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Jeanine Añez Chávez es una víctima inocente

Susana Seleme Antelo


El Día, Santa Cruz de la Sierra. Bolivia. 11.V.2022

(Quizás, cuando esta nota se publique, la sentencia de 15 años de condena


pedida por el fiscalato contra la expresidenta, sea un hecho consumado.)

Hoy siento la exigencia política y ética, como ciudadana y demó crata, de


pedirle disculpas a la expresidenta con A, que para eso existe el género
gramatical, con preeminencia sobre del añ ejo participio activo. Disculpas por
no haber podido o sabido defenderla de los chacales de la política que la
tienen presa hace un añ o y tres meses, 480 días, a má s de 40 ciudadanos y
otros perseguidos políticos, por un golpe de Estado que nunca existió , y que se
constituye en mentira criminal. Ante el descomunal mamarracho jurídico,
apuran la sentencia.
Hoy, como nunca antes, hubiese querido tener un cañ ó n de futuro para que
dejen de mirar hacia atrá s y reconozcan las mú ltiples determinaciones de la
realidad, lejos del radicalismo racista aymara y de los autó cratas populistas,
dictadores con ínfulas totalitarias.
Jeanine Añ ez Chá vez ha sido y es víctima de un juicio político ilegal y
arbitrario, o de un ‘ajusticiamiento extrajudicial’ sin balas y sin pruebas. Ella,
con la salud quebrantada, es víctima de la infamia del ex Evo Morales, jefe de
su partido, el MAS, de sus adictos al poder y las prebendas, por una parte. Y
por otra, es víctima del régimen de Luis Arce, Ivá n Lima, Choquehuanca y
compañ ía, hoy en pugna real o ficticia con Morales. Da lo mismo: nunca
fueron demó cratas, ni los unos ni los otros.
Como no pudieron probar que Jeanine Añ ez Chá vez conspiró y que fue
“terrorista y sediciosa”, segú n la cará tula judicial espuria del ‘Golpe de Estado
I’, se apañ aron el ‘Golpe de Estado II’, por “incumplimiento de deberes y
resoluciones contrarias a la Constitució n y las leyes”. Y siempre con
beneplá cito de serviles fiscales, jueces, abogados y un Tribunal Constitucional,
todos ciegos a la naturaleza jurídica de la libertad moderna, ¿hoy
posmoderna?, tanto en su cará cter positivo como negativo. A todos los mueve
el instinto de dominació n del cocalero Morales, sin responsabilidad ni política
ni ética ante la sociedad boliviana, como tampoco la tuvo en los 14 añ os de sus
tres gestiones, durante los que fracturó un tejido social democrá tico en
construcció n. Hoy, ese tejido está malherido por un antagonismo que ya no es
de clases ni de ideologías, sino de dominació n por el poder total y el asalto a
las arcas del Estado, con las masas de acoso del MAS, siempre en apronte de
guerra, que piden 30 añ os contra la expresidenta.
¡Qué paradoja, cuando fue precisamente el incumplimiento de deberes con
premeditació n y alevosía el que consumó el siempre cocalero Morales, con
ayuda de una larga compañ ía interna y externa! Desde el desconocimiento del
Referéndum de 2016, que dijo NO a su cuarta postulació n como presidente,
para luego hacer declarar a un sumiso Tribunal Constitucional su “derecho
humano a la reelecció n”. Y después hacer fraude en las elecciones de 2019, y
al unísono hacerse la burla a la movilizació n ciudadana contra ese ilícito
democrá tico, que lo desnudó en su miserable condició n deshumanizada de
dictador. Y luego su renuncia y la de toda la cadena sucesoria, mientras huía a
México, dejando un país en llamas. En ese dramá tico momento, surgió Jeanine
Añ ez Chá vez, merced al Art. 169 pues era segunda vicepresidenta del Senado.
Ella aceptó su deber constitucional de asumir la transició n como presidenta
de Bolivia, sin trá mite alguno, como reza la CPE.
El juicio político y la sentencia contra ella, es el certificado de defunció n a la
democracia en Bolivia. “No hay mal que dure cien años”, dice Carlos Valverde,
aunque llevan má s de tres lustros en lucha a muerte, a balas o con guillotinas
judiciales, contra el Estado de Derecho, de suyo, contra la independencia de
poderes y contra la política. Nunca consideraron la acció n política como un
dialogo abierto de acuerdos políticos y de concertació n entre ‘diferentes’.
Morales y sus serviles sabiondos racionalizaron que este es un país indígena y
que los mestizos de sangre y cultura somos ciudadanos de segunda, o somos
‘nada’, o no tenemos cabida en Bolivia.
A las voces de la sociedad política y civil en Bolivia, de juristas competentes,
de medios de comunicació n y periodistas exigiendo el debido proceso para la
expresidenta, se suman informes internacionales que cuestionan la forma y el
fondo de este ilegal y espurio juicio. Los informes describen ambigü edades,
problemas estructurales en la administració n de la justicia; apuntan al abuso
de la prisió n preventiva contra Añ ez, pues viola sus garantías constitucionales,
el derecho a la salud, la presunció n de inocencia, y un juicio de
responsabilidades, como le corresponde, no por la vía ordinaria, como se ha
hecho.
Estos juicios políticos no son invento de los masistas: es el guió n chavista
tropicalizado, a su vez, copia del método de dominacion leninista, que Stalin
perfeccionó y que Cuba, despues de aplicarlo a raja tabla, lo modernizó con el
populismo electoralista, luego de los fracasos de la lucha armada. Había que
meterse en el sistema de partidos políticos, con candidatos propios, ganar
elecciones, llegar al ejercicio del poder y, desde el poder del Estado y del
Gobierno, minar la democracia burguesa de la que bien se aprovecharon.
¿Podrá la sociedad boliviana revertir la claudicació n de la democracia, de la
política, de la ética y de la moral a la que hemos llegado, de la que hoy es
víctima Jeanine Añ ez Chá vez? ¿Quiénes má s vendrá n?
Por ella, por todos los presos políticos, perseguidos y exiliados, Justicia y
Libertad.

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