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La pradera esta encendida

El proceso de vacancia presidencial ha llevado al Perú al borde del


estallido social. Se va envuelto en escándalos de corrupción un presidente
que ya era indefendible, pero asume el presidente de un congreso que en
menos de un año y a pulso tiene con suerte un digito de aprobación. De
paso, la vacancia ha dejado moribundos a los partidos que hoy están en el
congreso. No tendrán tiempo de levantarse y es una grata noticia. El
repudio ciudadano, ese mismo que los eligió en enero nomas, es enorme.
La derecha se va quedando sin referentes para las justas de abril. Y
sectores que se asumían del capo popular corren la misma suerte.

Las movilizaciones que empezaron empujadas por sectores oportunistas,


entre ellos la izquierda descafeinada, que anhelaban la renuncia de
Merino para el regreso de Vizcarra con la esperanza de llevarse su bolsón
electoral, fueron por lana y salieron trasquilados. La protesta ha pasado a
la consigna que se vayan todos los corruptos y por una Asamblea
Constituyente para una nueva constitución. Analicemos entonces que
escenario es el que puede venir.
Descartemos desde ya el retorno de Vizcarra. El acepto públicamente su
vacancia y no ha interpuesto ninguna estrategia legal para esa posibilidad.
Ahora, veamos, si la calle le gana al gobierno de Merino, este renuncia y
se sigue la línea constitucional, tendría que asumir el vicepresidente del
congreso Luis Valdez Farias de Alianza para el Progreso, partido de Acuña.
El problema es que este congresista carga en su mochila 52
investigaciones abiertas por un rosario de delitos cuando asumió la
presidencia regional de La Libertad. Su legitimidad estaría al debe para
darle tamaña responsabilidad. Quedarían dos opciones nada más, si el
grito que se vayan todos gana: un gobierno de transición integrado por
una Junta de Notables o un golpe militar. Siendo esta ultima la más
peligrosa, pero también probable.
El pueblo movilizado ha entendido que no se trata de personas sino del
sistema. El pueblo en las calles heroico por su resistencia y contagioso por
su alegría debe pasar de lo espontaneo, entendible por la naturaleza del
episodio político que atravesamos, e ir organizando su protesta y
propuestas. Con Merino, sin Merino o con la cabeza de Merino en las
manos, con una Junta de Notables o con un Gorila de Cuartel en Palacio, la
exigencia tiene que ser la convocatoria a Referéndum por una Asamblea
Constituyente por una Nueva Constitución en la misma fecha de las
elecciones generales del 11 de abril. Debemos acabar con la raíz de
nuestros males que es la espuria constitución del 93 de la dictadura de
Fujimori y Montesinos y, de paso, con toda esta clase política indigna,
corrupta y entreguista que en estos 20 años de “democracia” no han
tenido el valor de mandarla al basurero de la historia porque les sirve para
sus raterías y abusos de poder.
Este escenario, con movilizaciones a nivel nacional, debe ir preparando
una jornada de lucha nacional y coordinada en lo inmediato como
preámbulo para que, como en el año 2000, se tome Lima desde todas las
regiones para que el pedido de Asamblea Constituyente y Nueva
Constitución sea contundente e imbatible.
La senda esta trazada y todas las estrellas alineadas para cumplir con
nuestro deber de refundar la patria. Que el bicentenario lo celebremos
rozando la segunda independencia.
Hasta la Victoria Siempre

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