REVISTA DE PATOLOGÍA RESPIRATORIA

Volumen 21 • Suplemento 2 • Noviembre 2018

REVISIÓN

Recomendaciones dietéticas y suplementos nutricionales en la EPOC

J. de Miguel Díez1, S. Salgado Aranda2, I. Bretón Lesmes3

1Servicio de Neumología. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid. 2Servicio de Neumología. Hospital Universitario del
Sureste. Arganda del Rey (Madrid). 3Servicio de Endocrinología y Nutrición. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid.

Rev Patol Respir. 2018; 21(Supl.2): S182-S188

Resumen
La evaluación y el tratamiento médico nutricional deben formar el manejo integral de los pacientes con EPOC. Con ello
se pretende prevenir y tratar la desnutrición. La adaptación de la dieta oral a los requerimientos y las características clínicas
de cada paciente representa la base del tratamiento nutricional. Cuando estas recomendaciones no resultan suficientes, los
suplementos nutricionales orales pueden contribuir a que el paciente alcance sus requerimientos nutricionales. La nutrición
parenteral se reserva para los casos en los que exista una contraindicación para la utilización de la vía digestiva (íleo, perfo-
ración o hemorragia digestiva).
Palabras clave: EPOC; Dieta; Suplementos nutricionales orales; Nutrición parenteral.

DIETARY RECOMMENDATIONS AND NUTRITIONAL SUPPLEMENTS IN COPD

Abstract
The evaluation and nutritional medical treatment should form the integral management of patients with COPD. This is
intended to prevent and treat malnutrition. The adaptation of the oral diet to the requirements and clinical characteristics
of each patient represents the basis of nutritional treatment. When these recommendations are not enough, oral nutritional
supplements can help the patient reach their nutritional requirements. Parenteral nutrition is reserved for cases in which there
is a contraindication for the use of the digestive tract (ileus, perforation or gastrointestinal bleeding).
Key words: COPD; Diet; Oral nutritional supplements; Parenteral nutrition.

Introducción tratamiento nutricional. Es necesario recordar la elevada

La evaluación y el tratamiento médico nutricional deben
formar el manejo integral de los pacientes con EPOC, te-
niendo en cuenta la elevada prevalencia de desnutrición y
sus consecuencias clínicas1,2, y deben seguir unos algoritmos
similares a los que se emplean en otras patologías.
Los objetivos fundamentales del tratamiento médico
nutricional son prevenir y tratar la desnutrición, y se debe
adaptar al momento evolutivo de la enfermedad y a las ca-
racterísticas clínicas, personales y sociales del paciente. Debe
también tenerse en cuenta la coexistencia de otras patologías
como la diabetes, la insuficiencia renal o la insuficiencia car-
diaca, que pueden condicionar un mayor riesgo nutricional,
así como las características del tratamiento.
La adaptación de la dieta oral a los requerimientos y
las características clínicas de cada paciente es la base del
prevalencia de disfagia, especialmente en personas mayores
o post-intubación orotraqueal. La disfagia favorece el riesgo
de desnutrición, deshidratación y alteraciones de la seguridad
de la deglución, aumentando el riesgo de aspiración y de
infecciones respiratorias.
Cuando las recomendaciones de dieta oral no resultan
suficientes, los suplementos nutricionales orales (SON) pue-
den contribuir a que el paciente alcance sus requerimientos
nutricionales. La nutrición enteral por sonda se utilizará en
pacientes con desnutrición o riesgo nutricional en los que el
tratamiento con dieta oral o suplementos nutricionales orales
no alcance los requerimientos o bien exista una alteración
grave de la seguridad de la deglución.
La nutrición parenteral se reserva para los casos en los
que exista una contraindicación para la utilización de la vía
digestiva (íleo, perforación o hemorragia digestiva).

Correspondencia: Javier de Miguel Díez. Servicio de Neumología. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. C/ Doctor Esquerdo, 46.
28007 Madrid. E-mail: jdemigueldiez@telefonica.net

S182 Revista de Patología Respiratoria Vol. 21 Supl. 2 - Noviembre 2018

 Tabla 1. Fórmulas para la estimación del gasto energético basal (GEB).
Fórmula Harris-Benedict
Mujer 665,1 + (9,6 x peso en kg) + (1,85 x altura en cm) – (4,68 x edad)
Hombre 66,47 + (13,75 x peso en kg) + (5 x altura en cm) – (6,76 x edad)
Requerimientos nutricionales en los pacientes
con EPOC
Para conservar un peso adecuado es necesario mante-
ner un equilibrio entre los aportes nutricionales y el gasto
energético. El gasto energético total es la suma del gasto
energético basal (GEB), el efecto termogénico de los ali-
mentos y el gasto energético por actividad física. La forma
ideal de calcular el GEB es mediante calorimetría indirecta,
pero es una técnica que no suele ser accesible en la práctica
clínica habitual, por lo que existen diferentes fórmulas que
permiten estimar el gasto según edad, sexo, peso y talla. Las
más usadas son la fórmula de Harris-Benedict3 y la fórmula
de la OMS (Tabla 1).
Los pacientes con EPOC presentan un gasto energético
basal aumentado y se estima que es un 15-20% mayor del
esperado. Si no se equilibran los aportes y gastos, existe
riesgo de desnutrición; situación que se asocia claramen-
te a un peor pronóstico en la EPOC4. Un análisis reciente
de la población del estudio ECLIPSE5, ha identificado un
subgrupo de pacientes con enfisema más avanzado que
se caracterizan por desnutrición, un perfil metabólico de
predominio catabólico y un peor pronóstico. Estos pacientes
se han denominado MOLT (acrónimo en inglés de multiple-
organ lost of tissue) y presentan una disminución de la
reparación tisular y pérdida de tejido extrapulmonar (tejido
adiposo, muscular, óseo) que se asocia a menor índice de
masa muscular, mayor caída del FEV1, mas agudizaciones,
e ingresos. Existen algunas evidencias que apoyan que un
aumento del aporte calórico en la dieta de los pacientes
con EPOC en fase estable puede facilitar el aumento de la
masa libre de grasa y mejorar el patrón metabólico; sin
embargo, también se ha observado que un exceso calórico
puede suponer peores resultados nutricionales. Los efectos
óptimos se consiguieron ajustando la nutrición estimada
para un GEB con un factor de corrección de 1,3 (es decir,
el producto del GEB x 1,3)6.
A continuación, se describen los requerimientos nutricio-
nales recomendados en pacientes con EPOC:
Macronutrientes
En pacientes desnutridos y sarcopénicos se recomienda
que la dieta sea hiperproteica e hipercalórica. El objetivo
de la intervención nutricional debe alcanzar una ganancia
de al menos 2 kg de peso, ganancia a partir de la cual se
empiezan a observar cambios significativos en la fuerza de
la musculatura respiratoria, especialmente si se combina
el tratamiento dietético con programas de rehabilitación7.
Revista de Patología Respiratoria Vol. 21 Supl. 2 - Noviembre 2018
Fórmula OMS
30-60 años 8,7 x peso en kg + 829
> 60 años 10,5 x peso en kg + 596
30-60 años 11,6 x peso en kg + 879
> 60 años 13,5 x peso en kg + 487
Una distribución de macronutrientes adecuada para un
paciente EPOC debe incluir un contenido total del 20% de
proteínas, fundamentalmente a partir de alimentos de alto
valor biológico (alimentos que contienen todos los aminoáci-
dos esenciales y nitrógeno en cantidad suficiente para poder
producir los aminoácidos no esenciales). La complementación
de la alimentación con aminoácidos esenciales y aminoácidos
de cadena ramificada en pacientes desnutridos ha mostrado
aumento de la síntesis proteica y de la fuerza muscular8.
El aporte hipercalórico habitualmente se consigue au-
mentando la ingesta de grasas, pudiendo alcanzar el 40%
de los aportes (preferentemente ácidos grasos poliinsatura-
dos omega-3, PUFA)8. Los suplementos de omega-3 podrían
ser útiles para mejorar los resultados de los programas de
rehabilitación, pero aún no existe una evidencia consistente
que lo avale9.
Por otro lado, se recomienda reducir los aportes de hi-
dratos de carbono de absorción rápida, evitando superar el
30% del aporte calórico8. La reducción debe ser a expensas
de hidratos de carbono de alto índice glucémico, mantenien-
do una ingesta adecuada de frutas y verduras (bajo índice
glucémico). Algunos estudios longitudinales han mostrado un
menor riesgo de desarrollar EPOC con dietas con un conte-
nido en frutas y verduras de 70-100g/día10,11 y mejoría de la
función pulmonar en tres años de seguimiento12, aunque los
ensayos clínicos aleatorizados no han conseguido demostrar
esa asociación, sugiriendo que son necesarios largos periodos
de seguimiento para constatar el efecto.
Micronutrientes
El déficit de vitaminas A, C, E y D es frecuente en pacien-
tes con EPOC. El mantenimiento de unos niveles adecuados
de vitamina A, C y E son un factor protector frente a la en-
fermedad y, en pacientes con alteraciones del metabolismo
oxidativo, la carencia de esas vitaminas se asocia a mayor
caída del FEV1 a lo largo del seguimiento. Estas vitaminas
están en altas cantidades en los alimentos, de modo que una
dieta variada debe ser suficiente para mantener unos niveles
adecuados9. El déficit de vitamina D es muy frecuente en la
EPOC, se estima que ocurre en un 60% de los pacientes y
la proporción aumenta en los subgrupos de pacientes con
enfermedad más grave, probablemente por su relación con la
exposición a la luz solar13. Dada la frecuencia de esta caren-
cia, se recomienda su cribado en los estudios nutricionales.
Aunque todavía no se conoce bien su papel en la enfermedad,
los estudios in vitro han demostrado que está involucrada
en la inflamación y remodelado de las vías aéreas y que,
además de su implicación en la osteopenia y osteoporosis,
S183
parece tener un papel protector en el desarrollo de la función
pulmonar y las infecciones respiratorias. Algunos estudios
han mostrado que el tratamiento suplementario con altas
dosis de vitamina D en pacientes EPOC con déficit podría
reducir la caída del FEV1 y reducir las agudizaciones, pero
aún no existen datos suficientes que avalen la indicación9.
Hay pocos estudios que hayan evaluado el aporte de mi-
nerales en la dieta de los pacientes con EPOC. Se han descrito
carencias de selenio en pacientes EPOC ancianos; también
niveles bajos de calcio plasmático a pesar de una ingesta
adecuada de calcio (posiblemente asociados a deficiencia
de vitamina D)9. No obstante, parece que un tratamiento
dietético adecuado puede ser suficiente para conseguir ni-
veles correctos, sin necesidad de suplementos alimentarios.
Finalmente, cada vez existen más estudios con otros
nutrientes específicos implicados en el metabolismo y en el
desarrollo muscular. La L-carnitina es un derivado aminoácido
que facilita la combustión de lípidos facilitando la producción
de energía. Un estudio mostró un impacto significativo me-
jorando la fuerza de la musculatura respiratoria y el test de
la marcha durante 6 minutos cuando se administraba dentro
de un programa de rehabilitación respiratoria14; sin embargo,
se trata de un estudio con un número pequeño de pacientes
(16 pacientes) y los resultados deberán ser confirmados en
ensayos clínicos posteriores.
La creatina es un ácido orgánico de producción endógena
y que mediante donación de fosfatos facilita la transforma-
ción de ADP (adenosina difosfato) en ATP (adenosina trifos-
fato). Se han realizado múltiples estudios con suplementos
de creatina asociados a programas de ejercicio, pero un
metaanálisis no mostró efectos significativos15. Sin embargo,
la administración conjunta de creatina con coenzima Q10
podría mejorar los resultados16. La coenzima Q10 (también
denominada ubiquinona) participa en la cadena de trans-
porte de electrones de la respiración celular generando ATP.
Recientemente se ha publicado un ensayo clínico donde se
administraron suplementos de coenzima Q10 y creatina,
observándose un incremento de la distancia recorrida en el
test de la marcha de 6 minutos, aumento de la masa libre
de grasa y disminución del grado de disnea17. Aunque los
resultados son prometedores, será necesario confirmar los
hallazgos en estudios posteriores.
Recomendaciones de dieta oral
Al igual que se ha descrito que una dieta rica en frutas
y verduras, así como en fibra y pescado, podría disminuir el
riesgo de desarrollo de EPOC18,19, una ingesta excesiva en
carnes, dulces y cereales refinados podría incrementar dicho
riesgo e incluso aumentar la posibilidad de un reingreso20.
Teniendo en cuenta estas consideraciones, el tratamiento nu-
tricional de los pacientes con EPOC debe hacerse, siempre que
sea posible, utilizando un patrón de alimentación saludable21.
Un buen punto de partida podría ser la promoción de una
dieta basada en el patrón mediterráneo, dados sus posibles
efectos sobre la función pulmonar y sus beneficios probados
sobre el riesgo cardiovascular y metabólico2,22,23 (Fig. 1).
S184
En los pacientes con EPOC que están desnutridos, un tra-
tamiento nutricional bien diseñado puede revertir la desnutri-
ción y mejorar la evolución y el pronóstico de la enfermedad4.
En este contexto, se deberían establecer recomendaciones
dietéticas, destinadas a incrementar la ingesta calórica y
prevenir la pérdida de peso, antes de tener que recurrir al
empleo de los suplementos orales. Entre ellas se incluye el
incremento del número de tomas al día, con aumento de la
ingesta de alimentos con mayor densidad energética, comer
lentamente, limitar la bebida de líquidos con las comidas y
realizar reposo después de estas. El incremento de la ingesta
calórica implica aumentar el contenido graso, que en ocasio-
nes se eleva hasta más del 40% del contenido calórico total
de la dieta. Para ello es importante elegir fuentes saludables
en el contexto de un patrón de dieta mediterránea (inclu-
yendo aceite de oliva virgen, frutos secos crudos o pescados
grasos) y evitar un alto contenido en grasas saturadas y
trans (como bollería industrial, platos precocinados, etc.).
En casos de cor pulmonale, también es importante restringir
la sal de la dieta para evitar edemas.
En presencia de sobrepeso u obesidad se debería inducir
una pérdida leve de peso, aunque mantenida en el tiempo,
a expensas de una reducción calórica no superior a 500
kcal con respecto a la ingesta habitual o previa. Para ello
es importante respetar un patrón de reparto equilibrado de
macronutrientes y garantizar un suficiente aporte proteico,
pero relativamente elevado, para evitar la aparición de sar-
copenia, junto con un programa adaptado de promoción de
la actividad física, especialmente en presencia de obesidad
mórbida. Entre las recomendaciones dietético-nutricionales
que deben realizarse a los pacientes con EPOC y sobrepeso
se encuentran las siguientes: realizar 5 o 6 comidas al día,
con raciones pequeñas y frecuentes, tomar los alimentos a
temperatura templada, reposar sentados al menos media
hora después de las comidas principales y tomar diariamente
al menos 2 litros de líquidos, preferentemente una hora antes
o después de las comidas. Si el paciente está en tratamiento
con oxigenoterapia domiciliaria, debería mantener las ga-
fas nasales puestas mientras come, ya que para hacer la
digestión se requiere un mayor aporte de oxígeno. Por otra
parte, si presenta flatulencia, debería evita beber o comer
alimentos que causan distensión abdominal. También debería
evitarse la ingesta de alimentos muy grasos, que retrasan
el vaciamiento del estómago y favorecen la sensación de
saciedad, reflujo y/o plenitud abdominal24. Si la situación
se asocia con complicaciones agudas, habría que valorar
la indicación de medidas más agresivas, bien prescribiendo
transitoriamente dietas de muy bajo contenido calórico, o
bien poniendo en marcha un programa de cirugía bariátrica
si el paciente cumple los requisitos necesarios para poder
incorporarse al mismo25,26.
En los pacientes de fenotipo agudizador se recomienda
recurrir a una dieta hiperproteica (aproximadamente el 20%
del contenido total). También es importante en este caso
recurrir a fuentes bajas en grasas saturadas (evitar carnes
rojas y embutidos, sustituyéndolos por legumbres, pescado,
carnes blancas, huevos, etc.). Por otra parte, las fuentes de
hidratos de carbono deberían tener un bajo índice glucémico
Revista de Patología Respiratoria Vol. 21 Supl. 2 - Noviembre 2018
 Pirámide de la Dieta Mediterránea: un estilo de vida actual
Guía para la población adulta
Medida de la ración basada
en la frugalidad y hábitos locales

Vino con moderación y

respetando las costumbres

Dulces ≤ 2r
Semanal

Patatas ≤ 3r Carne roja < 2r

Carnes procesadas ≤ 1r

El uso y la promoción de esta pirámide se recomienda sin ninguna restricción

Carne blanca 2r Huevos 2-4r
Pescado / Marisco ≥ 2r Legumbres ≥ 2r

Derivados lácteos 2r
(preferir bajos en grasa)
Cada día

Frutos secos / Semillas / Aceitunas 1-2r Hierbas / Especias / Ajo / Cebolla

© 2010 Fundación Dieta Mediterránea

(menos sal añadida)
Variedad de aromas
Frutas 1-2 | Verduras ≥ 2r Aceite de oliva
Cada comida
principal

Variedad de colores / texturas Pan / Pasta / Arroz / Cuscús /

(Cocidas / Crudas) Otros cereales 1-2r
(preferir integrales)

Agua e infusiones de
hierbas
Actividad física diaria Biodiversidad y estacionalidad
Descanso adecuado Productos tradicionales, locales
Convivencia y respetuosos con el
medio ambiente
Actividades culinarias
Edición 2010 r = Ración

Figura 1. Composición de la dieta mediterránea. Tomada de la página web de la Fundación Dieta Mediterránea (https://dietamediterranea.
com)23.

e incluir frutas y verduras para aportar también vitaminas,
minerales y antioxidantes. No obstante, hay que tener en
cuenta que no existen estudios bien diseñados que demues-
tren los efectos que provocan los cambios en la dieta en la
evolución de los pacientes ambulatorios con EPOC9.
Además de la dieta, las medidas higiénicas deberían
incluir actividades que permitan mantener un nivel mode-
rado de actividad física aérobica, idealmente dentro de un
programa estructurado de rehabilitación pulmonar. Se ha
demostrado la efectividad de esta medida para mejorar la
capacidad funcional y para alcanzar un estilo de vida activo,
con un elevado grado de evidencia8,27.
Suplementos nutricionales orales
Los suplementos nutricionales orales (SON) son prepara-
dos de nutrición enteral, de composición definida, que, por
sus características organolépticas y su presentación, están
especialmente diseñados para la administración por vía oral,
como complemento a una dieta basada en alimentos que
resulta insuficiente. En el mercado existen múltiples prepa-
rados, con diferencias en cuanto a la densidad energética, a
la proporción de principios inmediatos, al contenido en mi-
cronutrientes o fibra. Algunos de ellos incorporan nutrientes
con propiedades inmunomoduladoras o que favorecen el me-
tabolismo muscular, como el b-hidroxi-b metilbutirato (HMB).
Diversos estudios han evaluado el efecto del tratamiento
nutricional en los pacientes con EPOC, desde el punto de vista
de la recuperación antropométrica, la capacidad funcional,
la función respiratoria y la calidad de vida, en diferentes
momentos clínicos de la enfermedad. Los resultados no son
homogéneos y dependen del tipo de estudio, de la pauta de
suplementación y del tratamiento global, así como de las
características clínicas de los pacientes evaluados. En ge-
neral, los estudios iniciales tuvieron dificultad en demostrar

Revista de Patología Respiratoria Vol. 21 Supl. 2 - Noviembre 2018 S185

un claro beneficio clínico, quizás debido a que incluían un
número limitado de pacientes, con enfermedad pulmonar
muy evolucionada y/o el tratamiento nutricional era de corta
duración (2-3 semanas)27–30. Los estudios más recientes sí
han observado que el tratamiento nutricional es beneficioso
para los pacientes con EPOC, especialmente si forma parte
de un manejo multimodal que incluya rehabilitación y otras
medidas.
Durante las exacerbaciones de la enfermedad, existe un
elevado riesgo de deterioro nutricional, que es evidente ya
desde los primeros días de la hospitalización32. Se debe a
un aumento del gasto energético y a un descenso de la
ingesta, relacionado con la disnea y la fatiga o la necesidad
de ventilación no invasiva. En esta situación catabólica que
supone la exacerbación, es muy improbable que el tratamien-
to nutricional consiga una recuperación de masa muscular o
una mejoría evidente de otros parámetros, como la fuerza
muscular, especialmente si el paciente recibe tratamiento
con corticoides. El objetivo en este caso es favorecer una
adecuada ingesta de energía y nutrientes para prevenir un
deterioro nutricional que pueda comprometer al paciente.
Los suplementos nutricionales consiguen mejorar la ingesta
de energía y proteínas durante la hospitalización. Sin em-
bargo, en un estudio controlado y aleatorizado en el que se
evaluó el efecto de los suplementos nutricionales orales en
los pacientes con EPOC durante una exacerbación aguda
durante dos semanas, no se observó mejoría en la fuerza
muscular inspiratoria o de los miembros, si bien hubo una
tendencia a un mejor estado general en el grupo tratado33.
El balance nitrogenado se mantuvo negativo y el deterioro de
la fuerza muscular se relacionó con la dosis de corticoides.
En un estudio más reciente34, la utilización de SON durante
la hospitalización se asoció a una mejoría en la ingesta de
energía y proteínas, pero no se objetivó un beneficio clínico
en comparación con el grupo control, probablemente debido
al escaso tiempo de tratamiento (solo 9 días de media).
La mayor parte de los estudios sobre el efecto del trata-
miento nutricional en los individuos con EPOC se han realiza-
do en pacientes desnutridos. En este grupo, los SON pueden
inducir ganancia ponderal y mejoría de otros parámetros
antropométricos35-37, mejorar la capacidad para hacer ejer-
cicio, valorada mediante herramientas específicas, como el
test de caminar durante 6 minutos7,38–40 o la fuerza prensil37.
El efecto de la suplementación oral sobre la función res-
piratoria ofrece resultados controvertidos. Algunos estudios
no han observado un beneficio, quizás porque se trataba de
pacientes con una enfermedad pulmonar muy evolucionada,
con frecuentes exacerbaciones y/o el tratamiento nutricional
tenía una corta duración (2-3 semanas). Un estudio rando-
mizado controlado de 12 semanas de duración, realizado en
60 pacientes ambulatorios, ha observado una mejoría en el
IMC, en la capacidad funcional y en la calidad de vida, sin
que existieran cambios en la composición corporal o en la
función respiratoria41.
Los SON pueden mejorar la calidad de vida, tal como
han puesto en evidencia algunos estudios, aunque, también
en este caso, no se ha observado en todos los casos. Los
trabajos iniciales no demostraron una mejoría en la sensa-
S186
ción de bienestar o en la calidad de vida36,38. Sin embargo,
los estudios más recientes, que han utilizado cuestionarios
específicos como el St. George Respiratory Questionnaire o
el Seattle Obstructive Lung Disease Questionnaire, sí han ob-
servado una mejoría significativa con la suplementación41,42.
Aunque es bien conocido que la desnutrición incrementa
el gasto sanitario en los pacientes con EPOC, no disponemos
de estudios de coste-efectividad del tratamiento nutricional
en estos pacientes.
El efecto del tratamiento nutricional es mayor en los
pacientes desnutridos. De hecho, la suplementación con mó-
dulos proteicos no ha demostrado un efecto beneficioso en
los pacientes con EPOC moderado o grave, no sarcopénicos,
durante un programa de rehabilitación43.
Se han publicado varios meta-análisis en los que se ha
evaluado el efecto clínico de la suplementación nutricional
en los pacientes con EPOC. La revisión de Ferreira y cols.44,
publicada en el año 2012, incluye 17 ensayos controlados
y aleatorizados (632 pacientes) que recibieron SON du-
rante más de 2 semanas. En ella se observó que los SON
favorecen la ganancia de peso en los pacientes con EPOC,
especialmente en los que presentan desnutrición. Los es-
tudios muestran una mejoría en la masa libre de grasa y
otras medidas antropométricas, en la fuerza muscular, en
el test de la marcha de 6 minutos y en la calidad de vida,
evaluada mediante el cuestionario de St George. El meta-
análisis de Collins45, publicado en el año 2012, recoge 13
estudios controlados y aleatorizados (n= 439) en los que se
evalúa el efecto del tratamiento nutricional (consejo dieté-
tico= 1; suplementos nutricionales orales= 11 y nutrición
enteral= 1). El tratamiento nutricional aumentó la ingesta
calórica y proteica (236 kcal y 14,8 g de proteínas respec-
tivamente), el peso corporal (1,94 ± 0,26 kg, p< 0,001)
y la fuerza prensil (5,3%, p< 0,001). Este mismo grupo
publicó posteriormente otra revisión sistemática y meta-
análisis 46, en la que se evaluó el efecto sobre los pará-
metros funcionales en los pacientes con EPOC. El estudio
incluyó 12 ensayos aleatorizados y controlados, 10 de ellos
con SON, que estudiaron un total de 448 pacientes. En él
se observó que, aunque el tratamiento nutricional no se
asociaba con una mejoría en la función respiratoria (FEV1,
capacidad pulmonar o gasometría), se producía un aumento
significativo de la fuerza muscular inspiratoria y espiratoria
(presión oral máxima inspiratoria +3,86 DS 1,89 cm H2O,
p= 0,041; presión oral máxima espiratoria +11,85 SE 5,54
cm H2O, p= 0,032) y un incremento de la fuerza muscular,
que se asoció con una ganancia de peso superior a 2 kg.
El tratamiento indujo una mejoría en la calidad de vida en
algunos estudios, en la capacidad para hacer ejercicio y en
la eficacia de los programas de rehabilitación.
No se han realizado estudios que comparen suplementos
nutricionales de diferente composición. Basándonos en las
características clínicas y los requerimientos de estos pacien-
tes, parece adecuado recomendar preparados con elevada
densidad calórica e hiperproteicos. No se ha demostrado un
beneficio adicional de la utilización de fórmulas con aporte
más elevado de grasa. En los pacientes con diabetes se
puede valorar el uso de fórmulas específicas.
Revista de Patología Respiratoria Vol. 21 Supl. 2 - Noviembre 2018
 Quedan todavía bastantes cuestiones pendientes en nues-
tro conocimiento sobre el tratamiento médico nutricional de
los pacientes con EPOC: disponemos de pocos estudios, que
han evaluado un número muy limitado de pacientes. Y hay
poca información sobre el tratamiento en distintos estadios
de la enfermedad o en los pacientes con desnutrición grave.
El tratamiento con nutrición enteral por sonda en los pacien-
tes que no responden a la suplementación oral no ha sido
evaluado de manera sistemática. Tampoco existen recomen-
daciones sobre cómo adaptar el tratamiento nutricional a los
diferentes fenotipos de los pacientes con EPOC o el abordaje
más adecuado en los sujetos con EPOC y obesidad.
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Revista de Patología Respiratoria Vol. 21 Supl. 2 - Noviembre 2018