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PATOLOGÍAS BENIGNAS DEL CUELLO

Las malformaciones benignas del cuello constituyen una amplia gama de patologías
congénitas por inconsistencias en el desarrollo embrionario que en la mayoría de los casos
generan a la persona que la padece, problemas de índole tanto estético como funcional.

Por tal motivo, para poder hablar y entender las patologías congénitas del cuello, su
clínica y terapéutica, es necesario tener una idea clara de la embriología de las estructuras que
mayormente son afectadas por este tipo de formaciones.

EMBRIOLOGÍA

Aparato Branquial

En el embrión de 4 semanas, la pared lateral de la faringe presenta unas formaciones


mesenquimatosas, llamadas “arcos branquilaes”, en número de 5 a cada lado. Alrededor de la
quinta o sexta semana el segundo arco branquial se desarrolla mucho más rápido que el
tercero y cuarto, lo que genera la formación de una cavidad llamada “sinus cervical de His”.

De cada arco se derivarán diferentes estructuras de sus porciones dorsal, media y


ventral; de las cuales en el estudio de las patologías benignas del cuello, nos interesa la
porción ventral del segundo arco branquial, y el tercer, cuarto y quinto arcos branquiales.
Dichos arcos, forman las siguientes estructuras:

- Segundo arco branquial (porción ventral): Origina los cuernos menores y la mitad
superior del hueso hioides.
- Tercer arco branquial: Forma la mitad inferior y los cuernos mayores del hueso hioides.
- Cuarto arco branquial: Dará el cartílago tiroides.
- Quinto arco branquial: Formará el cartílago cricoides.

Surcos y Bolsas Faríngeas

Los surcos branquiales y bolsas faríngeas son depresiones que se forman entre un arco
branquial y otro, siendo las bolsas más profundas, adosadas al interior de la faringe, mientras
que los surco, son más externos. Cada una de estas depresiones dará diferentes estructuras:

- 1er surco branquial: Corresponde a una línea entre el


conducto auditivo externo y un punto por encima del
hueso hioides.
- 2do surco branquial: Corresponde a una línea entre
el borde anterior del músculo
SURCOS BRANQUIALES
esternocleidomastoideo por debajo el lóbulo de la
oreja y el cuerpo del hioides.
- 3er y 4to surco branquial: Corresponden a la parte
media y el borde posterior del músculo
esternocleidomastoideo hasta un punto situado a un
través de dedo por encima de la horquilla esternal.
- 1era bolsa faríngea: Dará la trompa de Eustaquio.
- 2da bolsa faríngea: Formará las amígdalas.
- 3era bolsa faríngea: En su porción dorsal da las
paratiroides inferiores y en su porción ventral al timo.
BOLSAS FARÍNGEAS
- 4ta bolsa faríngea: Igual que la 3era bolsa, ayuda en la
formación de las paratiroides, formando el par superior de
estás glándulas.

Para un mejor entendimiento de todo lo correspondiente a las patologías benignas del


cuello, es decir, congénitas, se pueden clasificar de la siguiente manera:

1. Quistes y fístulas cervicales

1.1. Quistes y fístulas de la línea media.

1.1.1.- Quiste del conducto tirogloso.

1.1.2.- Quiste dermoide y epidermoide.

1.2.- Quistes y fístulas laterales (branquiales).

2. Tumores cervicales

2.1.- Tumores vasculares.

2.1.1.- Hemangioma.

2.1.2.- Linfangioma (higroma quístico).

2.1.3.- Paraganglioma o Glómus carotídeo (Tumor del cuerpo carotídeo).

2.2.- Tumores nerviosos.

2.2.1.- Schwannoma.

2.3.- Tumor de parótida.

2.3.1- Adenoma pleomorfo.

QUISTES Y FÍSTULAS DE LA LÍNEA MEDIA

Los quistes son bolsas membranosas que se forman anormalmente en los tejidos del
cuerpo y que contiene una sustancia líquida o semisólida de distinta naturaleza.

Quiste del conducto tirogloso

La glándula tiroides comienza a formarse en el foramen caecum de la lengua a partir


de la tercera semana de embarazo para posteriormente descender, formando así un conducto
(canal de Bochdalek) en la región anterior del cuello en íntimo contacto con el cuerpo del
hueso hioides. Este conducto debe desaparecer alrededor de la décima semana. Su
persistencia condiciona la formación del quiste del conducto tirogloso. La mayor parte de los
quistes tiroglosos son infrahioideos por delante de la membrana tirohioidea, pero se pueden
formar en cualquier punto del conducto desde el foramen caecum de la lengua hasta la
glándula tiroides.

Suele diagnosticarse antes de los 10 años. Se presenta como como una masa
redondeada, de consistencia firme, central o paramedia, en general infrahioidea, que asciende
y desciende al deglutir. Si se infecta aparecerá enrojecimiento en la piel, calor y dolor que
aumenta al palpar, pudiendo fistulizarse.

En cuanto al tratamiento, es netamente quirúrgico. La exéresis debe incluir el cuerpo


del hueso hioides (técnica de Sistrunk) para evitar recidivas. Si existe infección en el momento
del diagnóstico debe tratarse con antibióticos y antiinflamatorios con eventual drenaje y
realizar la cirugía una vez enfriado el proceso.

Quiste dermoide y epidermoide

Estos quistes, son menos frecuentes que los tiroglosos. Constituyen disrrafias, es decir
defectos de fusión en línea media de los primeros arcos branquiales. Suelen observarse en
niños o adultos jóvenes, apareciendo como una masa blanda, en el suelo de la boca y región
suprahioidea, que al microscopio son formaciones cubiertas de epitelio tipo queratinziado.
Producen síntomas cuando alcanzan suficiente tamaño. El diagnóstico diferencial se hace
fundamentalmente con el quiste tirogloso suprahioideo.

QUISTES Y FÍSTULAS LATERALES (branquiales)

Estos quistes son restos del seno cervical. Por lo general no resulta visible en el
nacimiento, sino que se manifiesta más adelante al producirse su crecimiento. Estas
anormalidades desarrolladas en el aparato branquial representan la causa más frecuente de
tumores en las regiones laterales del cuello.

Quiste branquial

Es una tumoración ubicada en la región lateral del cuello, situada en el triángulo


anterior, detrás del ángulo de la mandíbula y emerge por delante del músculo
esternocleidomastoideo. Su aparición suele ser más tardía que la fístula, esto obedece a la
velocidad de crecimiento que posea el quiste. Son de tamaño variable, entre 3 y 5 cm,
redondos, móviles, de límites precisos, en ocasiones fijos e indoloros. En ocasiones solo son
reconocidos cuando sufren algún proceso inflamatorio.

Estadísticamente se ha evidenciado que no hay predominio en cuanto al sexo, ni


ubicación en el lado derecho o izquierdo del cuello, es muy infrecuente que sean bilaterales y
pueden ser superficiales, ubicados cercanos al borde del músculo esternocleidomastoideo, o
pueden estar en un plano más profundo, adosado a la vena yugular interna, o en la bifurcación
de la arteria carótida primitiva.

Su diagnóstico es generalmente fácil, siempre que realicemos un interrogatorio y un


examen físico adecuado. Existen algunos medios diagnósticos que ayudarían a confirmarlo,
como son: el ultrasonido de partes blandas, la TAC y hasta la RMN. Consideramos que estos
estudios ayudan a confirmar el diagnóstico, pero su practicamos un interrogatorio adecuado y
un examen minucioso del cuello, podemos prescindir de ellos. En cuanto al tratamiento, es
totalmente quirúrgico.

Fístula branquial o faríngea

Es una Permeabilidad persistente de los surcos y/o de las bolsas branquiales,


produciéndose las mismas cuando los tejidos intermedios se separan. Se presenta
mayormente en la porción lateral del cuello, directamente por delante del músculo
esternocleidomastoideo. De acuerdo a sus características generales, se pueden clasificar en:

TIPO DESCRIPCIÓN
FÍSTULAS COMPLETAS Poseen dos orificios de salida, uno interno y otro externo.
FÍSTULAS INTERNAS Tienen un orificio interno comunicante, generalmente con la pared
de la farínge.
FÍSTULAS EXTERNAS Poseen un orificio que se comunica con el exterior a través de la
piel de la región lateral del cuello.

También se pueden clasificar de acuerdo a su ubicación en el cuello:

TIPO DESCRIPCIÓN
F. 1era HENDIDURA Se encuentra por encima del hueso hioides y desemboca en el piso
del conducto auditivo externo.
F. 2da HENDIDURA Corre desde el borde anterior del músculo esternocleidomastoideo,
en la unión de sus dos tercios medio e inferior y entre las arterias
carótidas interna y externa, hacia la fosa amigdalina.
F. 3era HENDIDURA Desemboca al exterior en el mismo sitio y desciende detrás de la
carótida interna hasta el seno piriforme.
F. 4ta HENDIDURA Se extendería desde una parte baja del músculo
esternocleidomastoideo, debajo de la arteria subclavia o el cayado
de la aorta, para volver ascender en el cuello y aproximarse al
esófago cervical.

Su frecuencia es similar para ambos sexos y fundamentalmente durante la edad


pediátrica. Se plantea que pueden ser bilaterales en un 10 % de los casos. Su orificio cutáneo
se encuentra a la altura del borde anterior del músculo esternocleidomastoideo, pero más
frecuente hacia su tercio inferior, su diámetro es solo de 1 a 2 mm. Si no se encuentra
infectado es asintomático, al infectarse cursa con signos inflamatorios locales y secreción
mucoide o seropurulenta desde el trayecto fistuloso.

TUMORES VASCULARES

Hemangioma

Un hemangioma es un tipo de marca de nacimiento; se trata del tumor/neoplasia de la


piel, benigna (no cancerosa) más frecuente en la lactancia y la niñez, afectando sobre todo a
niñas. Se caracteriza por la aparición de un gran número de vasos normales y anormales sobre
la piel u otros órganos internos; generalmente son localizados, pero pueden extenderse a
grandes segmentos del cuerpo (ANGIOMATOSIS). Puede ser congénito (marca tenue y rojiza;
30% de los casos en prematuros) o aparecer durante los primeros meses de vida (70% casos);
afecta principalmente a la piel de la cara, cuero cabelludo y cuello (80-90%) y no se suele
asociar a otros síndromes.

En la mayoría de casos los pacientes son asintomáticos, siendo la ulceración uno de los
procesos acompañantes más frecuentes. Los enfermos con hemangiomas se caracterizan por
presentar COAGULOPATÍAS DE CONSUMO (CID = producción excesiva de pequeños coágulos
intravasculares, con componentes microcirculatorios defectuosos y disfunción endotelial, los
cuales causan trombos en los vasos sanguíneos, consumiendo los componentes de la cascada
de coagulación y las plaquetas). Aquellos con grandes hemangiomas pueden desarrollar un
HEMANGIOENDOTELIOMA KAPOSIFORME; se trata de un tumor raro y agresivo, que aunque
histológicamente parece benigno, si no se trata tiene una mortalidad elevada. La exploración
de la piel puede revelar la presencia de telangiectasias o equimosis, que son clave para
sospechar un síndrome de Kasabach-Merritt (SKM=se caracteriza por la asociación de un
tumor vascular con trombocitopenia grave y varios grados de coagulopatía de consumo;
presentando con frecuencia niveles de fibrinógeno disminuidos, algo elevados de complejos
solubles y muy altos de D-dímeros. El inicio es rápido, con la formación de una masa
equimótica e inflamatoria).

Los criterios para establecer el diagnóstico definitivo son: que se trate de un tumor
firme, que NO evacue sangre al presionar y que NO blanquee a la vitro-presión.

Linfangioma

Los linfangiomas son neoplasias benignas que ocurren predominantemente en la


infancia y cuya localización más frecuente es cabeza y cuello. Morfológicamente se clasifican
en tres tipos:

- linfangioma simple: formado por pequeños vasos linfáticos de paredes delgadas.


- linfangioma cavernoso: constituido por vasos linfáticos de pequeño tamaño con capas
conectivas de grosor irregular entre ellos.
- linfangiomas o higroma quístico: cuando está compuesto por grandes espacios linfáticos
macroscópicos que poseen revestimiento de colágeno y músculo liso.

Tienen gran interés clínico porque su crecimiento puede comprometer el órgano


donde asienta. Aunque histológicamente sean benignos debido a su localización, los
linfangiomas cervicales de gran tamaño pueden desfigurar al paciente y cursar con disnea,
disfagia o disfonía, causando no solo graves secuelas estéticas, fonatorias o deglutorias, sino
amenazar la supervivencias del paciente por compresión de la vía aérea.

Este tipo de tumoraciones se ubican en la mayoría de los casos en el triángulo


posterior del cuello, en la zona supraclavicular. Siguen en orden de frecuencia los submaxilares
y finalmente, los medios (región carotídea) y los gigantes pueden abarcar toda la región
cervical. Deben buscarse siempre las posibles prolongaciones (suelo de la boca, región
parotídea, compartimiento anterior del cuello o hacia la nuca) y, sobre todo, hacia la axila y
mediastino.
Paraganglioma o Glómus carotídeo

Este grupo de tumores los encontramos en diferentes localizaciones del cuerpo


humano, y con frecuencia en la región cervical. Por su carácter quimiorreceptor, son llamados
quimiodectomas. Generalmente son benignos, pero pueden manifestarse con carácter
maligno e incluso con metástasis linfáticas regionales o a distancia. Los paragangliomas
aparecen fundamentalmente en el cuerpo carotídeo, aunque también en otros puntos de la
región. La cirugía era considerada como la mejor forma de tratamiento, pero hoy día se sabe
que la radioterapia también puede llevar a su curación o a un prolongado control.

Desde el punto de vista clínico son tumores de crecimiento lento y de consistencia


duro-elástica. Se encuentran localizados en el borde anterior del músculo
esternocleidomastoideo y presentan movilidad lateral, no así vertical (signo de Fontaine).
Pueden transmitir el latido cardiaco y por auscultación pueden producir un trill.
Excepcionalmente puede producirse una reducción de volumen a la compresión que se
recupera en pocos segundos (signo de Chevasu). Solo los tumores muy desarrollados pueden
producir síntomas neurológicos por compresión de los pares craneales (IX, X, XI, XII); disfagia,
disfonía, lateralización lingual e incluso síntomas por la producción de catecolaminas
(palpitaciones, hipertensión fluctuante y otros).

TUMORES NERVIOSOS

Schwannoma

Los schwannomas, también llamados neurinomas o neurilemomas, son tumores


benignos neuroectodérmicos originados en las células de Schwann, localizadas en los pares
craneales ( a excepción del nervio óptico y olfatorio que carecen de células de Schwann), en los
nervios periféricos y en el sistema neurovegetativo. Son los tumores más frecuentes de los
nervios periféricos y su transformación maligna es extremadamente rara. Los schwannomas
pueden aparecer en cualquier órgano, cabeza, cuello, tronco y extremidades.

Los schwannomas de cabeza y cuello son relativamente infrecuentes y representan el


25 y el 45% de todos los schwannomas extracraneales. No hay factores de riesgo asociados ni
prevalencia en función del sexo. Los schwannomas cervicales se pueden clasificar en dos
grupos según Daly y Roesler, los tumores laterales desarrollados a partir de las ramas cutáneas
o musculares del plexo cervical o braquial y los tumores mediales que surgen de los últimos
cuatro pares craneales.

Desde el punto de vista clínico, lo característico es una masa aislada, asintomática y


palpable. Con el paso del tiempo puede crecer produciendo dolor, parestesias y secuelas
funcionales debido al compromiso de las raíces nerviosas. El diagnóstico de sospecha es clínico
aunque en ocasiones se infradiagnostica y malinterpreta con adenopatías cervicales.

TUMOR DE PARÓTIDA

Adenoma pleomorfo

El adenoma pleomorfo es una neoplasia benigna y es el tumor más frecuente de


aquellos que derivan de los tejidos que forman las glándulas salivales. Los signos y síntomas
que sugieren la existencia de un adenoma pleomorfo (AP) son inespecíficos. Cuando están
localizados en la parótida separan y levantan el pabellón de la oreja y distienden la piel, la
compresión del nervio facial provoca dolor en ocasiones. La edad de la mayoría de los
pacientes oscila entre los 24 y 68 años y es más común en mujeres que en hombres.

El AP, en particular el que se encuentra localizado en la parótida, suele ser una lesión
que no muestra fijación en los tejidos más profundos, ni en la piel o mucosa que lo cubre,
habitualmente es una lesión nodular, de forma irregular y de consistencia firme, aunque en
ocasiones se pueden palpar áreas de transformación quística. En los tumores parotídeos la piel
rara vez se ulcera, por lo general no son mayores de 5 cm aunque pueden alcanzar un gran
tamaño, habiéndose registrado lesiones con peso de varios kilogramos. Cuando la localización
es parafaríngea o en orofaringe, produce modificaciones en la voz, disfagia, disnea y cuando se
localiza en el seno maxilar produce modificaciones faciales.

PATOLOGÍAS MALIGNAS DEL CUELLO


MASAS DEL CUELLO

El diagnostico de masas del cuello no tiroideas sigue un camino bien delimitado.

Regla de los 80%

80% de las masas no tiroideas del cuello son neoplásicas


80% de las masas neoplásicas del cuello se encuentran en varones
80% de las masas neoplásicas del cuello son malignas
80% de las masas malignas son metastasicas
80% de las masas metastasicas del cuello son de sitios primarios supraclaviculares

Ademas, el probable diagnostico puede basarse en la duración de los síntomas del paciente

Regla del 7

La masa de inflamación tiene siete días de existencia


La masa de una neoplasia existe desde hace siete meses
La masa de defecto congénito ha existiido durante siete años

ADENOPATÍAS CERVICALES MALIGNAS

Se dividen en: primitivas y metastásicas, las primeras son expresiones cervicales de


enfermedades sistémicas (Hodking y otros linfomas) y las segundas, metástasis de neoplasias
situadas en órganos como la laringe, nasofaringe, base de lengua, senos, etc., casi siempre de
origen epitelial como el carcinoma epidermoide (escamoso).

Los ganglios metastásicos se caracterizan por ser duros, su consistencia suele llamarse pétrea,
no son dolorosos al inicio, rápidamente se fijan a planos profundos, por lo que su movilidad
desaparece; finalmente esta infiltración puede erosionar un vaso y generar una hemorragia
fatal, el dolor refractario a los analgésicos comunes indica la lesión de nervios sensitivos. Las
metástasis ganglionares tiene ciertos patrones clínicos muy importantes uno de ellos es que
los ganglios metastizados se localizan en cadenas que nos pueden hacer sospechar su
ubicación; por ejemplo los cánceres de nasofaringe tienden a metastizar en el tercio superior
de la cadena yugular interna y los ganglios yugulodigástricos, los de la epilaringe y supraglotis,
así como los de la base de la lengua tienen preferencia también por el tercio superior de la
cadena yugular; los de región subglótica suelen metastizar en los ganglios de la cadena cervical
transversa y prelaríngeos, aunque insistimos e8/99n que esta no es una regla absoluta.

El diagnostico definitivo de una adenopatía crónica cervical solo puede hacerse por medios
histopatológicos lo mas rápido posible debido a que la operabilidad de un cáncer queda
muchas veces determinada no solo por el tamaño o ubicación de la lesión primitiva, sino
también por la fijación a estructuras vecinas vitales de las metástasis ganglionares lo que
imposibilita el vaciamiento ganglionar oportuno

Las neoplasias a nivel de ganglios cervicales pueden ser primarias (linfomas) o corresponder a
metástasis de un carcinoma epidermoide (ubicado en faringe o laringe) o de un carcinoma
tiroídeo; en ocasiones, una adenopatía supraclavicular puede corresponder a una metástasis
de tumores abdominales (p.ej. estómago)

El tabaquismo incrementa el riesgo de aparición de un carcinoma de la cabeza y el cuello 1.9


veces en varones y tres veces en mujeres, en comparación con quienes no fuman. El riesgo
aumenta a medida que es mayor el número de años de tabaquismo y de cigarrillos que se
fuman al día. El alcohol por sí solo confiere un riesgo 1.7 veces mayor en varones que
consumen una a dos bebidas al día, en comparación con quienes no beben.

En un estudio de Moore, en 40% de las personas que continuaron fumando después del
tratamiento definitivo de una neoplasia maligna de la cavidad bucal hubo recurrencia o se
produjo una segunda neoplasia maligna de la cabeza y el cuello. En cuanto a los que dejaron
de fumar después del tratamiento, sólo en 6% hubo recurrencia. señalaron que quienes no
fumaban estaban representados por un número desproporcionado de mujeres y con mayor
frecuencia eran de edades extremas (<30 o >85 años de edad). Los tumores en los no
fumadores se presentaron con mayor frecuencia en la cavidad bucal, específicamente en la
porción bucal de la lengua, la mucosa vestibular y el reborde alveolar. Los fumadores
presentaron con mayor frecuencia tumores de laringe, hipofaringe y el piso de la boca

Los pacientes en quienes se diagnostica cáncer de la cabeza y el cuello están predispuestos a


que aparezca un segundo tumor en las vías respiratoria y digestiva. Es muy probable que los
pacientes con un tumor maligno primario en la cavidad bucal o la faringe desarrollen una
segunda lesión en el segmento cervical del esófago, mientras que las personas con carcinoma
laríngeo tienen riesgo de desarrollar neoplasia pulmonar.

Cuando se inicia algún comentario sobre las neoplasias de la cabeza y el cuello, la conversación
suele dirigirse al carcinoma epidermoide. Ello se debe a que la mayor parte de las neoplasias
malignas de estas regiones está representada por este proceso patológico.

CARCINOMA EPIDERMOIDE

El carcinoma de células escamosas o epidermoide, es un tumor maligno, infiltrante y


destructor, derivado de los queratinocitos epiteliales (de la piel y las membranas mucosas) que
origina metástasis por vía linfática y hemática. Aparece en varias formas con diferentes grados
de malignidad. Sus características más importantes son: Anaplasia (Pérdida de diferenciación
celular y estructural que es característica de los tejidos tumorales), rápido crecimiento, 
destrucción tisular local y su capacidad para hacer metástasis

Los cánceres epidermoides de la hipofaringe se presentan con frecuencia en una etapa


avanzada. Los hallazgos clínicos son similares a los de las lesiones inferiores de la bucofaringe e
incluyen una masa en el cuello, voz baja o ronca, otalgia referida, disfagia y pérdida de peso.
Un síntoma común es la disfagia, que se inicia con sólidos, progresa hasta líquidos y ocasiona
que los pacientes estén desnutridos cuando se presentan. La invasión de la laringe por
extensión directa origina paresia o parálisis de las cuerdas vocales y alteración potencial de las
vías respiratorias.

Las metástasis ganglionares están presentes en aproximadamente el 40% de los pacientes con
carcinoma epidermoide de cabeza y cuello en el momento del diagnóstico. Las metástasis
ganglionares son el principal factor pronóstico en los pacientes con carcinoma epidermoide de
la vía aerodigestiva superior.

De las variedades malignas, el tumor más frecuente es el adenocarcinoma adenoquístico


(40%), conocido también como cilindroma. Es el más agresivo en su evolución y de difícil
pronóstico. Clínicamente se presenta como una masa móvil, pero en el paladar duro lo hace
como tumor fijo. Tiene tendencia a invadir los nervios, asociando hipoestesia o parestesia,
como síntoma relevante para su diagnóstico.

.TUMOR DE GLÁNDULAS SALIVALES

Alrededor de 50% de los tumores que surgen en las glándulas submandibulares y


sublinguales es maligno. Las neoplasias que se originan en el tejido de glándulas salivales
menores tienen un riesgo incluso más alto de malignidad (75%).

Los tumores de las glándulas salivales suelen ser de crecimiento lento y bien circunscritos. Los
pacientes con una masa y datos de crecimiento rápido, dolor, parestesia y debilidad facial
corren un riesgo mayor de padecer una neoplasia maligna.

Los tumores de las glándulas submandibulares y sublinguales se presentan como una masa en
el cuello o una tumefacción del piso de la boca, respectivamente. Los tumores malignos de las
glándulas sublinguales y submandibulares podrían invadir el nervio lingual o hipogloso y
originar parestesias o parálisis

Los tumores epiteliales malignos varían en cuanto a la agresividad de grado bajo a alto grado.
Su conducta depende de las características histológicas del tumor, el grado de invasividad y la
presencia de metástasis regional.

La neoplasia epitelial maligna más común de las glándulas salivales es el carcinoma


mucoepidermoide; el de bajo grado está compuesto de células que secretan en gran parte
mucina,
El carcinoma Mucoepidermoide, se define como tumor maligno epitelial de glándulas salivales
que se cree se reproduce por proliferación de células excretora. El carcinoma
Mucoepidermoide es un tumor de características variables compuestos por células mucosas,
epidermoides e intermedias. en tanto que en los tumores de alto grado predominan las células
epidermoides. Los carcinomas mucoepidermoides de alto grado se asemejan al carcinoma
epidermoide no queratinizante en cuanto a sus características histológicas y conducta clínica.

El carcinoma mucoepidermoide le sigue en frecuencia de presentación (10%); el nombre


deriva del componente celular, que segrega mucina y células escamosas. Histológicamente se
le ha clasificado como de bajo, mediano y alto grado de malignidad, dependiendo de sus
componentes, que guardan estrecha correlación con su tendencia agresiva

el carcinoma mucoepidermoide es un tumor sin cápsula, razón por lo cual tiende a infiltrar los
tejidos vecinos y un número elevado de casos tienden a dar metástasis a los ganglios linfáticos
regionales. Algunos autores reportan parálisis facial temprana en 15% de los casos. Además se
han reportado metástasis a distancia en huesos, pulmones y tejido subcutáneo. Una
característica clínica importante es el crecimiento lento y asintomático de la lesión cuando se
trata de un Carcinoma Mucoepidermoide de bajo grado de malignidad, no así el del alto grado
de malignidad que crece rápidamente y puede producir dolor espontáneo o a la palpación
como síntomas tempranos, algunos de los cuales se pueden ulcerar con facilidad

LINFOMA DE HODGKIN

Es un cáncer del tejido linfático. Debido a que el tejido linfático se encuentra en


muchas partes del cuerpo, la enfermedad Hodgkin puede originarse en casi todas las partes del
cuerpo. Con más frecuencia, se origina en los ganglios linfáticos de la parte superior del
cuerpo. Las localizaciones más frecuentes son el tórax, el cuello o debajo de los brazos.

Con más frecuencia, la enfermedad de Hodgkin se propaga por los vasos linfáticos de manera
escalonada de ganglio a ganglio. Pocas veces, y en un curso tardío de la enfermedad, puede
invadir el torrente sanguíneo y propagarse a otras partes del cuerpo, incluyendo el hígado, los
pulmones y/o la médula ósea.

En la enfermedad de Hodgkin clásica, a las células cancerosas se les denomina células de Reed-
Sternberg (apellidos de los dos médicos que las describieron por primera vez). Por lo general,
estas células son un tipo anormal de linfocitos B. Las células Reed-Sternberg se ven mucho más
grandes que los linfocitos normales, y también se ven diferentes a las células de los linfomas
no Hodgkin y a las de otros cánceres. Los ganglios linfáticos agrandados en la enfermedad de
Hodgkin clásica, usualmente tienen un pequeño número de células Reed-Sternberg y un gran
número de células inmunológicas normales circundantes. Son principalmente estas otras
células inmunológicas las que ocasionan la inflamación de los ganglios linfáticos.

Enfermedad de Hodgkin con esclerosis nodular: éste es el tipo más común de enfermedad
Hodgkin en los países en desarrollo, representando alrededor del 60 al 80% de los casos. Es
más común en adolescentes y adultos jóvenes, aunque puede presentarse en personas de
cualquier edad. Tiende a originarse en los ganglios linfáticos del cuello o el tórax.

FACTORES DE RIESGO
Infección con virus de Epstein-Barr/ mononucleosis Las personas que han tenido
mononucleosis infecciosa (a veces llamada brevemente mono), una infección causada por el
virus de Epstein-Barr (EBV), tienen un riesgo aumentado de enfermedad de Hodgkin. Aunque
el riesgo es mayor que para las personas que no han tenido la infección, el riesgo general sigue
siendo muy pequeño. El papel exacto de la EBV en el desarrollo de la enfermedad de Hodgkin
no está claro. Muchas personas están infectadas con EBV, pero muy pocas desarrollan
enfermedad de Hodgkin. Partes del virus se han encontrado en las células Reed-Sternberg en
aproximadamente uno de cada tres pacientes con enfermedad de Hodgkin. Sin embargo, las
otras personas con enfermedad de Hodgkin no presentan signos de EBV en sus células
cancerosas. Edad Personas de cualquier edad pueden ser diagnosticadas con la enfermedad de
Hodgkin, aunque es más común en la edad adulta temprana (15 a 40 años, especialmente en
las personas de 20 a 29 años) y tarde en la edad adulta (después de los 55 años). Incidencia
según el sexo La enfermedad Hodgkin ocurre un poco más frecuentemente entre los hombres
que entre las mujeres

Infección con VIH Este riesgo de enfermedad Hodgkin aumenta en personas infectadas con VIH
(HIV, en inglés), el virus que causa el sida (AIDS).

Los científicos han descubierto algunos factores de riesgo que hacen que una persona sea más
propensa a padecer la enfermedad de Hodgkin, aunque no siempre está exactamente claro
cómo estos factores podrían aumentar el riesgo. Por ejemplo, algunos investigadores creen
que la infección con el virus Epstein-Barr puede a veces provocar cambios en el ADN de los
linfocitos B, lo que origina al desarrollo de células Reed-Sternberg, las cuales son las células
cancerosas en la enfermedad de Hodgkin

Síntomas generales (no específicos) Algunas personas con enfermedad de Hodgkin tienen lo
que se conoce como síntomas B:

• Fiebre (puede ser intermitente durante varios días o semanas) sin una infección.

• Sudoración profusa durante la noche.

• Pérdida de peso involuntaria (al menos 10% del peso del cuerpo durante seis meses). Estos
síntomas pueden ayudar a detectar la enfermedad Hodgkin, aunque también son importantes
para determinar la etapa (estadio) y el pronóstico de la enfermedad. Otros posibles síntomas
de la enfermedad Hodgkin incluyen: • Picazón (comezón) en la piel.

• Sensación de cansancio.

• Pérdida del apetito Algunas veces el único síntoma puede ser sentirse cansado todo el
tiempo.

La diferencia entre el linfoma de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin está en las características de


las células malignas. Esa distinción sólo es posible después de la biopsia y evaluación
microscópica de las células cancerígenas. En general, podemos decir que las células malignas
del linfoma de Hodgkin sufren muchas alteraciones, tornándose muy diferentes de las células
normales de los tejidos linfoides, mientras que las células del linfoma no Hodgkin sufren
transformación maligna, pero preservan algunas características iniciales.

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