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Habilidades para la comunicación

Concepto: Son aquellas que se desarrollan en el proceso de la


comunicación. Se consideran habilidades comunicativas básicas: leer,
hablar, escuchar y escribir.

Habilidades comunicativas básicas. El modo en que el sujeto realiza su


actividad comunicativa, para lo cual necesita disponer de un sistema de
acciones y operaciones que le garanticen el éxito, es decir, el logro del
objetivo propuesto.

Sumario
1 El lenguaje
2 Principios metodológicos para su desarrollo
3 Caracterización general de las habilidades comunicativas
4 Diferencias contextuales entre el código oral y el escrito
5 Fuentes

El lenguaje
El lenguaje es un hecho social desde el punto de vista genético, pues es
la sociedad la que condiciona su formación y desarrollo, y desde el
punto de vista de su naturaleza.

Todo hecho de lenguaje implica y presupone un contacto recíproco en el


establecimiento de las relaciones, al menos de dos personas; una expresa
un “contenido psíquico”, al decir de Saussure, mientras que la otra
adquiere una “actitud receptiva”. Así pues, la relación que se establece
mediante el lenguaje es la comunicación; por lo tanto, se considera la
comunicación en su cooperación social, como la función fundamental,
originaria y propulsora del lenguaje.

En los últimos años, la comunicación y su importancia en todos los


ámbitos de la vida del hombre ha propiciado el retorno hacia el estudio
del papel social del lenguaje al ampliarse la propia definición del
lenguaje, ya no solo como “sistema de signos puros” sino como “sistema
de signos que participan en la comunicación social humana”.

Principios metodológicos para su desarrollo


Hablar, escuchar, leer y escribir son las cuatro habilidades que el usuario
de una lengua debe dominar para comunicarse con eficacia en todas las
situaciones posibles; pero la comunicación es tan compleja y diversa
como la actividad humana misma y las relaciones sociales.

Es social, por su contenido y esencia, e individual por la forma en que se


despliega por sujetos individuales. Así, su desarrollo deberá formularse
bajo los siguientes principios:

La consideración de las habilidades comunicativas como un proceso


cognitivo, constituido por diversos subprocesos que se organizan en un
sistema jerárquico en el que el control consciente del proceso global es
el nivel más alto en dicho sistema. Las unidades fundamentales de
análisis serán los procesos cognitivos.
La aceptación de que los procesos implicados en estas habilidades tienen
un marcado carácter interactivo, interrelacionándose y situándose cada
uno de ellos a distintos niveles en el contexto global de la actividad de
comunicación.
La caracterización de las habilidades comunicativas como un proceso
complejo y recursivo que requiere de la reflexión constante sobre el
proceso seguido y sobre el producto que se va obteniendo.
La influencia y control que ejercen variables, tanto internas,
conocimientos previos, motivación, etc. como externas, el contexto
comunicativo y la audiencia, en estos procesos.

Caracterización general de las habilidades comunicativas


Las habilidades lingüísticas se clasifican, CASSANY (1999), por el
código que se emplea y por el papel que tengan en el proceso de
comunicación. De manera que las habilidades se dividen en:
Receptivas (de comprensión)
- Escuchar (código oral)

- Leer (código escrito)

Productivas (de expresión)


- Hablar (código oral)

- Escribir (código escrito)

Escuchar: Habilidad para decodificar la producción textual verbal, para


identificar la variedad de la lengua a la cual corresponde el discurso
escuchado, para detectar y desentrañar las estrategias discursivas ligadas
a otros propósitos elocutivos del enunciado.
Leer: Habilidad para aplicar con propiedad las reglas fonéticas,
fonológicas, expresivas y locutivas de la variedad (dialectal, sociolectal
y estilística) de la lengua a que corresponde el texto; para comprender
los niveles denotativo, inferencial y valorativo del texto, para determinar
la configuración estructural del texto, ya sea en términos de una
jerarquización de ideas o en términos de párrafos temáticos, para
parafrasear el texto.
Hablar: Habilidad para adecuar el registro verbal a las circunstancias de
la comunicación (las variantes pragmáticas de la comunicación exigen la
selección y elaboración de discursos adecuados (efectivos) y pertinentes
(eficientes), para respetar los turnos conversacionales, para aplicar las
máximas conversacionales de cantidad, de relación y movilidad en la
producción discursiva.
Escribir: Habilidad para elaborar discursos coherentes y cohesivos, para
exponer con propiedad y claridad las ideas, para desarrollar las ideas
sobre la base de diversas asociaciones temáticas acorde con las reglas
semánticas y sintácticas del idioma, entre otras.
Se necesita de un conocimiento acerca de los códigos oral y escrito de la
comunicación para poder adentrarse en el estudio de cada una de las
habilidades comunicativas.
Diferencias contextuales entre el código oral y el escrito
Las diferencias contextuales entre la comunicación oral y escrita,
CASSANY (2000), pueden resumirse en las siguientes:

La comunicación escrita se efectúa a través del canal visual y permite -


mediante la lectura - una trasmisión de información mayor que la que se
produce oralmente, mientras que, la comunicación oral se trasmite,
fundamentalmente, por el canal auditivo.
El receptor de un texto oral percibe sucesivamente los sonidos que se
encadenan en palabras y oraciones. En cambio, el receptor de un texto
escrito tiene una percepción simultánea del texto como totalidad, de sus
dimensiones, y eso le permite programar el tiempo que le demandará su
lectura.
La comunicación oral es espontánea e inmediata. Esto significa que el
emisor, aunque pueda rectificar su emisión, no puede borrarla. Elabora y
emite su mensaje de manera casi simultánea al momento en que es
comprendido por el receptor. Por su parte, el receptor debe ir
comprendiendo el mensaje a medida que este es emitido.
Por el contrario, la comunicación escrita presenta la peculiaridad de ser
elaborada y diferida. El emisor puede revisar, corregir o rectificar su
mensaje antes de que llegue al receptor, y sin que este se percate de los
cambios o rectificaciones que se han realizado en la producción del
texto. A su vez, el receptor puede elegir los tiempos que se tomará para
leer el texto, puede volver a él cuantas veces quiera y puede ratificar o
rectificar la comprensión del mismo.
La comunicación oral es efímera, no solo porque el sonido es perceptible
en forma momentánea y luego desaparece, sino también porque la
memoria de los receptores y aun la de los emisores es incapaz de
recordar todo lo hablado.
La comunicación escrita, en cambio, es duradera, ya que las letras se
inscriben en soportes materiales que permanecen en el tiempo. Esta
permanencia les otorga a los textos escritos prestigio social y
credibilidad, en tanto la inscripción material representa un registro
inalterable y adquieren valor de testimonio.
La comunicación oral se apoya en gran número de códigos no verbales
como la entonación de la voz, los gestos, los movimientos corporales, la
vestimenta, etc. mientras que las comunicaciones escritas no los utilizan
y deben desarrollar recursos lingüísticos para transmitir estos
significados.
Finalmente, la comunicación oral está acompañada por los contextos
extraverbales necesarios para su comprensión: la situación
comunicativa, las características de emisor y del receptor, el momento y
lugar en que se produce, las cuales no necesitan ser explícitadas.
En cambio, los textos escritos suelen ser autónomos de los contextos
específicos en que se encuentra el autor en el momento de escribirlos y,
el lector en el momento de leerlos. Si es necesario para la comprensión
textual, los autores de textos escritos deben crear verbalmente los
contextos para que el lector pueda ubicarse.

Fuentes
Salellas Brínguez, Madelaine. Modelo pedagógico para el diagnóstico de
las habilidades comunicativas básicas. CD-ROOM Memorias del evento
nacional de Comunicación, 2010.

Cassany, Daniel (et al). Enseñar lengua. Barcelona: Editorial Graó, 1999

Cassany, Daniel. Describir el escribir. Barcelona: Editorial Graó, 2000

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