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El aporte

de la cadena de soja
a la economía
argentina
Luciano Cohan
Licenciado y Magister (TP) en
Economía de la Universidad de
Buenos Aires, donde también se
desempeña como docente en el
curso Dinero, Crédito y Bancos.
Investigador asociado del Área de
Desarrollo Económico de CIPPEC.
Se desempeñó como Asistente de
Investigación de la Brookings
Institution y del Banco Interamericano
de Desarrollo (BID). Previamente
fue asistente de investigación
en el Banco Mundial -
Development Research Group
(DECRG), como consultor externo
de la Comisión de Estudios para
América latina y Caribe (CEPAL Argentina)
y como analista
financiero y de riesgo en la firma
Inverban del Grupo Techint.
Asimismo, realizó tareas de
investigación en el Instituto de
Estudios Económicos de la Bolsa
de Cereales y en la Universidad
Nacional General Sarmiento.
Expositor regular en congresos
nacionales e internacionales,
cuenta con publicaciones en
seminarios y revistas, incluido el
primer premio en la primera edición
del Concurso Red Pyme Mercosur
Junior.
El aporte
de la cadena de soja
a la economía
argentina

Luciano Cohan
Cohan, Luciano
El aporte de la cadena de soja a la economía argentina. - 1a ed. -
Tigre : el autor, 2012.
104 p. ; 22x16 cm.

ISBN 978-987-33-3027-8

1. Economía Agraria. I. Título


CDD 338.1

Fecha de catalogación: 04/12/2012

© 2012

Diseño de tapa y armado: Fernando Marcos Jiménez

ISBN: 978-987-33-3027-8
Impreso en la Argentina por La Imprenta Wingord S.A.
www.wingord.com
Hecho el depósito que establece la ley 11.723

Prohibida su reproducción total o parcial, incluyendo fotocopia, sin la autorización


expresa del autor.

Diciembre 2012
Agradecimientos

A
gradecemos especialmente a Gabriel Zelpo por la asistencia en
la búsqueda y procesamiento de datos y al Instituto de Estudios
Económicos de la Bolsa de Cereales por su colaboración en la
construcción del modelo de cadena de valor de la soja. Asimismo, se agra-
decen los valiosos comentarios de Luis Zubizarreta y María Marta Rebizo.
Lo aquí expuesto representa las opiniones del autor.
Índice

PRÓLOGO................................................................................................................ 7

Resumen Ejecutivo........................................................................................ 11

Introducción.................................................................................................... 17

Parte 1: cambios productivos y tecnológicos........................... 23

a) Contexto internacional: El crecimiento global del mercado de soja


y el cambio en los precios relativos................................................................. 24
b) Contexto Argentino de mediano plazo. Crecimiento y penetración de la soja. 31
c) Cambio estructural y la consolidación del nuevo paquete tecnológico........... 38
d) La industrialización de los granos: El surgimiento de la industria
de crushing y biocombustibles......................................................................... 47

Parte 2: 10 años de valor agregado en la cadena


de valor de soja.............................................................................................. 65

a) Introducción..................................................................................................... 65
b) Los límites de la cadena de Soja – Valor Bruto de Producción........................ 66
c) El valor agregado por la cadena de Soja.......................................................... 74
d) El aporte fiscal de la cadena de soja................................................................. 78
e) Escenarios de simulación. El potencial de crecimiento de la cadena
de valor de soja..................................................................................................... 81

Conclusión......................................................................................................... 91

Bibliografía...................................................................................................... 95

Apéndice metodológico:

Criterios de valuación y elaboración de las matrices insumo producto...................... 99


Prólogo

Desafíos para el desarrollo agroindustrial

Bernardo Kosacoff
Profesor UBA, UTDT y UNQ

E
n un contexto donde cotidianamente se suceden transformaciones de
enorme impacto sobre las tecnologías, las prácticas productivas y los
métodos organizacionales dominantes en el escenario competitivo
global, Argentina se enfrenta a desafíos y oportunidades. En este proceso el
nuevo sector agroindustrial argentino tiene un papel relevante. En el agro, a
diferencia del pasado reciente, el país cuenta con desarrollos tecnológicos de
punta, una base organizacional destacada -en red- y un tramado empresarial
sólido. Pero, a su vez, como toda actividad dinámica, enfrenta la necesidad
tanto de no descuidar sus bases futuras de competitividad, como de ampliar
las actividades hacia ámbitos donde se genere mayor valor. Cada vez más,
la competitividad del agro depende menos de los recursos naturales y
más de la tecnología y de la organización. Todo lleva a pensar que las
ventajas “naturales” sobre las que se asienta la competitividad del sector
son crecientemente menos “naturales” y más desarrolladas por la mano del
hombre. Pensar a futuro es, en este caso, construir ventajas competitivas a
partir de las ventajas naturales.
Es notoria la creciente relevancia asignada a las redes de conocimiento
en el desarrollo de ventajas competitivas dinámicas. En los últimos años,
a la vez que se consolidó un nuevo paradigma intensivo en información y
conocimiento, avanzó la discusión sobre la competitividad de los agentes
que actúan de manera interrelacionada, por oposición a la de quienes lo
hacen en forma individual. En ese sentido, se confirma la complejidad que
supone el desarrollo de estas redes, en parte debido al carácter cada vez
menos público del conocimiento y del proceso de aprendizaje que llevan

7
Luciano Cohan

a cabo los agentes. Las nuevas redes se caracterizan por una importante
circulación de información y saberes específicos, no sólo entre quienes
las integran sino, fundamentalmente, con firmas e instituciones que no
pertenecen a ellas. El agro argentino constituye un excelente punto de partida
que aúna forma de organización, innovaciones y dinamismo productivo; se
torna necesario ampliarlo a la agroindustria, integrarlo más profundamente
con el resto de las actividades e insertarlo en etapas más complejas de las
cadenas de valor globales.
De cara al futuro - que comienza hoy - nuestro país se replantea su
modelo de desarrollo y, como parte de ello, su reinserción en el escenario
internacional. Hace más de un siglo, el país se insertaba al mundo a
través del aprovisionamiento de granos y carnes, en un contexto global
donde despuntaba la revolución industrial fordista; hoy lo hace en un
contexto tendiente a la globalización donde tanto la biotecnología como la
microelectrónica abren un nuevo y promisorio panorama para las actividades
relacionadas con los recursos naturales. No sólo el crecimiento y la creciente
urbanización de sociedades masivas -China, India y otos países- impulsan
una mayor demanda por alimentos, sino también, y de forma creciente, las
matrices energéticas de base renovable y el uso de seres vivos como bio-
fábricas llevan a pensar que estas actividades tienen un alto potencial de
desarrollo futuro. Después de décadas, una porción significativa de nuestro
comercio exterior vuelve a asentarse sobre demandas mundiales dinámicas.
Para ello, la economía argentina enfrenta un conjunto de desafíos para
retomar un sendero de progreso económico con un crecimiento sostenido y
una distribución más equitativa de sus frutos. Pensar en un país integrado
territorialmente, con oportunidades de progreso a lo largo del territorio, con
dinámicas evolutivas virtuosas en las que los diferentes actores productivos
se articulen positivamente para ser más competitivos y avanzar en el
mundo, es posible. Pensar en un país más cohesionado y equilibrado, con
menor desigualdad y un futuro promisorio hoy depende, principalmente,
de nosotros mismos.

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El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

El presente documento de Luciano Cohan sobre ‘El aporte de la


cadena de soja a la economía argentina. 2000-2010” es un aporte muy
relevante para entender la creciente participación de esta actividad en la
estructura económica y en las exportaciones del país. En su primera parte,
se plantea inicialmente una breve revisión de los cambios en el marco
internacional de la soja, como marco contextual a la descripción de los
profundos cambios productivos y tecnológicos generados en la Argentina
en las últimas cuatro décadas. Estas transformaciones se han caracterizado
por un notable dinamismo productivo, asociado a una modificación
radical en la organización industrial y la consolidación de un innovativo
paquete tecnológico. La conformación de una “red” productiva, con
nuevos y múltiples agentes económicos, caracterizados por una creciente
división del trabajo y la creación de conocimiento, van más allá de las
actividades primarias desarrollando fuertes eslabonamientos industriales,
que recientemente incluyen a los biocombustibles.

En su segunda parte, Luciano Cohan realiza un aporte muy significativo


en una detallada y rigurosa reconstrucción de las cuentas de producción
sectoriales de los distintos eslabones que componen la cadena de la soja
(producción primaria, proveedores y contratistas, logística, industria). Esta
cuantificación se fundamenta en una recopilación crítica de las innumerables
fuentes de información cuantitativa disponibles y la consulta a un gran
número de referentes sectoriales, que les brindaron información específica
para las estimaciones puntuales. Esta base cuantitativa le permite al autor,
armar un marco consistente y muy detallado general del cual se derivan
un número amplio de indicadores sobre valor agregado, valor bruto de
producción, recaudación impositiva, distribución interna de cada variable,
entre otros, que es la base para la realización de amplios ejercicios de
simulación, de gran utilidad para evaluar los impactos macroeconómicos,
fiscales, del mercado de trabajo y el sector externo de la economía.

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Luciano Cohan

Esta especie de tablero de control es un instrumento de suma utilidad para


realizar modelos alternativos de simulación sobre el cual plantear distintos
ejercicios de producción, precios, tecnología, empleo, exportaciones,
territoriales, de impactos fiscales y de difusión de externalidades, entre otros
indicadores. Estos ejercicios cuantitativos son de múltiple utilidad para los
trabajos analíticos, la definición de bases de negocios y la implementación
de políticas económicas. En suma, este documento se constituye en un
primer paso muy relevante para profundizar un programa de investigación
que puede ser un aporte original y relevante para entender las cadenas
de valor agroindustriales y su impacto en las fuentes de crecimiento de la
economía argentina.

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Resumen Ejecutivo

L
a historia de las últimas cuatro décadas en la actividad agroindustrial
argentina fue de crecimiento exponencial. Es imposible entender
este el crecimiento sin tener en consideración los importantes cam-
bios cualitativos, que transformaron su estructura, su patrón tecnológico y
su forma de organización. En el corazón de esta transformación cuantita-
tiva y cualitativa se encuentra la cadena de valor de la soja. El objetivo de
este trabajo es dar cuenta del aporte de esta cadena, poniendo énfasis en
las transformaciones tecnoproductivas, en su contribución a la creación de
riqueza nacional y en su potencial hacia el futuro.

Parte 1
A partir de lo analizado en el capítulo previo pueden destacarse algunos
de los hechos más relevantes del desarrollo sectorial de la última década:

• Desde principios de los setenta la producción global de soja se


multiplicó por cinco, hasta representar en 2010/11, el 12% del total
sembrado con cultivos extensivos.
• La soja es hoy una de las principales fuentes de proteína de alta cali-
dad y bajo costo. La producción global de soja alcanza para satisfacer
hasta el 57% del requerimiento proteico mínimo global.
• En la última década los granos, aceites y grasas recuperaron su poder
de compra de la década del ochenta tanto por factores fundamentales
como financieros.
• La soja encontró en Argentina, desde fines de los sesenta terreno
fértil para su desarrollo hasta alcanzar hoy alrededor del 60% del las
hectáreas sembradas y producción de cereales y oleaginosos.

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Luciano Cohan

• La producción nacional experimentó en la última década un proceso


de desconcentración desde las zonas de producción agrícolas tradi-
cionales.
• Argentina logró convertirse en uno de los principales actores en los
mercados globales de soja y derivados. Su participación creció de
15% del total en el año 1995 a un máximo de 28% en el año 2007.
• El nuevo modelo productivo se caracteriza que la desintegración
vertical de la producción conformando una organización en forma de
red, donde surgen nuevos actores y nuevas relaciones contractuales
entre ellos.
• Asimismo, la reorganización de su estructura, dio origen a la con-
solidación de un nuevo paquete tecnológico con tres ejes centrales:
la siembra directa, la soja de segunda y los cultivos genéticamente
modificados,
• Entre las campañas 2003/04 y 2007/08, todo el crecimiento en la
siembra de soja se realiza en producción de segunda. Desde 2008/09
se observa una pronunciada caída de 3.0 millones de hectáreas de
soja de segunda, y un salto de la soja de primera de 4.7 millones de
hectáreas. La verdadera “sojización del campo”, en la cual el cultivo
sustituyó a otras producciones, se produjo recién a partir de 2008, y
no antes.
• Argentina, junto con Uruguay y Paraguay y con casi el 100% de la
soja sembrada genéticamente modificada, se ubica como el país de
mayor difusión de este tipo de cultivos a nivel global, donde se calcula
que algo menos del 80% de la soja sembrada es OGM.
• En los últimos veinte años, la industria de molienda de oleaginosas
adquirió una dinámica y desarrollo que lo ubica entre los mayores
polos de crushing a nivel mundial, con tecnología y escala en la
frontera internacional.

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El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

• Argentina es el único país entre los grandes productores de soja que


logró sostener sus ratios de industrialización local de la producción.
• El régimen de importación temporaria permitió, durante algo más
de una década, abastecer de insumos adicionales al polo oleaginoso
de Rosario, hasta alcanzar en 2008 los 2,8 millones de toneladas, o
9,1% de la molienda de soja total.
• La producción de biocombustible experimentó un crecimiento explo-
sivo. Partiendo de 180 mil toneladas en el año 2007, la producción
se multiplicó por diez en cuatro año, para alcanzar en 2010 una pro-
ducción estimada de 1,8 Mtons.

Parte 2
A partir de la construcción de un modelo de la cadena de valor de soja,
algunos de los resultados más relevantes son:

• En su conjunto, la cadena pasó de facturar, luego de excluir las com-


pras intra cadena, un total de U$S 4,7 MM en la campaña 2000/01
a U$D22,4 MM hacia la campaña 2009/10, lo cual representa un
incremento de 380% en la facturación global
• El principal motor de la cadena fue el efecto cantidades, que explica
en su conjunto hasta el 70% de la variación total en la facturación.
El 30% restante es explicado por la variación de los precios.
• El valor agregado por la cadena de la soja durante las últimas diez
campañas fue, en promedio de U$D 9,9 MM anuales, equivale al 4.7%
del Producto Bruto Interno (PBI) durante el periodo. En la última
campaña este valor ascendió a U$D 19,3 MM o 5,8% del PBI

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Luciano Cohan

• Al comparar la relación entre el Valor Agregado y el Valor Bruto de


Producción se observa como, por cada peso de facturación, la cadena
agrega U$D 0,52, cifra similar al valor que se observa para la econo-
mía en su conjunto de U$D 0,53 por cada peso vendido
• Se estima que la recaudación de la cadena valor de la soja se incre-
mentó al cabo de las últimas 10 campañas en un 830%, desde los
U$D 890 millones tributados en la campaña 2000/2001 a los $ 9,2
MM de la última campaña estimada.
• Su peso en la recaudación del Sector Público no Financiero paso de
1,6% en la campaña 2000/01, al 8,4% en la última campaña, con un
promedio de 7,3% durante todo el periodo de la posconvertibilidad.
• El peso de las retenciones pasó de ser un 5% del total tributado por
la cadena hacia fines de la convertibilidad a un máximo del 74% en
la campaña 2008/2009, con un promedio de 61% en toda la década.
• La carga tributaria sobre la cadena era de 25% del Valor Agregado
en la campaña 2000/01, 3% por arriba del promedio nacional. Diez
años más tarde alcanzaría el 48%, 15 puntos porcentuales por arriba
del promedio nacional. En su punto máximo, en la campaña 2008/09,
la presión tributaria alcanzó un 56% del valor agregado, 22pp por
arriba del promedio nacional.
• Con el objeto de estimar el potencial de mediano plazo de la cadena,
se simuló el impacto de incrementar en 10% el área sembrada; 10%
los rindes de producción; elevar la molienda al 100% de la producción
local, más un 10% de importación temporaria; y, destinar el 50% de
la producción de aceite a biodiesel. En dicho escenario, la producción
global de la cadena se incrementa un 31% (11,1 Mtons), a lo cual se
le adicionan 6,3 Mtons de soja importada, lo cual arroja una oferta
de grano total de 70 Mtons.

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El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

• Por su parte, el valor agregado en la cadena se incrementa en U$D 6.0


MM o 31% del valor del escenario base, suba que equivale al 1.9%
del PBI nacional.

15
Luciano Cohan

16
Introducción

L
a historia de las últimas cuatro décadas en la actividad agroindus-
trial argentina son de cambio y transformación. Tras casi medio
siglo de relativo estancamiento productivo, se daría inicio, a me-
diados de la década del setenta, a un proceso de crecimiento continuo en
la producción que aún no ha dado señales de detenerse. En los últimos
cuarenta años, la producción global casi se cuadruplicaría pasando de 25
millones de toneladas en la campaña 1969/70 a las 93 millones de 2009/10.
Viendo a la cadena agroindustrial en su conjunto, es difícil no impresionar-
se con el desempeño de un sector que ha sabido tener la virtud y la fortuna
de combinar el periodo de crecimiento más elevado desde hace un siglo
con el mejor contexto internacional en décadas.
Sin embargo, es imposible entender el crecimiento cuantitativo que ex-
perimentó el sector sin dar cuenta de los importantes cambios cualitativos,
que transformaron su estructura, su patrón tecnológico y su forma de or-
ganización. Desde el surgimiento de nuevos sectores como resultado de
la mayor división del trabajo, pasando por la aplicación de nuevas tecno-
logías o de nuevas formas de comercialización, la agroindustria argentina
presenta hoy características que la diferencian ya no de lo que era hace
cuarenta años, sino de lo que era hace tan solo una década.
En el corazón de esta transformación cuantitativa y cualitativa se en-
cuentra la cadena de valor de la soja que, de ocupar un puesto marginal
hace cuarenta años, ha crecido hasta convertirse en la cadena individual de
mayor envergadura del país. El objetivo de este trabajo es dar cuenta del
aporte de esta cadena, poniendo énfasis en las transformaciones tecnopro-
ductivas que caracterizaron al sector, en su contribución a la creación de
riqueza nacional y, finalmente, en su potencial hacia el futuro.
La aplicación de técnicas novedosas amplió la frontera productiva y
cerró la brecha tecnológica que separaba al agro argentino de los países

17
Luciano Cohan

desarrollados, para ubicarlo nuevamente en la vanguardia mundial. Por


ello, en la primer sección, se buscará identificar, de manera estilizada, los
principales hechos que caracterizan a la estructura productiva en la actua-
lidad, así como los principales hitos de la historia reciente que permitieron
la consolidación de una trama sensiblemente más desarrollada que la de
hace cuatro décadas.
Asimismo, la nueva estructura productiva obliga a repensar cuestiones
básicas como los límites cada vez más difusos entre aquello que pertene-
ce al campo y aquello que no. La visión tradicional de la agricultura y la
industria como sectores independientes ha sido reemplazada, paulatina-
mente, por visiones según las cuales las transformaciones recientes en el
agro a nivel mundial, sus patrones de adopción tecnológica, sus formas
contractuales y de comercialización, etc. han adquirido características de
corte nítidamente industrial (FAO, 1997). Con el crecimiento en importan-
cia de sectores no estrictamente primarios, como las redes de contratistas,
las industrias proveedoras de insumos o la transformación industrial de los
granos, las formas convencionales de medir el aporte de la agroindustria se
vuelven obsoletas.
Para el caso de la agroindustria argentina, existe un conjunto de trabajos
que han buscado resolver los problemas de medición que surgen al utilizar
las herramientas convencionales como las Cuentas Nacionales. En trabajos
recientes como Bisang, y Sztulwark (2006), Llach y otros (2004), Porto y
Nogués (2007), Porto y Piffano (2007) o Lodola y otros (2010) se aplica-
ron diversas metodologías que, con la idea subyacente de trama o cadena
productiva que incorporan un conjunto heterogéneo e interrelacionado de
sectores, realizaron estimaciones de la generación de riqueza, empleo o los
aportes tributarios de la agroindustria argentina.
En la segunda sección del documento se presentarán los resultados de
un modelo de cadena de valor de soja que, con una metodología propia
(que sigue las líneas de Cohan y Costa (2009a, 2009b), busca sumarse
a esta literatura. El modelo construido busca explícitamente capturar las
interrelaciones entre los diversos eslabones de la cadena agroindustrial,

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El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

con reestimaciones de las cuentas de producción de un total de diecisiete


eslabones individuales.
El modelo de cadena de valor de la soja incluye, en los eslabones pre-
vios a la producción primaria, a los insumos directos, es decir a los provee-
dores de semillas, fertilizantes, agroquímicos y servicios de asesoramiento
profesional y contratistas de labranzas y cosechas. Hacia adelante en la
cadena, se incluyo la primera transformación industrial del grano hacia
aceite y harinas y la producción de biocombustibles y dos industrias vin-
culadas a estas últimas: la producción de hexano y de metanol. Adicional-
mente, fue incluido un porcentaje de la producción de carne porcina y aviar
en función de su consumo estimado de soja.
A partir de allí, se presentarán estimaciones del valor bruto de produc-
ción de la cadena de soja, del aporte de cada eslabón, la desagregación
entre efectos precio y cantidad, cálculos del valor agregado y del aporte
fiscal de la cadena, entre otros varios resultados.
En términos agregados, el valor agregado (VA) por la cadena de valor
de la soja durante las últimas diez campañas fue, en promedio de U$D 9,9
MM anuales, equivale al 4,7% del Producto Bruto Interno (PBI) durante el
periodo. En la última campaña este valor ascendió a U$D 19,3 MM o 5,8%
del PBI. En su conjunto, la cadena paso de facturar, luego de netear las
compras intra cadena, un total de U$S 4,7 mil millones (MM) en la primera
campaña a U$D 22,4 MM hacia el final del ejercicio, lo cual representa un
incremento de 380% en la facturación global (Gráfico 1).
Finalmente, hacia el final de la parte 2, se cambia el enfoque histórico
hacia uno prospectivo. Utilizando la herramienta construida se realizaron
simulaciones de escenarios que arrojan algo de luz sobre una pregunta
estratégica para el desarrollo futuro de la economía argentina. Para ello, se
presentan los resultados de cinco simulaciones de escenarios.

19
Luciano Cohan

Gráfico 1: Evolución del Valor Agregado por la Cadena de Soja


Como % del PBI (izq.) y Millones de U$D (der.)

Como % del PBI Millones de USD


14% 25

12%
20

Miles de millones de U$D


10%
Porcentaje del PBI

15
8%

6%
10

4%
5
2%

0% 0
2000/01

2001/02

2002/03

2003/04

2004/05

2005/06

2006/07

2007/08

2008/09

2009/10
Fuente: Estimación propia a partir de Modelo de Cadena de Valor de la Soja

En la primera de ellas, se incrementa el área de producción un 10%


distribuido homogéneamente entre todas las regiones del país. En la segun-
da simulación el incremento del 10% es realizado sobre el rinde. Si bien
la producción se incrementa en un porcentaje equivalente al anterior, se
observará como la distribución interna del crecimiento del valor agregado
no es igual. En la tercera simulación, se tomará un porcentaje de molienda
sobre la producción de soja del 100%, agregando adicionalmente un 10%
de producción de soja importada. En una cuarta simulación se incrementa la
producción de biocombustibles hasta representar el 50% del total de aceites.
Se asume que todo el adicional es exportado.
En el quinto escenario, en el caso más ambicioso se simula un incre-
mento del 10% en el área sembrada; 10% en los rindes, con un uso cons-
tante de insumos, 100% de molienda de la producción local, más un 10%
de importación temporaria y se destina el 50% de la producción de aceite
a biodiesel (Gráfico 2).

20
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

En este caso, la producción global de la cadena se incrementa en un


21%, y 11,1 Mtons, a lo cual se le adicionan 6,3 Mtons de soja importada,
lo cual arroja una oferta de grano total de 70 Mtons que son destinadas casi
en su totalidad a lo molienda oleaginosa, luego de netear 1,6 Mtons reque-
ridas como semilla para la producción de las 20 millones de hectáreas.

Gráfico 2: Variación del Valor Agregado por sector en el quinto escenario


Millones de U$D

Insumos Agríciolas Producción Primaria


Logísca Molienda y Biocombusbles
Industrias Conexas y otros derivados Derechos de Exportación
$26,000

$25,000

$1,709
$24,000

+U$D 5.9 MM $51

$23,000
$1,561

$22,000
$374

$21,000
$1,871
Escenario Base
Campaña 2009/2010
$20,000

$351
$19,327 $19,327
$19,000
Antes Despues

Fuente: Estimación propia a partir de Modelo de Cadena de Valor de la Soja

En su conjunto, las exportaciones adicionales incrementarían los in-


gresos por ventas externas en U$D 8,2 MM (39%) del valor del escenario
base. Asimismo, la recaudación de impuestos se incrementaría de manera
sensible, con una suba de U$D 1,7 MM en concepto de derechos de expor-
tación y de U$D 1,0 por otros impuestos (U$D 570 millones de impuestos
a las ganancias). Por su parte, el valor agregado en la cadena se incremen-
taría en U$D 5,9 MM (32%) en relación al escenario base, suba que equi-
valdría al 1,9% del PBI nacional de 2010.

21
Luciano Cohan

Finalmente, se presentarán las principales conclusiones del trabajo, las


cuales intentarán dar respuesta a los interrogantes ¿Cuál es el potencial de
crecimiento de la cadena de soja? y ¿Cuál es el aporte que la cadena puede
realizar a futuro?

22
Parte 1: cambios productivos y tecnológicos

Introducción

D
urante las últimas cuatro décadas, la economía argentina vio cre-
cer, desde un nivel prácticamente insignificante a fines de la dé-
cada del sesenta, a una dinámica y aún en desarrollo cadena de
valor de la soja. El surgimiento de la soja y los eslabones vinculados en
su cadena productiva, reconfiguraron de manera radical la estructura de la
agroindustria nacional.
Los cambios incluyen el pasaje de una estructura con fuerte integración
vertical a una producción organizada en forma de red, el cambio en las
tecnologías de producto y proceso, la mayor división del trabajo y el sur-
gimiento de múltiples actores y de industrias vinculadas, la profesionaliza-
ción de la actividad, la relocalización productiva, todo esto en un contexto
internacional cambiante.
En la presente sección se buscará pasar revista de estas transforma-
ciones. Para ello, en primer lugar se describirá el contexto internacional
en el cual el crecimiento argentino tuvo lugar, destacando el rol que
jugó la soja y sus derivados en el siglo XX y la dinámica reciente en los
precios relativos. En segundo lugar, se fijará el eje en los cambios que
experimentó la estructura de producción primaria, con una descripción
del crecimiento cuantitativo, de su penetración en los mercados inter-
nacionales, su relocalización productiva, los cambios en las prácticas
comerciales (como las inducidas por el surgimiento del silobolsa) y el
surgimiento de un nuevo paquete tecnológico que combina la siembra
directa, la soja de segunda y los cultivos genéticamente modificados.
Finalmente se describirá el surgimiento y crecimiento de dos nuevas
industrias, la de crushing oleaginoso y la de biocombustibles, con foco
en su crecimiento reciente, en sus características tecnológicas y, en el
23
Luciano Cohan

primer caso, en consolidación como polo regional de crushing de soja


importada.

a) Contexto internacional: El crecimiento global del mercado de


soja y el cambio en los precios relativos

La historia conocida de la soja en el mundo es casi tan antigua como


la del hombre. Los primeros registros escritos encontrados con referencia
a la soja datan del siglo XIX A.C mientras que los primeros indicios de
producción estable se remontan a algún momento entre el siglo XVII y XI
A.C. Durante casi tres milenios, la soja sería introducida desde China hacia
otros países de Asía como Japón, Indonesia, Filipinas, Vietnam, Tailandia,
entre otros. Sin embargo, no sería hasta el siglo XX cuando la soja experi-
mentaría su verdadera explosión productiva, con la llegada de la oleagino-
sa a los Estados Unidos.
El desarrollo acelerado del cultivo de soja en los Estados Unidos co-
menzaría en la década de 1920. En 1931 superaría por primera vez la pro-
ducción de Japón, en 1934 la de Korea y en 1941 la de China (entonces
Manchuria). La segunda guerra mundial consolidaría a Estados Unidos
como el principal proveedor de la oleaginosa a nivel mundial. Desde en-
tonces, y hasta mediados de la década del setenta, la participación de los
EE.UU. en la producción y en el comercio global crecería de manera ex-
ponencial hasta convertirlo, a principios de la década del sesenta, en el
país que produciría casi tres de cada cuatro toneladas de producción en el
mundo. La soja fue así el cultivo de mayor crecimiento durante todo el si-
glo XX. En un plazo de tan sólo 30 años, entre 1949 y 1979, la producción
global se multiplicaría por ocho, a razón de 23,3% anual.

24
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

Gráfico 3: Hectáreas de Cereales y Oleaginosas sembradas en el mundo


1986/87 = 100
225

200

175

150
Promedio 86/87= 100

125

100

75

50

25

0
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
Soja Colza Girasol Otros culvos
Fuente: Elaboración propia a partir de USDA

A comienzos de la década del 70 sucederían una serie de eventos inter-


nacionales que modificarían los mercados globales de soja (Schnepf et al.
2001). El sostenido aumento de la demanda mundial por la mayor pobla-
ción e ingresos, en combinación con una sucesión de shocks climáticos que
redujeron la producción y los stocks globales, en el marco de la crisis del
petróleo, llevaron los precios internacionales a valores históricamente altos
en la mayoría de productos alimenticios básicos.
La crisis comenzó con el fracaso de las capturas de anchoveta peruana en
1972, que indujo una abrupta caída en la producción global de harina de pes-
cado, importante fuente de proteínas de buena calidad, en un contexto inter-
nacional con un muy precario abastecimiento de alimentos ricos en proteínas. 
Esa misma campaña, la producción de los Estados Unidos fue duramente
dañada por condiciones climáticas adversas, lo cual redujo aún más la oferta
global. El precio de la soja alcanzaría un máximo de U$D 393 por tonelada
en junio de 1973, parcialmente compensado por la devaluación del dólar del

25
Luciano Cohan

mismo año. La respuesta del gobierno de los EE.UU. complicó aún más el
panorama de los mercados. Con el objeto de reducir el impacto local de la
suba de precios, el país cerró las exportaciones de la oleaginosa, reduciendo
los precios internos pero incrementando los internacionales. El embargo a
la exportación fue levantado al poco tiempo. Sin embargo, ello generaría un
impacto negativo permanente sobre la confiabilidad del país como proveedor
de alimentos mundiales, en particular en Japón que dependía crucialmente
de sus importaciones para el abastecimiento local.
En este contexto, la soja encontraría terreno fértil (en sentido literal y
figurado) en Sudamérica, dando origen a una nueva revolución en la produc-
ción. Comenzando de una producción prácticamente nula a comienzos de
la década, el crecimiento de la producción en Argentina y Brasil llevaría en
1975 a Latinoamérica a sobrepasar a Asia como la segunda región de mayor
producción en el mundo, por detrás de los Estados Unidos. Desde principios
de los setenta hasta nuestros días, la producción global se multiplicó por cin-
co, con un incremento del 272% en el total de hectáreas sembradas con soja,
llegando a representar en la campaña 2010/11 el 12% del total sembrado con
cultivos extensivos a nivel mundial.
El crecimiento de la producción del grano como fuente de proteína fue
complementado también por un mercado muy dinámico de aceites. En-
tre 1955 y 1981, la producción global de aceites y grasas comestibles e in-
dustriales aumentó un 132% de 25,5 millones de toneladas (de aquí en más
Mtons) a 59,2 Mtons, con un incremento per cápita de 7kg a 13,1kg. La
producción de aceite de soja, destinada en un 95% a la alimentación huma-
na, fue el principal motor durante ese periodo, con una suba de 548% desde
2,1 Mtons a 13,6 Mtons1. Con ellos, el aceite de soja paso a ser el 22,5% del
mercado global de aceites y grasas en relación al 9,2% que representaba en
1955. Desde entonces, la producción global de aceites y grasas crecería, im-
pulsada tanto por la demanda de consumo humano como por la producción
de biocombustibles, hasta 142 Mtons en 2011, 30% del cual es explicado por
el aceite de soja.
1 History of Soybeans and Soyfoods: 1100 B.C. to the 1980s - William Shurtleff and Akiko Aoyagi

26
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

La soja es hoy una de las principales fuentes de proteína de alta calidad


y bajo costo. Las 262 Mtons de soja producidas en la campaña 2010/11 a
nivel global equivale a 37,8 kilos de producción por cada uno de los 6.930
millones de habitantes del planeta, un 65% per cápita más que hace trein-
ta años. Sabiendo que el contenido proteico de la soja es de alrededor de
36%, la producción de soja aporta 13.600 gramos por habitante por año, o
37,3 gramos por día. Teniendo en cuenta que, según FAO, el requerimiento
diario de proteínas promedio es de 65 gramos por habitantes, la producción
de soja, suponiendo que no es reconvertida a proteína animal, alcanza para
satisfacer el 57% del requerimiento proteico global.
Paradójicamente, el sostenido crecimiento en la producción de harinas
y aceites no fue acompañado por una caída en sus precios. Tras un periodo
de casi dos décadas de precios por debajo de su media histórica, en la últi-
ma década los granos, aceites y grasas recuperaron su poder de compra de
principios de la década del ochenta. Si bien los valores actuales se ubican
por debajo de los máximos observados durante la crisis del petróleo, cuan-
do alcanzaron valores entre un 75% (aceites y grasas) y un 115% (granos)
más altos que los actuales, las cifras de la última década se encuentran muy
por arriba de las de las dos décadas previas (Gráfico 4).
Gráfico 4: Evolución del precio de commodities agrícolas
Índice a dólares constantes - 2000= 100
Grasas y Aceites Granos

430

380
Indice de precios constantes

330

280

230

180

130

80
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010

Fuente: Elaboración propia a partir de World Bank Commodity Price Data

27
Luciano Cohan

Los mercados de materias primas se caracterizan por su elevada vo-


latilidad. Sin embargo, son varios los factores que explican este cambio
en los precios relativos a favor de los commodities agrícolas que llevan
a creer que posiblemente nos encontremos no en el marco de un proceso
transitorio sino uno de características más permanentes. Las explicacio-
nes se encuentran tanto en el campo de los factores “Fundamentales”, es
decir aquellos asociados a la relación entre la oferta y demanda reales de
los commodities, y factores especulativos, donde los precios oscilan como
resultado de su vinculación con los mercados financieros internacionales.
En primer lugar, el crecimiento global de las últimas dos décadas es-
tuvo principalmente impulsado por economías emergentes. El punto de
quiebre se observa a comienzo de los noventa. Tomando como referencia
el primer año de esa década se observa que en las dos décadas anteriores,
y con un crecimiento mundial promedio de 3,8% por año, el mundo desa-
rrollado creció a razón de 3,5% anual, mientras el mundo en desarrollo lo
hacía al 4,7%. A partir de ese año, y durante los veinte años siguientes, con
un crecimiento global similar (3,6%), la diferencia entre los dos grupos se
amplió notoriamente. Mientras los desarrollados crecían un 2,4% prome-
dio, el mundo en desarrollo lo hacía al 5,8%.
Esta diferencia en el crecimiento no es neutral en su impacto sobre
el precio de los commodities. Los países más pobres se caracterizan por
una mayor propensión a destinar sus mayores ingresos al consumo de
alimentos. El crecimiento de los países de menores ingresos está a, su
vez, asociado a un cambio en la composición de los hábitos alimentarios
hacia un consumo de mayor contenido de proteína animal de mayor ca-
lidad. Esto genera que, por cada punto de crecimiento, haya una mayor
presión sobre la demanda de commodities que con el crecimiento en los
países desarrollados.

28
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

Grafico 5: 40 años de crecimiento global


Variación interanual del PBI regional
10%

8%

Crecimiento anual PBI % 6%

4%

2%

0%

-2%

-4%
1969

1974

1979

1984

1989

1994

1999

2004

2009
Paises desarrollados Paises en desarrollo Mundo

Fuente: Elaboración propia a partir de Fondo Monetario Internacional

En segundo lugar, el mercado de commodities agrícolas, y en particular


el de aceites, vio surgir en las últimas décadas una nueva y sostenida fuente
de demanda. El elevado precio del petróleo y los crecientes requisitos ener-
géticos dieron impulso al desarrollo de la industria de biocombustibles. La
demanda generada por los biocombustibles fue particularmente intensa en
la última década. En el caso de los aceites el panorama es similar. Menos
del 3% de la producción global de aceites tenía como destino la industria
en la década del setenta, cifra que ascendió a cerca del 10% a mediados de
los noventa y al 23% a durante la primera década del siglo XXI.
La combinación de los dos factores previamente mencionados llevó a
que, aún en un contexto de fuerte crecimiento en la producción global, la
demanda ejerciera una presión históricamente elevada sobre la capacidad
productiva. La relación entre el consumo global y los stocks alcanzaría, para
muchos de los cultivos, los menores registros en las últimas dos décadas.
Finalmente, un tercer factor que puede explicar el cambio en los precios
relativos es la fuerte transformación y profundización de los mercados finan-

29
Luciano Cohan

cieros de commodities, observada inicialmente en los mercados de petróleo


y metales para luego ser extendida a los mercados de commodities agrícolas.

Gráfico 6: Demanda industrial de aceites


Porcentaje de la producción global de aceite destinada a la industria
25%

20%
% producción destinado industria

15%

10%

5%

0%
1971

1976

1981

1986

1991

1996

2001

2006

2011
Fuente: Elaboración propia a partir de USDA

En tan solo diez años desde 1995 se cuadriplicó la participación de los


mercados de futuros en el New York Mercantile Exchange (NYMEX), mien-
tras la proporción de los contratos de los agentes no comerciales sobre los
comerciales ascendió de 9% al 16%. En un plazo de menos de una década, el
porcentaje de la producción global transada en mercados de futuros se dupli-
có o hasta quintuplicó según el mercado. Mientras que en 1997 el 3%, 5% y
15% de los mercados de trigo, maíz y soja, respectivamente, eran negociados
en los mercados de futuros, en 2007 ascenderían al 12%, 23% y 30%, respec-
tivamente. En el marco de una década marcada por un dólar débil, tasas bajas
y elevado apetito por riesgo, los mercados financieros agrícolas vieron llegar
masivamente a inversores no tradicionales, que se convirtieron durante la
década en los actores más dinámicos de los mercados.
La combinación de cantidades crecientes con precios en alza dio im-
pulso a un crecimiento exponencial de los mercados globales de la oleagi-
nosa. En tan solo 15 años, entre 1993 y 2008, el mercado mundial de soja
y derivados creció desde U$D 12 mil millones a U$S 62 mil millones, es
30
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

decir un crecimiento del 515%, equivalente al 12.9% promedio anual. Al


interior del mercado de soja, el más dinámico fue el del aceite de soja, que
en el mismo periodo vio multiplicar por casi nueve (+777%) su cotización
agregada inicial de U$D 1,4 mil millones hasta los U$D 12,3 mil millones
en 2008 (para luego descender a U$D 7,4 mil millones durante la crisis
internacional). En segundo lugar, el mercado de granos incrementó su va-
luación un 533% desde U$D 6,0 mil millones a U$D 38.6. Finalmente, el
mercado de la harina “tan solo” quintuplicó su valuación inicial de U$D
4,5 MM a U$D 21,5 MM (Gráfico 7).

Gráfico 7: Exportaciones mundiales de soja y derivados


Millones de U$D

80 1000

70 900

800
60
700
Miles de Millones de USD

50

1993 = 100
600
40
500
30
400
20
300

10 200

0 100
1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

Total (Izq) Harina (der) Grano (der) Aceite (der)

Fuente: Elaboración propia en base a UN-Comtrade

b) Contexto Argentino de mediano plazo. Crecimiento y penetración


de la soja.

Las primeras experiencias de producción extensiva de soja en Argentina


sucedieron a fines de los años sesenta cuando, aunando esfuerzos públicos
y privados, se lograron los primeros ensayos exitosos, principalmente en

31
Luciano Cohan

la provincia de Misiones. A comienzos de los setenta, en el marco de la


crisis del petróleo, de una profunda crisis productiva norteamericana y
de la “crisis de la anchoveta peruana”, fuente tradicional de proteína, se
produciría una sensible suba de los precios internacionales de la olea-
ginosa que actuaría de incentivo para su difusión en el país. Asimismo,
durante la Ronda Dillon del GATT (1960-62) se acordó que Europa
reduciría los aranceles a la importación de las oleaginosas, hasta enton-
ces fuertemente protegida. En ese contexto, se pondrían en marcha una
serie de programas de promoción del cultivo de soja (cuyo exponente
más conocido es el Ingeniero Armando Palau) que encontrarían terreno
fértil en la región pampeana. Habiendo tenido una producción de tan
sólo 30 mil toneladas en 1968/69, en la campaña 1976/77 se alcanzaría
por primera vez el millón de toneladas.
Desde entonces, comenzaría una tendencia expansiva en la
producción y en el crecimiento de las hectáreas sembradas que no se
detendría hasta el día de hoy. En 1989, cuando termina lo que puede
considerarse la segunda fase de crecimiento acelerado, la producción
alcanzaba los 5,1 millones de toneladas, con un crecimiento interanual
acumulado de 12,8% durante los 12 años anteriores.
Tras un periodo de crecimiento moderado de siete campañas (del
0.4% por año entre 1988/89 y 1996/97), en 1996/97, en coincidencia con
la liberación de la semilla de soja genéticamente modificada, se inicia un
nuevo periodo de crecimiento acelerado, aún no interrumpido, que llevaría
la producción de soja total a 52 Mtons en la campaña 2009/10, mostrando
un crecimiento promedio de 13% en las últimas 13 campañas.

32
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

Gráfico 8: Producción nacional de soja


Millones de hectáreas

20

18

16

14
Millones de hectáreas

12

10

0
1969
1971
1973
1975
1977
1979
1981
1983
1985
1987
1989
1991
1993
1995
1997
1999
2001
2003
2005
2007
2009
Fuente: Elaboración propia a partir de Ministerio de Agricultura

Respecto del crecimiento de área, a 10 años de su llegada a la Argentina


ya cubría el 10% del total de hectáreas sembradas con cultivos extensivos,
cifra que crecería hasta el 25% hacia fines de los ‘80s. Tras casi una década
de participación estancada, la llegada de la soja RR daría impulso nueva-
mente a un crecimiento del área que, en la última campaña, alcanzaba al
60% del total sembrado.
El crecimiento de las hectáreas sembradas no fue homogéneo en el
tiempo ni en la geografía nacional. Tras una primera y fugaz etapa en la
que las provincias mesopotámicas llegaron a representar el 52% del total
sembrado (campaña 1969/70) comienza una década en la que la produc-
ción estaría fuertemente concentrada en la provincia de Santa Fe donde,
entre 1970/71 y 1980/81, se sembraría en promedio el 57% de la produc-
ción nacional. Durante ese periodo se consolidaría también la producción
en las provincias de Buenos Aires y Córdoba, que pasarían de cifras mar-
ginales a 22% y 24% respectivamente. Los ratios se estabilizarían, durante
el primer lustro de la década del noventa, en 44% en Santa Fe, 26% en
Córdoba, 21% en Buenos Aires y 9% en el resto del país.
33
Luciano Cohan

Gráfico 9: Participación de la soja en la producción de cereales y oleaginosos


Como % de total sembrado y producido
70%

60%

50%
% sobre el total sembrado

40%

30%

20%

10%

0%
1969
1971
1973
1975
1977
1979
1981
1983
1985
1987
1989
1991
1993
1995
1997
1999
2001
2003
2005
2007
2009
Sobre el total de Has. Sembradas Sobre el total de Tons producidas

Fuente: Elaboración propia a partir de Ministerio de Agricultura

Con la llegada de la soja genéticamente modificada en la campaña


1995/96 comenzaría un nuevo proceso de relocalización geográfica. La
provincia de Santa Fe caería en importancia para llegar a representar el
20% del total sembrado en la última campaña registrada. El mayor incre-
mento durante el periodo se registró en la provincia de Buenos Aires, cuya
participación se incrementó 11% para llegar a 32% en la campaña 2009/10
(6 puntos porcentualesde esos 11% se registraron en la última campaña
por razones que serán analizadas más adelante). La región del NOA, por
su parte, experimentó también un fuerte crecimiento en las hectáreas sem-
bradas, hasta cubrir el 13% del total sembrado en la última campaña. Las
provincias mesopotámicas, finalmente (y en particular Entre Ríos), por su
parte, tuvieron un incremento de 6% en su participación, hasta llegar al 8%
del total.

34
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

Gráfico 10: Relocalización de la producción de soja


Participación de la soja en el total sembrado por departamento

1989/90 2009/10

0 - 10%
10 - 20%
20 - 30%
30 - 40%
40 - 50%
50 - 60%
60 - 70%
70 - 80%
80 - 90%
90 - 100%

Fuente: Elaboración propia a partir de Ministerio de Agricultura

En su conjunto, la producción nacional experimentó en la última


década un proceso de desconcentración desde las zonas de producción
agrícolas tradicionales. La distancia promedio al puerto más cercano ha
crecido sistemáticamente desde mediados de los setenta, acelerándose en
la última década. Si a principios de los ochenta la producción se realizaba,
en promedio a 80 kilómetros del puerto más cercano hoy esa distancia ha
crecido casi un 40% hasta 112 kilómetros.
Gráfico 11: Distancia media al puerto de la producción de soja
En kilómetros promedio al puerto más cercano

320

300

280
Kms

260

240

220

200
1969/70

1971/72

1973/74

1975/76

1977/78

1979/80

1981/82

1983/84

1985/86

1987/88

1989/90

1991/92

1993/94

1995/96

2003/04

2005/06

2007/08

2009/10
1997/98

1999/00

2001/02

Fuente: Elaboración propia a partir de Ministerio de Agricultura

35
Luciano Cohan

El crecimiento en las hectáreas sembradas con soja surge de la combi-


nación de tres factores: la intensificación del uso de la tierra con la difusión
de la soja de segunda, la sustitución de otras producciones agropecuarias
en el uso de la tierra y la incorporación de nuevas tierras a la producción
agrícola, en una proporción no fácilmente identificable por la escases de
información confiable. Sobre el posible impacto ambiental de este último
fenómeno Cap & Trigo (2006) explican que, aun cuando pueden identifi-
carse impactos ambientales positivos por el nuevo paquete tecnológico…
(…) eso no significa desconocer los peligros implícitos, en términos de
pérdida de nutrientes, que siguen estando presentes como resultado de los
bajos niveles relativos de fertilización que se dan en la Argentina, o de dete-
rioro de los ecosistemas más frágiles en las nuevas áreas del NEA y NOA que
han ido siendo incorporadas a la producción de soja hacia el final de este pe-
ríodo. En este último caso, la realidad es que se dispone de poca información
objetiva que permita hacer un análisis de cuáles pueden ser los impactos del
proceso. Independientemente de esto, hay que resaltar que si bien la soja es
un componente central del proceso actual de “agriculturización”, este pro-
ceso empezó bastante antes de que la soja hiciera irrupción en el escenario
agrícola de la Argentina y que buena parte de las áreas que hoy se cultivan
con soja ya estaban dedicadas a la agricultura con anterioridad. Por otra
parte, las preocupaciones que frecuentemente se expresan acerca de cómo
esta expansión está amenazando la biodiversidad y los servicios ambientales
que prestan algunos ecosistemas particulares, como pueden ser el de las
Yungas, parecerían estar un tanto exageradas, ya que los sistemas en trans-
formación están restringidos a los sectores de selva pedemontana en tierra
plana, mientras que las selvas pedemontanas y montanas sobre pendiente,
donde se ubica la mayoría de la biodiversidad y que proporcionan el grueso
de los servicios ecológicos de las Yungas (cientos de miles de ha), no están
amenazados por la expansión agrícola (ver Grau, Gasparri y Aide, 2005).
En las otras áreas “nuevas” de expansión, como podrían ser las del norte de
Córdoba y otras en el Chaco y Norte de Santa Fe, los procesos de cambio en
el uso del suelo también parecerían obedecer a fuentes múltiples, y ya esta-

36
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

ban en marcha con anterioridad a la aparición de la soja (Zak y Cabido,


2005; Paruelo y Oesterheld, 2004). Entre las más importantes se mencionan
los cambios en el régimen de lluvias, que permitieron hacer agricultura en
áreas donde antes no se podía.
El crecimiento en la producción de Argentina permitió al país convertir-
se en uno de los principales actores en los mercados globales de soja y deri-
vados. Su participación creció de 15% en el total exportado a nivel mundial
en el año 1995 a un máximo de 28% en el año 2007. La mayor penetración
se observa en el mercado de aceites de soja donde de un 27% del mercado
total se ascendió a un máximo de 51% en 2007, lo cual posiciona al país
como el mayor exportador global de este aceite. Similar fue el crecimiento
en el mercado de harina de soja, donde pasó del 18% a 37% en 2007.
Argentino juega, en cambio, un rol menor en el mercado de soja expor-
tada en forma de grano, lo cual da cuenta del creciente rol de la industriali-
zación doméstica de la oleaginosa. En en 1995, Argentina cubría el 7% de
las exportaciones globales y en 2007 el 14%. De esta manera, Argentina
se ubica en tercer lugar como proveedor de grano de soja en el mercado
mundial, por debajo de EE.UU. (que tiene el 44% del total) y de Brasil
(con un 29 % del mercado).
Gráfico 12: Participación argentina en el mercado global
Exportaciones argentinas como % del total exportado
60%

50%
% del total de U$D exportados

40%

30%

20%

10%

0%
1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

Harina Grano Aceite Total

Fuente: Elaboración propia a partir de UN-Comtrade

37
Luciano Cohan

c) C ambio estructural y la consolidación del nuevo paquete

tecnológico

La revolución productiva de los últimos 40 años, descripta en el aparta-


do anterior, fue acompañada por una transformación en la estructura pro-
ductiva, en las formas de organización y en la tecnología aplicada. Bisang
(2006) describe esta transformación como un pasaje desde “el productor
individual a las redes de producción”.
Esquemáticamente, describe al modelo productivo prevaleciente hasta
fines de los sesenta como uno caracterizado por la integración vertical de
la producción. La producción agrícola tenía como eje articulador la pose-
sión o alquiler de la tierra, sobre lo cual se organizaban los otros factores
productivos. Contaba por un lado, con tareas de laboreo realizadas en un
alto porcentaje con bienes de capital propio (con la excepción de las tareas
de cosecha) y autofinanciamiento, y bajo acceso a los mercados financie-
ros. Por otro lado, un modelo tecnológicamente cerrado con semilla pro-
pia, bajo uso de fertilizantes y agroquímicos, baja profesionalización en la
administración de la producción y con un conocimiento de la capacidad
productiva de la tierra y del paquete tecnológico optimo muy concentrado
en el propio productor.
El nuevo modelo productivo, en cambio, se caracteriza por la desinte-
gración vertical de la producción, conformando una organización en for-
ma de red, donde surgen nuevos actores y nuevas relaciones contractuales
entre ellos. La posesión de la tierra pierde el rol central que tenía en el
esquema anterior, con actividades que son realizadas, de manera crecien-
te, por actores no vinculados directamente con la tierra. Así, por ejemplo
se difunde la tercerización de actividades de labranza, fertilización, fumi-
gación o cosecha hacia redes de subcontratistas. Se desarrolla la red de
proveedores de insumos (semillas, fertilización, agroquímicos) de escaso
dinamismo en el esquema anterior. Surgen también los centros de servicios
para asesoramiento profesional y entes públicos y privados (AACREA,
AAPRESID, etc) para la difusión tecnológica. Asimismo, crecen instru-
mentos de financiación no tradicionales como el pago anticipado por parte

38
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

de los compradores –exportadores o agroindustria -, los fideicomisos, los


pooles de siembra o el propio crédito bancario que separa la administración
de la fuente de financiamiento.
En este nuevo esquema productivo, la diversidad de actores por la es-
pecialización y mayor división del trabajo, y las interrelaciones entre ellos,
generan el marco para la consolidación de una aceitada estructura de ge-
neración y difusión tecnológica. En términos de generación tecnológica se
destaca el rol que jugaron los proveedores de semillas, que muchas veces
originarios de la industria química, complementaron sus actividades con
las de fitomejoradores y proveedores de insumos complementarios (Bisang
2006). Asimismo, jugó un rol activo en la generación de tecnología local
la industria de maquinaria agrícola, los institutos de educación formales
(universidades) y los centros de investigación públicos y privados (INTA,
AACREA, etc). Desde el lado de la difusión de la tecnología se destacan
las actividades de los centros de servicios proveedores de insumos, de las
redes de subcontratistas, de las flamantes organizaciones gremiales por ca-
dena (ASAGIR, ACSOJA, ARGENTRIGO, MAIZAR) y de los entes de
difusión públicos y privados.
Adicionalmente, un importante papel en este crecimiento debe asignár-
sele al cambio en las condiciones del mercado. Con una incipiente indus-
tria que competía por la generación de materia prima con el sector expor-
tador, el productor se garantizaba una paridad de venta más cercana a los
precios internacionales y una colocación segura en cantidad y tiempo de
los excedentes de producción, diversificando los destinos y riesgos.
Si hay un indicador que permite resumir esta transformación tecnológi-
ca (que excede a la cadena de soja para incluir a toda la estructura agroin-
dustria) es el del rinde por hectárea. En los cuarenta años anteriores a 1970,
el rinde de trigo, maíz y girasol creció un promedio anual de 0,5%, 0,6%
y 0,2% respectivamente. En los cuarenta años siguientes lo haría a 2,0%,
2,6% y 2,3% creciendo la producción por hectárea en un 100%, 208% y
170% respectivamente. En el caso de la soja no se cuenta con registros pre-
vios a ese año. Sin embargo, en las cuarenta campañas que lo separan de la

39
Luciano Cohan

actualidad su rinde creció un 226%. Este incremento, sin embargo, esconde


una suba aún mayor de la productividad agrícola, por el crecimiento de la
soja de segunda que, con un menor rinde, reduce el promedio nacional.
La transformación tecnológica del agro argentino, impulsada por la
reorganización de su estructura, dio origen a la consolidación de un nuevo
paquete tecnológico. Este nuevo paquete, que acercó nuevamente al país
a la frontera tecnológica mundial, consta de tres ejes centrales: la siem-
bra directa, la soja de segunda y los cultivos genéticamente modificados,
que fueron a su vez acompañados por nuevas tecnologías complementarias
como los cambios en el uso de pesticidas y fertilizantes, en las técnicas de
comercialización y almacenamiento, en los mecanismos de financiamien-
to y, más recientemente, en la aplicación de la “agricultura de precisión”
(Satorre 2005).
Gráfico 13: Evolución del rinde por hectárea
Panel A: Media móvil 5 campañas - 1969-1970 = 100

Trigo Maiz Girasol

350

300
Media movil 5 campañas 1969-70 = 100

250

200

150

100

50

0
1913/14
1916/17

1922/23

1931/32

1937/38

1946/47

1952/53
1955/56

1961/62

1967/68
1970/71

1976/77

1982/83
1985/86

1991/92

2000/01
1919/20

1925/26
1928/29

1934/35

1940/41
1943/44

1949/50

1958/59

1964/65

1973/74

1979/80

1988/89

1994/95
1997/98

2003/04

40
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

Panel B: Rinde promedio por hectárea


Total País Santa Fe

3.5

2.5
Ton / hectarea

1.5

0.5

0
1969

1972
1973
1974

1977
1978
1979

1982
1983
1984

1987
1988
1989

1992
1993
1994

1997
1998
1999

2003
2004

2008
2009
1970
1971

1975
1976

1980
1981

1985
1986

1990
1991

1995
1996

2000
2001
2002

2005
2006
2007
Fuente: Elaboración propia a partir Ministerio de Agricultura

Las técnicas de labranza comenzaron a ser modificadas a partir de la dé-


cada del ochenta con la incorporación del arado de cincel (en reemplazo del
arado de discos y de reja y vertedera) con el fin de mantener suelos cubiertos
con residuos para disminuir la erosión del viento y el agua. Hacia fin de la
década del ochenta, sin embargo, comenzaría a utilizarse la siembra directa.
La siembra directa, o siembra conservacionista, es una técnica de siembra
que no requiere arado previo de la tierra sino que se deposita la semilla (y
fertilizantes y agroquímicos) sobre un pequeño agujero que es luego tapado
sin mayor daño de la porción más fértil de la tierra.
Las ventajas de la siembra directa son múltiples, tanto a nivel ecológico
como económico. La siembra directa, por un lado, contribuye a reducir la
erosión hídrica y eólica y a conservar el agua en el suelo, que no se evapora
al ser protegida por una cobertura de residuos, lo cual también mejora la
eficiencia en el uso de fertilizantes. En segundo lugar, el menor requisito
de “pasadas” de labranzas reduce el uso en combustibles (lo cual mejora
la ecuación económica y baja la emisión de gases que producen el efecto
invernadero) e implica una menor cantidad de días destinados a las tareas

41
Luciano Cohan

presiembra. Esta liberación de días “improductivos” fue clave, como se


describirá en breve, para la difusión de los cultivos de segunda implantación.
La difusión de la siembra directa sería apuntalada por el proceso de re-
novación de maquinarias durante la década del noventa. Hubo, durante el
primer lustro de la década del noventa, un gran dinamismo en la adquisición
de sembradoras de siembra directa, tractores de alta potencia y equipos de
fumigación, entre otros (Bisang 2008). Varias son las razones que explican
este proceso: la apertura comercial y la fortaleza del peso que abarató el
costo de los bienes de capital importado, las mejores perspectivas de renta-
bilidad por la eliminación de impuestos específicos sobre el agro, el mayor
acceso al financiamiento con abundante oferta de crédito, los planes canje
con financiamiento de mediano y largo plazo implementados por la industria
aceitera y un largo periodo previo de desinversión, entre otros.
Los primeros ensayos de siembra directa, sin mucho éxito, se registraron a
comienzos de los sesenta y setenta, en el marco de programas públicos y priva-
dos de ensayos agrícolas (en particular desde el INTA). El impulso definitivo
se produciría, sin embargo, en el año 1989, con la fundación de la organización
sin fines de lucro Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aa-
presid).  La siembra directa superaría el millón de hectáreas por primera vez en
la campaña 1993/94, cuando era prácticamente inexistente a mediados de los
ochenta. Actualmente, se la aplica a unas 25 millones de hectáreas impulsadas
principalmente por el cultivo de la soja, donde hoy nueve de cada diez hectáreas
utilizan esta técnica de siembra. Esto ubica al país como el de mayor difusión
de esta tecnología. Argentina ostentaba, en 2006/07, el 22% de las hectáreas
con siembra directa en el mundo, con tan solo el 3,2% del total de hectáreas
sembradas. En Brasil y Estados Unidos, los otros dos grandes productores
mundiales de soja, el porcentaje de soja sembrado con siembra asciende a 58%
y 28% respectivamente, muy por debajo de los registros locales.
La difusión de la siembra directa, y los menores requisitos de labranzas,
generaron un marco propicio para la introducción de los cultivos de segunda,
es decir de la doble implantación en una misma campaña, principalmente
de trigo/soja de segunda.

42
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

Grafico 14: Utilización de la siembra directa en Argentina y el mundo


Como % del total de soja sembrado

100% 100%

90% 90%

% sobre total hectáreas sembradas de soja


80% 80%

% del total de culvos extensivos


70% 70%

60% 60%

50% 50%

40% 40%

30% 30%

20% 20%

10% 10%

0% 0%

Paraguay
Australia

Brasil
Argenna
1986/87

1988/89

1990/91

1992/93

1994/95

1996/97

1998/99

2000/01

2002/03

2004/05

2006/07

2008/09

Canadá
% 100%

% 90%

% 80%
% del total de culvos extensivos

% 70%

% 60%

% 50%

% 40%

% 30%

% 20%

% 10%

% 0%
Paraguay
Australia

EE.UU.
Brasil

Kazajstán
Argenna
1986/87

1988/89

1990/91

1992/93

1994/95

1996/97

1998/99

2000/01

2002/03

2004/05

2006/07

2008/09

Canadá

China

Fuente: AAPRESID Y FAO - Nota: el dato global corresponde a las campañas 2007 a 2010,
según disponibilidad de datos

El crecimiento de la soja de segunda tuvo tres etapas claramente definidas


en los últimos tres años. En una primera etapa, coincidente con los inicios
de la siembra directa, la soja crece de valores marginales hasta alcanzar
los 2,2 millones de hectáreas en 1995/96. En su punto máximo, la soja de
segunda llegó a representar el 38% del total de hectáreas sembradas con

43
Luciano Cohan

soja. Desde ese año, cuando comienza la siembra de semillas genéticamente


modificadas, el grueso de la incorporación de soja sería de soja de primera
hasta la campaña 2002/03, con una soja de segunda estable entre los 2 y los
2,5 millones de hectárea.
La siguiente etapa, que comprende cinco campañas entre la 2003/04 y
2007/08, tiene la particularidad de que todo el crecimiento en la siembra
de soja se realiza en producción de segunda. Es decir, estrictamente no es
crecimiento que sustituye a otros cultivos sino crecimiento que lo comple-
menta, particularmente al trigo. No se observa tampoco desplazamientos en
otros cultivos relevantes como el maíz, que tuvo en la campaña 2006/07 una
siembra de 4,2 millones de hectáreas, el mayor área de los últimos treintai-
cinco años, o en girasol, donde las 2,6 millones de hectáreas de la campaña
se mantuvieron relativamente estables con el paso de las décadas. En la
última campaña la producción de soja de segunda alcanzó las 5 millones de
hectáreas. De esta manera, y considerando que la siembra total del país en
esa campaña fue de 33 millones de hectáreas, puede afirmarse que la soja
de segunda permitió un corrimiento de la frontera agrícola de un 18% con
una tecnología intensiva (es decir, no extensiva).
Grafico 15: Hectáreas sembrada de trigo, maíz, soja y girasol
Millones de hectáreas
Trigo Girasol Maíz

8.00

7.00

6.00
Millones de hectáreas

5.00

4.00

3.00

2.00

1.00

0.00
1969

1971

1973

1975

1977

1979

1981

1983

1985

1987

1989

1991

1993

1995

1997

1999

2001

2003

2005

2007

Fuente: Elaboración propia a partir Ministerio de Agricultura

44
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

Esta segunda etapa tiene su quiebre en la campaña 2008/09, año de la


sequia y de la crisis del campo. En esa campaña y la siguiente, y como
resultado de la creciente prima de riesgo que mostraron las producciones
agropecuarias que compiten con la soja por el uso de la tierra, se observa
una pronunciada caída de 3.0 millones de hectáreas de soja de segunda, y un
salto de la soja de primera de 4.7 millones de hectáreas. Durante este periodo,
marcado por la crisis del trigo y de la ganadería, la soja fue vista como un
cultivo de menor riesgo económico y político al cual se volcó gran parte de
la producción del sector. Es decir, estrictamente, la verdadera “sojización
del campo”, en la cual el cultivo sustituyó a otras producciones, se produjo
recién a partir de 2008, y no antes.

Gráfico 16: Crecimiento del área sembrada y penetración de la soja de segunda


Millones de hectáreas y % del Total
18 40%

16 35%

% sobre el total de soja sembrado


14
30%
Millones de hectáreas

12
25%
10
20%
8
15%
6
10%
4

2 5%

0 0%
2000/01

2002/03

2004/05

2006/07
1972/73

1974/75

1976/77

1978/79

1980/81

1982/83

1984/85

1986/87

1988/89

1990/91

1992/93

1994/95

1996/97

1998/99

2008/09

Soja 1° (eje izquierdo) Soja 2° (eje izquierdo) % del Total (eje derecho)
Fuente: Elaboración propia a partir Ministerio de Agricultura

La tercera tecnología que compone el nuevo paquete tecnológico es la


de los organismos genéticamente modificados (OGMs). Tras su liberación
en el mercado en el año 1996, fue rápidamente adoptada por la producción,
principalmente en el caso de la soja RR. En este caso, a partir del proceso de
transgénesis, la semilla de soja fue dotada de resistente al herbicida glifosato,
lo cual permite eliminar fácilmente la competencia de las malezas, mejorando

45
Luciano Cohan

los rindes de producción, y reduciendo el uso de paquetes de herbicidas, lo


cual permitió una caída de los costos de producción del orden de los U$D
20 por hectárea (Cap & Trigo 2006).
El paquete de herbicidas implicó también una mejora desde el punto de
vista ambiental. El mayor uso de glifosato, herbicida caracterizado por su baja
toxicidad y por la ausencia de efectos residuales, permitió la reducción de la
aplicación de otros herbicidas de mayor impacto ambiental. Así, por ejemplo,
se observa una caída en los usos de atrazina, de elevada toxicidad y acción
residual. De acuerdo a Cap y Trigo (2006), el cambio tecnológico hacia soja
resistente al glifosato permite una caída del 83% en el uso de herbicidas de
toxicidad clase II y del 100% en herbicidas clase III según la clasificación de
la Organización Mundial de la Salud2. Asimismo, el uso de un único herbicida,
en combinación con la siembra directa, reduce la necesidad de aplicaciones
y, a partir de allí, de consumo de combustible, con la consecuente reducción
de emisión de gases que producen el efecto invernadero.

Gráfico 17: Penetración de la soja OGM en el mundo


% del total de soja sembrado

100%

90%

80%

70%

60%
% del total sembrado

50%

40%

30%

20%

10%

0%
Paraguay
Uruguay

Brazil

Mexico (1)
Canada
South Africa

Romania
Bolivia
USA
Worldwide

Argenna

1997/9 2007/8 2009

Fuente: FAO

2 Donde una categoría menor implica una mayor toxicidad, siendo el glifosato de categoria IV. La fuente original es
Qaim y Traxler (2002).

46
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

En el país, el ritmo de adopción de la soja resistente al glifosato fue mar-


cadamente acelerado. Tan solo dos años luego de su aprobación en 1996,
la soja genéticamente modificada representaba el 57% del total sembrado
con soja, cifra que alcanzaría prácticamente la totalidad de la siembra en la
campaña 2002/03. Esto ubica a la Argentina, junto con Uruguay y Paraguay,
como el país de mayor difusión de cultivos de este tipo a nivel global, donde
se calcula que algo menos del 80% de la soja sembrada es OGM.

d) La industrialización de los granos: El surgimiento de la industria


de crushing y biocombustibles

El desarrollo reciente de la industria de crushing oleaginoso


La industria aceitera argentina tiene una larga tradición en Argentina,
surgiendo hacia fines del siglo XIX, con un periodo de fuerte desarrollo
entre las décadas del 30 y 60. Ya a comienzos de la década del ochenta, la
molienda de girasol, soja, lino y maní representaba el 0,4% del PBI y casi
el 2% del producto bruto manufacturero, con una ocupación directa de
alrededor de 8.700 personas (Obschatko 1997).
Fue en los últimos veinte años, sin embargo, cuando la industria de
molienda de oleaginosas adquirió una dinámica y desarrollo que lo ubi-
ca entre los mayores polos de crushing a nivel mundial, de la mano del
crecimiento de la producción de soja. Tomando como base el año 1993,
la molienda creció un 350% en 15 años, en el marco de una industria que
crecería, durante el mismo período, un 47%. En este contexto, la industria
oleaginosa llegaría a representar, en el año 2007, el 4,5% del Producto
Bruto Industrial.

47
Luciano Cohan

Gráfico 18: Volumen físico de producción y peso de la industria oleaginosa


Industria Total y Molienda oleaginosa
1993 = 100

Oleaginosa como % del total Indutria total Industria oleaginosa

400 3.5%

350 3.0%

300 2.5%

% sobre el total industrial


250 2.0%
1993 = 100

200 1.5%

150 1.0%

100 0.5%

50 0.0%
1993

1996

1999

2001

2002

2004

2007

2010
1994

1995

1997

1998

2000

2003

2005

2006

2008

2009
Fuente: Elaboración propia a partir de CIARA-CEC, Centro de Estudios para Producción y
Dirección Nacional de Cuentas Nacionales

Gráfico 19: Capacidad teórica de molienda


Millones de toneladas y % de la capacidad utilizado

70 100%

90%
60
80%
% de la capacidad ulizada

50 70%
Millones de Toneladas

60%
40
50%
30
40%

20 30%

20%
10
10%

0 0%
1970
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010

Capacidad Produccion % ulizado

Fuente: Ciara-CEC
Nota: La capacidad surge de multiplicar el mes de máxima molienda por 12 (doce)

48
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

La molienda industrial creció aceleradamente, de la mano de la mayor


disponibilidad de materia prima o incluso precediendo su crecimiento con
periodos de capacidad ociosa, en el marco de un importante proceso de mo-
dernización tecnológica. En 2007alcanzó un máximo de casi 40 millones
de toneladas, cuando 4 década atrás sólo promediaba las 2,3 millones de
toneladas. El crecimiento en la producción de soja en relación a las otras
oleaginosas se vería reflejado también en un creciente peso en la molienda
total. Mientras que en el año 1995 El desarrollo del polo de crushing per-
mitió al país mantener el porcentaje de soja exportada en forma de grano
en el entorno del 20%/25%. Esta característica ubica al país como el único
entre los grandes productores de soja que logró sostener sus ratios de in-
dustrialización local de la producción. En el caso de los Estados Unidos, el
porcentaje de la producción molida localmente bajó de alrededor del 65% a
fines de los 80 al 50% en la campaña 2010/11, en tanto en Brasil está cayó
de valores similares a los locales en los ochenta (75%/80%) al 50% de la
actualidad.
Gráfico 20: Molienda de oleaginosas por tipo de grano
Como % del total molido
100%

90%

80%
% molienda según grano

70%

60%

50%

40%

30%

20%

10%

0%
1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010(*)

Soja Girasol Otros

Fuente: Elaboración propia a partir de Ciara-CEC

49
Luciano Cohan

Gráfico 21: Molienda local de la producción


Porcentaje de la producción molida localmente

95%
% sobre el total producido

85%

75%

65%

55%

45%

2004/05
2005/06
2006/07
2007/08
2008/09
2008/10
2010/11
1987/88
1988/89
1989/90
1990/91
1991/92
1992/93
1993/94
1994/95

1997/98
1998/99
1999/00
1995/96
1996/97

2000/01
2001/02
2002/03
2003/04
Argenna EE.UU. Brazil

Fuente: Elaboración propia a partir de USDA

El desarrollo reciente de la industria oleaginosa fue acompañado por


una renovación tecnológica. Durante la década del 70 se introduce en el
sector el sistema de extracción de aceite por solventes, que reemplaza pau-
latinamente al sistema de extracción por prensas que dominaba la industria
hasta entonces. En la actualidad, esta tecnología es utilizada casi por la
totalidad de las aceiteras, lo cual ubica al país en la frontera tecnológica
mundial, con niveles de productividad similares a los de los otros países
productores.
Durante las últimas dos décadas, a su vez, la escala de producción por
planta se incremento notablemente. El aumento en las cantidades molidas
fue acompañado por una reducción en el número de plantas, en particular
las tecnológicamente rezagadas, y un incremento en la escala promedio,
que alcanza hoy en día los 3.250 toneladas por día, en las 53 plantas ac-
tivas. Hace tan sólo 13 años, en 1997, está cifra era de 1.780 toneladas,
lo cual representa un incremento de la productividad agregado del 75%
(equivalente al 4.5% anual).
Esta cifra, sin embargo, se ve subestimada por la existencia de plantas
de baja capacidad de producción. Tomando las diez plantas activas de ma-

50
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

yor tamaño, la capacidad promedio creció desde 5.730 toneladas por día
en 1997 a las 11.650 toneladas de 2010, con un incremento acumulado de
103% (6.1% anual).
Gráfico 22: Capacidad diaria de molienda
Toneladas - por planta (izq) y total (der)

180 3500
C apacidad de molienda diaria total (Miles de Toneladas)

170 3300

160 3100

Capacidad de molienda diaria por planta


150 2900

140 2700

130 2500

120 2300

110 2100

100 1900

90 1700

80 1500
1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010
Por planta (eje derecho) Total (eje izquierdo)

Fuente: Ciara-CEC

Este desarrollo estuvo impulsado por un fuerte proceso de inversión


privada tanto en el propio sector industrial como en la infraestructura que
permitió el manejo logístico de la creciente producción. Así, por ejemplo
hasta la década del 80, los puertos públicos tardaban días en cargar barcos
y a un costo de hasta U$D 20 por tonelada, cifra que se reduciría en más
de un 50% como resultado de las millonarias inversiones portuarias (inclu-
yendo la motorización de la hidrobia) que, aun en el marco legal precario
previo a la Ley de Puertos, se realizaron durante el periodo.
Promoción industrial
Las primeras etapas del desarrollo de la industria del crushing se dieron
en un marco de protección industrial, instrumentado a partir de un esquema

51
Luciano Cohan

de derechos de exportación y reembolsos diferenciales entre los granos y


los subproductos. Durante la década del ochenta, la industria se vio bene-
ficiada con un diferencial de derechos de exportación que, en promedio, se
ubicó en un 11,3% entre precios de insumos y productos transformados.
Este diferencial, sin embargo, ha mostrado una tendencia decreciente en
el tiempo, pasando del 15,3% de 1982 al 8,3% hacia fines de la década.
Durante la década del noventa, en un marco general de apertura y des-
regulación, el diferencial continuó su tendencia decreciente para ubicarse
en el entorno del 3%-3,5% en el cual se ubica hoy en día, diferencial que
permitió compensar en parte las políticas proteccionistas implementadas
por otros países competidores.

Gráfico 23: Protección comercial efectiva sobre la industria oleaginosa


Derecho de exportación neto de reintegros y diferencial harina+aceite vs. grano
60% 35%

50% 30%

25%
40%
% Derechos de exportación

20%
30%

% Diferencial
15%
20%
10%

10%
5%

% %

-10% -5%
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010

Semilla (eje izquierdo) Aceites (eje izquierdo)


Subprod (eje izquierdo) Soja (eje derecho)

Elaboración propia a partir de Sonnet (2004) y CIARA CEC


Nota: El diferencial se define como alícuota soja - (20%*alícuota aceite + 80% alícuota harina)

El caso local de desarrollo industrial en un marco de protección moderada


y decreciente contrasta fuertemente con las últimas dos décadas en Brasil. La
industria de crushing en Brasil se desarrolló, durante la década del setenta y
ochenta, al amparo de una fuerte protección industrial. Un claro exponente de
52
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

esta protección es el “Imposto sobre Circulacao de Mercadorias e Servicos”


(ICMS), un impuesto al valor agregado sobre los movimientos de productos
entre estados subnacionales. Este impuesto, a través de diferenciales en las
alícuotas entre insumos y productos que oscilaban entre 5% y 13% (más los
diversos costos por penalidades, intereses, etc), actuaba como un incentivo
a la industrialización local al incrementar los costos de movimiento de
materia prima.
En el año 1996, en el marco del Plan Real, la “Ley 87” exceptuó del pago
del ICMS a los productos primarios y semi manufacturados destinados a
la exportación. Si bien la implementación en forma de pagos y reembolsos
implica aún algún tipo de distorsión en la cadena, el cambio en la legis-
lación afectó sensiblemente a la industria del crushing. Desde entonces, y
durante casi un lustro, la industria del crushing brasileña se estancaría, con
un ratio de crushing sobre producción que caería de casi el 90% del total
en 1995/96 a 50% a fines de la década. Desde entonces, y aunque volvería
a crecer con el cambio de siglo, la industria nunca alcanzaría el dinamismo
de los periodos previos.
Gráfico 24: Molienda oleaginosa Brasil
Millones de toneladas molidas y % de la producción de soja local
40 100%

90%
35
80%
30 % de la producción de soja
Miles de Millones de Toneladas

70%
25
60%

20 50%

40%
15
30%
10
20%
5
10%

0 0%
1993/94

1995/96

2005/06
2006/07
2007/08
2008/09
2008/10
2010/11
1987/88
1988/89
1989/90
1990/91
1991/92
1992/93

1994/95

1996/97
1997/98
1998/99
1999/00
2000/01

2003/04
2004/05
2001/02
2002/03

Millones de Toneladas (eje izquierdo) % de la produccion de soja (eje derecho)

Fuente: Elaboración propia a partir de USDA

53
Luciano Cohan

La paulatina caída en los diferenciales de exportación y reembolso del


crushing en Argentina durante los noventa, fue acompañada por la correc-
ción de otra distorsión impositiva que afectaba el desarrollo sectorial: la
limitación en el pago de impuestos al comercio exterior para la reexporta-
ción, sólo al valor agregado localmente.
El régimen de importación temporaria y reexportación para la indus-
tria en general tiene larga data, con la primera legislación al respecto del
año 1941 (Zunino & Sarli 2010). Sistemas de estas características existen
en casi todo el mundo. Así, por ejemplo, en América, 32 de los 34 países
establecieron un mecanismo de características similares. La industria olea-
ginosa pudo acceder a este beneficio en el año 1996, a partir del Decre-
to 1439/96. Desde entonces, la industria puede importar materias primas
e insumos sin pagar impuestos a la importación, para luego procesarlo y
darle valor agregado, con la obligación de exportar los bienes fabricados
pagando los impuestos de exportación tan solo por el valor agregado del
bien producido.
La industria del crushing empezó a procesar oleaginosos extranjeros
desde el año 1997, importando 750 mil toneladas cubriendo el 7% del total
molido, y 500 mil toneladas en el año siguiente. Sin embargo, desde 1999,
la importación se estancaría alrededor de 250/350 mil toneladas (1,5%
del total molido promedio), hasta el año 2004. Ese año, con el decreto
1.330/2004 se implementarían una serie de mejoras en las técnicas admi-
nistrativas que simplificarían la gestión de esta extensión. Desde ese año, y
durante casi un lustro la soja importada crecería hasta alcanzar en 2008 los
2,8 millones de toneladas (9,1% de la molienda de soja total).
Este régimen permitió abastecer de insumos adicionales al polo olea-
ginoso de Rosario, en particular a partir de la importación de Paraguay de
soja que descendía por el Rio Paraná, aunque también se registraron impor-
taciones de Bolivia, Uruguay y del sur de Brasil. Este mecanismo resulto
muy eficaz en los periodos de escaza oferta local, para poder cumplir con
compromisos de exportación de productos y utilizar mejor la capacidad
instalada, disminuyendo los costos fijos de la producción. Esto se ve be-

54
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

neficiado ya que Paraguay y el sur de Brasil dispone de la cosecha un mes


antes de la Argentina, momento en el cual se encuentra la menor cantidad
de soja local para procesar.
Sin embargo, y a pesar del éxito que registraba el sistema, en el año
2009 el gobierno emitió la resolución 109/09, excluyendo a la soja del
régimen de importación temporaria debiendo pagar ahora impuestos a la
importación del 10,5% del IVA, 5% del IVA adicional y 3% de adelanto
del impuesto a la ganancias y, con un impacto tributario aún mayor, el 32
% de impuesto a las exportación. Gracias a esto el procesamiento de olea-
ginosos del exterior cae abruptamente en el 2009 a 800 mil toneladas y a
desaparecer en el 2010. El país perdió, de esta manera, la oportunidad de
importar materia prima para su elaboración por la industrial local, con la
subsiguiente perdida en términos de empleo, generación de valor y recau-
dación de impuestos.

Gráfico 25: Importación temporaria de soja


Millones de toneladas molidas y % de la producción de soja local

10% 3,5

9%
3
8%

7% 2,5
% de molienda total

6% Millones de toneladas
2
5%
1,5
4%

3% 1
2%
0,5
1%

0% 0
1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

Toneladas soja importada % de molienda total

Fuente: elaboración propia a partir de SENASA y CIARA-CEC

55
Luciano Cohan

Nace una industria: La producción de biocombustibles.


El crecimiento en la industria de crushing fue complementado, desde
2007, con el surgimiento de una muy dinámica industria del biocombustible.
La producción de biocombustible experimentó un crecimiento explosivo.
Partiendo de 180 mil toneladas en el año 2007, se multiplicó por diez en
cuatro años, para alcanzar una producción estimada de 1,9 Mtons en 2010.
Este crecimiento de la producción se dio en el marco de un muy dinámico
proceso de inversiones, que elevaron la capacidad estimada de procesamiento
a unas 3 Mtons en 2011.
Este crecimiento permitió a Argentina consolidarse como uno de los
principales productores mundiales de biodiesel. Si en el año 2007 Argen-
tina era el 8° productor mundial con 180 mil toneladas, en 2008 y 2009
ya alcanzaría el 5° puesto con 960 y 1.255 mil toneladas respectivamente.
Un año más tarde, en 2010, Argentina alcanzó el 4to lugar a nivel mundial
con una producción de 1,8 millones de toneladas, que sería ampliamente
superada en 2011.

Gráfico 26: Evolución de la capacidad productiva local


Millones de Tonelada

3,5

2,5
Millones de Toneladas

1,5

0,5

0
2006 2007 2008 2009 2010 2011*

Fuente: CADER

56
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

La industria del biocombustible nació grande, con un 56% de la pro-


ducción realizada por grandes aceiteras que pusieron en marcha plantas de
máxima tecnología que les permitieron aprovechar las ventajas en términos
de abundancia de materia prima, capital de trabajo, acceso a puertos y corta
distancia entre plantas de aceite de soja y plantas de biodiesel. Así, como
pueden ver en el cuadro 1 el tamaño promedio de las plantas en Argentina
es más grande que el resto de los principales productores globales. La planta
promedio en Argentina es un 21% más grande que las de sus pares europeas,
un 53% más grande que las brasileras y un 133% más grande que las de los
Estados Unidos.
Cuadro 1: Comparación tamaño promedio plantas entre países

País Tamaño promedio plantas


Ton/anuales
Argenna 108.130
Union Europea 89.400
España 77.360
Brasil 70.450
EEUU 46.400

Fuente: CADER

El desarrollo de la industria de biocombustibles en Argentina presentó


algunas particularidades en relación a sus contrapartes en otros países del
mundo. A nivel global, el crecimiento de los últimos años estuvo básicamente
apuntalado por la política explicita de muchos países para diversificar la
matriz energética, que buscan reducir su dependencia de combustibles fósiles
en un contexto de elevados precios del petróleo. Para ello, muchos países
crearon demandas artificiales en los mercados internos como resultados de
requerimientos mínimos de cortes de combustible.
En Argentina, en cambio, el desarrollo desde el 2007 no contó con incentivos
de este tipo. El mercado externo fue el principal demandante del biocombustible
argentino, que supo aprovechar las complementariedades con la industria aceitera
de exportación, con abundante suministro de aceite de soja para su transformación

57
Luciano Cohan

en combustible. Inicialmente, la producción contaba con un fuerte diferencial en las


alícuotas de derechos de exportación, con un impuesto de 32% para el aceite y de 5%3
para el biocombustible.
En marzo del 2008, la alícuota del biocombustible sería elevada del 5%
al 20%4, por lo cual el diferencial efectivo se reduciría a alrededor de 18%.
Esta medida, si bien tuvo como objetivo principal asemejar el nivel de la
retención del biocombustible al de los otros subproductos del aceite de
soja, tuvo como impacto colateral el disminuir el precio local del biodiesel,
facilitando la posterior aprobación de la ley del cupo nacional.
A principios del 2010 entró en marcha el régimen de incentivo a la
mezcla de combustibles fósiles locales. La resolución 720/10 marcaba que
las naftas debían incluir, como mínimo, un 5% de bioetanol anhídro y un
porcentaje similar de biodiesel en el gasoil. Al poco tiempo, el corte sería
ampliado a 7%. Asimismo, se estableció que las refinerías se encuentran
obligadas a comprar biocombustibles a valores fijados mediante una fór-
mula de la Secretaría de Energía para adicionar a sus combustibles. La
resolución incluyó también una exención de impuestos a los combustibles5
para evitar una suba del precio de los surtidores, en tanto el combustible
mezclado tiene un costo de producción mayor al sin mezclar. Adicional-
mente, el gobierno apuntalaría la demanda de biocombustibles a partir de
la instalación de equipos térmicos de generación de electricidad a base de
biodiesel por 110 MW, lo que implica 150.000 ton/año de biodiesel.
De esta manera, se estima que en 2011 el mercado de biodiesel en Ar-
gentina se reparte en un 43% destinado al cupo interno de biocombustibles
(1.070.000 ton/año), 50% destinadas a exportación (1.264.000 ton/año)
y 7% a generación energía eléctrica (150.000 ton/año). De esta forma el
mercado del biodiesel implica aproximadamente el 35% de la producción
local del aceite de soja6.
3 La retención efectiva del biodiesel argentino se calcula 5% / 1,05 = 4,76 % - 2,5% = 2,3 %,porque la alícuota del
impuesto se aplica sobre el precio FOB menos la propia retención , según lo dispuesto por el artículo 737 de la Ley
22.415 y al resultado luego se le descuenta un reintegro del 2,5%.
4 20% / 1,20 = 16,7% - 2,5% = 14,2%
5 Tasa de Infraestructura Hídrica, por el Impuesto sobre los Combustibles Líquidos y el Gas Natural, por el impuesto
denominado “Sobre la transferencia a título oneroso o gratuito, o sobre la importación de gasoil”
6 La equivalencia 1 ton de aceite de soja 0,93 http://www.inta.gov.ar/info/bioenergia/boletines/bc-inf-10-08.pdf

58
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

El beneficio logístico de la industria de crushing oleaginoso


Un rasgo no muchas veces destacado de la industria oleaginosa es el
beneficio que genera su logística de comercialización. A diferencia del grano
de soja, cuya exportación se concentra cerca de las fechas de cosecha, la
harina y el aceite presentan una distribución homogénea en el año. Tomando
el promedio de las ultimas 30 campañas, el 52% de las exportaciones de soja
en forma de granos durante el año se realizó en los meses de abril, mayo y
junio, cifra que se eleva al 89% de incorporarse los tres meses siguientes.
Por el contrario, las exportaciones de harina presentan una distribución
homogénea, en la que el mes de máxima exportación no logra superar el
11% del total exportado durante el año.
La concentración de las exportaciones de soja en fechas cercanas a
la cosecha representa un perjuicio económico para el país. En términos de
logística interna, la concentración en el tiempo implica grandes ineficien-
cias en el uso de la infraestructura (transporte, puertos, etc) que combinan
periodos de recursos ociosos con otros de intensa demanda, lo cual a su vez
genera una estacionalidad en las tarifas que perjudica la ecuación económica
de todos los eslabones de la cadena.
Asimismo, al coincidir en el tiempo con la colocación en el mercado
global de la soja proveniente de Brasil, la producción de la soja y derivados
despachados desde los puertos argentinos enfrentan un diferencial en sus
precios en relación a la de los Estados Unidos, que supera ampliamente
lo que puede ser explicado por los diferenciales de precios de transporte.
Tomando como referencia las últimas campañas7, se observa que estos
diferenciales pueden, en promedio, alcanzar hasta U$D 40, U$D 35 o U$D
23 por tonelada en aceites, harinas y granos respectivamente en el entorno
de la cosecha local.
Este diferencial respecto al Golfo de México implica para el país
un perjuicio económico de unos U$D 525 millones, que es el adicional que
se obtendría en concepto de exportaciones y valor agregado de la cadena
si la diferencia entre los precios locales y los de los Estados Unidos se
7 Excluyendo los años 2004 y 2008 que pueden ser considerados casos particulares

59
Luciano Cohan

explicaran solamente por los distintos precios de transporte. Por otro lado,
puede estimarse que la existencia de la industria de crushing a partir de la
mejor distribución de las exportaciones durante el año, e independientemente
del aporte que hace en términos de valor agregado que se presentará en la
siguiente sección, produce hoy un beneficio para el país de unos U$D 294
millones anuales8.

8 El primer dato se obtiene al considerar un precio por tonelada de aceite de U$D 15,5 dólares más elevado, de la
harina de U$D 13,7 y del grano de U$D 3,5. El segundo, de estimar el precio menor que habría implicado, desde 2005
a 2010, exportar harinas y aceites con una distribución en el año similar a la del grano.

60
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

Gráfico 27: Exportaciones por mes por producto


Como % de la exportación anual

25%

20%
% del total exportado

15%

10%

5%

0%
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic
Soja Aceite de Soja Pellets de Soja

Fuente: Elaboración propia a partir de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y Chicago Board of Trade

Diferencial soja puertos argentinos y golfo por mes

50

40

30
U$D por tonelada

20

10

-10
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic
Soja Harina Aceite

Fuente: elaboración propia a partir de Bolsa de Cereales de Buenos Aires y Chicago Board of Trade

61
Luciano Cohan

Un aspecto que debe ser mencionado es que los cambios en las prácticas
de comercialización en el último lustro están transformando este rol logístico
de la industria oleaginosa. Desde hace aproximadamente una década, en el
marco de una creciente necesidad de infraestructura para almacenamiento,
se ha desarrollado una dinámica industria de silobolsas, mecanismo que
permite almacenar la producción en el propio campo durante un prolongado
periodo de tiempo. Esta tecnología permitió redefinir el ciclo de ingresos
del productor, que puede ahora vender su producción de manera descon-
centrada en el tiempo. Esta tecnología permitió, a su vez, una distribución
más homogénea de las exportaciones argentinas de grano durante el año,
comenzando a modificar el patrón estacional.

Gráfico 28: Exportación de granos por mes

35%

30%

25%
% de la exportación anual

20%

15%

10%

5%

0%
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic
1980-1984 1985-1899 1990-1994 1995-1999 2000-2004 2005-2009

Fuente: elaboración propia a partir de Ministerio de Agricultura

62
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

Conclusión:
A partir de lo analizado en las secciones previas pueden destacarse
algunos de los hechos más relevantes del desarrollo sectorial de la
última década:
• Desde principios de los setenta la producción global de soja se
multiplicó por cinco, hasta representar en 2010/11, el 12% del
total sembrado con cultivos extensivos.
• La soja es hoy una de las principales fuentes de proteína de alta
calidad y bajo costo. La producción de soja alcanza para satisfacer
hasta el 57% del requerimiento proteico mínimo global.
• En la última década los granos, aceites y grasas recuperaron su
poder de compra de la década del ochenta tanto por factores fun-
damentales como financieros.
• La soja encontró en Argentina, desde fines de los 60s terreno fértil
para su desarrollo hasta alcanzar hoy alrededor del 60% del las
hectáreas sembradas y producción de cereales y oleaginosos.
• La producción nacional experimentó en la última década un pro-
ceso de desconcentración desde las zonas de producción agrícolas
tradicionales.
• Argentina logró convertirse en uno de los principales actores en
los mercados globales de soja y derivados. Su participación creció
de 15% del total en el año 1995 a un máximo de 28% en el año
2007.
• El nuevo modelo productivo se caracteriza que la desintegración
vertical de la producción conformando una organización en forma
de red, donde surgen nuevos actores y nuevas relaciones contrac-
tuales entre ellos.
• Asimismo, la reorganización de su estructura, dio origen a la con-
solidación de un nuevo paquete tecnológico con tres ejes centrales:

63
Luciano Cohan

la siembra directa, la soja de segunda y los cultivos genéticamente


modificados,
• Entre las campañas 2003/04 y 2007/08, todo el crecimiento en
la siembra de soja se realiza en producción de segunda. Desde
2008/09 se observa una pronunciada caída de 3.0 millones de
hectáreas de soja de segunda, y un salto de la soja de primera de
4.7 millones de hectáreas. La verdadera “sojización del campo”,
en la cual el cultivo sustituyó a otras producciones, se produjo
recién a partir de 2008, y no antes.
• Argentina, junto con Uruguay y Paraguay y con casi el 100% de
la soja sembrada genéticamente modificada, se ubica como el país
de mayor difusión de este tipo de cultivos a nivel global, donde
se calcula que algo menos del 80% de la soja sembrada es OGM.
• En los últimos veinte años, la industria de molienda de oleaginosas
adquirió una dinámica y desarrollo que lo ubica entre los mayores
polos de crushing a nivel mundial, con tecnología y escala en la
frontera internacional.
• Argentina es el único país entre los grandes productores de soja
que logró sostener sus ratios de industrialización local de la pro-
ducción.
• El régimen de importación temporaria permitió, durante algo más
de una década, abastecer de insumos adicionales al polo oleaginoso
de Rosario, hasta alcanzar en 2008 los 2,8 millones de toneladas,
o 9,1% de la molienda de soja total.
• La producción de biocombustible experimentó un crecimiento
explosivo. Partiendo de 180 mil toneladas en el año 2007, la
producción se multiplicó por diez en cuatro año, para alcanzar en
2010 una producción estimada de 1,8 Mtons.

64
Parte 2: 10 años de valor agregado
en la cadena de valor de soja

a) Introducción

L
a sección previa tuvo por objetivo describir los principales cambios
cualitativos que experimentó la estructura de la cadena de soja en
las pasadas tres décadas. Está transformación, como fuera mencio-
nado, complejizó la trama de interrelaciones entre los distintos agentes que
participan del proceso productivo, con una mayor división del trabajo entre
los eslabones de la cadena que dio origen al surgimiento de nuevos actores.
Esta nueva trama productiva, sin embargo, escapa a las clasificaciones tra-
dicionales de actividades económicas, con una agroindustria que corta horizon-
talmente los sectores de producción primaria, secundaria y terciaria. Los límites
se vuelven más difusos, y el sector agropecuario tradicional se funde en una
agroindustria donde se mezclan proveedores de insumos, contratistas, industrias,
agentes de comercialización y transporte, agencias de difusión de tecnología,
etc. En este marco, las mediciones convencionales, como las de las Cuentas
Nacionales, pierden representatividad del verdadero fenómeno económico.
En la presente sección se presentan los resultados de un modelo de
consistencia de la cadena de valor de la soja construido especialmente para
sortear esta dificultad. Se presenta a continuación la metodología utilizada
para su construcción y los resultados, con el objeto de contar con una medi-
ción del verdadero aporte económica de la cadena a la economía nacional.
Para ello, en el modelo se analizan de manera independiente los aportes de
diecisiete eslabones de la cadena, capturando sus interrelaciones y los flujos
de insumo producto desde los insumos de la producción primaria, pasando
por la producción primaria, la comercialización hasta la producción de
aceites, harinas y biocombustibles.
Las siguientes secciones se organizan de la siguiente manera: en la primer
subsección se definirán los límites de la cadena, es decir, la frontera entre

65
Luciano Cohan

lo que es considerado por el modelo como parte de la cadena de valor de


soja. Asimismo, se describirán los criterios utilizados para valuar la cadena
y, con precios y cantidades definidos, se presentan los resultados del Valor
Brutos de Producción (VBP) y la desagregación del crecimiento de la última
década entre precios y cantidades.
En la segunda subsección, se describen las cuentas de producción y las
matrices insumo producto (MIP) para cada eslabón. La MIP es una estiliza-
ción de una estructura de costos tipo que permite distinguir del total facturado
de cada sector a los costos del valor agregado. En esta sección se presentará
el valor agregado por la cadena de soja y por sus diversos eslabones y la
participación de cada uno de ellos en el crecimiento global de la cadena.
Finalmente, en la tercer subsección se presenta la metodología y los
resultados del modelo fiscal, que complementa el modelo de la cadena con
una estimación aproximada del aporte tributario, de la presión tributaria, de
la composición del pago de impuestos, entre otros aspectos.

b) Los límites de la cadena de Soja – Valor Bruto de Producción


Límites de la cadena
El primer paso en la construcción del modelo de la cadena de valor de
soja consiste en determinar cuáles son sus límites. Para ello es necesario,
identificar que sectores pertenecen a la cadena y cuáles no, lo cual impli-
ca inevitablemente ciertas decisiones arbitrarias y no es, en absoluto, un
ejercicio trivial. Si se incorporaran sectores en exceso, el ejercicio puede
desnaturalizarse. En el caso contrario, si los sectores incorporados fueran
muy pocos se pierde la verdadera dimensión de la cadena.
El modelo de cadena de valor de la soja incluye, en los eslabones previos
a la producción primaria, a los insumos directos, es decir a los proveedores de
semillas, fertilizantes, agroquímicos y servicios de asesoramiento profesional
y contratistas de labranzas y cosechas. Hacia adelante en la cadena, incluye la
primera transformación industrial del grano hacia aceite y harinas y la producción

66
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

de biocombustibles y dos industrias vinculadas a estas últimas: la producción


de hexano y de metanol. Adicionalmente, y como se describirá en breve, fue
incluida como parte de la cadena un porcentaje de la producción pecuaria que
puede asociarse directamente a la soja. La cadena en su conjunto cuenta con
diecisiete eslabones productivos estimados de manera independiente.
Gráfico 29: La cadena de valor de la soja
Servicios
Industria Industria de Servicio de Técnicos, Industria de
Semillera Fertilizantes Contratistas Contab. y Agroquímicos
Admin.

Productor Agropecuario y Factor Tierra

Producción Soja

Servicio de Acopio
Logística y Comercialización
Transporte
Exportación

Producción Porcina
Industria del Crushing
Oleaginoso

Industrias Conexas Producción Avícola


Metanol y Hexano (Carne y huevos)

Biocombustibles

Recaudación de impuestos y tasas

Fuente: Elaboración propia

En el caso de la producción primaria, es considerada en el modelo la


producción de soja de primera y de segunda durante las diez campañas entre
2000/01 y 2009/10, comenzándose de esta manera con 9,5 millones de hec-
táreas y 25,1 Mtons y finalizando con 18,1 y 52,6 millones respectivamente
en la campaña 2009/10. La unidad geográfica de producción utilizada es el
departamento o partido, con un total de 313 departamentos. La desagregación
geográfica de la producción primaria tiene como objeto tanto estimar los
requisitos de transporte como para realizar una evaluación más precisa de
la tecnología utilizada en la producción, como será descripto más adelante.

67
Luciano Cohan

Para los proveedores de bienes y servicios de la producción primaria,


los eslabones considerados son la producción de semillas, de fertilizantes,
de agroquímicos y, para el caso de los servicios el provisto por la red de
contratistas (labranzas, fertilización y cosecha) y los servicios técnicos,
contables y profesionales agropecuarios.
El tamaño de cada eslabón se determino de manera indirecta, a partir de
una estimación de los insumos necesarios para poner en producción las entre
10 y 18 millones de hectáreas de las diez últimas campañas. Estos requisitos
se definieron dividiendo al país en 18 regiones agronómicas independientes9,
con planteos tecnológicos tipos en dos niveles (medio y alto) en función
de información provista por AACREA y el departamento de Estimaciones
Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Un ejemplo de uno de
estos planteos se presenta en el Cuadro 2, en donde a partir de la agregación
de los requisitos de cada uno de estos planteos en todo el país, se consigue
una estimación de los requerimientos de semilla, fertilizantes, herbicidas,
insecticidas, etc., que definen, a los efectos de este modelo, las cantidades
vendidas por esos eslabones.
Cuadro 2: Planteo promedio de Soja de 1era

Santa Fe Norte Buenos Aires Norte


Insumo Unidad de medida
Tech. Medio Tech. Alto Tech. Medio Tech. Alto
Labores UTA/ha 1.55 1.85 1.85 1.85
Semilla RR kg/ha 80 80 80 80
Inoculante + fungicida Aplic. 1 1 1 1
Curasemilla kg/ha 0.25 0.25 0.3 0.3
Glifosato l/ha 5 6 6 6
2,4 D l/ha 0.4 0.4 0.4 0.4
Cipermetrina l/ha 0.3 0.3 0.3 0.3
Endosulfan Aplic. 0 1 0.7 1
Fosfato diamónico kg/ha 0 60 50 100
% del Ingreso
Cosecha
bruto 8% 8% 8% 8%

Fuente: Elaboración propia

9 Las regiones se corresponden con las de AACREA y son Santa Fe Norte, Santa Fe Centro, Santa Fe Sur, Litoral
Sur, Litoral Norte, Buenos Aires Norte, Buenos Aires Oeste, Buenos Aires Sudeste, Buenos Aires Este, Mar y Sierras,
Semiárida, Sudoeste, Oeste Arenoso, Córdoba Norte, Región Centro, NOA, Cuyo y Chaco Santiagueño. El planteo
tecnológico utilizado se supuso constante durante todo el ejercicio.

68
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

Para la logística y comercialización, fueron modelados los sectores de


transporte, el servicio de acopio y los servicios portuarios. En el primer caso,
se construyó un modelo de flujo de bienes que simula el movimiento de los
granos desde cada uno de los 313 departamentos del país hasta sus fuentes
de demanda, con un modelo que calcula la cantidad mínima de transporte
necesario para conectar ambos puntos.10
Para definir el tamaño de los sectores de acopio y exportación, se asume
que todo el grano producido y exportado abona una vez el servicio corres-
pondiente.
Hacia adelante en la cadena se incluye la molienda oleaginosa y la pro-
ducción de biocombustibles. adicionalmente, se incluyeron como parte de
la cadena aquellos derivados alimenticios que tengan a la soja como insumo
crítico. De esta manera, fue incluida en la producción de carne de ganado
porcino y aviar y la producción primaria de huevos. En estos últimos casos,
para evitar la sobreestimación de la cadena de soja, fue imputado tan sólo un
porcentaje en función del peso de la soja en la ración promedio de alimento
balanceado, estimada en 20% del total. Para el caso de las industrias conexas
de metanol y hexano se asumido una demanda de 5.8 kg de hexano por
tonelada de aceite y de 97 kg de metanol por tonelada de biocombustible.
Un resumen de las cantidades utilizadas en esta estimación se presenta
en la Cuadro 3.

10 La unidad territorial para la estimación de transporte es el departamento o partido identificando la localización de


la demanda y oferta a partir de diversas fuentes, la localización geográfica de la producción primaria de soja (Mini-
Agri), ganado porcino y aviar (CNA 2002), plantas de crushing de soja (J.J. Hinrichsen y Ciara-CEC), entre los 313
partidos o departamentos del país.
El primer paso en la estimación consiste en asignar aleatoriamente un orden de abastecimiento a cada uno de los 313
departamentos. Definido el ordenamiento se da inicio a una serie de rondas. En cada ronda, cada departamento busca
grano en el departamento más cercano (en la primera ronda es el propio departamento) y, tras abastecerse en ese
departamento cede su lugar al siguiente partido. En la segunda ronda, cada departamento busca trigo en el segundo
departamento más cercano (que posiblemente habrá entregado parte de su grano en la primera ronda), luego en el
tercero, cuarto, y así sucesivamente hasta que finalmente todos los demandantes son satisfechos. Este procedimiento
es repetido 200 veces cambiando el ordenamiento inicial de abastecimiento siendo el resultado final la mediana de
los 200 resultados.

69
Luciano Cohan

Cuadro 3: Cantidades utilizadas para la estimación del modelo

2000/01 2001/02 2002/03 2003/04 2004/05 2005/06 2006/07 2007/08 2008/09 2009/10
Producción Primaria 25193 29156 34074 31518 37597 39618 47450 46239 30960 52636
Semillas (1) 762 892 967 1142 1100 1183 1277 1311 1340 1449
Fosfatos (1) 361 377 448 536 529 587 582 580 705 754
Molienda 18274 21391 24320 24229 28690 32732 36268 31709 30285 36824
Harina 14071 16471 18726 18656 22091 25204 27926 24416 23319 28354
Aceite 3508 4107 4669 4651 5508 6284 6963 6087 5814 7069
Porcinos 176 144 130 154 178 220 230 227 240 232
Pollos Parrilleros 877 665 706 863 1,006 1,149 1,244 1,376 1,462 1,571
Huevos (2) 455520 420480 463579 547500 599969 645594 695781 736211 754694 790789
Biocombusbles - - - - - - 180 960 1,255 1,814
Hexano (1) 20 23 27 27 32 36 41 35 34 41
Metanol (1) - - - - - - 16 70 112 132

Fuente: Elaboración propia a partir del modelo de cadena de valor de la soja, Ministerio de Agricultura, CIARA-CEC
Nota: (1) La demanda estimada surje del modelo (2) Miles de millones de docenas

Excede los objetivos de este modelo la estimación del aporte de empleo


de la cadena de valor de la soja. Sin embargo, una primera estimación puede
realizarse a partir de aporte de Llach, JJ (2004). Trabajando con una metodo-
logía a partir de la Matriz Insumo producto 1997, los autores estiman que la
generación de empleo total de la cadena de aceites y subproductos ascendió,
en el año 2003, a 287 mil personas, cifra que se divide en una generación de
138 mil puestos directos y 149 mil como resultado de la demanda indirecta.
La cifra total representa alrededor del 2.4% del empleo total lo cual repre-
sentaría, como se verá en breve, un aporte al empleo algo inferior al aporte
a la generación de valor agregado11.
En términos de distribución interna, Llach (2004) estima que el 65% del
empleo directo se genera en las etapas primarias de producción de semillas
y granos, siendo el 26% generado en la etapa de transporte y comerciali-
zación y el 9% restante en la etapa industrial. Sin embargo, los porcentajes
cambian sensiblemente al analizar los impactos indirectos, donde se observa
que el peso de la industria asciende hasta 44%, con la producción primaria
representando el 51% del total y el transporte el 5% restante.

11 Debe tenerse en cuenta que los límites de la cadena de valor de soja entre el trabajo de Llach (2004) y el presente
documento no necesariamente coinciden y tienen un alcance más amplio aquí, al incluirse la industria de fertilizantes,
biocombustibles, hexano y metanol, los servicios de contratistas, la producción de derivados animales y los servicios
comerciales de acopios y puertos.

70
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

Cuadro 4: Estimación del empleo directo e indirecto, 1997 y 2003


Cadena Aceites y Subproductos

1997 2003
Puestos de Puestos de
Sub cadenas trabajo Puestos de trabajo Puestos de
equivalentes trabajo equivalentes trabajo
Producción de semillas 4.065 5.032 6.384 7.707
Empleo directo 2.931 3.899 4.008 5.33
Empleo indirecto 1.133 1133 2.376 2376
Culvo de cereales, oleaginosas y forrajeras 93.486 110.654 159.402 182.873
Empleo directo 52.024 69.191 71.125 94.596
Empleo indirecto 41.462 41.462 88.277 88.277
Aceites y subproductos oleaginosos 43.604 43.604 60.369 60.369
Empleo directo 7.248 7.248 7.493 7.493
Empleo indirecto 36.356 36.356 52.877 52.877
Comercialización (*) 19.872 19.872 28.241 28.241
Empleo directo 17.748 17.748 25.061 25.061
Empleo indirecto 2.123 2.123 3.181 3.181
Transporte (*) 6.046 6.046 8.535 8.535
Empleo directo 4.119 4.119 5.705 5.705
Empleo indirecto 1.926 1.926 2.83 2.83
Cadena Aceites y Subproductos Oleaginosos 167.072 185.207 262.932 287.725
Empleo directo 84.07 102.205 113.391 138.185
Empleo indirecto 83.002 83.002 149.541 149.541

Fuente: Llach (2004)

El siguiente punto en la construcción del modelo, una vez que los límites
de la cadena fueron definidos, es determinar los criterios que se utilizaran
para valuar insumos y productos de cada uno de los sectores. La descripción
de la metodología utilizada para la valuación se presenta en el apéndice.

Resultados – Valor bruto de producción


Con los límites y los criterios de valuación definidos puede hacerse una
primera estimación del tamaño de la cadena de soja a partir del Valor Bruto
de Producción (VBP). Es importante destacar que el Valor Bruto de Pro-
ducción es una estimación aproximada del tamaño de mercado, comparable
con la facturación, y no de la rentabilidad empresarial. La diferencia entre
uno y otro dependerá para cada caso de las estructuras de costos, de los
requisitos de inversión, de los ciclos de rotación del capital, de los canales
de comercialización, entre otros aspectos.

71
Luciano Cohan

En el Gráfico 30 se presenta la evolución del VBP para los diecisiete


eslabones agrupados en cinco grandes categorías. En su conjunto, la cadena
paso de facturar, luego de netear las compras intra cadena, un total de U$S
4,7 MM en la primera campaña a U$D 22,4 MM hacia el final del ejercicio,
lo cual representa un incremento de 370% en la facturación global.
Al interior de la cadena se observa que:
• El mayor crecimiento se observa en el sector de biocombustibles, un
sector que surge en el año 2007 para llegar, en tan sólo cuatro años
a los U$D 1,4 MM.
• En segundo lugar se observa un crecimiento de la facturación de la
industria oleaginosa de U$D 3,2 MM a U$D 10,7 MM o 233%. La
facturación de la producción primaria tuvo una dinámica similar
a la industrial, al crecer de U$D 3,5 MM a U$D 11.8 MM con un
crecimiento de 240%.
• Finalmente en los casos de logística (transporte, acopios y servicios
portuarios) se observó un crecimiento de 169% y de 158% en los
insumos agrícolas.
• La suba más significativa, sin embargo, no puede asociarse a la
facturación de ninguno de los sectores de la cadena sino, en cambio,
a la recaudación de derechos de exportación, que en un plazo de 10
años se multiplicó por 150, desde los U$D 45 millones que tributaba
la cadena a fines de la convertibilidad a los U$D 6,6 MM de la
campaña 2009/10.

72
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

Gráfico 30: Evolución del valor bruto de producción por sector


2000/01 = 100
Insumos Agríciolas Producción Primaria Logísca Curshing y Biocombusbles

400

350

300
2000/01=100

250

200

150

100

50
2000/01

2002/03

2004/05

2006/07

2008/09
2001/02

2003/04

2005/06

2007/08

2009/10
Fuente: Elaboración propia a partir del modelo de cadena de valor de la soja.

El crecimiento del VBP de la cadena puede a su vez ser explicada en


una parte por el incremento en las cantidades producidas y, por otra, por la
variación de los precios de venta. En su conjunto, es importante destacar
que el principal motor de la cadena fue el efecto cantidades que explica, en
su conjunto hasta el 70% de la variación total en la facturación.
El mayor crecimiento de las cantidades se observa en el caso de la pro-
ducción primaría, con un incremento del 109% entre 2000/01 y 2009/10.
En este eslabón, con un incremento de los precios de 62%, el porcentaje
explicado por la suba en la producción es de 64%. Un incremento similar se
observa en el caso de la logística, con subas de 109% y 29% respectivamente
en cantidades y precios. La molienda oleaginosa experimentó una suba algo
menor de las cantidades, que se incrementaron un 102% entre ambos extre-
mos, con una suba algo superior en los precios (65%), siendo explicado el
61% del total de la suba por el efecto cantidades. Finalmente, en el caso de
los insumos agrícolas, cuya demanda en términos de cantidades depende más
del crecimiento de las hectáreas sembradas que de la producción total, las
cantidades explicaron el 72% del total del incremento, con efectos precios
y cantidades de 90% y 36% respectivamente.

73
Luciano Cohan

Cuadro 5: Desagregación de los efectos precios y cantidades


Valor Bruto de Produccion % explicado
Efecto Efecto
por el
2000/2001 2009/2010 Variación Candad Precio
crecimiento
Insumos Agríciolas $ 1,729 $ 4,463 158% 90% 36% 72%
Producción Primaria $ 3,502 $ 11,878 239% 109% 62% 64%
Logísca* $ 827 $ 2,220 169% 109% 29% 79%
Industria de Crushing $ 3,221 $ 10,734 233% 102% 65% 61%
Biocombusbles $ - $ 1,384 - - -
Ind. Conexas y Otros Derivados $ 115 $ 332

Fuente: Elaboración propia a partir del modelo de cadena de valor de la soja.


Nota: *A los efectos de la desagegación, se utiliza la producción total de granos como indicador de cantidad

c) El valor agregado por la cadena de Soja.


Con los límites de la cadena y los criterios de valuación definidos, el paso
siguiente es la elaboración de las cuentas de producción y las matrices insumo
producto de los distintos eslabones, lo cual permite obtener una estimación de
los flujos insumo-producto y del valor agregado, entre otras múltiples variables.
Los sectores fueron modelados de manera independiente utilizando fuentes
primarias y secundarias y buscando, en todos los casos, mantener la compa-
tibilidad de la estimación con el Sistema de Cuentas Nacionales del INDEC.
Se presenta en el apéndice metodológico los detalles de esta construcción.
El valor agregado (VA) por la cadena de valor de la soja durante las
últimas diez campañas fue, en promedio de U$D 9,9 MM anuales, equivale
al 4,7% del Producto Bruto Interno (PBI) durante el periodo. Sin embargo,
este promedio esconde una particular dinámica que permite dividir el periodo
en varios subperiodos.
• En los dos primeros años del ejercicio el valor agregado pasa de
representar 1,4% del PBI en la campaña 2000/01 al 5,9% en la campaña
2002/03. Este incremento en el peso del sector se explica tanto por el
crecimiento nominal del sector, que se duplica desde U$D 3,5 MM
a U$D 7,0 MM, como por la contracción de algo más del 50% del
PBI en dólares como resultado de la devaluación y la crisis de 2001.
• En un segundo periodo, durante cuatro campañas, el valor agregado
en dólares se mantiene estable entre los U$D 6,7 y U$D 7,7, con una

74
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

participación en el PBI que desciende moderadamente desde el 5,9%


hasta el 3,9%. Este estancamiento se dio en el marco del crecimiento
de la producción de la cadena, que acumuló durante el periodo una
suba del 16% con una caída de precios de un orden similar.
• Desde entonces, el sector experimentaría un nuevo boom de
crecimiento, pasando, en cuatro campañas, de U$D 7,7 MM a U$D
19,3 a razón de 26% de crecimiento interanual acumulado. Durante
este periodo, interrumpido parcialmente por la crisis internacional de
2008 y su impacto en los precios y la sequía de la campaña 2008/09,
la cadena de valor de soja pasó a representar el 5,8% en 2009/10, con
un máximo de 6,5% del PBI en la campaña 2007/08
En la última campaña, al comparar la relación entre el valor agregado y el
valor bruto de producción se observa como, por cada peso de facturación, la
cadena agrega $ 0,52, cifra similar al valor que se observa para la economía
en su conjunto de $ 0,53 por cada peso vendido12.

Gráfico 31: Evolución del Valor Agregado por la Cadena de Soja


Como % del PBI (izq.) y Millones de U$D (der.)

Como % del PBI Millones de USD


14% 25

12%
20
Miles de millones de U$D

10%
Porcentaje del PBI

15
8%

6%
10

4%
5
2%

0% 0
2000/01

2001/02

2002/03

2003/04

2004/05

2005/06

2006/07

2007/08

2008/09

2009/10

Fuente: Elaboración propia a partir del modelo de cadena de valor de la soja.

12 Según la Matriz Insumo Producto del año 1997 - INDEC

75
Luciano Cohan

La estimación del modelo de manera independiente para cada uno de


los doce eslabones permite identificar la distribución del valor agregado al
interior de la cadena. Al hacer este análisis intrasectorial se observa como
casi uno de cada dos dólares del incremento en el valor agregado fueron
originados en la etapa de producción primaria13. Sigue en importancia los
proveedores de bienes y servicios de la producción primaria, que explican
casi uno de cada cuatro dólares adicionales agregados. El 30% restante se
reparte entre las etapas de industria del crushing y biocombustibles (18%),
de logística y comercialización (11%) y las industrias conexas y otros de-
rivados alimenticios (<1%).

Gráfico 32: Distribución del Crecimiento del Valor Agregado al interior de la cadena
excluyendo a los derechos de exportación (entre campaña 2000/01 y 2009/10)

Industrias
Conexas y
otros
derivados,
1% Molienda y Insumos
Biocombus- Agríciolas,
bles; 18% 23%

Logísca,
11%

Producción
Primaria,
47%

Fuente: Elaboración propia a partir del modelo de cadena de valor de la soja.

La evolución diferencial en el crecimiento de cada uno de los sectores


indujo cambios en la distribución interna del valor agregado. Sin considerar
el porcentaje del valor agregado destinado al pago de derechos de expor-
13 Donde se imputa también la retribución del factor tierra

76
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

tación, en los últimos diez años se incrementó la participación en el total


del sector de molienda y biocombustibles de un 8% al 15% del total. En
este caso, la existencia del polo de crushing y el desarrollo de la industria
de biocombustibles, al agregar dos etapas adicionales de procesamiento
industrial por sobre el grano exportado, adicionaron a la cadena en la última
campaña un total de U$D 1,4 MM, cuando este valor, diez años atrás, era
de U$D 287 millones.
En el caso de los insumos agropecuarios y los servicios de logística se
produjo una caída en la participación en el total del valor agregado de 31%
a 26% en el primer caso y de 14% a 12% en el segundo. Esto se explica no
por una caída en el valor agregado de estos sectores sino por un crecimiento
que fue algo menor que el de la producción primaria y el crushing. En el caso
de los insumos, esto se debe, en primer lugar, a la mejora en los rindes de
producción lo cual implica que, a un mismo nivel de hectáreas sembradas, el
valor agregado de la cadena crezca más que proporcionalmente. En segundo
lugar, si bien los precios de venta experimentaron una suba durante el pe-
riodo, en particular el de los fertilizantes fuertemente atados a la evolución
de sus precios internacionales, este incremento fue menor al observado en
el precio de los granos y derivados.
En el caso de logística, la caída se explica casi con exclusividad por
el comportamiento de los servicios de acopio. En la última década, como
resultado de la competencia generada por el surgimiento de los silo bolsas
y el mayor peso de las operaciones directas, la remuneración promedio por
tonelada en un silo cayó de un promedio de U$D 5,4 a fines de la converti-
bilidad a unos U$D 3,0 en la actualidad14.
Sin embargo, los guarismos cambian sensiblemente cuando uno incor-
pora al análisis la los derechos de exportación, que pasaron de representar
el 8% de la cadena en las dos primeras campañas a un 37% del total en las
dos últimas. Como se verá en la siguiente sección, este valor subestima el
aporte fiscal total de la cadena, en tanto no tiene en cuenta el pago de otros
impuestos.
14 Fuente Márgenes Agropecuarios.

77
Luciano Cohan

Gráfico 33: Distribución del Valor Agregado al interior de la cadena


Promedio 2000/02 y 2008/10 – Como % del total
Nota: dato entre paréntesis excluye derechos de exportación
100%
8%
90% 1% (1%) 6% (8%)

80% 37%
13% (14%)

70%

60% 1% (1%) 8% (15%)


50% 44% (48%) 7% (12%)

40%

30% 30% (47%)

20%
28% (31%)
10% 16% (26%)
0%
2000/02 2008/10
Insumos Agríciolas Producción Primaria
Logísca Molienda y Biocombusbles
Industrias Conexas y otros derivados Derechos de Exportación
Fuente: Elaboración propia a partir del modelo de cadena de valor de la soja.

d) El aporte fiscal de la cadena de soja.


A partir de la estimación de las cuentas económicas de cada uno de
los sectores, fue posible avanzar en la elaboración de un modelo fiscal. El
modelo fiscal consta de nueve impuestos y tasas: derechos de exportación,
ingresos brutos, impuesto a los débitos y créditos, impuesto a las ganancias,
impuesto inmobiliario, tasa vial, impuesto al gasoil, sellados y contribucio-
nes sociales. El apéndice metodológico incluye algunos detalles sobre los
supuestos utilizados para el modelo fiscal.
En su conjunto, se estima que la recaudación de la cadena valor de soja
se incrementó entre las 10 campañas un 830%, desde los U$D 890 millones
tributados en la campaña 2000/01 a los $ 9,2 MM de la última campaña esti-
mada. Teniendo en cuenta que los ingresos del sector público no financiero
medidos en dólares pasaron de U$D 56,8 MM a U$D 110,0 MM durante
estos diez años (+93%), lo que se produjo durante el periodo es un fuerte
crecimiento del sector como mecanismo de financiamiento de las arcas
públicas. Si está representaba un 1,6% en la campaña 2000/01, su peso se

78
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

elevó hasta representar un 8,4% en la última campaña, con un promedio de


7,3% durante todo el periodo de la posconvertibilidad.
Es difícil subestimar la importancia del aporte de la cadena de soja al
sector público. Tomando como referencia el año 2008, año previo a la se-
quía, los U$D 8,8 MM tributados equivalen al 53% del gasto consolidado
en educación, ciencia y técnica, al 62% del gasto en salud, a 9,3 veces la
inversión en agua potable y alcantarillado, a 6 veces el gasto en vivienda y
urbanismo o al 40% del gasto en previsión social.

Gráfico 34: Recaudación de impuestos y tasas


Millones de USD y % de la recaudación total
Millones de U$D % sobre el total recaudado

10 10.0%

9 9.0%

8 8.0%

% sobre el total recaudado


Miles de millones de U$D

7 7.0%

6 6.0%

5 5.0%

4 4.0%

3 3.0%

2 2.0%

1 1.0%

0 0.0%
2000/01

2001/02

2002/03

2003/04

2004/05

2005/06

2006/07

2007/08

2008/09

2009/10

Fuente: Elaboración propia a partir del modelo de cadena de valor de la soja y Ministerio de Economía

La composición de los tributos pagados por la cadena experimentó


un importante cambio en el transcurso de la década, en particular como
resultado de la evolución de los derechos de exportación. El peso de las
retenciones pasó de ser un 5% del total tributado por la cadena hacia fines de
la convertibilidad hasta un máximo de 74% en la campaña 2008/09, con un
promedio del 61% en toda la década. Así, el 79% del incremento total en la
recaudación entre 2000/01 y 2009/10 se explica por la suba en los derechos
de exportación. El 21% restante se reparte entre un 12% de impuesto a las
ganancias, 2,5% de impuesto vial e inmobiliario, 2,1% en impuestos sobre

79
Luciano Cohan

débitos y créditos, 1,9% y 1,8% respectivamente en contribuciones sociales


y sellados y con el restante 0,2% en impuesto al gasoil.

Gráfico 35: Composición de la recaudación tributaria


% del total recaudado

100%

90%
28% 26% 28%
80% 43% 44% 41% 42% 40%
% sobre el total recaudado

70% 62%
60%
95%
50%

40%
72% 74% 72%
30% 57% 56% 59% 58% 60%

20% 38%
10%
5%
0%
2004/05

2005/06

2006/07

2007/08

2008/09
2000/01

2001/02

2002/03

2003/04

2009/10
Drechos de Exportación Otros Impuestos

Fuente: Elaboración propia a partir del modelo de cadena de valor de la soja

Un factor que puede ser mencionado, en relación a la importancia fiscal


del sector, es que, siendo un sector que como se viera representó en promedio
un 5.0% del PBI durante la postconvertibilidad, su peso en la financiación
del sector público no financiero ascendió a 7.3% durante el mismo periodo.
Esto da cuenta de la importante carga tributaría que recae sobre el sector,
cuya evolución comparada con la del total de las actividades económicas
se presenta en el Gráfico 36. En la campaña 2000/01 la presión tributaria
estimada sobre la cadena era de 25% del valor agregado, ligeramente superior
a la del promedio de la economía de 23%. Diez años más tarde, en el marco
de una carga tributaría nacional en el orden del 33%, el pago de impuesto
de la cadena de soja alcanza el 48% del valor agregado, 15% por arriba del
promedio. En su punto máximo, en la campaña 2008/09, la presión tributaria
alcanzaría un 56% del valor agregado, 22% por arriba del promedio nacional.

80
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

Gráfico 36: Presión tributaria


% del Total del Valor Agregado

60%

55%
% del total del valor agregado

50%

45%

40%

35%

30%

25%

20%

2007/08

2008/09

2009/10
2000/01

2001/02

2002/03

2003/04

2004/05

2005/06

2006/07
Cadena de Soja Total País

Fuente: Elaboración propia a partir del modelo de cadena de valor de la soja

e) Escenarios de simulación. El potencial de crecimiento de la


cadena de valor de soja.

A partir del modelo construido y descripto en las secciones previas, en la


presente sección se presentarán los resultados de diversas simulaciones. El obje-
tivo de cada simulación es determinar el impacto económico de la modificación
de alguno de los parámetros claves del modelo, como herramienta para tener
una aproximación del potencial de crecimiento de la cadena de valor de la soja.
Para cada simulación se presentaran los resultados en términos de valor
agregado, la distribución interna del shock simulado, y el impacto en términos
de comercio exterior y recaudación impositiva
Se presentan los resultados de cinco simulaciones. En todos los casos la
campaña base en términos de precios y cantidades es la 2009/10.
• En la primera de ellas, se incrementa, manteniendo todo lo demás
constante, el área de producción un 10% distribuido homogéneamente
entre todas las regiones del país.
81
Luciano Cohan

• En la segunda simulación se incrementó en un 10% el rinde. Si bien


la producción se incrementa en un porcentaje equivalente al anterior,
se observará como la distribución interna del crecimiento del valor
agregado no es igual.
• En la tercera simulación, se tomará un porcentaje de molienda sobre
la producción de soja del 100%, agregando adicionalmente un 10%
de producción de soja importada.
• En una cuarta simulación se incrementa la producción de
biocombustibles hasta representar el 50% del total de aceites. Se
asume que todo el adicional es exportado.
• Finalmente, una sexta simulación estima el impacto de las cuatro
modificaciones previas en su conjunto. 10% más de área, 10% más
de rinde, 100% de molienda, 10% de importación temporaria y 50%
de producción de aceite a biodiesel.

Resultados
En la primera simulación, el área sembrada con soja se incrementó
un 10% respecto a los valores del año base. El incremento se realizó ho-
mogéneamente en todas las regiones productivas, con el objeto de evitar
resultados que se expliquen por el diferencial tecnológico que existe
entre ellas. La producción de grano crece, en este caso, un 10%, que se
supone es íntegramente exportado sin pasar por etapas posteriores de
industrialización.
En este caso, el valor agregado total se incrementa en U$D 1,8 mil mi-
llones a partir de las 5,2 Mtons adicionales y en 1,8 millones de hectáreas
nuevas. Las exportaciones totales, por su parte, se elevan en U$D 2,1 MM
por la venta externa de 5,1 Mtons de grano15. Por su parte, la recaudación
fiscal se eleva en U$D 960 millones, desagregado en U$D 740 adicionales
en concepto de derechos de exportación y U$D 220 en otros impuestos.
15 La diferencia entre mayor producción y exportaciones surge del requisito de alrededor de 140 mil toneladas
adicionales de semillas para poner en producción las 1.8 millones de hectáreas adicionales

82
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

Algunos resultados interesantes surgen al analizar la composición interna


del crecimiento, es decir, como se distribuye el shock entre los diversos
sectores. En primer lugar, y como es de esperarse, los sectores de crushing,
biocombustibles y las industrias conexas y de derivados alimentarios perma-
necen inalterados. Por otro lado, crece homogéneamente en un 10% el valor
agregado de los por los sectores proveedores de insumos (con sus ventas
atadas a las hectáreas sembradas), los contratistas, los servicios de logística
y comercialización de los impuestos. Esto permite concluir que este tipo de
crecimiento, empujado por el crecimiento de las hectáreas, se caracteriza
por estar ampliamente distribuido entre los eslabones de la cadena.
El segundo caso corresponde al del crecimiento de la producción con un
incremento del rinde del 10%. Al igual que en el caso anterior, la producción
total se incrementa en 5,2 Mtons que son destinadas completamente a la
exportación, que crecen algo más que en el caso anterior (U$S 2,2) porque
en este caso no hay una demanda adicional de semillas. Por su parte, la
recaudación fiscal se eleva en U$D 945 millones, U$D 755 millones en
concepto de derechos de exportación y U$D 190 millones en otros impuestos.
En este caso el valor agregado por la cadena sube en U$D 2,1 MM o
10,6% del valor inicial (u 11.3% si se excluyen los eslabones industriales).
Este incremento más que proporcional del valor agregado respecto a la me-
jora en los rindes y en la producción se explican por qué este shock simula
una mejora en la productividad total de los factores, es decir, una mejora
en los rindes que se explica por mayor sino mejor utilización de insumos
(entre ellos la tierra).
El productor (y la retribución del factor tierra) se incrementan un 16,9%,
por arriba del promedio general, mientras los servicios de logística, comer-
cialización y cosecha se incrementan proporcionalmente a la suba de la
producción. Los proveedores de insumos, los contratistas de labranzas y los
eslabones industriales tampoco ven incrementar su valor agregado. Así, lo
que se observa en este caso es que los incrementos están más concentrados
sectorialmente respecto a un incremento explicado por la variación del área,
aunque el impacto global sobre la cadena es mayor.

83
Luciano Cohan

El tercer caso analizado es el de un incremento en el porcentaje de


molienda, que incluye el 100% de la producción local más un 10% del to-
tal actual molido de grano importado. Nuevamente, se supone que toda la
producción adicional de harinas y aceites es exportado.
En esta oportunidad, la molienda total se eleva en 18,7 Mtons hasta alcanzar
67,6 Mtons. Esta suba se explica por una caída de 13,5 Mtons en las cantida-
des exportadas en forma de grano y por una oferta adicional de 5,2 Mtons de
granos importados. En relación al escenario base, las exportaciones adicionales
de 14,4 Mtons de harina y 3.6 Mtons de aceite generan, en este caso, ingresos
adicionales por U$D 2,7 MM, U$D 1,9 MM explicadas por la industrialización
de la producción actual y U$D 750 por la industrialización de la soja importada.
El escenario simulado eleva el valor agregado total de la cadena en U$D
1,1 MM o 5,7% del valor agregado del escenario base explicado casi ex-
clusivamente por el incremento que se observa en la industria de crushing
y la industria conexa de hexano (+51%), en los servicios portuarios (9,4%)
y en los derechos de exportación (+6,5%). En términos de recaudación de
impuestos, el incremento total es de U$D 620 millones, explicado por U$S
430 millones de retenciones y de U$D 180 de otros impuestos.
En el cuarto caso se simula un escenario de fuerte desarrollo de la in-
dustria de biocombustibles, a partir de la estructura industrial ya existente.
En esta oportunidad, se asume que el 50% de la producción actual de aceites
(7 MM de toneladas) tiene como destino la producción de biocombustibles,
frente a las 1,8 MM de 2010.
Las exportaciones totales, se incrementan en U$D 83 millones, como
resultado de las exportaciones adicionales de 1,6 millones de toneladas de
biocombustible, a razón de U$D 49 adicionales por tonelada de biocom-
bustible exportada. En este caso, el incremento del valor agregado total es
relativamente bajo, de U$D 50 millones, en tanto el beneficio del mayor
precio del biocombustible en relación al aceite se ve compensado por un
mayor costo de producción mayor (estimado en U$D 57 por tonelada neto
de U$D 29 por la venta del subproducto).

84
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

En su conjunto, el beneficio del valor agregado del orden de los U$D 210
millones en las industrias de biocombustibles y metanol son compensados
por una reducción de la recaudación de derechos de exportación de U$D 160
millones. Al ser el biocombustible un sector cuyo resultado es muy sensible
a las variaciones del precio del aceite y del biocombustible, este resultado
paradójico depende crucialmente de los precios relativos existentes en la
campaña. Así, por ejemplo, se observa que una campaña atrás el precio FOB
del biocombustible coincidía con el de el aceite, en tanto una campaña atrás,
en 2007/08 mostró en promedio una diferencia de U$D 78 por tonelada.

Gráfico 37: Resultados de la simulación – Shocks sobre la producción primaria


Variación del valor agregado por sector

$ 21.500

+10% Hectáreas
$ 21.000
$733

$ 20.500
+U$D 1.8 MM $164

$ 20.000
$670

Escenario Base
$ 19.500 Campaña 2009/2010 $275

$19.327 $19.327
$ 19.000
Antes Después
Insumos Agríciolas Producción Primaria
Logísca Molienda y Biocombusbles
Industrias Conexas y otros derivados Derechos de Exportación

85
Luciano Cohan

$ 22.000

+10% Rinde
$ 21.500

$ 21.000 $753

$164
$ 20.500
+U$D 2.1 MM

$ 20.000
$1.092

Escenario Base
$ 19.500 Campaña 2009/2010
$69
$19.327 $19.327
$ 19.000
Antes Después

Fuente: Elaboración propia a partir del modelo de cadena de valor de la soja

Gráfico 38: Resultados de la simulación – Shocks sobre las industrias


Variación del valor agregado por sector

$ 20.600
Crushing 100% del total y
$ 20.400 10% Soja importada

$ 20.200 $434

$ 20.000

$ 19.800 +U$D 1.5 MM


$803
$ 19.600
Escenario Base
$ 19.400

$ 19.200
$19.327 $19.327

$ 19.000
Antes Después
Insumos Agríciolas Producción Primaria
Logísca Molienda y Biocombusbles
Industrias Conexas y otros derivados Derechos de Exportación

Fuente: Elaboración propia a partir del modelo de cadena de valor de la soja

86
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

Un punto que debe tenerse en cuenta en la estimación del escenario de


crecimiento de los biocombustibles es que este no incorpora el efecto positivo
que tiene sobre los precios de venta del aceite argentino. Al ser Argentina
el principal proveedor de aceite de soja a nivel global, es destino de este al
producción de biocombustibles tiene un impacto alcista sobre la cotización
internacional del commodity, lo cual afecta positivamente el valor agregado
por la cadena.
Finalmente, la quinta en la quinta simulación, con el objeto de estimar
el potencial de mediano plazo de la cadena, se presentan los resultados de
los cuatro escenarios previos en conjunto, es decir: se incrementa en 10%
el área sembrada, manteniendo la distribución tecnológica y regional, se
incrementa el rinde 10% para el mismo uso de insumos, se eleva la molienda
al 100% de producción local, más un 10% de importación temporaria y se
destina el 50% de la producción de aceite a biodiesel.
En esta caso, la producción global de la cadena se incrementa en un 31%
en 11,1 Mtons, a lo cual se le adicionan 6,3 Mtons de soja importada, lo cual
arroja una oferta de grano total de 70 Mtons que son destinadas casi en su
totalidad a lo molienda oleaginosa, luego de netear 1,6 Mtons requeridas
como semilla para la producción de las 20 millones de hectáreas.
En este escenario, por un lado, se produce una caída en las exportacio-
nes de grano en 13,5 Mtons, más que compensado por el incremento en
las exportaciones de harina, aceite y biocombustible. En el primer caso,
el incremento total es de 23,6 Mtons, siendo 9,8 Mtons explicadas por la
industrialización de la producción existente, 9.2 Mtons por la producción
adicional por el mayor área y rinde y 4,7 Mtons por la soja importada. Las
exportaciones de aceite, por su parte, se elevan menos, a razón de 790 mil
toneladas, con una producción que se incrementa en 5,9 Mtons pero deriva
la mayor parte del incremento a la industria del biocombustible, que incre-
menta sus exportaciones en 4,6 Mtons. En su conjunto, las exportaciones
adicionales incrementan los ingresos por ventas externas en U$D 8,2 MM
o un 39% del valor del escenario base.

87
Luciano Cohan

La recaudación de impuestos también se incrementaría de manera sensible,


con una suba de U$D 1,7 MM en concepto de derechos de exportación y de
U$D 1,0 por otros impuestos (U$D 580 millones de impuestos a las ganancias).
Gráfico 39: Resultados de la simulación – Todos los shocks
Variación del valor agregado por sector
Insumos Agríciolas Producción Primaria
Logísca Molienda y Biocombusbles
Industrias Conexas y otros derivados Derechos de Exportación
$26,000

$25,000

$1,677

$24,000

$56
+U$D 5.9 MM
$23,000
$1,612

$22,000
$374

$21,000
$1,871
Escenario Base
Campaña 2009/2010
$20,000

$351
$19,334 $19,334
$19,000
Antes Después

Fuente: Elaboración propia a partir del modelo de cadena de valor de la soja

Por su parte, el valor agregado en la cadena se incrementa en U$D 6,0


MM o 31% del valor del escenario base, suba que equivale al 1,9% del PBI
nacional. En este escenario, el menor crecimiento (sin considerar el de los
derivados animales que se asumen invariantes) se produce en los sectores
proveedores de insumos y los contratistas de labranzas, cuyo valor agregado
crece un 10%, uno a uno con el crecimiento del área sembrada. Sigue en
importancia los servicios de transporte, acopio y cosecha, cuya demanda
crece en el orden del 21% como resultado de la mayor producción. El cre-
cimiento de los servicios portuarios y de los derechos de exportación serían
de 34% y 25% respectivamente, mayor crecimiento de la producción, en
tanto un mayor porcentaje del total se destina al exterior (a los cual se le
suma los servicios portuarios sobre la soja importada). Finalmente tenemos
el caso de las industrias de crushing, de biocombustibles y los servicios co-

88
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

nexos. En este caso, se produce un aumento de 84% de valor agregado en


crushing y producción de hexano y de 370% en el caso de biocombustibles
y producción de metanol.

Conclusión:
A partir de la construcción de la cadena de valor de soja, algunos
del los resultados más relevantes son:
• En su conjunto, la cadena paso de facturar, luego de excluir las
compras intra cadena, un total de U$S 4,7 MM en la campaña
2000/01 a U$D22,4 MM hacia la campaña 2009/10, lo cual re-
presenta un incremento de 380% en la facturación global
• El principal motor de la cadena fue el efecto cantidades, que explica
en su conjunto hasta el 70% de la variación total en la facturación.
El 30% restante es explicado por la variación de los precios.
• El valor agregado por la cadena de la soja durante las últimas diez
campañas fue, en promedio de U$D 9,9 MM anuales, equivale al
4.7% del Producto Bruto Interno (PBI) durante el periodo. En la
última campaña este valor ascendió a U$D 19,3 MM o 5,8% del PBI
• Al comparar la relación entre el Valor Agregado y el Valor Bruto
de Producción se observa como, por cada peso de facturación, la
cadena agrega U$D 0,52, cifra similar al valor que se observa para
la economía en su conjunto de U$D 0,53 por cada peso vendido
• Se estima que la recaudación de la cadena valor de la soja se in-
crementó al cabo de las últimas 10 campañas en un 830%, desde
los U$D 890 millones tributados en la campaña 2000/2001 a los
$ 9,2 MM de la última campaña estimada.
• Su peso en la recaudación del Sector Público no Financiero paso de
1,6% en la campaña 2000/01, al 8,4% en la última campaña, con un
promedio de 7,3% durante todo el periodo de la posconvertibilidad.

89
Luciano Cohan

• El peso de las retenciones pasó de ser un 5% del total tributado


por la cadena hacia fines de la convertibilidad a un máximo del
74% en la campaña 2008/2009, con un promedio de 61% en toda
la década.
• La carga tributaria sobre la cadena era de 25% del Valor Agregado
en la campaña 2000/01, 3% por arriba del promedio nacional. Diez
años más tarde alcanzaría el 48%, 15 puntos porcentuales por
arriba del promedio nacional. En su punto máximo, en la campaña
2008/09, la presión tributaria alcanzó un 56% del valor agregado,
22pp por arriba del promedio nacional.
• Con el objeto de estimar el potencial de mediano plazo de la cade-
na, se simuló el impacto de incrementar en 10% el área sembrada;
10% los rindes de producción; elevar la molienda al 100% de
la producción local, más un 10% de importación temporaria; y,
destinar el 50% de la producción de aceite a biodiesel. En dicho
escenario, la producción global de la cadena se incrementa un
31% (11,1 Mtons), a lo cual se le adicionan 6,3 Mtons de soja
importada, lo cual arroja una oferta de grano total de 70 Mtons.
• Con el objeto de estimar el potencial de mediano plazo de la cade-
na, se simuló el impacto de incrementar en 10% el área sembrada;
10% los rindes de producción; elevar la molienda al 100% de
la producción local, más un 10% de importación temporaria; y,
destinar el 50% de la producción de aceite a biodiesel. En dicho
escenario, la producción global de la cadena se incrementa en un
31% (11,1 Mtons), a lo cual se le adicionan 6,3 Mtons de soja
importada, lo cual arroja una oferta de grano total de 70 Mtons
• Por su parte, el valor agregado en la cadena se incrementa en U$D
6.0 MM o 31% del valor del escenario base, suba que equivale al
1.9% del PBI nacional.

90
Conclusión

E
l objetivo de este trabajo ha sido contribuir a entender la importancia
de la cadena de valor de la soja en la economía argentina, compren-
der su importancia en la creación de riqueza, de exportaciones y de
valor agregado. Para ello se desarrolló un enfoque cualitativo y cuantitativo,
buscando ofrecer una visión novedosa de un sector de importancia vital en
el país.
En la primera sección del documento se buscó pasar revista de las prin-
cipales transformaciones que vivió la cadena en los últimos cuarenta años.
Durante este periodo, la economía argentina vio crecer a la cadena de valor
de la soja, desde niveles prácticamente insignificante a los actuales volú-
menes.
Para ello, en primer lugar se describió el contexto internacional, desta-
cando el rol que jugó la soja y sus derivados en el siglo XX. Asimismo, se
describirá su dinámica histórica que llevó a la oleaginosa a ser una de las
principales fuentes de proteína de alta calidad y bajo costo, que cubre hasta
el 57% del requerimiento proteico mínimo global. Se analizó también la
transformación que experimentó la estructura de producción primaria. En
estos cuarenta años se produjo un cambió en la organización de la produc-
ción desde una fuerte integración vertical a una organizada en forma de
red, marcada por el cambio tecnológico, la mayor división del trabajo, el
surgimiento de múltiples actores y de industrias vinculadas, la profesio-
nalización de la actividad y la relocalización productiva en un contexto
internacional cambiante.
El sector avanzó también en la consolidación de un polo industrial que
se ubica hoy entre los más importantes del mundo. Argentina es el único
país entre los grandes productores de soja que logró sostener sus ratios de
industrialización local de la producción. Los eslabonamientos avanzaron
para permitir también el desarrollo de una pujante industria de biocom-

91
Luciano Cohan

bustibles. Partiendo de 180 mil toneladas en el año 2007, la producción se


multiplicó por diez en cuatro año, para alcanzar una producción estimada
de 1,8 Mtons en 2010.
En la segunda sección del documento se cambió el enfoque de análisis.
La nueva configuración de la trama productiva escapa a las clasificaciones
tradicionales de actividades económicas, con una agroindustria que corta
horizontalmente los sectores de producción primaria, secundaria y tercia-
ria. Los límites se vuelven más difusos, y el sector agropecuario tradicional
se funde en una agroindustria donde se mezclan proveedores de insumos,
contratistas, industrias, agentes de comercialización y transporte, agencias
de difusión de tecnología, entro otros.
Para sortear esta dificultad se construyó un modelo de consistencia de la
cadena de valor de la soja, que analiza de manera independiente los aportes
de diecisiete eslabones de la cadena. Se incluyen, los insumos de la produc-
ción primaria; la producción primaria; la comercialización; la producción
de aceites, harinas y biocombustibles; las industrias conexas de hexano y
metanol; y, la producción de carne de pollo, cerdo y huevos.
Entre los varios resultados obtenidos a partir de este modelo, se destaca que,
en su conjunto, la cadena paso de facturar, luego de netear las compras intra
cadena, un total de U$S 4,7 MM en la primera campaña a U$D 22,4 MM hacia
el final del ejercicio. Esto representa un incremento de 370% en la facturación
global, donde el principal motor del crecimiento fue el efecto cantidades (70% de
la variación total en la facturación) y en segundo término el efecto precio (30%).
El valor agregado por la cadena de valor de la soja durante las últimas
diez campañas fue, en promedio de U$D 9,9 MM anuales, equivale al
4,7% del Producto Bruto Interno (PBI) durante el periodo. Por su parte,
la recaudación de la cadena valor de soja se incrementó en las últimas 10
campañas en un 830%, desde los U$D 890 millones tributados en la campaña
2000/2001 a los $ 9,4 MM de la última campaña estimada, En promedio,
el sector tributo el equivalente al 7,3% del total de la recaudación pública
durante la posconvertibilidad.

92
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

Por su parte la recaudación de la cadena valor de soja se incrementó


entre las 10 campañas un 830% desde los U$D 890 millones tributados en
la campaña 2000/01 a los $ 9,4 MM de la última campaña estimado, En
promedio, el sector tributo el equivalente al 7.3% del total de la recaudación
pública durante la posconvertibilidad.
A partir del modelo construido, con el objeto de estimar el potencial de
mediano plazo de la cadena, se realizaron un conjunto de simulaciones de
escenarios. El objetivo de cada simulación es determinar el impacto eco-
nómico de la modificación de alguno de los parámetros claves del modelo,
como herramienta para tener una aproximación del potencial de crecimiento
de la cadena de valor de la soja. En el ejercicio más ambicioso se simuló
el impacto de incrementar en 10% el área sembrada, 10% los rindes de
producción, elevar la molienda al 100% de producción local, más un 10%
de importación temporaria y destinar el 50% de la producción de aceite a
biodiesel
En este caso, los resultados obtenidos muestran que la producción global
de la cadena se incrementa en un 31%, y 11,1 Mtons, a lo cual se le adicionan
6,3 Mtons de soja importada, lo cual arroja una oferta de grano total de 70
Mtons. Las exportaciones adicionales incrementan los ingresos en U$D 8,2
MM o un 39% del valor del escenario base. La recaudación de impuestos
también se incrementaría de manera sensible, con una suba de U$D 1,7 MM
en concepto de derechos de exportación y de U$D 1,0 por otros impuestos.
Por su parte, el valor agregado en la cadena se incrementaría en U$D 5,9
MM o 31% del valor del escenario base, suba que equivale al 1,9% del PBI
nacional.

93
Luciano Cohan

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98
Apéndice metodológico: Criterios de valuación y
elaboración de las matrices insumo producto

Criterios de valuación
Insumos Agropecuarios: Para Insumo de la producción primaria se
utilizaron los precios reportados en la revista Márgenes Agropecuarios,
valuación de los insumos en el mes de Junio del año de inicio de cada cam-
paña. De allí, se obtuvo el precio de agroquímicos, fertilizantes y semillas,
el costo de la Unidad de Trabajo Agropecuario (UTAs) para valuar el sector
de los contratistas y los gastos de estructura.
Producción Primaria: El ingreso del productor agropecuario y de los
contratistas de cosecha es un precio FAS en puerta de chacra, determina-
do para cada uno de los 313 departamentos. El FAS en chacra se calcula
restando del FOB los derechos de exportación, el servicio portuario (U$D
8,50), el flete largo hasta el departamento, el costo de acopio y un flete corto
equivalente a la tarifa CATAC para 20 kilómetros. El precios FOB utiliza-
do es el promedio Enero a Diciembre del año de finalización de campaña.
La alícuota de derecho de exportación utilizada es la de enero del año de
finalización de campaña.
Logística y comercialización: El precio fijado para el transporte surge
de las tarifas CATAC. Para el caso del acopio se utilizó el precio por tone-
lada informado por la Revista Márgenes Agropecuarios, que oscila entre
U$D 2,79 y U$D 5,54 por tonelada. Finalmente, el precio de los servicios
portuarios se fijo en U$D 8.5 durante todo el ejercicio.
Harinas y aceites: El precio utilizado es el FAS neto de derechos de
exportación y costos de fobbing a partir de la primera posición del futuro en
la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Los biocombustibles fueron valuados
según el precio promedio de exportación.

99
Luciano Cohan

Otros derivados alimenticios: La producción porcina se valuó con un


empalme entre las series del Mercado de Liniers entre 2000 y 2005 y ONC-
CA desde entonces, Para la categoría de cachorros, capones y hembras sin
servicio con Sistema de tipificación por Magro. El precio de los pollos y de
los huevos fue reportado por la Cámara Argentina de Productores Avícolas
(CAPIA). En todos los casos el valor utilizado es el promedio para el año
de cierre de la campaña.

Matrices insumo producto


Insumos Agropecuarios: Entre los proveedores de insumos para la
producción primaria, la relación entre valor agregado y valor bruto de pro-
ducción para los sectores de semillas, fertilizantes, agroquímicos surge de
la Matriz Insumo producto del INDEC del año 1997, de donde se obtuvo un
ratio de 80,7%, 16,2% y 16,2% respectivamente que se mantuvo homogéneo
durante los 10 años de simulación. La estructura de costos del servicio de
contratistas surge de la revista Márgenes Agropecuarios que permitió cons-
truir una serie de precios de insumos producto y una relación valor agregado
y valor bruto de producción que cambia entre campañas, con un promedio
de 73%. En el caso de los servicios técnicos y profesionales agropecuarios
se asume una relación constante de 75%.
Producción Primaria: Para la producción primaria, las estructuras de
costos surgen de los 36 planteos productivos regionales descriptos en el
cuerpo del texto, que permiten, tras valuar el precio de los insumos según
la revista Márgenes Agropecuarios, estimar el valor agregado por campaña
y región.
Logística y comercialización: La estructura de costos de servicio de
transporte de cargas surge de la Disposición Nº 2/2007 de la subsecretaría
de transporte, a partir del cual puede estimarse un valor agregado de 67
centavos por cada peso facturado. Para la estructura de costos de los servi-
cios portuarios y de acopios se tomó el rubro “Comercio Mayorista” de la
matriz insumo producto, con un valor Agregado de 68 centavos por peso.

100
El aporte de la Cadena de Soja a la economía argentina - 2000-2010

Molienda oleaginosa y biocombustibles: El valor agregado del crushing


de soja se estima como la diferencia en el precio FAS del grano de soja y
del aceite y harina, ponderado por el correspondiente coeficiente técnico
menos U$D 7 de costo industrial. En el caso del biocombustible. Se asume
un costo de producción por tonelada (sin considerar el costo del aceite) de
U$D 51 por tonelada, a lo cual se le netean U$D 29 en concepto de venta
de glicerina.
Industrias conexas y otros derivados alimenticios: Para las industrias
de hexano y metanol se tomo la relación entre valor agregado y valor bruto
de producción que surge de la MIP para el rubro química básica, ubicado
en 36%. Finalmente, para los eslabones de producción porcina y aviar se
obtuvo información de las diversas cámaras, de especialistas sectoriales y de
revistas especializadas para la construcción de la estructura de costos tipo.

Modelo Fiscal
El modelo fiscal consta de nueve impuestos y tasas:
1. Derechos de Exportación,
2. Ingresos brutos,
3. Impuesto a los Débitos y Créditos,
4. Impuesto a las Ganancias,
5. Impuesto inmobiliario,
6. Tasa Vial,
7. Impuesto al gasoil,
8. Sellados
9. Contribuciones sociales.
El modelo asume el pago completo de los tributos, sin incorporar supues-
tos de evasión o elusión fiscal, lo cual puede sobreestimar la verdadera cifra
recaudada. En futuras versiones del modelo se incorporaran correcciones

101
Luciano Cohan

para minimizar este sesgo. La AFIP estima una evasión promedio del 27,7%
en el IVA para los años 2000 a 2006. Extendiendo esas conclusiones a los
impuestos aquí estimados puede suponerse que presentan una sobreestima-
ción aproximada equivalente a esa cifra.
En el caso del impuesto a los Ingresos Brutos, se aplica al Valor Bruto de
Producción la alícuota correspondiente a cada sector que oscila de la exen-
ción completa al 3.5%. Los impuestos sobre Débitos y Créditos se calculan
con una alícuota de 1% sobre el Valor Bruto de Producción, exceptuando
a los sectores de molienda y biocombustibles. El impuesto a las ganancias
se calcula con una alícuota de entre 25% y 35% según el eslabón sobre el
valor agregado neto de otros impuestos y de salarios (el porcentaje de valor
agregado destinado a salarios surge de las Cuentas Nacionales). La tasa del
impuesto inmobiliario es de U$D 20 por hectárea, la de la tasa vial de U$D
3,30 y la del impuesto al gasoil de U$D 2.95 por hectárea. Los sellados se
estiman sobre el valor bruto de producción primario a partir de las alícuotas
provincial y oscilan de 0,05% a 0,9% según la provincia. Las contribuciones
sociales se estiman teniendo en cuenta la relación entre contribuciones y
valor agregado que surgen de la Cuenta Generación de Ingreso del Sistema de
Cuentas Nacionales Los derechos de exportación se calculan con la alícuota
correspondiente sobre el valor FOB de cada producto, con la excepción de
las exportaciones de derivados de la soja de importación temporaria en cuyo
caso la alícuota se aplica sobre el valor agregado.

102
L
a historia de las últimas cuatro décadas en la
actividad agroindustrial argentina son de cambio
y transformación. Es imposible entender el
crecimiento cuantitativo sin dar cuenta de los impor-
tantes cambios cualitativos, que transformaron su estruc-
tura, su patrón tecnológico y su forma de organización. La
agroindustria argentina presenta hoy características que
la diferencian ya no de lo que era hace cuarenta años,
sino de lo que era hace tan solo una década.

En este libro se buscar estudiar y describir el aporte de


esta cadena, poniendo énfasis en las transformaciones
tecnoproductivas que la caracterizaron, en su contribu-
ción a la creación de riqueza nacional y, sobre todo, en su
potencial hacia el futuro. En suma, este documento se
constituye en un primer estudio para profundizar un
programa de investigación que puede ser un aporte
original y relevante para entender las cadenas de valor
agroindustriales y su impacto en las fuentes de creci-
miento de la economía argentina.

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