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AIR

ONE

Podía oír cada pesado latido de mi corazón. El sonido parecía


menguar de las venas de mi cuerpo, viajar a través del espacio vacío
entre el portal resplandeciente y la casa a oscuras.

Él estaba allí. No tenía ninguna duda. Aunque no pude ver o incluso


coger el más mínimo indicio de su aroma cálido, lleno de humo, yo
sabía que él estaba allí. Esperándome. Pero ¿por qué? ¿Por qué Ren
vino a este lugar tan solitario?

Mi mirada recorrió las sombras que se retorcían cuando las nubes se


deslizaron sobre la luna, me recordaba demasiado a los espectros. Me
quedé mirando el cielo, así que no tenía que mirar las casas, o los
marcos del esqueleto de los que quedaron sin terminar. El tiempo
había sido congelado aquí. La ladera de la montaña, despejada de
árboles para hacer paso a un cul-de-sac y el anillo de casas, susurró
de un pasado inalcanzable. El compuesto-o Haldis extenso lo que se
habría convertido en el Haldis Compuesto-lay delante de mí,
compuesto por viviendas de lujo construidas exclusivamente para el
paquete de Ren y me hubieran llevado juntos. Nuestro paquete.
Nuestra casa.

Me volví hacia Adne, tratando de ocultar mi temblor.

-Mantente fuera de la vista. Me escucharas si hay un problema, y si


vengo corriendo, es mejor que abras un Portal rápido. No importa qué,
no vengas a buscarme.

-Vale- dijo ella, retrocediendo hacia el bosque. -Gracias, Calla.

Asentí con la cabeza antes de cambiar a mi forma de lobo. Adne se


fundió en las sombras. Cuando estaba convencida de que nadie sería
capaz de detectarla, empecé a acechar hacia la casa. Sus ventanas
estaban a oscuras, la estructura silenciosa. Para todas las apariencias,
parecía vacío, pero yo sabía que no lo estaba.

Mantuve mi boca baja, probando el aire. Habíamos llegado a


barlovento del compuesto, lo que me hizo sentir vulnerable. Yo no
sería capaz de recoger el aroma de alguien oculto por el velo de la
noche hasta que estaba casi encima de ellos. Mis orejas se movieron
hacia atrás y adelante, alerta, atentas a cualquier signo de vida. No
había nada. No hay conejos corriendo por la cubierta bajo el cepillo, ni
tampoco aves nocturnas revolotean por el cielo. Este lugar no estaba
abandonado; se sentía maldito, como si nada se atreviera a entrar
dentro de los límites de la compensación.

Cogí ritmo, cubriendo la distancia de la casa, saltando por encima de


montones de nieve, mis uñas raspando en los ríos de hielo que se
había congelado en el pavimento. Cuando llegué a los escalones de la
entrada, me detuve a olfatear el suelo. Mis ojos siguieron huellas
frescas que se convirtieron en pistas de arranque, subiendo a pasos.
El olor de Ren era agudo, nuevo. Había llegado sólo un poco antes de
lo que teníamos. Poco a poco me trasladé hasta el porche, cambiando
las formas de abrir la puerta de la casa. Girando con cuidado el pomo
de la puerta. La casa no estaba cerrada con llave. Abrí del todo la
puerta. Hizo un ligero crujido, pero nada más. Me deslicé en el interior,
el cierre de la puerta y girando el pomo. Si alguien venia a por mí, yo
quería una advertencia de su llegada.

Cambié de nuevo en forma de lobo, moviéndome a través del


vestíbulo principal, trazando el olor de Ren a la escalera principal.
Traté de no temblar al pasar la entrada del comedor. Una hermosa
mesa de roble, probablemente antiguos, estaba rodeada de sillas.
Cuatro en cada lado, uno en la cabeza y una en el pie.

Era demasiado fácil imaginar comidas allí. Nuestra manada, riendo,


haciendo burlas, pertenencia.
Subí las escaleras lentamente, deseando que mis uñas no estuvieran
haciendo clic sobre la madera dura. Cuando llegué al segundo piso,
me detuve, escuchando. La casa sólo respondió con el silencio.
Seguía la ruta de Ren por la casa, pasé tres dormitorios y un baño,
hasta que llegué a la puerta del fondo del pasillo. Mi corazón se
estrelló contra mi caja torácica cuando entré en la habitación principal.

A sólo unos pasos, me detuve. Jirones de luz de la luna se cerraron a


través de la habitación, iluminando la cama señorial, apilados con
almohadas de raso, envueltos en ropa de cama jacquard, dotadas de
mensajes de ébano de altura en cada esquina. Armarios a juego junto
a una pared. En la pared contigua, un tocador con espejo y un sofá
enfrente a la cama.

El olor de Ren estaba en todas partes. El humo de las maderas bajo


un cielo frío otoñal, la suave quemadura de cuero muy gastado, la
cinta seductora de sándalo. Cerré los ojos, dejando que su aroma
vertiera sobre mí, llenándome de recuerdos. Fue un momento antes
de que pudiera sacudir mi collar, enviando al pasado lejos mientras
trataba de concentrarme en el presente.

La luz del exterior se filtraba a través de ventanales de gran altura con


un asiento situado debajo de ellos. Acurrucado bajo las ventanas,
parcialmente envuelto por una sombra, estaba Ren. Yacía inmóvil, con
la cabeza apoyada sobre sus patas. Y él me estaba mirando.

Nos quedamos así, congelados, mirándonos el uno al otro, por lo que


pareció una eternidad. Por último, me obligué a dar un paso adelante.
Su cabeza se levantó. Escuché su gruñido amenazador. Hice una
pausa, luchando contra mi instinto de gruñirle a él.

Se puso de pie, todavía gruñendo, y comenzó a caminar de un lado a


otro por debajo de la ventana. Di otro paso hacia adelante. Sus
colmillos brillaron soltando una advertencia. Baje la cabeza, no
queriendo dar ningún signo de agresión. No importaba.

Ren se agazapo y se abalanzó hacia mí, tirándome al suelo. Grité


cuando nos deslizamos por el suelo de madera. Su mandíbula se
quebró justo por encima mi hombro mientras yo me removía. Me puse
de pie, esquivándolo cuando él se abalanzó de nuevo hacia mí. Sentí
el calor de su aliento y sus colmillos rozando contra mi flanco. Me
volví, gruñendo, y lo enfrenté, preparándome para su próximo ataque.
Cuando golpeó por tercera vez, pero sus dientes no cortó mi carne,
me di cuenta de lo que estaba sucediendo. Ren no quería atacarme.
Él sólo estaba tratando de asustarme.

Cuadrando mis hombros, le ladre. “Detente”.

Miré sus ojos oscuros, que estaban en llamas.

“¿Por qué no peleas conmigo?” Él me enseñó los dientes.

Lo busqué, girando en un círculo lento mientras caminaba a mí


alrededor. “No he venido aquí para luchar”.

Esta vez, cuando se lanzó, no me moví. Su boca estaba a centímetros


de la mía, y él gruñó, pero no me inmuté.

“No deberías estar aquí si no estás lista para pelear”.

“Siempre estoy lista para pelear”. Le mostré mis propios dientes. “Pero
eso no significa que quiera”.

Su gruñido se desvaneció lentamente. Bajó la cabeza, alejándose de


mí y caminando hacia la ventana, donde se quedó mirando hacia el
cielo.

“No deberías estar aquí”.

“Lo sé”. Me dirigí hacia él. “Tú tampoco”.

Cuando él se volvió hacia mí, me cambié a la forma humana.

El lobo carbón parpadeó y luego Ren estaba de pie frente a mí,


mirando hacia mi cara.

-¿Por qué estás aquí?


-Yo podría hacerte la misma pregunta.-, le dije, mordiéndome el labio.
El hecho de que él se entretenía en una casa vacía construida para
nosotros no fue la razón por la que había venido aquí. Pero era difícil
empujar esos pensamientos. De pie en esta sala, en esta montaña, en
esta casa, todo parecía que estaba sobre nosotros. Yo apenas podía
recordar el mundo exterior. Centauros. La guerra.

Sus ojos brillaron, pero luego se volvieron huecos.

-Es un buen lugar para estar solo.

-Lo siento-, le dije. Las palabras se sentían como hielo en mi garganta.

-¿Por qué, exactamente?- Su sonrisa era afilada, y me encogí.

-Por todo.- No podía mirarlo, así que observe a través de la habitación,


mirando a la nada, en particular, muebles con cajones vacíos. Una
cama donde nadie podría dormir.

-Todo-, repitió.

Yo estaba al otro lado de la habitación, de pie al otro lado de la cama,


cuando me di la vuelta, mirándolo fijamente.

-Ren, he venido a ayudarte. No tiene que ser así.

-¿No es así?

-No tienes que quedarte aquí.

-¿Por qué iba yo a dejarla?-, Dijo. -Esta es mi casa.- Sus dedos


rozaron la superficie de satén de la ropa de cama. -Nuestra casa.

-No, no lo es.- Agarré uno de los postes de la cama. -Nosotros no


escogimos esto; fue elegido para nosotros.

-Tú no elegiste esto.- Él caminó hacia el otro lado de la cama. -Pensé


que habría tenido una buena vida aquí.

-Tal vez.- Mis uñas se clavaron en el barniz de madera. -Pero en


realidad no era una opción. Aunque podría haber sido buena.
-Nunca lo quisiste. ¿Verdad? "Tenía los puños apretados a los lados.

-No lo sé-, le dije. Mi corazón latía demasiado rápido. -Nunca me


pregunté lo que quería.

-Entonces, ¿por qué huir?

-Sabes por qué,- dije en voz baja.

-Por él,- gruñó, agarrando una almohada y lanzándola a través del


cuarto. Di un paso atrás, forzando la voz para mantener la calma.

-No es así de simple-, le dije. En el momento en que mencionó a Shay,


algo dentro de mí se agitaba. Todavía me sentía triste, pero más
fuerte. Shay no había cambiado apenas el camino de mi vida. Él me
había cambiado. No, no me había cambiado. Me había ayudado a
luchar por mi verdadero yo. Ahora era mi turno de ayudar a Ren a
hacer lo mismo.

-¿No es así?- Él me miró.

-¿Habrías preferido que lo hubiésemos matado?- Le pregunté,


sosteniendo la mirada de Ren. -¿Es así como tú querías empezar una
vida conmigo?.

Una parte de mí no quería saber la respuesta. ¿Podría realmente


querer a Shay muerto? Si me equivoqué con Ren, venir aquí fue un
terrible error. Nosotros lucharíamos y tendría que matarlo. O él me
mataría.

Él me enseñó sus colmillos afilados, pero luego suspiró.

-Por supuesto que no.

Me moví lentamente alrededor de la cama.

-Esa es la única vida que nos han ofrecido. Matar a las personas que
necesitan ayuda.

Me observó atentamente.
-Los Guardianes son el enemigo, Ren-, le dije.-Hemos estado
luchando en el lado equivocado de esta guerra.

-¿Cómo puedes estar tan segura?

-Sé de los buscadores ahora-, le dije. -Confío en ellos. Ellos me


ayudaron a rescatar a nuestra manada.

Su sonrisa era dura.

-Parte de ella.

-Los otros hicieron su elección.

-¿Y no la hice?- Tenía los ojos de obsidiana oscuro, enojado. Pero no


pensé que su ira estaba dirigida a mí.

Cuando cerré los ojos un instante, no queriendo mirar en el torrente de


pesar que inundaba la mirada de Ren, yo estaba de vuelta en Vail, en
una celda muy por debajo de Edén. Y recordé la desesperación en la
voz de Ren, el miedo en mi propia voz.

“-Me dijeron que tengo que hacerlo.

"-¿Hacer qué?"

"- Quebrarte."

Me estremecí cuando el recuerdo de estrellarme contra la pared y la


sensación de sangre en mi boca se precipitaron sobre mí.
Obligándome a regresar a la habitación.

Una expresión un poco enferma inundo a Ren, y supe que su mente


había estado en el mismo lugar.

Tragué saliva, juntando mis manos para que no temblaran.

-Espero que no lo hiciste.

Él no respondió, pero me miró.


-No creo que querías hacerme daño-, le dije. -Y no creo que tu
tendrías, incluso si Monroe…-

Mis palabras se secaron en la garganta. Era cierto, pero eso no le


quitó la memoria. El horror de esos momentos había sido grabado en
mis huesos.

-Yo no lo hice- susurró Ren.

Asentí con la cabeza, aunque no estaba segura de que me lo creí. Lo


que importaba ahora era lo estaba haciendo aquí y lejos del mundo
que lo convirtió en alguien que me podría lastimar. Empezó a levantar
la mano, como si fuera a tocar mi mejilla, pero luego la dejó caer de
nuevo a su lado.

-¿Los buscadores te enviaron a encontrarme?

-Más o menos.

Su frente se disparó.

-Monroe quería encontrarte-, le dije.

La mandíbula de Ren se apretó. -El hombre que mi padr… que Emile


mató.

Me di cuenta de la forma en que se había detenido a sí mismo. No


quería llamar a Emile su padre.

-Ren.- extendí mi mano, tomando la suya.

-¿Lo sabes? -Sus dedos se entrelazaron con los míos.- ¿Es cierto?
¿Emile mató a mi madre?

Asentí con la cabeza, sintiendo las lágrimas resbalando por mis


mejillas.

Él apartó la mano, pasando sus dedos por su cabello oscuro,


presionándolos para que no temblaran. Sus hombros empezaron a
temblar.
-Lo siento mucho.

-Aquel hombre.- La voz de Ren se agrietó. -Ese hombre, Monroe. Él


es mi verdadero padre, ¿no es así?

Yo lo observaba, preguntándome cómo iba a ponerlo todo junto.

-¿Cómo lo sabes?

No había pasado mucho tiempo entre la lucha en las profundidades


del Edén y este momento tenso donde yo estaba mirando a Ren. Lo
conocía desde que éramos dos cachorros, pero sentí como si en las
últimas veinticuatro horas, hubieran pasado décadas.

“Emile comenzó a reír. Ren todavía agazapado entre su padre y el


Buscador, sus ojos color carbón ardiendo mientras veía bajar a
Monroe sus espadas.

"-No voy a lastimar al niño,- dijo Monroe. -Lo sabes.

"-Lo supuse- dijo Emile, los ojos de los lobos jóvenes gruñendo. -
Asegúrense de que no escape. Es hora de que Ren vengue a su
madre.

"-¡Ren, no lo hagas! Está mintiendo. ¡Es todo mentira! -Grité. -¡Ven


con nosotros!

"-Ella no es más de uno de nosotros- Emile silbó. -Piensa en cómo te


trato, como ella le dio la espalda a todos nosotros. Saborea el aire,
muchacho. Ella es de los buscadores. Ella es una traidora y una puta.

“Él me miró y me encontré de vuelta en el fuego lívido de sus ojos.

“-No te preocupes, niña bonita. Tu día se acerca. Más pronto de lo que


crees.

“Tiré hacia los lados cuando Connor me agarró del brazo y tiró con
fuerza. Él me llevó hacia la puerta sin vigilancia.

"-¡No podemos dejarlo!-, Grité.


"-Tenemos que hacerlo.- Connor tropezó cuando yo luché para
liberarme, pero rápidamente recuperó el equilibrio, cerrando sus
brazos alrededor de mí.

"-¡Voy a luchar!- Luché, desesperada por volver, pero no quería hacer


daño al Buscador que me arrastraba lejos.

"-¡No!- la cara de Connor era como de piedra. -Ya lo has oído. Nos
tenemos que ir. Y si te conviertes en lobo, juro que te dejare
inconsciente de un golpe.

“-Por favor.- Los ojos me ardían cuando vi los colmillos destellando de


Ren y mi respiración se detuvo cuando Monroe dejó caer sus espadas.

".¿Qué está haciendo?- Lloré, esquivando cuando Connor intentó


agarrarme de nuevo.

"-Esta es su la pelea ahora-, dijo con los dientes apretados. -No la


nuestra.

“Ren saltó hacia atrás como las espadas resonaron en el suelo delante
de él. Aunque todavía tenía el pelo erizado, dejo de gruñir.

"-Escúchame, Ren- dijo Monroe, y se puso de cuclillas para mirarlo a


los ojos, haciendo caso omiso de los otros lobos que se aproximaban
con lenta crueldad.-aun tienes elección. Ven conmigo y averigua quien
eres realmente. Deja todo esto atrás.

“El breve y agudo ladrido de Ren se trocó en un lamento confuso. Los


otros tres lobos continuaron acechando hacia el Buscador, sin
inmutarse por el hecho de que su enemigo haya dejado las armas
abruptamente en el suelo.

“El brazo de Connor giró alrededor de mi cuello, me capturó en una


llave de cabeza doloroso.

"-No podemos ver esto-, espetó, y me arrastro fuera de la celda.

"-¡Ren, por favor!- Grité. -¡No los elijas a ellos! ¡Elíjeme a mí!
Ren se volvió a la desesperación en mi voz, viendo como Connor me
arrastraba fuera de la celda. Se convirtió en humano, mirando
desconcertado las manos tendidas en el aire de Monroe, y dio un paso
hacia él.

"-¿Quién es usted?

“-soy...-La voz de Monroe temblaba.

"-¡Suficiente! Eres un tonto, muchacho, "Emile le gruñó a Ren antes de


sonreír a Monroe. "-Al igual que tu padre.

“Y entonces él estaba saltando a través del aire, se convirtió en lobo:


un lio de pelaje, colmillos y garras. Lo vi cuando se estrelló contra
Monroe, le de rodeaba el cuello con los colmillos, un momento antes
de que me diera media vuelta.

Ren no me miraba a mí cuando hablaba, sacándome de los borrosos


recuerdos.

-Cuando él bajó sus espadas, pensé que estaba loco. Quizás suicida.
Pero había algo en su olor. Era familiar, al igual que yo lo sabía.

Vi como se esforzaba por hablar.

-Pero lo que dijo Emile. Yo no entendía al principio. Hasta que él. . .


hasta que Monroe estaba sangrando. El olor de su sangre. Sabía que
había una conexión.

-Amaba a tu madre.- Mis lágrimas corrían tan caliente que podría


haber jurado que estaban quemando mis mejillas. -Trató de ayudarla a
escapar. Un grupo de los Banes quiso rebelarse.

-Cuando yo era un niño de un año-, dijo.

-Sí.

Ren se sentó en la cama, con el rostro entre las manos.

-Monroe dejó una carta.- Me arrodillé frente a él. -Él quería que te
lleváramos de vuelta.
-No importa ahora-, dijo Ren.

-¿Cómo puedes decir eso?

Levantó la cara. La expresión desigual en su rostro era como garras


en mi pecho.

-¿Dónde pertenezco, Calla?-, Preguntó. -Yo no tengo un lugar en ese


mundo. Aunque mi madre trató de ir allí y mi padre solía estar allí.
Ambos se han ido. Muerto. Muerto a causa de la vida en la que yo
pertenezco. No hay nada que me une a los buscadores. Sólo sería un
enemigo para ellos.

Entendí sus sentimientos demasiado bien. Los dos habíamos perdido


tanto. Nuestra manada había sido desgarrada. Nuestras familias rotas.
Pero todavía había esperanza.

Los buscadores me demostraron a mí cuando había luchado junto a


ellos. Ellos no eran tan diferentes de los Guardianes. Éramos todos
guerreros, y derramaríamos sangre por los demás. Nuestros enemigos
se habían hecho amigos, y los lobos podrían encontrar un nuevo
hogar entre los buscadores. Yo creía eso, pero yo necesitaba
hacérselo creer a Ren también.

Agarré sus manos, apretando sus dedos con los míos. -Tienes un
enlace en los buscadores.

-¿Qué?- Él fue sorprendido por mis palabras feroces.

-Monroe tiene una hija-, le dije. -Su nombre es Ariadna.

-¿Él tiene una hija?, Preguntó Ren.

-Tienes una hermana. Una hermana.

-¿Quién es su madre?- Se quedó paralizado, una ráfaga de


emociones corrían por sus ojos.

-Una mujer que lo ayudó cuando él estaba de luto por Corrine,- le dije.
-Pero la madre de Adne también está muerta.
Bajé la cabeza, pensando en la cantidad de gente que esta guerra
había destruido. Empujé el dolor lejos, tratando de concentrarme en
Ren.

-Ella es dos años menor que nosotros. Y ella es la razón por la que
estoy aquí.

-Ella es la razón-, repitió.

-Sí-, le dije, frunciendo el ceño mientras veía fruncir el ceño de él. -


Tenemos que irnos.

-Te tienes que ir-, murmuró. –Te quieren a Shay y a ti. Incluso con una
hermana, yo no encajo en esa ecuación.

Sus palabras fueron como una bofetada en la cara.

-No es suficiente.- Me miró con tristeza. -Ella es una Buscadora. Yo


soy un Guardián. ¿Qué soy yo sin una manada?

Mi estómago dio un vuelco. ¿Con qué frecuencia me había hecho esa


misma pregunta a mí misma? La manada era la esencia de un alfa.
Estábamos destinados a estar juntos, para unir con nosotros nuestros
compañeros de manada. Tome esa distancia, y la vida ha perdido su
significado.

Sus ojos estaban puestos en mí.

-¿Qué deseas?

-¿Qué?- Me quedé mirándolo.

-¿Puedes darme una razón para ir contigo?

-Ya te la di-, le dije, temblando mientras sus palabras se hundieron en


mí.

-No,- dijo, inclinándose hacia mí. -Me has dado razones, pero no la
razón.

-Pero…- Mis palabras se acallaron, temblorosas.


Sus dedos trazaron las líneas en las que mis lágrimas se habían
caído. Fue un toque ligero, apenas rozando mi mejilla. Pero se sentía
como si llamas se perseguían unos a otros a través de mi piel.

-Dame una razón, Calla- susurró.

Lo miré. La sangre rugía en mis oídos. Mis venas estaban en llamas.

No había ninguna duda en mi mente en cuanto a lo que estaba


pidiendo. Pero yo no podía darle lo que quería.

Los ojos oscuros de Ren estaban llenos de dolor, un dolor para el que
él pensaba que yo era el único bálsamo.

-Ren-, susurre. -Yo quiero…

Y entonces me inclinaba sobre él, mi pelo corto rozando sus mejillas


cuando me incliné para darle un beso. Nuestros labios se encontraron
y me sentí como si estuviera buceando en el olvido. El beso se volvió
profundo, inmediato y con hambre. Él me levantó y envolví mis piernas
alrededor de su cintura, moldeando mi cuerpo contra el suyo. Nuestros
besos eran tan llenos de necesidad, tanto tiempo, tan feroz que casi
no podía jadear en busca de aire. Él me puso en la cama. Nuestra
cama.

Sus manos se deslizaron bajo la camisa, acariciando mi estómago,


deslizándose hacia arriba, empujando a un lado de mi sujetador. Yo
gemía y me mordió el labio, deleitándome en la prensa llena de su
peso contra mí, como nuestro cuerpo comenzó a moverse juntos.

Con cada toque de sus dedos mi piel volvió a la vida, crepitando como
la yesca bajo un fósforo encendido. La quema de distancia y temor. La
quema de distancia y tristeza. La quema de distancia y pérdida.

Oí a mi propio grito de placer cuando su boca siguió el camino de sus


manos, y yo luchaba con el pensamiento en la cara de la sensación
tórrida.

Yo no debería estar haciendo esto. No puedo estar haciendo esto.


Mi mente daba vueltas cuando llamé a la imagen de Shay. Había sido
el único en abrir este mundo para mí. Sus manos, su cuerpo había
puesto mi alma en el fuego por primera vez. Me quería mucho, y en
ese momento yo estaba segura de que Ren estaba perdido, que había
elegido el camino de los Guardianes ', me ahogué en mi dolor al dame
cuenta en el torrente de deseo de Shay.

¿Pero y si Ren no había elegido? ¿y si hubiéramos dejamos todo atrás


demasiado pronto? ¿Qué pasa si Monroe tenía razón?

Cuando me había enfrentado con encuentros como estos con Ren en


el pasado, que había sido restringido por las Leyes de los Criadores,
siempre había tenido miedo de entregarme a la pasión que agitaba
dentro de mí.

Me encantó Shay. Yo no tenía dudas al respecto. Pero no podía negar


la poderosa reacción que tuve con Ren, a lo mucho que me quería. Me
pregunté si habría un vínculo entre nosotros que no se podía romper,
forjada a partir de nuestro pasado compartido, nacidos fuera del dolor
de nuestra vida como Guardianes. ¿Era ese vínculo más fuerte que el
nuevo amor que había surgido entre Shay y yo?

La mano de Ren se deslizó entre mis muslos y me estremecí. Mi


cuerpo sabía lo que venía y que pedía a gritos más. Si hubiera tenido
cualquier noción de que ser con Shay habría sofocado el encanto de la
caricia de Ren, fue barrido en ese momento. A través de mi noche en
el jardín con Shay, que había tenido mi primera experiencia de los
secretos de los amantes, y yo estaba intoxicada con el deseo de
conocer las formas de Ren que traería mi cuerpo a la vida. Y me
pregunté si dándole ese placer de alguna manera quitaría los horrores
que había tratado por mi culpa. Su toque me echó hacia atrás en el
tiempo, en un pasado donde estábamos juntos como siempre debió
ser. Cuando mi madre estaba viva y mi hermano no estaba roto.

Sus labios estaban en los míos de nuevo. Yo entrelacé mis dedos en


su cabello oscuro.
-Te amo-, murmuró, rompiendo brevemente el beso. -Yo siempre te he
amado.

Mi corazón dio un vuelco. -yo…

Era como si Shay estuviera allí, susurrando en mi oído.

Tú lo amabas.

Sí.

Pero no de la manera en que me amas.

Te amo.

Shay. Solamente que nunca le dije esas palabras a Shay. Yo no


quiero que eso cambie.

¿Qué demonios estoy haciendo? Me encantó Ren. Yo todavía lo


amaba. Pero este lugar, estos fantasmas íntimos que me mantienen
en esta sala, en esta cama, murmurando de promesas y sueños
robados pasados, nada de eso era mi vida ahora. Persistente aquí, no
importa lo que mis sentimientos, sólo nos impidieron escapar de un
destino que no habíamos elegido por nosotros mismos.

Mi pulso estaba acelerado. Ren me besó de nuevo, pero me sentí


como si estuviera en los brazos de un espíritu inquieto que me
obsesionaba y no el amante que quería.

-Espera-, le susurré. -Por favor espera.

-No lo hagas-, dijo, moviendo su boca sobre mi cuello. -No hagas eso,
Calla. No trates de salir. Sólo está aquí. Quédate conmigo.

¿No podía verlo? No hubo aquí. Este lugar estaba vacío, lleno de nada
más que tristeza y si nos quedamos a la muerte.

-Ren-, dije, empujándolo hacia un lado con suavidad pero con firmeza.
Estaba empezando a entrar en pánico, pero no quería demostrarlo.
Cada palabra, cada movimiento tenía que elegirlo con el máximo
cuidado. Si decía algo equivocado, podría enviar a Ren corriendo de
nuevo a los Guardianes. Mientras que yo no podía estar con él como
él quería, no aquí, no ahora, tal vez no siempre me iba a perderlo
tampoco.

-No es seguro.

-¿Qué?- Se enderezó, parpadeando ante mí. -Oh. Oh, por supuesto.


Mira, Calla, siento lo de las otras chicas. Sé que debe ser extraño para
ti, y no era justo, pero te juro que siempre tenía cuidado. Estoy
completamente sano. Es seguro.

Lo miré fijamente y luego me eché a reír.

-No estoy mintiendo,- dijo, mirandome levemente herido por mi


arrebato.

-No-, le dije, tratando de recuperar el aliento. -Te creo.

-Bueno.- Él sonrió y se inclinó para otro beso. Pero me retorcía de


distancia; la pasión que me había tomado por sorpresa cuando me
encontré primero con Ren no lo haría atraparme de nuevo. Este lugar
era peligroso para los dos.

-No,- dije de nuevo. -Quiero decir que no es seguro porque la gente


que construyó esta casa me quieren muerta. Estamos usando el
tiempo que no tenemos. Tenemos que irnos.

-Todavía no- dijo él. -No estamos en peligro. Nadie viene aquí. No
siempre.

Sus palabras me hicieron temblar mientras me preguntaba cuántas


veces Ren había venido aquí. ¿Con qué frecuencia se le obligó a ser
un lobo solitario en lugar de un alfa de la manada?

-Sí, todavía- Yo esquivé sus manos. "Adne está esperando ahí fuera.
Tú hermana.

La expresión de Ren se transformó, el deseo y la frustración dando


paso al asombro.
-Mi hermana,- murmuró. Hice una nota mental de su reacción, que
puede ser que necesite de nuevo. Los instintos de alfa que Ren tenía,
la necesidad de reclamarme podría ser desviada por Adne. Ella era la
familia que realmente necesitaba. Su hermana era el único vínculo a
un pasado que le ofreció la salvación de la brutalidad de Emile.

Desde el dolor de saber que su madre había sido asesinada por los
Guardianes y que nunca había conocido a su verdadero padre.

-Podemos hablar de esto cuando estemos de vuelta en la Academia.-


Me apresuré a arreglar mi ropa, tratando de ignorar la culpa que rasgó
a través de mí. Se precipitaba a mí desde ambos lados, yo no sabía lo
que le diría a Ren, una vez que saliéramos de Vail y yo no sabía qué
le diría a Shay sobre lo que había ocurrido aquí.

Mis propios sentimientos eran un caos desordenado que parecía


imposible de desenredar.

-No vas a salir de esta.-gruñó, tirando de mí contra él. -Yo no te voy a


dejar ir. No de nuevo.

-Lo sé-, le dije, no pudiendo resistirme cuando me besó,


preguntándome cuán profundo era el agujero que estaba yo
excavando. Pero tenía miedo de decir algo para contrarrestar las
esperanzas de Ren pero que a la vez le harían cambiar de opinión
acerca de venir conmigo. No podía dejar que eso pasara.

-Bueno.

Me sentí sonreír a través del beso.

Salimos de la habitación, corriendo por las escaleras. Cuando


llegamos a la puerta principal, se detuvo, se volvió a mirar a su
alrededor.

-Es una vergüenza-, dijo. -Realmente es una linda casa.

-Hay cosas más importantes en la vida que casas-, le dije, tratando de


alcanzar el picaporte.
Puso su mano sobre la mía.

-Hay una cosa más que tengo que decirte antes de que nos vayamos-,
dijo.

-¿Qué?-, Le pregunté en una voz entrecortada, con ganas de volver a


un lugar seguro y alejado de los espíritus seductores que demoraban
aquí.

Se inclinó, sus labios rozando mi mejilla mientras abría la puerta. -Me


gusta tu pelo.
DOS

VOLVER EN WOLF FORMA, rápidamente nos dirijimos lejos del


cementerio de casas. Cuando nos acercábamos a los altos pinos que
rodeaban el sitio, me detuve en seco. Abriendo mi boca, probando el
aire, queriendo estar segura de que no nos habían visto o seguido.

“Ya te he dicho que nadie viene aquí”. Ren mordisqueó mi hombro.


“Siempre”.

Lo miré, y otra vez me pregunté con qué frecuencia Ren había estado
en este lugar. La vida de Ren tenía más soledad que jamás había
imaginado. Tenía la esperanza de que estuviera a punto de arreglar
eso.

“Esta justo por delante.”

Troté hacia el bosque.

Adne salió a nuestro encuentro, acercándose con cautela. Sus ojos


estaban muy abiertos mientras se acomodaban en Ren.

-¿Todo bien?-, Preguntó en un tono ligero, pero su voz se quebró un


poco.

Cambié formas. -Si.

Ren inclinó la cabeza, mirando a Adne. Caminó hacia ella, olfateando


el dorso de la mano cuando se la extendió. No estaba segura de que
la hubiera reconocido, pero entonces su cola movió. Se cambio a la
forma humana.

-Ariadne, este es Renier Laroche- Yo me movía un lado para que se


enfrentaran entre sí sin mí en el medio.
Ella sonrió y dijo, -Adne.

En el mismo momento, el dijo, -Ren.

Parpadeó el uno al otro, y luego se rieron. Miré hacia atrás y adelante


entre ellos. La forma alta, musculosa de Ren no era nada parecido a la
de Adne. Ella era una brizna de una niña cuya estatura desmentía su
ferocidad. Pero compartían algo. Mi pecho se quemó cuando me di
cuenta de que ambos se parecían a Monroe. En el poco tiempo que
había pasado con la Guía Haldis, que se había demostrado a sí mismo
el mejor líder que había conocido jamás. Todos lo extrañaríamos en la
lucha por venir.

-Me alegro que Calla te haya convencido que nosotros somos los
chicos buenos-, dijo Adne, su voz más segura ahora.

Ren asintió. -Siento lo de tu padre.

-Nuestro padre.- Vaciló y luego dio un paso hacia adelante, llevando


sus manos hacia Ren.

Él envolvió sus pequeños y delgados dedos en los suyos. Se


quedaron así durante un momento. Entonces Adne se apoyó en él,
apoyando la cabeza contra su pecho.

Ren la miró sorprendido, pero rápidamente envolvió sus brazos


alrededor de ella.

Tuvo que aclararse la garganta antes de que pudiera decir: - tú sabes,


yo siempre pensé que sería genial tener una hermana pequeña.

-Ten cuidado con lo que deseas.- Adne lo miró y sonrió. -Yo soy una
especie de palo de golf.

Ren se echó a reír.

Yo no podía ayudarme a mí misma. -Ella no está bromeando.


-Gracias, Lirio.- Adne me miró, pero ella se reía también. -¿Qué dices,
continuamos intercambiando insultos cuando estemos menos
propensos a estar en mortal peligro?

-¿Ella te llama Lirio?- Ren la miraba, atónito.

Me quejé. -Ella lo hace.

-Las grandes mentes.- Él esbozó una sonrisa maliciosa en mí antes de


guiñarle un ojo a Adne.

Tal vez esta reunión no era una buena idea después de todo. Pero
algo dentro de mí que se había sentido hueco desde el ataque en Vail
estaba dando paso a un calor reconfortante. Esperanza.

-Así que ¿cómo vamos a salir de aquí?-, Preguntó Ren. -¿Tienes un


carro? O una moto de nieve?

Adne sacó los Skeans de su cinturón, dándoles la vuelta en el aire y la


captura de ellos de nuevo. -Hay que esperar a ver las habilidades
locas de tu hermana.

Cuando Adne comenzó a tejer, Ren se movió de nuevo en forma de


lobo, las orejas aplastadas, gruñendo a las luces que provocaron a
través del aire. Hizo una pausa, mirando por encima del hombro.

-Esto es mucho más difícil si me interrumpes. Yo no quiero que


aterricemos en Grecia o en algún lugar que no sea Italia.

La expresión de Ren estaba lleno de sorpresa. Le sonreí y él cambió


de forma.

-¿Italia?- Se me quedó mirando. -Esto es una broma, ¿verdad?

-No es broma-, le dije. -No he visto mucho todavía, pero lo que he


visto es hermoso. Es en la costa mediterránea.

-Nunca he visto el mar-, murmuró.

Yo entrelace mis dedos con los suyos.


-Lo sé.

Adne admiro el portal terminado y luego se volvió para mirarnos. Sus


ojos revolotearon a nuestras manos unidas y ella me lanzó una mirada
inquisitiva. Yo esquive su mirada. Su pregunta era que yo no podía
darme el lujo de responder.

-¿Estás listo?

Esa pregunta si podía responder. -Vámonos.

-¿Estás segura de que es seguro?-Ren preguntó mientras tiré de él


hacia adelante. Yo no sabía si él estaba arrastrando sus pies por mí
por pasar un mal rato o si el portal realmente lo había puesto nervioso.

-Sólo nos perdemos uno de cada cinco viajeros,- Adne bromeó, dando
un paso detrás de nosotros y nos empujo a la luz.

En el otro lado del portal Ren estaba agarrando mi mano con tanta
fuerza que dolía. Sacudí mis dedos libres, flexionándolos.

-Lo siento.- Un rubor se deslizó sobre sus mejillas. -¿Dónde estamos?

-En mi habitación-, dijo Adne, cerrando el portal.

-Se trata de la Academia-, le dije. -Es el lugar donde los buscadores


viven y entrenan.

-¿Buscadores del desierto viven en Italia?- Ren frunció el ceño.

-A veces-. Adne entrelazo su brazo con el de él.

-¿A dónde vas?-, Le pregunté, apresurándome a perseguirla por la


puerta.

Ella llamó por encima del hombro, -Tenemos que decirle a Anika sobre
esto enseguida.

-¿En serio?- Yo ya estaba nerviosa por la introducción de Ren a los


buscadores. Trabajando nuestro camino hasta Anika me pareció una
idea más atractiva.
-Confía en mí-, dijo Adne, sintiendo mi ansiedad. -Cuanto antes le
digamos a Anika sobre esto, menos problemas vamos a tener.

-Genial-, murmuré.

Ren estaba mirando a las paredes de la Academia, como yo estuve


cuando habíamos llegado primero. Su cuerpo estaba tenso; Pude ver
la estrechez de sus hombros y la espalda. Yo no podía culparlo. Este
lugar apestaba a buscadores-y el suyo era un olor que habíamos sido
entrenados para reconocer como una amenaza.

Cuando llegamos a las puertas de Haldis táctico, Adne enderezó los


hombros, respiró hondo, y llamó.

Oí voces apagadas en el otro lado de las puertas; un momento


después, una puerta se abrió, revelando un Buscador que reconocí.
Ella nos miró sospechosamente.

-Tenemos que hablar con Anika,- Adne dijo delante de la mujer que
nos podía cuestionar.

-Estamos en medio de Consejo,- dijo la mujer con frialdad.

-Estoy al tanto de eso.- Adne irguió en toda su estatura, que no era


muy alto, pero se las arregló para aparecer amenazador. -Esto es una
emergencia. No estaría aquí de otra manera.

La mujer frunció los labios. -Voy a preguntar si ella te verá.

-Ella va a ver con nosotros.- Adne empujó a la mujer que ahora


farfullaba. Le lancé una mirada de disculpa y después lancé a Adne,
tomando la mano de Ren y tirando de él en la habitación conmigo.

Anika y una docena de otros buscadores estaban reunidos alrededor


de la mesa. No reconocí la mayoría de ellos. Connor estaba allí, al
igual que Ethan y Silas. Todos estaban viendo a Logan. El Guardián
se apoyó en la mesa, luciendo demasiado cómodo para mi gusto.
-Como he dicho.- Logan dio una calada a su cigarrillo. -No puedo
revelar la localización de los padres de Shay sin más tranquilidad
sobre mi propia seguridad.

Anika se frotaba las sienes. -¿Podría apagar eso? No quiero volver a


preguntar.

-Yo simplemente estoy actuando de acuerdo a mi circunstancia


actual.- Logan sopló un anillo de humo, olfateando el aire con el
tabaco y clavo de olor.

-Pensé que los presos siempre se les concedió un cigarrillo antes de


su ejecución. Y puesto que todos han estado amenazando con
matarme, creo que siempre debería tener este pequeño lujo otorgado
a mí siempre que mi vida está en riesgo. ¿Y tú?

Ren y yo me gruñimos al unísono cuando Logan miró hacia nosotros,


una lenta sonrisa curvaba la comisura de su boca. Él se echó a reír,
sacudiendo la cabeza mientras se tomó otra calada de su cigarrillo.
Silas nos miró con la boca abierta. Connor se puso de pie cuando
Adne se acercó a la mesa. Él frunció el ceño, pero luego sus ojos se
encontraron con Ren y yo.

-Mierda,-respiró antes de pasar a Adne, su voz se estába convirtiendo


rápidamente en un grito. -¡¿Qué demonios has hecho?!

Adne se resistió, pero le dio una mirada de acero. -Lo que tenía que
hacer.

-Ariadna, ¿cuál es el significado de esto?- Anika se había levantado.

Adne abrió la boca para responder, pero antes de que pudiera hablar,
un gruñido arrancó desde la sala. Oí como una silla se echada hacia
atrás, impactando en las estanterías detrás de la mesa.

-¿Que está haciendo él aquí?. la ara de Shay era como una nube de
tormenta. Él no se molestó en rodear a la mesa. Sino que dio un solo
salto, sin dejarme tiempo para lanzarle a una explicación.
El aire alrededor de Shay onduló, teñida con el tono oxidado de su
rabia. Cogí el aroma de la propia furia de Ren, repentina y violenta,
mientras daba un paso al frente de mí, bloqueando el enfoque de
Shay. Fue un acto de posesión, tan inconfundible como si le hubieran
arrojado un guante a los pies de Shay. Ren era un alfa, y él estaba
reclamando su lugar.

Se dejó caer al suelo, un lobo de carbón masivo gruñendo al lobo de


oro, que desnudó su propios colmillos, erizado, músculos agrupándose
preparado para atacar.

Traté de hablar, pero era como si una mano invisible me estaba


estrangulando, mis palabras me ahogaron por propio horror creciente.

¿Qué he hecho?

Centauros dibujaban sus armas. Espadas se deslizó de las vainas;


dagas brillaron en la luz del sol. Las ballestas apuntaron. En Ren.

Shay se lanzó hacia adelante, chocando contra Ren. Cayeron por el


suelo, una masa de dientes y garras roza fuera de oro y la oscuridad
de cuerpos. La lucha furiosa se movía con tal velocidad que los alfas
rivales arrancaron el uno al otro sus figuras borrosas, convirtiéndose
en un juego de luces y sombra. Afortunadamente para el bien de Ren,
el bloqueo de sus miembros alrededor de la otra hacía imposible que
cualquiera de los guerreros tomar imágenes claras.

Olí la sangre antes de verlo. Metálico y rico, su aroma llenaba el aire.


Shay se retorció, hundiendo sus dientes en el hombro de Ren. Ren
gruñó, sus propias mordazas de sujeción hacia abajo en la pata
delantera de Shay. Se deslizaron por el suelo, un rastro carmesí
manchando el mármol debajo de ellos. Y luego se separaron,
luchando para recuperar el aliento, preparándose para el siguiente
ataque. Ren aulló cuando Shay se agachó, listo para saltar de nuevo
en la palestra. El anillo de Los buscadores, apuntaron a Ren, una vez
más.
-¡No!- El grito de Adne rompió a través de sus gruñidos. Se arrojó
entre los dos lobos, protegiendo a Ren con su cuerpo. Sorprendido, él
gritó, pero se contuvo a sí mismo de morderla a ella.

Shay también se contuvo por la apariencia de Adne. Él retrocedió,


todavía gruñendo, pero mirándola. Caminó de lado, inclinandose para
una nueva línea de ataque. Adne se envolvió mas a sí misma de Ren
como un manto. El lobo gruñó oscuro en la agravación, tratando de
quitársela de encima.

-¡Calla!- Adne se me quedó mirando, los ojos muy abiertos. -¡Hay que
parar esto!-

Connor cruzó la habitación al lado de Adne. Yo esperaba que


arrastrara a Ren, pero en vez de eso dio la vuelta, añadiendo su
cuerpo como otro amortiguador entre ella y los buscadores. Él sacó
sus espadas.

-Sugiero que todos los demás pongan sus armas a distancia. Ahora.

Logan estaba sonriendo, teniendo tirones lentos de su cigarrillo.

Los ojos de Anika se estrecharon.

-¿Confío en que hay una explicación razonable para este caos?-


preguntó ella mirándome.

Asentí con la cabeza, caminando hacia adelante hasta que me puse


de pie entre los dos lobos.

-Shay, Ren.- Le di una mirada gélida a cada uno de ellos. - Cambien.


Ahora.

Ambos vacilaron, pelo erizado, miradas en movimiento de mi parte a la


otra.

-Ahora-, Repetí, enseñándoles mis colmillos.

Ren cambio primero. Adne se volcó cuando el muchacho alto tropezó


con ella. Connor agarró sus brazos, mirando como si estuviera a punto
de sacudirlo en su frustración. En su lugar, se limitó a abrazarla, los
ojos iluminados por la ansiedad.

Shay todavía estaba mirando a Ren cuando se cambió.

Los dos estaban respirando con dificultad. Las manchas oscurecieron


el tejido desmenuzado en el hombro de Ren, mientras Shay apretó la
mano alrededor de su ensangrentado antebrazo.

La habitación estaba llena del olor de sangre y el penetrante olor del


miedo de los buscadores. Los guerreros habían bajado sus armas,
pero sabía que las tomaría sólo a la menor provocación para
impulsarlos en ataque. Shay era su única esperanza de ganar esta
guerra. Si Ren representaba una amenaza para el Vástago, los
buscadores lo matarían sin dudarlo. Tuve que convencerlos de que
necesitábamos la ayuda de Ren.

Tomé una respiración profunda, poniendo toda la fuerza en mis


palabras que pude reunir. -Anika, pido disculpas por la intromisión.
Adne y yo tuvimos que cuidar algo. Un rescate vital para que esta
alianza tenga éxito.

Agradecí que Adne no se quedara boquiabierta.

Anika arqueó la ceja. -¿Ejecutó su propia operación clandestina?

Una lenta sonrisa tiró de mis labios. -Pido disculpas por la sorpresa.
No confiaba en que podía compartir mi plan con una criatura de tan
poca confianza en medio de nosotros. -Eché un vistazo a Logan, cuya
sonrisa se desvaneció. Mi confianza floreció.

-¿Un rescate, dijiste?- La sospecha en la mirada de Anika fue menos


pronunciada, pero igual seguia ahí.

Adne se aclaró la garganta. -Sí, Anika. Un rescate garantizado por el


sacrificio de mi padre.
Ante la mención de la muerte de Monroe, murmullos pasaron entre los
buscadores. Miradas de preocupación, cambio incómodo inclinando su
peso en la otra pierna.

-Su padre murió en combate-, dijo Anika. -Una pérdida terrible, pero
las bajas son una forma de vida aquí.

-Fue más que eso.- Adne tomó la mano de Ren. Pareció sorprendido,
pero sonrió. Al frente de Shay quien observaba a Adne y a Ren
mientras esta se dirigía hacia Anika. -Anika, me gustaría que
conocieras a Renier Laroche. Mi hermano.

Jadeos llenaron la habitación. Shay se puso rígido, mirándome con los


ojos muy abiertos. Asentí con la cabeza. La furia en sus ojos se
arremolinaba con curiosidad reciente, la cual me dio un soplo de
esperanza. A Shay le había agradado Monroe, lo respetaba. Y él se
hizo amigo rápidamente de Adne, quien estaba desesperada por
mantener a su hermano a salvo. Quizás jugando en esa compasión
podría disminuir su odio a Ren. Tuve que tranquilizarlo. Me estaba
haciendo estragos en el interior que Shay pudiera pensar que yo lo
había traicionado a él por ir a rescatar a Ren. Cuando pensé en la
forma en que me había engatusado con Ren lejos de Vail, me sentí
aún peor.

-Ren, esta es Anika.- Adne ignoró la ráfaga de susurros y miradas


incrédulas. -Anika es la Flecha. Ella lleva los buscadores.

-Lamento estrellar su partido- dijo Ren, mirando a los buscadores


reunidos con cautela.

Anika frunció el ceño y miró a Connor.

-La carta-. Su mano descansaba en el bolsillo del abrigo.

El rostro de Connor era sombrío.

-Sí.
Anika miró a Ren, luego miró a Adne con un suspiro. -Fue una
tontería.

Me enfadé. -No, no lo era.

La Flecha se volvió hacia mí. -El hijo del alfa Bane está aquí. Su
presencia arriesga todo. Su primer movimiento fue atacar al Vástago
y…

Gruñí, interrumpiéndola. -Él no es el hijo de Emile. Él no es nada como


Emile.

Esta vez las armas desenfundadas se dirigieron a mí. Shay y Ren


gruñeron, moviéndose a mi lado. Afortunadamente se ignoraban entre
sí, centrando su atención en los buscadores.

Anika levantó la mano. -Di lo que piensas, Calla.

Mi corazón se cerró alrededor de mi pecho. Esto fue todo. Este fue el


momento en que hacer o deshacer todo, tirando a los Guardianes de
nuestro pasado y nosotros lanzando hacia el futuro. Y todo
descansaba sobre mis hombros. ¿Podría soportar este peso? ¿Podría
ser realmente el alfa que siempre quise ser?

-Él es el hijo de Monroe.- Señalé a Ren. -Y él es su mejor esperanza


de ganar esta guerra.

-¿Él es qué?-La voz de Shay era mortalmente tranquila.

-¿Soy qué?- Ren mantuvo su propia voz en un susurro, pero la mirada


que le había lanzado me tenía un poco alarmada.

Maldita sea. Ese era el problema con los planes improvisados. No


tienes tiempo para sopesar sus consecuencias.

Haciendo caso omiso de ellos, pero a sabiendas de que tendría que


lidiar con los celos de Shay más tarde y que todavía tenía mucho que
explicarle a Ren, mantuve mi atención en Anika.
-El Vástago es su arma-, le dije, tocando el brazo ileso de Shay. Su
piel estaba caliente bajo mis dedos y pude sentir su pulso acelerado.
Quería tirar de él cerca de mí, pero no me atreví. Todavía no. -Pero tú
todavía necesitas un ejército.

-La manada de transfuguismo es apenas un ejército- dijo Logan. -Y el


bastardo de Emile ciertamente no ha demostrado ser un líder.

Me vi obligada a dejar de lado a Shay así que podía agarrar la mano


de Ren, que la retuve cuando él le gruñó a Logan.

-¿Y por qué estás aquí, Logan?- Me fulminó con la mirada. -¿Debido a
la altura de las expectativas de su padre?

Posó su mirada en la mía y me sonrió, sabiendo que lo tenía. -Perdiste


su herencia, ¿no? ¿Fallaste con tu deber? Por eso había que ejecutar.
Su pequeño reino se ha derrumbado, ¿no?

Logan no me miró a mí. Encendió otro cigarrillo.

-Él tiene un punto, Calla,- dijo Anika, aunque su expresión mostró que
no tenía amor perdido desde el Guardián tampoco. -tu manada no es
un ejército.

-Pero podemos traer uno-, le dije.

-¿Cómo?- Uno de los buscadores que no sabía que se había


adelantado. Su cabeza rapada y nariz ganchuda le daban un aspecto
de halcón. Cuando habló, escuché rastros de acento francés. -Monroe
está muerto. El potencial para una alianza murió con él.

Mire al Buscador enfrentado una dura mirada mientras caminaba


hasta Logan, tomando la camisa del Guardián en mi puño. -Dime,
Logan. ¿Cuántos Banes mando a matar tu padre cuando se descubrió
la traición de Corrine?

Los ojos de Logan se hincharon. -¿Cómo se puede esperar que yo


sepa de eso? ¡Yo era un niño! -Él me miró boquiabierto, no pudiendo
creer que uno de sus ex funcionarios podría ahora amenazarlo.
Mi sangre cantaba cuando el olor picante de su miedo llenaba el aire. -
No puedo imaginar que Efron Bane dejaría a su único hijo tan mal
preparado como para que no pueda conocer la verdadera historia de
su futura manada.

La cara de Logan estaba mas pálida a cada segundo. -Pero. . . Yo. . .

-Responde su pregunta.- Ethan había llegado a mi lado. Oí los siseos


de su daga al deslizarse fuera de su vaina.

-Veinticinco-, dijo Logan. -Veinticinco traidores fueron asesinados.

-Eso no fue tan difícil, ¿verdad?- Ethan sonrió.

Gruñí y apoyé a Logan contra la mesa.

-¿Cuántos lobos sabían que Emile no era el padre de Ren?-, Le


pregunté.

-Ninguno.- Logan apretó los dientes. Yo lo golpee contra la mesa.

-Ninguno que sabíamos- él gimió. -Pero ha habido rumores desde la


revuelta. No era ningún secreto que Corrine despreciaba a su
compañero. mi padre mantuvo la verdad tranquila, pero el
temperamento de Emile sacó lo mejor de él a veces. Quería matar al
niño. Se le ordenó que no lo hiciera.

Eché un vistazo a Ren, cuyo rostro estaba dibujado. Me hubiera


gustado que pudiera ahorrarle el dolor de este conocimiento, pero tuve
que obtener respuestas de Logan.

-¿Dirías que la manada de los Bane vive alegremente bajo la dirección


de Emile?

Logan tragó saliva. -Tal vez no.

Lo dejé ir, volviéndome hacia Anika. -¿Qué ha pasado en Vail? se han


tirado las manadas en el caos. Los Nightshades no son leales a Emile
Laroche.mSon leales a mi padre. A mi familia.

Connor estaba asintiendo. -Buena chica.


-¿Qué estás proponiendo?- Preguntó Anika.

- Los Guardianes necesitan líderes alfa. Los bonos del envase son las
que hacen luchar tan bien. Los Guardianes cometieron un grave error
al matar a mi madre y deponer a mi padre. Vamos a explotar ese error.

-¿Y que si sus manadas supieron lo suficientemente bien como para


evitar este tipo de error?-, Preguntó el hombre con cara de halcón.

Era Ren quien respondió. -Su orgullo les hace creer que su regla es
absoluta.

Anika se volvió hacia Logan, que se había puesto de pie. Él me miró,


pero asintió a regañadientes.

-¿Y crees que tu y este muchacho pueden ser los nuevos alfas?- La
mirada de acero de Anika estaba sobre mí. -¿Ambas manadas te
seguirán?

-Somos los alfas. Uno Bane, uno Nightshade. Las manadas nos
seguirán. Podemos unirnos a ellos y dirigirlos contra los Guardianes. -
En verdad yo no estaba del todo segura de que lo haría, pero era lo
único que se me ocurrió que podría convencer a los buscadores para
dar la bienvenida a Ren.

-Hay algunos que siguen fieles a Emile-, dijo Logan, frotándose la


garganta donde mi férreo control había dejado moretones. -No vas a
influir en todos ellos.

Mantuve mi enfoque en la Flecha. -Podemos influir bastante. Lo


suficiente como para hacer una diferencia.

-Es el plan de Monroe, Anika- dijo Connor. -Esta es la revuelta que


quería organizar desde el principio.

-Lo sé-, dijo. -Muy bien.

Cruzó la sala de estar delante de Ren. -Bienvenido, Renier. Su padre


era un buen hombre.
-No.- Los ojos de Shay eran salvajes. Sus nudillos estaban blancos
mientras apretaba los puños.

-Shay, por favor,- dijo Adne. -Este fue siempre el plan que Monroe
esperaba.

-No puedo estar de acuerdo con esto-, dijo. -No es lo que Monroe
quería. Es lo que los Guardianes querían, obligándolos a estar juntos.
Calla no pertenece a Ren.

Ren le enseñó los dientes a Shay. -Ella lo hace. Ella siempre lo ha


sido.

-Te mataré antes de dejar que la toques-El aire alrededor de Shay se


ondulaba de nuevo. - tú no eres el único alfa y lo sabes.

Mi aliento se atascó en mi garganta. Shay entendió. Sus instintos de


lobo le enseñaban más rápido de lo que jamás podría haber
imaginado. Fue el intruso, y estaba listo para desafiar a Ren por el
imperio de la manada.

-Da lo mejor de ti.- Ren sonrió, tan dispuesto a aceptar ese reto.

Shay dio un paso adelante, sólo dudando cuando Anika sacó su


espada, en su camino.

-Alguien tire un cubo de agua helada sobre estos dos- dijo Connor.

-Calla-, dijo Adne. -Haz que se detengan.

La verdad de sus palabras fue como una bofetada en la cara. Que


pudiera detenerlas.

Pase por un lado de Anika, que envainó la espada, entonces me puse


entre Shay y Ren.

-Escúchenme, ustedes dos.- Puse una mano en el centro del pecho de


cada uno; sus latidos del corazón vibraban contra la punta de mis
dedos. -Esto termina ahora.

-Por supuesto que sí,- dijo Shay. -Tienes que elegir.


-Tiene razón-, dijo Ren, mirando más allá de mí para mirar a Shay. -
Elige, Calla.

-No voy a elegir-, les dije. -Todavía no.

Los corazones de ambos dieron un vuelco en sincronía, revelando su


incertidumbre compartida. Una ola de vértigo se apoderó de mí. Yo era
el alfa, y no tenia que someterme a nadie. Finalmente tuve la
oportunidad de seguir mi propio camino, un destino que podía
descubrir por mí misma.

-Yo no necesito un compañero-, les dije, midiendo mis palabras. -


Necesito soldados. Ustedes dos son los mejores que conozco. Los
necesito. A ambos. ¿Van a luchar por mí?

Ninguno de los dos respondió. Se miraron el uno al otro, ambos


esperando a que el otro diera el primer paso.

Dejé que mis palabras cayeran en su silencio como piedras en un


pozo profundo. -¿Van a luchar por mí?

Shay frunció el ceño. -Siempre, pero…

-Nada de peros-, le dije, volviéndome a Ren. --¿Quieres?

-Sabes que lo haré.- Sus ojos eran cautelosos.

-Ren lidera el grupo. Él es la clave para cimentar la alianza con los


lobos que todavía están en Vail-, le dije. -Shay pone sus manos en la
Cruz Elemental y lleva a los buscadores a la batalla.

Eché un vistazo a Anika, quien asintió con la cabeza.

-¿Qué hay de ti?- Preguntó Shay.

Sonreí. -Yo soy la que se asegurara de que todos se llevan bien.

-Buena suerte con eso,- Ren gruñó.

Con una risa tranquila, moví mis manos de cada uno de sus pechos
para agarrar sus muñecas.
-No necesito suerte,- dije. –Me van a jurar a mí que me ayudaran y
que no le harán daño a los demás. Están a punto de hacer un
juramento de sangre.

-Uh. . . ¿qué?- Shay se me quedó mirando.

-Hasta que esta guerra haya terminado, ganar es lo único que


importa.- Los acerque uno al otro hasta que estubieron de pie cara a
cara, a pocos centímetros de distancia. Podía sentir la tensión
vertiendo a cada alfa. El olor de la luz solar y tormentas eléctricas se
arremolinaba con el humo de las hogueras de otoño y sándalo.

-Leal entre sí-, dije.

-No-, dijo Ren.

-Necesito a mis guerreros conjuntos. Usted ha hecho el uno al otro de


purga. -No hice caso de la expresión desconcertada de Ren. –Ahora
tienes que deshacer el daño.

-Tienes que estar bromeando.- Shay hizo una mueca.

-No puedo comenzar a decirte lo mucho que no estoy bromeando.- Di


un paso atrás, cruzando los brazos sobre el pecho. -Hasta que yo elija
a un compañero, yo soy el único alfa aquí. Dejando en claro que no
estoy haciendo una elección en este momento. Ustedes responderán
a mí. Demuestren su lealtad. Siendo leal entre sí.

-No lo creo.- Ren gimió, pero se mordió el brazo y se lo tendió a Shay.

-De ninguna manera.- Shay empezó a retroceder, pero le gruñí.

–Hazlo.

-Maldita sea, Cal. No tienes corazón ", dijo, mordiendo su propia


muñeca.

-Lo sé.
Shay y Ren se miraron el uno al otro, después sus ojos se cerraron
mientras bebían la sangre del otro, la unión de ellos como compañeros
de manada a pesar de que todavía se despreciaban el uno al otro.

-Bien jugado, alfa,- murmuró Logan.

Por mucho que quería nivelar una mirada pétrea en el Guardián, yo no


podía dejar mi propia sonrisa. Algo dentro de mí estaba corriendo libre,
salvaje y aullando su alegría.

TRES
-Ahora que eso está arreglado, ¿podemos hablar de ganar esta
guerra?- Connor envainó sus espadas.

Por la forma en que Ren y Shay continuaron mirándose el uno al otro,


sabía que su rivalidad estaba lejos de resolverse. Pero esta alianza
incómoda era lo mejor que podría esperar por el momento. Al menos
no fueron destrozadas la carne de cualquiera de estos hechizos.

Me volví hacia Anika. -No hay más reuniones secretas donde no me


invitaron. Si deseas guerreros lobos, nos incluyes a cada paso.
Estrategia y ejecución.

El hombre cara de halcón resopló, pero se mantuvo en silencio cuando


Anika negó con la cabeza hacia él.

-Eso está bien, Calla,- dijo ella. -Shay ya había insistido en ese punto
antes de que llegaras.

Le sonreí a Shay, pero él todavía estaba ceñudo a Ren. Me hubiera


gustado que me mirara. Si pudiera mirarme a los ojos, tal vez volvería
a ver lo difícil que era esto para mí. ¿Cuánto quería que nos
hicieramos a un lado, para estar a solas con él y explicarle todo esto?.

Anika se volvió hacia la mesa. Grandes mapas cubrían su superficie.

-Logan nos informó que los Guardianes van a la ofensiva-, dijo. –El
Purgatorio fue sólo el comienzo. Nos estamos quedando sin tiempo.

-¿En qué sentido?-, Le pregunté.

-Es hora de recoger los pedazos-, dijo Logan. -Vamos a estar


esperándolos, por supuesto."

Había encendido otro cigarrillo y recompuso su actitud


despreocupada.

-Si están esperando por nosotros en los sitios, no defendemos de una


oportunidad-, dijo Anika. -Cualquier elemento de sorpresa que todavía
podemos celebrar es vital. Tenemos que seguir adelante a cada uno
de los sitios rápidamente, una huelga siguiente inmediatamente
después de la otra. No hay que esperar. No hay retrasos.

-Se necesita a alguien para ejecutar la interferencia.- Me llené de


sorpresa ante el sonido de la voz de Ren.

Anika enarcó las cejas.

Ren se encogió de hombros. -Como dijo Calla. Shay es el líder de los


buscadores. Me dirijo a los lobos. Vamos a hacer lo que mejor
sabemos hacer: Luchar.

Connor silbó. -¿Quieres abrir otro frente?

-No es otro frente-, dijo Ren. -Dos equipos. Un señuelo y el verdadero


equipo enviado después.

-Sería tirar la atención fuera de los sitios.- Adne le sonrió a su


hermano. -El equipo de sigilo podría entrar para la recuperación,
mientras que el equipo de ataque lucha.

Ethan asintió. -Eso podría funcionar.

-Cualquier tipo de plan de ataque podría sufrir fuertes bajas,- el


hombre con cara de halcón se opuso.

-¿Quién eres tú?- Ladré, frustrada por su constante de francotiradores.

-Pascal es la Guía Tordis-, dijo Anika. -Su equipo se uniría al ataque


que Ren propuesta.

Ella hizo un gesto a su alrededor. -Los grupos que se reunieron aquí


son de intervención de cada uno de los puestos de avanzada. Ya
sabes del equipo Haldis, pero Tordis, Eydis y Pyralis se han reunido a
petición mía para trazar nuestro curso. Para que este esfuerzo tenga
éxito, debemos trabajar en conjunto.

Miré a los buscadores. Ensamblado en Haldis táctico, los miembros


del equipo central parecían cansados, pero alertas. Tenía sentido:
ellos estaban mirando a la muerte en la cara. Todos nos quedamos.
Escudriñe la mirada desdeñosa de Pascal y mi corazón sufría por
Monroe. El Guía Tordis claramente no compartía la misma empatía
por los Guardianes que Monroe había alentado.

-El derecho de Pascal,- dijo Ethan. -El equipo señuelo sufriría grandes
pérdidas. Pero la forma en que lo veo, no vamos a salir de esta guerra
sin pérdidas no importa lo que pase.

-Necesitamos esas piezas-, dijo Anika. -No podemos terminar esto sin
ellos.

Los labios de Pascal se alinearon, pero inclinó la cabeza.

Shay se aclaró la garganta. El derecho de Ren. Creo que dos equipos


son el camino a seguir aquí.

-Estoy de acuerdo-, dijo Anika.

-Pero tengo una petición,- Shay continuó, lanzando una mirada fría a
Ren.

-¿Y qué es eso, Vástago?- La Flecha le miraba, con los ojos


entrecerrados.

-El equipo de sigilo me respalda, ¿no?-, Preguntó.

-Por supuesto,- Silas respondió. -Ahora sabemos que tú eres el único


que puede quitar los pedazos de sus lugares de descanso.

El Escriba hizo una mueca de dolor cuando Connor fijo una mirada
pétrea sobre él.

Shay asintió. -Entonces quiero recoger mi equipo.

-¿Perdón?- Anika frunció el ceño.

-Tengo que luchar al lado de la gente que confío-, dijo. -Yo no voy a
entrar en los sitios con los extraños.
-Hemos estado luchando en esta guerra mucho más tiempo de lo que
tienes, hijo.- La cara de Pascal estaba moteada por la rabia. -¿Cómo
te atreves a presumir?

-Oh, le puso una tapa en ella, Pascal,- dijo Ethan. -He visto a este
chico pelear. Usted no quiere meterse con él. Que elija su propio
equipo.

-No es razonable que tu selecciones a tus compañeros de equipo,


Shay-, dijo Anika. -Pero, ¿puedes oponerte a las guías para cada
puesto de pesaje en él su elección? Ellos estarán tomando fuertes
bajas con el fin de proteger su equipo.

-Si quieren,- dijo Shay rápidamente. -Pero yo sólo estoy hablando del
equipo de recuperación. Y mis compañeros están viniendo de Haldis. .
. que ya no tiene una guía.- Él miró a Adne, tristeza sombraba su
rostro.

Yo estaba un poco sorprendida de ver que Ren puso su brazo


alrededor de Adne cuando Shay habló. Ella lo miró con una débil pero
agradecida sonrisa.

-¿De verdad crees que tienes la habilidad para tomar estas


decisiones?- Pascal miró a Shay.

-Calla y yo encontramos a Haldis por nuestra cuenta.- Shay enseñó


los dientes al Guía. -Así que sí, creo que tengo la habilidad.

Pascal balbuceó ante las palabras de Shay. Shay y yo compartimos


una rápida sonrisa cómplice. Fue increíble cómo casi morir por el
ataque de una araña mutante gigante podría llegar a ser un buen
recuerdo. Pero lo era. Y no sólo porque habíamos matado a la bestia y
recuperado a Haldis. Ese fue el día en que convertí a Shay en un lobo
para salvar mi vida. Me di cuenta de que sostenía que conocimiento
cercano, atesorando su intimidad junto con las alegrías de nuestros
primeros días corriendo juntos a través del desierto, cerca de Vail.
Antes de que nuestro mundo se hubiera venido abajo, y corriendo de
alegría había sido desplazado por huir para salvar nuestras vidas.
Después de todo lo que sucedió, parecía extraño pensar en él como
un simple humano, aunque como el Vástago nunca había estado
ordinario.

Shay me pilló mirando y arqueó la ceja. Un rubor inundo mis mejillas,


pero le respondi a su mirada inquisitiva con una sonrisa. Nunca había
sido una soñadora, pero los pensamientos de Shay particularmente de
los momentos que había compartido a solas se capturaron en mi
mente un poco demasiado fácilmente.

Connor se echó a reír. -Buen trabajo, chico. Nunca he visto sin habla a
Pascal antes.

-Quiero que este tema se resuelva-, dijo Anika. -Pascal ensamblará el


equipo señuelo para el despliegue de mañana por la mañana. ¿Qué
estás imaginando para el equipo de sigilo, Shay? "

-Pequeño-, dijo Shay, pasándose una mano por el pelo. -Adne teje la
puerta, que nos sitúa a la entrada de la cueva. ¿Estoy asumiendo que
es otra cueva?

Silas asintió.

-Connor y Ethan como Buscadores. Calla, Nev, y Mason que los


respalden.

-¿No estamos integrando a los Guardianes a esto muy pronto?-


Preguntó Pascal. -No sabemos si podemos confiar en ellos.

-Se puede confiar en ellos-, dijo Ethan. Me quedé mirándolo, sin poder
creer lo que acababa de oír.

-Vas a confiar en nosotros también-, dijo Ren, ofreciendo a Pascal una


sonrisa fría.

Pascal hizo una mueca, pero no se molestó en discutir con Ren.

-El equipo señuelo fue mi idea-, continuó Ren. -Yo no estoy perdiendo
su periodo de prueba.
Miedo cose mi piel. El plan de Ren fue bueno, pero los buscadores
tenían razón. El equipo señuelo sería un duro golpe. No quisieron salir
de la lucha sin pérdidas. No quería que Ren fuera uno de ellos.

-Y Sabine, uno de mis compañeros de manada que está aquí-, dijo


Ren. -Supongo que querrá demasiado.

-Ella apenas se recuperó de sus heridas,- dijo Ethan. -Creo que


debería quedarse atrás.

Ren se echó a reír. -¿Has visto cómo se recupera? No sé lo que le


pasó a ella, pero si ella ha bebido sangre, ella está bien. Ella va a
estar más que lista para una pelea. -Él miró a Logan. -Además, si
vamos en contra de los Guardianes, me gustaría verte intentarlo y
dejarla atrás.

Logan se estremeció.

Ethan no respondió, pero su boca fija en una línea dura.

Me sorprendió lo rápido que Ren había asentado en su papel aquí.


Estábamos rodeados de enemigos de toda la vida, pero él había
tomado comando sin vacilación. Él era un líder natural, seguro y
fuerte. Pude ver como perforaba en Shay. Cada vez Ren hablaba,
Shay se erizó.

Shay también era un líder, tomando el control de esta guerra en la que


jugaría un papel tan vital. Y él no estaba cediendo completamente la
manada a Ren. Al tomar algunos de nuestros compañeros de manada,
incluyéndome a mí, con él para recuperar Tordis, Shay había dejado
claro que sería el líder de los lobos, no sólo buscadores.

¿Cómo respondería la manada al regreso de Ren? ¿Alguna nueva


lealtad que sentían por Shay se disolvería? Nev y Sabine habían
amado a Ren. Ansel y

Bryn habían pensado que era un buen alfa. Pero también me acordé
de lo que Sabine había dicho. Ren cometió un error. Si quería me
quería tanto, él debió haber venido aquí. Tendría que haber estado
aquí para luchar por mí. Él estaba aquí ahora, ¿pero era demasiado
tarde? Me pregunté si ella todavía sentiría lealtad a su ex alfa.

Estos pensamientos me hicieron recordar al lobo por que el yo estaba


más preocupada.

-¿Qué pasa con mi hermano?- Le pregunté a Anika. -¿Qué has


decidido por él?

-Nada está decidido aún-, Anika respondió con cuidado.

-No fue su culpa.

-Según Logan, tu hermano traicionó nuestra ubicación para los


Guardianes por su propia voluntad. Él no estaba obligado a hacerlo.

- No entiendes lo que le hicieron a él. Destruyeron su lobo. Ellos lo


rompieron. Ellos prometieron que lo harían de nuevo todo. ¡No tenía
otra opción!

Por mucho que yo no quería pensar en ello, me preguntaba si yo


hubiera hecho lo mismo si hubiera estado en el lugar de Ansel. No
podía imaginar la vida sin la capacidad de cambiar. El lobo era quién
era yo. Sin esa parte de mí me siento como si fuera nada. Al igual que
Ansel.

-Estamos tomando esto en consideración-, dijo Anika.

-¿Cómo podría Ansel haber dicho a los Guardianes sobre el escondite


de Denver?- Protesté, cada vez más desesperada. No pude hacer que
mi hermano fuera un lobo de nuevo, pero al menos podría tratar de
ponerlo en libertad. Me volví con ojos suplicantes a Connor. -Ustedes
vieron lo que él era. Él no tenía ninguna fuerza de sobrenatural.

Connor miró a Logan, quien me sonrió cruelmente a mí.

-No necesitaba la fuerza-, dijo Logan. -Todo lo que necesitaba era una
sencilla invocación. Un hechizo que reveló la ubicación del suplicante.
La única cosa que tu hermano tenía que hacer era leer las palabras en
voz alta.
Mi garganta se cerró cuando recorde dos noches antes, cuando había
intentado convertir a Ansel. Intentado y fracasado.

“Metió la mano en su bolsillo y sacó un papel arrugado.

"-Ansel, ¿qué es eso?-, Le pregunté, tratando de tener una mejor


visión.

"-Déjame en paz.- Sus ojos se posaron en la chatarra sucia un


momento antes de que él la agarró en un puño apretado, apretándola
contra su pecho. -Es de Bryn, ¿de acuerdo? Me las arreglé para
aferrarme a ella mientras los Guardianes nos habían separado.

Me había mentido a mí. No había habido ningún poema. No hay


últimas palabras de amor de Bryn. Sólo la traición garabateada en un
trozo de papel. Logan me miraba, todavía sonriente, mientras la
verdad se retorció como un cuchillo en mi vientre.

La mano de Shay estaba en mi hombro. Me dejé apoyarme en él, la


tranquilidad de su toque aliviaba mi temor por el destino de Ansel.

-No le harán daño a Ansel. Te lo prometo.

Un gruñido retumbó detrás de nosotros.

-¿Podrías no tocarla?- Ren no lo hizo sonar como una pregunta.

-Oblígame- Shay gruñó.

-Basta. Los dos.- Me froté las sienes palpitantes, alejándome de Shay,


aunque yo me quería envolver sus brazos alrededor de mí y encontrar
comodidad. Si yo iba a arbitrar este juego, tenía que mantenerme
neutral. Podía ver ahora que si bien podría hacerme poderosa, a
veces me dejaba miserable.

-Nos dimos nuestra palabra, Calla-, dijo Anika. -No le pasará nada a tu
hermano. Pero también no podemos arriesgarnos a liberarlo.

-¿Pero este puede ir y venir a su antojo?- Señalé a Logan.


-Por si no lo has notado, todo el mundo en esta sala está armado,-
Anika respondió fríamente. -Logan fue escoltado hasta aquí desde su
celda. Él va a ser escoltado de regreso. No te equivoques. Es un
prisionero, no un invitado.

-Gracias, eso es precioso-, dijo Logan, soplando anillos de humo en el


aire.

Miré a Logan, deseando poder morderle los dedos y dejarle tratar


mantener un cigarrillo sin ellos. Por mucho que quería convencer a
Los buscadores no debían confiar en él, sabía que estaba en lo cierto
acerca de Logan. Él estaba allí porque había perdido su lugar entre los
Guardianes. Logan era como su padre: que había sólo estado
interesado en el poder. De alguna manera pensaba que los
buscadores eran su manera de recuperarlo. Yo no podía entender por
qué ángulo estaba jugando.

Anika inspeccionó el mapa sobre la mesa. Sabía que la conversación


sobre Ansel había terminado. Furia brotaba dentro de mí. Si no podía
luchar por él, por lo menos yo podía luchar. Ribetes adelante a echar
un vistazo al mapa, vi el terreno montañoso.

-¿Ahí es a donde vamos?

Ella asintió con la cabeza. -Mürren, Suiza. En la madrugada. Vamos a


enviar a los señuelos primero. La cueva está aquí. Nos acercamos a
los Guardianes de la entrada y luego enviamos el equipo de sigilo.

-¿Sera el cebo de osos en la mañana, Pascal?-Connor se echó a reír.

Por primera vez Pascal esbozó una sonrisa. -Por supuesto, mon frère.
Es lo que mejor sabemos hacer.

-¿Eh?- Fruncí el ceño ante Connor.

Connor ladeó la cabeza hacia mí, luego sus ojos se abrieron como
platos. -¿No lo sabes?

-¿Saber qué?
-Oh, hombre.- Shay miró de mí a Ren. -¿Los otros guardianes son los
osos?

-¡¿Qué?!- Ren y yo exclamamos al unísono. Lo miré. El rostro del otro


alfa reflejaba la conmoción que sentí.

-Sólo los Guardianes de Tordis,- contestó Silas. -¿En realidad no


sabían nada de las otras formas de los Guardianes?

Mi piel se sentía demasiado apretada. Yo quería cambiar y el perno de


la habitación.

Ren logró una respuesta. -No. Nosotros no lo sabíamos.

-¿Fue ese oso que me atacó cuando nos encontramos con un tutor?-
Shay me preguntó.

-No,- dije, todavía sacudida. -Eso fue sólo un oso pardo.

Ni una sola vez en mi vida había considerado la idea de que puedan


existir otras formas de Guardianes. Nuestras manadas de lobos
estaban estrechamente entrelazadas. Nos sentimos orgullosos de
nuestra ferocidad y de nuestra habilidad como guerreros. Los
Guardianes nos hicieron sentir como si hubiésemos sido elegidos.
Sólo nosotros podíamos servir en la guerra. Más mentiras.

Ren me lanzó una mirada de perplejidad. -¿Lo salvaste de un oso?

-No quiero hablar de eso.- Crucé los brazos sobre mi pecho. -Quiero
saber más acerca de estos otros Guardianes.

Silas envanece. -Es bastante genial, en realidad. Los Guardianes


fueron creados naturalmente adecuados para cada entorno que
protegerían. Lobos en Colorado. Osos en Suiza.

El Buscador de cabello oscuro fornido de un equipo que no se había


introducido sonrió sombríamente. -Y los yaguares en Tulúm.

-Sí. Las yaguares. -Silas se estremecieron. -La muerte en las


Sombras.
Yo no hablo español, pero yo sabía que él estaba describiendo otro
tipo de Guardian. Mi estómago se retorció. Yo siempre había sentido
que fuéramos especiales de alguna manera. Incluso si fuéramos
siervos, me sentí una sensación de privilegio de vidas marcadas por la
excepción. Ahora resulta que estábamos convenientes.

El choque de los lobos de aprendizaje no fueron los únicos guardianes


creados por Keepers no era el único que me corroe. Todo acerca de
este escenario Strategizing -el, los equipos de intervención. Haldis
táctico era el lugar donde los buscadores planearon atacar. ¿Dónde
habían planeado sus ataques en Vail? . Yo no tenía dudas sobre de
qué lado debemos estar, pero me preguntaba si volvería a sentirme a
gusto aquí.

Silas seguía hablando. -Sería el sistema perfecto, excepto por el…

-Si los llamas un pecado contra la naturaleza de nuevo, voy a acabar


contigo.- Mano de Ethan estaba en la empuñadura de su daga.

-Mira que es un evangelista Guardián nacido de nuevo ahora.- Connor


se echó a reír. -¿Qué pasa con eso?

Un rubor se deslizó por el cuello de Ethan. -Nada. Son nuestros


aliados. Eso es todo.

-Claro que lo es,- dijo Connor.

Ethan maldijo y dio la espalda a Connor.


CUATRO

BRYN había tenido razón en cuanto a la habitacion de Ansel. Ellos no


eran tanto una celda como un dormitorio con pocos muebles. Aunque
al mirar a Ansel, uno habría pensado que estaba de vuelta en la
prisión los Guardianes. Estaba acurrucado en el asiento de la ventana,
la cabeza presionanda contra el cristal.

A lo lejos se podía ver el mar rompiendo en la orilla, pero el entorno


idílico no tuvo efecto sobre la mirada en blanco de Ansel. Podía ver
ahora por qué Los buscadores que haciean guardia fuera de la puerta
estaban tan relajados. Su prisionero no parecía tener ningún interés en
escapar, y aunque se les escapara, él tenía la fuerza de un fideo
mojado. Me dolían los huesos mientras le miraba. ¿Por qué tenia que
ser Ansel el que sufrió?

Bryn se sentó a su lado, acariciando su cabello. Me sorprendió ver a


Tess sentada en el lado opuesto de Ansel, un plato de galletas de
avena en el regazo. Como se sentaron uno frente al otro, Tess se miró
casi como la hermana mayor de Bryn. Muy rizados rizos coronaban
cada una de sus cabezas; Cerraduras de bronce de Bryn brillaba en el
sol mientras los rizos de color negro azulado de Tess adquirieron un
matiz casi violeta. El ex Haldis Reaper observaba como una madre a
mi hermano Ansel con una preocupada expresión. Mason se puso de
pie junto a ella, comiendo una galleta. Nev y Sabine fueron a corta
distancia aparte, hablando el uno al otro en tonos suaves.

Nev nos vio primero. Su boca se abrió y se cerró, pero en vez de


hablar, él hizo un gesto con la barbilla a Sabine. Se dio la vuelta. Y
silbó cuando vio a Ren.

- ¡Tu!.

Ren no se movió cuando ella se abalanzó sobre él. Sus puños


golpeaban el pecho. – ¡¿Cómo pudiste?! ¡¿Cómo pudiste dejar que
eso nos sucediera a nosotros?!

Con un esfuerzo considerable Nev alejo a Sabine fuera de Ren. Ella


luchó antes de darse vuelta y enterrar su cabeza en el hombro de Nev,
sollozando.

-Lo siento, hombre- dijo Nev, acariciando el cabello de ébano de


Sabine.

Ren negó con la cabeza. -Me lo merezco.

Yo no podría decidir si yo estaba de acuerdo con él o no. Cuando Nev


y Sabine habían dejado la manada de Bane, Ren se quedó atrás. Él
era su alfa. Su deber era dirigir y protegerlos, pero los había arrojado a
su suerte a Dax, Cosette, y mi vieja compañera de manada, Fey. Su
traición picó. ¿Acaso Sabine culpaba a Ren por cómo ella había
sufrido? ¿Pensaba que era culpa suya que Dax y Cosette seguían con
los Guardianes?

Bryn no se alejó del lado de Ansel, pero ella se quedó boquiabierta


ante nosotros. -Dios mío. Ren.

Mason vaciló antes de venir a Ren y lo capturo a él en un abrazo


rápido. -Me alegro de verte, hombre. En una sola pieza y tal.

-Tú también, Mason.

-¿Cómo?- Sabine sorbió, todavía se aferraba a Nev. -¿Cómo es que


estás aquí? Pensé que nos dejaste.

Ren miró al suelo. Tuve que ayudarlo. Aunque todavía me sentía


incómoda acerca de por qué había elegido Ren brevemente los
Keepers más de nosotros, él estaba aquí ahora y lo necesitábamos. El
alfa duelo roto no era bueno para nuestra causa.

-Él fue manipulado-, le dije, y él sonrió débilmente, manteniendo la


mirada baja. -Ren está aquí porque tiene una hermana que quería
salvarlo.

-Está bien-, dijo Bryn. -Ahora ya no tiene ningún sentido en absoluto.

-Adne,- Nev murmuró, mirando a Ren. -¿Cierto? Sabía que había algo
en esa chica.

Asentí con la cabeza. -Su padre era Monroe,el Buscador que dirigió la
misión de rescate. También fue el padre de Ren, no Emile.

-cielos-, dijo Mason.

-Dímelo a mí-, dijo Ren.

El sonido de rotura de cerámica trajo todos nuestros ojos a la ventana.


Tess estaba de pie. Fragmentos de la placa rota yacían a sus pies.
Cruzó la habitación, tomando el rostro de Ren en sus manos.

-¿Eres el hijo de Monroe?- Sus ojos estaban llenos de lagrimas. -


¿Corrine y el hijo de Monroe?
Ren asintió.

-Gracias a Dios Adne no está sola.- Tess se rió a pesar de sus


lágrimas, envolviendo sus brazos alrededor de Ren, que se sobresaltó,
pero no se molesto por el gesto. -Monroe estaría tan, tan agradecido
de que estés aquí.

-Gracias-, dijo Ren, su voz cada vez más áspera. -Lo siento, no lo
sabía.

-Yo también, cariño-, dijo, enjugándose las lágrimas.

Bryn todavía tenía el ceño fruncido. -¿Monroe y Corrine? No entiendo.


¿Cómo sería eso siquiera posible?

-Es un poco confuso, pero es posible. Vamos a tener que dejar las
cosas así -, le dije. - Tenemos otras cosas que hacer ahora que Ren
está aquí.

-¿Qué otras cosas?-, Preguntó Mason. -Por favor, dime que son cosas
que involucran a patear algún culo Keeper

Sonreí. -Eso es exactamente el tipo de cosas que son.

-Espera-, dijo Bryn. -Estoy a favor de la lucha contra los Guardianes,


pero ¿Ahora los buscadores quieren nuestra ayuda?"

-Ellos nos rescataron, ¿no?- Mason se balanceó sobre los talones.

-Supongo.- Los ojos de Bryn vagaron hacia Ansel, que seguía con la
mirada perdida en la distancia. Yo ya estaba contando a salir de esta
lucha. Ella sólo estaba

preocupada por ayudar a mi hermano. Y eso estaba bien para mí.

Tess tomó la palabra. -Monroe y Corrine se conocieron porque un


grupo de Banes planeaba rebelarse contra sus amos. Íbamos a
ayudarles. Desafortunadamente se descubrió el plan.

-Los Guardianes mataron a mi madre,- Ren termino. Sus ojos se


habían vuelto planos.
-Mierda.- Nev pateó el borde de la alfombra. -Ellos son una mierda
solo total.

-No es broma-, dijo Mason.

-Yo no quiero que nos perdamos en nuestra propia rabia contra los
Guardianes.

-Ha habido otros, las alianzas de mayor edad entre los Guardianes y
buscadores, pero ninguno de ellos podía durar.

-Porque nadie puede derrotar a los Guardianes. -Sabine miró a Tess.

-Hasta ahora.- Tess no vaciló bajo los ojos fríos de Sabine.

-Shay puede detenerlos-, dije en voz baja. -Es por eso que querían
matarlo.

-¿Quién lo dice?- Sabine espetó. -¿Esa estúpida profecía , de la que


Connor y la confianza del cerebro de punk-rock, Silas, estaban
hablando? ¿Y si todo es mentira? Nada de lo que hemos escuchado
hasta ahora sobre nuestro pasado ha sido así.

-Déjalo ir, Sabine,- dijo Nev, apretando su hombro. -Estos son los
buenos. Nos salvaron a nosotros, ¿recuerdas?

El labio de Sabine tembló. -Vete al infierno.- Ella empujó a Nev lejos y


salió corriendo de la habitación.

Mason negó con la cabeza. -Ella no está viendo el lado positivo, es


ella.

-Ella va a estar bien-, dijo Nev, viendo como la puerta se cerraba de


nuevo. -Es mucho para asimilar.

Ren asintió, aunque el conjunto apretado de su mandíbula me dijo que


estaba preocupado por ella.

-Tal vez tengamos que repensar nuestros equipos-, le dije.

-Sí,- dijo. -Se ve de esa manera.


Mason tiró del cuello de su camisa. Miré a mí alrededor a mis
compañeros de manada, darse cuenta de que estaban vestidos con
atuendos de Buscador. De repente me quería reír.

Mason me dio una mirada burlona y yo negué con la cabeza.

-¿Dónde está Shay?

-Aún con los buscadores en Haldis táctico-, le dije. -Ellos lo mantienen


muy ocupado.

Él se removió, tosiendo antes de hablar de nuevo. -¿Así que, uh, Ren


está aquí. . . y Shay está aquí?

-Sí-, le dije.

Bryn miró nerviosamente a Ren y luego yo. -¿Quién es nuestro alfa?

-Soy yo.- Esperé que Ren objetara, pero no lo hizo.

Ella se mordió el labio inferior. -¿Y Shay y Ren?

-Mi copia de seguridad.

Ren suspiró, pero asintió. -Estamos retrocediendo.-

Mason sonrió. -Ella es mujer, escucha su rugido.

Bryn rió. -Impresionante.

Mi sonrisa de respuesta fue tan amplia que dolió un poco.

La puerta se abrió y entró Anika, seguida por Adne. Un momento


después, Shay entró. Tan pronto como se unieron a nosotros, el aire
crujía como si estuviera lleno de ozono. Ren se trasladó al otro lado de
la habitación, poniendo tanta distancia entre él y Shay como le era
posible. Me gustó el salvaguardar, obligándome a permanecer en el
lugar en vez de ir a Shay como yo quería. Nev y Mason intercambiaron
una mirada y no ocultaron sus sonrisas ño suficientemente rápido.

-Si los dos hacen apuestas, voy a averiguarlo-, les dije. -Y se van a
arrepentir.
Mason consiguió parecer avergonzado. Nev desvió la vista de mi
mirada puntiaguda con una sonrisa socarrona.

Adne siguió a Ren, se enlazo de su brazo en un gesto casual, pero vi


sus dedos alrededor de su brazo, lo estabiliza mientras miraba a Shay.

El rostro de Anika era severo mientras recorría nuestra pequeña


manada Guardian. -Confío en que eres consciente de nuestras
circunstancias cambiantes.

Todos nos saludamos con la cabeza. Anika sonrió, volviéndose a


Tess.

-¿Me han dicho que tú tienes una propuesta para mí?

Tess se enderezó. -Se trata de nosotros los huérfanos.

-¿Somos los huérfanos?- La frente de Anika se frunció.

Mi pecho se apretó cuando miré de Tess a Ansel. Ella estaba en lo


cierto. Tess e Isaac habían publicado en Denver, en el escondite de
los buscadores. Ahora que el Purgatorio se había quemado, Tess no
podía trabajar de contrabando de mercancías a los criadores de los
Segadores en sus narices. Ella había perdido su casa; su trabajo; su
socio, Isaac; y su amante, Lydia. Todo porque nos mostró el camino y
volvió su mundo al revés. Si alguien nos debe odiar, era Tess, pero
todo lo que había hecho tratarnos con amabilidad, a mi hermano en
especial.

-Él y yo.- Tess hizo un gesto a Ansel. -Los dos hemos perdido nuestro
lugar en el mundo.

-Todavía se está considerando su estado, Tess- dijo Anika. –Los


sabes.

-Por supuesto,- dijo Tess. -Pero creo que sería beneficioso para todo
el mundo y para él probar algo útil.

Yo la miraba, la sospecha enclavado en contra de mi columna


vertebral.
Ansel no sería explotado de ninguna manera mientras yo tenía
algo que decir en ello.

-¿Qué tienes en mente?- Preguntó Anika.

-Mi puesto se ha ido,- dijo Tess. -Pero todavía tengo la formación para
las tareas básicas de la Academia. Puedo ayudar en el jardín y en
Eydis Santuario. Me gustaría tener al muchacho conmigo. Enséñarle
algunos de nuestros caminos.

-¿De verdad crees que es prudente?- Anika se paseó por la


habitación.

-Creo que sería imprudente dejarlo desocupado.- Los ojos de Tess se


deslizaron sobre los brazos de Ansel. Su piel estaba surcada con
brillantes marcas de sombreado de color rojo.

Los cortes más antiguos estaban sanando; nuevos rasguños apenas


empezaban a cicatrizar.

-Nunca será sin supervisión-, dijo Tess. -Asumo toda la


responsabilidad por su paradero.

-Yo quiero enviar a un Striker le acompañe también-, dijo Anika.

Tess asintió. -Si usted piensa que es necesario.- Miró a Ansel, su


rostro, dejando claro que ella no creía que él era una amenaza para
nadie.

Mientras miraba a mi hermano, o más bien a la cáscara de una


persona que ahora parecía ser, me preguntaba cómo alguien podría
verlo como peligroso. Entonces de nuevo, había sido influido por los
Guardianes para traicionarnos. La fuerza bruta no es la única
amenaza por la que preocuparse.

-Yo lo voy a considerar-, dijo Anika.

-No te molestes-, dijo Ansel sin volver la cara desde la ventana.


Tess no reaccionó ante su voz muerta, pero Bryn entrelazó sus dedos
con los de mi hermano. -Vamos, hay que ir con Tess. Hacer cosas
tendrá tu mente... -Sus palabras se desvanecieron.

-Sólo debería quedarme aquí-, dijo Ansel, tirando de su mano de las


manos de Bryn.

Su labio tembló. Quería agarrar a mi hermano y sacudirlo por tratarla


con tanto descuido.

Anika frunció el ceño, mirando a mi hermano. -¿Tu prefieres


permanecer confinado?

-Estoy donde pertenezco- dijo.

Anika hizo una seña a Tess. -Vamos a discutir esto en otro lugar.

Las dos abandonaron la sala. Bryn todavía estaba tratando de


convencer a Ansel en la conversación. Cuando por fin se apartó
después de varios intentos, ella se levantó y se fue a los brazos
abiertos de Mason. Él la abrazó mientras ella lloraba en silencio.

Ren vino a mi lado, lo que hizo que Shay soltara un gruñido. Él se


calmó cuando yo eché una mirada de advertencia en su dirección. Me
hubiera gustado hacer más. Yo no había tenido una oportunidad de
hablar con Shay a solas desde que Ren había regresado, y cuanto
más tiempo tuve que esperar para estar lejos con él, más me
preocupaba que Shay malinterpretara todo esto.

-Creo que podría ser capaz de hacer algo aquí,- Ren murmuró en voz
baja así que solo yo le oía.

-¿Cómo qué?-, Le pregunté.

-Él necesita saber que tú puedes tomar la decisión equivocada y


todavía merecer una segunda oportunidad.- Un bulto doloroso se
formo en mi garganta al oír las palabras de Ren. El alfa era el único
que podía relacionarse con la traición de Ansel. Tal vez podría hacer
una diferencia.
Asentí con la cabeza, levantando la voz para hacer frente a los demás.
-Vamos a darle a Ansel algo de tiempo para pensar en ello.

-En realidad, eso sería genial-, dijo Adne, sonriéndome. -Porque estoy
aquí para darle una gira oficial de nuestras excavaciones. No has visto
lo maravilloso que es aquí. Has visto prácticamente sólo el comedor y
sus barrios, ¿no?

-Fui al lugar de los curanderos con Ethan y Sabine,- dijo Nev. -¿El
Santuario?

Adne asintió. –Así es, Nev sabe dónde encontrar tiritas, pero no
mucho más. ¿Qué te parece? ¿Quieren ver el lugar para que no se
pierdan?

-Yo diría que sí,- dijo Shay, mirarme a los ojos. -Teniendo en cuenta la
lucha que vamos a provocar mañana por la mañana, esta podría ser
su última oportunidad.
CINCO

TIENES PARTES VISTO DE TI desde el interior, así como acercarse a


ella desde el exterior, que había conocido la Academia era enorme.
Sin embargo, su enormidad era abrumadora mientras seguíamos a
Adne por los pasillos espumosos. Ella comenzó en la parte superior, el
piso donde habíamos pasado la mayor parte de nuestro tiempo desde
que llegamos.

El tercer nivel de la Academia celebró la mayoría de las residencias


más las áreas únicas de cada ala: Haldis tácticos, Tordis Archives,
Eydis Sanctuary, y Pyralis Boticario. Afortunadamente, Adne había
recordado que era mejor para describir el Boticario a mis compañeros
de manada que ellos estén sujetos a su malestares. La segunda
planta alberga salas de la Academia de formación: académica,
místico, y el combate, además de un poco más de las residencias. El
primer piso era un montón ofrecido de almacenamiento para armas y
equipo. También ofreció el comedor, cocinas y baños de cada ala de
la Academia.

-¿Por qué están tan lejos de nuestras habitaciones?- Bryn pregunto.


Esa siempre se había preocupado por el acceso a los baños. No tiene
mucho sentido ya que pasaba más tiempo en los baños que cualquier
persona que yo conocía "que pone en su rostro", como ella decía. Me
pregunté si Bryn ya estaba experimentando la separación de la
ansiedad de su extensa colección de maquillaje.

Adne todavía estaba explicando acerca de cómo las cocinas y los


baños estaban en el nivel más bajo, ya que ofrece los enlaces más
fáciles al agua y la energía geotérmica energía cuando volvimos al
comedor para la cena. La gran sala ya estaba llena de actividad. Vi
que Tess, Connor, y Sabine se reunieron en una mesa. Ren también
estaba con ellos, aunque me di cuenta que había dejado un par de
sillas vacías entre él y Sabine. Aparentemente no había arreglado el
tema sobre Vail todavía. Me detuve en seco cuando vi que Ansel
estaba sentado junto a él.

-¡Oh!- Mano de Bryn voló a su boca cuando ella siguió mi mirada. Sus
ojos se llenaron de lágrimas.

Las lágrimas pincharon las esquinas de mis ojos. Ren había tenido
razón. Ansel era inquieto, pero no hubo más color en su cara ahora de
lo que había visto desde que apareció por primera vez en Denver.

Tess nos vio y saludó. Mi estómago estaba gruñendo cuando nos


instalamos en la mesa. Dentro de pocos minutos soperas de sopa de
pescado picante y colmado se fueron pasando cuencos de pasta
alrededor de la mesa, así como una botella de licor de limón que
Connor había producido con broche de oro. Un sorbo de la de color
amarillo brillante brebaje tenía suficiente de limón fresco a morder la
lengua, seguido de una patada que casi me tiró de la silla.

-¿Qué es esto?- La cara de Mason se arrugó.

-Limoncello-. Connor se echó a reír -Especialidad local.

-Wow.- Sabine se lamió los labios con un escalofrío. -Eso es. . . algo
más.

-Algo bueno,- dijo Nev, sobre el otro plato de pasta.

-¿La corrupción de los niños ya?- Ethan se había acercado a la mesa.


Levanté la vista hacia él, sorprendida. Había estado tan ocupada
escarpada con los alimentos que no me di cuenta de que le faltaba a
nuestro grupo.

-Lo que mejor hago-, dijo Connor, pasando la botella alrededor de


nuevo. -¿Quieres tirar de una silla? Muy buena comes esta noche.
Debemos abogar por permanecer en Italia.

La adición de los Guardianes al equipo Haldis hizo que que la mesa se


llenara, incluso con el número de buscadores que habíamos perdido
en los últimos días.
-Teniendo en cuenta lo que está a punto de pasar, yo espero que la
comida es buena,- dijo Ethan. -Cada comida podría ser la última.

-Gracias por arruinar mi apetito.- Bryn le sacó la lengua a él y luego


sonrió a Ansel.

Al verlo sonreír brevemente hacia ella tenía más de un efecto en mí


que el limoncello. Crucé los dedos, deseando con cada onza de mi ser
que Ansel realmente iba a venir de nuevo a nosotros.

Sabine deslizó su silla, haciendo espacio para Ethan a su lado. -Aquí


tienes.

Ethan la miró y luego se apartó. -En realidad, no tengo hambre.


Simplemente quería decir hola.

Sin decir nada más, se dio la vuelta y salió de la sala de comedor.

-¿Siempre es tan gruñón?- Mason le preguntó con fideos colgando de


la comisura de la boca.

Nev le dio un codazo con una risita. -No tiene modales de ningún tipo,
¿eh?.

-Soy una bestia feroz, hombre-, dijo Mason, limpiando la salsa de


tomate de la barbilla. -¿Qué puedo decir?

-Ethan todavía esta un poco incómodo alrededor Guardianes-, dijo


Adne. -No lo tomen como algo personal.- Ella estaba sorbiendo su
sopa con abandono. Parecía que todo el mundo se había cansado de
lo que el menú de Iowa había sido. Lo que había dicho acerca de
Ethan no estaba haciendo clic en mi mente. Ethan sin duda ha abierto
con su odio cuando me mostró por primera vez, pero muchos habían
cambiado desde entonces-incluyendo su actitud. Incluso esta mañana
él nos defendió a Silas. ¿Así que por qué iba a decir eso y luego
negarse a comer con nosotros? No tiene ningún sentido. Mis
preguntas se desvanecieron cuando Bryn pasó un plato de deliciosa
fruta fresca.
Mientras que el resto de nosotros siguió comiendo, Sabine estaba
recogiendo su comida. Pasó unos diez minutos haciendo patrones con
su pasta antes de que ella se pusiera de pie, murmurando algo acerca
de estar cansada, y se apresuró a salir de la habitación.

Al verla pasar, Connor se rió y negó con la cabeza.

-¿Qué es?- Adne frunció el ceño.

-Nada,- dijo Connor, pero él estaba sonriendo como un tonto.

Sospecha zumbaba en mi oído como un mosquito. Incapaz de reprimir


mi curiosidad, me excusé de la tabla. No estaba segura de por qué la
estaba siguiendo, pero algo irresistible me sacó después del rastro
jazmín de Sabine. Además, si hubiera tratado de comer otro bocado,
probablemente me habría desmayado.

Sabine había seguido el corredor curva a la entrada del primer nivel al


jardín. Tuve una extraña sensación de déjà vu, de haber tomado este
mismo camino yo anoche. Miré a través de las puertas de cristal, pero
el jardín había florecido en su exuberante y plena gloria, en los dos
días ya que los tejedores habían mudado la Academia de Italia.
Enredaderas colgantes, árboles frutales, setos y comandos mi punto
de vista.

Me deslicé en el jardín, cambiando a forma de lobo, así podría rondar


los caminos con las patas silenciosas. La culpa mordisqueó mis
talones, pero yo no podía luchar contra la sospecha de que algo
importante iba a suceder en este jardín, algo que afectó a mi manada.
Como un alfa, yo tenía que saber.

Caminaba a lo largo del camino, cerca de las coberturas para no ser


descubierta, he seguido lo que yo pensaba que era el sonido de las
voces. Tranquilo, pero persistente, como el sonido burbujeante de una
corriente distante. Casi había llegado al corazón del jardín cuando vi a
dos sombras. Sus cuerpos brillaban fantasmales plateadas en el velo
luminoso que proyecta la luna casi llena. Me escondí contra el tronco
del árbol más cercano, dejando que las sombras me encubrieran.
Sabine se detuvo frente al banco de piedra donde Ethan estaba
sentado. Ethan continuó afilando su daga; él no levantó la vista.

-No puedes hacerlo para siempre, ya sabes,- dijo ella.

-¿Hacer qué?- Mantuvo los ojos hacia abajo; la hoja de la daga


parecía brillar en la luz de la luna.

-No me hacerme caso.

-No es nada personal.

-Por supuesto que lo es.

Sus hombros encorvados ligeramente ante sus palabras, pero no dije


nada.

Un susurro de los arbustos en el otro lado del árbol me llamó la


atención. Tuve que morder la lengua para no aullar cuando un lobo
marrón se escabullido entre la maleza.

“¿Calla?”

Les mostré mis dientes a Shay. “¿Qué estás haciendo aquí?” Por
mucho que había querido estar sola con Shay, esto no fue lo que me
imaginé.

“Iba a preguntarte lo mismo. Cuando te fuiste de la cena, yo pensé que


podrías estar enferma y yo quería asegurarme de que estabas bien.
Luego, cuando te vi pasar en forma de lobo fuera del jardín, me
pregunté qué estaba pasando”.

Mis oídos aplanados. “Nada. ¡Fuera de aquí!”.

Inclinó la cabeza marrón en mí, los ojos verdes curiosos e intención.

-Sólo quiero hablar contigo.- Las palabras de Sabine cortaron el aire


de la noche.

Ethan no se movió; se quedó en silencio. “Espera”.


Las orejas de Shay se movieron mientras su voz me llegó. “¿Es que
Sabine?” Dio un paso hacia adelante. “¿Y Ethan?”

“¡Al suelo!” mordí en su hombro.

“¡Hey!” Enseñó los dientes, pero un momento después su lengua


colgaba fuera. “Los estás espiando”.

Le mostré mis propios colmillos. “No seas ridículo.”

“Eso es un intento bastante patético en la negación, Cal.” Se volvió.


“Además, hay un escondite mucho mejor que aquí. Obtendrás mucha
más seguridad de dónde estás parada.”

Me quedé mirando como su cuerpo marrón desapareció en el oscuro


follaje. Un momento después me escabullí por el suelo después de él.

Nuestros cuerpos presionados juntos en medio de las ramas gruesas.


Me dejo acurrucarme contra su piel, disfrutando de la manera en que
nuestros olores se mezclaban en el aire de la noche. Eso me recordó
a nuestras primeras aventuras juntas como lobos. Cacerías, largas
noche después de comer hasta hartarnos y luego acurrucarse juntos
para una siesta debajo del refugio de un árbol de pino o escondidos
bajo el enorme tronco de un árbol caído. Mirando el lobo marrón
dorado a mi lado, mi corazón dio una punzada de nostalgia por la
libertad. Las horas ininterrumpidas donde el desierto y el mundo
pertenecían sólo a nosotros.

Durante un poco más; “No puedo ver”. Empujé mi boca contra su


hombro, utilizanla la excusa para escabullirme aún más cerca de él.

“Sabía que estabas espiando”. Se acercó más lejos en el hueco,


mordisqueando mi mandíbula cariñosamente.

“Silencio; Quiero saber lo que está pasando”. Pero a medida que me


asomé a las siluetas pálidas de Ethan y Sabine, yo apoyé la cabeza en
las patas delanteras de Shay. Él puso su barbilla en la parte de atrás
de mi cuello, dando a mi oído una mano juguetona.
“¿Por qué te importa lo que están haciendo de todos modos?”

“Porque es Sabine y Ethan.”

“Buen punto.”

Ethan finalmente había levantado la barbilla para mirar a Sabine,


cuyas manos descansaban sobre sus caderas mientras lo observaba.

Envainó la daga y suspiró. -Está bien. ¿Qué quieres hablar conmigo?

-Me gustaría que dejes de evitarme.

-Yo no te estoy evitando.- Se sentó un poco más erguido.

-¿En serio?- Sabine sonrió levemente. -Podrías haberme engañado.

Ethan se puso de pie y caminó a lo largo del camino lejos de ella.

La risa de Sabine resonó en el aire de la noche como una campanilla.


-Mira, lo estás haciendo en este momento.

Se volvió, sacudiendo la cabeza. -Yo no soy mucho de empresa. En


particular, la compañía de lobos.

-Ya veo.- Ella siguió su retirada hacia los rosales, cargados de flores
rojas vuelto negro por las sombras. -Así que por eso se trabaja de
manera duro en ello.

Se detuvo y frunció el ceño. -¿Lo siento?

-Lo estás haciendo todo lo posible para permanecer lejos de mí,


aunque no es lo que quieres.

Su risa era dura, pero sus palabras tenían un borde de miedo. -


¿Desde cuándo sabes lo que quiero?

-Sé que cada vez que me miras me quieres.

“Whoa”. Shay se acercó más a la orilla de los arbustos.

“¡Shhh!” le mordí el hombro, pero un instante después me mudé a su


lado.
Ethan se quedó helado en su lugar. Sabine dio otro paso hacia él.

-Pasar más tiempo conmigo no es una traición hacia tu hermano- dijo


ella.

Él se echó hacia atrás. -¿Cómo lo sabes…?

-Tess me dijo,- interrumpió ella. -Creo que está preocupada por ti.

-Eso no es asunto suyo-, dijo, con voz temblorosa. -Ella no debería


involucrarse.

-Yo no creo que ella quiera involucrarse.- La voz de Sabine era como
el humo en el aire de la noche. -Ahí es donde entro yo.

Él la miró fijamente, con los ojos desorbitados, mirando como un


conejo atrapado en una trampa. Ella extendió la mano y apoyó la
palma en el centro de su pecho.

-Yo no soy tan diferente a ti, Ethan. No importa lo que puedes pensar.
¿Sientes cómo tu corazón se acelera?

Se quedó mirando sus delgados dedos y asintió.

Su otra mano lo agarró y lo apretó contra su esternón. Ella no apartó


los ojos de su cara. -Así que es mío.

Un sonido salió de su garganta, un grito agudo en algún lugar entre el


placer y el dolor. Sus dos cuerpos siluetas se convirtieron en una sola,
oscura maraña de las extremidades cuando él extendió la mano y tiró
de Sabine en contra de él, besándola.

Una risa baja llenó mi mente. “Esa es nuestra señal. Vámonos.”

“Pero. . .”Yo estaba mirando a la pareja entrelazada, fascinado por la


escena, mientras que a sabiendas de que no era mi lugar para ver
más.

“Vamos, Cal”. Los dientes de Shay agarró suavemente el collar de mi


cuello. “Sus preguntas son contestadas. ¿Te hubiera sido feliz si
alguien te viera de noche en el jardín?”
Luché contra el impulso de gruñirle. “Ya voy, bien, deja de tirar. Yo no
soy un perrito.”

Detrás de nosotros, oí el leve gemido de Ethan y yo tiré debajo de mi


piel.

“See”. Shay se arrastró desde el césped en la dirección de la entrada


del jardín.

Nos arrastramos desde el jardín en las patas silenciosas. Cuando


estábamos con seguridad en la puerta en sombras, ambos cambiamos
las formas y nos deslizamos en el interior de la Academia.

-La guerra hace extraños compañeros de cama.- Shay sonrió. -Bien


por ellos.

-Supongo.

-¿No lo apruebas?

-Es un poco raro.- Fruncí el ceño. -¿Un Buscador y guardián?

-No es la primera vez-, respondió. -Monroe y Corrine…

-Los dos están muertos-, le interrumpí, todavía preocupada por lo que


había visto. Yo quería estar feliz por ellos, pero los amores que he
visto aquí todos terminaron en horribles pérdida. Y la batalla de
nuestras vidas estaba por delante. Temía por Sabine y Ethan. Tenía
miedo por todos nosotros.

-Esto es diferente-, dijo. -Sabine no se quedó con los Guardianes. Ella


está aquí, está a salvo, y ella es libre de hacer lo que quiere.
Probablemente por primera vez en su vida.

Asentí con la cabeza lentamente.

-¡Aun estas preocupada?- Su boca se arrugó mientras observaba mi


ceño fruncido.

-No puedo evitarlo.- Me acordé de Tess sollozando cuando había


muerto Lydia.
Sus brazos se deslizaron alrededor de mi cintura. Mis manos subieron
contra su pecho, pero sólo para descansarlas cerca de su corazón, no
para alejarlo. Me acurruqué en el, mis dedos en su camisa,
acercándolo más.

-¿Qué estás haciendo?-, Le pregunté, notando la expresión socarrona


en su rostro.

-Alivia tu mente-, murmuró, y se inclinó para besarme.

-Espera.- Esta vez lo empuje hacia atrás. -Deberíamos ir…

Lo que me propuse a ser una invitación a mi habitación murió en mis


labios cuando él se quedó muy quieto. Sus brazos aún me rodeaban,
pero yo podría haber jurado que había dejado de respirar.

Un sonido como la mezcla de tos y un gruñido rebotó en las paredes


en el pasillo detrás de mí. Los dedos de Shay se clavaron en mis
caderas y entonces supe quien estaba allí, observándonos.

-No quiero interrumpir.- Ren se acercó a nosotros lentamente,


acechando. -No importa. Me gustaría interrumpir.

Contestando el gruñido de Shay vibró a través de mis miembros. Aún


embriagadora de nuestro encuentro encubierta en el jardín, mi instinto
fue envolver mis brazos alrededor de Shay y advertir a Ren con mi
propio gruñido. Pero esos eran los instintos que tenía que pasar por
alto. Me torcí fuera de su alcance, posicionándome entre ellos.

-Tregua, ¿recuerdas?- Les mostré mis dientes a ellos.

-No se ve como si estuviera jugando limpio-, dijo Ren.

-No voy a jugar en lo absoluto.- Shay rió. -No es un juego para mí.

Ren se erizó. - Sabes que no es lo que quise decir.

-Basta.- Puse mis manos en alto, asegurándome que ningun alfa diera
un paso más cerca del otro. -No hagas esto.
-Sólo me gustaría entender lo que estabas haciendo a solas con él.-
Ren no le quitaba los ojos de encima a Shay.

-Nada-, dije. Esto fue exactamente por qué quería salir de la sala e ir a
mi habitación, en el que no seríamos vistos. -Estábamos hablando,
Ren. Todavía puedo hablar con Shay a solas.

-No se veía como si fuera solo una conversación para mí- dijo Ren.

-Él tiene razón.- Shay sonrió con malicia.

-Vamos a ver qué puedo hacer al respecto con tu sonrisa- Ren se


abalanzó sobre él.

Me di la vuelta, cerrando el puño en el pecho de Ren. Él vaciló,


mirándome con sorpresa.

El lobo dentro de mí aulló de frustración. ¿Cómo les iba a impedir a


estos dos de matarse unos a otros?

-Lo digo en serio. No vas a lastimar a los demás, -gruñí. -No me


cruzaras.

Shay rió. – muy bonito, Cal.

Me volví y le di una patada a Shay en el estómago, haciendolo


tropezar contra la pared.

-¡¿Qué demonios?!-, gritó, frotando sus abdominales.

-¡Estoy hablando con los dos!- Mi cabeza estaba palpitando. -¿Cómo


puedo hacer que sea más claro? Deja de tratar de obtener una
ventaja. Ambos están siendo un total de asnos. No puedo soportarlo.

Shay hizo una mueca y me arrepentí de mis palabras. Mi frustración


surgió de mi incapacidad para perseguir mis propios deseos tanto
como la tarea de regular su abundancia de testosterona.

-Ella tiene razón-, dijo Ren.


Shay lo miró antes de volver sus ojos en mí. Cuando me encontré con
su mirada, di un paso atrás, aturdida por el dolor que vi allí.

-Entonces, ¿qué?-, Preguntó. -¿Nada de lo que pasó entre nosotros


importa ahora? ¿Él está aquí y todo lo que paso vale mierda?

-No, Shay. . . -Las palabras eran difíciles de expulsar cuando mi


corazón se rebeló en contra de mi mente. Vi destellos del jardín,
estaban nadando una vez más en pasión guiada por la luna. Sentí el
calor de la piel de Shay contra la mía. Recordé vigilia envuelto en sus
brazos sólo a estar lleno de deseo de nuevo en la simple visión de él
durmiendo a mi lado. La sangre rugía en mis oídos. -Eso no es lo que
quise decir.

-¿Qué pasó?- La pregunta de Ren era como un dique contra la


avalancha de recuerdos.

Shay abrió la boca para responder, pero mi mirada dura lo silenció. Me


sostuvo la mirada durante un largo momento. Mi sangre se le heló
cuando vi cuánto este intercambio había cortado en él.

-Nada,- dijo Shay, dándose la vuelta. -Buenas noches.

Observé su retiro, el nudo en mi estómago apretando hasta que el


dolor era casi insoportable.

-¿De qué estaba hablando, Calla?

Me obligué a enfrentar a Ren. Cuando me encontré con sus ojos


oscuros y preocupados, yo negué con la cabeza.

-Déjalo,- dije en voz baja. .-Por favor, acaba de salir de ella.

Su boca se encuentra en una línea dura, pero asintió. --Al menos


puedo caminar a tu habitación?

-No,- dije, mi voz temblorosa. -Creo que sería mejor si no lo hicieras.

Me sentía vacía, y Ren era demasiado bueno para leer mis


emociones. Una parte de mí todavía no podía creer que él estaba
aquí. Que a pesar de todo lo que habíamos perdido, había guardado.
Me hubiera gustado que pudiera decirle lo mucho que significaba
tenerlo cerca de mí, cuánta fuerza gané con otro alfa en este luchar.
Pero siguiendo ese rastro de pensamientos me metería en serios
problemas. Si le dejo jugar el papel de consolador cuando me sentía
tan vulnerable, iba a terminar haciendo algo tonto.

-Está bien.- Vi el destello de ira en sus ojos antes de que él se fuera


en la dirección opuesta a la trayectoria que Shay había tomado. -
Dulces sueños, Lirio.

Cuando ambos estuvieron fuera de la vista, yo vagaba, ligeramente


aturdida, de vuelta a las escaleras, subiendo lentamente hacia el
tercer piso a mi habitación. Me pregunté si el sueño vendría. A pesar
de lo cansado que mis miembros se sentían después del caos de
batallas y misiones de rescate clandestinos, mi mente estaba en un
frenesí.

Al no elegir a un compañero, me vi obligada a conducirlo sola. ¿Era yo


lo suficientemente fuerte como para hacer esto? La libertad de la
soledad se arremolinaba a través de mis venas, en igual partes la
alegría y el terror. Cuando llegué a mi habitación, me detuve, mirando
la puerta por varios minutos, fingiendo que no estaba mirando cada
pocos segundos la de al lado a lo largo del pasillo. La puerta de Shay.

Maldiciendo en voz baja, me di por vencida tratando de ignorar la


atracción hacia su habitación. Dudé en el exterior. El episodio con Ren
había sido la peor clase de error. Yo había alienado tanto de ellos,
pero yo estaba más preocupada por cómo podría haber herido a Shay.
¿Seguiría estando enojado? ¿Sabía él que yo hubiera querido estar a
solas con él desde que Adne y yo volvimos de Vail? ¿Me seguiría
queriendo, sabiendo que tenía que tratar de mantener un equilibrio
entre los dos machos alfa?

Llamé a la puerta, maldiciendo mi propia falta de convicción.

-¿Quién es?
-Es Calla.

Él me hizo permanecer de pie en la sala oscura durante al menos dos


minutos antes de que abriera la puerta. Llevaba una camiseta de
cuello en V blanca llanura que ofrecía un vistazo de los músculos de
su pecho y pantalones de pijama azul marino de algodón ligero. Yo
tenía un conjunto de ropa de dormir similar pero ligeramente más
femenina en mi cajón.

Al parecer, fueron una característica estándar Searcher.

-¿Qué?- Su tono poco amistoso me dijo que no me había perdonado


por lo que había sucedido en la planta baja.

-¿Puedo entrar?

Se alejó, dejando la puerta abierta. Lo seguí dentro de la habitación,


cerrando la puerta detrás de mí. Mi pulso empezó a saltar, sabiendo
que yo estaba a solas con él en su dormitorio. Había estado
esperando este momento durante todo el día, pero ahora que estaba
aquí, me sentí insegura. Mis nervios sacudieron mis huesos. Si Shay
pensó que no podía confiar en mí, todo lo que había luchado podría
desmoronarse.

Shay se tendió en su cama. Tenía un libro muy viejo apoyado en su


pecho.

-¿Qué es eso?-, Le pregunté.

-Lore Scion-, dijo. -Al parecer, al ser el Elegido significa que obtienes
la tarea.

-¿La tarea de Silas?-

-Si.

Me quedé unos metros de distancia de la cama, mirándolo. Su forma


magra, descansando sobre las almohadas, hizo que mi piel se sienta
eléctrica. Me hubiera gustado que mirara hacia arriba y estirara los
brazos hacia mí. Él mantuvo su enfoque en el libro.
-¿Cuánto tiempo vas a estar enojado?- Le pregunté.

Él no respondió.

Suspiré. -Shay, no estoy tratando de hacerte daño. Sólo creo que


sería una mala idea restregar en el rostro de Ren lo que está pasando
con nosotros. Podría arruinarlo todo.

Shay rió. -Manera de utilizar una metáfora.

-Sabes lo que quiero decir.

También sabía que era más que mantener el temperamento de Ren


bajo control, pero no estaba segura de que Shay podía manejar esa
información. Ahorrárselo a Ren había sido necesario. No quería
admitir lo bien que se sentía tenerlo de vuelta, para estar cerca de él
otra vez. Pero el zumbido constante de la esperanza que acompañó a
Ren al volver sólo me hizo sentir peor por lo que yo sabía que debía
estar haciéndole a Shay. La malicia roiling tanto en sus ojos cada vez
que los alfas se miraron entre sí rayaba en explosivo. Por mucho que
quería a mi lado a Ren, Shay necesitaba saber que yo no le había
abandonado. No tenía ni idea de lo que podía equilibrar el poder entre
los dos hombres sin hacer que Shay se sintiera rechazado. Había
hecho un lío terrible. Shay se enojó conmigo y mi instinto era estar a la
defensiva, pero eso no resolvería nada.

Tiró el libro a un lado, mirándome. -Mira, me doy cuenta de que estoy


siendo un idiota. Lo siento. Él saca lo peor de mí. Siempre lo ha
hecho.

-El primer paso para la recuperación es admitir que tienes un


problema.- Sonreí.

Él se echó a reír, pero un momento después, su expresión sombría


regresó.

-No puedo dejar la peonza que es mi cerebro en este momento-, dijo. -


Estoy tratando de averiguar lo que significa ser el Vástago, pero todo
lo que quiero hacer es averiguar dónde están mis padres.
-¿Logan no ha dicho nada?- Vi el pecho de Shay levantarse cayendo
con un profundo suspiro.

-Está jugando duro para conseguir. . . o algo así -, dijo. -Yo ni siquiera
sé si creo que están vivos. No puedo dejar de pensar en ellos. . . y yo
sé que eso no lo es en lo que me tengo que enfocar en este momento.

-Nadie te puede culpar por eso, Shay,- dije. -Por supuesto, que deseas
encontrar a sus padres

-Mientras me ahorro el mundo primero,- dijo.

-Supongo que hay ataduras-, le dije, sonriendo.

-Cuerdas atadas a los yunques-, dijo. -Hablando de eso, tenemos


nuestro propio equipaje y creo que el tuyo está listo para arrastrarte de
nuevo al altar.

-Shay- Un pequeño gruñido salió cuando yo hablaba.

-Sabes que tengo razón-, dijo. -Ren piensa que le perteneces a él; él
siempre te tiene.

-Él es un alfa-, le dije, no queriendo defender a Ren tanto como tratar


de explicar la situación a Shay. -Todavía me ve como su compañera.

-¿Y te ves de esa manera?

-Es complicado.- Miré a la tierra. Lame, Calla. Lame.

-Tal vez por eso, en su alrededor de nuevo, me siento como si no me


necesitas más.

-¿Cómo puedes pensar eso?-, Le pregunté, evitando una respuesta


directa. -Tú eres el Vástago. Tú eres la única razón por la que los
buscadores pueden ser capaces de derrotar a los Guardianes.

-Pensé que Ren era la mejor esperanza de ganar esta guerra.

-Nosotros necesitamos a Ren-, le dije, ignorando su mirada enojada. -


Él podría hacer o romper una alianza Guardian. Pero todos los
Guardianes en el mundo no pueden hacer nada de fantasmas. Tú
puedes.

-Y sin embargo, eso no parece llevar a ningún lado con ustedes-, dijo.
-Los lobos son lo que te importa. Más que cualquier otra cosa.

-Por supuesto que sí-, le dije. -Soy un alfa.

-Así soy yo-, dijo. -Por mucho que Ren también. Soy nuevo en la
manada, eso es todo.

-Yo sé, Shay.- Fruncí el ceño. -Pero creo que se está perdiendo el
punto.

-Tú eres el que no viene al caso, Calla.- Su sonrisa era sombría. -


¿Crees que los asuntos del Elegido son importantes para mí si te
pierdo? Debido a que no lo hace. Nada de esto importa. Tú eres la
razón que necesito para ganar esta guerra. Estoy luchando por ti. No
para los buscadores. No es para nadie más. Todo es para ti.

Mi pulso latía en mis venas, pesado como un bombo.

Se tumbó en la cama, mirando a la luz de las estrellas que centellean


por encima de nosotros. Lo miré, sin saber qué hacer. Yo no lo
necesito. Yo lo no quería necesitar a él. Con el fin de dar lugar, para
luchar esta batalla, no podía permitirme el lujo de necesitar a nadie.
Pero eso no significa que yo. . .

Cuando me di cuenta de lo que tenía que pasar, lo que yo quería que


sucediera, mi boca se secó. Entonces mi corazón se aceleró,
igualando la llamarada de calor en mi sangre.

-Yo no te necesito, Shay.- No podía ocultar el borde ronca de mis


palabras.

Shay gruñó sin mirarme. Él no vio cuando me saqué mi camisa.

-Pero quiero.- le dije. Mi corazón se sentía como si estuviera en mi


garganta. Una vulnerabilidad en bruto como nada que alguna vez
había batido sentía dentro de mí, y yo sabía que esto era lo que el
amor verdadero era. Y era aterrador.

Finalmente se volvió hacia mí, empujando su pelo de los ojos.

-tu wa-whoa.- Se sentó, balanceando las piernas sobre el borde de la


cama, pero él no se acerco a mí.

Caminé lentamente hacia él.

-Si te necesitaba, yo no.

Él no contestó, pero yo miraba su nuez que sube y baja cuando se


ingiere.

-¿Entiendes?-, Le pregunté. Me temblaban las manos.

La seducción era un nuevo camino para mí. Había estado preocupada


de que Shay me rechazara, pero ahora yo era la que cuyos nervios
enriquecido hasta el pensamiento de que Shay aún podría estar
demasiado enojado como para darme la bienvenida en sus brazos. ¿Y
si él me echa de su habitación? Las restricciones que deben cumplir
las hembras alfa tenían me permitió ser el perseguidor; Yo sólo podía
llevarlo a cabo. Los misteriosos funcionamientos de las relaciones
románticas eran todavía un territorio desconocido para mí. Eso no
ayudó que mi pulso estubiera acelerado a un ritmo que pensé que
podría romper la barrera del sonido.

-Sí-. Shay tuvo que aclararse la garganta para hacer correr la voz. Él
puso los hombros hacia atrás, recuperándose, recostándose sobre los
codos con cuidado, en una pose superficialmente informal. -Creo que
sí.

-¿Eso crees?- Yo estaba a sólo un pie de distancia de él.

Una lenta sonrisa se deslizó por su boca.

-Sería bueno si me lo demostraras.

Me detuve en seco. ¿Demostrarselo? Estoy tan fuera de mi liga aquí.


-A menos que. . . -Él seguía sonriendo. –No quieras.

No había ningún indicio de miedo o duda en su voz, sólo un brillo en


sus ojos que los hizo vibrante. Pude ver el reto allí. El lobo dentro me
gruñó en la provocación de otro alfa.

No era una cuestión de tomar una decisión. Puro instinto me llevó


hacia delante. Yo estaba de pie sobre él, presionando mis palmas
hacia abajo a cada lado de él, lo que le obligó a tumbarse. Mis labios
se curvaron, dando paso a mi caninos afilados. Respiré profundo, me
si tenía miedo de mí. Pero el penetrante olor del miedo no permanecía
en el aire. Sólo el olor de Shay, nubes de tormenta con relámpagos
crepitantes, se arremolinaban a mi alrededor, mezclándose con el
ámbar ahumado de nuestro mutuo deseo.

-Esta no es la elección-, le dije, mis palabras fornido. Balance. Se


supone que debo mantener el equilibrio. Maldita sea. Iba a ser mucho,
mucho más difícil de lo que había pensado. Lo quería tanto.

A pesar de que luché contra mi pasión, luchando por recordar que no


se me permitió estar aquí en la habitación de Shay, en su cama, mi
resolución se evaporado. Era simplemente demasiado cerca, su piel
demasiado cálida y acogedora. Y yo lo amaba. El lobo dentro de mí
aullaba a un compañero. El tirón de su cuerpo era magnético; No
podía apartar la vista.

-¿No es así?- Shay sonrió. -¿Qué es, entonces?

-Un error de juicio-, le dije, aunque no sonaba convincente.

-Funciona para mí.- Los caninos de Shay eran agudos. Sus brazos
alrededor de mí, tirando de mí hacia abajo sobre la cama. Se dio la
vuelta, sujetándome por debajo él.

-Te amo-, murmuró antes besarme. Le devolví el beso, deseando


estar más cerca de él.

-Sé que no me necesitas, Cal- dijo, moviendo los labios a lo largo de


mi garganta. -Es por eso que Te amo. Pero quiero que sepas que
pertenezco a tu lado, contigo. Puede que no haya sido el elegido para
ti, pero yo quiero ser tu amigo. Tu alfa.

Sus palabras sacudieron a través de mí, una corriente eléctrica de


deseo. Aprendió tanto acerca de quién era yo. Lo que yo quería. Cómo
he vivido y me encantó. Calor arremolinaba a través de mis
extremidades. Deslicé mis manos por debajo de su camisa, pasando
los dedos sobre los músculos de la espalda. Tiró de su camisa sobre
su cabeza. Mi corazón tartamudeó al ver a su torso esculpido para dar
paso a la corte de sus caderas, el resto de su cuerpo sólo cubierto por
cordón pantalones de pijama. En el momento siguiente estaba
empujandolos abajo también.

Con el resto de mi ropa desprendida, enterré dudas persistentes. Una


noche de doblar mis reglas auto impuestas para tranquilizar a Shay no
podría lastimarlo.

¿Podría?

Sean cuales sean las consecuencias, como las manos y los labios de
Shay se movieron sobre mi cuerpo, yo sabía lo tonta que era mi
pregunta. Yo no había caído en la habitación de Shay tarde por la
noche para deshacerme de las dudas sobre mis sentimientos. Estuve
aquí por mí misma.

Yo entrelacé mis dedos en su cabello, acercando su rostro al mío.

-Te amo, Shay- le dije. -Siempre.


SEIS

Hay una razón por lo que lo llaman por la mañana después. Me


desperté antes del amanecer con el corazón golpeando contra mis
costillas. Luz gris filtrada a través de la habitación. Las nubes se
habían rodado en toda la noche, dejando el cielo plano, el color de la
pizarra.

Mientras me apresuraba a tirar de mi ropa y ponerme fuera de la


habitación de Shay antes de que él se despertara, me reprendí a mí
misma en silencio. No sólo me siento como una perra por dejar a Shay
solo no una vez, sino dos veces, también sentí las potenciales
consecuencias de mi decisión de permanecer con él anoche
acumulandose en mis hombros como piedras pesadas.

Preguntas entraban y salían de mi mente cuando yo cogí la ropa


limpia de mi habitación y me lancé a la ducha. ¿Querría saber Ren?
¿Querría regodearse Shay y provocar una pelea? Innumerables
escenarios del peor caso jugado cuando me dirigí directamente al
baño, todos ellos terminando con Shay o Ren sangrando, y la alianza
destruida. Ahora enfrentar a los Guardianes en forma de oso o incluso
un fantasma tenía más remedio que hacer frente a las secuelas de mi
amar la vida. Cuando me froté mi piel mucho más allá de la
exfoliación, demorando un lamento, en pos de mí como una sombra.
Yo no queria pretender que la noche con Shay no había sucedido.
Cada beso, cada caricia que compartí con él se sentía bien, me dieron
ganas de él aún más, pero me revelara a mí misma al grupo podría
poner nuestra misión en riesgo. Cerrar recuerdos de pasar la noche
envuelta en los brazos de Shay envió un escalofrío caliente sobre mi
piel, pero yo sabía que tenía que empujarlos a la basura.

Como tantas veces antes, yo estaba atrapada entre el deber y la


pasión. Había demasiado en juego como para dejar que mi corazón
gobierne; Tenía que ser la cabeza tomando las decisiones desde
ahora en adelante. Si elegía a mi compañero ahora, nuestra alianza
inestable se desmoronaría.

Cuando llegué a Haldis táctico, Anika y Pascal ya estaban allí.


Flanqueando la Guía Tordis fue un grupo de buscadores que conocía.
Para mi sorpresa, Ren se puso de pie en medio de ellos, y parecía que
estaba dando instrucciones. Supuse que era del equipo señuelo de
Pascal y me estremecí.

El plan de Ren fue bueno, pero estaba arriesgándose a sí mismo tan


pronto.

Ren levantó la cabeza, casi como si hubiera leído mis pensamientos.


Él asintió brevemente, volviendo su atención hacia el equipo. Aparté el
deseo de unirme a su grupo, lo que lleva al lado de mi compañero de
alfa. Pero ese no era mi lucha. Hoy no.

Ethan y Sabine entraron en la sala de juntos. Traté de no mirar. No


hablaban ni siquiera se tocaban, pero con una sola mirada me dijeron
que iba a tomar una fuerza de la sobrenatural para separarlos. El
verlos ofreció una oleada de alivio. Al menos yo no era el único que
trataba con complicaciones románticas.

Intentando lo mejor para ser casual, me acerqué a ellos.

-Mañana.

-Hey, Calla.- Sabine me miró con suspicacia. Al parecer ser informal


no era mi fuerte.

Ethan se limitó a asentir.


-¿Perdimos el barco?- Preguntó Connor. Él llego con Adne justo
detrás de él.

-En realidad estás justo a tiempo- dijo Anika.

-Maldita sea.

Adne me dio un breve “hola” mientras Connor continuó su


conversación con Anika.

-Hey.- Salté en el tacto de una mano en mi hombro.

-¿Dormiste bien?- Preguntó Ren.

-Uh. . . sí. -Hasta ahora, todo bien.

No importa. Shay entró con Mason y Nev. Todos estaban masticando


bollos y fruta. El aroma del pan recién horneado hizo que mi estómago
gruñera.

-¿Tienes hambre?- Ren sonrió.

-Me salté el desayuno.

-Hay muchas cosas que compartir.- Mason me lanzó un rollo.


Arranqué en él, fingiendo que era el hambre y no la ansiedad que me
impedía mirar a Shay. Estaba de pie justo al lado de Ren. Seguí
esperando que algo sucediera. Una sonrisa, una mirada de suficiencia,
cualquier movimiento que le señalaría a Ren, donde había pasado la
noche. A pesar del delicioso sabor del rollo y su olor, cuando tragué,
se sentía como si una roca cayó en mis entrañas.

Teniendo en cuenta que había fregado mi piel lo suficiente en la ducha


para dejarla rojo y con picazón durante varios minutos, tenía la
esperanza de que había conseguido quitar todo rastro del olor de Shay
de mí, pero yo no me atrevía a encontrarme con su mirada. Ahora que
estaba cerca, podía oler el trueno y la lluvia de las hojas bañadas, lo
que hizo que mis dedos de los pies se rizaran. El calor subió a mis
mejillas.
Desesperada por distraerme, me centré en Ren.

-¿Qué hay de ti? ¿Buena noche de sueño?

-No tanto.- Hizo una mueca.

Traté de mantener mi voz casual cuando me imaginaba a Ren


pasando por la puerta de Shay y escuchar lo que habíamos estado
haciendo toda la noche.

-¿Tu habitación no se siente suficientemente cómoda?

Él se echó a reír.

-Ese no era el problema.

Mi pulso se había convertido en una carrera frenética. Debe de saberlo


de alguna manera.

Ren se frotó las sienes. -Tuve la empresa.

-¿Perdón?- Mi voz tomó un tono alto que no me gustó en absoluto.

Silas se tambaleó, jadeando. Si no hubiera sido por su cobalto y el


pelo negro, puede ser que no lo haya reconocido. Él había cambiado
en su aspirante a rockero armario para el atuendo Buscador clásico.
Tenía incluso una espada en la vaina que colgaba de su cintura.

-¿Me he perdido eso? ¡¿Soy finales?!

Anika frunció el ceño.

-Teniendo en cuenta que se concedió una dispensa especial para esta


misión, que sin duda podría haber sido más oportuna.

-Lo siento, Anika.- Silas empujó su pelo loco de la cara. -No podía
decidirme qué herramientas de escritura serian más cómodas para el
viaje. Me decidí por el lápiz y la pluma, uno de cada uno, y una
Moleskine. -Las levantó con orgullo. -Además la mayor parte de la
noche le hice de tutor a un nuevo recluta.

Ren suspiró con fuerza suficiente para captar la atención de Silas.


El Escribano hizo una mueca amarga.

-Él era un estudiante bastante difícil.

-¿Silas?- Ren miro a el estudioso de pelo loco. -¿Era su empresa?

-¿Todavía celosa?- Ren me guiñó un ojo.

-Yo no estoy celosa- le dije.

-¿En serio?-, Dijo Ren. -¿Así que ese tono de arpía en tu voz es
normal?

Mis mejillas ardieron de nuevo, pero esta vez no tenía nada que ver
con mi fiesta de pijamas clandestina con Shay.

-Amigo, si usted quiere cambiar de equipo, bienvenido a bordo.-


Mason sonrió. -Pero lo puede hacer mucho mejor que el punk-a-
doodle-do.

Silas se puso rojo como una remolacha, pulverización catódica,

-Yo le estaba dando información vital acerca de nuestra misión.

Mason se encogió de hombros. -Todo lo que sucede en el dormitorio


es vital.

-No está mal.- Nev echó el brazo por los hombros de Mason.

Silas estaba abriendo y cerrando la boca, pero no salió ningún sonido.


Ren se apiadó de él.

-Me habló de lo especial que eres-, dijo, mostrando una sonrisa hostil
a Shay. -Debido a su tatara-tatara- abuela Eira que nos metió en este
lío cuando ella se convirtió en la amante de un demonio.

-Gracias por recordármelo- dijo Shay. -Así que ahora ya sabes por qué
tú y Calla se suponía que tenían que cortarme el cuello en lugar de un
pastel en su boda. Lástima que no sucedió.

Ren se puso rígido.


-No siento que salieras de Vail vivo. En cuanto al resto de la misma. . .
sólo tendremos que ver cómo resulta, ¿no es así?

Shay sonrió lentamente. -Ciertamente vamos.

Yo contuve la respiración, esperando a que devolviera el golpe con


una pista acerca de mi visita a su habitación. Pero sólo lo fulminó con
la mirada. Por suerte para todos nosotros, el cerebro de Shay no
parecía haber sido completamente invadida por su ego masculino.

-Yo no le di todos los antecedentes que necesitaba.- Silas se había


recuperado un poco como fueron refrito sus lecciones. –Ya que usted
me gruño a mí.

-Me llamaste una abominación.- Los dientes de Ren eran agudos. -


¿Qué esperabas? ¿Un beso?

Mason tosió. -Se podría hacer algo mejor.

Silas no le hizo caso.

-Simplemente estoy exponiendo los hechos. Los Guardianes fueron


creados en violación de las leyes naturales. Estás an…

La mano de Ren fue alrededor de la garganta de Silas, levantándolo a


sus puntillas y ahogando sus palabras. –Dilo otra vez y estaras muy
triste.

Adne agarró el brazo de Ren y le apartó del Escriba.

-Él no significa ningún daño.

Ren le sonrió mientras dejaba caer a Silas.

-Sólo me aseguro.

Adne le devolvió la sonrisa, la risa. -Todos sabemos que no eres con


quien se podía jugar, hermano mayor, tienes que demostrarlo.

-Tiene suerte de que hayas venido a su rescate.- Ren deslizó su brazo


alrededor de sus hombros. -Eso es el doble de ahora.
-¿Dos veces?-, Le pregunté.

-Ayer por la noche y justo ahora- dijo Ren.

-Estuve hasta tarde-, dijo Adne. -Escuché una conferencia de Silas


cuando caminaba por la habitación de Ren y pensé que debería llegar
allí antes que las cosas se pusieron feas.

-Estábamos pasado de feo-, dijo Ren. -Pero no habíamos alcanzado el


violenta aún. Su tiempo fue impecable.

-Yo soy impresionante como esa.- Adne sonrió. -Además, tú y yo


tenemos mucho para ponernos al día.

Ren se volvió con una sonrisa para Adne lo más tierno que jamás
había visto de él. Connor también observaba a la pareja. Una sonrisa
torcida, agridulce, parpadeaba a través de la boca y yo sabía que él
deseaba que Monroe estubiera allí para ver a sus hijos juntos.

-¿Qué está haciendo el ratón de biblioteca aquí de todos modos?-


Connor sacó su mirada fuera de Ren y Adne para echar un vistazo a
Anika.

-Yo voy contigo.- Silas metió las portátiles y herramientas de escritura


de nuevo en la mochila al hombro.

-¡Al infierno contigo!

Silas hinchó el pecho. -Estos son los días finales. Los eventos que van
a ocurrir deben ser registrados.

Connor lanzó una mirada suplicante a Anika. -Por favor, dime que esto
es una broma.

-Tiene razón, Connor.- Anika sonrió levemente. -Y hay precedentes.


Escribas conforman los equipos de base para las misiones
designamos como "histórico".

-El profesor podía meterse con nuestro juego-, Ethan saltó.

Anika negó con la cabeza.


-A pesar de sus sentimientos personales, Silas está totalmente
entrenado en operaciones y el combate ya que se requieren todos los
buscadores. El irá.

-¿No puedes darnos un dictáfono y vamos a grabar el play-byplay para


la posteridad en su lugar?- Preguntó Connor.

-No seas ridículo-, dijo Silas. -Tú no podrías hilar una frase juntos,
mucho menos observar los matices de lo que va a marcar la época el
Vástago.

-¿Época?- Shay rió. -¿Estoy en la época ahora?

Silas lo fulminó con la mirada.

-Está bien.- Connor se alejó de Anika, para regresar al lado de Adne. -


Eso sí, no en nuestro camino.

-¿Se fijan los equipos?- Preguntó Anika.

-Casi-, respondió Ren. -Sabine, esperaba que vinieras a la fuga


señuelo.

Su ceja se alzó.

- ¿Estas llevando eso?

Él asintió con la cabeza.

Ella miró a Ethan, quien negó con la cabeza.

-Me dirijo a Tordis con el Vástago.

Sabine cruzó los brazos sobre su pecho, señalando con la barbilla


hacia Ethan.

-Donde él va, yo voy.

-¿El Buscador?- Ren ladeó la cabeza, mirándola con curiosidad. -¿En


serio?
-Otra pregunta y voy a tomar un bocado de tu oído, Ren.- Sabine
sonrió, sus colmillos brillantes.

Ethan se quedó sin silencio, pero vi la comisura de su boca tratando


una contracción en una sonrisa. Al lado de Ren, Adne clavó el codo en
su lado tratando de oponerse de nuevo. El alfa miró a su hermana.
Cuando ella negó con la cabeza, se encogió de hombros.

-Si es lo que realmente quieres-, dijo.

-Voy a tomar su lugar en el equipo señuelo-, dijo Nev, lanzando un


guiño a Sabine. -Sabine puede ir a Tordis y estar junto a su hombre.

-Muerdeme- Sabine gruñó, moviéndose una pulgada más cerca de


Ethan. Ethan parecía que no podía decidir si debía reírse o no.

-¿Dónde está Bryn?-, Le pregunté, aunque pensé que ya sabía la


respuesta.

-Ella se queda con Ansel,- dijo Mason. -Tess obtuvo permiso para
hacer un trabajo en el huerto con él hoy. Bryn no se alejara de su lado.

Asentí con la cabeza, tener algo que se espera de esa manera.


Conociendo a Bryn, que estuviera con Ansel fue un alivio. Por mucho
que en mi lucha mi beta a mi lado sería de gran ayuda, fue mejor aún
la esperanza de que su devoción inquebrantable pudiera sacar a mi
hermano de su ciclo de auto-odio.

-Es lo mejor- le dije. -Esta a donde pertenece.

Mis ojos se encontraron con Shay por un breve momento y mi corazón


dio un vuelco. Aparte de un brillo sutil en sus ojos verdes musgo, no
revelaba nada.

No importa cuán profundamente el amor, la lujuria, los celos y corria


entre los tres de nosotros, esta mañana hemos tenido otra batalla cara
a cara.
-Está bien, Nev-, dijo Ren. -¿Por qué no vienes a conocer al equipo?
Nos dirigimos en un minuto más o menos. ¿Por casualidad no hablas
francés, ¿verdad?

-¿Hay un requisito de idioma ahora?- Nev rió mientras se alejaban. -


Hombre, que deberías haberlo mencionado antes de que me
ofreciera.

Nuestro equipo más pequeño se acercó a Anika y el otro, a la espera


de órdenes.

-Cuando estés listo, Pascal.- Anika hizo un gesto a la Guía Tordis.

Pascal hizo un gesto a uno de sus miembros del equipo, que sacaban
Skeans de su cinturón y comenzó a tejer una puerta.

-¿Cómo vamos a saber cuando los Guardianes hayan mordido el


anzuelo?-, Le pregunté.

-Pascal sólo necesita cinco minutos- contestó Anika.

Connor se echó a reír. -Es bueno para hacer una escena.

-Merci.- Pascal le sonrió.

Anika levantó la mano en señal de saludo cuando Pascal, Ren, y su


equipo pasó al portal resplandeciente.

Desde donde yo estaba, no podía distinguir mucho más que un


reluciente azul, blanco y marcado. La nieve y el cielo. Un bulto duro
atrapado en mi garganta cuando Nev se desplazo, trotando a través
de la puerta. Ren, todavía en forma humana, se volvió hacia nosotros.
Él me llamó la atención y me sonrió, y luego un lobo gris carbón se
precipitó después del equipo.

Un momento después, la puerta se apagó.

-¿Y ahora qué?-, Le pregunté. Mis puños cerrados hacia arriba. Iba a
haber una lucha y yo no estaba allí. Mi piel se sentía demasiado
apretada. Yo quería ser un lobo en la batalla.
Eso es lo que yo era. Quién Yo siempre había sido.

-Esperamos- dijo Anika, dándome una sonrisa simpática. Me miró a


los ojos, dándose cuenta de que a medida que el Arrow, dio órdenes,
pero rara vez se unió a la lucha. Un destello acerado en sus iris me
dijo que odiaba perdiendo tanto como yo lo hice. No había reloj en la
habitación, pero se sentía como si mi pulso enumeró cada minuto que
se habían ido. Anika, que había estado caminando de un lado a otro
de la habitación, se detuvo de repente. -Ahora, Adne.

Adne ya había comenzado a moverse, inmediatamente se perdió en la


intrincada danza de su tejido. Multicolor, relucientes hilos de luz se
transmitian de

sus Skeans, torsión, trenzado, formando poco a poco en el patrón que


sería nuestra puerta.

¿Una puerta a lo que?

Tordis tenía por delante. Si lo logramos, Shay tendría la primera


espada de la Cruz Elemental. Recordando la creación horrendo de
Logan que tenía nos esperaron en las entrañas de Haldis, me
estremecí. ¿Lo que se esconde en Tordis?

-Está bien.- Adne estaba respirando con dificultad. Cuando Connor


puso su brazo alrededor de ella, ella se apoyó en él.

-¿Estás bien?- Preguntó.

Ella asintió con la cabeza. -Sólo me aseguro de que estamos justo en


la parte superior de la misma.

Ethan se dirigió hacia la puerta. Sabine, en forma de lobo, se mantuvo


cerca de sus talones. Él asintió con la cabeza una vez para Anika
antes de pasar a través del portal.

Me asomé a la puerta. A través del paso brillante que podía ver la


blancura casi cegadora de nieve ocasionalmente cortado por negro
irregular de las rocas.
Un toque suave en la parte baja de mi espalda me hizo saltar.

-Lo siento.- Shay me sonreía. -¿Estás lista?

-Sí- dije, lanzando una sonrisa burlona hacia él. –¿estas nervioso?

-Nah.- Él puso los hombros hacia atrás. -Soy el Elegido, ¿recuerdas?

Me reí cuando él se volvió para mostrarme los piolets que había atado.

-Por suerte-, dijo. -Y porque estamos dirigimos a otra montaña.

-Esperemos que tenemos más que suerte de trabajar para nosotros.-


Connor se rió, pasando junto a nosotros y en el portal. Lanzó una
mirada de disgusto hacia atrás en Silas, que había sacado su
Moleskine y ya estaba tomando notas. -No digas nada vergonzoso,
kiddos, porque al parecer está todo en el registro de aquí en adelante.

Adne golpeó el suelo con el pie. -¿Podrían chicos darse prisa, por
favor? El otro equipo probablemente agradecería que nosotros
consiguieran este hecho lo antes posible.

-¡Señor, sí señor!- Shay sonrió. Me tomó la mano, apretando mis


dedos antes de girar para seguir a Connor. En lugar de dejarlo ir, tiré
de él hacia mí, levantándome de puntillas para rozar un beso suave en
su boca.

-No necesitas suerte-, le dije. -Pero todavía estoy contenta de que


trajiste los ejes.

Él me llevó a un beso más largo hasta que Connor silbó. Shay sacudió
la cabeza mientras me soltó y siguió al Buscador a través del portal.

La calidez del abrazo de Shay fue reemplazado por un toque frío. Miré
hacia abajo para ver a Mason, un lobo, mirando hacia mí. Cambié
formas y estaba recibiendo voz en mi mente.

“Seguir al líder. Las damas primero.”

“No soy la señora y no te olvidaré.” Mordí su hombro.


“Buen punto.” La lengua de Mason cayó hacia fuera. “No creo que las
damas adecuadas se dejan besar así”.

“Cállate, Mason”.

“Sólo dime”. Él ladró, moviendo la cola. “¿habrías dejado que chico


amor se acerque tanto si Ren todavía estuviera en la habitación?”

“He dicho que te calles”.

“Sólo necesito saber qué tipo de probabilidades que debería estar


recibiendo de Nev.” Él ladró cuando poco su flanco, lo perseguía por la
puerta resplandeciente.

Cuando golpeé el suelo al otro lado del portal, dos pensamientos


chillaban dentro de mi cabeza. Que el aire de verter en mis pulmones
fue el más frío, más fresco que jamás había respirado.

Tragué el aire helado. ¿A qué altura estábamos?

Mirando a su alrededor, ya tengo mi respuesta. El terreno se inclinaba


lejos de mis pies en un ángulo que parecía imposible. Si diera un paso
hacia abajo, yo estaba segura de que no sería capaz de detenerme
hasta que llegara a la parte inferior de la montaña. Si me volvía hacia
otro lado, podía ver el cielo azul en la distancia, parcialmente
bloqueado por una nube a la deriva pasando. Una nube a nivel del ojo.

Shay se estaba convirtiendo en un círculo lento, cuidando de mantener


el equilibrio.

-¿Dónde estamos?

-Altitud catorce mil setecientos cincuenta pies- Silas recitó. -Latitud


siete grados, longitud de cuarenta y seis.

-En los Alpes suizos,- Adne respondió, mientras cerraba el portal. -No
muy lejos de Mürren.

Señaló con una de sus Skeans en la roca de obsidiana pura enfrentar


a unos pocos metros delante de nosotros. -Ese es el paso a Tordis.
Shay se quedó mirando la pared negra y expresó la idea que se
interpuso en mi propia mente.

-Pero no hay ninguna entrada.

-Hay una entrada- dijo Adne, deslizando las puntas afiladas de nuevo
en sus presillas. -Es difícil de ver.

Ethan ya se estaba moviendo hacia la superficie oscura. Cuando llegó


a ella, puso sus manos, caminando de lado, todo el tiempo deslizando
sus palmas a lo largo de la roca. Se detuvo, dio un pequeño brinco, y
desapareció.

Sabine se quejó, corriendo a la pared. Ella olfateó el borde, pateando


la piedra negro áspero. De pronto apareció una mano, alcanzando
para ella. Ella aulló, cayendo hacia atrás. Salté hacia adelante, que
había aterrorizado a comenzar el largo, interminable caída por la
ladera de la montaña. Mis mandíbulas sujetando a la gorguera de su
cuello mientras me recostó en cuclillas mientras cavaba mis patas en
la nieve.

“Déjame ir, Calla”. Ella gruñó.

“No hasta que la ley de la gravedad no está trabajando en contra de


nosotros”. Gruñí.

La voz de Mason llegó a los dos. “Dejen de pelear, Sabine. No


querrías caer por este acantilado. No serías un panqueque atractivo.”

Ella gruñó pero dejó de luchar.

“Gracias, Mason.” Me aferré a ella, probablemente cavar mis dientes


era un poco más difícil de lo que necesitaba, pero ella casi los dos
había tomado por un no deseado skydive. Estaba enojada.

Cuando me sentí segura de que los dos estábamos en posición


vertical, la solté. Ella me lanzó una mirada rencorosa antes de
volverse hacia la pared de roca.
La cabeza de Ethan, que parecía que se separó y flotando sobre la
superficie negro, apareció.

-¡Lo siento! Yo sólo estaba tratando de demostrarte el camino.

Sabine y yo nos trasladamos hacia la cabeza sin cuerpo de Ethan. El


escaneo de la pared de roca, todavía no podía ver dónde estaba
escondido el resto de él. No fue sino hasta que estaba prácticamente
encima de él que lo vi. Una abertura torcida como una herida en la piel
de la montaña. Más allá de Ethan sentar sólo oscuridad. Solté un
quejido, pero cubierto con un gruñido.

Shay estaba justo detrás de mí.

-Cómo invitar.

Ethan se dio la vuelta, haciendo señas a nosotros. -Vámonos.

Un bramido, lleno de dolor y de rabia, tiró de mí alrededor. Disparada


por la cuesta empinada, batiendo la nieve y el hielo a su paso, era un
oso. Pero era más grande que cualquier oso que había visto nunca.
Su circunferencia era el doble que el grizzly que había atacado a Shay
cerca de Haldis. Esta criatura se parecía a algo desde la edad de
hielo.

-¡Ethan!-Connor gritó. -Parece que uno tiene pasado al otro equipo.

La ballesta de Ethan apareció de la hendidura en la roca antes de que


el resto de su cuerpo. En el momento en que surgió plenamente, ya
estaba disparando. Sabine, Mason, y yo perseguimos los tornillos
voladores.

Nuestro cargo hacia abajo, ayudado por la gravedad, era casi


demasiado rápido. No tendríamos ningún control cuando golpeamos el
oso, que significó la primera huelga tenía que contar.

Cuando nos acercamos, olí cobre y sal. El oso había sido herido.

“Está funcionando desde el otro equipo de ataque. “Lancé la idea a


mis compañeros de manada. Trate de encontrar la herida.
“Entendido, jefe”. Mason saltó por los aires. Él cayó sobre la espalda
del oso, hundiendo sus dientes en su hombro para mantenerse a sí
mismo. Al igual que Mason fue por poco, Sabine se agachó. Ella
apretó sus piernas apretadas contra su cuerpo, aplastándose a sí
misma a la pendiente para que ella se deslizara bajo el oso.

Cuando estaba directamente sobre ella, ella lo golpeó. Su hocico


anclada en bajo vientre del oso.

El oso rugía, ralentizando. Resultó en círculos, tratando de sacudirse


los lobos sueltos. A medida que avanzaba, vi la herida en su costado.
Salté, golpeando tan duro como pude en la herida sangrante. Lo mordí
hasta que mis dientes encontraron los huesos. El oso se levantó sobre
sus patas traseras, rugiendo su furia. Mason y yo salimos volando,
nuestros cuerpos chocando en la pendiente cubierta de nieve. Pero la
desesperación del oso para deshacerse de los dientes lanzó la bestia
fuera de balance. Se volcó hacia atrás. Sabine, todavía se aferraba a
su vientre, cayó encima de la osa, que ahora yacía en su espalda. Sin
perder un instante, Sabine arrancó en el oso,trituración de su
abdomen. El oso se volvió hacia ella, pero ella saltó fuera del camino.

El oso luchaba por darse la vuelta, pero el ataque de Sabine había


sido fatal. La sangre y el gore se derramaron sobre el hielo, creando
un río de color carmesí que fluyó sobre el borde del acantilado. El oso
gruñó una vez antes de morir.

“¿Algo más?” Mason levantó el hocico al viento.

“No que yo sepa”. Me volví a Sabine. “Buen trabajo”.

Ella olfateó. “Lo que sea.”

“Trotemos ladera arriba.”

-¿Tenemos claro?- Preguntó Ethan.

Cambié de formas.

-Ese fue el único.


-Bueno.- Se colgó la ballesta al hombro. -Aunque no me sorprende. El
equipo de Pascal no es descuidado. Se pondrá furioso cuando sepa
que uno se alejara de ellos.

-Ellos podrían haber pensado que no iba a llegar muy lejos- le dije. -El
oso ya estaba herido. Sabine acaba de terminar el trabajo.

-Ella sí que lo hizo- dijo Connor, inclinado y susurrando en voz alta a


Ethan, -Hey, hombre, tu novia da un poco de miedo.

Ethan miró y Sabine gruñó.

Connor señaló en sus dientes al descubierto.

-See. Mira eso.

-Estas dispuesto a ser mordido- dijo Adne, agarrando la parte de atrás


de su plumero y tirando de él fuera del alcance de hocico de Sabine. -
Vamos a seguir adelante con esto.

Ethan se echó a reír y se deslizó de nuevo en la caverna.

Sabine siguió el Buscador, mientras Mason tomó una posición en su


flanco. Seguí a unos pocos metros detrás de ella y podía sentir a Shay
seguía de cerca mi lado. Miré por encima del hombro para ver a
Connor, Silas, y Adne en la parte trasera de nuestro grupo.

La oscuridad brillaba rojo cuando Ethan desató una llamarada, toma el


sol las paredes de luz carmesí de modo que parecía que el rock había
comenzado a sangrar. El túnel era estrecho. Nos exprimió nuestro
camino a través de un pasaje apenas lo suficientemente ancho para
que Ethan quepa. Yo contuve la respiración mientras él gruñó y
empujó su camino a seguir. Tuvimos que cambiar la forma humana de
zafarse de lado entre las paredes rugosas de la cueva.

Un gemido constante de viento movió a través de la caverna, lúgubre


e inquietante. Llamarada de Ethan farfulló, pero en lugar de que nos
hunde detrás en la oscuridad, el paso permaneció iluminada. Ya no
era rojo, las paredes adquirieron un suave tono opalescente. Oí la
respiración capturada de Ethan.

Nos miró por encima del hombro.

-No estamos solos.

-¿Guardianes?- Preguntó Connor.

Ethan asintió.

-Tres de ellos. Aún humanos.

Me acerqué a su lado, mirando hacia la luz. El túnel se abrió a un


hueco, casi un corte perfecto círculo cubierto de nieve en la montaña.
El espacio estaba escondido del mundo exterior, accesible sólo por el
estrecho pasaje que habíamos echado a pique por medio. En el otro
lado del espacio abierto una inmensa pared glacial cubrió la ladera de
la montaña. La luz del sol golpeó su superficie, por lo que los
innumerables matices de brillo azul, como las piedras preciosas. El
brillante reflexión hacía casi imposible ver el contorno de una abertura
en el hielo, pero yo sabía que estaba Tordis dentro de ese glaciar.

Pero entre Tordis y nuestro partido, el humo se elevaba hacia el cielo.


Tres personas se apiñaban alrededor de una pequeña fogata. Ellos
fueron equipados en su totalidad con ropa de invierno, lo suficiente
para resistir, los cambios climáticos severos repentinos en la montaña.

-Será mejor que ataque, mientras que todavía tenemos la ventaja de la


sorpresa-, dijo Connor.

.No creo que hacemos-, dijo Ethan. -Yo apostaría que sólo están
esperando que nosotros nos mostremos. Hemos explorado esta área
en el pasado y no hemos encontrado Guardianes más allá de la
primera pasaje. Este grupo es nuevo.

-Los Guardianes están apretando el reloj en los sitios- dijo Shay. -Ellos
saben que vamos por las piezas.
-No hay mucho que podamos hacer al respecto ahora, ¿verdad?-, Dijo
Connor, sacando sus espadas.

-Espera.- Puse mi mano en su brazo.

-¿Esperar para qué?-, Dijo Connor.

-Son los Guardianes-, le dije. -Nos gusta.

-Más o menos.- Ethan estaba frunciendo el ceño.

-Déjame hablar con ellos.

-¿Estás loca?- Dijo Ethan. Había descolgado la ballesta.

-No, no lo es.- dijo Shay. -Cuantos más aliados, mejor. Tal vez los
osos están descontentos empleados también.

Ethan le lanzó una mirada fulminante.

-Vas a estar justo detrás de mí- le dije. -.Si algo sale mal y te atacan.
Voy a estar bien.

Connor miró a Ethan, quien se encogió de hombros. -Ella es el alfa.

-Está bien, Calla,-dijo Connor. -Si piensas que vale la pena intentarlo,
adelante. Hemos de tener en mente son los osos, animales
obstinados, gruñones.

-Y huelen mal-, dijo Ethan.

-¿Quieres que vaya contigo? Preguntó Mason.

-No-, le dije. -Voy a ser menos amenazante por mi cuenta.

-Buena suerte,- Shay dijo mientras me deslizaba fuera del estrecho


pasaje hacia la luz del sol.

El momento en que entramos a la luz pública, los tres guardianes


estaban en sus pies, mirándome acercarme. Levanté la mano,
saludando, caminando constantemente hacia adelante. Ellos no
cambiaron, me aferré a eso como un signo esperanzador. La fragancia
inconfundible de almizcle oso que me golpeó me arrugó la nariz. Ethan
no estaba equivocado acerca de su olor. No es agradable.

Uno de los guardianes se adelantó, empujando hacia atrás la capucha


de su parka. Una mujer con los ojos oscuros y el pelo trenzado de
cobre se me quedó mirando.

-¿Pourquoi vous êtes ici, le loup?

¿Por qué estás aquí, lobo?

Mis tres años y media de clase de francés me sirvieron mucho. Wolf.


Ella sabía lo que era. Pero no había manera de que fuera capaz de
responderle a ella en Francés.

-Mis amigos y yo estamos buscando algo- dije, esperando que ella


hablara inglés.

Ella sonrió.

-Usted tiene amigos que buscan.- Incluso su fuerte acento francés no


enmascaraba el énfasis rencoroso puso en la sopa de letras.

-Los buscadores son amigos de nuestra especie.-Seguí caminando


hacia adelante. Los otros dos Guardianes habían tomado posiciones
de flanqueo cercanas a la primera mujer.

-Nuestros maestros nos hicieron creer lo contrario, en detrimento


nuestro.

-Estas son afirmaciones generales para alguien que no es más que


una niña-, dijo. -Tal vez usted ha sido engañada por su juventud.

-Me enteré de la verdad sobre la guerra- le dije. -Y nosotros hemos


estado luchando en el lado equivocado.

Ella se rió, echando una mirada a sus compañeros, que sonreían.

-No, loup petite, sus amigos son sólo más desesperada de engañarlo
porque saben que van a perder esta batalla.
Yo no sabía si me estremecí por la ráfaga de viento helado que me
golpeó o de la dureza de su tono.

-Los lobos pueden ser tontos.- Ella levantó la mano, y yo miraba sus
uñas se alargan en garras. -Mais nous ne craignons pas la guerre.

En el próximo momento en que la sombra de una bestia gigante


bloqueaba el sol de la vista. Me tambaleé hacia atrás.

-¡Calla!" Oí el grito de Shay cuando la inmensa osa salto hacia mí,


pero yo ya estaba rodando a lo largo de la nieve, cambiando en forma
de lobo cuando yo caí.

Cuando me puse de pie, ella gritó, arañando las saetas que


sobresalían de su piel oscura. La furia del oso llenó su ensordecedor
fuelle.

Ballestas zumbaban en el aire. La osa no les hizo caso, me cargaba


en su lugar. Me preparé para su ataque, vislumbrando a Mason y
Sabine parpadear pasando para cumplir con la embestida de los
demás Guardianes.

Un destello de piel marrón de oro me llamó la atención y me di cuenta


que no estaba sola en la lucha. Shay golpeó en el costado del oso
justo antes de que ella me alcanzara. El golpe la pilló desprevenida.
Ella volvió la cabeza y me embistió, cerrando mis mandíbulas
alrededor de su cuello. Mis dientes atravesaron tendones gruesos,
pero no pude conseguir un agarre lo suficientemente fuerte para
aplastar su tráquea.

Se levantó sobre sus patas traseras. Todavía se aferran a ella, me giré


de su cuello como una muñeca de trapo. Oí a Shay ladrar debajo de
mí; el oso gruñó de dolor y yo sabía que había atacado de nuevo.
Patear con mis patas traseras, me propulse lejos de ella, liberando mis
manos y mover de un tirón a través del aire.

Aunque no era graciosa, me las arreglé para enrollar alrededor de la


tierra y en mis pies.
El oso estaba sangrando profusamente de la herida que había dejado
en su cuello y mordeduras de Shay había infligido a su flanco. Connor
estaba a su lado ahora, blandiendo una espada en una mano y el
corto amplia hoja de un katara en la otra,. Mientras Shay mantuvo la
atención del oso, Connor acechaba cerca. Con increíble velocidad se
cortó la herida en su cuello, ampliándolo, y luego hundió la katara en
su pecho. El oso se estremeció. Connor acababa a tiempo suficiente
para volver de distancia, tirando su espada libre, antes de que ella se
derrumbara.

-Vamos- dijo Connor, las gasas y hacia los demás.

Llegamos a Sabine justo cuando ella saltó a un lado, mientras que dos
osos, uno negro y otra marrón ceniza, pesadamente tras ella. El oso
negro peludo rugió, dejandose caer sin vida al suelo. El perno de
Ethan sobresalía de su ojo izquierdo.

El oso pardo dio lo que parecía ser un murciélago informal de su pata,


pero el golpe envió a Sabine extenso. Ethan gritó, corriendo a su lado.
El oso rugía, cargando contra el lobo sacudido. Mason se mantuvo
firme entre el oso y Sabine.

Una hoja giró pasando a Shay y a mí. El acero afilado de la espada de


Connor se hundió en el costado del oso. Rugió pero no vaciló. Connor
juró. Tiré yo misma en las patas traseras del oso, rompiendo en su
tendón de la corva, pero me perdí, estrellándome contra el suelo. Shay
atrapo el talón izquierdo del oso en sus mandíbulas. Se dio una patada
dura, soltandolo, dejando a Shay en el suelo a mi lado.

El oso de repente tropezó, su pata delantera derecha tirando hacia


fuera en un ángulo incómodo. Una cuerda de plata se extendía desde
el hombro del oso, tirando de él equilibrio. Me tomó un minuto para
reconocer pinchos llave con cadena de Adne. Silas tenía sus brazos
alrededor de su cintura. Los dos de ellos transportados en el látigo,
arrastrando el oso a su lado. Rugió de dolor, golpeando con fuerza a la
distancia de la fusta.
-¡Connor!- Los nudillos de Adne eran blancos mientras se aferraba a la
otra punta de la fusta, y el rostro de Silas era tan pálido como sus
manos exangües.

Connor se lanzó hacia delante, el brazo izquierdo hacia atrás. Mientras


que el oso fijó su mirada en Adne y Silas, Connor golpeó la espada de
la katara en la herida en su cuello, la conducción del acero
profundamente en la garganta del oso. El rugido de la bestia se
convirtió en un gorgoteo y se dejó caer en la quietud.

Connor gruñó mientras sacaba la hoja de la garganta del oso y la


limpiaba en la nieve. -Algunos luchan.

-Esto en cuanto a las alianzas-, dijo Ethan. Sabine se había


desplazado a la forma humana. Él la ayudó a ponerse de pie y estaba
estudiando su rostro.

-Estoy bien-, dijo ella. -No es mi primera pelea.

-Ese oso te golpeó duro. Le tocó la mejilla.

-Puedo soportarlo.

Él sonrió. -Preferiría que no lo hicieras.

La nariz de Shay presionado contra mi mandíbula. “¿Estás bien?”

“Sí.” Me apoye al hombro de él cuando nos pusimos de pie. “Gracias


por la ayuda.”

“El gusto es mío”. Sus ojos verdes brillaban con picardía. “He estado
buscando por alguna venganza de tipo oso por un tiempo ahora.”

Me movió la cola, el envío de mi risa en su mente.

-La hora de la función principal.- Connor estaba de pie junto a


nosotros. Él miró a Shay. -Creo que necesitaras tus manos para esto.

“Adivina lo largo de la diversión”. Shay lamió mi mandíbula y rió de


nuevo.
“¿Diversión?”

“Por supuesto. ¿No te has divertido?”

Todavía me estaba mirando cuando él se movió en forma humana.


Apoyé la barbilla en su palma, lamiéndole los dedos. Luchando con
Shay a mí lado era más que diversión. Lo era todo.

SIETE

-ESTO ES TAN TORDIS,- Shay murmuró como si hubiéramos entrado


en un lugar santo.

Haldis siempre había sido imponente. Su apertura como actuó como


una advertencia, no invita a la exploración. Tordis no podría haber sido
más diferente.
La claustrofobia que induce, oscuro pasadizo en la montaña mantuvo
en secreto tallado en la pared glacial azul plateado que tenemos ante
nosotros. Un secreto que podría haber sido el lugar más exquisito que
jamás había visto. La caverna llena de hielo no era simplemente
hermosa, era impresionante. Cada superficie helada-cubierta y
capturada a la luz, lo que refleja de nuevo en el espacio. El túnel era
brillante, cubierta por una red de destello de los rayos de sol, delicado
como el encaje, pero mucho más cautivador para el ojo. La red de
baile de la luz se rompe sólo por una pequeña abertura, oscura en el
lado lejano de la caverna.

Shay señaló en el espacio de rastreo.

-Parece que ahí es donde nos dirigimos.

-¿Cómo lo sabes?- Preguntó Ethan.

-Haldis estaba en una antecámara de la caverna principal,- dijo Shay. -


Supongo que Tordis es el mismo.

-Me parece bien-, dijo Connor, a pesar de que el ceño de Ethan se


hizo más profundo. -Vámonos.

Levanté mi boca, abriendo las mandíbulas para que la corredera de


aire gélido sobre mi lengua. Nada. No hay olores alarmantes. No hay
gustos aparentemente fuera de lugar que me podrían alertar al peligro.

Shay me estaba mirando.

-¿Cualquier signo de arañas mutantes, Cal?

Le ladre y moví la cola.

Él frunció el ceño.

-¿En serio? ¿Estás segura?

“Parece terriblemente atractivo para una guarida Keeper.” La voz de


Sabine lleva una ventaja.
“Lo sé”. La miré, luego de nuevo a la cueva. “Pero no puedo coger
nada.”

“¿Y ahora qué?” Preguntó Mason, pateando en el hielo.

“Seguimos caminando”. Troté adelante.

-No me gusta-, oí a Ethan refunfuñando. -Algo que hay aquí. Tiene


que ser.

-Sí. . . -Connor respiró hondo. -Pero si no hay espera característica de


la criatura. . .

Me torcí el cuello alrededor, impaciente con sus dudas. Quería llegar a


Tordis y obtener el infierno fuera de aquí. Si los Guardianes no habían
dejado algo horrible para proteger este lugar, que era mi mejor
suposición de que nuestra llegada había provocado algún tipo de
alarma y pronto este lugar sería un hervidero de desagradables. Al
igual que cuando nos habíamos rescatado mis compañeros de
manada del calabozo debajo Edén. Pero en Tordis, no pude ver ni oler
nada que señaló que no estabamos solos. Aparte del oso, yo no había
visto ningún centinela o gárgolas de piedra escondidas en las grietas
de la roca, a la espera para alertar a sus amos en nuestra intrusión en
el sitio sagrado. Aun así, yo no quería quedarme aquí-la mejor
estrategia era que Shay agarrara la pieza de la Cruz elemental que
estaba escondido aquí y así nosotros pudiéramos llegar de nuevo a la
Academia lo más rápido posible.

Estaba a punto de gruñir a mis compañeros rezagados cuando los


ojos de Connor, que habían sido chasquear alrededor del túnel, fueron
repentinamente amplios.

-¡Calla, para!

Mi gruñido se convirtió en un gemido cuando su advertencia se


produjo un segundo demasiado tarde. Mi pata delantera derecha
descendió y se encontró con la nada. Ya no era un hielo-cubierto piso
debajo de mí. La gravedad y mi propio impulso hacia adelante me
impulsaron en el espacio vacío. Un agujero que todavía no podía ver,
así como yo fui a caer en él.

Incluso mis patas traseras escarbando desesperadamente contra el


hielo fueron inútiles. Mi cuerpo se desplomó sobre la repisa invisible.

Aullé, pero mi grito de terror se convirtió en un grito de dolor que


sacudió a través de mis miembros, que viajaba de mi cola y disparo
por mi columna vertebral. Colgué en el aire, patadas y gruñendo.

-¡Maldita sea, chica!- Ethan gritó. -Quédate quieta.

Finalmente registrado que no estaba cayendo. El dolor había resultado


de Ethan cuando me capturo. . . por la cola.

Mi corazón latía con fuerza, mi pulso ensordecedor ya que rugió a


través de mis venas. A pesar de que Ethan me sacó una copia de
seguridad, cada una agonía momento en que tiró de la piel y los
tendones, todavía no podía ver donde el suelo había terminado y
empezó el agujero.

Y entonces yo estaba de vuelta sobre la repisa. Mi peso se desplomó


contra la piedra helada del suelo de la caverna. Ethan me soltó la cola
y se dejó caer, descansando sobre los talones mientras dejaba
escapar un enorme suspiro.

Trepé, chasqueando mis dientes contra él.

-¿Qué demonios?- Él me miró.

Cambiando formas, volví la mirada feroz. -Esa fue mi cola.

-Bueno, lo siento,- dijo Ethan. -Supongo que debí dejarte caer.

Lo miré; una sonrisa avergonzada, finalmente, se impuso a mi


humillación.

Ethan sacudió la cabeza, riendo. -Algunas gracias.

-Sí- dije, sabiendo que le debía una disculpa real, pero mi trasero
todavía dolía. -Supongo que te debo una.
Connor escaneo la caverna, con los ojos entrecerrados. -La belleza de
Twas mató a la bestia.

-¿Qué?- Fruncí el ceño.

-La cueva- Shay siguió su mirada, moviendo la cabeza en señal de


frustración. -Es la trampa mortal. Es por eso que no hay araña
mutante.

-Fascinante.- El cero del lápiz de Silas en papel resonó en la caverna.

Connor miró. - Tu sabes, esto iría mucho mejor si tu no hablas.

Silas no le hizo caso, perdido en su furiosa toma de notas. Él subió


cerca del labio invisible del pozo, tratando de mirar en sus
profundidades. -Impresionante.

Ethan desató otra llamarada, lo lanzo al espacio en el que me había


quedado. Por un breve instante yo apenas podía distinguir la forma del
abismo.

Un círculo perfecto, probablemente cuatro metros de diámetro. La


bengala caía y caía y caía. Su resplandor rojo finalmente desapareció,
pero no había sonido de que se dispare cualquier superficie. Sólo
silencio que caló en mis huesos, por lo que me estremecí.

-Oh Dios- dije en voz baja, tratando de comprimir la visión de mí


mismo cayendo. Miré a Ethan, tragando saliva.

Él se limitó a asentir. Encendió otra llamarada, chucking diez metros


por delante de nosotros. Se rebotó una vez en el suelo y luego
también desapareció en otro abismo invisible.

-Maldita sea.

Lo hizo de nuevo. Esta vez lanzando la llamarada seis metros más allá
de nuestro grupo. No golpeó nada, desapareciendo de la vista casi al
instante.
Mason se quejó. Él y Sabine me rodearon con nerviosismo, su piel
rozaban la mía.

-Fantástico- dijo Connor, agachándose. Volvió la cabeza hacia atrás y


adelante. -¿Cómo se supone que vamos a conseguir pasar?

-¿Cuántas grietas crees que hay?- Preguntó Shay.

-No hay manera de saber- dijo Ethan. -Las llamaradas apenas hacen
los agujeros. Esta caverna fue construida para engañar al ojo. Incluso
con el cambio en la luz que es difícil saber lo bien que podemos
marcarlo.

-Vamos a lanzar a Silas- dijo Connor. -Tal vez no son tan profundas.

-¡Hey!- Silas se alejó de la orilla.

Shay se arrodilló junto a Connor. -Ustedes trajeron sogas,


mosquetones y pitones, ¿verdad?

-En caso de que teníamos un ascenso en la tienda- dijo Connor. -


¿Tienes un plan?

Shay ya estaba tirando de los ejes de su espalda. -Voy a tener que


subir, está bien, pero en mi vientre.

-¿Qué quieres decir?- Ethan le preguntó mientras Shay le entregó un


hacha.

-¿Con qué frecuencia trepan ustedes?- Preguntó Shay. Había tomado


una cuerda de Connor y se la enrollo alrededor de su cuerpo.

-Cuando tenemos que hacerlo…-Respondió Connor, frunciendo el


ceño.

Shay hizo una mueca. -Eso es lo que pensé. Eso significa que soy el
más experimentado. Voy a poner la línea.

-De ninguna manera- dijo Ethan. -Es posible que tengas más
experiencia, pero también eres una preciosa carga. No podemos
correr el riesgo.
Shay sonrió. Sus colmillos eran agudos.

-¿Cuántos de sus amigos, y los míos, quieres perder porque nos


quedamos atrapados aquí? tu o Connor tardaran una eternidad en
llegar al otro lado. Yo sé cómo hacer esto. Voy a ser rápido.

Yo había empezado a temblar ante la idea de Shay arrastrándose


entre grietas que ninguno de nosotros podía ver. También me
preguntaba si él se dio cuenta de que acababa de numerar a Ren
entre sus amigos.

Connor se pasó una mano por el pelo, agitado.

-¿Cómo puedes estar seguro de eso? No sabemos hasta qué punto


esta trampa va.

-¿Ves cómo la caverna se estrecha a unos quince metros hacia fuera,


lo que lleva derecho a que el espacio de rastreo?- Shay señaló el
extremo más alejado del espacio que brilla. -Yo pondría buen dinero
por que la trampa termina allí. Tordis está en el otro lado del próximo
paso.

-tú no sabes eso-dijo Connor.

-Sí, lo creo.- Shay bajó la mirada, de repente tranquilo. -Puedo


sentirlo.

Connor soltó un bufido.

-Bueno, al menos la Fuerza está contigo.

-Cállate- Shay gruñó. -Vamos a empezar. Dame los pitones.

Adne le arrojó una mochila.

-No debemos poner en peligro al Vástago- dijo Silas, volviéndose


hacia Adne. -¿Qué pasa con la apertura de una puerta?

-¿Una puerta dónde?- Dijo Adne, haciendo un gesto hacia las trampas
mortales invisibles. -¿Incluso si encontramos una cornisa por ahí,
quién sabe qué tan amplia que sería? Alguien podría pasar por la
puerta y caer justo en un agujero.

-¿Qué es eso que veo por ahí?-, dijo Shay. -Tengo que llegar a la
brecha en el otro lado de la cámara. Si esta configuración es como
Haldis, esta es la trampa.Por otro lado debe ser un camino claro.

-Si te caes antes de llegar por lo…- Ethan comenzó.

-El piton me atrapará y ustedes me pueden transportar una copia de


seguridad- Shay lo interrumpió, golpeando uno de los pitones en el
suelo con el borde romo de su AX y anudando la cuerda alrededor de
ella. -Voy a hacer mi camino a través, puse el resto de los pitones, y
asegurare la línea en el otro lado. Entonces ustedes con un gancho de
líneas de seguridad transmitirán rápidamente. Nadie se va a caer. O si
lo hacen, que sólo va a caer unos centímetros antes de quela línea los
atrape.

-No lo sé. . . -Connor parecía inquieto.

Adne suspiró, se arrodilló delante para ayudar a Shay a localizar las


levas y mosquetones restantes.

-Es un buen plan, Shay.- Ella se reunió con la mirada de advertencia


de Connor.

-Sabes que es un buen plan. Y el único plan. Pascal cuenta con


nosotros y ya estamos bien con el tiempo. No teníamos pensado para
ese segundo grupo de Guardianes.

-Está bien.- Connor entregó a Shay otra cuerda. -Adjunta éste


también. Nos aferramos a ella en caso de que el piton ceda.

Shay le dirigió una mirada dura. -Mi piton no cederá. No soy un idiota.

-Basta con echar la segunda cuerda- dijo.

La gestión no tomo una oscilación en Connor, Shay aseguró la


segunda línea de su cuerpo y se movió un pie desde el lugar donde yo
había me deslizó por el borde.
Se dejó caer de las manos y las rodillas. Quería llamarlo a cabo para
que tuviera cuidado, pero me preocupaba que yo sólo podría destruir
su confianza.

A unos quince metros no suena como mucho de una distancia, pero


viendo a Shay haciendo un progreso constante a través de la caverna
rayaba en dolorosa. Tenía un hielo hacha en una mano, a veces,
moviéndolo hacia abajo y enterrándolo en el suelo delante de él
cuando él avanzó poco a poco. Colocó las levas a intervalos regulares,
enhebrar la cuerda a través. Un camino zigzagueante comenzó a
emerger mientras cruzaba la caverna. Incluso con la cuerda
delineando nuestra ruta, las grietas eran imposibles de ver. A simple
vista parecía un desquiciado, o muy borracho, escalador había trazado
su curso sin sentido a lo largo de un piso sin superficie. Sólo el
recuerdo de la baja deserción de debajo de mis patas me recordó que
yo no podía creer lo que estaba viendo.

Shay de repente juró, el sonido haciendo eco a través de la cámara de


hielo recubierto.

Grité. Shay estaba cayendo. Y entonces él dejo de hacerlo. Había


blandido su hacha de hielo hasta enterarlo en el lado de una grieta que
no había encontrado muy pronto. Él colgaba de un brazo, pero la línea
de seguridad que había colocado ya había tirado tensa. Tal como
había predicho, sólo bajó unos centímetros. Pero eso no impidió que
mi corazón tratara de liberarse de mi caja torácica.

-¿Estás bien?- Fue el estrangulado llamado de Connor.

-Sí- le gritó Shay. También sonaba un poco sin aliento. -Esta parte va
a ser un problema. Estos dos agujeros sólo están separados por unas
tres pulgadas.

-Maldita sea- dijo Adne. -Eso es más estrecho que una barra de
equilibrio.

-Y yo no soy gimnasta.- La risa de Mason fue apretada. Él y Sabine


tenía conmutados volver a su forma humana cuando Shay comenzó
su travesía. Wolves podría tener buenos reflejos, pero si nos fregado
en material de escalada para hacer el paso, nos hace humanos.

Shay colocó una Piton, asegurándose a sí mismo al lado de la grieta. -


Voy a sacar algo que tengo aquí-, gritó. -Vamos a tener que subir a
través del lado en este punto.

-¿Subair?- Se sentía como si el algodón había sido empujado por mi


garganta. Corriendo a lo largo de los bordes de las piscinas era una
cosa, voluntariamente dejarme caer hacia abajo era otra.

Mason se inclinó, dándome un codazo. -Eso fue muy muy sexy ¿has
visto lo que puede hacer con sus hombros? Shay es el lobo para
vencer, creo. Yo puede que tenga que dar a Nev mejores
probabilidades.

Gruñí a mi compañero de manada, pero Mason rio.

Fiel a su palabra, Shay estaba cortando en la pared con el hacha, la


creación de pequeñas fisuras en la roca donde un pie o una mano se
podrían colocar. Se trasladó hacia adelante, colocando otro piton,
haciendo varias bodegas. Casi había llegado al período oscuro en la
pared de hielo brillante. Finalmente se encontró al otro lado del la
grieta y se subió, estableciendo un piton y arrastrando su cuerpo sobre
el borde de la fosa, la fuerza de su empuje le impulsaron directamente
en el rastreo del espacio. Entonces se cayó fuera de la vista.

-¡Shay!- Gritó Connor. -¿Estás bien?

Yo contuve la respiración hasta que la cabeza de Shay se asomó


fuera de la oscuridad.

-¡Soy bueno!- Él estaba en cuatro patas, incapaz de arrodillarse


incluso sin golpear la cabeza contra el techo del túnel. –Es de techo
bajo, pero todos vamos a ser capaces de pasar. Y hay luz en el otro
lado. Estoy bastante seguro de que encontraremos la empuñadura
donde ese brillo proviene.
-¡Buen trabajo!- Connor llamo. Ya estaba enhebrando una línea a
través del cinturón de Adne. -Se cruza en primer lugar,- le dijo. -Si hay
algo que salta al Vástago en esa pequeña cueva mientras que la
mayoría de nosotros todavía están cruzando, salgan de aquí.

Ella asintió con la cabeza, mordiéndose el labio.

-Seguras a través de la línea de aquí- gritó Shay, agitando y


apuntando a la cámara final, que había fijado en la pared del fondo. -
¡Comiencen!

Adne se movió con rigidez, como si tuviera que hacer un esfuerzo


hacia el borde de la primera grieta. Yo no la culpo. Yo no quería ir a
ninguna parte cerca de ellos tampoco. Silas cogió la cuerda y estaba a
punto de conectar a sí mismo cuando Connor se lo arrebató.

-Tú eres el último-, dijo.

-¿Qué?- Los ojos de Silas se hincharon.

Connor sonrió, pasándole la cuerda a Sabine, que comenzó después


de Adne. -Esto parece como un episodio de emoción-a-minuto en tu
historia maravillosa, ¿no crees? Creo que nuestra travesía merece sus
mejores esfuerzos de escritura.

Silas le miró fijamente antes de escabullirse hacia atrás. A su favor se


comenzó a escribir de nuevo inmediatamente, aunque yo no podría
haber adivinado si estaba describiendo la caverna o la presentación de
una nueva denuncia contra Connor.

Me di la vuelta y me fui hacia donde estaba Silas, no porque yo


anhelaba su compañía sino porque quería esperar hasta que tuviera
absolutamente que hacer la travesía. Adne estaba ya en el otro lado,
retorciéndose pasando por donde Shay había pasado en el túnel
estrecho. Mi estómago se apretó mientras veía a Sabine pivotar hacia
abajo en la grieta. Su forma ágil parecía llevar naturalmente a subir
mientras se encontraba fácilmente a Shayen las bodegas. Ethan
estaba detrás de ella, seguido por Mason.
-Te vas levantado.- Connor estaba mandando un mosquetón en mi
cinturón y arrastrando la línea de seguridad a través de él.

Logré una inclinación de cabeza. Las palabras, incluso los


pensamientos, no saldrían a la superficie mientras me movía a seguir
la cuerda de Shay. Nunca había pensado realmente que tenía miedo a
las alturas, teniendo en cuenta que había pasado la vida en las
montañas. De alguna manera esto era diferente. Las laderas que
rodean Haldis eran suelo y roca. Incluso cuando fue snowcovered, era
familiar. Esta caverna, escondida en las alturas de los Alpes, llena de
hielo y luz que tejió una hermosa maldad de red para atrapar a su
presa, hizo a mi sangre tan fría como el aire de la montaña que
respiraba. El engaño de la cueva me enervaba en formas que nunca
había experimentado. Yo no quiero ir más lejos en sus profundidades.
Yo quería salir.

Agarré la cuerda, obligándome a iniciar a través. Mirando al otro lado


de la caverna, me encontré con los ojos de Shay. Él me estaba
esperando, se cierne sobre los labios del espacio del arrastre. Él
levantó la mano.

Llegar a Shay. Llegar a Shay.

Me obligué a alejar los otros pensamientos de mi mente. Lo único que


quería más que para escapar de esta trampa mortal era estar con él.
Si pudiera hacer a Shay mi objetivo, podía hacer esto. Un viento filos
de hielo se arremolinaba a través de la cueva, sus sonidos rebotando
en las paredes en millones de susurros, murmurando en mis oídos
sobre resbalones, caídas. Me incorporé a lo largo de la cuerda,
tratando de dejar fuera la voz del viento, sabiendo que era más magia
Guardián tratando de apoderarse de mis miedos y me manipulan a
cometer un error fatal.

-Está bien, Calla.- La voz de Shay se rompió a través de los susurros.


-Ya casi ha terminado.

Pero casi no quería decir que había llegado la grieta final. Me quedé
mirando lo que parecía ser una superficie sólida, el hielo brillante. Yo
sólo sabía que no era debido a la forma de Shay, la línea de cuerda la
de repente sumergió muy por debajo de ella.

-¡Muévete!- Sabine apretó junto a Shay en la entrada del espacio de


rastreo. Desde su punto de vista en el otro lado de la fosa ella miró
hacia mí, con una sonrisa desafiante.

La ira estalló y me agarre en él, moviendo hacia abajo en la grieta. Mis


pies revueltos contra la cara pura y por un momento me entró el
pánico. Pero a continuación, mi pie resbaló en una de las bodegas y
pude respirar de nuevo.

-¡Lo tienes!- Voz de Shay era a la vez cálida y aliviada. -Sólo unos
metros más.

Me esforcé en espera de celebrar. Mis brazos estaban ardiendo. Se


sentía como si la grieta estaba tratando de tirar de mí fuera de la
pared, me succionandome hacia abajo en el olvido.

Y entonces las manos de Shay estaban cerradas alrededor de mis


antebrazos. Él me tiró sobre el borde de la grieta y en sus brazos. Me
apresuré al espacio de rastreo, tirándolo hacia atrás. Su rostro estaba
enterrado en la corona de mi pelo.

-Hey. Lo hiciste muy bien.

Casi lo rechacé, porque no quería mostrar ninguna debilidad y


vergüenza que tan fácilmente sintió mi miedo. En vez de eso, dejé que
ese impulso se fuera y volví su rostro para besarlo. Cuando sus brazos
rodearon mi cintura, toda mi ansiedad por la subida se desvaneció.

-Gracias.- Sonreí, decidiendo que estaba bien que me sintiera mejor


apoyándome en él. Después de todo, la navegación por los hoyos de
la muerte con material de escalada no cayó bajo una descripción de
las funciones alfa de lobo.

Silas tosió; se aferró al borde del túnel, esperando a que Shay y yo


nos apartáramos para hacer espacio para él al gatear dentro. Supuse
que Connor le había dado a él un indulto. Shay me llevó más lejos en
la caverna estrecha hacia el lugar donde estaban reunidos Sabine,
Nev, y Mason. El escriba estaba mirándonos a Shay y a mi -Me
preguntaba si podrías ofrecer un comentario en cuanto a donde
piensas que una relación entre un Guardián y un Vástago podrían
llevar. Si sobrevivimos, a esto. -Mantuvo su lapicera. No sabía lo que
me sorprendió más: la pregunta o que él tenía su libreta cinco
segundos después de que cruzara.

Shay sacudió la cabeza, me dejo ir y se giro para moverse más lejos


en el espacio de rastreo. Sonreí lentamente a Silas, dejando que mis
colmillos captaran la luz tenue que se deslizó en el túnel de la caverna
de hielo.

-¡Silas! No sabía que estabas escribiendo columnas de chismes ahora.


-Adne se hundió junto a nosotros hasta el final de la cuerda,
ofreciendo su mano a Connor cuando él salió de la grieta. -Pensé que
estabas grabando la historia.

Silas se volvió rojo remolacha, pero no contestó.

-¿Estás bien?- Adne le pregunto a Connor.

-Sí.

Shay, quien ya se estaba dirigiendo hacia el resplandor de plata al


final del túnel, se volvió y gritó: -Vamos a terminar con esto.

Sabine, Mason, y yo intercambiamos una mirada, y en el momento


siguiente tres lobos eran los talones de Shay. El segundo túnel estaba
oscuro como el primero, aunque era mucho más estrecho. Seguí
probando el aire, pero al igual que cuando por primera vez había
entrado en la caverna, olía nada. Ningún monstruo nos acechaba a
nosotros. Estábamos solos.

La llama sutil floreció en la luz brillante al final del pasaje. Cerré los
ojos, deseando en silencio que no estuviéramos a punto de
encontrarnos en otra sala llena de trampas mortales. Shay salió a la
luz. Y sonrió.
Lo seguimos en una habitación que me era familiar y no familiar a la
vez. El espacio era abierto y bien iluminado, a diferencia de Haldis,
que había sido llenado con agua tibia, esta sala brillaban con plata
fresca y azul brumosos. Me sentí como si hubiera visto los colores
antes y me di cuenta de que yo tenía razón. Las paredes de esta
cueva reflejan los del ala Tordis de la Academia Itinerante.

-Oh- Escuché a Silas respirar detrás de mí. Yo sabía lo que estaba


mirando, lo que todos estábamos viendo.

Ella estaba aquí, al igual que ella había estado en Haldis. Una mujer,
etéreo, flotando en el centro de la habitación. Pero ahora sabía su
nombre: Cian. Los antepasados de Shay habían muerto hace mucho
tiempo. El guerrero que había dado su vida, su acto de sacrificio a su
transformación en la única arma que puede salvarnos ahora.

Sus manos se extendieron hacia Shay. Una vez más me encontré


bloqueada en su lugar, incapaz de mover un músculo cuando Shay
llegó a ella, rápidamente cruzando el espacio entre ellos. Cuando sus
dedos tocaron los de ella, la luz desapareció y la oscuridad nos
envolvió. Todo estaba en silencio.

Esperé, escuchando el sonido de los latidos de mi corazón.

-¿Estamos muertos?- Susurró Mason, y yo sabía que el hechizo nos


había liberado.

No pude evitarlo. Cambiando formas, me reí.

-No.

-Oh, bueno.- Mason se echó a reír también.

Luz volvió lentamente a la habitación. Cian se había desvanecido,


dejando a Shay de pie solo en el centro del espacio. Una hoja delgada
yacía en las palmas de Shay.

Silas se tambaleó hacia adelante como un hombre atrapado en una


visión religiosa.
-Tordis.- Llegó hacia la hoja, recordando a sí mismo en el último
segundo y arrebatando sus dedos hacia atrás.

-Buen trabajo, chico.- Ethan mantuvo su distancia, pero estaba


mirando la hoja con admiración. Sabine estaba junto a él en forma
humana, y me di cuenta de que sus dedos estaban entrelazados con
los suyos.

-Es tan ligero,- Shay murmuró.

Connor soltó un bufido. -¿A medida que el aire?

Él gruñó cuando Adne le dio una patada en la espinilla.

Di un paso más cerca cautelosa y miré el metal reluciente, aunque no


sabía si el metal era lo que yo estaba viendo. La superficie de la
cuchilla brillaba con el movimiento, la turbulentas de nubes de
tormenta rápidas, la interminable remolino de vientos.

La mandíbula de Shay se movió. -Aquí vamos.

Agarró la parte plana de la hoja de Tordis entre el pulgar y el dedo


índice, evitando cuidadosamente los bordes afilados. Con la otra mano
sacó Haldis desde el interior de su abrigo. Sus antebrazos temblaban
mientras bajaba el extremo romo de la cuchilla hacia la abertura de la
empuñadura. No había sonido cuando los objetos se encontraron,
pero cuando la hoja viajaría más lejos en la empuñadura, una onda de
luz viajo desde donde la palma de Shay se apoderó de la base de la
espada a la punta de la cuchilla.

Sin previo aviso, la ondulación explotó desde la punta como una


llamarada solar, barriendo a través de la habitación, golpeando a
todos, y a Shay al suelo. La tierra debajo de mí gimió, y la montaña se
estremeció.

Luego se hizo el silencio.

Silas gruñó y se puso de manos y pies. -Espero que no causara una


avalancha. Podríamos acabar enterrados vivos.
-bonita actitud- dijo Mason.

-No hemos oído la avalancha- dijo Adne rápidamente.

-No necesariamente-, dijo Silas, los ojos brillantes de la especulación.


-Estamos bastante profundo, y yo no reconozco esta forma de roca.
¿Quién sabe lo cómo puede absorber o desviar?

-Estás enfermo,- respondió Connor. -¿Lo sabías?

-Simplemente estoy señalando fuera.

-¡Cállate, Silas!- Adne estaba sacudiendo la cabeza. -Incluso si un


muro de nieve está bloqueando la entrada de la cueva, puedo abrir
una puerta aquí. No estamos atrapados.

-¿Podríamos por lo menos comprobar?- Preguntó Silas. No podía


creer lo decepcionado que sonaba.

-¡No!- Mason y Connor gritaron.

Me puse de pie y miré a Shay. Se quedó en silencio en medio de la


caverna, los ojos cerrados, las manos agarrando la empuñadura de la
espada.

El arma era un estudio de contrastes. El cálido resplandor de Haldis


irradiaba de entre sus dedos, mientras la hoja brillaba fresco y claro, al
igual que un rayo caiga desde el cielo hasta la empuñadura. Era la
profundidad de la tierra aferrada a la amplitud de los cielos.

Como si sintiera mi mirada, los párpados de Shay se abrieron y él me


ofreció una sonrisa de misterio. Sacó una respiración larga y lenta.

-Tenemos que conseguir la otra espada.

Algo en su voz detuvo mi respiración, la valentía, y el anhelo que no


había oído antes. Una parte de mí estaba llena de temor por él, el
Vástago.

Encontrar la fuente de su poder, pero una voz pequeña, Pottier me dijo


que yo también estaba celosa.
No celosa de su poder, sino de que la calidad de la agitación en sus
palabras. Él se estaba encontrando a sí mismo, su verdadero yo. Ayer
por la noche, le había creído a Shay cuando dijo que quería quedarse
a mi lado. Eso iba a ser mi compañero. Mirándolo ahora, la distancia
entre nosotros se sentía inmensa ya que no parecía un Guardian. Era
sólo el Vástago. ¿Qué significaba eso para mí?

Nunca había dudado del amor de Shay, pero la pregunta de Silas ya


no sonaba ridícula. ¿Qué futuro podrían tener el Vástago y un alfa
Guardián?

Algo frío y hueco se instaló en mis huesos cuando pensé que podría
ser tristeza. ¿Estaba perdiendo a Shay en su destino?

-Obtener la otra espada, ¿eh?- Connor sonrió. -Bueno, ese es el plan.-


Saltó fuera del camino antes de que Adne lo pudiera patear de nuevo.

-Yo tengo un mejor plan-, dijo Mason, poniendo su brazo alrededor de


los hombros de Adne.

Ella levantó las cejas hacia él. -¿Qué es eso?

-Si abres una de esas puertas bonitas y nos sacas fuera de este
infierno.
OCHO

La cacofonía de sonido que inundó mis oídos cuando entré a través


del portal me cabreó. ¿Fue el pánico? ¿Miedo?

Había estado atrapado en los acontecimientos de la caverna de hielo,


perdida en pensamientos sobre Tordis, la espada, Shay, que yo casi
había olvidado que otro equipo había estado en una misión diferente.

¿Cuántos hemos perdido para que Shay pudiera recuperar la espada?

Mi temor creciente astilló cuando se hizo evidente que los sonidos más
fuertes eran gritos estridentes y risas sin control. La celebración y el
ruido se apagaron cuando el resto de mi grupo surgió a través del
portal de Adne. Cuando Shay apareció, la habitación se ahogó de
repente en silencio.

Anika dio un paso adelante. Shay no habló. Él simplemente levantó la


espada; su hoja volvió a la vida y oí un viento, como la fiebre de las
alas, con lo que el brillo se equilibraba con el brillo sutil de Haldis, con
la sólida calidez de la tierra misma.

La sala estalló de nuevo. Esta vez los aplausos fueron


ensordecedores. Sólo Anika permaneció en silencio, sus pestañas
mojadas por las lágrimas contenidas.

Los buscadores pululaban alrededor de Shay, contemplando la


espada, pero con cuidado de no tocarla. Observando su bask comitiva
recién formado en el poder casi tangible de la espada, una vez más
sentí la opresión de la pérdida, el dolor como una mano invisible
alrededor de mi cuello.
Voy a perderlo. Avancé a pulgadas de distancia de ellos, con la
esperanza de que la sensación pasaría.

Connor se abrió paso entre la multitud y comenzó a relatar el viaje; a


partir de los fragmentos que cogí, parecía estar embelleciendo
nuestras hazañas un poco. Mis sospechas se confirmaron cuando
Silas empujó a un lado a Connor, agitando su portátil, al comenzar su
versión de la historia. Connor tomó una posición estratégica justo
detrás del Escriba y sus caras hechas y burdas imitaciones de Silas, a
intervalos apropiados o inapropiados, mejor dicho.

-¿Quieres comprobar a nuestros niños?- Mason cogió mi brazo,


señalando con la barbilla en dirección a Nev y Ren, los cuales
conversaban con Pascal.

Conocí la mirada burlona de Mason, preguntándome qué quería decir


con nuestros chicos. Nev era su pareja, pero ¿esperaba que Ren fuera
el mío? El pensamiento me erizo y yo apenas me detuve a gruñirle a
él.

-Claro.

Miré hacia atrás, esperando a Sabine a unirse con nosotros. Pero ella
estaba de pie aparte, junto a Ethan. Sus cabezas estaban cerca, los
cuerpos se volvieron hacia cada otros, los labios se movieron en
susurros rápidos. El estruendo de la habitación no los tocaba, como si
fueran las únicas dos personas de pie en la habitación.

Nev y Ren sonreían. El alfa se apoyó en la mesa de madera maciza,


con aspecto satisfecho de sí mismo como siempre. Nev se alza sobre
una silla, sentado en su marco con los pies descansando sobre su
asiento. Miré hacia atrás y adelante entre ellos, perpleja, pero era
Mason que pidió primero.

-¿Qué?

Los ojos de Nev brillaban. -Dude. ¡Osos!

Mason frunció el ceño. -¿Eres feliz con los osos?


Ren flexionó sus hombros. -Ellos hacen una buena pelea.

-Oui-. Pascal rió, golpeando a Ren en la parte posterior. -Les loups ont
été trop pour les nuestra.

-¡Mais oui!- Nev agarró las manos de Mason, tirando de él en un


abrazo. -Los lobos pateamos traseros de osos. ¿Cómo fueron las
cosas para ustedes?

Mason inclinó su mejilla contra la de Nev. -No hay pérdidas. Tengo la


espada. Yo diría que es una victoria. ¿Tu?

Ren sonrió; sus caninos eran agudos.

-Como dijo antes. Dude. ¡Osos! -Se volvió a Pascal. -Además,


teníamos un equipo de kick-culo de respaldo.

-Merci-. Pascal cruzó los brazos sobre su pecho, mirando a Ren-. Pero
usted hizo nuestro trabajo. . . menos difícil de lo que es habitual.

-Feliz de ayudar- dijo Nev.

Pascal inclinó la cabeza. -Siento tener que decir que tenía mis dudas.
Les loups han sido tanto tiempo contado entre nuestros enemigos.
Pero usted hace les bon guerre. Mejor aún que les nuestra.

-Yo no sigo a eso-, dijo Mason.

Nev le dio un codazo. -No es de extrañar que siempre hayas copiado


mi tarea francesa. Dijo que hacemos guerra buena, mejor que los osos
suizos.

-Los Guardianes flubbed,- Ren dijo, hablando todavía a Pascal. -Los


osos no son buenos guerreros. Son demasiados solitarios. Podríamos
mantenerlos fuera de balance porque están demasiado ansiosos por
discutir entre ellos en lugar de trabajar como un equipo.

-¡Ve, a empacar!- Nev chocó el puño de Ren.

-Creo que tienes razón.- Pascal se acarició la barbilla. -A menudo


encontramos les sólo nuestro. Rara vez buscan la compañía del otro.
-Esperemos que los Guardianes tienen otros screwups para que
nosotros explotamos en el camino-, dijo Mason. -¿Correcto, Cal?

Asentí con la cabeza, pero mi mente se había desplazado. Yo había


estado observando de cerca a Pascal. Viendo la forma en que él
estaba viendo a Ren. Eso lleva a una mirada evaluara y feroz
admiración en él. Cuando Ren habló, Pascal escuchó. No sabía si
sentirme sorprendida o no. Personas que ganan más fue uno de los
atributos más fuertes de Ren. Él era un líder natural y tenía tanto
carisma que podría ahogarse en ella. Una punzada dolorosa llamó mi
pecho, robandome el aliento por un instante. Mirando a Ren, vi a la
pareja alfa que hubiera sido la mía, y al verlo, vislumbré lo que nuestro
futuro pudo haber sido.

Lo que un gran líder habría hecho para la manada Haldis, la fuerza


que habríamos compartido como alfas. ¿Si hubiera arrancado lejos de
él? ¿o podría nuestra manada unirse de nuevo, era nuestro futuro
persistente, a la espera de ser reclamado? El fuerte pellizco en mi
pecho fue superado por los latidos de mi corazón. Como si sintiera mi
mirada, los ojos de Ren se encontraron con los míos y yo no podía
apartar la mirada, no podía respirar.

Era la voz de Anika que finalmente rompió el hechizo. Me volví a verla


de pie junto a Shay.

-¡El Vastago! Ella tomó la mano de Shay, levantandola en alto. Shay


levantó la espada en la otra mano. Se dedicó, chispas de rayo vivo en
la hoja. Mi pulso acelerado se quedó helado al escuchar la aprobación
rugir de los buscadores -para su nuevo campeón.

¿Él les pertenece ahora? ¿Yo era una tonta por pensar que era
posible que el Vástago pudiera ser la compañera de un Guadian?

Miré hacia atrás a Ren, preguntándome qué pensaba de la rápida


ascensión de Shay.
Pero Ren no estaba mirando a Shay o la espada. Sus ojos estaban
todavía en mí. Yo sostuve la mirada, esperando, preguntándome qué
estaría pensando, sintiendo.

De repente me dio esa media sonrisa ladeada y mis rodillas cedieron


un poco. Entonces él se movió.

Todavía me miraba con los ojos oscuros, el lobo gris carbón levantó la
cabeza y aulló. El sonido llenó la habitación, alegre, estimulante. Mi
corazón salto ante este aullido que era lo contrario de lo último que
había oído de Ren. La noche que lo dejé en el bosque. La noche que
pase junto a Shay, abandonando mi unión con Ren. Esa noche había
aullado y yo había pensado que el dolor en ese sonido me rompería
por la mitad. En este momento, en este aullido no había ningún indicio
de pena o duda. Sólo había un alfa, deleitándose en su triunfo.

El instinto se hizo cargo y cambia a mi forma de lobo, la crianza de mi


propia boca para que coincida con su grito. Nuestras voces se unieron,
cantando victoria. Nev y Mason se unieron a nosotros. Sabine vaciló,
mirando. Ella no cambió, aunque sus ojos brillaban ante el sonido de
nuestro coro.

Por el rabillo de mi ojo alcancé a ver a Shay. Él siguió sosteniendo la


espada en alto, pero el rayo en su hoja llevaba una carga de furia.

Una nube de tormenta turbulenta lista para explotar. Al igual que


Sabine, que no había cambiado, pero había estado muy quieta. Su
mirada se movió entre mí y Ren, sus ojos estrechándonos.

Cuando me moví hacia atrás, una ola de agotamiento se estrelló


contra mí, descargando la fuerza de mis extremidades. La adrenalina
de nuestra misión se había agotado. Shay venía hacia mí, y sin mirar,
sabía que Ren ya se estaba desplazando a estar a mi lado. Dos alfas
nuevamente compitiendo por la posición.

Tanto me quieren. Para odiar al otro. Yo no podía soportarlo.


Antes de que ninguno de ellos pudiera hablar o llegar a mí, me di
media vuelta y corrí desde la sala. La carga de mantener la paz entre
ellos había frotado mis nervios. Hoy en día yo había sido testigo de
mis dos aspirantes a compañeros replantear su lugar en este extraño
nuevo mundo que habíamos encontrado. Ren lo haría siendo un alfa
incluso entre sus antiguos enemigos. Él llevaría y que seguiría. Shay
era el Vástago, que los buscadores habían pasado su viva, y derramar
su sangre, buscando. Ambos sabían donde pertenecían y lo que
querían. Me escapé de la vida trazado para mí por el Keepers, pero
incluso en este caso yo estaba atrapada, incapaz de elegir mi propio
destino.

Corrí por los pasillos, los pies golpeando en el suelo de mármol,


deseando estar en forma de lobo, así podría correr más rápido, pero
pensé que Los buscadores no acostumbrados a tener Guardianes
paseando por sus pasillos que no apreciaría un lobo blanco corriendo
a toda velocidad a través de la Academia. Corrí tan rápido como pude
en dos pies en lugar de cuatro, la necesidad de encontrar a las dos
personas que confiaba más y la esperanza de que podrían tener
algunas respuestas para mí.

Seguí su olor hasta que los descubrí en un rincón escondido del patio.
Tess estaba arrodillada en el suelo, hasta los codos en la suciedad.
Ansel agachado a su lado. No vi a Bryn hasta que estuve casi encima
de ellos.

-¡Hey, Calla!- Ella sonrió mientras se bajó de la rama del manzano en


el que había estado descansando.

-¿Vas a adicionar para el papel de Cheshire cat?-, Le pregunté,


volviendo su abrazo.

-¿Cat?- Ella arrugó la nariz. -¡Ugh! Nunca.

-Es bueno saber que todavía tienes normas.


-Así que estás aquí-, dijo, dando un paso atrás para mirarme de arriba
abajo. – Luces saludable. Supongo que eso significa que la misión fue
un éxito.

Asentí con la cabeza.

-No hay víctimas en ambos lados.

-¿Ninguno?- Tess alzó la vista hacia nosotros. -Eso es impresionante.

-Los osos no son rivales para los lobos.

Bryn bufó, poniendo sus manos en sus caderas. -Por supuesto que no
lo son. Cualquiera de nosotros podría derribar a un oso sin romper un
clavo.

Le sonreí.

-¿Y Shay?- Preguntó Tess. -Él tiene la espada.

-Si.- Me hubiera gustado que no temblar cuando pensaba en ello. -Él


la tiene. Estamos a medio camino de un Vástago en pleno
funcionamiento.

El rostro de Tess era solemne. Ella asintió con la cabeza y luego volvió
a su plantación. Ansel se puso de pie, apartando la suciedad de sus
manos. Él todavía no había logrado difuminar la tierra oscura en la
frente cuando él empujó su cabello hacia atrás.

-Oye, hermanita.- Se inclinó hacia delante, y me dio un abrazo rápido


antes de empujar las manos hacia atrás en los bolsillos y mirar a otro
lado.

-Hola- Un nudo se arremolino en mi garganta inmediatamente. -¿Qué


piensas hacer?

Traté de mantener mi tono tranquilo, sabiendo que él no tomaría


sensiblería como algo más que lástima. Y lástima fue la última cosa
que necesitaba.
-Aprender acerca de las hierbas-, dijo, señalando a una cesta. Las
plantas dotadas de diversas formas de las hojas en tonos miríada de
verde fueron ordenados cuidadosamente y atado en manojos,
llenando los contenedores tejidos.

-¿Las hierbas?

-Para los elixires- contestó. Cuando mi ceño se frunció, continuó, -


Esos son los curanderos que trabajan en Eydis Santuario.

-También reunimos hierbas para los alquimistas en Pyralis Boticario-,


añadió Tess. Ella manejaba un par de tijeras de podar y me encogí,
recordando el trabajo truco que había hecho en mi pelo con ellos. -
Pero eso va a tomar algunas lecciones. Esas hierbas son difíciles y un
poco peligrosas.

Ansel dirigió una sonrisa a Tess, y yo estaba muy emocionada de ver


el entusiasmo genuino calentar sus características. -Voy a tomar lo
que usted lanza en mí. Sólo di la palabra.

-Un paso a la vez.- Tess le devolvió la sonrisa antes de levantarse,


tomar una cesta llena en cada mano. -¿Por qué no se toman un
descanso mientras corro estos a Eydis? Probablemente le gustaría
escuchar la historia de Calla.

-Podemos ayudarte a llevarlos, Tess-, dijo Bryn. -Hay más canastas.

-No te preocupes por eso-respondió ella. -Yo nos traeré un poco de


limonada. Los limones se cosecharon justo esta mañana, así que será
increíble.

-¡Suena muy bien!- Ansel sonrió, sentándose en la tierra. Bryn se situó


junto a él, acurrucándose en su abrazo. Él no se inmutó ni trató de tirar
de distancia. Mi garganta comenzó a cerrarse de nuevo y tuve que
mirar hacia otro lado, centrarme en las cerezas de maduración que
colgaban de las ramas de un árbol cercano.

La estrechez de la garganta dio paso al repentino riego de mi boca.


-Entonces, ¿qué estabas haciendo, pasar el rato con los civiles, Cal?-
Bryn preguntó mientras me tendí en un banco a través del camino-
¿No deberías estar tramando el derrocamiento de los Guardianes?

-Supongo.- Me recosté, dejando a el sol del Mediterráneo empapar mi


piel.

-¿Supones?- Algo en su voz hizo que la mirara. Los ojos azules de


Bryn estaban entrecerrados, buscando. -¿Qué está pasando?

Apreté los dientes. -Bueno. . . que es justo. . . Yo. . .

-Escúpelo,- dijo ella.

-Quería intentar algo. Necesito. . . -Dios, esto es tan difícil.

-¿Hay que qué?- Ansel me miraba; preocupación frunció su ceño.

-Tengo que hablar sobre mis sentimientos- finalmente solté, y al


instante sentí la sangre corriendo en mis mejillas. Yo estaba segura de
que mi rostro refleja el terciopelo rojo de las rosas cercanas.

Ansel y Bryn se echaron a reír.

-Gracias,- gruñí. -Su apoyo se ha tomado debida nota.

-Lo siento, Cal- dijo Bryn, sonriendo y secándose una lágrima de su


mejilla. -Es sólo. . . que eres tan adorable.

-¡¿Adorable?! Le mostré mis colmillos. -¡Necesito ayuda!

-Nosotros te ayudaremos.- Ansel seguía riendo. -Pero es divertido ver


retorcerte sólo porque quieres hablar con nosotros. Hablar con sus
amigos es lo que la gente hace, Calla. "

-No es lo que yo hago- gruñí. -Me gusta manejar las cosas por mi
cuenta.

-Lo sabemos.- Bryn dejó de sonreír. -Eso significa que algo está
realmente metido en su caso.

-Claro - dijo Ansel. -¿Qué pasa?


El calor inundó mis mejillas de nuevo. Me quedé mirando los
adoquines del trazado.

-Oh. . . oh -, dijo Bryn. Levanté la vista para verla y Ansel y ella


compartieron una mirada significativa.

-Oh Dios.- Enterré mi cara en mis manos.

Bryn besó a Ansel en la mejilla y se acercó a mí. -Scoot. Tengo que


sentarme aquí.

Hice un lugar para ella en el banco.

-¿Quieres esta charla simplemente de chicas o puede permanecer


aquí tu hermano?- Preguntó.

-Se queda-, le dije rápidamente. -Necesito escuchar lo que ambos


piensan.

-¿Acerca de tu vida amorosa?- Ansel bromeó.

-Sabes que yo no estoy por encima de morderte-empecé, y al instante


me arrepentí de mis palabras.

Sus ojos se nublaron por un minuto, pero se obligó a sonreír. -Sólo voy
de boca .Si empiezas a actuar como un animal rabioso.

-Basta,- Bryn interrumpió. -La hora grave. ¿Qué tienes en mente?

¿Quién está en mi mente es la mejor pregunta?

-No sé-, le dije. -Sólo me siento. . . confusa.

-¿Sobre qué?- Bryn bajó la voz. -Acerca de dormir con Shay? ¿Crees
que fue un error?

Me sonrojé, mirando a Ansel. Estaba sonriendo como un tonto otra


vez.

-No-, le dije. -Yo no lo siento. Pero no sé que realmente ha cambiado.


La sonrisa de Ansel se desvaneció. -¿Estás diciendo que quieres estar
con Ren?

-¿Alguna vez quisiste estar con Ren?- Bryn me miró como si yo fuera
un espécimen bajo el microscopio. Mi piel se sentía caliente,
incómoda. Creo que fue el calor del sol la causa.

-Yo nunca le di mucha importancia-, le dije, alejándome de ella,


tratando de darme espacio para respirar. -Acabo que siempre supuse
que estaría con él.

-Pero Shay…- Bryn dijo lentamente.

-Dijiste que lo amabas.- Las palabras de Ansel sonaban casi como una
acusación.

-Lo hago.- Me encontré con su mirada, sabiendo el precio que había


pagado por ese amor. -Yo no mentí sobre eso, An. Me encanta Shay.
Quiero estar con él.

-Así que ¿cuál es el problema?

Acurruqué mis dedos alrededor del lado del banco de piedra.

-No sé si él me pertenece.- Cuando lo dije en voz alta, el corazón me


dio un desagradable ruido sordo, como una caída de la piedra contra
mi caja torácica.

-No entiendo- dijo Bryn. -Él te ama. Es obvio.

-Lo sé-, le dije. -Pero él es el Vástago. Yo creo que. . . Creo que él


podría estar cambiando.

Bryn inclinó la cabeza.

-¿Él era diferente? ¿Después de que llegó la espada?

Asentí con la cabeza. Un silencio incómodo se instaló en nosotros,


sólo roto por el canto de los pájaros por encima de nuestras cabezas y
el susurro de las hojas en la brisa.
-Nunca he pensado en eso- dijo Ansel finalmente.

Bryn no podía mirarme a los ojos.

-Yo tampoco.

Me mordí el labio, dando un suspiro largo y lento. -Entonces, ¿qué


hago?

-¿Todavía quieres a Ren?

Escuché a mi propio latido del corazón por un minuto antes de


contestar.

-Sí.

-Ese es un desastre caliente, Cal.- Ansel me sonrió. Casi me rompí


con él antes de que me diera cuenta de que estaba tratando de
aligerar el ambiente.

-Suenas como Mason- dije, haciendo un débil intento de risa.

-Bueno, él es mi mejor amigo- dijo Ansel.

Bryn tomó mi mano.

-Calla, Ren es un alfa, pero también lo es Shay. Tiene sentido que te


sientas atraída por ambos. Tu y Ren tienem un montón de historia,
que hace esto aún más difícil.

-¿Hay una respuesta en algún lugar de ahí?- Me obligué a reír,


apretando sus dedos.

-Te está diciendo que no hay una respuesta-, dijo Ansel, sonriendo
cuando Bryn le lanzó un beso.

-¿No hay una respuesta?- Yo no podía entender por qué se veía tan
feliz. ¿Esto es lo que consideraban ayudarme? Entonces recordé: que
seguían disfrutando de amor adolescente. ¿Por qué no puedo tener
amor adolescente? Sólo parecía tener “No puedo decidir si quiero
rasgar su garganta o besarte" amor.
Ugh.

-Todavía no hay una respuesta-, continuó Ansel. -Ren y Shay te aman


tanto. Ambos podrían ser tu compañero.

-Eso no quiere decir que ambos serán tu compañero- Bryn rió. -Yo no
creo que seas tan perversa. . . pero es posible que puedas hablar con
ellos…

-¡Bryn!-, La empuje fuera del banco.

-Uno de los buenos.- Ansel se dobló de risa.

- Los odio chicos-, les dije, todavía mortificada. -No me extraña que no
hable de mis sentimientos.

-No nos odias- Bryn sonrió. -Tú nos amas. Y te queremos.

-Siempre, Calla- dijo Ansel. -No te podemos decir la respuesta, porque


tú eres el único que puede resolver esto. Tienes que elegir.

-A pesar de que ibas a tratar de mantener a raya hasta que esta


guerra se repara-, dijo Bryn. -Si Ren es apropiado en los buscadores,
no podemos darnos el lujo de perderlo. Y Shay, si él se va, la guerra
ha terminado antes de que empiece.

-Lo sé-, le dije. Supuse que estaba atrapada en el mismo lugar que
había estado ya cuando Shay apareció por primera vez en mi vida,
atrapada entre dos amores, dos destinos.

Y no parecía que estaría saliendo de esta revisión por un tiempo.

-Pero vamos a estar aquí para ti-, continuó Bryn. -Te amamos sin
importar lo que decidas.

-Gracias-, le dije.

-Esos tipos pueden duque a cabo para siempre-, dijo Ansel. -Pero tú
eres nuestro único, Cal. Tú eres el alfa.
Esta vez no podía detenerlo. Las lágrimas se colaron por el rabillo de
mis ojos.

-Oye, mira.- Ansel sonrió. -¡Ella realmente tiene sentimientos!

-Cállate.- Me reí, rozando las vetas de agua salada de mis mejillas. -Y


gracias.

-No hay problema.- Él se puso de pie. Seguía sonriendo, pero su


mirada tenía un borde duro. Yo seguía dándole vueltas a su expresión
cuando escuché que Tess grito.

-¿Quién tiene sed?- Ella agitó, haciendo señas a nosotros y apuntando


hacia un cenador de hierro forjado.

-Eso no se ve como la limonada-, dijo Bryn. -Eso se parece a un día


de campo.

-Tess.- Ansel corrió hacia la promesa del almuerzo, no renunciar por el


bien de su estómago.

Bryn puso su brazo alrededor de mi cintura. -Se está haciendo mucho


mejor. Yo creo que va a estar bien.

-Bueno,- dije, inclinando mi cabeza en su hombro.

Por primera vez en mucho, mucho tiempo mi corazón se aflojo, mis


músculos se relajaron. Yo no sabía que el amor me llevaría, pero mi
manada estaría siempre a mi lado. Más que cualquier otra cosa, eso
era lo que importaba.

PARTE II

AGUA
NUEVE

Los panes para recuperar a Eydis el agua ya empuñadura estaban en


movimiento. Salas de la Academia Roving zumbaban con entusiasmo.
incluso el hilos en las paredes parecían brillar un poco más brillante,
como si iluminado con esperanza después de nuestra recuperación
exitosa de la primera espada.

-Eydis se encuentra en la península de Yucatán.- Ren estaba


caminando a mi lado después de la cena. –Está creación de nuestra
base de operaciones con el Eydis Guía-su nombre es Inez. La guarida
está en Tulúm. Anika piensa que todos necesitamos una buena noche
de sueño antes de hacer la próxima huelga. Así que nos vamos
mañana por la tarde.

-¿No es en la mañana?-, Le pregunté.

Él negó con la cabeza. -Ella dijo algo sobre las mareas no estar justo.
Yo no acababa.

-Así que supongo que te has convertido en la persona punto Guardián


de los buscadores-, le dije. -Buen trabajo, alfa.

-Gracias.- Él sonrió, pero me sorprendió con una mirada de soslayo. -


¿Eso está bien para ti?

-Es lo que eres-, le dije, tratando de mantener mi voz neutral. -Y


mientras más buscadores confíen en nosotros, mejor.

-De acuerdo.

En el espacio de horas que habíamos estado de espalda, yo ya había


notado el cambio de ondulación a través de la Academia. Antes de la
huelga en la mayoría de los buscadores Tordis me miró con curiosidad
a lo mejor, la indignación en el peor. Ahora que la indignación se había
convertido en curiosidad, mientras la curiosidad se había convertido en
la admiración absoluta.
Algunos buscadores siquiera me habían dejado en la sala para darme
las gracias por unirme a ellos. Yo estaba un poco desilusionada por
todo.

Ren se detuvo; Le fruncí el ceño y luego me di cuenta que estábamos


parados en frente de mi puerta.

-Se trata de ustedes-, dijo con voz tensa. Me pregunté cómo sabía
dónde estaba mi habitación. ¿habia notado mi olor persistente en este
lugar, o se había tomado el tiempo para averiguar dónde estaba yo?

-El sueño, ¿eh?- Evité su mirada. -Bueno, estoy agotada, así que
estaré encantada de seguir las órdenes de Anika.

-Calla, tengo que preguntarte algo.

Mi corazón empezó a subir por mi garganta. Me obligué a mirarlo.

-¿Sí?

Él me miró con una mirada dura.

-Déjame entrar.

-¿Qué?- Me las arreglé para ahogar sólo esa palabra. ¿Entrar a


dónde? ¿En la habitación? ¿Para dormir conmigo? Mis manos
empezaron a temblar.

-Mañana-, dijo. -La misión de Anika tiene un solo equipo y ella me dijo
que lo estas organizando tu porque es en ti en quien Shay confía.

-¡Oh!- Me reí mientras mi estómago dejó de moverse de un tirón. -


Supongo. . .

-¿Qué?- Él se quedó perplejo cuando dudé.

Era mi turno de mirar hacia abajo. -Necesito saber si puedo confiar en


ti.

Se apoyó en mi puerta. No podría decir si estaba herido o enojado. O


las dos cosas.
-No confías en mí.

-Con Shay,- terminé.

Apretó la mandíbula, pero no habló.

-Shay es el Vastago.- Mantuve mi voz firme. -Él es la parte central de


la misión. Si se mete en problemas, tengo que estar segura. . .

Él se apartó de la puerta, mirándome. -¿Crees que me gustaría dejar


intencionalmente que Shay salga herido? ¿O que podría hacerme
daño a mí mismo?

-Lo has amenazado antes.- Apenas podía pararme de gritar. Cuando


se trataba de Shay, todos mis instintos defensivos patearon con furia.

-¡Más veces de las que puedo contar!

-Eso es diferente, Calla.- Su voz fue creciendo más fuerte también,


ganando unas cuantas miradas de los buscadores que pasaron en la
sala. -Eso es aquí. Eso es alrededor de nosotros. La guerra tiene
reglas diferentes. Me gustaría sin embargo…

Dejó de hablar, con los puños apretados, y respiró hondo. -Nunca


arriesgaría a alguien tan importante como el Vástago en el campo.-
Escupió las palabras. -Entiendo lo que está en juego.

Forcé mi temperamento bajar, tragándome mi amargura. Yo sabía que


él estaba diciendo la verdad. -Está bien. Te creo. Puedes venir.

Los puños de Ren seguían una hechos una bola; las venas de los
antebrazos palpitaban. Extendí la mano, pero él se apartó.

-No- Él no me miro a los ojos.

Se sentía como si me hubiera golpeado en el estómago, y parte de mí


lo deseaba. Prefiero luchar con Ren que ver esta pérdida escrita en su
rostro.

-Ren-, le susurre. -Me alegro de que quieres venir. Te necesito


mañana.
Se dio la vuelta para mirarme, y me cogió una llamarada repentina en
la oscuridad de sus ojos.

-¿Sólo mañana?

Tragué saliva, incapaz de romper con la mirada, pero no pude hablar


tampoco.

Una esquina de su boca se torció en una sonrisa torcida. Alzó la


mano, colocando sus dedos debajo de mi mandíbula tan a la ligera
que apenas podía sentir el tacto.

-Gracias, Lirio.- Sus dedos se movieron a lo largo de mi barbilla para


descansar en mis labios. Su otra mano tomó la mía; no fue hasta que
él estaba mirando mis dedos que me di cuenta de que su pulgar
estaba rodeando el zafiro del anillo que llevaba. El anillo que me había
dado. -Buenas noches.

Se dio la vuelta y caminó por el pasillo. Observé hasta que estuvo


fuera de la vista, preguntándome dónde estaba su habitación y fingir
que no me lo estaba preguntando. Me apoyé en mi puerta, girando el
mando, y me dejé caer en lugar de entrar en la sala. Estas misiones,
este trabajo de rehacer el mundo, hecho por un cansancio que no
había sentido antes. No era sólo el esfuerzo físico, era el peso de la
emoción que mis hombros soportaban en este camino. Y Shay hacia a
mis hombros el mayor peso de todos. Como me desplomé sobre mi
cama, me pregunté si estaba bien. Había estado con Anika y Silas la
mayor parte del día, la revisión de la tradición de la Cruz Elemental.
Después de eso, él se había ido con Ethan, Connor, y Adne para más
práctica de combate. Tenía una de las espadas ahora, y no perdió el
tiempo para conseguir que se acostumbrase a la nueva arma.

¿Había terminado? ¿Estaba en su cuarto ahora, como yo, mirando


hacia un cielo nublando la noche, así que no se podía ver ninguna
estrella o siquiera un indicio de la luz de la luna? Una parte de mí
quería ir con él, para encontrarlo en su habitación como anoche.
Durmiendo con su cuerpo acurrucado junto al mío ofreciendo un
sentido de comodidad a diferencia de cualquier otro, pero imaginarlo
acostado en la cama sin saberlo había provocado un profundo dolor
dentro de mí. Me levanté de la cama, tomando unos pasos hacia la
puerta antes de gruñir mi frustración y arrojarme a mí misma en el
colchón. Torcí mantas a mi alrededor como un capullo, me clavé los
dedos en la colcha. No podía ir a donde Shay ahora, no importa cuán
magnética parecía su tirón. Y él no había venido a buscarme, que fue
lo que me dolió más de lo que quería admitir.

Mi corazón y mi mente estaban constantemente persiguiendo a


impulsos contradictorios. No quería buscar a uno u otro de los dos
alfas sólo para escabullirme desde la cama a la mañana siguiente.
Ayer por la noche con Shay había sido egoísta, y yo no podía
permitirme esas tendencias por más tiempo. Sobre todo porque Ren
había demostrado su valor a los buscadores hoy. Yo no había estado
mintiéndole a él, yo lo necesitaba mañana. Más allá de eso. . . Yo no
podía ir allí. Todavía no.

No me acordaba de haberme quedado dormida, pero me desperté en


una maraña de hojas que me mostró cuan inquieta había sido la
noche. Cara de sueño y más que un poco de mal humor, decidí la
mejor solución era una larga ducha. La posibilidad añadida de una
tortilla llena en exceso con la abundancia de jardín los buscadores
arreglado para animarme un poco.

A pesar de la trudge a los baños, las instalaciones eran


impresionantes. Me puse de pie bajo un amplio pico que me empapó
en agua caliente, la presión no era diferente de una cascada. Usando
el exfoliante de sal que elegí, uno de muchos lavados y aceites
alineados en envases de cristal grabado al agua fuerte en las
estanterías de teca delgados fuera de las duchas, me fregué a mí
misma, tratando de lavar el persistente sueño. El aroma la lavanda y la
menta que infunde el matorral ayudaron; había una variedad de olores
entre los tarros. Todos los cuales llevaban a la frescura de las flores y
hierbas. Es evidente que los jardines de la Academia proporcionaban
más que sólo comida y medicamentos para los buscadores. Bryn debe
haber sido feliz por esta generosidad-Me sorprendió que no estubiera
en los baños durante todo el día.

Al salir de la ducha, me envolví una toalla alrededor de mi cuerpo y me


dirigí hacia la sala donde guardé mi ropa. Cuando di un paso fuera del
grueso vapor en el espacio abierto entre los baños y los vestuarios,
me quedé helada. Por un momento me pregunté si estaba soñando,
pero el agua que gotea de mi pelo en mis hombros y clavícula me
dijeron que no.

-Hey.- Mi corazón saltó en mi garganta. Ren estaba de pie frente a mí,


su pecho desnudo. Terminó asegurando una baja toalla alrededor de
sus caderas, y una pila de ropas yacían dobladas sobre una silla a su
lado. Volvió la vista hacia la puerta de los baños. -¿He. . . uh. . . es
este cuarto de baño de chicas? Estuve aquí ayer y yo no lo vi. . . uh. . .

-Hay vestuarios separados por allá.- Me reí a pesar de la torpeza. -


Creo que los buscadores sólo comparten las duchas.

-¿Cómo progresaron ellos.- Ren sonrió. Sus ojos se deslizaron sobre


mis miembros salpicados de agua. -Te ves absolutamente limpia, Lirio.

-Si.-Me moví un poco hacia la puerta del camerino. Por desgracia, eso
significaba acercarse a Ren. Podía oler el calor de su piel, el picante
olor de su sudor se mezcla con el aceite de lavanda con tintes que se
quedó en mi piel. -Voy a salir de tu camino.

-Podrías quedarte.- Atrapó mi brazo, me giro hacia él. Su sonrisa se


curvó con malicia. -Lavar mi espalda.

Yo estaba teniendo un tiempo bastante difícil en no mirar fijamente al


frente de Ren. Encontrando sus ojos no lo hacía más fácil. -Tú sabes
que no puedo.

-¿Por qué?- pregunto, acercándome más. -Porque estoy bastante


seguro de que no lo sé.
-ALTO.- Yo no confíaba en mí misma. Fue demasiado aumento de
vapor de las piscinas termales y muy poca tela que cubre nuestros
cuerpos.

Me soltó con un suspiro. La sonrisa diabólica se desvaneció, dejando


a sus características dibujadas.

-Yo no te culpo por hacerlo-, dijo, aunque dejó caer la cabeza hacia
atrás para apoyarse en la pared, mirando al techo en lugar de
mirarme. –Yo me lo merezco. Después de lo que te hice.

-¿De qué estás hablando?-, Le pregunté.

-Para la elección de él. . . Yo no te culpo.

-Yo no lo elijo-, le dije, retrocediendo hacia la puerta del camerino. -Te


dije tanto, no voy a hacer una elección mientras estamos en guerra.

Él me miró, y fue como una flecha en mi pecho. -Eso no es lo que


quise decir.

A pesar del calor de la habitación, mi piel se erizó con la piel de


gallina. -¿Qué quieres decir?

-Yo no te culpo por la elección de que él fuera tu primera vez.- Sonaba


más triste que enojado.

Mis miembros temblaban. Yo no hablaba, pero él sacó una pregunta


de mi mirada.

-Sabine me dijo.

-Ella no tenía ese derecho.

-No debes estar enojado con ella-, dijo, riendo oscuramente. -Ella me
regañó. Me dijo que te había perdido. Que yo era básicamente un
imbécil arrogante y que yo merecía todo lo que tengo. Y eso no te
incluye a ti.

Rompí mi mirada de él. -Eso no es realmente acerca de tiusted. Ella


ha sido trastornada nunca desde…
-Cosette-, dijo. -Lo sé. Después de que ella me grito, terminamos
hablando. Está dividida al respecto. No puedo culparla. Deseo que
Dax y Fey esten aquí.

-Si no fuera triste, sería divertido-, le dije, apoyada en la pared junto a


él.

-¿Cómo es eso?

-Fey y Dax eran nuestros guerreros más fuertes-, le dije. -Pero al final
ellos fueron demasiado miedosos de luchar por sí mismos.

Ren asintió.

-No dormí con Shay para vengarme de ti.- Hablé en voz tan baja que
no sabía si Ren me había escuchado. -Yo. . . él. . .

Cuando él no respondió durante un minuto, yo estaba segura de que


él no tenía. Pero luego se aclaró la garganta.

-Sé que usted tiene sentimientos por él. Eso es obvio - dijo. -Pero,
¿Hablas en serio acerca de no tomar una decisión hasta que termine
la guerra?

-Yo. . . sí. -Tenía que ser. Si he elegido, bien Ren o Shay serian el alfa
a mi lado, el otro lobo se iría. Era la manera de alfas. Una vez que uno
de ellos ganara su lugar, el otro se exiliaba, incapaz de tolerar una
posición subordinada dentro de la manada. No me podía permitir que
eso sucediera. También enfriando mi sangre para siquiera pensar en
cualquiera de ellos.

-Entonces necesito saber algo.- De repente se volvió hacia mí. Sus


antebrazos descansaban contra la pared a ambos lados de los
hombros.

-No lo hagas.- Yo no confiaba en mí misma para estar tan cerca de él.


Yo resbalé con Shay, dejándome ceder cuando me había prometido
que me gustaría mantener mi distancia. Si yo hiciera lo mismo con
Ren, yo no sería capaz de vivir conmigo misma. Y parte de mí sabía
que quería que Ren me tocara ahora, porque me había pasado la
última noche solo en un medio sueño inquieto, esperando que Shay
golpeara suavemente a mi puerta. Pero él nunca vino. Cuanto más
Shay se veia envuelto en el mundo de los buscadores, más de él se
apartó de mí.

-Sólo escucha, Calla.- Sus ojos no me dejaban ir. -¿Te acuerdas de


cuando estábamos en el Edén?

Asentí con la cabeza, demasiado incómoda para hablar. Yo no sé si


me gustaría incluso poder escuchar mis propias palabras sobre los
latidos de mi corazón. Esa noche en el Edén se sintió como una Vida
útil; No podía imaginar por qué Ren lo traería hasta ahora.

-Usted preguntó si no le tenía miedo a nada- dijo.

-Lo recuerdo.- Saqué mi labio inferior entre los dientes cuando la


memoria atrapo mi mente. –Me dijiste que solo a una cosa.

-Una de las cosas.- Se inclinó para susurrarme al oído. -Sólo hay una
cosa que yo siempre le había tenido miedo. Todavía le temo.

Mi cuerpo se congeló contra la pared, bloqueado en su lugar por sus


palabras.

-¿Qué?

Su voz tembló. -Que nunca pudieras amarme. En realidad no.

-Ren- Me temblaban las manos.

-No podía faltar los susurros- dijo. -La forma en que algunos de los
Banes me miró. La forma en que mi padre. . . Quiero decir, Emile. . .
hablaba de mi madre. Estaba muerta, pero era como si todavía la
odiaba. Era obvio, incluso para mí, que cuando estaban juntos él la
descartó, pero no había ningún amor.

Mi respiración se volvió superficial. No sabía si podría soportar oír


esto, pero yo no me atreví a detenerlo.
Sus labios rozaron mi oreja. -La primera vez que te vi, cuando nos
prometieron el uno al otro, juré que no te iba a obligar a que me
amaras, pero quería encontrar una manera de que me amaras.

Algo dentro de mí se rompió.

-Si querías ganar, ¿por qué gastar todo de la escuela secundaria en


salir con otras chicas?

Había más, a pesar de mi pregunta, de lo que había previsto. Todo lo


que espera, no ser capaz de seguir mis propias pasiones mientras yo
miraba a Ren persiguiendo las suyas. Me molestaba. Su confesión
parecía injusta y quizás incluso falsa.

Apoyó la frente contra mi sien. -Pensé que si veías que otras chicas
me querían tu me querrías, pero sabía que lo único que realmente
quería, era un diferencia.

Un suave gruñido se levantó en mi garganta. "El derecho de Sabine.


Eres un imbécil.

-¿Ayudaría si yo estoy de acuerdo contigo?-Él sonrió, pero sus ojos


eran duros.

Volví la cara lejos de él, la ira, la esperanza, el deseo de todo


luchando dentro de mí.

-Podrías haberme dicho cómo te sentías.

-Yo iba a hacerlo- dijo. -Quería decírtelo cuando te di el anillo. . . pero


me ahogue.

Lo miré, vi que se había sonrojado, y sabía que todo lo que había


dicho era verdad.

-Yo. . . -Las palabras no quisieron venir. ¿Qué podría yo decir?

-Todo lo que estoy pidiendo es una oportunidad justa. O tal vez un


nuevo comienzo, pero necesitabas saber de dónde vengo- dijo. -Sé
que las probabilidades están en contra mía. Shay se abalanzó y
cambió tu vida. Él te salvó.

-Yo lo salvé. Y a mí misma.

-Sólo quise decir que él ha sido el héroe todo el tiempo. Por supuesto
que le gustaría. Pero la historia que tenemos, nuestro pasado. No todo
era malo.

-Yo sé eso.

-No puedes decirme que cuando estábamos en la casa, solos, una


parte de ti no quería quedarse.

Agarré la toalla más apretada para fingir que no me interesaba. Estaba


en lo cierto. Al menos en parte. Todavía estaba atraída por él, el que
estaba tan obviamente mi contraparte. El compañero que pensaba que
iba a pasar mi vida. Tenía miedo de dejar ir el pasado que nos
mantuvo unidos. Ese camino era familiar. Y sabía lo que la vida con
Ren sería, donde encajo yo en esa foto, y que se preocupaba mucho
por él. La tentación para mantenerlo cerca mordisqueó en mí sin
descanso.

-Siempre estábamos hechos el uno para otro, Calla,- dijo, y me


estremecí, sintiendo como si hubiera leído mi mente. -Te voy a
enseñar que pudiera ser así.

Sus labios apenas tocaron los míos. No pude resistir más y deje que
mis dedos trazaran los contornos de su pecho. Él gruñó suavemente,
girando las manos en mi pelo húmedo mientras me besaba. Mis dedos
se deslizaron hacia abajo, rozando su abdomen, encontrando el borde
de la toalla envuelta alrededor de sus caderas. Me besó más
profundamente, insistiendo por más.

La puerta del baño se abrió y Connor se pavoneó dentro, pantalones


de pijama y sin camisa, con una toalla colgada sobre un hombro. Él
dejo de silbar cuando vio la espalda desnuda de Ren y me apretó
contra la pared.
-¡Oh dioses! ¡Mis ojos! -Connor se cubrió la cara con las manos.- ¡Mi
inocencia!

-Cállate, Connor- dije, aliviada y decepcionada por la interrupción. Me


retorcí de debajo de Ren, casi salté a través de la abierta área a la
puerta del vestidor, y me arrojé en el interior. Tirando de mi ropa en
una carrera antes de huir del cuarto de baño, mortificada. Corrí por el
pasillo, pasando a los buscadores con los más ojos somnolientos que
se dirigían a una ducha caliente, traté de decirme a mí misma que no
podía seguir oyendo a Connor reír.

DIEZ

Mi estómago rugía, pero yo todavía estaba en el borde de mi


encuentro fortuito con Ren en los baños. No podía arriesgarme a
toparme con Shay cuando mis sentimientos estaban tan dispersos. . .
y cuando era probable que el olor de Ren se aferraba a mi piel.

Maldita sea, Calla. ¿Por qué no puedes alejarte de él? ¿De cualquiera
de ellos?
Había aprendido cómo era el poderoso deseo, y el amor aún más,
pero todavía me frustraba que podía perder el control cuando mi
sangre corría caliente.

Desde que había tenido la idea de unirme al equipo de Haldis para el


desayuno, me dirigí hacia el patio en busca de fruta fresca. Teniendo
en cuenta lo temprano que era, me sorprendí al encontrar a Ansel
bajando naranjas de una pequeña arboleda.

-Mañana.- Él me sonrió.

-¿Hay alguna posibilidad de que pueda conseguir uno de esos?-, Le


dije, señalando a su media llena cesta.

-Claro.- Él me lanzó una.

-Has madrugado.- Empecé a pelar la naranja.

Sus hombros se tensaron.

-Dormir no es fácil.

Mordí un segmento de la fruta, disfrutando de la brillante explosión de


cítricos en mi lengua. La naranja estaba jugosa, perfecto.

Ansel se quedó tranquilo, tirando naranjas de las ramas.

-Luces mejor-, dije lentamente.

-¿Tengo?

Tosí, ahogada un poco en el jugo de naranja. La voz de Ansel tenía


esa cualidad de hojalata que había hecho que mi dolor de huesos
cuando habíamos entendido, por primera vez, cómo el Keepers le
habían castigado.

-¿tú te sientes. . . sientes bien? -, le pregunté.

Él se volvió hacia mí. Mientras que sus ojos no eran huecos, la forma
en que habían estado en Denver, estaban sin esperanza.
-Nunca voy a estar bien, Calla,- dijo, volviéndose una naranja en sus
manos. -En realidad no.

-Pero. . . -Lo miré fijamente, deseando que no dijera cosas así.


Queriendo creer que esto era una especie de auto-compasión. . . pero
sabía que no lo era. -Pero

Bryn…

-Me encanta Bryn- dijo. -Y no puedo soportar ver su dolor.

Observé su rostro. Parecía mayor que el hermano pequeño que yo


conocía. Más viejo y más furioso.

-Estás fingiendo estar bien para no hacerle daño.

Él asintió con la cabeza. -Ella parece pensar que todavía me ama.


Traté de romper con ella, pero ella no me quiso escuchar.

-¿No quieres estar con ella?-, Le pregunté.

-Siempre la amaré- dijo Ansel. -Pero yo no soy un buen partido para


ella. Ella se merece más.

-¿Cómo puedes decir eso?- Quería gritarle, pero con mucho esfuerzo
forcé un tono uniforme. -Tú eres la misma persona.

-Yo no lo soy.- Ansel apretó la naranja, sus uñas se clavaban en su


cáscara. -Créeme. No lo soy.

-Sí, lo eres- le dije. -Y Bryn te ama.

-Yo no soy su igual, ya no. No se puede tener un partido sin una


verdadera asociación. Tú más que nadie deberías entender eso.

-Por supuesto que sí.- Fruncí el ceño. -Pero estás equivocado acerca
de esto. Ya te dije, los buscadores y los Guardianes han estado juntos
en el pasado. Han tenido familias.
-Lo sé.- La sonrisa de Ansel era rencorosa. -He oído hablar. De usted.
De Tess. Los buscadores y Guardianes. Monroe y Corrine. Él y ella,
ella y él.

-¿Cuál es el problema?- Yo había aplastado el resto de los gajos de


naranja en mi puño. Jugo filtró entre mis nudillos. -Funciona. Eso fue
amor verdadero, una verdadera cooperación. Hubo gente que murió
por ellos.

-No es lo mismo-, dijo, bajando la mirada.

-¿Por qué?

-Porque yo no nací siendo Buscador. No tengo su poder.- Me miró de


nuevo, con los ojos grises como una tormenta furiosa. -Todo lo que
soy es menos de lo que era. Y no puedo nunca ser más. Con el tiempo
Brym se dará cuenta. Y se irá. Será lo mejor.

-¿Y si no lo hace?- Me quedé mirando el lío de pulpa de naranja que


se extiende en mi mano y sentí como si estuviera viendo el devastado
corazón de Ansel. -¿Y si ella quiere estar contigo y tener una familia?

-¿Dónde jugaría papá con una manada de cachorros de lobo?

-Así es como funciona-, le dije.

-Lo sé-, dijo. –Tess me explicó todo el asunto esencia-de-la-madre.


Pero la biología o la magia o lo que sea, no importa. Que no es si Bryn
y yo somos capaces de estar juntos o hacer una familia. Se trata de si
debemos estar.

-Sólo tienes que darle tiempo, Ansel.- Yo no sabía qué más decir.
Odiaba la desesperación en su voz, el carácter definitivo.

-Te prometo que nunca le haré daño a Bryn,- dijo. -No voy a decirle lo
que realmente siento. Voy a estar con ella cuando me necesite, y
cuando quiera, voy a dejarla ir.

Nos quedamos allí, mirandonos el uno al otro. No había nada más que
decir.
Ansel sonrió, todo vacío, y me entregó otra naranja. -Tu todavía
necesitas comer tu desayuno. Has asesinado a la primera naranja.

-Gracias.- Me las arreglé para empujar la palabra más allá del grosor
de mi garganta.

-¡Ahí estás!- La voz de Bryn me dio la vuelta. Ella estaba saltando por
el sendero, radiante. -Lo siento,me tomé una ducha extra larga. ¡Cielo
completamente natural! Los buscadores realmente deben encontrar
una manera de poner esas cosas. Voy a hablar con Tess al respecto.
Huele mi piel, huele a rosas y el tomillo!

Se volvió hacia ella y vi como sucedía. La máscara se iba,


transformando mi hermano irrumpido en el Ansel que siempre
habíamos conocido.

No podía estar allí, no en ese momento. Yo no quiero que mi cara


pudiera rebelarle nada a Bryn. Haciendo una excusa de tener que
cumplir con Anika, corrí lejos de ellos, tratando de distraerme por
engullir mi naranja. Pero yo sólo había logrado al otro lado del jardín,
cuando me encontré con otro recordatorio de todo en lo que se había
convertido mi vida sin resolver.

Connor descansaba en un banco de piedra junto al camino. Su camisa


estaba desabrochada. Su pecho, tallado en músculo duro, estaba
surcado por cicatrices. Cicatrices que reconocí.

Pensé en dar la vuelta pero me di cuenta que tenía que aclarar las
cosas o al menos mi conciencia con él.

-Entonces, ¿cuántos Guardianes crees que has matado?

-He estado tratando de recordar-, respondió sin abrir los ojos. -Pero
todos ellos han tenido la amabilidad de dejarme recuerdos, como se
puede ver.

Él pasó la mano a través de la carne cicatrizada.


Me acurruqué en el banco junto a él, dejando que la luz del sol
calentara mi cuello y hombros. Mi pulso se había partido al galope,
pero me obligué a seguir a través de lo que yo quería decir.

-Sobre lo que viste esta mañana…-El suave calor que había sentido
se hizo un calor punzante cuando la sangre se precipitó en mi cuello y
las mejillas.

-Hey, no hay juicio- dijo Connor. Él cruzó los brazos detrás de la


cabeza, inclinando su rostro para que pudiera mirarme. -Aunque si
perdemos al Vástago porque no puedes mantener tus pantalones
puestos, habrá mucho que pagar. Literalmente.

Cuando Gruñí, él se echó a reír.

-Yo nunca te pregunte por tu encuentro lleno de vapor, mejillas dulces-


, dijo. -Tú eres el que lo mencionó.

Envolví mis brazos alrededor de mis espinillas, descansando mi


barbilla en mis rodillas.

-Sólo quería que lo entendieras.

Se sentó, una esquina de su boca se arrugo.

-¿Entender qué, exactamente?

-Eso Shay, Ren y yo estamos en una situación complicada.

-Complicada, ¿eh?- Su sonrisa se ensanchó. -Pensé que todo estaba


bastante claro. Dos chicos se te calientan. Vas a tener que elegir uno.

-Eso no es todo...

Connor me interrumpió con un gesto de su mano. -Claro, siempre hay


los pequeños detalles, pero se reduce a lo básico. Uno de ustedes,
dos de ellos. El amor es una perra.

-Bonito- Yo deseaba poder llamarlo un mentiroso, pero su reducción


de la historia de mi vida era un poco demasiado lógica.
"Mira, cariño, no puedo lanzar las piedras. Sólo Callin como yo lo veo.
-Se echó el pelo castaño de su rostro. Todavía estaba húmedo por la
ducha.

Ya había empezado a broncearse después de unos días bajo el sol del


Mediterráneo. El bronce de su piel hizo que los blancos tejidos
cicatrizados parecieran saltar de su pecho.

-¿Quieres decir que todas sus líneas impresionantes de recogida se


acaba de hablar?- Sonreí. -¿Quién habría adivinado?

Me lanzó una mirada de reojo, pero no respondió.

-¿Sabes lo que pienso?

Una de sus cejas se levantó.

Me incliné hacia él. -Creo que todo lo que la charla fuera de color de la
suya es sólo una manera de distraer la atención del hecho de que sólo
hay una persona en quien te interesas-

¿De verdad crees que soy una mujer un poco chico? -Connor sonrió,
pero sus ojos eran duros.

Sostuve su mirada. -Creo que estás enamorado de Adne.

Él fue el primero en apartar la mirada, mirando a una fuente de


burbujas cerca.

-Cometí un error con Adne- dijo en voz baja, encerrándose en sus


propios pensamientos. -Hace aproximadamente un año."

-¿Un error?- Fruncí el ceño. -Oh. . . quieres decir que te acostaste con
ella.

Su risa sonó fría. -No.

-¿No te has acostado con ella?- Yo no podía entender la inclinación


burlona de su sonrisa.

-Definitivamente no- dijo. -Y creo que ese fue el error.


-Me he perdido.

Él sacó las piernas por el lado del banco, apoyando los brazos sobre
los muslos. -Adne era sólo una niña cuando la conocí. Yo tenía
dieciséis años. Cocky como el infierno.

-Sí, te has transformado totalmente desde entonces.

Él sonrió, pero no a mí. -Ella estaba teniendo un momento difícil.

-Ella me lo dijo- dije, recordando la descripción de Adne de cómo


Connor había sido el amigo que necesitaba después de que su madre
había muerto.

Connor me miraba, alarma creciente en sus ojos. -¿Qué te dijo?

Fruncí el ceño cuando vi el color de sus mejillas. -Sólo que bromeaba


con ella después de que perdió a su madre.

-Oh. . . derecho. -Connor volvió a su pose informal.

-Pero más vale que estés a punto de decirme lo que pensabas que de
ella- dije.

Él negó con la cabeza, pero habló en voz baja. -Tiene dieciséis años.

-Yo sé eso.

Él me miró. -El año pasado tenía quince años. . . y yo tenía veinte


años. Siempre nos reunimos alrededor del solsticio de invierno. Ethan,
Kyle, Stuart, y yo, se coló por el puesto avanzado de Denver. Adne
tuvo un descanso de sus clases.

Asentí con la cabeza. Hasta el momento nada de esto parecía


extraordinario.

-Después de la celebración de la gran fiesta, mucha bebida y el baile


dirigía a mi habitación para dormir. Adne preguntó si podía pasar el
rato conmigo por un rato.
Mi pulso se aceleró. Pude ver a dónde iba, y yo estaba nerviosa para
ambos.

Connor se frotó la parte posterior de su cuello. -Ella no estaba


exactamente hablando en mente. Y ella hizo un muy fuerte caso para
lo que ella tenía en mente.

-¿Trató de que los pesquen?

No fue difícil ver a Adne ir después de lo que ella quería.

-Sí. Más o menos.

-¿Y usted dijo que no?- Eso fue la parte que estaba teniendo
dificultades para creer.

-Ella tenía quince años-, dijo.

-Supongo-. Quince era joven, pero Adne era un alma vieja. No pensé
exactamente que Connor habría estado tomando ventaja. Tampoco
podía ver a Adne siendo disuadidos fácilmente cuando decidió que
quería algo.

-Y la hija de Monroe.

-Oh.- Eso tenía sentido.

-Cuando traté de explicarle por qué pensé que 'nosotros' sería una
mala idea, ella no lo tomó bien.

-Me puedo imaginar.- En realidad estaba imaginando objetos


voladores, cristales rotos, y posiblemente a Connor con un ojo negro. -
Así que era esto antes o después de la apuesta con Silas?

Respiró rápida. -Ella te ha hablado de la apuesta.

-Ella dijo que no pasó nada.

-La apuesta fue el primero, pero sólo por un par de horas- dijo. -Lo que
salió de ella fue que Adne y yo no podíamos bailar alrededor del otra
más. El momento en que me besó, no pude. . .
-No se podía pretender que no estabas enamorado de ella.

Me lanzo una mirada hostil.

-Es bastante obvio- le dije.

-No podía fingir- dijo. -Pero pensé que lo mejor era seguir fingiendo
con ella.

-Creo que te equivocas.- Mi propia mente había vagado de nuevo a la


confesión de Ren. Si hubiera sabido lo que realmente había sentido
por mí, ¿serían nuestras vidas diferentes? Pensamientos de Shay me
persiguieron después de esa pregunta. ¿Acaso quiero que el pasado
sea diferente? No me podía imaginar la ausencia de Shay. Me dolía el
corazón ante tal idea de no haber caído en el amor con él.

-Tal vez.- Connor se puso de pie y se estiró. -Ciertamente, no ha


seguido el mismo camino que yo esperaba.

-¿Qué esperabas?- Le pregunté. -¿Quieres ver a Adne con otra


persona?

La repentina punzada de su mirada me dijo que era la última cosa que


quería.

Me mantuve firme. -Entonces será mejor que hagas algo al respecto.

-Te voy a ofrecer un trato.- Él sonrió lentamente. -Voy a arreglar mi


asunto con Adne en el momento de recoger su hijo.

-Eso no es justo.-Me puse en pie, igualando su mirada firme.

-Todo vale en el amor y la guerra- Connor contestó, volviendo a


caminar por el sendero. Supongo que eso significaba que nuestra
conversación había terminado.

-¿Y qué?- Llamé después de él. -¿No estás haciendo nada?-

-Estoy siguiendo su ejemplo, alfa.- Se dio la vuelta, caminando hacia


atrás y sonriéndome.
-¿Qué significa eso?- Tenía las manos en mis caderas.

-Quiere decir que voy a ganar esta guerra.- Saludó. –El romance
tendrá que esperar.

Me quedé detrás de él, frustrada por la conversación. Pero al menos


tenía un poco más de visión de la historia de Connor y Adne.

-¡Calla!- Me volví para ver a Bryn saludándome con Ansel asomando


en sus tacones, su cesta de naranjas lleno hasta el borde. Mason
estaba con ellos.

-¿Qué pasa?, le pregunté cuando llegué hasta ellos.

-Tenemos que bajar a la empalizada- dijo ella.

-¿La empalizada?- Le pregunté. -¿Por qué?

Mason me miró y suspiró. -Logan quiere una reunión.

ONCE

LOS CUARTOS DE LOGAN se parecían mucho más a una celda real


que la habitación que Ansel tenía. Tomé más de un poco de placer en
esa observación, aunque todavía me ericé cuando entramos en el
pequeño espacio. Todos nosotros habíamos estado tranquilos en el
pie de los Jardines de la empalizada. Estas habitaciones, utilizado
para los presos, se encuentra en la planta baja de la Academia,
apartado de los tramos más animados de la institución de los
buscadores. Mientras Mason me había asegurado que Anika estaría
presente, esta reunión no me cayó bien a mí. Era demasiado familiar.
Logan tenía algo que decirle a su manada. Habíamos sido
convocados, como si todavía fuera nuestro maestro. Por la forma
rígida en que Mason se movió por los pasillos, me di cuenta de que no
estaba contento con este desarrollo tampoco. Yo no podía culparlo.

Lo que me había sorprendido un poco fue que Ansel había insistido en


venir con nosotros.

-Para el apoyo moral- había dicho, con una mirada a Mason, cuando le
pregunté por qué. Si había alguien que tendría más razones para odiar
Logan o a cualquiera de los Guardianes que Mason, era mi hermano.

Shay nos estaba esperando fuera de la puerta. Cuando los cuatro


entramos, Logan parecía demasiado cómodo cuando él descansaba
en un gemelo colchón que contó con una sola almohada y una manta
de lana sin teñir, apoyándose en un codo mientras se fuma un
cigarrillo de clavo.

Ren, Sabine, y Nev ya estaban en la habitación. Anika y Ethan


estaban justo detrás de los tres lobos, Ethan estaba mirando a Logan
sospechosamente mientras la expresión de Anika era más curiosa.

-Maravilloso." Logan nos sonrió, tocando cenizas en un vaso vacío en


el suelo.

-Muérdeme- gruñí. Logan podría esperar lo de siempre, pero yo no se


lo permitiría. Él no era nuestro maestro por más tiempo y yo iba a
asegurarme de que él lo supiera.

Bryn respiró rápido, pero Mason sonrió. Los ojos de Logan se abrieron
momentáneamente, pero luego se recompuso su rostro en una
máscara plácida.

-Calla, no espero tu afecto, pero sin duda todavía puedes ser


civilizada.

-Eres un prisionero-, le dije. -La civilidad esta fuera de la mesa. ¿Para


qué es este encuentro?

Se aclaró la garganta. -Por dos razones. Y gracias por venir.


-El derecho de la cala-, dijo Ren. -La caída de la demostración, Logan.
Sólo tienes que hablar.

-¿No es todo el mundo un genio.- Logan apagó el cigarrillo y suspiró. -


Mi último.

-Bueno- dijo Mason.

Logan lo miró a él y mi corazón dio un vuelco.

-No lo mires a él.- Nev cruzó la habitación, protegiendo a Mason de la


vista de Logan. –Nunca lo mires otra vez o voy a sacarte los ojos.

-Estoy bien- susurró Mason, pero se había puesto pálido. Ansel metió
las manos en los bolsillos, mirando al suelo.

Por primera vez, la voz de Logan perdió su claro tono imperioso.

-Bueno, eso nos lleva a la primera cosa.... quiero ofrecer una disculpa.

Nadie habló, pero todo el mundo se quedó mirando al Keeper.

Fue Shay quien finalmente rompió el silencio.

-¿Una disculpa?

-A pesar de mi encarcelamiento, he llegado a respetar la fuerza, la


lealtad, y sobre todo la capacidad de recuperación de sus bonos de
carga. Traté de tomar ventaja de su lealtad a los Guardianes, y lo
siento, deje que mi herencia se me subiera a la cabeza.

-¿Subir a la cabeza?- Nev gruñó, el aire a su alrededor remolinos,


creciendo caliente. -¿Crees que eso es todo lo que se necesita para
compensar lo que ibas a hacer?

Di un paso hacia él. Por mucho que odiábamos a Logan, atacándole


cuando era prisionero de los buscadores no era una opción.

-Por supuesto que no-, añadió Logan. Lancé una mirada suplicante a
Anika, que se movió entre el arquero y Nev.
-Por favor, mantengan la calma.- Apoyó la mano en la empuñadura de
la espada en su cintura.

-No tienes ni idea. . . –Nev la fulminó con la mirada.

-Déjalo.- Mason agarró el hombro de Nev, atrayéndolo hacia atrás. -No


vale la pena.

-¿Y qué hay de mí?- Me volví sorprendida. Ansel caminaba hacia


Logan lentamente, con las manos aún ocultas en los bolsillos. -¿Me
dan una disculpa?

Logan inclinó la cabeza, frunciendo el ceño. -Supongo. . . .

-¿Supones?- Ansel se echó a reír. Un sonido horrible. -Mataste a mi


madre. Es lo mismo que me has matado porque me dejaste con vida.

-Te ves muy bien para mí- dijo Logan. -Y en cuanto a su madre, que
no era mi…

Sus palabras se convirtieron en un grito cuando Ansel se le abalanzó,


tirando tijeras de podar del bolsillo y balanceando su brazo hacia abajo
con toda la fuerza que pudo reunir. Ansel era rápido, pero los reflejos
de Anika eran aún más rápidos. Ella se lanzó hacia delante,
envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Ansel. Perdiendo el
equilibrio, el golpe de Ansel dejó un largo corte a lo largo del hombro
de Logan. Desenfrenado, le habría atravesado la garganta.

-¡Ethan!- Anika sacudió a Ansel de vuelta y lo empujó a los brazos de


Ethan. -Sácalo de aquí. Encuentra a Tess. Nos ocuparemos de esto
más tarde.

Ethan tiró de Ansel por la puerta. Sabine ni siquiera se molestó en


hacer una excusa. Ella se limitó a seguir a Ethan sin decir nada más.

Empecé a ir tras ellos, pero Bryn cogí mi brazo. "Yo te ayudaré.


¡Tienes que ser aquí para saber que está pasando! No estoy segura
de qué, pero Logan tiene un problema más grande en su mente. Me
quedaré con Ansel.
Una parte de mí quería discutir. Ansel era un cable de alta tensión,
peligroso e impredecible. Quería hablar con él. Pero también sabía
que Tess y Bryn fueron probablemente las mejores para calmar a mi
hermano. Todavía me había visto como parte de la razón por la que ya
no era un Guardián.

-Yo también me voy- dijo Mason, tomando la mano de Bryn. -


Simplemente no puedo estar aquí.

-¿Quieres que vaya?- Preguntó Nev.

Mason negó con la cabeza. -Voy a estar bien. Rellena aquí más
adelante.

-¿Alguien me va a ayudar?- La mano de Logan se presionó contra su


hombro. -¡Estoy sangrando!

-Se ve bien en ti- dijo Ren.

-Estoy seguro de que Ethan te enviará un Elixir-, dijo Anika con calma.
-Usted no va a sangrar tanto.

Los ojos de Logan se hincharon.

-¿Qué más tienes que decirnos, Logan?- Le pregunté. -Debido a que


una disculpa es casi una pérdida de tiempo. Sus palabras no tienen
mucho crédito con nosotros.

-Está bien.- Logan se enderezó tanto como pudo todavía sosteniendo


su hombro lesionado. -Quiero ayudarlos.

-¿Ayudarnos cómo?- Preguntó Shay.

-Estoy más interesado en la razón por la que la forma- dijo Ren.

Logan sonrió, recuperando algo de su confianza. -Como he dicho


antes, he llegado a respetar sus habilidades, y he aprendido bastante
acerca de Los buscadores.

-¿Y tú?- Anika cruzó los brazos sobre su pecho.


-Sólo por accidente-, dijo Logan. -Todo el edificio ha sido un hervidero
de noticias de su última misión.

Él miró a Shay, sus ojos vagando hasta la espada sujeta por la


espalda de Shay. -Felicitaciones.

Shay se movió en sus pies, con respecto a Logan con cautela.

Este giro de los acontecimientos me ha obligado a considerar mi


propia posición- continuó Logan. -Soy un hombre de apuestas, y yo
apostaría a que su lado va a ganar esta guerra.

Aunque yo no quería, me quedé sin aliento. Eso fue lo último que me


esperaba de Logan.

-Usted apenas es un hombre- Nev escupió, no afectado por la


gravedad de la declaración de Logan. -Eres un niño mimado y
arrogante que ahora tiene miedo. Eso es todo.

-Eso es cierto-, dijo Logan. -Bueno, la parte de tener miedo. Voy a


pasar por alto el resto de lo que dijo. . . por el amor de la civilidad.

-¿Tienes miedo?-, Le pregunté, no del todo capaz de mantener la


sonrisa de mi cara. Un Guardián tener miedo de Guardianes. Eso
podría haber sido la mejor cosa que jamás había oído.

-Por supuesto que sí.- Logan me miró a los ojos y supe que no estaba
mintiendo. -La escritura está en la pared. Probablemente desde el
momento en que decidiste no sacrificar a Shay en Samhain. Tiene una
de las espadas. Estará pronto ejerciendo la Cruz Elemental.

-Y los Guardianes habrán más-, dijo Anika.

Logan se encogió de hombros. -Las probabilidades parecen estar


amontonándose a su favor.

-Usted no parece demasiado molesto por su muerte inminente.- La


risa de Ren estaba fría.
-Eso es porque estoy esperando a alterar mi propio destino- dijo
Logan.

-¿Y cómo lo harías?- Preguntó Shay. -Su legado no está trabajando


para usted.

-En realidad. . . -Logan sonrió lentamente. -Creo que lo hará.

Anika estaba de pie directamente sobre Logan, mirándolo fijamente. -


¿Qué estás ofreciendo?

-En la batalla final cuando te enfrentes a Bosque-, dijo Logan. -Tiene


que estar en la ubicación actual del Rift. ¿Correcto?

Anika asintió.

-Yo sé donde está.

-Simplemente te podemos obligar a decirnos eso-, dijo Anika.

-Pero usted sabe que no es suficiente.- Logan estaba sonriendo ahora.


-¿Y tú?

Anika no respondió, pero sus ojos se estrecharon.

-La ubicación que probablemente podrías averiguar por ti mismo.


Incluso si se tomó más tiempo de lo que quisiera-, continuó Logan. -Es
a Rowan Estate, después de todo.

-Sospechamos que podría ser- dijo Anika, pero los Guardianes


intercambiaban miradas perplejas.

-¿Cuál es el Rift?"-Preguntó Ren.

-La puerta de enlace mediante el cual el Heraldo y sus secuaces


entraron en este mundo-, respondió Anika. -Fue inaugurado a finales
del siglo XV, pero la bestia lo movió a su gusto, así que nos quedamos
nunca cierto en su ubicación actual podría ser.

-Y la puerta de entrada tiene que estar cerrado-, dijo Shay lentamente.


-Así es como se gana la guerra.
Anika le sonrió tristemente. -Eso es parte de lo que ganamos.

-Es también cómo obtiene sus padres de vuelta-, añadió Logan.

-¿Qué?- Shay se giró, mirándolo fijamente.

El Rift sólo puede permanecer abierta por medio de un sacrificio ritual-,


dijo Logan. -Ese sacrificio, por el momento, son tus padres.

La mandíbula de Shay se apretó. -Dijiste que mis padres estaban


vivos.

-Lo están- Logan miró a Anika. -¿No crees que pudieras darme
algunos cigarrillos más?

-Eso depende de qué más tienes que decir-, dijo Anika. Ella puso una
mano en el hombro de Shay, tirando de él hacia atrás de Logan. -
¿Cómo estás tan seguro de que Tristán y Sarah Doran están vivos si
se sacrificaron para abrir el Rift?

-Bosque Mar es muy creativo a la hora de atormentar-, dijo Logan.


Shay hizo una mueca y yo quería ir con él, pero ahora no era ni el
lugar ni el momento.

-Estamos conscientes de eso-, dijo Anika.

Logan hizo una pausa, levantando la mano para revisar su herida. La


herida ya no sangraba. Con cautela se recostó contra la almohada.

-Quería que Tristán sufriera por su traición, por lo que inventó un


castigo que obligaría a Tristán a sufrir perpetuamente mientras ve lo
que lo había arriesgado todo para solo para que fuera destruido.

-¿Te refieres a su hijo?- Anika se apartó de la cama a pasearse por la


habitación.

Shay frunció el ceño. -¿Cómo podía ver nada de lo que me estaba


pasando?

Mi mente estaba corriendo como la temperatura de mi sangre se


hundió.
-Shay. . . yo creo que…

Logan me cortó.

-¿Dónde está el único lugar que has visto a tus padres?

-¿Los has visto?- Shay me miró. -No lo sé. . . mis sueños. Mis
memorias…

-Piensa más detenidamente- Logan estaba al borde de la risa.

-Alto- Salté hacia adelante, aterrizando en la cama y en cuclillas


delante de Logan con mi puño cerrado hacia arriba. -No te atrevas a
jugar con él.

-¡Calla!- Anika venía hacia mí cuando Shay la detuvo con una mirada
penetrante. Poco a poco se volvió para mirar a Logan.

-El retrato-, dijo. Movió los ojos de Logan a mí. -El retrato en la
biblioteca.

Asentí con la cabeza, me deslice fuera de la cama para estar cerca de


él. No me atreví a tocarlo. El momento estaba vivo con la emoción
cruda que no podía correr el riesgo de provocar.

-¿Significa eso. . .?-Susurró Shay. -Ellos están vivos, pero. . . ¿son


esas. . . cosas?

-¿Qué cosas?-, Preguntó Logan.

-Se refiere a los Caídos-, dijo Anika. -¿Tiene razón? ¿De ellos han
caído Tristán y Sarah?

-No,- dijo Logan. -Ellos no están caídos. Los caídos son carroños,
poco más que cadáveres animados. Bosque quiso que Tristán y Sarah
sintiesen. Están recluidos en la estasis, encarcelados en ese cuadro.

-¿Cómo es de diferente de las otras pinturas?- Preguntó Shay.

-Los caídos son presos que utilizamos para alimentar a los fantasmas-
Logan respondió, encogiéndose cuando Ren gruñó. -Las pinturas son
un espacio liminal-un holding un tipo de celdas. Bosque disfruta
observando lo que él llama su "arte de la guerra." Él puede ver a
través de la pared dimensional para ver a los espectros alimentarse.
Los presos permanecerán allí hasta que no tengan nada que ofrecer a
los fantasmas. Luego se descartan.

-¿Pero mis padres no se los han dado a los fantasmas?- Preguntó


Shay. -¿Estás seguro?

-Lo has visto con tus propios ojos, Shay-, dijo Logan. -Cuando miraste
a su retrato, ¿cómo aparecen ellos?

-Tristes- Shay murmuró.

-Pero ilesos-, dijo Logan. Shay asintió.

-Al cerrar el Rift, liberarán a Tristán y a Sarah- dijo Logan. -Ellos han
envejecido, al igual que cualquier ser humano haría. Pero van a ser de
otro modo a medida que los conozcas.

-Nunca los conocí-, dijo Shay.

-Yo lo hice- dijo Anika en silencio. -Muchos de nosotros lo hicimos.


Contamos con tus padres como amigos.

Shay miró, sorprendido. Ella no cumplió con su mirada, perdida en sus


propios pensamientos. -Nosotros les fallamos. Deberíamos haberte
mantenido a salvo, mantenido escondido, pero no pudimos.

La sala quedó en silencio hasta que Logan se aclaró la garganta.

-Confío en que la información es digno de algo.

-Tal vez- dijo Anika.

-Voy a hacer lo que pueda para demostrar mi valor- dijo Logan. -Yo
puedo ayudarles a ganar.

Anika asintió, pero ella estaba mirando a una mujer que había
aparecido en la puerta.
-Ethan dijo que necesitabas un sanador.- La mujer miró a su
alrededor, con los ojos en busca de su paciente.

-Nada serio-, dijo Anika. -El prisionero tiene un corte que necesita
tender. Desinfección, pero no creo que los puntos serán necesarios.

El sanador asintió y se fue a la cama.

-Tendremos más que discutir- le dijo Anika a Logan.

-Por supuesto.- Hizo una mueca cuando el sanador peló la camisa de


vuelta. -Si usted no me va a comprar cigarrillos, ¿podría tener algo
para el dolor?

Anika sonrió. -Creo que se puede soportar.

DOCE
-¿Podemos confiar en él?- Vi a Adne moviendo los relucientes hilos en
espiral fuera de sus Skeans mientras ella tejía la puerta que nos
llevaría al lugar de descanso de Eydis en Tulúm. La escritura está en
la pared, Logan había dicho. ¿Era cierto? Teniamos una espada;
estábamos a punto de dar el primer paso en obtener la segunda.

Nev se encogió de hombros. -Por mucho que no me gusta decirlo, sí.


Logan se apuñalaría a sí mismo en la parte posterior si pensaba que
iba a darle algo que él quería.

-No importa.- Mason nos había unido en Haldis táctico pero no parecía
poder estrechar su humor sombrío. -Nada de eso importa.

-¿Podrías dejarlo?- Nev enseñó los dientes contra él. -Está bien estar
enojado. Tienes derecho a estar enojado…

Mason miró hacia otro lado. -Si él puede ayudarnos a ganar, eso es lo
que importa.

-Mira.- Las características de Nev se suavizaron. Apoyó su frente


contra la de Mason. -Vamos a ganar, entonces lo mataremos. ¿Vale?

Mason intentó dar marcha atrás, pero Nev agarró sus hombros. Él se
echó a reír. -Está bien, vale.

Consideré a Nev pensativo. -¿Por qué no?

-¿Qué?- Se preguntó, envolvió a Mason en sus brazon.

-Matar a Logan- le dije. -Cuando él vino a través del portal con


nosotros. Te quedaste humano. Lo estabas estrangulando. ¿Por qué
no cambiaste y rasgaste su garganta?

Era una idea-y atractivo que yo estaba seguro habían cruzado la


mente de Nev más de una vez.

Me ofreció una leve sonrisa. -Yo quería que él supiera que fui yo quien
lo mató. Los Guardianes nunca han sido buenos en saber quiénes
somos cuando somos lobos.
Asentí con la cabeza. -Lo suficientemente justo.

-Ya es hora.- Anika señaló el portal ahora abierto. Todo lo que podía
ver a través de la puerta reluciente eran tonos joya. Azul zafiro. Verde
esmeralda.

Colores tan vívidos, que eran tanto de fascinación y ominosa.

Shay cayó en el paso a mi lado. -Dime otra vez por qué está aquí.

Yo no necesitaba preguntar a quién se refería Shay por "él".

-¿Sabes por qué. La manada lo necesita. Y los buscadores confían en


el.

Ren ya se estaba moviendo a través del portal, en forma de lobo,


trotando junto a Sabine y Ethan.

-Bien- dijo Shay. Yo estaba un poco sorprendida cuando él también


cambió, saltando pasando junto a Adne y en los tonos gema-como de
la puerta.

Mason se echó a reír. -Él es un lobo, está bien.

-Y él no quiere olvidar a Ren- Nev término. Sonriendo el uno al otro,


ambos se cambiaron y se lanzaron a trabes del portal después de
Shay.

Oí a Connor riendo detrás de mí.

-Su desastre-, dijo cuando lo miré.

-No olvides que yo sé acerca de sus problemas de limpieza también,


Searcher.- Mis colmillos brillaron en él antes de cambiar. Eso borró la
sonrisa de su cara. Y solté un ladrido de satisfacción antes de
perseguir a los demás.

Los colores eran tan brillantes que me tomó un minuto darme cuenta
de que había llegado a nuestro destino. El ambiente a mi alrededor
estaba lleno, demasiado lleno. Hojas gruesas, nos rodeaban, las redes
de jade de la cubierta forestal sólo ocasionalmente atravesados por
lanzas de luz solar. Fue la mezcla de olores que me dio un sentido de
lugar. . . y cambiar. Mientras que el aire de Cinque Terre susurró de
sal marina y limones, que era fresco y seco. Este aire era pesado,
raindrenched.

Se vierte en mis pulmones casi como agua. Cogí el aroma de la sal del
océano y sabía que estaba cerca. Pero incluso el olor del mar había
cambiado, adquirido un rico aroma oscuro, de algas y salmuera que
invocó la inmensidad de las olas y costas interminables.

-¿Todos se representaron?- Silas enderezó su chaleco y sacó su


pluma omnipresente y el bloc de notas.

“Realmente me gustaría que no viniera con nosotros”. La voz de


Mason sonó en mi cabeza.

“Usted no recibirá ningún argumento aquí”, Shay contestó, moviendo


la cola.

-Oh, espera, olvidé mi protector solar-, dijo Connor. -Silas, sea tan
amable de correr de nuevo a la Academia para conseguir algunos.
Esperaremos. ¿Verdad, chicos?

-Cállate-, dijo Silas, pero él le palmeó el chaleco y yo sabía que estaba


doble control para asegurarse de que había llevado a su protector
solar.

-Vamos.- Ethan hizo un gesto para que lo sigieramos hacia abajo en


una pista de juego que apenas podía distinguir en el denso follaje. -
Van a estar esperando por nosotros.

Caminamos un cuarto de milla. Con cada paso un estruendo se hizo


más fuerte. Ethan se volvió una esquina aguda en el camino; cuando
llegué al mismo lugar me detuve en seco.

Era como si alguien hubiera dibujado de repente las cortinas en una


habitación oscura. El ciego sol se apoderó de nosotros cuando la selva
cayó, revelando millas y kilómetros de playa de arena tan blanca que
parecía nieve. El trueno de oleaje agitaba mi sangre, su sonido tanto
una invitación y una advertencia. Yo no quería admitirlo, pero el
océano era inquietante. Los lobos no pertenecían en el agua. Aún así,
el misterio y la belleza de interminables oleadas tiraron de algo dentro
de mí. Tal vez su misma extrañeza que dio una apelación inexplicable.

-¿Sabes nadar, Calla?- Connor me dio un codazo. Yo había estado


mirando el océano, me había quedado atrás. Los otros se dirigían
hacia una casa destartalada que parecía que estuviera a punto de
caer desde la línea de los bosques a la playa en un montón de
tablones de madera y tejas. A lo largo del muelle se extendía desde la
cubierta de la casa en el océano, donde tres barcos se balanceaban
arriba y abajo, amarrados a la estructura desvencijada. Pude distinguir
la forma de un hombre en uno de los barcos. No miró hacia nosotros,
demasiado ocupados con sus propias tareas a tener en cuenta nuestra
llegada.

Una mujer con el pelo largo y oscuro se puso de pie en la cubierta,


saludándonos a nosotros. Cuando Ethan llegó a ella, él la envolvió en
un abrazo feroz. Ella le sonrió pero rápidamente volvió los ojos hacia
los lobos. Shay se detuvo frente a ella, volviendo a su forma humana.

-Es bueno verte de nuevo, Vástago.- Ella sonrió, y me di cuenta que


había sido uno de los guías que habían estado reuniéndose con Shay
y Anika sin el resto de nosotros. Sus ojos se movieron a la espada en
su espalda. -Y muy bueno ver eso.

-Bienvenido, lobos- dijo ella, mirando hacia a mí y a mis compañeros


de manada. -Yo soy el Guía Eydis, Inez. Por favor, díganme que no
muerden.

Ren cambió de formas. -Puesto que usted lo pidió tan bien, vamos a
hacer una excepción.

El resto de la manada siguió el ejemplo de Ren. Me entraron ganas de


reír mientras veía a mis amigos intentando parecer agradables en vez
de amenazadores como introdujimos nosotros mismos.
-Los Guardianes tienen sentido del humor. ¿Quién lo podría haber
adivinado? -Ella se echó a reír, un sonido genuino, profundo que me
hizo sonreír.

-Están llenos de sorpresas- dijo Ethan, pero se puso rojo en los oídos
cuando Sabine arqueó una ceja.

-En efecto.- Inez lanzó a Sabine una mirada sorprendida. -Entra. Le


hemos preparado algo de comida. Vamos a repasar los parámetros de
la misión, mientras que comen.

-Me encanta Eydis-, dijo Connor, lanzando su brazo alrededor de la


mujer. -Inez nunca me decepciona.

-Hacemos la mayor parte de lo que tenemos.- Ella le sonrió y miró


inquisitivamente a Silas. -Anika me informó que vendrías. Es raro tener
un escriba entre nosotros.

-Yo sólo hago lo que la historia requiere-, dijo Silas.

Connor empujó a Silas hacia la puerta de la casa. -Por favor, llega a la


mesa para que pueda comer en lugar de hablar.

Al igual que el puesto de avanzada Haldis en Denver, este escondite


fue construido para la función, aunque esa función me tomó por
sorpresa.

-¿Esto es una tienda de buceo?- Shay dio una vuelta para mirar a las
máscaras, aletas, y los tanques que se alineaban en las paredes.

-No recibimos un montón de negocios, pero es una buena cobertura.-


Un hombre joven con el pelo negro rizado y ojos chispeantes
respondió. -¡Mira esa espada! Tú debes ser él.

-Nada consigue más allá de usted, ¿verdad, Miguel?- Connor, riendo,


abrazó la nueva llegada. -Me alegro de verte, amigo.

-Y tu, amigo,- Miguel contestó antes de saludar a Ethan. -¿Cómo estas


gruñón?
-He estado peor.- Ethan sonrió.

-¿Podemos cortar la reunión de la clase corta?- Las manos de Adne


estaban en sus caderas. -Me muero de hambre y el tiempo corre.

-¿Reunión de la clase?-, Le pregunté.

Adne hizo un gesto a los tres hombres, que estaban acurrucados


juntos, susurrando y riendo. -Los tres amigos de allá se encontraban
en la misma clase de la Academia. Tenían bastante la reputación.

-¿tenían?- Connor miró. -¿Cuándo nuestra reputación se convirtió en


pasado?

Adne puso los ojos, pero Inez puso un brazo alrededor de los hombros
de la niña y la llevó a la habitación de al lado, que nos iluminan a
seguir.

Después de nuestras comidas italianas esperaba que todo el alimento


futuro fuera una decepción. No podía estar más equivocada. Una
fiesta de sopas, panuchos, y delicadamente sazonada, increíblemente
pescado fresco se extendió ante nosotros. Cada bocado era el cielo.
Quería atiborrarme a mí misma en la comida que se parecía a nada de
lo que había probado en mi vida, pero mi mente se fijo rápidamente en
la batalla por delante. Inez, sentada a la cabecera de la mesa, se
dirigió a nosotros, ya que comimos.

-Una vez que haya terminado, nos dirigiremos a cabo-, dijo. -Gabriel
está haciendo los preparativos ahora.

-¿Qué clase de resistencia estamos esperando?- Le pregunté. -¿Más


Guardianes?

-Hay Guardianes aquí-, dijo Miguel. -Yaguares.

-¿Yaguares?- Preguntó Nev. -¿Te refieres a las panteras?

Inez asintió. Ren y Nev intercambiaron una mirada.


-Yo tenía la esperanza de que fueran más osos-, dijo Nev. -Los gatos
son fáciles.

-¿Estamos luchando contra los gatos?- La cara de Mason aplastado


hacia arriba. -¡Qué asco!. Tienen un sabor terrible.

-¿Te comiste un gato?- Preguntó Shay. Mi estómago se retorció. No


podía imaginar algo más repugnante que la carne de un gato.

-No comía,-dijo Mason. –lo atacaba. . . y lo mataba.

Todos nos miramos fijamente.

-Hey- Él levantó las manos a la defensiva. -El me atacó. Gato loco.

-Si todo va bien, no se enfrentarán a las Sombras-, dijo Inez. -Nuestro


plan es evitarlas. Nunca es fácil luchar en la selva, y es donde las
sombras son más mortíferas.

-Las sombras favorecen a los árboles-, dijo Miguel. -Ellos caen desde
arriba.

-¿Cuántos?- Preguntó Ren.

-Al igual que los osos, que prefieren la soledad- respondió. -Pero aún
así, son mortales.

-Entonces, ¿qué hacemos?-, Le pregunté. -¿Igual que es Tordis?


Ustedes atraen a los gatitos de distancia, mientras que la cabeza se
mete en la cueva?

Miguel negó con la cabeza. -No es una cueva. ES cenote ONU.

-Oh, hombre.- Shay se estremeció. -¿En serio?

Miguel asintió.

-¿Qué es un si-nota-ay?- Mason perdió el balón con la palabra.

Shay estaba ligeramente verde. -Es el lugar donde los mayas


realizaban sacrificios a sus dioses sumideros profundos que corren por
millas debajo de la superficie. A veces se llevan a redes de cuevas
submarinas. Están por todos lados en esta región, ¿verdad?

-Si.-La cara de Miguel era sombría.

-El español les llama sagrados-, dijo Silas. -Wells de sacrificio.

-¿Wells de sacrificio?- Ensanchó los ojos de Sabine.

-Tiraron la gente,- dijo Shay.

-¿Y Eydis está dentro de uno de estos pozos de sacrificio?-, Le


pregunté.

-Sí-, dijo Silas.

-¿Eso significa que tenemos que bajar a un pozo?- Preguntó Sabine. -


Porque eso no suena como la diversión.

-Las sombras observan desde las ramas- dijo Miguel. -Nosotros no


tendríamos tiempo de rappel en la cueva antes de atacar.

-¿Qué pasa con esa cosita que Adne puede hacer?- Preguntó Mason.
-¿No puede abrir un portal hacia abajo dentro de la cueva? ¿Al igual
que en el Edén?

-Lo siento. No se puede hacer. -Adne negó con la cabeza. -No


tenemos ni idea de lo que hay ahí abajo. Nosotros estaríamos en
serios problemas si acabamos accidentalmente en la apertura de un
submarino portal. O en el lado equivocado de un precipicio. No
tenemos ninguna descripción para seguir adelante. En el Edén, tuve la
experiencia de Ansel trabajando para mí. Usé su historia para abrir la
puerta.

-Entonces ¿cuál es el plan?- Preguntó Shay.

-Gabriel encontró otra entrada,- dijo Ethan, aunque no se veía muy


feliz por eso.

La boca de Inez tenía un conjunto igualmente sombrío. -Él ha estado


explorando durante los últimos tres días. Es nuestra mejor opción.
-¿Otra entrada?- Preguntó Mason. -¿Pero no las vigilarán las
panteras?

-No-, respondió Miguel, encontrando la mirada pétrea de Ethan.

-¿No lo harán?- Shay frunció el ceño.

-No.- Connor puso los hombros hacia atrás. -Porque los gatos odian el
agua.

Mi piel se erizó ante las palabras de Connor. Los lobos no odiaban


exactamente el agua, pero no eran delfines tampoco.

Él me guiñó un ojo.

-Así es, cariño. Todos vamos a nadar largamente.

-¿Cuánto tiempo?-, Preguntó Shay.

-Vamos a entrar en la marea baja,- dijo Ethan. -Esperemos que no


necesitaremos el equipo de buceo por mucho tiempo, pero todos
estamos consiguiendo un curso intensivo en el mismo. Por si acaso.

-Impresionante.- Shay sonrió. El resto de los lobos lo fulminó con la


mirada. -¿Qué?- Miró alrededor de la manada, que nos da amplia, ojos
demasiado inocentes. -Me gusta probar cosas nuevas.

-El Elegido muestra una aptitud para la aventura y la asunción de


riesgos,- Silas murmuró mientras escribía. Él no había tocado nada en
el plato.

-¿No puedes quedarte aquí?- Connor le preguntó. -No se puede


escribir bajo el agua.

Silas se irguió. -Voy a cometer cada evento a la memoria y transferirla


al papel a nuestro regreso.

-Por supuesto que sí- dijo Connor, empujandose a sí mismo fuera de


la mesa. Miró a Inez. -No estamos nadando durante al menos una
hora, ¿no? Porque yo no quiero un calambre.
TRECE

GABRIEL, resultó, había sido el hombre que trabaja en el barco. El


barco, todos estábamos abordando ahora. Él sonrió, a pesar de tener
que convencer a seis lobos reacios a dejar la tierra seca. Con un lío de
pelo sol-rayado, Gabriel parecía más a un dios de surf que un
Buscador. Por la forma en que él la arrojó alrededor de engrana-
tanques, reguladores, chalecos de flotación, pesas de plomo,
máscaras, aletas, trajes de neopreno y linternas con una atención
eficiente, supuse que había asignado la tarea de instruirnos en los
caminos del agua también.

Como me apresuré hacia un asiento, el barco se tambaleó sobre una


ola y me pregunté si comer todas esas sopas no había sido tan buena
idea después de todo.

El motor fuera de borda gorgoteó a la vida y Miguel nos navegó lejos


de los muelles mientras Inez movió su despedida.
-Los Strikers Eydis, excepto Miguel, están manteniendo un ojo en la
parte superior cenote,- Gabriel gritó por encima del rugido del motor
fuera de borda. Él nos vio, su sonrisa cada vez mayor a medida que
nos dejábamos caer por el suelo del barco como pez fuera del agua,
luchando en nuestros trajes de neopreno.

-Pensé que no estábamos atacando a los Guardianes-, dijo Shay.

-Ningún ataque, sólo viendo en caso de que tengamos alguna


sorpresa- dijo Gabriel. Cogió un tanque. –Escuchen que sólo tenemos
una oportunidad aquí, así que presten atención.

Era difícil prestar atención cuando se sentía como el campeonato de


Ping-Pong se llevaba a cabo en el estómago, pero si me ahogaba no
mantendría ningún recurso tampoco, así que apreté los dientes e hice
mi mejor esfuerzo para enfocar. El traje de neopreno no facilitaba las
cosas, ya que se ajusta como una segunda piel firme, gruesa que yo
desesperadamente quería arrancar.

-Podemos hacer casi todo el camino hasta el cenote sin ser


sumergidos- dijo Gabriel. -Pero en los últimos diez metros son de un
túnel y tendrán que nadar en él.

-¿Vamos a entrar en un túnel bajo el agua?- Mason ya se veía verde,


y esta noticia le hizo embrague de su estómago.

Gabriel asintió. -Y el túnel se estrecha justo antes de poder acceder al


cenote. Al llegar a esa brecha, que tendrán que quitarse el chaleco y el
tanque y empujarlos a través.

Nev rió. -Tienes que estar bromeando.

La expresión de Gabriel no era una broma.

Mason se inclinó sobre la borda de la embarcación y vomitó.

-No se puede pasar a través de la abertura que llevaba su tanque-,


dijo Gabriel. -Pero sólo te llevará un minuto para empujar el tanque y
luego a sí mismo a través. No pienses demasiado.
-Estás asumiendo que sólo a nosotros estaremos allí-, le dije. -¿Qué
pasa si tenemos que abrirnos camino? ¿Alguien te dijo acerca de la
araña?

-No hay arañas allí, Preciosa,- dijo Gabriel. -Nadé por el túnel ya dos
veces, es un paso libre. Los Guardianes sólo están viendo la parte
superior.

Su sonrisa era cálida y reconfortante, pero me sentí incómoda.

-Escucha-, continuó. -Lo digo en serio acerca de no pensar demasiado


en esta inmersión. Debajo de la superficie, la mezcla de nitrógeno y
oxígeno en los tanques pueden jugar trucos sobre tu mente. En el
peor, alucinaciones, ataques de pánico, y si comienzas a enloquecer,
será difícil para apagarlo. ¿Comprendes?

Mason se limpió la boca y asintió.

-Además-, Adne agregó, -se trata de un viaje de ida. No usaran el


conseguir todos sus estados.

-Gracias por el voto de confianza.- Ren le dio una sonrisa cansada.

Ella le dio un puñetazo en el brazo. -No ese tipo de manera. Sólo


quiero decir una vez que Shay tenga a Eydis, voy a tejer una puerta y
volveré a Inez a tiempo para la cena.

-¿Los tacos de pescado?- el rostro de Connor se ilumino.

Gabriel se encogió de hombros. –Probablemente.

El viaje a lo largo de la costa llevó una hora, durante la cual


bordeamos una costa de piedra caliza oscura y desagradable. La
selva se cernía sobre el agua, sus viñas apareciendo a retorcerse
justo por encima de las olas. Por el momento Miguel bajó el ancla,
todo el mundo, pero los buscadores y Shay habían estado enfermos
por lo menos una vez. Al parecer, los lobos no pueden encontrar sus
piernas de mar.
Me lavé la boca con agua salada cuando Gabriel dio las últimas
instrucciones sobre los procedimientos de seguridad de buceo. -
Recuerda, si te metes en problemas, la persona con un tanque de
funcionamiento está a cargo. Así es como compinche obras de
respiración. ¿Lo tienes?

Todos le dimos un pulgar hacia arriba.

Gabriel señaló a la maraña de hojas de jade y ramas gruesas. -Ahí es


donde nos dirigimos.

Me asomé a la orilla y sólo podía distinguir una franja de oscuridad


cortando a través de la verde reluciente.

-Voy a esperar aquí durante una hora,- Miguel dijo mientras se


acomodaba en uno de los asientos. -En caso de que alguno de los
lobos no puedan manejar la inmersión. Ninguno de ustedes parece
tener piernas de mar.

Mason le lanzó una sonrisa desagradable, tomo una respiración


profunda antes de que él y Nev se pusieran sus máscaras y aletas,
puesto sus reguladores en sus bocas, y se lanzaron al agua.

-¿Estás bien?- Shay sostuvo mi tanque mientras deslicé mis brazos en


mi chaleco de flotabilidad y me aseguraba los cinturones de seguridad.

Asentí con la cabeza. La bilis chapoteando en el estómago de nuevo.


Yo no creo que hablar sería de ayuda.

-Lo harás bien,- Ren añadió, entregándome una máscara.

-Tengo esto- dijo Shay. -Consiga su propio equipo encendido.

-Puedo ayudarla a ella también,- Ren gruñó. –Retrocede.

-No empiecen- dije, tragando saliva. -Y yo no necesito ayuda de


cualquiera de ustedes. Acabo de obtener en el agua.

Los dos estaban todavía mirando el uno al otro, así que les pinche
lejos con mis codos, mis ojos cerrados, y me lanza al mar.
Aparte de la forma en que mi sangre rugía en mis oídos mientras me
hundía bajo la superficie, mi mundo se había quedado en silencio.
Casi en silencio.

Poco a poco, me acostumbré a mi entorno. Yo no estaba muy


flotando, pero yo tampoco me estaba hundiendo. El aire en el chaleco
me mantuvo boyante mientras yo pateé suavemente mis aletas. Yo
igualó la presión en mis oídos por la celebración de la nariz y aplicar
un poco de presión hasta que aparecieron y se despejaron, al igual
que Gabriel había prometido. Las aletas me impulsaron hacia adelante
con mucha más rapidez de lo que esperaba. Un pico de adrenalina
envió escalofríos a través de mis extremidades. Tengo una torcedura
en el agua, elegante, libre de peso. Tal vez los lobos eran delfines en
otra vida.

Mason y Nev también habían conseguido una respiración cómoda bajo


el agua y ahora estaban persiguiendo una tortuga de mar, rodeando la
manera que lo haría un conejo. Yo reí y burbujas en surtieron a mi
alrededor.

Cuatro brazos, como explosiones en miniatura, vinieron de arriba. Miré


hacia arriba para ver que Shay, Ren, Adne, y Connor habían entrado
en el agua. Un último auge marcó la llegada de Gabriel. De inmediato
despegó hacia la costa, moviéndose a través de la ágil agua como un
león marino, con sólo una ola rápida para indicar que debemos seguir.

Después de haber llegado sólo a gusto con mi nuevo entorno bajo el


agua, no me sentía lista para salir al mar abierto para el confinamiento
de la cueva, pero no tenía otra opción.

El túnel se alzaba por delante, una oscuridad absoluta en contraste


con el mar de agua marina que dejábamos atrás. Cuando nos
acercamos a las fauces negras tallada en la costa, la oleada de
emoción que había sentido antes dio paso a roer la ansiedad.

Gabriel apareció justo dentro de la boca de la cueva y se quitó la


máscara. Miré más allá de él, tratando de juzgar la distancia entre el
agua de la superficie y el techo de la cueva. Cuatro pies, tal vez cinco,
pero el haz de mi linterna mostraron que el techo se inclinaba más
hacia abajo en un estrechamiento por el túnel.

.Yo ya he puesto una pauta en el pasillo donde estaremos


sumergidos-, dijo Gabriel. -Si ustedes comienzan a perder su sentido
de dirección, sólo se centran en la línea. Y recuerden, no piensen
demasiado. Sólo respiren, despejen los oídos a medida que
desciende, y todo estará bien.

-¿Esto realmente es el mejor plan?- Preguntó Silas. Por primera vez,


su arrogancia fue anulada por el miedo. -El buceo en cuevas requiere
certificación especial, quizás…

-Yo enseño que la certificación,- Gabriel le cortó. -Yo sé lo que estoy


haciendo. Nosotros no estaríamos haciendo esto si hubiera otra
opción.

Él negó con la cabeza. Mi corazón empezó a latir con fuerza mientras


me preguntaba sobre el grado de peligro que estábamos a punto de
enfrentar.

-Es la única manera.- Gabriel encendió la luz en su muñeca. -Y


estamos perdiendo el tiempo discutiendo sobre ello.

Silas había empezado a temblar, y yo no creía que era de enojo por


Gabriel. Sentí un poco de pena por el Escriba.

Él podría ser un culo, pero él no tiene que estar aquí. Él sólo vino
porque cree en lo que está haciendo.

Nadé hacia él, manteniendo la voz baja. -Voy a ver por vosotros.

Sus ojos se abrieron, pero se las arregló un guiño. Hice un gesto para
que él a nadara en nuestra sola fila justo detrás de Shay y delante de
mí. Si necesitaba ayuda, era mi suposición de que no sea Gabriel,
Shay y yo iba a ser su mejor tiro. Shay parecía tomar a cualquiera
nueva afición que le llamó la fantasía y yo estaba demasiado terca
para aspirar a cualquier cosa que yo consideraba un reto.
Gabriel nos ha llevado hacia adelante en un baño lento y constante.
Cuanto más nos mudamos a la caverna, más estrecho el paso se
convirtió. Traté de mantener mis respiraciones lentas, pero yo no
podía hacer nada al respecto a mi pulso amplificado. El túnel estaba
cerrando alrededor de nosotros, cada vez más. La luz del sol, que
tenía la boca de la cueva perforada, ahora se desvaneció, dejándonos
sólo con las luces atadas a las muñecas para guiarnos.

Gabriel se detuvo. Él no se dio la vuelta, pero su voz rebotaba sobre la


superficie del agua y las paredes del túnel.

-Vamos en este momento-, dijo. -Siga el buzo en frente de usted y la


directriz. Tomará unos cinco minutos antes de llegar al espacio donde
van a tener que quitarse el chaleco y el tanque. Voy a estar en el otro
lado; te empuja a través de la apertura y voy a iluminar el camino con
mi linterna.

Uno a uno fuimos sumergidos. A diferencia de la inmensidad brillante


del mar abierto, el buceo en el túnel nos sumió en una oscuridad
asfixiante. Como hemos nadado hacia adelante, el paso se convirtió
en menos de un canal y más de una escarpada, recinto como una
cueva con los cantos afilados en sus paredes y estalactitas a través
del cual hemos tenido que tejer nuestro camino.

Cinco minutos. Cinco minutos. Cinco minutos.

Tan poco tiempo. Pero la natación parecía estar tomando mucho más
tiempo. Pasamos otros túneles, vástagos de la ruta que siguieron. La
corriente se mantuvo cambiando a mi alrededor, empujando y tirando
de mí fuera de la línea de los buzos. La sangre palpitaba en mi
cabeza. Yo estaba empezando a sentirme mareada. Palabras flotando
a través de mi mente, un canto hipnótico pero mortal.

Drown. Crush. Perdido.

Silas dejó de moverse hacia adelante y las voces en mi cabeza


empezaron a chillar.
¡Perdido! ¡Perdido! ¡Perdido!

¿Por qué no nos movemos? ¿Qué le pasaba?

Sangre gritó a través de mis venas. Empecé a dar la vuelta. Si tan sólo
pudiera nadar de regreso ysalir de esta cueva. Encontrar mi camino
fuera, fuera, fuera. Era demasiado apretado. Demasiado oscuro.

Silas empezó a moverse de nuevo. Sus lentas, patadas fáciles


rompieron mi pánico. Después de un par de metros, se detuvo de
nuevo. Permanecí inmóvil, mirándolo, tratando para recordar lo que
debería estar haciendo.

Detrás de mí, Ren tiró suavemente la punta de uno de mis aletas.


Estiré el cuello para mirarlo. Inclinó la cabeza, dándome una mirada de
perplejidad, señalando hacia mí para seguir adelante, y comprendí.

La brecha. Habíamos llegado a la brecha. Por supuesto que nos


gustaría parar a la espera de cada buzo para pasar a través.

Mi corazón seguía golpeando en mi pecho, pero mi cabeza se había


despejado lo suficiente como para dejar de corta de un freak-a lleno.

Pero no hice nada para hacer la espera menos angustiosa. A medida


que nuestro grupo se trasladó hacia adelante, uno por uno, yo no
podía dejar las imágenes terribles que se jugaron en el ojo de mi
mente. Atascarse. Ser aplastado. Ahogamiento en esta oscuridad.

Agarré la manguera del regulador con una mano. En estos momentos,


se sentía como la única conexión que tenía con el mundo exterior a la
luz, y de la tierra, y el aire donde pertenecía.

Silas fue desabrochando su chaleco de flotabilidad, retorciéndose de


ella un brazo a la vez y empujándolo y el tanque a través de una
abertura que apenas podía dar a entender. Una brecha que parecía
imposiblemente estrecha. A continuación, el Escriba pateó sus aletas y
se deslizó en el agujero negro, su cuerpo bloqueando la luz de la
linterna ya que desapareció en las paredes del túnel. Cuando la punta
de las aletas ya no era visible, pensé que mi corazón se detendría.
Una mano por el agujero y el rostro de Gabriel se le apareció. Él
estaba esperando, haciendo señas a mí. Mi mente me gritaba que me
separé a mí mismo de mi chaleco y el tanque y los guió a las manos
de Gabriel. Él estaba en lo cierto-cualquier tipo de pensamiento sería
trabajar contra mí, lo que alimentó el temor que me podían matar.

Forcé mi a mente a quedarse en blanco, deseando que mis piernas


para patear despacio, mecánicamente. Estirando mi cuerpo,
propulsado a mí mismo a través de la estrecha abertura como un
torpedo disparado de su tubo.

Yo no sabía que había cometido al otro lado hasta que Gabriel agarró
mi brazo apretado, ayudándome a través.

Él negó con la cabeza, obligándome a frenar hasta detenerme.


Levantó mi chaleco cuando me puso. El rizado alrededor de sus ojos
me dijo que estaba sonriendo. Shay estaba a su lado, esperando por
mí y sonriendo también.

Cuando mi chaleco y el tanque se encontraban en el lugar y las


hebillas asegurados, Shay tomó mi mano y nadó hasta la superficie.
Arranqué mi máscara, tragando aire y estremeciéndome. Shay se
quitó la máscara y escupió su protector bucal, sonriéndome.

-¿Qué?-, Le pregunté.

-Se suponía que tenías que pasar por la brecha lentamente, Calla-
dijo. -Has cogido a Gabriel tan desprevenido que casi derribó al
regulador de su boca.

-Yo sólo quería acabar de una vez- le dije, a la defensiva. Eso de


nadar estaba clasificado alto en mi lista de cosas que nunca haría de
nuevo. Cuando Adne surgió del agua, quería besarla. Gracias a Dios
que es un viaje de ida.

Shay me salpicó, sin dejar de reír.

Ren apareció junto a nosotros. -Hombre, es bueno poder volver a ver.


Cuando ahogarse ya no era una amenaza, miré alrededor de la
caverna. Ren tenía razón. La luz era tenue, pero no necesitamos
nuestras linternas.

-Esa debe ser la apertura del cenote-, dijo Shay, apuntando hacia el
techo.

Lejos, muy por encima de nosotros, por lo menos un centenar de


metros de altura, era una abertura en la cueva a través de la cual se
filtra la luz del sol de la selva, se derramó en la oscuridad,
parpadeando sólo con movimientos ocasionales cerca de la apertura,
un revoloteo de los pájaros que anidaban dentro de la caverna.

-¿Les gusta nadar tanto?- Mason llama. Él y Nev estaban sentados a


pocos metros de distancia con Ethan y Sabine. - bien, no seco, pero la
tierra húmeda y sólida aquí.

-Sabía que había una razón por la que le gustó.- Ren rió mientras
nadamos hasta el lugar donde las piedras resbaladizas de la planta
cenote sido alcanzados por el agua salada.

Me arrastré a mí misma fuera del agua. Sólo un sentido de dignidad


me impedía expandirme en la piedra, presionando mi mejilla con
cariño a la tierra. El aire era todavía demasiado pesado, gruesa con
salmuera y pescado podrido, pero por lo menos era aire real.

-¿Todo el mundo está bien?-, Preguntó Gabriel.

-Estoy un poco mareada-, dijo Adne, exprimiendo el agua fuera de su


pelo.

-Eso es normal-, respondió. -Pero dime si se pone peor.

-Gracias,-ella dijo secamente.

-Todos ustedes lo hicieron muy bien- dijo Gabriel. -Vamos a lo que


vinimos a buscar.

-¿Hacia dónde vamos?-Preguntó Shay.


-Una alcoba.- Gabriel empezó a caminar. -Se puede ver desde aquí.

-La luz,- Shay murmuró.

Seguí su mirada. Una esquina del cenote brillaba con los de zafiro y
esmeralda tonos de mármol del mar que contrastaban con la pura luz
del sol en el resto de la cueva.

Nuestro grupo comenzó la cabeza después de Gabriel, salvo Silas,


que estaba entrecerrando los ojos hacia el techo.

Nev miró. -Sí, creo que nuestra llegada hizo que a los birdies infelices.

Mirando hacia arriba, vi lo que quería decir. El aleteo de las alas de


arriba había aumentado; sombras se movían hacia atrás y adelante a
través de la abertura de la cueva. El sonido se hinchó, haciendo eco
en la cámara.

-No creo que esas son las aves-, dijo Silas.

-¿Qué?- Nev frunció el ceño.

El ruido se hizo más fuerte; la luz del sol desde arriba le guiñó un ojo
dentro y fuera, a veces totalmente bloqueadas por el movimiento por
encima de nosotros.

-¿Qué es eso?-, Le pregunté.

Silas me susurró algo, pero yo no podíaoírle. El cenote amplifica el


sonido, transformando el aleteo de las alas en una ráfaga de viento.

Era demasiado tarde cuando comprendí que había dicho, -Vuelve al


agua. ¡Ahora!
CATORCE

El techo estaba en movimiento, cada centímetro de ella.

-¡La cueva! -Mason gritó en busca de amparo.

Gabriel ya había saltado en la orilla, se puso su equipo, y se


sumergido.

¿Cómo sería lanzarse al agua sin protegernos de caer en la piedra?

Mason vaciló, mirando hacia arriba como el resto de nosotros. El


movimiento anterior no fue una lluvia mortal de la roca; se swooping,
arremolinándose turbas de sombra.

Por un momento pensé que eran espectros, fantasmas, pero no tenían


alas. Y ellos no hacían ruido.
-¡Muévete!- Ethan me empujó c Sabine se zambulló en la piscina.
Tropecé hacia atrás, cayendo en el agua sin mi máscara o la primera
etapa de mi regulador en la boca. Se me ocurrió la tos, dificultades
para ver y respirar.

Connor y Adne estaban en el agua, como yo luchando con su equipo.

Gabriel salió a la superficie, arrancó su regulador de su boca, y le


gritó, -¡¿Qué demonios están esperando?!

Mason, Nev, y Silas estaban todavía en tierra.

-¿Qué es eso?- Nev y Mason ambos se quedaron mirando la


oscuridad, nube que se mueve lentamente hacia el agua viva.

-¡Gabriel da derecho a irse bajo el agua!- Silas los saludó


frenéticamente, incluso mientras buscaba a tirar de su propio chaleco
y el tanque. -¡No se puede estar allí!

Sus movimientos furiosos llamaron la atención del enjambre arriba. De


repente, la nube de batir las alas con su estridente coro piar se hundió
hacia abajo. Silas gritó, cayendo de rodillas, ya que lo rodeaban.

Ya no pude verlo, sólo hacen la forma de un cuerpo debajo de la mafia


pulsante de diminutos cuerpos peludos, alas de cuero y enormes
orejas que empequeñecido sus cabezas.

-Oh Dios.- Mason cogió la mano de Nev, arrastrándolo hacia el agua.

-Tenemos que ayudarlo.- Empecé a nadar hacia la orilla, pero Gabriel,


que era mucho más rápido en el agua, me cortó.

-Él ya está muerto.

-No, no lo esta.- Luché contra Gabriel fuera sólo para descubrir tanto
que Shay y Ren en mi camino.

Gruñí en ellos. -¿Qué estás haciendo?

-Mira-, dijo Ren, señalando con la cabeza hacia la orilla.


La nube se había levantado del cuerpo de Silas, que no se movía. La
piel que podía ver era pálida como la cera, el resto cubierto de
diminutas incisiones rojas.

Incluso su traje de neopreno había sido cortado a tiras.

-No hay nada que podamos hacer-, dijo Ren.

-Le dije que tendría cuidado con él.- Mi voz tembló. -Le dije. . .

-No había ninguna manera de que lo supieras- Shay miró el enjambre,


que ahora se cernía sobre nosotros.

Yo estaba temblando en el agua. Se sentía como si mis huesos


temblaban debajo de mi piel.

-Van a bucear en nosotros, incluso aquí.- Gabriel miró la masa picada


de piel y alas. -Vamos a tener que sumergirnos y resurgir. Eso los
obligara a retirarse.

Yo no quería ir bajo el agua otra vez. La respiración ya era bastante


difícil, y lo que le había pasado a Silas había sido tan repentina y tan
horrible.

Después nos sumergimos abajo, escuché cientos de pings en la


superficie como si hubiese empezado a llover. Gabriel nos ha llevado
al borde de la caverna. Él nos mantuvo cerca, acurrucados juntos, los
brazos entrelazados, mientras esperábamos. A su señal salimos a la
superficie.

-Mantenga sus voces bajo-, susurró. -Y no hagas cualquier


salpicadura fuertes o movimientos bruscos. El agua los mantiene a
raya, pero todavía pueden perseguirnos.

Hizo un gesto hacia la zona de la que habíamos venido. Canales con


alas pequeñas flotaban en la superficie. Los murciélagos que habían
tratado de llegar a nosotros, se empaparon, incapaz de volar de
nuevo, finalmente ahogados.
-¿Los murciélagos?- Preguntó Mason. -¿Los murciélagos pueden
hacer eso?

-Los murciélagos vampiros- dijo Gabriel.

-Pero los vampiros no matan a la gente, dijo Nev. -¿Cierto? Eso es


sólo un mito.

-Los vampiros no cazan en enjambres tampoco.- Gabriel miró hacia el


techo. -Estos han sido cambiados. Son como pirañas.

-Más trucos Guardián-, dijo Shay.

Connor estaba mirando en la orilla donde el cuerpo de Silas estaba. -


Maldita sea. Sabía que no debería haber venido.

La culpa apretó mi pecho de nuevo. ¿Por qué no le había ayudado yo?


Podría haberlo agarrado y tirar de él en el agua.

-¿Y ahora qué?-, Preguntó Adne.

Ethan miró a la costa. -Tenemos que comprar tiempo a Shay.

Connor se echó a reír. -¿Te refieres a atraer el fuego?

-Exactamente.- Ethan sonrió sombríamente.

-¿Dónde comprar tiempo para qué?-, Preguntó Shay. -No voy a


dejarlos luchar sin mí.

-Es sólo temporal, chico-, dijo Connor. -Yo no encuentro esta cueva
ningún acogedor que lo hace. Estoy con ganas de decir adiós a este
lugar. Pero necesita que la empuñadura y no se puede conseguir sin
ti.

Shay asintió lentamente. -Por lo que ustedes distraen a los


murciélagos. . .

-Y se ejecuta para ese nicho,- Ethan terminó. -Está ambientada lo


suficientemente lejos en la esquina que si los murciélagos ya se
distraen, no se darán cuenta de las partidas allí.
-Hay que dejar que nosotros atraigamos a los murciélagos-, dijo
Sabine.

-Yo no lo creo.- Ethan la miró.

-Soy una niña grande.- Ella le enseñó los dientes. -Y los lobos son
más rápidos que los buscadores. Podemos saltar dentro y fuera del
agua. Y el grupo de nosotros corriendo alrededor los confundan.

-Ella tiene razón- dijo Ren. -Deja que la manada maneje esto.

-Sí- dije, sabiendo que me arranco unos murciélagos en el aire en el


proceso. No había manera de que me iba a dejar que eso suceda a
Silas y no obtener una pequeña venganza.

Connor se encogió de hombros. -Siempre y cuando todos han tenido


sus vacunas contra la rabia.

-Yo voy a fingir que no has dicho eso- Sabine gruñó. -Pero sólo porque
a Ethan le agradas.

-Para saltar dentro y fuera del agua, ¿eh?- Mason sonrió. -Espero que
estés preparado para aceptar lo mal que huele la piel mojada.

-Nos las arreglaremos- dijo Adne. Me di cuenta de que estaba


temblando demasiado y había rastros de agua en sus mejillas que
pensé que eran de la inmersión.

-¿Podemos hacer esto? No puedo mirar a Silas acostado allí nunca


más.

Connor asintió. -Está bien, Vastago, corre de vuelta aquí tan pronto
como tengas a Eydis, Adne puede tejer una puerta y sacarnos.

Shay se encogió de hombros fuera de su tanque, empujándolo hacia


Gabriel. {Voy a ser más rápido sin él.

-¿Lista?- Ren me estaba mirando. Como alfas tendríamos que líder


esta huelga.

-Como siempre- gruñí, dibujando en mi ira para alejar cualquier temor.


Lo siento, Silas. Voy a tratar de hacer las paces contigo.

Uno por uno nuestra manada sumergida, nadando lejos de Shay y los
otros. Nos quedamos por debajo de la superficie, siempre que
podíamos. Cuando el agua era muy poco profunda, Ren y yo
cambiamos las formas en sincronía, dos lobos que estalla desde el
agua. El techo volvió a la vida. Mason estaba funcionando en mi
flanco, mientras Nev y Sabine se quedaron cerca de Ren. El enjambre
de murciélagos; Podía sentir el viento provocado por cientos de
diminutas alas cepillarse a través de mis pieles. “Ahora”. Envié el
pensamiento a la manada.

Nos dispersamos.

Gritos horribles resonaron en la caverna. Me levanté de un salto, a


intervalos, mordiendo el aire. A veces mis mandíbulas destrozaban un
ala o aplastaba un pequeña cuerpo. En otros mordia nada, el
enjambre que se había movido a buscar a uno de mis compañeros de
manada.

Un grito me tiró alrededor y vi una docena o más de los murciélagos


se aferraban a los hombros de Nev. Sus músculos se agruparon y él
salto de la costa, chocando contra el agua, el envío de algunos de los
murciélagos carenar a través del aire, mientras que otros fueron
absorbidos bajo la superficie cuando Nev cambió formas y totalmente
sumergida de nuevo.

Estaba funcionando. Los murciélagos no podían localizar a muchos de


nosotros, moviéndose tan rápidamente. Y cuando el enjambre arregló
su caza en uno de nosotros, fuimos lo suficientemete rápidos como
para entrar en el agua antes de que pudieran hacer demasiado daño.

Otro splash resonó en la caverna. Sabine estaba en el agua, teniendo


murciélagos con ella, mucho más de las criaturas se aferró a ella que
tenía Nev. Ellos fueron cada vez mejor en centrarse en uno de
nosotros a la vez. Sentí la ráfaga de viento de nuevo. Yo no tengo que
mirar por encima de mi hombro para saber que el enjambre me había
apuntado. El primer murciélago se posó en mi columna vertebral; sus
dientes de corte a través de mi espalda era la luz como un pinchazo,
pero la sensación de su pequeña lengua lamiendo mi sangre casi me
hizo tropezar. Otro murciélago se aferró a mí. Luego otro.

“!Calla!” El grito de Ren llenó mi cabeza. “!Hay demasiados en ti;


metete en el agua ahora!”

Yo no quería saber cuántos eran demasiado. Pero yo podía sentir su


peso sobre mi espalda y mi sangre se escapaba de decenas de cortes
minúsculos. Rode y me arroje al agua. La fuerza de mi salto golpeó mi
pecho con fuerza en la superficie, golpeando el aire de mis pulmones.
Los murciélagos luchando para liberarse de mi piel y levantar el vuelo
antes que el agua los capturó. Cambié formas, tratando de poner en
mi boquilla y tomar aire.

Mi corazón latía con fuerza, pero me obligué a relantizarlo, bebiendo


en el silencio de la inmersión. Debajo de la superficie todo estaba
oscuro, aunque mis ojos estaban abiertos. Me sentía como si estuviera
flotando en el espacio vacío en algún lugar de bajo del agua. Yo
estaba desesperada por volver a la pelea, pero tenía que ser
constante primero. Cuando yo estaba seguro de tener el aliento, nadé
hasta la orilla, cambiando, y me eche hacia atrás en la refriega.

Pero no había ninguna refriega. El resto de mi manada se detuvo,


agitando las orejas hacia atrás y hacia adelante, mirando el techo.

Los murciélagos se habían desvanecido.

“¿Qué pasó?” Me dirigí hacia el lado de Ren.

“Se fueron”. Él pateó el suelo en la agitación. La caverna tembló y


todos ellos volaron fuera de la abertura de la cueva.

“¿La caverna se sacudió?” Yo no había sentido nada bajo el agua.

“Sólo un poco”. Sabine estaba lamiendo un corte en el hombro de Nev.

Mason y yo intercambiamos una mirada. Su lengua colgaba a cabo en


una sonrisa de lobo. “Él lo tiene. Shay encontró Eydis.”
“¿Cómo lo sabes?” Los oídos de Ren se movieron hacia atrás y hacia
adelante cuando se volvió hacia Mason.

“La cueva sacudió en Suiza”. Me mordisqueó el hombro


juguetonamente. “!Vaya, Shay!”

“Derecha”. Ren seguía sestnado tenso. “Pero ¿por qué los


murciélagos salieron?”

Me enfadé. “Volvamos con los demás”.

Habíamos empezado hacia la alcoba cuando la caverna retumbó de


nuevo. La tierra rodó bajo mis patas, me han de acertar en mi lado. El
agua está superficie comenzó a moverse, se derramaba sobre el
borde de la orilla. Pronto parecía un caldero hirviendo.

“¿Que está sucediendo?” Mason pregunto.

Podía oír los gritos de los buscadores, pero no pude distinguir sus
palabras sobre el rugido del agua que vierte en la caverna. Luchando
con mis pies, comencé a correr hacia sus voces. Mis patas salpicaban
con el agua hasta los tobillos. Debería haber sido imposible. El agua
que a través de esa pequeña hendidura en la roca que habíamos
tenido que atravesar no podría ser esta contundente. Pero de alguna
manera lo era. El agua que había estado en mis rodillas ya estaba en
mi cintura y subiendo, forzándome a mí a nadar. La cueva se
estremeció de nuevo. Losas de piedra cayeron del techo.

Pude ver a Connor saludandonos a nosotros. Adne estaba a su lado,


buscando a tientas con su equipo de buceo, mientras que Gabriel
intentó ayudarla. Ethan comenzó a nadar hacia nosotros.

¿Dónde estaba Shay? No pude detectarlo entre ellos.

-¡Tenemos que salir de aquí!- Connor gritó.

El agua estaba en mi cuello, pero yo casi les había llegado. Un rugido


ensordecedor llenó la cueva y luego el océano se estrellaba a nuestro
alrededor, turbio, nos golpeo con la fuerza de un maremoto. Fuimos
lanzados aparte.

Me golpeé contra la pared de la caverna. Mis instintos me gritaron que


nadar y encontrara una manera de salir a la superficie, pero las células
racionales se alejaron en mi cuerpo e hizo que se me detuviera. No
había un camino a la superficie, ya no. La caverna estaba inundanda
con una velocidad que sólo podía ser acreditado a la magia. ¿Fue una
trampa final dejada por los Guardianes o simplemente un resultado de
Shay reclamando la empuñadura de agua? Cualquiera sea la causa,
yo sabía que mi salvación estaba en el trabajo con el agua, no en
contra de ella.

Cambié formas y empujé mi boquilla, sabiendo que tenía que


encontrar a Shay. Había dejado su tanque detrás cuando él fue tras
Eydis. Se ahogaría sin una fuente de aire. Luché contra las nuevas
corrientes que se arremolinaban a través del agua, el acaparamiento
de una sola aleta antes de que pudiera flotar por delante de mí. incluso
con ayuda de una aleta sería mejor que tratar de nadar sin ellos.

Me abrí paso hacia los tonos brillantes de la alcoba, que vaciló ahora
que estaban sumergidos. Un parpadeo por encima de mí me llamó la
atencion. Y vi patear pies. Shay estaba empujandose a sí mismo hacia
la superficie. Sin un tanque que no tenía otras opciones. Mi aleta me
dio más velocidad a medida que iba después hacia él. Cuando le
agarré el tobillo, se volvió bruscamente, listo para atacarme. Yo lo
bajé, tomando mi boquilla y empujándolo hacia sus labios. Sostuve
sus hombros, tratando de recordar las instrucciones de Gabriel. Tuve
el tanque, así que estaba a cargo de las respiraciones. Mantener los
ojos en los pulmones de Shay, contado: un solo aliento, dos
respiraciones. Él asintió con la cabeza. Tomé la boquilla de él y llevé a
mis dos respiraciones. Empezamos a nadar lentamente hacia el lugar
donde había visto por última vez a los buscadores.

Shay señaló hacia delante. Una luz brilló en el dorado agua contra la
corriente-un color turquesa de altura, losa de luz estrecho.
La puerta de Adne. Ella había abierto una puerta bajo el agua. Shay
me apretó el brazo y nadó más rápido. Adne se movía cerca del portal.
Ella estaba de tanque y máscara, y cuando nos vio a nosotros, ella
empezó a agitar frenéticamente. Pero ella no estaba saludandonos a
nosotros, ella estaba apuntando a algo detrás de nosotros. Pasé
alrededor y aunque yo no tenía una boquilla, o aire que perder, grite.

Gabriel estaba nadando hacia nosotros y el portal, pero no estaba


solo. Él estaba arrastrando algo con él. El cuerpo sin vida de un lobo.

Nev no estaba luchando para nadar o liberarse de los brazos de


Gabriel. Él no se movía en absoluto.

Shay empujó la boquilla entre los labios con un movimiento de cabeza.


Gabriel nadó más allá de nosotros, arrastrando a Nev con él en el
portal. Nadamos tras él, abriéndose paso entre el pasaje brillante y
aterrizando en un charco de barro en el suelo de la selva.

-¡No!- Mason estaba arrodillado sobre Nev. -Por favor, Nev!

-¡Fuera de mi camino!- Gabriel empujó a Mason a un lado.

Mason gruñó. Se movió de forma, listos para arremeter contra Gabriel.


Connor saltó entre ellos.

-¡Espera!- Connor gritó. -Dale un minuto. Él es un instructor de buceo,


¿recuerdas? Está certificado en CPR.

Mason caminó adelante y atrás gimiendo cuando Gabriel empujó en


el pecho de Nevada, y sopló en su hocico.

Respira, Nev. Respira.

Alguien tomó mi mano. Me incliné hacia Ren, más que agradecido de


que él estaba aquí y vivo. Pero cuando miré, vi lo pálido que era como
él Gabriel miró tratando de llevar a Nev de nuevo con nosotros.

Adne cayó al suelo a mi lado. -Dime que él puede salvalo- se quedó


sin aliento.
Mientras hablaba, las mandíbulas de Nev se abrieron y agua
vomitados de la boca. Tosió y sacudió la cabeza, rodando sobre su
estómago con un quejido.

Mason gritó, luchando para estar cerca de Nev y cubriéndose la cara y


el hocico con lame. Ambos se desplazaron a la forma humana, se
aferraron el uno al otro ferozmente.

Sabine sollozó mientras que Ethan la llevó a cabo. Ren me apretó la


mano antes de ir a donde estaba Nevada y abrazárlo.

-Gracias a Dios-, murmuró Connor. -Buen trabajo, Gabriel.

-Un lobo.- Gabriel sonrió. -CPR en un lobo. Eso es una novedad para
mí.

-Todo lo que puedo probar es el pescado.- Nev gimió, tos con aún más
agua. -Nunca voy a comer pescado durante el tiempo que yo vivo.

-Cállate- dijo Mason. –Cállate- Y besó a Nev de nuevo.

QUINCE

Caminábamos por la selva, empapada y goteando. La alegría de


salvar a Nev y recuperar a Eydis se silencia al perder a Silas. Como
fuimos alrededor de la curva en la pista donde el bosque se dejó caer
hacia el mar, la tienda de buceo se asomó a través de la cubierta de
ramas.

-Se espera Inez en la cubierta-, dijo Gabriel. -Ella tiene esos instintos
madre-gallina en grande.

Espalda de Inez era para nosotros; ella estaba descansando en una


tumbona. Miguel estaba sentado en la sombra de los aleros de la
tienda de buceo. Dos sillas más fueron levantadas entre Miguel e Inez.
Una mujer en un bikini se estiró lánguidamente en uno. Junto a ella, un
hombre en una camisa de lino abierta y pantalones cortos de color
caqui reia, enhebrar sus dedos con los de ella.

-¿Quiénes son ellos?-, Le pregunté.

-No lo sé- dijo Gabriel. -Yo no creo que tuvieramos ningún grupo de
buceo programado para hoy.

Él aceleró el paso, pero no corrio, tomando rápidas zancadas hacia las


figuras de la baraja. La mujer en el bikini lo vio y se comenzó a agitar.

Su compañero se puso de pie, haciendo retroceder sus gafas de sol.

La nariz se de Ren arrugó.- oh.... ¿Hueles eso?

-Si. . . mierda -, Nev gruñó, mirando a la espesa selva que nos


rodeaba.

-¿Hueles mierda?- Preguntó Ethan. -Gracias por compartir.

-No- dijo Nev. -Olemos a los gatos.

Olí el aire. Ellos estaban en lo cierto. Era sutil, pero definitivamente


estaba allí. Un olor acre como la quema de seda y salvia seca. Un
gruñido se levantó en mi garganta.

Los ojos de Gabriel se agrandaron. -Las sombras. . . ¡no!

-¡Gabriel, espera!- Ethan gritó. Pero el otro hombre fue corriendo hacia
el escondite, gritando.
-¡Inez! ¡Miguel! -Ninguno de los buscadores en la cubierta se movió.

Sucedió en el espacio de un parpadeo. Gabriel había llegado a la


plataforma y se dejó caer en él-una forma que descendía como un
manto de ébano. La pantera gritó cuando ella saltó de su escondite en
el otro lado del techo. Luego fue Gabriel, quien estaba gritando cuando
las garras del gato se hundieron en sus hombros. Su grito cortó
abruptamente cuando sus mandíbulas se cerraron alrededor de su
cuello y torcieron bruscamente, rompiendo los huesos.

-¡Maldita sea!- Ethan miró como la pantera se precipitó fuera de la


cubierta y en las sombras de la selva.

Esperé a que la mujer en la cubierta gritara. Pero ella se dio la vuelta,


riendo. Su engrasada, piel dorada borrosa en un abrigo elegante. El
hombre a su lado tomó dos grandes límites y saltó, golpeando el techo
en forma de gato. Ellos desaparecieron en las vides oscuras al igual
que la otra pantera. Silbidos y malvado un ronroneo llenó las ramas
por encima de nosotros, ahogando el aire con sus sonidos
amenazantes.

¿Cuántos están ahí arriba?

Los Guardianes tenían toda forma desplazada. Nuestra manada


acurrucada, mirando en el dosel del bosque. Pero los gatos parecían
ser invisible, escabulléndose entre las ramas, que quedaban fuera de
la vista.

-Tenemos que salir de debajo de ellos-, dijo Connor. -Mantente cerca.


Jefe de la casa. Necesitamos una posición defendible que podemos
mantener mientras Adne teje una puerta.

Ethan tomó punto, Sabine y Nev junto a él, mientras que Mason, Shay,
y Ren se quedaron cerrando a Adne. Me quedé atrás con Connor,
viendo los árboles ya que nuestro grupo se trasladó lentamente hacia
adelante.
Estábamos listos cuando la próximo pantera saltó. Su grito se convirtió
en un gruñido cuando Ethan lanzó su tanque en ello, la captura de la
bestia totalmente en el pecho. Golpeó el suelo, luchando por recuperar
el aliento. Mason y Ren se aprovecharon de su desorientación
momentánea, mandando al gato. Se criticó a ellos con sus garras,
pero Mason celebró su atención, mientras que Ren desgarraba su
flanco con los dientes. Cuando finalmente volvió a gritar a Ren, Mason
lo fue a matar, lanzándose a la garganta del gato y aplastando su
tráquea.

Los árboles cobraron vida con gritos de rabia, y las Sombras llovieron
sobre nosotros en un torrente de pieles medianoche elegantes y
garras afiladas.

-¡Corre!- Connor gritó.

Ethan despegó hacia la casa con los lobos en los talones. Connor gritó
cuando una pantera saltó sobre él, dejándolo de rodillas. Gruñí y me
lancé al gato, lo que lo obligó a liberar a Connor por el bien de su
lucha contra mí. La fuerza de mi golpe nos envió rodando hacia la
playa. Nuestros cuerpos estaban torcidos alrededor de la otra, ya que
luchó en la arena. Grité cuando las garras de la pantera se hundieron
en mi espalda, pero respondí de inmediato con mis propias
mordeduras feroces en su pecho. El gato gritó, rodando lejos de mí.
Me puse de pie, enfrentándome contra él mientras trataba de
prepararme en la arena suave. Se susurró, con los ojos verdes
brillantes llenos de rabia. . . y la inteligencia.

Mi corazón dio un vuelco. Un Guardian de los gatos era como


nosotros, esclavos de los Guardianes. Por un momento me quería
llegar, para ver si pudiera de alguna manera establecer una conexión
con este enemigo no deseado. Pero tal pensamiento pertenecía sólo a
mí. El gato amontonada y saltó sobre mí. Fui plana, vuelco en la
espalda por lo que la pantera pasó junto a mí. Seguí cayendo hasta
que estaba boca arriba y sin dudarlo lancé en el de sin protección al
gato de espalda, desgarrando su carne. El gato gritó y se resistió,
tratando de escapar de mis dientes. Pero yo era implacable; su sangre
invisible en contra de su negro pelaje manchado el carmesí arena de
la playa. Desesperado, el gato se encabritó y se volcó hacia atrás.
Salté fuera antes de que pudiera chocar por encima de mí. Libre de
ataques, la pantera no se volvió para mirarme de nuevo. En su lugar,
corrió hacia la cubierta de la selva.

-¡Calla!-Connor se estaba agitando en mí. Los demás se habían hecho


a la cubierta. Sacudí la arena de mi pelaje y corrí hacia el escondite.

“¿Estás bien?” Ren vino a mi encuentro. “Estás sangrando”.

“Los recortes no son profundos”. Yo mordi en su flanco. “Nos


encargaremos una vez que nos hayamos ido de aquí.”

Ethan estaba en la puerta, manteniéndola abierta. Sabine y Nev


atornillados en el interior. Miré por encima del hombro mientras corría
hacia la casa. La selva tenía se convertido todavía. No habia gatos
persiguiendonos.

Ellos nos están dando caza. Ren gruñó, compartiendo mi ansiedad.

“Lo sé”. Les mostré mis dientes contra él. “Eso no puede ser bueno”.

Connor juró a nuestro paso las formas fijas de Inez y Miguel en la


cubierta. Habían sido apoyados, gargantas arrancadas, y ellos nos
miraban con ojos ciegos.

-Te juro que estoy planeando una venganza por esto-, dijo Connor,
cerrando la puerta detrás de nosotros. Los Guardianes acechando por
los buscadores, erizados y gruñendo. Algo estaba mal, muy mal.

-Comienza a tejer, Adne,- dijo Connor en voz baja. -Tan rápido como
sea posible.

Ella asintió con la cabeza, moviéndose hacia la entrada de la cocina


para darse más espacio. Ella sólo había sacado sus Skeans cuando
cogí el olor. Eso no eran las sombras pero era otra cosa, incluso el
olor más acre. Al igual que la de las panteras, se estaban quemando
demasiado fuertes, pero los gatos habían olido inusual, nuevo. Este
olor era viejo. Uno sabía demasiado bien. Un olor prima de tono y el
pelo chamuscado hirviendo.

Yo ya estaba en movimiento cuando vi la tinta, una criatura sin forma


inminente tras Adne.

“¡Calla!” El grito de Shay de alarma sonó en mi mente, pero no tenía


elección. No podía pensar o Adne moriría. Si moría, todos moririan.

-¡Adne, corre!- Había cambiado de formas y me disparaba hacia ella


con toda la velocidad que tenía.

Ella se volvió hacia mí, sorprendida. Confusión la encerró en su lugar.

-¡Connor! ¡Ethan! -Segui corriendo. –Saquen a todo el mundo lejos de


aquí. ¡Haganlo ahora!

Estiré mis brazos, agarrando a Adne de la cintura. Cuando me giré


alrededor, la tiré por la habitación, con la esperanza de que Connor
estuviera dispuesto a cogerla a ella.

-¡No!- Escuché el grito desesperado de Shay en el mismo momento en


que Ren aulló.

Cerré los ojos y dejé que el espectro me engullera.

Dolor.

A medida que la oscuridad se dio la vuelta en mi piel, se sentía como


un millar de pequeños ganchos, blancos caliente habían presentado
en mi carne. Poco a poco empezaron a tirar, rasgando la piel a partir
de cada músculo. Yo estaba gritando, pero no podía escuchar nada.
Ni siquiera el sonido de mi propia agonía. Yo estaba siendo
destrozada. Yo estaba en el fuego.

Y entonces no había nada.


PARTE III

FUEGO

DIECISÉIS

Me desperte con un sobresalto, sin aliento.

Fuera de la ventana una tormenta rugía. Aguanieve y nieve, afilada


como dardos, carenados de las nubes a la tierra. Mis párpados se
cerraron mientras trataba de ordenar a través de mis oscuros
recuerdos. Brisa cálida. El olor del aire salado besado por los limones.

Ahora estaba rodeada de olores familiares. El mosto de libros de


bolsillo perro de orejas, la torpe mordedura de lápices afilados, y la
nitidez de denim. Me senté, mirando a mi alrededor.

Yo estaba en la cama. En mi habitación.

La piel de gallina se arrastró hasta mis brazos.

Yo estaba en Vail. Un grito quedó atrapado tratando de explotar de


mis pulmones, como si se hubiera ahogado fuera por una mano
invisible.

Estoy en casa. ¿Qué tengo que temer?

-Buenos días, dormilona.

Mi madre estaba sentada en una silla cerca de mi tocador. Mi padre se


puso en los hombros, mirandome extrañamente rígido.

-¿Mamá? ¿Eres tu?- Mi voz se quebró. Traté de moverme de nuevo,


pero mis miembros cosquillearon. Se sentían tan pesados.
-Por supuesto que soy yo-, dijo, mientras yo me quedé mirándola.

Algo dentro de mí estaba sollozando. ¿Por qué ver a mi mamá me


pone triste?

-Pensamos que podrías dormir todo el día.- Sus dientes eran muy
brillante cuando sonreía. -¿No tenemos, Stephen?

Mi padre asintió con la cabeza. Algo en sus ojos temian hicieron un


rizo en la base de mi espina dorsal. Él estaba muy atento. El alfa
Nightshade estaba erizado, listo para el ataque.

Voces distantes se hicieron eco en los recovecos de mi mente.

-No hay alfa Nightshade.

-¿Ansel?- Murmuré.

Un destello de dolor trató de dividir mi cráneo. Me incliné hacia


adelante, sosteniendo la cabeza entre las manos.

-Tu hermano está patrullando con Mason,- dijo mi madre. -Él va a


estar de vuelta pronto. No te preocupes.

Asentí con la cabeza. Eso tenía sentido. ¿Por qué mi cabeza dolia
tanto?

La frente de mi padre se frunció. -¿Estás adolorida?

-Stephen- Los ojos de mi madre enrollada a su compañero; una


advertencia destellaba dentro de ellos. -No la mimes. Ella es un alfa,
después de todo.

-Por supuesto, Naomi- dijo mi padre. Sus manos se apoderaron de la


parte posterior de la silla.

-Creo que podría estar enferma-, les dije. -Me duele la cabeza.

-Te daremos una aspirina en un segundo, cariño-, dijo mi madre. -Pero


no te quedes dormida antes de que termines de decirnos acerca de tu
aventura.
-¿Mi aventura?- la miró fijamente.

-Sí- dijo ella. -Basta con que nos hablabas de todos los lugares donde
has estado. Estabas viajando con tus amigos. ¿Recuerdas cómo era
el regalo de los Guardianes después de la Unión? ¿Todos los lugares
que has visto?

Ella sonrió. Una ola de facilidad se apoderó de mí, haciendo a mis


extremidades más pesadas, pero la felicidad corría por mis venas. -
Todos los lugares que he visto.

-Eso es correcto.- Sus dientes blancos de perlas brillaron. -Queremos


saber todo sobre ello. ¿Cuáles fueron los lugares que visitaste?

Se ajustó el peso. Cuando se mudó, su cuerpo torno borroso y por un


momento, con el rostro contraído y yo sierras…

Grité cuando mi cabeza palpitaba.

-¡Calla!- Mi padre se acercó a mí.

La mano de mi madre salió disparada y se quedó paralizada. Se puso


se puso de pie, dando pasos muy lentos hacia mí.

¿Por qué se mueve tan lentamente?

Con cada paso su figura se tornaba borrosa de nuevo. El martilleo en


mi cabeza me obligó a seguir cerrando los ojos. No podía
concentrarme en ella mientras se acercaba.

El colchón crujió cuando se acomodó a mi lado. Ella puso sus manos


en mis sienes y el dolor dio paso a una nueva oleada de éxtasis.

-No- ella susurró. -¿No es mejor así?

Asentí con la cabeza, pero todavía tenia ganas de llorar. Había algo
que quería decirle, algo tan importante que mi madre necesitaba
saber.

Apoyé la cabeza en su hombro. -Lo siento.


Pero yo no sabía por que me estaba disculpando.

Ella me acarició el pelo. Su olor se colaba en mi nariz-un aroma de


rigidez del pergamino y el vino tinto. Me aparté, mirándola fijamente.

-¿Te sientes mejor?

Aspiré, dejando que el linger aroma. Un olor que no era el olor de


Naomi Tor. Mi madre siempre olía a gardenias y helechos.

Estos olores, olores viejos, ricos completamente integrados en un


perfume embriagador, eran familiares y que pertenecían a otra
persona.

-Lumine-, le susurré.

El momento en que hablé el nombre de mi ama, su hechizo se rompió.

El aire a mi alrededor crepitaba, astillando ante mis ojos. Mi madre se


había desvanecido. Sólo Lumine Nightshade se sentó delante de mí.
Mi padre se puso de pie en silencio en el otro lado de la habitación.
Sus ojos brillaban de miedo.

Choque me soldaba a la cama como las ilusiones se alejaron. Empecé


a temblar y sollozar.

Lumine suspiró, enderezando la chaqueta oscura de su traje de


Chanel. -Eso no es muy devenir, Calla.

-Eres una puta.- Gruñí, los dientes afilados. Estaba a punto de


lanzarme cuando mi padre gritó.

-¡Calla, no!- El comando del alfa Nightshade era todavía suficiente


para tirar de mí hasta ahora.

Nuestros ojos se encontraron por un momento antes de que yo


siguiera su mirada hacia mi armario. La puerta estaba entreabierta y
algo se movía en su interior. Sombras, gruesas, ondulantes en la
oscuridad. Un espectro.
Se me hizo un nudo en el estómago al recordar al espectro llevarme.
Una ola de dolor se estrelló a través de mis extremidades, casi me
envía de nuevo en la inconsciencia.

Lumine sonrió. -Realmente, Calla. ¿Creías que me iba a desnudar la


garganta para tus colmillos? -Ella me dio unas palmaditas en la mano.-
Deberias habelo sabido mejor.

Cogí mis dedos por debajo de ella. Mientras que yo no podía atacarla,
yo no iba a jugar limpio.

-Aléjate de mí.

-Refrenarse, hija- ella dijo. -Has tenido un buen viaje, y se necesita un


tiempo para recuperarse plenamente del abrazo de un fantasma.

Ella rió suavemente cuando me estremecí.

-Sólo tengo un par de preguntas para ti- dijo ella. -Entonces podras
descansar.

-No tengo nada que decirte.

-Oh.- Su sonrisa se convirtió en frío. -Yo creo que sí.

Tragué saliva, mirando el fantasma en el armario antes de sacudir la


cabeza.

-Sí-. Su mirada siguió la mía. -Esa es una manera que podría ser.
Efron ha estado suplicandome a mí para entregarte a él y Emile.

Obligue a mi ojos a mirar a otra parte, en vez de mirarala me quedé


mirando la ventana, mirando la nieve azotada por el viento. Mi cuerpo
se sentía de esa manera: magullado y maltratada. El sol y el mar de

Italia parecía un sueño lejano. Y Lumine no era la única con


preguntas. Yo estaba desesperada por saber lo que había ocurrido
después de que el espectro me llevara. ¿Los demás se habían
escapado de la guarida Eydis? ¿Eran prisioneros también?
-Pero les expliqué que yo no creo que es probable romperte-,
continuó. -No importa cuánta presión se aplica.

Le ofrecí una leve sonrisa. -Tienes razón.

-Por supuesto que sí- dijo ella. –Pero no estamos sin opciones.
¿Estamos, Stephen?

-No, señora.- Su cara estaba en blanco, pero sus músculos se


movieron con energía nerviosa. Mi padre era infeliz; Podía oler su
dolor, su indignación a través del cuarto.

-¿Por qué iba yo a hacer algo por ti?- Yo la miré. -Mataste a mi madre.
Has destruido mi hermano.

-¿Has visto a Ansel?- Mi padre dio dos pasos hacia mí. –Sin…

Lumine no habló, pero ella se puso rígida. Mi padre se contuvo,


cayendo en silencio.

-Lo que pasó con tu madre fue desafortunado- dijo ella, cruzando las
manos sobre el regazo. -Pero es necesario dadas las circunstancias.

-¿Era necesario matarla?- Mis ojos estaban ardiendo, pero parpadee


para contener las lágrimas lo más rápido que pude. No había manera
en el infierno que de que a dejara a Lumine verme llorar.

Ella chasqueó la lengua con una risa suave, y era todo lo que podía
hacer para no arrojarme sobre ella en una furia de garras y dientes. -
¿matarla? Difícilmente, Calla. Y estoy bastante segura de que no lo
verias de esa manera si tu mente no hubiese sido tan terriblemente
corrompida por. . . influencias externas.

Clavé las uñas en la colcha.

-Una vez creiste en el deber. En la lealtad -, continuó. -Tu madre


fracasó en su papel más importante. Y ella pagó el precio.
Miré a mi padre, pero él todavía estaba congelado. Ni me miraba a mí
ni a Lumine, en su lugar sus ojos grises se perdieron en algún
desconocido, lugar distante.

Lumine aún hablaba. -El castigo de tu hermano era una advertencia.

-Una advertencia,- repeti en voz baja, un gruñido que se encrespa


alrededor de mis palabras.

-Para el resto de su manada-, dijo. -La traición se debe cumplir por


retribución rápida.

-¡Él no hizo nada malo¡- Les mostré mis dientes y ella sonrió.

-¿Acaso no es así?-, Preguntó. -¿Me puedes mostrar esos colmillos


mortales y creer que tu hermano, que siempre te ha adorado, no tenía
sospechas de que querías a alguien que no era tu compañero?

La sangre subió de mi cuello en mis mejillas mientras mi corazón


empezó a latir muy rápido.

-¿No crees que él supuso que correría el riesgo de su propia vida y el


bienestar de su familia y amigos, todo por el enamoramiento de una
adolescente?

-¡Enamoramiento!- chille. -¡Me enamoré de Shay y descubrí que iban a


sacrificarlo! ¡Querías que Ren y yo lo mataramos!

A pesar de mi arrebato, la sonrisa de Lumine se hizo más serena. El


calor en mis mejillas dio paso a un frío rastrero.

Maldita sea. Había estado provocándome y yo acababa de dar su


información. No quería darle nada. Excepto tal vez algunas cicatrices
feas.

Lumine pareció para interpretar mi silencio repentino como sumisión


más que frustración.

-Yo no puedo darte todo el tiempo que me gustaría, Calla.- Su voz


envuelta alrededor de mí como una pitón a punto de constreñir. -Pero
yo he discutido este asunto en profundidad con tu padre. Escuchalo a
él. Escuchanos a nosotros y todo puede estar bien. Incluso para yu
hermano. Y tu manada.

La mire a los ojos, buscando el engaño, pero sólo encontré una mirada
dura confiada.

-¿Le ayudarás a Ansel?

Ella asintió con la cabeza. -Todo puede ser como era antes.

Como había sido antes. Mi pasado roto se hizo todo de nuevo.

-Si nos ayudas-, dijo.

Yo no le respondí. Yo no podría haberle hablado aun si hubiera


querido. Mis miembros temblaban, mi cabeza todavía palpitante, y mi
garganta estaba reseca.

-Stephen.- Lumine le tendió la mano a mi padre. Se acercó a la cama


con cautela. -Emile y Efron llegarán en una hora. Aprovecha este
tiempo sabiamente. A medida que nos hemos puesto de acuerdo.

-Por supuesto, señora.- Mi padre inclinó la cabeza cuando Lumine se


levantó. Salió de la habitación con el fantasma detrás de ella.

En el momento en que la criatura de sombra se perdió de vista, me


estremeci y me deje caer contra las almohadas.

-Aquí.- Mi padre cogió una copa sentada en la mesita de noche. -Bebe


esto.

Miré el vidrio y sacudí la cabeza.

Él sonrió con ironía. -Es sólo agua, Calla. Me serví yo mismo.

-Gracias-, le dije con voz ronca, tomando el vaso. Miré el líquido claro
por un momento, preguntandome si podía confiar en mi padre. Si es
que importaba. El agua alivió el dolor de mi garganta seca mientras
bebía.
-¿Cuánto tiempo he estado aquí?

-Ellos te trajeron anteanoche-. Dijo. -has estado dentro y fuera de la


conciencia, ya que dejan que el espectro continúe alimentandose de ti.

Él gruñó, mirando hacia la puerta. -Así que usted sería débil para ser
interrogado, abierta a la sugestión.

-¿Qué quieren?-, Le pregunté, entregándole la copa de nuevo a él.

-Ellos quieren que les digas donde esta Shay-dijo sin perder el ritmo.

Estrujé un poco como el alivio cubrió mis miembros. Shay no estaba


aquí. Estaba a salvo. Eso al menos era algo.

-No lo haré-, le dije, encontrando su mirada firme. -Yo nunca lo


traicionaría.

-No pensé que lo hicieras.

Él me miraba de cerca, pero yo no podía leer las emociones en su


rostro. La confusión, ¿tal vez? ¿Preocupacion?

-Tu hermano. . . -Dijo cuidadosamente. -¿Es he…?

-Esta seguro- le dije.

-¿Está bien?

Empecé a sacudir la cabeza y algo estalló dentro de mí. Grité,


enterrando la cara entre las manos. Mi cuerpo se estremeció mientras
yo sollozaba, las recientes pérdidas por fin me adelantaron. Mi madre,
mi hermano, Lydia, Silas, el Sr. Selby. . . y tal vez otros que habían
muerto después de que me desmayé. ¿Y todo eso para que? Después
de todo estaba de vuelta donde me inicié en Vail, sujeta a los
caprichos de mi ama. Tal vez no había ninguna manera de escapar del
destino.

Los brazos de mi padre estaban a mi alrededor. Yo estaba demasiado


angustiada para reaccionar, aunque sabía que debería estar
sorprendida. No podía recordar la última vez que lo había abrazado. A
menudo había peleado cariñosamente con Ansel y conmigo cuando
éramos lobos, pero sirvió como un ejercicio de lucha tanto como una
forma de unión.

Cuando éramos humanos, mi padre siempre fue reservado. Ahora, sus


hombros temblaban y él estaba llorando tan abiertamente como yo.

Nos quedamos así, apoyándonos el uno al otro, ambos perdidos en el


dolor, hasta que me alejé. Frotándose los ojos legañosos, me volví
hacia la ventana. Aunque mi habitación estaba en el segundo piso,
que no era tan lejos de la tierra. Tal vez esta era mi única oportunidad.
Tal vez mi padre vendría conmigo.

-No, Calla,- dijo él, apoyando su mano en mi hombro. -Hay Banes en


todo el perímetro de nuestro complejo. tu puedes ser capaz de luchar
contra dos o tres de ellos, pero con el tiempo que llevan
abrumándote…

Me volví hacia él, sorprendida de que hubiera leído mis pensamientos


tan fácilmente. Después de todo, él me había levantado a pensar y
actuar como un guerrero, siempre en busca de una manera de ganar
la mano.

-¿Podemos hablar?- Le susurré, buscando em sus ojos alguna señal


de sus verdaderos sentimientos acerca de todo lo que estaba
sucediendo a nuestro alrededor. Mi padre amaba a fin, control. Su
mundo se había degenerado en el caos. Y de la manera que él
acababa de abrazarme y llorar conmigo, sabía que algo dentro de él
había sido arrancado aparte por lo que los Guardianes habían hecho a
nuestra familia.

Echó un vistazo a la puerta, asintiendo con la cabeza. -Van a tener un


fantasma enviado fuera. Pero la habitación es la nuestra.

Mi corazón latía. ¿Cuánto tiempo tenemos? ¿Cuáles fueron las cosas


más importantes para saber?
-¿Se llevaron a alguien más?-, Le pregunté. ¿Cuando me trajeron
aquí, estaban allí otros prisioneros?

-No que yo sepa- dijo. -Pero yo no soy exactamente su hombre de


confianza en estos días.

Me mordí el labio, al darme cuenta que era el momento. Tal vez la


misma cosa que los buscadores necesitan.

-Papá,- comencé, tratando que mi voz no temblara. -¿Qué pasa si me


podrías ayudar?

Volvió los ojos afilados en mí, y mi corazón dio un vuelco. ¿Mi propio
padre me considera un traidor? ¿Después de todo lo que había
pasado, era la lealtad a los Guardianes todavía importantes para él?

-Ayúdarte, ¿cómo?

Me sentía sin aliento, pero me obligué a seguir. -Me escape porque a


Shay los Guardianes lo iban a matar.

Él no respondió, pero me observó con atención mientras yo hablaba.

-Él es el Vastago- le dije. -Un descendiente de los propios Guardianes


que puede destruirlos.

-Si él es uno de ellos, ¿por qué se volvería contra ellos?- La frente de


mi padre se arrugó.

-Él no es exactamente uno de ellos- le dije, las palabras saliendo


solas. -Su madre era humana.

-Yo no creo que eso sea posible…

-Lo es.- Tomé sus manos. -Todo lo que te han dicho sobre los
Guardianes y los buscadores. Acerca de la guerra. Incluso sobre
quiénes somos. Era todo mentira.

Sus manos se apoderaron de las mías, tan apretado que era doloroso,
pero seguí hablando.
-Los Guardianes idearon, este mundo retorcido, para que pudieran
gobernarlo. Buscadores están tratando de cambiar eso. Ellos sólo
luchan por hacer las cosas bien de nuevo. Shay es la clave de todo
eso.

-¿Cómo puedes estar tan segura?- Susurró, los ojos desorbitados.

Me devanaba mi mente. No había visto lo que había visto. La


Academia-la belleza y la gracia de la magia de los buscadores, tan
contraria a la crueldad manipulaciones de hechizos los Guardianes. Él
no había luchado junto a mis nuevos aliados, no tenía motivos para
confiar en ellos como lo hice yo. ¿Qué podría convencerlo a él? Yo
sabía que tenía que traerlo de vuelta. Su ayuda podría cambiarlo todo
para mí. . . para todos nosotros.

-Calla.- Sonaba tan desesperado como me sentía. -¿Qué sabes? No


tenemos mucho tiempo. Emile…

No pudo decir el nombre de la alfa Bane sin gruñir. Mi mente crujió


cuando la realización me golpeó como un relámpago.

-Corrine,- le dije.

-¿Qué?- Él frunció el ceño.

-Corrine Laroche.- Me apretó las manos. -Ella no fue asesinada por


una emboscada de los Buscadores.

Mi padre se puso rígido, pero me apresure a continuar. –los


Buscadores venían a pelear con ella. Ella estaba liderando una
rebelión contra los Guardianes.

Encontrando su mirada, yo esperaba encontrar incredulidad, pero no


estaba allí.

-Pero el complot fue descubierto y a ella y a los demás Banes que


habían del lado de ella los mataron- le dije. -Y cuando llegaron los
buscadores, los Guardianes estaban esperándolos.
Mi padre sacó las manos de las mías como los puños apretados. -Sólo
uno eras. Sólo una niña cuando eso sucedió.

-Lo sé., le dije. -Sucedió en el primer cumpleaños de Ren y el mio.

-Siempre he pensado. . . -Hizo una pausa, un gruñido sordo en su


pecho. -Que algo no estaba bien. Cuando los Guardianes nos
convocaron para luchar, fuimos después de que los buscadores
llegaron en el complejo Bane, los persiguió hasta el final a Boulder.
Pero no había ningún cuerpo.

-¿Qué quieres decir?

-El Banes- dijo. -Los Guardianes nos llamaron a la batalla porque el


Banes había sido emboscado por buscadores. Pero cuando llegamos
a su compuesto, no había lobos Bane allí, herido o muerto. No hubo
víctimas. Los buscadores son combatientes duros; dejando heridos y
muertos a su paso.

-Pero los espectros no lo hacen- le susurré.

Sus ojos se encontraron con los míos, brillando como el acero. Él


asintió con la cabeza. –¿los buscadores te dijeron eso?

Aunque sus propios recuerdos estaban ofreciendo pedacitos de


verdad, todavía podía oír su renuencia a confiar en sus enemigos de
toda la vida.

-los buscadores del desierto llenaron en algunos espacios en blanco-


le dije. -Pero he leído sobre la muerte de Corrine y la trampa.

-¿Dónde?- Preguntó, sorprendido.

-En la biblioteca del Bosque Mar- le contesté con un escalofrío. -A


Rowan Estate. Había una cuenta en la revista Annals Haldis.

-Corrine era un lobo bueno- dijo en voz baja. -Ella no se merecía la


vida que le fue entregada a ella.

-Lo sé- le dije.


-Supongo que es una bendición disfrazada que su hijo nunca conoció.

Mi respiración se detuvo a la mención de Ren. -Él sabe lo ahora.

-¿Sabes dónde está?- Los ojos de mi padre se fueron desviado. -Los


Guardianes nos dijeron que él se había fugado. No se puede tomar la
vergüenza de perder su manada. Al igual que Logan.

Una sonrisa tiró de mis labios. -Sé que Logan es demasiado.

Una de sus cejas se levantó. -¿En serio?

-Los dos están con buscadores-, le dije. -Ren porque Adne quería
salvarlo. . . y yo también lo quice.

-¿Quién es Adne?

-La hija de Monroe, uno de los buscadores. Y ella es. . . -Me di cuenta
de lo mucho que había aprendido y lo poco que mi padre todavía
sabía. -Ella es la hermana de Ren.

Él me dio una mirada larga, finalmente suspirando. -¿Corrine y el


Buscador Monroe?

-No pareces sorprendido-, le dije.

-Disjiste antes que Shay tuvo una madre humana- dijo. -Por lo tanto,
se deduce que los emparejamientos entre los humanos y los nuestros
se han sucedido también.

Dibujo de una respiración lenta y profunda, dijo, -Y nadie toma el tipo


de riesgo que Corrine hizo sin algo enorme en juego. Algo así como el
amor.

Parpadeé lejos las nuevas lágrimas que se reunieron en mis ojos. -Lo
sé.

La sonrisa que me dio fue amable. -¿Te encanta ese chico. . . el


Vastago?

Asentí con la cabeza, atrayendo mis rodillas hasta el pecho.


Él me miró, frunciendo el ceño ligeramente. -¿Pero también volviste
por Ren?

Mis mejillas quemadas, como de repente me fue una hija atrapada en


una incómoda conversación con su padre. -Es complicado.

-Supongo que si.- Él se echó a reír. -Y ahora entiendo por qué Renier
no es nada como su padre.

-Su padre. . . su verdadero padre. . . -Tuve que aclararme la garganta


hasta el final. -Era un buen hombre. Un guerrero como nosotros.

-Es bueno saber que Corrine encontró al menos un poco de felicidad


en su vida- dijo en voz baja. -Incluso si fue sólo brevemente.

-Supongo- dije, pensando en el costo de Corrine, Monroe, Ren, y


Adne. Adne era huérfana ahora, pero ella había salvado a su
hermano. ¿Eso lograba equilibrar las cosas? Yo no lo sabía.

-Amor,- mi padre dijo en voz baja. -El verdadero amor, incluso en los
peores momentos, vale más que lo que cualquiera de nosotros puede
decir.

Me quedé mirándolo, la clara mirada en sus ojos forzando la verdad en


la mía.

-¿Quién eres tú y qué has hecho con mi padre?- Abrí una sonrisa.

Él se rió entre dientes. -Hay momentos en los tiempos de la guerra.


Pero a veces es necesario arriesgarse a decir la verdad de nuestras
propias vulnerabilidades.

Al verlo, mi pecho se pellizcó con tristeza. -¿Tu ha. . . amaste mamá?

-Sí-. Su sonrisa se desvaneció. -Aún más después de que tu y Ansel


naciecen.

Quería creerle, pero no pude evitar mi siguiente pregunta. -¿Pero


parecías tan diferente?
-Esramos muy diferentes-, dijo. -Pero ambos estábamos siempre
tratando de ser los alfas que pensábamos que teníamos que ser. Para
proteger a la manada. Para mantenerte a ti y a tu hermano a salvo.

Mis uñas se clavaron en mis manos. Había estado tratando de


protegerme y mi rebelión la había matado.

-Lo siento- le susurré.

-No- dijo, metiendo mi cabello detrás de mi oreja. -Ella nunca te


culpaba de nada de esto.

Asentí con la cabeza, deseando que sus palabras pudieran quitar la


culpa que se retorcía como un cuchillo en mi estómago.

-Y tu madre tenía un lado salvaje-, dijo. -Nadie podía cazar fuera de


ella. Cuando éramos libres en el bosque, corriendo juntos, esos eran
nuestros momentos más felices.

Le sonreí, recordando la alegría desbordante de la caza con Shay. -


Me alegro.

-Estos buscadores.- Él se puso de pie, rodeando la cama de pie cerca


de la ventana. -¿Crees que hay alguna posibilidad de que puedan
ganar?

-Logan cree que sí-, le dije. -Es por eso que les está dando la
información.

Mi padre me miró. -¿Se ha convertido en su padre?

-No creo que se haya puesto de esa manera,- le dije, sonriendo


torvamente. -Creo que está tratando de mantener intacta su propia
piel.

-Eso suena bien.

-Shay tiene un arma-, le dije. -O la mayor parte de ella. La Cruz


Elemental.

-¿Una cruz es un arma?


-Son dos espadas- le dije. -Una vez que tienes ambos, él puede
derrotar a los Guardianes. Él será capaz de matar fantasmas.

-Nada puede matar a un fantasma.- Pronunció las palabras a los


remolinos de nieve fuera en vez de a mí.

-El Vastago si.

-¿Cómo van a atacar?

Me encogí, preguntándome si debería decir nada más. ¿Y si mi padre


todavía esperaba que pudiera recuperar su estatus entre los
Guardianes?

Sus dedos temblaban. El conocimiento y la esperanza brotaban dentro


de mí. Él no quiere tener nada que ver con los Guardianes. Mi padre
era un guerrero.

Él quería pelear.

-No sé cuando va a pasar al ataque.- Eso era cierto. Habíamos estado


enfocados en la recuperación de las piezas de la cruz. ¿Quién sabía lo
que el futuro celebraba después de eso? -Pero vamos a necesitar un
ejército para respaldar a Shay.

Mi padre se volvió hacia mí, inclinando la cabeza, pensativo. -¿Un


ejército?

Asentí con la cabeza.

-¿Los buscadores no son suficientes?

-No- le dije. -Van a luchar hasta el final, pero necesitan ayuda. Ahí es
donde entramos nosotros.

-¿Nosotros?

- Los Guardianes.

Él se echó a reír. -¿Uno espera para liderar un ejército de lobos contra


los Guardianes?
-Ha pasado antes- le dije. -Es parte de nuestra historia. El Harrowing
fue una revuelta Guardian.

-¿Más secretos de la biblioteca?

-Sí- le dije. -Pero sólo puedo llevar mi mochila. . . y sólo siete de


nosotros son apenas un ejército.

Había ido muy quieto.

-Soy una joven alfa,- dije lentamente. -Necesitamos un veterano. Un


líder que los otros lobos seguirán.

-Calla- Había una nota de advertencia en su voz, ribeteado con dolor.

-Sigues siendo el alfa Nightshade.

Sus hombros estaban tensos por la furia. -Me han despojado de ese
papel.

-Nadie puede tomar tu manada- le dije, rodando sobre mis rodillas. -


¿Son los Nightshades feliz de que los Guardianes están llamando a
Emile su alfa?

Hizo una mueca.

-Yo no lo creo-, le dije. -Tú puedes llevarlos a ellos. Tienes que


llevarlos.

-¿Cuándo?- Su pregunta era poco más que un susurro.

-Pronto.- Me deslicé de la cama y tomé su mano. -Me gustaría saber


más.

-Si los buscadores ganan, ¿que ocurre con los lobos?

Abrí la boca para contestar antes de darme cuenta de que no tenía


una respuesta. ¿Qué sería de nosotros si nos las arreglamos para
ganar esta guerra? ¿De dónde surgió los Guardianes pertenecer?
La puerta de mi habitación se abrió. Emile Laroche entro
contoneándose, echó un vistazo a nuestras manos entrelazadas, y
sonrió.

-Una reunión familiar Tor.- Él sonrió. -¿No es esto de tocar?

Lo miré y él se pasó la lengua por los colmillos de afilado.

-Lástima que no puede durar.

DIECISIETE

MI PADRE dejó caer al suelo, un lobo gris-marrón bloqueando la ruta


de Emile para mí. Emile cambió formas, erizado y gruñendo. Él
comenzó a tallo hacia nosotros. Mi padre dio un ladrido de
advertencia, músculos agrupamiento cuando se disponía a atacar.

-Ahora, ahora.- Efron Bane entró en la habitación con Lumine a su


lado. -No tenemos tiempo para dejar que los muchachos peleen.

Los dos alfas todavía se enfrentaban, mostrando los colmillos y el pelo


erizado.

-Basta.- Comando de Lumine rompió a través de la habitación. -Shift


vuelta a la vez.

Ambos lobos a regañadientes obedecieron, sus gruñidos dando paso


a miradas furiosas cuando regresaron a su forma humana. Mi padre
seguía de pie frente a mí, su cuerpo protegiendo el mío.

-¿Ha tenido algún éxito, Stephen?- Preguntó Lumine.

Él negó con la cabeza. -Una chica terriblemente obstinada, ama. No


puedo traer a su alrededor.

-Dame cinco minutos.- Emile resopló. -Voy a traer a su alrededor.

El puño de mi padre hizo una bola, pero Efron le puso una mano en el
hombro a Emile. -Ahora, ahora. Inflexión del mundo, las circunstancias
rápidamente cambiantes, ¿recuerdas? Nosotros no seremos capaces
de ahorrar una ronda de disfrutar de la chica.

Emile encogió la mano de Efron. -Esto es un error. La perrita es una


traidora y debe morir.

Observé su intercambio, cada vez más perplejo. ¿Qué estaba


pasando?

Lumine cruzó la habitación, me evaluo con su mirada. -Al parecer se lo


ha ganado algunos amigos entre los buscadores, Calla.

-Y tienen algo que queremos-, agregó Efron.

-Su hijo era un tonto para dejarse capturar- Emile escupió. -Usted le
deberia dejar pudrirse en un agujero Buscador.

Emile se balanceó sobre los talones cuando Efron lo esposó. -


Recuerde usted mismo, lobo. El hijo de tu señor merece tu respeto.

Emile lo fulminó con la mirada, pero inclinó la cabeza en sumisión.

Mi mente daba vueltas. ¿Logan? Logan estaba afirmando que había


sido secuestrado. ¿Qué demonios estaba pasando?

-Ven conmigo, Calla.- Lumine hizo señas. -Nosotros no queremos


llegar tarde.

Miré a mi padre antes de caminar a su lado. Levantó la mano, tocando


zarcillos de mis cabellos rubios esquilados.

-Es una lástima acerca de tu cabello- dijo Lumine. -¿En qué estabas
pensando?

Yo no le respondí.

-Stephen, espera a que regreses- dijo ella, frunciendo los labios


mientras observaba a mi padre. -Tú y yo todavía tenemos cosas que
discutir.

-Por supuesto, señora.- Inclinó la cabeza.


Mientras seguía a Lumine fuera de la habitación, me resistí a la
tentación de mirar hacia atrás hacia él. En este momento se suponía
que debía ser una hija obstinada y rebelde que no tenía respeto por su
padre. No podía dejar que los Guardianes supieran que sólo dos de
esas tres cosas eran ciertas.

No podía ver a través de los oscuros cristales tintados de la limusina,


pero nos llevó alrededor de una hora. Mi mente aún estaba de vuelta
en Vail. Deseé alguna manera de hablar con mi padre. Él nos
ayudaría. Lucharían los Guardianes. Pero ¿cómo podríamos vincular a
su manada con los buscadores?

Mi cuerpo estaba exhausto. Mi mente en un frenesí. Todavía no tenía


idea de a dónde me llevaban o lo que iba a suceder cuando
llegaramos a nuestro destino. No importa el grado de confianza que
quería aparecer, la curiosidad se impuso cuando el coche se detuvo.

-¿Dónde estamos?

-Una ubicación terriblemente incómoda insistida por tus amigos.- Efron


dejó la copa de coñac que había estado bebiendo durante el viaje. –
Deberían dar elogio por nuestra cooperación.

Emile gruñó en voz baja. Había estado mirandome a mí durante todo


el viaje. Yo sabía que quería intimidarme, pero sólo hizo que mi odio
creciera más. Cuando subido más allá de mí, después de Efron de la
limusina, le susurré: -Algún día voy a verte morir.

Él me sonrió. Todos los colmillos. -¿Demasiado miedo para tratar de


matarme a tu misma?

Me deslicé una sonrisa dura devolviendo la mirada sin pestañear. El


miedo no tuvo parte en ella, pero había un número de personas en la
lista de los enemigos de Emile por venganza merecida más que yo.
Incluyendo a mi padre. Incluyendo a Ren.

-Muevete a lo largo, Calla,- dijo Lumine, me chasquea con sus largas


uñas.
Me bajé del coche. Emile se quedó a mi lado, haciendo el papel de
guardia de la prisión, mientras que los Guardianes pasaron tiempo
suavizando las líneas de sus respectivos trajes de Chanel y Gucci. El
conductor y otro hombre salieron del coche. Reconocí tanto como
Banes mayores. Ellos tomaron posiciones de flanqueo junto a los
Guardianes.

Miré a mí alrededor, tratando de averiguar dónde estábamos. Nos


pusimos de pie en el borde de un pequeño prado que rompió el
bosque de pinos. En la distancia pude ver los contornos de los picos
de montaña, donde las nubes cargadas de nieve se enroscaban
alrededor de rocas dentadas. El aire estaba demasiado fresca para
ponernos cerca de cualquier ciudad, pero no estuvieran en el territorio
alrededor de Vail tampoco.

Habíamos conducido fuera de la tormenta así. Aquí la escama helada


ocasional desvió pasando, pero no había casi ningún signo de viento y
la nieve sólo alcanzó nuestros tobillos en profundidad.

Cogí el signo de movimiento en los árboles en todo el espacio abierto.


Las figuras salieron del bosque, que venían hacia nosotros.

Cuando me di cuenta de la caída de cabello castaño y largo plumero,


casi grité. Connor estaba vivo. Sólo de verlo me dio la esperanza de
que tal vez la misión en Eydis no había terminado en desastre. Sin
pensarlo, di un paso hacia él. Emile me agarró del brazo, sus dedos
clavándose en mi carne dura lo suficiente como para herirme. Ignoré el
dolor mientras mis ojos se movieron sobre el resto de la fiesta, pero
aparecieron los que yo estaba buscando. Las dos personas que me
esperan conducir un esfuerzo para rescatarme, Shay y Ren, no
estaban por ningún lado. Ni Bryn o Mason o Nev.

Connor estaba liderando una figura desplomada, que tropezó a través


de la nieve. Logan miró en un estado mucho peor que la última vez
que lo había visto. Cuando que se acercaba, vi su hinchada, el labio
partido y el ojo negro.
-¡Padre!- Logan gritó. Connor metió un codazo en las costillas y Logan
se duplicó durante la tos.

-¡¿Cómo te atreves a ponerle la mano encima a mi hijo?!- Efron gritó,


con los ojos en llamas. Vi a la rodadura poder sobre sus hombros
como un rayo y esperaba que Connor supiera lo que estaba haciendo.
Incluso si un cambio se había acordado, si era un fantasma en la
mezcla, que no tenía mucha fe en nuestras posibilidades de salir de
esto con vida.

Anika miró a Connor, agitando la cabeza. -Suficiente.

Connor siguió sosteniendo la mirada de Logan y arrastró un dedo por


el cuello. El joven encargado se encogió y lanzó una mirada suplicante
a su padre.

Muy por el programa que están poniendo por los Guardianes. Por
favor, dejen de actuar.

A pesar de que yo no estaba en el plan, yo confiaba en que era una


buena idea.

Una figura rígida orgullosos cuya muñecas esposadas con acero


mantuvo el ritmo de Anika. Los ojos de Sabine estaban inyectados en
sangre, extremidades temblando en el frío.

¿Sabine? ¿Qué hace ella aquí? ¿Y por qué tiene restricciones de


metal en las muñecas?

Otros dos buscadores, armados con ballestas, tomaron la parte


trasera del pequeño partido. Mantuvieron sus armas capacitadas
sobre Emile y los otros dos Banes. El pequeño partido se detuvo
cuando estaban a unos cinco metros de nosotros.

-Te ofrecería refrescos, pero rechacé mi oferta de la hospitalidad-, dijo


Efron a Anika, a pesar de que estaba viendo a Sabine. Parecía como
desconcertado cuando estaba en su apariencia. Su mirada era dura,
pasando de la furia a la curiosidad mientras ella mantenía sus propios
ojos bajos.
-Sus oficinas apenas hacen un lugar de encuentro acogedor para
nosotros, Efron- dijo Anika con una sonrisa fría.

Efron se encogió de hombros. -¿Vamos a hacer negocios, entonces?

-A medida que nos hemos puesto de acuerdo-, dijo Anika. -¿El lobo
por tu hijo?

Efron asintió.

Sabine tambaleó hacia delante de repente, arrojándose a los pies de


Efron. -¡Espera! ¡Prometiste que pudiera hablar!

Los Banes saltaron hacia adelante, de cambiar a forma de lobo. Ellos


acechados por Sabine.

Los labios de Efron se curvaron en una mueca mientras miraba a la


chica temblando de rodillas delante de él.

La miré fijamente. ¿Qué demonios estaba haciendo?

-Por favor- dijo ella. -Por favor.

-¿Qué es esto?- Efron escupió.

-Esa chica es inútil para nosotros- dijo Anika rígidamente. -Pero a


diferencia de ti, no somos monstruos. Nosotros no ejecutamos
prisioneros sin razón y no podemos correr el riesgo de que vea
nuestras operaciones. Ella es una responsabilidad.

Sabine estaba sollozando y tratando de arrancar el pelo a través de


sus enlaces. -Yo no sabía. Lo siento mucho. Cometí un terrible error.

-Qué patético- dijo Lumine. -Qué alegría que nosotros no compartimos


su carga de conciencia.- Miró el Banes y levantó la mano. No pude
espirar, sabiendo que ella estaba a punto de dar la orden para que
mataran a Sabine.

-No.- Efron le lanzó una mirada penetrante. -Esto es para mí.

Lumine suspiró, dejando caer la mano. -Como desées.


-Por favor, perdóname, maestro.- Sabine miró fijamente, con el rostro
bañado en lágrimas. -Muéstrame tu favor. Take me back.

Me sentía enferma, sabiendo que esto no era real, pero incapaz de


entender cómo podría ser parte del plan de los buscadores. ¿Por qué
Sabine volveria a Efron?

¿Qué bien podría resultar de eso?

Una sonrisa curvó lentamente la boca de Efron. -Querida Sabine, ¿por


qué iba yo a abrir los brazos a usted? Cortes Betrayal como el cuchillo
más afilado. Seguramente usted sabe.

-Yo sé-, declaró. -Yo no entendía. Pero yo no pertenezco a ellos. Yo


pertenezco a ti. -Se volvió para mirar a Anika. -Son tontos,- ella silbó. -
Quiero vivir. Permítanme volver al Banes.

Efron asintió. -Siempre has sido una sobreviviente.

Ella asintió con la cabeza.

-Dax y Fey sin duda te darán la bienvenida a tu regreso-, continuó,


perezosamente arrastrando su mano por el pelo de oro. -En particular,
desde la tercera en su partido resultó ser un pobre reemplazo para
usted.

Mi sangre se sentía más frío que el aire que nos rodea. ¡Oh, no!.

Lumine sonrió cruelmente. -Te dije que no iba a durar.

Efron se encogió de hombros.

Sabine no se movía. Ella mantuvo sus ojos en Efron, pero no habló.

Mi voz rompió el silencio. -¿Cosette?

La pregunta me valió un golpe en la cabeza de Emile que hizo que mi


anillo de oídos cuando me golpeó la nieve en cuatro patas.

-Mantén la boca cerrada, perra.


-Una chica frágil Tal. No hay mucho de un lobo tampoco. -Efron negó
con la cabeza lentamente en arrepentimiento fingido. -Un día después
de que te habías ido, se la encontró colgando de un árbol fuera del
recinto Bane. Sólo un día.

Su mirada se deslizó sobre Sabine, su navaja de afeitar sonrisa


agudo. Ella no se inmutó; en cambio ella murmuró, -Cosette siempre
fue débil.

-En efecto.- Efron estiró su mano para Sabine. Ella tomó sus dedos,
dejando que levantarla. -Bienvenida a casa, querida.

-Gracias.- Ella inclinó la cabeza.

-¿Podemos pasar esto juntos?-Connor de repente gritó, empujando a


Logan de rodillas. -Esto huele a su propia orina.

Efron lo fulminó con la mirada. -Si usted ha lastimado a mi hijo. . .

-No hay daño permanente que se ha hecho-, dijo Anika. -Se lo


aseguro.

-Dale a nosotros- dijo Efron, aunque mantuvo su dominio sobre


Sabine. -Ahora.

-No antes de que tengamos el lobo-, respondió Anika.

-Emile-. Efron hizo un gesto con la barbilla hacia Connor.

Con un movimiento de su brazo, Emile me levantó sobre mis pies y me


tuvieron dando tumbos hacia los buscadores. Al mismo tiempo, se
inició Connor Logan, que comenzó a trepar por la nieve, Connor detrás
de él. Nos detuvimos a menos de un pie de distancia.

Emile le sonrió a Connor. -Bien, bien. No te he visto desde un minuto


antes hiciera carne de su líder.

-No voy a olvidar de mostrarte mi agradecimiento por eso-, dijo


Connor.

-Espero con interés-, dijo Emile.


Connor cogió a Logan por los hombros, empujando el Guardián en
frente de él. -Vamos a hacer esto.

-Felizmente,- Emile gruñó, apretando su agarre en mi cintura. -Lo


siento que no tuvimos más tiempo para charlar, Calla.

Lo miré. -Vete al infierno.

A pesar de mi indignación, mi corazón latía con fuerza mientras miraba


por encima de mi hombro a Sabine. No podíamos dejarla aquí.
Simplemente no podía. Entonces yo estaba siendo empujado hacia
adelante y vi a Logan cayendo más allá de mí. Lancé una mirada
suplicante a Connor cuando Emile me dejó ir.

Connor gritó antes de que pudiera recuperar el aliento, y en el


siguiente momento en que estaba en brazos de la Searcher ya
estábamos corriendo por la nieve hacia el otro lado de la pradera. Luz
resplandeció delante de nosotros como un portal se abrió y oí voces
que piden mi nombre.

Los Banes ya estaban arremetiendo después de nosotros, pero los


buscadores habían anticipado Guardián traición. Ballestas vibró
cuando Connor me llevaron a la brillante puerta con Anika a nuestro
lado, llamando a órdenes aun cuando nos encontramos en el prado
lleno de nieve. Tengo una torcedura en sus brazos, en busca de
Sabine.

Así cuando la luz del portal se vierte sobre mí, me miró a los ojos y
creí ver su sonrisa.
DIECIOCHO

-¡TENEMOS QUE VOLVER!- Grité a Connor, que luchó para


retenerme cuando Adne cerró la puerta.

-¿Qué te hicieron a ti? ¿HaS perdido la cabeza? -Connor gritó


mientras me retorcía contra él. -¿Por qué diablos íbamos a volver allí?
y por la forma, ¡que es algunas gracias por el rescate! "

-! Dejaste a Sabine!- Lágrimas corrían por mis mejillas y yo no podía


detenerlas. Yo estaba muy enojada y tenia demasiado miedo por lo
que le pasaría a ella.

Connor puso los ojos en blancos.

-Nosotros no salimos de ella.- Él me empujó lejos con un gruñido.

-Es parte del plan, Calla,- dijo Adne suavemente.

-Gracias por el voto de confianza.- Connor me miro.

-¿El plan?- Me obligué a tomar un respiro, estremeciéndo mis


emociones salvajes.

-Como he dicho.- Connor se echó a reír. -Sin confianza en nosotros en


absoluto.

-Necesitábamos a alguien que pudiera ver a los Guardianes y


comunicarse con ellos-, dijo Adne.
-¿Y Sabine era su mejor opción?- No podía mantener el enojo fuera de
mi voz. -¿Sabes lo que ha pasado?

-Fue idea de Sabine- contestó Anika, dándome una mirada medida.

Abrí y cerré mi boca de nuevo, incapaz de responder. -¿A Sabine se le


ocurrió este plan?

-Y era un buen plan- dijo Anika. -Necesitamos su ayuda. Ella es la


mejor relación entre los encargados y Guardianes que tenemos.

-No se preocupan de que Efron no tomaría el cebo?- Le pregunté,


sintiendome un poco inestable en la corriente de esta información.

-Logan estaba seguro de que lo haría- dijo Connor. -Algo sobre el


orgullo de ser la mayor debilidad de su padre, Sabine como un talón
de Aquiles, bla, bla, más metáforas.

-Está bien.- Le enseñe los colmillos a Connor. -Pero, ¿cómo se siente


Ethan acerca de todo esto?

-Solo estuvo de acuedo, si lo dejamos ir también.

Me sentí como si me hubieran dado un puñetazo en el estómago. -


¿Ethan está en Vail?

-Sí- dijo Connor. -Él insistió.

-Pero lo matarán.

-Dios, Connor.- Adne lo fulminó con la mirada. -No lo digas así.

Connor sonrió. -Pero es mucho más divertido cuando ella se ve como


que va a vomitar.

Ella lo ignoró, volviéndose hacia mí. -Calla, Ethan no está con los
Guardianes. Él y Nev están con Tom Shaw.

-¿En el Burnout?- Le pregunté.

-Él construyó lo que es prácticamente un bunker bajo ese bar- dijo


Connor. -Lo hemos utilizado como casa de seguridad de vez en
cuando. Nev y Ethan se quedan allí, la inteligencia de coordinación
que viene de los Guardianes a través de Sabine y Logan. Fichas de
mantenimiento de Logan sobre su padre y el otro Keepers. Sabine
está alineando aliados entre los Banes y espero conseguir su padre a
hacer lo mismo con el Nightshades. Los estamos usando a ellos para
establecer hasta la ofensiva final sobre Rowan Raíces.

Me tragué el bulto duro que se formó en mi garganta. --¿Cuándo es el


ataque?

-Si tomamos esta última pieza- dijo Adne en voz baja, -


Atacamos a la medianoche.

-¿Que pronto?- Le pregunté.

-Bueno, teniendo en cuenta que hemos saltado a zonas cuantas


veces, en realidad es que ya en el pasado.- Connor movió sus cejas
hacia mí.

-No tengo idea de lo que estás hablando.

Había asumido que Connor me había arrastrado a través de un portal


de vuelta a la Academia. Pero no estábamos en el edificio de los
buscadores. Había pasado la tarde cuando nos habíamos dejado la
pradera de montaña. Ahora estábamos fuera y estaba oscuro, pero no
por la noche. El aire estaba lleno de la promesa del alba. Rosa claro
silencioso deslizado hacia arriba en el profundo cielo gris.

-Estamos en Nueva Zelanda- dijo Adne. -Cuando ya es mañana por la


mañana.

-Pero cuando volvamos a Vail para el ataque, seguirá siendo la


medianoche de ayer- dijo Connor.

-Me estás dando un dolor de cabeza-, le dije.

-Es lo que mejor sabe hacer.- Adne sonrió.

-Vamos a estar en nuestro camino.- Anika empezó a caminar. -Los


otros se están esperando.
-¿Dónde están?- Le pregunté mientras mi mente comenzó a
asentarse.

-Están en el barco-, dijo Adne.

-¿Otro barco?- Gemí.

-Diferente tipo de viaje esta vez- dijo Connor. -No nadar en el extremo.

Él nos llevó en la mañana de brillo, empujando a través de un bosque


diferente a cualquier que había visto. El suelo bajo mis pies era
áspero, rocas rotas que parecían estar a medio camino de convertirse
en arena. Los árboles con ramas espinosas y hojas gruesas estirados
por encima de nosotros, complementados con arbustos densos,
apretujada a lo largo del suelo del bosque.

Cuando el camino se abrió, los árboles de adelgazamiento a la


pendiente hacia abajo sobre una amplia playa, oí dos voces familiares
gritando a la vez.

-¡Calla!

Ren y Shay, ambos me miraban. Estaban sentados espalda con


espalda. Y ellos estaban atados.

Me quedé mirándolos. -¿Qué dem…?

Mason, que había estado dando vueltas a los chicos cautivos como un
lobo, cambió de formas.

-¡Gracias a Dios!- Corrió hacia mí, me capturo en un fuerte abrazo. -Es


tan bueno verte.

-Tú también.- Lo abracé y luego señale a Ren y a Shay, quien ahora


se retorcían contra sus ataduras. -¿Qué está pasando?

-Tuvimos que atarlos-, dijo Adne.

-Y yo tenía que protegerlos- dijo Mason. -Incluso después de la


creación de los nudos más intrincados que conoce la humanidad.
Incluso mordí a Shay una vez.
-Yo no estaba siendo tan difícil- dijo Shay.

-Sí, lo fuiste.

-¿Por qué tienes que atarlos?- Le pregunté, mirando cuando Connor


sacó un cuchillo y comenzó a serrar las cuerdas que sostienen a Shay
y a Ren juntos.

-¡No tenian por que atarnos!- Shay se encogió de hombros de las


cuerdas deshilachadas.

-¡Sí, teniamos!- Las manos de Adne se situaron en sus caderas. -


habrías desgarrado la derecha a través de ese portal para llegar a ella.
Estaban los dos actuando como idiotas.

-Ella tiene razón- dijo Ren. -Probablemente tenía, para empatar hasta
nosotros.

Shay sonrió.

-¡Cállate!- Adne miró a Ren. –Sigues estando en mi lista de gente con


la que estoy enojada. Y creo que ella se pondra de acuerdo conmigo.

Ren dio a Connor una mirada de soslayo. -Ella mantiene una lista,
¿eh?

-No te preocupes-, dijo Connor. -Yo he estado en ella durante años.

-He oído eso.- La voz de Adne saltó un par de octavas.

-Estoy seguro de que lo hiciste, magnífico.- Connor saltó hacia atrás,


después de haber cortado a través de la cuerda, cuando Shay y Ren
se levantaron de un salto y corrieron hacia mí.

Di unos pasos hacia atrás, anticipando un tackle. Pero ambos se


detuvieron justo antes, respirando con dificultad, mirandose el uno al
otro y después a mí.

-Oye- dije, sin saber qué hacer. Me hubiera gustado que ambos sólo
me hubieran abrazado, pero no veo como eso iba a suceder.
-Hey- dijo Ren, cruzando los brazos sobre el pecho. -Siento que no
hubieramos podido salvarte nosotros mismos.- Pude ver el pulso que
saltaba en la garganta.

Shay parecía tan incómodo, dando a Ren una sonrisa incómoda. -No
es que no queríamos. Por lo tanto el ser atado. -Él pasó una mano
po5r su pelo por el viento. -¿Estás bien?

-Si.- Metí mis manos en mis bolsillos. -El espectro era horrible. Pero
todo terminó bastante rápido. Al menos desde mi perspectiva.
Después me desmayé, asi que no recuerdo mucho. Me desperté en mi
habitación. Lumine estaba allí.

-¿Qué pasó?- Preguntó Ren.

-Ellos me hicieron preguntas que no conteste- les dije. -Luego vino el


comercio. Yo no estube allí mucho tiempo.

-¿Pero estabas de vuelta en Vail?- Preguntó Shay.

-Sí- Me estremecí ante el recuerdo de mi habitación, de Lumine


fingiendo ser mi madre. -Vi a mi padre, sin embargo. Creo que nos
puede ayudar.

-Ese es el punto de tener a Ethan y a Sabine trabajando en Vail-, dijo


Connor. -Esperemos que puedan hacer esa conexión.

-Vamos a enviar una expedición a Ethan y a Tom,- dijo Anika. -Es


bueno que pudieras hablar con tu padre, Calla.

Asentí con la cabeza, preguntándome si mi padre realmente podría


traer a los Nightshades a nuestro lado.

-Abre una puerta, Adne,- continuó Anika. -Es hora de que me actualizo
las Guías y prepare el escenario para esta noche.

-Diles que cruzen los dedos de las manos y los dedos de los pies- dijo
Connor.
Adne comenzó a tejer los hilos de su skean reflejando la luz del alba
que se extendió desde la costa hacia el bosque donde nos
encontrábamos.

Ren se puso de pie junto a su hermana, fascinado por su trabajo.

-¿Así que Pyralis está aquí?-, Le pregunté a Connor, llevándolo lejos


de los demás.

-Es por ahí.- Señaló la silueta de una isla en la distancia. -Eso es


Whakaari.

-¿Y vamos ahora?- Miré a mis compañeros. Nuestro grupo se había


reducido. Ethan, Sabine, y Nev estaban en Vail. Silas se había ido. -
¿Sólo nosotros? ¿No recibimos refuerzos?

-No sabemos lo que hay.- La mandíbula de Connor se apretó. -


Queremos a arriesgar a la menor cantidad posible.

-Eso es tranquilizador.- Traté de reír, pero salió mi voz quebrada.

-Nos las arreglaremos.- Shay apoyó los dedos suavemente sobre mi


brazo. El toque suave calienta mi piel fría.

-Será mejor-, dijo Connor. -Esto es todo. La última parada en el gran


paseo.

-¿Sabes dónde se encuentra la isla?-, Le pregunté.

-Sabemos dónde está la entrada a la cámara- respondió Connor. -


Nuestra mejor estimación es que la hoja está en algún lugar en el
interior del volcán.

-¿Espera…volcán?- Yo podía sentir mis ojos ampliandose.

Shay asintió. -Hay un montón de volcanes activos en Nueva Zelanda.


Mira.- Señaló el cielo por encima de la isla. Una nube de ceniza se
elevó de manera constante en las nubes.

Mason se acercó a mí y deslizó su brazo alrededor de mis hombros. -


Yo tampoco lo crei la primera vez que me lo dijeron.
-Vamos en un volcán-, le dije, dejando caer los hombros. -Eso es. . .
eso es simplemente fantástico.

No hay manera en el infierno que vamos a sacar esto adelante.

-¿Qué es un volcán en comparación con una araña mutante? ¿O


murciélagos vampiros piraña? -Shay nos sonrió. -Vamos, es una
aventura. Además, los turistas van por ahí todo el tiempo. El volcán no
puede ser tan peligroso.

-Supongo que los turistas no están tratando de robar un objeto


prohibido y salir de debajo de las narices de las brujas malvadas.

-No, a menos que hayan pagado por el paquete de lujo-, Shay


contestó con solemnidad.

Lo miré por un momento antes de echarme eché a reír.

-Estás loco, hombre-, dijo Mason, pero él se reía también.

-¿De qué me he perdido?- Adne preguntó mientras ella y Ren se


unieron a nosotros. Me volví para ver el portal había desapareciendo,
junto con Anika.

-Sólo el retorcido sentido del humor de Shay,- respondió Connor. -


Vamos a llegar a la embarcación.

Mason, Adne, Connor, y yo subiemos a la barca, mientras Shay y Ren


empujaron fuera de la playa en el agua. Connor encendió el motor,
enviándonos rebotando sobre las olas hacia Whakaari.

-Entonces, ¿dónde encaja Logan en este plan?- Le grité por encima


del rugido del motor y el accidente de olas.

-Necesitamos a Logan en el interior.- Adne se protegió los ojos del sol


coronó el horizonte. -Él será fundamental cuando Shay llegue al Rift.

-¿Por qué?-, Le pregunté.


-Solo un Guardián y un Vigilante pueden convocar a Bosque y
obligarlo a revelar su verdadera forma. Shay no será capaz de
desterrarlo a menos que eso ocurra.

-¿Cómo puede una fuerza Guardián, Bosque a hacer nada?-, Le


pregunté. -Él es quien los controla.

-Tiene que ver con el juramento Keepers que hicieron con el fin de
obtener su poder en una prueba de lealtad,- dijo ella. -Su lealtad a la
Harbinger sólo puede ser sellada cuando no está enmascarada por un
glamour. Tienen que comprometerse a lo real-y por lo que entiendo,
no es bastante.

-Verrugas y todo-, dijo Connor.

-Creo que es mucho peor que las verrugas", dijo Adne.

-Con suerte lo veremos por nosotros mismos-, dijo.

-Un poco de suerte-, dijo Mason.

Connor le dirigió una leve sonrisa. -Cuando Logan complete la


invocación, Bosque estará en su verdadera forma. Es un medio para
subyugar a los Guardianes al Nether, pero en nuestro caso se crea la
abertura en el velo que tenemos que desterrar el Heraldo.

Odiaba la idea de que nos confiamos mucho en alguien con lealtades


tan resbaladizo como Logan. -¿Realmente confiamos en Logan para
mantener su parte del trato?

-¡Por supuesto que no!- Connor se echó a reír. -Pero no tenemos otra
opción.

-¿Pero y si cambia de opinión?- Le grité. -¿O se decide la escritura en


la pared dice realmente los Guardianes van a ganar?

-Podría suceder.- Connor se encogió de hombros. -No hay mucho que


podamos hacer al respecto.

-Pero él sabe de la Academia!


Adne negó con la cabeza. -No importa. Nos ocupamos de eso.

-¿Cómo?- Me limpié el agua de mi cara cuando una onda salpico por


el costado de la embarcación.

-¡Lo siento!- Gritó Connor. -Voy a tratar de encontrar una ruta más
suave.

-Pusimos una tuerca hexagonal en él-, dijo Adne. -Si él menciona a


Italia o a la Academia o incluso trata de señalarlo en un mapa, se va a
asfixiar a muerte en su vómito.

-Al igual que lo que pasó con el señor Selby en Grandes Ideas-, dijo
Shay. -Anika dice que los hexágonos son algo que todas las brujas
pueden quitar muy fácilmente, ya sea que son aficionados o
profesionales, como estos chicos.

-Por supuesto, los Vijilantes siempre podrían encontrar una manera de


romper nuestra hexagonal-, dijo Connor.

-No necesitamos tu comentario, Connor.- Adne le dio una palmada en


la espalda. -¡Simplemente conduce el barco!

-¿Estás bien?- Shay estaba inclinado sobre Mason, cuyos ojos


estaban cerrados mientras sus dedos, los nudillos blancos, se
agarraban al borde de la embarcación.

Mason no abrió los ojos, pero hizo una mueca cuando Connor golpeó
otra ola, nos remojo.

-¡Lo siento!- Connor gritó, aunque él gritó cuando rebotamos hacia


arriba y abajo.

-Prométeme que si ganamos, yo nunca voy a tener que estar en otro


barco-, dijo Mason. -Eso es todo lo que quiero. No hay más barcos.

-Trato hecho-. Shay puso su brazo alrededor de Mason. -No más


barcos.
Ren subió a sentarse a mi lado. -¿Cómo te va?- Él se acercó y deslizó
su mano sobre la mía.

-Estaré bien-, le dije, la niebla salía por mis labios. -Aunque creo que
todo el plan de Mason de 'no más barcos' es una buena idea.

-Si.- Él sonrió. -Lobos y el océano. Simplemente no es natural.

-No es broma-, le dije.

Se agachó, murmurando en mi oído. -¿Te torturaron, Calla? Yo estaba


preocupado. . . Efron. . . o mi. . . Emile. . .

Negué con la cabeza.

-Sólo el fantasma.

Apretó los dedos y me miró. –Estoy muy bien, Ren. Pero Sabine…

Mi garganta se cerró. No importa lo bueno su plan era, odiaba la idea


de su ser en la misericordia de Efron.

Aún juntando mis dedos apretados, gruñó, mirando a la isla que se


alzaba ante nosotros. -Yo no quería que se fuera. Ninguno de nosotros
lo hizo. Discutimos durante un mucho tiempo.

Asentí con la cabeza. Por lo menos yo no era el único que no se


sentía cómodo con esta estrategia. El precio parecía demasiado alto.

-Pensé que Ethan mataría a alguien,- Ren fue diciendo. -Se volvió
loco.

-Estoy seguro-, les dije.

Ren me sonrió. -Algo así como Shay y yo cuando te llevaron.

-¿Qué pasó?-, Le pregunté, sonrojandome ante la calidez en sus ojos.


-Después de que el fantasma me atacó.

-Hubo otro fantasma.- Su sonrisa se desvaneció. -Dos Guardianes nos


estaban esperando en la tienda de buceo. Connor tenía a Adne en la
terraza. Ella tejió tan rápido como pudo.
-¿Pero el fantasma?- Me estremecí, odiando a la memoria de su hedor
en mis narices, quemando a través de mis pulmones. La forma en que
se había sentido como si estuviera siendo desollada.

-Llegó a nosotros.- Ren se puso rígido. -Pensé que por lo menos


algunos de nosotros estaríamos muertos antes de que nadie pudiera
salir.

Sus ojos se movieron a Shay, que charlaba amigablemente con


Mason. Se las había arreglado para conseguir que el lobo mareado
riera, lo cual era impresionante.

-Connor estaba gritandole a todos que se quedaran atrás, pero Shay


saltó delante de él-, dijo Ren. "Y él sacó la espada.

Pude ver la empuñadura que asoma sobre el hombro de Shay. -La


espada detuvo al espectro.

Ren asintió. -No destruyó la cosa, pero cuando Shay golpeó al


espectro, este gritó. Nunca he oído un sonido así. Pensé que mis
oídos explotarian. No podría ser más allá de él y él lo contuvo
apartado hasta que Adne tenía la puerta abierta y nos escapamos.

Él gruñó. -Pero no podíamos hacer nada por ti. Te fuiste.

-Ahora estoy aquí- le dije, tirando de mi mano de su agarre.

-Lo sé.- Él frunció el ceño, pero se inclinó y besó mi mejilla, rápido y


suave, a pesar de mi gruñido de advertencia. -Si te hubieramos
perdido. . . No puedo pensar en ello. Pero estás aquí y eso es lo único
que importa.

Miré a Shay. Sus ojos estaban sobre nosotros, y aunque no se veía


feliz, él no fue arremetiendo contra Ren, lo que me pareció extraño. Él
asintió con la cabeza una vez y me di cuenta de que él y Ren se
estuvieron mirando el uno al otro, con sus rostros tranquilos y de
respeto mutuo. ¿Qué demonios?
Algo había cambiado mientras yo no estaba. Sabía que tenía que
estar feliz de que no luchaban, pero mi piel se erizó. ¿Qué estaba
pasando con ellos?

-¡hemos llegado!- Connor gritó, con lo que la velocidad del barco bajo.

-¡Aleluya!- Mason levantó los brazos al cielo.

Shay rió. -Te das cuenta de que estás animando nuestra llegada a un
volcán activo.

-Voy a preferir tierra firme sobre el mar cualquier día-, dijo Mason. -
Incluso la tierra seca podría estallar bajo mis pies.

Cuando cerramos en el Whakaari, las olas del océano se calmaron en


el refugio de la isla descansaba sobre el borde de la Bahía de Plenty
Nueva Zelanda. El motor ronroneaba cuando Connor navegó la costa,
nos varamos en una estrecha franja de arena en medio de roca
volcánica sombrío que se extendía a través del paisaje.

Las únicas señales de vida eran los pájaros que revoloteaban en el


aire por encima de nosotros. Cuando me lancé a la arena, me
sorprendi por la extraña mezcla de colores que pintada la isla. Piedras
grises y marrones oscuros contrastan con las rodajas de limón verde y
cristales amarillos que crecían entre ellas. A intervalos de ríos de
rocas de color óxido, como si Whakaari tenía heridas que sangraban
libremente.

Steam se levantó de grietas en la isla, llenando el aire con gas nocivo.

-Me retracto-, dijo Mason, cubriéndose la nariz. -El agua es mejor que
este olor. ¿Por qué seguimos haciendo las cosas que me hacen
querer vomitar arriba?

-Casi se me olvidó.- Connor arrojó máscaras de gas a cada uno de


nosotros. -En caso de que los humos se pongan demasiado fuerte.

-¿Hacia dónde vamos?- Preguntó Shay.


-Justo al este de aquí.- Connor bajó de la barca y comenzó a hurgar
dentro de su chaqueta por algo.-Es un poco hacia arriba de la
pendiente. No muy lejos, sin embargo.

-¿Y no sabemos lo que nos espera?- Preguntó Ren.

Adne negó con la cabeza. -Cualquiera que haya sido enviado aquí no
ha regresado.

-¿Ustedes nunca tienen buenas noticias?- Dijo Mason. -¿O has oído
hablar del poder del pensamiento positivo?

-Estoy muy honrada de ser positiva- Adne le dirigió una sonrisa


maliciosa.

-¿Qué estás haciendo?- Shay miró a Connor, cuya espalda se volvió


hacia nosotros. -¿Qué es eso?

Shay agarró el brazo de Connor, él dándose la vuelta para revelar un


pequeño cuaderno escondido en su palma.

-¡Hey!- Connor gritó. -Yo estaba en el medio de una frase.

-¿Estás. . . tomando notas? - preguntó Shay.

Connor se aclaró la garganta, frotandose la parte posterior de su


cuello con inquietud. -Es sólo. . . Pensé que. . . ya sabes. . . Silas.

Adne se acercó a Connor, se estiró de puntillas, y le dio un casto beso


en los labios. -Eres un buen hombre, después de todo.

Ella sonrió con tristeza, empezando a alejarse, pero Connor deslizó


sus brazos alrededor de su cintura, la levantó en vilo. El beso que le
aplastó en su boca era cualquier cosa menos casto y duró tanto
tiempo que pronto todos nos rechazaron, sonrojándonos.

Cuando por fin la dejó en el suelo, su voz era gruesa. -Me doy por
vencido. Te amo, Adne. Estoy malditamente loco enamorado de ti.
Adne entrelazó sus dedos con los de Connor, apretándole la mano. -
Simplemente no mueras allí. ¿Vale? Tenemos mucho de que hablar
después de que todo esto se acabe.

-Voy a hacer mi mejor esfuerzo.- Connor casi se cayó cuando ella se


lanzó hacia él, besándolo de nuevo. Mason silbó y comenzó a
aplaudir.

Todos nos miramos el uno al otro, nuestras sonrisas tontas


momentáneamente lavando la tensión de una pelea inminente. Sólo
Ren no sonreía. Él estaba mirando a Connor sospechosamente.

-¿Qué?- Preguntó Connor, frunciendo el ceño ante el alfa.

-Esa es mi hermana,- Ren gruñó.

Connor miró fijamente. -Lo sé. Y yo la amo.

-Genial-, dijo Ren. -Pero ¿cuáles son tus intenciones?

-¿Mis intenciones?- Connor miró a Ren y luego a Adne, frunciendo el


ceño.

Ren sonrió, mostrando sus afilados caninos a Connor. -Cuando todo


esto acabe, tú y yo tenemos mucho de que hablar, demasiado.
DIECINUEVE

CONNOR abrió el camino a medida que pasó por encima de una roca
en bruto que se cortaba en mis patas. No era una subida larga, pero
era agotador. Tuvimos que evitar unos profundos pinchazos en la
tierra, donde las explosiones de vapor o de gas venenoso podrían
vomitar sin previo aviso. A diferencia de la dinámica de los bosques de
la costa, Whakaari estaba desprovisto de vida, un ambiente totalmente
extraño. Aunque impresionante, el paisaje era demasiado siniestro
para ser bello, su misma apariencia que sirve para advertir a los
intrusos.

-¡Ya está aquí!- Connor llama, agitándonos a nosotros hacia adelante.


Habíamos llegado a un punto donde la pendiente se lanzó de repente.
Straight se adelantó un corte de roca en la cara. Zarcillos de vapor se
deslizaron desde el crack, bailando como cintas de seda llevadas por
el viento.

Al acercarse a la apertura, pude ver la forma en que el vapor atrapado


parpadeaba luz dentro de la caverna. Sus colores se movieron de la
plata al carmesí al oro, ya que huyó de la oscuridad se disipaba en el
aire por encima de nuestras cabezas.

Mason trotó hasta la entrada, olfateó, y pateó el suelo con ansiedad.


Connor alzó las cejas y Mason cambió formas.

-¿Quieres que vayamos allí-en serio?- Se quedó mirando la cueva. -


Huele a muerte. Horrible, muerte farty.

-¿Hay alguna otra forma?- Preguntó Connor.


-Él tiene razón.- Adne se tapó la boca y la nariz. -Huele feo.

-¿Entonces todos van a hacer ramos de flores o simplemente acabar


con esto?- Connor señaló la caverna.

-¿Sabes realmente lo que es un ramillete?- Adne rió. -Estoy


impresionada.

-Eso es impresionante-, dijo Mason. -Muy siglo diecinueve de usted.


No muy varonil, sin embargo. . . ramos de flores.

Adne puso las manos en el pecho de Connor. -No le hagas caso,


cariño. Me sigues pareciendo muy varonil.

Connor juró y se metió en la caverna mientras Adne reia.

-¿No se lo vas a facilitar después de todo lo que el dijo arriba?- Le


pregunté.

-¿Explícame cómo eso sería divertido-, dijo ella, sonriéndome.

-Será mejor que lo tenga a los dedos de los pies,- Ren dijo mientras
seguía a Connor. -Estaría decepcionado si no lo hicieras.

-Y yo no quiero a mi hermano mayor hacia abajo.

-Buena chica.- Él le dirigió una sonrisa y desapareció en la caverna.

Apreté mi camino a la cueva. El aire era caliente, cerrado y olía


horrible. Empecé a sudar de inmediato. Los gases nocivos filtraron en
cada aliento, desagradable, pero no lo suficiente como para perjudicar
el mérito de ponerme la máscara. El túnel era estrecho, pero no
demasiado estrecha; podíamos movernos hacia adelante sin
agacharnos. Sutiles matices, parpadeantes que imitaban la luz del
fuego iluminaban nuestro camino. La suave pendiente de la tierra me
dijo que estábamos haciendo lentamente nuestro camino en el vientre
del volcán.

Connor se detuvo de repente, cayendo en su estómago y se retorcía


hacia adelante. Cuando me acerqué, vi por qué. El túnel se había
abierto, revelando una amplia cornisa. Connor se había arrastrado
hasta el borde, mirando por encima de ella. Uno a uno fuimos de
vientre hasta su lado. Mi respiración se detuvo en la caída en picado
de al lado. El camino continuó más allá de la cornisa, donde se cortó
bruscamente, transformando una línea recta en una espiral apretada,
empinada.

Más de un centenar de metros más abajo, pude ver un espacio


abierto, tallada en un amplio círculo en la roca volcánica. Su superficie
lisa sólo estaba roto por la grieta ocasional, eructos de vapor. Una
losa-una piedra levantada haciendo un recordatorio desagradable de
la tarima de sacrificio en la Cámara por debajo de los Guardianes en
Eden, se encontraba en el centro del espacio. Al pasar por encima del
altar estaba la figura brillante de una mujer. Túnicas vaporosas de
carmesí y oro flotaban alrededor de su cuerpo, prestándole una
cualidad de la sustancia que sabía que realmente no estaba allí.

-Cian- Shay respiró.

Connor emitió una serie lenta de maldiciones. -Ella no está sola.

Seguí la pétrea mirada de Connor a tres hogueras anunciados como


centinelas junto a la forma brillante de Cian.

-Espera un segundo.- Mason frunció el ceño. -¿Cómo se pueden


mover los incendios?

Posiciones de las llamas estaban cambiando, viajando alrededor del


estrado en un círculo lento. Miré hacia abajo en ellos, dando cuenta de
que no eran informes. El oro bailando y carmesí de cada hoguera
tenían una forma.

-Oh Dios mío-, le susurré. -Eso no es posible.

Ren me miró y asintió. -Lo sé

-Sí, lo es.- Boca de Adne estaba situada en una línea sombría. -Esos
son los lobos.
-Pensé que eran mitos- dijo Connor, frotándose las sienes. -No me
extraña que nadie regresara.

-¿Qué son?- Susurró Mason, mirando a las criaturas de fuego que


rodeaban a Cian muy por debajo de nosotros.

-Lyulf-, dijo Adne. -Lobos de fuego.

-Esos no son lobos-, le susurré, odiando el olor a azufre y la quema de


carbón que nos rodeaba.

-No del tipo peludo,- dijo Connor. -Pero son los lobos, de acuerdo.
Lyulf son las mascotas preferidas de la Harbinger de reputación. Los
usó en la primera batalla entre Keepers y buscadores. Sólo él puede
convocarlos y…

Se interrumpió cuando Adne le lanzó una mirada de advertencia.

-¿Y qué?-, Le pregunté.

-No importa-, dijo Adne.

-Sólo tienes que decirnos.- Shay se movió la espada en la espalda,


inclinandose para una mejor visión de los tres Lyulf.

Connor hizo una mueca. -Hay rumores de que inspiraron a los


Vigilantes para crear Guardianes.

-No es exactamente una gran copia.- Mason se echó a reír. -Por mi


parte, no puedo ser una antorcha humana. . . o una antorcha lobo,
para el caso.

-No importa lo que ellos inspiraron o cuando lucharon- dijo Shay. -


¿Cómo los matamos?

-No se puede.- Connor se puso boca arriba, mirando al techo de la


caverna. -Ese es el problema. Lyulf son poderosos seres abisales,
como espectros. Peor que espectros, en realidad.

-Tengo mucho tiempo creyendo que nada es peor que un espectro- le


dije.
-Estoy a favor de la falta de creencia.- dijo Ren.

-¿Alguna vez te has quemado la lengua?- Preguntó Connor. -¿Te


gustó?

Le fruncí el ceño. -¿De qué estás hablando?

-¿Cómo te vas a morder algo que está hecho de fuego?- Él me miró. -


Te chamuscarias los pulmones y estarias muerto dentro de un minuto.
No podemos luchar contra ellos. No sé lo que vamos a hacer.

-Usare la espada- dijo Shay. -Voy a hacer lo mismo aquí.

-No se puede dibujar tres de ellos a la vez-, dijo Connor. -Y


necesitamos que tú consigas la hoja.

-Interferencia-, dijo Ren. -Al igual que con los murciélagos. Eso es lo
que tenemos que hacer.

Connor lo miró a los ojos y luego miró hacia otro lado. No podemos
hacerlo todos.

-No tenemos otra opción-, dijo Ren. -Además, ¿no es por eso por lo
que es sólo con nosotros? Porque sabíamos que no todos saldríamos
de aqui.

Connor maldijo en voz baja, sus espadas sisearon de sus vainas. -


¿Alguno recordó traer pistolas de agua? Eso podría hacer toda la
diferencia.

-Entonces, ¿cómo es que esto funciona?-, Preguntó Shay,


ignorándolo.

-Vamos a dibujar el ataque del Lyulf-, dijo Ren. -Si podemos


mantenerlos en la persecución, podemos ganar tiempo y tal vez evitar
lesiones graves. Usted consigue la cuchilla. Connor mantiene a Adne
segura para que podamos salir de aquí tan pronto como tu tengas la
espada.

Connor no se volvió para mirarlo a la cara, pero asintió.


-Vamos.- Ren se agachó y cambió las formas. Él me miró. Asentí con
la cabeza, mirando a los ojos de Mason, ya que ambos nos
deslizamos en nuestras formas de lobo. Los tres nos acechados por el
camino en espiral, en el vientre del volcán, donde los lobos de fuego
rodearon a Cian, caza eternamente cualquiera que se atreviera
prevaricación. Mire hacia atrás para ver a Shay, a Connor, y a Adne
siguiendonos detrás a un ritmo rastrero.

Los humos se hicieron más fuerte mientras descendíamos, girando mi


estómago. Negué con la boca cuando mis fosas nasales temblaron
con molestias.

Esto sería mucho mejor si no tuviéramos que respirar, Mason se


quejó.

El pensamiento de Ren viajó de nuevo a nosotros. “Manténganse


enfocados”.

Mason dejó caer bajo el hocico en el cumplimiento. Seguí cerca del


flanco de Ren. Estábamos bastante cerca para oír ahora. Gruñidos
bajos emergieron del Lyulf ya que acechaban su camino
inmutablemente constante, sus músculos flexionando, llama viva, su
movimiento como un anillo de fuego alrededor de Pyralis.

Ren se detuvo a la sombra de un afloramiento de roca. El último lugar


dejó a permanecer fuera de la vista antes de que terminara el
empinado sendero, dejando sólo la amplia cámara en frente de
nosotros. Unos pocos pasos y nos gustaría estar en el abierto, frente a
frente con el Lyulf.

Trate de mantenerlos separados y en movimiento. No tan acorralado.

Levantó el hocico y aulló. El Lyulf detuvo su circuito, girando en la


dirección del sonido, que ahora llenaba la totalidad de la caverna. El
fuego de lobos levantaron la cabeza en un grito de respuesta. El humo
salía de sus bocas.
Ren saltó de su escondite con Mason y yo pisándole los talones. Los
Lyulf se mantuvieron firmes, gruñendo, observándonos con enfoque.
Cuando cerramos, podía ver sus ojos, ardientes carbones establecidos
en las llamas de su cuerpo. Vacío para el odio y el ansia de matar.

Ren acotada para ellos. El primero de los Lyulf se agachó y se


abalanzó sobre él. En el último momento posible Ren se arrojó a un
lado, rodando, y el Lyulf pasó junto a él. Ren se puso de pie de nuevo.
Él ladró, moviendo la cola. Burlándose del lobo.

“Separenlos”. Grité mi pensamiento a Mason y a Ren. “Mantengan su


atención. Tenemos que darle tiempo a Shay.”

Giré lejos de Ren, gruñendo al segundo lobo mientras Mason


chasqueó sus mandíbulas al tercero. El calor que vierte del Lyulf era
como un horno.

Cuando me lancé, señalando su ataque, podía oler la chamusquina de


mi piel. Me dirigí hacia el lado opuesto de la cámara, con la esperanza
de mantener a los lobos de fuego lejos del camino que Shay tendría
que tomar. Yo no necesitaba mirar atrás para saber que el Lyulf
estaba en mis talones. Con cada explosión de velocidad podía sentir
su calor, llamas lamiendo mi cola.

Oí que Mason grito y giró alrededor, en busca de él. Él todavía estaba


corriendo por delante del otro Lyulf, pero su flanco estaba humeando.

“Has de tener funcionamiento, Mason”. Me dirigi a mi propio atacante.


“!Aférrate!”

Cambie de dirección, haciendo todo lo posible para mantenerme fuera


de su alcance. Mi única opción era correr. La lucha no era una opción.
Por el rabillo mi ojo vi un desenfoque de movimiento. Un lobo aceleró
a través del cuarto, llegando a la tarima donde Cian se cernía. Se
movió de formas, arrojándose a sí mismo en sus brazos extendidos.
Una llamarada de calor rozó mis talones y saltó en el aire. Y se
congeló.
La sala quedó en negro. Estaba suspendido en el aire, colgando en el
vacío. No hay luz. No hay sonido. Todavía podía respirar, pero yo no
quería. Todo nuestras esperanzas se celebraron en este momento.

Entonces me estaba cayendo. Golpeé el suelo duro, mi cuerpo se


estrelló contra la roca.

El Lyulf seguía detrás de mí. Se sacudió el hocico, el humo hirviendo


de sus fosas nasales. Cuando sus ojos se enfocaron en mí, gruñó y se
abalanzó. Rodé sobre mi espalda, puedia oler mi piel quemada de
nuevo, pero la gestión era evitar su ataque.

Shay estaba gritando. -¡Adne, abre la puerta!

En el otro extremo de la habitación, vi luces parpadeantes cuando


Adne comenzó a tejer. El Lyulf también lo vio. Me dio la espalda a mí,
el lobo aulló fuego, llamando la atención de el lobo persiguiendo a
Mason. El otro lobo le dio su propio aullido y las dos bestias ardientes
sumieron en la dirección de Adne.

“Tenemos que detenerlos”, llamé a Mason. A pesar de que nos


persiguieron los Lyulf, busqué en la caverna de cualquier signo de
Ren. Cuando mis ojos lo encontraron, los pelos de mi cuello se
levantaron. Él estaba cojeando, encojiendo de una pata mientras
trataba de esquivar el ataque del lobo de fuego. Pero se acercaba a él,
realizar copias de seguridad en contra de su humeante fisura en la
roca.

Yo no sabía qué hacer. Los otros dos Lyulf fueron corriendo hacia
Adne. No podía bloquear su ataque y ayudar a Ren.

“¿Calla?” Mason vio de lobo fuego acechando a Ren también.

Antes de que pudiera contestar, oí que Connor grito, -¡Calla! Saca tu


culo de aquí!

Delante vi a Connor sosteniendo sus espadas bajo, con una expresión


sombría cuando los lobos se acercaron. Mi corazón se sentía como si
estuviera siendo desgarrado en dos. Yo sabía lo que tenía que hacer.
Ren tiene una mejor oportunidad contra el Lyulf que Connor. Envié un
pensamiento débil a Mason. “Adne es nuestra única manera de salir
de aquí”.

“Lo sé”, Mason respondió, moviendose a una mayor velocidad.

“Manténganse en movimiento”, Ren, me llamó, sin atreverme a mirar


en su dirección otra vez. “Estaremos allí tan pronto como nos sea
posible. Sólo mantenganla a salvo.” Su pensamiento respondiendo
llegó casi de inmediato. “No te preocupes por mí”.

“Cállate”, gruñí. “Y sigue con vida.”

Habíamos casi atrapados a los lobos. Tiré toda mi fuerza en el salto


como me lancé sobre los cuerpos en llamas, cayendo frente a ellos y
patinando hasta detenerme frente a Connor. Me di la vuelta, gruñendo.
Mi aparición sorprendió al Lyulf, que rechinó sus colmillos al rojo vivo.
Corrí hacia adelante, las burlas por ponerme casi a su alcance y luego
deslizándome fuera del alcance de sus dientes. Por el rabillo del ojo vi
a Mason imitando mis acciones.

Parecía estar funcionando. Furia por su incapacidad para llegar a


nosotros llamó la atención de los lobos fuera de Adne y Connor.

“Vamos a intentar diriguirlos hacia Ren.”

Estaba a punto de hacer un guión para el alfa, pero cuando me di la


vuelta, me quedé muy sorprendida al ver a Ren se disparaba
directamente hacia nosotros. Podía ver el dolor en cada movimiento al
golpear el suelo con su pata herida. El Lyulf estaba justo detrás de él y
era más rápido ahora que Ren estaba herido.

Me soltó una advertencia cuando el lobo soltó fuego, pero no había


nada que pudiera hacer. La criatura en llamas se elevó en el aire, a
punto de descender sobre la espalda de Ren.

“!Renl!” Grité una advertencia, con la esperanza de que Ren me oiría


en el tiempo. “!muevete al otro lado!
Ren arrojó su cuerpo lejos del lobo descendente. Pero en el mismo
momento a otro lobo tomó el lugar de Ren debajo del Lyulf. Despues
me di cuenta que no era otro lobo, en cambio, era Shay, una espada
en cada mano.

Las espadas gemelas en rodajas a través del lobo. Gritó, eructando


humo. Y entonces no había más que cenizas que cayenron como la
nieve suave en los hombros de Shay. Se dio la vuelta, mirandome a
los ojos cuando yo salté por delante de él. Shay ejercía las espadas
con tanta rapidez que apenas podía seguir su movimiento. Un
segundo grito marcó la desaparición de mi propio atacante Lyulf.

Connor gritó. -¡Vastago!

El grito de celebración fue un terrible error. El Lyulf que se había


centrado en Mason dio la vuelta, sus ojos quemaron de paso se
estrechan a medida que acechaban hacia el buscador. Mason gritó,
tratando de llamar su ataque, pero el Lyulf no le hizo caso.

Connor levantó sus espadas cuando el lobo de fuego saltó. -¡Adne,


quédate atrás!

Yo estaba corriendo, demasiado consciente de que no podía llegar a


tiempo. Shay estaba a mi lado, en su forma de lobo, uñas de los pies
repiqueteando en el suelo rocoso mientras corríamos.

El grito de Adne cortó a través de la cámara.

–¡No!- Y entonces ella estaba allí, empujando a un lado a Connor.

Su repentina aparición sorprendió al lobo, lanzando su ataque


ligeramente fuera. Ella echó por el brazo y las mandíbulas del Lyulf se
cerraron alrededor de sus bíceps. Ella chilló cuando cayo a la tierra.

Connor se puso en pie. -¡Adne!

Se arrojó al lobo, pero lo alcanzó primero, dejándolo a un lado. Shay


se movió, corriendo al Lyulf a través incluso cuando estaba en lo alto
de Adne. El lobo se estremeció y se derrumbó, cubriendo a Adne en
cenizas.

-¡Suéltame!- Connor me empujó lejos de él, luchando por ponerse en


pie. Él corrió al lado de Adne.

-Connor-. Shay estaba arrodillado a su lado. -Hay que esperar.

-¡Déjame verla ella!- Llamó Shay, acunando a Adne contra él. Sus ojos
estaban vidriosos y ella no se movía.

Connor comenzó a sollozar. Me moví a la forma humana, en cuclillas


junto a él. Me cortó la respiración al ver lo que estaba mirando. El
brazo de Adne desde yemas de los dedos al hombro eran
irreconocible. Su piel estaba carbonizada a negro, y vislumbró el
blanco del hueso donde las fauces del lobo habían desgarrado a
través de su carne. Su camisa había sido parcialmente quemada,
dejando al descubierto la formación de ampollas de color rojo en el
cuello y el pecho.

Ren cojeando junto a nosotros, gimiendo. Se cambio de formas, de


rodillas detrás de su cabeza.

-¿Ella está respirando?-, Preguntó.

-No sé,- Connor se atragantó. -Yo no puedo decirlo.

-Déjame tenerla-, dijo Ren.

Mason sacó a Connor por atrás y Ren se tendió junto a su hermana,


apoyando la cabeza sobre su esternón. Después de un momento, dejó
escapar un largo suspiro.

-Es débil, pero que está ahí- dijo Ren. -Tengo que darle sangre.

-Ella está en shock-, dijo Shay. -No sé si ella será capaz de tragar.

-Es lo único que podemos.

Cuando Ren se mordió el brazo, vi que su mano estaba muy


quemada, la piel rota y formación de ampollas.
-Levantale la cabeza- instruyó a Shay. Cuando Shay tenía la barbilla
inclinada hacia arriba, con la cabeza apoyada en las manos, Ren abrió
con cuidado la boca, dejando que la sangre goteara lentamente.
Comenzó a llenar su boca, líquido rojo corría por la barbilla.

-Vamos, Adne- murmuré. –Eres una luchadora.

-Por favor.- Connor se retorció de las manos de Mason, cayendo de


rodillas junto a ella. -Por favor, vuelve a mí.

Su garganta empezó a moverse. Tragó saliva.

-Más-, le dije. Ren apretó su brazo a la boca. Ella volvió a tragar


saliva. Y otra vez. Su otro brazo se acercó, dedos se cerraron
alrededor de la muñeca de Ren cuando bebía. Poco a poco, su cuerpo
comenzó a rehacerse. El enrojecimiento y ampollas desaparecieron de
su pecho y el cuello. Nueva carne fluyó sobre su brazo, los restos
carbonizados de sus músculos apostasía cuando la sangre de Ren la
sanó. Después de un minuto, todos los signos de ataque de la Lyulf
habían desaparecido. Se sentó, limpiándose la boca.

-Eso fue increíble.- Ella miró su brazo sanado, flexionando los dedos.

Connor le abalanzó a sus brazos. -Maldita sea, chica.- Él la besó,


curvando su cuerpo alrededor del de ella. -¿Qué clase de truco loco
fue ese? No intente nunca salvarme de nuevo.

-Estabas a punto de sacrificarte a sí mismo para protegerme.- Ella le


sonrió. -No había manera de que te dejara que salir de nuestra
relación tan fácilmente.

VEINTE
ONDAS DE LA LÍNEA DE LA PLAYA bañadas a pocos metros de
donde nos quedamos en las rocas. Habíamos estado mirando la Cruz
elemental por varios minutos, cogiendo aliento, tratando de creer que
habíamos logrado nuestra tarea imposible.

-Estoy con ganas de hacer una observación inteligente como 'pensé


que iban a ser más brillante'-, dijo Mason, apretando la mano sobre la
herida en el brazo que se había abierto para dar sangre a Ren. -Pero
tengo que admitir que parecen ser del brillo perfecto.

Shay rió, volteando las hojas en el aire y capturandolos sin esfuerzo.


No sabía si era de hecho el brillo, pero algo en las dos espadas era
perfecto, completo.

Era la primera vez que había visto a Eydis, después de haber sido
sacado de la pelea en México antes de lo previsto. De todas las piezas
de la cruz, pensé que podrían ser la más bella. La empuñadura de la
espada de segunda Shay era del mismo tamaño y forma que Haldis,
pero donde la empuñadura tierra brillaba con el óxido de arcilla y la
profundidad de suelo fértil, la empuñadura agua jactó brillante verde
azul y el mar. Los colores cambian constantemente en su superficie,
dándole la aparición de aguas que contienen móviles dentro.

La hoja se levanta de Eydis me hizo estremecer. Su superficie saltó


con llamas que parecían vivos, como la carne ardiente del Lyulf. Shay
juró que él no podía sentir el calor de las llamas, pero cada vez que
cualquiera de los demás nos acercamos a Pyralis, su intenso fuego
impedia la inspección cercana.

Mientras descansábamos, teniendo en la enormidad de lo sucedido,


Shay práctica usando las espadas en concierto. Aunque yo ya lo había
visto pelear con la Cruz Elemental contra el Lyulf, su poder todavía me
hipnotizó. Cuando Shay se movió, las espadas se convirtieron en
extensiones de su cuerpo. Él fluyó con el barrido de las espadas. Y el
sonido. El sonido era diferente a todo lo que había oído antes. Con
cada golpe, cada movimiento, vino la ráfaga de viento, el choque de
las olas, el rugido del fuego, todo equilibrado por la quietud de la tierra.
El poder subio y bajo de las cuchillas, la conexión a la tierra en la
fuerza de cada empuñadura, era palpable, haciendo un hormigueo en
mi piel. Pero no fueron sólo las espadas, fue el propio Shay. Llego la
fuerza y enfoque inquebrantable de él, trabajando en conjunto con la
Cruz Elemental. Blandiendo la espada, que era hermoso. . . y terrible.

Me estremecí mientras le miraba, una parte de mí preguntando si él


podría ser esta cosa-esta fuerza que fue el Vastago-y seguir siendo el
chico que amaba.

Eché un vistazo a Ren, que estaba sentado entre Mason y yo. Sus
ojos seguían cada movimiento de Shay, estrechado en la
concentración. Miró pensativo cuando rastreó el Vastago. Él gaze me
pareció extraño. Podría haber jurado sus oscuros ojos estaban tristes,
casi arrepentido.

-Tenemos que volver-, dijo Adne. -Anika nos necesita.

-Tienes razón- dijo Connor. Él se estiró perezosamente por el suelo


con Adne apoyándose en él. Su pose era engañosamente casual, pero
he estado observando la forma en que él tenía un brazo curvado
alrededor de ella, sosteniéndola cerca de su cuerpo como si él nunca
tuvo la intención de dejarla ir, mientras con la otra mano le acarició el
pelo. -Tomamos nuestra vuelta de la victoria. Es hora de volver a la
batalla.

Adne besó la parte inferior de la mandíbula de Connor antes de saltar


a sus pies.

Una sensación agridulce subió por mi espalda mientras ella tejía la


puerta que nos devolvería a la Academia. Habíamos logrado nuestro
objetivo, pero esta breve celebración significaba las apuestas sólo se
habían planteado. En cuestión de horas estaríamos haciendo un
asalto total sobre los Guardianes. Todo sobre mi mundo se había
vuelto del revés. Los maestros que una vez había servido se habían
convertido en mis enemigos, y yo estaba a punto de ir a la batalla con
la esperanza de destruirlos.

-¿Estás lista para esto?-, Preguntó Ren. Cuando miré lo a los ojos,
sabía que sus pensamientos eran similares a los mios.

Flexioné mis dedos y me levanté. -Tengo que estarlo. Todos lo


hacemos.

-La historia te espera- dijo Connor a Shay mientras hacía un gesto al


portal resplandeciente.

-Sólo porque estás tratando de mantener notas para Silas no significa


que tengas que sonar como él-, dijo Adne.

Connor hizo una mueca. -Buen punto.

En el otro lado del portal, nos saludó un rugido de los buscadores


reunidos. Haldis Tactical nunca había sido pensado para contener
todos Los buscadores a la vez. Habían apiñados en la habitación,
empujando contra las paredes y se derramaba a la puerta al pasillo.

Cuando Shay apareció, el Atestado se acallo, esperando. Cuando


levantó la Cruz Elemental, la sala estalló en aplausos. Anika se dirigió
hasta Shay e hizo una reverencia. Cuando levantó su cara, sus
mejillas brillaban con lágrimas.

Levantó los brazos y el ruido se acomodó en un zumbido bajo.

-Sólo tenemos unas pocas horas. Usted conoce a sus asignaciones.


Esté preparado para moverse a 06 a.m.

La sala se vacio en unos pocos minutos. Un puñado de buscadores se


quedó, mirando a las espadas y murmurando su agradecimiento a
Shay, pero pronto sólo nuestro grupo más Anika permanecieron.

-¿Estan todos bien?-, Preguntó la Flecha. -¿No hay necesidad de los


elixires?
Connor deslizó su brazo alrededor de Adne. -Una llamada cercana,
pero tenemos curanderos ya hechas en nuestros amigos lobos.

Anika miró el férreo control de Connor en Adne. Una sonrisa se dibujó


en su boca y luego se desvaneció.

-Sí- dijo ella, volviendo la mirada en los lobos. -Estamos agradecidos


por ese regalo.

-¿Qué hora es de todos modos?- Mason bostezó.

-Cuatro de la mañana- dijo Anika.

-Dos horas- dijo Ren.

-Me temo que tengo sólo una- dijo Anika. -Los equipos están
completamente interrogados, pero tengo que conseguir que la puesta
a la velocidad. Tomen un poco de descanso y reunirnanse de vuelta
aquí.

-¿Alguna noticia de Vail?-, Le pregunté. Nuestra misión ha sido vital,


pero no fue lo único en juego. Había mucho en juego en todos los
frentes.

-Nada- dijo ella. -Aunque ya veremos si eso ha cambiado cuando les


alertemos que hemos recuperado la Cruz.

Me mordí el labio, preguntándome si Sabine había sido capaz de


encontrar a mi padre. ¿Qué estaban Nev y Ethan haciendo? ¿Nev se
estaba arriesgando a sí mismo tratando de encontrar otros lobos en
patrulla? ¿Podría traerlos a nuestro lado?

Tanto dependido de que cada pieza cayera en su lugar. Con sólo una
falta, nos fallamos.

Connor se inclinó para susurrarle a Adne. Ella asintió con la cabeza y


se aclaró la garganta, para hablar con el resto de nosotros.

-Si nos disculpan, vamos a tomar ese descanso. Nos vemos en una
hora.
Cuando salieron, escuché un gruñido tranquilo y me volví para ver a
Ren avanzar después de ellos.

Agarré su brazo. -Ni se te ocurra.

-Se aprovecha.- Ren se erizada, listo para atacar.

-No, no lo es.- Tiré de Ren hacia atrás. -Confía en mí.

Él me lanzó una mirada sospechosa, pero dejó de tratar de alejarse de


mí.

-¿Qué vas a hacer?-, Preguntó. -¿Descansar?

-No hay manera- le dije, sintiendo la emoción de mi propio corazón. -


Pero me voy a cambiar. He estado en esta ropa por dos días. Tal vez
una ducha.

Sonrió y mis mejillas se ruborizaron.

-No importa-. Solté sus brazos, retrocediendo unos pasos cuando


imágenes de Ren vestido sólo con una toalla destelló en mi mente.

Él se rió en voz baja. -Te veré en una hora, Lirio.

Odiaba que yo todavía estuviera sonrojada, así que me conformé con


gruñirle a él. Sólo lo hizo reír más fuerte.

-¿Soy el único que tiene hambre?- Mason se frotó el vientre.

-Vas a encontrar a tus amigos Bryn y Ansel en la cocina-, dijo Anika. -


Tess debe estar con ellos.

-¿En la cocina?- Shay frunció el ceño. -¿Por qué?

-Después de ese incidente con Logan pensamos que lo mejor era


mantenerlo en un lugar.

-¿Así que el deber de la cocina?- Le pregunté.

-Lavar los platos es suficiente castigo para alguien que ha pasado por
lo que paso tu hermano- dijo Anika con una sonrisa triste. -Él no puede
comportarse de esa manera y ser libre aquí. Pero cualquiera de
nosotros podría haber sentido justificada un ataque de ese tipo si
hubiéramos estado en su lugar.

-Me alegro de que lo veas de esa manera.

-La cocina lo debe mantener fuera de la travesura-, dijo Anika.

-Ahí es donde voy a estar, entonces- dijo Mason. Cuando pasó a mi


lado, se inclinó, susurrando, -¿No se dan cuenta de cuántos cuchillos
podría robar en la cocina?

Miré por encima del hombro para ver a Anika enfrascada en una
conversación con Shay mientras extendía las espadas para su
inspección.

-Voy a caminar contigo- le dije, tomando el brazo de Mason. Me las


arreglé para mantenerme de encontrarme con los ojos de Ren nuevo.
Yo no sabía lo que me iba a encontrar allí y yo no estaba segura de
que estaba en cualquier estado de ánimo para manejarlo. Demasiados
pensamientos sobre nuestras posibilidades, los riesgos y todas las
pérdidas que ya habían ocurrido fueron corriendo a través de mi
mente. El tipo de pensamientos que condujo a decisiones impulsivas,
irracionales. Necesitaba estar más firme que antes de esta batalla.

-¿Quieres venir a ver Ansel y Bryn?- Preguntó Mason, haciendo una


pausa por la escalera.

-Voy a estar allí pronto- le dije. -Pero la verdad es que necesito salir de
esta ropa.

-Sí, lo haces.- Mason asintió. -Yo era demasiado educado para tocar
el tema.

-Gracias.- Yo le di un puñetazo en el brazo.

-¡Nos vemos!- Él me dio un beso en la mejilla y subió por las


escaleras.
El cansancio se instaló profundamente en mis huesos cuando me metí
en mi habitación, dejando que la puerta se cerrara en silencio detrás
de mí. Me obligué a cambiarme en primer lugar, aunque la cama
estaba llamando mi nombre. Si me acostara, yo no podría levantarme
antes de que fuera hora de irse. Utilicé mi camisa para frotar tanto la
suciedad y el hollín de mi piel como podía. Una ducha hubiera sido
ideal, pero estaba demasiado preocupada por el tiempo y una posible
emboscada de Ren para volver a los baños.

Acababa de terminar el pandeo de mi cinturón cuando un golpe


silencioso sonó en la puerta.

-¿Quién es?- Llamé.

-Shay.

Un nudo se formó bajo en mi vientre. Había estado preocupada acerca


de Ren, pero el sonido de la voz de Shay condujo todos los demás
pensamientos. Su vida estaba tan concentrada en la lucha por venir.
Él era la clave. Era el Vastago. Y ahora tenía la Cruz Elemental.

Pero él estaba llamando a mi puerta, y él seguía siendo el chico que


amaba. . . ¿no era él?

-Pasa.

Él entró en la habitación, manteniendo su distancia. -¿Podemos


hablar?

El nudo en el estómago petrificado, convirtiéndose en un bulto


doloroso, pesado en mis entrañas.

Asentí con la cabeza.

-No me refiero a ir todo emo con ustedes- dijo, -pero quiero que sepas
que vas a estar bien. Pase lo que pase esta noche.

La sensación se disolvió en sorpresa.

-¿Qué?
-No vas a estar sola.- Caminó hacia mí.

Me quedé mirándolo, completamente perpleja. -¿No voy a estar sola?

-No.- Él tomó mis manos entre las suyas. -Ren y yo…

Cogí mis manos con un siseo. -¿Ren y tu?

-Uh…Nosotros…

-¿Qué?- Gruñí.

-Bueno…-Él tragó, retrocediendo al ver que mis dientes agudizan. -


Tuvimos la oportunidad de hablar.

-¿Hablar de qué?

-De ti… Pensamos que…

-¿Cuando Ren y tu hablaron de mí?

-Nos tubieron atados juntos por un tiempo.- Él agarró un sillón, lo puso


entre nosotros como una fortificación. -Mason tomó una siesta…eso
fue después de que me mordió.

Caminé hacia él, de rodillas en el cojín de la silla mientras mis dedos


envueltos alrededor de su marco. -Estoy escuchando.

-Después nos detuvimos tratando de salir de la cuerda, discutimos por


un tiempo.

-Eso es una sorpresa.

.La discusión sobre ti llevó a hablar.- Dio otro paso atrás cuando mis
dedos atravesaron la tapicería de la silla.

-Adelante.

Sus ojos eran salvajes. -Tal vez debería ir…

-Dime, Shay.- Fue más un gruñido que una frase.


-Escucha, no te enojes- dijo. -Odio decirlo, pero creo que puede haber
estado equivocado sobre Ren.

-¿cómo?

Él se pasó los dedos por el pelo. -Todavía no me cae bien, pero yo no


entiendia cómo se sentía acerca de ti.

El fuego de mi ira estaba en peligro de ser superado por el miedo que


impulsó mi pulso. ¿Cuánto hablaron? ¿Qué derecho tenían ellos para
hablar de mí en absoluto?

-Él ha estado enamorado de ti para… bueno, casi siempre.

-¿Tú crees que significa eso?- Bajé la mirada, sangre tronando en mis
oídos. Yo sabía que era cierto, pero para Shay creerlo y para que él
sea hablar de ello. . . No podía entender que éste era líder.

-Ojalá no lo hiciera-, dijo en voz baja. -Pero sí. Él es de verdad.

No hablamos. El silencio flotaba a nuestro alrededor espesa como la


niebla. Por último, suspiró.

-Pero estoy dispuesto a aceptar que se trata de algo bueno para todos
nosotros.

Miré fijamente. -¿Por qué dices eso?

-Porque cuando yo me haya ido- él tomó una respiración profunda -Yo


sé que él va a estar aquí para cuidar de ti. Él me prometió que...

-¡¿Cuando te vas?!- Lo miré. -¡¿De qué estás hablando?!

-Cálmate, Calla- dijo. -Esta es probablemente nuestra última


oportunidad de hablar. No quiero pelear contigo.

-Oh, vamos a pelear.- Salté de la silla, cambie en el aire, golpeándolo.


A medida que nos deslizamos por el suelo, él cambió de formas,
dejando dos gruñendo lobos a chocar contra la pared.

“¿Qué demonios?” Él gruñó, girando sobre sus pies.


Ladré, agazapada para saltar de nuevo. “Yo te mostraré cuánto
necesito que me cuiden.”

Sus uñas rasparon contra el suelo mientras retrocedía. “Deténte”

No había manera en el infierno que me detuviera. No podía recordar


un momento en que la furia había chillado por mis venas como este.
Sin dudarlo me abalancé sobre él. Rodamos por el suelo, dientes
chasqueando cuando cada uno de nosotros luchamos para obtener
una ventaja. Casi me había fijado, pero al cuadrado una patada con
mis patas traseras en el vientre, que le envió a toda velocidad a través
del cuarto. Trepando, lo perseguí alrededor de la cama.

“No necesito ser protegida”. Le grite mientras corría. “Y si elijo estar


sola, lo estare.”

“Eso no fue lo que quise decir.” Saltó lejos de mi mordida y en la


cama. “Sólo quiero que seas feliz.”

“Entonces no tomes decisiones por mí. Siempre”.

Se agachó, agarró la colcha en sus mandíbulas, y saltó de la cama.


Una red de algodón opaco me capturó.

“!Hey!” Luché, cegada por las mantas que me cubrían. “No es justo.”

“¿La innovación no es justa?”

Estábamos igualados, ninguno de nosotros cedió terreno ni obtubo


una ventaja duradera. Tenía años de luchar como un lobo de mi lado,
pero Shay estaba menos inhibido por sus instintos de lobo. Hizo
opciones en la lucha que nunca se me hubieran ocurrido.

Yo estaba lista para él cuando me abordó. Me resistí inmediatamente,


lanzando, manteniéndolo fuera de balance. Frustración ganó y yo
simplemente rasge la manta en lugar de tratar de encontrar la salida
de la misma.

Shay estaba gruñendo, dando vueltas detrás de mí. Me di la vuelta,


preparándome para su ataque.
Él pateó el suelo, agitado.

“Venga”. Tiré el desafío a él cuando gruñí. Estaba a punto de lanzarme


sobre él de nuevo cuando él cambió de formas, levantando sus
manos.

-Espera, Cal. No es que esto no sea divertido, pero no estoy aquí para
pelear contigo. Yo sólo estaba tratando de hacer un punto.

Gruñí cuando cambié formas. -¿Un punto en renunciar?

-Yo no me voy a rendir. Estoy siendo realista- dijo Shay. -¿Qué tan
probable es que vaya a salir de esta batalla está vivo?

-Como probablemente cualquiera del resto de nosotros- le dije.


Aunque la verdad es que no era demasiado probable tampoco.

-No- dijo. -No tienes en cuenta lo que tengo que hacer.

-¿Qué?- Le dije. -¿Así que tú eres el héroe, lo que significa que


automáticamente mueres en el final?

-Probablemente. Y es por eso que hice que Ren prometiera cuidar de


ti- dijo. -Incluso Harry Potter murió. Bueno, durante unos minutos.

No hice caso de su broma, dejando al descubierto mis dientes contra


él. -¿Por qué traer a Ren en esto? Lo odias.

-Lo odio porque él es tu compañero .... Ustedes dos son la pareja


perfecta.- Él rompió su mirada de la mía con un encogimiento de
hombros. De pronto se echó a reír, sacudiendo la cabeza. -Si pensé
que las cosas iban a salir de manera diferente, te juro que él lucharía
hasta que los dos estábamos hechos trizas. Yo lucho por nosotros
para siempre, Calla. Yo no le importo un comino lo mucho que te ama.
Pero como he dicho, hablamos y puedo vivir con lo que decidimos.

-Si ambos están tomando decisiones por mí, ¿por qué no está aquí
también?- Le pregunté, todavía lanzando cuchillos a él con mis ojos. -
Ahora que se han convertido en tales buenos amigos. "
-Yo no iría tan lejos. Es más bien un entendimiento- dijo Shay. -Creo
que se siente un poco mal por mí.

Los pelos de la nuca se erizaron. -¿Por qué?

-Después de haber oído todo lo que tengo que hacer para terminar
esto, creo que está bastante seguro de que estoy muerto.

-¿Te refieres a hacer frente a Bosque?-, Le pregunté.

Él asintió con la cabeza. -Tengo que matar a la única relación que he


conocido. Además él es un über-demonio y todo.

-Él no es tu pariente de sangre. En realidad no- le dije. -Lo sabes. Y si


esto funciona, tendrás a tus padres.

-Supongo.- Suspiró.

Tomé su cara entre mis manos, sosteniendo su mirada. -No vas a


morir.

-Pareces muy segura.- Él sonrió, pero sus ojos verdes musgo estaban
tristes-como si ya me había perdido.

Mis manos cayeron a los costados. –No vas a morir, porque yo


siempre te voy a salvar-, le dije. -Eso es lo que hago.

-No esta vez-, dijo. -Esto es diferente. Este es el final. Lo sé.

Gruñí y luego le di una bofetada.

-¡Hey!- Su mano se apretó contra su mejilla.

-Siempre dices eso cuando te pego- le dije.

-Creo que es un problema que ya sepas lo que digo cuando me das


una palmada- dijo. -Ese no es el tipo de intimidad que estoy buscando.

-¡Usted no está buscando la intimidad en absoluto!- Mis manos en


puños tan apretados que la sangre drenada de mis nudillos. -¡Estás
huyendo de ella! ¡Estas huyendo de mí!
-No tengo ni idea de lo que estás hablando-, dijo, frotándose la piel
enrojecida. -Yo sólo estaba tratando de ser honesto.

-¡¿Honesto sobre renunciar a mí?!- Me negué a llorar, así que no


paraba de gritar. -¡¿Honest por no amarme?!

Tropecé lejos de él, los músculos temblando de rabia y vergüenza. Yo


había visto venir esto. Él no era mío. Ahora que él era el Vastago, su
destino era todo lo que importaba. ¿No se daba a entender que la
mina había abandonado por su bien? Traición picaba hacia arriba y
abajo de mi pecho como la furia de una docena deavispas, por lo que
era difícil respirar.

-Calla.- Él estaba detrás de mí, girandome suavemente hacia él.

-¡¿Cómo te atreves?!- Le pegue con mi puño contra su pecho. -


¡¿Cómo te atreves a tratar de alejarme?!

-Nunca pude…

-Lo acabas de hacer.- Mis dientes eran afilados y yo estaba lista para
atacar de nuevo.

Él puso sus manos sobre mis hombros. -Sólo escúchame. No estoy


tratando de alejarte. Estoy tratando de darte lo que te mereces. Ren te
ama.

-Deja de decirlo- gruñí. Yo no quiero escuchar nada más sobre que


Ren me amaba. Quería que Shay quitara mi creciente temor de que él
no me quería a mí…que tal vez nunca me había amado.

-Y tu lo amas-, dijo Shay. Caí en silencio, sorprendida no sólo por sus


palabras sino por la forma en que él sostuvo mi mirada. Observé
llamaradas de dolor en sus ojos. -No lo hice, quería enfrentarme a él,
pero es verdad. Tú lo amas, Calla.

Me tomó un momento para recuperar el aliento. Yo abrí los dedos a


través de él, finalmente entendi lo que Shay estaba tratando de hacer.
Él me estaba dando una elección. Me estaba poniendo en libertad. -
Tienes razón. Me encanta.

Él suspiró, pero me aprete mi agarre en su mano.

-Pero no de la forma en que Te amo- le dije.

Me incliné hacia delante, presionando mis labios contra los suyos, a la


espera hasta que él respondió al beso. Él me llevó más cerca, el
suave beso tomando calor y fuerza a medida que se quedó entre
nosotros.

-No importa que Ren y yo tengamos un pasado- le susurré contra su


boca. -Tú eres mi futuro. Tú eres el camino que elegí desde el
momento en que te salvé en el monte.

No habló, pero apoyó su frente contra la mía.

-Voy a hacerlo a través de esta lucha, Shay- le dije. -Tienes que. No


voy a perderte.

Él se rió en voz baja y me besó. -Voy a hacer mi mejor esfuerzo.


Odiaría decepcionar a mi alfa.

-Y yo no puedo permitirme perder a mi alfa-, le dije.

Su sonrisa se mantuvo, pero la luz se encendió en sus ojos. -¿Te


refieres a mí?

-Sabes que yo lo hago. Siempre has sabido lo que eres para mí y para
la manada. Incluso antes que yo. Eras un lobo solitario. Luego de
habernos encontrado.

-Yo no sabía quién era yo o donde pertenecía hasta que te conocí-


dijo, inclinándose para rozar sus labios por mi mejilla.

-Así que, alfa…-Tomé su mano. -¿Estás listo para ir a buscar a los


chicos malos?
-Si insiste- dijo, colocando un último beso suave en los labios. Se
detuvo justo antes de llegar a la puerta. -Calla, lo siento…Yo sólo
quería…

-Sé lo que querías, Shay- dije, levantando los dedos a mi boca y


besándolos suavemente. -Y es por eso que Te amo.

VEINTIUNO

Cuando dejamos la habitación. Shay se movió en forma de lobo en el


pasillo, al igual que yo. Los buscadores que pasaban de vez en
cuando intercambiaron murmullos silenciosos o nos dieron miradas
sorprendidas. Pero las reacciones más comune fueron gestos de
respeto o sonrisas.

Shay movió la cola. “Es bueno ser parte del equipo”.

“Todavía un poco extraño”. Mordi su hombro. “Pero sí. Es agradable.”

Observé los oídos de Shay parpadeando de ida y vuelta, con los ojos
alerta a medida que avanzábamos. Se había ajustado a su propio lobo
tan naturalmente. A veces me sentía como si realmente había sido un
lobo solitario al que había conocido, él no había encontrado a su
media lobo todavía. Por mucho que su "charla" con Ren me dio ganas
de morderlos a ambos duro, sus negociaciones sobre mi estado eran
comportamiento tan clásico de un macho alfa que era casi divertido.
Casi.
Trotamos por el pasillo hacia Haldis táctico, nuestra uñas haciendo clic
en mármol. Anika estaba sentada a la gran mesa redonda con Bryn,
Mason, Ansel, y Tess. Mason mordió un bocado más grande que
jamás había visto.

Al vernos a nosotros, él tiró de él cerca de su pecho. -Tú no viniste a la


cocina. No voy a compartir.

Cambié formas y reí. -No creo que pudiera comer en estos momentos.

-Bueno.- Él sonrió, aún dejando al descubierto sus colmillos. -Estoy


muerto de hambre y este sándwich es mi propia obra maestra.

Ansel tosió.

-Con la ayuda de Ansel, por supuesto.- Mason asintió a mi hermano.

-¿Usted se sienta en esto?, Le pregunté.

-Se va- dijo Mason con la boca llena de sándwich.

Miré a la Flecha. -¿Qué es esto?

Tess hablo antes de que Anika pudiera contestar. -Se queda conmigo,
Calla.

-Estoy ayudando a los elixires víctimas claras- dijo Ansel. Hice una
mueca ante la mirada acusadora que me disparó. -Los Tejedores
estarán trayendo heridos fuera del campo tan rápido como puedan.
Necesitan ayudantes que no estarán en la batalla.

-Eso está muy bien, An- le dije. Bajó los ojos mientras su ira dio paso a
la humillación.

Grande, Calla. Buena jugada. Yo deseé no haber herido sus


sentimientos, pero la verdad era que no quería a Ansel en cualquier
lugar cerca de esta lucha. Sin su lobo estaría demasiado vulnerable. Y
no era sólo que me preocupaba que no pudiera luchar como un ser
humano. Con todo Ansel había sido a través de-y como yo sabía que
él todavía se sentía. Me preocupaba que tratara a propósito para
hacerse matar.

Anika empujó una silla y me senté a su lado. Bryn, en la siguiente silla,


se inclinó para abrazarme.

-Me alegro de que no estoy perdiendo todos los actos heroicos de esta
ronda- susurró. -¿Estás bien?

-Sobrevivir-, le dije.

Ella apretó mis hombros. -Eso es lo que hacemos mejor.

Agarré sus dedos, dándole tanto de una sonrisa como pude.

-¿Todo el mundo ya está aquí?- Connor entró en la habitación con


Adne a su lado. -¿Significa eso que llegamos tarde?

Los dos estaban sonrojados, pero habían hecho un trabajo bastante


bueno de hacerse presentable… o por lo menos aparecer sólo
ligeramente arrugada después de una "Siesta". Mason se rió de todos
modos. Connor se frotó la parte posterior de su cuello con inquietud,
pero una sonrisa pícara se cernía sobre los labios de Adne.

-Llegaron en realidad justo a tiempo- dijo Anika, un gesto para que se


sentaran. Me pareció oír el toque de risa en su voz, aunque su
expresión permanecido solemne.

-Me alegra oír eso.- Ren sonrió mientras entraba en la habitación. Su


cabello estaba húmedo. Supuse que había decidido a hacer un viaje a
los baños.

Estaba a punto de tomar asiento a mi lado cuando se detuvo. Arrugó


la nariz. Me miró y luego a Shay, quien lo estaba mirando desde el
otro lado de la mesa, con los brazos cruzados sobre el pecho.

Un gruñido retumbó de la garganta de Ren. -¿Qué demonios…?

Me puse de pie. -Ren, no lo hagas. Ahora no.


-¿Por qué tu olor esta por toda ella?- Él me ignoró, mirando a Shay. -
¿Ustedes dos estaban juntos? ¿Qué estabas haciendo? Pensé que
teníamos un acuerdo.

-Yo también- dijo Shay. -Pero alguien me convenció de que era


estúpido y yo estaba muy, muy mal.

Ren se inclinó sobre la mesa, gruñendo. -Es hora de que te enseñe


una lección desde hace mucho tiempo.

Shay no se movió, pero sonrió. -Le invitamos a probar.

-¡Alto!- Aparte a Ren tan fuerte como pude, enviándolo varios pasos
atrás de la mesa.

-¡No te metas en esto, Lirio!- Él sólo me miró por un segundo antes de


volver su mirada indignada a Shay.

-¡El infierno que lo haré!- Me puse entre él y Shay, obligando a Ren a


mirarme. -¿Es este el tipo de amor que quieres de mí? ¿Amor que es
elegido para mi en vez de ser decisión mía?

Él dejó de gruñir. -Calla…

-Sé que eso es todo lo que siempre te han enseñado a hacer- le dije. -
Pero no es así como yo quiero vivir. ¿Lo entiendes?

-Así que… es él, entonces.- Él bajó la mirada.

-Deja de hablar de él- le dije. -Esto se trata de mí. Mi vida. Mi elección.


Y si realmente te has parado a pensar en ello, tú no me quieres de
cualquier otra manera. Si tienes un problema con eso, te voy a patear
el culo. Justo aquí. Ahora mismo.

Me miró entonces. -Tú eres algo más, Lirio.

-No hay que olvidar- dije, aliviada de que había empezado a sonreír.

Connor tosió. -Así que, eh…sobre el fin del mundo.


Ren se rió, en dirección a la mesa. Cuando pasó a mi lado, él inclinó la
cabeza, bajando la voz. -Esto no ha terminado.

No le respondí. Pero para mí todo había terminado. Yo sabía lo que


sentía, lo que yo quería, pero compartir eso con Ren tuvo que esperar
hasta después de la pelea.

Cuando todos nos instalamos en la mesa, Anika desenrolló un mapa


grande. Lo miré, mi aliento capturado a la vista de los jardines del
Rowan raíces establecidas crudamente ante mí.

Cuando levanté la vista, me encontré con la dura mirada de Anika.

-Si vamos a tener éxito- dijo. -Esto es lo que tiene que suceder.

Anika se quedó en silencio, la estrategia de batalla siguiendo sonando


en nuestros oídos. Las manos de Ren estaban dobladas sobre la
mesa frente a él. Si yo no lo conociera mejor, habria pensado que
estaba meditando. Shay se paseó junto a Anika. La Cruz Elemental
colgaba en dos vainas en la espalda. Podía sentir su poder incluso
desde donde yo estaba sentada, pero Shay caminaba casualmente,
como si apenas notó la presencia de las espadas.

Bryn estaba sosteniendo la mano de Ansel. Tess tenía su brazo


alrededor de sus hombros.

Me preguntaba si podría hacer lo que tendría que hacer. Matar a quien


tendría que matar.

-Todos estamos a punto de morir.- Mason se echó hacia atrás en su


silla. -Eso es seguro.

Me tragué un gruñido cuando Shay me miró a los ojos.

-Cállate, Mason- le dije.

-Sólo estoy tratando de mantener las cosas en perspectiva.- Mason


sonrió. -Va a ser una buena pelea, sin embargo. Esta bien salir así.

-Mason- Bryn le gruñó. -Como dijo Calla, callate.


-Nuestras posibilidades son escasas-, dijo Anika. -Pero esta es la
única manera.

Ren se inclinó hacia delante. -Este plan de paseos en Nev y Ethan.

Anika asintió.

-¿Has oído algo de ellos?- Preguntó.

-No- dijo ella. -Pero no tenemos tiempo para esperar. Debemos atacar
esta noche antes de que los Guardianes tiengan tiempo para acumular
fuerzas cuando se den cuenta que tenemos la cruz. Sin la captura de
los Guardianes de la guardia baja, nunca seremos capaces de
precisar el Heraldo abajo.

-También estás confiando en Logan-, le dije. Era la parte del plan que
dejó un mal sabor en mi boca. -Y no es confiable.

Mason gruñó. -Él no debería ser parte de esto.

-No tenemos otra opción- dijo Anika. -Su juramento de sangre le


permite invocar el Heraldo. Sin ese ritual, el Vastago fallará.

-Si Logan no habría aparecido- dijo Mason, -¿cómo ibas a conseguir


hacer este ritual?

-Hemos tenido la intención de capturar a un Vigilante y obligarlo a


hacerlo- dijo Anika. -Y todavía podemos obligar a Logan para actuar
por nosotros si él se ha convertido en realidad en un traidor.

-¿Y de verdad crees que cinco de nosotros va a ser suficiente?-, Le


pregunté, mirando a mis compañeros.

-Hemos recuperado Pyralis- contestó Anika. -Y el resto de nosotros se


dedica en la fachada principal, mientras que entramos en la finca. Te
protegerá de ataque.

-A excepción de Bosque- Shay murmuró.

-Lo que plantea una última cuestión-, dijo Anika.


-¿Hay otro tema aparte del demonio tío de Shay?- Preguntó Mason. -
Maravilloso.

-Una vez Bosque ha sido convocado, que probablemente llamará a los


Caídos en su ayuda.

-¿Esas cosas de zombies?- Dijo Shay. -Bueno, al menos no son


rápidos.

-Ellos no son zombies- dijo Connor.

Anika asintió. -Pueden ser de movimientos lentos, pero son las


cáscaras que quedan de la gente enloquecidos por el tormento. Y su
ataque es tan mortal como un asalto físico.

-¿Su ataque?- Mi piel se estremecio y el grito de Ethan de dolor


cuando había reconocido a su hermano entre los caídos.

-Su toque trae locura instantánea- dijo Anika. -No debes dejar que te
toquen.

-¿Pueden ser asesinados?- Preguntó Ren.

-Van a bajar si se cortan las cabezas- dijo Connor. -Pero si les


muerden, te arrepentirás. Y probablemente tengamos que matarte.

Ren le gruñó. -¿Vas a tener que qué?

-Una de las razones del Harrowing era tan costoso para nosotros- cara
de Anika palideció -fue la llegada de los Caídos. Nuestros amigos y
familiares reducidos al horror, y cuando nuestros aliados Guardianes
intentaron luchar con ellos…

-¿Los Guardianes atacaron a los Caídos?- Crucé los brazos sobre mi


pecho para que no estremecerme.

-Sí. Y sus mentes fueron alcanzadas por sus peores pesadillas- dijo
Anika en silencio. -Se volvieron el uno contra el otro, y contra nosotros.
No entendíamos lo que estaba ocurriendo hasta que fue demasiado
tarde.
-Así que la moraleja de la historia es: no dejar que los Caídos nos
toquen- dijo Connor, acariciando la empuñadura de su espada.

-Con mucho gusto-, dijo Mason, empujando lejos los últimos bocados
de su sándwich.

Más buscadores llegaron en pequeños grupos, su estado de ánimo


sombrío mientras se reunían en Haldis táctico. Uno por uno los
tejedores comenzaron a abrir puertas, y yo sabía que este despliegue
estaba ocurriendo en todo la Academia como el ejército Buscador
colocó en posición fuera Rowan Estate. Anika se levantó de su silla.

-Vamos a luchar con todo lo que tenemos para ganar tiempo para ti-,
dijo, y luego se volvió hacia Shay. -Todas nuestras esperanzas están
con ustedes.

Él le dio una leve sonrisa. -Gracias.

A medida que nos pusimos de pie, Tess se acercó y tomó mi mano.

-Vamos a trabajar desde el Santuario Eydis," dijo ella. -Ahí es donde


nos quieren llevar a los heridos.

Un nudo en la garganta y yo asentí. -Ten cuidado.

-Gracias por prestarme a tu hermano, Calla- dijo ella. -Los elixires


agradecen también. Ha sido una gran ayuda para nosotros.

-Cuida de él- le dije.

-Por supuesto.- Ella me apretó la mano.

Ansel intentó colarse detrás de Tess, pero lo agarre del brazo.

-No digas adiós- murmuró, sin mirarme. -No quiero oírlo.

-No estoy diciendo adiós.- Saqué mis dedos de su brazo y él me miró


con sorpresa. -Esta es una advertencia, Ansel. Tú te quedas con Tess.
Cualquier funcionamiento fuera, ningún heroísmo estúpido o yo misma
te cazare, no importa lo que está sucediendo en el campo de batalla.
Todavía eres mi hermanito y yo soy todavía soy tu alfa. Yo no voy a
dejar que te hagan daño por ahí.

Él asintió con la cabeza, todavía con los ojos abiertos. Envolví mis
brazos alrededor de él, sabiendo que yo estaría demasiado lejos de él
para realizar un seguimiento de sus movimientos durante el ataque.
Pero esperaba que por lo menos me escuchara y que algunos de sus
instintos de obedecer a su alfa pudiera todavía ser persistente.

Me volví, sintiendo a alguien detrás de mí.

-Él va a estar bien- dijo Ren, buscando mis ojos con los suyos. -Tess
no dejará que le pase nada.

-Lo sé- le dije, con una sonrisa forzada.

-Así que el plan esta realmente cabreado, ¿eh?- Ren dijo mientras
caminábamos hacia Adne, que había empezado a tejer la puerta de
nuestro partido se tardaría en Vail.

-¿Esperabas que yo sea feliz cuando me enteré?

-Yo no apostaría por Shay le dice al respecto- dijo Ren. -Él mayores
de acciones.

-Aprecio la honestidad- le dije. -Es un rasgo de ganar.

-Honestamente, o jugar sucio para ganar esta pelea- dijo. -¿Eso es un


rasgo de ganar?

-Drop it.

Shay y Connor estaban cerca de Adne, viendo la brillante forma del


portal.

Eché un vistazo a Shay. Ren saludó con la mano y Shay hizo un gesto
grosero a Ren, pero luego me dio una sonrisa triste que hizo apretar
mi pecho. ¿El realmete creía que no sobreviviría a esta lucha?

La opresión en mi pecho se volvió tan dolorosa que tuve que cerrar los
ojos para alejarlo. Mi mente tenía que estar en esta lucha, no importa
qué otra cosa podría estar tirando de mi corazón. No podía permitirme
el lujo de pensar en lo que esta guerra en última instancia, me
costaría.

Mason se acercó a nosotros, sonriendo. -¿Están listos para rodar?

-Te ves terriblemente feliz.- Lo miré con recelo. -Teniendo en cuenta la


situacion.

-Hecho de menos a Nev.- Se encogió de hombros. -Claro, es una


guerra y todo eso, pero al menos él estará allí. Voy a tomar lo que
puedo conseguir.

Ren le dio una palmada en la espalda. -Te quiero, hombre.

-Por supuesto que sí.- Mason se alisó el pelo hacia atrás. -Soy
irresistible.

Bryn arrojó sus rizos. -Creo que esta pelea va a ser divertida.

-Espero que tengas razón- le dije.

-Muy bien, perros del infierno.- Connor fue saludando a nosotros. -


Consigan sus colillas por esa puerta.

-No somos perros del infierno- gruñí. -Somos lobos.

-¿En serio?- Connor me dio una mirada cabizbaja. -¿No te gustó mi


nuevo apodo para su manada? Pensé que se inspiró o tal vez
impresionante. Ya sabes, como Ángeles del Infierno.

-No somos una banda de motoristas, amigo- dijo Ren, entonces él se


movió en forma de lobo y saltó a través del portal.

-¿Son sus bromas siempre tan malas?- Preguntó Bryn.

-Por lo general.- Le sonreí a Connor. -Pero no se lo digas. No me


gustaría herir sus sentimientos.

Connor negó con la cabeza. -Por desgracia, siempre voy a ser


olvidado.
-Sí-. Shay sonrió. -Yo diría que tienes razón.

-Gracias a Dios por eso.- Me lanzó una sonrisa en él, desplazado, y


salté después de Ren.

Mis patas crujieron en la nieve que llegó a la mitad de mis piernas. La


luna colgaba por encima de nosotros, ofreciendo una luz considerable
a pesar de la hora tardía.

El poetal de Adne daba a una cresta en el borde del bosque. Los


motivos de Rowan Estate extendían por debajo de nosotros. El jardín
con sus caminos curvos y setos esculpidos yacían cubierto en
sombras. Atrapados en comprensión temprana del invierno, las
fuentes estaban secas y los macizos de flores vacías, desprovista de
la vida que a los jardines los habian hechos tan atractivo.

A intervalos a lo largo de la cordillera de los bosques y en los puntos


más cercanos a los jardines otras luces parpadeantes aparecieron.
Las sombras se movían bajo el cielo de la noche. Los buscadores
estaban llegando, reuniendo nuestras fuerzas. A medida que nuestros
números se acumularon, los equipos de asalto comenzaron a avanzar
hacia el jardín, por lo que su camino hacia la casa solariega. Ventanas
de Rowan raíces eran negro. La casa solariega se quedó en silencio,
dando a cada indicación de que estaba vacío.

Patee el suelo con ansiedad mientras esperábamos. Con nuestra


misión separada en juego, hemos sido uno de los últimos de los
equipos en mudarse. Levanté el bozal, probando el aire para detectar
cualquier signo de peligro. O aliados.

¿Dónde estaban las manadas Nightshade y Bane?

Por mucho que esto fue un ataque sorpresa, los Guardianes estarían
anticipando nuestra llegada. Anika y todos los buscadores lo sabían.
Nuestros enemigos nos estaban esperando, pero ¿dónde?
¿Podría ser mi padre corriendo con los lobos de Emile, listo para
encender su adversario cuando llegara el momento adecuado?
¿Estaban en camino aquí ahora?

-Ya es hora.- Adne cerró el portal, envainó sus Skeans, y sacó el látigo
de acero malvado que había utilizado en el partido de práctica con
Shay mientras estábamos en Denver.

-Usted debe permanecer aquí.- Connor frunció el ceño. -No me gusta


correr el riesgo de que estes en peligro.

Adne rió. -Lo siento, Connor. Todos los tejedores están en esta lucha.
Incluida yo. Órdenes de Anika, ¿recuerdas?

Él negó con la cabeza, pero bajaba por la pendiente con Adne


sonriente cuando ella mantuvo el paso con él.

Ren, Mason, Bryn, y yo formamos un anillo protector en torno a Shay y


los dos buscadores. Tomé punto, mientras Bryn y Mason trotaban
junto a ellos.

Ren se quedó en la retaguardia. Cuando entramos en el jardín, gruñí a


los íncubos y súcubos de mármol que fueron dispuestas como
centinelas alrededor de nosotros.

-No te preocupes, Calla- dijo Shay. -Estamos manteniendo un ojo


sobre ellos.

-Sí, lo estamos- dijo Connor. -Y si rompen esas conchas, sabremos


que Bosque ya está aquí.

Olí el aire, todavía erizada.

¿Se supone que teníamos que tranquilizarnos de alguna manera?


Mason le ladró, mostrando los dientes a Connor.

Habíamos hecho un par de metros en los terrenos de la propiedad


cuando los primeros gritos subieron de los equipos por delante de
nosotros.
-Parece que tenemos entrante- dijo Connor.

Shay sacó sus espadas, entrecerrando los ojos en la distancia.

Esperé a oír el sonido de acero y gruñidos de los lobos, en el supuesto


de que nuestros aliados encontrarían resistencia Guardián ya que se
acercaban a Rowan Estate. Pero los gritos de los Buscadores no
fueron gritos de batalla. Eran gritos confusos, llenos de miedo.

-¿Qué está pasando?- Adne y Connor estaban de pie espalda con


espalda mientras exploran los jardines que nos rodean.

Gruñí, con ganas de correr en cualquier conflicto que se desarrollaba


delante. Pero nuestra directiva era mantener fuera de la refriega.

-¡Mira!- Shay señaló con la punta de una espada en los altos setos
que bordeaban los caminos del jardín. Las coberturas se movían.
Moviendose, cada vez mayor.

Connor juró, se movio hacia adelante cuando las ramas gruesas


anudadas abalanzaron sobre el camino, atravesando los caminos
pavimentados y girando en el medio silvestre patrones que nos
rodean. La cobertura subió ante nuestros ojos, subiendo a una
velocidad imposible.

-¡Connor!- Adne gritó cuando un nuevo seto estalló entre nosotros,


bloqueando nuestro camino hacia él.

Le oí gritar, pero no podía ver a través de la pared de ramas que nos


separaban.

Adne corría a lo largo del seto, gritando el nombre de Connor. Un grito


sonó detrás de mí. Me di la vuelta para ver a Mason siendo lanzado
hacia atrás cuando nuevas ramas, rápido y duro como latigazos, se
estrelló contra su cuerpo. Bryn ladró, saltando tras él, pisándole los
viñedos de ataque. Yo aulle de frustración cuando Bryn, Mason, Ren,
y Shay desaparecieron de mi vista.
Me di la vuelta, la competición después de Adne, que seguía corriendo
y gritando. Ella cambió de dirección cuando un nuevo seto apareció,
bloqueando su camino hacia adelante. Me lancé al aire, estrellandome
contra ella. Luchó cuando yo la inmovilicé.

Yo todavía estaba gruñendo cuando cambié formas. -¡Basta! ¡Adne,


para!

Ella respiraba con dificultad, pero ella paro los puños que ya no
estabam golpeando en mi pecho y los hombros. -¡Tenemos que
encontrarlo!

-No es sólo él.- Me puse de pie, tirando de ella a sus pies. -Perdimos a
los demás también.

-¿Qué?- Sus ojos se abrieron cuando ella se dio la vuelta para ver el
laberinto que había explotado de la tierra que nos rodean.

-Estamos desconectados.- Apreté mis manos contra el seto y espinas


atravesaron mi piel.

Un aullido rompió a través de la noche.

Adne me miró, su ceja levantada. -¿Amigos?

-No- dije en voz baja.

Otro aullido sonó, y otro. Gritos de los lobos aumentaron uno por uno,
llenando el aire con su canción de batalla. Me volví lentamente en
círculo, escuchando, el seguimiento de sus llamadas.

-Estamos rodeados.

Adne juró en voz baja. -Nos están separando. Mantener los equipos
separados.

Asentí con la cabeza. -Ellos estaban esperando por nosotros.

Caminó a lo largo de las paredes del laberinto, doblando esquinas,


encontrando callejones sin salida. -¿Cuanto apuestas a que el lado de
los Guardianes tiene un mapa que resuelve este laberinto?
-Eso no parece probable.- Levanté la vista hacia el seto. Era
demasiado alto para saltar.

-¿Nos quedaremos atrapados aquí?-, dijo Adne. "Los lobos nos


cazarán, tome cada grupo uno por uno, y ninguno de nosotros se ve
venir.

-Tenemos que encontrar una manera de salir-, le dije. Sigue adelante.

Los aullidos estaban cerca ahora. Cientos de lobos corrían. Podía oler,
oír sus patas crujiendo en la nieve mientras descendían en las casas
de campo de todos los lados. Los otros equipos de Buscadores aún
estaban en pánico, gritando mientras intentaban escapar del laberinto.
Los hombres y las mujeres gritaban uno por el otro, tratando de
encontrar sus aliados.

Entonces los gritos comenzaron.

Adne cerró los ojos. -Ha empezado.

VEINTIDÓS

LOS SONIDOS DE BATALLA llenaron mis oídos y me hubiera gustado


que pudiera excluirlos. El zumbido de las flechas de ballesta zumbó en
el aire; gruñidos y gruñidos aumentaron hacia el cielo. Si yo estuviera
en el medio de la pelea, no me habría molestado. Pero esta guerra, la
violencia invisible y muerte que podrían estar al acecho alrededor,
ningún temor esquina enviado corriendo arriba y abajo de mi espina
dorsal. No habíamos topado con ningún lobo todavía, pero era sólo
cuestión de tiempo. Adne y yo podiamos luchar contra tres o cuatro,
pero tuve la sensación de que no estaríamos frente a cualquier lugar
cerca de que fueran pocos.

Y había otros sonidos también, la construcción de mi ansiedad. Los


gritos de un dolor más allá del tipo que cualquiera Guardián podría
causar.

-Hay un espectro en el laberinto- le susurré. -Tal vez más de uno.

Tras golpear a otro callejón sin salida, Adne y yo nos agachamos


hacia abajo, desesperado por llegar a un plan. El laberinto no sólo nos
cortaba, constantemente la forma se modificada. Coberturas surgian
sólo para hundirse de nuevo en la tierra. Ramas espinosas dispararon
en medio del camino, nos tropezamos cuandos nos habíamos llevado.

-¿Está segura?- Preguntó.

Asentí con la cabeza, deseando que no lo estuviera. -Tenemos que


encontrar a Shay.

Me moví en forma de lobo, dispuesto a atacar a cualquier enemigo


Guardian que nos encontramos y empezamos a correr de nuevo.
Tenía la esperanza de que nos dirigiéramos en la dirección de donde
nos habíamos separado.

-¡Mira!- Adne se volvió hacia una nueva apertura en el laberinto. -


Vamonos.

Cogí el aroma justo antes de que doblaramos la esquina. Agarrando la


camisa de Adne cuando cambié formas, grité, -¡Alto!

Yo estaba arrastrandola hacia atrás cuando se apareció a la vista. El


espectro se deslizó por detrás de las curvas de los setos, moviéndose
lentamente hacia nosotros.
-Vamos.- Adne agarró mi mano y nos volvimos en la dirección por la
que habíamos venido.

El laberinto se había desplazado de nuevo, presentando todavía otro


camino.

-Maldita sea- dije cuando nos detuvimos frente a un callejón sin salida.

Me di la vuelta sólo para ver la abertura en el seto por el que


acabábamos pasado, cerrando.

-Bueno, al menos el espectro está en el otro lado- dijo Adne. Las


palabras sólo habían salido de sus labios cuando el espectro surgió a
través de la cobertura, su forma exuduciendo de entre las ramas como
el alquitrán.

-¡Oh, no es justo!- Adne gritó.

El espectro se acercaba. Allí no había ningún sitio a donde ir.

-¡Shay!- Grito, sin saber qué otra cosa hacer. -¡Shay! ¡Ayúdanos!

Nos apoyamos contra la pared; mis ojos estaban fijos en las sombras
arremolinadas del cuerpo del fantasma. Su aroma llenó mis fosas
nasales, por lo que me dieron ganas de vomitar. Memorias del dolor
que podría causar enviado temblores estremecidos por mis
extremidades.

-Adne, tienes que salir de aquí. ¡Teje una puerta!

-¿Una puerta hacia dónde? ¿Quieres correr de vuelta a la Academia?


¡Si tejo en el campo de batalla, podría ponernos a nosotras a la
derecha en la parte superior de un fantasma! No hay salida de esa
manera. -Su voz temblaba. -No sé qué hacer. A menos…

-¿A menos que qué?

Se dio la vuelta, mirando hacia el seto detrás de nosotros.

-Shay- Grito de nuevo.


-¡Calla!- Su voz estaba justo detrás. -¿Dónde estás?

Me di la vuelta, ignorando el dolor cuando espinas rasgaron mi piel


cuando apreté mis manos contra el seto. -¡Estoy aquí! ¡Con Adne!

-No puedo llegar a ti- gritó. Él estaba justo al otro lado de la pared del
laberinto. -¡Bryn, Mason, Ren! ¡Vengan aquí! Están detrás de esa
cobertura.

Podía oler su aroma, fuera de mi alcance.

-¡Calla!- Ren gritó. -¿Estás bien?

-Hay un espectro.- Mi voz era cruda. -Estamos atrapadas.

Oí a Mason quejarse y sus patas arañando el suelo, tratando de llegar


a nosotras. La nariz de Bryn asomó debajo de las ramas, pero ella
gritó cuando una rama espinosa le azotó el hocico como un látigo.

-Voy a tratar de cortar a través de la cobertura,- gritó. -Hazte a un lado.

-¡No, espera!- Gritó Adne.

-¿Qué quieres decir, con esperar?- Miré por encima del hombro al
espectro.

Adne me ignoró. Ella había dejado caer su látigo y sostuvo sus Skeans
en sus manos. Con un grito repentino ella hundió las espigas delgadas
en la tierra.

Metí mis manos sobre mis oídos cuando un sonido horrible atravesó el
aire a mí alrededor. El grito estaba lleno de dolor e indignación. Y
venia del seto.

-Así es, perra- Adne silbó. –Baja de esta tierra y vuelve al infierno
donde perteneces.

Las ramas del seto temblaban. Sus hojas comenzaron a marchitarse,


marchitarse y a desmoronarse. El estremecimiento de los miembros se
hizo más violento. Ramas cubiertas se dividieron en piezas frágiles.
Las paredes vivas de la cobertura se derramaron en una ola seca y
ceniza que de hojas. El laberinto se desvaneció, dejando sólo
montones de escombros poco profundos que marcan su patrón en la
nieve blanca. Shay se paró frente a mí, las espadas en alto. -¿Qué
demon…?

Adne gimió y se dejó caer sobre su costado.

Empecé a girar hacia ella, pero Shay grito, -¡Calla, baja ahora!

Saltó por encima de mí cuando yo cambié, aplanando mi cuerpo


contra la nieve. Rodé por el suelo, arrastrándome a mis pies. Cuando
me giré, vi al espectro llevando abajo a Adne y Shay volando por el
aire hacia la criatura.

Ladré en alarma, a partir de él, pero Ren saltó delante de mí,


gruñendo.

“No”.

“¡Fuera de mi camino!”. Les mostré mis colmillos.

Pero el gruñido murió en mi garganta.

Shay se lanzó contra el espectro. La Cruz Elemental giró en sus


manos a una velocidad vertiginosa. Las hojas cortadas en la masa
oscura de la criatura de cuerpo más rápido que girando las espadas
de helicóptero.

El espectro gritó.

Nunca había escuchado a un espectro gritar antes. Nunca había oído


hablar de que ellos emiten ningún tipo de sonido. Pero no había duda
de que estaba gritando en agonía.

Zarcillos como la tinta de los Espectros crujían como si estuvieran


llenos de energía eléctrica. Volvió a gritar y luego su cuerpo se arrojó
al alza, como el vapor negro explosión de un géiser, y ya no estaba.

Shay aterrizó en el otro lado de donde el espectro había estado. Él se


dio la vuelta, hojas listas para atacar de nuevo. Cuando se dio cuenta
de que el espectro se había ido, se enderezó y me lanzó una sonrisa
tímida.

Yo le ladre, meneando el rabo.

-¡Adne!- Connor estaba corriendo hacia nosotros a través de la nieve y


los restos del laberinto.

Adne se sacó a sí misma en cuclillas, apoyándose en los talones de


sus manos. -Voy a estar bien…Creo.

Connor la ayudó a ponerse de pie y le sonrió a Shay.

-Buen trabajo. No sabía que podías hacer eso.

-¿Hacer qué?- Shay frunció el ceño. –Sabias que podía matar


espectros. Debido a éstas.-Levantó las espadas.

-No es el espectro- dijo Connor. -A pesar de que también era bueno.


Me refería al laberinto. Si no se hubiera deshecho de él, este partido
habría terminado antes de comenzar.

Connor se volvió, haciendo un gesto en dirección a la mansión. -Los


equipos serán capaces de reagrupar sus ataques ahora.

-Yo no le hice nada al laberinto- dijo Shay. -La cobertura se vino abajo
y lo siguiente que supe es que estaba mirando a Calla. Entonces vi al
espectro dirigirse hacia Adne.

Connor me miró, frunciendo el ceño. Adne cepillo la nieve de su ropa,


evitando el contacto visual con ninguno de nosotros. Cambié formas,
observándola estrechamente.

-Ella lo hizo.- La señale. -Ella…asesino al laberinto- Yo no tenía


ninguna otra palabra para describir lo que Adne había hecho. De
alguna manera ella había atacado a la cobertura. Y ella lo derrotó.

Connor agarró los brazos de Adne, la fijación de una mirada dura con
ella. -¿Cómo? ¿Cómo hiciste eso?
-No lo sé- dijo. -Yo sabía que no era natural, que no pertenecía. Así
que le pedí un favor.

-¿A quién se lo pediste?- Shay paseaba por nuestros grupos


hacinadas, escaneando nuestro entorno en busca de signos de
peligro. De lo que pude ver, el ataque Banes se había concentrado en
los equipos por delante de nosotros.

Incluso en la luz de la luna pude ver el rubor de Adne. –A la tierra.

-¿Puedes pedirles favores a la tierra?-, Preguntó Connor. -¿Eso está


en su hoja de vida?

Ella sonrió. -Eso es lo que hacen todos los Tejedores. Acabo de tomar
un paso más allá.

-Nadie ha hecho eso, Adne,- dijo Connor lentamente. -Nadie.

-Lo sé- murmuró.

Sus ojos se encontraron y algo importante, pero tácito, pasó entre


ellos. Yo no podía estar segura de lo que era.

Con la pared de ramas enredadas desaparecida, pude ver la tormenta


de la batalla que se desencadenó por delante de nosotros. Lobos se
estrellaron contra los buscadores con la fuerza de un maremoto.
Dientes afilados desgarraron la carne humana, cortando gritos de
dolor tan pronto como comenzaron. Los lamentos interminables que se
elevaban horriblemente en el cielo me dijo que los lobos no eran el
único enemigo de esperaba en la oscuridad. Espectros se deslizaron a
través de las sombras, que envolvían a ls buscadores a voluntad.

Mis ojos recorrieron el borde del jardín. No pasó mucho tiempo para
encontrarlos. Una línea de veinte Keepers, nuestros maestros y
algunos de sus hijos, a quienes reconocí de la escuela, había tomado
posiciones en el borde del espejo de agua seca. Todos estaban
vestidos elegantemente, como si estuvieran a punto de sentarse para
una cena formal, no observar una batalla. Pero se quedaron mirando a
la carnicería, al igual que los generales que dirigen su infantería. Con
la gracia casual, los brazos de los Keepers comenzaron a torcerse en
el aire, sus dedos bailando en movimiento intrincado.

Espectros llenaron el aire y el cielo sobre nosotros cobró vida con


formas oscuras que se retorcían. Súcubos e íncubos aparecieron,
llamado por sus amos, para entrar en la refriega. Los buscadores
gritaron advertencias y flechas de ballesta tiraron pasado jabalinas las
criaturas abisales. Algunos de los atacantes alados cayeron a la tierra.
Otros se zambulleron en los buscadores, arrebatándolos del campo de
batalla, elevándose a alturas imposibles de retirar los combatientes
humanos a sus muertes. Algunos buscadores, enganchadas en las
garras íncubos, lograron en un golpe fatal con una daga o una espada
al ser llevados al cielo, teniendo a los Keepers junto con ellos en el
velo de la muerte.

Vi los cuerpos caer y retorcerse bajo la piel y las garras, alas de cuero
y garras, o simplemente desaparecen en la oscuridad de la de un
fantasma de hum. Lobos bajaron también, brillante dispersión de la
sangre a través de la nieve prístina, la puesta en común por debajo de
los cuerpos inmóviles de lo Guardianes Bane. Pero el número de Los
buscadores tendidos en el suelo, inmóviles, fue superando
rápidamente la de los lobos. Los Banes fueron al acecho, rodeando los
equipos de ataque. Ellos se movian al unísono, sus instintos se
manada guiando la caza, lo que les permite coordinar sus ataques de
manera que los buscadores nunca podrían esperar.

Vi a los lobos toman abajo a un guerrero después de otro guerrero. Si


hubiera visto esto un mes antes, habría gritado con orgullo. Esto fue
cómo los Vigilantes hicieron la guerra. Es por eso que siempre
ganamos. ¿Por qué los buscadores estaban perdiendo ahora?.

El peso pesado de la creciente desesperación se instaló bajo mis


costillas. No hemos podido ganar. Incluso si llegamos dentro, si de
alguna manera Shay derrota a Bosque, la batalla en el exterior se
perdió. ¿Cuántos buscadores morirían hoy?
Connor se aclaró la garganta, con la mirada, como la mío, encerrada
en la escena brutal delante de nosotros. -Tenemos que seguir
moviéndonos. La lucha parece estar concentrada en el este. Eso es
bueno; nos dirigiremos por el lado norte del jardín y de la casa a partir
de ahí.

No mencionó que parecía que nuestro lado estaba perdiendo. Mal.

-Hay otros espectros- dijo Shay. -Debería ir tras ellos.

Connor negó con la cabeza. -No es parte del plan. Te necesitamos en


el interior

-Yo soy el único que puede matarlos- Shay gruñó.

-Sabíamos que habría espectros en esta batalla-, dijo Connor. -


Siempre hay. Pero usted no puede ser atrapado en la parte delantera.
No tenemos tiempo.

Shay se puso rígido, pero se volvió hacia el norte. -Vamos, entonces.

Cambié de nuevo en forma de lobo, pegándome al lado de Shay


cuando bordeamos el borde de la batalla. La adrenalina tenía mi pulso
acelerado. Podía oler a los Banes y el sabor de la sangre en el aire.

Un gruñido bajo retumbó en mi pecho.

“Lo sé.” La voz de Ren entró en mi mente. “Yo quiero estar en esa
lucha también.”

“Deseo concedido”. Mason se detuvo, erizado.

Habíamos llegado a la parte norte del jardín, y parte de la batalla se


había derramado fuera delante de nosotros. Los lobos y los
buscadores bailaron alrededor de cada otro en un torbellino de
movimientos mortales. Acero brilló cuando cuchillas captaron la luz de
la luna. Músculos de los lobos ondulaban debajo de su piel, ya que se
estrellaron en los cuerpos de los buscadores. Los gritos y gruñidos
mezclados en un terrible rugido mientras luchaban. Y ellos estaban
bloqueando nuestro camino a la casa.
“¿Plan de copia de seguridad?” Preguntó Bryn.

“Te lo diré si se me ocurre uno”. Me preparé. Si íbamos abajo, no sería


sin luchar.

-Maldita sea- dijo Connor. -Esto en cuanto a la contención.

-¿Hacemos un recorrido por ella?- Preguntó Adne.

-Si.

Mis ojos recorrieron los combatientes, en busca de cualquier signo de


Nightshades o de mi padre. Pero yo sólo podía ver buscadores y
Banes.

-Debe cambiar formas, Shay- dijo Connor. -La última cosa que
queremos es que los Guardianes sepan marcar el Vastago. Si te ven,
tú eres el único que van a estar cazando.

-Buena decisión- dijo Shay, deslizándose en su otra forma. El lobo


dorado sacudió la gola. “Esto esta mucho mejor.”

Ren lo miró. “¿En serio?”

“Por supuesto”. Shay levantó su hocico, teniendo en el aire fresco de


la noche. “¿No lo crees así?”

“Bueno, sí.” Ren pateó la nieve. “Pero no importa”.

-Calla, llego el momento- dijo Connor, ajeno a nuestra conversación. -


Voy a estar justo detrás de ti. Ren y Shay, se quedaran cerca de Adne.
Mason, Bryn, guardia nuestro flanco.

Él tomó nuestras miradas constantes como un asentimiento.

-Está bien.- Connor miró a la maraña de cuerpos en nuestro camino. -


A mi señal.... ¡Ahora!

Mis músculos agrupados se precipitaron fuera del jardín a la luz


pública. Mantener mi enfoque en las largas sombras proyectadas por
el edificio, que nos guiaron lejos desde el centro de la lucha. Si
pudiéramos llegar a la casa, tendríamos de nuevo la cubierta.

Un ladrido agudo me llamó la atención. Varios Banes habían roto de la


batalla y se disparaban hacia nosotros.

“¡Sigue corriendo, Calla!” El aullido de Ren se levantó en el aire detrás


de mí. “Mason y yo los obligaremos a retirarse.”

Gruñí, frustrada al estar en ejecución cuando mis compañeros de


manada se dirigían a una pelea.

Otro aullido sonó, cerca pero viniendo desde el oeste.

Ren se dio la vuelta, yendo en la dirección opuesta de la batalla.

“¡Diablos, sí!” Mason corrió tras él.

Bryn cayó de cuclillas y aulló alegremente. Aullidos contestaron


pasando de los lobos disparados hacia nosotros. La esperanza hecho
chispa en mis venas. . . pero yo no estaba dispuesta a bajar la guardia
todavía.

-¡Santo. . . ! -Connor gritó. -¡Que vienen!

-¡Hay demasiados!- Gritó Adne. -No vamos a ser capaces de seguir


más allá de ellos.

-¡Calla! ¡¿Qué demonios estás haciendo?!-Connor gritó cuando me


detuve, mirando con asombro a la horda masiva de pieles y colmillos.

Yo no lo podía creer.

-¡Calla!- Connor me lanzó una mirada exasperada antes de agarrar a


Adne y empujálarla detrás de él.

La pared de los lobos nos golpeó bruscamente la división y fluyo a


nuestro alrededor como un río.

-Lo que el…- Connor se quedó boquiabierto mientras docenas de


lobos rayadas delante de nosotros, con más de tras de su paso. El
Banes ladró y gritó alarmado cuando los Nightshades pululaban entre
ellos. Los lobos recién llegados sacaron a los Banes fuera de
buscadores, la lucha libre al suelo en un caos de garras y dientes.
Pronto el siseo del acero se vio abrumado por gruñidos y mas
gruñidos fuerte como un trueno cuando las dos manadas Guardianes
rasgaron entre sí. Años de animosidad alimentó su ira ya que
derramaron la sangre del otro en la nieve reluciente.

Un enorme lobo marrón y plata, que lleva una marca inusual negra en
la frente, se desaceleró cuando él se acercó a nosotros, deteniéndose
frente a mí.

“Es bueno verte, Calla”. Su lengua colgaba a cabo en una sonrisa de


lobo. “Espero que no los haymos hecho esperar.”

“Su tiempo es perfecto, papá.” Empujé mi boca en su pecho. “Y sin


duda sabes cómo hacer una entrada.”
VEINTITRÉS

-¡Deja de retorcerte!-Connor gritó. -Estoy tratando de protegerte.

-¡Sólo déjame ir, Connor!- Adne lucho con su agarre. -Obviamente


ellos no están aquí para atacarnos.

“Tienes algunos amigos interesantes”, mi padre comentó,


observándolos luchar.

“Sirven de ayuda si pasa más tiempo con ellos”. Ladré, atrapando la


atención de Adne y de Connor. Cuando les mostré mis dientes,
dejaron de discutir. Me volvi a mirar a mi padre. “El hombre es Connor
y la mujer es Adne. Juro que realmente son buenos en una pelea”.

Olió la mano de Connor mientras los ojos del buscador sobresalían en


la inspección del lobo masiva. “Si tu lo dices”.

Bryn se aplastó contra el suelo, moviendo la cola a mi padre. “Hola, Sr.


Tor.”

“Te ves bien, Bryn.” Mi padre le mordisqueó la oreja. “¿Lista para la


pelea?”

Saltó. “Siempre”.

Shay corrió hasta nosotros, bajando la boca en señal de respeto. Mi


padre ladeó la cabeza con curiosidad, aunque su voz baja-gruñó en
una advertencia. “Yo no se de ti”.
“Papá, este es Shay”. Bajé la boca también, pero mi cola estaba
meneando con éxtasis. “Shay, este es mi padre, Stephen Tor. El alfa
Nightshade.” Shay mantuvo la cabeza baja.

“Me siento honrado de conocerte. Gracias por venir a nuestra ayuda


usted”.

Mi corazón dio un vuelco cuando mi padre puso la cabeza debajo del


hocico de Shay, levantando la cabeza. “El honor es mío, Vastago.
Eres un impresionante lobo.”

Shay ladró su deleite y yo le gruñi con frustración.

“Todavía lo veo un poco cachorro, sin embargo.” La risa de mi padre


viajó con su pensamiento.

Shay puso su pata sobre su nariz. “Estoy trabajando en ello.”

“Así soy yo” rompí en su oído.

“Debemos alejarnos de la lucha”. Mi padre dio un codazo a mi hombro.


“Quiero ser informado antes de que hagamos nuestro próximo
movimiento.”

Le ladre a Connor, tirando de la manga de su abrigo de cuero por lo


que me iba a seguir.

-Creo que vamos de esta manera- dijo Connor, echando una mirada
nerviosa a Adne cuando yo lo atraje hacia las largas sombras de la
mansión.

Mi padre se detuvo cuando estabamos cubiertos por la oscuridad,


aunque incluso si hubiéramos sido vistos, la batalla se prolongó en un
punto álgido que probablemente podría evitar que alguien tratara llegar
a nosotros.

Connor todavía estaba mirando a mi padre con cautela cuando cambié


la forma, haciendo un gesto para que los otros dos lobos siguieran mi
ejemplo.
Había olvidado lo intimidante que un alfa de pleno derecho podría ser.
Después de haber pasado toda mi vida como la hija de uno y cada vez
mayor en el papel a mí misma, me había tomado su porte real y
severa mirada como una cosa natural. Todo, desde su imponente
estatura a sus ojos gris acero imponía respeto.

Connor no se veía más a gusto, incluso después de que mi padre


volvió a su forma humana. Incluso Adne se deslizó hacia atrás para
mirar por encima del hombro de Connor en lugar que se acerque
demasiado a la alfa.

-Connor, Adne- Dije. -Este es mi padre, Stephen Tor.

-¿El alfa Nightshade?- Preguntó Adne, abriendo mucho los ojos. –


¡Has venido!

-¡Por la victoria!-" Connor gritó, agitando el puño en el aire.

La boca de mi padre se curvaba en una sonrisa burlona. Connor dejó


caer la mano, mirandose avergonzado.

-Uh, lo siento por eso- dijo. -Es muy, muy bueno que estes aquí.

-El placer es mío.- Mi padre le tendió la mano para que Connor


pudiera moverse.

Adne sonrió tímidamente cuando el alfa la saludó, su mirada chasqueo


hacia mí. -Puedo ver el parecido.

Me reí, pero mi padre me dedicó una sonrisa de orgullo que hizo que
mi corazón cantara. Bryn rió, apretando mi mano.

Otros tres lobos trotaron hasta unirse a nosotros. Cuando Ren, Mason
y Nev cambiaron las formas, todos estaban sonriendo.

-Cuantos más, mejor, ¿eh?- Mason se echó a reír.

Connor dio un puñetazo en el brazo de Nev. –Podrías habernos dado


alguna advertencia de que estában en nuestro equipo. Pensé que
estábamos muertos por un segundo.
-Pobre Connor- dijo Adne. -Un alma delicada.

Él le lanzó una mirada de reproche.

-Nos tuvimos que advertires- dijo Nev. -Basta con mirar.

Se movió de formas, inclinando la cabeza para revelar un símbolo


negro pintado en la frente.

-¡Hey!- Shay sonrió. –Ese es mi tatuaje.

-La marca del Vastago- dijo mi padre. -Pensamos que era la mejor
manera de identificarnos. Todos los lobos que nos acompañaron
estuvieron marcados por Ethan. Fue su idea.

-Si.- Nev estaba de vuelta en forma humana. -Así nadie nos dispara.
Particularmente Ethan.

-Él siempre ha tenido un gatillo fácil.- Connor se rió. -¿Está con


ustedes?

-Llegó en el ataque del sur- dijo mi padre. -Me imagino que va a estar
buscando a nosotros pronto, sin embargo.

-¿Quieres decir que hay más de ustedes?- Preguntó Adne.

-Nos dividimos en tres equipos de ataque- dijo mi padre. -La mía era la
más grande. Nos desbordamos de la emboscada Bane y entramos
detrás de ellos.

-¿El hecho de que muchos lobos?- Las cejas de Ren subieron. -Tú
trajiste algún Banes también.

-Tu padre no era un tipo alfa, Renier- Mi padre vio a Ren con ojos
cautelosos. -Conducía a su propio hijo a distancia, así como muchos
otros. Tal es el precio de la crueldad.

-Emile Laroche no es mi padre- dijo Ren, inquebrantable. -Yo le debo


ninguna lealtad.

-Es cierto- dijo mi padre. -Me gustaría buscar la paz con usted, alfa.
-Y yo a usted.- Ren inclino la cabeza, deslizando una mirada a mí -Su
hija es el lobo más valiente que he conocido. Ella es la verdadera alfa.

-En efecto.- Mi padre sonrió a Ren y luego a mí.

Bryn se inclinó hacia mí. -Creo que Ren está tratando de ganar puntos
con tu padre.

-Shhhhhh.- le pisotee los dedos de los pies.

Shay cambió su peso incómodo en el intercambio. La mirada de mi


padre se deslizó hacia él; su sonrisa se hizo saber. -Debe ser un reto
tener tantos líderes en un partido pequeño.

-¡Finalmente, alguien tuvo el valor de decirlo!- Mason sonrió. Nev lo


esposó en la parte posterior de la cabeza.

-Me alegro de que los Banes lo hayan convencido para unirse a


nosotros- dijo Connor a mi padre, haciendo caso omiso de Mason y de
Nev empujandose. -No sabíamos si nadie lo haría.

Mi padre asintió con la cabeza. -Me alegré también. Es Neville quien


merece la mayor parte del crédito por balancearse a ellos.

-Gracias, Stephen- dijo Nev; que había conseguido mantener la


cabeza de Mason en una llave. -Pero tuve ayuda. Sabine y Caleb, el
Bane , chicos se reunieron en el Eden que jugó conmigo en Burnout-
eran vitales. Tom suministra un lugar seguro para que nos
encontraramos mientras reunimos aliados. Sin duda, un esfuerzo de
equipo.

Mason volcó a Nev sobre su espalda. -¡Gotcha!

-¿Les importaría comportarse?-, Les dije, exasperada. -Estamos en


guerra.

-Siempre estamos en guerra, Cal- dijo Mason incluso mientras seguía


con Nev clavado en el suelo.
Nev rió, patadas de Mason fuera. -Es por eso que hacemos nuestra
propia diversión entre patadas en el culo.

-No se puede discutir con esa lógica-, dijo Bryn. Ella se movió en
forma de lobo, fijando a Mason y rociando su cara en un largo baboso
lamiendolo.

-¡Ack!- Mason gritó. -¡Tu ganas! ¡Tu ganas!

-¡Hey!- Ethan corrió hacia nosotros, sin aliento y con la hemorragia de


un rasguño profundo en la mejilla. -¡Ahí estás!

Connor apretó el brazo. -Me alegro de verte.

-De la misma manera- dijo Ethan, dándole a Adne un abrazo con un


solo brazo. Se volvió a Nev. -Ella no está luchando. No pude
encontrarla.

-Yo estaba preocupado por eso-, dijo Nev.

Preguntó Adne -¿Quién?.

-Sabine- dijo Ethan, con el rostro sombrío. -Ella no está entre los
Banes aquí.

Mason y Bryn dejaron de la lucha libre. Bryn cambió formas, dándome


una mirada sombría ante la mención de la ausencia de Sabine.

-Ninguno de los dos, ni Emile- dijo Stephen. -Yo lo puedo oler a una
milla de distancia. Deben estar dentro.

Eché un vistazo a la mansión oscura, incapaz de distinguir ninguna


señal de luz en el interior. -¿En Rowan Estate?

Ren probó el aire. -Efron y Lumine están cerca.

-Y ellos no toman parte en la lucha real- dijo Mason. -Nunca.

-La información que hemos recibido, dijo que estaría enviando un


pequeño grupo hacia el Vastago para terminar con esto- dijo mi padre.

Connor asintió. -Eso sería de nosotros.


-Con su permiso me gustaría unirme a ustedes.

-¿No quieres supervisar a tu manada?- Preguntó Connor.

-Están en buenas manos.- Mi padre hizo un gesto a Nev. -Él y Ethan


planearon esta huelga. Él es el que debe seguir para dirigirla.

Nev cambió formas y ladró su aprobación.

-Yo me quedo con Nev- dijo Mason, mirándome. -Si eso está bien.

-Ve con él.- Asentí con la cabeza. -Y manten un ojo hacia fuera para
Ansel y Tess.

-Sabes que lo haré- dijo Mason con un guiño. En el momento siguiente


los dos lobos aullaban y corrieron aunirse a la lucha.

Mi padre me miró bruscamente. -¿Tu hermano está aquí?

-No en la lucha-, le dije. -Está ayudando a los buscadores heridos. Él


va a estar lo suficientemente seguro. - Espero.

-Yo no lo habría dejado.- Bryn lanzó a mi padre una mirada culpable. -


Pero pensé que necesitábamos todos los combatientes que podríamos
ahorrar.

-Por supuesto- dijo. –Perteneces a la manada.

Mi padre dirigió una mirada inquisitiva a Connor. -¿Y bien?

-No tienes que pedir permiso-, dijo Connor. -Otro alfa sería una gran
ayuda.

-Bueno. Le debo a Emile una visita personal - dijo mi padre. -Uno que
ha estado mucho tiempo en llegar.

-Esos son el mejor tipo de visitas- dijo Ethan. -Tengo uno en mente.

Connor gruñó. -Entonces no vayamos a mantener a nadie esperando.


Mi padre, Ren, Bryn, se deslizaron en formas de lobo, tomando
posiciones como centinelas alrededor de los tres buscadores y Shay
como acechados a lo largo de la pared norte de la mansión.

-La puerta lateral nos traerá a la cocina-. Dijo Shay. -Vamos a estar en
la parte trasera de la casa. Podemos hacer nuestro camino a la
biblioteca a partir de ahí.

Mi piel se arrastró debajo de mi piel. Eso significaba que estaríamos


escabulléndonos por los pasillos de Rowan Estate, pasando todos
esos cuadros horribles y estatuas horribles. Cualquiera de los cuales
podrían cobrar vida cuando Bosque Mar estuviera esperando por
nosotros.

Todavía podía oír la batalla que se libraba a nuestras espaldas, pero a


medida que nos acercamos al otro extremo de Rowan Estate, los
sonidos de la guerra parecían ser tragados por las paredes de la
mansión. El inmenso edificio nos aislada del conflicto, que nos
separaba del enemigo y de los aliados por igual. Aunque yo hubiera
sabido que siempre había sido el plan, sentí una sensación de temor
de lavado sobre mí al darme cuenta de que nuestro pequeño grupo se
enfrentaría a los horrores por nuestra cuenta.

-Ahí está la puerta.- Shay se adelantó y vi la forma de la flor oscura


entre las sombras.

Ladré en el mismo momento que Connor gritó, -¡Shay! ¡A la derecha!

Shay tenía sus espadas listas cuando los la sombra atacó. Pero no era
sólo el espectro que se movía. Desde alrededor de la parte posterior
de la casa cuatro lobos aparecieron, se nos echaron encima en una
tormenta de colmillos y aullidos furiosos.

El primer lobo saltó, golpeando a Connor abajo. Adne giró, su látigo de


acero volando. El lobo gritó cuando las puntas de acero afilados se
alojadon en su cuerpo.
Gritó de nuevo cuando Ethan ataco en su flanco. El lobo se retorció,
tratando de sacar los pernos. Su grito final murió en un gorgoteo
cuando Connor hundió su daga en su pecho.

Mi padre se había lanzado en el segundo lobo. Fueron cayendo por el


suelo, gruñendo y desgarrandose el uno al otro. A unos metros de
distancia Ren estaba frente a frente con los otros dos lobos. Ninguno
de los tres había atacado, pero en cambio, todos se quedaron
mirandose el uno al otro, erizados, llenando el aire de bajo,
amenazandose gruñidos. Bryn y yo flanqueamos a Ren.

Mi pulso zumbó a través de mis venas cuando me di cuenta por qué


había vacilado. Dax y Fey miraron a su ex alfa. Sus bocas torcidas en
frustrados gruñidos furiosos.

“No hagas esto”. La mente de Ren se abrió para todos nosotros. “No
debemos luchar.”

Corrí a su lado. “Escuchen a Ren. Por favor.”

“¿Por qué?” Dax me ignoró, ladrando a Ren. “¿Así que debemos


inclinarnos a tu perra también?”

“No vuelvas a hablar de ella de esa manera.” Ren dio un paso


amenazador hacia adelante. “No sabes nada de lo que está pasando
aquí”.

“¿En serio?” Fey olfateó el aire con desdén. “Creo que tienes miedo de
ser el alfa. Eres débil”.

“Eres una idiota, Fey”. Bryn gruñó.

“Por lo menos yo no dejo que Calla piense por mí.” Fey miró a Ren y a
Bryn. “Ambos son débiles”. Sus músculos temblaban.

“¡Fey, no lo hagas!” Me preparé. Pero ella ya estaba arremetiendo.

Yo estaba lista cuando se estrelló contra mí, pero la fuerza de su salto


nos hizo caer a través de la nieve. Bryn se precipitó después de
nosotros, hundiendo sus dientes en un lado de Fey. Mandíbulas y
gruñidos salvajes me dijeron que Ren y Dax estaban luchando junto a
nosotros.

Nuestros mejores luchadores. Recordé lo que Ren había dicho sobre


Dax y Fey. Los iguales se atraen. Pero ahora su habilidad en el
combate estaba trabajando en contra de nosotros.

¿Eramos sus alfas, pero podríamos ser capaces de lo mejor de ellos?

Me di la vuelta a mis pies. Fey fue más rápida. Ella aterrizó en mi


espalda, hundiendo sus dientes en mi hombro. Ignorando el dolor, me
resistí duro, nos volcamos de manera que se estrelló contra el suelo
debajo de mi peso. Bryn saltó sobre ella, aplastando a Fey en la nieve.
Fey se retorció y pateó, enviando a Bryn al vuelo.

Trepé, sabiendo lo que debía hacer. Fey todavía estaba en su


espalda. La suave piel de su vientre fue expuesta. Dos picaduras de
abrir sus entrañas serian fatales. Pero tenía que hacerlo ahora.

Mi aliento quedo atrapado en mi pecho. Fey se retorcía en el suelo, a


punto de volcar. No podía esperar más.

Algo zumbó junto a mi oreja. La corteza de Fey de dolor se convirtió


en un grito cuando una segunda y luego una tercera saeta entró en su
abdomen. Rodó más, gruñendo, pero tratando de cojear a distancia.
Un rastro de sangre empapó la nieve debajo de ella mientras trataba
de huir.

Ethan estaba a mi lado, levantando su ballesta. -Yo me encargo.- Él


hizo un gesto con la barbilla a mi derecha. -Ayúdale.

Me alejé arrepentimiento cruzo mi pecho cuando Ethan apuntó,


volteandome a ver a Ren y a Dax dando vueltas entre sí unos pocos
metros de distancia. Los dos estaban jadeando. Sangre oscurecido su
piel, goteando sobre la nieve. Corrí hacia ellos, tirandome en el aire y
bloqueando mis mandíbulas alrededor de la nuca de Dax. Incluso con
la fuerza de mi ataque, era demasiado grande como para derribar.
Mordí más duro, luchando por salir adelante.
Él gruñó, girando en un círculo mientras me aferraba a él. Finalmente
se encabritó. Yo sabía que iba a venir abajo en mí cuando yo había
aterrizado en la parte superior de Fey. Yo no podía permitirme el lujo
de ser derribada. Lo solté, retorciendome en el aire mientras caía
hacia atrás.

Sintiendo mi peso fuera, Dax se giró en el aire y cayó de pie de nuevo.


Giró alrededor, gruñendome.

“Dios, eres una plaga”. Sus ojos estaban llenos de odio. “Es hora de
que te aplaste para siempre”.

“Estoy esperando”. Clavé las patas en la nieve, preparándome para su


ataque.

Él gruñó, pero luego ladró, torciendo su cabeza cuando los dientes de


Ren rasgaron a través de su tendón de la corva.

“Ahora, Calla”. El grito de Ren llenó mi cabeza.

Yo sabía lo que quería decir. Oblige a salir a cualquier duda de mi


mente y en un movimiento por puro instinto, me lancé. Mis mandíbulas
se clavaron en la garganta de Dax. Mordí con fuerza, rasgando a
través de los músculos y finalmente aplastar su tráquea. Su sangre se
derramaba en mi boca mientras su cuerpo se puso rígido y luego se
aflojó. Dejé caer su peso muerto, alejándome de la forma inmóvil del
lobo descomunal. Mis músculos estaban temblando.

Ren cojeando a mi lado. “Teníamos que hacerlo”.

Me quejé, inclinándo mi boca contra su hombro. Yo sabía que él


estaba en lo cierto, pero me sentía mal.

“Estás herida”. Lo empuje contra mí. “Toma un poco de sangre.”

“Tu primero.” Volví del hombro a su hocico. Sus dientes perforaron mi


piel. Me quedé quieta mientras lamía la sangre.

“Soy bueno”. Me lamió el hocico. “Sigamos adelante”.


Lo mordí en el pecho. El sabor ahumado dulce, salvaje de su sangre
se deslizó sobre mi lengua. La calidez espumosa de sanación virtiendo
sobre mí.

“Gracias”. Levanté la boca para presionar mi nariz contra su mejilla.

“Parece que estamos claros”. Mi padre caminó hacia nosotros. Su


hocico era brillante con sangre, pero no pude ver ninguna señal de
daño en él. Tras él, el cadáver de un anciano Bane estaba tendido en
el suelo.

Él miró el cuerpo de Dax y luego a Ren. “¿Su compañero de


manada?”

Ren bajó la cabeza. “Mi segundo”.

“Lo siento”. Mi padre apoyó el hocico en el hombro de Ren.

Ren gimió en voz baja, inclinándose hacia mi padre.

Se me cayó al suelo, el dolor pesado en mis huesos, y miré hacia el


cielo nocturno. Bryn, cubierta de nieve, se acurrucó a mi lado con un
gemido bajo. Yo apoyé la cabeza en su espalda, para controlar el olor
de la sangre de Fey en su pelaje. La luna había desaparecido, cubierta
por gruesas bandas de nubes. Cuando pequeños copos flotaban a
establecerse en nuestro cuerpo, tanto los vivos y los muertos.Pensé
que tal vez la luna había ocultado su rostro de nosotros, tan lleno de
dolor como estábamos. Pero no pudo contener las lágrimas que se
derramaron en forma de nieve en silencio.
VEINTICUATRO

CONNOR se paró delante de la PUERTA, alcanzando en el bolsillo


para disfrutar de herramientas lock-picking. Ethan sacudió la cabeza.

-Logan iba a dejar que la desbloqueen.

Connor se encogió de hombros e intentó abrir la puerta. La puerta se


abrió.

-Esa es una buena señal- dijo. -¿Cierto?

-Es una señal de que Logan al menos fingía estar en nuestro equipo-
dijo Ethan. -No vamos a creer nada más en él.

-De acuerdo.- Connor se puso de espadas, atraído y se movio


lentamente hacia la cocina.

Lo seguimos en la sala cavernosa. En la oscuridad, pude distinguir las


ollas y sartenes que colgaban del techo. Una larga mesa de
preparación estirada casi a la longitud de la habitación, y un horno de
ladrillo enorme ocupaba la mayor parte de una pared.

-Se podría cocinar para todo Vail aquí- dijo Adne. -¿Cuántos grandes
partidos hace su anfitrión? ¿Al igual que uno a la semana?

-Ninguno- dijo Shay. -Por lo menos no que yo haya visto.

-¿Alguien incluso utiliza esta cocina?- Preguntó Connor.

-Yo vine aquí por aperitivos- dijo Shay. -Mantienen la nevera surtida.-
Señaló a una unidad de cabina de refrigeración junto a una igualmente
enorme despensa.

-¿Tu nunca encontraste cuerpos en allí?- Ethan murmuró.


Shay no respondió, pero él se estremeció. Estaba segura de que no
había considerado nunca esa posibilidad antes de aprender la verdad
acerca de su tío. Me pregunto si volver a Rowan Estate fue tan
aterrador para Shay como lo fue para mí. Cuanto más pensaba en
ello, más me convencí que era probablemente mucho peor para él.
Había vivido aquí, llamado este lugar su hogar sin saber lo que vivia
en las paredes, los prisioneros torturados atrapados en las pinturas.
Se había reido de las estatuas de íncubos que ahora sabía que podía
venir a la vida y al ataque. Él debe haber sentido como si el suelo
estaba constantemente rodando bajo sus pies.

Troté a su lado y lami sus dedos, con la esperanza de que pudiera


prestar un poco de consuelo. Él me sonrió.

-Hogar dulce hogar- dijo, pero la calidad encantada de su mirada me


hizo saber que había estado en lo correcto acerca de sus
sentimientos.

“Esto tiene que ser la casa más espeluznante de todos los tiempos”.
Bryn se quedó cerrado a mis talones.

Miré por encima del hombro. “Esta, definitivamente, en el top ten.”

“¿Ustedes realmente lo hicieron aquí? Porque yo creo que estaría


demasiado asustada para enfocarme.”

Le mostré mis dientes a ella. “Hablando de enfoque, ahora no es el


momento de estar preguntando sobre mi vida amorosa.”

Cuando estábamos a punto de salir de la cocina, Shay se detuvo.

-Haganse un favor y no vean ninguna de las pinturas.

Connor asintió, moviéndose en silencio en el pasillo.

El pasillo estaba oscuro. Connor nos llevó a un ritmo cauteloso. Sabía


que era sabio, pero arrastrándome hacia adelante puse mis dientes en
el borde. Un jadeo ahogado golpeó mis orejas. La cabeza de Ethan se
inclinó. Adne puso la mano sobre su brazo, apoyándose en él para
susurrar con voz tranquila. Cuando levante la cara, vi la mandíbula
apretada y las venas de su cuello latiendo.

Shay miró. -Te dije que no miraras.

-Sigue caminando, Vastago- Ethan gruñó, pero su voz tembló. -Él no


era tu hermano, era el mío.

Cometí el error de mirar por encima del hombro a la pintura que Ethan
acababa de pasar. Un hombre en ropa andrajosa yacía tendido sobre
una mesa, agonía grabada en su rostro, la boca abierta en un grito
eterno de dolor. Formas oscuras se alzaban en la sombra en el borde
de la pintura, observándolo. Yo deseaba no reconocer al hombre, pero
sabía que era el hermano de Ethan, Kyle, el momento en que miré la
pintura y me sentí enferma. Fue mi culpa que estuviera atrapado para
siempre, de su tortura se alimentaban los espectros. Yo había
pensado que estaba haciendo mi deber, protegiendo a Shay, cuando
yo había matado a su pareja, Stuart, y le entregué a Kyle a los
Vigilantes para ser interrogado. ¿Cómo muchas otras opciones tenían
que hice mientras servía a los Vigilantes que habían destruido las
vidas de las personas que ahora llamaba aliados y amigos?

Una mano rozó mi piel. Me volví para encontrar que Shay me miraba,
con los ojos brillantes con preocupación.

Me ofreció una leve sonrisa.

-No estoy tratando de acariciarte. Sólo quiero decir que el pasado es el


pasado. No lo sabías. Ninguno de nosotros lo hizo.

Empujé mi nariz contra la palma de su mano mientras trataba de


borrar el horror de la pintura de mi mente.

Nos habíamos doblado en la esquina para entrar en el pasillo central


de la mansión cuando Connor dio un grito. Sus hojas brillaron a cabo,
golpeando algo sólido y entonces su golpe fue desviado.

Él vomitaba maldiciones, pisando sus pies y pateando la pared. -


¡Estatuas! Por el amor…-Él comenzó a jurar de nuevo.
-Connor, estás haciendo que me sonroje- dijo Adne, dando un paso
adelante para inspeccionar el súcubo de mármol.

Le ladre a Shay, meneando el rabo. Él esbozó una sonrisa ante mí,


compartiendo el recuerdo de mi primera visita a Rowan Estate. No
podía culpar a Connor por su reacción. Las estatuas eran demasiado
realistas.

-Vas a tener que estar atento a eso- dijo Shay. -Las estatuas están por
todas partes.

-Un ejército ya hecho- dijo Connor. Él miró a la estatua. -A la espera.

-Un ejército con el que hemos luchado durante nuestra última visita-
dijo Ethan. -¿Te acuerdas? ¿Cómo es que estos no salieron fuera a
jugar con sus amigos?

-Las criaturas de Rowan raíces son aún latentes.- Shay golpeó con los
nudillos en la frente de piedra del súcubo. -Los secuaces fuera deben
ser las Mascotas Criadores de Eden. Eso significa que Bosque no está
aquí. Él no los ha convocado.

-O él quiere que pensemos que no está aquí- dijo Connor.

Shay frunció el ceño. -No lo creo. Sólo los lobos están luchando.
Bosque tenía todas sus criaturas en la mezcla en la última pelea. Él no
está aquí. Todavía no.

-Sólo hay una manera de saberlo con seguridad.- Connor hizo un


gesto obseno a la estatua y luego continuó por el pasillo.

Mi corazón parecía estar atascado en mi garganta, golpeando duro a


medida que entramos en el gran vestíbulo de la mansión. Armaduras y
más horrible criaturas emitidos en mármol rodearon la sala, de pie,
como los guardias ante de que la inmensa escalera.

Pasos de Guardianes y el ruido de las uñas de un lobo se hizo eco en


el enorme espacio, rebotando en las paredes de todo el camino hasta
la inmensa araña de cristal colgando sobre nuestras cabezas.
-Por las escaleras- Shay murmuró.

Connor asintió y comenzó a ascender. Con cada paso mi cuerpo se


sentía más frío.

Ren cepillo contra mí. “¿De verdad pasaban tiempo aquí?”

“Sí.” Eché un vistazo alrededor. “Bastante, en realidad”.

“Ugh.” Se estremeció. “Tienes un estómago mas fuerte que el mio.”

“Es mejor cuando piensa que todo el lugar no podría cobrar vida y
matarte”. Roce mis dientes contra él.

“Oh, estoy seguro de que lo es”. Él mordió mi hombro.

Cuando llegamos a la parte superior de las escaleras, Connor respiró


hondo. Luego cogió la puerta de la biblioteca. El mango se volvió y
escuchamos un suave.

-Abierto- murmuró. -No creo que pueda soportar esto como una buena
señal.

-No lo es- dijo Shay. -Pero yo no esperaba que esto fuera bien. ¿Y tú?

-Vamos- dijo Ethan, señalando con la barbilla hacia Connor. -No hay
descanso para los malvados.

-¿Ese es nuestro lema?- Connor preguntó mientras empujaba la


puerta abierta. -¿O el de ellos?

-Haga su elección.- Ethan levantó su ballesta.

Un suave resplandor llenó la biblioteca; la sutil luz de las lámparas


escondido entre los estantes hizo que la habitación se sintiera cálida y
acogedora. Si yo no hubiera conocido ninguna mejor, me hubiera
parecido un lugar tranquilo para leer mi libro favorito.

Mi padre se puso rígido cuando un gruñido retumbó en su pecho. Su


nariz se arrugó para arriba.

Emile.
Bryn empezó a gruñir, sus pelos de punta en aumento.

Olores familiares me llamaron la atención también. El alfa Bane estaba


aquí, pero no estaba solo.

-Bienvenidos.- Lumine se situó junto a la estantería que contenía los


Anales Haldis. Ella nos tendió la mano a nosotros.

-Te hemos estado esperando.- Efron sonrió. Estaba sentado junto a


ella en una silla de cuero de respaldo alto. Dos lobos yacían a sus
pies, sus ojos fijos sobre nosotros. La mirada de Sabine era constante,
mientras que Emilio brilló con malicia. Logan se puso de pie detrás de
su padre, con el rostro fijo en una máscara de indiferencia.

-Es decepcionante- dijo Connor. -Ahora no podemos gritar


“¡sorpresa!”.

-Qué encantador.- Lumine le ofreció una sonrisa condescendiente y


arqueó una ceja. -Podemos hacer una oferta. Dejen al Vastago solo
con nosotros y sus vidas se salvarán.

Gruñí y Ethan levantó su ballesta. -¿Eso es una oferta?- Sus ojos


estaban en Sabine, y él estaba agarrando su arma con tanta fuerza
que la sangre había dejado sus nudillos. Ella le devolvió la mirada con
calma, que queda tan quieta que pudo haber sido una de las estatuas
en el pasillo.

-No es muy tentador, ¿verdad?- El látigo de Adne silbó por el suelo.

-Bien.- Los labios rojos rubí de Lumine se separaron, su sonrisa


revelaron relucientes dientes. Ella levantó la mano y empezó a dibujar
un símbolo de fuego en el aire.

-Aquí viene el espectro- murmuró Connor.

-Yo me encargo.- Shay dio un paso adelante cuando el símbolo de


fuego explotó en una contorsión, una criatura oscura.

-Matalos a ellos- dijo Lumine, agitando su mano perezosamente en


nuestra dirección.
El fantasma se deslizó por el suelo. Shay tomó dos saltos y se lanzó
en el aire, moviendo de un tirón a través de la sala a la tierra delante
del espectro.

-Ahora acabas de mostrarlo- dijo Connor.

La Cruz Elemental cortó su forma sombría. El fantasma gritó, su


cuerpo hirviendo lejos en humo.

Lumine no se inmutó, pero vi un movimiento en su garganta mientras


tragaba. -Qué interesante.

-¿Vamos a intentarlo de nuevo?- dijo Efron. -¿Pero que sea deportivo,


de acuerdo? ¡Emile! ¡Sabine!

Los dos lobos se pusieron de pie. Emile atornillado hacia Shay, pero
Sabine se volvió hacia Efron. Ella se abalanzó sobre la mano que
usaba para convocar a los espectros, aplastando sus dedos en sus
mandíbulas. Él gritó, cayendo de rodillas delante de la silla. Sus ojos
se abrieron con incredulidad cuando Sabine cayo ,con su mano
ensangrentada sólo le llamo a su espalda.

Gritos ahogados por la sangre de Efron sacaron a Emile alrededor.


Aulló su furia y se dejo caer en ella. El enfoque de Sabine no vaciló.
Tenía a Efron clavado. Aún gruñendo, ella golpeó una y otra vez,
desgarrando su garganta aparte. Cuando se detuvo arañando su piel,
ella se movió en forma humana y escupió sobre él.

-No esperábamos que fuese usted.- Ella miró a su cuerpo. -Bastardo.-


Escupió de nuevo.

Logan corrió al lado de su padre, pero el Guardián anciano ya estaba


muerto. La garganta de Efron había sido tan devastada que su cabeza
estaba casi separada de su cuerpo. Logan volvió a caer, de rodillas a
su pecho y ocultando su rostro. Sabine se volvió hacia él, gruñendo
mientras se acurrucó junto al cadáver de Efron.

-Sabine- Ethan gritó. Su ballesta pasó zumbando a Emile, que se


estrelló contra ella. Ella fue enviada en espiral a través del aire,
estrellándose en un monton de piedras en la chimenea. Mi padre aulló
y se precipitó a través de la habitación. Ren y Bryn lo persiguieron con
Ethan disparando pernos cuando corrieron en su ayuda. Emile se dio
la vuelta, haciendo caso omiso de los tornillos que le golpeaban el
hombro y costado. Sus ojos estaban fijos en mi padre.

Ethan saltó por encima de cuclillas de Emile, gruñendo a la forma de


lobo, arrojándose protectora sobre el cuerpo inerte de Sabine.
Mientras que el Buscador vigilaba a Sabine, y a mi padre y Emile
acechados uno hacia el otro, ignorando el caos a su alrededor.

Lumine jadeó, sus manos yendo a su cuello. Ella empezó a temblar,


pero rápidamente sacó otro símbolo en llamas. Un espectro floreció
antes que ella.

-¡Protégeme!- Le gritó ella a él.

El espectro se arremolinaba a su alrededor como un manto mientras


se abria paso hacia la puerta.

Gruñí, quise luchar, pero Shay era el único que podía luchar contra
fantasmas.

-Shay- Adne gritó cuando el espectro de Lumine se acercó a nosotros,


obligándonos a estar lejos de la puerta.

-¡Quédate conmigo!- Lumine silbó a su guardaespaldas deslizándose


cuando ella salió corriendo de la biblioteca. –¡No los dejes cerca de
mí!-El fantasma rezumaba lejos de nosotros, teniendo a Lumine fuera
de la habitación mientras se movía.

Shay corrió hacia nosotros, mirando después de su retiro, pero Connor


lo agarró del brazo. -Déjala ir. Nuestra lucha es aquí.

Shay asintió, aunque su mandíbula se contrajo en la frustración.

-Tenemos que estar seguros de que Logan no hace una carrera por él-
dijo Connor a Shay. -Hay que vigilarlo mientras ayudamos a los
demás.
Shay miró a Logan, que se mecía donde estaba sentado, con la
cabeza todavía oculta detrás de las rodillas. -Yo no creo que él vaya a
ninguna parte.

-Yo diría lo mismo si estuviera inconsciente- dijo Connor. -Tenemos


que mantenerlo aquí.

-Yo me quedo con Shay- dijo Adne, agarrando su brazo y tirando de él


hacia Logan. -Ustedes ayuden a los demás.

“¡Bryn!” La llamé. “Llega a Adne y Shay. Es necesario protegerlos.”

Ella se dio la vuelta, corriendo para actuar como un centinela para el


Vastago y nuestra Tejedora. “¡Sobre ella!”

Corrí con Connor a través de la habitación hacia donde Ethan estaba


acunando a Sabine contra su cuerpo. Ella no se movía, y no
estábamos lo suficientemente cerca como para que yo supiera si
estaba aún con vida. Tenía que ayudarla si pudiera.

Pero mis ojos se mueven al otro lado de la biblioteca. Emile y mi padre


se enfrentaron, ahora sólo a unos pocos pies de distancia, gruñendose
el uno al otro, mientras Ren se quedó erizado al costado de mi padre.
Pero el lobo más joven podría haber sido invisible por toda la atención
que los otros dos lobos le dieron. Sus miradas estaban cerradas,
llenas de odio.

Mi padre levantó su hocico y aulló un desafío. Emile respondió con un


grito de respuesta, sus músculos voluminosos ondulantes cuando él
pateó el suelo, con furia. La lucha que ambos habían estado
esperando durante tanto tiempo estaba a punto de empezar.
VEINTICINCO

MI PADRE gruñó, dejando caer su hocico mientras caminaba de lado,


mirando a Emile.

El alfa Bane sacudió la saliva de sus mandíbulas, dando un aullido


final.

Ambos saltaron, arrojando sus cuerpos el uno al otro con tal fuerza
que pensé que sus huesos se romperian.

-¡Calla!- El grito de Connor sacó mi mirada de los lobos que luchan. -


¡Ayúdanos!

Ethan había reposicionado a Sabine contra su pecho, apoyando a


levantarse. -Ella esta respirando, pero creo que está herida.

Sabine se agitó en sus brazos, gimiendo suavemente.

-Más vale prevenir que lamentar- dijo Connor, cerrando mis ojos.

Asentí con la cabeza, cambiando las formas para morderme la


muñeca. Tomando la barbilla de Sabine en mi mano, le abrí la boca,
apretando mi brazo sangrante a sus labios. Ella trago inmediatamente.

-Si está herida, no es malo- le dije mientras bebía. -Tal vez un hueso
roto o dos.
-¿Eso no es malo?- Preguntó Ethan, acariciándole el pelo.

-No lo es para nosotros- le dije.

Los ojos párpados de Sabine se abrieron de golpe. Ella empujó mi


brazo, limpiándose la boca.

-Gracias.

-No hay problema.- Yo aprete la herida en la muñeca para detener el


flujo de sangre y dejar que los pinchazos cezaran.

Su mirada se trasladó a Ethan. Su nuez se movió arriba y abajo


mientras tragaba con fuerza, pasando su dedo sobre su mejilla.

-Ethan- susurró.

Él sacó su cuerpo temblaba en sus brazos. -Ya se acabó.

Él tenía parte de razón. Con Efron muerto, una pesadilla había


terminado para Sabine. Pero eso era una sola batalla y todavía
estábamos en el medio de una guerra.

Connor fue a reunirse con Adne y Shay mientras observaban a Logan.


El Vigilante seguía acurrucado en una bola. Bryn acechó a su
alrededor, gruñendo.

Cambié formas, moviéndome tan silenciosamente como pude hacia mi


padre y Emile. Ambos estaban ensangrentados, a pesar del poco
tiempo que habían estado luchando.

Cortes empañaban el lado derecho de mi padre, mientras que un


colgajo de carne desgarrada colgaba del pecho de Emile.

Me deslicé detrás de Emile, lista para saltar. Pero la voz de mi padre


estaba de repente en mi mente.

“Mantente fuera de esto, Calla. Es una orden.”

Gruñí, llamando la atención de Emile. Él soltó una advertencia a mí.

“¿Confiando en su cachorro, Stephen?”


“Como he dicho, Calla.” Mi padre gruñó. “Manténte alejada. Esta no es
tu lucha.”

Retrocedí, pero no muy lejos. Mis instintos me tenian obligads a


someterme a la voluntad de mi padre, pero mi sangre estaba
cantando, gritando que yo debería atacar.

Ren seguía detrás de mi padre, que también mantenía su distancia


cuando los dos lobos se rodearon uno al otro, en busca de cualquier
abertura, a la espera de alguna señal de debilidad. Ren iba y venía,
como agitado como yo. Sólo podía adivinar que mi padre le había
ordenado fuera de la lucha también.

Emile se abalanzó, pero mi padre esquivó el ataque. Él se dio la vuelta


y golpeó el flanco de Emile, arrancando otro pedazo de carne. Emile
aulló de dolor mientras la sangre brotaba de su cuerpo. Mi padre volvió
a golpear, pero esta vez Emile estaba listo para él, pateando sus
piernas traseras alta. Atrapó a mi padre en la cara. El golpe envió a mi
padre a caer de vuelta. Aterrizó con un medio fuerte crujido en una
mesa, con el cuerpo plegado alrededor de la madera. El borde borde
de la tabla se astilló con la fuerza del impacto.

“¡Papá!” Grité una advertencia.

Mi padre negó con la cabeza en un intento de aclarar sus sentidos en


tarro cuando él se puso en pie. Mientras que él no estaba fuera de la
pelea, el golpe lo había aturdido.

Emile no lo dudó. Él tronó hacia mi padre, nunca ralentizo al golpear al


otro alfa. Él utilizó el cuerpo de mi padre para romper a través de la
madera ya estreyadas. La tabla se dividio en dos cuando Emile llevó a
mi padre en la pared en el otro lado de la biblioteca.

Ellos se estrellaron contra las estanterías y fueron arrojados a


pedazos. Emile cayó de pie, los músculos temblando en anticipación
del próximo ataque. Mi padre yacía en el suelo, con la cabeza gacha.
Fue entonces cuando lo vi: un fuerte trozo de madera se había calado
hondo en la espalda. El extremo romo de la lanza de madera
sobresalía de su pelaje. Él se puso en pie, torciendo el cuello para
sujetar la madera clavada en sus mandíbulas. Pero al hacerlo, él
expuso su garganta a Emile.

Sin dudarlo el alfa Bane se abalanzó sobre mi padre.

Yo ya estaba corriendo, con la esperanza de bloquear su ataque, sin


importarme ya que esta lucha no era mia. Emile Laroche no mataría a
mi padre. Yo no podía ver que eso sucediera y no hacer nada.

Pero Ren estaba más cerca todavía. Yo estaba a unos pocos metros
por debajo de mi padre cuando Ren golpeó a Emile en un salto, los
dos cayeron lejos de mí y mi padre. Ellos se pusieron de pie, girando y
lanzándose de nuevo. En momentos que estaban luchando en el
suelo, rasgandose el uno al otro sin misericordia.

A mi lado, mi padre gruñó. Se había recogido la enorme astilla de su


pecho. La sangre brotaba de la herida y él vaciló.

“Toma mi sangre.” Volví del hombro a su hocico. “! Date prisa!”

Mordió mi carne cuando yo arranqué mi cuello para ver lo que estaba


sucediendo detrás de nosotros.

La atención de Emile se mantuvo enfocada en Ren. El anciano bozal


del Bane estaba ensangrentado, pero no sabía si era sólo la sangre de
mi padre o si Emile había herido también a Ren.

“Eso es suficiente, Calla”. Mi padre me empujó suavemente. “Gracias.”

Volvió su atención a Ren y oí su mando. “Renier, no ataques a Emile.

Ren no se movió, ni siquiera miró en la dirección de mi padre. Estaba


gritando, con la mente abierta para nosotros.

“Toda mi vida era una mentira”. Los músculos de Ren estaban


temblando de rabia. “Mi madre murió a causa de ustedes. Te juro que
te mataré”.
La risa de Emile sonaba en mi mente. “¿Es esa la manera de hablar
con tu viejo y querido papá, muchacho?” Su pensamiento terminó con
un gruñido amenazador.

“Tú no eres mi padre”. Ren gruñó. “Mi padre murió cuando le rompiste
el cuello.”

“Uno de los mejores días de mi vida.” Emile se agachó. “Al igual que
hoy será cuando termine esto”.

Ren aulló y se abalanzó sobre Emile.

“¡Renier, no!” Mi padre se arrojó hacia los otros dos lobos cuando Ren
atacó. “¡Deténgase!”

Vi el error de Ren así como él lo hizo. En su ira había saltado


demasiado alto, dando tiempo a Emile para cambiar de posición por
debajo de él. Emile saltó, inclinando su cuerpo para satisfacer a Ren
en el aire.

El grito de Emile sonó en mi mente. “Debería haber hecho esto el día


en que naciste”. Sus mandíbulas se cerraron alrededor del cuello de
Ren.

“¡Ren!” Grité su nombre, cuando cayeron al suelo, sus cuerpos


encerrados juntos.

Emile dio una sacudida repentina de la cabeza. Pensé que era la


división en dos cuando una grieta terrible detuvo el gruñido constante
de Ren.

Cuando chocan contra el suelo, mi padre se estrelló contra Emile,


empujándolo lejos de Ren, que yacía horriblemente todavía en el suelo
de la biblioteca. Aullé, derrapando a una parada junto a él. Dejando
caer mi boca, presioné mi nariz contra él.

Un grito por la habitación rasgó mi mirada fuera de Ren.

Emile estaba de espaldas, atrapado bajo mi padre. El alfa Bane se


retorcía bajo el peso de mi padre, patadas y luchando. Mi padre ignoró
los intentos desesperados de Emile de liberarse. Sus mandíbulas
estaban alrededor del cuello de Emile y lo estaban cerrando
lentamente. Emile gritó, un medio aullido, mitad grito que se convirtió
en un gorgoteo cuando mi padre le aplastó la garganta.

Emile dejó de luchar. Mi padre levantó el cuerpo inerte de Emile en


sus mandíbulas y con un solo golpe de su cabeza arrojó el cadáver del
Bane a un lado.

Mi padre vino hacia nosotros, cambiando las formas cuando él se


detubo.

“Ren. Ren”. Yo le di un picotazo a su hocico con suavidad. “Por favor,


levántate. Usted tiene que levantarse.”

Respiré en su pelaje gris oscuro. Su olor era el mismo de siempre, el


sándalo y el fuego envuelto en cuero.

“Ren.” Me quejé, pateandolo. “Respóndeme. Puedo curarte, pero hay


tienes que despertar para que yo pueda darte sangre.”

Alguien se dejó caer al suelo a mi lado. Adne estaba de rodillas,


mirándome con ojos grandes y llenos. Bryn estaba junto a ella,
gimiendo en voz baja.

-¿Por qué?- Dijo Adne. -¿Por qué has tenido que dejarme también?-
Ella comenzó a llegar a él, pero le gruñi, golpeando su espalda. Yo no
queria que nadie más cercara a él. Ellos no podían ayudarlo. Me miró
fijamente, extremidades temblando cuando el color desapareció de su
rostro.

-¡Hey!- Connor estaba todavía de pie junto a Logan, pero me señaló


con la punta de su espada. -Retrocede, wolfie.

Shay miró a Connor y luego a mí. -Quédate aquí.- Volvió la Cruz


Elemental a sus vainas y luego cambió de formas.

“Calla”. Se acercó lentamente, con la cabeza baja.


Me enfadé, un gruñido amenazador constante aumento en mi
garganta. “Manténte alejado.”

“Deja que te ayude”. Su voz era suave y se dejó caer en su vientre,


todavía avanzando lentamente hacia mí. “Yo sólo quiero ayudar.”

Gruñí de nuevo, mostrándole mis colmillos cuando me alcanzó.


Levantó el hocico y suavemente lamió el mía. Era relajante; su olor
fresco y esperanza, como la lluvia que enjuaga el lodo del miedo
enturbiando mis sentidos y me tranquilizó. Dejé de gruñir. Se puso de
pie, apoyando su hocico contra el mio.

“Nosotros lo podemos ayudar. Pero no de esta forma”.

Se movió a su forma humana y entendí. Ren era un lobo; que no podía


beber cuando estaba inconsciente. Necesitaríamos traerlo de vuelta, al
igual que Gabriel había ayudado a Nev a respirar de nuevo. Cambié
formas.

Bryn se dejó caer al suelo, permaneciendo un lobo. Un zumbido


constante tranquilo siguió aumentando desde el hocico.

-Ayúdame- le dije a Shay. Pero vaciló, no se movio más cerca de Ren.


Algo estaba parpadeando en sus ojos, algo que él no me quiere hacer
ver.

-Ayúdame- le dije de nuevo.

Shay miró la forma todavía de Ren. Extendió una mano hacia mí. Sus
dedos temblaban. Me di la espalda a él con un gruñido.

-Está bien.- Me arrastre más cerca de Ren. -Voy a hacer esto sin tu
ayuda.

Cuando mi padre llegó a mi lado, no había triunfo en sus ojos. Sólo la


pérdida.

-Tenemos que despertarlo para que pueda beber-, le dije. Mi padre


puede arreglar esto. Él siempre nos ayudo. Él sabrá qué hacer.
Mi padre me miró largamente antes de que él se agachara junto a
Ren, apoyando la mano en el cuello profundo del lobo gris. Se agachó,
apoyando la cabeza contra el pecho de Ren. Dejó escapar un suspiro
de pesar lento.

-¿Qué debemos hacer?-, Le pregunté.

Mi padre volvió lentamente su rostro para mirarme. Yo no podía


aceptar lo que encontré en sus ojos.

-No la hay…-Shay murmuró detrás de mí; Sentí sus dedos rodeando


mi brazo. –Calla…- Su voz era gruesa y no pudo gestionar más
palabras.

Yo no lo miraba, le pregunté a mi padre otra vez, -¿Qué debemos


hacer?

-Emile le rompió el cuello.- Mi padre levantó la cabeza, meciéndose


sobre los talones con un profundo suspiro. -Su corazón no late.

Yo ya había hundido mis colmillos en mi antebrazo. Cuando extendí mi


carne sangrante hacia el hocico de Ren, Shay atrapó mis hombros,
tirando de mi espalda.

Él no dijo nada cuando gruñí, estirando el cuello para mirarlo. -Déjame


ir.

Él negó con la cabeza.

-Calla- mi padre dijo en voz baja. -El corazón de Renier no late.

-No.

-No se le puede salvar. Ya es demasiado tarde.

-No.

Adne había comenzado a sollozar. Se puso en pie, tambaleándose


lejos de nosotros y en los brazos de Connor.
Mis miembros se habían entumecido. Me deje fundir en el suelo,
tendida junto al cuerpo de Ren. Mis dedos se retorcieron en la piel
gruesa de carbón.

Él no puede estar muerto. No puede ser.

Me moví en forma de lobo con lo único a que pude reunir,


estableciendo mi boca en la parte superior de Ren.

Shay no intentó acercarse a mí, pero me miró cuando escuché su


respiración inestable.

.Lo siento, Calla- dijo. -Yo no quiero que termine de esta manera.

Gemí y volví la cara lejos de él. Cerré los ojos y envie una última
súplica a cabo, tratando de tocar la mente de Ren.

“Te amo.”

Pero él se había ido.


VEINTISÉIS

-Dejala.- Mi padre se interpuso entre Shay y yo. Todavía estaba


acurrucada contra el cuerpo de Ren. Podía oír mi sangre golpeando a
través de mis venas, pero yo no podía sentir nada.

-Pero…- Shay me miró, sus características de endurecimiento con


determinación. Todavía tenemos que enfrentar Bosque. La
necesitamos.- Adne estaba envuelta en los brazos de Connor, llorando
en silencio.

-Perder a otro alfa es como perder una parte de ti mismo.- Stephen


enseñó los colmillos afilados a Shay.

-Entiendo eso.- Un desafío brilló en los ojos de Shay, pero se retiró a


estar al lado de Adne y Connor. -No cambia lo que está en juego.
Nosotros no podemos parar. Esto no ha terminado. Todavía tenemos
que convocar a Bosque.

Sabine se nos acercó lentamente. Ethan se arrastró detrás de ella,


pero mantuvo una distancia respetuosa mientras se arrodillaba junto a
Ren.

No me moví, mirándola estirar la mano para tocarlo. Se inclinó hacia


adelante, colocando un beso en la parte superior de la cabeza.

Volvió sus ojos hacia mí por un momento, y vi mi dolor reflejado allí.


Ahora comprendía por qué Shay había venido a mí en forma de lobo.
¿Por qué él me convenció de cambiar? Él ya había sabido que no
había esperanza para Ren, pero sabía que no era capaz de hacer
frente a esa pérdida. Hubiera atacado a cualquier intruso, al igual que
yo casi ataque a Adne, que había llegado demasiado cerca del de Ren
cuerpo.

Pero ese tiempo había pasado, y me dejó adormecida, agotada. Yo no


podía atacar a nadie ahora. Yo no haría nada. La batalla podría no
haber terminado para Shay. Pero todo había terminado para mí. La
duda y el remordimiento robaron mi voluntad de luchar.

Sabine inclinó la cabeza y se puso de pie, dejando que Ethan la


envolviera en sus brazos.

-Vamos- dijo Connor, haciendo señas a Shay. -Es hora de acabar con
esto.

Shay asintió. -Vamos Logan para arriba.- Se volvió hacia mí. -¿Calla?

Rompí en sus dedos, no estánso dispuesta a moverme del lado de


Ren. ¿Y qué si esta batalla fue la última? Habíamos perdido a Ren. Yo
no quiero pelear. No podía mirar a Shay.

Yo no podía dejar de pensar en la voz de Ren, sus cálidas palabras


sobre mi piel. “Siempre estámos destinados a estar juntos, Calla.”

Él me amaba, pero yo había encontrado mi compañero en otro lobo,


otro alfa. ¿Si yo hubiera sido imprudente por mi elección? ¿Podría
haber hecho más para salvar a Ren? Yo había estado luchando con
otros Guardianes, saboreando la sangre de los lobos que fluía entre
mis colmillos, matando a mis propios compañeros de manada. Y ahora
esto. ¿Qué podría valer la pena de a perder Ren?

Un gruñido de advertencia se deslizó a través del espacio entre yo y el


Vastago. Todo lo que quería era que lo me dejaran sola. Shay apretó
los dientes, pero se alejó de mi, después Connor se puso al lado de
Logan.
Bryn se quedó en su lugar, me miraba, pero ella no trató de acercarse
más.

Connor pateó al Vigilante, no demasiado duro, pero lo suficiente para


que Logan finalmente levantara su rostro. -¿Ha terminado?

-Está a punto de comenzar- dijo Connor. -Y usted es el acto de


apertura.

Logan no se movió. Echó un vistazo a la habitación, deteniendose en


el cadáver de Emile y Ren. Él tragó saliva y empezó a temblar
mientras miraba a Connor.

-Si hago esto- susurró, -¿Prometes dejarme vivir?

Su mirada se deslizó hacia mí. Les mostré mis dientes contra él,
gruñendo.

-¡Dame tu palabra!- Él puso los ojos hacia Shay.

-Si usted mantiene su promesa, vamos a seguir nuestra palabra- dijo


Shay. -Usted no lo perjudicará.

-Ahora ponte de pie- dijo Connor. -Nuestros amigos siguen muriendo


por ahí.

Logan trepó, tropezando hacia adelante como si fuera apenas capaz


de forzar sus músculos a trabajar. Sacudió al caer sobre una rodilla
delante de la chimenea. Se desabrochó la camisa, encogiéndose del
tejido fresco de su cuerpo. Sabine silbó y mi respiración se tambaleó.
La espalda de Logan estaba cubierta de cicatrices.

-Blood Oath- Connor murmuró, mirando la piel devastada de Logan. -


Es una perra.

Logan comenzó a cantar, su voz baja y con fiebre.

-Oh Dios.- Shay dio un paso atrás cuando una a una las cicatrices en
la espalda de Logan se abrieron.
La sangre fresca comenzó a filtrarse por las heridas. Entonces estaba
fluyendo, derramándose por su espalda y goteando sobre el piso de
madera barnizada.

La chimenea, que había estado vacía y en silencio, se agito. Comenzó


como una brisa suave. Como si un soplo de viento había sido atrapado
en la chimenea de altura, pero que el sonido apenas nos llegó. El
murmullo de sonido se hizo más fuerte. Dentro de la oscuridad una
forma comenzó a formarse. El ruido enojado zumbaba como un
enjambre de insectos.

Mi padre gruñó, caminando sin descanso en el espacio entre la


chimenea y yo.

La masa que fluyo empezó a cuajar, se extiendo en la forma de un


hombre. Un aura verde pútrido rodeaba el cuerpo en movimiento que
se mantuvo de pie en las sombras.

Connor juró, protegiendo a Adne cuando la luz enfermiza se hizo más


brillante. Detrás de la figura oscuras sombras parpadearon dentro y
fuera de la luz verde reluciente, criaturas que se quedaron fuera de la
vista.

-Ahí está- Ethan murmuró. -El Rift.

Sabine se desplazó en forma de lobo, pelo erizado. Shay se movió


hacia adelante por lo que se puso de pie directamente detrás del
arquero cantor.

La voz de Logan se elevó a un grito y luego se desplomó.

Bosque Mar se rió mientras salía de la chimenea. Bryn gruñó,


poniéndose de pie y poniéndose delante de mí, como si temiera que
no sería capaz de luchar por mí misma.

-Logan, Logan.- La sonrisa de Bosque brillaba como el filo de una


cuchilla. -¿Lo que vas a hacer?
-Maestro- Logan respiraba, aunque él se escabulló hacia atrás como
un cangrejo, sólo se detuvo cuando él tropezó con una estantería.

Bosque escaneó la habitación; sus ojos se posaron en el cuerpo de


Efron. -Qué trágico.

-Casi- dijo Shay.

-Bienvenido de nuevo, sobrino.- La voz de Bosque casi sonaba cálida.


Se volvió, una mirada pétrea en Logan. -¿Tus acciones condujeron a
tu padre a la muerte prematura?

Logan balbuceó algo, pero todo lo que podía oír era el castañeteo de
sus dientes.

-Creo que usted encontrará el precio de la traición a ser bastante alta-


Bosque murmuró. Logan gimió, presionando su cuerpo apretado
contra la pared.

Shay se movió de lado, bloqueando la vista del Bosque del buscador.


Lentamente retiró la Cruz Elemental. El poder de las cuchillas
reaccionando instantáneamente al aura del Rift, haciendo que el aire
alrededor de Shay crujiera como si estuviera vivo con electricidad. La
vista agitó algo dentro de mí. Me forcé a mi misma a mis pies,
manteniendo mi mirada fija en Shay.

“¿Calla?” Las orejas de Bryn se posaron cuando ella me miraba con


inquietud.

“Estoy bien”. Les mostré mis dientes. “¡Prepárate para luchar!”.

Me arrastré hacia Shay, manteniendo mi cuerpo bajo. Me posicion


detrás de él, me agaché, lista para saltar en cualquier criatura horrible
que Bosque pudiera conjurar.

La mirada de Bosque revoloteó sobre las espadas de Shay. -¡Qué


bonito juguete que me has traído!

-El mejor para matar- dijo Connor. Junto a él, Ethan levantó la ballesta
y Sabine gruñó.
Bosque echó un vistazo a los dos buscadores. –Oh, soldados de
juguete también.- Él movió su muñeca y los hombres salieron volando.
Se estrelló contra la pared del fondo, libros que caían a su alrededor.
Sabine gritó y rompió a través del cuarto.

“Vamos” Yo no quería alejarme de Shay, pero Bryn no podía ayudar


sola a los demás. Sin dudarlo, Bryn siguio después a Sabine.

-¡No!- Adne gritó, corriendo hacia el desorden de madera, páginas, y


las extremidades donde Sabine ya había comenzado a cavar en un
intento de llegar a los cuerpos de Ethan y Connor.

-Qué linda jovencita.- Bosque vio a Adn, pasándose la lengua por los
labios como si saboreara el aire. -Y con ese poder. Has estado
jugando con mi jardín, querida. Sin permiso.

Retorció sus dedos y Adne tropezó. -Por favor, quédate un rato. Creo
que podríaa ser muy útil para mí.

Se dio la vuelta, arañando la alfombra bajo sus pies, que habían


comenzado a desmoronarse. Sus hilos sueltos enrollados juntos en
gruesas cuerdas que se envolvían alrededor de sus tobillos y
continuaron su camino hasta la serpiente de su cuerpo.

-¡Logan, hazlo!- Gritó. -¡Hazlo ahora! ¡Termina el ritual!

Logan se encogió, sus ojos hacia arriba en Bosque, llenos de miedo.


Mi padre corrió al lado de Adne. Más cuerdas parecían atarla incluso
mientras masticaba a través de los primeros cables que habían
surgido de la alfombra.

Me miró fijamente y luego a Bosque, que se reía cuando mi padre


luchó para liberarla.

-¡Que se vaya!- Shay avanzó hacia Bosque. Las cuchillas de la Cruz


se movieron con tal velocidad que no pude distinguir bien el arma.
Parecía que aunque Shay estaba caminando con un tornado de fuego
despejando su camino.
Bosque rió. -Usted no me puede tocar, muchacho. Pongalos abajo
antes de que te hagas daño.

-Deja de hablar- Shay gruñó. -No quiero escuchar nada que tengas
que decir.

-¿Qué no?- Dijo Bosque. -Todavía tengo espacio en mi corazón que te


perdone.

Shay sacudió la cabeza, arremetiendo contra él. Bosque levantó la


mano. Shay no fue arrojado hacia atrás como Connor y Ethan lo
habían sido, pero las espadas fueron bloqueados como si Bosque
hubiera vomitado un escudo.

Shay gruñó y giró las espadas de nuevo, pero no pudo perforar


cualquier fuerza que Bosque alzó contra el ataque. Cáscara humana
del Bosque estaba protegiéndolo. Teniamos que despojarlo de él.

Oí gemidos y sentí aliviado al ver a Ethan y a Connor luchando fuera


de debajo de los escombros cuando Sabine y Bryn arañaron a través
de los rotos estantes y montones de libros.

-¡Cobarde!- Shay apretó los dientes, la celebración de las espadas


bajo. -¡Lucha contra mí!

-Pero la lucha no está pasando aquí, ¿verdad?- Bosque cerró los ojos
y sonrió. -Parece que tenemos bastante la reunión pasando a las
afueras.- Él levantó sus brazos. -Creo que voy a invitar a unas cuantas
personas más.

El sonido envió escalofríos por mis miembros. Me soltó una


advertencia a Connor y Ethan cuando un centenar de suspiros
atormentados hinchadas en el aire que nos rodeaba.

-¡los caidos!- Ethan gritó.

Los suspiros se convirtieron en gemidos, pero más ruidos en capas en


la parte superior de los gritos de los caidos. Gritos y silbidos siguieron
el agrietamiento de la piedra. Rowan Estatuas de raíces venían a la
vida.

-No sólo los Caídos- gritó Connor. -¡Ahí vienen!

-¡Bloqueen la puerta!- Adne gritó, todavía retorciéndose inútilmente


contra las cuerdas a su alrededor. Ella sacudió la cabeza ante mi
padre. -Ve a ayudarlos a ellos. ¡No puedes liberarme esto!

Bosque estaba riendo. El sonido hizo apretar mi pecho, me agitaba de


pesar y autocompasión, haciendo que la tensión en la crepitante
habitación como electricidad en mi piel. El brillo alegre en sus ojos
plateados inhumanos fijó mi sangre hirviendo. Ya había perdido
demasiado hoy. Yo no perdería nada más.

Gruñendo, eché a correr por la habitación hasta el lugar donde Logan


se agachó. Él puso los ojos hacia mí.

-Déjame en paz- él gimió. -Corre por tu vida, Calla. ¡Fuera de aquí!

Yo le ladre, dejando al descubierto los dientes cerca de su cuello para


que pudiera sentir mi aliento. Él se echó hacia atrás al ver mis
colmillos, pero negó con la cabeza. -No haré puedo hacerlo. Él me va
a matar.

Cambiando formas, até mis dedos alrededor de su garganta.

-Es demasiado tarde- dijo con voz ronca.

-Nunca es demasiado tarde- le dije. -El ritual. Ahora.

El gemido de muebles pesados raspando a lo largo del piso de


madera llenó la habitación mientras Connor, Ethan, y mi padre hacian
barricadas en la puerta de la biblioteca. Pude oir portazos cuerpos
contra la madera, garras desgarrando en la barrera.

Apreté mi agarre. Los ojos de Logan se agrandaron y graznó, -Para,


por favor. Yo lo haré.

Ahora-, le susurré.
Logan llegó alrededor de su espalda, manchando su mano en la
sangre que todavía se filtró de los latigazos. El uso de la sangre como
tinta, dibujó un símbolo en el suelo y comenzó a murmurar en voz tan
baja que apenas podía oír.

La risa de Bosque murió en el acto. Al parecer no importaba cómo


tranquilamente Logan cantaba; el Heraldo podía sentir que el ritual
había comenzado. La corriente de susurros de Logan vaciló.

-No te atreves a parar-. Les mostré mis dientes contra él. -Detente y te
mato.

Continuó sus susurros febriles, pero sus ojos eran salvajes mientras
se movían hacia atrás y adelante de mí a Bosque.

-Esto no es sabio, Logan.- Bosque dio un paso hacia nosotros. Pero


Shay estaba allí, sosteniendo la Cruz Elemental a nivel del ojo del
Heraldo. Bosque frunció el ceño, pero dejó de moverse.

Mi corazón dio un vuelco. El escudo trabajó en ambos sentidos. Shay


no podía atacar a Bosque, pero no podía moverse más allá de las
espadas tampoco.

Al darse cuenta de que el intento del Bosque para llegar a él había


sido frustrado, Logan dejó de temblar. Su voz se hizo más firme y más
fuerte.

El rascado en las puertas de la biblioteca se habían convertido en


golpes. Lento, golpes pesados señalaron que los caídos habían
llegado.

-¡Date prisa!- Ethan gritó. -No podemos detenerlos.

-No.- Bosque giró lejos de Shay. -No puedes.

Pasó la mano por el aire y Ethan, Connor, Sabine, y mi padre se


tiraron a un lado. Bosque ponchó con el puño y las puertas soplaron
abiertas.
-No toquen a los Caídos.- Connor sacó sus espadas, gritando a
Sabine y mi padre. -Ethan y yo lucharemos contra ellos. Ustedes
luchen contra el resto.

El resto apareció como súcubos e íncubos voló en el cuarto, sus


chillidos penetrantes en mis oídos. Ethan llevó dos con su ballesta
antes sus propias espadas y avanzar en los gemidos Caídos.
Centauros del desierto comenzaron a cortar a través de los medios de
avanzar poco a poco, que por suerte se había formado un cuello de
botella en la puerta. Ruidos sordos comenzaron a compensar los
chillidos agudos cuando Connor y Ethan se abrieron las cabezas de
los caídos de sus cuerpos. Mi padre, Bryn, y Sabine estaban
esquivando lanzas de las criaturas aladas, burlándose de ellos al suelo
antes de que los lobos rodaran para atacar.

Logan se puso de pie, gritando. Hundió las manos en Bosque, dedos


extendidos. -¡Aperio!

Bosque gritó. Sus ojos brillaron como un rayo mientras miraba a


Logan. –Lo pagaras caro.

Sus palabras se detuvieron mientras gritaba de nuevo, doblándose y


agarrándose el estómago. Cuando levantó su cara, sus ojos de plata
fueron ampliando en discos con forma de balones de fútbol y tan
grandes. Sus pupilas brillaban de color rojo, ya que se transformaron
en rendijas reptiles. Sus facciones se relajaron, y luego poco a poco
hinchados como si alguien estuviera bombeando aire en el espacio
entre el músculo y la piel. Él continuó su expansión, su piel se hincho
hasta que se empezó a romper, comenzando en la parte superior de la
cabeza y siguiendo una línea por el centro de su cuerpo.

Una cáscara humana de Bosque resquebrajó. Una sustancia amarilla


gelatinosa rezumaba de la grieta. Un olor horrible llenaba el aire, la
carne en descomposición y el amoníaco que quemó mis ojos y la
nariz. Caí de rodillas, seguro de que estaría enferma.

Shay hizo un sonido de arcadas y se tambaleó hacia atrás, tratando de


mantenerse en pie.
Un apéndice cubierto de púas erizadas surgió de lo que había sido el
cuerpo del Bosque. Luego otro. Y otra. Seis miembros segmentados
empujando piel y cornear a un lado mientras luchaba por liberarse. Lo
que del restó a su apariencia humana se extendía a su altura máxima,
por encima de todos nosotros. Sus grandes ojos plateados se
establecieron en una cara casi humana que contó con la nariz
aguileña de Bosque y toda la boca. Un conjunto de pinzas brotaba de
sus mejillas, al hacer clic junto cuando abrió y cerró los labios con un
silbido. Tenía el pelo peinado hacia atrás se había transformado en
cantos duros, agudamente planteadas que ondulaba a lo largo de la
superficie de su cráneo y continuado por su espina dorsal.

La piel que cubre su cuerpo era de un gris moteado y negro,


chorreando baba. Wings, iridiscentes como las de una libélula y
cubiertos en la misma espesa baba amarilla cuando el resto de su
cuerpo, sobresalía de la espalda. Se agitaron a intervalos, tratando de
librarse del líquido pegajoso.

El torso de Bosque todavía se parecía a un hombre, excepto que los


músculos de espesor talladas de su pecho inclinadas hacia abajo no
en un abdomen humano, pero en un lugar hinchado a la curva masa
donde la piel se transformó en un exoesqueleto de color negro
brillante. Su parte inferior del cuerpo terminó en una columna vertebral
que se curvaba con una aguja afilada que brillaba, haciéndome
sospecha de que su aguijón era venenoso.

La bestia estiró sus cuatro extremidades superiores hacia el techo,


sacudiendo su cuerpo como si acabara de despertar de un largo
letargo. Limo salpicó sobre nosotros, tosí bilis cuando raspé el fango
amarillo de mi piel. Cuatro de sus miembros arremetió salvajemente,
arañando el aire con furia. En un grito y chillidos de criaturas se
hicieron más fuertes. Abandonaron sus ataques contra los lobos y los
buscadores, rayando hacia la chimenea para flotar por encima de la
cabeza de la criatura.
-Oh, Dios mío.- exclamo Connor, el seguimiento de la repentina huida
de los secuaces de Bosque, dejó caer una de sus espadas cuando vio
lo que estaba de pie delante del Rift.

Ethan lo hizo a un lado, blandiendo su espada cuando uno de los


Caídos intento golpear a Connor. Su cabeza salió volando.

-Vamos.- Ethan arrastró a Connor al centro de la habitación, donde


Adne todavía estaba atada al suelo. Sabine, Bryn, y mi padre los
presiguieron a ellos. Se acurrucaron en un grupo apretado alrededor
de Adne.

Los caidos no los perseguieron pero se quedaron cerca de las puertas


de la biblioteca. Sus ojos vacíos miraban hacia el Rift, la boca abierta,
mientras se balanceaban sin pensar, la celebración de su posición.

Logan cayó de espaldas, mirando a la criatura que había tenido lugar


de Bosque Mar. -He aquí, al Heraldo. Maestro del Nether y Señor de
los Vigilantes.

VEINTISIETE

-Voy a oír tus gritos de esta traición, Logan Bane,- dijo Bosque con voz
áspera.

El sonido de su voz me sobresaltó. Era el mismo que había sido


cuando el Harbinger había sido envuelto en un cuerpo humano. El
único cambio fue el chasquido repetitivo de sus pinzas, celebrada
entre sí frente a sus labios.

Arañó el aire con una de sus extremidades superiores y Logan se dejó


caer al suelo, jadeando de dolor. La sangre brotaba de cuatro heridas
simétricas profundas en su pecho.

-¡No!- Shay rodó hasta la punta de sus pies.

-¡El Rift!- Adne gritó. -¡Tienes que ir en a la Falla con la Cruz!

Bosque gritó su rabia hacia ella, levantando la extremidad espinosa


una vez más.

Shay ya se estaba moviendo. Las cuchillas de la Cruz Elemental


zumbaban en el aire, las chispas de su poder saltando de las espadas.
No podía ya distinguir su cuerpo del torbellino de luz y sonido que se
fue desarrollando a su alrededor. La columna de los elementos que
envolvían su forma eran siempre cambiante, deslizandose desde el
rugido de una tormenta de fuego de la caída de una cascada única de
transformarse de nuevo en el grito de un huracán, seguido por el
estremeciéndose fuerza de un terremoto.

Sabía que Shay estaba allí, empuñando las cuchillas, sólo porque la
extremidad de Bosque había señalado a Logan que de repente salió
volando. Se retorció en la biblioteca en el piso donde aterrizó.

Bosque gritó cuando la sangre negra filtraba del tronco en el torso.

-¡Hazme justicia, niños!

En una lluvia de alas de cuero y garras afiladas, la multitud de los


súcubos e íncubos descendió sobre Shay. El momento en que tocó los
bordes de la esfera que rodeaba al Vastago sus cuerpos disueltos,
vertiendose en el suelo en pilas inofensivas de arena.

-¡No!- Bosque gritó, y existía el temor real en su grito. Sus ojos


plateados bulbosos registraron la habitación en la desesperación. Su
mirada se posó frenética en mí. Riendo salvajemente, le sonrió a
Shay, revelando hileras de afilados colmillos detrás de sus tenazas.

-Muy bien, Vastago- dijo. -Usted ha recogido su legado. Pero si has de


seguir en este camino debes perder lo que más te gusta.

Estiró el brazo hacia fuera, gritando una orden ininteligible para las
supervivientes criaturas abisales. Uno de los íncubos abalanzaron
bajo, dejando caer su lanza.

Bosque agarró el arma, usando las espinas en su miembro superior


izquierdo en sus dedos. Se volvió con una terrible sonrisa hacia mí y
arrojó la lanza. Salí corriendo, pero no lo suficientemente rápido.

El objetivo del Bosque había sido cierto. Si no hubiera corrido la lanza


habría golpeado mi corazón y no me hombro, como lo había echo.
Bosque era fuerte. Muy fuerte. No sólo era la lanza presentada muy
dentro de mí, pero había atravesado todo el camino a través de mi
cuerpo para alojarse en la pared detrás de mí. Fui depositada allí.

-¡Calla!- La voz de Shay rompió el torrente de poder que protegía


a su cuerpo. Yo sabía que su avance se tambaleó cuando la
tormenta de elementos que lo rodeaban a él parpadeo, su luz
comenzando a desvanecerse.

-¡No, Shay!- Grité, luchando por romper la lanza o por lo menos


tirarme libre de la pared. -Olvídate de mí. ¡Mátalo!

Bosque gritó: -Llévala. ¡Desgarrala!

Los seres que pululan Bajos chillaron al unísono y volaron hacia mí.
Pensé en el cambio, pero un lobo clavado en su espalda era aún más
indefenso que un ser humano.

-¡Mátalo, Shay!- Tiré mi brazo por encima de mi cara mientras


esperaba garras para rasgar en mi carne.

Los gritos de la horda de vuelo se hicieron más fuertes, pero el ataque


que había estado esperando nunca llegó. Gruñidos que eran incluso
más cerca que los gritos furiosos me hizo mirar hacia arriba. Bryn
estaba casi encima de mí, erizado en las criaturas abisales. Mi padre y
Sabine de pie justo detrás de ella. Unos íncubos muertos a sus pies.
Otros incubos, pero se encontraron con los dientes de los lobos
lagrimeo a través de sus alas, llevándolos a la tierra y asegurandose
de que no volvieran a levantarse.

-¡Muévete, Vastago!- Ethan gritó desde el centro de la habitación,


donde él y Connor todavía custodiaban a Adne. -Tu chica amante esta
lo suficientemente segura.

Shay levantó las espadas de nuevo, caminando hacia adelante. El


sonido en la sala se hizo ensordecedor y la casa comenzó a temblar.
Las criaturas detuvieron su ataque y empezaron a pulular por encima
de la chimenea como avispas en pánico en su nido sacudido. Gemidos
Cerca de la puerta del Caído se convirtieron frenéticos. Su barajar
volvió al caos, ya que comenzó a moverse, chocando unos con otros,
oscilando bruscamente en estanterías y mesas como si habían
perdido todo sentido de propósito.

Bosque fue respaldado contra la chimenea. Estiró los tres miembros


restantes de su parte superior del cuerpo, arañando el marco de
piedra.

-No voy a ser conquistado- gritó. -Yo soy tu maestro. Te di todo. No


eres nada sin mí.

-El Vastago no tiene amo.- La voz de Shay retumbó sobre el caos de


ruido en la biblioteca. Era su voz, pero de alguna manera diferente a la
voz de el chico que conocia. Era una voz más profunda, más vieja que
se hizo eco en mi carne y hueso.

El agarre de Bosque en las piedras vaciló. Se deslizó un pie hacia


atrás en la chimenea.

La tormenta de la Cruz le persiguió, la voz desde dentro en auge a


través de la biblioteca. -La tierra ya no se hará cargo de la corrupción.
-No voy a ceder- Bosque escupió.

El torrente de tierra, viento, agua y fuego alrededor de Shay brilló más


brillante. -Vete, demonio.

Bosque hizo una mueca cuando la luz de la Cruz Elemental lo tocó. -


¡No!

-¡Vete!- La voz que no era bastante a Shay gritó.

Bosque gritó cuando el aura verde enfermizo del Rift se amplio,


acurrucándose a su alrededor en sus brazos como en un abrazo no
deseado. Él gritó de nuevo cuando los zarcillos de espesor se
envolvieron alrededor de su cuerpo.

Entonces pude ver a Shay moverse en la tormenta de fuego. Saltó


hacia adelante, girando mientras se precipitó hacia el Bosque. Trajo
las espadas en dos golpes rapidísimos. Bosque aulló de dolor
mientras tres miembros fueron despojados de su torso. El aura verde
en la chimenea estalló en inmensas torres de la llama, consumiendo a
Bosque. Le oía gritar a pesar de que yo no podía verlo.

El rugido de la Cruz Elemental se convirtió en un sordecedor y la


tormenta que rodeaba Shay espesa, por lo que es imposible
encontrarlo en medio de su caos de sonido y movimiento.

-¡Tome la cubierta!- Connor gritó, arrojándose sobre Adne.

Mi padre cambió de formas, el acaparamiento de Sabine y su acarreo


a mi lado. Empujó con fuerza contra mí y Bryn mientras él nos protegió
debajo de su cuerpo.

Rowan Estate estaba temblando. Estantes gimieron y se agrietaron, el


envío de volúmenes que caian al suelo en forma de cascada. El
sonido continuó creciendo hasta que el aire nadó con ella, como si las
piedras del edificio estuvieran gritando.

Una explosión sacudió la biblioteca. Enterré mi cara en el pecho de mi


padre, mordiéndome los labios cuando los movimientos violentos de la
tierra hicieron que el dolor en mi hombro-donde la lanza aún me
inmovilizó contra la pared-casi insoportable. Sabine cambió formas y
me agarró del otro brazo, me distraje de la herida punzante. La miré,
agradecida por la fuerza que encontré en llamas en su mirada. Ella
apoyó su frente contra la mía y me ató mis dedos con los de ella.

Los choques se hicieron eco a nuestro alrededor. Me pareció oír los


gritos de Connor. Mi padre y Sabine me abrazaron. La piel de Bryn
pulsaba en nuestros cuerpos y ella gimió. Aunque el pelo de Sabine
cubria mi cara, vi fragmentos del caos más allá de nuestro trío
acurrucado. Las nubes se habían vertido en la habitación,
arremolinándose en los tonos verde enfermizo del propio Rift, lo que
reflejaba el cielo justo antes de un tornado. Los vientos que asolaron a
nuestro alrededor me hicieron preguntarme si una nube había
aterrizado cerca. Formas se lanzaban más allá de nosotros. Súcubos
e íncubos gritaban cuando estaban fueron aspirados en el Rift,
arañando el aire, ya que fueron sacados de la tierra. Algunos tenían
Vigilantes horrorizados encerrados en un abrazo mortal, tirando de sus
maestros gritando en el olvido. A pocos cuerpos, la cáscara navegaron
pasando, la piel tan reseca que casi no podía creer que no se
desmoronaram cuando estaban maltratadas por la tormenta. Aunque
sin vida, las figuras polvorientas no fueron los caídos. No podría decir
lo que eran, pero al menos una docena navegado más allá de
nosotros, cayendo en el Rift junto a las otras criaturas abisales.

El viento gritando integrado en una repentina ráfaga final, seguido de


un ruido sordo. El sonido incorporado, finalmente, rodando a través de
la biblioteca como el más fuerte trueno que había oído nunca.

Fue seguido por el silencio.

El viento seguía allí, pero la explosión violenta se había convertido en


una constante, suave fluidez de aire frío del invierno.

Mi padre lentamente se desplegó a sí mismo de la bola protectora que


había estado acurrucado en torno a Bryn, Sabine y yo. Hice una
mueca, luchando contra la lanza que empalado mi hombro, mientras
buscaba alguna señal de Shay, pero mi mirada fue atrapada por la
fuente impactante del viento helado. La pared de la biblioteca había
sido borrada. La habitación daba a la tierra cubierta de nieve fuera.
Sólo el marco de piedra de la chimenea se mantuvo, de pie en un
marcado contorno contra la noche de invierno.

-¿Estás bien?- Connor nos gritó a nosotros. Estaba ayudando a Adne


a ponerse de pie. Las cuerdas que había estado conteniendola
cayeron mientras se levantaba. Sólo deshilachada las discusiones se
mantuvieron. Ethan estaba saltando sobre las pilas de libros y madera
astillada en un intento de llegar a nosotros. Sabine me apretó la mano
antes de salir corriendo a su encuentro. Él la atrajo hacia él,
sumiéndose en un largo beso. Ella envolvió sus brazos alrededor de
su cuello, aferrándose a él mientras enterraba sus dedos en su pelo.

-Prepárate, Calla.- Mi padre se había apoderado de la lanza aún


alojada en mi hombro. Bryn, ahora en forma humana, me tomó la
mano. Apreté los dientes, la gestión de sólo un breve grito mientras
desaloja la lanza de la pared y tiró fuera de mi cuerpo.

-Aquí- Él ya tenía su muñeca sangrado presionando contra mis labios.


Traté de no pensar en el dolor en mi palpitante hombro, centrándome
en cambio en el calor suave que se vierte sobre mí mientras yo
tomaba la sangre de mi padre.

Me recosté contra la pared, dlanzando un suspiro temblorosamente


lento. –Estoy bien.

Él me sonrió. Tomé su mano, dejando que él me tirara a mis pies.

-Todos se han ido.- Ethan se acercó a nosotros, de la mano de


Sabine. -Monstruos No más inferior.

-¿A dónde fueron?- Le pregunté, examinando la habitación. No había


ni rastro de las criaturas que nos habían asaltado.

-No tengo idea- dijo. -Yo me fui para agacharme y cubrirme una vez
que el edificio comenzó a bajar.
.Eso no es todo lo que se ha ido- dijo Connor. -Creo que Logan hizo
una carrera hacia él.

Una piscina de secado de la sangre marcó el lugar donde Logan se


había caído, agarrándose las heridas Bosque había tallado en el
pecho. La piscina alargada, se extiende en una línea y luego
convertiendose en manchas cuando el camino se dirigió hacia la
puerta.

-¡Que se vaya!-, dijo Adne.

-Yo más bien pensé que tendríamos que mantener un ojo sobre él-
Ethan murmuró.

Un escalofrío corrió por mi espina dorsal. Logan se había ido. Pero,


¿dónde? ¿Se había ido después de Lumine? ¿Se volverá, buscando
venganza?

-No importa ahora- dijo Connor. -Vamos a tener que seguirle la pista
con el tiempo. Pero él no es una amenaza con Bosque fuera. Él no
tiene poder para dibujar.

-Si las criaturas abisales se han ido todos, ¿por qué están los Caídos
todavía aquí?-, Dijo Sabine, mirando sobre su hombro.

-Ellos no son más caidos-, respondió Connor. Adne estaba a su lado,


frotándose las quemaduras de cuerda en sus brazos.

Ethan asintió. -Esos son sólo cuerpos.

Miré más allá de los buscadores. Los horrores arrastrando los pies que
yo había llegado a conocer como los caídos estaban esparcidos por el
suelo. Ahora estaban los cadáveres en diversos estados de
descomposición. Algunos parecían como si hubieran estado sólo
semanas muertos, mientras que todo lo que quedaba de los demás
eran esqueletos.

Nuestros enemigos se habían desvanecido. ¿Significaba eso que


hubiéramos ganado? ¿Fue la guerra?
Miré a la chimenea. Todos los signos del Rift se habían ido. Sin brillo
verde pútrido llenando sus profundidades. La boca abierta estaba
vacía y silenciosa.

Shay lo había hecho. Esperaba verlo caminando hacia nosotros, con


una amplia sonrisa iluminando su rostro. Pero él no estaba allí. Mis
ojos recorrieron toda la chimenea, en busca de cualquier señal de él y
al no encontrarlo.

¿Dónde estaba? Mi corazón dio un vuelco.

-Shay- Corri hacia el marco de piedra austera.

Un frenesí de terribles preguntas martillado contra mi cráneo.

¿Qué pasa si la grieta lo había tirado demasiado? ¿Y si el poder de la


Cruz era demasiado grande, consumiendo a Shay aún cuando
destruyó a Bosque?

-Estoy aquí.- Shay salió de detrás de la otra cara de la estructura


restante. La tormenta creada por la Cruz Elemental había
desaparecido. Las espadas estaban envainadas en su espalda. El
poder que había cambiado su voz se había ido. Shay era totalmente sí
mismo de nuevo.

Pero no estaba solo.

Un hombre alto, de pelo castaño dorado estaba descansando su mano


sobre el hombro de Shay. Una mujer con el pelo oscuro y los ojos
verdes pálido tenía una de las manos de Shay entrelazadas entre las
suyas.

-Calla-. Shay me sonrió. -Me gustaría que conozcas a mis padres:


Tristan y Sarah Doran.
VEINTIOCHO

LA BIBLIOTECA estaba en ruinas. Nieve que ya iba a la deriva desde


el exterior. Y eso no fue todo.

Los lobos se habían reunido fuera del edificio, mirando a los


escombros y las ruinas de la biblioteca.

-¡Nev!- Sabine gritó, saludando a dos lobos que delimitadas pasando


los otros.

Nev y Mason patinaron hasta detenerse cerca de nuestro grupo


acurrucado. La aparición de los padres perdidos hace mucho tiempo
de Shay nos había arrojado a un silencio atónito. Ninguno había
reunido el valor aún para preguntar cómo Tristán y Sarah habían
salido del retrato de estar entre nosotros.

Yo no sé si teníamos miedo de ofenderlos o demasiado


conmocionados para reunir alguna pregunta. Sólo Shay parecía
imperturbable, su sonrisa infantil en su exuberancia.
Mason restó importancia a su forma de lobo, agitando un puño a
Connor. -¿Qué diablos estabas pensando?

-¿Eh?- Connor frunció el ceño.

-¿Usted tenía una bomba y no nos lo dijiste?- Mason gritó. -¡No


teníamos ninguna advertencia! ¿Tiene usted alguna idea de lo lejos
que la explosión fue? Parte de la pared aplastando el Bane con el que
estaba luchando. ¡Casi me mata!

-No fue una bomba, Mason- le dije.

-Entonces, ¿qué diablos fue eso?- Se preguntó, todavía mirando a


Connor.

-¿Y por que me culparías a mi por una bomba?- Connor se echó a


reír. -¿Qué diablos voy a saber acerca de las bombas?

Nev se encogió de hombros. -Lo hablamos y decidimos que si alguien


había logrado colarse en una bomba, hubieras sido tú.

Connor miraba a Adne. -¿Qué piensas? ¿Es que el tipo de cosas que
debería decir 'gracias' a favor o puedo simplemente burlarme de ellos?

-Cállate, Connor,- le dije. -Mason, la pared exploto cuando Shay cerró


al Rift.

-Amigo- Nev volvió su mirada a Shay y sonrió. -Bonito.

Mason todavía tenía el ceño fruncido. -¿Así que la Cruz Elemental era
en realidad una bomba?

-Mason- Gruñi. -¡No había ninguna bomba!

-Sólo la magia.- Adne le sonrió.

-Una bomba de magia- Mason gruñó, y se agachó cuando me giré


hacia él. -¡Hey! No fuiste tu el que casi fue aplastado por la mitad de
una casa.
-Créeme- dijo Ethan. -Tuvimos más de nuestra parte de problemas
aquí.

-Pero lo hiciste.- Nev seguía mirando Shay. -Esto significa que


ganamos, ¿verdad?

-Supongo.- La sonrisa de Shay se desvaneció. -No sé lo que pasa


ahora.

-Hablando de ganar, ¿qué pasa con los Banes?-, Le pregunté. -Quiero


decir, los que no vinieron a nuestro lado.

-Cuando la casa explotó. . . -Nev me lanzó una mirada de disculpa


cuando Mason pronunció "bomba" de nuevo. -Ellos entraron en
pánico. Supongo que viendo el desmoronamiento de su fortaleza hizo
que entraran pánico.

-Estábamos ganando de todos modos.- Mason sonrió.

Nev se encogió de hombros. -Si. Probablemente nos quedamos.

Él frunció el ceño, mirando alrededor de nuestro grupo. Sus ojos se


posaron en los padres de Shay por un momento, pero luego se
volvieron a mí. Él respiró hondo.

-¿Dónde está Ren?

Aparté la vista. Bryn deslizó su brazo alrededor de mi cintura. No


había olvidado a Ren. Pero me tuve que empujar su muerte fuera de
mi mente a través de la luchar. Ahora un pozo de vacío corroía por mi
vientre cuando la verdad se estrelló sobre mí. Me tambaleé sobre mis
pies. Bryn apoyó la cabeza en mi hombro.

Mi padre contestó, -Él cayó en la batalla.

Los puños de Nev hechos un ovillo. -¿Cómo?

-Emile lo mató- dijo mi padre.

Mason gruñó. -¿Emile esta muerto?


-Sí- le dije.

-Vimos los cuerpos de Dax y Fey afuera- dijo en voz baja Nev. -¿Y
usted?

-Tuvimos que luchar contra ellos para entrar en la casa- dije,


asintiendo con la cabeza.

Nos quedamos en silencio, el peso de tantas muertes de


sedimentación en nosotros.

Me estremecí, mirando a mis compañeros de manada. –siganme.

Cambie en la forma de lobo, dirigí mis compañeros de manada al lugar


donde yacía el cuerpo de Ren. Para mi alivio que no había sido
enterrado en los escombros. Escombros lo rodeó en un anillo de la
destrucción sin invadir, como si la furia salvaje de la Cruz Elemental
había protegido su cuerpo de su caos.

Difundimos a su alrededor, formando un círculo. Hice una pausa,


contemplando al lobo que había conocido desde la infancia, que yo
siempre había esperado ser a mi lado que llevara nuestra manada.

Mi padre estaba de pie a mi lado. Lo miré, esperando.

“No, Calla”. Sus palabras tranquilas entraron en mi mente. “Esta es tu


manada”.

Me volví hacia Ren, dejando caer la cabeza baja para honrar al alfa
caído. Los lobos del círculo hicieron lo mismo. Levanté mi boca
primero, mi aullido cantando el dolor de la muerte de Ren, él luto. Uno
a uno, mis compañeros de manada se unieron a la canción. Nuestros
gritos llenaron la biblioteca, se derramaban hacia fuera en la noche de
invierno. La canción de muerte creció cuando los lobos todavía fueron
alzando sus voces para honrar al joven guerrero perdido. El coro de
lobo lloraba, llena de angustia, se hinchó en la noche, llevando a la
memoria de Ren a las mismas estrellas.
Cambié de nuevo en forma humana. Escuchando como la canción
continuó, incluso mientras los aullidos comenzaron a tranquilizarse, el
coro se hizo eco en el viento.

Una mano rodeó mi muñeca. Adne me miró. -¿Puedo?- Ella hizo un


gesto a Ren.

Asentí con la cabeza. Ella se deslizó de rodillas junto a él, que se


extiende en la longitud de su cuerpo contra el enorme lobo gris. Ella
envolvió sus brazos alrededor de él, enterrando la cara en su piel.

Ella escondió su pena de nosotros, pero yo miraba sus hombros


temblando, deseando poder darle la espalda al hermano con quien ella
había sido concedida tan poco tiempo.

Shay estaba de pie aparte de nosotros. Tristán tenía un brazo


alrededor de los hombros de su hijo, mientras que Sarah todavía
apretaba la mano de Shay. Conocí a la mirada de Shay, la búsqueda
de su propio dolor allí. Y una pregunta.

Era una pregunta que parpadeo en mi propio corazón.

¿La muerte de Ren había cambiado lo que sentía por Shay?

Encuentrando sus ojos verdes musgo, tuve mi respuesta.

El amor no fue forjado por las circunstancias o se cambia por el dolor.


Simplemente era. Feroz y libre como el lobo dentro de mí.

Mi amor por Ren había sido real. Compartimos un vínculo, una


historia. Perderlo dejaría cicatrices en mi corazón para siempre. Pero
yo era una guerrera, y el amor de cicatrices no eran tan diferentes de
cicatrices de batalla.

En muchos momentos que me habían dado una elección: seguir a mi


corazón o dejar a Shay atrás, abandonando mi pasión por la vida que
yo pensé que estaba destinado. Cada decisión me había acercado
más a él y me llevó lejos del mundo que había conocido.
Esas elecciones nos han traído hasta aquí. Me puse de pie entre los
escombros de mi vida bien ordenada, mirando al chico que lo había
cambiado todo.

Y sabía que lo amaba todavía.

Cuando Adne se arrodilló junto a mis compañeros de manada cerca


del cuerpo de Ren, fui hacia Shay. Extendió sus brazos hacia mí y di
un paso hacia ellos, levantando las manos para tocar su cara.

-No moriste- Forcé una sonrisa. -Te lo dije.

-Lo sé- dijo. -¿Qué pasa ahora?

-Vivimos.- Tiré su cara a la mía, dejando que mis labios tocan los
suyos con suavidad.

Sus dedos trazaron los rastros de lágrimas en mis mejillas. -Te amo,
Calla.

-¡Sarah!

Miré hacia arriba para ver a Anika corriendo hacia nosotros, o más
bien hacia la madre de Shay. La Flecha echó los brazos alrededor de
Sarah Doran. Las dos mujeres aferradas las uno a la otra, riendo y
llorando. Cuando finalmente se separaron, Tristán sonrió a Anika, tuvo
la misma pícara sonrisa curva como Shay.

-Yo también te extrañé, Anika- dijo. Ella lo abrazó, y cuando él dio un


paso atrás, miró la brújula Rosa de hierro que colgaba de su cuello. –
Yo veo que has sido ascendido.

Anika rió, volviendose hacia Shay. -¿Cómo llegaron a ellos?

-No sé- dijo Shay. -Cuando empujé a Bosque en el Rift, se había ido y
yo estaba de pie delante de mis padres.

-¿De pie donde?- Le pregunté.

Shay miró a sus padres. -A mí me parecía un cuarto vacío y oscuro.


-Entraste en el olvido. Betwixt y entre- dijo Sarah. –Al entraste abriste
nuestra prisión.

Anika asintió, su rostro solemne mientras le hablaba a Shay. -Usted


cruzó terminado.

Él frunció el ceño. -¿Qué significa eso?

-Bosque nos encarcelo en el vacío entre la tierra y el Nether- dijo


Tristán. -Fuimos la puerta entre los mundos. Cuando se desterró,
fueron capaces de llegar a nosotros y nos llevaron a cabo.

Shay se quedó muy quieto. Tomé su mano, entrelazando mis dedos


con los suyos.

-¿Estában pasando dolor?- Preguntó Anika, sus ojos moviéndose


sobre Tristán y Sarah.

-No- dijo Sarah. -Nuestro tormento no era físico. Era la separación de


las personas que amamos. Al verlos y saber que no podíamos hacer
nada para protegerlos. Especialmente a nuestro hijo.

-¿Podian verme?- Preguntó Shay. -¿Fue la pintura como un espejo de


dos caras?

-No.- Sarah le sonrió con tristeza. -Más bien como un sueño de vigilia.

-El paso del tiempo no estaba claro- dijo Tristán. -Y no podíamos


saber si lo que vimos era la verdad o una forma de tortura que Bosque
había ideado para nosotros.

-¡Calla! ¡Bryn!- Ansel corría hacia nosotros, saludando. Bryn gritó su


alegría, abriendo los brazos. Sin embargo, un enorme lobo marrón y
plata rayaba hacia él desde el lado. Mi padre cambió de formas, el
levantamiento de Ansel de sus pies mientras corría y agarrando a mi
hermano contra su pecho.

-¡Papá!- Ansel abrazó a nuestro padre.


Bryn y yo corrimos a su encuentro. Mi padre nos metió en su abrazo.
Los cuatros nos abrazamos juntos, aferrándonos el uno al otro cuando
con lágrimas y risas.

Ansel se liberó cuando Shay se acercó a nosotros. -¡Hey! ¡Lo hiciste!

Pero Shay tenía el ceño fruncido.

-¿Qué pasa?- Le pregunté.

Sus hombros se tensaron. -Anika dice que no ha terminado todavía.

VEINTINUEVE

CUANDO NOTICIAS DEL FIN DE LA BATALLA se propagaron, los


buscadores empezaron a recoger a nuestro alrededor. Algunos se
pusieron en grupos, hablando en voz baja y mirando a su alrededor la
biblioteca destruida en el temblor. Otros se trasladaron rápidamente en
el trabajo práctico de recuperación, recogiendo los montones de libros
que fueron esparcidos a través del piso y karting a la basura. Todavía
otros se habían asignado a sí mismos al servicio de entierro,
solemnemente llevar a cabo los restos de los caídos, ahora que
volvieron a su estado natural.

-¿Qué quiere decir que no ha terminado?- Mi piel se erizó.

Anika pasó junto a nosotros. -Ven conmigo.

La seguimos a todo lo que quedaba de la pared de la biblioteca. La


chimenea de piedra, solitaria y austera, estaban intactos por la fuerza
que tenía destruyó gran parte de la finca.
Me incliné hacia Bryn y susurré: -Reune a los otros.- Ansiedad
creciente serpenteaba a través de mis venas.

-No entiendo- dijo Shay. -Bosque se ha ido. Ha sido desterrado. Con


sus monstruos. -Hizo un gesto hacia la oscuridad tranquila de la
chimenea vacía.

-El Rift se ha ido.

-No se ha ido- dijo Anika. –Ha sido cerrado.

-¿Asi que se podría abrir de nuevo?-, Le pregunté.

Ella asintió con la cabeza, pero le habló a Shay. -Es por eso que
tienes que sellarlo.

Sus ojos se estrecharon. -¿Cómo?

-El Rift no puede ser destruido, pero la Cruz Elemental sirve como una
cerradura, aislándola de nuestro mundo.

Me relajé un poco cuando Bryn se reunió con nosotros, con mis


compañeros de manada y Connor, Adne, y Ethan con ella. Anika miró
a los Guardianes y luego volvió una mirada aguda en los buscadores.
Ethan bajó la mirada, inquieto, y Connor se pasó una mano nerviosa
por el pelo.

¿Qué estaba pasando?

Adne se encontró con mi mirada interrogante sin pestañear, pero


había una tristeza en sus ojos-una nueva tristeza que no tenía nada
que ver con al muerte de su hermano -que levantó mis pelos de punta.

-¿Y si alguien lo abre?- Preguntó Shay.

-Tú eres el único que puede recuperar las espadas.- Anika trazó las
espadas cruzadas adornadas en su collar. -Nadie más será capaz de
abrirla.

-Así no se podrá ir al lado oscuro- dijo Connor. -¿Okay?


Adne le clavó el codo en las costillas. Él le lanzó una mirada de
advertencia. Ahora no tenía ninguna duda de que estaban ocultando
algo.

Nivelé mi mirada sobre Anika, poniendo fuerza en mi voz. -¿Y eso es


todo?

Ella sólo pudo igualar mi firmeza por un momento antes de que ella
sacara sus ojos lejos.

Shay la atrapó también. -¿Qué?

La tensión recorrió la sala. Mis compañeros de manada lanzaron


miradas nerviosas hacia mí. Mis uñas se clavaron en mis palmas. A mi
lado mi padre gruñó.

-¿Es esto una traición?- Miró a Anika.

-¡No!- Ella se irguió, asumiendo un aire de autoridad. -Se trata


simplemente de lo que debe ser.

-¿De qué demonios estás hablando?- Shay dio un paso hacia ella.

Los labios de Anika se adelgazaron. Connor se movió entre el Vastago


y la Flecha.

-Tenemos que decirles, Anika- dijo. -Nosotros les debemos eso. Les
debemos mucho más que eso.

Ethan palideció, las venas en su cuello palpitantes. El rostro de Sabine


se volvió hacia él, perplejo. Él no era capaz de mirarla.

Anika se volvió hacia la chimenea vacía, pero ella levantó la voz para
que todos pudiéramos oírla. -Cuando desterraron al Heraldo, se le
envió al Nether junto con sus secuaces. Pero su corrupción perdura
aquí, viviendo en medio de las formas en que los Guardianes han
manipulado la tierra.

Mi corazón endurecido como una piedra. Recordé a Silas mirándome


como un espécimen, llamandome abominación.
Recordé los colmillos a la espalda de Anika. -Estas hablando de
nosotros.

-En parte- ella dijo sin darse la vuelta. -Guardianes son una de las
muchas alteraciones que los Vigilantes crearon en los siglos que han
caminado por la Tierra. Sus propias vidas alargadas con otra.

-Anika- dijo Shay. -¿Qué va a sellar el Rift para los guardianes?

Se volvió lentamente. -Cuando la Cruz Elemental bloquea el Rift,


restaurará el equilibrio de la naturaleza, de regresando a todas las
criaturas a su verdadera esencia.

Shay frunció el ceño. -¿Qué significa eso?

Me quedé mirando Anika, aturdida cuando la verdad se instaló en mis


huesos. –Significa que nos volveremos lobos.

Ella asintió con la cabeza, cruzando los brazos sobre el pecho.

La frente de Shay se fruncio. -Pero utedes son lobos ahora.

-No- dije lentamente. -Nosotros sólo seremos lobos. No podremos


convertirnos en humanos.

Eché un vistazo a Anika. -¿Estoy en lo cierto?

-Sí- dijo Anika. –Los Guardianes fueron hechos de las bestias que
rigen sus almas, obligados a compartir en cuerpo humano por lo que
serían siervos de los Vigilantes.

-¿No vamos a ser capaces de cambiar más?-, Preguntó Mason.

-Volverán a su verdadero yo- dijo Anika.

Sabine miró a Ethan. -¿Sabías acerca de esto?

Los músculos de su mandíbula se trabajaron cuando se obligó a


mirarla a los ojos furiosos. –Sí,

Ella lo empujó hacia atrás. -¡No dijiste nada!


Él la agarró por los brazos, abrazándola con fuerza. -Lo siento.

-¿Por qué?- Ella estaba temblando, todavía mirándolo con furia.

-No pensé que viviría para ver que esto sucediera- Él sonrió con
tristeza cuando él la atrajo hacia su pecho. -No me gusta esto, Sabine.
No quiero dejarte ir.

Un dolor profundo se estaba construyendo dentro de mí, pero Sabine y


Ethan no fueron los únicos amantes que me preocupaban. Busqué a
Ansel, encontrándolo temblando y pálido. Bryn estaba a su lado, los
ojos muy abiertos con incredulidad.

Shay siguió mi mirada. Giró alrededor, agitando el puño hacia Anika.

-No- dijo. -No hay manera en el infierno.

-Debes hacerlo.

-¡No se le puedo hacer esto a ellos!

Los gritos de Shay llamaron la atención de los buscadores en la


biblioteca. Se movían lentamente. Algunos de los guerreros nos
rodearon, mientras que otros se reunieron para hacer flanco de Anika,
sus manos casualmente descansando cerca de sus armas.

-Mierda.- Connor se frotó las sienes. -Anika, no podemos luchar contra


estos Guardianes. Son nuestros amigos. Ellos arriesgaron sus vidas
por nosotros.

-No tenemos otra opción.- Los ojos de Anika eran de pedernal. -El Rift
debe sellarse.

-¡No!- Ansel pasó junto a Bryn. Sólo Tess lo agarró, impidiendole llegar
a Anika. -¡Esta es mi familia! Voy a estar solo.

Tess se inclinó. -Te quedarás con nosotros, Ansel. Nosotros nos


encargaremos de ti.

Ansel comenzó a llorar. Mi padre lo sacó de los brazos de Tess.


-Ansel- murmuró. -Encuentra tu fuerza. Puedes soportar esto.

Me quedé mirando a mi padre, sin poder creer lo que estaba


escuchando. -¿Quieres que esto suceda?

-No es una cuestión de querer, Calla- dijo lentamente. -Sólo por


necesidad. El mal de los Vigilantes trajo a este mundo algo que se
puede devolver.

La voz de Mason me sobresaltó. -Tiene razón, Calla.

Junto a él, Nev asentía. -Somos lobos. Eso es lo que siempre hemos
sido.

Ansel se limpió la cara, mirando a Mason, que llegó a su lado y le dio


un abrazo feroz. -Lo siento, hombre.

-No lo hagas- dijo Ansel, sonriendo débilmente. -Mi padre tiene razón.
Voy a sobrevivir y esto tiene que suceder.

-Ansel.- Mi voz se quebró.

-Está bien, hermanita.- La sonrisa de Ansel permaneció frágil. Sus ojos


se deslizaron hacia Bryn, llenos de pesar. Sentí frío, recordando sus
palabras en el patio de la Academia: "Todo lo que soy es menos de lo
que yo era. Y no puedo nunca ser más. Con el tiempo Bryn se dara
cuenta. Y se irá. Será lo mejor".

Mis miembros temblaban mientras pensaba en cualquier otra opción.


La firme mirada de mi padre pesaba sobre mí. Una parte de mí sabía
que tenía razón, como Anika.

Los Guardianes torcido todo en su mundo. La tierra debe deshacerse


de cualquier rastro de su influencia. No era la idea de vivir para
siempre como un lobo a lo que le temía. Esa posibilidad se sintió
extraña, pero de alguna manera estimulante. El salvajismo de la vida
llama a las partes más profundas de mi alma. Y yo sabía que mi
padre, Mason y Nev ya estaban cediendo a esa llamada.
Pero otra parte de mí se estaba rompiendo, derrotada. ¿Y si
hubiéramos llegado tan lejos sólo para perder tanto? No me podía
imaginar una vida sin Ansel corriendo a mi lado. Él era mi compañero
de manada, mi hermano. Pertenecia a nosotros. Y con Bryn.

Ella estaba llorando, tratando de alcanzar a Ansel cuando él se alejó


de ella, sacudiendo la cabeza.

-Espera.- Sabine salió de los brazos de Ethan, caminando hacia Anika.


Buscadores del desierto detrás de ella sacaron sus espadas y
bloquearon su camino. Ethan juró y apuntado con su ballesta hacia
ellos.

-Oh, por favor.- Sabine puso los ojos en blanco. -No voy a atacar. Sólo
quiero hacer una pregunta.

Anika enarcó las cejas.

-Cuando Ansel nos dijo cómo se hicieron los Guardianes, dijo que no
haría eso por él.

-Eso es correcto-, dijo Anika. -Esto viola nuestro código. No vamos a


destruir un lobo para hacer un Guardian.

Sabine respiró hondo. -¿Qué pasa si no destruyen a un lobo?

Ethan bajó lentamente la ballesta. -Sabine, no.

Ella no le hizo caso, su mirada moviéndose hacia Ansel. -¿Qué pasa si


se le da uno libremente?

La miré fijamente. No podía estar ofreciendo lo que yo pensaba que


era. ¿Podría ella?

-No entiendo-, dijo Anika.

Los ojos de Ansel ensancharon. -¿Se podría hacer eso?

Ella asintió con la cabeza, pero se volvió a mirar a Anika. -Si es


posible.
Ethan se abrió paso al lado de Sabine. -Detén esto. Es demasiado.

-Esta no es tu decisión.- Sabine le puso la mano en el pecho.

Cruzó las manos sobre la de ella, pero no la detuvo cuando ella se


volvió hacia Anika.

-Si toma la esencia de mi lobo-, dijo Sabine, su voz firme, -¿podrían


darsela a Ansel?

-Sí- Anika le dirigió una larga mirada medida. -Pero sólo si es de su


propia y libre voluntad.

Ansel estaba temblando, su cara llena de esperanza y temor.

-Oh, Sabine- susurró Bryn.

Ethan volvió a Sabine para enfrentarla. -Espera.

-¿Estas tan desesperado por desaserte de mi?- Sabine sonrió


irónicamente.

-Por supuesto que no.- Sus dedos se clavaron en sus brazos, como si
tuviera miedo de dejarla ir. -¿Crees que te dejaría salir si tuviera una
elección?

-Entonces ¿por qué sigues discutiendo conmigo?- Preguntó.

-Porque no quiero que hagas esto por mí- dijo. -No puedo pedirte eso.

-No estoy haciendo esto por ti.- Ella se estiró para besarlo
suavemente. -No eres más que un bono.

Ethan entrelazó los dedos con los de ella. -¿Estás segura?

-Volviendo a Vail- dijo ella. -Pretender que pertenecía a ellos. Me


recordó que nunca voy a ser feliz con esa vida.

-Que la vida es más- le dije. -Los Vigilantes ya se han ido.- Por mucho
que quería que el lobo de mi hermano se restaurara, necesitaba saber
si Sabine pudo encontrar la felicidad sin la manada.
-Lo sé, Calla- dijo ella. -Y yo he hecho mi elección.

Nev alcanzó a Sabine, tirando de ella en un abrazo. -¿Es esto lo que


realmente quieres?

Ella asintió con la cabeza, apoyando la cabeza en su hombro.

-Te echaremos de menos- dijo Nev, besándola en la mejilla.

Sabine se dio la vuelta, frente a Anika. -Es por mi propia voluntad.


Tome el lobo de mí y hagan a Ansel un Guardián de nuevo.

Bryn se arrojó a Sabine, abrazándola y sollozando.

-Oh, detente- Sabine gruñó, pero sus ojos brillaban demasiado. -Estás
haciendo una escena.

Anika hizo un gesto a Tess. -Vamos a necesitar un elixir para esta


tarea.

Tess asintió, abriéndose camino a través de buscadores y fuera de la


biblioteca.

La Flecha escaneaba a la manada. -¿Y si hacemos esto, usted está


de acuerdo con el sellado de la grieta?

Mi padre y yo intercambiamos una mirada.

Abrí la boca para hablar, pero Shay me adelantó.

-No.

Anika y yo lo miramos en shock.

-¿Por qué?- Preguntó Anika.

Shay sacudió lentamente la cabeza, lanzando una mirada de disculpa


en mi dirección. -Hay algo más. Algo que usted debe saber antes de
que yo este de acuerdo con esto.

Anika lo miró fijamente, esperando.

-Los Guardianes haran lobos de nuevo- dijo.


Anika asintió.

Su mirada se endureció cuando se bloqueo con la mía. -¿Pero que me


pasara?

Mi pulso saltó cuando Anika se puso pálida. Comencé a temblar, al


darme cuenta por qué Shay había pedido. Él no había nacido como un
lobo; Yo lo había convertido.

Cuando me había imaginado pasar el resto de mi vida como un lobo,


Shay había estado conmigo. Nunca se me había pasado por la cabeza
que cuando salimos de nuestra humana detrás de formas, los
orígenes de Shay podrían significar que no podía seguir.

¿Pero tampoco quería seguir? ¿Fue su objeción porque no quiso


elegir la vida como un lobo?

Anika todavía no le había contestado.

-Yo soy un lobo también- dijo. -Pero no lo he sido siempre.

Ella asintió con la cabeza, todavía inquieta.

-¿Qué será de mí cuando se selle la grieta?

Eché un vistazo a los rostros de mis compañeros Buscadores. Connor,


Ethan, y Adne estaban viendo a Anika. No pude encontrar ninguna
pista sobre la respuesta en sus expresiones.

Anika agarró el medallón en su cuello y suspiró. -Lo siento, Shay.

Shay tragó saliva. -¿Por qué?

-Debido a que simplemente no sabemos.


TREINTA

-¿Cómo que no lo sabes? -Los dientes de Shay estaban apretados.

Anika se mantuvo firme, a pesar de la mirada de Shay. -No teníamos


manera de anticipar que se convertiría en un alfa Guardian.

Ella miró en mi dirección, haciendo una mueca de dolor.

-Naciste humano- dijo. -Mi conjetura es que usted permanecerá con


nosotros.
-No en un lobo- susurró. -¿Estás segura?

Algo dentro de mí comenzó a gritar.

-¿Cómo puedes decir eso?- Dijo Mason. -Él es un lobo. Es uno de los
nuestros.

Nev asintió, mirando a Shay. -Siempre has sido un lobo, hombre. El


cambio fue sólo un tecnicismo.

-¿Es eso cierto?- Shay le preguntó a Anika. -¿Podría convertirme en


un lobo en su lugar?

-Cuando se selle la grieta, te convertiras en tu verdadero yo- dijo


Anika. -Esa es la única respuesta que te podemos dar.

-Yo…- Shay vaciló.

-Shay-. Sarah se acercó, deslizando su brazo alrededor de sus


hombros. -Usted sabe que esto se debe hacer.

Él miró a su madre. Sus ojos eran amables, llenos de amor.

Mi corazón dio un vuelco, un peso pesado en el pecho. Si Shay


permaneciera humano, él sería capaz de quedarse con ella. Para
conocer a los padres que le habían sido robados. Tendría una nueva
vida.

Pero yo no tendría el final que yo anhelaba, cazando conmigo,


llavando nuestra manada.

Como si mis pensamientos atrajereran su mirada, los ojos de Shay


estaban sobre mí. -¿Calla?

Me obligué a tragar el bulto duro en la garganta. -Anika esta en lo


correcto.- Él se estremeció como si mis palabras le dolíeran, pero
asintió.

Anika inclinó la cabeza. -Gracias.

Shay no respondió.
-Espera un segundo- dijo Connor. -¿Si Sabine podría elegir ser
humano, puede que no todos los Guardianes permanescan humanos
también?

-Sabine dio su esencia lobo para Ansel- dijo Anika. -Si los otros
eligieron una vida humana, significaría que tendríamos que destruir la
parte de ellos que sigue siendo siempre un lobo.

Me estremecí. -Al igual que los guardas de Ansel.

Ella asintió con la cabeza.

-Pero usted sería humano- dijo Connor. –Su vaso medio lleno, ¿no?

-Amigo- dijo Nev. -Usted ha sido, obviamente, nunca un lobo.

-Sabine quería quedarse humana- dijo Connor.

-Es diferente para mí- dijo Sabine con un estremecimiento. – La


manada no significaba para mí lo que significa para los demás.

-Usted vio a Ansel después de que su lobo fue destruido- le dije. -Eso
lo destruyó, también. El lobo es lo que somos. No hay otra opción
aquí.

Ethan frunció el ceño ante Sabine. -¿Va a hacerte daño?

-Físicamente, sí- dijo ella. -Sé que va a ser doloroso. Pero esto es lo
que quiero. El lobo de Ansel fue tomado violentamente de él. Él ha
estado sufriendo una vida robada. Estoy eligiendo ser sólo humana.
Es diferente.

-¿Y todos se sienten como Ansel?- Preguntó Connor. -¿Ustedes


prefieren ser lobos?

-Somos una manada- dijo Mason. -Nosotros pertenecemos a la


naturaleza.

-Pero ¿qué pasa con su canto?- Adne estaba mirando a Nev.

-¿Qué opinas del grito es?- Nev sonrió.


-Supongo que no lo entiendo- dijo Connor.

-Yo nunca esperaría que lo entendieras- le dije. -Pero si pudieras


correr con nosotros, cazar con nosotros. Si la luna se te llama en el
bosque a medianoche…entonces lo harías, sabrias cómo nos
sentimos.

Connor me miró, aún perplejo, pero yo estaba viendo a Shay. Sus ojos
estaban ensombrecidos. Me acerqué a él.

-Pero lo haces- le susurré. -Tú entiendes.

Él asintió con la cabeza, entrelazando sus dedos con los míos. Su


agarre era tan fuerte que dolía. -Recuerdo la primera noche después
de que me convertiste. Cazamos bajo la luna. Corrimos por millas y
nunca me sentí cansado. No hay nada en esta tierra como eso.

Me paré frente a él, dejando que los recuerdos se deslizan por encima
de mí. Mi compañero. Mi alfa. Yo no quiero correr por el bosque sin él
a mi lado. Pero lo que yo queria palidecido en la cara de lo que tenía
que suceder. Yo había tomado la decisión de seguir mi corazón, para
perseguir el amor prohibido, pero tampoco Shay ni yo teníamos una
elección ahora.

-Lo siento- le dije, por fin, inclinando la cabeza contra su cuello. -Pero
tenemos que hacer esto.

-Lo sé- dijo. Él me tomó la barbilla en las manos y me besó.

-¿Anika?- Tess estaba de pie al lado de una mujer que llevaba un traje
azul profundo encapuchado que brillaba como la superficie del mar
cuando ella se inclinó ante la Flecha. Una multitud de curiosos y
buscadores Guardianes, algunos en forma de lobo, otros humanos,
habían llenado la biblioteca, al pulsar sobre nosotros.

Anika le tendió la mano a la Elixir. -Gracias por venir, Miriam.

Cuando Sabine y Ansel hicieron su camino hacia el Elixir, me deslicé a


través de la multitud hasta que llegué a Shay.
Cuando le toqué el brazo, me dio una leve sonrisa, mirando
rápidamente de vuelta a la actividad de cerca. -Muy por el sacrificio de
la toma de Sabine.

-Es- le dije. -Creo que tiene razón. Ella va a estar más feliz de esta
manera.

-Más feliz- dijo en voz baja.

-¿Cómo estás?- Le pregunté.

-Realmente no lo sé- dijo. -No puedo decidir qué sentir, tal vez eso es
lo mejor.

Entonces él me miró de nuevo, esta vez sosteniendo mi mirada. -¿Qué


hay de tí?

-Tengo miedo.- Tomé su mano. Yo nunca había dicho eso antes. Pero
era la verdad. Yo estaba a punto de perder a Shay y estaba
aterrorizada. -Si tuviéramos otra opción…

-Lo sé.- Se inclinó para besarme. -Lo sé, Calla. No tienes que pedir
disculpas. Yo no quiero que usted.

Él me envolvió en sus brazos mientras veíamos a Miriam instruir a


Ansel y a Sabine de unir sus manos. El Elixir apoyó la punta de sus
dedos contra cada uno de sus templos. Ella comenzó a murmurar. Un
río tranquilo, pero rápidamente el sonido brotó de sus labios.

Sabine se quedó sin aliento. Ethan se acercó a ella, pero Connor lo


empujó hacia atrás.

-Hay que dejar que haga esto por sí sola- dijo Connor.

Ethan apretó los dientes, palideciendo cuando el jadeo de Sabine se


convirtió en un grito. Ansel respiraba con dificultad, pero él no parecía
estar en el dolor de la manera en que Sabine estaba. Sabine gritó de
nuevo, cayendo de rodillas. En el mismo momento Ansel gritó, pero su
grito se convirtió en un aullido. Donde un niño había estado de pie un
minuto antes, un joven lobo ahora sacudió el hocico.
-Ya está hecho.- Miriam hizo una reverencia a Anika.

-Sabine- Ethan se empujó más allá de los curiosos para llegar a ella.
Ella todavía estaba de rodillas, su cuerpo temblaba.

Ella levantó la mano. -Estoy bien. Voy a estar bien. -Pero ella no se
resistió cuando él la cogió, acunandola en sus brazos.

Un lobo de bronce pelaje saltó de entre los buscadores y se disparaba


hacia Ansel. Bryn aulló y saltó a su alrededor, pateándolo a él y
lamiendo su hocico. Dos lobos más saltaron a través de la multitud.
Nev y Mason daban pellizcos juguetones y ladraban mientras volaban
en círculos a Ansel. El grupo acurrucado pronto se vio como sólo una
falta de definición de colas en constante movimiento.

-Tienes que ir con ellos- dijo Shay. –Eres su alfa.

Me volví en sus brazos. -Tú también.

-Ya no es así.- Su sonrisa se rompió mientras negaba con la cabeza. -


Si alguna vez realmente lo era.

-Shay…-

-Sólo tienes que ir.- Él se apartó de mí, desapareciendo entre la


multitud de buscadores detrás de nosotros.

Resignarme a nuestros caminos diferentes de repente, cambie formas


y corrí a reunirme con mis compañeros de manada.

“¡Ansel!” Yo me meti entre Mason y Nev para acariciar a mi hermano.

“No puedo creerlo”. Ansel ladró, girando en un círculo. “Simplemente


no puedo creerlo”.

“No habría sido una manada sin ti”. Le mordí la oreja suavemente.
“Nadie más es tan divertido”.

Cuando Nev derepente gimió, me giré y vi a Sabine que estaba cerca.


Ella todavía estaba apoyada en Ethan, observándonos.
Ansel cambió a su forma humana y se acercó a ella.

-¿Te sientes bien?- Ella sonrió y casi llegó a sus ojos.

Él asintió con la cabeza. -¿Estás bien?

-Lo estare- dijo ella.

Ansel estiró tímidamente sus brazos hacia ella. Ella se echó a reír y
cayó en el abrazo.

-Gracias.- Él la apretó con fuerza. -Te lo debo todo.

-Haz a Bryn feliz- dijo Sabine. -Ya como que me agrada.

Ansel sonrió, pero luego le dio una mirada severa a Ethan. -Hablando
de eso, si alguna vez me entero que le has roto el corazón, yo te
perseguiré.

Ethan sonrió. -Lo tendré en cuenta.

Anika apareció junto a nosotros y mi estado de ánimo alegre se vio


evaporado. Shay se puso de pie junto a ella, sus ojos se resuelven.

-Ya es hora.

Tomé la mano de Shay mientras caminábamos a la chimenea.

Mi padre se puso a caminar a mi lado.

-Voy a tomar la manada exterior- dijo. -No creo que deberíamos estar
confinados cuando la transformación suceda.

Asentí con la cabeza.

-Entiendo si quieres estar más cerca.- Él miró a Shay. -Pero no


esperes demasiado tiempo.

-Lo sé.

-¿Vas a salir antes de que se acabe?- Shay me preguntó mientras mi


padre cambió formas y galopaba a la pared derrumbada. Los otros
lobos comenzaron a arrastrarse después de él, congregándose en los
terrenos nevados fuera Rowan Estate.

-No te voy a dejar- le dije. –Pero voy a tener que mantener mi


distancia. Los lobos que se sienten acorralados son peligrosos. Si me
quedo dentro…

Él me interrumpió. -Entiendo.

Nev, Mason, Bryn y Ansel dieron zancadas por la habitación,


moviéndose en forma humana al lado de Shay.

-Hay que ir con mi padre- le dije. -No es seguro que nos quedemos
aquí.

-Claro- dijo Mason, deslizando su brazo alrededor de Shay. -Pero,


¿creen que íbamos dejarte sin decir adiós?

-Por ahora- Ansel murmuró, mirando al suelo. -Adiós por ahora.

-Estamos tirando para usted, hombre.- La mano de Nev estrechó la de


Shay. – ¡Lobo Team!

Shay consiguió esbozar una sonrisa. -Gracias.

-Pase lo que pase, cuidese - Mason sacó a Shay en un abrazo.

-Lo haré- dijo Shay.

Nev le dio a Shay una rápida inclinación de cabeza antes de que él y


Mason se movieran de nuevo en forma de lobo, dejándonos con Bryn
y Ansel.

Bryn no pudo decir nada. Ella me miraba y luego a Shay, lloriqueando


y secándose los ojos. Ella trató de deciar algunas palabras, pero no
pudo recuperar el aliento entre sollozos. Finalmente, ella levantó las
manos, agarró a Shay, y le dio un beso en la mejilla. Luego se cambió
a un lobo de bronce y tomo distancia de nosotros.

Las manos de Ansel fueron empujadas a los bolsillos. Pateó el suelo,


moviendo la cabeza.
-Usted se merece estar con la manada más que yo.

-No seas un culo.- Shay sacó a Ansel en un abrazo. -Tienes razón en


que debería estar.

Ansel agarró a Shay apretadando el abrazo, murmurando algo


demasiado bajo para que yo pudiera escuchar. Shay le dio una sonrisa
débil.

-Nos vemos pronto- dijo Ansel para mí. Y luego se fue dando saltos de
distancia de nosotros.

Shay me observaba de cerca. Levanté las cejas por la extraña


expresión dibujada en su rostro. Parecía como si estuviera tratando de
no reírse.

-¿Qué te dijo?

-Me dijo que yo no podía quedarme con los buscadores.- Shay sonrió.
-Porque soy el único que puede impedir que te metas con él.

-Yo no me meto con el-, le dije, devolviéndole la sonrisa. -A menos


que se lo merezca.

-¡Shay!- Anika nos llamó desde el frente de la chimenea.

-Supongo que no puedo dejar esto de lado por más tiempo.- Shay
comenzó a alejarse.

Agarré su brazo, tirando de él hacia atrás. Estiré mis brazos alrededor


de su cuello, moldeando mi cuerpo contra el suyo. Cuando le di un
beso, deje escapar todo lo que alguna vez había retenido, vertiendolo
en mi abrazo. Necesitaba que Shay supiera lo que sentía, lo que
quería, ¿por qué tenía tanto miedo de dejarlo ir? Sus manos se
deslizaron por mi espalda, presionando en mis omóplatos.

Dejé a mi boca quedarse en los suyos, hasta que tuve que alejarme.

Él trazó la forma de mis labios con sus dedos. -Gracias por salvarme.

-Yo no te salvé- le dije. -Tú fuiste el que desterró al Heraldo.


Se inclinó, rozando un beso suave contra mi boca. -Yo no estaba
hablando de la actualidad.

Las miradas de los buscadores reunidos estaban fijas en Shay


mientras caminábamos juntos para cumplir con Anika.

-Tienes la Cruz Elemental.- Ella hizo un gesto a las espadas en la


espalda de Shay.

-¿Qué hago?- Shay le preguntó.

-Mantenga las espadas en alto, por lo que crearas la marca del


Vastago- dijo. -Y di estas palabras hasta que esté terminado: porta
obtineo.

-Obtineo porta- murmuró.

Una astilla de luz verde apareció en el fondo de la chimenea, como si


un enorme párpado había deslizado brevemente abierto.

Shay miró a Anika. -No esta todavía allí, ¿no?

Ella asintió con la cabeza, mirando a la estructura de piedra, que de


nuevo se había oscurecido. -Es por eso que esto se debe hacer.

Shay se puso derecho.

Buscadores del desierto en la biblioteca se quedaron en silencio,


viendo como Shay se movió hacia el Rift oculto.

Shay celebró las espadas con el brazo extendido. La espada de la


tierra y el aire se utilizaban en posición vertical, mientras que la
espada del agua y el fuego cruzaron la primera cuchilla
horizontalmente. Respiró lenta y se detuvo, volviéndose hacia mí.

Me acerqué a su lado, poniendo mi mano en su espalda, justo debajo


de su cuello para que mis dedos rozaran el tatuaje de la cruz sobre su
piel. Se estremeció.

-No sé si puedo hacer esto.


-Tienes que hacerlo- le dije, pero cada uno de mis latidos golpeaban
lento y pesado en mi pecho, como una estaca que se golpeó en el
suelo con un trineo.

-No te puedo dejar, Calla.

Cerré los ojos, sabiendo lo que sentía porque el mismo dolor arañó mi
corazón. Ya había perdido a alguien a quien amaba hoy y en el minuto
siguiente podría perder a otro. Pero, ¿qué otra cosa podíamos hacer?

El mundo creado por los Vigilantes se había forjado de la codicia y la


crueldad. No era un mundo que podríamos sufrir de existir, no importa
lo que cueste.

Me obligué mantener los ojos abiertos y encontré el iris musgo invierno


de Shay reluciente suavemente. Inclinándome hacia delante, presioné
mis labios sobre su tatuaje. -Te amo.

Yo extendi mis dedos más amplios en su espalda, con la esperanza de


que tocándolo haría que de alguna manera el universo escuchara mi
súplica: que la esencia lobo de Shay ganara le ganara a su esencia
humana. Si no lo hiciera. . . Me gustaría estar a solas.

¿Tendría mi manada, pero me volvería a alojar con ellos? Si Shay no


venia conmigo, yo ya estaba imaginando lo que sucedería. Me
convertiría en un solitario lobo: errante y solitaria. Mi padre seguiría
siendo el alfa de mis compañeros de manada, como siempre lo había
sido.

Tal vez esa fue la manera que las cosas estaban destinadas a ser.

–Calla- La frente de Shay se arrugó. Él podía ver la piel de gallina que


corría por mis brazos, la forma en que mis músculos estaban
temblando.

-Te amo- le susurré una última vez, poco a poco alejándome de él


hacia el derrame de la noche el aire y los aullidos acogedoras de mi
manada. -Cierra el Rift.
TREINTA Y UNO

Se suponía que siempre le di la bienvenida a la guerra, pero cuando


termina la última batalla, ¿Que deja la vida para un guerrero?

Shay se enfrentó a la vacuidad de la chimenea. Pasó las espadas


lentamente mientras él cantaba. Y entonces, cuando no había nada, la
oscuridad comenzó a moverse. Las sombras se aferraban a la Cruz
Elemental, agarre las cuchillas, tirando a Shay adelante. Cuando las
espadas habían marcado un cuarto de vuelta, Shay se congeló. La
oscuridad se convirtió en sólido, el bloqueo de la cruz en su lugar, pero
dentro de las sombras de ébano brillaba una luz suave, opalescente
como un abrir y cerrar de estrellas.

La luz de streaming a través de las espadas, tocando los dedos de


Shay y haciéndole estremecerse. Al igual que brilla tenuemente las
cintas, se enroscó alrededor de sus brazos y pecho. Cuando la luz le
corría por el cuello y se encontró con mis dedos, los zarcillos brillantes
comenzaron a reclamar mi cuerpo también.

La luz se hizo más brillante hasta que pude ver nada, ni siquiera a
Shay, aunque todavía sentía mis dedos en su cuello-nada más que el
aire brillando pálido a mí alrededor. El aire que estaba vivo con el
poder.

Pensé que iba a doler. Ansel dijo que tener al lobo arrancado de él era
como estar destrozado y quemado.

Pero a mi no me hizo daño. De ningún modo. No hubo dolor. Sólo una


sensación de ligereza, vertiginosa y mareante, como el vuelo de una
carga que no me pertenecía a mí siendo levantada.

De pronto supe la verdad y la luz que me rodea explotó.

Soy libre.

EPÍLOGO

No miró a la grandeza del pasado mal, pero la grandeza de la buena a


seguir.

-Thomas Hobbes, Leviatán


SABINE se estremeció, deseando haber tomado ese suéter que Ethan
le había ofrecido. La luz del sol se filtra a través del andamiaje que
corría a lo largo del borde de Rowan Estate, pero las lonas que
cuelgan entre el mundo exterior y la biblioteca no pudo mantener fuera
el frío de diciembre. Y los calentadores de espacio sólo no pudieron
cortarlo.

Selló otra caja con cinta de embalaje, garabateando el siglo palabras


Historia-17 en marcador negro en la parte superior. Casi todos los
libros que había llenado hasta el momento parecían ser de historia.
Historia realmente vieja. ¿No habia libros interesantes por aquí?

-¿No has terminado?- Ethan entró en la biblioteca. -¿Por qué todos


estos libros todavía están por ahí?

-Voy a fingir que no dijiste eso.- Ella llevó la caja a la pila creciente que
sería llevado de vuelta a la Academia para ser catalogado y se
almacenado. -De esa manera puedo todavía con usted.

Ethan se echó a reír. Se acercó a él, frotándose los brazos. Él frunció


el ceño, haciendo poco caso de la chaqueta de cuero de largo, y se lo
puso sobre los hombros.

-Usted debería haber tomado ese suéter.

-Sí, sí- dijo ella, acurrucándose en el calor que seguia calentando en el


interior de su chaqueta. -Tenías razón. Sé feliz por eso. La próxima
vez voy a estar bien.

Sabine echó un vistazo a la evidencia de la construcción en el otro


lado de la habitación. -Usted sabe que sería más caliente aquí si usted
no tubiera que enviar piedras especiales para reconstruir este lugar.

-Lo tenemos en el Registro Nacional de Lugares Históricos.- Se


encogió de hombros. -Piedra especial es obligatoria.

-Genial- dijo Sabine. -Me estoy congelando el culo.


-¿En serio?- Él abrió los ojos. -Eso sería trágico. Mejor seria que lo
viera.

Ella gritó cuando él se abalanzó sobre ella. Todavía se perseguían


alrededor de la pila de cajas cuando la puerta se abrió brillante.

-¡Hola!- Connor se metió en la biblioteca.

Adne vino después de él, sacudiendo la cabeza. -Connor, no digas


'¡Hola!' No eres un vaquero, no importa cuánto te gustaría serlo.

Ella cerró el portal y giró hacia él, con las manos en las caderas.

-Lo siento si la ofendi, señorita.- Fingió inclinar su sombrero.

Ella frunció el ceño, pero se disolvió en risas cuando empezó a hacerle


cosquillas.

-¡Alto!- Chilló. -¡Basta! Me retracto. ¡Puedes ser un vaquero!

Connor la abrazo con un solo brazo, sonriendo a Ethan.

-Entonces, ¿cómo fue?- Preguntó. -¿Los has encontrado?

Sabine miró hacia otro lado. Connor había hecho la pregunta que ella
no había estado dispuesta a hacer en voz alta pero que había estado
corriendo por su mente desde que Ethan había vuelto.

Ethan se aclaró la garganta mientras observaba a Sabine tensa. -Si.


No fue difícil. Están justo donde pensamos que estarian.

-Pisando motivos viejos.- Connor se encogió de hombros. -Tiene


sentido.

-Es un poco extraño, sin embargo- dijo Adne. "¿No crees? Volviendo a
Haldis después de todo lo que pasó.

-Es su territorio- dijo Sabine, mirandola a ella y luego la mirada fija en


la distancia de nuevo. -Pertenecen en esa montaña.

Ella vaciló y su voz se hizo más suave. -¿Parecian felices?


-Ellos realmente lo parecían.- Ethan se acercó a ella. Sus dedos se
posaron suavemente en el brazo superior. -Usted debe venir la
próxima vez. Véalos.

Sabine logró sonreír a la bondad en sus ojos, aunque su corazón se


había ido irregular. -Tal vez.

-Sabine…-

Ella se volvió para mirarlo de frente, llegando arriba y descansando su


palma contra su garganta. Dejó que al tambor de pulso contra su piel
durante unos segundos antes de hablar de nuevo. -Eso es el pasado.
Estoy aquí ahora. Contigo.

Él frunció el ceño. -¿No quieres verlos?

Ella bajó los ojos, no queriendo que viera el dolor en sus ojos. Él
sabría que estaba allí. Siempre lo hacía, pero a veces ella quería
mantenerlo velado de sus nuevos compañeros. Estaba agradecida por
su amistad y el amor de Ethan. No quería que el pasado estropeara la
esperanza que tenía para su futuro. -¿Qué pasa con la otra manada?

-Nos hemos mudado a la cara occidental- dijo Ethan. –La manada de


Stephen se ha hecho cargo de la antigua área de los Banes. Lo que
quedaba de la manada Bane después de la lucha parece haber
seguido adelante.

-Esa es la justicia.

-Yo pensaba lo mismo.

-Así que una alfa tuvo su final feliz- dijo Connor. -Pero, ¿cómo se esta
adaptando nuestro niño a su nuevo papel?

-No es que yo soy un experto, pero parece bien.- Ethan puso sus
brazos alrededor de Sabine, atrayéndola hacia sí.

-Me siento un poco mal por Tristán y Sarah- dijo Adne, saltando sobre
la mesa. Ella pasó las piernas hacia atrás y adelante. –Tubieron una
reunión de diez minutos. Y entonces ellos perdieron a su hijo de
nuevo.

-Ellos no lo perdieron- dijo Ethan. -No exactamente.

-No creo que vayan a tener días de campo familiares en el bosque, sin
embargo- dijo Connor.

-¿Alguna vez hablas en serio?- Preguntó Sabine.

Connor le lanzó una sonrisa a ella. -No, a menos que sea


absolutamente necesario.- Él frunció el ceño a Adne. -¿Por qué te
sientes mal? Pensé que hablaste con Sarah y, ya sabes, te explicó
sobre Calla.

-Yo lo hice- dijo Adne. -Y creo que están tratando de ser feliz por él,
pero creo que todavía se sienten como si hubiera simplemente
desaparecido.

-Estoy contento de que él saliera corriendo de la biblioteca cuando se


convirtió en un lobo- dijo Connor. -Porque si hubiera atacado a Anika,
Ethan le habría disparado al Vastago después de haber salvado al
mundo. . . ¿Te imaginas? Awkward.

-En realidad no es tan divertido- dijo Adne.

-Sí, lo es.- Connor sonrió.

-¿Sabine?- Adne le lanzó una mirada suplicante. -¿Un poco de ayuda


aquí?

Sabine le sacó la lengua a Connor.

-Yo descanso mi caso.- Adne sonrió.

-Ethan consigue un voto también- dijo Connor. -¿Ethan?

-Me abstengo.- Ethan se echó a reír. -Espere, no. No me gusta dar


crédito a Connor para cualquiera de su humor, pero tiene un punto.
Todos los lobos, incluyendo al Vastago, corrieron por las colinas.
Cuenta como algo bueno. Si nos hubieran atacado, habría sido feo.
-Ellos estaban siendo llamados a casa, pienso- Adne reflexionó. -
Volver al desierto. Ellos no tienen ninguna razón para estar
interesados en nosotros.

-¿Cree usted que se acuerdan?- Connor preguntó. -Cuando Shay se


convirtió en un lobo, ¿crees que él sabía lo que estaba pasando?

-No hay forma de saberlo- dijo Adne.

Sabine sacó los brazos de Ethan con más fuerza alrededor de su


cuerpo. -Es bueno que él cambiara. Shay y Calla van de la mano.
Siempre lo hacían.

Ethan se inclinó y besó la corona de su cabello. -Conozco la


sensación.

-Al parecer, la tierra pensó que pertenecían juntos también- dijo Adne.
-¿Así que estan listos? Me muero de hambre y Anika estára dando
nueva asignaciones en unas pocas horas. No quiero perderme la
cena.

-¿Cuál es exactamente tu trabajo ahora?- Preguntó Sabine. -La guerra


ha terminado.

-Creo que te refieres a nuestro trabajo.- Adne le sonrió. -Eres parte del
club ahora. Y no estamos a dispuesta a dejar que se te olvide.

-Tenemos que mantener un ojo en eso.- Connor señaló lo que había


sido la chimenea de la biblioteca.

Una puerta de hierro macizo llenó el marco de piedra. La Cruz


Elemental se encuentra en el centro de la puerta, poniendo toda
apariencia de que las dos espadas habían sido soldadas a la barrera
metálica. -Asegúrense de que no hay malhechores tratando de
meterse con él.

-¿Al igual que Logan?- Preguntó Sabine.


-Logan- dijo Adne, -y cualquier otro Vigilante que no tenían ya pasó su
fecha de caducidad humana. No habrá un montón de ellos, pero
algunos andan todavía alrededor.

-Y vamos a volver a hacer lo que hicimos antes de que esta guerra


estalló también- dijo Connor.

-¿Te acuerdas de tan atrás?- Preguntó Sabine.

-Estoy bastante seguro de que alguien lo escribió en alguna parte.-


Connor sonrió.

-Antes había vigilantes y buscadores, todos estábamos en un grupo-


dijo Adne. -Nos aseguramos de que nadie estaba abusando del reino
místico o jugar con fuerzas que no debe ser ensuciadas.

-Nos llamaron conato- dijo Ethan.

-Hablando de nombres- dijo Connor, -ya que no estamos buscando


más al Vastago, ¿vamos a obtener una nueva etiqueta?

Ethan se encogió de hombros. -Preguntale a Anika.

-Podríamos ser conato de nuevo- dijo Adne.

-Eso fue hace 600 años- dijo Connor. -Yo voto que no. Además, los
primeros Vigilante eran parte del conato. Compartir un nombre con
cualquier Vigilante me haría sentir sucio.

-Está bien.- Adne ignoró sus bromas. -Creo que el uso de América
añadiría dignidad a nuestra causa. Vamos, podemos discutir sobre ello
durante la cena.

Ella comenzó a tejer una puerta.

-¿Dignidad?- Ethan se alejó de Sabine, sonriendo a Adne. -En realidad


nadie habla latín nunca más. Al explicar esa palabra en cualquier
momento que conozacamos a alguien podría envejeceremos
rápidamente. Además, cualquier grupo de Connor es parte de que
pueda en realidad no ser dignificado.
-¡Hey!- Connor lo empujó.

Sabine se rió; su sonrisa llena de picardía. -Tengo un nombre para


nosotros.

Ethan extendió la mano, los dedos inclinando la cabeza en alto.


Cuando ella lo miró a los ojos azules de mar, el mundo se abrió ante
ella. Al igual que siempre lo hacía.

-Está bien, hermosa. ¿Cuál es nuestro nuevo nombre?- Preguntó.

-Guardianes.

Su sonrisa se suavizó. -Esto podría tomar algún tiempo para


acostumbrarme. Pero tiene un bonito anillo a ella.

Se inclinó hacia delante y la besó suavemente.

-¿Ustedes que vienen?- Connor preguntó mientras retrocedía hacia el


portal. -¿O vamos a esperar aquí mientras se vayan?

-Oh, dejalos solos.- Adne agarró la parte delantera de su camisa,


tirando de él hacia la puerta resplandeciente. -¿Por qué estás tan
gruñón?

Connor se palmeó el estómago. -Tengo hambre.

-El derecho de la cena por allí.- Adne señaló la puerta reluciente.

-Espera-, dijo Sabine. –Yo…quiero verlos. Tengo que verlos. Sólo una
vez.

-¿Ahora?- Connor frunció el ceño.

Adne empujó a Connor a un lado, cerrando el portal con dos golpes


rápidos de sus Skeans. -Tu estómago puede esperar, Connor.

-Es evidente que necesitamos tener una charla donde puedas conocer
mejor a mi estómago.- Connor se echó a reír.

-¿Está segura?- Preguntó Adne.


-Por favor.- El corazón de Sabine golpeó mientras Adne tejió. No podía
respirar por un momento cuando el paisaje familiar cerca de Haldis
tomó forma en el otro lado del portal.

-¿Estás lista?- Ethan le tomó la mano.

Ella asintió con la cabeza, pero no era una cuestión de estar lista. Era
lo que necesitaba-para ver la manada entera, a saber que el mundo
era nuevo a la derecha.

Connor se dirigió hacia la puerta, pero Adne lo agarró del brazo.

-No- dijo ella. -Apenas son dos de ellos.

-¿No a la cena y no caza de lobos?- Dijo Connor. -Eres una mujer


cruel.

-Usted lo sabe.- Adne hizo un gesto para que Ethan y Sabine pudieran
entrar en la puerta.

El fuerte hormigueo ahora familiar de paso a través del portal dio paso
al intenso frío. El viento se arremolinaba constantemente durante sus
miembros; ráfagas ocasionales la hicieron estremecerce. Ella sacó el
abrigo de Ethan apretado a su alrededor.

-Este es el tiempo de la congelación, la miel- dijo Ethan, dándole un


par de binoculares. -No quiero presionarte…

-Sólo necesito unos minutos- dijo ella.

Sabine subió a lo largo de la cresta donde Adne había abierto la


puerta, agazapado en la sombra de un árbol de pino. Elevación de los
prismáticos para los ojos, miró hacia Haldis Cavern.

No pasó mucho tiempo para descubrirlos. Los lobos estaban


celebrando una presa fresca. La manada se había reunido alrededor
de la canal de la gran gama, retozando como preparado para darse un
festín.
Ansel y Bryn se perseguían unos a otros fuera de la entrada de la
cueva, levantando nubes de nieve mientras corrían. Mason estaba
cavando en la carne de venado, su hocico ensangrentado. Nev se
sentó junto a él, su lengua fuera como si Mason hubiera dicho una
broma hilarante.

Un lobo blanco salió de la caverna. Los ojos dorados de Calla


encuestaron su manada. Un lobo marrón dorado saltó fuera del
bosque, viniendo a saludarla a ella. Shay rodeó a Calla, pellizcando en
ella hasta que ella gritó una protesta. Para Sabine sonaba como la
risa.

Los dos alfas trotaban junto a la matanza, acariciandose y lamiendose


entre sí a medida que avanzaban. Mason y Nev aumentaron cuando
llegaron, inclinando sus cabezas y moviendo la cola. Calla volvió a
ladrar y Ansel y Bryn se unieron a la manada. Los lobos se reunieron
juntos, dispuestos a compartir la generosidad de su caza.

Sabine se puso de pie, convencida de que sus amigos estaban a salvo


y contenidos. Cuando se movio, Calla levantó la cabeza. Sus ojos se
centraron en ls dirección de Sabine. A pesar de la distancia entre ellos,
Sabine habría jurado que Calla estaba mirandola directamente a los
ojos.

Las orejas del lobo blanco se movieron hacia atrás y adelante. Ella
levantó su hocico y aulló. El sonido llenaba a Sabine con una mezcla
de dulzura y tristeza.

Los otros lobos se unieron a la canción, sus voces familiares se


mezclaban en el aire invernal. Sabine los observó durante un minuto,
luego se volvió y camino de regreso a Ethan.

-¿Todo bien?-, Preguntó.

Ella le pasó los prismáticos. -Están felices. Así que estoy feliz.
-Bueno.- Ethan se dirigió hacia el portal, pero Sabine vaciló cuando el
viento levantó su pelo, su caricia fría haciéndole señas hacia el
desierto.

Se dio la vuelta, escuchando la canción llevada por la brisa de invierno


rígido. La voz de Nev subió por encima de los otros lobos, el coro de
aullidos tejió a través del aire. Sabine se preguntó si de alguna manera
sabían que ella estaba aquí, y si van a estar diciendo adiós o si
estaban pidiendo que se quedara.

-¿Sabine?- Ethan esperó a la luz de la puerta, mirándola.

Ella tomó su mano. Aullidos de los lobos todavía sonaban en el


bosque detrás de ella, pero ella ya no necesita mirar hacia atrás. Con
Ethan a su lado, ella

Camino hacia la luz del portal, en su nuevo mundo.

Fin

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