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Ensayo

Título.
Filosofía de la Educación Cristiana.
Introducción
La Iglesia en general en sus objetivos educativos tiene como meta, cambiar la estrategia
antigua de enseñanza, “la letra con sangre entra”, a una enseñanza participativa y práctica, la
cual lograra que muchos de los beneficiados, asimilen las nuevas características y poder así,
enfrentar el nuevo reto que es multiplicar esas enseñanzas, es decir, volverse maestros.
Es indispensable, tomar la Biblia, como base fundamental de la instrucción Cristiana, para
el conocimiento real del evangelio y de la persona de Jesucristo. Para ello, la Iglesia y su
renovación con respecto al tema de enseñanza, se ha basado en que todo ejercicio,
adiestramiento y práctica, tiene como base una cosmovisión Bíblica.
Este plan, tiene en cuenta las necesidades del cristiano, aún de los no creyentes para que
por la intervención de la capacitación y la reproducción, se obtengan resultados inmediatos.
Desarrollo
Asomaremos este ensayo, citando, que para sugerir un modelo cristiano en la educación, se
deben ahondar matices en lo que respecta al tema. ¿Realmente lo que transmitimos en la
educación, es fuerte y fidedigno?
Un tinte básico en la evolución de la filosofía de la educación cristiana, no es la cantidad de
conceptos que el maestro imparta a sus discípulos, sino el dar en el blanco para romper los
paradigmas existentes en sus mentes y aun en sus corazones.
No son ideas para el momento, para presentar una prueba, recitar algo de memoria y
olvidarlo a la vuelta de dos días, sino, un rotundo quebrar las estructuras generacionales y
adquiridas para que así, los aprendices, se transformen en lideres comprometidos a replicar
todo lo aprendido. En la historia de discipular a los creyentes, han existido paradigmas que
torpedearon el objetivo de la misma, algunos de los principales son: la pluralidad cultural y
las carencias comunitarias; la reforma en la educación cristiana, debe impactar los sitios
vulnerables, aquellos sitios donde los cordones de miseria del evangelio, es decir, donde no se
conoce a Jesucristo, dónde no hay equipamiento para educar, sean impactados de una manera
eficaz y eficiente.
La verdad de un estudiante cristiano y de un no creyente, debe ser, una formación basada
en el poder, legitimidad y en la inerrancia Bíblica.
En ese orden de ideas, el principio anterior debe ser la base de todos. Para una óptima
formación de maestros se debe enfatizar en que El Señor Jesús, es la base de todo lo que se
cree, lo que se piensa, se hace, se dice, acompañado con metas y objetivos claros, sin dejar al
azar algo, ya que las personas que reciben la instrucción, no deben dejar espacios por donde
se filtre el engaño y la manipulación del enemigo; la educación cristiana debe ser integral, es
decir, lograr que el individuo tenga un desarrollo físico, mental, social y espiritual.
A estos propósitos se les debe sumar, un compromiso, basado en la persona de Jesucristo,
ya que el que no lo tenga a Él como meta, fracasara en el intento de llevar a cabo una
excelente tarea educativa.
Cabalmente, por el derecho a la educación es que debemos proyectarnos laboriosamente,
con El Santo Espíritu, para poder así estar facultados en la tarea de educar; este cometido va
de la mano con una interacción entre la familia y la iglesia, ya que son los pilares
fundamentales en el proceso de tener un compromiso con Cristo, un rol en la familia, un
desempeño en la Iglesia y unos frutos en la sociedad.
Entonces, la instrucción educativa, como extensión del Reino de Dios, tendrá la obligación
de ser imitadora de Cristo, con el amor y la pasión de Dios por los perdidos.
Cabe anotar que debemos ser proactivos, en el cumplimiento de los desafíos, pues se
necesitan ambientes para el proceso educativo, ya que no solo es transmitir el mensaje, sino
contextualizar al estudiante y al maestro mismo del rol que desempeñará en los diferentes
ámbitos de la sociedad tanto en el área geográfica como locativa.
Las Escrituras nos enseñan que este sistema educativo es sólido, ya que tiene como base la
autoridad absoluta de Dios, en donde, Jesús es el maestro de maestros, La Biblia el texto po0r
excelencia, El Espíritu Santo el inspirador divino, la iglesia plataforma de extensión del reino,
los educando, los comprometidos.
Conclusión
El Reino de Dios, necesita educadores y educandos con la firmeza de Su Palabra, el
sustento de Su amor y la fiabilidad de Sus promesas. Es importante que el apoyo educativo se
dé sobre la base de la Palabra Mateo 9:35-38Reina-Valera (RVR1960): “La mies es mucha.
Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y
predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y
al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como
ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha,
más los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”. Sobre
lo anterior trabajar para hacer más discípulos, más obreros, más maestros.
El mundo, pide a gritos, maestros y discípulos que realicen ciencia pero, también esta
presuroso de hombre y mujeres que se adhieran con el otro y que desplieguen estrategias con
las cuales se lancen quehaceres colectivos, para el incremento de la calidad de la existencia en
las poblaciones alejadas de Cristo, con hambre, sed, necesidad por su Presencia.
Bibliografía
Hendricks, Howard. (2003). Enseñando para cambiar vidas. Miami, Florida: Unilit.
Galindo, J.C. (2012). Sistemas Educativos. Recuperado de https:
//vereniceurias.jimdo.com
Bible Gateway (RVR 1960).
Cuevas, Mari. (2011). Modelo de Ensayo Académico. Recuperado de https:
www.ejemplode.com/66-ensayos/2479-ejemplo_de_ensayo_academico.html

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