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ENSAYOS DE TEORÍA SOCIOLÓGICA
mismos mecanismos operan en si~·;;.·;• .i,.;1 ,.,,_ ~ 11!f:!ras y estructura s sociales muy
I! diversas, y en individuos de muy distinto carácter o estructura personal. Aun- ción frente a las variaciones de ias condiciones del ambiente. En esta medida,
!
que la mayor parte de los psicólogos estuviera n dispuestos a admitir la existen-
cia de tales variaciones, tenderían a tratarlas como una cuestión de sentido
' ] es análoga· a un organismo .
Dado que las pautas institucio nales forman el elemento estructural central
I
1 .
1
1;
1.
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1
común. Para e1 sociólogo1 en cambio, el análisis explicito de estos estados
del sistema social le proporcio na precisam ente los problema s que le interesa
investiga r. Por ejemplo, ¿por qué Alemania y Japón se han convertido en
11
13g
de los sistemas sociales 1, es de fundamen tal importancia que en cual-
quier caso dado las pautas institucionales básicas consituya n un sistema rela-
tivamente integrado y no un mero aglomerado de elementos o "rasgos" dis-
tintos. Las interrelaciones estructurales de las diferentes partes de un sistema
poderes militarme nte agresivos, mientras que los Estados Unidos no? Éste nal se hallan en estrecha dependencia recíproca con las "necesidades
u
11:
con seguridad , no es en ningún sentido ordinario un problema de psico- ~
~
institucio
funcionales" del sistema social en su totalidad, que incluyen, por supuesto.
logía. las necesidades biológicas y psicológicas de las personas componentes del
¡ ;, Aun en una persona sola no puede ignorarse el éomponente "social" de sistema, pero también, aquellas estructuras y mecanismos necesarios para que
1 ;· su situación, aunque respecto de ciertos objetivos no hay por qué tratarlo el agregado funcione como unidad en términos de sus propias pautas y situa-
1
,,!.• como un juego de variables . Pero la propagan da, en su mayor parte, no está
destinada a influir a · personas aisladas, sino a grandes números, de modo tal
. ✓ ciones distintivas.. Las instit,ucio_nes n?· so_n e~itidades i~dependi entes; desde
. \ "\~ .b cie~to p~nto de vista son mas bien ~: 1stal~ac10nes . ~elauvamente estab!es
de
ii que su efectividad conduzca a una apreciabl e alteración del "estado del sis- e,~ ,<I"' umfonn1d ades en el proceso. de acc1on e mteracc10n de las personalid ades
¡j tema social" del que forman parte. A este nivel la estructur a de ese sistema ~o-1,<'i humanas. Pero en el presente estado de la ciencia social, el conocimie nto
il se encuentra decididamente en la categoría de las variables , y como no faltan de la estructura institucional de un sistema social resulta esencial para la
,1I' razones para creer que el análisis de la dinámica del sistema social se encuen- comprensión de su funcionamiento, como el conocimiento de la anatom!a es
tra más allá del alcance de los recursos de la sola psicología, se hace indis-
I'
;¡ esencial para la comprensión del funcionamiento fisiológico de un or~amsmo . .
pensable la ayuda científica provenien te de otras esferas. En ninguno de los dos casos puede derivarse la estructura , y especialmente
El primer problema, pues, consiste en esbozar los principales elementos
1 Esta propos1c1on 1 por supuesto, no puede justificarse dentro de
los limites de
de un sistema social, y no los mecanismos psicológicos de las personas que o/ Social Action, de Talcott Parsons, Nueva
artículo. En The Structure
lo componen, con d objeto de procurar un medfo sistemático para estu-
un breve
York, McGraw-Hill, 1937, págs. XII, 817 y sigs. ¡ especialmente en los caps. X y x-Y, se
diar la operación de esos mecanismos y sus consecuencias concretas, espe- hallará un extenso tratamiento del tema.
cialmente a un nivel. masivo. Desde este punto de vista, puede decirse que
126 TAL COT T PAR SON S ENSAYOS DE TEOR ÍA SOCI
OLÓ GICA
• ·
sus vana ciones de sistema a sistema' sólo de consideraciones analíticas diná ' concreta qu e sus miembr os enfr enta
n. Debe resultar también evidente
• . -
micas. En el meJ· or de los casos, a este mvel, solamente hay intm. . , ~ puesto que las pautas instituci que,
c10nes onales y las situaciones guar da~
fragmentarias. ~,.,,,:r§i dencia mutua, la presi ón situ una depen-
,. . acional puede cons titu ir un factor
Implícita O explícitamente, pues , e~ . , .
a~ális~s soc10log1co deb~ operar co~ ~ 9'~ la modificación de las instituciones llllportante en
sistema generalizado de estructura \~ .
mstituc10nal de tal especie, que sum Finalmente, debe observarse que ,
::tr e categorías generalizadas adec i- la institucion alización de las paut
uadas para la descripción comp~et 2 sujeta a graduaciones y que, por as esta
un sistema institucional en funciona a de lo ~anto.' debe ha~ er un línJfte imp
miento. Aunque hay mu~has ?1fi el que la orientación respecto de r~ciso en
de detalle, puede decirse que esta cultades situac10n es particulares solo parc
posibi~idad, ~xiste en 1~ ~oc10logia se dete rmin e por normas institucionales, aun en el ialmente
es de suma importancia hacer un actual, Y campo en que esto es
uso sistematico y exphc1to de ella: intrínsecamente posible.
las fuentes más frecuentes de conc Una de Dejando de lado sus aspectos norm
lusiones erróneas es la tendencia ativos, en relación con l_a ~itua ción
tar ciertos aspectos de una estructu a tra- de la acción puede decirse, siguiend
ra social sin tener en cuenta su o a W. l. Thomas, que la prrnc1pa
dependencia. Que esta abstracción mutua ción de las pautas institucionales l fun -
sea legítima o no, depende, por supu t es " defi nir la situación" . El sign
del caso particular de que se trate eS º' de una situación no se da nunca ificado
, pero a menudo no lo es, aunque en su "naturaleza" intr ínseca ; se
plausible. parezca bien una selección de aquellos aspe hace más
Así como resulta peligroso igno rar . . ctos que se relacionan funcionalme
la mterdependenc1a que ~uardan las orientaciones, los valores y los nte con
las pautas institucionales entre sí, sentimientos particulares de la pers
es también pe!igroso i~o rar la Una exte nsión de terreno, por ejemplo, repr ona.
pendencia que guardan con otros mt~rde- esenta un aspecto del medio físi-
elementos del sistema soci~l, con co que "def inir ían" de muy diverso modo un
ción de la acción y la tradición cult la sit~a- geólogo que describiera la topo-
ural. Desde el punto ~e Vls~a de cual grafía de la región, un granjero
persona dada, las pautas insti tuci q~ier cuya producción creciera alli ~
onal izad as de s~ pr~~ia sociedad militar preocupado por asegurar un oficial
yen uno de los aspectos más fundame constitu- la zona contra un ataque enemigo,
n~ales de_1~ situ~c10n concreta . en distintas definiciones conducirían y esta s
actú a. En su rol de hijo, padre, la que a acciones correlativamente disti
man do, medico, cmdadano o mie part e de cada uno. En la medida en ntas por
una iglesia, las pautas institucional mbro de..., que se desempeñe un rol instituc
es definen las metas que . se_ espe zado que mantenga una acción recíproc iona li- \
alcance, los medios entre los que ra que a con otros roles instituc ional_iz~d-~
puede escoger y los sent IIDiento~ las. alternat ivas para la acción se s, \
::.ctitudes que debe manifestar. Rec Y las presentan en términos de una def
íprocamente, no poco es lo que institucional de la situación. m1c10n '
en la definición de la conducta y míluyen
las actitudes que puede esperar de Sin embargo, no hay límite rígid
con los que mantiene relaciones los o~ros o entre lo que se da en la situació
sociales, ya le sea~ prevurm~nte lo que a ella le ímputa la persona, n y
personalmente o no. Desde el pun conocidos ~} \ aun que si la definición que de ella
to de VISta ?el sistem~ social, l~; es lo bastante seriamente "irre alis ta", da
institucionales son, en un muy imp pauta,~ ~ - ¼ ello trae rá consigo consecue ncias
ortante sentido, orgamsmos de ticas. Hay, sin embargo, un con prác-
de la conducta de sus miembros , control vntw hlJ 1110> tinuum entr e las definiciones corr
ectas aun-
pues la mantienen acorde con la que selectivas y las definiciones
establecida y los requisitos funciona estr uctu ra ~ (.,()f\f!O \ enteramente erróneas, pasando
por vari as
les del sistema social. especies y grados de deformacion
Aunque las pautas institucionales e, es. En el campo de las relacion
implican de este modo elementos interviene toda vía otro factor de es sociales ,
importantes de orientación respecto muy flexibilidad, porq ue aquí la acci
de las situaciones. con . qu~ se enfr es una función de las definiciones ón misma
las personas, de ningún modo las entan institucionalizadas de las situacio
agotan. No logran mclmr ciertos les, de modo que, dentro de limi nes soci a-
respecto de la acción de las personas factores tes considerables, las defmiciones
. En primer lugar, hay generalm encu entran enclavadas en realidades no se
margen de tolerancia, sin duda ente un empíricas independientes del siste
sumamente variable en grado, dent cial mismo. Por lo tanto, hay una ma so-
cual la acción incluida en un statu ro ?el imp orta nte zona de va riac ión "
s y rol institucionalizados, puede mente arbi traria" 3 en la definici soci al-
sin que se con~idere "desviada", y van ar ón de las situ acio nes. Es prob
dentro del cual los detalles específic cierto que elementos de deforma ablemen te
penden de personalidades y circunst os de- ción irrealista de la realidad empírica
social puedan institucionalizarse no
existencia misma de la conducta
ancias particulares. En segun~o luga
desviada es un hecho de suma 1II1p
r, !ª impone una desventaja funciona
de modo rela tivamente estable.
Aunque ello
que forma parte de la situación ortanc1a l al sistema soci al, éste puede bien
que los otros deben enfrentar, aunq trarrestado por otros aspectos de ser con -
reacciones apropiadas respecto a ue las su significación funciona l 4 • Pero
ella, como se lo verá, pueden esta si esto
cionalizadas en mayor o menor grad r institu- 3 Aun que
o. En relación con la situación no en el mismo sentido o grado indiridua lmen
mana, hay igualmente un margen no hu- 4 Por ejemplo, hay razon te arbit raria .
de variación en los detalles, y de es para cree r que las actitu des
de cambio e incertidumbre. De ahí elementos enfe rmedad sostenida s ofici alme nte haci a la salud y la
que no sea posible comprender el por la iglC3 ia de la Cien cia Cris
com- yen mera men te "un punt tian a no constitu-
portamiento de las personas en un o de vista " , sino que, de~d e el
punto de vista de la ciencia
sistema social, sin referirse a la médica, contiene n importantes elem
situación ento s de error positivo y de defo
rmación
dad estsb lecida. Pero, de ser esto de la ver-
No en detalle, sino en términos ciert o, no se sigue que sus miem
2
de los aspectos funcionalmente constituyan un elemento " mals bros como grupo
esenciales. ano" o perturbad or del sistema
respecto do la salud y In enfe nncd social. La orientación
ad es sólo uno de los muchos
factores que tend rían
128 TALC OTT PARS ONS
11 1 ENSAYOS DE TEORÍA SOCIOLÓGICA
i
presente, sino también para el futuro desarrollo de la medicma. Sugiere 2 ~ ca, pues el médico no confía sus intimidades al paciente, no se le "revela" ni
1 además claramente, y la sugerencia se confirma por muchas otras pruebas, G ~ física ni mentalmente. Es una persona de "dignidad" específica, que se "rnan-
!! que un papel muy importante lo desempeñ ó en _la prRc'.ic~,.médica_anl~;ior ~ (! t_ tiene apartado" de la trama de las relacione~ per~,, n;i]p~ dP! paciente, que
1
también en la actual lo que puede llamarse psico lcrapw. _rnconscienle _, que tf__ ( no mantiene con él relaciones recíprocas 0 •
el morfo en que los médicos trataron de hecho a sus pacientes tuvo 1~por- ~ ~ . Aunque_ ?oza de esta parlic~lar dignidad, y necesita de ella, no la co n-
tantes efectos en su estado de salud, tanto a través de sus estados emoc10na--- VICrte espec1ficamente en una cierta especie de rol autoritario, sobre Lodo ,
les y mentales, como actu ando directamente sobre lo_s . sistemas_ f~; iológicos'2
rlc ~us cuerpos. En gran medida, el arte de la med1cma cons1st10 e_n esta
especie de psicoterapia inconsciente. Las mismas consideraciones contnbuyen
1
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en general, no ,!ormula j~,icios morales. sobre :u
paciente, sino que trat~. el
~,ª~º ~o.mo,, un pro?lema que debe diagnosticarse y tratarse con espmtu
. cicn_t,~1co .. El ~ac1~nte no_ ~e?e temer q_u_e lo culpe o lo casti gue por sus
también a la explicación del indudable éxito terapéutico de los que son, se- msuÍlc1enc1as; mas bien ree1bira comprens10n y ayuda. A la inversa, a mc-
gún el punto de vista de la medicina científica roo derna, tratamien . tos "Eoco j nudo no encontrará aprobación o simpatía allí donde, si se tratara de rela-
sólidos" de problemas de 8alud, que abarcan deHde algunos de los. c~l- ,e_ ciones ordinarias, tendría derecho a e8perarlas.
tos" médicos modernos hasta la magia primitiva, pasando por la C1enctu Aunque el médico no asume, por lo común, un rol autoritario, estos
r:risliana (Christian Science). aspectos de la pauta de la práctica médica le otorgan por cierto una espec ie
El descubrimiento de la importancia del factor pHíquico pone además '. le auto_ridad muy importante. Se en cuentra en posición de ejercer gran
de relieve el hecho, que durante mucho tiempo resultó más o menos claro : influencia aun cuan do sus "órdenes" no sea n respaldadas en el ~cntid o ordi -
a muchos médicoR en cj crr:icío, de qur; la "salud" no r:s si1;1plementc un esta- ÍMpf; nario por 1:mnciones coe rcit ivas. Goza de un gran prestigio que se apoya
du del nrganí~mo hi{)lrígíco, sino r¡u c cRtá n:fcrida al 111uste total de un a r:n lu reputación de que los miembro8 de su profes ión tienen un alto nivel
p•;r~ona a 11 u silu ar. ión vital. Entre log a11pcctofl de cala HÍtuucií,n no son los tunlo de compelenciu técnica como d(i integridad moral.
1 ·
menos imporlantcH RUS relaciones socialc11, y un w,pccto al mcnoH de la ful.tu Unn de las paulus cenlrnles ~obre lus que se apoyan este presti gio pro-
de ajuste a loij olroH dentro del siHtcma social, es su vinculación con vuria11 ÍCHionul y lu uutoridn<l r¡uc de él resulta, ronsiste en la de la responsabilidad.
li forma~ de insaluhridad.
Esto imgierc adcrnáK r¡uc la signi.fir.acíón psicotcrapéutica consciente o
Como experto ltScnjco debe asumir rcsponsabilidurl en relación con Lodos
loH legos, puesto que éstos no Hon componentes paru emitir un juicio di gno
1 1
1 in,eornlcir:ntc del rol dd médico no se reduce, en el Hcntido orrlinurio, a lo de confian:w sobre su diugnosis, sus dccisione8 o sus procedimientos tcrapéu-
1
,¡ue el rnédi,:o "hac1i" a HU paciente ,¡ p1ira él, ~ino quu supone la cHtructuru licus. Porqun su mis mu supcriorirlud técnica respecto del lego, junto con
!1
¡l cHpccífica dr. la clase de rclacione11 sor.iu lea P.n los qu,, el Hcgundo He uhicn O En loH t: ll ~O H en 1¡un RO tra11, du 1111 umigo personal, l111y g,~nerulmcnte uou m11r-
, i I' cuando rcr,urre u la 11y11du médica pura Ralvar HW, dificultudes. En olrn~ i:ud11 londmwiu II la Hcgrcgn r. ió11 1•11tro nmho~ rul es.
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TALCOTT PARSONS
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1 Una consideración . de suma importancia subyace a todo esto . Puede
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la seriedad de los intereses que dependen de su acción, significa que dispone decirse que en las relaciones sociales ordinarias hay una mutua obligación
de un enorme poder potencial para explotar al paciente. ~ · de tomar al otro por lo que pretende ser; a "tomarlo seriamente", por decir
Un hecho muy notable sobre la práctica médica es el pequeno grado así. Es precisamente esta obligación, y sus expectativas recíprocas, lo que crea
en el que la imposición del ejercicio responsable del prestigio y el ~oder una primera apertura para que entren en funcionamiento los círculos viciosos,
inherentes al rol, es lograda mediante un sistema de controles y sanc10~es que pueden acabar en neurosis, porque, al distorsionar la definición cognos-
fo rmales. Ni la ley del Estado ni la maquinaria disciplinaria de las soci~- citiva de la situación mediante la racionalización, ocultar - a menudo incons-
dades médicas desempeñan un papel fundamental. En v~rda_d, l_o que mas cientemente- los motivos verdaderos y erigir una fachada aceptable, uno
:impresiona a quien observa la cosa desde fuera es la .rneficaci~ ~e estos obliga a los demás al cumplimiento de las obligaciones correspondientes a sus
controles y cuán poco puede confiarse en ellos. A este n_iv_e~ el medico goza status y roles, aunque uno no tenga "realmente", en términos de los verda-
de un extraordinario margen de libertad. Pero las posibilidades de abuso
deros valores sociales, derecho a dicho cumplimiento. Lo sorprendente del
son tan grandes que se impone la existencia de un sistema ramificado de
rol del médico es su capacidad para evitar el verse colocado en esta posi-
control informal por parte del mismo médico como del paciente.
La aceptación de la ·autoridad sin sanciones coercitivas es compren- ,ro-{" ción. No "discute" con el paciente sobre sus racionalizaciones y motivos; al
hacerlo otorgaría un status de reciprocidad que no puede otorgar. Pero tam-
sible sólo si se experimenta una intensa fe por la persona que se encuentra ~ · poco acepta las racionalizaciones del paciente al pie de la letra y, aunque
en la posición de autoridad; lo que los médicos llaman "confianza". Esto\j) no las "refuta", al paciente le es del todo claro por su conducta que no las
se aplica en cualquier caso de competencia técnica, pero es doble-?1e~te acepta. Esto, una vez más, obliga al paciente a analizar más profundamente
importante en el caso de la medicina, porq~e todas las e_scuelas _de psiqma- sus propios motivos.
tría parecen concordar en que ella es esencial para la psicoterapia, en cual-
Resulta claro que sólo en términos de una cierta forma de definición
quiera de sus formas, ya sea ésta consciente o inconsciente. Cuando uno
de roles se hace posible una situación tal. El médico debe tener cierta clase
añade a esto el muy formidable elemento de incertidumbre que en gran pro•
porción de casos hace que el médico sea incapaz de garantizar la cura y, de autoridad que justifique ante el paciente el hecho de no ser tratado
d:e hecho, a menudo lo expone al fracaso, la efectividad media de su auto- como lo sería por la gente corriente, y debe asegurarse además que su nega-
ridad se torna por -cierto muy impresionante.- Es sumamente improbable tiva a ser arrastrado a una relación íntima con el paciente, a convertirse en
que el alto grado de confianza de que en promedio gozan los médicos en amigo, amante o enemigo personal, sea aceptada. ·Por parte del paciente,
nuestra sociedad pueda explicarse adecuadamente, ya sea por la aprecrnc10n el elemento predominante parece ser la definición de su rol como "caso pato-
I!
¡: lógico" y, por ende, el estar necesitado de ayuda. En la medida en que se
realista de los logros técnicos de la medicina, ya por la impresión que pro•
i' duzcan algunas personalidades particulares como tales. La institucionaliza- ha "puesto en las manos" de un médico , acepta implícitamente la autoridad
ción del rol es evidentemente de principalísima importancia. de este último, basada en su competencia e integridad, y, por mucho que a
veces pueda rebelarse, acepta la obligación de reexaminar una y otra vez
Volviendo al caso de la relación entre el paciente y el médico, este factor
sus propias racionalizaciones y motivaciones subyacentes.
de "confianza" fue analizado y utilizado conscientemente en la forma más
elaborada por los psicoanalistas, especialmente en su tratamiento de los fenó- La esencia terapéutica de la definición del rol del psiquiatra o el psico-
menos de la "transferencia". Aparte de las específicas interpretaciones y analista parece ser la capacidad de quebrar el círculo vicioso de la racio-
otras medidas terapéuticas positivas que toma, se sostiene que un factor fun- nalización y la desviación de los mecanismos neuróticos. Esto a su vez
damental en los resultados terapéuticos del tratamiento analítico, radica en tiene dos aspectos. Por una parte, alivia al paciente de ciertas presiones a
el hecho de que el analista es, en la medida de lo posible, una "pantalla las que se ve ·sometido en la vida ordinaria, en especial, quizá, de la res-
neutral" sobre la que el paciente proyecta sus afectos y las definiciones de ponsabilidad moral, pero también y más frecuentemente de las consecuencias
las situaciones en las relaciones humanas. La sola discrepancia entre las normales de expresarse con completa libertad, ya sea que adopten la forma
· 1
actitudes que el paciente manifiesta para con el analista y lo que el analista
es en realidad para él, constituye un factor fundamental para forzar al
r de inculpación moral, castigo o reacciones agresivas, ya en el caso de rela-
ciones positivas, que tomen la de una aceptación de la responsabilidad de
/i paciente a analizar sus propias reacciones e investigar las más profundas ajustarse a las obligaciones de una relación institucionalmente definida y
i
fuentes de su imposibilidad de adaptarse más generalmente a la realidad. vivir a la altura de ellas. El precio que paga por esta extraordinaria liber-
Esta "neutralidad" del analista es apoyada por varios recursos, tales como tad, que no tiene por qué ser placentera, es la aceptación de un status de
el de mantenerse oculto a la vista del paciente para que el gesto y las expre- dependencia, la admisión de que se encuentra "enfermo" y necesitado de ayu-
.: 1 siones faciales no suministren indicios de reacción, y el de reducir la rela- da. ~or supuesto, es de fundamental significación social el hecho de que sea
esencial de la pauta de la práctica médica que esta dependencia no deba
ción a la mantenida en sesiones fijas de una duración también fija, de modo
! 11 ·que se la somete a un mínimo de manipulación en términos de los senti- t- mantenerse permanentemente, sino que deba eliminarse tan pronto como
.l /
1 mientos y racionalizaciones inmediatas del paciente. sea posible y que vuelva el paciente a "erguirse sobre sus propios pies" .
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138 TALCOTT PARSONS 1 ENSAYOS DE TEORÍA SOCIOLÓGICA 139
La otra car-a de la medalla es la severa disciplina a la que se somete opera el control inconsciente sobre el nivel social, podría contribuir significa-
el paciente en él curso de su tratamiento. Aunque el hecho de que se le tivamente para la formulación de políticas de propaganda.
erige y se le permite expresarse libremente pueda procurarle ciertas satis- El análisis precedente ha puesto en claro que las pautas institucionales 4
facciones inmediatas, no se le permite realmente escabullirse con lo que ello de la sociedad desempeñan importantes funciones de control automáticas
~ignifica para la instauración de una pauta permanente de su vida y sus po~, lo ~eno_s a dos distint~s ~ivel_es: ~l d~, las relaciones sociales "persona- .(
relaciones sociales, sino que, a niveles cada vez más profundos, se le hace les ordmanas y el de la mstituc10nahzac10n de la práctica médica. En el
consciente precisamente el hecho de que no puede escabullirse. El médico último caso, debe tenerse en cuenta que el médico no sólo "controla" a su
lo coloca en una especie de "situación experimental" donde esto se demues- paciente, sino que, para estar en situación de hacerlo, debe él mismo ser
tra una y otra vez. En ambos respectos el efecto terapéutico no sería posible controlado, debe adaptarse de modo suficientemente estricto a una defini-
sin la instauración de la pauta institucional del rol del médico que se ha ción institucionalizada de su rol y a una sitaución que se impone fuerte-
establecido en el mundo occidental. En el hecho de que el psicoanálisis mente · por mecanismos automáticos informales.
haya insistido tanto en que el analista asuma formalmente el rol del médico,
Mientras que el primer tipo de control es común a todos los sistemas
1i
hay probablemente algo más que una conexión histórica o una relación intrín- sociales, el segundo es, a un nivel de desarrollo comparable, peculiar del
¡
.!
seca con la tradición técnica de la medicina.
Lo que es válido para el psicoanálisis en un extremo es, con varias
modificaciones y varias diferencias de grado, aparentemente válido para la
mundo occidental. En vista de este hecho, sería sorprendente que sus aspec-
tos estructurales y funcionales fundamentales se redujeran a la esfera fun-
cional relativamente estrecha de la práctica médica .
práctica médica en su conjunto, aunque, por supuesto, en el mero hecho En contraste con el campo de las relaciones "personales", la de la prác-
de vendar un dedo cortado, este aspecto del rol del médico tiene menor tica médica se caracteriza particularmente por tres rasgos ampliamente ins-
significación. titucionales. Es "funcionalmente específica" y no "difusa", pues define el
1 '
1 Esta situación de la práctica médica tiene dos tipos de significación rol con referencia a un contenido específico de la función y separa este
respecto de los problemas más generales de este ensayo. En primer lugar, "campo", el de las relaciones profesionales, de cualquier otra relación poten-
1 se trata de un caso particularmente notable de la existencia de mecanismos cial entre las partes. Los "derechos" peculiares de un médico en relación
1
de .control automáticos relativamente ·inconscientes en la sociedad, que tienden c_op. su paciente, que incluyen información confidencial y acces~ al cuerpo,
a contrarrestar el mecanismo de círculo vicioso de por lo menos una clase se definen y limitan por la pertinencia que tengan respecto del desempeñ~
muy amplia de tendencias desviadas a nivel de la conducta. Los psicoana- de su rol profesional, que se vincula con los problemas de la salud. Lo mismo
listas han tendido a volverse relativamente conscientes de la positiva signi- vale para la autoridad, que no implica una superioridad de status genera-
ficación terapéutica de la pautación del rol del analista, y a utilizarla de ralizada, sino que se limita al contexto de la salud. Finalmente, las obliga-
modo enteramente deliberado, aunque aun quizá ellos estén lejos de haber ciones del médico para con su paciente se definen y se limitan asimismo
agotado el problema. Pero hay todavía en gran parte de la práctica psi- por este contexto. Por ejemplo, no tiene obligación de ayudar financiera-
quiátrica relativamente poca conciencia de esto, y todavía menos en la mente a su paciente, salvo que esto haga posible un adecuado tratamiento
medicina orgánica. En verdad, en una etapa la efectividad . misma de los de los problemas de su salud. Esta especificidad funcional es una de las
mecanismos de control pareció depender de que sus funciones latentes per- principales condiciones para que el médico quede "aislado" del "nexo particu-
manecieran ocultas, de que tanto el médico como el paciente creyeran que lar" del paciente o del conjunto de sus relaciones personales, lo que hace posi-
al primero sólo le concernía actuar sobre el equilibrio fisiológico del cuerpo ble su antes mencionado "apartamiento".
del segundo mediante técnicas biológicas. En segundo lugar, la pauta profesional es "afectivamente neutral", en
En segundo lugar, como el caso del psicoanálisis lo muestra de modo contraste con una pauta positivamente afectiva. Esto es, en su carácter pro-
más completo y dramático, el rol institucionalizado del médico ofrece para fesional se espera que el médico evite comprometerse emocionalmente con su
el tratamiento de los pacientes un punto de mira particularmente venta- paciente, ya se trate de amor u odio, de aprobación moral o de desapro-
joso desde el cual aplicar técnicas psicoterapéuticas deliberadas. Se plan- bación. Debe ser "objetivo" e "impersonal", tratar la condición del paciente
tea entonces si hay un punto de mira análogo o un conjunto de ellos, en como un problema, un "caso". Esto, una vez más, es esencial para que
cuanto a la tendencia masiva a la desviación, antes que para la patología indi- quede aislado del sistema de relaciones personales del paciente, y desempeña
vidual, que pueda utilizarse para un control deliberado por vía de la propa- un , importante papel en hacer posible la psicoterapia consciente e incons-
ganda. Si lo hay -o los hay- parecería muy probable que, como el rol del ciente.
médico, implicaría una considerable medida de función controladora latente e Finalmente, la pauta profesional es "universalista" y no "particularista".
inconsciente además de políticas de control deliberadas. Además, es razonable Una vez más, el paciente tiene en un contexto técnico una significación más
suponer que el reconocimiento de los mecanismos por medio de los cuáles de "caso" que de "persona". Lo que define la relación no es la significa-
.
r
1.41) TALCOTT PARSO ~ S ENSAYOS DE TEORÍ.\ SOCIOLÓGICA 141
cwn de ese paciente como persona, ya sea en términos de relaciones perso• influir en la estructura del sistema social. En segundo lugar los enfermo!
nales o de status social instituciQDalízado; no e5 "quién" sea lo que interesa, no integran un "grupo" o un "movimiento", sino sólo una" cl~se estadística.
sino "qué le sucede". Tod(IS los ca.ws de fiebr e tifoidea o de esquizofrenia Corresponde a la naturaleza del rol que quienes están ubicados en él no
deben ser tratados prJr igual, suj etos a variaciones t.ér.nicamente fundadas, puedan integrarse en un grupo estructuralmente significativo.
independientemente de "quiénes" sean los afectados. Este universalismo es un Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que los mismos procesos psicoló-
demento esencial de la (Jbjetívidad científica y sin él no sería posible un alto gícos y pautas de reacción fundamentales se dan en tipos de desviación de
d~ arroUo de la medicina oJmrJ ciencia aplicada . un conjunto establecido de roles y definiciones de la situación instituciona-
La r;ombínacíón de estos ampli os rasgrJs de las paulas institucionales, lizados que co nducen a la innovación estructural y a la aceptación de carn-
wmo Jr¡ muestra un estu di<J cr)[nparativo de diversas sociedades, se distri- bi o3 en las definici ones establecidas de la situación por parte de un gran
huye muy im:g,ularmente ta nt0 hi81.Órica como geográfica.mente. La extensió n número de personé!.'! que so n excepciones definidamente estructuradas a las
rl,; la VJOa d.e la eistructura social en la que la co mb inación st halJa alta- norm as, e, igualmente, a actitudes inadecuadM. Las diferencias respecto del
. rm:nte ckiiarrnllada e.'I, en vP.Tdad, uno de los rasgos más co nspicuos de la nivel individual son en este caso dos. Desde el punto de vista negativo, se
sociedad rJccidental moderna . Sul, yace a tradi ciones de derechos civiles ante evita ex itosamente ser ubi cado en una categoría social tal como la "patoló-
la ley, de libertad de la persona, de relaciones contract uales y de mercad o, gica", que impediría a la innovación la posibilidad de reclamar legítimidad.
dt organización de gran e!!<:ala en general y de la estructura de la autoridad Desde el p0sitivo, IM act itudes y las definiciones de la situación se estruc-
pr¡Jítica ,¡ rle olrri tipri, así como al de!!arrollo y la aplicación de la ciencia. tura n incl uyend o un gran número de personas y de modo suficientemente
Su ~ign ifícac:ión fun cional f'A! múltiple y de ningún mod o &e red uce a.1 tipo uni forme, de ma nera que, respecto de la estructura social existente, los que
de fun drín de omtrol a quJ.: n,,s reforim0s en este ensayo. Por ejemplo, es adhieren a las nuevél.'! pautas forman un grupo definidamente estructurado.
rl ifícil wpnner que la reg ulación institucional de las relaciones de mercado Además de estos fenómenos de reacción masiva, hay otros que no tienen
vi nculadas r;r,n d "ústema de pr1:cio úni co" y el control de las tendencias eq ui va lente a ni vel individual, a saber, el liderazgo y la organización social
a la violencia y al fr aude se relacionen mu y directamente con el ni\'el "psi- de los grupo", que desempeñan importantes funciones en la cristalización de
r:<!l0gi,;o" que l.!8 máJ; relevante al problema de la propaganda en el sentido tendencias más o menos difusas a la desviación en direcciones específicas.
1:r1 r¡ue b son laa pautrui que gnbiernan la práctica médica. La po: ibilidad de que las tendencias a la desviación se estructuren a
Para derto~ i.-ine11 generalf'.s, las paulas patológicas en relación con las nivel social implica, para quien esté familiarizado con el enfoque funcional,
1 i r:uales tiene significación la psicoterapia, pueden clasificarse en términos de la co rrelativa posibilidad de que se den en el sistema social mecanismos de
dos elemenws: las " racionalizaciones'' y las "actitudes". El primero co nsti - control aut omáticos, que, por imperfectamente que funcionen, de algún modo
11
1 tuye la cr¡ntraparte individual de las definicione.5 de la situación o, al menos, un sirven en circunstancias normales para mantener el grado de desviación a
l imprirtante aspecto de ellas, al nivel social. El segundo formula el elemento un ni vel relativamente bajo, mientras que los elementos de tensión y de
"1:rnodr,nal" o "afectivo". A partir de esta distinción es posible, al cumplir- d~organización presentes en todos los sistemas sociales complejos conducirían,
?.r. la transición desde el nivel personal al social, investigar cuáles son some- sm ellos, a una inestabilidad mucho más grave.
ramente lria e<{uivalentes funcionales en el sistema social de las funciones de En el caso de las patologías individuales, el contenido de las racionali-
mntrol rM médico en su relación con el paciente. Sin embargo, debe tenerse z~ciones, que son de gran importancia para la perduración de los síntomas,
la precaución de no incurrir en analogías que puedan conducir a error y hende a centrarse primordialmente en los problemas "personales" del paciente.
ha.l!ar la! condugiones f!ólo en la naturaleza real de los respectivos sistemas. Los problemas que la definición de la situación plantean al sistema social
{,h1ízá nrJ e,:_i_ete una U)F.a tal como una desviación sin algún elemento en -su conjunto se ·encuentran relativamente alejados de las más inmediatas
ímpr,rtantP. rfo rldi nir:irín institur:ionalizada de la situación. Estar "enfer- preocupaciones de la persona y de su experiencia concreta emocionalmente
m,/' y pr,r 10 tantr; en rl ii;posicifm de ser paciente de un médico, es ubicarse más significativa. En relación con esto, quizá estén en términos generales
~n un mi in~títud r¡nalmentc ddi nid (}. Sobre esto deben observarse, no obs- menos rígidamente determinados por compulsiones emocionales, pero, al mis-
t:mte, di)! cosas importanl.P,s. En primer lugar, la persona enferma, precisa- mo tiempo, a causa de la complejidad de los problemas y de su relativa
mente por el hecho de estarlo, se encuentra en cierto sentido aislada de la lejanía, quedan menos sometidos a un control eficaz en términos del princi-
ar,ción recíproca normal con el resto del sistema social. Su rol es por defini- pio de realidad. La combinación de estos dos factores 10 indicaría una
c:ión inda!ea.ble y debe abandonáreelo tan pronto como sea posible. Aunque relativa fluidez en muchos aspectos de la tradición cultural de una sociedad,
generalmente no se lo inculpa moralmente por su condición, como se hace lo que aumenta la significación del problema del control. Además, en nues-
crm el criminal, ésta no es "legítima". Sobre todo, desde que se la define tra propia sociedad, el predominio del elemento de "racionalidad", de libe-
<'Amo patolhgica, no podría, en ninguno de los pactos vinculados con su con-
lO Esto es, con tal que no haya criterios técnicos "sin resquebrajamiento" por
liicit~n patológica, convertirse en fuente de influencia o en modelo de emula- los cuales puedan mantenerse las "creencias" en línea. La relativa debilidad a este
<:ión. P/}r lo tanto, la desviación que adopta esta forma queda impedida de respecto es característica d~ todos los campos culturales, aun de la ciencia.
142 TALCOTT PARSONS ENSAYOS DE TEORÍA SOCIOLÓGICA 143
rac10n, respecto de la estereotipia tradicional, actúa en la misma dirección , una exacta apreciación de los logr os, aun cuan do ella sea intrínsecamente
ib le. y ' m ente, en el personal d
f' alm . . .
pues priva en grado considerable a la tradición cultural de la influencia de pos t
h h . ocen e un1vers1tano en su conjunto
fuerzas de estabilización poderosas. ay u~a gran _edtedrogene1dad de campos. Uno de los síntomas notorios de
que existe neces1 a de control respecto de est I t d . , .
Puede intentarse una aproximación al problema de cuáles sean los meca- tienen las disciplinas académicas de casi tod :, ~ a en enc1afcromca que
.1
'1 nismos que operan para estabilizar la tradición cultural recordando el hecho " 1 ,, U 'd d o os campos a ragmentarse
!
en escue as . l' n. cm a oso estudio de éstas revela que llevan 1os SI.0 nos
de que la profesión médica misma debe en gran parte su status institucionali-
17
d l . ·
., importante
zado y, por ende, su eficacia terapéutica directa e indirecta, a su integración
e ·ac uar · og:icamente en amplia medida y en extens10n
r ps1co como
racrnna IZac10nes. Aunque en general no carecen de ningún mod d ·
con una parte fundamentalmente importante de la tradición cultural, a saber, !antes elementos de. justificación técnica ' las doctrinas de una escue o el alflldpodr-
. .. a a
con ciertas ramas de la ciencia. El predominio de la cura mágica en lugar relacionarse con com-
mu~slran siempre mcü:10s de prejuicios que pueden
de una "ciencia médica" siquiera relativamente primitiva en la mayor parle de ple¡os trasfondos afectivos.
las sociedades y el lugar que ocupan en la nuestra propia los "cultos" de la
salud , innumerables supersticiones sobre la salud y fenó menos 1ales como Al mismo tiempo que esta necesidad de control es tan notoria arece
del todo cviden1e que no se cumple fundamentalmente por e1 sis · terna ,dpe con-
el de la Ciencia Cristian a, es un claro indi cio de que de ningún modo debe J · f l
· l 1
lro m orma en mayor medida que en el caso de la medicina . Por e¡emp
darse por sentada la "creencia" en la eficacia y la super ioridad de la o, a
medicina científica. Informalmente, el grado de estabilidad se asocia con
paut cJ l J'b
. a e a I er a ª:~
l d d' . d
em1 ca a al profesor universitario un margen de
el hecho de que la ciencia médica forma parte de la entera tradición de d'd en la · conducc1on
libertad , de su función profesional , que d'f' 1 1c1·1m ente sea
exce '. a por nrngun g:upo cuy~ trabajo se realice en el contexto de grandes
cultura científica, y de los campos de conocimiento liberal racional con ella
org:n1za:1o~es. Esta_ libertad,. sm duda, tiene importantes funciones, pues le
asociados, que es característica de la sociedad occidental en su conjunto y
p_re.sta d1gmdad Y a!i~~ta ~¡¡ el un elevado sentido de responsabilidad profe-
que tiene un enorme prestigio social, especialmente en cuanto se ha inte-
s10n~I, pero es ta~b1e~ di rectam ente incompatible con el riguroso control
grado tan estrechamente con el modo de vida de las clases de mayor pres-
propio de la maqum an a de la organización fo rmal. Estrechamente relacio-
tigio de la sociedad.
n~da con esto está la institución de la cátedra en propiedad (tenure}.
Desde el punt o de vista más formal , tiene gran importancia que el adies-
tramiento médico se ponga bajo los auspicios de las universidarles. Este ~na. vez. logrado el status . de_ ,una posición permanente, un profesor univer-
s,tarrn solo puede ser des t1[mao con "causa", lo cual significa cometer Ú~a
hecho no sólo articula formalmente el aspecto "aplicado" del co11ocimiento
gr~v~ falta en_ el cargo. De hecho, muy rara vez se recurre a esta sanción ·
y la práctica médica, con la investigación científica más o menos "pura" en
quiz~ se podna d_ecir que la administración universitaria siente tanta repug'.
los campos médicos, cuya parte más importante se lleva a cabo en los labo-
n_an~ia por recurrir a ella, como las sociedades médicas a tomar medidas dis-
ratorios de las escuelas médicas universitarias y en los hospitales de adiestra- c1plmanas contra sus miembros.
miento asociados con ellas. Articula además las ciencias médicas con otras
L?_ importancia q~e d_esd~ el punto de vista de este trabajo tiene la ins-
ciencias que no tienen predominantemente campos de aplicación en la medi-
laurac1on de la pauta rnsl1tucrnnal del rol académico radica en el hecho de
cina, y, finalmente, con otros campos del _conocim!ent?,. tales como !as huma-
q~e incluidos en los contenidos de la competencia p~ofesional de los acadé-
nidades, que ordinariamente no se consideran c1ent1f1cos. Resurmendo: _l~s
micos, se encuentran precisamente aquellos campos de la tradición cultural
universidades son las principales portadoras formales de la gran trad1c1on
q_ue, en la soci~dad. ~ccidental, han tenido mayor importancia para las defini-
cultural del conocimiento racional liberal. La directa afili ación a ellas de c10nes de la s1tuac10n, que, por una parte, se han institucionalizado en la
la profesión médica -que se da también ~~ , las otras profesi?n:: pri nci- estructu_r~ :ocia! y, P?r otra, son los puntos de partida necesarios para todas
pales-- la integra directamente con esta trad1c10n cultur~L ~e mn 0 un mo_d? las dehmc10nes desviadas que pudieran hipotéticamente contribuir a cris-
se reduce la práctica médica a un conjunto de hombres mteli?e~tes que ut1h- talizar procesos importantes de cambio estructural. En relación con esto
zan su inteligencia para tratar ciertos tipos de problemas pract1cos. tres son las disciplinas de primordial importancia. La filosofía y la teologí~
Pero quizá aún más importante que esta afiliación formal a la; ~iversi- tendieron a proc urar los ámbitos donde se emitieron las formulaciones más
dades es la integración informal, en general dentro del marco academ1co, con
las p;utas generales que gobiernan la perpetuación, el progreso y la tran~-
J
¡fJ
r abstractas y más generalizadas de las orientaciones básicas, incluyendo tanto
ideas intelectuales, en torno al "lugar del hombre en el cosmos", como las
rnisión de la ciencia y del conocimiento liberal. Como en el. caso d~ _la medi- ideas éticas fundamentales. En segundo lugar, el derecho tiene la tradición
cina en este campo más amplio es del todo claro que la rntegrac10n de la de pensamiento más prolongada y refinada con respecto a la encarnación de los
más' vasta tradición cultural no es lograda automáticamente por la natura- valores comunes en las relaciones sociales prácticas. Finalmente, mucho más
leza intrínseca del tema. · Prácticamente en todos sus campos hay mucha~ zo~~s recientemente que las otras, las ciencias sociales, con variado peso en los dife-
y elementos de incertidumbre. Aun dentro de las ramas de la orgamz~c~o~ rentes casos, tuvieron particular importancia en la diagnosis de la situación
académica formal hay un muy alto grado de especialización que hace d1f1c1l
1
1
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1 1 1
1: 1
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I J¡, 1.
144 TALCOTT PARSONS
r ENSAYOS DE TEORÍA SOCIOLÓGICA
P::: ~¡.ª~ª
:¡} C/ \~ inconscie~te, m?s notor~~ente, por s?puesto, en_ el _confesio?ar,io católico. . 1
12
el ~ue es probable_mente el análisis clásico de las funci ones sociales del
:. -:::...'tf Pero a diferencia del medico, lo hace intentando mflmr al fehgres para que 1gioso, vease E. Dur~e!Ill, Elementar-y_Form.s o/ the Religious Lile, The Free
;- .;f" se conforme a un sistema de valores y de ideas religiosas que defin~n la ., enc?e, __Ill., 1947 (pags. XI, 456 y s1gs.). Durkheim, al concentrarse en la
· J situación para un grupo social organizado como totalidad, si no para la entera s?cied_~d primitiva, parece haber descuidado la importancia de la definici/,n de la
ttu~c~on. ~a ~~alogia con la psicoterapia y los mecanismos psicológicos implicadoa en
l l Los casos específicos · de la pertinencia de estas disciplinas respecto de los pro- ª m Iuencia mte~a~ora" del ritual necesitarían un estudio mucho más cuidadoso
que e que han rec1b1do hasta ahora.
blemas de "ideología" se tendrán en cuenta en el segundo ensayo.
71 146
de tradición cultural.
TALCO TT
·
particular. tiene enorme 1ruportan ·
PAR SONS
intereses o causus co n las r¡uc el ciud adann s,• idcntif ira. Dr.s<lc un
de vista irreali sta , se los convi erte en héro,"! r, en mr,ru,lruo•. rlc
con el caso y, por lo tanto, ideológi r:;imentc, la nposición entre los
147
punto
acuerno
grupos
o0' 1
aspblema de las actitudes. Por una parte, según ciertos aspectos fundame
pro
es el foco primordial de la integración del sistema socrn. I . 1
na~iona e~ su c?~-
al
ntales,
partidistas en con flicto y sus líderes ti ende a ddinirsc r..r,mo mur.ho
profU11da de lo que es en realidad.
Teniendo todo esto en cuenta, puede parecer a.som br oY, que C!llc sislcmn
mc͕
j unto y por ende tiene Ulla importancia clave para cualquier cons1dera de gobierno pueda siquiera fun cionar. Ev identemente, la respuesta tiene
1 c10_n P"r
del estado del sistema. Por otra parte, por las mismas razones, of~ece fuerza que hallarse en que la medalla tiene otra ca ra, en que ha y
¡/ importante punto de mira para poner en funcionamiento cualqmer
el ~as
pohtica pautas con funciones positivamente integradoras. MuchfJ ha · en
también
, í de control deliberada.
El problema funcional resulta particularmente claro_en este caso, ~~pe-
dición democrá tica" que, informalmente, tiene esta signiVir..a 1 la " tr.1-
ción. Ex.istc
la aceptación de los resultados de una elección , como repr~ta ti;-cr,
de la
{;~d
cialmente para ciertas tendencias modernas_ del pensanuent? sobre voluntad popular y de acatamiento obli gatori o para la nación miera.
po~hc~. Rer.i•
La posición del gobierno en la estructura socrnl es tal, q~e mas o m~nos procamente, existen las restricciones constitucionales fonnale5 e i.oforIMI
111ev1- ~
tablemente se convierte en el foco principal de cualqmer lucha_ mas que impiden a aquellos que se encuentran en el poder bacer un U3Q
_general nce,ci,o
por el poder que se esté librando en la sociedad, sin que se necesite ~as1 de éste por un interés partidario o promover dicho interés por med
entrar ios Üe.!Í·
a considerar el contenido del interés o la "causa" que cualqme timos tales como despojar de las libertades constitucionales a los opo~itor
: grupo e,_
promueva. Esto es aplicable a cualquier sociedad compleja, pero, adem'.15, Además de la Constitu ción misma, hay estructuras y pautas 'fil" "TI<?.rn
n~;s• r
tra forma particular de gobierno democrático parecería acentuar la s1tuac10n y simboliz an funciones de integración para la nación en su toulidJ<
¡¡ 1 1 pues estructura formalmente el conflicto de intereses en una lucha
, i. F] ?Q(i .. r
I /, de gru· judicial federal, especialmente la Suprema Corte, se mantiene en CTJ~ 1
::-· ·-f d.'I
pos "partidistas" por el "poder", esto es, el control de la maquina independiente de la política partidaria. Además, los funcionari~
ria ~e decti,o,<.
1 11
gobierno y, de no ser esto posible, la "influencia", la capacidad de tales como el presidente, tienen un doble carácter. Por u.na part e.
consegmr s,,n itd~,c.-
que los organismos gubernamentales_ s~rvan . ~ ,!ºs in~erese~ 13 de sus de un partido, con un mandato partidario. Pero por la otra. su
: 1
grupos ccri•' es
particulares. De este modo, la "ad1mms trac10n con: 1ste siempre en institucionalmente representativo de la nación en su totalidad .- de
! lo: por- :1.15 ; r:1tii-
tavoc.es de algU11a combinación de intereses, y vanas ramas de~, cior.es comunes. Este carácter integral se pone de rdie,~ ;:e
gob1e_rno, c:,a-:0:
especialmente el Congreso , se encuentran muy ~xpu~tas a la p_res1on. modos. Para poner un ejemplo, cuando el señor Roosevelt proounc
!1 Fmal- iaha un
mente, la presión intrínseca de los grupos de mteres se acentúa a comunicado radial, no se lo presentaba como el señor o como el
causa de
¡: otro factor. Todas las estructuras o personalidades que gozan de
de prestigio institucionalizado constituyen, en alto grado, símbolos
que se proyectan afectos, los cuales se generan en relaci~n con_ otros
un status
sobre los
Roosevelt, ni, mucho menos, como el Jefe del Partido Demócra ta. 5"Í.no
fórmula aceptada era: "Señores y señoras, el Presidente de los E..<.tad~
De modo semejante, aun en casos de la más violenta hostfüd:id
PrcJidc-.:r
ouc b
Coi~ ··.
as~ectos p.irtida:1,;1
de la ,,ida de una persona 14 • Este fenómeno es de parti~ular 1~portan ") h~cia el funcionario, es claramente discernible un c.ierto respeto
cia en por b d~ -
una sociedad compleja y velozmente cambiante, donde la mseg;'mdad ~ ( mdad del cargo 15 . Lo mismo puede decirse de muchos
p~r:º~,al
I es grande. Su efecto inmediato consiste en acentu_a~ las tendenc1~s a
la div_i:10n l ;:. del gobierno. En relación con muchos de sus organi~m os a,lmin.i~
otrus cargos menor~
trmiv·~•. d
1
1 que su rgen dd reconocimienlo formal del pa~t'.~1smo. Los lideres
pohlI_cos ~ ~ elemento de p~rtidismo es mucho menns notable. Aunque o~itl1lm
prominentes no sólo encuentran apoyo u opos1c10n, desde un punto cntc
de VIS tª ~ .:f fueron establecidos por adminis traciones de partido.
1
I; realista, de acuerdo con la efectividad con que promuevan u obstruya pr actif ..uncntc !~:m,-.
n los -;:, La ser aceptados por el público en general.
í3' ~ Qu',
iza e1 f enomeno
· , notorio
mas · de toda esla csÍt'f1\
18 Lo5 upccws esenciAles de este fenómeno son independientes de los miembro~ . q u~ h rdari,rn i
y líderes del grupo tu cuestión. Por ejemplo, los abundant~s ~ cJ con los casos ya expuestos, consiste en lu tt'thlcn .. u :1.
element~~- que, respal?~; l.i s.:~rtt-u.."",:-. J.: 1,, ,
ron d movirnien 10 prohibicionista bien pudieron esta.r despo¡ados .del., mteres ~ .3 dos aspectos de la estructu ra gubcrnam('nlal. ~¡ i~ta no
prop!º c.\ ~ h3 bria ,.¡
en d ~tidti con·ienle, pues se interesnrou sobre todo en la aphcac1on
de .~na ~! 1 ~~ jg. :Si peligro de que toda la t.-st ructura fu era urrn~trtt th :.i l.1 lu.::h--1 licn,
pu.rnmente rdigiou. L1 Liga a.n.túaloon no fu e por eso menos 1111 grupo
14 Los fenómenos de tramferencia ilu s1.rn11 este fenómeno
de ~r~s1on • J~ p.:irtiJ 3 ri .1 , nu
.
en forma clas1ca en 15 Por ejemplo, en ocuion J e L1 cdd,ral"IÚn Jcl trr.:-cr ,:cntciu:w <ir lb.r•iUU.
rd1ci6n con el médi.co. Lo miamo oc aplica a las universidades, que
en todas parte& a.lgunos alumnos de la e!lcuela fanáticamente anti •!'lk.xk,·dtt,t.1 Uc-g·2.r,,o
son objeto de a.ctitud~ profundamentt ambivalen tes y notoriamente irrealistas cnd"-"" ;a d~cir
por qu~ todo se malograría si Sé pem1i t i<1 l .. ror hc,mb1..-Q t":sl!r ¡,rr·,ctlt~
amli~s pvtes¡ la prominencia del sentimiento de ;;epanción (iown and Prw 14tnhlia
sown~ Y la le111a uno oport'.1t11d ad de t'l!tuchar la r..-.iui,", u que lltt,M ,w dflnt.>1 ~
facilidad con que Se 1cuu de ~radjcali~mo" 11 las institurivnes aca démicas · ~ix,Iílld d~
son 1lustra- todo, es el p1es1dent e do lo~ üud o1 l'nidt1J'' , ¡ur11. l'"llll,tu.i~t 1.1111t11ri
riones dd upecro nrga111 u. Cn cjmplo equi1•alen te ro 14 rs.fera de la 1 n U;tdt:oiu
política d~ lene.~ como grailuadü y co n1t.l hu¿~¡icd. al ¡.,.1e,1J rlllr, >c4 c.ilr, q111~t1
proyección de un scnúmien to ne;,?tivo fu e la paull dd uodio por Roosrvelt furtt, uo ¡,odia
", u.n CO· c·onstden rs.- otra rus.a qu~ Ull h(,lh•r. [ri L<i IUlUlU i),¡'. ,u !Óa t ~\J lug¡u
rrientc en Ju el~ empresuias h4rt uno¡ poco• año., qur por rirrto 110 WI confüt1n ,í-
fu~ simple- mrlar, nunc¡ue 1•~11 it l.;11111u toJ111il inú ~imlo, 11 µro¡,ó.,u., Jtl rol ofic¡¡¡l
mente una ~pr<"l:isc.ió n ol,jc1iva dd New Du:1.
uador h uws ~l. l'11rlf1. dtl ¡¡okr•
143
TALCOIT PARsONS ENSAYOS DE TEORÍA SOCIOLÓCICA 149
sobre la cual formar senti-
habria ninguna estructura adecuada de símbolos De hecho, en
grado considerable, esto ilegó a considerarse tipico de toda pro-
de lealtad común e integración. Es estrechamente paralela a los paganda en general.
mientos
del médico sobre el que se deposita "con Pero los mismos enfoques básicos son aplicables a una orientación
componentes impersonales del rol del
fianza", y a los roles del académico y del sacerdote, que son "representa- objetivo político muy diferente: a la del "fortalecimiento", que intensifica el
de una tradición cultural objetivamente impersonal.
tivosEstos ejemplos bastan, quizá, para establecer de un modo general que apego por las pautas institucionales y por las tradiciones culturales básicas
de la sociedad, y contrarresta deliberada y sistemáticamente las muy
deli. impor.
los mecanismos de control, cuyo manejo no es cuestión de la "política" tantes tendencias a la desviación existentes , Pocos son los que cuestiona-
berada de ningún grupo, o aun de sus funciones manifiestas, impregnan la rian queésta sea la dirección que la propaganda debe adoptar en relación
un papel esencial en el funcionamiento del con la situación interna, pues, en esta gran crisis, lo que se juega funda-
entera estructura y desempeñan
institu-
sistema social. En particular, en conformidad con el carácter de sus mentalmente es la preservación de la continuidad respecto de las grandes
ciones y su peculiar tradición cultural, la sociedad ha desarrollado un com-
tradiciones y pautas institucionales de la sociedad occidental.
centra en roles de alto
plejo de mecanismos de una especie particular que se Fijar la
orientación básica de la politica de propaganda en el sentido
prestigio, caracterizados por el universalismo, la especificidad funcional y la del "fortalecimiento" no sólo significa en el sentido más general dirigirla a
médica un tipo particular de una
neutralidad afectiva. La práctica representa
clase mucho más amplia de roles especializados en el ejercicio de una espe
apoyar los sentimientos y definiciones de la situación que relacionan a los
isLIOTECA- USTA
-■
TALC OTT
r ! •
150 PARSO NS ENSAYOS DE TEORÍA SOCIOLÓGICA
151
moderna sobre lo que constituye la "madurez" psicoló de una estructura institucional y un sistema de control
gica, no llega~án a social mucho más gene-
relativizarse hasta el punto de ser considerados aplicables ralizados. Las orientaciones fundamentales inherentes
sólo a esta sociedad. a la instauración de su
Esto es particularmente válido respecto de lo que los pauta, especialmente el rol del principio de realidad
psicoanali~tas llamar_on y la madurez psicoló-
el "principio de realidad", la ampliación de cuya vigenci gica, forman un aspecto, una "aplicación" en un context
a constituye el prm- o, de los principios
cipal criterio de un fuerte "desarrollo ?el yo" y de la configuracionales comunes a la estructura institucional
q~e podría llamarse en su conjunto. Con
"reciprocidad afectiva", esto es, la capaci?a_d de te~er a!ect1v las debidas precauciones para tener en cuenta la diferencia
amente en cuenta de nivel, tratar la
los sentimientos de los otros y no defum las situacio política de propag anda como una especie de "psicot
nes de una manera erapia social" es actuar
oroseramente "unilateral". Por cierto, la gran inciden directamente de acuerdo con la naturaleza esencial de
cia de la ciencia Y de este sistema social.
las técnicas racionales en una sociedad, tienden a indicar
un desarrollo pecu• De acuerdo con la primer a máxima, sin considerar de
Jiarmente elevado del "principio de realidad" en una ningún modo lo
dirección. De ahí que que haga deliberadamente al tratar 'las tendencias particu
pueda decirse que su predominio trasciende el elemen lares a la desvia-
to co~ú~ a . toda_s las ción que surgen, el organismo ( u organismos) debe
estructuras sociales, la adaptación realista a la estruct asumir un papel tan
ura mst1tuc10nahzada estrechamente parecido al del médico, como las circuns
existente, sea ésta cual fuere. Pero los elementos de aancias lo permitan.
universalismo y espe- Especialmente, en la medida de lo posible, debe identifi
cificidad funcional que hallamos en todos los casos previam carse con aquellos
ente analizados son elementos de la instauración de la pauta institucional
todos ellos de institucionalización específicamente alta del gobierno y otras
de elementos pautales estructuras de la sociedad que simbolizan la integración
que desempeñan un papel fundamental, para alentar de la sociedad como
reacciones de madurez totalidad. En relación con el gobierno, esto signific
emocional. a sobre todo que debe
evitar complicarse en toda lucha interna por el poder de
Cualquiera fuere la mayor significación más general los grupos partidistas;
izada d~ (a insti- tanto su constitución como su personal públicamente
tucionalización de estas pautas, no cabe duda de que conocido deben acer-
su fortalecumento es carse en lo posible al ideal del juez imparcial.
fundamental para el cultivo de la madurez en nuestra
sociedad. ~ª. psicote- Debe también utilizar otros elementos formalmente instituc
rapia que consistía en la "conversión" de la persona ionalizados en
a cultos ~a.stlcamen~e la sociedad que se ajustan al mismo tipo general de
ultramundanos, por mucho que solucionara sus problem pauta, quizá especial-
as practlcos; sena mente el académico y el religioso, aunque por causa
algo fundamentalmente distinto de la de la medicina del elemento de ambi-
moderna. R~c1~roca- valencia que se da en las actitudes públicas con referen
mente, resulta claro que la psicología de la mayor parte cia a los académicos,
de l_os ~o~un~entos se requiere en este caso una gran precaución: sería
que tienden a quebrantar drásticamente esta misma desdichado permit ir que
herencia mst1~uc10nal, entrara en vigencia un símbolo como el del brcdn
especialmente los de tipo fascista, es una psicolo~ía que trust de comienzos del
explota P;ec1samente New Deal.
los elementos opuestos de la estructura de caracter,
aquellos mas estrecha- Aunque menos formalmente, también es necesario estable
mente vinculados con los tipos de pautas de reacción cer una posición
"neurótica", la distor- d~ autorid ad impersonal. En el caso de la medicina,
sión ideológica y el exceso de reacción afectiva. esto implica primor-
drnlmente dos elementos: la competencia técnica y la inteori
En este ensayo se sostiene la tesis principal de que la dad moral en rela-
estruct~ra ?e Occ~- ción con las metas fundamentales de la práctica médic
dente en su relación con las funciones de control, ofrece / Dado que hasta la
extraor dmana s pos1- fec~a. no hay en l~ ~ociedad ningún grupo profesional
bilid;des para la propaganda deliberada de fortalecimiento que haya llegado a
c~~o o~g~nismo defimrse ante el publico en general como poseedor
fiscalizador. Así como la psicoterapia deliberada en de capacidad técnica en
la relac10n medica es, "psiqui atría social" -quiz á algún día alguna de
en un cierto sentido una mera extensión de elementos las ciencias sociales lo
funcionales inherentes log~; • e~ su defecto parecería deseable el cultivo
a la estructura del 'rol del médico, de la misma manera deliberado de una repu-
, a nivel social, la tac1on segun, la. cual se trasmite con escrupulosa fidelida
propaganda de fortalecimiento sería simplemente la extensi d información a cuyas
ón ~e ~mc~as de f~entes el ~ubhco no_ p~ed~ tener acceso directo. La
las funciones automáticas, aunque latentes, de las información de por sí
pautas mst1tuc1onales t1en~ g~an. 1mportancrn mtrmseca. Pero lo que se implica
existentes. aquí es su impor-
tancia mdmcta,_ ~~roo que establece la autorid ad del
En verdad, como resultado del precedente análisis, organismo de propa-
puede decirse sin gand?, y la pos1b1hdad de recurri r a ella en busca
temor a incurri r en errores, que la consideración del de "ayuda " respecto de
rol del agente de pro- cuest10~es_ ~ara las que una persona, necesariament
paganda como análogo al del psicoterapeuta es algo e, resulta incompetente.
más que una mera El abnr Jmcios sobre la conveniencia o la inconvenienci
analogía. El control social, en el sentido que se le acuerd a de retener infor-
1
11
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es, después de todo, un proceso de acuerdo con el cual,
a en esta exposición,
a través de meca-
1
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maciones por razones de índole militar, de ningún modo
un eficaz uso de esta posibilidad.
es incompatible con
nismos psicológicos, se influye, en primer lugar, en
la conducta y, más ~a analogía con la integridad moral del médico es
profundamente, a través del proceso de socialización algo más compleja.
especialmente, en la Es Cierto que el médico evita emitir juicios morale
estructura del carácter de los seres humanos. En su s sobre casi todo en
significación funcional la conducta de su paciente, y éste es uno de los elemen
no deliberada, la institución de la práctica médica tos primordiales de la
forma parte integrante capacidad para "llegar " a su paciente. Pero no asume
'
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una actitud moral-
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152 TALCOT T PARSONS
r ENSAYOS DE TEORÍA SOCIOLÓGICA 153
' mente nihilista. Sobre todo, en relación con la definición de su propio rol, ble extraer ciertas c?nsecuencias amplias del análisis muy general del pro-
,
oq 1 ciertos fundamentos morales se tienen por descontados, especialmente su obli-
gación de bacer lo posible por el paciente y, recíprocamente, la obligación del
ble~.ª que _fu~ el obJet? de la mayor parte del ensayo. En relación con la
poht1ca practica, lo mas que puede hacerse aquí es señalar una dirección
paciente de prestarle entera "cooperación", incluso la revelación de toda la general.
verdad acerca de las cuestiones pertinentes . Con mayor generalidad, esta pauta Como en todos los casos semejantes, el aproximarse a líneas de acción
implícitamente supone el acuerdo sobre ciertos fundamentos morales de nues- práctica detallada significaría avanzar en el análisis de los problemas particu-
tras pautas institucionalizadas, especialmente los incluidos en la aceptación lares que deben enfrentarse. El psiquiatra no se maneja con las neurosis en
de un "ajuste maduro" como meta de la terapia. De modo semejante, UJJa general, sino con un paciente particular que tiene problemas particulares.
agencia de propagand a puede, con plena autoconciencia, dar por sentados Tenemos el propósito de analizar más adelante algllilos de los rasgos más
los que son en primera instancia los fundamentos morales de su propio rol, salientes del sistema social norteamericano contemporáneo, en cuanto se rela-
cionan con el problema de un posible control por métodos de propaganda.
,.
su posición de confianza en beneficio del bienestar nacional y su integridad
moral ·en el desempeño de sus obligaciones. Implícitamente esto incluiría Esto planteará los siguientes problemas: cuáles son las principales tenden-
' la aceptación de la orientación fundamental de la política nacional, sobre cias a la desviación en esta situación; cómo se arraigan en los conflictos, las
'
·,
todo respecto de la guerra, y la aceptación de los fundamentos principales tensiones y el mal funcionamiento del sistema social y de qué modo y en qué
de los valores históricos institucionalizados y de la tradición cultural. grado son accesibles al control mediante esta especie de técnica.
;
Puede probablemente decirse, con confianza, que por Jo general es mejor
no "discutir" estas cosas explícitamente, sino más bien darlas por establecidas.
Esto no significa, sin embargo, eludir los problemas morales implicados. Más
; bien, cuando surge la ocasión, es perfectamente legítimo reaccionar intensa-
mente refirmando los valores pertinentes. En general, un buen médico no per-
mite que su paciente desafíe su integridad moral sin que reciba contestación,
y no vacila en reaccionar intensamente.
Pueden decirse unas pocas palabras sobre la técnica del manejo de los
problemas particulares, una vez establecido el rol generalizado requerido.
Sobre todo, un tal organismo no sería un organismo de "instrucció n" del
público en el sentido racionalista ordinario. Su función esp~ialm~?te rw
radicaría en "refutar" opiniones y definicion es indeseables de la s1tuacwn. Su
principal función consistiría más bien en 1:°?ntener a la_vi~ta del pú~l!c?, de
modo continuo pero no excesivamente v1S1ble, las pnnc1p~Jes defm1~iones
,1
' '
i de la situación y los símbolos fundamentales. El detalle de como debena ha-
¡.
cerse esto, es un problema sumament e técnico y complicado.
Si cuándo y en qué circunstan cias debiera emular al psicoterapeuta, ofre-
ciendo en momentos estratégicos "interpret aciones" de conducta~ "pat?lógi-
Ir
1
cas", constituye un problema sumament e interesant e, pero, por cierto, 1mpo-
sible de plantear sin mucbos análisis y experiencias.
Finalmente, debe tenerse por evidente que uno de los
. .
pr~c1p~le
de que un organismo semejante estuvo desempeñ ando ~o~ eficacia s~s fun-
ciones o no, radicaría en el hecho de que se lo convutier a en ob1eto ~e
s
, .
md1ces
I "transfere ncias", de la proyección de afectos que no se adecuaran a 1o efec:i· pales causas por las que el señor Roosevelt fue considerado un "político" excepcional -
mente bueno fue su capacidad para asumir este tipo de rol. Sobre todo, ha de tener
I vamente realizado por él, tanto negativa como positivamente. Esto ofrecena conciencia de haber sido a menudo objeto de una "transferencia negativa" y parecería
oportunidades para extender su utilidad. que en general fue capaz de actuar de modo adecuado para manejar fenómenos tales.
La intención de este último examen no ha sido elaborar un modelo Sería en extremo esclarecedor un análisis de las reacciones públicas que tuvo ante las
para un organismo de propaganda, o emitir o implicar ningún juicio sobre l_a diversas olas de opinión con respecto a la guerra desde la caída de Francia hasta
17
Sólo fue pos1- Pearl Harbor. Una de las fases más interesantes es la de la elección del momento,
adecuación de los organismos existentes de nuestro gobierno •
como también el contenido de los principales discursos que, en un sentido, son análogos
a las interpretaciones de un psicoanalista. Quizá una de las principales cosas que debe
17 Debe tenerse en cuenta que, consciente o inconscientemente, muchas de estas aprender un alto ejecutivo es no hablar en público con demasiada abundancia, con
funciones fueron de hecho desempeñadas en grado considerable por organismos. d~l demasiada frecuencia y en momentos inoportunos.
gobierno, y muy visiblemente, por la presidencia. Seguramente, una de las pnnci-