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CONTRATACION ESTATAL

La contratación pública o estatal parte de la base o el concepto de contrato, el


cual se define como un acuerdo de dos o más voluntades con que pretenden tener
obligaciones entre las partes y para que se le denomine contratación pública una
de las partes es la administración estatal, bien sea que el contrato se realice con
la nación, las regiones, departamentos, provincias, distritos etc.
El código civil establece que contrato o convención es un acto por el cual una
parte se obliga con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa (artículo 1495). Por
su parte, la Ley 80 de 1993 establece que son contratos estatales todos los actos
jurídicos generadores de obligaciones que celebren las Entidades, previstos en el
derecho privado o en disposiciones especiales, o derivados de la autonomía de la
voluntad, así como los que a título enunciativo se definen en esta ley.
La contratación estatal en un tema de vital y trascendental importancia en el
desarrollo profesional de cualquier ciudadano ya que está relacionada de manera
directa o indirecta con el ejercicio de cualquier profesión ya sea como empleado
del sector público o privado, como contratista, como veedor de la ciudadanía o
como un ciudadano común y corriente que en cualquier momento puede ejercer
control a un proceso de contratación. Además, representa una parte significativa
de las actuaciones donde el estado se relaciona directamente con los particulares
para lograr sus objetivos.
De esta manera, la contratación estatal es una de las herramientas más eficaces
en la consecución de los fines y propósitos del estado; es el medio apropiado para
el cumplimiento de los fines estatales, plasmados en nuestra Constitución Política
(artículo 209), la cual establece que la función administrativa se desarrolla con
fundamento en los principios de igualdad, moralidad, eficacia, economía,
celeridad, imparcialidad y publicidad. En tal sentido, la adquisición de bienes y
servicios, indispensable para el cumplimiento de los fines del estado, debe
realizarse conforme a los principios citados. Estos serán pues, los fundamentos de
derecho sobre los cuales deberá desarrollarse la actividad contractual y es la tarea
realizada por el estado a través de contratos estatales. Asimismo, fue creada para
dar transparencia en la escogencia de los contratistas que requiera el estado para
la adquisición de bienes y servicios en cumplimiento de sus fines esenciales, con
ello se busca garantizar el derecho a conocer públicamente el contratista, su
capacidad financiera, su capacidad técnica, la idoneidad profesional, la
experiencia y todo lo necesario que requiera el estado para tener la tranquilidad de
quien suministre, provea o preste el servicio cuente con la capacidad y experiencia
requerida.
La contratación pública se formuló y elaboró partiendo del principio de honestidad
y transparencia con el cual se pretendió o se pretende precisamente hacer de los
contratos y de los procesos de contratación pública algo claro, transparente,
honesto, imparcial y objetivo dentro del cual se pretende realizar labores
contractuales con particulares sin preferencias puntuales y buscando siempre
quien mejor servicio o labor realice para la entidad estatal, lastimosamente como
en muchas actividades realizadas por el estado esto en un alto porcentaje ha
perdido la finalidad con la cual se creó ya que la corrupción y la ambición de los
funcionarios y particulares a permeado un alto porcentaje de los funcionarios
públicos que son quienes desarrollan los procesos para lograr las actividades
contractuales con el estado.
Igualmente, en nuestro país en los últimos años, el tema de la contratación estatal
ha tendido grandes tropiezos, debido a los diferentes casos de corrupción que se
en presentado. Esto como resultado de los manejos irregulares por parte de
algunas entidades, en cuanto a la estructuración y publicidad de sus procesos de
contratación y de otra parte, por los contratistas particulares encargados de
ejecutarlos, quienes en ocasiones aprovechando las deficiencias o vacíos técnicos
o jurídicos de estos procesos, terminan tomando provechos económicos, dilatando
las ejecuciones y en el peor de los casos abandonando sus obligaciones,
perjudicando finalmente a la población. 
Por todo lo anterior; ha generado sin lugar a dudas un sinnúmero de
modificaciones y replanteamientos, al interior de las normatividades en este
aspecto, como también la creación de nuevas leyes y organismos de control que
contemplen obligaciones más detalladas, tanto para las entidades estatales como
para los contratistas, estableciendo sanciones mucho más rigurosas, involucrando
y responsabilizando cada vez más a todos los actores relacionados en los
procesos de contratación.
La ley 80 de 1993 o también conocida como Estatuto General de Contratación de
la Administración Pública. Su objeto, disponer las reglas y principios que rigen los
contratos de las entidades estatales, siendo uno de los mayores avances
normativos, planteo de forma concreta las herramientas necesarias para la
adecuada gestión contractual pública, su principal base son los objetivos en
eficiencia y transparencia, circunstancias que a raíz de la tramitología del proceso
de adjudicación, hizo menos transparente y menos eficiente dicho proceso. La ley
80 de 1993, acercó la administración pública a los administrados, y unificó las
dispersas normas relativas a la contratación y sentó las bases de los principios
vigentes de la contratación estatal; convirtiendo al contrato estatal en un
instrumento puesto al servicio del interés público, por ello, el sistema de
contratación contenido en esta norma, refleja los principios del estado social de
derecho, enmarcados en el interés general al servicio a los ciudadanos. De esta
forma se debe reconocer que esta Ley, presentó debilidades y vacíos en materia
de lucha contra la corrupción y pactos indebidos.
Los fines de la contratación estatal se encuentran consagrados en el art 3 de la
Ley 80, el cual establece que cuando los servidores públicos participen en la
celebración y ejecución de los contratos deben considerar que las entidades
estatales buscan el cumplimiento de los fines estatales; la continua y eficiente
prestación de los servicios públicos, y la efectividad de los derechos e intereses de
los contratistas que colaboran con ella en la consecución de dichos fines.
Respecto de los particulares que obran como contratistas del estado, el mismo
artículo señala que estos tendrán en cuenta que al celebrar y ejecutar contratos
con las entidades estatales, además de la obtención de utilidades cuya protección
garantiza el Estado son colaboradores de las entidades estatales para el logro de
sus fines y por ello cumplen una función social que implica obligaciones.
Como se mencionó anteriormente, a pesar de que en Colombia existe una
legislación en materia de contratación estatal, se puede decir que esta puede sufrir
las modificaciones y ajustes que se hagan, el funcionario o servidor público
siempre encontrará la manera de hacer fraude, debido a otros factores externos a
la misma, que tienen que ver con el marco legal que la rige y la controla, ya que la
legislación es insuficiente, esto porque no se liga con otros ordenamientos de
control, deja vacíos, sobretodo en control posterior, y se deja muchas conductas
sin sanción clara.
En conclusión, es importante en primera instancia tener claro cual es el
fundamento jurídico de la normatividad con que fue creada la contratación estatal
y todo lo que ella pertenece, es preciso manifestar que dicha normatividad fue
pensada y creada como mecanismo de control, vigilancia y desarrollo de las
relaciones surgidas entre el estado y los particulares y cuya finalidad es propender
por el bienestar de los ciudadanos. No se puede desmentir que la existencia de
leyes es necesaria para el correcto funcionamiento y organización de las
entidades del estado, pues ellas aseguran y dan soporte a la ejecución de las
mismas.
Como podemos ver la contratación estatal es guiada por ley 80 de 1993 que
aunque tal vez tenga falencias como muchas y que aunque en nuestro país se
hayan encontrado tantos casos de corrupción e incumplimiento frente a esta, nos
indica los pasos a seguir, los cuales requieren de responsabilidad, dedicación,
disciplina y muchos principios que debemos formar como personas; esto nos
ayudara ser competitivos.
De otro lado, parte de la creencia de que no todos los problemas que rodean la
contratación pueden ser resueltos mediante la creación de normas, pues todo
indica que independientemente del tipo de reforma que se realice, se requiere un
cambio estructural basado no solo en los principios rectores que hoy gobiernan la
contratación, sino un volver a los principios éticos y morales preexistentes. La
participación activa de la comunidad, la vinculación de las universidades no solo
como cuerpos consultivos , la asesoría de los gremios de profesionales al
momento de proyectar, contratar y ejecutar un contrato estatal, salvarían
notablemente el proceso de la voracidad malintencionada de aquellos que
pretenden no el bien general sino el beneficio propio.

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