Está en la página 1de 6

Conducta prosocial: ayudar a otros.

Conducta prosocial: acción de ayudar que beneficia a otra persona, sin que
necesariamente proporcione beneficios directos a la persona que lleva a cabo la acción,
y que puede incluso implicar riesgo para quien ayuda.

No es lo mismo que altruismo. Altruismo es una conducta que refleja una preocupación
desinteresada por el bienestar de los demás.

Responderá una emergencia: ¿por qué los espectadores algunas veces ayudan y otras
veces son indiferentes?.

Hay dos conceptos que se relacionan con este tema. Por un lado, la difusión de la
responsabilidad, que es la propuesta que plantea que el monto de responsabilidad
asumida por los espectadores de una emergencia se comparte entre ellos. Si hay sólo un
espectador, éste tiene total responsabilidad. Si hay dos espectadores, cada uno tiene el
cincuenta porciento de la responsabilidad; si hay cien espectadores cada uno tiene el
uno por ciento de la responsabilidad. A mayor numero de espectadores, menos
responsable a actuar se siente cada uno de ellos.

Por el otro, tenemos el efecto del espectador, hecho de que la probabilidad de una
respuesta prosocial ante una emergencia se ve afectada por el numero de espectadores
presentes. A medida que aumenta el numero de espectadores, la probabilidad de que un
espectador cualquiera ayude disminuye, y la cantidad de tiempo que pasa antes de que
se inicie la ayuda aumenta.

La decisión de ayudar en una emergencia: cinco pasos esenciales.

Existen cinco pasos de elección que pueden llevar a la acción prosocial o a no realizarla:

1- DARSE CUENTA DE LA EMERGENCIA: en muchas ocasiones las personas


no se dan cuenta de la existencia de una emergencia, y como resultado para ellos
el problema no existe. Se propuso, además, que cuando una persona está
preocupada por asuntos personales, es poco probable que la conducta prosocial
tenga lugar. Es decir, no se presta ayuda porque no hay conciencia de la
emergencia.
2- INTERPRETAR UNA EMERGENCIA COMO TAL EMERGENCIA: incluso
cuando se está prestando atención a lo que está ocurriendo alrededor, se tiene
solo información limitada e incompleta acerca de lo que loes extraños pueden
estar haciendo. Cuando las personas que potencialmente pueden ayudar no están
completamente seguras de lo que está ocurriendo, tienden a refrenarse y a
esperar por más información. Y mucha gente, por el solo hecho de interpretar la
información de manera errónea (lo cual causaría mucha vergüenza), no ayuda.
La tendencia de aquellos que están en un grupo de extraños a dudar y no hacer
nada se basa en lo que se conoce como ignorancia pluralista, es decir, como
ninguno de los espectadores sabe con seguridad lo que está ocurriendo, cada uno
depende del ejemplo de los demás, y como resultado, nadie responde. Esto es
menor si se está con amigos, ya que con ellos se puede hablar del tema
observado. Es menor también en pueblos que en grandes ciudades.
3- ASUMIR QUE ES TU RESPONSABILIDAD AYUDAR: en muchos casos la
responsabilidad es clara (como en los bomberos). Cuando no es tan clara, las
personas tienden a asumir que cualquiera en un rol de liderazgo debe ser
responsable (un adulto frente a un niño, por ejemplo). En un grupo que no tiene
un líder obvio hay una difusión de la responsabilidad.
4- SABER QUÉ HACER: si se llega a este paso no es de nada útil a menos que se
sepa como ayudar. Algunas emergencias requieren de un conocimiento y
destrezas especiales que la mayoría de los espectadores no poseen (rescatar a
alguien que se ahoga).
5- TOMAR LA DECISIÓN DE AYUDAR: incluso si la respuesta a los cuatro
pasos anteriores es sí, la ayuda no ocurrirá a menos que él o ella tome la decisión
final de actuar. La conducta puede verse inhibida por miedo a las posibles
consecuencias negativas. En efecto, pareciera que las personas realizan un
“algebra cognitiva” y sopesan los aspectos positivos y negativos de ayudar.

Factores situacionales que estimulan o inhiben la ayuda: atracción, atribuciones y


modelos prosociales.

Hay factores que influyen en que la persona tenga una conducta prosocial o no:

- Grado en que el espectador evalúa la victima positivamente (atracción): mientras


mayor atracción haya, mayor será la probabilidad de una respuesta prosocial
(ejemplo de que un homosexual desconocido que necesitaba ayuda recibía una
menor respuesta prosocial que aquel que era heterosexual).
- Las atribuciones que hace el espectador sobre la responsabilidad de la victima: si
haces la atribución de que la victima tiene pura y total responsabilidad de lo que
le ha ocurrido no habrá una respuesta de ayuda, especialmente si se tiende a
asumir que la mayoría de las desgracias son controlables, ya que así los
problemas serían culpa de la victima. La tendencia general es atribuir mayor
responsabilidad personal por las desgracias a aquellos que son diferentes a
nosotros, que a aquellos que son similares. Sin embargo, hay veces que es
amenazador encontrar a una victima similar a nosotros: plantea la posibilidad de
que tú también puedes ser victima. El hecho de culpar a la victima es una forma
de tener sentido de control y aliviar la ansiedad.
- Exposición del espectador a modelos prosociales: tanto los que aparecen en los
medios de comunicación como en la vida real, pueden aumentar la probabilidad
de una conducta prosocial. Por ejemplo: si ves a alguien ayudar a una mujer que
se le pinchó la rueda, es probable que si se repite la situación tú también lo hagas
(eso fue un experimento que se hizo). También ocurren efectos negativos frente
a modelos de carácter negativo o violento, lo cual disminuye la conducta
prosocial.

Interés propio, integridad moral e hipocresía moral.


Generalmente creemos que es más probable que nosotros llevemos a cabo conductas
desinteresadas y amables que los demás, pero esa creencia equivocada se basa en el
hecho de que tendemos a sobreestimar nuestras propias acciones morales.

Motivación y moralidad.

Deben también considerarse las cuestiones de carácter motivacional. Se plantea que hay
tres motivos principales que son relevantes cuando una persona se enfrenta con un
dilema moral:

- Interés propio (motivación por llevar a cabo el comportamiento que nos


produce la mayor satisfacción), también llamado egoísmo (preocupación
exclusiva por nuestro bienestar y necesidades personales, en lugar de las
necesidades y bienestar de los demás): las personas que tienen como motivo
principal esto no se preocupan por lo que se considera justo o injusto, bien o
mal, simplemente hacen lo que es mejor para ellos.
- Integridad moral (motivación para ser moral y de verdad llevar a cabo
comportamientos morales): toman en cuenta la bondad y la justicia.
- Hipocresía moral (motivación para parecer morales, mientras hacemos todo lo
posible para evitar los costes implicados en ser morales de verdad): se preocupan
mucho por las apariencias externas.

Hacer que sobresalga la moralidad.

Los que ayudan y los que reciben ayuda.

Tanto el afecto como la personalidad influyen en la conducta de ayuda.

Ayudar como una función de estado emocional de los espectadores.

Estar de buen humor incrementa la probabilidad de ayudar a los otros, mientras que
estar de mal humor interfiere con la ayuda. Sin embargo, a veces las emociones
positivas y negativas tienen efectos inesperados sobre la disposición a ayudar a los
otros.

Emociones positivas y conducta prosocial.

Las emociones se ven afectadas por lo que olemos, por lo tanto nuestra conducta (y
dentro de esta nuestra conducta prosocial) también se ver afectada por los olores
(ejemplo: olor a perfume, panadería).

A veces uno cuando esta feliz tiende a sumir que no existe una verdadera emergencia,
por lo que no acude en ayuda. El hecho de sentirse bien también te da poder, lo cual
puede llevar a rehusarse a ayudar.

Se llega a la conclusión de que si la necesidad de ayuda es muy clara y ayudar no


implica consecuencias negativas para quien ayuda, las emociones positivas incrementan
la posibilidad de una respuesta prosocial. Sin embargo, lsi las acciones prosociales
pueden estropear el buen humor de una persona, el buen humor, de hecho, da lugar a
menos ayuda.

Emociones negativas y conducta prosocial.

Si la acción de ayudar implica una interacción que te hará sentir mejor, las emociones
negativas aumentan la probabilidad de las acciones prosociales. Es más probable
observar el efecto positivo de las emociones negativas , si los sentimientos negativos no
son muy intensos , si la emergencia no es ambigua y si el acto de ayudar es interesante y
satisfactorio, en lugar de difícil y desagradable.

Diferencias disposicionales en la respuesta prosocial.

Empatía: respuesta afectiva y cognitiva compleja ante el sufrimiento emocional de otra


persona. La empatía incluye la capacidad de poder sentir el estado emocional de otra
persona, solidarizarse e intentar resolver el problema, y tomar la perspectiva de esa
persona. Uno puede ser empático tanto hacia personajes ficticios como hacia victimas
de la vida real.

El componente afectivo de la empatía incluye ser solidario.

Si uno da ayuda aumentan sus probabilidad de recibirla y así poder sobrevivir y


reproducirse (explicación evolutiva).

El componente cognitivo de la empatía parece ser una cualidad exclusivamente humana


que se desarrolla solo después de la infancia. Incluye poder considerar el punto de vista
de otra persona, algunas veces denominado tomar la perspectiva. Existen tres tipos
diferentes de tomar perspectiva:

- Puedes imaginarte como una persona percibe un evento y cómo debe sentirse en
consecuencia.
- Puedes imaginarte como tú te sentirías en esa situación. Es una empatía
relativamente pura que motiva la conducta altruista. Se activan sentimientos de
malestar que activan motivos egoístas o de interés propio que pueden interferir
con el altruismo.
- Implica fantasía, sentir empatía por un personaje ficticio.

¿Cómo se desarrolla la empatía y por qué hay diferencias entre las personas?

Es una conjugación entre herencia y factores de tipo sociales. Los factores hereditarios
subyacen a dos tipos de aspectos afectivos de la empatía: el malestar personal y la
preocupación solidaria; pero no de la empatía cognitiva (ésta es condicionada por
factores externos).

Los modelos prosociales también son muy importantes, más que todo los de los padres
(más que los de los medios de comunicación). Es importante en los padres:

- Su calidez
- Claridad y contundencia de los mensajes.
- Su capacidad de discutir emociones.

Las mujeres expresan niveles más altos de empatía que los otros, y aumenta la empatía
con personas que son similares a nosotros.

Un tipo especial de empatía es la respuesta a las catástrofes, en donde interaccionan tres


factores principales: similitud a uno mismo, experiencia en un desastre similar y la
ideología política. Sin embargo, estos tres factores no entran en juego cuando la
catástrofe es apremiante.

Más allá de la empatía: factores de personalidad adicionales asociados con la


conducta prosocial.

La empatía y la motivación altruista están asociadas con otras características positivas:

- Sensación de bienestar.
- Motivación al logro.
- Sociabilidad
- Estado emocional positivo.

Pero están relacionadas negativamente con la agresividad.

Otras características relacionadas con las personas que tienen más probabilidad de
ayudar son:

- Necesidad de aprobación.
- Confianza interpersonal.

Y los que tienen menos probabilidad de ayudar presentan maquiavelismo (desconfianza,


cinismo, egocentrismo y la tendencia a manipular a los demás).

Personalidad altruista: combinación de factores:

- Empatía.
- Creencia en un mundo justo.
- Responsabilidad social.
- Locus de control interno.
- Bajo egocentrismo.

Voluntariado: motivación para la ayuda a largo plazo.

Se aplican las mismas características en el voluntariado que en la personalidad altruista.


Poseen también lo que se conoce como generatividad: preocupación y compromiso de
los adultos por el bienestar de las futuras generaciones. Los adultos que poseen esta
cualidad suelen transformarse en padres, enseñando a gente joven.

Ver cuadro 10.1 pagina 426 y cuadro 10.13 pagina 427.


¿Quién recibe ayuda y cómo responden las personas al hecho de recibir ayuda?.

Género: ¿las mujeres tienen más probabilidad de recibir ayuda que los hombres?

La respuesta es sí, más que todo cuando las mujeres se encuentran solas y son ayudadas
por hombres. Esto se puede deber, de acuerdo a la situación, al paso 4 de la toma de
decisiones: en el ejemplo de cambiar la rueda de un auto un hombre puede tener más
conocimientos al respecto (eso dice en el libro). Cabe aclarar que se ayuda a las mujeres
atractivas más que a las no atractivas.

Pedir ayuda.

La manera más directa y más efectiva de reducir la ambigüedad de la emergencia (que


más arriba lo puse) es pidiendo ayuda de manera explicita. Por ejemplo: no decir
“auxilio”, sino “llamen a la policía”. Sin embargo, a menudo aquellos que necesitan
ayuda no la piden. Esto se puede deber a:

- Timidez.
- Estilo de apego ambivalente o evitador.
- Si se pide ayuda se cree que se los percibirá de incompetentes.

Las mujeres piden mas ayuda a los hombres, los jóvenes a los mayores. Es más
probable que una persona de carácter socioeconómico alto pida más ayuda que uno con
menor alcance económico.

¿Cómo sienta el recibir ayuda?.

Si tú necesitas ayuda se piensa que si alguien te la da reaccionarás de manera positiva,


pero este no es siempre el caso. Se puede sentir incomodidad y sentirse resentida hacia
la persona que nos ayudó. Esto se debe a que la ayuda puede reducir el autoestima; pude
ser percibida como un insulto condescendiente (estereotipos). La ayuda de un hermano,
especialmente menor, también puede ser desagradable.

Cuando las personas responden de manera negativa a la ayuda hay también un aspecto
positivo escondido en esto: la persona es motivada a autoayudarse en el futuro, lo cual
reduce sentimientos de dependencia.

Explicar la conducta prosocial: ¿por qué las personas ayudan?.

Las personas tienden a atribuir a sus propios comportamientos de ayuda motivos


desinteresados, mientras que la visión de otras personas se puede desviar a los motivos
egoístas.

Motivos y teorías: en el cuadro de la pagina 433, cuadro 10.17.

También podría gustarte