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Tiene tres lados, que están cubiertos con motivos grabados, que representan a
una divinidad o ser sobrenatural con rasgos humanos mezclados con los de
animales. Es la mayor de las esculturas o monolitos conservados de la cultura
chavín; otros son la Estela Raimondi, el Obelisco Tello y la Estela de Yauya.
La etnia huari, que habitó el valle de Chavín de Huántar unos 1500 años
después de la caída de cultura chavín, continuó adorando a esta y otras wankas
en el interior de las ruinas del templo hasta inicios del siglo XVII. Los huari lo
consideraban su deidad mayor, el dios Huari, relacionado con la agricultura y
el agua. Según sus narraciones, fue un gigante del subsuelo materializado en la
wanka.
Descubrimiento
La primera mención sobre esta escultura aparece en la obra del sabio italiano
Antonio Raimondi, que a mediados del siglo XIX visitó el Templo o Castillo
de Chavín. El estudioso peruano José Toribio Polo, que en 1871 visitó el
santuario, lo bautizó con el nombre de “Lanzón”, término que actualmente es
considerado incorrecto ya que en realidad se trata de una huanca (en quechua
ancashino: wanka)2 o piedra sagrada, que según una interpretación simula la
forma de un colmillo. Fue el explorador alemán Ernst Wilhelm Middendorf
quien recogió el nombre de huanca cuando visitó el templo en 1883:
“El pilar que soporta el techo, llamado La Huanca por los indios, tiene forma
de prisma irregular. Está cubierto por dibujos de líneas onduladas, grabadas en
la piedra, que rematan en cabezas de serpientes, cuyo conjunto forma un
grotesco rostro humano. El canto romo que sobresale hacia adelante, forma la
nariz, debajo de la cual, en los dos anchos planos laterales, está grabada la
boca abierta mostrando los incisivos y los grandes y puntiagudos colmillos. La
parte inferior del pilar tiene tres planos, los dos anteriores son anchos y
estrecho el posterior; la parte superior en forma de cuello tiene cuatro lados y
en éstos se observan también grabados de dientes con grandes colmillos. El
dibujo adjunto, efectuado a la incierta luz de velas de sebo, trata de ilustrar de
alguna manera la descripción que acabamos de ofrecer”.
Cronología
Según John Rowe, esta escultura pertenece a los inicios del desarrollo Chavín
y a la primera fase de la construcción del Templo (el llamado “Templo
Viejo”), hacia 1100-900 a. C.
Los miembros de la etnia huari, grupo étnico preinca, que se desarrolló unos
1500 años después que la cultura chavín, adoraban esta y otras huancas en las
galerías de Chavín, todas bajo el nombre de Huari, asociándolas con la
agricultura y el agua. Los huari, describieron a su deidad como un gigante del
subsuelo.
“un templo muy grande del dicho Huari, que era come un adoratorio de los
indios todo debajo de tierra con unos callejones, y laberintos muy dilatados
hechos de piedras muy grandes y muy labradas, donde hallo’ tres idolos que
los quemó y hizo pedaços y enterró, lo qual le defcubriò vn Indio viejo, que
era facerdote del dicho Huari, que lo adoraua por medio de los dichos idolos,
al qual adiuidaua fi auia de aparecer las cofas perdidas, llamando, y inuocando
el dicho Huari, con el pacto fobredicho, y ofreciendole vnos granos de maiz
negro y coca mafcada, y luego fe le aparecia una arana al canto del fogon,
donde quemaua los dichos granos de maiz, y coca mafcada, para que aquel
humo fueffe ofrecido al dicho Huari, y por la dicha arana adiuinaua las
cofas”6.
Descripción
Interpretación
Kauffmann considera que la divinidad representada en el “Lanzón” es en el
fondo la misma que muestra la Estela Raimondi, aunque a diferencia de esta
no lleva báculos o cetros, ni plumaje estilizado. Pero considera que el brazo
levantado del dios podría aludir a la condición “voladora” del mismo.