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POR PARTE DEL TRABAJADOR: Suministrar su fuerza de trabajo (Prestación del trabajo
por cuenta ajena), permanecer a órdenes del empleador (Subordinación), cumplir el contrato
o lo convenido, desempeñar las tareas para las que fue contratado, realizar una prestación
diligente del trabajo, guardar fidelidad a la empresa, observar buena conducta en su puesto
de trabajo, mantener asistencia y puntualidad, cuidado de equipos y maquinarias, entre otros.
De la relación obrero – patronal surgen derechos, que la mayoría de los tratadistas clasifican
en: beneficios sociales y derechos sociales.
Los beneficios sociales vienen a ser derechos derivados de la prestación de trabajo en una
relación laboral concreta, es decir, que el trabajador los va adquiriendo día a día con su
trabajo; representan una especie de reserva que incorpora dentro de su activo personal, ya
que implican todo aquello –expresado en valor económico- que le corresponde percibir al
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trabajador, por mandato de la ley, por convenio colectivo de trabajo, por efecto del contrato o
de la relación de trabajo.
Por su parte los derechos sociales son aquéllos cuya génesis está condicionada al
cumplimiento de cierto tipo de circunstancias. Entre los derechos sociales tenemos: el
sueldo, las vacaciones, el aguinaldo, las primas, el bono de antigüedad, las horas extras, el
pago de domingos y feriados, entre otros.
Por razones didácticas vamos a iniciar el estudio de estos conceptos comenzando con
los denominados derechos sociales que se van creando a lo largo de la relación laboral.
Este derecho social en sus orígenes era considerado como una bonificación o
gratificación de Navidad. Sin embargo, actualmente es reconocido como un derecho
adquirido de los trabajadores y una obligación de los empleadores, es decir, no es una
liberalidad, ya que su pago no es opcional sino obligatorio por ser un sueldo complementario.
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2.2. DEL SUELDO O REMUNERACIÓN
Aparentemente, en nuestro país estas vacaciones son pagadas por el simple hecho de
que el trabajador continúa percibiendo su remuneración o salario a pesar de no realizar
ninguna labor; sin embargo, esto no es así, ya que una verdadera vacación pagada
significaría que el empleador conceda a su trabajador un plus económico al margen del
sueldo o salario para que pueda realmente descansar en algún lugar o centro vacacional
como ocurre en algunas empresas del exterior en las que las vacaciones son realmente
pagadas.
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derecho a percibir la compensación de la vacación en dinero por duodécimas, en
proporción a los meses trabajados dentro del último periodo.
Ej.
La única forma de participación que existe en nuestra legislación está constituida por
la prima anual, que consiste en el pago anual de un mes de sueldo o salario a los
trabajadores de aquéllas empresas que hubieran obtenido utilidades al finalizar la gestión.
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Aquellos trabajadores que no hayan completado la gestión (1 año) se les pagará la
prima por duodécimas tomando en cuenta el tiempo trabajado en el año
correspondiente, siempre que exceda de 3 meses.
No son acreedores a la prima aquellos trabajadores que hayan sido retirados con
causal justificada de despido.
Los beneficios sociales representan un derecho creditorio del trabajador, por el cual
éste puede exigir al empleador el pago de estos conceptos como consecuencia de la
extinción de la relación laboral, es decir, son exigibles a la conclusión del contrato de trabajo.
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Ahora bien, para calcular la indemnización se toma como base el promedio del sueldo
de los 3 últimos meses percibidos.
La parte que omite este pre – aviso, se hace pasible al pago a favor de la otra parte
del periodo de tiempo señalado. Este pago por falta de pre – aviso se denomina desahucio.
La institución del pre – aviso tiene por objeto que una de las partes ponga en
conocimiento de la otra su deseo de disolver o extinguir el contrato o relación de trabajo,
protegiéndose así de violentas interrupciones. También tiene la función de atenuar, en lo
posible, la desocupación o cesantía repentina del trabajador. Asimismo, permite que el
empleador pueda tener la alternativa de buscar un reemplazante para el puesto dejado por el
ex – trabajador. De esta manera, podemos colegir que la reciprocidad constituye la esencia
misma del preaviso, ya que constituye una obligación tanto del empleador como del
trabajador. Así, por una parte, el trabajador se halla protegido de alguna manera de quedar
inesperadamente sin empleo y por otra parte se protege la facultad del empleador de
reordenar su actividad empresarial.
En cuanto a la forma en que se debe dar el preaviso, existe un vacío jurídico; sin
embargo, lo recomendable es que sea por escrito.