) solo miembro, este debe ser un ingeniero o arquitecto con
conocimiento de la normativa nacional aplicable al contrato, así como en Contrataciones del
Estado; por otro lado, en caso este integrado por tres (3) miembros, el Presidente cuenta con
las mismas calificaciones que se exigen para el miembro único de la Junta de Resolución de
Disputas, los demás miembros son expertos en la ejecución de obras; con lo cual, se podría
entender que un abogado o cualquier otro profesional que no sea ingeniero o arquitecto
podría integrar la Junta de Resolución de Disputas siempre y cuando pueda acreditar ser
experto en la ejecución de obras; ya sea con su experiencia o con capacitaciones en la
materia. Entre las principales ventajas la Junta de Resolución de Disputas promueve que las
partes logren prevenir y/o resolver eficientemente las controversias que surjan desde el inicio
del plazo de ejecución de la obra hasta la recepción total de la misma; en caso de resolución
del contrato, la Junta de Resolución de Disputas es competente para conocer y decidir las
controversias que surjan hasta que la Entidad reciba la Obra. Cabe señalar que no pueden
someterse a Junta de Resolución de Disputas pretensiones de carácter indemnizatorio por
conceptos no previstos en la normativa de contratación pública.

Mediante Directiva N° 005-2020-OSCE/CD - Alcances y Disposiciones para la


Reactivación de Obras Públicas y Contratos de Supervisión, en el marco de la Segunda
Disposición Complementaria Transitoria Del Decreto Legislativo N° 1486, se señalan
diversos supuestos mediante los cuales la parte afectada podrá ejercer su derecho de someter
su controversia a los mecanismos de solución de controversias (Conciliación, Junta de
Resolución de Disputas y Arbitraje).
Al respecto, el OSCE, emitió la OPINIÓN Nº 196-2019/DTN, la cual absuelve la siguiente
consulta: “¿En un contrato de obra bajo el ámbito de la Ley N° 30225, modificada por el
Decreto Legislativo N.° 1341, es decir, con anterioridad a la entrada en vigencia del Decreto
Legislativo N.° 1444, en el cual no se pactó la Junta de Resolución de Disputas al momento
de su celebración, resulta posible que las partes pacten durante la fase de ejecución
contractual y luego de iniciada la obra la constitución de la Junta de Resolución de
Disputas?”.

La citada opinión concluye en lo siguiente: “De acuerdo con lo expresamente dispuesto en el


artículo 205 del anterior Reglamento (modificado mediante Decreto Supremo N° 056-2017-
EF) y la Directiva N° 020-2016-OSCE/CD, las partes podían acordar someter sus
controversias a una Junta de Resolución de Disputas hasta antes del inicio de la ejecución de
la obra, lo cual implicaba que una vez iniciada la ejecución de ésta no podía incorporarse
dicha cláusula al contrato de obra.”

Es decir, en un contrato que haya iniciado la ejecución de la obra y que tenga la vigencia del
Decreto Legislativo N° 1341, no podría pactarse la solución de la controversia ante una Junta
de Resolución de Disputas; pese a que dicho mecanismo sería una medida efectiva para la
reactivación de la obra, conforme lo señalado en el Decreto Legislativo N° 1486. Por otro
lado, mediante OPINIÓN Nº 014-2020/DTN, la cual absuelve la siguiente consulta: “¿En el
marco de un contrato de obra mayor a S/ 5 000 000,00 (cinco millones y 00/100 Soles) que se
encuentra en ejecución, ¿es posible incorporar a la cláusula de solución de controversias del
contrato que las soluciones de estas, estén a cargo de una Junta de Resolución de Disputas,
teniendo en consideración que en la Opinión N° 206-2019/DTN se indicó que no era
imposible en el marco del Reglamento anterior (aprobado por Decreto Supremo 350-2015-
EF)?”. En dicha opinión se concluye en lo siguiente: - En el marco de la normativa de
contrataciones del Estado vigente, en los contratos de obra con montos iguales o superiores a
cinco millones de soles (S/ 5 000 000,00) y hasta veinte millones de soles (S/ 20 000 000,00),
las partes están facultadas a pactar (en el contrato original, o luego de su suscripción) la
inclusión de una cláusula en virtud de la cual la solución de las controversias que
correspondan esté a cargo de una JRD. Asimismo, cuando el monto del contrato de obra es
superior a veinte millones (S/ 20 000 000,00) y el procedimiento de selección del cual deriva
ha sido convocado a partir del año 2020, las partes están obligadas a someter a JRD la
solución de las controversias del contrato desde el momento de su suscripción. - La
normativa de contrataciones vigente(Decreto Legislativo N° 1444), para el caso de los
contratos de obra cuyos montos sean iguales o superiores a cinco millones de soles (S/ 5 000
000,00) y hasta veinte millones de soles (S/ 20 000 000,00), no establece un hito o límite de
plazo hasta el cual las partes pueden acordar incorporar a la cláusula de solución de
controversias que las soluciones de estas estén a cargo de una JRD, lo que implica que aún
después de iniciada la ejecución de la obra podría incorporarse dicha cláusula al contrato.

COMUNICADO SOBRE LA OBLIGATORIEDAD DE LA PRESENTACIÓN DE LA


DECLARACIÓN JURADA DE INTERESES DE LOS ÁRBITROS EN EL SECTOR
PÚBLICO

1.- El Centro procederá a solicitar a los árbitros, la información necesaria para que las
entidades procedan a identificarlos y reportarlos como sujetos obligados en la Plataforma,
conforme lo señalado en el artículo 6° del D.U. 020-2019. Es responsabilidad de los árbitros
cumplir con el envío de la información solicitada en el plazo otorgado por la Secretaría
General de Arbitraje del Centro. 2) La entidad deberá informar al Centro que cumplió con
reportar a los árbitros en la Plataforma, a fin que dichos profesionales cumplan con la
obligación establecida en el D.U 020-2019 y el Decreto Supremo N° 091-2020-PCM. 3) Los
árbitros deberán informar al Centro el cumplimiento de la obligación establecida en el D.U
020-2019 y el Decreto Supremo N° 091-2020-PCM. 4) Sin perjuicio de ello, en tanto no se
cuente con el reporte efectuado en la Plataforma por las propias entidades, los árbitros podrán
remitir al Centro vía correo electrónico dirigido al secretario arbitral, el correspondiente
formato de declaración jurada de intereses debidamente llenado, poniéndose en conocimiento
de ambas partes dicho documento.

COMENTARIOS A LA DIRECTIVA N° 006-2020- OSCE/CD

Es claro que la esencia del Arbitraje, es la voluntad que tienen las partes para pactar las reglas
y la designación de sus árbitros independientes e imparciales, libertad que se materializa en
los convenios arbitrales. Sin embargo, las buenas intenciones del OSCE, están cayendo en un
exceso de regulación y formalismos, que terminan convirtiéndose en barreras burocráticas y
una limitación a la jurisdicción arbitral con rango constitucional. En ese escenario,
analicemos lo bueno, lo malo y lo feo del RNA y el TUPA 2020 que señalan los requisitos
que tiene que cumplir aquellos profesionales que aspiren a obtener su registro, con un ánimo
de realizar críticas constructivas que puedan ayudan a los funcionarios y servidores públicos
del OSCE – Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado, a ver la realidad de la
comunidad arbitral y los actores involucrados en el mundo del Arbitraje (Contratistas y
Entidades) en el marco de una Ley especial – Ley 30225.

La transparencia de la información de los árbitros9 . Se espera que con el Registro Nacional


de Árbitros (RNA) el OSCE a través de la Dirección de Arbitraje invierta de una vez en un
portal amigable para la publicidad de un récord arbitral que contenga la siguiente
información: a) Perfil profesional del árbitro; b) Laudos emitidos; c) Laudo anulados con
sentencia firme; d) Recusaciones que se declararon fundadas; e) Designaciones que realizan
los estudios de abogados y los procuradores; f) Sanciones por infracción al Código de Ética;
g) Sentencias con calidad de cosa juzgada.

Si la Dirección de Arbitraje del OSCE, no logra esto a mediano plazo, el RNA será un engaña
muchachos. Si en verdad se quiere luchar contra la corrupción, el RNA debe ser un ejemplo
de faro de transparencia que espante a los “árbitros vampiros” que le tienen miedo a la luz. La
publicidad de información de los árbitros, no es por un tema de fama o popularidad del
árbitro, por el contrario, la publicidad resulta necesaria en estos tiempos de corrupción para
que un contratista, un abogado o un procurador público designen de manera objetiva a los
Árbitros que van a resolver su controversia. De nada servirá pedir información, Declaración
Jurada de Intereses y legajos de los árbitros, si dicha información no es pública. Recordemos
que información es poder, y ayudará que las partes (contratista y Entidad) puedan elegir a sus
árbitros con criterios objetivos. –

Especialización de los árbitros. Se exige que los profesionales que postulen al RNA logren
acreditar la formación mínima que puede realizarse a través de cursos o diplomados o
maestrías en temas de Contratación del Estado, o realizando la labor de docente universitario
como mínimo por 2 años. Este requisito sin duda es un reto para muchos árbitros que deberán
volver a las aulas a seguir nutriendo su conocimiento, y es que la vida se resume en algo
simple: vivimos, para aprender y aprendemos para transcender. La especialización es
fundamental, y esta no se logra únicamente cursando un diplomado, sino mediante la
experiencia profesional. La lectura de un contrato público, es diferente a un contrato civil y
entre privados. Es por ello, que en materia de la Ley 30225 se existe un orden de prelación de
aplicación del derecho, donde se aplica la Constitución, la Ley de Contrataciones y su
Reglamento, el derecho público y el derecho privado. Razonamiento que algunos árbitros con
experiencia en lo comercial y civil, no logran entender. Un arbitraje comercial, es diferente a
un arbitraje en contratación pública.

Fiscalización posterior: Todo documento o información presentada por la persona que postula
al RNA será verificada posteriormente, y en los casos que se corrobore que la documentación
presentada sea falsa o inexacta, se declarará nulo la inscripción, y se procederá a realizar las
denuncias penales o administrativas pertinentes. Lo cual es saludable, para eliminar a los
“árbitros swing” que intenten sorprender a la Dirección de Arbitraje del OSCE, y manchar el
Arbitraje en Contratación del Estado.

La directiva en análisis indica en su numeral “6.1.2. “Para tal efecto, solo los profesionales
que formen parte del RNA – OSCE, conforme a los numerales 45.16 de la LCE; 232.1, 232.2,
242.1 del RLCE y 6.1 del Anexo N° 2 del RLCE, podrán desempeñarse como árbitros: 
Cuando una Entidad los designe en arbitrajes institucionales o ad hoc.” (sic) Es claro, que
cada Centro de Arbitraje para incluir a un profesional en su directorio o nómina de árbitro,
realizó un escrutinio sobre su perfil académico, experiencia y ética de sus árbitros. Por lo que
no se puede invalidar los registros de los Centros de Arbitraje, y primar sólo la nómina que
habrá en el RNA, por vulneración a derechos fundamentales reconocidos en la Constitución
del Estado, y con la temeridad que se esté sin querer queriendo, crear un monopolio y círculo
cerrado de árbitros que únicamente podrán ser designados por las Entidades Públicas en el
marco de la LCE. ¿Cuántos árbitros de excelente perfil nacionales e internacionales se está
perdiendo el Perú y el arbitraje?

CONCLUSIONES

El Contrato Administrativo ha sido, como indica unánimemente la doctrina, una categoría de


orden pragmático adecuada a un tiempo y lugar, injustificable en su utilización en esta parte
del continente en donde lo que menos se necesita es dejar ventanas para la incertidumbre de
aquellos que deseen contratar con el Estado o invertir en obras de infraestructura pública.
Finalmente, a propósito de la sentencia recaída en el expediente No. 00142-2011-PA/TC
(Caso Minera María Julia), el recurso de anulación constituye una vía paralela en la medida
que a través de este proceso se pueden revertir los efectos de un pronunciamiento arbitral que
afecte derechos constitucionales. Por tanto, más que una vía previa se debe considerar como
una vía procedimental igualmente satisfactoria, en los términos a los que se refere el artículo
5, inciso 2) del Código Procesal Constitucional.

INFRACCIÓN SANCIONABLE POR EL CONSEJO DE ÉTICA

Los supuestos de infracción sancionable por el Consejo de Ética son:


A) Respecto al Principio de Independencia: El incumplimiento o inobservancia del deber de
revelar al momento de su aceptación al cargo o de modo sobreviniente, sobre la
configuración, en los últimos cinco (5) años, de uno o más de los siguientes supuestos:
1) Existencia de identidad entre una de las partes y el árbitro, o el árbitro es el representante
legal de una parte en el arbitraje.
2) El árbitro es o ha sido gerente, administrador, directivo o funcionario o ejerce un control
similar sobre una de las partes en el arbitraje o sobre su filial, dependencia o similar.

3) El árbitro tiene o ha tenido un interés económico en una de las partes o en el resultado del
arbitraje.
4) El árbitro, directamente o a través de una persona jurídica, asesora o ha asesorado con
regularidad a una de las partes o a su filial, dependencia, sucursal o similar.
5) El árbitro emitió dictamen, informe u opinión respecto de la controversia a instancia de
alguna de las partes.
6) El árbitro es o ha sido socio de una de las partes o de una filial, dependencia, sucursal o
similar de una de las partes.
7) El árbitro intervino en el asunto controvertido materia del arbitraje.
8) Tanto el árbitro como el abogado, representante o asesor de una de las partes prestan o han
prestado servicios en un mismo estudio de abogados o empresa, sus filiales o sucursales.
9) Un pariente del árbitro, hasta el tercer grado de consanguinidad o segundo grado de
afinidad, cónyuge o concubino (a), tiene o ha tenido un interés económico directo en el
resultado de la controversia.
10) El árbitro, de forma directa o indirecta, representa o asesora al representante o abogado
de una de las partes, o lo ha hecho en los últimos cinco (5) años.
11) El árbitro, su cónyuge o concubino (a) tiene o ha tenido vínculo de parentesco, hasta el
tercer grado de consanguinidad o segundo grado de afinidad, con una de las partes o sus
socios. 12) El estudio de abogados o empresa del árbitro o en el que presta o ha prestado
servicios tiene o tuvo una relación comercial con una de las partes o una filial, dependencia,
sucursal o similar de ésta. En el caso que una parte sea un consorcio, este deber se extiende a
las personas que lo conforman.
B) Respecto al Principio de Imparcialidad: Constituye supuesto de infracción a este principio
el incumplimiento o inobservancia del siguiente deber ético:
1) Revelar al momento de su aceptación al cargo o de modo sobreviniente, todo hecho o
circunstancia que pudiese generar a las partes dudas justificadas sobre su imparcialidad.
C) Respecto al Principio de Transparencia: Son supuestos de infracción a este principio el
incumplimiento o inobservancia de los siguientes deberes éticos:
1) Cumplir con registrar el laudo en el SEACE de forma íntegra y fidedigna, así como sus
integraciones, exclusiones, interpretaciones y rectificaciones, en los casos que corresponda.

2) Remitir la información y/o documentación que el OSCE le requiera, siempre que esté
referido a arbitrajes concluidos, sobre los arbitrajes en contrataciones del Estado en que se
desempeñan como árbitros a partir de la entrada en vigencia de la Ley.
D) Respecto al Principio de Debida Conducta Procedimental: Son supuestos de infracción a
este principio el incumplimiento o inobservancia de los siguientes deberes éticos:
1) Evitar utilizar, en beneficio propio o de un tercero, la información que, en el ejercicio de
sus funciones, haya obtenido de un arbitraje, salvo para fines académicos.
2) Abstenerse de agredir física o verbalmente a las partes, abogados, representantes y/o
asesores involucrados en el proceso arbitral.
3) Abstenerse de sostener reuniones o comunicación, con ninguna de las parte, sus abogados,
representantes y/o asesores. Reviste especial gravedad que la reunión o comunicación sea
utilizada para informar, de manera anticipada, sobre las deliberaciones o las decisiones que
puedan emitirse o hayan sido emitidas en el ejercicio de la función arbitral.
4) Custodiar los expedientes arbitrales y garantizar su integridad conforme las normas
aplicables.
5) Incurrir, sin que exista causa justificada, en una paralización irrazonable del proceso
arbitral.
6) Verificar que el secretario arbitral que se designe cuente con inscripción vigente en el
RNSA.
Lo expuesto no desconoce la potestad de las instituciones arbitrales de sancionar otras
conductas no descritas en el artículo precedente que a su juicio y conforme a sus instrumentos
normativos constituyan conductas no éticas.

IV. ANEXOS

Dirección de Arbitraje del OSCE declara fundada la recusación, contra Árbitro


investigado por caso ODEBRECHT

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