Está en la página 1de 30

INSTITUTOINTERNACIONALDEESTUDIOSAVANZADOS(IDEA)

UNIDADDECIENCIA POLÍTICA

LaReclamaciónVenezolana
sobrelaGuayana Esequiba

por
JuanC a r l o s Rey

ProfesorTitular deIDEA
DirectordelaUnidad deCienciaPolítica

Valle de Sartenejas, Estado Miranda


República de Venezuela
Marzo de 1990

I
Eltextoquesigueesunapretadoresumen delahistoriaydelestado
actualdelacontroversia (para marzo de 1990)
entreVenezuelayGuyana,sobreelterritorioEsequibo,
preparadoporelProfesorJuanCarlosRey,asolicitud del Ministrode Relaciones
Exterioresde Venezuela,Dr.Reinaldo Figueredo Planchart.

2
ÍNDICE

I. AntecedentesColoniales..................................................................
I 1
.
II.lGranBretañareconoceelEsequibocomofrontera
l
entresucoloniaylaRepública............................................................ 1
.
III.
I Origendelacontroversia ................................................................ 3
I
I Elacuerdode1850...........................................................................
IV. 4
.
V
V..VAmpliacióndelaspretensionesbritánicas
.
yadulteracióndemapas.................................................................... 4

VI.
V GranBretañarechazaelarbitraje:
I
rupturaderelaciones diplomáticas...................................................... 6
.
VII.
V InterposicióndelosEstadosUnidos:
l
invocacióndela"DoctrinaMonroe"............................................... 7
l
.
VVIII. Seimpone aVenezuelauntratadohumillante..................... 8
I
IIX.
I SedictaelLaudode1899.............................................................. 11
I X
.X.. XLosviciosdelLaudo....................................................................... 12
.
a)Fa1tademotivación................................................................... 12

b)Excesodepoder......................................................................... 12

c) Falsaevidencia............................................................................ 13

d)Conductaimpropia delosárbitrosbritánicos....................... 13

e)Incumplimiento
deobligacionesqueimponíaelTratadode1897..................................... 14
............................................................

i
f) Lasentencia nosebasóenelderechosinoque
fueresultadodeunacuerdo
políticorealizadoaespaldasdeVenezuela..................................
.................................................. 14
g)Losárbitrosfueronobjetodecoerciónyextorsión.............. 15

h)Losárbitrosaccedieron auncompromiso
incompatibleconsusdeberes....................................................... 15

XI. Venezuelareservasusderechosterritorialeseinvocala
nulidad delLaudo...................................................................17

XII.SenegociaelAcuerdodeGinebra............................................18

XIII. LaautodeterminacióndeGuyanaylosderechos deVenezuela19

XIV. SeponeafuncionarelAcuerdodeGinebra.............................21

XV. ElProtocolodePuertoEspaña..................................................... 22

XVI. Reactivacióndelosmecanismos delAcuerdodeGinebra....... 23

XVll. Laposiciónvenezolanaanteeldiferendo................................ 24

1
I. ANTECEDENTES COLONIALES

1. Desde el descubrimiento de Guayana, en 1499, hasta el fin del siglo XVI, España
como descubridora, primera ocupante y pobladora, ejercicio un dominio y posesión sobre
el territorio guayanés con la aquiescencia de las otras potencias.

2. Por el Tratado de Münster, firmado en 1648, España reconoció a Holanda los


establecimientos que esta última poseía en Guayana, pero no le autorizó a ir mas allá de
lo que antes ocupaba. Para esta fecha no había puestos holandeses al occidente del río
Esequibo y los pocos y efímeros aparecidos posteriormente fueron considerados como
transgresiones del Tratado de Münster.

3. En 1814, por el Tratado de Londres, Gran Bretaña recibió de Holanda las colonias de
Demerara, Berbice y Esequibo, pero la frontera entre la Guayana Británica y Venezuela
se extendía a lo largo del río Esequibo, tal como aparece en diversos mapas publicados
en la capital británica con patrocinio del Gobierno de ese país.

II. GRAN BRETAÑA RECONOCE EL ESEQUIBO COMO FRONTERA ENTRE SU


COLONIA Y LA REPUBLICA

4. Venezuela declaró su independencia en 1811, y en 1819 se unió con la Nueva


Granada para formar la República de Colombia. La nueva República, mediante repetid

1
as declaraciones de sus diplomáticos1, dio a conoce r a Gran Bretaña que su frontera con
la Guayana Británica era el Esequibo. De particular importancia es la declaración
contenida en la "Memoria acerca de los limites, territorio y comercio, ventas, población,
etc. de la Republica de Colombia", formulada en 1824 por el Enviado Extraordinario y
Ministro Plenipotenciario de Colombia José Manuel Hurtado, cuando gestionó y obtuvo
el reconocimiento, por parte de la Gran Bretaña, de la Gran Colombia como nación
independiente. En ella se decía:

"La República de Colombia, compuesta hoy en día de los pueblos conocidos antes
bajo los nombres de Venezuela y Nueva Granada está situada en el corazón de la
zona tórrida en la América meridional. Este bello y rico país se extiende por la mar
del norte, desde el río Esequibo o confines de la provincia de Guayana, hasta cl río de
las Culebras que la se - para de Guatemala".

Gran Bretaña reconoció a la República de Colombia y no protestó ni reservó supuestos


derechos territoriales frente a esas repetidas declaraciones.

5. Durante los diez primeros años que siguieron a la desmembración de la República de


Colombia, que se produjo en 1830, diversos actos oficiales muestran que el Gobierno
Británico aceptó el río Esequibo como la frontera entre s u Colonia y el nuevo Estado
Venezolano.

1Francisco Antonio Zea (1821), José Rafael Revenga (1823), José Manuel Hurtado (1824) y Pedro
Gual (1825)

2
III. 0RIGEN DE LA CONTROVERSIA

6. En 1835 el naturalista prusiano Robert H. Schomburgk, tras una expedición a la región


patrocinada por la Royal Geographical Society de Londres y el Colonial Office británico,
elaboró un mapa en el que, en Jo sustancial, se reconocía el rio Esequibo como la
frontera entre Venezuela la Guayana Británica. Sin embargo, este mapa pretendió
colocar bajo el dominio británico una extensión de aproximadamente 4.920 km2.,
situada a la orilla occidental del rio, que corresponde a la región del Pomerun y Moruca,
que en realidad pertenecía a Venezuela. Aunque el mapa no fue objetado por los
organismos que patrocinaron la expedición, nunca fue publicado por el Gobierno
británico; es mas, su existencia fue ocultada al Tribunal Arbitral que dictó el Laudo de
1899.

7. Tras ser comisionado por el Gobierno británico para hacer un levantamiento


topográfico de la Guayana Esequiba, Schomburgk trazó una nueva línea que de-
limitaba la frontera entre la Colonia Británica y Venezuela (en realidad esta fue la primer
línea que las autoridades británicas hicieron publica), la cual aparece en el "Sketch
Map" de los Parliamentary Papers de 1840. Este es el primer acto publico y oficial por
el cual Gran Bretaña manifestó su pretensión a territorios situados al occidente del
Esequibo. La pretensión británica —que ahora se extendía sobre un territorio de 141.930
km2, que hasta entonces le habían reconocido a Venezue1a- fue protestada por el
Gobierno venezolano, así como también fueron protestados los actos unilaterales de
alinderamiento que, de acuerdo a esta línea, Schomburgk pretendió llevar a cabo sobre
el terreno. Puede decirse que es a partir de esta fecha cuando comienza realmente la
controversia territorial.

8. Recientes investigaciones llevadas a cabo en los archives británicos (que en la materia


de la controversia sobre el Esequibo, solo han sido de libre acceso para los

3
investigadores venezolanos a partir de 1950) muestran que tanto el Foreign Office
como la Colonial Office consideraban que esta nueva línea de Schomburgk carecía de
datos o evidencias con las que pudiera ser respaldada y no podía 1egitimar los supuestos
derechos británicos2. Pese a todo, ella se convirtió en la posición oficial del Gobierno
Británico en lo relativo a la frontera entre Venezuela y la Colonia.

IV. EL ACUERDO DE 1850

9. En 1850 Gran Bretaña y Venezuela, mediante un intercambio de notas diplomáticas,


llegaron a un acuerdo por el que se comprometieron a no ocupar ni usurpar el territorio
disputado, el cual estaba comprendido entre la línea Schomburgk de 1840, máxima
reclamación del Reino Unido, y el Esequibo, frontera reclamada por Venezuela. Este
acuerdo tuvo vigencia hasta el arbitraje.

V. AMPLIACIÓN DE LAS PRETENSIONES BRITÁNICAS Y ADULTERACIÓN DE


MAPAS

10. Tanto en el "Sketch Map" de 1840, como en todos los otros mapas oficiales que el
Gobierno Británico publico hasta 1886, se reconoció como territorio venezolano, sin
disputa, todo el alto Barima y todo el Cuyuní, desde sus fuentes hasta la desembocadura

2En una Minuta suscrita el 7 de Noviembre de 1841 por Lord Stanley, Ministro de Colonias, se
reconoce que Schomburgk no proporciona ningún dato en que fundamentar la frontera reclamada
por él y los supuestos derechos de la Corona Británica (Public Record Office. London. C. 0. 111/179).
En un Memorándum confidencial del Ministerio del Exterior Británico del 24 de noviembre de 1857,
se pone en duda el valor de la evidencia presentada por el prusiano y los derechos británicos en lo
que respecta a la frontera que pretendía (Bodleian Library. Oxford. Mss. Clarendon Deposit C/275).

4
del Otomong. Pese a ello, en los años siguientes el Gobierno Británico, con la clara
intención de acercarse al Orinoco y dominar sus bocas, y de lograr el control sobre
ciertos distritos aurífero, trató de avanzar la línea Schomburgk sobre territorio
venezolano que estaba fuera de la controversia, sin vacilar en destruir y /o adulterar,
para lograr ese propósito, los propios mapas oficiales británicos.

11. En efecto, investigaciones recientes llevadas a cabo por historiadores venezolanos en


los archivos oficiales británicos demuestran que ese Gobierno, dio instrucciones para que
fueran destruidos ciertos mapas originales, donde figuraban las fronteras que
anteriormente habían sido reconocidas por la Gran Bretaña, y para que fuesen
sustituidos por otros en los que se corregía el trazado fronterizo para acomodarlo a los
intereses de ese país3. Y en 1887 el Gobierno Británico publicó un mapa de un tal
Hebert, compuesto en 1842, con una nueva "línea Schomburgk", en el que la
pretensión británica sobre el territorio venezolano se extendía ahora a aproximadamente
167.830 km2. Es entonces cuando ese Gobierno llegó a declarar (y así lo mantuvo mas
tarde ante el Tribunal de Arbitraje de Paris) que esta línea había sido siempre el término
de referencia en su correspondencia diplomática. El Gobierno venezolano, a partir de las
investigaciones históricas antes referida, está en capacidad de demostrar que esta
declaración es falsa pues, en realidad, el Foreign Office británico vino a conocer por
primera vez esa línea en junio de 1886.

12. Pero a los pocos meses de publicada la anterior línea como su máxima aspiración
territorial frente a Venezuela, Gran Bretaña afirmó que apenas constituía una línea de
estricto derecho, y avanzó aún mas sus aspiraciones con la llamada "línea de máxima
reclamación británica", que llegaba hasta cerca de Upata, a pocos kilómetros del Orinoco,

3Entre la documentación que figura en los archivos británicos cabe mencionar la siguiente:
Explicación del Ministerio del Exterior Británico (Public Record Office. London. P.O. 80/373);
Memorándum de Sir E. Hertslet del 1 de junio de 1886 (Public Record Office. London. 80/30); carta
del Sr. Charles Alexander Harris, del Ministerio de Colonias, a Sir. E. Hertslet, del Ministerio del
Exterior, de junio de 1886 (Public Record Office. London. F.O. 80/309); carta de Sir. E. Hertslet, para
el Sr. Jervoise, del 14 de junio de 1886 (Public Record Office. London . F.O.80/309); y Memorándum
d e Sir. E. Herstlet del 22 de oct ubre de 1886 {Public Record Office. London. F.O. 80/31)

5
y ampliaba las pretensiones de ese país sobre territorio venezolano a alrededor de
203.310 km2.

VI. GRAN BRETAÑA RECHAZA ELARBITRAJE: RUPTURA DE RELACIONES


DIPLOMÁTICAS

13. En 1886 el Gobierno de Venezuela rompió las relaciones diplomáticas con el de la


Gran Bretaña. Las razones de ello fueron que el Gobierno de la Gran Bretaña, en forma
reiterada y sistemática, había violado el acuerdo de 1850 llevando a cabo actos de
ocupación por la fuerza de territorios reconocidamente venezolanos, a la vez que había
mantenido una actitud de desprecio y arrogancia ante las protestas de Venezuela,
rechazando sistemáticamente las repetidas ofertas que ésta le había hecho para que la
controversia territorial fuera sometida a un arbitraje.

14. Pese a ello, entre 1893 y 1895 Venezuela reiteró a Gran Bretaña diversas propuestas
para someter la controversia territorial a arbitraje, que no fueron aceptadas por este
ultimo país. Las razones del rechazo británico son hoy en día evidentes. Por un lado, en
varios mapas oficiales británicos, habían sido reconocidos como venezolanos territorios
reclamados por la Gran Bretaña, , de modo que este país no podía presentar su caso a
arbitraje "ni siquiera con pequeñas esperanzas de éxito"4. Por otro lado, según pensaban
las clases dirigentes británicas, el arbitraje podía ser apropiado para resolver ciertos
conflictos entre naciones civilizadas, pero en ningún caso debería ser aplicado para

4Esta categórica afirmación aparece, textualmente, en un Memorándum de Sir E. Herstlet, del


Ministerio del Exterior, fechado el 5 de agosto de 1886 (Public Record Office. London. F.O. 80/
310)

6
atender la pretensión de un Estado semisalvaje (como en su opinión era Venezuela)
sobre un territorio que había sido ocupado por un país como la Gran Bretaña5.

VII. INTERPOSICIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS: INVOCACIÓN DE LA


''DOCTRINA MONROE”

15. La joven y débil Republica de Venezuela, que se hallaba incapacitada para defender
su territorio ante la amenaza real e inminente de la Nación que para la época era la mas
poderosa de la tierra, y que estaba convencida de la justicia de su causa, solicitó la
interposición del Gobierno de los Estados Unidos de América para que ejerciera
funciones de mediador ante la Gran Bretaña, con el fin de que ésta aceptara someter la
controversia territorial a un arbitraje.

16. A partir de 1895 Estados Unidos intervino decisivamente en la controversia. El 10


de enero el Congreso de ese país se pronunció abruptamente, exigiendo que Gran
Bretaña aceptara el arbitraje. En una nota dirigida al Gobierno Británico, el 20 de julio,
el Secretario de Estado norteamericano, tras hacer historia de la controversia, declaró
que la ocupación del territorio disputado por la Gran Bretaña constituía una
usurpación e invocó la "Doctrina Monroe", advirtiendo que la negativa de Gran Bretaña
al examen judicial de sus títulos equivalía a una "apropiación" territorial. El 17 de
diciembre de 1895, el Presidente Cleveland declaró que su país investigaría
unilateralmente mediante una comisión ad hoc cuál era la verdadera línea divisoria entre

5 En una carta de Joseph Chamberlain, Ministro de Colonias, al Sub-Secretario Earl Selbome (William
Waldegrave Palmer), fechada el 20 de Diciembre de 1895, trataba de justificar el rechazo británico
del arbitraje con Venezuela, y decía, entre otras cosas, que "the principle of arbitration is clearly
limited by the particular character of the case to be submitted, and never before, I think, has it been
contended that a nation should arbitrate on a claim by a semi-civilized state to take possession of
territory which is, and has been for a generention, in the occupation of its own subjects"
(Birm1ngham University Library, Chamberlain Paper. C. 7 /5).

7
Venezuela y la colonia británica, y que, una vez establecida, seria su deber defenderla
frente a las pretensiones de la Gran Bretaña. Como consecuencia de estas acciones, Gran
Bretaña aceptó finalmente negociar un Tratado para someter a arbitraje su controversia
territorial con Venezuela.

VIII. SE IMPONE A VENEZUELA UN TRATADO HUMILLANTE

17. La acción norteamericana contuvo la expansión territorial británica sobre el territorio


de Venezuela, pero al propio tiempo se ejercieron sobre este país presiones y se le
impusieron condiciones incompatibles con su condición de Estado soberano e
independiente. En particular la forma en que fue negociado el Tratado (entre los
Estados Unidos y la Gran Bretaña, sin participación de Venezuela, pues que recordar
que las relaciones diplomáticas entre nuestro país y la Gran Bretaña estaban rotas); la
exclusión en el Tribunal arbitral de jueces venezolanos; las explicaciones engañosas que
se dieron a Venezuela sobre el alcance de algunas clausulas de dicho Tratado,
ocultándole los acuerdos a los que habían llegado los Estados Unidos y la Gran Bretaña
acerca de las mismas; y las presiones y manipulaciones ejercidas por el Gobierno
Americano sobre el Venezolano para que este aceptara lo que aquel había acordado con
el Gobierno Británico; todo ello hace que aunque que el Tratado fuera efectivamente
suscrito por Venezuela, no pueda considerarse el resultado de su libre asentimiento.

18. En efecto, no fue Venezuela, sino los Estados Unidos quien negoció con la Gran
Bretaña los términos del Tratado de arbitraje, no sólo porque las relaciones diplomáticas
entre ambos estaban rotas, sino porque de acuerdo a la opinión de los dirigentes políticos
norteamericanos y británicos, Venezuela era indigna de confianza y estaba incapacitada
para manejar sus propios asuntos, de modo que incluso fue excluida de participar en el

8
Tribunal arbitral, y el lugar que le correspondía fue ocupado por los Estados Unidos6.
Según el Tratado de arbitraje, el Tribunal estaría integrado por cinco juristas: dos por
Gran Bretaña, designados por los miembros del Comité Judicial del Consejo Privado
de la Reina; dos porVenezuela, de los cuales uno era designado por el Presidente de
Venezuela y otro por los miembros de la Corte Suprema de los Estados Unidos. Sin
embargo, Gran Bretaña se negó a que el Presidente d e Venezuela designara un juez
venezolano y llegó a un acuerdo con los Estados Unidos para que este le impusiera al
Gobierno Venezolano que tanto el juez designado por su Presidente como el nombrado
por la Corte Suprema de los Estados Unidos fueran norteamericanos 7 . El quinto
miembro, que presidiría el Tribunal, debería ser designado de común acuerdo por los
otros cuatro.

19. Por otro lado, el Secretario de Estado norteamericano, Richard Olney, quien había
negociado el Tratado de arbitraje con el Gobierno de la Gran Bretaña, dio a Venezuela
explicaciones engañosas acerca del significado de las clausulas de la prescripción
contenidas en dicho Tratado, en un sentido diferente de lo que había acordado
confidencialmente con el Gobierno británico. Olney ocultó deliberadamente a los
funcionarios de su Secretaría de Estado, a los abogados de Venezuela y al Gobierno

6 Bayard, embajador de los Estados Unidos en Londres, decía en una carta al Presidente
Cleveland del 5 de diciembre de 1896: "Nuestra dificultad está en el carácter completamente indigno
de confianza de los gobernantes y del pueblo venezolano, lo que da por resultado una
responsabilidad indefinible y, por lo tanto, peligrosa para el manejo por ellos de sus propios
asuntos" (Library of Congress, Cleveland Papers, cit. por Dexter Parkins, Historia de la Doctrina de
Monroe.Buenos Aires: Eudeba, 1964, p. 151, n . 89.). En un Telegrama enviado por Lord Salisbury,
Primer Ministro Británico, al Embajador de Gran Bretaña en Washington, Sir Julian Pauncefote, el 5
de junio de 1896, le indicaba que los Estados Unidos se deberían colocar en el lugar de
Venezuela; y que subsidiariamente el árbitro tendría que ser elegido por La Corte Suprema de
Washington y no la de Caracas (Public Record Office. London. F.O. 5/2292). En carta privada de Sir
Julian Pauncefote para Lord Salisbury del 8 de diciembre de 1896, le informa la existencia de un
acuerdo con los Estados Unidos para que los árbitros sean norteamericanos; que puede parecer
injusto que haya dos ingleses y ningún venezolano, pero que la cuestión debe ser arbitrada como si
la controversia fuera entre Gran Bretaña y los Estados Unidos; y que no conocen ningún jurista
venezolano a quien Gran Bretaña consintiera que le fuera confiada la función de arbitro (Christ
Church College. Oxford. Salisbury Papers A /139, £.141).
7 Es mas, de acuerdo al Articulo II del Tratado, en caso de muerte, ausencia o incapacidad de los

árbitros nombrados por la Gran Bretaña, los sustitutos deberían ser nombrados por el Comité
Judicial del Consejo Privado de la Reina; pero en el caso de los árbitros de Venezuela la designación
de los sustitutos, incluyendo al sustituto del árbitro designado por cl Presidente de Venezuela,
correspondería a la Corte Suprema de los Estados Unidos.

9
venezolano, la existencia de importante correspondencia con los británicos sobre esa
materia8. Además (y mas grave) aseguró a los abogados de Venezuela que existía un
compromiso con Gran Bretaña para interpretar que no podría haber prescripción
adversa (a la que se refería la regia (a) del Articulo IV d el Tratado) en contra el acuerdo
de 18509, cuando en realidad se había comprometido con los británicos a no atribuir a
tal acuerdo ningún status, dejando al Tribunal en libertad para interpretarlo10.

20. Venezuela firmó el Tratado Arbitral en Washington, el 2 de febrero de1897, tras la


advertencia del Secretario de Estado norteamericano de que de no hacerlo, los Estados
Unidos la dejaría sola a merced de la Gran Bretaña; de modo que —como se expresó el
Ministro de Relaciones Exteriores venezolano, en 1896-fueron "l as peligrosas
consecuencias del desamparo en que la negativa colocaría a Venezuela" las que le
llevaron a suscribirlo. Pero al mismo tiempo, el Gobierno Venezolano no podía conocer
el carácter engañoso de las explicaciones que en torno a la clausula de la prescripción le
había suministrado el Secretario de Estado Olney, ni los acuerdos secretos acerca de su
interpretación a los que este había llegado con el Gobierno Británico. De tal manera
que el Tratado de Washington fue suscrito por Venezuela bajo amenaza y engaño. Sin
embargo Venezuela no ha objetado la validez de ese tratado, pues su rechazo del Laudo
de Partís se ha basado, en gran parte, en que dicho laudo ha violado cláusulas expresas
que se debían cumplir obligatoriamente, de acuerdo al Tratado de Washington.

8Véase la Carta de Richard Olney a Benjamin Harrison, Principal Abogado venezolano, del 8 de julio
de 1898 (Library of Congress. USA. Richard Olney Papers. Vol. 2, pp. 750-751), y la carta para el
Embajador británico Sir Julian Pauncefote del 24 de mayo de 1899 (Library of Congress. USA. Richard
Olney Papers. Vol. 85, Nos.15058-15059)
9Véase su carta a Benjamin Harrison del 29 de julio de 1898 (Library of Congress. USA. Benjamin

Harrison Mss., Vol172, Nos. 37502-37503).


10 Tal compromiso aparece en su carta al Embajador Británico en Washington del 29 de octubre de

1896 (Public Office Record. London. F.O. 80/375).

10
IX. SE DICTA EL LAUDO DE 1899

21. Los dos árbitros británicos y los dos norteamericanos eligieron como quinto
miembro y Presidente del Tribunal a Frederic de Martens, ConsejeroPrivado y Miembro
Permanente del Consejo del Ministerio de AsuntosExteriores de Rusia. El Tribunal
se reunió en París y después de celebrar 50 audiencias que finalizaron el miércoles 27 de
setiembre de 1899, dictó seis días después una sentencia inmotivada en la que, por
unanimidad, se atribuía a la Gran Bretaña alrededor del 90 por cierto del territorio
disputado.

22. Desde el momento mismo en que fue dictado el Laudo, tanto la opinión pública
venezolana como el Gobierno formularon serias reservas acerca de la decisión, no
solo por considerarla como notoriamente injusta, sino por la violación de ciertas reglas
formales o de procedimiento a l as que debía estar sometido el arbitraje. Con todo el
Gobierno venezolano se vio obligada a dar cumplimiento al Laudo, no solo porque
faltaban las condiciones políticas, tanto internas como internacionales que le hicieran
posible desacatar una decisión que contaba con el respaldo de las Grandes Potencias de
la época, sino porque no estaba en posesión de todos los elementos de juicio y evidencias
que le permitieran demostrar el carácter nulo e irrito del Laudo. Es sólo es después de
1949, tras la publicación del memorándum póstumo de Mallet-Prevost, y la apertura al
escrutinio publico d e los archivos oficiales y privados británicos y norteamericanos
sobre la materia, cuando Venezuela pudo tener acceso a J a información que le
permitió fundamentar su contención y plantear formalmente la reclamación territorial
sobre la Guayana Esequiba.

11
X. LOS VICIOS DEL LAUDO

23. Las investigaciones históricas llevadas a cabo a partir de 1950 comprueban, en efecto,
la existencia de graves vicios, tanto de fondo como de forma, en losprocedimientos y
decisión del Tribunal de París. Entre los vicios deben destacarse los siguientes.

a) Falta de motivación:

24. La sentencia carecía de motivación, de manera que no se da ninguna argumentación


jurídica ni razones para la decisión. De esta manera no se cumplió con un requisito que
la practica internacional anterior y posterior al Laudo ha considerado como necesario
para la va1idez de una sentencia en un arbitraje de esta naturaleza. En efecto, el Tratado
de Washington enumeraba las reglas jurídicas y los criterios de derecho que el Tribunal
debería aplicar; y cualquier decisión tomada en contra de tales reglas y criterios estaba
afectada de nulidad. La falta de motivación de la sentencia coloco a Venezuela en una
situación de indefensión pues le impidió conocer cuales eran los criterios jurídicos en los
que esta se había basado, y eventualmente alegar la nulidad del Laudo, por no haberse
tornado en cuenta las reglas que habían sido convenidas en el Tratado arbitral. Este
hecho por si solo constituye una causa de nulidad. Las investigaciones históricas llevadas
a cabo a partir de 1950 han permitido establecer que, en efecto, la sentencia no obedeció
a criterios jurídicos, sino que fue resultado de un acuerdo político realizado a espaldas de
Venezuela, con lo cual la falta de motivación del Laudo, no constituye un vicio menor
de carácter meramente formal, al que el transcurso del tiempo haya podido subsanar,
sino que priva de toda legitimidad a la decisión tomada por el Tribunal .

b) Exceso de poder:

25. El Tribunal arbitral. incurrió en exceso de poder al decidir cuestiones sobre las cuales
carecía de jurisdicción. Así, decidió y reglamentó la libre navegación de los ríos Barima

12
y Amacuro, cuestión cuyo examen no había sido previsto en elcompromiso arbitral, ni
había sido solicitada o suscitada por las partes durante eljuicio. Igualmente decidió
acerca de las fronteras con Estados, que como Brasil y la Guayana Holandesa no eran
parte en el arbitraje y para lo cual carecía, por tanto, de toda competencia. Como quiera
que la sentencia en su totalidad constituye una unidad y como tales cuestiones pueden
haber sido un elemento material determinante de la decisión total del Tribunal, estos
vicios no solo acarrean la nulidad de aquellas partes especificas de la sentencia en las
que se decide sobre esas cuestiones, sino de la totalidad del Laudo.

c) Falsa evidencia:

26. Recientes investigaciones históricas demuestran que varios de los mapas


presentados ante el Tribunal de Paris, y en base a los cuales supuestamente se dictó la
decisión, fueron adulterados o falsificados por el Gobierno Británico. (Vide supra §11 )

d) Conducta impropia de los árbitros británicos:

27. Los árbitros designados por la Gran Bretaña no desempeñaron sus papeles como
jueces imparciales, sino como representantes de su país. Es mas, las recientes
investigaciones históricas han permitido descubrir evidencia sobre la existencia de una
relación impropia entre el principal abogado británico y los árbitros de esa nacionalidad,
de modo que aquel se consideraba autorizado a transmitir a estos instrucciones, a
nombre de su Gobierno, como si fueran sus meros agentes11.

11Véase la carta de Sir Richard Western, Principal Abogado británico a Lord Salisbury del b 9 de julio
de 1899 (Christ Church College. Oxford. Cecil Papers-Special Correspondence. Box:Webster) y la
carta de Sir Richard Webster al Sr. Joseph Chamberlain del 19 de julio de 1899 (Birmingham
University Library. Chamberlain Papers .J.C. 7/5)

13
e) Incumplimiento de obligaciones que imponía el Tratado de 1897:

28. El Tribunal no cumplió con una de las obligaciones fundamentales que le imponía el
Articulo III del Tratado de Arbitraje cual era la de investigar y determinar la extensión
de los territorios pertenecientes o que podían ser legalmente reclamados por España y
Holanda, respectivamente, en el momento en que Gran Bretaña adquirió la Colonia de la
Guayana Británica. Tal investigación era esencial, conforme a las reglas aprobadas en
dicho Tratado, para la posterior determinación de la frontera entre Guayana Británica y
Venezuela. Ahora bien, lo cierto es que en ninguna parte del Laudo se determina cuáles
eran aquellos territorios, ni como, a partir de tal determinación, fueron aplicadas las
reglas de derecho que permitieron establecer ]a frontera entre Guayana Británica y
Venezuela. El Tribunal no cumplió, por tanto, con una de las funciones que le habían
sido asignadas y tal incumplimiento es causa suficiente para la nulidad de la decisión.

f) La sentencia no se basó en el derecho sino que resultado de un acuerdo político


realizado a espaldas de Venezuela:

29. Desde el momento mismo en que se dicto el Laude personalidades diversas,


venezolanas y extranjeras, así como I a prensa internacional, en base a ciertos indicios,
denunciaron que la sentencia del Tribunal de Paris, en lugar de ser una decisión basada
en la aplicación de reglas de derecho —como estaba obligada a serlo, de acuerdo al
Tratado de Washington— fue un acto político-diplomático, un acuerdo anglo-ruso,
vinculado a un trato o convenio entre ambos países.

30. En efecto, el Presidente del Tribunal, Frederic Martens, además de Profesorde


Derecho Internacional en la Universidad de San Petersburgo y en dos universidades
británicas, era Miembro Permanente del Consejo Imperial de Relaciones Exteriores,
Consejero Privado y Delegado Plenipotenciario de Rusia en la Conferencia Internacional
de Paz de la Haya, y era marcadamente anglófilo. En 1879 había publicado en francés un
libro, pronto traducido al inglés, titulado Rusia e Inglaterra en Asia Central, en el que

14
propugnaba una política de entendimiento entre las dos potencias, y en el que, entre
otras cosas, decía que "el porvenir del Asia y la suerte futura de sus posesiones
obligaban a Rusia y a Inglaterra a no perder de vista el papel sublime que la Providencia
Divina les ha impuesto para bien de las naciones semisalvajes y bárbaras de esta parte del
mundo". En el mismo libro afirmaba la tesis de que el derecho internacional "no es
aplicable a las relaciones entre una potencia civilizada con una nación semisalvaje". Dada
la forma de pensar de Martens, la hipótesis de que l1egó a un acuerdo político con los
jueces británicos, para dictar una sentencia que favorecía a la Gran Bretaña frente a la
"semicivilizada" Venezuela, sin tener en cuenta las normas de derecho internacional,
resulta muy plausible, pero mas allá de evidencias circunstanciales no había forma de
probar la existencia de tales graves vicios.

g) Los árbitros fueron objeto de coerción y extorsión:

31. En 1949 el Juez Otto Schoenrich publicó el Memorándum póstumo de Severo


Mallet-Prevost12, quien había sido uno de los abogados de Venezuela en el juicio arbitral,
en el que relata las presiones y amenazas de que se valió el Presidente del Tribunal
Martens, para arrancar el voto de los árbitros norteamericanos, manifestándoles que sino
apoyaban una delimitación fronteriza que había sido ideada por él, votaría con los
árbitros británicos en favor de una línea mucho mas desfavorable para Venezuela, que le
privaría incluso de las bocas del Orinoco. Al mismo tiempo, Mallet-Prevost, expresa su
convicción de que el arbitraje fue una "farsa" ('farce"), y la sentencia fue el resultado de
una''componenda" ("deal") ajena al derecho, entre los árbitros británicos y el ruso.

h) Los árbitros accedieron a un compromiso incompatible con sus deberes:

32. Pese al escepticismo con que los círculos británicos acogieron elMemorándum de
Mallet-Prevost, recientes investigaciones históricas no han permitido confirmar, a partir

12"The Venezuela-British Guiana Boundary Dispute", American Journal of International Law, Vol.
43,1949, pp. 503-530.

15
de fuentes británicas, la exactitud de los hechos narrados, al menos en un punto esencial
para la nulidad del Laudo: la conducta impropia del Presidente del Tribunal quien ejerció
coacción y amenaza sobre los otros árbitros para obtener una decisión unánime. En
efecto, la apertura al escrutinio publico de los archivos de la Gran Bretaña ha mostrado
la existencia de una carta de uno de los árbitros ingleses, Lord Russell, al Secretario de
Relaciones Exteriores Lord Salisbury, fechada el7 de octubre de 1899, en la que relata
como Martens amenazó también a los jueces británicos, diciéndoles que si no aceptaban
la formula por él ideada votaría con los árbitros norteamericanos una decisión favorable
a Venezuela13.

33. Ahora bien, el hecho de que el ruso Martens ejerciera coerción y extorsión no sólo
sobre los árbitros norteamericanos, sino también sobre los británicos en nada
disminuye la gravedad de su acto que constituye una grave violación de sus deberes
como juez y que hace que la decisión a la que así se llegó sea nula ab initio .

34. Por otro lado, el hecho de que los árbitros accedieran a un compromiso, votando
contra sus propias convicciones y sin tener en cuenta las reglas de derecho que de
acuerdo al Tratado de Arbitraje, deberían ser aplicadas, constituye un motive separado
y adicional de nulidad. El que un ex-Presidente de los Estados Unidos, actuando como
Abogado Principal de Venezuela, y dos miembros de la Corte Suprema de los Estados
Unidos, consideraran apropiado aceptar un compromiso en el que se decidía acerca de
los derechos soberanos del Estado Venezolano, sobre su territorio, sin que en ningún
momento fuera consultado el Gobierno de este país, y aun actuando contra su voluntad
expresa de que la decisión del Tribunal debería ser —como lo establecía el Tratado
de1897— de estricto derecho, constituye una grave perversión de los principios
fundamentales del proceso arbitral.

13La carta de Lord Russell a Lord Salisbu1y se encuentra archivada en: Hatfield House, Hers, Papers
of 3rd. Marquess of Salisbury, Vol. A/94, Doc. N° 2; y ha sido transcrita en ]. Gillis Wetter, The
International Arbitral Process, Vol. III. New York: Oceana Publications,1979, pp.l26-129.

16
XI. VENEZUELA RESERVA SUS DERECHOS TERRITORIALES E INVOCA LA
NULIDAD DEL LAUDO

35. A partir de 1950, a medida que la apertura al escrutinio publico de los archives
británicos y norteamericanos le fue permitiendo a Venezuela obtener la confirmación
plena de la naturaleza viciada del Laude de 1899, procedió a hacer publica reserva de
sus derechos sobre la Guayana Esequiba, e intentó obtener de la Gran Bretaña , por la vía
bilateral, una reparación equitativa de la injusticia cometida.

36. Así en la IV Reunión de Consulta de Cancilleres Americanos, celebrada en


Washington en 1951, el Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Dr. Luis Emilio
Gómez Ruiz, salvó los derechos territoriales de Venezuela ante cualquier cambio de
status futuro de la Guayana Británica y expreso la aspiración a una "rectificación
equitativa" de la frontera trazada en el Laudo. Durante la celebración en Caracas de la
X Conferencia Interamericana, en marzo de 1954, el Gobierno de Venezuela volvió a
salvar tales derechos territoriales. Y la misma idea fue ratificado en 1956, mediante
una declaración del Canciller Dr. José Loreto Arismendi, al constituirse la Federación
Británica del Caribe.

37. Las gestiones venezolanas ante la Gran Bretaña no tuvieron receptividad, hasta que
en 1962 la cuestión fue planteada formalmente por Venezuela ante las Naciones
Unidas. En efecto, el 22 de febrero de 1962, el Embajador de Venezuela ante las
Naciones Unidas, Dr. Carlos Sosa Rodríguez, en una declaración en la 130 reunión
de la CuartaComisión de dicha Organización, invoco formalmente la nulidad del
Laudo de 1899. Explicó el Embajador venezolano que el Laudo fue resultado de una
transacción política, que se hizo a espaldas de Venezuela, sacrificando sus legítimos
derechos; que la frontera fue trazada arbitrariamente sin observar para nada, ni las reglas

17
específicas del compromiso arbitral, ni los principios de Derecho Internacional aplicables
al caso, y que al obtener Venezuela 1a confirmación plena de la naturaleza viciada del
Laudo, procedió a hacer publica reserva de sus derechos. Y añadió el Dr. Sosa:

"En esta oportunidad, cuando ha sido planteada ante las Naciones Unidas la cuestión
de la independencia de la Guayana Británica y la legítima aspiración de su población
de alcanzar, mediante pacíficas negociaciones con el Reino Unido, el ejercicio pleno
de su soberanía, el Gobierno de Venezuela, al apoyar cálidamente tan justas
aspiraciones, se ve al mismo tiempo obligado en defensa d e los derechos de su
propio pueblo, de pedir que se tomen también en cuenta sus justas reivindicaciones y
que se rectifique en forma equitativa la injusticia cometida. Esto espera poderlo hacer
mi país mediante amistosas negociaciones entre las partes interesadas, tomando muy
en cuenta, no sólo sus legítimas aspiraciones, sino también las circunstancias actuales
imperantes y los legítimos intereses del pueblo de la Guayana Británica".

38. El 12 de noviembre de 1962, el Canciller Dr. Marcos Falcón Briceño, en su


intervención ante la 348ª Sesión de la Comisión Política Especial de la XVII Asamblea
de las Naciones Unida ratificó las razones por las que Venezuela consideraba que el
Laudo de 1899 era nulo e irrito y la aspiración de Venezuela de lograr una solución
satisfactoria de la situación planteada.

XII. SE NEGOCIA EL ACUERDO DE GINEBRA

39. Como resultado de estas iniciativas venezolanas, se produjo un acuerdo entre los
Gobiernos del Reino Unido y de Venezuela, con la concurrencia del Gobierno de
Guayana Británica, en el sentido de que los tres Gobiernos examinarían los documentos
relativos a la cuestión e informarían a las Naciones Unidas sobre el resultado de las

18
conversaciones. Y así lo anunció, con autorización de las partes interesadas, el
Presidente del Comité Político Especial, el 16 de noviembre de 196214.

40. Después de mas de tres años de conversaciones y negociaciones entre las partes
interesadas, el l6 de febrero de 1966 se celebro en Ginebra un Acuerdo entre el Gobierno
de Venezuela y el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, en consulta con
el Gobierno de la entonces colonia llamada Guayana Británica, en el cual se reconoce la
existencia de la controversia fronteriza y se establece un procedimiento para su
solución. Al constituirse la Republica Cooperativa de Guyana como nación
independiente1 pasó a ser parte del Tratado, conforme a lo establecido en el Artículo
VIII del mismo.

XIII. LA AUTODETERMINACIÓN DE GUYANA Y LOS DERECHOS DE


VENEZUELA

41. La controversia territorial que esta planteada no se originó, como algunos


erróneamente han afirmado, en pleitos entre las antiguas potencias coloniales, sino que es
consecuencia de un despojo, por parte del Imperio Británico a la joven República de
Venezuela que apenas acababa de salir, débil y desangrada, de las guerras de la
Independencia.

42. Venezuela es consciente de que no puede culpar de tal acción a la Republica


Cooperativa de Guyana, que hasta fecha reciente, sufrió de la dominación colonial de
los mismos que a ella l e despojaron.

14 Documento A/5313. Tema 88 del Programa

19
43. Consecuente con su posición anticolonialista, el Gobierno de Venezuela, ya desde
1962, cuando se iniciaron las conversaciones sobre esta materia con el Gobierno
Británico, favoreció la participación en ellas del Gobierno de la para entonces colonia, de
la Guayana Britani.ca. No podía Venezuela aceptar que Gran Bretaña, como potencia
colonial, decidiera sobre graves asuntos que afectaban a su colonia sin la participación
de esta.

44. No quiso tampoco Venezuela que su reclamación territorial pudiera servir de


pretexto para impedir o retrasar la independencia de Guyana. Y así, desde1962, cuando
invocó formalmente por primera vez ante las Naciones Unidas, lanulidad del Laudo de
1899, el Embajador venezolano expresó el decidido apoyo a la independencia de ese país,
dejando en claro que el cambio en el status de la antigua colonia no afectaría a la
reclamación territorial venezolana.

45. Por otro lado, Venezuela reconoció sin demora al nuevo Estado de Guyana, mediante
nota del 26 de mayo de 1966, en la que, de nuevo, se reservan los derechos territoriales
reclamados. Análogas manifestaciones se contienen en la intervención del Delegado
venezolano en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU del 21 de junio de 1966, y
en la declaración mediante la cual se razona el voto positivo de Venezuela al ingreso
del nuevo Estado en las Naciones Unidas, el 20 de setiembre de 1966.

46. Es importante notar que el ejercicio de La autodeterminación, por parte de la


población de la antigua colonia de la Guayana Británica, en nada afecta a la
reclamación venezolana sobre la Guayana Esequiba. La cuestión de la Guayana
Esequiba implica un problema de un territorio que fue ocupado por una potencia ajena,
en violación del párrafo 6° de la Resolución 1514 (XV) de las Naciones Unidas, y no
un problema de auto-determinación. En este sentido debe recordarse la Declaración del
Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Dr. Ignacio Iribarren Borges, ante las

20
Naciones Unidas el 6 de octubre de 1965. La so- lución adecuada a los problemas de las
colonias es el ejercicio de la auto-determinación; en cambio, en el caso de los territorios
ocupados, arrebatados a otros Estados, la solución debe ser su reintegración al Estado
del que fueron des-membrados.

XIV. SE PONE A FUNCIONAR EL A CUERDO DE GINEBRA

47. El Acuerdo de Ginebra, suscrito el 16 de febrero de 1966, es el estatuto jurídico-


político, de la reclamación territorial venezolana. Representa un compromiso
internacional libremente pactado, mediante el cual Guyana y Venezuela, sin presiones o
amenazas, asumieron la obligación de buscar soluciones satisfactorias para el arreglo
práctico de la controversia sobre la frontera entre ambos países.

48. En efecto, partiendo del convencimiento de que cualquier controversia pendiente


entre las partes debía ser amistosamente resuelta, en forma que resultara aceptable para
ambas (Preámbulo), el Acuerdo de Ginebra estableció, en su Articulo I, una Comisión
Mixta, formada por dos representantes del Gobierno de Venezuela y otros dos del
Gobierno de Guyana, con el encargo de buscar soluciones satisfactorias para el arreglo
práctico de la controversia surgida como consecuencia de la contención venezolana de
que el Laude Arbitral de 1899 es nulo e irrito. En el caso de que la negociación a nivel
de la Comisión Mixta no tuviera éxito, el Articulo IV del Acuerdo de Ginebra establece
que las partes deben escoger, de mutuo acuerdo, uno de los medios de solución pacifica
enumerados en el Articulo 33 de la Carta de las Naciones Unidas, o referir esa decisión
a un órgano internacional apropiado que ambas partes acuerden, o si no llegan a acuerdo
lo referirán al Secretario General de las Naciones Unidas. Si los medios así escogidos no
llevan a una solución de la controversia, el órgano internacional o el Secretario General
de las Naciones Unidas, escogerá otro de los medios estipulados en el Artículo 33 de la

21
Carta, y así sucesivamente, hasta que la controversia haya sido resuelta, o hasta que todos
los medios pacíficos en dicho articulo hayan sido agotados15

49. La Comisión Mixta prevista en el Acuerdo de Ginebra, funcionó durante cuatro


años, entre 1966 y 1970, celebrando 16 reuniones en diferentes ciudades, y concluyó sus
labores sin haber logrado realizar el cometido que tenia encomendado, debido a que
desde el comienzo mismo de las reuniones y durante todas las actuaciones que celebró,
hubo desacuerdo entre los representantes venezolanos y guyaneses acerca del mandato
del organismo que ellos integraban. En efecto, los representantes venezolanos
sostuvieron en todo tiempo que, a la luz de la letra y del espíritu del Artículo I, ese
mandato era única y exclusivamente el de "buscar soluciones satisfactorias para el
arreglo practico de la controversia", en tanto que los representantes guyaneses
mantuvieron el criterio de que la de- terminación de la validez o nulidad del Laudo de
1899 era una cuestión previa, de modo que mientras no se declarara formalmente su
nulidad, no había nada que discutir en materia de rectificación de fronteras.

XV. EL PROTOCOLO DE PUERTO ESPAÑA

50. Cumplido el lapso previsto para el funcionamiento de la Comisión Mixta, las partes
debían poner en funcionamiento los mecanismos del Articulo IV del Acuerdo de
Ginebra. Sin embargo, Venezuela y Guyana negociaron y suscribieron el 18 de junio de
1970, el Protocolo de Puerto España por el cual se dejó en suspenso por doce años la
aplicación de algunas de las disposiciones de ese Acuerdo, y en especial las

15Mediante una comunicación dcl 3 de abril de 1966, el señor U Thant, Secretario General de l as
Naciones Unidas, informó al Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Dr. Ignacio Iribarren
Borges, que había tornado nota de las obligaciones que eventualmente pueden recaer en el
Secretario General en virtud del Articulo IV de Acuerdo de Ginebra y que dichas funciones son de tal
naturaleza que pueden ser desempeñadas apropiadamente por el Secretario General de las Naciones
Unidas.

22
provisiones de dicho Articulo IV. Desde el punto de vista del Gobierno de Venezuela
esto era lo mas conveniente, pues dada la falta de progreso en la Comisión Mixta y
dado el hecho lamentable, pero innegable, del deterioro de las relaciones entre los dos
países, era difícil, si no imposible, esperar que la puesta de funcionamiento de los otros
mecanismos previstos en el Acuerdo de Ginebra pudiera cumplir su función de procurar
una solución satisfactoria para el arreglo practico de la controversia. En efecto, el logro
de tal solución presupone necesariamente el ejercicio de una voluntad de entendimiento
de parte y parte que haga posible un eventual acuerdo, y para ello la negociación parece
la vía mas adecuada. Mediante el plazo de 12 años de sus- pensión, que establecía el
Protocolo, se abría un periodo lo suficientemente largo como para que los dos
Gobiernos pudieran explorar todas las posibilidades de mejorar el entendimiento entre
ellos y entre sus pueblos, creando un clima de verdadera cooperación que abriera el
camino de una solución satisfactoria de la controversia, mutuamente aceptable para una
y otra parte.

XVI. REACTIVACIÓN DE LOS MECANISMOS DEL ACUERDO DE GINEBRA

51. El 18 de diciembre de 1981, en conformidad con lo preceptuado en el Articulo V.


3) del Protocolo de Puerto España, el Gobierno de Venezuela comunicó a l os Gobiernos
de la Republica Cooperativa de Guyana y al del Reino Unido de la Gran Bretaña e
Irlanda del Norte, su decisión de no continuar aplicando mas allá de su termino, que
había sido establecido en doce años, el citado Protocolo. Una participación similar se
hizo llegar al Secretario General de las Naciones Unidas, dada la función que este debe
cumplir en los términos del Acuerdo de Ginebra. Al producirse la designación del Señor
Pérez de Cuellar como nuevo Secretario General de las Naciones Unidas, se procedió a
ratificar todas las gestiones que habían sido cumplidas ante su predecesor.

23
52. Transcurrido u n periodo en que las partes no lograron ponerse de acuerdo ni acerca
del medio de solución de la controversia (Venezuela era partidaria de las negociaciones
directas, en tanto que Guyana prefería el arreglo judicial a cargo de la Corte
Internacional de Justicia), ni acerca del órgano internacional apropiado para seleccionar
tal medio (Venezuela era partidaria de que fuera el Secretario General de las Naciones
Unidas, y Guyana la Corte Internacional de Justicia, el Consejo de Seguridad o la
Asamblea General de las Naciones Unidas), la decisión fue referida al Secretario
General de las Naciones Unidas. Fue motivo de complacencia para el Gobierno de
Venezuela poder registrar el acuerdo con el Gobierno de Guyana acerca de los Buenos
Oficios como el medio adecuado para la solución de la controversia, así como acerca de
la persona que en calidad de representante personal del Secretario General de las
Naciones Unidas, sería responsable de tal gestión.

XVII. LA POSICIÓN VENEZOLANA ANTE EL DIFERENDO

53. La controversia planteada no es un mero diferendo jurídico, sino otro mas amplio
que incluye aspectos de justicia natural, equidad y moralidad internacionales. Esto
supone que deben tomarse en cuenta no solamente los elementos jurídicos implicados en
la cuestión, sino todas las consideraciones históricas, morales, políticas, geográficas y de
cualquier otro .orden que puedan conducir a un resultado equilibrado, practico, aceptable
y, en definitiva, equitativo.

54. Desde el punto de vista de Venezuela una solución "ideal" del problema, basada en el
derecho estricto, no sería, evidentemente, otra que el que le fuera devuelto todo el
territorio de la Guayana Esequiba. Pero esa no sería una solución práctica, ni
probablemente equitativa, vistas todas las circunstancias del caso. La solución realista y
practica a la que aspira Venezuela debe tomar en cuenta tanto los legítimos intereses de

24
nuestro país como los de la población de Guyana. Por eso Venezuela, desde los inicios
de la reclamación, planteó como so- lución una reparación amistosa de la injusticia,
mediante una rectificación equitativa de las fronteras.

55. En opinión de Venezuela ese es el tipo de solución que prevé el Acuerdo de Ginebra.
Como se dice en una nota del Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela al
Ministro de Relaciones de Guyana, de fecha 30 de agosto de 1982:

"El arreglo de la controversia, tal como lo concibe el Acuerdo de Ginebra, se sitúa


esencialmente en el plano de la equidad, de la justicia natural y de la ética. Ha sido, por
tanto, posición invariable de Venezuela la de estar dispuesta a considerar todo medio
capaz de asegurar una solución práctica y aceptable para ambas partes, de conformidad
con lo establecido por el Acuerdo de Ginebra. En este sentido es manifiesta su
permanente disposición de examinar, no sólo los aspectos estrictamente vinculados con
la controversia territorial propiamente dicha, sino todos aquellos otros aspectos que
dentro del conjunto de nuestras relaciones bilaterales, pueden contribuir a una solución
de las características mencionadas."

56. Desde el punto de vista de Venezuela, para que un acuerdo entre las partessea un
arreglo práctico y satisfactorio de la controversia debería incluir, al menos, los
siguientes aspectos:

1) La solución no podría limitarse a una rectificación meramente simbólica del


trazado fronterizo, sino que debería consistir en una rectificación equitativa que
proporcione a Venezuela una parte no despreciable del territorio reclamado.

2) Venezuela debería adquirir el dominio sobre una ancha faja de la zonacostera


en reclamación, que le permita proyectarse en un amplio espacio marítimo hacia
el Atlántico.

25
3) Debería adquirir, también, el dominio de1a zona al sur de la faja anterior que le
permita controlar las vías acuáticas susceptibles de conexión con el Orinoco.

4) Venezuela debería adquirir el dominio sobre zonas y poblaciones de


arraigada tradición de venezolanidad.

57. Por lo demás, como se decía en la Declaración del Ministerio de


Re1acionesExteriores de Venezuela del 2 de mayo de 1981:

"Venezuela ha estado dispuesta a considerar todos los problemas implicados en esta


materia, sean estos políticos, marítimos, culturales, económicos o sociales, y no
limitarseal mero examen de la nulidad del inexistente Laudo de 1899, como
parece pretender Guyana. Venezuela considera que un arreglo práctico no es posible
sin abordar esa tema- tica en su conjunto y que toda conducta distinta constituye una
violación de la obligación de negociar una solución satisfactoria, tal como fue
convenido en el Acuerdo de Ginebra".

Caracas, 29 de marzo de 1990

26

También podría gustarte